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Universidad de Nariño –Planificación Multidisciplinar

Compiló: Arq. Oswaldo Mesías

A propósito del “Desarrollo sostenible”

1. El mundo de hoy
En los últimos cincuenta años muchos países han alcanzado logros económicos sin
precedentes. Pero los persistentes problemas en materia de pobreza y desarrollo,
agravados por las consecuencias indirectas de la rápida expansión de algunas economías y
sociedades, están ejerciendo una enorme presión sobre los recursos humanos y naturales
del mundo. Por ejemplo:

• En el planeta viven más de 6.000 millones de personas, cifra que ha crecido en un 140%
en los últimos 50 años. Para 2050, se prevé que la población del planeta ascienda a 9.000
millones de personas.

• Una quinta parte de la población del mundo tiene que sobrevivir con menos de un dólar
al día.

• Cerca de 1.100 millones de personas carecen de acceso al agua apta para el consumo. El
10% de las enfermedades en los países en desarrollo se debe al agua contaminada y al
insuficiente abastecimiento de agua.

• La mortalidad infantil es 10 veces más elevada en los países en desarrollo que en el


mundo industrializado.

• En 1996, el 25% de las 4.630 especies de mamíferos y el 11 % de las especies de aves


del mundo estaban en peligro considerable de extinción.

• Actualmente, alrededor del 60% de la población humana vive en zonas urbanas, en


comparación con el 10% de principios de siglo XX. Las previsiones indican que hacia el año
2025, el porcentaje de población urbana podría llegar al 75%. Esas cifras demuestran por
sí solas el éxito alcanzado por el modelo urbano inventado hace ya más de 7000 años.

• Pero el exceso de éxito podría conducir a un posible colapso; las áreas urbanas se están
evidenciando como el principal fenómeno responsable de los problemas medioambientales
que amenazan al planeta. Hoy día, las ciudades contribuyen a la contaminación global en
una proporción superior al 75%, y utilizan más del 70% de la energía consumida por la
humanidad.

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• En 1990, de un total mundial de 35 ciudades con una población mayor de 5 millones de
habitantes, 22 pertenecían a países en vías de desarrollo. En el 2025, solamente la
población urbana del mundo subdesarrollado habrá aumentado en 2000 millones, la mitad
de las cuales no dispondrá de servicios básicos como agua corriente, electricidad o
alcantarillado.

Esta situación dará lugar a unas zonas urbanas extremadamente conflictivas, insalubres e
inmanejables, habitadas por unas masas antisociales de individuos desesperados y
alienados, lo que resultará en un aumento desproporcionado de la ya fuerte presión sobre
el medio ambiente. Dado que las ciudades son las principales causantes de la destrucción
ecológica global, parece obvio que los problemas medioambientales deban abordarse y
resolverse en primer lugar y principalmente en las ciudades, en donde el ejercicio de las
ciencias urbanas y la arquitectura deberán jugar un papel determinante.

2. Escenario actual
Durante las décadas de 1970 y 1980 empezó a quedar cada vez más claro que los recursos
naturales estaban dilapidándose en nombre del ‘desarrollo’. Se estaban produciendo
cambios imprevistos en la atmósfera, los suelos, las aguas, entre las plantas y los
animales, y en las relaciones entre todos ellos. Fue necesario reconocer que la velocidad
del cambio era tal que superaba la capacidad científica e institucional para ralentizar o
invertir el sentido de sus causas y efectos. Estos grandes problemas ambientales incluyen:

1) el calentamiento global de la atmósfera (el efecto invernadero), debido a la emisión, por


parte de la industria y la agricultura, de gases (sobre todo dióxido de carbono, metano,
óxido nitroso y clorofluorocarbonos) que absorben la radiación de onda larga reflejada por
la superficie de la Tierra.

2) el agotamiento de la capa de ozono de la estratosfera, escudo protector del planeta, por


la acción de productos químicos basados en el cloro y el bromo, que permite una mayor
penetración de rayos ultravioleta hasta su superficie.

3) la creciente contaminación del agua y los suelos por los vertidos y descargas de
residuos industriales y agrícolas.

4) el agotamiento de la cubierta forestal (deforestación), especialmente en los trópicos,


por la explotación para leña y la expansión de la agricultura.

5) la pérdida de especies, tanto silvestres como domesticadas, de plantas y animales por


destrucción de hábitats naturales, la especialización agrícola y la creciente presión a la que
se ven sometidas las pesquerías.

6) la degradación del suelo en los hábitats agrícolas y naturales, incluyendo la erosión, el


encharcamiento y la salinización, que produce con el tiempo la pérdida de la capacidad
productiva del suelo.

A finales de 1983, el secretario general de las Naciones Unidas le pidió a la primera


ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland, que creara una comisión independiente para
examinar estos problemas que sugiriera mecanismos para que la creciente población del
planeta pudiera hacer frente a sus necesidades básicas. El grupo de ministros, científicos,
diplomáticos y legisladores celebró audiencias públicas en cinco continentes durante casi
tres años. La principal tarea de la llamada Comisión Brundtland era generar una agenda

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para el cambio global. Su mandato especificaba tres objetivos: reexaminar cuestiones
críticas relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo, y formular propuestas realistas
para hacerles frente; proponer nuevas fórmulas de cooperación internacional en estos
temas capaces de orientar la política y los acontecimientos hacia la realización de cambios
necesarios; y aumentar los niveles de concienciación y compromiso de los individuos, las
organizaciones de voluntarios, las empresas, las instituciones y los gobiernos. El informe
fue presentado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas durante el otoño de
1987.

En el informe se describen dos futuros: uno viable y otro que no lo es. En el segundo, la
especie humana continúa agotando el capital natural de la Tierra. En el primero los
gobiernos adoptan el concepto de desarrollo sostenible y organizan estructuras nuevas,
más equitativas, que empiezan a cerrar el abismo que separa a los países ricos de los
pobres. Este abismo, en lo que se refiere a la energía y los recursos, es el principal
problema ambiental del planeta; es también su principal problema de desarrollo. En todo
caso, lo que quedaba claro era que la incorporación de consideraciones económicas y
ecológicas a la planificación del desarrollo requeriría toda una revolución en la toma de
decisiones económicas.

Tras la Comisión, el siguiente acontecimiento internacional significativo fue la Cumbre


sobre la Tierra, celebrada en junio de 1992 en Río de Janeiro (Cumbre de Río).
Denominada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,
en ella estuvieron representados 178 gobiernos, incluidos 120 Jefes de Estado. Se trataba
de encontrar modos de traducir las buenas intenciones en medidas concretas y de que los
gobiernos firmaran acuerdos específicos para hacer frente a los grandes problemas
ambientales y de desarrollo. Los resultados de la Cumbre incluyen convenciones globales
sobre la biodiversidad y el clima, una Constitución de la Tierra de principios básicos, y un
programa de acción, llamado Agenda 21, para poner en práctica estos principios.

Los resultados se vieron empañados por la negativa de algunos gobiernos a aceptar los
calendarios y objetivos para el cambio (por ejemplo para la reducción de emisiones
gaseosas que conducen al calentamiento global), a firmar ciertos documentos (había quien
opinaba que el Convenio sobre la Diversidad Biológica debilitaba las industrias de
biotecnología de los países industrializados), o a aceptar la adopción de medidas
vinculantes (como en el caso de los principios forestales). En sus 41 capítulos, el programa
de acción contenido en la Agenda 21 aborda casi todos los temas relacionados con el
desarrollo sostenible que se puedan imaginar, pero no está lo suficientemente financiado.

No obstante, la Cumbre fue un trascendental ejercicio de concienciación a los más altos


niveles de la política. A partir de ella, ningún político relevante podrá aducir ignorancia de
los vínculos existentes entre el medio ambiente y el desarrollo. Además, dejó claro que
eran necesarios cambios fundamentales para alcanzar un desarrollo sostenible. Los pobres
deben recibir una participación justa en los recursos para sustentar el crecimiento
económico; los sistemas políticos deben favorecer la participación ciudadana en la toma de
decisiones, en especial las relativas a actividades que afectan a sus vidas; los ricos deben
adoptar estilos de vida que no se salgan del marco de los recursos ecológicos del planeta;
y el tamaño y crecimiento de la población deben estar en armonía con la cambiante
capacidad productiva del ecosistema.

Los recursos naturales se están agotando a una velocidad sin precedentes, debido en gran
parte a las modalidades antieconómicas de producción y consumo en muchos países
industrializados. Las prácticas insostenibles a menudo provocan contaminación, que
amenaza no sólo los ecosistemas locales, sino también el medio ambiente mundial. En

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vista de que nuestras poblaciones y economías seguirán creciendo, tenemos que mejorar
considerablemente la eficacia en la utilización de los recursos y la energía.

La Sustentabilidad debe ser el nuevo punto de origen de los planes de desarrollo y sus
políticas. Representa la única forma de garantizar, a nosotros mismos y las futuras
generaciones, un ambiente sano, en el que se respete la diversidad biológica, cultural y
humana.

3. ¿Qué es el desarrollo sostenible?


¿Desarrollo Sostenible?, ¿Sustentabilidad?, ¿Desarrollo Sustentable?, ¿Qué es eso?

A menudo se escuchan en diferentes esferas los términos "sustentabilidad" o "desarrollo


sustentable" pero en muchas ocasiones el empleo de estos términos dista mucho de su
significado real. La Sustentabilidad es un proceso - no un estado - que hace referencia a
una forma de desarrollo en la que se busca el bienestar humano sin dañar el equilibrio del
ambiente y sus recursos naturales, ya que estos, son la base de todas las formas de vida.

Académicamente se define el Desarrollo sostenible, como el término aplicado al desarrollo


económico y social que permite hacer frente a las necesidades del presente sin poner en
peligro la capacidad de futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. Hay
dos conceptos fundamentales en lo que se refiere al uso y gestión sostenibles de los
recursos naturales del planeta. En primer lugar, deben satisfacerse las necesidades básicas
de la humanidad, comida, ropa, lugar donde vivir y trabajo. Esto implica prestar atención a
las necesidades, en gran medida insatisfechas, de los pobres del mundo, ya que un mundo
en el que la pobreza es endémica será siempre proclive a las catástrofes ecológicas y de
todo tipo. En segundo lugar, los límites para el desarrollo no son absolutos, sino que
vienen impuestos por el nivel tecnológico y de organización social, su impacto sobre los
recursos del medio ambiente y la capacidad de la biosfera para absorber los efectos de la
actividad humana. Es posible mejorar tanto la tecnología como la organización social para
abrir paso a una nueva era de crecimiento económico sensible a las necesidades
ambientales.

El término desarrollo sostenible fue acuñado en la reunión de la Comisión mundial sobre


el medio ambiente y el desarrollo. Ellos publicaron su informe final en 1987, bajo el titulo
"nuestro futuro común" y definieron el término desarrollo sostenible como:

"Una forma de desarrollo o progreso que cumpla con las necesidades del presente, sin
comprometer la capacidad de la naciones futuras de satisfacer sus propias necesidades".

Bajo un modelo de Desarrollo Sustentable, las actividades humanas impactan el ambiente


y emplean los recursos naturales de manera tal que no se sobrepase la capacidad de la
naturaleza de absorber los contaminantes que se emiten y de regenerarse a sí misma. Los
problemas internacionales, regionales y nacionales se solucionan localmente. Es un
desarrollo con una visión integral, en el que intervienen tres elementos de igual
importancia entre sí, que son: Ambiente, Economía y Sociedad.

La relación que tienen los tres elementos es de carácter dinámico. Se debe recordar que la
Sociedad depende de la Economía y la Economía depende del Ambiente. Por lo tanto, si
contamos con un Ambiente sano y pleno de recursos naturales puede existir una Economía
viable y con ella, una Sociedad justa.

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De la convergencia de los tres elementos surgen diversos temas que deben estar
considerados en la agenda pública y privada.

"El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas." - Nuestro
futuro común: Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
(Informe Brundtland), 1987.

El desarrollo sostenible exige que se mejore la calidad de la vida de todas las personas
del mundo sin que se incremente la utilización de nuestros recursos naturales más allá de
las posibilidades del planeta. Aunque para lograr el desarrollo sostenible tal vez sea
necesario adoptar diferentes medidas en cada una de las regiones del mundo, los
esfuerzos por construir una forma de vida verdaderamente sostenible exigen la integración
de la adopción de medidas en tres esferas fundamentales:

* Crecimiento económico y equidad - La vinculación entre los sistemas económicos


del mundo de hoy exige la aplicación de un enfoque integrado con miras a fomentar un
crecimiento responsable a largo plazo, velando por que ninguna nación o comunidad se
quede rezagada.

* Conservación de los recursos naturales y el medio ambiente - A fin de preservar


nuestro patrimonio ambiental y nuestros recursos naturales para las generaciones futuras,
hay que elaborar soluciones económicamente viables para reducir el consumo de recursos,
detener la contaminación y conservar los hábitat naturales.

* Desarrollo social - En todo el mundo, las personas necesitan empleos, alimentos,


energía, atención de la salud, abastecimiento de agua y saneamiento. Al atender a esas
necesidades, la comunidad internacional también tiene que velar por que se respete el rico
tejido de la diversidad cultural y social y los derechos de los trabajadores y por que se

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fomente el papel de todos los miembros de la sociedad de manera que desempeñen un
papel en la determinación de su futuro.

4. Implicaciones del Desarrollo sostenible


Hoy es necesario pensar el desarrollo con un sentido más amplio, el cual tiende a proteger
el ambiente y resalta la necesidad de una justicia social. Se debe ganar en el
entendimiento del desarrollo en términos de:

o Protección del suelo contra la erosión.


o Protección de las áreas naturales y la vida silvestre que sustenta, por su valor
científico, estético y recreacional.
o Estabilizar la población mundial.
o Mejorar nuestra salud física, emocional y mental.
o Reducción de los factores de sometimiento que permiten el crimen y la
corrupción.
o Mejorar la relaciones entre las personas y las naciones.
o Incrementar el acceso a la educación y al cuidado oportuno
o Descubrir e implementar nuevas tecnologías para: reciclar, reducir la
contaminación y utilizar la energía solar.
o De acuerdo a los ambientalistas el mundo no es infinito, la explotación continua
de los recursos no es sostenible y el bienestar de los humanos dependerá de la
conservación de la vida silvestre, de las plantas y los animales, y de la
protección del aire, el agua y el suelo.
o La solución es ver a la naturaleza como el centro de las cosas y el hombre debe
aprender a acomodarse a este concepto.

El desarrollo sostenible abarca muchos retos. ¿Cómo podemos mejorar la vida de las
personas y conservar nuestros recursos naturales en un mundo con una población cada
vez más numerosa y una demanda cada vez mayor de alimentos, agua, vivienda,
saneamiento, energía, servicios de salud y seguridad económica? Los países tienen que
reexaminar sus modalidades de producción y consumo, comprometerse a fomentar un
crecimiento responsable y ecológicamente racional, y a trabajar juntos para ampliar más la
cooperación global a fin de intercambiar experiencias, tecnología y recursos. Estos cambios
pueden y tienen que producirse para que nuestro planeta y su población puedan prosperar.

Todos los sectores de la sociedad tienen un papel que desempeñar para convertir esta
visión en realidad. En el Programa 21 se reconoce que las mujeres, los niños y los jóvenes,
las poblaciones indígenas, las organizaciones no gubernamentales (ONGs), las autoridades
locales, los trabajadores y sus sindicatos, el sector comercial e industrial, la comunidad
científica y tecnológica y los campesinos son los grupos principales cuyo aporte y
participación es fundamental para obtener buenos resultados en materia de desarrollo
sostenible.

"Por un tiempo demasiado largo, los defensores del medio ambiente y los promotores de la
industria han percibido un falso equilibrio entre la protección del medio ambiente y el
crecimiento económico. Tenemos que fomentar una nueva forma de pensar en la que el
saneamiento económico y el ambiental se conciban como objetivos que se vinculan entre sí
y se apoyan mutuamente." (Nitin Desai, Secretario General de la Cumbre Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible, Johannesburgo. 2002)

Algunos de los retos más importantes que encara el mundo incluyen:

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* Aliviar la pobreza, especialmente en las comunidades rurales, donde vive la
mayoría de los pobres.

* Mejorar la capacidad de todos los países, especialmente los países en desarrollo,


para hacer frente a los retos de la mundialización, incluido un mayor fomento de la
capacidad y una mayor transferencia de financiación y tecnologías ecológicamente
racionales.

* Promover modalidades responsables de producción y de consumo, para reducir los


desechos y la dependencia excesiva de los recursos naturales.

* Garantizar que todas las personas tengan acceso a las fuentes de energía
necesarias para mejorar sus vidas.

* Reducir los problemas de salud relacionados con el medio ambiente, que


representan un número considerable de las enfermedades en el mundo de hoy.

* Mejorar el acceso al agua potable, para beneficiar a quienes actualmente dependen


de fuentes insalubres y no aptas para el consumo para criar a sus hijos y mantener sus
medios de subsistencia.

5. El Programa 21 - Nuestro plan de acción


En la Cumbre para la Tierra de 1992, la comunidad internacional en su totalidad aprobó el
Programa 21, plan de acción mundial sin precedentes en favor del desarrollo sostenible.
También aprobó la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y e Desarrollo, conjunto de
principios que definen los derechos y las obligaciones de las naciones, y los Principios
relativos a los Bosques para orientar una ordenación más sostenible de los bosques del
mundo.

El Programa 21 fue un logro destacado en la integración de las preocupaciones


ambientales, económicas y sociales en un marco normativo único. Contiene más de 2.500
recomendaciones de amplio espectro para la adopción de medidas, incluidas propuestas
detalladas sobre la manera de reducir las modalidades antieconómicas de consumo,
combatir la pobreza, proteger la atmósfera, los océanos y la diversidad biológica, y
promover la agricultura sostenible.

Las propuestas presentadas en el Programa 21 siguen siendo válidas, y desde 1992 se han
ampliado y fortalecido en varias conferencias importantes de las Naciones Unidas sobre la
población, el desarrollo social, la mujer, las ciudades y la seguridad alimentaria. En la
Cumbre del Milenio, celebrada en las Naciones Unidas en el año 2000, unos 150 líderes
mundiales convinieron en aprobar una gama de objetivos que se proponían alcanzar en el
marco de un calendario preciso, entre ellos reducir a la mitad el porcentaje de habitantes
del planeta cuyos ingresos sean inferiores a un dólar por día y el de las personas que
carezcan de acceso a agua potable.

Hoy ante la importante posibilidad de adoptar medidas concretas e identificar objetivos


cuantificables para avanzar en la ejecución del Programa 21, se debe tener en cuenta los
tópicos siguientes:

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ENERGÍA

Dos mil millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a la energía comercial,
especialmente en los países en desarrollo. Sin acceso a la energía comercial, las
comunidades y los negocios locales tienen que depender de fuentes de energía no
reglamentada y a menudo perjudiciales para el medio ambiente, y tienen menos
posibilidades de mejorar su nivel de vida. En el mundo desarrollado, el consumo de
energía es mucho mayor pero, también, más antieconómico. Es necesario que los
gobiernos, el sector empresarial y las comunidades mejoren el rendimiento energético a la
vez que se amplía el acceso a las fuentes comerciales de energía en todo el mundo. Y
sobre todo, las fuentes de energía que se empleen en todas las regiones tienen que ser
económicamente viables, socialmente aceptables y ecológicamente racionales.

POBREZA RURAL Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

Más de la mitad de la población que vive en la pobreza extrema depende de la agricultura


o de labores agrícolas para su subsistencia. Para aliviar esa pobreza será necesario, como
mínimo, que ayudemos a esas comunidades a duplicar para 2015 el nivel de productividad
agrícola alcanzado en el año 2000.

6. Movilización para el futuro de la Tierra


El desarrollo sostenible no es fácil de lograr. Deberán producirse cambios considerables -en
la adopción de decisiones en los más altos niveles y en los hábitos cotidianos de
productores y consumidores- para que podamos alcanzar un desarrollo que atienda a las
necesidades del mundo actual sin sacrificar la capacidad de las generaciones futuras de
atender a las suyas.

Hace veinte años, en la "Cumbre de la Tierra", celebrada en Río de Janeiro, los gobiernos
se comprometieron a lograr una transformación de este tipo y adoptaron el Programa 21
como plan de acción global para hacerla realidad. Pero en esta tarea los compromisos
solos no bastan. Todavía no se ha conseguido integrar plenamente los pilares económico,
social y ambiental del desarrollo ni acabar de romper con los hábitos insostenibles que han
conducido a la grave situación en que nos encontramos.

“Vivimos todos en un mismo planeta, conectados por una red sutil e intrincada de
relaciones ecológicas, sociales, económicas y culturales que rigen nuestras vidas. Para
alcanzar el desarrollo sostenible, tendremos que ser más responsables con los ecosistemas
de que dependen los seres vivos, respecto de nuestros semejantes, como comunidad
humana única que somos, y frente a las generaciones que después de nosotros vivirán con
las consecuencias de las decisiones que tomemos hoy. Establecer una nueva ética para la
protección del medio ambiente y la administración en el plano mundial.” (Kofi A. Annan,
Secretario General de las Naciones Unidas).

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Para debate
1. ¿Cuáles son los más acuciantes problemas ambientales mundiales, que permiten
vislumbrar que la capacidad de carga del planeta está llegando a su tope?,
2. ¿Qué diferencias conceptuales existen entre los conceptos de desarrollo sostenible y
desarrollo sustentable?
3. ¿Cómo podemos mejorar la vida de las personas y conservar nuestros recursos
naturales en un mundo con una población cada vez más numerosa y una demanda
cada vez mayor?
4. ¿Qué acciones concretas se deben plantear para avanzar en contrarrestar la
problemática ambiental mundial?

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