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Kuélap

Kuelap

Kuelap

Localización geográfica/administrativa

Región Departamento de Amazonas

Ciudad(es) Chachapoyas
próxima(s)

Situación

País(es) Perú

Provincia Luya

Historia del sitio

Tipo Fortificación

Cultura Cultura Chachapoyas

Mapa(s) de localización
Kuelap

6°25′05″S 77°55′24″OCoordenadas:
Coordenadas
6°25′05″S 77°55′24″O (mapa)

[editar datos en Wikidata]

Kuélap o Cuélap es un importante sitio arqueológico preinca ubicado en los Andes


nororientales del Perú, en la Provincia de Luya, fue construido por la cultura arqueológica
Chachapoyas.
Forma un conjunto arquitectónico de piedra de grandes dimensiones caracterizado por su
condición monumental, con una gran plataforma artificial, orientada de sur a norte,
asentada sobre la cresta de roca calcárea en la cima del Cerro Barreta (a 3000 msnm.). La
plataforma se extiende a lo largo de casi 600 metros y tiene como perímetro una muralla
que en algunos puntos alcanza 19 metros de altura.
Se estima que su construcción debió iniciarse hacia el siglo XI, coincidiendo con el periodo
de florecimiento de la cultura Chachapoyas, y su ocupación debió culminar hacia mitades
del siglo XVI. Sus colosales murallas y su compleja arquitectura interior son evidencias de
su función como un conjunto poblacional bien organizado, que incluye recintos de índole
administrativa, religiosa, espacios ceremoniales y de residencia permanente.

Índice
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 1Ubicación y acceso
 2Descubrimiento
 3Descripción
 4Antigüedad y abastecimiento
 5Función
 6Bibliografía
 7Véase también
 8Enlaces externos
 9Referencias
Ubicación y acceso[editar]
El complejo arqueológico de Kuélap está ubicado en las coordenadas 6°25′9.29″S
77°55′22.85″O, en el departamento de Amazonas, provincia de Luya. El embarque se
inicia en Chachapoyas .Se accede desde la carretera del Leimebamba, dejando la
carretera asfaltada a la altura de Nuevo Tingo, cercano a la ribera del Utcubamba, donde
el camino prosigue por via carrozable en ascenso, hasta llegar a una planície en las
proximidades del monumento, donde encontramos un sendero que nos lleva directamente
a la Ciudadela. También es posible el acceso por un sendero empinado que parte del
poblado de El Tingo, cercano a la ribera del Utcubamba, con un recorrido de 8.9 kilómetros
y un desnivel de 1200 metros. Desde el 2 de marzo de 2017 se puede acceder al complejo
con el uso de los teleféricos, que a parte de transportar a los turistas desde el pueblo de
Nuevo Tingo en tan solo 20 minutos, permitirá disfrutar del majestuoso paisaje en plena
ceja de selva.

Descubrimiento[editar]
Este monumental exponente de la arquitectura de los chachapoyas permaneció
virtualmente ignorado hasta 1843. La razón estriba en lo poco accesible de la zona que es
boscosa y objeto de permanentes lluvias. Sin embargo, el 31 de enero del año referido, al
realizar una diligencia en la zona, Juan Crisóstomo Nieto, juez de Chachapoyas, pudo
admirar su grandeza guiado por lugareños que ya conocían el sitio arqueológico.1 Este
hecho puede ser considerado como el "descubrimiento" de Kuelap.23
Con posterioridad, Kuélap mereció la atención de algunos estudiosos y curiosos en
materia de antigüedades. Entre ellos descuella el francés Louis Langlois, que lo analizó en
la década de los años 1930, y Adolf Bandelier, que lo describió con anterioridad. No
obstante, ha sido el arqueólogo e historiador peruano Federico Kauffmann Doig quien más
tiempo dedicó al estudio e investigación del sitio y de la cultura Chachapoyas.45

Fachada este de la fortaleza de Kuélap.

Descripción[editar]
Frisos en piedra.

Acceso principal

Una de las tres entradas estrechas a la fortaleza.

La entrada principal atestigua su uso para personajes de alto estatus, no solamente por su
forma y detalles arquitectónicos, sino además, por la ubicación de numerosos bloques de
piedra en su construcción que fueron ornamentados con diversos símbolos de tipo
religioso que incluyen rostros y animales míticos, serpientes y símbolos de profundo
contenido religioso. En este acceso se han mantenido los testimonios del proceso de
crecimiento del sitio, incluyendo grandes capas de relleno que permitieron de manera
sucesiva la extensión del acceso, tanto en altura como su crecimiento hacia el interior.
Templo Mayor
El Templo Mayor es uno de los centros sagrados de mayor importancia para el
monumento. Este edificio, en la forma de un cono truncado invertido, tiene 13.5 m de
diámetro en su parte superior, en la cual se han registrado numerosas evidencias de
ofrendas diversas en rituales complejos que incluyó el colocar huesos humanos dentro del
recipiente interior, que se convirtió así en un gran osario. En torno al edificio se han
encontrado diversas entierros humanos y ofrendas que proceden desde la costa norte,
como desde la sierra de Ayacucho en el sur y Cajamarca en la sierra norte.
Plataforma circular
La Plataforma Circular, ubicada inmediatamente sobre la muralla sur del sitio, tuvo una
función íntimamente vinculada con el Templo Mayor. En esta plataforma debió residir el
personaje que tuvo bajo su responsabilidad el funcionamiento del templo. El final de la
historia ocupacional de Cuélap, se relaciona con una masacre de grandes proporciones
que ocurrió de manera exclusiva dentro de los límites de esta plataforma, que no incluyó
mujeres, pero que fue realizada por un grupo local bien organizado, en el marco de un
conflicto por el poder. Este hecho fue seguido de un gran incendio que marca los días
finales de ocupación del sitio. Tan triste acontecimiento debió ocurrir alrededor de 1570,
cuando se establece el sistema de reducciones de indios por el poder colonial español. En
el centro de esta plataforma hubo un osario semejante al que se registró en la parte
superior y central del Templo Mayor.
Pueblo Alto
El Pueblo Alto se ubica en la parte norte y oeste del sitio y tiene una muralla que lo delimita
y separa del resto del asentamiento. Tiene tres sectores bien definidos, a los cuales se
accede por dos lugares, uno que permite ingresar al sector norte y central y el otro que
permite el acceso solamente al sector sur, de carácter básicamente residencial.

El Tintero.

La Tumba Inca del Pueblo Alto Sur


Dentro de una estructura especial se descubrió una tumba inca, de un personaje
adolescente, con ofrendas de alta calidad, que incluye fina cerámica, objetos de madera
muy destruidos y una nariguera de metal. Es posible que se trate de una ofrenda del tipo
Capacocha, costumbre inca en los centros de mayor importancia religiosa del imperio.
Sector Central del Pueblo Alto
Este sector debió cumplir una función pública durante los últimos momentos de ocupación.
Por esta razón, solamente cuanta con tres estructuras de formas cuadradas y
rectangulares, de época inca, que se superponen a estructuras circulares más antiguas.
En el extremo sur de este sector, se ubica una estructura cuadrangular muy destruida, que
contenía numerosos entierros humanos primarios y secundarios. Este edificio debió tener
un techo a dos o cuatro aguas. Debajo de ella hay evidencias de edificios más antiguos.
Callanca
Vista de Kuélap.

Este es un edificio de época inca. Es el más grande del sitio, es de forma rectangular y ha
sido propuesta su función como Callanca, un edificio que servía durante la época inca para
propósitos ceremoniales bajo techo, pero también como hospedaje para viajeros o
invitados.
El Torreón
Edificio sólido de tipo ceremonial ubicado en el extremo norte del sitio, forma parte del
sector norte del Pueblo Alto y colinda con un abismo inaccesible hacia el lado oeste. En la
parte superior se encontraron centenares de piedras de naturaleza caliza que fueron
redondeadas para ser utilizadas como proyectiles para honda, los que debieron ser
utilizados para propósitos ceremoniales, ya que para propósitos defensivos no cumplía un
papel significativo. Si se utilizaron hondas, el espacio superior solo debió permitir la
presencia de muy pocas personas, tal vez una sola que las arrojaba hacia el oeste, ya que
hacia el este, los techos de las casas vecinas impedía la visibilidad.

Antigüedad y abastecimiento[editar]
Es evidente que Kuélap es un monumento anterior al Imperio inca. Considerando su
carácter monumental, es indudable que debió desempeñar un papel protagónico en el
pasado de la cultura chachapoyas. En efecto, la arquitectura de Kuélap es, en términos
generales, la misma que se halla dispersa en el área cultural de los chachapoyas. Lo que
no se ha podido precisar hasta ahora es en qué momento del largo proceso de desarrollo
de la cultura chachapoyas, cuyos inicios podrían remontarse al siglo VIII, fue levantado el
monumento de Kuélap. Asimismo, se desconoce el tiempo que perduró su florecimiento y
cuándo y por qué fue abandonado.
Hay otros aspectos que no han podido ser dilucidados, como el transporte de los bloques
de piedra hasta lo alto de la montaña y la habilidad de los arquitectos involucrados en la
construcción, que supieron dotarla de un sofisticado sistema de drenaje del agua de
las lluvias. En la actualidad, por estar obstruidos sus conductos, el monumento se ha ido
"hinchando". Al dilatarse la gran plataforma, las piedras de las murallas que la revisten van
desprendiéndose. Tampoco ha quedado aclarado cómo se llevaba a cabo el suministro de
agua para sus moradores; tal vez algunos de los recintos carentes de acceso hayan
servido como reserva. Los demás recintos, en su gran mayoría, debieron ser almacenes
de alimentos a la manera de los tambos incaicos, en los que se solía edificar un
conglomerado de graneros.

Función[editar]
En cuanto a la función para la que se construyó Kuélap, también se carece de una
respuesta satisfactoria. Popularmente, el monumento es calificado de "fortaleza", por su
ubicación y por la solidez y altura de sus muros. Adolf Bandelier, y especialmente Louis
Langlois, trataron de demostrar que Kuélap, más que fortaleza, habría podido ser un lugar
fortificado destinado a servir de refugio a la población en casos de emergencia. Le
atribuyeron, probablemente por analogía, el mismo papel que desempeñaron
los burgos en la Europa medieval.
Los altos muros que enchapan la plataforma y la estrechez del acceso a la ciudadela en su
tramo final sugieren, en efecto, que el monumento de Kuélap pudo construirse con miras a
servir como reducto defensivo, o que por lo menos debió ser un sitio protegido de los
intrusos. Pero esta posibilidad no necesariamente anula otras interpretaciones, acaso de
mayor trascendencia.
Así, teniendo en cuenta la función desempeñada por la arquitectura monumental en el
pasado arqueológico peruano en general, la cual estuvo relacionada con las necesidades
socioeconómicas motivadas por el medio, puede concluirse que Kuélap pudo básicamente
ser un santuario precolombino en el que residía una poderosa aristocracia cuya misión
primaria era administrar la producción de los alimentos, recurriendo para ello al mando y a
prácticas mágicas, a fin de contar con la colaboración de los poderes sobrenaturales que
gobernaban los fenómenos atmosféricos, que, de no ser bien honrados, podían hacer
llover en exceso o azotar a los hombres con sequías que pudieran hacer peligrar su
existencia.

Fortaleza de Kuelap
Ubicación
La Fortaleza de Kuélap se encuentra ubicada en el anexo del mismo nombre, distrito
de El Tingo, provincia de Luya, departamento de Amazonas. Situandose sobre los
3000 m.s.n.m., en una zona donde termina la Cordillera de Los Andes y da inicio a
la ceja de selva. Corresponde a la zona ecológica quechua y pertenece a "La Región
Nor Oriental del Marañon".

Su localización aproximada es de 35Km hacia la dirección sur de Chachapoyas.

Clima
El clima lluvioso y la vegetación tupida hacen recomendable la visita desde el mes
de mayo hasta el mes de setiembre, aunque su clima es siempre caluroso (máxima
de 22ºC y mínima de 13ºC).

Descripción
Kuelap contiene 505 recintos en su interior, que estan distribuidas en diversos
niveles, 4 de ellas son de planta rectangular, 1 de planta cuadrangular y las demás
de planta circular; y 198 fuera de ella, sumando así más de 700 edificaciones. Todas
estas estructuras asociadas entre sí, tuvieron determinadas funciones
encontrándose entre ellos a edificios ceremoniales, administrativos, de control,
defensa y de vivienda, existen además piedras trabajadas en alto relieve que se
asemejan a los rostros humanos.

Una de las características más impresionantes del complejo son sus enormes
dimensiones, 582 m de largo y 111 m de ancho, con una muralla de unos 20 m de
altura que delimita los llamados "Pueblo Alto" y "Pueblo Bajo".

La gigantesca muralla que la protege, está compuesta por puestos de vigilancia, un


torreón y tres estrechos ingresos, dos de ellos orientados hacia el este y el tercero
hacia el oeste. Las entradas construidas tienen la forma de embudo, con un ancho
de 3 metros en la parte exterior y 70 centímetros en el interior, permite el ingreso de
sólo una persona a la vez, aumentando su carácter pugnable.

Pueblos de Kuelap

El Pueblo Bajo: Conformado por 335 estructuras circulares de entre las cuales
destaca una ubicada en el extremo sur y conocida como "El Tintero". Construido en
forma de cono invertido, "El Tintero", es un edificio que presumiblemente habría
cumplido una función ceremonial. Posee una altura de 5.5 metros y un diámetro de
13.7 metros, en su interior se halla una cámara en forma de botella de más de 5
metros de profundidad.
El Pueblo Alto: Constituido por 80 construcciones de piedra. Las más importantes
son "El Castillo", compuesto por tres plataformas superpuestas; y "El Torreón", al
norte del Pueblo Alto, de 7 metros de altura y de carácter defensivo, que ofrece
además una estupenda vista panorámica del lugar.
En su mayoría, las construcciones presentan forma circular debido a la particular
concepción de utilización del espacio redondo de este pueblo, distinta del uso del
espacio rectangular empleado en otras culturas peruanas. Esta particularidad le
agrega un enorme sentido artístico y estético que es acrecentado por los decorados
de frisos romboides y figuras antropomorfas en altorrelieve de los muros. Por la
forma de los edificios, se sobre entiende que estos tuvieron como techo una cubierta
de paja de forma cónica. Los bloques de piedra caliza utilizados para la construcción
del complejo presentan distintas calidades de acabados, siendo los más elaborados
los destinados a las construcciones ceremoniales.

La construcción de la Ciudadela sobre plataformas elevadas permitió una mayor


visibilidad de otras urbes construidas sobre las altas cumbres aledañas, así como
de las vías de acceso a las cuencas de los Ríos Marañón y Huallaga (rutas usadas
para sus relaciones comerciales).

Se presume que los arquitectos de Kuelap dirigían a cientos de especialistas,


picapedreros, albañiles, acarreadores de barro, agua y piedras. Además, existía una
multitud de agricultores dedicados a la produccion alimenticia que sustentaba a los
trabajadores.

Es por todo esto que Kuelap se constituye un lugar inexpugnable para los reinos
vecinos, al estar rodeado de farallones y precipicios por tres de sus cuatro costados,
aunque finalmente fue conquistado por los quechuas quienes lograron anexarlo al
Imperio Incaico.

Descubrimiento
Es un conjunto arqueológico con características muy importantes del Nor Oriente
Peruano. Descubierto en 1843, por Don Juan Crisóstomo Nieto, quien fué juez de la
provincia de Chachapoyas. Desde aquel entonces a la fecha ha sido
constantemente visitada por numerosos investigadores y viajeros, atraídos por la
complejidad y monumentalidad de sus construcciones, las cuales han sido objeto de
varios reportajes entre ellos: el sabío Antonio Raimondi, el geólogo suizo, Arturo
Werthemann, el viajero francés Charles Wiener, el antropólogo suizo Adolph
Bandelier y otros.

Función
A pesar que en la actualidad es famosamente conocida com "Fortaleza" esta vieja
creencia está descartada, por que durante las investigaciones realizadas, no se ha
hallado instrumentos de combate; al contrario, la mayoría de objetos están
relacionados con el culto. Ello hace presagiar que el sitio funcionó como un lugar
sagrado; inclusive, coinciden la mayoría de los investigadores, el término de muralla
para Kuélap no está bien definido, porque la muralla es una elevación para
protección y defensa, y en el caso de Kuélap sirve como muro de contención
empotrado al mismo núcleo.

La estratégica ubicación de Kuélap habría servido para defenderse pero de las


inclemencias del clima, para drenaje en época de lluvias y quizás para dominar las
terrazas de cultivo desde la altura.

¿Cómo llegar a Kuelap?


No hay vuelos con regularidad desde Lima a la ciudad de Chachapoyas, sin
embargo es posible contratar vuelos para grupos desde Chiclayo. Para llegar hasta
este complejo arqueológico, una vez en Chachapoyas, se tendra que ir al anexo de
Kuelap, a unas tres horas de distancia por una carretera afirmada (72 Km.).Una vez
en el anexo de Kuelap se inicia el ascenso hasta llegar a esta bella ciudadela situada
en la cima de una montaña (15 min.).
Fortaleza de Kuélap
Centro de Poder de Guerreros, Hechiceros y Magos de la Cultura Chachapoya

En la cima de una montaña abrupta y de laderas empinadas, en medio del enmarañado


bosque húmedo montano a 3,000 m de altura, y dominando la cuenca del río Utcubamba,
se encuentra el que fuera el centro urbano más importante de la cultura Chachapoya:
la Fortaleza de Kuélap, ubicada en lo alto del cerro La Barreta, en el distrito de Tingo,
provincia de Luya, departamento de Amazonas, en el nororiente del Perú.

En 1843, el entonces Juez de Chachapoyas Crisóstomo Nieto, organizó una expedición en


busca de la Fortaleza de Kuélap, debido a insistentes rumores que indicaban la presencia de
una gran ciudadela de piedra en lo alto de una montaña. Tras varios días de intenso viaje a
través de la espesa selva que cubría por completo el lugar, llegó al sitio y descubrió la
ciclópea edificación, que fue construida hacia el año 800 d.C.

La Fortaleza de Kuélap tiene una superficie de 6 ha y en su interior hay 420 construcciones,


casi todas circulares, así como templos y otros recintos que se presume fueron habitados
desde el año 800 d.C. por los Chacha, quienes conjuntamente con otras etnias como los
Luya, Chillao, Paclla y Chilchos, poblaron el territorio Chachapoya, hasta que en 1470, luego
de sangrientos combates, fueron invadidos por los Inca, quienes tomaron por la fuerza el
lugar y probablemente lo incendiaron.

Esta Fortaleza destaca por estar rodeada de una gigantesca muralla de hasta 20 m de alto,
580 m de largo, y 110 m de lado, que fue construida con cientos de miles de
enormes bloques de piedra caliza con argamasa de arcilla amarilla, que en algunos casos
pesaban hasta 3 toneladas, calculándose que el peso total de los bloques empleados en la
muralla haya sido de 10,000 toneladas. Dentro del muro perimétrico se han encontrado más
de 100 entierros humanos, que habrían sido exhumados de otros sitios y enterrados por
segunda vez en el inmenso muro. Es presumible que los restos hayan pertenecido a los
mejores guerreros Chachapoya de antaño, cuyos espíritus combativos daban protección a
los pobladores del lugar, quienes vivían en permanente alerta por su seguridad.

La Fortaleza tiene singulares características: se orienta de norte a sur, su forma es alargada,


sus muros siguen la sinuosidad del suelo donde se asientan y son redondeados, nunca
rectos, y su ubicación estratégica en la cresta de una montaña con alta pendiente permitió
un efectivo control ante posibles enemigos, facilitando además el drenaje del agua producida
por las intensas precipitaciones en la región, que como consecuencia afectan las partes más
bajas del territorio con inundaciones y deslizamientos.

La ciudadela de Kuélap es una importante muestra de la arquitectura preincaica, con


marcada influencia andino-amazónica, exhibiendo en su construcción diversas
representaciones de tipo zoomorfo, antropomorfo y geométrico, con aleros, pisos de laja,
mampostería, hornacinas, terrazas, sistemas de ventilación y drenaje, frisos decorativos
y piedras talladas.

La Fortaleza era inexpugnable y su ingreso sólo era posible a través de tres entradas, dos
de ellas ubicadas en el lado este y una hacia el flanco oeste. Para poder entrar a la Fortaleza
era necesario atravesar unos inmensos corredores amurallados de hasta 60 m de largo, que
se estrechan en su parte final permitiendo el paso de sólo una persona a la vez, facilitando
que un pequeño grupos de defensores pudiera haber contenido una fuerza enemiga mucho
más grande.

Kuélap estuvo conformada por los sectores conocidos hoy como Pueblo Bajo, que se extiende
en toda la superficie de la Fortaleza, y Pueblo Alto, que se sitúa hacia el lado norte pero en
un nivel superior, el cual también está rodeado por un muro perimétrico de más de 10 m de
alto que se ha conservado en magnífico estado. En ambos sectores destacan interesantes
construcciones como El Tintero, el Torreón Defensivo, El Castillo y las viviendas.

El Tintero se ubica en el lado sur de la Fortaleza y es una estructura de forma cónica truncada
e invertida, con un diámetro superior de 15 m y una altura de 5.5 m. En uno de los bloques
de piedra de esta construcción, se halló un pequeño rostro humano grabado en alto relieve,
y se sabe que el antropólogo y arqueólogo suizo-americano Adolph Bandelier ya había
registrado, en 1893, otro rostro grabado que parece haber desaparecido del lugar. En un
patio ubicado frente a El Tintero se han encontrado restos de maíz cocido, ceniza, tierra
quemada, vajilla, y huesos de camélidos, venados y cuyes, haciendo presumir que este lugar
cumplía un importante rol ceremonial, ritual o festivo. Se le atribuye a esta edificación el
haber cumplido funciones astronómicas, marcando el cenit del sol y el inicio de la estación
lluviosa para la siembra del maíz.

El Torreón Defensivo se sitúa en la zona norte de la Fortaleza, ha sido erigido sobre una
terraza amurallada y posee una forma similar a la letra "D", debido a la curvatura de sus
esquinas en el lado este. Sus paredes pétreas tienen 7 m de alto y en su interior los
investigadores hallaron aproximadamente 2,500 proyectiles para hondas, restos de
cerámica, huesos de ciervos y cuyes, vestigios de carbón y pedazos de hachas de piedra,
que denotan el estado de alerta en que vivían los habitantes de la Fortaleza.

El Castillo es la edificación más grande en el Pueblo Alto y mide 27 m de largo por 9 m de


ancho, por lo que se presume que pudo haber sido un edificio público o una construcción
ceremonial de gran importancia. Delante de él se erige un altar compuesto por 3 plataformas
superpuestas, de 1.80 m, 1.20 m y 70 cm, respectivamente, con un eje común que las
alinea en perfecta simetría.

De las 420 estructuras que se han encontrado en Kuélap sólo 5 son rectangulares o
cuadrangulares, todas las demás son circulares y fueron viviendas. Éstas estaban
distribuidas en corredores o "calles", y sus entradas miraban hacia las principales plazas y
templos, denotando una planificación en su diseño y construcción. Hay que tomar en cuenta
que al no poseer ventanas, la función orientadora de la vivienda recayó en las puertas.

Las viviendas circulares permitían el máximo aprovechamiento del espacio y estaban


reservadas exclusivamente para los grupos de la élite Chachapoya que vivían en la
ciudadela, guerreros, chamanes, gobernantes, autoridades y otros personajes. La
disposición del centro urbano de Kuélap era sui generis y armonizaba diferentes elementos
como plazas, patios, terrazas, recintos ceremoniales, templos, torreones y viviendas en un
espacio reducido delimitado por una gigantesca muralla.

Las viviendas medían entre 4 y 12 m de diámetro, estandarizándose entre 7 y 9 m. Sus


paredes alcanzaban los 4 m de alto y el techo fue elaborado con paja y soportes de madera,
presentando en su cúspide una piedra laja y un ágave encima de ella para evitar que algunas
aves carroñeras se posaran allí. Algunos cálculos del arqueólogo Alfredo Narvaez indican que
el techo tuvo una altura de hasta 11.60 m y una pendiente de 40º, para permitir el
escurrimiento del agua de lluvias. Cada vivienda habría tenido las dimensiones de un edificio
actual de 6 pisos de alto.

Los cimientos de las viviendas eran de piedra caliza, y los aleros que los protegían de las
lluvias eran de laja. En el interior de las viviendas habían hornacinas o pequeños nichos
cuadrados donde se guardaban algunas pertenencias o se colocaban ídolos. Los pisos eran
empedrados y tenían depósitos subterráneos que quizá hayan servido como tumba a la
muerte de sus habitantes.

Los muros de las viviendas fueron construidos íntegramente en piedra y poseían llamativos
frisos decorados con diseños de serpientes, felinos, aves y figuras geométricas en forma
de rombos y zigzag. En algunas casas se han encontrado cabezas clavas con figuras
zoomorfas y antropomorfas, que representaban a las principales deidades, sin embargo
muchas de ellas han desaparecido. También se han hallado viviendas
ampliadas superpuestas y algunas de dos pisos, que pueden haber sido habitadas por
familias más numerosas. No se descarta que el espacio formado por el cono del techo haya
sido usado como parte de la vivienda.

Las viviendas no contaban con ventanas, debido al frío del lugar, por ello los ductos de
ventilación estaban a nivel del suelo, tal como está demostrado por los investigadores. Las
viviendas también contaban con drenes para el desagüe de las cocinas, batanes de piedra,
fogones para cocinar, banquetas de piedra o camas para dormir, y en algunos casos
decoraciones con cuernos de venado. Es probable que las paredes hayan sido enlucidas y
pintadas con llamativos colores, tanto interna como externamente, de acuerdo con algunos
vestigios encontrados. Las puertas de acceso medían hasta 1.80 m de alto y algunas
viviendas contaban con escalones descendentes hacia su interior.

Basta imaginar una ciudadela que podía ser vista a kilómetros de distancia, rodeada por una
inexpugnable muralla en la cumbre de una montaña escarpada, y con más de 400 viviendas
asomándose por encima de sus muros, para tener una idea cabal de lo imponente,
majestuoso y amedrentador que debió haber sido ese lugar, siempre resguardado por fieros
y valientes guerreros.

El entorno natural de Kuélap, compuesto por árboles salpicados de orquídeas, bromelias,


hermosas flores, líquenes y musgos, viene siendo impactado dramáticamente debido a
la erosión del suelo y la destrucción del bosque causado por actividades humanas como la
agricultura migratoria, hecho que también afecta a las diversas especies de fauna silvestre,
como osos, pumas, venados, pavas de monte, picaflores y otras aves, que cada vez son más
escasas en el Bosque Húmedo Montano.

Kuelap fue un maravilloso centro urbano protegido por una gran muralla que albergó en su
mejor momento a más de 3,000 personas, las mismas que fueron abastecidas en sus
necesidades por los campesinos de las zonas aledañas. La majestuosa presencia de esta
Fortaleza es inigualable en los andes-amazónicos. Allí, en la cima de la montaña, todavía se
esconden parte de sus misterios.
Enigmático Reino Chachapoya
La Cultura Chachapoya se desarrolló entre los años 800 y 1,470 d.C., en la región nororiental
del Perú, abarcando territorios que pertenecen al Bosque Seco Ecuatorial y la Selva Alta, en
una extensión de casi 300 km de longitud y una altitud que varía entre los 900 y 4,300
msnm, con una rica variedad de microclimas debido a la influencia de los vientos que traen
las lluvias desde la cuenca amazónica. Su límite norte fue la laguna Pomacochas, en el
departamento de Amazonas, su límite sur fue la provincia de Pataz, en el departamento de
La Libertad, por el este lo fue el río Huallaga, y por el oeste el río Marañón... < Ver Mapa >

La Cultura Chachapoya es la máxima expresión de la civilización andino-amazónica de


nuestro país. Sus pobladores lograron vivir en armonía con su entorno natural, conformado
por especies de fauna como el oso de anteojos, mono choro de cola amarilla, maquisapa de
montaña, majaz, puma, gato montés, gallito de las rocas, tapir de montaña, sajino, venado,
taruca, llama, guanaco, alpaca, vicuña, pavas de monte, loros, mariposas y una gran
variedad de picaflores como el colibrí maravilloso. Entre la flora destacan las bromelias,
helechos, caña brava, musgos, líquenes, lianas, bejucos, plantas medicinales, árboles como
el cedro, higuerón, ishpingo, aliso, quishuar, romerillo, ccolle, tara, palmeras, y diversidad
de orquídeas como el zapatito rosado. La belleza paisajística del territorio Chachapoya es
sobrecogedora, allí destacan las cataratas de Gocta, Yombillo y Chinata, y las lagunas de los
Cóndores, Pomacochas, Pías, Huayabamba, entre otras.

No obstante lo difícil de su territorio, caracterizado por sus valles estrechos, abundante


vegetación, escasas tierras cultivables, inmensos farallones, montañas siempre cubiertas de
neblina, suelos rocosos, ácidos y con insuficiente humus. Esta región es afectada por los
deslizamientos propios de las cuencas de alta pendiente, debido a las lluvias casi
permanentes en el lugar, que oscilan entre 2,000 y 4,000 mm al año, siendo la época de
mayor precipitación entre setiembre y abril. El cronista Antonio de la Calancha describe el
territorio como un lugar de "montañas muy ásperas donde siempre llueve, tierra montuosa,
poblada de sabandijas, abundante de tigres i llena de árboles silvestres".

Las dificultades geográficas del territorio impulsaron a los Chachapoya a desarrollar una
actividad agrícola que les permitió convertirse en una sociedad sostenible y organizada.
Implementaron un sistema de terrazas o andenerías, anterior a las de los Inca, con canales
de irrigación y sistemas de drenaje, que permitieron el cultivo de papa, maíz, yuca, kiwicha,
quinua, ajíes, tarwi, coca, mashua, arracacha, yacón y diversas frutas. Uno de los centros
agrícolas más importantes del territorio Chachapoya fue Papamarca o "pueblo de la papa".
También se dedicaron al pastoreo de llamas y alpacas y fueron diestros cazadores de
animales de monte, como venados, tarucas, sajinos y otras especies.

Cabe resaltar que para el establecimiento de centros urbanos los Chachapoya tomaron en
cuenta las siguientes variables: buena visibilidad con lugares estratégicamente ubicados, y
condiciones favorables para la agricultura, la cacería y la recolección de frutos.

Los Chachapoya destacaron por ser eximios ingenieros y arquitectos, legándonos


construcciones majestuosas como las de Kuélap, Gran Pajatén, Purunllacta, Gran Vilaya,
Olán, Vira Vira, Macro, Ollape y otras. El Gran Pajatén, ubicado a 2,850 msnm en la provincia
de Mariscal Cáceres, en el departamento de San Martín, forma parte del Parque Nacional del
Río Abiseo y es uno de los lugares más representativos de esta cultura después de Kuélap.
Este complejo, descubierto en 1964, está compuesto por 16 construcciones circulares a
manera de torreones, que medían entre 1 y 15 m de diámetro, y cuyas paredes externas
están decoradas con frisos que representan figuras humanas y de animales, habiéndose
hallado en los aleros de las paredes curiosas tallas en madera conocidas como "los
pinchudos", que representan hombres desnudos con las manos colocadas sobre su pecho.
Otro arte Chachapoya que también tuvo un alto grado de desarrollo fue la escultura.
Esculpieron la piedra con figuras antropomorfas, zoomorfas y geométricas, crearon frisos
decorativos, cabezas clavas, trabajos en mampostería, pisos de laja y diversos símbolos que
hasta el día de hoy son un enigma.

También fueron hábiles textileros que dominaron la tapicería, el bordado, el tejido pintado,
y el arte de las plumas, usando para ello finas fibras de camélidos y de algodón, trabajados
en telares de cintura con herramientas de costura como husos, agujas, etc. Sus prendas de
vestir estaban finamente adornadas con dibujos de serpientes, aves, monos y felinos, donde
predominaban los colores ocre, marrón, rojo, amarillo, negro y blanco, provenientes de
árboles y plantas.

Se han recuperado valiosas muestras de instrumentos musicales, como antaras, flautas y


tambores, sin embargo es muy poco lo que se sabe de la música y danza de los Chachapoya,
pero a partir de las evidencias encontradas y las tradiciones de los pueblos que hoy ocupan
ese territorio, los investigadores están recuperando estas artes perdidas.

Otra de sus manifestaciones artísticas se da a través de los mates pirograbados, con finos
dibujos y diseños de hombres, serpientes, monos, aves, plantas, entre otros, que dan una
visión panorámica de las costumbres y tradiciones de esa sociedad, a través de mitos y
leyendas.

Aunque su cerámica utilitaria no fue la mejor expresión de su arte, ésta era muy singular
y rústica, hallándose cántaros, vasos y jarras envueltas con soguillas, quizá para evitar la
pérdida de calor o como protección contra los golpes.

No obstante lo rústico de su cerámica utilitaria, la de tipo funerario fue exquisita y bien


lograda. Los resistentes sarcófagos sagrados o purunmachus eran las tumbas individuales
de los personajes más ilustres de la cultura Chachapoya: curacas, guerreros, chamanes, etc.
Los purunmachus fueron hechos con arcilla, madera y caña, sus tamaños variaron entre 1 y
3 m de alto, dependiendo del espacio donde iban a ser colocados, y fueron pintados con
colores ocre, amarillo, rojo y blanco. Algunos purunmachus tuvieron máscaras
mortuorias en la parte superior, otros en el centro y unos más pequeños no las tenían.

La elevada espiritualidad de esta sociedad se manifestaba de manera muy ferviente


rindiendo culto permanente a sus muertos, a quienes enterraban colectivamente en grandes
mausoleos ubicados en las cornisas de inaccesibles montañas, tal es el caso
de Karajía, Lamud, Revash y otros lugares. Allí los constructores hicieron uso de todas las
proyecciones naturales de los acantilados, usando para ello postes de madera y tablones
que se insertaban en salientes, o como caminos para llegar a los diferentes lugares. Llama
la atención que la mayoría de estos centros funerarios, ubicados generalmente en zonas
cercanas a los poblados, tuvieran las paredes pintadas con símbolos zoomorfos o
antropomorfos de color ocre rojizo. La mayoría de los sitios funerarios han sido saqueados
por los huaqueros locales.

Cabe resaltar que tanto los purunmachus como los mausoleos estuvieron orientados hacia
las pacarinas o lugares de origen, reverenciando a sus ancestros y protegiendo a sus
descendientes, quienes periódicamente visitaban las tumbas de sus muertos y
eventualmente renovaban sus fardos.

Lugares como Lamud, Karajía, Revash, La Petaca y la Laguna de los Cóndores, aún reflejan
el respeto que los antiguos Chachapoya tuvieron por la vida en el más allá. En épocas
recientes, a pesar de las inclemencias climáticas y del saqueo por parte del hombre, se han
podido recuperar 200 momias en la Laguna de los Cóndores, que hoy se conservan de
manera notable en el Museo de Leymebamba, hecho que permitirá reconstruir parte de la
historia aún oculta de esta sociedad de temibles guerreros, místicos chamanes y artistas sin
par, que nos sorprenden hasta el día de hoy, más de 1,200 años después.
- Kuélap: "lugar frío" (en lengua nativa)
- Chachapoya: "Gente de las nubes" chacha=gente / phuyas=nubes (en aymara)
- Chachapoya: "Árboles en las nubes" sacha=árbol / puyas=nubes (en quechua)
- Inca Garcilazo de la Vega: Chachapoyas = "lugar de varones fuertes".
Etimología:
- Padre Millán de Aguirre: Chachapoyas = "monte de nubes".
- Purunmachu: "purun" = salvaje - "machu" = viejo.
- Otra acepción para purunmachu es "hombre notable".
- Utcubamba = "Llanura de algodón" (utku = algodón / bamba = llanura).

SOBRE LA BELLEZA DE LAS MUJERES:


La blancura y belleza de los Chachapoya es un hecho que llamó la atención de
numerosos cronistas y exploradores. Pedro Cieza de León escribió en una de sus
crónicas: "...son estos indios naturales de Chachapoyas los más blancos y
agraciados de todos cuantos yo he visto en las Indias que he andado, y sus mujeres
fueron tan hermosas que por sólo su gentileza muchas de ellas merecieron serlo
de los incas y ser llevadas a los templos del sol...".

SOBRE LOS TEXTILES:


Pedro Cieza de León comenta que los Chachapoya "...hacían rica y preciosa ropa
Citas de
para los Inca, y hoy día la hacen muy prima y tapicería muy fina y vistosa, que es
Cronistas:
de tener en mucho por su primor..."

SOBRE LA VESTIMENTA Y SU DIOS PRINCIPAL:


Pedro Cieza dice que los Chachapoya "...van vestidos con ropas de lana y tienen
grandes rebaños de ovejas, adoran serpientes y tienen al cóndor como su dios
principal".

SOBRE LA GEOGRAFÍA DEL LUGAR:


Vásquez de Espinoza dice sobre el territorio Chachapoya: "...una tierra muy rica y
muy fértil... muchas minas de oro de gran riqueza" (1629).

"La leyenda cuenta que el gobernante Inca Huayna Cápac, luego de perdonar a la
gente de Cajamarquilla después de una rebelión fracasada, se sintió enfermo y fue
a Atuén; allí se quedó durante una año para tratar de sanarse con las aguas
medicinales del lago y con la ayuda de los curanderos locales. Varios cronistas
españoles mencionan a los Chachapoya como grandes hechiceros, médicos y
magos. Incluso en la actualidad, los curanderos de la costa viajan hacia Atuén para
recoger ciertas hierbas medicinales. En un proceso del año 1574 uno de los testigos
Leyenda:
cuenta una historia muy interesante: cuando fue trasladado enfermo a Quito,
Huayna Capac recibió ciertas hierbas medicinales de uno de los caciques de
Cochabamba, pero murió como consecuencia de una intoxicación. El capitán Inca
Colla Topa abandonó la procesión funeraria de Huayna Cápac en el camino hacia
Cusco y partió de Cajamarca rumbo a Cochabamba donde acusó al cacique de
haber envenenado al Inca. Sin embargo el cacique ya había muerto. Colla Topa
ordenó entonces que se bajaran los huesos del muerto desde "unos acantilados
donde colocaban a sus muertos más importantes", ordenando que fuesen
enterrados. Este hecho está en perfecta concordancia con las investigaciones
arqueológicas", dice Inge Schjellerup.

Llama la atención los rasgos físicos de los pobladores de la provincia de Rodríguez


de Mendoza, en el departamento de Amazonas. Al respecto el arqueólogo Federico
Origen de
Kauffmann dice: "la presencia de gringuitos, relativamente abundantes en la
los
cuenca del Huayabamba, ha dado pábulo a especulaciones sobre el origen vikingo
Chachapoya:
de los chachapoya". Por su parte, el explorador Gene Savoy sostiene que esto es
consecuencia de una antigua migración vikinga a través del Amazonas.

- Los chachapoya rendían culto máximo al agua y comprendieron que ella era la
dadora de vida, ya que fertilizaba sus campos, valles y bosques, dándoles el
sustento necesario. Probablemente vieron en los ríos una serpiente cósmica que se
desplazaba a través de su territorio. Los Chachapoya orientaban sus centros
Principales
ceremoniales, viviendas y mausoleos hacia los lagos y lagunas que eran
Deidades:
consideradas lugares de origen o pacarinas.

- Las serpientes, los monos, los felinos y las aves fueron seres importantes dentro
de la cosmovisión Chachapoya.

Los primeros cronistas españoles indican que, al momento de la conquista Inca, el


territorio Chachapoya estaba dividido en varios cacicazgos con sus propios clanes.
Se trataba de una sociedad segmentada pero con una estructura homogénea
marcada por la arquitectura, la cerámica y la agricultura. Por razones
administrativas los Inca unificaron dichos clanes bajo el nombre de Chachapoya.

La conquista Inca del territorio Chachapoya se inició hacia el año 1470, cuando el
soberano era Túpac Yupanqui, quien tuvo que hacer grandes esfuerzos por
doblegar la resistencia y ferocidad de los Chachapoya, sin embargo la incorporación
no fue total. A los mensajeros que fueron enviados por el Inca para ofrecer la
guerra o la paz, los Chachapoya respondieron que estaban dispuestos a tomar las
armas y morir en defensa de su libertad.

Cuando Huayna Cápac asumió el mando del Imperio Incaico hizo varios intentos
Conquista
por culminar la conquista de los Chachapoya, pero la bravura de ese pueblo obligó
Inca:
a las huestes imperiales a regresar hasta en dos oportunidades al Cusco para
rearmar sus tropas.

La fuerza que imprimió Huayna Cápac a su último avance fue tal que los
Chachapoya tuvieron que aceptar la derrota y pedir la paz. Para afianzar su poder
en los nuevos dominios y debido al carácter belicoso de los recién conquistados,
Huayna Cápac implantó el sistema conocido como "mitimae", por el cual envió al
Cusco y a otras regiones del Tahuantinsuyo a un gran número de pobladores
Chachapoya, colocando nuevas tropas incaicas en aquél lugar.

A pesar de algunas rebeliones Chachapoya en tiempos de Huáscar y Atahualpa,


éstos no pudieron deshacerse del yugo Inca. A la llegada de los españoles
prefirieron aliarse con los foráneos, mediante la famosa alianza "hispano-chacha",
en vez de permanecer bajo el dominio incaico.

Investiga- Numerosos viajeros y científicos como Charles Wiener en 1864, Ernst Middendorf
ciones: en 1865 y Antonio Raimondi en 1869, realizaron las primeras decripciones de la
región en el siglo XIX.

El siglo pasado lo hicieron Adolph Bandelier en 1907, Julio C. Tello en 1937, Louis
Langlois en 1940, Henry y Paule Reichlen en 1950, Duccio Bonavia en 1968, Gene
Savoy en 1970, Arturo Ruiz en 1972, Donald Thompson en 1974, Inge Schjellerup
en 1984, Peter Lerche en 1986, Federico Kauffmann en 1988 y Alfredo Narváez en
1996.

En años recientes Adriana von Hagen hizo algunos estudios sobre los Chachapoya
el 2002, mientras que Kauffmann y Narváez reforzaron sus investigaciones.

- "Los Chachapoya" / Federico Kauffmann y Giancarlo Ligabue.


- "El Reino Perdido" / AFP Integra.
- "La Fortaleza de Kuélap" / Alfredo Narváez / Revista Arkinka Nº 12 y 13.
- "Los Chachapoya y la Laguna de los Cóndores" / Adriana von Hagen.
- "Culturas Prehispánicas" / El Comercio y Universidad Ricardo Palma.
- "Áreas Naturales Protegidas del Perú" / Ministerio de Agricultura - Inrena.
- "Los Inca y el Antiguo Perú: 3000 Años de Historia" / Inge Schjellerup / Centro
Cultural de Madrid.
Fuentes de - "Vocabulario de los Nombres Comunes de la Fauna Silvestre del Perú" / Víctor
Información: Pulido Capurro.
- "Enciclopedia Temática del Perú" / Carlos Peñaherrera y El Comercio.
- "La Crónica del Perú" / Pedro Cieza de León.
- "Diccionario Enciclopédico de Plantas Útiles del Perú" / Antonio Brack.
- "Comentarios Reales de los Incas" / Inca Garcilazo de la Vega.
- "Birds of Southern South America and Antactica" / Collins.
- Museo de Leymebamba.
- Museo de Sitio de Luya.
- Área de Conservación Privada San Antonio / Chachapoyas.

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