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RESUMEN
Frente a la importancia dada a las técnicas, en una arqueología que se considera científica en la tradición
neo-positivista, proponemos la necesidad de abordar, desde los postulados teóricos de la Arqueología So-
cial marxista, la creación de metodologías que otorguen fuerza heurística a nuestros proyectos de inves-
tigación, así como coherencia con una ciencia que se considere dialéctica y crítica, de manera que no se
apliquen de forma mecánica los marcos teóricos de partida. En el presente artículo apuntaremos algunas
de las metodologías propuestas.
Palabras clave:
Arqueología Social, Metodología, Epistemología, Materialismo dialéctico
RESUM
Vista la importància donada a les tècniques, en una arqueologia que es considera científica en la seva tra-
dició processual i neo-positivista, proposem la necessitat d’abordar, des dels postulats teòrics de l’Ar-
queologia Social marxista, la creació de metodologies que atorguin força heurística als nostres projectes
d’investigació, així com coherència amb una ciència que es consideri dialèctica i crítica, de manera que
no s’apliquin de forma mecànica els marcs teòrics de partida. En el present article apuntarem algunes de
les metodologies proposades..
Paraules Clau:
Arqueologia Social, Metodologia, Epistemologia, Materialisme dialèctic
S. Almisas Cruz
en las últimas décadas, con el fin de se-al., 1985; Lull y Estévez, 1986; Trig-
ñalar la importancia que adquiere en ger, 1993; Bate, 1993, 1998, 2000; Es-
una ciencia que se declare dialéctica y tévez et al., 1998; Johnson, 2000; Vila,
crítica. 2011). La pregunta fundamental, que
aquí intentaremos desarrollar y a la que
Uno de los elementos fundamentales pretendemos ofrecer algunas respues-
en la caracterización de las disciplinas tas, es ¿bajo qué criterios lógicos pode-
científicas es la de poseer un método mos validar empíricamente nuestros
que permita generar conocimiento ob- marcos teóricos de partida?
jetivo (Carbonell y Hortolà, 2006). La
metodología sería, según Luís Felipe Un primer acercamiento: El método
Bate (1998: 40): la “sistematización y no es técnica.
formalización lógica de las condiciones Actualmente, la visión más extendida
y procedimientos” racionales y explí- (que no la única, como veremos) dentro
citos que guían en la producción del de la arqueología acerca del método se
mismo1. Se trata, en suma, de una ma- deriva de las propuestas neo-positivis-
nera de poner en relación los hechos tas y cientificistas. Veremos dos carac-
empíricos con el sujeto cognoscente. terísticas.
científica. Por otro lado, pero inserto en Brothwell y Pollard, 2001: xvii-xx;
la misma idea, existió la tendencia por Bayley, 1998: 63). Así, el método
parte del positivismo y del neopositi- queda integrado en técnicas de otras
vismo a querer aislar de las ciencias disciplinas auxiliares, y la teoría se
(eso sí, especialmente las naturales) acepta de forma implícita o acrítica,
toda consideración filosófica (De amparado en cierto “sentido común”2 .
Ponte, 1969). Unido a esto, encontra- Las preocupaciones que condujeron a
mos a lo largo del siglo XX la idea ge- esta forma de actuar, las encontramos
neralmente aceptada de que las ciencias en los inicios de la New Archaeology,
sociales tienen un nivel menor de corriente que intenta hacer de la ar-
“caché” científico en relación a las queología una disciplina más científica,
ciencias naturales, puras, debido preci- algo que se considerará un tema central
samente a dicho carácter “subjetivo” y en su desarrollo (Johnson, 2000: 38,
poco empírico. Debemos contextuali- 56). Y para ello, utilizarán la concep-
zar esta dicotomía, en el avance, por un ción de ciencia neopositivista. En este
lado, del neopositivismo y, por otro, del sentido, el positivismo lógico hace una
neokantismo. En la Arqueología, estas clara dicotomía entre ciencias puras y
ideas impactan en la Nueva Arqueolo- ciencias sociales (De Ponte, 1969). Así,
gía y tendrá un gran peso e influencia a ha sido habitual entre arqueólogos de
pesar de las críticas posteriores. la New Arqueology hablar de “science”
(haciendo referencia a las “puras”) con-
2) En segundo lugar, observamos cómo trapuesto a la “archaeology”. Esta ca-
se suelen confundir o equiparar con- racterística provoca precisamente la
ceptos tales como técnica y método. necesidad por parte de éstos de, por un
Una tendencia en el seno de diferentes lado, negar el carácter científico de la
corrientes arqueológicas es la de redu- arqueología tradicional y los plantea-
cir el método a la técnica, como forma mientos que se asociaban a ella (John-
de suprimir ciertos problemas a los que son, 2000: 32-33); y por otro, introducir
conduce la investigación científica. Así, técnicas y métodos “científicos” en la
bajo la idea de que las técnicas científi- arqueología para lograr datos empíri-
cas (objetivas) aplicadas a los datos ar- cos objetivos y cuantificables que sean
queológicos (empíricos) son las que la base de la investigación (Brothwell
otorgan validez a los discursos históri- y Higgs, 1969: 19-21). Con este fin,
cos o reconstrucciones del pasado, se hay que dejar atrás los métodos de in-
suelen ocultar o infravalorar las cons- vestigación del historicismo cultural,
trucciones teóricas de partida, que, al basados en la historia del arte, el in-
fin y al cabo, guían dichas investiga- ductivismo y la cuantificación, y cen-
ciones (Maschner y Chippindale, 2005; trarse en resolver problemas concretos
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queológico (o datos) con el que trabaja tener en cuenta tres realidades ontoló-
(objeto de trabajo) es contemporáneo a gicas, o tres teorías de campos de la re-
la propia acción científica que realiza, alidad, que son necesarias para
mientras que el objeto sustantivo sólo investigar sociedades concretas a par-
se manifiesta a través de dichos datos tir del registro empírico actualmente
(Binford, 1998: 23 y ss.; Bate, 1998: accesible por la actividad arqueológica.
104 y ss.). Así, en arqueología no inte- Así, lo que se genera es una cadena
resa sólo conocer la relación que a nivel causal que nos lleva, a partir de infe-
epistemológico se da entre la realidad rencias, desde los datos que en la in-
(ontología) y el conocimiento humano vestigación concreta se extraen del
(gnoseología) y si dicha relación es ver- registro, hasta el objeto sustantivo de
dadera o falsa (lógica); sino que ade- conocimiento que es la sociedad que lo
más, por la propia peculiaridad de su creó, pasando por la manifestación cul-
objeto de estudio, se interesa por la co- tural, fenoménica, de dichas sociedades
nexión existente entre la sociedad que en un momento histórico pretérito que
busca estudiar y los restos materiales plasmaron en forma de acción antró-
que observa en el registro. Esta cone- pica en la transformación de la natura-
xión que se ve mediatizada por diná- leza. A nivel genético (es decir, en el
micas socioculturales (que hacen que orden que se producen los procesos),
los restos materiales que se fijan en el podemos distinguir, por lo tanto, tres
sustrato sean unos y no otros) y posde- realidades ontológicas:
posicionales (que mediatizan el regis-
tro que finalmente llega a encontrarse 1. En primer lugar, desde la Arqueolo-
y su estado de conservación, pudiendo gía Social marxista, se defiende que es
provocar incluso su desaparición). Asi- el materialismo histórico el cuerpo teó-
mismo, la propia producción de la in- rico que explica los procesos socio-his-
formación arqueológica, que tóricos que queremos abordar en una
transforma los restos arqueológicos en investigación histórica o, en nuestro
datos ya sesgados por la propia activi- caso, arqueológica.
dad de investigación, es otro factor que
debemos tener en cuenta. Veremos esta 2. Por otro lado, debemos explicar la
idea en su nivel ontológico. historia de los contextos arqueológicos.
Es decir, cómo de la transformación de
La ontología hace referencia en episte- la naturaleza por medio de la actividad
mología a cómo es la realidad, es decir, humana y sus manifestaciones cultura-
supone una teoría de la realidad. Bate les, se llega a generar un registro mate-
(1998) propone que para el proceso de rial. Aquí también aludimos a los
investigación arqueológica se deben procesos post-deposicionales.
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desde cierta Arqueología Social (Fer- “hay que comprender que la esencia,
nández, 2006), no debe ser un criterio la esencia más profunda y rica de las
para justificar la validez científica de cosas, no existe separada de los fenó-
una teoría. menos, no es independiente de ellos, y
que tampoco los fenómenos son inde-
Consideramos como elemento central pendientes de su esencia, sino que más
el desarrollo de la dialéctica marxista y bien esencia y fenómeno constituyen
su aplicación, desde el materialismo, a una unidad plena e indisoluble” (Ha-
la epistemología y a la práctica arqueo- vemann, 1967: 43). El materialismo
lógica. El materialismo dialéctico per- dialéctico se postula así como elemento
mite realizar análisis holísticos de la central para entender la realidad natu-
realidad concreta intentando aludir a su ral, el proceso de conocimiento y, por
doble naturaleza: (a) su materialidad in- supuesto, la realidad social, tal y como
dependiente de los conocimientos que vemos en el corpus del materialismo
elaboramos al entrar en contacto con histórico como teoría social (Bate,
ella; y (b) el continuo movimiento de 2012).
la realidad de manera multideterminada
(leyes de la concatenación y desarrollo La realidad, que podemos abstraer en
universal). La dialéctica, siguiendo al categorías y conceptos tal y como pro-
filósofo alemán Robert Havemann pone el marxismo, no obstante, se halla
(1967), supone una guía o herramienta inmersa en problemas epistemológicos.
que permite comprender la caracterís- Un primer problema, enmarcado en la
tica fundamental de la materia (su con- lógica (teoría del método), hace refe-
tinuo movimiento), así como nos rencia a cómo distinguir lo verdadero
permite acceder a nuevo conocimiento, de lo falso, es decir, a cómo saber que
ya que nos ayuda a conceptualizar la nuestro conocimiento se corresponde
relación contenido-forma que entra en con la realidad. La tradición neo-posi-
juego en la relación realidad-conoci- tivista basada en la filosofía de Imma-
miento. Al formar parte de la materia nuel Kant propone que, existiendo una
que queremos conocer3, se establece realidad exterior a los sujetos cognos-
una relación dialéctica entre el conte- centes, no es posible establecer un cri-
nido (el hecho en sí, la “realidad”) y la terio lógico que valide nuestro
forma (la manifestación sensible, par- conocimiento y que sólo es posible ver
ticular de la realidad), por la que no se la coherencia interna de dicho conoci-
pueden separar mecánicamente. El miento sin entrar a valorar si refleja o
autor, para la creación de conoci- no la realidad. Por su parte, el materia-
miento, nos expresa la relación exis- lismo dialéctico, parte de que debe
tente entre el fenómeno y su realidad: haber una coherencia y principio de
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Para ello, proponen descargar a dicho Los estudios espaciales como acerca-
término de su contenido colonialista, miento a una metodología arqueoló-
historicista-cultural y nacionalista, para gica
rescatar su contenido objetivo y nece- Desde otras perspectivas metodológi-
sario para aprehender la realidad con- cas también se ha abordado el pro-
creta de una sociedad dada. Así, a nivel blema de crear programas de
material, las sociedades, enmarcadas en investigación heurísticos desde el ma-
una formación económico-social y en terialismo dialéctico, muchas veces no
un modo de producción, generan prác- contradictorias entre sí, ni con la ante-
ticas y manifestaciones concretas. De rior. Antes de avanzar, debemos citar
este modo, estas autoras proponen un aquí una no abordada en este artículo,
esquema categorial que, de mayor a como es la de la geo-arqueología dia-
menor abstracción parta desde la for- léctica propuesta por Oswaldo Arteaga
mación económico-social, el modo de (Arteaga y Roos, 2012). En ella, se de-
producción y reproducción, modo de fiende la necesidad de desarrollar pro-
vida, modo de trabajo y cultura, finali- gramas de investigación
zando en una categoría de poca capaci- interdisciplinares (algunos de los cuales
dad explicativa pero de gran valor llevan funcionando desde la década de
empírico. Como vemos, en la pro- 1980) para alejar posiciones ambienta-
puesta metodológica y ontológica, está listas de la comprensión de la relación
inserto esta categoría que alude a la ne- sociedad-medio, e investigar el impacto
cesidad filosófica de superar visiones que las sociedades humanas han tenido
estrechas y mecánicas de la relación sobre el medio, coadyuvando a los
entre el registro o la realidad y las cate- cambios climáticos desde el tránsito al
gorías, tal y como se criticó en el seno Holoceno y afectando a los procesos
de la ASL en los años 70 (Jackson, naturales de manera creciente hasta
2010). A lo que hacemos referencia es, nuestros días. Supone, en suma, una
al fin y al cabo, a no caer en un meca- propuesta que demanda integrar en los
nicismo que otorgue a ciertas catego- estudios de las sociedades humanas su
rías la forma de “cajón” donde insertar afección sobre el medio ambiente, re-
fenómenos u objetos materiales, sin chazando tanto una visión del mismo
comprender el proceso sociocultural como elemento ajeno a las sociedades
que tiene lugar para que dicho objeto al que se tienen que adaptar, como una
se plasme materialmente en el registro comprensión del mismo desde posturas
(Bate, 2012). meramente paisajísticas.
S. Almisas Cruz
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S. Almisas Cruz
S. Almisas Cruz
Revista Atlántico-Mediterránea de
Prehistoria y Arqueología Social, 13,
pp. 17-32.