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Introducción a la Ética

La ética debe ser un asunto crucial en los procesos investigativos y debe considerarse uno de
los principales criterios de calidad. El aporte teórico que un estudio pueda dar a un campo de
conocimiento no puede ser valorado independientemente de los procedimientos éticos que se
utilizaron para su desarrollo.

De poco sirve a la sociedad un descubrimiento teórico si durante su consecución se afectó


negativamente la integridad de alguna de las personas participantes; se lesionó de alguna
manera a otro investigador, o si durante la investigación, se incurrió en plagio o se falseó
alguna información.

El investigador es responsable de velar celosamente porque el estudio se desarrolle, de


principio a fin, cumpliendo a cabalidad con los principios éticos elementales, mediante los
que se protege la integridad de los participantes y se respetan los derechos de autoría.

Asimismo, dentro de la ética de la investigación, cobra especial importancia el respeto al


sistema de creencias, las pautas y las manifestaciones culturales de quienes participan; en
especial, cuando se trata de personas menores o de grupos en condición vulnerable.

¿Qué es la Ética?

La ética está asociada, a la filosofía, trata los valores, la moral y las responsabilidades que
rigen el comportamiento profesional respecto a las consecuencias emanadas de la misma
investigación.

Según Resnick (s.f., 2), la ética se puede definir como “…las normas de conducta que
distinguen entre el comportamiento aceptable e inaceptable”.

En tal sentido, Sieber sostiene que ser ético es “parte de un proceso de planeación, tratamiento
y evaluación inteligente y sensible, en el cual el investigador busca maximizar los buenos
productos y minimizar el riesgo y el daño” (Sieber, citado por Sañudo, 2006, p. 2).

La naturaleza de la ética, entonces, se relaciona con un quehacer investigativo correcto


asumido con verdadera responsabilidad profesional, compromiso y respeto hacia los
involucrados.

Ética en la investigación educativa

La ética implica responsabilidad:


 Hacia la ciencia (hacer investigación que amplíe el conocimiento o profundice su
entendimiento),
 Con la educación y a la sociedad (determinar cómo los resultados son difundidos y
usados),
 Con los estudiantes en formación (contribuir a la educación de los aprendices o
asistentes en la investigación) y
 Con los participantes en la investigación. (Smith, citado por Sañudo, 2006, p. 2).
En términos generales, el comportamiento ético en los procesos de investigación educativa
implica una actitud y un accionar considerado del quehacer científico, del campo profesional
y de las personas. Ese respeto profundo hacia la ciencia, hacia la educación y hacia el ser
humano es el que orienta, a quien investiga, a crear conocimiento mediante un proceso
consciente, riguroso, sistemático, con el fin teleológico de procurar mayor bienestar a las
personas.

¿En qué consiste la ética en las prácticas de investigación educativa?

La ética orienta al investigador hacia una conducta moral correcta a lo largo del proceso
investigativo con los participantes y con la institución en la cual se realiza el estudio.
Desde la investigación educativa, “un acto ético es el que se ejerce responsablemente,
evitando el perjuicio a personas, que a veces se realiza inconscientemente, por estar vinculado
el daño a los métodos que el investigador utiliza para la consecución de sus fines” (Buendía
y Berrocal, s.f., 6).

Algunas situaciones antiéticas en la investigación educativa

Los principales problemas éticos identificados por Buendía y Berrocal, (s.f., 8), son:

1. Ocultar a los participantes la naturaleza de la investigación o hacerles participar sin que lo


sepan.

Una situación común es que, estudiantes universitarios desarrollen un ejercicio investigativo


en un aula escolar y solicitan permiso a la docente a cargo del grupo, pero al grupo de
estudiantes no.

2. Exponer a los participantes a actos que podrían perjudicarles o disminuir su propia


estimación.

Una investigadora está en un aula de estudiantes de quinto grado y desea conocer las causas
del bajo rendimiento académico en los estudiantes de ese grado. Entonces toma una lista de
estudiantes cuyas calificaciones son bastantes deficientes y en frente al grupo de estudiantes
indica: “bueno vamos a ver... Porque es que ustedes sacan malas notas...” y con un tono de
voz intimidante continua diciendo: “...Carlos usted tiene una calificación de 40 en
matemáticas y una nota de 50 en español, dígame porque es que saca esas notas tan terribles”.

3. Invadir la intimidad de los participantes.

Un investigador está realizando un estudio sobre estilos de aprendizaje en estudiantes de un


colegio público de San José y entre las técnicas de recolección de información incluyó una
entrevista y dentro de las preguntas que le plantea a los estudiantes incluye preguntas que
tienen que ver con su vida sexual y otras particularidades sobre la dinámica del grupo
familiar del estudiante. A pesar que el estudiante se manifiesta incómodo con esas preguntas,
el investigador continúa interrogando sobre aspectos personales que al parecer tienen poca
relación con su estilo de aprendizaje.
4. Privar a los participantes de los beneficios.

Un experto en educación en línea trabaja con un grupo de estudiantes universitarios de la


carrera de matemáticas, sobre nuevas herramientas para la enseñanza de esta materia y logran
diseñar una herramienta muy útil para potenciar el aprendizaje de un contenido matemático,
el investigador inscribe el producto a su nombre como un software propietario, a pesar de
que los estudiantes universitarios colaboraron de forma importante en el diseño y validación
del producto tecnológico.

Principios éticos en la práctica de la investigación educativa

Los siguientes son los principales principios éticos que envuelven la investigación educativa;
algunos han sido expuestos por autores(as) aquí citados; sin embargo, se aclara que no se
trata de una lista exhaustiva:

1. Acatar los valores morales fundamentales y los secundarios (Marlasca, 2010). Dentro de
estos, sobresale el respeto natural a la verdad y a la dignidad.

2. Obedecer las leyes que gobiernan nuestra sociedad: “La legislación o prescripciones
jurídicas de cualquier comunidad” (Menéndez, 1998, p. 13).

3. Respetar la propiedad intelectual: “Reconocimiento de los trabajos que han sido utilizados
para obtener información, y de cualquier persona que haya colaborado en el trabajo”
(Beveridge citado por Ander-Egg, 1995, p. 43).

4. “No utilizar ideas o resultados preliminares ajenos que se hayan dado a conocer en una
conversación, sin permiso para hacerlo” (Beveridge citado por Ander-Egg, 1995, p. 43).

5. “No usurpar, calificando como propio, el trabajo que sólo se ha supervisado como director
de un instituto, presentándose como coautor y colocando su nombre en primer lugar”
(Beveridge citado por Ander-Egg, 1995, p. 43).

6. Asumir la responsabilidad de las consecuencias de su estudio, de la divulgación y la


difusión de los hallazgos, así como los efectos de los resultados.

7. La investigación educativa dentro del marco de la investigación social se realiza con seres
humanos; las y los informantes gozan del derecho de ser informados sobre la finalidad y el
destino de la pesquisa.

8. Evitar todo tipo de discriminación asociado con el género, la edad u otras formas
inclusivas.

9. Formalizar la autorización con las autoridades respectivas de la institución educativa


para realizar la investigación.

10. Conocer, previo al estudio, los códigos y las normas éticas que rigen los establecimientos
educativos donde se ejecuta el estudio.
11. Actualiza el conocimiento a través de capacitación constante, lo que Ander-Egg
denomina “formación permanente”; debido al cambio acelerado, tanto en los escenarios
modernos como en los contextos del conocimiento científico.

12. Adoptar una actitud científica como proyecto y estilo de vida (Ander-Egg, 1995).

13. No alterar los datos ni los resultados de una pesquisa, tampoco presentar datos
falsificados ni fabricarlos, tergiversando así la información.

14. Registrar todas las fuentes como seguras y confiables, ya sean impresas o digitales,
inclusive discos compactos, y otras provenientes de Internet; la violación a este principio
implica el delito de plagio.

15. Cumplir con los lineamientos técnicos y metodológicos al hacer las observaciones de
campo y etnográficas.

16. Garantizar el anonimato de las y los informantes, especialmente, cuando estos así lo han
solicitado.

17. No invadir la intimidad de las y los informantes.

18. Preservar siempre el secreto profesional.

Derechos de los participantes involucrados en una investigación

Los procesos investigativos que involucran el aporte de personas requieren del


consentimiento informado. Salvo en casos en los que se utilicen datos comunes no
individuales ni personales; por ejemplo, los de un censo. (Código de conducta, APA, citado
por Hernández, Fernández-Collado y Batista, 2008).

En los casos de estudio cuando se necesite la participación directa de los colaboradores, la


persona responsable de la investigación debe garantizarle el cumplimiento de los siguientes
derechos:
 Conservar el anonimato y la confidencialidad de los datos suministrados o que
involucra cuestiones individuales.
 Recibir información detallada acerca de los fines del estudio, la utilización de los
resultados y los posibles riesgos a los que se enfrentan al participar del estudio.
 Reusarse a participar del estudio o no proporcionar información.

Conclusiones

La investigación educativa es un espacio de creación de nuevos conocimientos que potencia


el quehacer profesional y que apunta hacia nuevas formas de atender, tanto los desafíos
emergentes como los tradicionales en el ámbito educativo. Asimismo, los avances
investigativos en el campo de la educación apuntan hacia el desarrollo de las sociedades por
medio de un mejoramiento sustantivo de las condiciones educativas de su población. En este
sentido, el profesional de la educación tiene ante sí el compromiso ético de instaurar mejores
prácticas pedagógicas y procesos educativos democráticos que alcancen e impacten
profundamente, con el fin de dar oportunidad al máximo desarrollo de las potencialidades de
los estudiantes. Para ello, la investigación educativa es una herramienta esencial.

Pese a lo anterior, el quehacer investigativo en los contextos educativos debe estar regido por
normas, prioritariamente, por un código ético que le permita al investigador hacer su aporte
al campo y producir nuevos conocimientos, por cuanto salvaguarda en todos sus extremos
(desde el punto de vista físico, psicológico, emocional) la integridad de los actores
involucrados en el proceso.

Un quehacer investigativo éticamente correcto involucra, entre otras cosas, el respeto a los
derechos de los participantes, el consentimiento informado, la garantía de la confidencialidad
de la información, la protección de la identidad, el uso cuidadoso y autorizado de la imagen,
por citar algunos de ellos. Además, y no menos importante, un trato profundamente
respetuoso de las opiniones, del sistema de creencias y de las pautas culturales de los
participantes. La ética en los procesos investigativos, en el campo de la educación, ocupa un
lugar prioritario, especialmente, cuando se trabaja con niños y adolescentes u otras
poblaciones vulnerables.

Corresponde, también, a quien investiga, ser extremadamente cuidadoso(a) en el uso de las


diferentes fuentes de información; por ejemplo: hacer la referencia precisa de las utilizadas
en su estudio y dar los créditos respectivos a las personas que, de alguna manera, colaboraron
en la elaboración de su trabajo.

Un proceso de investigación en el que se violenten los principios éticos fundamentales pierde


credibilidad, aun cuando declare una excelente rigurosidad metodológica, veracidad de las
informaciones que ofrece y un posible aporte científico al campo disciplinar.

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