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TESIS
PARA OBTENER EL GRADO DE
LICENCIADA EN PSICOLOGIA
PRESENTA
ILEANA LOPEZ DE LA ROSA
DIRECTORA DE TESIS
DRA. CRISTINA BARRIENTOS DURÁN
1
INDICE
1 capítulo I Secuestro
1.1 Definición…………………………………...................................4
2.2 Definiciones……………………………………………………...21
2
3. Capítulo 3 Método…………………………………..…….……43
3.2 Hipótesis
3.3 Muestra
3.4 Evaluación
IV programa……………………………………………….………44
Referencias.............................................................................47
Anexos
3
CAPITULO I SECUESTRO
1.1 definición
El secuestro es uno de los delitos con mayor impacto social. En México, sus efectos
no se limitan a las víctimas o sus familias, sino que repercuten en el día a día de los
ciudadanos provocando temor a salir a las calles. Esta situación es atribuida por los
analistas en seguridad al incremento de la percepción de inseguridad en la conciencia
colectiva (Jiménez, 2002)
4
El secuestro es generalmente perpetuado con el fin de obtener un rescate monetario,
pero también es llevado a cabo con propósitos políticos u otros. En la década de los
setenta el secuestro se convirtió en la táctica más común de los grupos
revolucionarios en Latinoamérica. (Jiménez [s/f])
Según el observatorio Nacional Ciudadano ONC (2014) los tipos de secuestro son:
5
Secuestro exprés. Es un tipo de secuestro que cada vez ha cobrado mayor
relevancia debido a que puede ser cometido con poco riesgo pues hay menor
interacción con la víctima, lo cual implica una menor probabilidad de que este
delito sea de conocimiento de las autoridades.
a. Obtener rescate
b. Detener en calidad de rehén a una persona y amenazar con privarla de
la vida o con causarle daño, para que la autoridad o un particular realice
o deje de realizar un acto cualquiera,
c. Causar daño o perjuicio a la persona privada de la libertad o a cualquier
otra.
d. Cometer secuestro exprés, desde el momento mismo de su realización,
entendiéndose por éste, el que, para ejecutar los delitos de robo o
extorsión, prive de la libertad a otro. Lo anterior, con independencia de
las demás sanciones que conforme a este Código le correspondan por
otros delitos que de su conducta resulten.
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II. De veinte a cuarenta años de prisión y de dos mil a cuatro mil días multa, si en la
privación de la libertad a que se hace referencia en la fracción anterior concurre
alguna o algunas de las circunstancias siguientes:
III. Se aplicarán de veinticinco a cincuenta años de prisión y de cuatro mil a ocho mil
días multa, cuando la privación de libertad se efectúe con el fin de trasladar a un
menor de dieciséis años fuera de territorio nacional, con el propósito de obtener un
lucro indebido por la venta o la entrega del menor.
Y señala que, en caso de que el secuestrado sea privado de la vida por su o sus
secuestradores, se aplicará pena de hasta setenta años de prisión.
Artículo 366 Bis.- Se impondrá pena de dos a diez años de prisión y de doscientos a
mil días multa, al que en relación con las conductas sancionadas por el artículo
anterior y fuera de las causas de exclusión del delito previstas por la ley:
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I. Actúe como intermediario en las negociaciones del rescate, sin el acuerdo de
quienes representen o gestionen en favor de la víctima;
II. Colabore en la difusión pública de las pretensiones o mensajes de los
secuestradores, fuera del estricto derecho a la información
III. Actúe como asesor con fines lucrativos de quienes representen o gestionen en
favor de la víctima, evite informar o colaborar con la autoridad competente en
el conocimiento de la comisión del secuestro
IV. Aconseje el no presentar la denuncia del secuestro cometido, o bien el no
colaborar o el obstruir la actuación de las autoridades
V. Efectúe el cambio de moneda nacional por divisas, o de éstas por moneda
nacional sabiendo que es con el propósito directo de pagar el rescate a que se
refiere la fracción I del artículo anterior.
VI. Intimide a la víctima, a sus familiares o a sus representantes o gestores,
durante o después del secuestro, para que no colaboren con las autoridades
competentes.
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III. La persona o personas que reciban al menor.
A quienes cometan el delito a que se refiere el presente artículo se les impondrá una
pena de tres a diez años de prisión y de cuatrocientos a mil días multa. Además de
las sanciones señaladas en el párrafo anterior, se privará de los derechos de patria
potestad, tutela o custodia a quienes, en su caso, teniendo el ejercicio de éstos
cometan el delito a que se refiere el presente artículo.
Se aplicarán hasta las dos terceras partes de las penas a las que se refiere este
artículo, cuando el traslado o entrega del menor se realicen en territorio nacional.
Artículo 366 quáter. Las penas a que se refiere el artículo anterior se reducirán en una
mitad cuando:
Se impondrán las penas a que se refiere este artículo al padre o madre de un menor
de dieciséis años que de manera ilícita o sin el consentimiento de quien o quienes
ejerzan la patria potestad o la custodia del menor, sin el propósito de obtener un lucro
indebido, lo trasladen fuera del territorio nacional con el fin de cambiar su residencia
habitual o impedir a la madre o padre, según sea el caso, convivir con el menor o
visitarlo.
En los casos a que se refiere este artículo, el delito se perseguirá a petición de parte
ofendida.
1.4 Ley general para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro
(2010)
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A continuación, se mostrarán los artículos que constituye esta ley, así como también
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Artículo 1. La presente Ley es reglamentaria del párrafo primero de la fracción XXI del
artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia
de secuestro. Es de orden público y de observancia general en toda la República y
tiene por objeto establecer los tipos penales, sus sanciones, las medidas de
protección, atención y asistencia a ofendidos y víctimas, la distribución de
competencias y formas de coordinación entre los órdenes de gobierno. Para ello la
Federación y las Entidades Federativas, en el ámbito de sus competencias, estarán
obligadas a coordinarse en el cumplimiento del objeto de esta Ley.
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IV. Secretario Ejecutivo: El Titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional
de Seguridad Pública.
V. Sistema: Sistema Nacional de Seguridad Pública.
VI. Fondo: Fondo de Apoyo para las Víctimas y Ofendidos.
VII. Programa Nacional: Programa Nacional para la prevención, persecución y
sanción del delito de secuestro.
VIII. Víctima u ofendido: para los efectos de esta ley se atenderá a lo previsto en el
Código Nacional de Procedimientos Penales. (Reformada mediante Decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 17 de junio de 2016)
IX. Derogada.
(Derogada mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el
17 de junio de 2016)
X. Código Nacional: Código Nacional de Procedimientos Penales.
(Adicionada mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación
el 17 de junio de 2016)
Artículo 7. Sólo podrá suspenderse el proceso penal iniciado por el delito de secuestro
o delitos por hechos conexos o derivados del mismo, en los casos aplicables a que
se refiere el Código Nacional o cuando sea puesto a disposición de otro juez que lo
reclame en el extranjero.
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(Artículo reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación
el 17 de junio de 2016)
Artículo 8. En todos los casos, la sentencia condenatoria que se dicte por los delitos
contemplados en esta Ley, deberá contemplar la reparación del daño a las víctimas,
cuyo monto fijará el juez de la causa con los elementos que las partes le aporten o
aquellos que considere procedentes a su juicio, en términos de la ley.
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a) Que se realice en camino público o en lugar desprotegido o solitario;
e) Que la víctima sea menor de dieciocho años o mayor de sesenta años de edad,
o que por cualquier otra circunstancia no tenga capacidad para comprender el
significado del hecho o capacidad para resistirlo;
II. De cincuenta a cien años de prisión y de ocho mil a dieciséis mil días multa, si
en la privación de la libertad concurren cualquiera de las circunstancias
siguientes: (Reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 3 de junio de 2014).
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Las sanciones señaladas en el presente artículo se impondrán, sin perjuicio o con
independencia de las que correspondan por otros delitos que de las conductas a
las que se aplican resulten.
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(Reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 3
de junio de 2014).
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ellas, adquiera o reciba el producto de las mismas a sabiendas de esta
circunstancia;
II. Preste auxilio o cooperación al autor de cualquiera de las conductas previstas
en los artículos 9 y 10 de esta Ley, con conocimiento de esta circunstancia, por
acuerdo posterior a la liberación de la víctima;
III. Oculte o favorezca el ocultamiento del responsable de ejecutar cualquiera de
las conductas previstas en los artículos 9 y 10 de esta Ley, con conocimiento
de esta circunstancia, así como los efectos, objetos o instrumentos del mismo
o impida que se averigüe; (Reformada mediante Decreto publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 17 de junio de 2016).
IV. Altere, modifique o destruya ilícitamente el lugar, indicios, evidencias, objetos,
instrumentos o productos del hecho delictivo, o (Reformado mediante Decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 17 de junio de 2016).
V. Desvíe u obstaculice la investigación de cualquiera de las conductas previstas
en los artículos 9 y 10 de esta Ley, o favorezca que el imputado se sustraiga a
la acción de la justicia.
VI. No se aplicará la pena prevista en este artículo en el caso de la fracción III, en
lo referente al ocultamiento del infractor, cuando se trate de:
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I. Divulgue, sin motivo fundado, información reservada o confidencial,
relacionada con las conductas sancionadas por esta Ley, salvo que se refiera
a la información o imágenes obtenidas en una intervención de comunicación
privada, en este caso se aplicará lo dispuesto por el Código Penal Federal, o
II. Revele, sin motivo fundado, técnicas aplicadas a la investigación o persecución
de las conductas previstas en la presente Ley.
Artículo 18. A todo sentenciado por cualquiera de los delitos previstos en esta Ley
que sea o hubiere sido servidor público de cualquiera de las instituciones
policiales, de procuración de justicia, del sistema penitenciario y dependencias
encargadas de la seguridad pública, se le aplicará como parte de la pena la
inhabilitación para ocupar un empleo, cargo o comisión en el servicio público
federal, local o municipal, desde un plazo igual al de la pena de prisión que se le
imponga por el delito en que incurrió hasta la inhabilitación definitiva.
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Cualquier otro servidor público quedará inhabilitado para ocupar un empleo, cargo
o comisión en el servicio público federal, local o municipal hasta por un plazo igual
al de la pena de prisión que se imponga. Dicha inhabilitación correrá a partir de
que concluya la pena de prisión.
Artículo 19. Los sentenciados por los delitos a que se refiere la presente Ley no
tendrán derecho a los beneficios de la libertad preparatoria, sustitución,
conmutación de la pena o cualquier otro que implique reducción de la condena.
I. Respecto de los delitos sancionados con una pena que no exceda de cuatro
años de prisión;
II. El sentenciado acepte voluntariamente la colocación de un dispositivo de
localización por el tiempo que falte cumplir la pena de prisión y pague el costo
de su operación y mantenimiento;
III. El sentenciado sea primodelincuente;
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sentenciado; (Reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 17 de junio de 2016);
V. Compruebe fehacientemente contar con un oficio, arte o profesión o exhiba las
constancias adecuadas que acrediten que continuará estudiando;
VI. Cuente con fiador;
VII. Se obligue a no molestar a la víctima y a los testigos que depusieron en su
contra, así como a sus parientes o personas vinculadas a éstos.
Artículo 20. La autoridad judicial podrá ordenar que las personas que hayan sido
condenadas por conductas previstas en el presente ordenamiento queden sujetas
a vigilancia por la autoridad policial hasta por los cinco años posteriores a su
liberación.
La ley general se creó para que se puede proteger a las personas que han sufrido
algún secuestro, para ello también es importante que se lleve en conjunto de un
tratamiento psicológico.
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CAPITULO II TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
En el siglo XIX que empieza a valorarse, desde una perspectiva psiquiátrica el trauma
psicológico con el concepto de histeria. El británico James Jhonson agrupo en 1871
a la histeria e hipocondría como “síndrome de desgaste y desgarro” originado por el
“sobreesfuerzo físico y mental de la vida en una nueva sociedad industrializada”. Al
terminar a la Guerra Civil Norteamericana, este concepto toma mayor fuerza
(Martínez, 2010).
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abandono por completo el enfoque psicodinámico. El DSM-III-R en 1987 estrecho el
criterio diagnóstico y añadió la necesidad de que los síntomas estuvieran presentes
al menos durante un mes. En el DSM-IV, la aportación fundamental ha sido incluir
una medida de la respuesta subjetiva del individuo al trauma de la angustia emocional
y de la percepción de desamparo (APA, 1994).
2.2 Definición
21
expresiones emocionales y de amnesia ulterior del fenómeno acontecido. Se trata de
estados alterados de conciencia que pueden durar escasos minutos hasta varias
horas, con recuperación ulterior del juicio de realidad y la identidad personal. En
algunos episodios de flashback, la conciencia puede verse afectada y los afectos
relacionados con el trauma pueden condicionar la conducta motora, aunque cuando
finaliza, el paciente distingue sus imágenes de la realidad. Estos estados pueden
desencadenarse por estímulos externos o bien, aparecer en determinados estados
psicofisiológicos como el estrés, fatiga, insomnio o consumo de sustancia toxicas,
situaciones que intensifican los síntomas, sobre todo cuando el paciente se expone a
estímulos que asocia al trauma original (American Psychiatric Association, 2002).
A continuación, se enlistan los criterios para el diagnóstico del del Trastorno por estrés
postraumático según el DSM-V (American Psychiatric Association, 2013):
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2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o el afecto del sueño
está relacionado con el suceso(s) traumático(s).
3. Reacciones disociativas (p. ej., escenas retrospectivas) en las que el sujeto
siente o actúa como si se repitiera el suceso(s) traumático(s). (Estas
reacciones se pueden producir de forma continua, y la expresión más extrema
es una pérdida completa de conciencia del entorno presente.)
4. Malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse a factores internos o
externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso(s)
traumático(s).
5. Reacciones fisiológicas intensas a factores internos o externos que simbolizan
o se parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).
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4. Estado emocional negativo persistente (p. ej., miedo, terror, enfado, culpa o
vergüenza).
5. Disminución importante del interés o la participación en actividades
significativas.
6. Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás.
7. Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad,
satisfacción o sentimientos amorosos).
H. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej.,
medicamento, alcohol) o a otra afección médica.
Especificar si: Con síntomas disociativos: Los síntomas cumplen los criterios para el
trastorno de estrés postraumático y, además, en respuesta al factor de estrés, el
individuo experimenta síntomas persistentes o recurrentes de una de las
características siguientes:
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mental o corporal (p. ej., como si se soñara; sentido de irrealidad de uno mismo
o del propio cuerpo, o de que el tiempo pasa despacio).
Para utilizar este subtipo, los síntomas disociativos no se han de poder atribuir a los
efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., desvanecimiento, comportamiento
durante la intoxicación alcohólica) u otra afección médica (p. ej., epilepsia parcial
compleja). Especificar si: Con expresión retardada: Si la totalidad de los criterios
diagnósticos no se cumplen hasta al menos seis meses después del acontecimiento
(aunque el inicio y la expresión de algunos síntomas puedan ser inmediatos).
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Sueños o pesadillas que ocurren sobre un fondo persistente de “torpor” y de
aplanamiento emocional, de desapego de los demás, de falta de respuesta a
las circunstancias, de anhedonia y de impedimento de las actividades y de las
situaciones que le recuerdan el trauma.
Habitualmente hay un estado de alerta excesivo en la esfera autonómica, con
hipervigilancia, incremento de la reacción de alarma e insomnio.
La ansiedad y la depresión se asocian con frecuencia con los síntomas y los
signos descritos, y no son infrecuentes las ideas suicidas.
De acuerdo a Pérez Benítez, C., & Vicente, B., & Zlotnick, C., & Kohn, R., & Johnson,
J., & Valdivia, S., & Rioseco, P. (2009). Dos estudios se han publicado sobre la
epidemiología de un amplio rango de acontecimientos traumáticos en una nación en
desarrollo, en este caso México. El primero encontró que la prevalencia de
acontecimientos traumáticos a lo largo de la vida fue similar a la que se ha reportado
en EU, aunque la prevalencia a lo largo de la vida del TEPT (11.2%) fue 37-50% más
26
alta que las tasas en las muestras de EU. Este estudio no examinó otros trastornos
psiquiátricos en individuos que tenían TEPT a lo largo de la vida. El segundo estudio
reportó tasas de prevalencia mucho más bajas, 1.45% en general; 2.3% en las
mujeres y 0.49% en los hombres, pero sólo tuvo en cuenta TEPT diagnosticado en
los 12 meses previos al estudio y relacionados con hechos violentos solamente (por
ejemplo, violación, secuestro).
Un estudio de Echenique, C., & Medina, L., & Medina, A., & Ramírez, A. (2008)
describe la prevalencia del Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), en población
desplazada por violencia, reubicada en los barrios Campo-alegre y Cristo Viene, de
la ciudad de Sincelejo, Sucre. Es una investigación cuantitativa, diseño no
experimental, de corte transversal, tipo observacional, de nivel descriptivo. La
población de estudio es de 202 sujetos en condición de desplazamiento, de los cuales
solo 142 son considerados como desplazados, pues el tiempo de reubicación es
menor a cinco años. Se encontró que el 1.4% de los sujetos presentan en la actualidad
TEPT y el 4.22% registró TEPT en su curso vital, para un total de 5.6% personas
afectadas. Los sucesos violentos que originaron el desplazamiento de la población
fueron los mismos eventos traumáticos que desencadenaron el TEPT, sin distinción
de características demográficas.
Medina-Mora Icaza, M., & Borges-Guimaraes, G., & Lara, C., & Ramos-Lira, L., &
Zambrano, A., & Fleiz-Bautista, C. (2005) mencionan que el trastorno por estrés
postraumático es una respuesta sintomatológica que una persona desarrolla después
de haber estado expuesta a un suceso altamente estresante, debido a que ha
amenazado su integridad física o su vida, o la de otras personas. La violencia sexual,
los de ataques físicos, los asaltos, los secuestros, el abuso sexual infantil, el ser
testigo de la muerte o de lesiones graves a otra persona por un asalto o riña, y el
saber de la muerte o del asalto violento a un familiar o amigo cercano, son sucesos
estresantes que el DSM-IV menciona como susceptibles de producir TEPT. A los
individuos de la muestra se les preguntó por cada uno de los 28 sucesos que
conforman la sección de estrés postraumático; la descripción de esta parte se incluye
en el anexo. Los resultados del estudio mostraron que 68% de la población adulta
que vive en el México urbano ha estado expuesta al menos a un suceso estresante
alguna vez en su vida. El 20% dijo haber experimentado al menos uno de los sucesos,
15% dos y 33% tres o más. Las prevalencias de los 28 sucesos susceptibles de
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generar un TEPT se muestran en el cuadro II, considerando, además, su distribución
por sexo y si existieron diferencias estadísticamente significativas en términos de su
presencia en hombres y mujeres. Como se observa, una de cada cuatro personas
había experimentado la muerte repentina o inesperada de un familiar o amigo cercano
(26.9%), así como algún atraco en el que fue amenazada con un arma (24.6%). Una
de cada cinco (21.4%) ha tenido algún accidente; en proporción similar la población
ha sido testigo de violencia doméstica en su infancia (20.3%) y víctima de violencia
física severa (apaleado) por parte de padres o cuidadores en la infancia (18.3%). El
16.3% ha sido testigo de la muerte o lesiones de una persona, 13.7% experimentó
algún desastre natural o provocado por el hombre. Una de cada 10 personas ha
sufrido alguna enfermedad grave; 7.4% ha sido apaleado por alguna persona que no
son los padres o la pareja, 6% ha sido apaleado por su pareja y 5.4% reporta haber
experimentado abuso sexual. Prevalencias menores, pero importantes de mencionar,
son la violación con 3.9% y la persecución o acoso con 3.7%.
28
confirman los cotidiana
cuatro grupos producido
de síntomas por el
(reexperimentac suceso,
ión, evitación que encaja
conductual/ bien con el
cognitiva, diagnóstic
alteraciones o clínico y
cognitivas/estad funcional
o de ánimo del DSM-5
negativo y
aumento de la
activación)
29
Evaluación vivencia del relacionar
Global de Estrés acontecimiento su
Postraumático
(EGEP) traumático fue sintomatol
grave o extrema ogía actual
y ninguno de con
ellos la clasificó experienci
como leve as
La prueba está traumática
diseñada de s previas
modo que En
permite obtener ocasiones
información
los pacientes
sobre los
omiten la
siguientes
información
aspectos:
traumática,
diagnóstico
bien sea por
TEPT,
vergüenza,
intensidad o
porque les
gravedad de los
resulta muy
síntomas
doloroso
postraumáticos,
hablar de ello,
número de
o incluso
síntomas
porque la
postraumáticos
propia
presentes,
sintomatologí
intensidad o
a
gravedad de los
postraumática
síntomas
, evitación, no
clínicos
favorece las
subjetivos
verbalizacione
s relacionadas
con el
30
acontecimient
o traumátas
personas que
presentaron
TEPT
presentaron
un mayor
número de
cogniciones
negativas
sobre el yo, de
cogniciones
negativas
sobre el
mundo, y de
cogniciones
de autoculpa
que las
personas sin
TEPT.
31
cognicione
s
negativas
sobre el
mundo, y
de
cognicione
s de
autoculpa
que las
personas
sin TEPT.
Respecto
a la
persistenci
a del daño,
sabemos
que este
es mucho
más
intenso
cuando el
evento
traumático
es
causado
intencional
mente por
la mano
del
hombre
32
2.6 Estudios previos II
33
indicaron que el 54,5% de todos los sujetos padecían el trastorno de estrés
postraumático, que se daba con más frecuencia en las víctimas de agresión
sexual y de terrorismo que en las de violencia familiar. En concreto, tanto las
agresiones sexuales como el terrorismo y, en menor medida, la violencia
familiar constituyen sucesos negativos que generan con una gran frecuencia
(en el 54,5% de la muestra total) e intensidad el trastorno de estrés
postraumático. Pero es, sin duda, el carácter reciente del trauma, cualquiera
que éste sea, la variable más relevante y la que hace más probable la
presencia y, en su caso, la gravedad del trastorno de estrés postraumático. No
deja de ser llamativo que, a pesar de ello, casi dos tercios de las víctimas no
recientes, que han estado expuestas al trauma hace ya muchos meses e
incluso años, padezcan el trastorno o, al menos, el subsíndrome. Las
conductas de evitación son las que tienden más fácilmente a cronificarse. A
diferencia de otras reacciones ante situaciones de duelo; -revés económico,
desengaño amoroso, pérdida de un ser querido, etc.- este cuadro clínico no
remite espontáneamente con el transcurso del tiempo y tiende a cronificarse.
3. Navia (2008) realizó un reporte de los resultados del análisis cualitativo sobre
los mecanismos familiares de afrontamiento en familias víctimas de secuestro
extorsivo económico (SEE) se escogieron 192 familias que cumplían con los
criterios de la investigación: ser víctimas de SEE, tener un miembro adulto
secuestrado o haber experimentado su liberación al menos 15 meses antes
del estudio. Los datos familiares se recogieron mediante una entrevista
semiestructurada que incluía como temas la experiencia de las familias durante
el cautiverio y después de la liberación. Duraron aproximadamente 2 ½horas
cada una, todas fueron grabadas y transcritas, identificando a cada familia con
un código para proteger su identidad y garantizarla confidencialidad de los
participantes. Los resultados arrojaron que después de la liberación fueron
pocas las familias que reportaron acudir a lo espiritual como estrategia para
manejar la situación, durante el cautiverio la totalidad de los participantes indicó
que el apoyo espiritual fue lo que les permitió sentir fortaleza y guardar la
esperanza. Según reportaron, durante el cautiverio las familias se reúnen con
frecuencia para orar y encuentran en este ritual un espacio de unión, apoyo y
sosiego. Dentro de los mecanismos cognitivos orientados al manejo se
identificaron cuatro tendencias: pensar la situación como algo manejable, mirar
34
lo positivo de la experiencia, pensar en un futuro positivo, disminuir los
aspectos negativos. Durante el cautiverio las familias reportaron con mayor
frecuencia pensar la situación como algo manejable y pensar en un futuro
positivo, mientras que las familias que estaban en el período posterior a la
liberación reporta-ron emplear con mayor frecuencia mirar lo positivo y
disminuir los aspectos negativos. Para algunas familias, pensar el secuestro
como un negocio o transacción les permitió sentir que tenían cierto control
sobre la situación. El estudio no permite determinar las circunstancias
específicas en las que se emplearon unos y otros. Después de la liberación,
las familias deben asimilarlo sucedido y afrontar las consecuencias que les
deja el secuestro, Las diferencias observadas en el tipo de estrategias
cognitivas y conductuales que emplearon las familias de los dos grupos, y que
parecen estar relacionadas con la naturaleza de las situaciones estresantes
que enfrentan las familias durante los dos períodos, confirma, una vez más, la
naturaleza procesal del afrontamiento. En un tiempo caracterizado por la
incertidumbre, como lo es el cautiverio de uno de los miembros de la familia,
pensar en un futuro positivo, en que su ser querido sería devuelto y soportaría
las vejaciones del cautiverio, permitió a las familias mantener la esperanza y
crear una noción de futuro. De igual manera, buscaron ganar control
informándose sobre lo que podrían esperar a lo largo del cautiverio de su
familiar pues, como lo muestra el siguiente relato, la información les
proporcionaba una visión realista sobre la situación y les permitía hacer
algunas predicciones
Guerra V., C., & Plaza V., H. (2009) citando a Astin y Resick (1997), Las teorías
conductuales del aprendizaje han sido ampliamente utilizadas para explicar el TEP.
Dentro de ellas, la teoría bifactorial de Mowrer plantea que las respuestas del TEP
podrían adquirirse y mantenerse por condicionamiento clásico y operante. En primer
lugar, se ha retomado el modelo del condicionamiento clásico para explicar el
desarrollo de los síntomas. En éste, el trauma es el estímulo incondicionado (EI) que
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provoca el temor extremo (respuesta incondicionada – RI). El trauma se asocia con
el recuerdo del trauma que se convierte entonces en el estímulo condicionado. Así, el
recordar el trauma provoca el temor extremo que se vuelve la respuesta condicionada
(RC). Por medio de la generalización de estímulo y condicionamiento de segundo
orden, otras señales asociadas con el recuerdo y aquellas neutrales, se convierten en
estímulos condicionados que provocan el temor extremo (RC). Por otra parte, el
modelo del condicionamiento operante se emplea para explicar el mantenimiento de
los síntomas, a pesar de que el estímulo incondicionado (EI) no vuelve a ocurrir.
Debido a que el recuerdo del trauma desencadena una ansiedad excesiva, se evita
el recuerdo del trauma, resultando en la reducción de la ansiedad. Así, la evitación
del recuerdo del trauma se refuerza negativamente, impidiendo la extinción de la
asociación entre el recuerdo del trauma y la ansiedad.
36
y posterior exposición progresiva del paciente a estímulos provocadores de miedo
(Guerra V., C., & Plaza V., H., 2009).
2.9 Contracondicionamiento
37
forma adaptativa en las redes de memoria, y que constituyen la base de nuestros
pensamientos, emociones, actitudes y conductas. En sus inicios, se aplicó en el
tratamiento del trastorno de estrés postraumático, desarrollos posteriores ampliaron
su uso, adquiriendo importancia el abordaje de los traumas y trastornos de apego
(Walter Lupo, s/f)
38
Desensibilización: mediante tandas de EB oculares, auditivas o táctiles, se reprocesa
la información hasta llevarla a un nivel de perturbación neutra o mínima. Entre cada
tanda de EB, el/la terapeuta pregunta brevemente al paciente sobre lo que nota, sin
hacer ninguna otra intervención. La idea es dejar que funcione la libre asociación de
los recuerdos, ya que una de las características centrales del procesamiento
acelerado de la información es la tendencia a promover el encadenamiento asociativo
a través de la formación de nuevas asociaciones a las redes de recuerdos más
adaptativas.
8) Seguimiento: en la siguiente sesión se evalúan los efectos del trabajo realizado con
el recuerdo, si el procesamiento se ha completado, o si ha surgido nuevo material
asociado y hay que seguir procesándolo. Comprobar que se están abordando todos
los aspectos del plan de tratamiento. La cantidad de sesiones dedicadas a cada fase
puede variar según el paciente. Las fases 1 y 2 pueden requerir varias sesiones,
mientras que las fases 3 a la 7 se realizan en una misma sesión, porque implican el
trabajo directo con la experiencia elegida. La fase 8 siempre es en la siguiente sesión.
El drama del secuestro no siempre se inicia con la captura, cada vez menos hipotética,
aunque no precisamente predecible, sino también con la posibilidad de ser plagiado
o de que alguien cercano lo sea. La pregunta «¿por qué a mí?» sistemáticamente se
ha venido cambiando por la de «¿por qué no a mí?» Lo que antes estaba dirigido a
personas específicas, por razones puntuales, hoy simplemente puede ser un asunto
39
del azar: tomar justamente ese avión, ir precisamente a ese lugar, tomar esa ruta, ser
quien se es, tener o no tener... Los criterios han cambiado: de los criterios de selección
se ha pasado a los de no exclusión.
40
cotidiano, habiéndose convertido en un término de uso muy común. Entre los
varios calificativos que se han utilizado para identificar el siglo XX, uno de los
más repetidos es el del estrés, entendido como un elemento causal del
malestar personal y de gran parte de enfermedades. Sin embargo, hemos de
saber que el estrés es un componente normal de nuestras vidas y por tanto no
es evitable. En general pensamos en agentes estresores nocivos, sin embargo,
el estrés puede ser producido igualmente por acontecimientos placenteros
(una buena noticia, puede ser un estresor importante). Es prioritario que
sepamos discernir en nuestra vida lo que representan acontecimientos
importantes y no tan importantes, y enfocarlos desde una correcta perspectiva
de su relevancia. Tenemos la necesidad de hacer un análisis pausado de los
acontecimientos cotidianos que nos pueden estar oprimiendo para
racionalizarlos e intentar alcanzar una respuesta más saludable. Tenemos que
reflexionar sobre nuestro estilo de vida. Y qué mejor motivación podemos tener
para modificar determinados estilos de vida estresantes que la mejora de
nuestra propia salud. La salud es nuestro bien más preciado y tenemos que
esforzarnos y motivarnos para cuidarla. En la actualidad se reconoce que
muchas enfermedades se encuentran determinadas o influidas por los estilos
de vida o por las acciones de otros humanos. Cuando hablamos de estilo de
vida, nos referimos a la manera con la que cada uno de nosotros pensamos,
sentimos y realizamos nuestra vida; abarca nuestro trabajo, relaciones,
creencias, aficiones, ocio, tipo de alimentación, percepciones que tengamos
sobre el mundo, la sociedad, los demás, etc. Uno de los factores más
importantes del estilo de vida es la activación del estrés que acompaña a esa
vida; la cantidad de estrés que afrontamos.
III. Depresión: hace mención a estas nociones como manifestaciones clínicas,
síntomas o como las diferentes formas clínicas que adoptan como trastornos
psicológicos. las acepciones, tanto la ansiedad como la depresión serían
manifestaciones clínicas de estas emociones, donde el carácter adaptativo de
las mismas se pierde y se convierte en un problema que interfiere y genera
malestar clínicamente significativo. Estas formas se corresponderían
aproximadamente con algunos de los factores psicológicos propuestos por las
más recientes ediciones DSM bajo la denominación de Factores psicológicos
que afectan a la condición médica y con la categoría Factores psicológicos y
41
del comportamiento en trastornos o enfermedades clasificadas en otro lugar
en el CIE-10 (Piqueras Rodríguez, J., & Martínez González, A., & Ramos
Linares, V., & Rivero Burón, R., & García López, L., & Oblitas Guadalupe, L.
(2008).
42
3. CAPITULO III METODO
Objetivo general
Objetivos específicos
Psicológicos
Estrés postraumático
Diseño de investigación.
Se trata de un diseño no experimental (Kerlinger y Lec, 2000)
43
CAPITULO IV PROGRAMA
Objetivo general: Conocer aspectos relevantes de los pacientes por medio de una
historia clínica para conocer sus antecedentes
Materiales:
Historia clínica
Dinámica: se le pedirá al paciente que enliste las prioridades que tenía anteriormente
(antes del suceso) y otra con las prioridades de ahora.
Esto le ayudará al paciente para que visualice que tanto ha modificado su vida
cotidiana, si existen aspectos que cambiaron o quisiera modificar.
44
Intervención del estrés postraumático en personas que han sido secuestradas
II
Objetivo general: realizar test para conocer sus niveles de depresión por medio de
un cuestionario especializado
Materiales:
45
Intervención del estrés postraumático en personas que han sido secuestradas
III
Actividad de cierre: El paciente tendrá que narrar en una hoja que aspectos de su
vida ha valorado después del secuestro
Tarea: El paciente tendrá que salir en la semana treinta minutos lo a cualquier lugar.
46
Referencias
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de Beck: Su validez en población adolescente. Terapia Psicológica, 30 (1), 5-13
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Delitos en Materia de Secuestro Reglamentaria de la Fracción XXI del Artículo 73 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 22 de noviembre 2017, de
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trastorno por estrés postraumático en población desplazada por violencia, en proceso
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48
Stella Martínez, G. (1998). Joseph Wolpe (1915-1997) . Revista Latinoamericana de
Psicología, 30 (1), 165-167.
49
Anexos
50
Test para evaluar aspectos relacionados con la emoción
Datos
No ( )
Instrucciones:
Marque con una X la frecuencia con la que se presentan las siguientes situaciones
Re-experimentación Valor
ación
3.- ¿Hay momentos en los que realiza conductas o Nunc A Casi Siempre
experimenta sensaciones o emociones como si el a veces siempr
suceso estuviera ocurriendo de nuevo? e
51
Evitación conductual/cognitiva Valoraci
ón
6.¿ Suele evitar personas, lugares, situaciones o Nunca A Casi Siempr
actividades que provocan recuerdos, vece siempr e
pensamientos o sentimientos relacionados con el s e
suceso porque le crea malestar emocional?
7.- ¿Evita o hace esfuerzos para alejar de su mente Nunca A Casi Siempre
recuerdos, pensamientos o sentimientos veces siempr
relaciones con el suceso porque le crea malestar e
emocional?
15.- ¿Se nota limitado para sentir o Nunca A veces Casi siempre Siempre
expresar emociones positivas (por
ejemplo, alegría, satisfacción o
sentimientos amorosos)?
52
16.- ¿Suele estar irritable o tener explosiones de ira sin Nunc A Casi Siempr
motivos aparentes que la justifiquen? a vece siempre e
s
Observaciones
_________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
53
Inventario de Depresión de Beck (BDI-2)
Nombre:……………………………Estado Civil………………
Edad:…………… Sexo….. Ocupación ……………………. . . .
Educación:…………………Fecha:……………
1. Tristeza
0 No me siento triste.
1 Me siento triste gran parte del tiempo
2 Me siento triste todo el tiempo.
3 Me siento tan triste o soy tan infeliz que no puedo soportarlo.
2. Pesimismo
54
2 Cuando miro hacia atrás, veo muchos fracasos.
3 Siento que como persona soy un fracaso total.
4. Pérdida de Placer
0 Obtengo tanto placer como siempre por las cosas de las que
disfruto.
1 No disfruto tanto de las cosas como solía hacerlo.
2 Obtengo muy poco placer de las cosas que solía disfrutar.
3 No puedo obtener ningún placer de las cosas de las que solía
disfrutar.
5. Sentimientos de Culpa
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3 Me culpo a mí mismo por todo lo malo que sucede.
9. Pensamientos o Deseos Suicidas
56
0 No siento que yo no sea valioso
1 No me considero a mi mismo tan valioso y útil como solía
considerarme
2 Me siento menos valioso cuando me comparo con otros.
3 Siento que no valgo nada.
15. Pérdida de Energía
57
2b. Mi apetito es mucho mayor que lo habitual
3ª . No tengo apetito en absoluto.
3b. Quiero comer todo el día.
19. Dificultad de Concentración
58