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Trabajo N° 2
Integrantes
1. Cuento Amazónico
El pescador embrujado
La luna palidecía con la aurora. Eduardo salió del negruzco mosquitero al ladrido de los
perros. Debía prepararse para ir a pescar. Lejanas voces se escuchaban en el puerto.
Risas insinuantes de mujeres le hicieron fruncir el ceño.
“Esa debe ser la Esteca con el Remigio. Todos tienen su popera. No escucho la voz de
Florcita. ¿Habrá llegado de Iquitos?.
Las canoas se deslizaron en el río Nanay. Las poperas dirigían con habilidad hacia la
cocha de “Yarana”
Entre claro y oscuro los botecitos se perdieron en el recodo del río. En tanto,
Eduardo sacaba los anzuelos de barandilla de las crisnejas del tambo. Recordó que en
la última fiesta de “Mishana” no se atrevió a sacar pareja. Le gustaban todas las chicas,
pero cada vez que las miraba lo rehuían. “No soy feo. Soy buen pescador, tengo dos
chacritas y algún dinero guardado, amigos y hasta el maestro me tiene cariño. No se
qué pasa conmigo, cada día estoy más triste más solo. Buscaré mi popera. Viajaré si es
posible, iré a otros pueblos. Claro, buscaré a Florcita en Iquitos”.
Aturdido, quedó mudo un instante. Le miró a los ojos, ella le sostuvo la mirada.
Aceptó y le ayudó a subir al bote. Entonces al verla de cuerpo entero, quiso desistir. La
mitad posterior del cuerpo de la mujer tenía la forma de pez. ¡Era… una Yacuruna!
Demasiado tarde para echarse atrás. Había dado su palabra. Además, era bella la
bufea. Su mirada le subyugó y no resistió a sus encantos.
Sonriendo Ñañú se metió en la cocha y le trajo los tucurarés más grandes. Muchos
días pasaron juntos y nadie se enteró de tan extraño romance.
Eduardo esperaba con ansias las mañanas para encontrarse con ella y amarse.
Una tarde se dio cuenta que sus amores no eran normales. Decidió no verla más.
Se despidieron hasta el día siguiente, pero él no acudió a la cita.
Esa mañana Eduardo caminaba en su casa como animal enjaulado. Bajaba y subía
el puerto. No soportó la angustia a las continuas llamadas de Ñañú, y nuevamente bajó
al encuentro de ella. Otra vez la cocha fue testigo de tan singular romance. Por la noche
decidió marcharse. Puso todas sus pertenencias en la mala y echándola al hombro tomó
el camino hacia el centro del monte donde vivía don Pashco, el brujo. Llegó agotado al
tambo y mientras subía el emponado el brujo murmuró:
Eduardo le contó su historia. Don Pashco, luego de icararle con tabaco le dijo:
Los pasajeros del colectivo se asustaron. Luego se vio saltar por encima del bote un
bufeo colorado.
En el puerto de Bellavista, Eduardo salió del bote y se escondió detrás de una lancha
vieja en la playa. Le apalearon y lo dejaron por muerto.
La hermosa luna que salía en esos instantes alumbró pálidamente a Ñañú. Lentas
lágrimas resbalaban por el rostro de la bufea. Le habló con un hilo de voz:
- ¿Qué pasa?
- Te quedaste dormido, hom. Ha venido la Florcita de Iquitos, ya tienes popera.
Eduardo miró confuso a la bella joven que estaba en la canoa de Remigio. Ella sin
hablarle, pero mirándole amorosamente, pasó al botecito de Eduardo. Remigio y la
Esteca se alejaron dejándolos solos.
- ¡Eduardo, ¡Eduardo
- Sí Florcita – contestó y la miró.
- No soy Florcita, soy Ñañú.
FIN.
2. Resumen del cuento.
Al rato, bajo su canoa emergió una mujer muy hermosa y le dijo que deseaba ser su
mujer a lo que él accedió, se dio cuenta que en realidad era una yacuruna, pero no le
importó y esa tarde la pasaron juntos. Al despedirse ella le trajo los tucunarés más
grandes y se dieron cita para el siguiente día. Y así, día a día se encontraban para
entregarse mucho amor.
Un día Eduardo se dio cuenta que esa relación no era normal, así que decidió dejar de
verla y por la noche se marchó, en busca de Pashco, el brujo. El brujo le icaró con tabaco
y le dijo que se marchase a Iquitos, Eduardo muy triste partió por la madrugada hacia la
ciudad.
Eduardo tenía mucho miedo de verla así que cerró los ojos. En eso sus amigos lo
despertaron y le avisaron que había llegado Florcita, la chica de la que él siempre estuvo
enamorado, Eduardo al verla la llamó por su nombre, pero ella le respondió: no soy
Florcita, soy Ñañú.
La vida del hombre amazónico y su conexión amorosa con los seres mitológicos.
ARTICULO
“Sus obras lo convierten en uno de los mejores exponentes de
la literatura infantil amazónica. Fue un escritor comprometido
con la impostergable tarea de recuperar y revitalizar los
auténticos valores de la cultura amazónica”.
ARTICULO
“El pescador embrujado, nuevo cuento de Orlando Casanova
Heller, es otra expresión de la capacidad que poseen los mitos
amazónicos para generar tramas de profundo contenido
humano, tramas entrelazadas con los problemas de la
supervivencia del hombre amazónico.”
José Ramos Bosmedia.” Una Subyugante Aventura Literaria”
ARTICULO
“Casanova crea un sueño, pedazo de realidad introducida en la
afectividad del pescador. Ñañú es la bella fantasía, el dulce
lenguaje del amor integérrimo, de la comunión espiritual que
sólo puede existir entre gentes no alienadas por el influjo de la
sociedad capitalista decadente que ha invadido las culturas
nativas”.
José Ramos Bosmedia.” Una Subyugante Aventura Literaria”