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TARTESSOS GARGORIS Y HABIS. Javier Alvarado Felizmente sale de la Universidad espajiola un trabajo cuyo tema fundamental es el mito. Pero no el estudio de una de esas mitologias tan conocidas por el gran piblico, ni siquiera sobre mitologia gene- ral. Se trata de la mitologia mas antigua de la Penin- sula Ibérica; me refiero, por supuesto, al mito tartés- sico de Gargoris y Habis, tan popularizado ultima mente. Hace tiempo que se echaba de menos, entre los amantes de la Historia en cualquiera de sus mani- festaciones, un estudio no ya riguroso o exhaustivo sobre el tema, sino ademas, esclarecedor de esa des- comunal incognita que constituye Tartessos (sus ori- genes, religion, localizacion, etc.). Va a ser en este caso el objeto de la investigacion, el mito de Gargo- ris y Habis desde una éptica historico-juridica, a tra- vés de la cual el lector penetrara en ese sugestivo y fascinante universo de los simbolos de la mano del autor mediante un método cientifico que tiene, co- mo virtud fundamental, la de unir su sencillez a la contundenci En definitiva, este trabajo viene a llenar un vacio existente en la Historia de la Espaiia Antigua al pro- Porcionar un modelo y argumento interpretativo del mito de la realeza en el milenario Tartessos (sobre el que se han perfilado mas, obviamente, sus connota- ciones juridicas, sin perjuicio de quepueda abundar- se en otras) de aplicacién, también, en\los demas mi- tos de las antiguas monarquias del Mediterraneo. Modelo que, para concluir, nos parece de los mas coherentes y fecundos que se han dado, hasta el pre- sente, desde las Universidades espafiolas. José Maria Blézquez. Catedratico de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid. EDITORIAL NUEVA cpopous o. TARTESSOS; GARGORIS Y HABIS (Del Mito Cosmogénico, al Mito de la Realeza) JAVIER ALVARADO PLANAS TARTESSOS; GARGORIS Y HABIS © Javier Alvarado Planas. : 1* Edicién. Noviembre - 1.984. (Del Mito Cosmogonico, 1 al Mito de la Realeza) Editorial Nueva Acrépolis. Gran Via, 22 - dpdo. 2*, 28013 - Madrid. Depésito Legal: M - 38.061 - 1.984. LS. B.N. 84 - 85982 - 18-5. Imprime: Nueva Acropolis. EDITORIAL NUEVA ACROPOLIS AGRADECIMIENTO. Este libro que ahora sale a la luz fue la Memoria de Li- cenciatura que bajo el titulo “HABIS REY, PRIMER LE- GISLADOR DE LA PENINSULA IBERICA” presenté en el Departamento de Historia del Derecho. de la Universidad ‘Complutense de Madrid. Fue expuesta el dia 20 de Junio de 1.983 ante el Tribu- nal constituido por D. Gustavo Villapalos Salas, Catedritico de Historia del Derecho; D. José Antonio Escudero Lépez, Catedrético de Historia del Derecho, D. José Maria Bléz- quez Martinez, Catedrético de Historia Antigua, siendo Pre- sidente del mismo D. José Manuel Pérez-Prendes y Muiioz de Arracé, Catedritico de Historia del Derecho, obteniendo la calificacion de Sobresaliente ‘cum laude”. Quiero expresar piblicamente mi agradecimiento a tos mencionados sefiores por el honor que me dispensaron al formar parte de dicho tribunal, asi como por el consejo y ensefianzas recibidas, y, especialmente a mi maestro D.José Manuel Pérez-Prendes, Director de dicho trabajo que me ha apoyado y orientado en todo momento durante el transcur- so de la investigacién, asi como a D. José Maria Blazquez que ha prologado la presente Memoria, EL AUTOR. Junio, 1.984. PRESENTACION Esta monografia constituye un interesante esfuerzo por-ampliar los horizontes metodoldgicos usuales en la investigacion historico-juridica. Su autor se ha dirigido para ello al campo, tan fascinante como poco recorrido por los estudiantes de la historia juridica, de los elementos miticos. EI mito, en cuanto consiste en la consolidacin social de ciertos criterios y valores perdurables, supone un nervio sustancial en la configuracion de las instituciones juridicas, explicando en diversas ocasiones la razon de ser de ellas. Pe- ro no sélo la dimension de la existencia, el que el mito exis- ta, es ya un dato de interés para la historia de lo juridico. Lo més vertebral resulta de que se trata de una existencia man- tenida, duradera, que a veces soporta cambios enormes en la vida del grupo humano en que se engendra. Emigraciones, que provocan cambios de asentamiento con modificaciones sustanciales en las condiciones materia- les de vida; prédicas, que imponen el cambio de Ia religién profesada; culturizaciones, que destierran la lengua origina- ria; legislaciones, que coadyuvan al desdibujamiento de las instituciones juridicas mds perdurables en la vida humana, como ocurre con las que pertenecen al derecho privado... Esas y otras accidentalidades suponen retos que algunos mi- tos han sido capaces de vencer, alli donde otros rasgos de- 10 Javier Alvarado notadores de la personalidad de un pueblo han acabado su- cumbiendo. Tal peculiaridad hace comprensible que para el histo- riador de las dimensiones en lo juridico, el mito sea, cuando se le detecta, un poderoso incentivo para su curiosidad. Pero la atraccién que el mito ejerce viene contrapesa- da de inmediato por los severos consejos de aquella critica hermenéutica considerada como mds prudente y mejor in- formada. Las dificultades que se acumulan en la transmi- sién del mito, con las posibilidades de contaminaciones cuya cronologia no nos es posible establecer con seguridad, son, entre un cumulo de inseguridades a cada cual mas insignes, las principales razones del escepticismo con el que suelen ser acogidos los planteamientos, cuyas hipdtesis de base se ci- mentan en relatos miticos. Y en cierto modo, alguna raz6n reside en esa suscepti- bilidad ante lo mitico. El ejemplo entre nosotros de los es- fuerzos de Joaquin Costa, que no supo caer en la cuenta de que mezclaba datos de diferente edad histérica y sacaba conclusiones que sdlo tenian como apoyos el error de tomar lo moderno por antiguo, justifica en cierto modo que en el espacio de tiempo que nos separa de él, se creyese necesario catequizar a los aprendices del camino histérico-juridico, en términos de anatema, no hacia la poca finura interpretativa de Costa como hubiera sido mds coherente, sino respecto del valor del mito para el arsenal de recursos del investiga- dor, Ni siquiera la légica disculpa que Costa habria podido esperar recibir, la que siempre se otorga al que intenta des- brozar un camino, le fue otorgada por alguno de sus criti- cos. Sin embargo aqui y ahora, Javier Alvarado ha vuelto al tema mitico. Una pausada reflexion acerca de cémo evitar los desaciertos en los que Costa no fue tinico, y quizd tam- bién algtn buen ejemplo, le han impulsado a ello. A los pro- Sesores que formamos el Tribunal que enjuicid su trabajo (JM. Blézquez, J.A. Escudero, G. Villapalos) y a mi parti- Tartessos; Gargoris y Habis. 11 cularmente en cuanto que me responsabilicé de su direc- cién, nos parece que hay en sus paginas un modelo vdlido para intentar de nuevo pasos firmes en un camino pantano- so. Y espero que el estimulo, la critica que anima, la sugeren- cia que apoya, sean los ecos que despierte, pues el trabajo y su autor los merecen y los necesitan. Que no se oigan las por desgracia hoy tan frecuentes voces de.quienes disimulan su incapacidad y su talante de fracasados buscando pequefieces con las que afear los esfuerzos para los que ellos son impo- tentes. José Manuel Pérez-Prendes y Mufioz de Arracé. Catedrdtico de Historia del Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. Marzo de 1984 PROLOGO Felizmente sale de la Universidad espafiola un trabajo cuyo tema fundamental es el mito. Pero no el estudio de una de esas mitologias tan conocidas por el gran publico, ni siquiera sobre mitologia general. Se trata de la mitologia mds antigua de la Peninsula Ibérica; me refiero, por supues- to, al mito tartéssico de Gargoris y Habis, tan popularizado ultimamente. Hace tiempo que se echaba de menos, entre los amantes de la Historia en cualquiera de sus manifestacio- nes, un estudio no ya riguroso o exhaustivo sobre el tema, sino igualmente esclarecedor de esa descomunal incdgnita que constituye Tartessos (sus origenes, religién, localiza- cién, etc.). Va a ser en este caso el objeto de la investigacion, el mito de Gdrgoris y Habis desde una éptica histérico-juri- dica, a través de la cual el lector penetrard en ese sugestivo y fascinante universo de los simbolos de mano del autor mediante un método cienttfico que tiene, como virtud fun- damental, la de unir su sencillez a la contundencia. Una de las -singularidades del presente trabajo es la aportacién que, desde un punto de vista juridico, se hace a la Historia de las Religiones. Sin embargo, el autor, desde los postulados enunciados al comienzo de su obra, hasta la tesis final consistente en considerar la Ley como reactualizacion o hierofania mds del mito cosmogonico, desarrolla una serie 14 Javier Alvarado de esquemas mitologicos, por pasos perfectamente definidos (mitemas) que son, ciertamente, la columna vertebral sobre la que se sustenta toda la obra y un esquema de trabajo muy a tener en cuenta en el futuro por los historiadores de las re- ligiones. Fue muy defendida por varios autores en su momento (y undnimemente admitida en la actualidad) la idea del “‘mi- to cosmogénico”’ como eje central de todas las religiones y mitologias, a partir del cual y mediante sucesivas epifantas, se van recreando los respectivos mitos de cada panteén se- gun niveles por orden de importancia. Es posible, quizds, que algin especialista en la materia hubiera llegado a entre- ver las relaciones tan parejas existentes entre los mitos heroi- cos, por ejemplo, o, incluso, el mito del diluvio, con el mito cosmogénico que presidia la mitologia respectiva. Pero sin duda, lo que no se habia hecho hasta ahora, y lo que consti- tuye, en mi opinidn, la original aportacién de Javier Alva- rado a la disciplina de la Historia de las Religiones, es la cla- sificacién del mito de la realeza —variante de los mitos he- roicos— de cada drea cultural y, especialmente, su estructu- racién en pasos o mitemas (seguin Alvarado son siete), cada uno de los cuales parece ser fiel reflejo de un equivalente en el mito cosmogénico, estando profusamente analizados en su obra, a saber: 1* Un elemento tragico desencadenante del argumento mitico (fatum) que, segin los casos, consiste en desérdenes sexuales, fertilidad desmesurada o monstruosa, en fin, una “falta” o “caida” de los Dioses Primordiales o del rey soberano de turno en el caso del mito de la realeza, cuya irremisible consecuencia es la pérdida de su poder y legitimi- dad para ejercer su soberania; 2* La célebre y extendida per- secucién del nifto por el Dios rey (generalmente es el padre oun familiar préximo) al ser tal descendencia una amenaza @ su poder debido a un eventual relevo en la soberania mar- cado por eldestino; 3* No menos extendido estd el argumen- to mitico del nifio arrojado a las aguas en una cesta, barca o sarcéfago por el padre (Dios o rey) injusto y cruel, cuya in- Tartessos; Gargoris y Habis. 15 terpretacién y connotaciones simbélicas estén abundante- mente esclarecidas mediante el método comparativo. Méto- do, por lo demas, que a tenor del presente trabajo, ha demos- trado ser de eficaces resultados todavia; 4* El siguiente paso del mito de Ia realeza y, en general, de los mitos heroicos, consiste en la milagrosa o sobrenatural salvacion del nifio gra- cias a un animal o pastor, lo que, con visos de certeza, rela- ciona el autor con pruebas iniciéticas del mundo tartéssico. Ello puede confirmarse a través de numerosos stmbolos que refuerzan la idea de renacimiento o regeneracién, 5* Previo a la culminacién de la carrera heroica, el nifio héroe vencerd al dragon (otra personificacién mas del caos primordial); 6* Superada esta ultima prueba el héroe sucederd en el trono a su antecesor familiar, inaugurando un nuevo pertodo mds justo, lo que desemboca en eluiltimo paso;7* La cosmizacién del caos, es decir, la fijacién del destino de las cosas, la crea- cién de los elementos civilizatorios y culturales y, en defini- tiva, de la aparicién de las leyes que impedirdn todo retorno a cualquier modalidad del caos. Aqui llega Javier Alvarado a su conclusion; la ley es una reactualizacién mds del mito cosmogonico de manera que, al igual que el dios creador ha- biendo acabado con el dragén del caos, establece las prime- ras leyes, ast, los demas dioses, héroes y hombres, combaten —por imitacién— contra sus “dragones”’ respectivos cosmici- zando las diversas formas del caos con que’ se encuentren. Esto configura la Imitatio Dei, concepto mitologico fecun- disimo que podria explicarnos la raz6n del exacto parecido entre el mito de la realeza, por ejemplo, y el mito cosmogé- nico. Es decir que, segun esto, el hombre ha de imitar al hé- roe para ser tal, y éste ha de imitar otras conductas ejempla- res, las de los dioses, para llegar a ser un dios. Asi, casi todos los mitos que componen una mitologia se articulan median- te esta Imitatio Dei segtin un esquema universal mds o me- nos definido en secuencias entre las que,e, como mds impor- tantes, encontramos, segun orden jerdrquico, las siguientes: mito cosmogonico (origen del universo), mito de la lucha en 16 Javier Alvarado los cielos (mito del origen y renovacion de nuestro universo), mito del diluvio (origen y renovacion de la humanidad), mi- to de Ia realeza (origen y renovacidn de la monarquia), mi- tos fundacionales (origen y renovacién de una ciudad, tem- plo, casa, etc.). Todos ellos son versiones aparentemente dis- tintas e inconexas de un mismo hecho; la lucha entre el cos- mos (orden) y el caos (entropia) que se propaga en todos los niveles de la existencia. Se adivina bajo estas secuencias mitolégicas activadas a la sombra del mecanismo de la Imitatio Dei, una vieja con- cepcién moral, de cierto sabor pagano, recogida posterior- mente en la filosofia cldsica bajo el llamado iusnaturalismo y que recibe en época mds reciente el término de ‘‘imperati- vos morales”. Quizas el mayor incentivo para la lectura de este trabajo sea el que trate sobre el mito mds antiguo que se conserva en la Peninsula Ibérica; el mito tartéssico de Gdrgoris y Habis. Sobre este mito recogido por Justino quien, a su vez, lo re- toma de Trogo Pompeyo se han dado muchas y variadas in- terpretaciones; desde las que defienden su importacién y origen extrapeninsular, hasta quienes lo ven como demostra- tivo de una etapa cultural historicamente determinada, Per- sonalmente me inclino sobre el origen indigena del mito y, sin descartar la posibilidad de su historicidad, hay que recon- siderar el valor simbélico-cultural del mismo. Para ello el presente trabajo constituye una de las mas valiosas aporta- ciones al esclarecimiento del mito tartéssico, tanto por las re- laciones e interpretaciones alli establecidas, como por los es- quemas que contiene. Como apunta el autor, a través del mito de la realeza, protagonizado por Habis, podria incluso reconstruirse el mito cosmogénico protagonizado, pareja- mente, por las divinidades primordiales tartéssicas de las que, desgraciadamente, desconocemos casi todo. Habremos de esperar a que algtn futuro hallazgo pueda confirmar esta hi- p6tesis de la semejanza y equivalencia entre el mito cosmo- gonico, con el mito de la realeza de este panteon religioso. Tartessos; Gargoris y Habis. 17 Mientras tanto no deja de ser coherente un intento de re- construccion de tales Divinidades Tartéssicas a través del mi- to de Gargoris y Habis, admitiendo, eso st, un amplio mar- gen de imprecision en tal intento. Esperemos que las nuevas generaciones de historiadores sepan ir con buen criterio en este bronco asunto tan apto a la especulacion. En cualquier modo, proporciona cierta “‘fruiccion vital’’ pensar que nues- tros mas remotos y desconocidos antepasados rindieran cul- to, hace ya tanto tiempo, a divinidades con nombres con- cretos y dentro de una religion (o mitologia) mds o menos estructurada que hasta hace relativamente pocos afios se pensaba inexistente. Es dificil discernir en la presente obra si ha primado mds en el autor la faceta de historiador de las religiones, o la faceta de historiador del Derecho, pero si hubiera que definirlo dirtamos que hay en Javier Alvarado mds de histo- riador de las religiones, ello sin menoscabo del valor jurtdi- co de dicho trabajo de investigacién. Sin duda que el autor es rigurosamente autor (etimolégicamente auctor, “el que aumenta’’) ya que cierta parte del contenido de este traba- jo y sus esquemas son originales, vale decir, aumentan las disciplinas histéricojuridicas, Por otra parte, la aportacién a la Historia del Derecho que se anuncia en las primeras pdginas, queda establecida categoricamente al final al interpretar el mito de la realeza en general y el mito de Habis en especial desde un punto de vista juridico; el rey o héroe que legislaba en las antiguas mo- narquias del Mediterraneo no hace sino reactualizar la cos- micizacion efectuada in illo tempore por el Dios Primordial al ordenar el caos, Consecuentemente y aunque parezca pa- raddjico, la Historia del Derecho es retrotraida a la etapa ‘mitica’’, es decir, que mediante esta vision mitica, la Histo- ria del Derecho podria ver ampliados sus horizontes en va- rios miles de afios de antigiiedad en el caso de admitirse un valor juridico a los mitos, siendo objeto o fuente de conoci- miento no unicamente los textos juridicos escritos, sino

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