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Taller de Estudios y Análisis Bioenergético

“EL ENRAIZAMIENTO EN EL
ANÁLISIS BIOENERGÉTICO REICHIANO”
LUIS GONÇALVEZ BOGGIO
EL ENRAIZAMIENTO EN EL
ANÁLISIS BIOENERGÉTICO REICHIANO

El Dispositivo Reichiano y el Dispositivo Loweniano


en la Clínica Bioenergética
Los Pies y las Piernas como Soportes Energéticos
en el Proceso Terapéutico
Enraizamiento y Vertiginosidad: la Desterritorialización
Permanente como Nueva Subjetividad
Enraizamiento y Contacto
La Historia Evolutiva del Cuerpo: Morfología Dinámica
y Camadas Embrionarias
Las Tres Direcciones del Enraizamiento
Trabajando con el Enraizamiento desde la
Arqueología del Cuerpo
Bibliografía
EL ENRAIZAMIENTO EN EL
ANÁLISIS BIOENERGÉTICO REICHIANO
LUIS GONÇALVEZ BOGGIO

Resumen:

En el Análisis Bioenergético Reichiano trabajamos con los pacientes a partir de tres


posturas básicas. La posición de toma de tierra (paciente y terapeuta parados), la posición
supina (paciente acostado y terapeuta sentado) y ambos sentados.
El concepto que utilizamos para definir estas tres posturas básicas es el concepto de
enraizamiento (grounding) desarrollado por Alexander Lowen.
La propuesta de este ensayo, además de definir las tres posiciones básicas con las que
trabajamos en la Clínica Bioenergética, es la de pensar al enraizamiento como una noción
compleja y no sólo como un ejercicio bioenergético básico.
En el enraizamiento estamos realizando un trabajo terapéutico que se relaciona con la
postura, por lo tanto estamos hablando de uno de los momentos más importantes de la terapia.
Para entender técnicamente el significado de estras tres posturas básicas, es necesario
pensarlas funcionalmente en relación a aspectos evolutivos, emocionales y bioenergéticos,
para lo cual conectaremos las tres formas de enraizamiento (horizontal, vertical y simbólico),
con las camadas evolutivas del desarrollo embriológico (endodermo, mesodermo y ectodermo,
respectivamente).

Summary:

In Reichian Bioenergetic Analysis we work with patients from three basic postures. The
grounding position (patient and therapist standing), supine position (patient lying down and
therapist sitting) and both sitting.
The concept we use to define this three basic positions is Grounding concept developed
by Alexander Lowen.
The propose of this essay, besides to define three basic positions which we work in
Bioenergetic Clinic, is also thinking about grounding as a complex notion and not only as a
basic bioenergetic exercise.
In grounding we are performing a therapeutic work related to posture, therefore we are
speaking about one of the most important moments of therapy.
To technically understand the meaning of this three basic postures, it is essential to
think about them functionally, in relation to evolutive, emotional and bioenergetic aspects, for
wich we will connect the three grounding ways (horizontal, vertical and symbolic), with
evolutional broods of embryological development (endoderm, mesoderm and ectoderm,
respectively)
EL DISPOSITIVO REICHIANO Y EL DISPOSITIVO LOWENIANO
EN LA CLÍNICA BIOENERGÉTICA

En el desarrollo de la propia clínica bioenergética, Alexander Lowen se


apartó de Wilhelm Reich a la hora de aplicación de este concepto (grounding).
Debido a su influencia psicoanalítica Reich trabajaba con sus pacientes en la
posición de decúbito supino (acostados boca arriba), utilizando la técnica de
Vegetoterapia Caracteroanalítica. Lowen, por su parte, comenzó a desarrollar
la técnica de Análisis Bioenergético integrando el concepto de enraizamiento1.
En su primer libro “Physical dynamics of character structure” (traducido
al español con el título más popular de “El lenguaje del cuerpo”), Lowen
relaciona la fortaleza del yo con la agresión y el arraigo 2. La agresividad está
directamente relacionada a las características somáticas y energéticas del
cuerpo tales como el tono muscular, la fuerza, la coordinación, la resistencia,
la flexibilidad, la gracia, etc., y representa la capacidad energética de moverse
hacia los objetos y ser capaz de tomar lo que uno necesita del mundo (reach
out).3 El arraigo implica el grado de conexión de la persona con la tierra
(ground) y con su propio cuerpo, siendo el suelo, nuestra base invariable, un
equivalente simbólico de la realidad. El concepto de arraigo que desarrolla
Lowen relaciona la seguridad emocional con la seguridad corporal, cuando los
pies y las piernas hacen un buen contacto con el suelo. De esta manera
arraigarse implica además, renunciar a las ilusiones (típicas en cada estructura
de carácter). Y en la medida en que la persona se arraiga en la realidad de su
propio cuerpo y toma contacto con sus sentimientos, puede relacionarse de
manera más plena con los demás4.
Al relacionar la fortaleza del yo con la agresividad y el arraigo, Lowen
plantea que la inhibición de la agresividad (característica sociocultural
importante de nuestra época), se hace difícil de trabajar si el paciente se
encuentra acostado en un diván. Por lo que propone iniciar el trabajo haciendo
un análisis de los pies y de las piernas del paciente, para observar de qué
manera éste se para sobre sí mismo. Es decir, de qué manera se encuentra
parado sobre su vida. En la medida en que los pies y las piernas son la

1
Para profundizar en las diferencias entre el trabajo de Lowen y de Reich, desde la perspectiva
del primero, recomiendo consultar los video-tapes del IIBA: “The Energetics of Bioenergetics”
de Alexander Lowen (1997), “The International Institute for Bioenergetic Analysis apresenta Dr.
Alexander Lowen em Análise Bioenergética e 100 anos de Wilhelm Reich ”, entrevista realizada
al Dr. Alexander Lowen por la Psic. Myriam de Campos (1997). Asimismo los textos: “Keynote
adress: a conversation with Al. Lowen exploring his experiences and understanding of
Bioenergetic Analysis over the forty years”, The Clinical Jornal of the International Institute for
Bioenergetic Analysis, vol. 7/1 (1996), y “Opening adress on narcissism, sexuality and culture
and back to basics”, The Clinical Jornal of the International Institute for Bioenergetic Analysis
vol, 3/2 (1988).
2
Alexander Lowen, “El lenguaje del cuerpo”: Ed. Herder, Barcelona, 1995.
3
Para Lowen la agresión implica la capacidad para perseguir lo que uno desea. Es lo contrario
de la pasividad, que significa esperar a que alguien le satisfaga a uno el deseo. La agresión es
consecuencia de la excitación en el interior del sistema muscular. Se caracteriza por el
movimiento de excitación a lo largo de la parte posterior del cuerpo, involucrando a los grandes
músculos de la espalda, las piernas y los brazos, que entran en juego al ponerse uno de pie y
al moverse.
4
Alexander Lowen, “La depresión y el cuerpo”: Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1993.
estructura de sostén del sujeto adulto, la manera en que esté parado es
equivalente a cómo se sostiene en su vida, en la medida en que el modo con
que lidiamos con la realidad se expresa en el contacto que nuestros pies tienen
con el suelo5.

LOS PIES Y LAS PIERNAS COMO


SOPORTES ENERGÉTICOS EN EL PROCESO TERAPÉUTICO

Fue Alexander Lowen quien priorizó el trabajo con los pies y las piernas
como función de soporte energético en el setting terapéutico. Lowen agrega al
trabajo reichiano en posición supina, la necesidad de incluir un trabajo en la
posición vertical, partiendo de los pies y las piernas. Es decir, si bien para
equilibrar la economía de la energía sexual hay que liberar la pelvis (principio
de placer) como último segmento de la coraza muscular, es necesario
previamente poder sentir los pies sobre un terreno firme (principio de realidad)6.
En “Arqueología del Cuerpo” describí con mayor precisión esta
divergencia conceptual y metodológica:

“A diferencia de lo que piensan los pos-reichianos más ortodoxos (de la línea


de Federico Navarro7), Alexander Lowen y John Pierrakos comienzan usualmente
su trabajo terapéutico por las piernas y los pies. Esto ayuda a abrir un reservorio
energético en la pelvis para los impulsos que más tarde fluirán hacia abajo desde
la cabeza. Tanto Alexander Lowen (Análisis Bioenergético) como John Pierrakos
(Core Energetics) aconsejan que, al estar bloqueadas las partes inferiores del
cuerpo, el trabajo corporal en terapia se empiece de los pies hacia la cabeza para
evitar que se acumule tanta energía en la cabeza, al no tener salida por los pies. El
contacto de los pies con el suelo representa, desde el punto de vista bioenergético,
un contacto con la realidad, por lo tanto nunca produce efectos iatrogénicos” 8.

Coincido con Ernani Trotta9 que el concepto de enraizamiento fue


formulado originariamente por Reich y no por Lowen, dándole éste y sus
seguidores más ortodoxos un exagerado énfasis a su aplicación clínica y a sus
efectos terapéuticos. Coincido además con Ernani que esta opción
metodológica descuida el trabajo en profundidad con el segmento ocular y con
el segmento oral, siendo ésta quizás una de las principales diferencias actuales
entre el Análisis Bioenergético (Bioenergética) y el Análisis Reichiano
(Orgonoterapia).
A diferencia de otros analistas bioenergéticos y de otros terapeutas
reichianos, en el Análisis Bioenergético Reichiano desarrollado en el TEAB, en
la primera etapa de los procesos terapéuticos individuales y grupales,
focalizamos el trabajo clínico de intervención en la coraza combinando
metodológicamente técnicas de enraizamiento vertical con técnicas de

5
Este concepto de arraigo se corresponde con lo que más adelante definiremos como
enraizamiento vertical.
6
Luis Gonçalvez, “Los cuerpos invisibles”: Edcs. Multiplicidades-CEUP, Montevideo, 1996.
7
Ver, por ejemplo, Federico Navarro, “¿Porqué la bioenergética no es una terapia reichiana?”,
Revista “Energía, Carácter y Sociedad”: vol. 9 (2) nro. 16; 1991.
8
Luis Gonçalvez, “Arqueología del Cuerpo”: Edcs. TEAB, Montevideo, 1999, pp. 184.
9
Comunicación personal.
desacorazamiento de los segmentos ocular y oral. Un buen trabajo de
enraizamiento combinado con un desacorazamiento ordenado, progresivo y
gradual de los segmentos ocular y oral, nos ha permitido conseguir resultados
favorables y avances significativos en los procesos terapéuticos más difíciles,
no habiendo registrado hasta el momento efectos iatrogénicos.
En líneas generales, podría afirmar que las técnicas bioenergéticas de
enraizamiento son de mucha utilidad en todas las fases de los procesos
terapéuticos.

Por ejemplo: al trabajar sistemáticamente con ejercicios de


enraizamiento vertical recuperamos un soporte energético en nuestra base.
Este cambio posibilita que no precisemos aferrarnos al mundo con nuestros
ojos; de esta manera trabajando “abajo” (pies y piernas) estamos flexibilizando
“arriba” (la coraza ocular).

Desde el punto de vista energético, el enraizamiento vertical es un


proceso bioenergético en donde la excitación fluye a lo largo de todo el cuerpo,
de la cabeza a los pies y de los pies a la cabeza. Este flujo de excitación es
pulsátil.
La carga en el enraizamiento se produce en la posibilidad de aumentar
la tensión en el organismo, utilizando de soportes a las piernas y a los pies
para contener las emociones y aumentar la respiración.
La descarga se produce en la posibilidad de sostener la pelvis y la
función genital, en la expresión emocional y en la posibilidad de que se
produzca la vibración bioenergética.

Por ejemplo: en la posición de arco invertido nos paramos en los pies (y


no sobre los pies) viendo qué lugar nos facilita para que nuestra energía fluya
mejor, aflojamos las rodillas (disminuyendo la tensión sacro lumbar), soltamos
la cabeza (descargando la parte superior del cuerpo) y nos sostenemos en
nuestros pies (cargando la parte inferior del cuerpo), hasta que se produce la
descarga por medio de los movimientos involuntarios en la zona de las piernas.
Con este ejercicio buscamos darnos soportes, profundizar la respiración para
poder luego “soltar la cabeza”, al mismo tiempo que cargamos al organismo
para darle una mayor tolerancia al estrés. Este proceso implica tener los pies
sobre la tierra de un modo vivo y significativo (opuesto al contacto puramente
mecánico).

Al trabajar sistemáticamente desde el enraizamiento vertical se logra una


mayor sensibilidad en los pies y en las piernas, se produce una apertura de la
respiración y un cambio en el sistema de auto percepción habitual.
El objetivo del trabajo de enraizamiento vertical con pies y piernas es
sensibilizar las piernas hasta que se sientan como “raíces móviles”, abrir la
respiración del paciente sensibilizando el vientre, y permitir un cambio en el
sistema de autopercepción habitual, a través de la experimentación de formas
diferentes a las habituales. La intención bioenergética es la de enraizarse en su
propio cuerpo (sentirse parado de otra manera en su propio cuerpo) y tolerar un
mayor grado de tensión.
El trabajo de enraizamiento vertical implica una entrega al cuerpo, en la
medida en que se produce un descenso a la tierra y a la realidad. Si bien la
literalidad entre suelo y realidad psíquica puede ser criticada
conceptualmente10, mi propio trabajo personal, y mi práctica como psicólogo
clínico y formador de colegas, me han demostrado la potencia del trabajo con
esta propuesta.

Siguiendo los principios de la identidad funcional podríamos hacer una


equivalencia entre sentir el propio cuerpo, sentir la sexualidad y sentir la tierra
donde uno está parado. Es decir, si el individuo está desenraizado, también lo
estará su comportamiento sexual. En una persona sub-enraizada o sobre-
enraizada podremos comprobar un bloqueo en la pelvis, al igual que en las
piernas y en los pies.
Para sentir la tierra, las piernas y los pies tienen que estar cargados de
energía. En los ejercicios de enraizamiento vertical se producen movimientos
espontáneos e involuntarios (vibraciones), y este fenómeno vibratorio
intensifica las sensaciones en las piernas y en los pies.
Tal como lo plantea el creador de la Bioenergética:

“La vibración del cuerpo tiene una función importante además de aliviar la
tensión. Permite al individuo experimentar movimientos involuntarios placenteros
del cuerpo, que son expresión de su vida y fuerza vibrante. Si el individuo tiene
miedo de experimentarlos, porque cree que debe estar en control pleno de sí
mismo en todo momento, perderá su espontaneidad y terminará en estado de
rigidez automática. ... Los movimientos involuntarios del cuerpo son la esencia de
11
su vida” .

El enraizamiento vertical da una sensación de fuerza y seguridad por el


uso del sistema motor y de los grandes músculos del esqueleto. Para Lowen
una persona con buen grado de enraizamiento es una persona identificada con
su cuerpo, conciente de su sexualidad y orientado al placer12.

Desde el punto de vista del desarrollo evolutivo el enraizamiento


vertical coincide con la postura de estar de pie, que el niño comienza a adoptar
cerca del año.
Desde la perspectiva evolutiva funcional los pies y las piernas se
corresponden con la función de soporte y con la estructura de sostén del
adulto. Cuando una persona se pone de pie adopta una posición adulta.
Correlato de la responsabilidad, “pararse sobre los propios pies”, implica un
estado de independencia y de madurez. Saber donde uno se planta es
equivalente a saber quien es.

Por otro lado, sostenerse sobre sus propios pies significa (en un nivel
profundo) quedarse solo. Es el comienzo de una lucha permanente contra la
gravedad, e implica un importante grado de separación con la madre y la
resolución del vínculo simbiótico. Esta separación del enraizamiento horizontal
con la madre (la imagen más clara de este enraizamiento es el contacto que se
produce entre los brazos de la madre y la columna del bebé en el
acunamiento), desde el punto de vista existencial es diferente de la soledad del
10
David Szyniak, “Discursos del cuerpo. Intervenciones en la clínica”: Lugar Editorial, Buenos
Aires, 1999.
11
Alexander Lowen, “Bioenergética”: Ed. Diana, México, 1987, pp. 232.
12
Alexander Lowen y Leslie Lowen, “Ejercicios de Bioenergética”: Ed. Sirio, Málaga, 1998.
abandono. Implica el pasaje de un estado mayoritariamente sedentario a una
movilidad mayor. Y es la confirmación de ser diferente de cualquier otra
persona, y poseer una historia de vida única (alteridad).

Desde el punto de vista analítico dejar al otro ser Otro es algo que
parece simple pero que requiere una gran capacidad de enraizamiento.
Significa, entre otras cosas, que debemos renunciar a la ilusión de que
podemos cambiar al otro y que podemos adaptarlo a nuestras categorías
mentales. Significa además que debemos buscar nuestro propio autosostén, no
quedar pendientes y reclamando lo que no hubo o buscando en otros lo que no
nos dieron en el pasado. En este sentido, el terapeuta debe acompañar y
ayudar a desarrollar la función que falta.

Desde el punto de vista psicológico podríamos decir que el


enraizamiento físico es funcionalmente idéntico al enraizamiento emocional.
Nuestras piernas cumplen funciones muy importantes: locomoción
(desarrollo motor en el espacio, correr, acercamiento-alejamiento), cimiento
(sostén del yo adulto), soporte (estar parado, estar erguido), equilibrio, etc.
Como extensión del último segmento de la coraza (el segmento pélvico),
cumplen además con las funciones de agresividad (protesta, ir hacia,
movimiento, desplazarse, golpear) y sexualidad (descarga, creatividad, placer).
Estar enraizado, implica un alto grado de auto-conocimiento (saber y
aceptar quien soy); desarrollar el enraizamiento, significa estar de pie y
defender lo que es importante para nosotros (“esto es nuestro y lo voy a
cuidar”). Por otro lado, es estar más sensible. Y al estar nuestras piernas más
sensibles podemos ceder, tornarnos más humildes y admitir nuestra fragilidad.

Una manera de evitar el enraizamiento es negarnos a pararnos sobre


nuestros propios pies. En vez de esto nos apoyamos sobre los otros y los
volvemos responsables de lo que sentimos (“vos me hacés sentir ...”). Si esta
actitud defensiva falla nos desmoralizamos, nos abatimos, nos desalentamos,
nos resignamos, nos desmoronamos y colapsamos. Cuando esto se convierte
en un padrón más o menos conciente, se transforma en una modalidad
regresiva, que busca escaparse de la realidad adulta y que además subestima
el potencial de la propia persona. Puede surgir además un sentimiento de odio
hacia sí (consecuencia de los juicios y las exigencias negativas introyectadas).

Para Lowen el enraizamiento es conseguir que una persona entre más


en contacto con el suelo (la realidad), es decir lo opuesto a tener una
“obsesión”, o “estar en el aire viviendo de ilusiones”. El peligro de la ilusión
(cada estructura de carácter tiene una ilusión en particular) es que deforma la
percepción, atrapando a la persona en una visión irreal. Esta forma de
acorazamiento de la percepción y del contacto, Lowen la señala como el “estar
colgado”, es decir cuando una persona ha quedado aprisionada en un conflicto
emocional que la inmoviliza y le impide realizar cualquier accion eficiente para
cambiar la situación13. Lowen construye de esta manera la oposición entre
“ilusión” y “realidad” que tiene un peligro conceptual, en la medida en que la
realidad puede quedar limitada a lo socialmente adaptativo y a las normas, tal
cual lo planteaban las corrientes psicoanalíticas americanas dominantes en la

13
Alexander Lowen, “Bioenergética”, op. cit.
primera mitad del siglo pasado. Lo ilusorio sería simplemente su opuesto (la
inadaptación cultural).

ENRAIZAMIENTO Y VERTIGINOSIDAD:
la desterritorialización permanente como nueva subjetividad

En la actualidad las estructuras sociales y familiares son radicalmente


diferentes a las que Reich y Lowen observaron en sus principales
teorizaciones, y que dieron origen a los principios bioenergéticos básicos.
Los procesos de subjetivación actuales son diferentes al disciplinamiento
autoritario de la antigua familia patriarcal represiva. Las nuevas generaciones
ya no se crian restringidas a las influencias del círculo familiar. La personalidad
básica que Freud ligó al capitalismo pre-industrial en su carácter anal, obsesivo,
ligado a la disciplina del trabajo, al ahorro y a la postergación de satisfacciones,
estalla por el nuevo diagrama institucional de las sociedades de consumo.
Estimulado a consumir y a cambiar permanentemente de objeto, el individuo ya
no posterga la satisfacción. Los vínculos libidinales se viven como mercancías,
descargando libido en forma primitiva, pero en objetos impersonalizados,
reproduciéndose constantemente sus vacíos e integrándose fácilmente a lo
social.
La densidad del orden gravitacional se transforma en velocidad de los
fluídos. Al mismo tiempo que decrecen los espacios y los encuentros, aumenta la
superficie y la desconfianza y el miedo, quedándonos adentro con grandes
vacíos14. La lógica del poder control-represión de las sociedades disciplinarias
se ha transformado en nuevas series de control-estimulación. V.g.: las fuentes
de estimulación y producción del sexo se encuentran en la superexposición del
erotismo planificado a través de los media y la multiplicación discursiva sobre la
sexualidad desde los saberes médicos y psicológicos15.
La pequeña empresa familiar (anteriormente unidad de producción y de
consumo) deja lugar a la organización corporativa. El rol del padre pierde la
infraestructura de su poder. Su importancia en el desarrollo psico-afectivo del niño
pierde consistencia. La autoridad, ahora impersonal e ilimitada, aparece
difuminada y dispersa por todas partes. Nuestro yo, más débil, arcaico y
narcisista, aparece cada vez más, ligado al consumo; el marketing como
instrumento de control social "forma la raza impúdica de nuestros amos" 16. En
una sociedad donde impera el individualismo, la libido se vuelca mayoritaria y
compulsivamente hacia el consumo de bienes.
En este contexto social y cultural, el adulto estresa a los niños mucho más
que en el pasado.

El fin de siglo se caracterizó por una desterritorialización permanente


donde el ritmo lento de la evolución natural se vio violentado por la velocidad

14
Ver la entrevista a Paul Virilio, “Cibermundo, ¿una política suicida?”: Ed. Dolmen, Santiago
de Chile, 1997.
15
Michel Foucault, “Historia de la sexualidad: La voluntad de saber”: Ed. Siglo XXI, Madrid,
1987.
16
Gilles Deleuze, “Posdata sobre las sociedades de control”, en “El lenguaje libertario 2.
Filosofía de la protesa humana”: Ed. Nordan, Montevideo, 1991.
vertiginosa de las transformaciones culturales y de los cambios socio-
económicos. En esa desterritorialización permanente de los registros identitarios
(tanto personológicos, como grupales y comunitarios) los mecanismos de defensa
que funcionaban universalmente con una tarea evolutiva, y daban las cualidades
posibles para enfrentar la lucha por vivir, también se vieron desmontados.
En un trabajo anterior me preguntaba, “pero entonces, ¿contra quien nos
rebelamos si papá ya no ocupa su lugar?” 17. Haciendo una paráfrasis de la
poesía de Caetano Veloso: ya nadie sabe el dolor y la delicia de ser lo que es,
porque vivimos en un momento de desterritorialización permanente sin
reterritorialización18.
Los organismos están cada vez más estresados por la violencia que se les
impone desde fuera para dentro. En este contexto las defensas también
cambiaron de lugar y se han vuelto más primitivas. En un excelente y muy claro
ensayo Odila Weingand se pregunta “Isto e ruim?” 19. Concluyendo que parece
inevitable que las personas hoy en día operen más con el campo energético.
Desde el punto de vista reichiano sabemos que las personas al sentirse
inseguras, se defiendan con el campo energético, es decir con las defensas
primitivas del segmento ocular. El aumento de la problemática borderline puede
ser considerada entonces, como una consecuencia de la necesidad de convivir
con la inconstancia de nuestros objetos y la desterritorialización de nuestros
territorios existenciales. En la medida en que diluir nuestros límites nos facilita el
poder cambiar de forma, ¿no necesitaremos de las defensas borderline para
poder absorver los cambios que están ocurriendo vertiginosa e irreversiblemente
a nuestro alrededor?
Cuanto mayor sea la pérdida de referencias éticas internas y externas que
organizan nuestro sentido de subjetividad (nuestra singularidad, nuestra
identidad, etc.), mayor va a ser la disolución de los límites de nuestra
territorialidad existencial, y viceversa.
Desde el punto de vista bioenergético cuanto mayor se lidia con energias
sutiles (en vez de negar que ellas existen), más vamos a precisar de
enraizamiento20.
Cuando nuestra base es frágil (sub-enraizamiento) cualquier cambio crea
desorientación, confusión y miedo. Cuando una persona está sub-enraizada (es
decir, cuando el contacto con el suelo es excesivamente incierto), cualquier
aumento de energía amenaza destrozar y fragmentar su precaria unidad
psicosomática. Cuando una persona está sobre-enraizada la tensión y la rigidez
en la parte inferior del cuerpo (sobretodo en las piernas y en los pies), reduce
enormemente la sensibilidad en esa área.

17
Luis Gonçalvez, “Los cuerpos invisibles”, op. cit.
18
Para profundizar en este concepto de representación territorial ver las obras de Gilles
Deleuze y Félix Guattari sobre “Capitalismo y Esquizofrenia”.
19
Odila Weingand, “Bioenergética: um panorama atual”, Revista Reichiana nro. 8, Sedes
Sapientiae: San Pablo, 1999.
20
Estos cambios implican la necesidad de que como profesionales de la salud reconozcamos y
nos abramos al estudio de las energías sutiles (no ya vistas como una patología esquizoide),
dándole a su vez grounding y cuerpo a nuestra práctica y a nuestros conceptos bioenergéticos.
ENRAIZAMIENTO Y CONTACTO

La propuesta de este artículo, además de definir las tres posiciones


básicas con las que trabajamos en el Análisis Bioenergético Reichiano, es la de
pensar al enraizamiento como una noción compleja y no sólo como un ejercicio
bioenergético básico.
En este sentido usaré el término enraizamiento para explicar el conjunto
de fuerzas viscerales, psicológicas y musculares subyacentes a las posturas de
nuestro cuerpo21. Por lo tanto el enraizamiento va a ser un proceso mucho más
complejo que estar de pie, acostado o sentado. En la medida en que los
músculos implicados en cada una de estas posiciones van a ser distintos, la
percepción que nuestro cuerpo tiene de estas posturas y del estado psicológico
que las acompaña también va a ser diferente.

David Boadella contribuyó a desarrollar el concepto de enraizamiento al


pensarlo en otros niveles que nos permiten salir de una mirada corpórea
mecanisista. En una bella descripción nos muestra cómo el bebé descubre
muchos enraizamientos:

“Está tendido sobre el abdomen de la madre y se enraiza sobre la superficie del


cuerpo de ella, percibiendo los mismos ritmos y latidos que antes experimentaba
en el útero. Es sostenido y se aferra; toma una parte de la madre en la mano, o
bien algo de su propio cuerpo, y es envuelto por el contacto con ella. Cuando
mama, se puede decir que está enraizando su boca. Cuando mira al rostro a la
madre, está enraizando sus ojos. En el flujo del lenguaje en desarrollo empieza a
enraizar sus ideas. En sus progresivos movimientos (desde el decúbito prono
hasta que levanta la cabeza, se arrastra, gatea, se pone en cuclillas y de pie),
aprende un buen o un pobre contacto con una base física. Todo esto tiene lugar en
un ambiente emocional que constituye el trasfondo de la organización de la
actividad del niño.” 22

Boadella concluye que el enraizamiento está relacionado a lo que


sucede cuando la energía fluye hacia la superficie del cuerpo, y con el tipo de
contacto que encuentra allí.
Para el Análisis Bioenergético Reichiano, enraizamiento y contacto son
dos conceptos que van a estar indisolublemente ligados, y van a tener un
significado especial en el desarrollo evolutivo. El embrión en la primera fase de
la vida intrauterina experimenta un continuo y suave hidromasaje del líquido
amniótico, que no se interrumpe ni en la noche cuando la madre, durmiendo, lo
envuelve tiernamente con su respiración rítmica y suave. Alrededor del octavo
mes de vida intrauterina el hidromasaje se transforma en un profundo masaje
rítmico y envolvente de las paredes musculares del útero. Hasta que en el

21
Rita Fiumara, Silvana Lepre, Maira Pellizzoni, “Del sufrimiento a la emoción”, Ficha de terapia
biosistémica, “Un approccio originale al trattamento psico-corporeo della sofferenza emotiva”:
Milán, Italia, 1994.
22
David Boadella, “Corrientes de vida. Una introducción a la Biosíntesis”: Paidós, Buenos
Aires, 1993, pp. 133.
correr del noveno mes los brazos del útero que envuelven al bebé comienzan a
experimentar los movimientos de las contracciones, que estimulan la piel del
bebé y los sistemas del cuerpo, que precisará luego del nacimiento.
Aunque no recordemos nuestro último mes de vida intrauterina, nuestra
piel se acuerda. Después del nacimiento es necesario que el bebé sea
masajeado, que hablemos con su piel, que sea cargado, mimado, acariciado y
nutrido con nuestro masaje23. Así, sucesivamente, el niño va construyendo
distintos enraizamientos que podríamos resumir en enraizamiento horizontal,
enraizamiento vertical y enraizamiento simbólico. Los mismos, en la propuesta
del Análisis Bioenergético Reichiano, coinciden respectivamente con las tres
capas embrionarias (endodérmica, mesodérmica y ectodérmica) del desarrollo
morfológico del cuerpo.

LA HISTORIA EVOLUTIVA DEL CUERPO:


morfología dinámica y camadas embrionarias

Estas tres capas o folículos embrionarios, procediendo de la parte


externa a la interna del embrión (ectodermo, mesodermo y endodermo), son el
conjunto de células de igual estructura que cooperan en la formación de
determinados órganos y sistemas. A partir del ectodermo se desarrolla el SNC,
el SNA y la piel. A partir del mesodermo, el esqueleto, los músculos y el
sistema cardiocirculatorio. Y a partir del endodermo (la camada más interna del
embrión) se originan los sistemas gastrointestinal, respiratorio y renal.

En su plan de organización estas camadas no sólo determinan el


desarrollo regional anatómico del cuerpo sino también actividades funcionales.
En este sentido podemos asociar a las camadas embrionarias tres
actividades psicológicas distintas: el desarrollo cognitivo-perceptivo a la capa
ectodérmica, el desarrollo motor a la capa mesodérmica, y el desarrollo
emotivo y pulsional a la capa endodérmica.
Podemos asociar además tres tipos de sensaciones a dichas camadas
celulares: sensaciones que ocurren en la superficie de la piel -a las que F. Mott
denominó sensaciones fetales superficiales- (ectodermo), sensaciones
cinestésicas ligadas al movimiento muscular (mesodermo) y sensaciones que
se originan en el centro de nuestro cuerpo -a las que D. Boadella denominó
umbilicales- (endodermo).

LAS TRES DIRECCIONES DEL ENRAIZAMIENTO

Nuestro cuerpo pasó por fases específicas de desarrollo psicomotor a


las cuales se corresponden posiciones y movimientos particulares.
En el enraizamiento estamos realizando un trabajo terapéutico que se
relaciona con la postura, por lo tanto estamos hablando de uno de los
momentos más importantes de la terapia.
23
Frédérick Leboyer, “Shantala, un art traditionnel – le massage des enfants”: Ed. du Seuil,
París, 1976.
Como lo definía más arriba, el enraizamiento es una fuerza interna, un
conjunto de elementos, de herramientas, al mismo tiempo físicas y mentales,
ligados a momentos fundamentales de la vida de una persona. Cuando es
utilizado como técnica terapéutica permite desarrollar un trabajo clínico que
tiene como objetivo incluir experiencias de recontacto básico, que permitan al
paciente llegar a sentir su ritmo interno y su propio impulso interior, analizando
el modo como se construyó a sí mismo en el pasado, y construyendo nuevos
enraizamientos para cambiar la situación existencial y social actual.

En el Análisis Bioenergético Reichiano trabajamos desde las tres


posturas básicas (de pie, acostado, sentado), desde donde ligeros ajustes
corporales (posturales) permiten introducir alteraciones profundas en los ritmos
vegetativos, en el tono muscular, en la auto-imagen y en las sensaciones
corporales. A partir de experiencias de contacto y de resonancia (tomando en
cuenta siempre las reacciones transferenciales y contra-transferenciales)
vamos realizando operaciones de microingeniería estructural, buscando
descongelar las experiencias vitales.

Pasemos a definir y desarrollar las tres posturas básicas para trabajar en


el setting terapéutico desde el Análisis Bioenergético Reichiano. Las mismas
se corresponden con una forma de enraizamiento y con una camada
germinativa del embrión, con sus respectivos órganos, funciones y
sensaciones24:

Diferentes posiciones y funciones del grounding desde la


Arqueología del Cuerpo en el Análisis Bioenergético Reichiano

Enraizamiento Capa Sistema Posición Funciones


embrional anatómico
Simbólico Ectodermo SNC. SNA. Piel. Sentado Logos. Lenguaje.Memoria.
Simbolización. Lógica.
Relación con el mundo
exterior (reglas sociales).
Vertical Mesodermo Muscular. Oseo. De pie Lucha. Fuga. Acción.
Cardiocirculatorio. Fuerza. Conflicto.
Agresividad.
Horizontal Endodermo Gastrointestinal. Acostado Apartamiento de la
(interno) Endócrino. boca arriba realidad inmediata.
Respiratorio. (supina). Flujo emocional profundo.
Contacto con la tierra.

Acostado Concentración en sí mismo.


boca abajo. Autoprotección.
De costado Recuperación energética.
(fetal). Fantasías primitivas.

Enraizamiento horizontal (endodermo):

*Está relacionado principalmente al “yo siento”.

24
Rita Fiumara, Silvana Lepre, Maira Pellizzoni, “Del sufrimiento a la emoción”, op. cit.
*D. Boadella lo llama también enraizamiento interno, y lo indica (al igual
que G. Boyesen) como la fuente desde donde surge la energía curativa.
*Comprende las posiciones acostado de espalda, boca abajo o de
costado (fetal).
Desde el punto de vista anatómico-funcional se verifica en estas
posturas la participación de varios segmentos musculares.
*En la posición boca arriba se instensifican las sensaciones corporales y
se agudiza la percepción.
Desde el punto de vista perceptivo-sensorial, la experiencia corporal de
estar acostado de espaldas es profundamente diferente de la de estar en la
posición erecta, sentado o de lado. Cuando se está acostado de espaldas de
ojos abiertos se estimula la percepción por el gran campo visual que se abre.
Es la posición ideal para el análisis de los propios sentimientos y de las
vivencias emotivas. Se corresponde con la capacidad imaginativa (ej.:
proyectar sueños, observar el cielo y las estrellas). Simbólicamente representa
el límite entre la vida y la muerte. Con los ojos cerrados favorece la ensoñación
y tienden a desdibujarse los límites del yo.
Desde el punto de vista energético es una posición básica, en la medida
en que nos permite ver con precisión dónde la onda de respiración es
bloqueada y el flujo de energía vital interrumpido. Nos permite ver con mayor
facilidad dónde se sitúan las corazas (los grupos de músculos que se resisten
al movimiento natural), y los movimientos involuntarios, los movimientos
contradictorios y los movimientos espontáneos, que se desarrollan a partir y/o a
pesar de la coraza.
En la medida en que es una posición más “abierta” (ya que nuestra parte
frontal del cuerpo es más vulnerable) posibilita una posición de entrega al
cuerpo como antítesis del acorazamiento, pero a su vez muestra muy
claramente los padrones reactivos. Es decir, permite reconocer de inmediato
dónde el cuerpo pulsa, dónde está el streaming y dónde están las corazas, por
lo cual es muy importante en la fase diagnóstica.
*En la posición boca abajo (que exige del empleo de los músculos de los
brazos y del cuello para sostener el cuello sobre los antebrazos), el niño
aprende a dirigir su mirada para una distancia próxima y a focalizarla en una
parte del mundo. Este es el punto de partida para el movimiento de gateo y
también una fase del desarrollo psicomotor en el pasaje de la posición sentada
para la erecta. En el plano psíquico esta posición coincide con la conciencia de
sí mismo, que es la capacidad de sentirse. En esta posición se intensifica la
sensación de ceder a la gravedad (de entregarse a la tierra), lo que permite
recobrar el sentido de centramiento.
*La posición de costado o fetal permite apartarse del contacto con el
mundo exterior y desenvuelve una función de “nutrición” interna, entendida
como de recarga energética (generación de nuevas energías, por ejemplo,
cuando dormimos).

Enraizamiento vertical (mesodermo):

*Está relacionado principalmente al “yo hago”.


*Se corresponde con la posición de toma de tierra (parado, arco
invertido, etc.), aunque comprende además otras posiciones (“enraizamiento
aéreo”, cuclillas, etc.).
*Terapéuticamente la postura de pie permite que el paciente se desplace
y se focalice en el presente (que es donde tiene sus problemas).
*En este enraizamiento asistimos a un aumento del tono y de la
actividad muscular, controlado por los neuronios del córtex motor. A este
estado neurofisiológico le acompañan en el plano psicológico el
comportamiento de exploración del ambiente, de aproximación o apartamiento,
de los comportamientos agresivos y de la activación psicomotriz generalizada.
*Consiste en proveer al cuerpo de arraigo por medio del trabajo postural
(en general posiciones dináminas que facilitan el flujo de la energía hacia la
parte inferior del cuerpo y de los pies). En el Análisis Bioenergético loweniano
son comunmente llamadas “posiciones de estrés” y tienen el objetivo de liberar
catárticamente las emociones bloqueadas y dar la posibilidad al organismo de
contener mayor cantidad de energía.

Enraizamiento simbólico (ectodermo):

*Está relacionado principalmente al “yo pienso”.


*Se traduce en la postura de estar sentado.
*Desde el punto de vista psicológico refiere a las funciones simbólicas
del lenguaje, de la lógica y de las reglas sociales, que a nivel de la postura de
estar sentado, se traducen como la conquista del papel adulto, menos instintivo
y más atento a las exigencias del ambiente social
*Como se corresponde analógicamente con el estrato celular
ectodérmico del embrión, se encuentra en el límite entre el cuerpo y el mundo
exterior.
*Implica el camino piel/cerebro en el cual la experiencia mental emerge
de la corporal. Cumple una función de mediador, en la medida en que percibe
los datos del mundo exterior y los transmite en un lenguaje neurológico para el
cerebro, siendo luego elaborados por medio de un proceso mental complejo y
delicado, que se origina en la experiencia del cuerpo25.

25
Coincido nuevamente con el orgonoterapeuta Ernani Trotta que, en el intento de definir y
desarrollar las tres posturas básicas, y al correlacionarlas con las tres camadas embrionarias,
sus funciones y emociones, se puede generar un efecto de clausura excesivamente conclusivo.
Ernani me señala (en comunicación personal), “por ejemplo: ¿porqué asociar la camada
endodérmica al desenvolvimiento emotivo y pulsional? Nuestras emociones e impulsos son
generados y regulados por el sistema límbico (ectodermo), y en su expresión siempre involucra
respuestas de la musculatura esquelética (mesodermo). ¿Porqué asociar el ectodermo a la
posición sentado? El sistema nervioso está igualmente activo en cualquiera de las tres
posiciones (sentado, de pie o acostado). Por otra parte, en la posición sentado la musculatura
esquelética (mesodermo) está tan requerida como en la posición de pie”.
TRABAJANDO CON ENRAIZAMIENTO
DESDE LA ARQUEOLOGÍA DEL CUERPO26

En la arqueología del cuerpo se trabajan ordenadamente las capas


estratificadas de la coraza.
Tal como lo describe Manoel Brandao:

“Las estructuras corporales del carácter se presentan como estratos


geológicos, como capas que superponen estratos históricos: biográficos,
perinatales y filogenéticos. Estos se organizan como matrices que modelan
patrones de conducta, planos de vida. “Arqueología del cuerpo”, usando diversos
instrumentos terapéuticos, busca excavar, revolver e identificar esos planos de
formación de las estructuras corporales del carácter. De este modo posibilita la
modificación de los planos de vida” 27.

En los trabajos de enraizamiento que se realizan a lo largo de todo el


proceso terapéutico, se puede leer en las formas corporales, un diagnóstico
pulsátil y expresivo, de cómo el poder y la cultura se inscribieron en los
cuerpos, en las tensiones musculares crónicas.

En las posiciones de enraizamiento vertical se mira al paciente desde los


pies a la cara y desde el rostro hacia los pies.
Pongamos un ejemplo. En la lectura corporal en la posición del arco
invertido dirigimos sensiblemente la atención a observar:
*cómo se sostiene en los pies: ¿tiene los pies planos? ¿los pies están
girados hacia adentro? ¿los pies están girados hacia fuera? ¿dónde está el
peso en los pies? ¿puede sentir que sus pies se hallan en mayor contacto con
el suelo?;
*cómo son sus piernas y qué sienten: ¿son subdesarrolladas? ¿son
rígidas e insensibles? ¿los tobillos son débiles? ¿siente en las piernas alguna
vibración? ¿cómo las siente? ¿finas y suaves? ¿gruesas y espasmódicas?
¿pudo mantener las rodillas flexionadas y sueltas o las enderezó rígidamente?
¿pudo contener el flujo de excitación en las piernas? ¿puede sentir la
capacidad de sus piernas para sostenerlo o, por el contrario, sintió que no lo
sostendrían?;
*cómo respira: ¿respira con facilidad o contiene el aliento? ¿la
respiración es abdominal? ¿afloja la mandíbula? ¿se permite sonorizar la
respiración? ¿siente que el aire llega a la zona genital?;
*cómo se encuentra la pelvis: ¿siente espasticidad en los músculos de
los glúteos? ¿siente tirantez en la parte inferior de la espalda?, ¿siente los
movimientos respiratorios en la pelvis?, etc.

Al comienzo de los trabajos de enraizamiento vertical se puede


confrontar una resistencia corporal al pasaje del flujo energético, representada

26
La arqueología del cuerpo es un concepto y una metodología funcional creado por Manoel
Brandao y desarrollada desde los soportes conceptuales de la Clínica Bioenergética y de la
Psicología Social por quien suscribe. Para profundizar en este dispositivo terapéutico tal cual
se desarrolla en el Taller de Estudios y Análisis Bioenergético, ver el libro “Arqueología del
Cuerpo”, op. cit.
27
Manoel Brandao, volante de Lotus – Centro de Terapia y Meditación, Montevideo, 1992.
en forma de dolor. Es importante mostrar desde la identidad funcional, que ese
dolor físico quizás implique además un dolor emocional. A modo de ejemplo, el
dolor en las piernas es equivalente a un dolor en la vida. Es decir, cuanto
mayor es el grado de rigidez en las piernas de una persona, menor es su
alegría de vivir.
Si una persona tiene buen grado de enraizamiento puede tolerar su
propio dolor y pasar a trabajar una camada más profunda28. Es importante no
resistirse emocionalmente, pero también tomar en cuenta que las posiciones
del enraizamiento vertical no son ejercicios de resistencia física. La primer
camada de dolor se corresponde con la rigidez de las piernas y representa
simbólicamente un “no”. Dicha rigidez cumple con la función antigravitatoria de
no dejarnos caer (equivalente a no fallar, no humillarnos, no desmoralizarnos,
etc.).
En la medida en que la resistencia y la rigidez van cediendo al trabajo
progresivo, sostenido y gradual, la segunda camada que generalmente aparece
es la de un fuerte sentimiento de “estar pesado”, de “estar para abajo”. Cuando
los pacientes empiezan el trabajo bioenergético de enraizamiento vertical
aparece el cansancio de años29. En ese momento es importante intentar seguir
el movimiento pulsatorio de contener, expresar y descargar los sentimientos. Si
uno para en el cansancio no se completa el movimiento pulsatorio auto-
regulador.
La tercer camada que aparece, más profunda y más dolorosa, tiene que
ver con las defensas contra la depresión de abandono (tristeza y bronca). Se
tiene la sensación de que nuestras piernas parecen incapaces de continuarnos
cargando, que parecen estar hechas de flan. Si se logra tomar un contacto
profundo con la respiración, el movimiento involuntario y la vibración, el cuerpo
comienza a abrirse a la tristeza (sepultada fundamentalmente, en la garganta,
en el toráx y en el abdomen), y a la rabia (sepultada en las piernas y en la
pelvis).
La camada más profunda a trabajar es la del miedo. Miedo de soltarse y
de sostenerse sobre sus pies, miedo a quedar solo. En la transición, en el
intervalo entre soltarse y sentir que los pies se asientan firmemente sobre la
tierra, se experimenta la sensación de caer, con la ansiedad consiguiente 30.

El proceso de enraizarse verticalmente en la arqueología del cuerpo


implica, por lo tanto, ayudar a integrar la genitalidad con la pre-genitalidadad
(proceso que ayuda a completar la madurez), aunque este proceso no puede

28
Para un entendimiento bioenergético del dolor ver la conferencia de John Pierrakos “Dor: a
dor que criamos nos outros e a dor que criamos para nós mesmos”, Cadernos de Psicología
Biodinamica nro. 3: Summus Ed., San Pablo, 1983.
29
Tal como lo plantea Hernán Kesselman, en el caso de los profesionales de la salud, en
particular, este cansancio está asociado a las urgencias institucionales, asistenciales y/o
formativas en las que terapeutas y pacientes, docentes y estudiantes, formadores y formandos,
deshumanizan la relación consigo mismos. Esta situación (derivada de la crisis económica-
social) se produce imponiéndose un automaltrato por sobreexigencia, sobrepasando los límites
de la propia fatiga y desoyendo los síntomas del estrés. El temor implícito en esta “escena
institucional” es que si dejamos de “pedalear”, nos caemos. Y a diferencia de lo que nos
sucedía cuando éramos niños, cuando somos adultos si nos caemos nadie nos levanta.
30
Junto a estas camadas de dolor, cansancio, tristeza, bronca y miedo, puede además
desinhibirse placer a partir de la profundización de la respiración, de las sutiles y/o intensas
vibraciones, y de los movimientos involuntarios en las piernas y en el resto del cuerpo.
desarrollarse si no se contempla e integra al enraizamiento horizontal y al
enraizamiento simbólico.

En el Análisis Bioenergético Reichiano31 creemos que el objetivo


terapéutico en los trabajos de enraizamiento no hay que limitarlo al nivel
mesodérmico (las posturas de estrés, la liberación de energía a través de los
músculos), tal cual está particularmente orientado en el Análisis Bioenergético
loweniano. Es necesario que podamos implicar al cuerpo entero. La obtención
de los movimientos involuntarios, los temblores bioenergéticos, las sutiles
vibraciones en todo el sistema muscular es una parte importante del trabajo de
flexibilización de la coraza muscular. Pero es necesario integrar el trabajo con
el enraizamiento horizontal y simbólico para poder acceder a la coraza visceral
(endodérmica) y a la coraza cerebral (ectodérmica cerebral y ectodérmica
cutánea)32.

Para la arqueología del cuerpo, al igual que lo plantea Gerda Boyesen,


el movimiento expresivo de la abreacción emocional parte de las profundidades
del cuerpo (en el nivel endodérmico), pasa por los canales expresivos
mesodérmicos y se conecta con la memoria (en forma de imágenes, de
recuerdos) a nivel ectodérmico33.

El paciente en una terapia bioenergética y reichiana desarrolla un


proceso donde tiende a recuperar sensibilidad y redescubir su vitalidad
profunda. Los trabajos de enraizamiento vertical permiten que la energía
liberada en las profundidades pasen a todo el sistema muscular y a todo el
nivel mesodérmico. Pero para redescubrir y recuperar su nivel vital es también
muy importante que nada atemorice al paciente.
Por ejemplo: si trabajamos con un paciente con artritis y observamos
que tiene sus manos en forma de garra y una inflamación disfuncional en las
articulaciones, podemos concluir que dicho bloqueo energético está
probablemente relacionado con la emoción de la rabia inhibida y reprimida. Si
comenzamos trabajando catárticamente con la rabia, quizás se produzca una
resistencia o un acorazamiento secundario al no tomar en cuenta, terapéutica y
arqueológicamente, el miedo del paciente al movimiento (y a su propia ira y
odio destructivos).
Es decir, un paciente estará mucho más fuerte en sus situaciones
exteriores cuando no tenga nada que temer de su mundo interior34.
Cuando un paciente redescubre su vitalidad, su bienestar en la
independencia y en la seguridad interior de su ritmo interno, ningún peligro
podrá sobreponerse a los estímulos interiores. Por lo tanto, es muy importante
en las primeras sesiones del proceso terapéutico, y luego de haber realizado
un diagnóstico bioenergético estructural, combinar el trabajo de

31
Al igual que otras corrientes neo-reichianas como la Biosíntesis, la Biodinámica y la
Biosistémica.
32
Esther Frankel, “Diagnóstico pulsátil”, http://www.biossintese.psc.br/DiagnosticoPulsatil.htm.
33
Gerda Boyesen, “Entre Psique e Soma”: Summus Ed., San Pablo, 1986.
34
David Boadella discrimina, en este sentido, el enraizamiento interno del enraizamiento
externo. El primero consiste en nuestro cuerpo físico (hecho de carne y de huesos, vasos
sanguíneos y células nerviosas; es también equivalente al ego jungiano). El segundo consiste
en la esencia del cuerpo sutil (la memoria arquetípica, la fuente desde donde surge la energía
curativa; equivalente al self jungiano).
desacorazamiento del enraizamiento vertical (v.g.: posiciones de estrés), con el
trabajo de soporte del enraizamiento horizontal (v.g.: trabajo de ritmo interno y
de bioenergética suave)35.
En el Análisis Bioenergético Reichiano seguimos el axioma clínico de
que toda catarsis o abreacción emocional debe ser seguida de una
armonización.
Esto no implica que los trabajos de enraizamiento vertical no sirvan para
dar soporte y contención en el proceso terapéutico. Por el contrario, cuando un
paciente está bloqueado en un proceso primal permanente de descarga, en
niveles tan profundos de descarga que le es imposible integrarlos, conviene
utilizar los ejercicios de enraizamiento.

Tal como lo plantean los terapeutas reichianos Xavier Serrano y Reolina


Cardoso, es conveniente tener cuidado con los pacientes que colocan mucha
energía voluntaria en los ejercicios forzando la descarga, por ejemplo, por
medio de catarsis histeriformes. Por lo general son personas que tienden a
forzar los procesos, con muy poco contacto sensible, con poca o nula
capacidad de relajamiento y de abandono, muy preocupados concientemente
en el hacer, o en descargar rápida e impulsivamente la carga.
Es importante que el terapeuta tome en cuenta permanentemente las
variables del ritmo interno y de la dimensión temporal del paciente, para no
forzar la descarga, desde su propia coraza y su propia distorsión temporal36.
Es necesario que en la sesión se de el tiempo para que el estímulo que parte
de la profundidad endodérmica llegue a la conciencia (ectodermo), alcanzando
previamente al yo motor y al nivel expresivo (mesodermo).
Si se toman en cuenta estas variables, las corrientes vegetativas -las
emociones- siempre van a decir la verdad.

En este proceso el cuerpo del paciente aprende a tornarse conciente de


sí mismo y descubre que el terapeuta lo apoya y lo sostiene para que pueda
funcionar con su propia auto-regulación. Siempre que se busca el contacto en
el Análisis Bioenergético Reichiano es para que el paciente recupere una parte
propia olvidada, bloqueada, perdida o congelada37.

La terapia se transforma entonces en una manera de ayudar al


organismo a ayudarse a sí mismo.

35
Eva Reich y Eszter Zornanszky, “Energia vital pela bioenergética suave”: Summus Ed., San
Pablo, 1998.
36
Ver los capítulos “Ritmo interno y soportes en el proceso psicoterapéutico” y “La dimensión
temporal en el trabajo clínico”, del libro “Arqueología del Cuerpo” de quien suscribe, op. cit.
37
Ejemplo: en el trabajo de enraizamiento vertical, en la posición del arco invertido, el objetivo
está dirigido a la búsqueda del auto-sostén. Recuperar las piernas para pararse en el mundo
como un adulto libre y para sostener sus sentimientos como un adulto vibrante.
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