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CLAVE 31

ABUSO RITUAL SATÁNICO

El abuso ritual satánico es un tipo de maltrato tanto en niños como en adolescentes. Es causado
ya sea por prácticas en la familia o en sectas que se encargan de reclutar jóvenes inexpertos y
susceptibles al engaño. Debido a la escaza enfatización de este tema, se han declarado diferentes
definiciones sobre qué es el abuso ritual satánico. Margaret Smith, sobreviviente de este abuso,
lo define como “los actos abusivos emocionales, físicos y sexuales realizados por cultos
violentos. La mayoría de los cultos violentos no expresan abiertamente sus creencias y prácticas
y [los miembros de los cultos] tienden a vivir separados en ambientes no comunales para evitar
la detección”. Otra definición establecida por la organización Survivorship es “una forma brutal
de abuso de menores, adolescentes y adultos; el cual consiste en abuso físico, sexual y
psicológico involucrando la práctica de rituales. Ritual no necesariamente implica el satanismo.
Sin embargo, la mayoría de los sobrevivientes establecen que fueron ritualmente abusados como
parte de idolatría satánica con el propósito de adoctrinándolos en creencias y prácticas
satánicas.” Los tipos de abusos frecuentes durante un ritual pueden ser físicos, emocionales,
sexuales y hasta espirituales. Abuso físico puede darse como golpes, electrochoques, tortura,
confinamiento y/o ingestión forzada de drogas, sangre y excrementos. El abuso emocional
puede incluir, engaño y culpar a la víctima. Las formas que puede tomar el abuso sexual son, el
sexo sádico con niños y adultos sin consentimiento y forzada perpetración del abuso sexual. El
abuso espiritual puede darse como una revocación de lo que es bueno y malo, una destrucción
total de la moral y la negación de la libertad de pensamiento. El abuso psicológico es devastador
e involucra el uso de ritual/adoctrinamiento, el cual incluye técnicas de control mental y drogas
que alteran la mente, e intimidación de ritual el cual conjuga a la víctima a un terror profundo
de los miembros del culto y los espíritus malignos que se cree están siendo invocados durante
el ritual. Las implicaciones de los diferentes abusos realizados sobre las víctimas pueden ser
tanto visibles como no visibles; Visibles: por ejemplo las lesiones cutáneas, tales como
hematomas, quemaduras, mordeduras; o en situaciones más graves observar embarazo en
adolescentes o enfermedades de transmisión sexual. Invisibles: tales como alteraciones
emocionales y conductuales, como puede ser enuresis, alteraciones del sueño, del apetito, bajo
rendimiento académico. Tanto durante como después del abuso las víctimas están en un estado
de terror, control mental y disociación avanzada. Las víctimas juran total confidencialidad, bajo
la pena de muerte. Son sujetos a control mental respecto a cómo dañarse a sí mismos, o hasta
cometer suicidio si recuerdan o filtran las actividades del culto. Es tanto el abuso tanto físico
como psicológico que aparentemente los miembros del culto tienen la intención de convertir a
la víctima en un títere con el cual pueden hacer y deshacer a su antojo, esto se conoce como el
síndrome de la marioneta. Existe un caso clínico cercano a nuestro contexto guatemalteco, un
menor de 6 años sufrió abuso ritual satánico en Oaxaca, México. Presentó diferentes signos de
maltrato en el cuerpo y su estado psicológico no era el adecuado. Según médicos que atendieron
el caso, psicológicamente el niño presentaba “alteración del pensamiento y riesgo de brote
psicótico, conflicto con la familia al no existir una figura de identificación paterna con alto
riesgo en su desarrollo psico-afectivo, así como aversión sexual por probables vivencias no
identificadas. Por lo anterior, se estableció el diagnóstico de síndrome del niño maltratado
(SNM) variedad RS (ritual satánico)” (Reyes-Gomez, Loredo-Abdalá, Carbajal-Rodríguez,
Martínez-Zaguilán & Garzón-Sánchez. 2000). También se han presentado implicaciones en la
personalidad, tales como Desorden de Personalidad Múltiple. (Ryder, 1992. Warnke, 1991.
Smith, 1993). "Un gran número de pacientes MPD adultos en psicoterapia están reportando
recuerdos de abuso ritual satánico explícitamente que comienza en la infancia. Los autores de
dos encuestas limitadas, realizadas con un selecto grupo de terapeutas MPD, sugieren que el
porcentaje de ritual satánico reportado el abuso en la población MPD para ser 20% (Braun &
Gray, 1986) y el 28%. (Braun & Gray, 1987) Una encuesta realizada por Kaye y Klein (1987)
revela que 20 de los 42 pacientes MPD en tratamiento con siete terapeutas Ohio describen una
historia de abuso ritual satánico. También pueden ocurrir casos de regresión, los sobrevivientes
experimentan espontáneamente regresiones durante terapia, la persona vuelve a experimentar el
recuerdo como si estuviese pasando en ese preciso instante. Irwin menciona que muchos de los
sobrevivientes de abuso satánico han experimentado flashbacks entrecortados del abuso en el
culto, previo a ir al centro (Centro de Rehabilitación Meadows en Wickenburg, Arizona). Otros,
pueden no estar experimentando pedazos de recuerdos aún, pero empiezan a tener ataques de
pánico en situaciones que no se le atribuyen. O pueden volver a experimentar dolor pronunciado
en forma de recuerdos corporales, usualmente anal o vaginal, con conexión a un abuso sexual.
También llegan sobrevivientes, pero con casos de incesto/problemas de abuso sexual y
consecuentemente tienen recuerdos de un abuso ritual satánico durante la terapia. Dicho todo
esto, no se puede obviar que se implica un trastorno de estrés postraumático (TEPT), lo cual la
CIE-10 provee pautas para el adecuado diagnóstico: “Este trastorno no debe ser diagnosticado
a menos que no esté totalmente claro que ha aparecido dentro de los seis meses posteriores a un
hecho traumático de excepcional intensidad. Un diagnóstico «probable» podría aún ser posible
si el lapso entre el hecho y el comienzo de los síntomas es mayor de seis meses, con tal de que
las manifestaciones clínicas sean típicas y no sea verosímil ningún otro diagnóstico alternativo
(por ejemplo, tras-torno de ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo o episodio depresivo).
Además del trauma, deben estar presentes evocaciones o representaciones del acontecimiento
en forma de recuerdos o imágenes durante la vigilia o de ensueños reiterados. También suelen
estar presentes, pero no son esenciales para el diagnóstico, desapego emocional claro, con
embotamiento afectivo y la evitación de estímulos que podrían reavivar el recuerdo del trauma.
Los síntomas vegetativos, los trastornos del estado de ánimo y el comportamiento anormal
contribuyen también al diagnóstico, pero no son de importancia capital para el mismo. Las
secuelas tardías de un estrés devastador, es decir, aquellas que se manifiestan décadas después
de la experiencia estresante, deben ser clasificadas de acuerdo con F62.0 (Transformación
persistente de la personalidad tras experiencia catastrófica) (WHO, 1992. Extraído por
Puigcerver, 2001).

SUGERENCIAS PARA UN PROCESO DE ORIENTACIÓN:

 Si ocurre una regresión durante una sesión, recabar toda la información posible que el
orientado esté proveyendo en esa situación de crisis. Luego, de la forma más calmada
posible, hablarle al orientado con el fín de regresarlo a la realidad, al presente.
 Creer todo lo que el orientado le cuente, con el motivo de crear un lazo de confianza, en
donde el orientado se sienta agusto y puede abrirse a nosotros, relatando los hechos
ocurridos durante el abuso
 Aplicar MMPI (si es posible) para detectar algún tipo de trastorno en la personalidad.
Los dibujos son la primera puerta a descifrar signos de abuso ritual satánico.
 Perspectiva legal: Código Penal Libro Segundo TÍTULO III, TÍTULO IV, Y TÍTULO
V.
 Si se percibe que el daño en la víctima sea factor para un trastorno de estrés postrumático,
referir con un especialista para la correcta aplicación de quimioprofilaxis.
 Se debe explicar la situación a los familiares o adultos de confianza del manor, para que
no existan estigmatizaciones, y, en cambio puedan proveer ayuda eficaz.
 Puede referir al orientado a una terapia grupal si en dado caso el abuso fue con más
personas. La terapia grupal permite el intercambio de herramientas y estrategias de
acción útiles entre los participantes.
 Exponer al orientado al trauma y a las situaciones temidas, así como la resignificación
de los miedos que los pacientes tienen al confrontar dichas experiencias.
 Si el abuso más fuerte fue espirutual, referir con un experto en logoterapia.
 La terapia cognitiva (TC) desarrollada por Beck y su grupo (Beck, 1976; Beck, Rush,
Shaw y Emery, 1979) se basa en el supuesto de que la interpretación del suceso, más
que el propio suceso, es la que determina los estados emocionales y de ahí los
pensamientos desadaptativos que conducen a las respuestas patológicas. En suma, la TC
se plantea como objetivo identificar las cogniciones desadaptativas y cambiarlas por
unas más ajustadas a la realidad.
 De entre los diversos programas de entrenamiento para el manejo de la ansiedad, el
entrenamiento en inoculación de estrés(EIE) ha sido el más utilizado para reducir los
síntomas de ansiedad en el estrés post-traumático. El EIE, desarrollado por Mei-
chenbaum (1975, 1985), tiene como objetivo la adquisición y aplicación de habilidades
de afrontamiento e incluye diversas técnicas: educación, relajación muscular profunda,
control de la respiración, juego de roles, modelamiento, detención de pensamiento y
entrenamiento auto-instruccional.

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