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AGRO20: Sistema de
siembra directa con
calidad
 Publicado por COMUNICACIONES el febrero 28, 2013
a las 9:21pm
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PARAGUAY : Breve histórico del sistema de siembra directa en
Paraguay. El sistema de siembra directa es un sistema de
cultivo relativamente reciente. Su inicio ocurrió en la Inglaterra
en la década de los 40. En los anos ’50 tuvo inicio en los EEUU,
y en Alemania en los años ’60. En Brasil surgió en el inicio de
los años ’70, simultáneamente en los Estados de Paraná y de
Río Grande del Sur. El señor Helbert Bartz (Rolandia, PR) es
considerado el pionero del sistema en el Brasil, habiendo
iniciado sus parcelas comerciales bajo el sistema en el año
1972, con auxilio del ingeniero agrónomo Rolf Derpsch
(Dijkstra, 1983; Borges, 1993).
En el año 1976 un grupo de productores paraguayos visitó la
finca del señor Herbert Bartz en Rolandia, Estado de Paraná,
Brasil, y en 1977 se introdujeron las primeras máquinas Ibiruba
de siembra directa (SD) a través de la Cooperativa Colonias
Unidas Agrícola Ltda. de la Colonia Obligado en el
Departamento de Itapúa. En 1981 y 1982 fueron introducidas
máquinas sembradoras de diversas marcas en la zona de
Itapúa. En los años 1980 hasta 1984, se realizan los primeros
ensayos comparativos entre SD y sistema convencional, en la
chacra experimental de Itapúa en la Colonia Pirapó. Durante el
año 1982 hasta el año 1984, con el apoyo de la Cotia de Brasil,
fueron realizados los primeros seminarios sobre SD en las
colonias japonesas de Alto Paraná e Itapúa (Cubilla & Moriya,
2000). De 1986 a 1990 el Cetapar-JICA realiza capacitaciones
de productores líderes sobre SD a través de cursos,
intercambios de conocimientos entre los mismos productores y
giras técnicas al Brasil. Al mismo tiempo se instalan ensayos
comparativos de SD versus labranza convencional. En 1990 en
el Centro Regional de Investigación Agrícola-CRIA el “Proyecto
de Fortalecimiento de la Producción de Granos Principales
MAG-JICA”, seleccionó la SD para potenciar la producción de
granos en la parte Sur del departamento de Itapúa. En el mismo
año se formó el primer grupo de productores en SD integrado
por 12 agricultores denominados Grupladi. En 1992 se realizó
el Primer Encuentro de Productores en SD del Paraguay.
En el mes de agosto de 1993 se fundó la Federación
Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura
Sustentable-Fepasidias. En 1992 según encuestas del consejo
permanente Japonés para el estudio del cultivo por el método
del SSD y el Centro Regional de Investigación Agrícola (CRIA),
constatan que los principales problemas del sistema fueron: el
control de malezas, problemas en la germinación, pocos
rastrojos, plagas en la soja y enfermedades en el trigo.
En marzo de 1993 se realiza el Primer Congreso Nacional de
SD del Paraguay y en mayo de 1993 se inicia el Proyecto
Conservación de Suelos MAG-GTZ que da un fuerte impulso a
la capacitación de técnicos, especialmente a los dedicados a la
asistencia técnica de productores de soja y trigo. Los cursos
fueron desarrollados con la cooperación de la Cámara
Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y
Oleaginosas (Capeco). El mismo año también se iniciaron las
investigaciones sobre abonos verdes, sistemas de labranzas y
efectos residuales de herbicidas en los departamentos de Alto
Paraná y San Pedro. En setiembre de 1994 se realizó el 2°
Encuentro de Productores de SD en Paraguay.
En 1996 se realizó el Primer Encuentro Latinoamericano de SD
en la Pequeña Propiedad, donde se demuestra la viabilidad del
sistema en las pequeñas propiedades. A partir de esa fecha el
Ministerio de Agricultura y Ganadería, da mayor impulso a la
difusión del SSD a los pequeños productores.
En 1996 también se iniciaron los trabajos de investigación
sobre producción de soja en campos nativos en el
departamento de Misiones, juntamente con la Capeco,
Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la Asociación
Rural del Paraguay (ARP), Regional Misiones.
Los trabajos fueron destinados a determinar las variedades
promisorias para la región, la corrección de la acidez de los
suelos, el manejo de la fertilización y control de las malezas
nativas. También se dio impulso a la demostración de la SD a
través de parcelas de producción en establecimientos de
ganaderos y escuelas agrícolas. A partir de 1997 hasta el 2000,
el MAG, juntamente con el Cetapar-JICA y la Capeco dictaron 5
cursos de un mes de duración sobre agricultura sostenible
tomando como estrategia a la SD, dirigido a profesores
universitarios, escuelas agrícolas, investigadores y técnicos de
la asistencia técnica pública y privada.

En el año 2001, se realiza en Capeco el seminario de cierre del


proyecto de conservación de suelos MAG-GTZ, liderado por el
ingeniero agrónomo Rolf Derpsch, con presencia de
destacados líderes pioneros del sistema. Posteriormente la
Asociación de Siembra Directa de Naranjal (Asidinar) realizó su
tercer simposio sobre SD y se realizó la reunión anual de la
Confederación de Asociaciones Americanas por una Agricultura
Sustentable (Caapas).
En el año 2002 se realiza el primer seminario taller en Capeco,
titulado: padronización de análisis de suelos y conducción de
experimentos de calibración para la recomendación de
fertilizantes y encalado en SD en Paraguay, organizado con los
profesores Telmo Amado, Flavio Eltz, Thomé Lovato y Luiz
Finamor de la Universidad Federal de Santa (UFSM), y el
profesor João Mielniczuk de la Universidad Federal de Rio
Grande del Sur (UFRGS), RS, Brasil, como también el
Programa Nacional de Manejo, Conservación y Recuperación
de Suelos del MAG, con el ingeniero agrónomo Ken Moriya
como director. Al año siguiente, 2003, la Capeco y la UFSM
firman un acuerdo de cooperación técnico, científico y cultural,
con objetivos de realizar la padronización de los métodos
laboratoriales de análisis de suelos del Paraguay, cooperación
para establecimiento de una red nacional de laboratorios, y la
conducción de los primeros experimentos de calibración a
campo, para obtención de recomendaciones de fertilizantes
para los principales cultivos de granos del país.

El convenio hasta la fecha ha generado, aparte de la primera


información del manejo de fertilizantes en SD, tesis de
posgrado de estudiantes paraguayos en aquella Universidad,
cuatro maestrías (Cubilla, 2005; Wendling, 2005; Hann, 2008;
Fatecha, 2010) y una tesis de doctorado (Barreto, 2008). Estos
trabajos permiten realizar hoy en día, recomendaciones para la
fertilización química de N, P y K en trigo, soja, maíz y girasol
cultivados bajo el SSD.
A la fecha se cuenta con 11 organizaciones de productores
asociados a la Fepasidias, de los cuales 2 son de pequeños
productores, una de Paraguarí (Asidipar) dedicados a la
recuperación de suelos y la de Edelira (ASDTA) dedicados a la
producción en SSD, siendo actualmente un centro de
irradiación de la tecnología. La Asociación de Siembra Directa
de Naranjal (Asidinar) es una de ellas que conforma la
Federación. Asidinar ha realizado tres simposios (1996, 1998 y
2001) para fomentar la rotación de cultivos y la rotación de
productos fitosanitarios, con el fin de disminuir la incidencia de
enfermedades, plagas, y resistencia de malezas; que
representan un motivo de las rastroneadas de algunas parcelas
de SD, liberando carbono y dejando el suelo desnudo sin
cobertura, exponiendo a erosiones intensas, por las fuertes
lluvias ocurridas últimamente. De esta forma, pierde la
naturaleza, el agricultor y consecuentemente, el país.
Evolución del área de siembra directa mecanizada. La soja y
el trigo fueron los cultivos con que se inició la producción
comercial en el SSD, siendo la avena negra el cultivo de
cobertura de invierno para la siembra de soja.
Posteriormente se desarrolló la producción de maíz, girasol y
sorgo, y otros cultivos ocasionales como es el caso de la
canola. Con relación a los abonos verdes la avena negra es la
cobertura de invierno por excelencia. Sin embargo, en los
últimos años la mezcla con nabo forrajero, con nabo forrajero +
lupino, con nabo + triticale, han aumentado considerablemente.
El área de producción en el SSD ha tenido un aumento
considerable e importante en los últimos 15 años, ya que en
1992 la estimación cubierta era de 20.000 ha, alcazándose
hasta hoy aproximadamente 2.600.000 ha bajo el SSD,
correspondiente al 90% del área cultivada con el cultivo de soja.
Estrategia de la difusión. La experiencia de la difusión del
SSD fue con énfasis en la capacitación de técnicos y
productores, realizados en forma conjunta entre el Ministerio de
Agricultura y Ganadería apoyado por cooperaciones técnicas
internacionales (Proyecto Conservación de Suelos MAG-GTZ,
Cetapar/JICA) y otros sectores ligados a la producción como los
agro exportadores (Capeco), proveedores de insumos químicos
(Cámara de Fitosanitarios y Fertilizantes-CAFYF), importadores
y distribuidores de maquinarias (Cámara de Importadores de
Automotores y Maquinarias-Cadam), productores organizados
(Asociaciones de Productores de Siembra Directa: Fepasidias,
Apascu, Asidinar, ASDTA, Apane, etc.) y productores líderes
motivados. La acción conjunta fue con aportes directos o
contribuciones para las capacitaciones. El intercambio entre
técnicos, productores, productores-técnicos, técnicos-
productores en la planificación, ejecución y demostración de los
trabajos, fue el mecanismo que ha presentado resultados para
adopción del sistema en la finca de los productores. Además la
participación activa sin distinción en congresos, seminarios,
jornadas técnicas y cursos tanto como organizadores,
participantes o expositores, contribuyó al fortalecimiento técnico
del SSD.
Avances en el sistema de la pequeña propiedad. La SD en
la pequeña propiedad ha tenido un dinamismo excepcional en
los últimos años. Esto se refleja en la diversidad de alternativas
que los productores han desarrollado en sus fincas de
producción tomando como base el SSD. La variabilidad del
sistema se da caso por caso, considerando que la adopción del
sistema por los pequeños productores ha sido el resultado de la
creatividad de los mismos y los técnicos de la asistencia técnica
aplicando los principios del uso de la cobertura muerta, la
eliminación de la quema y la remoción del suelo con arado. Las
variaciones se dan a la secuencia de la rotación de cultivos, la
asociación de cultivos, la combinación de las especies
vegetales utilizadas como cobertura muerta, y la construcción
y/o adecuación de las herramientas por parte del productor. No
obstante el uso de la mucuna ceniza (Mucuna pruriens), la
avena negra (Avena strigosa), la canavalia (Canavalia
ensiformis CD) y el kumandá yvyra’í (Cajanus cajan) es
resultante de la difusión realizada por la asistencia técnica del
Gobierno y las ONG’s.
¿Por qué hacer Siembra Directa? El suelo es el recurso
natural más precioso e importante, dentro de la propiedad
agrícola. Conociendo esta importancia, muchos productores no
dan la debida atención, lo que hace que al transcurrir el tiempo
el suelo sea menos productivo. La sustentabilidad de la
agricultura depende, entre otros factores, del uso de prácticas
conservacionistas que minimicen la degradación de los suelos y
reduzcan sus pérdidas. En este caso, el suelo merece atención
especial. Por el uso adecuado, se torna la actividad agrícola
viable económicamente y sin daños al medio ambiente. La
filosofía del sistema de siembra directa tiene en su esencia el
equilibrio del ecosistema, ya que posibilita la auto sustentación
en términos económicos, sociales y ecológicos.
La siembra directa al principio, procura recuperar los suelos de
baja aptitud y capacidad agrícola, haciendo con que pequeños,
medianos, grandes productores permanezcan trabajando en
sus propiedades: “es el sistema de exploración agrícola que
más se aproxima al equilibrio de la naturaleza”.
Ventajas y beneficios de la adopción del Sistema de
Siembra Directa. El sistema de siembra directa tiene su
fundamento en la ausencia del revolvimiento del suelo, en su
cobertura permanente, en la rotación de cultivos y en el manejo
integrado de plagas, enfermedades y malezas. Es la forma de
manejo conservacionista que envuelve todas las técnicas
recomendadas para aumentar la productividad conservando o
mejorando continuamente el ambiente. La erosión fue la
principal razón que llevó a agricultores a adoptar el sistema,
una vez que causaba intensa degradación ambiental, tornando
la actividad agropecuaria casi insustentable.
Control de la erosión. A medio y largo plazo, el aspecto más
positivo de la adopción del sistema es, sin dudas, el control de
la erosión, pues posibilita la reducción de las pérdidas de suelo
en hasta 90%.
Conservación de la humedad del suelo. La cobertura muerta
“mulch” existente actúa como agente aislante, impidiendo
oscilaciones bruscas de la temperatura del suelo, contribuyendo
para la mejor evaporación del agua almacenada, permitiendo
mejor aprovechamiento de la humedad, soportando los veranos
con más seguridad y estabilidad de producción. Otro aspecto
importante de la conservación de la humedad, es la uniformidad
de la germinación de las semillas y el crecimiento inicial de las
plántulas.
Otros beneficios. Tomándose como base los principales
problemas causados por la erosión y los resultados de
investigación, se puede afirmar que la siembra directa implica:
■ Aumentar la vida útil de máquinas e equipamientos,
reduciendo el gasto con combustibles y manutención.
■ A largo plazo mejora la fertilidad del suelo.
■ Posibilidad de incorporar áreas marginales al proceso
productivo.
■ A largo plazo reduce el uso de herbicidas, tanto por el efecto
de cobertura permanente del suelo con la cobertura (paja)
como por el efecto alelopático de la cobertura.
■ Regula la temperatura del suelo.
■ Posibilita el desenvolvimiento de enemigos naturales de
plagas y enfermedades.
■ Mayor productividad de los cultivos.
■ Mayor equilibrio biodinámico del suelo.
■ Expande el periodo de posibilidad de siembra.
■ Reduce el costo de prácticas mecánicas, como en la
construcción de curvas de niveles.
■ Reduce a medio y largo plazo el costo de producción, por
causa del mejor uso de fertilizantes, agroquímicos, número de
implementos agrícolas así como de la mano de obra.
Implicaciones ambientales de la Siembra Directa. La
siembra directa es una tecnología eficiente en la superación de
las limitaciones provenientes de la explotación inadecuada del
suelo y ha proporcionado mayor sustentabilidad a la agricultura,
debido a que promueve:
a) Protección permanente al suelo.
b) Reducción significativa de los niveles de contaminación de
los cursos de aguas.
c) Estabilidad ecológica de la región.
d) Alteración de la composición de la flora y fauna, garantizando
un equilibrio entre las especies benéficas y maléficas al sistema
productivo.
e) Eliminación de la necesidad de quemas.
f) Rendimientos más estables en el transcurrir del tiempo con
impacto mínimo en el recurso natural, garantizando un equilibrio
mayor entre el uso de insumos la cantidad producida.
Cómo iniciar el Sistema de Siembra Directa. Una de las
dificultades en la implantación del sistema está relacionada con
la concientización del productor cuanto a la importancia y a la
necesidad de su adopción, una vez que las dificultades
materiales o técnicas puedan ser fácilmente superadas.
Se recomienda que sea iniciada en áreas no superiores a 50
hectáreas, para que el productor pueda tener perfecta
adaptación a la nueva forma de administrar las actividades,
principalmente aquellas ligadas a la siembra y al control de
malezas.
La implantación en grandes áreas pueden generar
frustraciones, llevando al abandono del sistema. Las mejores
áreas de la propiedad deben ser las elegidas, o sea, aquellas
planas, química y físicamente corregidas y con pocas malezas.
Es conveniente aumentas las áreas solamente después de
dominar totalmente el sistema.
Requisitos para implantar el sistema de siembra directa
a) El productor debe estar permanentemente predispuesto y
consciente a aceptar una nueva fórmula de manejar el
ambiente.
b) Entrenamiento y capacitación, para iniciar este sistema es
necesario que el productor esté adoptando y dominando los
principios de conservación de suelos.
c) Disponer de asistencia técnica especializada.
d) Áreas sin problemas de compactación, de erosión y de
plantas invasoras (malezas) de difícil control, cuanto más
degradado y pobre química y físicamente esté el suelo, mayor
será la demora para que los efectos benéficos del sistema se
manifiesten.
e) Elegir correctamente máquinas y equipamientos,
sembradoras específicas sobre todo.
f) No quemar los restos culturales, la paja representa cobertura
y abono al suelo, además de evitar la erosión.
g) Abonos verdes para la cobertura del suelo, cultivar especies
que tengan buena cobertura y producción de paja, la época de
manejo es muy importante.
h) Rotación de cultivos, no sembrar siempre el mismo cultivo en
la misma área, programando un esquema organizado de
rotación. Esta práctica asume un papel extremadamente viable
de la siembra directa, principalmente en la relación al control de
enfermedades y a la producción de paja para protección del
suelo.
i) Manejar adecuadamente la paja y la fertilidad del suelo, con
un buen plan de fertilización.
Plantas de cobertura/abonos verdes para formación de
cobertura en el sistema de siembra directa. El uso intensivo
y el manejo inadecuado de las diversas áreas exploradas han
acelerado la erosión, causando alteración en algunas
propiedades físicas, químicas, y biológicas del suelo. Esto
también ha contribuido para el proceso de degradación de la
materia orgánica, con consecuentes mermas de la fertilidad
natural de los suelos y disminución del potencial productivo de
los cultivos. Normalmente, las áreas mantenidas sin cobertura
son las mas predispuestas a los efectos desfavorables de las
excesivas precipitaciones y sus consecuencias. Con esto, se
verifica mayor pérdida de nutrientes de todo el sistema
productivo.
El uso de plantas de cobertura o abonos verdes (terminología
más antigua) corresponde a utilización de plantas en rotación,
sucesión, o consorciadas en cultivos, con finalidad de
protección superficial de suelo, así como la manutención
y/mejoría de las propiedades físicas, químicas, y biológicas del
suelo, inclusive a profundidades significativas gracias a los
efectos de sus raíces, promoviendo un mejor equilibrio y mayor
producción de biomasa con consecuente aumento del potencial
productivo del suelo.
Requisitos a ser observados en las especies de plantas de
cobertura (citado por Ademir Calegaris)
a) Presentar buena adaptabilidad en las distintas regiones
donde son cultivadas, como también presentar cierta rusticidad
cuanto a las condiciones edafoclimáticas.
b) No ofrecer dificultades y/o no aumentar la mano de obra, y
así aminorar los costos de la implantación y manutención de los
cultivos.
c) Presentar resistencia al ataque de plagas y enfermedades,
no ser hospederas y/o multiplicadora de organismos nocivos al
suelo y a los cultivos comerciales (nematodos, otros).
d) Tener un efecto satisfactorio en cuanto a la cobertura del
suelo, supresión de malezas y producción de masa verde y
seca.
e) Efectivamente no presentar el carácter de maleza, lo que
podría ocasionar en el futuro una especie indeseable para el
sistema.
f) Plantas que complementen la exploración de áreas, o sea,
puedan ser empleadas en rotación o consorciadas con cultivos
comerciales, potencializando la mejoría del suelo, favoreciendo
el rendimiento de los cultivos posteriores.
g) Preferentemente que se comporten como plantas de
múltiplos usos, siendo utilizadas como cobertura del suelo,
empleadas como forrajeras, heno, etc., además del
aprovechamiento de los granos en la alimentación humana y
animal, constituyéndose como fuente de renta para su
comercialización.
h) Presentarse como una posibilidad viable y económicamente
rentable al productor, o sea, que a corto, medio y/o largo plazo
se conviertan en una tecnología factible de adopción por parte
del productor rural.
Objetivos del uso de especies de plantas para cobertura
a) Impedir el impacto directo de las gotas de lluvia en el suelo,
quebrando la energía cinética de la lluvia y evitando con eso el
desencadenamiento del proceso erosivo.
b) Mantener la humedad del suelo (disminución de pérdidas de
agua por evaporación) y disminuir la oscilación térmica en las
camadas superficiales.
c) Aumentar la infiltración del agua en el suelo, disminuyendo el
escurrimiento superficial y las pérdidas de agua, suelo y
nutrientes.
d) Buscar una mejor estructuración del suelo (mejor agregación,
mayor aeración) favoreciendo el crecimiento de las raíces de
los cultivos posteriores.
e) Implementar el reciclaje de nutrientes en el suelo,
disminuyendo la lixiviación de los mismos, para adicionar
nitrógeno al sistema, principalmente con el uso de leguminosas
minimizando la demando extrema de fertilizantes.
f) Posibilitar, con el crecimiento rápido y agresivo, la
competición con malezas, disminuyendo los costos con su
control.
g) Aumentar los tenores de materia orgánica en el suelo a lo
largo de los años, lo que proporcionará significativas mejorías
en las características químicas, físicas, y biológicas del suelo.
Una determinada especie de planta utilizada es un componente
fundamental que, a la hora de integrar un determinado sistema
productivo, deberá haber sido criteriosamente validada a nivel
regional, tanto en su comportamiento en cuanto en los
diferentes potenciales de aprovechamiento. La gran mayoría de
las especies, inclusive, deberá necesariamente hacer parte de
un esquema adecuado de rotación de cultivos, donde cada
componente tendrá su debido lugar en su espacio y en el
tiempo, previamente definido y validado por resultados de
investigación y de los productores.
Rotación de Cultivos. Se entiende como rotación de cultivos
una alternancia regular y ordenada en el cultivo de diferentes
especies vegetales en secuencia temporal en una determinada
área. Con el avance de la agricultura regional en dirección a la
siembra directa de calidad, se torna obligatoria la adopción de
la estrategia en que la rotación se constituye en elemento
imprescindible para sustentación de los sistemas de
producción.
El conocimiento producido evidencia que la repetición, año tras
año, de un mismo cultivo, en la misma área, contribuye para la
disminución de la biodiversidad y, consecuentemente estimula
un posible aumento de plagas, enfermedades, desequilibrios
físicos, químicos y biológicos del suelo. La planificación
estratégica de cultivos en la propiedad proporciona el equilibrio
necesario para los aspectos físicos, químicos, biológicos, y
económicos de los sistemas de producción.
El pilar del sistema de siembra directa está en la cobertura del
suelo por los residuos culturales, protegiendo la superficie del
suelos contra el impacto de las gotas de lluvia y aumentando la
infiltración del agua en el suelo. La sustentabilidad de este
sistema está ligada a esta misma cobertura, que cataliza y
sustenta toda la continuidad del sistema. En la práctica se ha
observado que, cuanto mayor es la cantidad de residuos, más
rápida será la recuperación del suelo y mejores serán las
respuestas en los sistemas de producción en la mejoría de los
rendimientos de los cultivos y/o en la reducción de los costos de
producción. El uso de sistemas de cultivos con elevada edición
de fitomasa al suelo ha demostrado ser una de las prácticas
más eficaces en la mejoría en la calidad del suelo. El eficiente
control de la erosión, el incremento de la materia orgánica, el
ciclaje de nutrientes, y el estimulo a la actividad biológica, entre
otros, promueven un gradual incremento en la calidad del suelo
(Amado & Eltz, 2003) y en la estabilidad estructural del suelo
(Reichert, et al., 2003), garantizando una mejor sustentabilidad
del sistema de siembra directa. La contribución de estos efectos
proporciona mayor infiltración y almacenamiento de agua en el
suelo, mejor aeración del suelo y desenvolvimiento del sistema
radicular de las plantas, con reflejos significativos en el
aprovechamiento de nutrientes del suelo y en la respuesta de
los cultivos.
La práctica de cultivo de plantas de cobertura adecuadamente
conducida en rotación de cultivos en el sistema de siembra
directa y adaptada regionalmente permite mejor distribución del
trabajo durante todo el año, resultando en economía de mano
de obra, con la disminución del uso de arados, rastras, etc, y
del control mecánico/químico de malezas. Se facilita la
planificación y se destina más tiempo para otras actividades en
la propiedad, contribuyendo para mayor diversificación y mejor
atención de las otras diferentes actividades en la propiedad
rural. Este sistema promueve acentuada reducción de pérdidas
de suelo, mejoría de la fertilidad del suelo por el mayor reciclaje
de nutrientes, mayor diversidad biológica con consecuente
equilibrio de las propiedades del suelo, aumento en el
rendimiento de los cultivos, mayor estabilidad de producción,
además de posibilitar lo racional y constante uso de la tierra,
comprobando así que es una eficiente forma de producción
continua de sistemas sustentables.
Siembra Directa con Calidad. Para la reducción de la erosión
hídrica resultante de la actividad agrícola deben ser
considerados tres aspectos principales:
a) Aumento de la cobertura vegetal del suelo.
b) Aumento de la infiltración de agua.
c) Control del escurrimiento superficial.
Así, la siembra directa, asociada a otras practicas
conservacionistas, como rotación de cultivos, y utilización de
plantas de cobertura, es una de las mejores alternativas para la
conservación del suelo y del agua. Los sistemas agrícolas
donde el uso intensivo y el manejo inadecuado de los recursos
naturales, muchas veces seguidos de prácticas de
monocultivos o sucesión continua de cultivos (soja-trigo, soja-
maíz de segunda, arroz-arroz, algodón-barbecho, soja-
barbecho, etc), han contribuido para la alteración de las
propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, con
degradación de la materia orgánica y consecuente
empobrecimiento del suelo, resultando en la disminución del
potencial productivo de los cultivos.
En áreas generalmente desprotegidas, o sea, que no poseen
sistemas de manejo que permitan la adición y/o mantenimiento
de residuos vegetales cubriendo el suelo, ciertamente las
pérdidas de nutrientes por escurrimiento y lixiviación serán bien
mayores a una área cultivada. A parte de estas practicas
indeseables, la monocultura también contribuye para un
estrechamiento en la biodiversidad y consecuente aumento en
los riesgos de los cultivos al posible ataque de plagas,
enfermedades y mayor infestación por malezas. De esta forma
la rotación de cultivos, incluyendo diferentes especies de
plantas de cobertura adaptadas regionalmente, adecuadamente
distribuidas, en el tiempo y en la propiedad, puede contribuir
para una mayor biodiversidad en el medio ambiente y
consecuentemente mayor equilibrio del sistema como un todo.
Sistema que integran plantas de cobertura y rotación de cultivos
y que, además de proteger el suelo, promueven mejorías en las
condiciones ambientales y efectos favorables al
desenvolvimiento de los cultivos comerciales, deberán ser
constantes en el manejo de los sistemas productivos. Así, es
recomendable que el sistema de siembra directa y las
rotaciones de cultivos desenvueltas sean adaptadas
regionalmente, considerándose las condiciones de suelo y
clima, las condiciones socio-económicas y el interés del
productor rural, y, sobre todo, además de ser técnicamente
factibles, sean ecológicamente equilibradas y económicamente
viables.
En las regiones tropicales y sub-tropicales, como es el caso de
nuestro país, la adopción del sistema de siembra directa en
substitución a la práctica de la agricultura en suelo desnudo, se
ha consolidado como una inversión en la preservación de los
recursos naturales y socioeconómicos, que amplia la
sustentabilidad del agronegocio.
Comentarios finales
La adopción del Sistema de Siembra Directa en las áreas
mecanizadas ha sido rápida. Esta situación se explicaría por la
estrategia de la difusión realizada y a la rentabilidad del sistema
comparada con la labranza convencional. Sin embargo, tanto
en suelos altamente degradados como medianamente fértiles
de los pequeños, medianos, y grandes agricultores, el
dinamismo se dio en las adecuaciones del sistema a cada
realidad y no en el área o superficie adoptada. Esto se
explicaría por las limitaciones culturales y económicas en la que
se encuentran los pequeños agricultores. No obstante, existe
un alto potencial de su adopción masiva considerando la alta
rentabilidad del sistema y de la mano de obra. Al mismo tiempo
el sistema se incorporó en la estrategia de los planes de
desarrollo del Gobierno y proyectos financiados por organismos
internacionales. Potencial de aumentar el área de producción
de granos existe, dadas las condiciones de suelo y clima en los
campos nativos y de pasturas, pero lo inmediato y más
importante es mejorar la calidad del sistema de siembra directa
que hoy presenta nuestros campos.
Fuente: Agromeat
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Paraguay. El sistema de siembra directa es un sistema de
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en la década de los 40. En los anos ’50 tuvo inicio en los EEUU,
y en Alemania en los años ’60. En Brasil surgió en el inicio de
los años ’70, simultáneamente en los Estados de Paraná y de
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Departamento de Itapúa. En 1981 y 1982 fueron introducidas
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Itapúa. En los años 1980 hasta 1984, se realizan los primeros
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En el mes de agosto de 1993 se fundó la Federación
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Sustentable-Fepasidias. En 1992 según encuestas del consejo
permanente Japonés para el estudio del cultivo por el método
del SSD y el Centro Regional de Investigación Agrícola (CRIA),
constatan que los principales problemas del sistema fueron: el
control de malezas, problemas en la germinación, pocos
rastrojos, plagas en la soja y enfermedades en el trigo.
En marzo de 1993 se realiza el Primer Congreso Nacional de
SD del Paraguay y en mayo de 1993 se inicia el Proyecto
Conservación de Suelos MAG-GTZ que da un fuerte impulso a
la capacitación de técnicos, especialmente a los dedicados a la
asistencia técnica de productores de soja y trigo. Los cursos
fueron desarrollados con la cooperación de la Cámara
Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y
Oleaginosas (Capeco). El mismo año también se iniciaron las
investigaciones sobre abonos verdes, sistemas de labranzas y
efectos residuales de herbicidas en los departamentos de Alto
Paraná y San Pedro. En setiembre de 1994 se realizó el 2°
Encuentro de Productores de SD en Paraguay.
En 1996 se realizó el Primer Encuentro Latinoamericano de SD
en la Pequeña Propiedad, donde se demuestra la viabilidad del
sistema en las pequeñas propiedades. A partir de esa fecha el
Ministerio de Agricultura y Ganadería, da mayor impulso a la
difusión del SSD a los pequeños productores.
En 1996 también se iniciaron los trabajos de investigación
sobre producción de soja en campos nativos en el
departamento de Misiones, juntamente con la Capeco,
Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la Asociación
Rural del Paraguay (ARP), Regional Misiones.
Los trabajos fueron destinados a determinar las variedades
promisorias para la región, la corrección de la acidez de los
suelos, el manejo de la fertilización y control de las malezas
nativas. También se dio impulso a la demostración de la SD a
través de parcelas de producción en establecimientos de
ganaderos y escuelas agrícolas. A partir de 1997 hasta el 2000,
el MAG, juntamente con el Cetapar-JICA y la Capeco dictaron 5
cursos de un mes de duración sobre agricultura sostenible
tomando como estrategia a la SD, dirigido a profesores
universitarios, escuelas agrícolas, investigadores y técnicos de
la asistencia técnica pública y privada.

En el año 2001, se realiza en Capeco el seminario de cierre del


proyecto de conservación de suelos MAG-GTZ, liderado por el
ingeniero agrónomo Rolf Derpsch, con presencia de
destacados líderes pioneros del sistema. Posteriormente la
Asociación de Siembra Directa de Naranjal (Asidinar) realizó su
tercer simposio sobre SD y se realizó la reunión anual de la
Confederación de Asociaciones Americanas por una Agricultura
Sustentable (Caapas).
En el año 2002 se realiza el primer seminario taller en Capeco,
titulado: padronización de análisis de suelos y conducción de
experimentos de calibración para la recomendación de
fertilizantes y encalado en SD en Paraguay, organizado con los
profesores Telmo Amado, Flavio Eltz, Thomé Lovato y Luiz
Finamor de la Universidad Federal de Santa (UFSM), y el
profesor João Mielniczuk de la Universidad Federal de Rio
Grande del Sur (UFRGS), RS, Brasil, como también el
Programa Nacional de Manejo, Conservación y Recuperación
de Suelos del MAG, con el ingeniero agrónomo Ken Moriya
como director. Al año siguiente, 2003, la Capeco y la UFSM
firman un acuerdo de cooperación técnico, científico y cultural,
con objetivos de realizar la padronización de los métodos
laboratoriales de análisis de suelos del Paraguay, cooperación
para establecimiento de una red nacional de laboratorios, y la
conducción de los primeros experimentos de calibración a
campo, para obtención de recomendaciones de fertilizantes
para los principales cultivos de granos del país.

El convenio hasta la fecha ha generado, aparte de la primera


información del manejo de fertilizantes en SD, tesis de
posgrado de estudiantes paraguayos en aquella Universidad,
cuatro maestrías (Cubilla, 2005; Wendling, 2005; Hann, 2008;
Fatecha, 2010) y una tesis de doctorado (Barreto, 2008). Estos
trabajos permiten realizar hoy en día, recomendaciones para la
fertilización química de N, P y K en trigo, soja, maíz y girasol
cultivados bajo el SSD.
A la fecha se cuenta con 11 organizaciones de productores
asociados a la Fepasidias, de los cuales 2 son de pequeños
productores, una de Paraguarí (Asidipar) dedicados a la
recuperación de suelos y la de Edelira (ASDTA) dedicados a la
producción en SSD, siendo actualmente un centro de
irradiación de la tecnología. La Asociación de Siembra Directa
de Naranjal (Asidinar) es una de ellas que conforma la
Federación. Asidinar ha realizado tres simposios (1996, 1998 y
2001) para fomentar la rotación de cultivos y la rotación de
productos fitosanitarios, con el fin de disminuir la incidencia de
enfermedades, plagas, y resistencia de malezas; que
representan un motivo de las rastroneadas de algunas parcelas
de SD, liberando carbono y dejando el suelo desnudo sin
cobertura, exponiendo a erosiones intensas, por las fuertes
lluvias ocurridas últimamente. De esta forma, pierde la
naturaleza, el agricultor y consecuentemente, el país.
Evolución del área de siembra directa mecanizada. La soja y
el trigo fueron los cultivos con que se inició la producción
comercial en el SSD, siendo la avena negra el cultivo de
cobertura de invierno para la siembra de soja.
Posteriormente se desarrolló la producción de maíz, girasol y
sorgo, y otros cultivos ocasionales como es el caso de la
canola. Con relación a los abonos verdes la avena negra es la
cobertura de invierno por excelencia. Sin embargo, en los
últimos años la mezcla con nabo forrajero, con nabo forrajero +
lupino, con nabo + triticale, han aumentado considerablemente.
El área de producción en el SSD ha tenido un aumento
considerable e importante en los últimos 15 años, ya que en
1992 la estimación cubierta era de 20.000 ha, alcazándose
hasta hoy aproximadamente 2.600.000 ha bajo el SSD,
correspondiente al 90% del área cultivada con el cultivo de soja.
Estrategia de la difusión. La experiencia de la difusión del
SSD fue con énfasis en la capacitación de técnicos y
productores, realizados en forma conjunta entre el Ministerio de
Agricultura y Ganadería apoyado por cooperaciones técnicas
internacionales (Proyecto Conservación de Suelos MAG-GTZ,
Cetapar/JICA) y otros sectores ligados a la producción como los
agro exportadores (Capeco), proveedores de insumos químicos
(Cámara de Fitosanitarios y Fertilizantes-CAFYF), importadores
y distribuidores de maquinarias (Cámara de Importadores de
Automotores y Maquinarias-Cadam), productores organizados
(Asociaciones de Productores de Siembra Directa: Fepasidias,
Apascu, Asidinar, ASDTA, Apane, etc.) y productores líderes
motivados. La acción conjunta fue con aportes directos o
contribuciones para las capacitaciones. El intercambio entre
técnicos, productores, productores-técnicos, técnicos-
productores en la planificación, ejecución y demostración de los
trabajos, fue el mecanismo que ha presentado resultados para
adopción del sistema en la finca de los productores. Además la
participación activa sin distinción en congresos, seminarios,
jornadas técnicas y cursos tanto como organizadores,
participantes o expositores, contribuyó al fortalecimiento técnico
del SSD.
Avances en el sistema de la pequeña propiedad. La SD en
la pequeña propiedad ha tenido un dinamismo excepcional en
los últimos años. Esto se refleja en la diversidad de alternativas
que los productores han desarrollado en sus fincas de
producción tomando como base el SSD. La variabilidad del
sistema se da caso por caso, considerando que la adopción del
sistema por los pequeños productores ha sido el resultado de la
creatividad de los mismos y los técnicos de la asistencia técnica
aplicando los principios del uso de la cobertura muerta, la
eliminación de la quema y la remoción del suelo con arado. Las
variaciones se dan a la secuencia de la rotación de cultivos, la
asociación de cultivos, la combinación de las especies
vegetales utilizadas como cobertura muerta, y la construcción
y/o adecuación de las herramientas por parte del productor. No
obstante el uso de la mucuna ceniza (Mucuna pruriens), la
avena negra (Avena strigosa), la canavalia (Canavalia
ensiformis CD) y el kumandá yvyra’í (Cajanus cajan) es
resultante de la difusión realizada por la asistencia técnica del
Gobierno y las ONG’s.
¿Por qué hacer Siembra Directa? El suelo es el recurso
natural más precioso e importante, dentro de la propiedad
agrícola. Conociendo esta importancia, muchos productores no
dan la debida atención, lo que hace que al transcurrir el tiempo
el suelo sea menos productivo. La sustentabilidad de la
agricultura depende, entre otros factores, del uso de prácticas
conservacionistas que minimicen la degradación de los suelos y
reduzcan sus pérdidas. En este caso, el suelo merece atención
especial. Por el uso adecuado, se torna la actividad agrícola
viable económicamente y sin daños al medio ambiente. La
filosofía del sistema de siembra directa tiene en su esencia el
equilibrio del ecosistema, ya que posibilita la auto sustentación
en términos económicos, sociales y ecológicos.
La siembra directa al principio, procura recuperar los suelos de
baja aptitud y capacidad agrícola, haciendo con que pequeños,
medianos, grandes productores permanezcan trabajando en
sus propiedades: “es el sistema de exploración agrícola que
más se aproxima al equilibrio de la naturaleza”.
Ventajas y beneficios de la adopción del Sistema de
Siembra Directa. El sistema de siembra directa tiene su
fundamento en la ausencia del revolvimiento del suelo, en su
cobertura permanente, en la rotación de cultivos y en el manejo
integrado de plagas, enfermedades y malezas. Es la forma de
manejo conservacionista que envuelve todas las técnicas
recomendadas para aumentar la productividad conservando o
mejorando continuamente el ambiente. La erosión fue la
principal razón que llevó a agricultores a adoptar el sistema,
una vez que causaba intensa degradación ambiental, tornando
la actividad agropecuaria casi insustentable.
Control de la erosión. A medio y largo plazo, el aspecto más
positivo de la adopción del sistema es, sin dudas, el control de
la erosión, pues posibilita la reducción de las pérdidas de suelo
en hasta 90%.
Conservación de la humedad del suelo. La cobertura muerta
“mulch” existente actúa como agente aislante, impidiendo
oscilaciones bruscas de la temperatura del suelo, contribuyendo
para la mejor evaporación del agua almacenada, permitiendo
mejor aprovechamiento de la humedad, soportando los veranos
con más seguridad y estabilidad de producción. Otro aspecto
importante de la conservación de la humedad, es la uniformidad
de la germinación de las semillas y el crecimiento inicial de las
plántulas.
Otros beneficios. Tomándose como base los principales
problemas causados por la erosión y los resultados de
investigación, se puede afirmar que la siembra directa implica:
■ Aumentar la vida útil de máquinas e equipamientos,
reduciendo el gasto con combustibles y manutención.
■ A largo plazo mejora la fertilidad del suelo.
■ Posibilidad de incorporar áreas marginales al proceso
productivo.
■ A largo plazo reduce el uso de herbicidas, tanto por el efecto
de cobertura permanente del suelo con la cobertura (paja)
como por el efecto alelopático de la cobertura.
■ Regula la temperatura del suelo.
■ Posibilita el desenvolvimiento de enemigos naturales de
plagas y enfermedades.
■ Mayor productividad de los cultivos.
■ Mayor equilibrio biodinámico del suelo.
■ Expande el periodo de posibilidad de siembra.
■ Reduce el costo de prácticas mecánicas, como en la
construcción de curvas de niveles.
■ Reduce a medio y largo plazo el costo de producción, por
causa del mejor uso de fertilizantes, agroquímicos, número de
implementos agrícolas así como de la mano de obra.
Implicaciones ambientales de la Siembra Directa. La
siembra directa es una tecnología eficiente en la superación de
las limitaciones provenientes de la explotación inadecuada del
suelo y ha proporcionado mayor sustentabilidad a la agricultura,
debido a que promueve:
a) Protección permanente al suelo.
b) Reducción significativa de los niveles de contaminación de
los cursos de aguas.
c) Estabilidad ecológica de la región.
d) Alteración de la composición de la flora y fauna, garantizando
un equilibrio entre las especies benéficas y maléficas al sistema
productivo.
e) Eliminación de la necesidad de quemas.
f) Rendimientos más estables en el transcurrir del tiempo con
impacto mínimo en el recurso natural, garantizando un equilibrio
mayor entre el uso de insumos la cantidad producida.
Cómo iniciar el Sistema de Siembra Directa. Una de las
dificultades en la implantación del sistema está relacionada con
la concientización del productor cuanto a la importancia y a la
necesidad de su adopción, una vez que las dificultades
materiales o técnicas puedan ser fácilmente superadas.
Se recomienda que sea iniciada en áreas no superiores a 50
hectáreas, para que el productor pueda tener perfecta
adaptación a la nueva forma de administrar las actividades,
principalmente aquellas ligadas a la siembra y al control de
malezas.
La implantación en grandes áreas pueden generar
frustraciones, llevando al abandono del sistema. Las mejores
áreas de la propiedad deben ser las elegidas, o sea, aquellas
planas, química y físicamente corregidas y con pocas malezas.
Es conveniente aumentas las áreas solamente después de
dominar totalmente el sistema.
Requisitos para implantar el sistema de siembra directa
a) El productor debe estar permanentemente predispuesto y
consciente a aceptar una nueva fórmula de manejar el
ambiente.
b) Entrenamiento y capacitación, para iniciar este sistema es
necesario que el productor esté adoptando y dominando los
principios de conservación de suelos.
c) Disponer de asistencia técnica especializada.
d) Áreas sin problemas de compactación, de erosión y de
plantas invasoras (malezas) de difícil control, cuanto más
degradado y pobre química y físicamente esté el suelo, mayor
será la demora para que los efectos benéficos del sistema se
manifiesten.
e) Elegir correctamente máquinas y equipamientos,
sembradoras específicas sobre todo.
f) No quemar los restos culturales, la paja representa cobertura
y abono al suelo, además de evitar la erosión.
g) Abonos verdes para la cobertura del suelo, cultivar especies
que tengan buena cobertura y producción de paja, la época de
manejo es muy importante.
h) Rotación de cultivos, no sembrar siempre el mismo cultivo en
la misma área, programando un esquema organizado de
rotación. Esta práctica asume un papel extremadamente viable
de la siembra directa, principalmente en la relación al control de
enfermedades y a la producción de paja para protección del
suelo.
i) Manejar adecuadamente la paja y la fertilidad del suelo, con
un buen plan de fertilización.
Plantas de cobertura/abonos verdes para formación de
cobertura en el sistema de siembra directa. El uso intensivo
y el manejo inadecuado de las diversas áreas exploradas han
acelerado la erosión, causando alteración en algunas
propiedades físicas, químicas, y biológicas del suelo. Esto
también ha contribuido para el proceso de degradación de la
materia orgánica, con consecuentes mermas de la fertilidad
natural de los suelos y disminución del potencial productivo de
los cultivos. Normalmente, las áreas mantenidas sin cobertura
son las mas predispuestas a los efectos desfavorables de las
excesivas precipitaciones y sus consecuencias. Con esto, se
verifica mayor pérdida de nutrientes de todo el sistema
productivo.
El uso de plantas de cobertura o abonos verdes (terminología
más antigua) corresponde a utilización de plantas en rotación,
sucesión, o consorciadas en cultivos, con finalidad de
protección superficial de suelo, así como la manutención
y/mejoría de las propiedades físicas, químicas, y biológicas del
suelo, inclusive a profundidades significativas gracias a los
efectos de sus raíces, promoviendo un mejor equilibrio y mayor
producción de biomasa con consecuente aumento del potencial
productivo del suelo.
Requisitos a ser observados en las especies de plantas de
cobertura (citado por Ademir Calegaris)
a) Presentar buena adaptabilidad en las distintas regiones
donde son cultivadas, como también presentar cierta rusticidad
cuanto a las condiciones edafoclimáticas.
b) No ofrecer dificultades y/o no aumentar la mano de obra, y
así aminorar los costos de la implantación y manutención de los
cultivos.
c) Presentar resistencia al ataque de plagas y enfermedades,
no ser hospederas y/o multiplicadora de organismos nocivos al
suelo y a los cultivos comerciales (nematodos, otros).
d) Tener un efecto satisfactorio en cuanto a la cobertura del
suelo, supresión de malezas y producción de masa verde y
seca.
e) Efectivamente no presentar el carácter de maleza, lo que
podría ocasionar en el futuro una especie indeseable para el
sistema.
f) Plantas que complementen la exploración de áreas, o sea,
puedan ser empleadas en rotación o consorciadas con cultivos
comerciales, potencializando la mejoría del suelo, favoreciendo
el rendimiento de los cultivos posteriores.
g) Preferentemente que se comporten como plantas de
múltiplos usos, siendo utilizadas como cobertura del suelo,
empleadas como forrajeras, heno, etc., además del
aprovechamiento de los granos en la alimentación humana y
animal, constituyéndose como fuente de renta para su
comercialización.
h) Presentarse como una posibilidad viable y económicamente
rentable al productor, o sea, que a corto, medio y/o largo plazo
se conviertan en una tecnología factible de adopción por parte
del productor rural.
Objetivos del uso de especies de plantas para cobertura
a) Impedir el impacto directo de las gotas de lluvia en el suelo,
quebrando la energía cinética de la lluvia y evitando con eso el
desencadenamiento del proceso erosivo.
b) Mantener la humedad del suelo (disminución de pérdidas de
agua por evaporación) y disminuir la oscilación térmica en las
camadas superficiales.
c) Aumentar la infiltración del agua en el suelo, disminuyendo el
escurrimiento superficial y las pérdidas de agua, suelo y
nutrientes.
d) Buscar una mejor estructuración del suelo (mejor agregación,
mayor aeración) favoreciendo el crecimiento de las raíces de
los cultivos posteriores.
e) Implementar el reciclaje de nutrientes en el suelo,
disminuyendo la lixiviación de los mismos, para adicionar
nitrógeno al sistema, principalmente con el uso de leguminosas
minimizando la demando extrema de fertilizantes.
f) Posibilitar, con el crecimiento rápido y agresivo, la
competición con malezas, disminuyendo los costos con su
control.
g) Aumentar los tenores de materia orgánica en el suelo a lo
largo de los años, lo que proporcionará significativas mejorías
en las características químicas, físicas, y biológicas del suelo.
Una determinada especie de planta utilizada es un componente
fundamental que, a la hora de integrar un determinado sistema
productivo, deberá haber sido criteriosamente validada a nivel
regional, tanto en su comportamiento en cuanto en los
diferentes potenciales de aprovechamiento. La gran mayoría de
las especies, inclusive, deberá necesariamente hacer parte de
un esquema adecuado de rotación de cultivos, donde cada
componente tendrá su debido lugar en su espacio y en el
tiempo, previamente definido y validado por resultados de
investigación y de los productores.
Rotación de Cultivos. Se entiende como rotación de cultivos
una alternancia regular y ordenada en el cultivo de diferentes
especies vegetales en secuencia temporal en una determinada
área. Con el avance de la agricultura regional en dirección a la
siembra directa de calidad, se torna obligatoria la adopción de
la estrategia en que la rotación se constituye en elemento
imprescindible para sustentación de los sistemas de
producción.
El conocimiento producido evidencia que la repetición, año tras
año, de un mismo cultivo, en la misma área, contribuye para la
disminución de la biodiversidad y, consecuentemente estimula
un posible aumento de plagas, enfermedades, desequilibrios
físicos, químicos y biológicos del suelo. La planificación
estratégica de cultivos en la propiedad proporciona el equilibrio
necesario para los aspectos físicos, químicos, biológicos, y
económicos de los sistemas de producción.
El pilar del sistema de siembra directa está en la cobertura del
suelo por los residuos culturales, protegiendo la superficie del
suelos contra el impacto de las gotas de lluvia y aumentando la
infiltración del agua en el suelo. La sustentabilidad de este
sistema está ligada a esta misma cobertura, que cataliza y
sustenta toda la continuidad del sistema. En la práctica se ha
observado que, cuanto mayor es la cantidad de residuos, más
rápida será la recuperación del suelo y mejores serán las
respuestas en los sistemas de producción en la mejoría de los
rendimientos de los cultivos y/o en la reducción de los costos de
producción. El uso de sistemas de cultivos con elevada edición
de fitomasa al suelo ha demostrado ser una de las prácticas
más eficaces en la mejoría en la calidad del suelo. El eficiente
control de la erosión, el incremento de la materia orgánica, el
ciclaje de nutrientes, y el estimulo a la actividad biológica, entre
otros, promueven un gradual incremento en la calidad del suelo
(Amado & Eltz, 2003) y en la estabilidad estructural del suelo
(Reichert, et al., 2003), garantizando una mejor sustentabilidad
del sistema de siembra directa. La contribución de estos efectos
proporciona mayor infiltración y almacenamiento de agua en el
suelo, mejor aeración del suelo y desenvolvimiento del sistema
radicular de las plantas, con reflejos significativos en el
aprovechamiento de nutrientes del suelo y en la respuesta de
los cultivos.
La práctica de cultivo de plantas de cobertura adecuadamente
conducida en rotación de cultivos en el sistema de siembra
directa y adaptada regionalmente permite mejor distribución del
trabajo durante todo el año, resultando en economía de mano
de obra, con la disminución del uso de arados, rastras, etc, y
del control mecánico/químico de malezas. Se facilita la
planificación y se destina más tiempo para otras actividades en
la propiedad, contribuyendo para mayor diversificación y mejor
atención de las otras diferentes actividades en la propiedad
rural. Este sistema promueve acentuada reducción de pérdidas
de suelo, mejoría de la fertilidad del suelo por el mayor reciclaje
de nutrientes, mayor diversidad biológica con consecuente
equilibrio de las propiedades del suelo, aumento en el
rendimiento de los cultivos, mayor estabilidad de producción,
además de posibilitar lo racional y constante uso de la tierra,
comprobando así que es una eficiente forma de producción
continua de sistemas sustentables.
Siembra Directa con Calidad. Para la reducción de la erosión
hídrica resultante de la actividad agrícola deben ser
considerados tres aspectos principales:
a) Aumento de la cobertura vegetal del suelo.
b) Aumento de la infiltración de agua.
c) Control del escurrimiento superficial.
Así, la siembra directa, asociada a otras practicas
conservacionistas, como rotación de cultivos, y utilización de
plantas de cobertura, es una de las mejores alternativas para la
conservación del suelo y del agua. Los sistemas agrícolas
donde el uso intensivo y el manejo inadecuado de los recursos
naturales, muchas veces seguidos de prácticas de
monocultivos o sucesión continua de cultivos (soja-trigo, soja-
maíz de segunda, arroz-arroz, algodón-barbecho, soja-
barbecho, etc), han contribuido para la alteración de las
propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, con
degradación de la materia orgánica y consecuente
empobrecimiento del suelo, resultando en la disminución del
potencial productivo de los cultivos.
En áreas generalmente desprotegidas, o sea, que no poseen
sistemas de manejo que permitan la adición y/o mantenimiento
de residuos vegetales cubriendo el suelo, ciertamente las
pérdidas de nutrientes por escurrimiento y lixiviación serán bien
mayores a una área cultivada. A parte de estas practicas
indeseables, la monocultura también contribuye para un
estrechamiento en la biodiversidad y consecuente aumento en
los riesgos de los cultivos al posible ataque de plagas,
enfermedades y mayor infestación por malezas. De esta forma
la rotación de cultivos, incluyendo diferentes especies de
plantas de cobertura adaptadas regionalmente, adecuadamente
distribuidas, en el tiempo y en la propiedad, puede contribuir
para una mayor biodiversidad en el medio ambiente y
consecuentemente mayor equilibrio del sistema como un todo.
Sistema que integran plantas de cobertura y rotación de cultivos
y que, además de proteger el suelo, promueven mejorías en las
condiciones ambientales y efectos favorables al
desenvolvimiento de los cultivos comerciales, deberán ser
constantes en el manejo de los sistemas productivos. Así, es
recomendable que el sistema de siembra directa y las
rotaciones de cultivos desenvueltas sean adaptadas
regionalmente, considerándose las condiciones de suelo y
clima, las condiciones socio-económicas y el interés del
productor rural, y, sobre todo, además de ser técnicamente
factibles, sean ecológicamente equilibradas y económicamente
viables.
En las regiones tropicales y sub-tropicales, como es el caso de
nuestro país, la adopción del sistema de siembra directa en
substitución a la práctica de la agricultura en suelo desnudo, se
ha consolidado como una inversión en la preservación de los
recursos naturales y socioeconómicos, que amplia la
sustentabilidad del agronegocio.
Comentarios finales
La adopción del Sistema de Siembra Directa en las áreas
mecanizadas ha sido rápida. Esta situación se explicaría por la
estrategia de la difusión realizada y a la rentabilidad del sistema
comparada con la labranza convencional. Sin embargo, tanto
en suelos altamente degradados como medianamente fértiles
de los pequeños, medianos, y grandes agricultores, el
dinamismo se dio en las adecuaciones del sistema a cada
realidad y no en el área o superficie adoptada. Esto se
explicaría por las limitaciones culturales y económicas en la que
se encuentran los pequeños agricultores. No obstante, existe
un alto potencial de su adopción masiva considerando la alta
rentabilidad del sistema y de la mano de obra. Al mismo tiempo
el sistema se incorporó en la estrategia de los planes de
desarrollo del Gobierno y proyectos financiados por organismos
internacionales. Potencial de aumentar el área de producción
de granos existe, dadas las condiciones de suelo y clima en los
campos nativos y de pasturas, pero lo inmediato y más
importante es mejorar la calidad del sistema de siembra directa
que hoy presenta nuestros campos.
Fuente: Agromeat
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