32
—Ambar, qué has hecho este
verano?
—Escuve en Inglaterra.
—;Vaya mentita! —dice Ana
Burton, que sigue siendo la misma
estipida de siempre—, Estés min-
tiendo para presumir.
—No cstoy presumiendo.
Alicia me ha preguntado y por eso lo
he dicho. Es verdad, he estado en In-
glatecra.
—¥ ci, qué has hecho? —le
ha preguntado Naomi a Ana Burton,
—Mi familia alquilé una casa
en Ie playa, Por eso he vuelto tan
morena, —y se mueve como si fuera
una modelo.
Yo hago como que bostezo,
—:Dénde esté Brenda? —pre-
gunta Alicia—, No fue a verte a la
playa? :
—Si, pero eso fue a principios del
verano, No sé dénde esté ahora.
la verdad es que rampoco me impor-
ta —Ana se encoge de hombros—. A °
lo mejor sigue en California con su
familia, no sé.
—Yo crefa que era cu mejor
amiga —dice Alicia—. Como es que
nno sabes dénde est
Ana vuelve a encogerse de
hombros y no dice nada34
Parece que Ana esta también
sin su inejor amigo, como yo; pero
con lo idiota que es yo no querria de
ninguna manera ser su mejor amiga,
ni siquiera su peor amiga. Esa mons-
ceua lo que deberia tener serfa una
mejor ENEMIGA,
—Me han dicho que cuviste
varicela en Londres —me dice Tiffany.
—Al segundo dia de llegar,
aqué te parece?
‘Ana Burton nos inrerrumpe y
dice:
—Yo tuve la varicela en pri-
mero.
—Estds mintiendo ~le digo
y le saco la lengua.
Me mira furiosa y luego le-
vanta la cabeza con la nariz hacia las
nubes dindose muchos aires de sabi-
honda.
—Eres una mentirosa, (Que
35
has estado en Inglaterra! {Como que
nos lo vames a creer!
—Mira, ten cuidado —le di-
go—, si sigues con la nariz para atti
ba y llueve te ahogards; claro que 2
nadie le imporcaria.
Gregorio Bronson hace como
que habla por un micréfono que tie-
ne en la mano
—jNoticias freseas para los
amantes del deporte! ;Primer asalto
entre las veteranas Burton y Dorado!
Algunos opinan que ésta puede ser la36
pelea del siglo. Otros dicen que es
simplemente el comienzo de un nue-
vo curso,
—Yo no he sido la que ha em-
petado —digo y sefialo a Ana, que lle-
va.una polera en la que dice: MIs PADRES
FUERON A LA PLAYA Y TODO LO QUE TRA:
IERON FUE ESTA ESTUPIDA FOLERA.
Personalmente pienso que en
su polera deberia decir: MIS PADRES
SE CASARON ¥ TODO LO QUE TRAJE-
RON A ESTE MUNDO FUE A ESTA ESTU-
PIDA CRIATURA,
Jaime y Roberto llegan co-
rriendo y empiezan a hacer ruidos de
lo més ordinarios.
Después de hacer ruidos ver
daderamente fuertes y groseros, Jai-
me anuncia que se va a celebrar una
«Olimpiada de eructose y que todo
el que quiera se puede inscribir des-
pués del almuerzo.
37
—Voy a buscar mi lipiz —di-
g0, y pongo los ojos turnios.
—Yo me inscribo ahora mis-
mo! Naomi se rie y firma en el aire
Roberto eructa y luego dice:
—Pueden tomarlo a broma si
quieren, pero vamos a dar un premio
estupendo.
—jNo creo! —Naomi niega
con la cabeza.
—jNo, ch? Pues mira —
me levanta la mano como ensefiando
un invisible trofeo—, vamos a dar de
premio la sirena musical que yo Le
regalé a mi hermana la Navidad pa-
sada,
A ella no le gusté nada
—nos explica Roberto,
—Estaba de oferta, muy ba-
rata —dice Jaime y se rie.
fs feisima! —asegura Ro-
bert.38
Me la devolvié como rega-
lo de cumpleafios. Y ahora va a ser
nuestto premio en el campeonato de
eructos. La traeté mafiana —prome-
te Jaime.
Los dos empiezan a hacer rui-
dos de todas clases y a soltar eructos.
Los demis chicos empiezan 2
hacer lo mismo.
Algunas cosas no cambian
nunca.
El afio pasado los chicos sol-
taban chillies de mono.
Este aha sueltan eructes.
Bueno, algunas cosas si que
han cambiado. Tiffany ahora escribe
su nombre asf: Tiffani, y se ha puesto
sostén, y la verdad es que le hace falta.
Jaime y Roberto han ido de-
tras de ella comentindolo a gritos y
el sefior Coten, nuesteo profesor del
alia pasado, los ha regafado.
39
¥ otro cambio en el que no
tengo més remedio que pensar todo
el tiempo es en que Justo no est
aqui el primer dia de clases por pri-
mera vez en seis afios, desde que es-
tabamos en kinder.
Seguro que Justo podria ga-
nar el campeonato de eructos. Podia
eructar el alfabeto completo al dere-
cho y al revés.
Gregorio vuelve a imitar a un
locutor deportivo:
—jFredi Romano va el prime-
row. con cuarenta y dos eructos con-
secutivos!
—Gracias, gracias —Fredi se
inclina ante una imaginaria audien-
cia—, le debo mi éxito a las dos bo-
tellas de gaseosa que me he bebido
para desayunar.
Suena el timbre de la escuela.
Es hora de volver a clase.chila?
40
{Cémo seré el nucvo profesor?
2Cémo sera la clase sin Justo?
2Dénde habré puesto mi mo-
CUATRO
—Enhorabuena, Ambar, este
afio eres tii la que estrenas el rinesar
de las cosas perdidas —la sefiora
Peters, la secretaria, me sonrie y me
pasa mi mochila rosa—. :Has perdi-
do algo mas? —me pregunta,
Me gustaria decitle: «Si... he
perdido a mi mejor amigo. :No han
encontrado ninguno?» Y como me
quedo miréndola, la sefiora Peters
me recuerda:
—Creo que debes irte a clase,
vas a llegar tarde.
Miro el reloj.
Voy a llegar tarde el primer
dia que estoy en cuarto.
Tomo mi mochila y grito:
—jGracias! —y salgo zum-
bando hacia mi clase.
El sefior Robinson, el director,42
me detiene, me hace volver atris y
me obliga a recorrer otra vez todo el
camino andando despacio.
Después me llama la atencién
por llegar tarde.
Camino deprisa hacia mi cla-
se y paso por delante de la puerta de
tercero.
El sefior Coren esté presen-
tindose a sus nuevos alumnos.
:Qué sueeerte tieeenen...!
Entro en mi clase a toda velo-
cidad.
—Llegas tarde —me dice Ana
Burton mizando su reloj.
43
—Gracias, Big Ben —Ia he lla-
mado con el nombre que en Londres le
dan al gran reloj de la Casa del Patla-
mento; busco un sitio donde sentarme.
ho una mirada a la clase y
me doy cuenta de que todos se han
sentado en las mismas filas y los mis-
mos sitios que tenian el afio pasado
en la otra clase.
Me siento en lo que hubiera
sido mi antiguo puesto.
El banco de al lado esta vaci
—Bienvenida, Ambar —la
ptofesora me sonric—. Soy la sefiora
Sole. Tiffani me ha contado que esta~
bas buscando wm mochila, veo que la
has encontrado,
Miro a la profesora y también
sonrio:
—Hol:
La sefiora Solt es una profeso-
ra nueva,44
No sé qué le habra pasado al
profesor de cuarto del afio pasado.
Bueno, la sefora Solt no es
sdlo nueva, también es guapa. Tiene
los ojos patdos, la piel rostada y ef
pelo castafio, Sus pestafias son las
mas largas que he visto en mi vida.
Lleva una falda larga y un chaleco
rosa precioso.
Espero que sea tan buena pro-
fesora come el scfior Coren... e igual
de simpatica.
45,
Nos ha pasado unos papeles y
nos dice que los rellenemos con una in-
formacién que para ella es importante.
NOMBRE
DIRECCION
NOMBRE DE LOS PADRES O TU.
TORES
.QUE TE GUSTARIA CONTARME
SOBRE TR
.QUE TE GUSTARIA APRENDER
ESTE ANO?
,QUE TE GUSTARIA QUE PASARA
ESTE ANNO?
Las dos primeras cosas son Fé
diles,
Sé muy bien cémo me llamo
y dénde vive.
Fn cuanto al nombre de mis
padres, primero pienso en poner
PAPA y MAMA, peto luego decide que
mejor no.46
No quiero que la seitora Solt
piense desde ahora mismo que me
gusta tomar el pelo, Ya sabe que soy
una perdedora de mochilas. Pongo
los nombres de mis padres: Sara y
Phil. Lo demas ya no es tan facil.
2Qué es lo que me gustaria
contarle de mi?
Después de estar un ratito ha-
ciendo dibujitos en un pedazo de pa-
pel, exeribo:
De mi no 2c! epuci decin be,
66 poclela dtd Bealen
Pecks que cota conteatacion
fuera ee de: wercaclers/false?
EO que pusra uma de esas
spegasten com te
ay
Las otras preguntas son un
poco menos dificiles.
Cher que quiers axrumder
ainck ga qoute. Lasunos
Alar eo qut ne exbends nada
a ° pernonad. t
quitter aveiguan i Ray
abeein modo recuta 4 oequur
Ae enesrdear um mejor amigo
vaio.
Aue qed en Lo qua quieres
ate ads Gy o
te ear win fooles
vutboan larg, ite
inte g me Juniln utloan,
qin emeaubian tm mld
Jor ama ai ocaty
enle Lot gta se oka. ver.48
Miro la dltima respuesta; ¢s-
pero que la sefiora Solt no crea que
yo sélo pienso en mi misma, ast
que afiado:
og pete bar
Gusriar mm cantamanacitd ni
Y entonces me acuerdo de al-
go que también quiero, asi que lo
pongo tarabicn:
vm, quatania qut 22
dabropeate docla By corecba
de cales de Pauelar ae
este ate.
He terminado de rellenar la
dichosa hoja de papel; ahora a espe-
rar que pase algo interesante.
- CINCO 5
2.672 dividido por 2.
gPor qué me hace la sefiora
Solt esto a mi?
;Pon, pon! Alguien esté llaman-
doa la puerta.
—;Quién lama? —pregunta
Jaime.
—Alguien que quiere entrar
en esta clase —le contesta Roberto.
—Esto no es una clase, esto
¢s un cuarto —canra Jaime,
La seftora Solt se vuelve a
ellos y los mira con esa cara que po-
nen los profesores medio divertida y
medio seria:
—Han llamado a la puerta y50
esa jo es ninguna razén para que di-
gan conrerias
La sefiora Solt va hasta la
puerta y [a abre
Entra la seftora Clarke, la
subdiveccora.
Y no viene sola.
Agui les traigo a Brenda,
Bi
que no sabia dénde estaba su aucva
clase; veo que ya estin todos bien
instalados y nos sonrie.
Casi todos los de la clase mi-
ramos a Brenda y la saludamos con
la mano o le decimos cosas como:
—Hola!
—iCémo te ha crecido el pe-
lo!
Yo la saludo con la mano.
Me gusta como viene vestida,
Se ha puesto unas mallas rojo oscu-
ro, una camiseta larga de color rojo
mas claro y zapatillas con cordones
de colores.
Su pelo largo y rizado tiene
algo especial. No ¢s facil distinguirlo
desde tan lejos, pero veo que es algo
especial
La sefiora Sole dice:
—Bienvenida, Brenda.
En ese momento suena un te-52
Jéfono dentro de la clase.
La sefiora Clarke saca un apa-
ratico de su bolso, Suena otra ver. Se
lo pone en la oreja y escucha duran-
te un minuto, después dice:
— Que ha hecho Qué?
Todos la miramos.
Ella nos dice:
—Perdénenme, por favor.
Y sale de la clase corriende.
Brenda se queda alli, delante
de nosotros, mirandonos.
De verdad que me gusta c6-
mo va vestida,
La seftora Solt dice:
—Bueno, Brenda, vamos a
ver dénde tienes un siti
Decido lo que quiero hacer y
lo hago rapidamente.
— Hay un sitio vacio a mi la-
do! —digo.
—;No ha levantado la mano
53
antes de hablar! —me acusa Ana
Burton mirandome.
—Tampoco tii la has levanca-
do —le contesta la sefiora Solt.
Ana se enfurrufia. Yo sonrio.
_ —Brenda, puedes semtacte jun-
to a Ambar —la sefiora Solt sefiala el
sitio vacio que hay a mi lado—. ¥,
Ambar, recuerda que debes levancar la
mano antes de hablar.
Levanto la mano.
—Si, Ambar, dime.
Gracias —le digo.
(54
Brenda se sienta a mi lado.
Ana se vuelve hacia nosotras y
nos saca la lengua.
La sefiora Solt me dice:
—Ambar, explicale a Brenda
lo que estabamos haciendo mientras
yo busco sus libros.
Le ensefio a Brenda el libro de
matematicas.
Brenda mira mi ¢jercici
—la solucién es doscientos
veintidds, coma, seis, seis, seis.
—;Graciast —la miro y le
guifio un ojo.
La sefiora Solt trae los libros
de Brenda.
Mientras ellas hablan, yo mi-
ro a Brenda.
Lleva tres mechones de su pe-
lo rubio trenzados con hebras de co-
lores diferentes y leva cuentas en ca-
da uno: unas arriba y orras en las
puntas, Dos mechones empiezan a
trenzarse desde lo alto de su cabera.
El tercero sale de detrés de su oreja y
es por lo menos tres centimetros mas
largo que ¢! resto de su pelo. Eso era
lo que me parecié especial al verla.
La sefiora Solt vuelve hasta su
sitio y escribe en la pizarra el ejerci-
cio de matematicas que tenemos que
hacer. Nos da tiempo para que lo ha-
garnos
‘Antes de ponerme a hacerlo,
le escribo una nota a Brenda.ae date Me ai
Firmo con la firma especial
gue he estado ensayando para cuan-
do me haga famosa y le paso la nota
a Brenda.
La lee, escribe algo en ella y
me la devuelve.
jb,
Cracas,.
Ata me geslan thianita y tes zapates.
La ha firmado con su firma
especial también.
s7
Creo que voy a tener un nue-
vo mejor amigo, bueno, amiga,
Vuelvo a escribirle ovea vez
Brenda mira mi nora, prime-
to sonrie, pero luego se pone seria,
Escribe en el papel y me lo
devuelve.
Ho res ayia 0 oi.
iy no soy Jesto /38
Me vuelvo hacia ella.
Estd mirando fijamente hacia
adelante.
—Brenda —Ilamo bajito.
—jNo soy Justo! —me dice
también en voz muy baja
La sefiora Solt nos advierte:
—Ambar y Brenda, calladas 0
tendré que separarlas.
Cuarto va de mal en peor... y
no hemos hecho mas que empezar.
SEIS
Apenas cuatro dias en cuarto
yyo, Ambar Dorado, no quiero vol-
ver al colegio. Lo unico que quiero
es quedarme en casa.
Le he dicho a mama que te-
nia paperas, sarampién, un nuevo:
tipo de varicela, un dolor de gar-
ganta que me legaba hasta las uiias
de los pies, un ataque al corazén,
dolores hortibles de cabeza y un en-
venenamiento.
No me ha servido de nada, mi
madre me ha hecho ir al colegio to-
dos los dias. .
A mi madre no se la convence
facilmente.60
Bueno, pues yo no quiero ir
al colegio.
'Y no es que sea TAN malo.
La sefiora Solt es una buena
profesora..., pero no es el seftor Co-
ten.
Pienso en el sefior Coren.
Me acuerdo del ultimo dia
del curso pasado cuando nos repartié
los pasaportes que nos hablamos he-
cho,
Los utilizabamos en aquellos
viajes imaginarios.
—Quiero que guarden estos
pasaportes para que se acuerden
siempre de los viajes que hemos he-
cho para visitar ottos paises... y tam-
bién para que piensen en el «viajer
que cada uno de ustedes ha hecho
para crecer, para aprender, para cam-
biar —nos dijo.
Yo miré mi pasaporte.
el
El senor Coten habia puesto
tn sello en él.
Un sello que decta:
VISA PARA ENTRAR EN CUARTO.
Dentro de mi pasaporte en-
contré una notita que él me habia cs-
crito:
Ambar: ha sido estupendo te-
nerve en mi clase. Me han gusrado 1
sentido del humor, tw interés por todo,
tus ganas de preguntar siempre, 11
coraje para enfrentar cosas nuevas,
aunque fieeran dificiles (como das ma-
teméticas ... 0 la marcha de Justo).
Has usado bien este pasaporte.
Disfruta abore de tu pasaporte de ver-
dad. Mandame alguna postal. Pasalo
bien en Londres y en Paris.62
Le mandé una postal desde
Londres.
Este afto ya no lo tengo de
profesor, aunque sigo teniendo. los
mismos compaiieros. Los compatie-
ros de clase estin bien todos... me-
nos Ana Burton, pero ésa ya era asi el
aiio pasado. Y me gusta Brenda, aun-
que yo creo que yo no le gusto mu-
cho a ella,
Echo de menos a Justo.
Yo, Ambar Dorado, pienso
que todo el mundo en este mundo
deberfa tener un mejor amigo.
Doy vueltas por el patio du-
rante el recreo, no hablo con nadie y
recorro mi «paseo con Justo»
En los columpias recuerdo
como —cuando estibames en pri-
mero— nos turndbamos para empu-
jarnos uno a otro y hacfamos como
si fugramos pajaro’. Gritdbamos:
6
4qSoy una paloma... gli, glu, glils
Al pasar junto al gimnasio de
los pequefios me acuerdo de cuando
Justo y yo organizamos un campeo-
nato de cjercicias de circ. Yo gané
una cinta azul porque estuve colgada
cabeza abajo de una barra més tiem-
po que ninguno y, ademés, cantando
la canci6n de Plaza Sésamo.
Junto a la fuente me acuerdo
de cuando estudiabamos las ballenas.
y Justo y yo nos llenamos la boca de
agua y jugamos a que éramos balle-
nas con hipo. Nos empapamos.
Yen el tincén de la arena me
acuerdo de cuando me cai saltando y
Justo me ayudé a sacarme una pie-
drita que se me habia clavado en la
rodilla.
Y recuerdo cuando en tercero,
en aquella fiesta de disftaces, Justo
convencié a toda la clase para que se64
pusieran todos a gritar al mismo
tiempo: «(Sefior Coten, sefior Coten,
sefior Coren...» Y cuando el sefior
Coten nos pregunté que por qué ha-
ciamos aquello, Justo le dijo: «jPor-
que estamos corentas.../
Me quedo debajo del arbol y
miro a todos los que estin en el pa-
tio.
Creo que casi todos tienen un
mejor amigo.
El drbol es un sitio muy espe-
cial, Es el lugar en que le conté a Jus-
10 que mis padres se separaban y que
yo me sentia muy triste.
No me dijo nada que me ayu-
dara mucho, pero s6lo eso de podér-
selo contar a alguien ya ayuda un
poco. A nadie de mi clase le puedo
contar ahora lo que me esti pasan-
do... ni hay nadie con quien me
pueda divertir algo.66
Echo muctifsimo de menos a
Justo. - ies
Brenda’ pasa andando despa~
cio cerca de mi $
Me gusraria lamarla y decirle._-
que sé quede conmigo, pero no fe -
hago.
Mira hacia mi como si fueraa
decitme alge, pero no me dice nada.
Y me alejo de ella cuando sue-
na el timbre.
Se acaban el recreo y el paseo
con Justo.
Espero con todas mis fuerzas
que las cosas mejoren pronte.a SIETE .
Yo, Ambar Dorado, declaro
que me gustaria poder repetir esta
primera semana de colegio como
cuando en clase de gimnasia me con-
fundo en un ejercicio y el profe chas-
quea los dedos y me dice:
—Vuelve a empezar, repitelo
todo desde el principio.
Si yo pudiera chasquear los
dedos y gritar: «Repitelo todo desde
el principiol», harfa muchas cosas de
modo diferente.
No le hablaria a Brenda de
Justo..., especialmente no pata com-
pararla con el.
Y trataria de que no me im-68
portara tanto que Brenda no q
ser amiga mia
Y crataria de alegrarme al ver
que mis compafieros son simpiticos
conmigo..., y de no ponerme tan
triste cuando pienso que no tengo
un mejor amigo... ¥ que tampoco s¢
cémo consegi
Y desde luego no iria el pri-
mer dfa a permanencia, Mi nombre
no estaba en la lista, asi que hubiera
podido esconderme en el baito o en
cualquier otra parte hasta que mam
viniese a buscarme.
Pero ahora ya estoy en la lista
y tengo que quedarme alli sentada
con un grupo de alumnos de distin-
tas clases, desde primero hasta sexto.
Opino que deberfan cambiarle el
nombre de permanencia y Hamarle:
aHoras de Aburrimiento para Alum-
nos Prisioneros en el Colegio Hasta
uno.
)
que sus Padres Vienen a Buscarlesr.
Hago todo Io posible por no
pensar en todas las cosas que me cs-
tan molestando: el divorcio de mis
padres, Justo y su familia tan lejos.
Pero aunque tate de chas-
quear mis dedos y gritar: {Vuelta
atrds! ;Se repite todo desde el princi-
piol», sé que no funcionard.
Para empezar no sé chasquear
los dedos. En vex de un chasquido
me sale algo que suena como un sus-
piro suave, aEn segundo lugar, yo, Ambar
Dorado, sé que por muy ansiosa-
mente que se espete algo, é80 no sig-
nifica que vaya a conseguirse.
‘Ambat! —me llama mama
desde abajo—, hora de cenar.
Me asomo a la escalera y digo:
—Bajo en un minuto,
Mientras me lavo las manos,
sigo pensando en todas los lios que
me estin volviendo loca.
Bajo las escaleras ensayando
eso de chasquear los dedos. Zug,
zug, zug...
Entro en el comedor.
Casi siempre cenamos en la
mesa de la cocina, pero mamé ha di-
cho que esta noche vamos a hacer al-
go especial... cenar algo rico y char-
lar sin apuros.
Anda tan ocupada ahora...
Como tiene que salir del trabajo an-
tes para recogerme a mi tiene que
tractse trabajo a casa,
Miro a los tres servicios pues-
tos sobre la mesa.
Yo cteia que sélo ibamos a es-
tar ella y yo.
A lo mejor ha invitade a ce-
nar a Max.
Estoy casi segura de que ella
habia dicho que iba a esperar un po-
co antes de invirarle a que viniera a
casa,72
Yo, Ambar Dorado, tengo
que ascgurarme antes de ponerme
furiosa de verdad.
jMamé! —grito—.
mas viene a cenar?
—Nadie, sélo cenamos tty
yo —me contesta desde la cocina
Vuelvo a mirar la mesa: tes
platos, tres cuchillos, tres tenedores,
tres cucharas, tres servilletas, tres co-
pas...
aQuién
Me parece que hay tres de to-
do.
Me quedo alli mirando,
gTiene mi madre un amigo
imaginario?
3Se ha vuelto Max invisible y
es éste el modo de estar en casa sin
que yo le vea?
;Padece mi madre alguna en-
fermedad cerebral?
Estoy yo mal de la vista y veo
73
triple o doble mas uno?
{Me habré convertido de ver-
dad en una preocupona profunda y
habré alguna razén razonable para
que haya tres de todo?
Entra mi madre en el come-
dor y pone la fuente de espaguetis
encima de la mesa, Exclama
—Bueno, jes para no creerlo!
Recoge un servicio entera y se
lo lleva. Dice otra ver:
—jEs para no creerlo!
Habla con ella misma como si
yo no estuviera all
—No puede ser. He puesto
servicios para nosotros tres: Phil,
Ambar y yo. Como si nada hubiera
pasado.
La tiro de la manga:
—Oye, a lo mejor eso quiere
decir que estas deseando volver a
juntarce con papa74
Niega con la cabeza:
—No, eso sélo quiere decir
que estoy muy cansada y que no
pensaba en lo que estaba haciendo.
Duranre mucho tiempo he puesto la
mesa para tres y supongo que ahora
lo he hecho por pura costumbre
Se sienta a la mesa sin decir
nada mas.
También yo me siento.
—Si, es como cuando yo em-
piezo a ir hacia Ja antigua casa de
Justo 0 como cuando descuelgo el re-
léfono para mas ir su antiguo nime-
ro.
Afiema con un gesto y me
sonrie,
—Todo eso forma parte de
nuestro pasado y no siempre nos
acordamos de que ya no corresponde
al presente, al menos no de la misma
forma,
Yo, Ambar Dorado, creo que
soy muy joven para tener un pasa-
do..., especialmente un pasado con
tantas complicaciones dentro.
Me acuerdo de cuando todo
era facil y divertido.
Miro a mi madre.
Tiene aspecto triste y cansae
do.
Sé cémo se siente.
Vamos, mamé, hagamos un
campeonaro de sorber espaguetis.
—Ambar —se ric mamé—,
yo soy una persona mayor y a mi
edad ya no se participa en campeo-
natos de sorber espaguetis.
Le hago una mueca divertida.
Se rie
— Por favor, por favor..! —le
pido.
Primero niega con la cabeza,
luego se rie y al final dice que bueno.Comparamos la fongitud de
nuestros espaguetis, despues los sor-
bemos.
Gano yo
—jJuguemos otra veo! —dice.
Mi madre tiene en la barbilla
una mancha de tomate.
Sorbemos otra vez
Ahora ha ganado ella,
Un tercer sorbetén. Yo, Am-
bar Dorado, jcampeona!
La cara de mi madre es una
pura risa manchada de salsa de espa-
guctis,
Oye, zpuedes ensefiarme a
chasquear los dedos? —le pregunto,
y le hago una demostracién del 2ug
que ¢s todo lo que consigo.78
Si no funciona, voy a decir:
<{Sigo intentindolol»
Yo, Ambar Darado, voy a po-
der con todo esto.
Zug.
iChasc!
—Es muy fécil —dice y chas-
quea sus dedos.
Practicamos.
Y pronto empiezo a conseguir
una especie de zug-chasc. No es toda-
via un chasquide perfecto, pero ya.es
algo. Cuando logre un chasquido
perfecto, voy a chasqueas mis dedos
ya decis: Se repite todo desde el
principio!»a, OCHO .
Todas las tardes, la misma
aburrida permanencia.
iAh!, pero hoy ha sido dil
rente.
Ha venido Brenda.
He oido decir a la sefiora Sole
que la madre de Brenda ha empeza-
do a trabajar.
Eso quiere decir que Brenda
va.a quedarse aqui todas las tardes.
Cuando entré yo le sonret
Una sonrisa amistosa, pero no una
sonrisa demasiado amistosa. Yo, Am-
bar Dorado, he decidido no preocu-
parme tancisimo por conseguir un
mejor amigo, aunque de verdad sigo82
quetiendo tener uno o una
‘Ast que la saludé con la sonri-
sa normal con la que se saluda a un
compafiero de clase..., n0 con la son
risa de «por faver, por favor, por fa-
vor, sémi mejor amiga».
Ella me saludd también, echo
una mirada por toda la clase y vio
que éramos las dos tnicas alumnas
de cuarto que habia alli.
Asi que vino y se senté a mi
lado.
Sentimos un escindalo enor-
me al otro lado de la clase.
83
Tres chicos de quinto juegan
4 que son maestros de kérate y andan
cortando el aire con las manos y lar-
gando patadas mientras lanzan gritos
de «Hil ;Yal» y otros parecidos,
La profesora los hace sentarse,
Bueno, nos manda sentarnos
a todos y después grita:
—iLas cabezas sobre los ban-
cos!84
Empiezo a reirme.
Procuro contenerme, pero no
puedo.
—jLe imporraria a usted con-
tarle al resto de la clase qué es lo que
encuentra tan divertido, sefiorita
Dorado? —me dice la profesora con
un tono sarcéstico.
No puedo remediarlo. Cuan-
do dijo: «Las cabezas sobre los ban-
cos!», estuvea punto de decir: «Yo no
puedo, Ia tengo todavia sujeta a los
hombros».
85
Me mira. Pienso en que mis
padres se pasan la vida diciéndome
que una buena educacién me va a
ensefiar a mantener bien firme la ca-
beza sobre mis hombros. Ahora me
pregunto: ;cbmo voy a mantener mi
cabeza bien firme sobre mis hom-
bros si tengo que ponerla de vez en
cuando sobre el banco?
No puedo parar de refrme
Quiero parar, pero cuando empiezo
es que no puedo parar.
—Castigada a quedarte des-
pués de clase! —Ia profesora viene
hacia mi—. ;Pon la cabeza en el ban-
co ahora mismo!
La pongo.
Esta profe es un poco bobaj si
me cengo que quedar aqui todas las
tardes, ;qué me puede importar que-
darme porque ella me haya castigado
a.quedarme?86
Mientras tengo la cabeza apo-
yada ea el banco pienso que si Justo
estuviera aqui, yo podria subirme el
chaleco hasta cubtit la cabera y hacer
como si no tuviera cabeza.
Miro a Brenda, Levanta una
ceja y se muerde ef labio para no
echarse a reir.
Me pongo el chaleco por la
cabera y hago que no tengo cabeza.
Brenda explota y se rie a todo reir.
Eso hace que yo me rfa mucho més,
87
La profesora me castiga a
quedarme otro dia después de clase.
Y castiga también a Brenda a
lo mismo.
Cuanto mis quiero parar de
reirme, mas me rio. Es que no puedo
parar. ¥ lo mismo le pasa a Brenda.
La profesora esta furiosa.
Me castiga a quedarme otro
dia més, el rercero, y luego a otro, el
cuarto.
A Brenda la castiga 2 quedar-
se un segundo dia y luego a un rerce-
10.88
Me quedo alli sentada y pien-
so: «Yo, Ambar Dorado, estoy en
cuarto, ¥ esta profe me ha castigado
a quedatme cuatro dias sentada en
esta sala. Lo malo es que voy a que-
darme aqui despues de las clases mu-
chos mds que cuatro dias».
a” NUEVE .
—jBurp! Burp! Burp,
Se produce un momento de
silencio,
—(Cuarenta eructos..! {No
pares ahora! —Jaime y Roberto ja-
lean a Federico—, ;Vas a conseguir-
lol ;Tres mas y bates el récord!
—No puedo més —Fedetico se
pone una mano en el pecho—, No me
queda ya nada aqui dentro. Estoy vacio
lel todo, ya no puedo eructar mas.
— EI siguiente! —Ilama Jai-
me; sostiene en alto la sirena—.