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JORNADA REGIONAL

DE ACTUALIZACIÓN
SOBRE
CERTIFICACIONES Y
CONSTANCIAS
MÉDICAS
Maldonado, 17 de abril de 2002

PALABRAS DEL DR. GABRIEL


ADRIASOLA,
PROFESOR DE DERECHO PENAL
DE LA UCUDAL Y DEL
UNIVERSITARIO DE PUNTA DEL
ESTE
ABOGADO ASESOR DEL
TRIBUNAL DE ÉTICA MÉDICA DE
LA FEMI
Dr. Gabriel Adriasola -Muchas gracias a los organizadores
por la invitación.

Cuando se me hizo la misma -y hoy lo ratifiqué en las


exposiciones de apertura- no se me ocultó que sin duda
esta Jornada responde a cierta preocupación por el
relacionamiento entre las agencias médicas, policiales y
judiciales. Relacionamiento que puede crear determinadas
dudas sobre cuales son los alcances de las obligaciones,
concretamente las de los médicos de las emergencias, a los
que a mí me gusta llamarlos médico de primera línea, y
ello porque siempre son los más vulnerables a los embates
de otras agencias.

Se me pidió entonces que hablara del secreto profesional y


la historia clínica. Pero no lo voy hacer en abstracto. Y no
lo voy a hacer así porque creo que abordar esa temática va
a reafirmar -con algunas diferencias de matiz- la posición
que brillantemente sustentara el profesor Grille. Como
muy bien lo expresara el Dr. Grille, el orden jurídico es un
todo, y por ello este tema de la certificación médica a
pedido policial está también estrechamente vinculado al
secreto profesional.

Pero antes hay que saber de qué hablamos, así que muy
brevemente definamos que es el secreto profesional
médico.

Obviamente comprende todo lo que el paciente le confíe;


pero no sólo lo que éste le confíe, comprende también lo
que el médico conozca, aún accidentalmente, en el
decurso de la relación médico - paciente.

Ese es el concepto medular. Básico. Toda la relación


médico - paciente, aún lo que en ella el médico conozca
accidentalmente, está comprendido en el secreto
profesional.

Un segundo aspecto que a veces no está muy claro, es el


del alcance personal del secreto profesional del médico.

Esto hay que decirlo muy claramente, no sólo el médico es


el que está obligado a guardar secreto. Hoy asistimos al
espectáculo en el cual la prestación de los servicios
médicos se encuentra colectivizada, es una prestación
corporativa a nivel público y privado.

El médico, los auxiliares médicos y el personal


administrativo de las instituciones, los laboratoristas, los
empleados, administrativos, auxiliares de servicio incluso,
están obligados a guardar el secreto médico y si no lo
hacen cometen el delito de revelación de secreto
profesional, previsto en el artículo 302 del Código Penal.

Un tercer aspecto: el secreto médico es automático. No


requiere solicitud del paciente. Opera de pleno derecho.
La manifestación que debe existir es la del paciente para
relevar el secreto médico. O sea, desde el momento que el
médico entra en contacto con el paciente o desde el
momento que el paciente ingresa a la institución ya está
abarcado por el secreto. No se requiere pedido expreso.

¿Cuáles son entonces las causas de quebrantamiento del


secreto médico? Es decir, ¿cuándo la revelación no
configura delito?

Podemos resumirlas en dos hipótesis. La primera la


enmarcamos dentro de la teoría del delito, es el llamado
estado de necesidad justificante.

¿Cuándo un médico puede revelar el tratamiento o la


enfermedad o lo que le confió su paciente sin cometer el
delito de revelación de secreto?

Pues cuando hay un estado de necesidad justificante. El


ejemplo típico que se pone es cuando la revelación está
dirigida a evitar un mal mayor. Por ejemplo el caso de un
paciente con una enfermedad infecto contagiosa. Ahí hay
un estado de necesidad justificante, y lo hay porque
provoco un mal menor -la revelación del secreto- para
prevenir un mal mayor, el contagio a su familia.

El otro tema es más polémico, es el famoso mito de la


obligación de denuncia.

Concuerdo con la posición del doctor Grille en el sentido


de que el médico no está obligado cuando se le trae un
paciente por parte de la policía o de la justicia a actuar
como perito, porque en realidad lo que se le está pidiendo
es actuar como perito, para eso ya están designados
quienes pueden ser peritos, son los médicos forenses. Pero
además, puede estar también amparado en el secreto
profesional para sostener su negativa.

¿Qué sucede cuando ingresa un paciente, traído o no por la


policía, en el cual el médico constata que puede haber
sido víctima o haber cometido eventualmente un delito?
Vamos a poner casos típicos. Persona que ingresa por una
complicación luego de haberse hecho un aborto
clandestino.

Recientemente llegó a la Suprema Corte de la Nación


Argentina, un caso sucedido en un hospital de Buenos
Aires. A ese hospital concurre voluntariamente y sin
conocimiento policial una paciente boliviana a quien le
extraen bolsitas de cocaína que tenía en el estómago.

¿Qué hace el médico en esos casos?

¿Está obligado a denunciar o esos hechos están amparados


por el secreto profesional médico?

Personalmente creo firmemente que están amparados por


el secreto profesional médico y si el médico o la institución
ponen en conocimiento de las autoridades policiales o
judiciales este tipo de circunstancias están quebrantando
el deber de reserva.

No hay un estado de necesidad que justifique eso, no


quiero prevenir un delito futuro, el delito ya aconteció. La
persona viene al médico en la angustia de su curación pero
no puede ser que eso le signifique exponerse a un
procedimiento penal, a una acusación penal. Además, la
obligación de denuncia tiene que estar expresamente
establecida en la ley. En la ley uruguaya la única hipótesis
de obligación de denuncia por parte del médico es cuando
se asiste a un enfermo psiquiátrico peligroso, es el artículo
365 numeral 15 del Código Penal.

Por otra parte, esta confrontación entre secreto y


obligación de denunciar, en otras circunstancias, como es
el caso de la complicación post aborto que llega al
hospital, está resuelta en el artículo 360 del Código Penal
que dice expresamente: "El médico partero o farmacéutico
que notando en una persona o en su cadáver señales de
envenenamiento u otro grave atentado no diere parte a la
autoridad -esto está castigado- dentro del término de 24
horas a partir del descubrimiento, salvo que la reserva se
hallare amparada por el secreto profesional". Entre el
interés público de la persecución del delito y el secreto
profesional prima este último. Es la posición también
dominante expresada por viejos y prestigiosos tratadistas
en Uruguay.

Rápidamente ahora, y para vincular este tema a la historia


clínica, que era el objeto de la exposición.

La historia clínica, todos saben lo que es, contiene los


datos del paciente, el tratamiento y el diagnóstico,
etcétera.

Lo contenido en la historia clínica integra también el


secreto profesional. Esto es indiscutible.

Por lo tanto, el único que puede autorizar la revelación o


difusión de la historia clínica es el dueño del contenido,
que no es otro que el paciente.

Por lo tanto, uno a veces ve que las

instituciones proceden con cierta liviandad cuando reciben


pedidos judiciales, por oficios, de remisión de una historia
clínica. Creo que la primera pregunta que deberían
hacerse antes de remitirla es: primero, ¿es a pedido del
titular de la historia clínica? Porque si no es así, yo
requiero que me autorice éste para poder remitirlo al
juzgado. Eso con respecto a la justicia civil pero también
con la penal. Porque hay otro aspecto que hay que decirlo
claramente, el secreto médico no es relevable por la
justicia penal.

Hay dos clases de secretos en el ordenamiento jurídico.

Los relevables y los no relevables.

¿Cuáles son los secretos relevables?

Por ejemplo, los que a texto expreso le atribuyen ese


poder a los jueces: el secreto bancario, el secreto
tributario.

¿Por qué? Porque la ley dice.

El juez puede relevar este secreto pero hay otros: el del


abogado, el médico, sacerdote donde la ley no dice que el
juez puede relevarlo.

Por lo tanto, si la ley no lo dice, la agencia policial y


judicial deberán actuar acorde a derecho. Sin el
consentimiento del titular de la historia clínica, entiendo
que ni la justicia civil ni la penal pueden solicitar a las
instituciones la remisión de ésta. Las instituciones deben
controlar efectivamente ese extremo para no incurrir en
responsabilidad ante el titular de la historia clínica.
Creo que en la práctica, por lo menos en la que he visto,
ese tema debe ser trabajado con mayor rigor.

Me da la impresión que hay ciertas violaciones habituales


al secreto profesional médico tanto en el manejo de las
historias clínicas como en la expedición de certificados, o
incluso en el poner en conocimiento de las autoridades
situaciones de pacientes porque se presume que han
cometido un delito.

El caso de la señora boliviana en Argentina a la que hubo


que extraerle las bolsitas con cocaína, no la trajo la
policía, llegó sola al hospital y la médica que la denunció
se expuso a un proceso por revelación de secreto
profesional, el caso llegó a la Corte Suprema Argentina y
hubo una decisión muy reñida de 5 votos a 4, donde 4 de
esos ministros opinaban que efectivamente había
vulnerado el secreto profesional. Con una legislación
argentina en donde el delito de encubrimiento es mucho
más riguroso que en el Uruguay.

Creo que hay que establecer muy claramente las funciones


de las agencias.

El médico es médico, no es un auxiliar de la policía ni de la


justicia.

En un estado democrático los particulares, por ejemplo, no


están obligados a denunciar.

Y el secreto -en esto englobo a todo el personal médico y


por cierto al contenido de la historia clínica- es un pilar
fundamental del estado de derecho.

El médico no es un investigador ni está al servicio de las


investigaciones.

Se me fueron los 15 minutos pero espero haber expuesto


los puntos fundamentales en materia de secreto
profesional, así que quedamos abiertos a las preguntas que
sean del caso.

Fuente;
http://www.smu.org.uy/sindicales/info/adriasola.htm

A
Alcances del Secreto Profesional del Médico 1

Gabriel Adriasola / Socio

Y desde aquellos tiempos hasta los nuestros, es obviamente reconocido como un deber ético del médico y un derecho del pac
lo preceptúan los artículos 20, 21 y 22 del Código de Ética Médica del sindicato Médico del Uruguay y de la Federación Médica
La importancia de reivindicar el secreto médico se engloba en la importancia de reivindicar todo secreto profesional, más aún e
que, a pretexto del combate de determinada criminalidad, pretende ser minado. A vía de ejemplo, y con la finalidad de prevenir
activos, los países miembros de la Unión Europea deberán adaptar sus respectivas legislaciones a una nueva directiva de la
del 15 de junio del 2003. Esta nueva directiva, extiende la obligación de reportar las operaciones sospechosas a los abogados y
registro, además de a los auditores, contadores y consultores tributarios. Quiere decir que estos profesionales deberán reportar
sospechosas de sus propios clientes a organismos estatales de investigación financiera. No sabemos si esta nueva técnica
mañana no podrá ser extendida a otras profesiones con el fin de combatir otro tipo de criminalidad. Basta pensar, por eje
eventual imposición a los médicos de denunciar los hechos delictivos de que tomen conocimiento, o de ciertas enfermedades a
En segundo lugar, creímos del caso abordar esta temática pues el secreto médico resulta frecuentemente vulnerado sobre
manejo de determinados documentos, como es el caso nada más ni nada menos que de la historia clínica, generándose una
muchas veces contradice a la propia ley. 3. Ahora bien, ¿cuál es el alcance material del secreto médico? Tradicionalmente se es
estructuraba sobre tres pilares fundamentales. Así, integran el secreto profesional del médico la naturaleza de la enf
comunicación del pronóstico, que solo puede hacerse al interesado o a personas inmediatas y justamente interesadas en el pa
determinadas excepciones que veremos, así como todas las circunstancias de hecho que rodeen a la enfermedad. Los esta
corporativos coinciden básicamente con esta definición tradicional del alcance sustantivo del secreto médico. Así, el art. 20.1 de
Ética Médica establece que el paciente tiene derecho a “exigir que se guarde ante terceros el secreto de su consulta”, el art.
derecho a “la confidencialidad de los datos revelados por él a su médico y asentados en historias clínicas”, e incluso el art. 23
derecho del paciente a “la intimidad de su cuerpo y de sus emociones cuando es interrogado o examinado” por el médico. A
nosotros propugnamos una noción aún más amplia en cuanto al alcance del secreto médico, comprendiendo en el mismo “tamb
médico conozca, aún accidentalmente, en el decurso de la relación médico paciente”. Al respecto, se ha señalado en la doctr
que “es evidentísimo que dado que los clientes deben necesariamente dar a conocer al médico las cosas más íntimas, o cua
tolerar que los mismos las conozcan, estos deben olvidar cuánto han visto u oído; si luego de haber conocido los más celosos
los hechos relativos incluso a otras personas de la familia –para conocer por ejemplo los precedentes hereditarios y hacer
exacta sobre la enfermedad del cliente- los médicos revelaran las confidencias recibidas, o el conocimiento reservado por ello
violarían la obligación de fidelidad...”. En España, por ejemplo, la" Ley Orgánica de Protección Civil del Honor, la Intimidad
Imagen" (5 mayo de 1982) declara que no se puede facilitar ninguna información si no es con el consentimiento del pacie
representante legal, y esta información hace referencia no sólo a lo que el paciente sabe sobre su estado de salud, sino también
otros datos que el médico puede reconocer en función de su trabajo y que el enfermo ignora, por ejemplo, los resultados de an
pruebas complementarias, quedan también bajo el secreto profesional. 4. Pero es del caso señalar que este deber de confide
materia de prestación de la medicina no incumbe sólo a los médicos, sino que se trata de un régimen de secreto compart
particularmente importante en casos como el uruguayo donde la medicina se ha corporativizado y no se trata ya de una p
servicios profesionales individual o a pequeña escala. El médico, los auxiliares médicos y el personal administrativo de las insti
laboratoristas, los empleados, administrativos, auxiliares de servicio incluso, están obligados a guardar el secreto médico y si
cometen el delito de revelación de secreto profesional, previsto en el artículo 302 del Código Penal. Asimismo, las instituciones e
institución de la que el paciente es afiliado, pero que por cualquier motivo coparticipen en la atención (por ejemplo un laboratorio
consultor, etc.) están también obligados al deber de confidencialidad. Es el equipo de salud por lo tanto, en esta acepción amplia
el obligado a guardar sigilo. “En el ejercicio de la Medicina en equipo, cada médico es responsable de la totalidad del secreto. L
de la institución tienen el deber de facilitar los medios necesarios para que esto sea posible”. El Hospital General de Manresa, a
su Comité de Ética, ha implantado un documento sobre la Confidencialidad que deben firmar todos los empleados con
cualquiera que sea el servicio de afectación. Sería bueno extender esa práctica al Uruguay. 5. La problemática central que
abordar en cuanto al secreto médico estriba en las causales justificantes de su revelación y en los poderes de la autoridad
exigir esa revelación. Por supuesto que, en ambos casos –decisión del propio médico o imposición de la autoridad- la prob
plantea cuando no existe autorización del paciente, que es, inequívocamente, el titular del secreto. 6. El poder y el secreto
profesional está estrechamente ligado al derecho constitucional a la privacidad, extremo éste que le impone límites al legislado
las diversas clases de secretos tutelables hay algunos que tienen mayor intensidad que otros, y eso se refleja en la posibilida
organismo estatal releve o levante la obligación de guardar reserva. Así, es pacíficamente admitido que el secreto profesional
no puede ser relevado por la autoridad judicial. Según lo dispone el artículo 220 del Código del Proceso Penal Uruguayo, es
expresamente que el abogado, el procurador y otros profesionales, están impedidos de brindar testimonio de los hechos secreto
su conocimiento. Hay entonces secretos profesionales que no pueden ser relevados por la Justicia Criminal; empero, existen ot
tutelables, como el secreto bancario, el secreto tributario, el secreto de los corredores, que no siguen esta regla, sino que es,
pueden ser relevados por la autoridad pública, específicamente la judicial. El secreto médico se encuentra entre los primeros, en
que no pueden ser relevados por mandato alguno de la autoridad judicial, al punto que están los médicos expresamente abar
ya citado artículo 220 del Código del Proceso Penal Uruguayo. 7. Esto significa que el médico, como el abogado, es su pro
cuanto a bajo qué circunstancias puede revelar información confidencial de su paciente. Desde que la revelación del sec
configura el delito previsto en el artículo 302 del Código Penal, se infiere de éste que el médico puede revelar información
cuando exista justa causa para ello. ¿Y cuando existe justa causa de revelación? La doctrina ha establecido que “de ordina
causa consiste en un verdadero estado de necesidad, en el cual se legitima la revelación para evitar un mal mayor; sirve de eje
del profesional que se ve obligado a dar a conocer el secreto para defender su buen nombre profesional de una imputación in
salvar al tercero del peligro actual, no evitable de otra manera, de un daño grave a su persona. Es la situación del médico q
conocimiento de los parientes del enfermo, el peligro de contagio que pudiera derivar de su enfermedad...”. Ese estado de nec
sentido de prevenir un mal mayor, es el que informa lo preceptuado por el artículo 22.3 de los Código de Etica Médica de SMU
cuanto establece el deber de revelar el secreto en caso de “Amenaza a la vida de terceros (posibilidad de homicidio en cualq
formas”, y el numeral 4º de la misma norma “Amenaza a otros bienes fundamentales de la sociedad”. Por supuesto que este tan
debe manejarse muy prudentemente, con las pautas que más adelante veremos, en especial en lo que refiere a las d
enfermedades afrentosas. También la doctrina ha encuadrado como justa causa de revelación del secreto la defensa propia o
un legítimo derecho. “Así –dice BAYARDO BENGOA- cuando un médico fuere penalmente inculpado, a los fines de la defensa,
necesario efectuar alguna revelación...igualmente un profesional puede verse impelido a revelar el secreto que le fuera co
salvarse de una ofensa injusta o del peligro de un grave daño actual para su persona”. Esta circunstancia está también prevista
el artículo 22.5 de los Códigos de Ética Médica de SMU y FEMI, al facultar la revelación del secreto en caso de “defen
acusación de su propio paciente”. 8. A poco que se analicen los párrafos transcriptos, y siendo la revelación de secreto pro
conducta delictiva, veremos que la justa causa estará dada por la existencia de normas permisivas que eliminen la antijuridic
primer caso, conforma un supuesto de estado de necesidad, justificante recogida por el artículo 27 del Código Penal uru
segundo, un supuesto de legítima defensa, justificante establecida en el artículo 26 del mismo código. No obstante, contra la as
el primer caso de la justa causa al estado de necesidad, se ha criticado esta tesitura en el sentido de que el artículo 27 del C
uruguayo no justifica el estado de necesidad en defensa de terceros, y en los ejemplos propuestos (vgr. el de la enfermedad c o
médico no sacrifica la confidencia para evitar un mal propio o de un pariente, sino justamente de un tercero extraño. La crítica
en exceso piedeletrista, y pese a la redacción del artículo 27 del Código Penal uruguayo, es posible encontrar aquí una colisión
justificante, y recurrir a una ponderación de bienes y deberes como una manifestación de un estado de necesidad supralegal, c
vez lo ensayó la jurisprudencia alemana. También es posible extender en estos casos el estado de necesidad mediante el
analogía in bonam partem. 9. Se ha discutido si es también justa causa de revelación la persecución del cobro de honorarios pr
bajo el supuesto de defensa o ejercicio de un derecho legítimo. Pese a que ha sido debatido en doctrina, aceptamos que es
puede configurar un supuesto de justa causa de revelación. 10. Enfermedades epidémicas y afrentosas: Especial problemát
la evaluación de la justa causa de revelación en el caso de enfermedades epidémicas que son a la vez afrentosas o
Tradicionalmente se entendió que la denuncia de la enfermedad epidémica en casos particulares se encontraba justificada po
de la colisión de intereses. Sin embargo, existen enfermedades que son a la vez epidémicas e infamantes, como en su momen
hoy en día el HIV. La divulgación de este tipo de enfermedades es susceptible de quebrantar el deber de confidencialidad, au
posible hacer al respecto una afirmación absoluta y tajante. Si en casos en que existe un riesgo cierto y determinado hacia un
ej. pareja del infectado por HIV), el médico podría revelar a ésta la enfermedad en casos en que no lo hiciera el propio p
requerirá en estos casos la convicción de que el paciente no divulgará su enfermedad. Así lo establece el artículo 22 del Cód
Médica de FEMI y SMU, declarando que el médico deberá revelar el secreto en caso de “negativa sistemática de advertir al inoc
de un riesgo grave para la salud de este último (contagio de enfermedades adquiridas, transmisión hereditaria de malformacion
cambio, nos parece que se quebrantaría el deber de sigilo si la divulgación de una enfermedad infamante se hiciera en razón d
potencial o remoto. Cada caso deberá evaluarse conforme al criterio de la colisión de intereses. 11. ¿Es justa causa de div
presumir que con ella se generará un muy probable bien para el paciente? Es discutible, y ciertamente linda
desconocimiento de la voluntad del paciente, la divulgación del secreto para procurarle un bien cuando con el silencio no s
terceros a un peligro. Así, quebrantaría su deber de sigilo el médico que, contra la expresa petición del paciente, revela a sus fa
enfermedad grave de aquél –aunque no epidémica- para que lo convenzan de realizar un tratamiento que rechaza. En cambio
en justa causa de revelación, como lo expresa el artículo 22.1 del Código de Ética Médica SMU-FEMI, el “peligro vital inmin
paciente (posibilidad de suicidio)”. 12. El secreto médico y la obligación de denunciar. Hemos visto ya que el secreto méd
secreto relevable, y que será el profesional mismo el que deberá evaluar si existe o no justa causa para su revelación. “El
secreto –dice BAYARDO BENGOA- debe resolver a conciencia un problema delicado para determinar si existe o no justa caus
procedencia de la excusa basta el juicio laica de buena fe del profesional, acerca de la necesidad de evitar un mal mayor. Y lo q
deberá determinar en cada caso es si el profesional emitió o no, un juicio honestamente posible...”. Hemos examinado ya en qu
noción de justa causa; y corresponde ahora que analicemos en qué supuestos el médico se encuentra obligado, por imperio leg
los hechos secretos que conozca en el devenir de la relación médico-paciente. 13. En la legislación uruguaya existen tres
obligación de denuncia por parte del médico. La primera opera cuando se asiste a un enfermo psiquiátrico peligroso, estab
artículo 365 numeral 15 del Código Penal. La segunda es la establecida en la Ley no. 9.581 de Asistencia a Psicópatas, cuyo
obliga al médico que asiste a un psicópata en su domicilio, a comunicar el caso a la Inspección General de Psicópatas
necesidades del tratamiento o por las reacciones del paciente, resultara necesario llegar a medidas que restrinjan su libertad
La tercera, se encuentra establecida en la Ley No. 9.763, sobre aborto. En esta ley se obliga al médico que interve
complicaciones de un aborto, denunciar el hecho al Ministerio de Salud Pública pero “sin revelación de nombres”. Esta dis
extremadamente importante, pues al exigir únicamente la denuncia anónima, y no a la justicia sino al MSP, refuerza la tes
médico no está obligado en modo alguno a denunciar los delitos que conozca en su actuación como profesional. En efecto, v
artículo 360 del Código Penal que dice expresamente: “El médico partero o farmacéutico que notando en una persona o en
señales de envenenamiento u otro grave atentado no diere parte a la autoridad -esto está castigado– dentro del término de 24 h
del descubrimiento, salvo que la reserva se hallare amparada por el secreto profesional”. Entre el interés público de la persecuc
y el secreto profesional prima este último. Tan es así que, comentando esta disposición, la doctrina nacional ha señalado que “e
de derecho no es absoluto, sino que hay una salvedad prevista en el texto, referente a un caso en que a pesar de que cons
delictuosos, el profesional no tiene por qué cumplir con el preceptum legis (dar cuenta a la autoridad): cuando la reserv
amparada por el secreto profesional”. Pero es del caso agregar que la salvedad contenida en la disposición es, en verdad, el
ello porque el secreto médico es automático. No requiere solicitud del paciente. Opera de pleno derecho. No se requiere un ped
del paciente al médico dirigido a evitar la denuncia en virtud del secreto. La única manifestación que debe existir es la del p
relevar el secreto médico. O sea, desde el momento que el médico entra en contacto con el paciente o desde el momento que
ingresa a la institución ya está abarcado por el secreto. Por lo tanto y de regla, toda actuación médica conlleva ya
confidencialidad. 14. La regla entonces es que el médico debe guardar reserva de los hechos delictivos cometidos por su
conocidos en el ámbito de la relación profesional, cuando de su revelación se derive la consecuencia de exponer a su pac
acusación penal. Y el fundamento de esta aseveración es muy claro. No es posible en un Estado de Derecho poner al enfe
disyuntiva de asistirse y ser acusado penalmente, o no asistirse y poner en riesgo su vida. Decía Francesco CARRARA,
fundadores del derecho penal liberal, que “si el herido narró al cirujano que fue ofendido por Ticio, porque lo sorprendió e
conyugal o robando en su casa, el cirujano no tiene ninguna obligación de denunciar el delito que le confesara su cliente”, y
“había mayor prudencia y mejor corazón en los que castigaban a los divulgadores de las grávidas ilegítimas, que el que ha
maníacos que se obstinan en la ineficaz crueldad de castigar con la muerte a las desventuradas”. 15. Sólo en caso de prevenció
mayor conforme a los principios generales puede quebrantarse esta regla (por ej. si Ticio le dice al cirujano que luego de ser cu
a cobrarse venganza en la persona de su agresor). Pero ese mal a prevenir debe ser concreto y no puede consistir en evitar fu
del paciente, que no se sabe a la postre si serán o no cometidos. De este modo, no es justa causa de revelación denunciar a Tic
médico quiere evitar que siga robando, denunciar a la mujer con complicaciones post aborto para evitar que la clínica clandestin
operó continúe funcionando. En estos casos de peligro difuso o probable, prevalece el deber de confidencialidad, pues el méd
agente de control social y porque de extender los límites de este razonamiento, se estaría en todos los casos exponiendo al pa
la ya vista y no querida disyuntiva de asistirse y ser acusado penalmente o no asistirse y eventualmente hasta morir. No es po
en la cabeza del profesional sanitario esa obligación, y así lo han reclamado los Códigos de Etica Médica uruguayos tantas ve
en cuyo artículo 22.6 se establece que “los médicos deben reclamar a la justicia que recurra a los medios propios para investiga
delito, sin coaccionar al médico a romper su deber de fidelidad para con el paciente”. 16. Cabría plantearse el problema acerc
obligación de guardar reserva cesa en caso de que el médico sea también funcionario público, pues el artículo 177 del C
uruguayo sanciona a los funcionarios públicos que omitan denunciar los delitos “que se cometieren en su repartición o cuyo
repartición experimentara particularmente”. Estimamos que la disposición transcripta no abarca los casos que venimos analizan
que luego de un robo ingresa a un hospital público no comete un delito en el hospital ni un delito cuyos efectos experimente el h
es a lo que refiere la disposición. Por lo tanto, lo precedentemente expuesto rige por igual para médicos de instituciones privada
Este principio, sin embargo, se ve seriamente comprometido por la permisividad de algunos hospitales públicos en cuanto a
permanente de funcionarios policiales escudriñando a los pacientes que ingresan y requiriéndoles a los médicos diagnósticos q
deberían proporcionarles. 17. Por supuesto que éste principio rige cuando se expone al paciente a una acusación penal y no
está ante la víctima de un delito, como es el caso de abusos sexuales o físicos a menores, ancianos, o casos análogos
problemas vinculados al secreto médico. La historia clínica. La historia clínica integra obviamente el secreto médico, de
contiene los datos del paciente, el tratamiento y el diagnóstico. Su contenido integra entonces, sin duda alguna el secreto profe
es indiscutible. Es más, la historia clínica es un documento confidencial Por lo tanto, el único que puede autorizar la revelación o
la historia clínica es el dueño del contenido, que no es otro que el paciente. Sin embargo, es común que las instituciones pr
cierta liviandad cuando reciben pedidos judiciales, por oficios, de remisión de una historia clínica. Creo que la primera p
deberían hacerse antes de remitirla es: primero, ¿es a pedido del titular de la historia clínica? Porque si no es así, se requ
autorice por éste la remisión al juzgado. Eso con respecto a la justicia civil pero también en cuanto a las solicitudes proven
justicia penal. Y ello porque, como ya lo expusiéramos, el secreto médico no es relevable por la justicia penal. 19. Los cert
defunción. El nuevo código de la Organización Médica Colegial (OMC) del 10 de septiembre 1999 del Reino de España, estab
médico podrá revelar el secreto con discreción... Cuando certifique una defunción”. Este principio es también pacíficamente
Uruguay y sin embargo, puede plantear ciertos problemas. La muerte del paciente no desvincula al profesional de su obligación
secreto. El conflicto entre asentar la verdadera causa de la muerte en el certificado de defunción y esta supervivencia del
muerte del paciente, puede darse en casos en que los sucesores requieran al médico que no asiente la verdadera causa
provino de una enfermedad infamante (HIV por ej.). En tales casos estimamos que prima el deber de reserva y el médico deb
como causa de muerte la última afección o –sabemos que es controversial- en última instancia el paro cardio respiratorio.
médico e informatización. Indudablemente la informática y la utilización de bancos de datos son hoy en día un importante aux
la actividad médica, pero también configuran –como lo hace todo registro automatizado- un severo riesgo a la confidencialid
llevado a dictar diversas regulaciones al respecto. A saber, y en primer lugar, el contenido de la información automatizada
régimen de secreto compartido se extienda a todos aquellos que tienen acceso a los registros, incluso a los prestadores de
mantenimiento. Estos datos siguen el principio de la especificidad, es decir, solo pueden ser utilizados para la finalidad por la c
recogidos. Un segundo principio es el de la necesidad de registración. Con ello se quiere significar que sólo podrán ingresarse
datos aquellos necesarios para el tratamiento. De aquí se desprende que los datos personales, como por ejemplo, raza, relig
sexuales, solo podrán ser incluidos cuando estén directamente relacionados al tratamiento o el paciente lo consienta ex
Asimismo, es destacable también el principio de la independencia, en un doble sentido. En primer lugar, se recomienda que los
informatización utilizados en las instituciones sanitarias mantendrán una estricta separación entre la documentación
documentación administrativa; y seguidamente los bancos de datos médicos no pueden ser conectados a una red informática
Por otra parte, los estudios de auditoria con fines estadísticos o investigativos, podrán utilizar estos datos de modo que no sea
identidad del paciente. 21. Secreto médico e investigación. La confidencialidad médica no puede verse comprome
procedimientos de experimentación sometidos a protocolos de Comités de Ética. Es ilustrativo enumerar en este aspecto
contenidas en la recomendación NR (97) 5, del 13.02.97 del Comité de Ministros del Consejo de Europa, sobre Protecció
Médicos, la cual marca normas sobre el anonimato y confidencialidad en relación con la investigación. -Los datos médico
anónimos y si la modalidad de investigación no puede ser anónima, se deberá proceder con el consentimiento informado para
fines de investigación. -Cuando se trate de personas no competentes, el representante legal daría el consentimiento y sólo s
está en relación con la enfermedad del afectado. -En los proyectos de investigación médica de interés público importante, la re
los datos puede ser autorizada por los órganos designados por la ley nacional. -Se pueden dar a conocer los datos siempre que
se oponga expresamente a la revelación, que no se pueda contactar con el titular y que el interés del proyecto de investigación
autorización. -En aquellos casos de investigación previstos por la Ley por razones de salud pública. 22. Secreto médico y
genético. Los avances de la biotecnología no escapan a la problemática de la confidencialidad médica. El conflicto o colisión de
a estar dado en que las alteraciones o enfermedades genéticas trascienden al paciente individual y tienen necesariamente reper
el ámbito familiar, y especialmente en la descendencia. ¿Debe considerarse justa causa de revelación la que el médico ha
anomalía genética de su paciente a otros miembros de su propia familia? Por ejemplo, a la esposa a fin de prevenirla en cuant
descendencia, o a la descendencia con el fin de informarla que pueden sufrir la misma anomalía. Estimamos que esta situació
ser asimilable a la de las enfermedades infecto contagiosas y que el médico debe requerir el consentimiento del portador de
genética para revelarla a otros miembros de la familia en riesgo de portar la misma alteración. Sin ese consentimiento estaría
deber de sigilo. Y ello por dos razones esenciales. La primera es que existe el derecho a no saber que otros portadores
transmisores de la anomalía tienen, y la divulgación estaría quebrantando ese derecho. Incluso, en anomalías que no tienen
cura, el médico puede ampararse en el privilegio terapéutico cuando estime que la comunicación puede causar más pe
beneficios. La segunda razón, es que “La mutación de un gen no es un peligro público suficientemente serio que justifique un
coercitivas como en el caso de las enfermedades infectocontagiosas. El médico no queda liberado para poder revelar la
aunque el derecho al respeto de la confidencialidad de uno, pueda tener implicaciones nefastas para otros miembros de
23. Mantenimiento de la confidencialidad aún contra el pedido de revelación del titular del secreto. Puede haber casos e
médico esté amparado en el privilegio aún cuando la revelación sea autorizada por el titular del secreto. Un ejemplo de esta situ
estar dado por el funcionamiento de los bancos de esperma. El conocimiento del donante es obtenido por el médico en
profesión, por lo que su revelación le haría incurrir en el delito de revelación de secreto profesional establecido en el artículo 302
Penal uruguayo. En principio, la regla general es que el secreto es esencialmente disponible por el respectivo titular, y por
consentimiento por él prestado al médico excluye el delito. Pero en este caso cabe preguntarse quien es el titular del secreto. S
si los padres o si el niño concebido con semen del donante. Indudablemente aquí el secreto se vincula a mas de un derechohab
que para liberar al médico del mismo debería requerirse el consenso de todos, y si existiera conflicto entre varios co-intere
prevalecer la prohibición de develarlo. Pero es del caso preguntarse si aún cuando todos los derechohabientes consientan en
puede el médico negarse a la misma. Ha dicho al respecto BAYARDO BENGOA que "el interesado puede autorizar la re
secreto, legitimando ese acto con su aquiesencia, pero en cambio no se puede obligar al profesional a la revelación misma. E
profesional puede tener un motivo legítimo para no acceder al deseo del cliente de dar a conocer el secreto que le confiara
salvaguardar su prestigio profesional, para no prestarse a una divulgación que juzga dañosa o inoportuna, etc.) y la voluntad d
no resulta jurídicamente suficiente como para obligar al profesional a la revelación". El prestigio del propio banco de esperma, e
propuesto, es razón suficiente para ello. La hipótesis de ocurrencia de esta situación es, por cierto, poco probable. 24. Co
Quedan por cierto muchos aspectos a tratar en esta somera revista sobre los alcances del secreto médico. Nuestra intenció
este tema fue resaltar la importancia de la confidencialidad no solo como un pilar de la profesión médica sino como un pilar de
Derecho. Con firmeza hay que decir que el médico no es un informante policial, su obligación es curar y no delatar. Y
introducirnos y alertar sobre los problemas que las nuevas tecnologías biomédicas e informáticas pueden acarrear sobre el m
información privilegiada.
Fuente http://www.adriasolaclavijo.com/publicaciones.php?b=a&n=20

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