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Amazonia Colombiana

Geografía, Ecología y Ambiente

Hugo Hernando Rincón López

Universidad de la Amazonia
Facultad de Ciencias de la Educación
Programa de Ciencias Sociales
AMAZONIA COLOMBIANA
GEOGRAFÍA, ECOLOGÍA Y AMBIENTE

HUGO HERNANDO RINCÓN LÓPEZ


Magíster en Geografía con énfasis en Ordenamiento Territorial
Geógrafo. Matrícula Profesional No. 009/2005
Especialista en Alternativa de Desarrollo Sostenible para la Amazonia Colombiana
Especialista en Desarrollo de Áreas Amazónicas
Licenciado en Ciencias Sociales

UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
PROGRAMA DE CIENCIAS SOCIALES
Florencia, 2011

ii
INTRODUCCIÓN
La Amazonia es la región de bosque húmedo tropical más grande de la tierra y por
sus condiciones ambientales y ecológicas, una de las de mayor diversidad
biológica y de alternativas para fomentar un desarrollo con base en el
aprovechamiento sostenible de los recursos naturales mediante el mantenimiento
de todos los procesos biológicos que allí se presentan.

Es innegable el valor que tiene como hábitat de una gran diversidad de especies
de flora, fauna y microfauna. Además, la Amazonia es un gran reservorio de agua
dulce de la tierra, pues contiene la quinta parte del agua disponible para el
consumo humano y otros usos. Adicionalmente, en ella habitan importantes
poblaciones humanas desde hace miles de años desarrollando sistemas de
producción, reproducción, conservación, uso y manejo sin causar mayor daño al
ecosistema amazónico.

Igualmente, la Amazonía constituye uno de los más importantes controles


climáticos de la tierra, pues con su inmensa masa boscosa y gran cantidad de
agua, ayuda a mantener el equilibrio térmico y el ciclo hidrológico a nivel global.

Con el ánimo de ampliar nuestros conocimientos sobre esta inmensa e importante


región se ha elaborado este módulo el cual está estructurado en cuatro unidades
con sus respectivos capítulos, de la siguiente manera:

Primera Unidad : Amazonia Continental o Panamazonia


Segunda Unidad : Caracterización Geográfica de la Amazonia Colombiana
Tercera Unidad : Caracterización Ecología de la Amazonia Colombiana
Cuarta Unidad : Problemática Ambiental Amazónica

El módulo se acompaña de una serie de mapas, cuadros y figuras actualizados


para mayor comprensión de las temáticas.

HUGO HERNANDO RINCÓN LÓPEZ


Geógrafo, M.Sc.

iii
CONTENIDO
Pág.

INTRODUCCIÓN iii

PRIMERA UNIDAD: AMAZONIA CONTINENTAL O PANAMAZONIA 1

CAPÍTULO PRIMERO: BOSQUE TROPICAL HÚMEDO 2


1. ZONA TROPICAL HÚMEDA DE LA TIERRA 2
2. BOSQUE TROPICAL HÚMEDO 2

CAPÍTULO SEGUNDO: AMAZONIA CONTINENTAL O PANAMAZONIA 5


1. AMAZONIA CONTINENTAL O PANAMAZONIA 5
2. DEFINICIONES DE LA AMAZONIA 6
2.1 CUENCA AMAZÓNICA O AMAZONIA HIDROGRÁFICA 6
2.2 SELVA AMAZÓNICA O AMAZONIA SELVÁTICA 8
2.3 AMAZONIA LEGAL O REGIÓN DEL TCA 10

CAPÍTULO TERCERO: REGIONALIZACIÓN DE LA AMAZONIA CONTINENTAL 12


1.1 PAÍSES ANDINO - AMAZÓNICOS 12
1.2 PAÍSES DE LA GUAYANAS 13
1.3 EL BRASIL 14
2. GRANDES REGIONES DE LA AMAZONIA 15
2.1 EL MACIZO Y LA PENIPLANICIE DE LAS GUAYANAS 15
2.2 EL MACIZO CENTRAL BRASILEÑO 17
2.3 LA PLANICIE AMAZÓNICA 19
2.4 LA REGIÓN ANDINO - AMAZÓNICA 20

CAPÍTULO CUARTO: HISTORIA Y CULTURA DE LA AMAZONIA 22


1. OCUPANTES PRECOLOMBINOS DE LA AMAZONIA 22
2. CONFIGURACIÓN DEL TERRITORIO 26

CAPÍTULO QUINTO: ORGANIZACIONES PANAMAZÓNICAS 28


1. EL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA 28
2. LA ASOCIACIÓN DE UNIVERSIDADES AMAZÓNICAS 31
3. CONSORCIO INICIATIVA AMAZÓNICA 32

CAPÍTULO SEIS: MITOS DE LA AMAZONIA 36L


1. EL MITO DE LA HOMOGENEIDAD 36
2. EL MITO DEL VACÍO AMAZÓNICO 38
3. EL MITO DE LA RIQUEZA Y LA POBREZA 39
4. EL MITO DEL PULMÓN DE LA TIERRA 40
5. EL MITO DEL INDÍGENA FRENO DEL DESARROLLO 41
6. EL MITO DE LA AMAZONIA COMO SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS 42

iv
7. EL MITO DE LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA AMAZONIA 42

SEGUNDA UNIDAD: CARACTERIZACIÓN GEOGRÁFICA DE LA


AMAZONIA COLOMBIANA 44

CAPÍTULO PRIMERO: CARACTERIZACIÓN ESPACIAL 45


1. DEFINICIONES DE LA AMAZONIA COLOMBIANA 45
1.1 CUENCA AMAZÓNICA O AMAZONIA HIDROGRÁFICA 45
1.2 SELVA AMAZÓNICA O AMAZONIA SELVÁTICA 46
1.3 REGIÓN DEL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA 46
1.4 DOMINIO AMAZÓNICO O REGIÓN AMAZÓNICA COLOMBIANA 47
2. REGIONALIZACIÓN 47
5. ORDENAMIENTO DEL TERRITORIO 54
6. ÁREAS PROTEGIDAS 55
6.1 PARQUES Y RESERVAS NACIONALES NATURALES 57
6.2 RESERVA FORESTAL DE LA AMAZONIA 58

CAPÍTULO SEGUNDO: CARACTERIZACIÓN SOCIOECONÓMICA 59


1. POBLACIÓN 49
1.1 POBLACIÓN INDÍGENA 49
1.1.1 Patrones de asentamiento 42
1.1.2 Tenencia de la tierra 42
1.2 POBLACIÓN NO INDÍGENA 43
1.2.1 La colonización 44
1.2.2 Tenencia de la tierra 47
2. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN 48
3. ANÁLISIS DEMOGRÁFICO 48
4. CARACTERIZACIÓN SOCIAL 51
5. CARACTERIZACIÓN ECONÓMICA 52

CAPÍTULO TERCERO: CARACTERIZACIÓN BIOFÍSICA 56


1. GEOLOGÍA 56
1.1 HISTORIA GEOLÓGICA 56
1.2 GEOLOGÍA ACTUAL 58
2. GEOMORFOLOGÍA 60
2.1 GRAN PAISAJE DE MONTAÑA 60
2.2 GRAN PAISAJE DE PIEDEMONTE 62
2.3 GRAN PAISAJE DE LOMERÍO AMAZÓNICO 63
2.4 GRAN PAISAJE DE VALLE ALUVIAL 64
2.5 GRAN PAISAJE DE PLANICIE AMAZÓNICA 65
2.6 GRAN PAISAJE DE SUPERFICIE DE APLANAMIENTO 66
3. CLIMA 68
3.1 DINÁMICA DEL CLIMA EN LA AMAZONIA 68
3.2 FAJA ECUATORIAL 72
3.3 CLASIFICACIÓN CLIMÁTICA 72
4. VEGETACIÓN 73
4.1 FORMACIONES DE LA PLANICIE DEL TERCIARIO Y CUATERNARIO 75

v
4.2 FORMACIONES DE PIEDEMONTE Y MONTAÑA 75
4.3 FORMACIONES DEL MACIZO DE LAS GUAYANAS 75
4.4 FORMACIONES DE LA LLANURA Y VALLES ALUVIALES 77
4.5 FORMACIONES DE LA REGIÓN DE LA MACARENA 78
4.6 FORMACIONES DE SELVA TRANSICIONAL NORTE 78
5. SUELOS 79
5.1 GENERALIDADES 79
5.2 FORMACIÓN DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS 80
5.3 TIPOS DE SUELOS AMAZÓNICOS 81
5.3.1 Suelos de montaña 82
5.3.2 Suelos de piedemonte 83
5.3.3 Suelos de lomerío amazónico 84
5.3.4 Suelos de valles aluviales 84
5.3.3 Suelos de planicie amazónica 85
5.3.4 Suelos de superficie de aplanamiento 86
5.4 TAXONOMÍA DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS 86
6. AGUAS 87
6.1 CLASIFICACIÓN DE LAS AGUAS 87
6.2 CICLO HIDROLÓGICO 88
6.3 CICLO BIOLÓGICO DE LOS PECES 89
6.3.1 Aspectos migratorios 91
6.3.2 Aspectos tróficos 92
6.3.3 Aspectos reproductivos 93
6.4 CICLO BIOLÓGICO DE LAS TORTUGAS Y OTROS REPTILES 94
7. FAUNA 94
7.1 FAUNA ACUÁTICA 96
7.2 AVIFAUNA 97
7.3 MAMÍFEROS 98
7.4 INSECTOS 99

TERCERA UNIDAD: CARACTERIZACIÓN ECOLOGÍA DE LA


AMAZONIA COLOMBIANA 102

CAPIÍTULOS PRIMERO: DINÁMICA DEL ECOSISTEMA AMAZÓNICO 105


1. EL FLUJO DE LA ENERGÍA EN EL ECOSISTEMA AMAZÓNICOS 105
2. EL CICLO DE LOS NUTRIENTES 108
3. ESTRUCTURA DE LA SELVA AMAZÓNICA 110
4. INTERACCIONES ECOLÓGICAS 111

CAPÍTULO SEGUNDO: CARACTERIZACIÓN ECOSISTÉMICA 116


1. LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA 116
1.1 ARGUMENTOS QUE EXPLICAN LA BIODIVERSIDAD 118
1.1.1 Los refugios pleistocénicos 118
1.1.2 La radiación solar 118
1.1.3 El aislamiento geográfico 118
1.1.4 La diferencia de hábitats 118
1.1.5 La especiación en el mismo lugar 119

vi
1.1.6 La inexistencia de un factor limitante único 119
1.2 LA IMPORTANCIA DE LA BIODIVERSIDAD 119
1.2.1 Valor ecológico y social 119
1.2.2 Valor económico directo 120
1.2.3 Valor económico indirecto 120
2. REGENERACIÓN NATURAL DE LA SELVA 121
3. RESUMEN DE LA DINÁMICA DE LOS ECOSISTEMAS AMAZÓNICOS 123
3.1 ESPECIFICIDAD 123
3.2 ESTRATIFICACIÓN 124
3.3 REGENERACIÓN 124
3.4 LEJANÍA O DISTANCIA ENTRE LOS INDIVIDUOS DE LA MISMA ESPECIE 124
3.5 POLINIZACIÓN 124
3.6 DISPERSIÓN DE SEMILLAS 125
3.7 RECICLAJE DE NUTRIENTES 125
3.8 CICLO HIDROLÓGICO 125
3.9 ESTACIONALIDAD 125
3.10 HETEROGENEIDAD ESPACIAL 125

CUARTA UNIDAD: PROBLEMÁTICA AMBIENTAL AMAZÓNICA 128

CAPÍTULO PRIMERO: LA AMAZONIA Y LOS PROBLEMAS GLOBALES 131


1. LA AMAZONIA Y EL CLIMA DE LA TIERRA 131
2. LA AMAZONIA Y EL EFECTO DE INVERNADERO 133
3. LA AMAZONIA Y LA DEFORESTACIÓN 135
3.1 EXTINCIÓN DE LA BIODIVERSIDAD 135
3.2 EL CICLO DEL AGUA 135
3.3 LOS SUELOS Y EL CICLO DE LOS NUTRIENTES 136
3.4 LAS CADENAS TRÓFICAS 138

CAPÍTULO SEGUNDO: LA AMAZONIA Y LOS PROBLEMAS REGIONALES 140


1. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN FORESTAL 140
2. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN MINERA 141
3. PROBLEMAS DE LA GANADERIZACIÓN 142
4. PROBLEMAS DE LOS CULTIVOS ILÍCITOS 144
5. PROBLEMAS DE LA URBANIZACIÓN 148

BIBLIOGRAFÍA 153

vii
LISTA DE CUADROS

Pág.

Cuadro 1. Cuenca amazónica 6


Cuadro 2. Selva amazónica 6
Cuadro 3. Países amazónicos y su área amazónica 8
Cuadro 4. División política - administrativa 28
Cuadro 5. Figuras de ordenamiento del territorio 36
Cuadro 6. Parques y reservas nacionales naturales 37
Cuadro 7. Áreas de sustracción de la reserva forestal de la Amazonia 39
Cuadro 8. Familias ligüísticas 41
Cuadro 9. Dominio territorial indígena 43
Cuadro 10. Evolución histórica de la población 50
Cuadro 11. Eras, eventos y formaciones geológicas de la Amazonia colombiana 60
Cuadro 12. Transferencias de nutrientes minerales de la vegetación al suelo 109
Cuadro 13. Especies de la tierra 116

LISTA DE FIGURAS

Figura 1. Bosques tropicales húmedos del mundo 5


Figura 2. Áreas comparativas de la cuenca y la selva amazónicas 7
Figura 3. Amazonia continental 9
Figura 4. Grandes regiones de la Amazonia continental 10
Figura 5. Organigrama de la OTCA 19
Figura 6. Países del Tratado de Cooperación Amazónica 20
Figura 7. Amazonia colombiana 41
Figura 8. Selva amazónica colombiana 30
Figura 9. Regiones de la Amazonia colombiana 34
Figura 10. Familias ligüísticas 41
Figura 11. Población indígena por departamentos 43
Figura 12. Área de resguardos por departamentos (km2) 43
Figura 13. Distribución espacial y temporal de la población (1938-2000) 50
Figura 14. Mapa geológico de la Amazonia 59
Figura 15. Masas de aire en enero 70
Figura 16. Masas de aire en julio 71
Figura 17. Utilización de la energía solar 106
Figura 18. Estratos del bosque 111
Figura 19. Reciclaje de las lluvias en la Amazonia 132
Figura 20. Balance hidrológico en la Amazonia 137
Figura 21. Distribución espacial de los cultivos ilícitos 144

viii
CAPÍTULO PRIMERO
LOS BOSQUES TROPICALES HÚMEDOS

1. ZONA TROPICAL DE LA TIERRA

La zona tropical de la Tierra hacen referencia, de manera amplia, a toda la franja


latitudinal comprendida entre los 25° norte y sur del Ecuador geográfico, un poco
más allá de los trópicos de Cáncer y Capricornio, incluyendo la zona ecuatorial, y
cubre aproximadamente el 42% de la superficie terrestre. En esta zona el área
potencial de bosques constituye alrededor de 48,6 millones de km2, distribuidos en
un 52% de bosques secos y un 48% de bosques húmedos.

Hay aproximadamente 70 países que se encuentran en la región de los bosques


tropicales, que abarca 23 países en América, 31 en África, y 16 en Asia y
Oceanía.

Mapa 1. Distribución de los bosques tropicales

FUENTE: Ofosu-Asiedu, 2005

2. BOSQUES TROPICALES HÚMEDOS

El término genérico de "bosques húmedos" fue utilizado por primera vez en 1898
por el botánico alemán Schimper, para describir los bosques que crecen en un
ambiente húmedo. Los bosques húmedos se pueden hallar en cualquier lugar
donde las precipitaciones medias anuales sean superiores a los 2.000 mm,

2
proporcionalmente distribuidas durante todo el año. Bajo estas condiciones, estos
bosques se encuentran tanto en las regiones templadas como en las tropicales.
El término específico de "bosques tropicales húmedos" se refiere a los bosques
húmedos ubicados en la zona tropical y más particularmente en la zona ecuatorial
(10º norte y sur del Ecuador terrestre) del globo Terrestre. La zona ecuatorial
ocupa una faja de 17,36% de la superficie de la tierra y está repartida entre África
(18%), Sureste Asiático y Oceanía (26%) y Suramérica y Centro América (56%).

Esta significativa proporción suramericana corresponde principalmente a las


selvas húmedas de las cuencas de los ríos Amazonas, Orinoco y de los ríos del
escudo Guayanés de la vertiente del Atlántico, las cuales conforman en conjunto
la cobertura vegetal más grande en forma continua del mundo, la selva
amazónica.

Mapa 2. Distribución de los bosques tropicales húmedos

FUENTE: STRAHLER, Arthur. Geografía física, 1988.

El Bosque Tropical Húmedo es el bioma más complejo de la tierra en términos de


su estructura y diversidad de especies. Ocurre bajo condiciones ambientales
óptimas para la vida: disponibilidad de calor durante todo el año y abundante
precipitación. No hay estaciones de crecimiento e hibernación como en las zonas
templadas de los hemisferios norte y sur.

La luz del sol en el bosque húmedo tropical es un factor condicionante importante.


Una variedad de estrategias han desarrollado las especies para obtener luz o
adaptarse a una baja intensidad de la misma por debajo del dosel

3
Los Bosques Tropicales Húmedos presentan, a nivel general, las siguientes
características:

 Altas precipitaciones durante todo el año por encima de los 2.000 mm. Ningún
mes es considerado seco ya que las precipitaciones mínimas mensuales son
superiores a 100 mm, por tanto, la humedad relativa siempre es elevada.

 No existen estaciones térmicas debido a que el Sol permanece cerca de la


vertical durante todo el año.

 Existe megaisotermia, es decir, altas temperaturas constantes durante todo el


año, debido a que los rayos del Sol inciden con ángulos grandes a lo largo del
año.

 Hay períodos de lluvias y períodos secos en el año, que se pueden distribuir en


dos regímenes pluviométricos: el monomodal o unimodal, el cual presenta un
período largo de lluvias seguido de un período corto de sequía; y el bimodal,
caracterizado por dos períodos de lluvias durante el año intercalados por dos
cortos períodos secos.

 El parámetro climático que determina las condiciones del clima es la


precipitación a diferencia de otras regiones de la Tierra donde la temperatura
es la que juega el papel principal.

 Existe una gran diversidad biológica de especies de flora, fauna y


microorganismos constituyéndose en la región más megabiodiversidad de la
Tierra.

 A nivel general, existen suelos oligotróficos, pobres en la fase mineral pero


ricos en la fase orgánica.

 Existe una vegetación exuberante, ocupando diferentes estratos verticales, con


unas complejas interacciones ecológicas y ciclos biogeoquímicos que permiten
que el sostenimiento de árboles de gran porte.

El área más representativa de los bosques ecuatoriales húmedos es la Selva


Amazónica, que cubre un área cercana a los 8 millones de km2 (7.989.004 km2),
distribuidos en nueve (9) países suramericanos (Gutiérrez, Acosta y Salazar,
2004).

4
CAPÍTULO SEGUNDO
AMAZONIA CONTINENTAL O PANAMAZONIA

1. AMAZONIA CONTINENTAL O PANAMAZONIA

El concepto de Amazonia Continental o Panamazonia se refiere a toda la


Amazonia, llámese Amazonia suramericana, Región Amazónica, Cuenca
Amazónica, Selva Amazónica o Gran Amazonia. Aunque exista disparidad de
criterios para definir la Amazonia, los términos Amazonia Continental o
Panamazonia hacen referencia a toda el área considerada no importa el criterio
adoptado.

2. DEFINICIONES DE LA AMAZONIA

No es fácil definir la Amazonia pues existen diversos enfoques, criterios y


representaciones espaciales, todos ellos válidos, para hacerlo. Si la base de la
que se parte para definirla no es bien entendida, pueden aparecer divergencias
muy marcadas. Por ejemplo, suelen leerse datos muy diferentes sobre su
extensión, pues una cosa es tratar de la Cuenca Amazónica, o de la Selva
Amazónica y otra muy diferente es de hablar de la región incluida dentro del
Tratado de Cooperación Amazónica, llamada por algunos países como Amazonia
Legal.

También hay definiciones político-administrativas de la Amazonia, que dependen


de cada país, como es el caso de la denominada Amazonia Legal del Brasil o de
Colombia que considera Amazónicos solo seis departamentos (Amazonas,
Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés). Por eso, lo primero que el
lector debe hacer al leer datos sobre esta región es familiarizarse con el criterio
seleccionado por el autor.

Por otro lado, la Amazonia no es de ninguna manera una unidad homogénea; es


la unidad de la diversidad, pues contiene una gran heterogeneidad ecológica,
geográfica, geológica, geomorfológica, hidrológica, edáfica, climática, florística y
faunística, y también cultural. No obstante, a pesar de esas variaciones,
especialmente marcadas en las vertientes andinas, la mayor parte de la región se
reconoce por su clima cálido y húmedo que hace posible una vegetación de selva
tropical húmeda.

A nivel general las definiciones más usadas para referirse a la Amazonia, son las
siguientes:

5
Cuenca Amazónica o Amazonia Hidrográfica, Selva Amazónica o Amazonia
selvática y Amazonia Legal o Región Amazónica del Tratado de Cooperación
Amazónica.

2.1 CUENCA AMAZÓNICA O AMAZONIA HIDROGRÁFICA

En términos hidrográficos (de acuerdo con la extensión del sistema conformado


por el río Amazonas y sus miles de tributarios), la cuenca Amazónica comprende
un área de 7. 285.617 kilómetros cuadrados (Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004),
compartida por seis países: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela,
con la siguiente distribución superficial:

Mapa 3. Distribución de la cuenca hidrográfica del río Amazonas

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004.

Cuadro 1. Cuenca amazónica


2
PAÍS EXTENSIÓN (km ) %
BOLIVIA 824.000 11,3
BRASIL 4.989.361 68,5
COLOMBIA 339.505 4,7
ECUADOR 123.000 1,7
PERÚ 956.751 13,1
VENEZUELA 53.000 0,7
TOTAL 7.285.617 100.0
FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004 y ajustado Rincón, 2011

6
Desde el punto de vista de la Cuenca Hidrográfica del río Amazonas, se incluyen
los territorios andino-amazónicos de los países cuyos ríos nacen en el sistema
Andino Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) y que drenan sus aguas al río
Amazonas, incluyendo su nacimiento en los Andes peruanos.

El río Amazonas recorre una extensa y valiosa área de vida natural y cultural,
transmitiendo sensaciones de vastedad y majestuosidad, y es reconocido por ser
el más largo, caudaloso, ancho y profundo del planeta.
Figura 1. Quebrada Apacheta La expedición ―Amazon Source‖ de 1996, en su
informe científico, da cuenta de que el Amazonas
tiene origen en la quebrada Apacheta, la cual
nace en la base del nevado Quehuisha (5.170
msnm), en la posición 15°31’05’’ latitud sur y
71°45’55’’ longitud oeste, en los Andes Peruanos
(Arequipa). Luego de un pequeño recorrido, la
Apacheta recibe las aguas del río Cacansa,
primero, y a continuación las del Sillanque. En la
confluencia de los ríos Carhuasanta y Apacheta,
el Apacheta adopta el nombre de Loqueta, que
corre de sur a norte. El río Carhuasanta baja del
nevado Choquecorao. Los nevados Quehuisha y
Choquecorao pertenecen a la cordillera Chila,
una sección de la cordillera occidental de los
Andes.
FUENTE: PNUMA/OTCA, 2009

El Informe precisa que la quebrada Apacheta se considera el manantial principal,


sobre la base de los siguientes criterios: volumen de descarga de agua (la
quebrada Apacheta descarga seis veces más agua que la quebrada Carhuasanta)
y morfológico, que corresponde al trabajo que hace el río en la definición de su
cauce a lo largo del tiempo (PNUMA/OTCA, 2009).

El río Amazonas hace un recorrido de 7.000 km aproximadamente, hasta


desembocar en el océano Atlántico. Cabe precisar que la determinación exacta de
la longitud del Amazonas es compleja, debido a los desplazamientos de su curso,
sobre todo cuando forma meandros divagantes en la zona del río Ucayali (Novoa,
1997; Martini y otros, 2007).

El ancho del río varía según la creciente. El máximo relativo es de 5 km, aunque
en la época de creciente, en algunos sectores, las inundaciones cubren entre 20 y
50 km más allá de ambas riberas. En su cauce se ubican numerosas islas que a
veces forman un laberinto de canales. En la desembocadura del Amazonas el
ancho del delta es de 320 km. Los dos principales brazos fluviales del delta,

7
Macapá y Pará, forman la isla Marajó, que es la mayor isla fluvial de América del
Sur y del mundo con 48.000 km² (PNUMA/OTCA, 2009).

CARACTERÍSTICAS DESTACADAS DE LA CUENCA Y DEL RÍO AMAZONAS

1. El río Amazonas es el río más largo del mundo, con 6.992,06 km (Instituto
Nacional de Pesquisas Espaciais, 2008).

2. El río Amazonas tiene la cuenca hidrográfica más extensa del planeta.

3. El río Amazonas tiene el mayor volumen de descarga de agua (220.000 m³ por


segundo, en promedio). Transporta más agua que los ríos Missouri-Mississippi, Nilo
y Yangtsé juntos.

4. El río Amazonas tiene más de 1.000 tributarios y 3 de ellos tienen más de 3.000
km de longitud (ríos Madeira, Purús y Yuruá).

5. Las cuencas tributarias más importantes del río Amazonas tienen su origen en la
cordillera de los Andes; los otros tributarios provienen de las mesetas guayanesas,
brasileña y sectores colindantes con la cuenca del Orinoco en Colombia.

6. La Amazonia aporta aproximadamente el 20% del agua dulce que fluye de los
continentes a los océanos.

7. El bosque amazónico representa más de la mitad del bosque húmedo tropical del
planeta.

8. Es una región megadiversa: Brasil y Colombia, países amazónicos, tienen un


tercio de las plantas vasculares conocidas en el mundo. El Perú registra la marca
mundial con el mayor número de especies de mariposas.

9. Expresión de diversidad cultural: 420 pueblos indígenas diferentes, 86 lenguas y


650 dialectos. Aproximadamente 60 pueblos en situación de aislamiento.

FUENTE: PNUMA/OTCA, 2009

2.2 SELVA AMAZÓNICA O AMAZONIA SELVÁTICA

Comprende el conjunto de selvas tropicales húmedas de América del Sur, que


abarca las selvas de los ríos Amazonas y Orinoco y las selvas de la región de las
Guayanas. Cubre una superficie de 7.989.004 kilómetros cuadrados distribuidos
en ocho (8) países (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y
Venezuela) y la Guayana Francesa (territorio de Francia). La selva amazónica
constituye la mayor superficie forestal del planeta.

Por países su distribución es como sigue:

8
Cuadro 2. Selva amazónica
2
PAÍS EXTENSIÓN (km ) %
BOLIVIA 558.000 7,0
BRASIL 5.144.000 64,8
COLOMBIA 477.274 6,6
ECUADOR 130.000 1,6
GUAYANA FRANCESA 63.700 0,8
GUYANA 164.997 2.1
PERÚ 774.000 9,8
SURINAM 150.000 1,9
VENEZUELA 473.307 6,0
TOTAL 7.935.978 100.0
FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004 y ajustado Rincón, 2011

Mapa 4. Distribución de la selva amazónica

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004.

El área de la selva amazónica es mayor que el área de la cuenca sobrepasándola


en un 8,2% (650.361 km2). Guyana, Surinam y Guayana Francesa por pertenecen
a la cuenca amazónica pero poseen cobertura de selva (Domínguez, 1987).

La selva amazónica ha venido siendo intervenida por diferentes actores y con


diversos fines, especialmente para el desarrollo de ganadería extensiva, cultivos

9
lícitos e ilícitos, minería y extracción de hidrocarburos, lo cual ha generado que
inmensas áreas boscosas hayan sido reemplazadas por otras coberturas. De otra
parte, existen dentro de la selva algunos enclaves con vegetación no boscosa,
tales como, sabanas, cerrados, caatingas, igapós, eriales, suelos desnudos de las
estructuras rocosas, entre otros. Si se sustraen las áreas con otro tipo de
vegetación, la extensión de la cobertura de selva se estima en 6.885.799 km2
(Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004). De esta manera, el área de la selva
amazónica varía permanentemente en virtud de las tasas anuales de
deforestación.

2.3 AMAZONIA LEGAL O REGIÓN DEL TRATADO DE COOPERACIÓN


AMAZÓNICA

De conformidad con el Tratado de Cooperación Amazónica - TCA (desde 1995


Organización del Tratado de Cooperación Amazónica – OTCA), los países
considerados Amazónicos son ocho: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana,
Perú, Surinam y Venezuela. La Guayana Francesa, aunque posee selva
amazónica, no es considerada un país amazónico en el marco del Tratado, ya que
se trata de un territorio perteneciente a Francia.

El área cubierta por el Tratado de Cooperación Amazónica - TCA de acuerdo con


el territorio incluido por cada país es de 7.574.085 km2 (Gutiérrez, Acosta y
Salazar, 2003) y se distribuye en cada país amazónico de la siguiente manera:

Cuadro 3. Países amazónicos y su área amazónica


2
PAÍS EXTENSIÓN (km ) %
BOLIVIA 600.000 7,9
BRASIL 5.144.800 67,9
COLOMBIA 403.348 5,3
ECUADOR 131.000 1,7
GUYANA 215.000 2,8
PERÚ 756.992 10,0
SURINÁM 142.800 1,9
VENEZUELA 180.145 2,4
TOTAL 7.574.085 100.0
FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004 y ajustado Rincón, 2011

El área que cada país incluyó en el marco del Tratado de Cooperación Amazónica
– TCA, obedece a criterios político – administrativos o legales, sin tener en cuenta
las superficies de la cuenca ni de la selva amazónicas.

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Mapa 5. Región del Tratado de Cooperación Amazónica - TCA

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004.

11
CAPÍTULO TERCERO
REGIONALIZACIÓN DE LA AMAZONIA CONTINENTAL

1. CLASES DE PAÍSES AMAZÓNICOS

Los países pertenecientes a la Amazonia Continental o países Panamazónicos, se


pueden agrupar en tres clases, de acuerdo con sus características derivadas de
su localización geográfica y evolución histórica y cultural:

1.1 PAÍSES ANDINO-AMAZÓNICOS

Son aquellos países que comparten simultáneamente los Andes y la Amazonia.


Ellos son: Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela.

Los países Andino-Amazónicos tienen ya una larga trayectoria de relaciones muy


estrechas: históricamente se han desarrollado en forma paralela y por lo tanto, se
enfrentan a problemáticas similares; tienen economías y culturas muy semejantes;
comparten el Español como su idioma natal; mantienen estrechos vínculos
comerciales, tienen un legado histórico común con el libertador Simón Bolívar e
hicieron parte de la denominada ―Gran Colombia‖, en el siglo XIX.

En cuanto a la cooperación internacional tienen la experiencia del Pacto Andino y


del Tratado de Cooperación Amazónica. También del megaproyecto de
construcción de la Carretera Marginal de la Selva, que parte desde Santa Cruz de
la Sierra en Bolivia, pasa por Perú, Ecuador y Colombia, siguiendo el cinturón del
piedemonte Andino hasta terminar en los llanos de Venezuela.

1.2 PAÍSES DE LA REGIÓN DE LAS GUAYANAS

Son los países de la orla Atlántica que no pertenecen a la Cuenca Amazónica pero
si a la Amazonia Selvática y, por tanto, son del dominio Amazónico, por tener la
mayor parte de su territorio cubierto por selvas tropicales húmedas. Estos países
son: Guyana y Surinam.

Guyana era una colonia de Inglaterra y Surinam de Holanda, territorios que


alcanzaron su independencia en 1970 y 1975 respectivamente.

Estos dos países tienen sus mayores vínculos con Estados Unidos y Europa
(principalmente con Inglaterra y Holanda, sus antiguas metrópolis) y muy pocos
con los países Suramericanos incluidos los Amazónicos, no obstante de
pertenecer al Tratado de Cooperación Amazónica. Comparten el Inglés como su
idioma natal.

12
1.3 EL BRASIL

El Brasil, por la magnitud de su territorio, por concentrar cerca del 68% del área de
la Región del Tratado de Cooperación Amazónica, por su historia y cultura muy
diferente a los demás países amazónicos, su idioma el Portugués, y en general por
su nivel de desarrollo, constituye por sí mismo, una modalidad especial de país
amazónico.

Posee los centros urbanos más grandes de la Amazonia, como Manaos y Belém
del Pará, ubicados en la planicie amazónica a lo largo del río Amazonas. Por
tanto, concentra la mayor densidad de población amazónica.

En los años sesenta concibió un megaproyecto vial para conectar toda la


Amazonia con el océano Atlántico, la carretera Transamazónica, la cual tenía
proyectado construir cerca de 8.000 km de longitud partiendo del puerto sobre el
Atlántico João Pessoa en el Estado de Paraiba hasta Tabatinga en el Estado de
Amazonas, en la frontera con Colombia. Dada las dificultades para construir
proyectos viales en la Amazonia por falta de material de afirmado y por la cantidad
de áreas inundables, hasta hoy solamente existen algunos tramos construidos.

Mapa 7. Carretera Transamazónica

2. GRANDES REGIONES GEOMORFOLÓGICAS DE LA AMAZONIA

Teniendo en cuenta las grandes unidades geomorfológicas, es posible diferenciar


cuatro grandes regiones en la Amazonia Continental: el Macizo y la Planicie de

13
las Guayanas, el Macizo Central Brasileño, la Planicie Amazónica (Terciaria y
Cuaternaria) y la Región Andino- Amazónica.

Mapa 8. Grandes regiones geomorfológicas de la Amazonia continental

Serranías y Mesas del Macizo


Guayanés
Macizo y Planicie Guayanesa

Macizo Central Brasileño

Región Anido Amazónica

Planicie Amazónica Terciaria

Planicie Amazónica Cuaternaria

FUENTE: Domínguez, 1987.

2.1 EL MACIZO Y LA PENIPLANICIE DE LAS GUAYANAS

Esta gran área, también denominada Amazonia Septentrional, ocupa la mayor


parte del espacio entre los ríos Amazonas y Orinoco. Está caracterizada por la
presencia de macizos montañosos, serranías, mesetas, domos aislados
(geoformas llamadas genéricamente ―tepuyes‖) y planicies arenosas.

Como basamento de esta región se encuentran los restos precámbricos de una


gran formación de rocas cristalinas, destruidas por la acción de más de 500
millones de años de erosión y movimientos orogénicos. Sobre este tipo de rocas
de tipo ígneo-metamórfico, o junto con ellas, subyacen profundos estratos de
rocas sedimentarias del Paleozoico y del Mesozoico de muy poco plegamiento.
Por eso al ser fracturadas y destruidas las formaciones sedimentarias por los
elementos del ciclo erosivo terrestre, aparecen mesas de cortes aserrados donde
se pueden observar los estratos de areniscas y conglomerados, en capas
horizontales muy potentes.

14
En otros casos se han conservado núcleos cristalinos muy duros que han resistido
los procesos erosivos y por consiguiente, sobresalen en las planicies como
―montañas islas o inselbergs‖ en forma de enormes melones o ―panes de azúcar‖
de extraordinaria belleza, como es el caso del cerro o Piedra del Cocuy en el río
Negro.

El proceso de envejecimiento del Macizo de las Guayanas ha convertido la mayor


parte de su antigua estructura en una gran planicie. Este tipo de planicie resultado
de la erosión o peniplanicie, rodea actualmente algunos relictos montañosos
alargados formando la mayor parte de las fronteras de Brasil con Venezuela y las
Guayanas.

Figura 2. Macizo de la Guayanas

15
En esta región las montañas se elevan considerablemente en algunos sitios, como
en el cerro de la Neblina (3.014 msnm) su mayor altitud, o en el cerro Roraima
(2.875 msnm), sin embargo, la altura media del resto de estas sierras fluctúa entre
los 1.000 y 2.000 msnm. En las altas montañas se encuentran las cabeceras de
importantes ríos, resultante de la alta humedad predominante en ellas. Allí nacen
entre otros el Orinoco, el Branco, el Essequibo y el Caura, que alcanzan caudales
extraordinarios. Algunos se desprenden entre espectaculares cascadas de varios
centenares de metros sobre ingentes escarpes (entre las cuales se halla el salto
Ángel, de 972 m considerada la caída de agua más alta del mundo, situada en el
estado de Bolívar, Venezuela) o a través de profundas gargantas en neblinas
persistentes.

Este conjunto orográfico presenta grandes depósitos de hierro en las cercanías del
Orinoco medio, diamantes, manganeso, oro, amatista, uranio, aluminio, etc. A una
larga lista de depósitos minerales hay que agregar las posibilidades energéticas
que ofrecen los ríos del área.

La peniplanicie se presenta como una extensa llanura cubierta de selvas bajas y


con suelos en su mayor parte arenosos, muy pobres. Debajo de la arena
subyacen rocas ígneo-metamórficas y estratos de areniscas, a lo largo de miles de
kilómetros, entre el territorio de Amapá en el Brasil, al oriente y las cercanías de
las estribaciones andinas en Colombia, al occidente.

En las planicies orientales de Colombia aparecen esparcidas algunas mesas y


tepuyes, tales como el complejo de las mesas y los cerros de Iguaje y
Chiribiquete, que alcanzan elevaciones hasta de 1.300 msnm, aproximadamente y
la Serranía de la Macarena, cuyas cimas exceden los 2.500 msnm. Además
pueden mencionarse la mesa o escarpa de Araracuara, los cerros de Cupatí o la
Pedrera, Isibucure y Mitú y la Serranía de Naquén, así como numerosos
inselbergs, como los cerros de Mavecure y los existentes en las proximidades del
río Guainía.

Las oscilaciones climáticas reiteradas durante millones de años han actuado cada
una a su manera para determinar ese paisaje en el que alternan geoformas origen
de la aridez, con las que han resultado de la intensa humedad (Domínguez, 1987).

2.2 EL MACIZO CENTRAL BRASILEÑO

El macizo de las Guayanas encuentra continuación hacia el sur en el Macizo


Central Brasileño, los cuales se encuentran separados entre sí por la Planicie del
río Amazonas. En tiempos pasados existió un solo bloque cristalino, que se
fracturó en estas dos grandes partes.

La conformación del Macizo Central Brasileño es muy semejante a la estructura


Guayanesa: un gran bloque de rocas cristalinas, especialmente neiss y granitos

16
con intercalaciones y sobreposiciones de rocas sedimentarias, en su mayoría del
Precámbrico y algunas del Paleozoico. Desde el punto de vista estructural también
se encuentra intensamente perturbado por plegamientos y fracturas. La altura
media del Macizo es de 300 msnm y por lo general no presenta alturas máximas
superiores a los 500 msnm; posee esencialmente un paisaje de vasta llanura
cuyo paso hacia las planicies sedimentarias del Terciario y del Cuaternario es muy
notorio por la aparición de raudales y saltos que interrumpen las navegación en los
ríos que descienden de esa región rocosa hacia el Amazonas. La diferencia de
altitud y especialmente, la diferencia en la acción erosiva sobre rocas de dureza
desigual ocasionan desniveles que definen con gran precisión al escalafón de
ascenso del Macizo Central. Pero este Macizo dista del río Amazonas mucho más
que el Macizo de las Guayanas y por lo tanto permite trechos navegables que
fluctúan entre los 250 y 600 km en el curso inferior de los ríos, donde se presentó
el mayor poblamiento inicial hasta cuando se comenzó la construcción de la red
vial transamazónica.

Figura 3. Macizo Central Brasileño

La transamazónica es un sistema de carreteras construidas sobre el Macizo y en


proximidades del margen de contacto con la Planicie Amazónica. Este sistema vial
permite la penetración de los asentamientos de los interfluvios y hacia el interior
del Macizo. Obviando así el fuerte condicionamiento impuesto por los ríos al
poblamiento de esta región. Sin embargo dado que la mayor parte de los suelos
sobre esas áreas rocosas o arenosas no es de muy buena calidad, la población se
sigue concentrando hacia las vegas de los ríos, frustrando con ello el tan buscado
poblamiento interior.

Pero, al igual que en la Guayana, el futuro del Macizo no parece estar en la


explotación del suelo en usos agropecuarios sino en la minería, tanto de aluvión
como de vega. El caso más espectacular se presenta en la sierra de los Carajás,
en el Estado de Pará, en donde sobre una superficie aproximadamente de 30.000

17
km2 se concentran varias minas con un alto contenido de metales valiosos. La
más importante es un depósito de 18.000 millones de toneladas de hierro con un
66% de mineral. Este se extrae en bruto y de exporta en una buena proporción
transportándolo por un moderno ferrocarril de 890 kilómetros hacia el puerto de
São Luis en el Océano Atlántico (Companhia Vale do Río Doce, 1984). Aparte del
hierro se han descubierto minas de manganeso, níquel, cobre, oro y bauxita
(aluminio).

El impacto ambiental y humano de esas minas es muy discutido pues han


resultado afectadas once reservas indígenas y han ocasionado drástico cambios
en aguas y selvas. Hoy existen trabajos para minimizar ciertos efectos
indeseables, pero hay algunos que ya son irreversibles. Tal minería, junto con una
gran fábrica de aluminio de propiedad de ALUBRAS que existe cerca de Belem,
recibe la casi totalidad de la energía producida por la represa de Tucuruí, una
megacentral hidroeléctrica construida sobre el río Tocatins proyectada para
producir 8.000 MW.

Fuera de los proyectos con alta mecanización y consumo de energía, existen en la


región innumerables áreas de minería manual de oro, conocida como garimpo, de
la cual viven o sobreviven pequeños productores o garimpeiros. Los lavaderos de
oro, como los de Serra Pelada, son fuente de sustento para muchos
amazonenses, como lo son también la búsqueda de diamantes, piedras preciosas
sobre los aluviones de los ríos (Domínguez, 1987).

2.3 LA PLANICIE AMAZÓNICA

La Planicie Amazónica está compuesta de sedimentos del Terciario y del


Cuaternario depositados en profundos estratos geológicos, entre los Andes y los
macizos cristalinos del norte (Macizo de las Guayanas) y del sur (Macizo Central
Brasileño). Es el producto de depósitos marinos y continentales en un gran
geosinclinal, que quedó luego del surgimiento de los Andes durante el Terciario.

El espacio entre las cordilleras Andinas y los antiguos núcleos cristalinos


(macizos), lo mismo que la profunda fosa tectónica existente entre ellos, quedó
como un mar interior en donde se acumularon sedimentos tanto del producto de la
erosión procedente de las montañas andinas como de los sedimentos producidos
por el mismo mar. Por último el mar interior desapareció a finales del terciario,
cuando los sedimentos desalojaron a las aguas. Quedaron dos líneas de
escurrimiento: el Amazonas y el Orinoco, los cuales, en conjunto, drenan hoy casi
8 millones de kilómetros cuadrados.

La Planicie Amazónica, cuya superficie se calcula en 2 millones de km2, tiene la


forma de un árbol gigante, cuyas raíces se abren sobre la orla atlántica de las
Guayanas y de los territorios brasileños de Amapá, Pará y Maranhão. El tronco
sería la faja con eje central en el río Amazonas, comprendida entre los macizos

18
cristalinos. Las ramas se extenderían, en forma desigual, en dos brazos paralelos
de los Andes, que continúan hasta Venezuela, al norte y Bolivia, al sur. La rama
sur más larga y ancha comienza a salir del tronco central desde el río Madeira,
alcanzando una anchura, de oriente a occidente, de 1.700 km medidos sobre el
paralelo, 5° al sur.

En un mayor grado de detalle es preciso hacer la distinción entre los depósitos del
Terciario (lomeríos amazónicos) y los del Cuaternario (várzeas o vegas aluviales
de los grandes ríos). Los primeros son más antiguos y se componen
principalmente de arcillas impermeables, que forman el Gran Paisaje de Lomerío
con paisajes muy disectados, producto de la erosión originada por las lluvias y por
los ríos y quebradas que los cruzan. Localmente esta morfología recibe el nombre
de ―Tierras Firmes‖ o ―Mesones‖, es decir, áreas no inundables. La vegetación de
la tierra firme está constituida por árboles de madera más dura o de mejor calidad
que la de áreas inundables, pero los suelos son de menor calidad.

Figura 4. Lomerío Amazónico (planicie amazónica Terciaria)

Los depósitos Cuaternarios se han generado debido a la dinámica fluvial de los


grandes ríos. Debido a que los ríos han rebajado los niveles de sus lechos,
presentan, por lo general, terrazas aluviales escalonadas desde las más antiguas,
en la parte superior, hasta las más modernas, en la parte inferior. En la parte baja
del río Amazonas y sus afluentes principales es necesario penetrar por cientos de
kilómetros desde las orillas, para lograr alcanzar el inicio de las terrazas no
inundables al borde de las vegas.

Las áreas de colmatación reciente en las vegas o várzeas de los ríos que llevan
sedimentos tienen los suelos de mejor calidad de toda la Amazonia:
especialmente, cuando los ríos se encuentran en cercanías de los Andes, de
donde proviene una permanente renovación de los nutrientes.

19
Todos los años, durante las crecientes de las épocas de lluvias, las partes más
bajas reciben deposiciones, lo cual permite el desarrollo de cultivos pero de
período muy corto debido al peligro de nuevas y rápidas inundaciones durante
períodos excepcionales de creciente, las cuales se presentan en ciclos de 5 a 7
años, o de inundaciones catastróficas, que parecen tener ciclos de 25 a 30 años.

Figura 5. Várzea (planicie amazónica Cuaternaria)

Las vegas de la planicie reciente que presentan inundaciones temporales reciben


el nombre de ―várzeas‖ en el Brasil y en Colombia de ―bajos‖ o simplemente de
vegas inundables. Las áreas de inundación permanente reciben el nombre de
―igapós‖, que son puntos por debajo del nivel medio de los ríos de aguas negras y
eventualmente mantienen comunicación con ellos. Aunque las várzeas han sido
las áreas de poblamiento preferidas por el hombre desde hace miles de años,
tienen el problema de las inundaciones. No existe hasta el momento una
tecnología apropiada para trabajar permanentemente en ellas con una alta
posibilidad de éxito (Domínguez, 1987). No obstante, las poblaciones de las
várzeas han desarrollado una ―cultura anfibia‖ o ―cultura fluvial‖ que les ha
permitido sobrevivir en estas condiciones durante miles de años.

2.4 REGIÓN ANDINO-AMAZÓNICA

Se denomina Región Andino-Amazónica, al cinturón relativamente angosto pero


muy alargado, que bordea la Amazonia en su parte occidental y en el cual se
confunde la selva de la planicie con la vegetación de las laderas andinas. Es un
corredor contiguo a partir de la serranía de la Macarena, en Colombia, hasta Santa
Cruz de la Sierra en Bolivia, pasando por Ecuador y Perú (Domínguez, 1987).

La selva de tipo Amazónico, con sus palmeras y formaciones vegetales típicas,


sólo ascienden hasta los 950 o 1.100 msnm, en las vertientes orientales Andinas.
De esa cota en adelante se presentan las formaciones vegetales propias del
bosque pluvial subtropical (bosques subandino, andino, altoandino y páramo, éste

20
último en Perú). En esta región, debido a la combinación de fenómenos climáticos,
como la alta lluviosidad, la disminución de la temperatura (debido a la altura) y la
presencia de constantes neblinas, han exigido adaptaciones específicas de las
plantas, en un milenario proceso de transformación de las especies en otras
nuevas (especiación), haciendo de esta región una de las más ricas en diversidad
biológica de toda la Amazonia.

Si consideramos la hidrografía, en las punas y nevados del Perú nace el río


Amazonas y sus principales afluentes de su parte alta, los ríos Apurimac, Huayaga
y Ucayali, que descienden hacia el norte, casi paralelos entre sí y al alcanzar la
Planicie Amazónica modifican su curso hacia el oriente En los Andes Bolivianos,
Ecuatorianos y Colombianos tienen lugar el nacimiento de importantes tributarios
del gran Amazonas. Esta es la región productora de agua de la cuenca
amazónica.

Figura 6. Región andino-amazónica

21
CAPITULO CUARTO
HISTORIA Y CULTURA DE LA AMAZONIA CONTINENTAL

La historia de la Amazonía, considerada en términos continentales, debe tener en


cuenta, cuando menos, tres aspectos: la diversidad geográfica y ecológica, que
influye en los procesos y modos de ocupación humana; la continuidad de la
presencia humana en la región, que se remonta a más de 12.000 años atrás,
combinándose con rupturas y discontinuidades de los modos y procesos de
ocupación; y la diversidad de los procesos de colonización iniciados por los países
Europeos en el siglo XVI y continuados por los nuevos estados nacionales
independientes surgidos en la primera mitad del siglo XIX (PNUMA/OTCA, 2009).

1. OCUPANTES PRECOLONIALES DE LA AMAZONÍA

La Amazonía ha estado ocupada y en uso desde tiempos inmemoriales. Cabe


destacar que la ocupación originaria de la región es un tema con vacíos y que
suscita aún importantes polémicas, sobre todo en lo que se refiere a la densidad y
a las formas en que ocurrió este proceso. La investigación sobre la sociedad
amazónica precolombina aún es limitada (Heckenberger, 2005; Calandra y
Salceda, 2004; Meggers, 1996), y se puede identificar dos corrientes explicativas
de la ocupación humana. Una, de la arqueología amazónica, desarrollada a partir
de la década de 1950, la cual, al considerar que el modo de organización de los
grupos indígenas amazónicos del presente sería el mismo de los grupos indígenas
anteriores a la llegada de los europeos (población poco numerosa y baja densidad
demográfica, sociedades poco jerarquizadas, etcétera), encuentra en el medio
ambiente, en especial en la pobreza de los suelos, los factores determinantes que
limitarían a las sociedades humanas locales y que impiden el desarrollo de
culturas complejas en el trópico húmedo. Un corolario de esta afirmación es que
innovaciones culturales como la alfarería y la agricultura no podrían haberse dado
localmente, y que estas arribaron a la Amazonía con diferentes grupos de
inmigrantes precoloniales, oriundos de las áreas de difusión localizadas en los
Andes y en el noroeste de América del Sur.

Otra corriente, más reciente, sostiene que el bosque tropical no sería tan sólo un
receptor de tradiciones culturales, sino un centro productor de innovaciones. Lo
último se ejemplifica con el hecho de que la Amazonía es considerada un centro
de domesticación de plantas, entre las cuales puede mencionarse a la yuca
(Manihot esculenta) y el chonaduro o pejibaye (Bactris gasipaes).

Pese a esta divergencia, no cabe duda de que los pueblos andinos y amazónicos
sostuvieron, por milenios, intensas relaciones, que ocurrían en un área de
montaña entre los 500 y 2.000 msnm, cuyos ejes de desplazamiento eran, por lo
general, ríos que conectaban la montaña con las áreas más bajas del bosque. Hay

22
varios registros arqueológicos referentes a la presencia de estos pueblos desde el
período preínca, pero no fue sino durante el Imperio inca que tales relaciones se
estrecharon. Cabe precisar que los incas no lograron ejercer dominio sobre los
pueblos amazónicos, tal como lo hicieron con otros pueblos en la región andina
(Santos Granero, 1992).

En la zona peruano-ecuatoriana, entre los años 3.500 y 300 a de n. e, se tuvo una


vinculación cultural y comercial entre la costa del Pacífico, el altiplano andino y la
vertiente oriental de los Andes (Alta Amazonía). La cerámica de la época da
testimonio de los intercambios entre dichas regiones. Los grupos étnicos, muchas
veces de origen lejano, lideraron dicho proceso de intercambio. Esas poblaciones
se caracterizaron por el funcionamiento social complejo y jerarquizado. Los
centros de intercambio concentraron grandes ejes en torno a los ríos Napo,
Marañón, Ucayali y Huallaga. Entre los productos transados se incluyeron: sal,
oro, algodón y aceite de tortuga (De Saulieu, 2007).

Puesta en tela de juicio la idea de que el medio ambiente habría sido un factor
limitante, diversos arqueólogos afirman que, especialmente en la várzea (áreas de
aluvión inundables del Amazonas y de algunos de sus afluentes) existían
condiciones para el surgimiento de grupos humanos numerosos, organizados en
sociedades relativamente complejas, que se habrían desarrollado unos 2.000 años
antes de la llegada de los europeos. Las orillas del Amazonas habrían sido
continua y densamente pobladas entre el año 1000 a de n. e y el siglo XVI.
Estudios de demografía histórica conducidos por William Denevan en la década de
1970 afirman que la población de toda la Amazonía ascendía a más de 5 millones
de habitantes (Ribeiro, 1992: 79).

Los asentamientos humanos precolombinos mostraron contrastes significativos.


Por ejemplo, existieron comunidades grandes y sedentarias y economías de
subsistencia relativamente intensivas (Heckenberger, 2005). La heterogeneidad de
la naturaleza amazónica llevó al desarrollo de estrategias diversas para el mejor
aprovechamiento de los recursos naturales con la finalidad de asegurar la
sobrevivencia en los aspectos alimentario, tecnológico, medicinal y comercial. Ello
condicionó el grado de desarrollo de las actividades económicas: caza, extracción,
pesca, agricultura, entre otras, en las diversas áreas amazónicas (Meira, 2006).

La ocupación precolombina hacia la Amazonía llegó de diversos lugares. Una de


las corrientes migratorias llegó de los flancos orientales andinos y estuvo
conformada por la familia Arawac; esta corriente se expandió hacia el noreste,
hasta las Antillas. La Tupí-Guaraní partió de la región de El Chaco, se bifurcó en
dos direcciones y llegó, una, a la parte central de Brasil y, otra, a la costa atlántica
hacia el noreste. Por último, otra corriente migratoria provino de la familia
etnolingüística de origen Caribe, que ingresó a la hoya amazónica por un corredor
de baja pluviosidad. Los caribes introdujeron cultivos como el maní (Arachis

23
hypogaea), el maíz (Zea mays) y el frijol (Phaseolus vulgaris) (Morey y Sotil,
2000).

Las corrientes migratorias trajeron formas de organización social y diversidad de


lenguas. Por ejemplo, los pueblos indígenas de las familias Maku, Tukano y
Arawac viven hace más de 2.000 años en la región del río Negro y el área
adyacente. Los pueblos de la familia Arawac viven actualmente en el territorio de
la Amazonía brasileña, colombiana y venezolana. Por ello, en las lenguas
amazónicas están presentes voces andinas, guaranís y caribeñas.

En el caso de Guyana, los indios Warrau se establecieron en el año 900 a de n. e


y las tribus Caribe y Arawac llegaron posteriormente. Las principales actividades
que realizaron los pobladores nativos fueron agricultura de subsistencia, caza y
pesca. El término guiana es uno de los legados de los pobladores nativos y
significa ―tierra de muchas aguas‖ (Guyana: Environmental Protection Agency
2007).

En la Amazonía peruana, se desarrolló la cultura preínca Chachapoyas, la cual,


según indican investigaciones del Instituto de Arqueología Amazónica, tiene
orígenes andinos. Dan cuenta del esplendor de esta cultura los restos
arqueológicos, entre los cuales se encuentran: las ruinas de Kuélap, los
sarcófagos de Carajía, los mausoleos de Revash, entre otros. En cuanto a la
población y densidad demográfica, Joaquín García (1993) refiere diversas
investigaciones que indican que la población amazónica estaba asentada en
núcleos de alta densidad demográfica.

Asimismo, algunas poblaciones amazónicas precoloniales promovieron


alteraciones en el paisaje, mediante la construcción de labradíos drenados y
elevaciones en el terreno para agricultura, vivienda, defensa y sepultura, por
ejemplo, en áreas que forman parte de Bolivia, Brasil, Guyana y Venezuela
(Beckerman, 1991: 145, Roosevelt, 1991: 120), o de la formación, involuntaria, de
las llamadas ―tierras negras de indios‖ (terras pretas), que son terrenos de elevada
fertilidad resultantes de la descomposición de materia orgánica en antiguos
asentamientos humanos. Sin embargo, la discontinuidad de la ocupación humana
que sucedió a la llegada de los europeos permitió al bosque crecer nuevamente
en las áreas antes habitadas y ocultó las huellas de la acción humana (Costa,
2002).

2. CONFIGURACIÓN DEL TERRITORIO

La actual configuración del territorio que conocemos por Amazonía resulta, a


grandes rasgos, del proceso de ocupación de la región por los colonizadores
europeos entre los siglos XVI y XIX, lo que implicó no sólo conflictos entre éstos y
los diversos pueblos autóctonos, sino también disputas entre España, Portugal,
Inglaterra, Holanda y Francia, en el marco de las distintas guerras coloniales del

24
período. Según el Tratado de Tordesillas (1494), América del Sur debería ser
dividida entre España y Portugal; sin embargo, tras ocupar gran parte del litoral
norte del continente a partir de fines del siglo XVI, lo que hoy corresponde a
Guyana, Guayana Francesa y Suriname, ingleses, franceses y holandeses
pusieron fin al pretendido dominio ibérico sobre la totalidad del continente.

Los registros cartográficos holandeses y franceses del siglo XVII proyectaban los
dominios virtuales de sus países sobre la totalidad de lo que en ese entonces se
denominaba ―Región de Guyana‖, mucho más extensa de la que conocemos en la
actualidad y también denominada ―Reino de las Amazonas‖, delimitada, al sur, por
el río Amazonas; al oeste, por el río Orinoco; al norte, por el mar Caribe; y al este,
por el océano Atlántico (Costa, 2002).

En las cuatro primeras décadas del siglo XVII, el Amazonas fue recorrido por
expediciones inglesas y holandesas, que penetraban en el gran río por el norte de
la isla de Marajó hasta llegar a la confluencia del río Xingú, librando largas luchas
con los portugueses por el control del curso inferior del río y de su
desembocadura. Pero no tuvieron buen éxito en estas empresas, y consolidaron
tan sólo su control sobre Guyana.

Los franceses, establecidos en Cayena desde fines del siglo XVI, trataron varias
veces de ocupar el actual litoral norte de Brasil, donde fundaron la ciudad de San
Luis, en 1612, y luego se desplegaron hacia el oeste hasta alcanzar el río
Tocantins, como parte de un amplio proyecto colonial denominado ―Francia
Equinoccial‖. Fracasados sus intentos de expansión territorial, se establecieron en
Guyana (Costa 2002).

Holandeses e ingleses se concentraron particularmente en las regiones de los ríos


Esequibo, Demerara, Berbice y Suriname, y se alternaron el control de estas áreas
desde mediados del siglo XVII hasta comienzos del XIX. Las colonias de
Esequibo, Demerara y Berbice fueron fundadas y controladas por los holandeses
hasta las últimas décadas del siglo XVIII. Las diversas iniciativas privadas de los
primeros años fueron sustituidas, en 1621, por el monopolio de la Compañía de
las Indias Occidentales, que duró hasta la segunda mitad del siglo XVII, cuando el
control y la administración de las colonias cambiaron de manos, a las cámaras de
las ciudades holandesas de Veere, Middelburg y Vlissengen (Farage, 1991: 88-9).
Al final del siglo siguiente, en 1796, los ingleses ocuparon ese territorio por la
fuerza de las armas y, tras sucesivos conflictos y alternancia del dominio, lo
compraron a los holandeses en 1814 y unificaron las tres colonias bajo el nombre
de Guyana Inglesa en 1831.

En el río Suriname fueron los ingleses, en 1656, los primeros europeos en


instalarse de manera permanente, dedicados al cultivo de la caña de azúcar. Pero
los holandeses asumieron el control de la región cuando, en 1667, el Tratado de
Breda puso fin a la guerra anglo-holandesa y, entre otros acuerdos, se firmó el

25
canje de Suriname por Nueva Ámsterdam, en América del Norte. La región acogió
a cultivadores de caña de azúcar anteriormente instalados en el litoral noreste de
Brasil, de donde los holandeses habían sido expulsados en 1654.

Todavía en la primera mitad del siglo XVI, los españoles emprendieron una serie
de incursiones al este de los Andes, de las cuales la más célebre es la expedición
de Gonzalo Pizarro/Francisco de Orellana (1541-1542), que descendió el río Napo
y fue la primera de europeos que navegó hasta la desembocadura del Amazonas.
Sin embargo, una serie de otras incursiones, realizadas entre 1536 y 1560,
―permitieron la penetración más sistemática y el reconocimiento de una franja de
unos cien kilómetros de ancho, constituida por el declive externo de la cordillera
oriental y el sistema subandino (hondonadas y pequeñas cordilleras paralelas al
eje general de los Andes y conjuntos de colinas en las bajas estribaciones) y su
incorporación provisional a la economía colonial‖ (Deler, 1987: 55). Éstas
resultaron en el desarrollo de actividades como la minería de oro y el cultivo de
algodón, y en la formación de diversos núcleos de población edificados según un
plan riguroso de construcción y de una estructura administrativa relativamente
compleja (Deler 1987).

Pero a fines del siglo XVI, debido a la decadencia de la explotación aurífera, al


desplazamiento de los intereses a las minas de plata descubiertas en Potosí y a
las grandes insurrecciones indígenas del período, tales como la sublevación
general de la Audiencia de Quito y la de los jíbaros en la Amazonía, la vertiente
oriental entró en plena decadencia, con el abandono o la destrucción de los
establecimientos españoles (Deler, 1987).

Tras el fracaso de esas primeras iniciativas, pasarían a hacerse cargo de la


colonización española de la Amazonía, entre fines del siglo XVI y mediados del
XVII, casi exclusivamente los misioneros, puesto que, como forma de contener los
excesos de los conquistadores, la Corona española, mediante la Real Cédula de
1573, prohibió nuevas expediciones armadas al Oriente y determinó que sólo las
órdenes religiosas llevaran a cabo acciones colonizadoras en esa región (Tibesar,
1989: 16).

El movimiento portugués sobre la Amazonía, cuyos primeros hitos fueron la


conquista de San Luis a los franceses, en 1.615, y la fundación de Belén, en 1616,
tuvo como eje orientador el cauce del río Amazonas, sobre el cual se estructuró el
espacio de dominio portugués en la Amazonía. Esta larga llanura fluvial se les
presentaba a los colonizadores portugueses como una región por explorar y
ocupar, sobre todo después de que Pedro Teixeira, haciendo el recorrido opuesto
al de Orellana, arribó a Quito tras remontar el Amazonas, desplazando mucho más
allá del meridiano de Tordesillas los límites más tarde reivindicados por Portugal,
en la confluencia de los ríos Napo y Aguarico, hoy en territorio ecuatoriano.

26
Si bien no se lo puede considerar un elemento determinante, el factor geográfico
tuvo un papel relevante en favor de los portugueses, al facilitar el desplazamiento
aguas arriba del Amazonas en un ambiente relativamente homogéneo en toda su
extensión, si lo comparamos con las dificultades enfrentadas por los españoles: el
gran desnivel entre los Andes y las áreas amazónicas de selva baja, lo cual
significaba no sólo obstáculos a la movilidad (relieve abrupto, ríos no navegables),
sino también una rigurosa diferencia climática que cobró la vida de miles de
indígenas obligados a trasladarse de la cordillera a la selva tropical para trabajar
en régimen de servidumbre.

A lo largo de los siglos XIX y XX, las disputas fronterizas paulatinamente hallaron
solución en la región. Algunas resultaban de antiguas indefiniciones de límites;
otras, de la expansión territorial fruto del crecimiento de la explotación de
productos del bosque. Las principales divergencias en cuanto a límites entre los
dominios españoles y portugueses en la Amazonía fueron solucionadas por los
tratados de Madrid (1750) y de San Ildefonso (1777), que trazaron los contornos
políticos el territorio amazónico.

La colonización de la Amazonía no se dio en espacios vacíos. No era, en absoluto,


un territorio despoblado el que disputaban y se repartían las potencias coloniales
europeas. Por el contrario, durante el proceso de colonización se estableció una
relación entre los colonizadores y los pueblos indígenas, ocupantes originales del
territorio.

27
CAPITULO QUINTO
ORGANIZACIONES PANAMAZÓNICAS

1. EL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA – TCA

El Tratado de Cooperación Amazónica (TCA), también denominado ―Pacto


Amazónico‖, fue suscrito el 3 de julio de 1978 por Bolivia, Brasil, Colombia,
Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, para ―realizar esfuerzos y
acciones conjuntas para promover el desarrollo armónico de sus respectivos
territorios amazónicos, de manera que esas acciones conjuntas produzcan
resultados equitativos y mutuamente provechosos, así como para la preservación
del medio ambiente y la conservación y utilización racional de los recursos
naturales de esos territorios‖ (TCA, 1978). Ese objetivo básico coincide con la
concepción que ahora se denomina ―desarrollo sostenible‖.

Del texto del Tratado y de otros documentos producidos en el marco del Pacto
Amazónico desde 1.978 (reuniones de ministros, declaraciones de presidentes,
etc.) se han conformado políticas y estrategias que ahora son norma para los ocho
países y que abarcan desde aspectos globales (desarrollo sostenible, soberanías
sobre los recursos, libertad de navegación fluvial, biodiversidad, asuntos indígenas
etc.), hasta aspectos puntuales de carácter técnico. Todo esto ha constituido la
base conceptual, política y técnica sobre la que se ha estructurado un conjunto de
programas y proyectos en los que los países han trabajado en forma conjunta
durante varios años.

Durante la primera etapa de vigencia del tratado (1978-1990) se produjo


sustancialmente una consolidación de la voluntad política y un proceso creciente
de definiciones y de compromisos respecto a qué hacer y cómo proceder en
relación al desarrollo y conservación de la Amazonia, considerada como una
unidad de responsabilidad compartida y de ocupación armonizada entre los ocho
países.

A partir de 1990 los países amazónicos tomaron medidas para traducir a la


práctica en forma efectiva y amplia sus compromisos a través de programas y
proyectos que debían ejecutarse a nivel regional bajo la Coordinación de la
Secretaría del Tratado. Finalmente se aprobaron 52 programas y cerca de 200
proyectos, principalmente sobre medio ambiente, ciencia y tecnología, asuntos
indígenas, salud, transporte, turismo e información, que ahora constituyen un
mandato de trabajo para los años venideros.

Los programas y Proyectos deben ejecutarse a través de redes de cooperación


específica para cada caso, constituidas por instituciones públicas y privadas

28
seleccionadas soberanamente por cada país. La secretaría del tratado y las
Secretarías Ejecutivas de las Comisiones Especiales, coordinan y apoyan en
forma general el cumplimiento de las actividades, contribuyendo a la coordinación
que para cada caso corresponde a una institución de un país determinado. Más de
cien instituciones públicas y privadas de los ocho países amazónicos están
involucradas y comprometidas en acciones específicas de los proyectos del
Tratado.

La comunidad internacional está reaccionando en concordancia con la gran


prioridad que tiene para el mundo el manejo adecuado de la Amazonia y varias
organizaciones están prestando su apoyo técnico y financiero para diversas
acciones y proyectos. Cabe resaltar el apoyo del PNUD, el BID, el Banco Mundial,
la OEA, la CEE, la WWF, la FAO, la UICN, la OIT, la Fundación Rockefeller, la
UNICEF, la CEPAL y varios gobiernos de países desarrollados.

En 1995, las ocho naciones decidieron crear la Organización del Tratado de


Cooperación Amazónica – OTCA, para fortalecer e implementar los objetivos del
tratado. La enmienda al TCA fue aprobada en 1998 y la Secretaría Permanente
fue establecida en Brasilia en 2003.

La OTCA tiene la convicción de que la Amazonia, por poseer uno de los más ricos
patrimonios naturales del Planeta, es estratégica para impulsar el futuro desarrollo
de nuestros países y de la región, un patrimonio que debe ser preservado, pero,
esencialmente, promovido, en consonancia con los principios del desarrollo
sostenible.

La decisión de los Gobiernos de los Países Miembros de establecer la


Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y su Secretaría
Permanente, instalada de forma definitiva en marzo de 2003, en Brasilia, está
dirigida a fortalecer institucionalmente la coordinación y acción conjunta frente a
las demandas de la región Amazónica y, representa una muestra inequívoca de la
prioridad que otorgan nuestros países a este mecanismo de cooperación regional,
y la necesidad de forjar una visión común del desarrollo sostenible amazónico.

Visión de la OTCA. Una organización fortalecida y reconocida internacionalmente


como foro político regional para contribuir a la integración y desarrollo sostenible
de los respectivos territorios amazónicos de los Países Miembros, que
complemente los esfuerzos nacionales de gestión, ordenamiento territorial,
conservación y uso sostenible de sus recursos naturales, respetando la soberanía
de los Estados y dirigidos a generar mutuos beneficios para las partes; así como
crear mejores condiciones de vida para sus distintas poblaciones, particularmente
las amazónicas, basados en el respeto por los derechos y aspiraciones de la
sociedad en su conjunto.

29
Figura 7. Organigrama de la OTCA

FUENTE: Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, 2003

Misión de la OTCA. En el marco de los principios consagrados en el Tratado, y en


cumplimiento de los mandatos de sus distintas instancias, fortalecer o crear los
mecanismos e instrumentos técnicos y financieros, así como las políticas comunes
o compatibles, para hacer efectivos los procesos de integración y desarrollo
sostenible regional, fomentado la activa participación de los países y de los
actores regionales y locales en el diseño y ejecución de los distintos planes,
programas y proyectos, así como en la equitativa distribución de los beneficios
generados, favoreciendo la construcción de sinergias que potencien la capacidad
de negociación del conjunto de los países en los distintos escenarios globales de
negociación, frente a los temas de interés regional.

La OTCA formuló en el año 2003, el Plan Estratégico para el período 2004-2012


con el objeto de orientar el trabajo de la Secretaría Permanente de la Organización
del Tratado de Cooperación Amazónica (SP/OTCA) en el mediano plazo, como
resultado del mandato de los Gobiernos de los Países Parte, establecido en sus
distintos niveles de decisión.

30
Los ejes estratégicos del Plan Estratégico son: Conservación y Uso Sostenible de
los Recursos Naturales Renovables, Gestión del Conocimiento e Intercambio
Tecnológico, Integración y Competitividad Regional y Fortalecimiento Institucional.

2. LA ASOCIACIÓN DE UNIVERSIDADES AMAZÓNICAS- UNAMAZ

La Asociación de Universidades Amazónicas – UNAMAZ, fue fundada el 18 de


septiembre de 1987, como resultado del seminario internacional ―Cooperación
Científica, Tecnológica y Cultural entre Instituciones de Educación Superior de los
Países Amazónicos‖, realizado en Belém del Pará (Brasil).

La Asociación de Universidades Amazónicas se define como ‖una sociedad civil,


no gubernamental, sin fines lucrativos y con objetivos esencialmente educativos y
culturales; los cuales pretenden desarrollar a través de la cooperación científica,
tecnológica y cultural como medio de integración de las Universidades e
instituciones para investigación de los países Amazónicos, para profundizar la
solidaridad Amazónica y como instrumento de promoción para el desarrollo
sostenible en beneficio de las poblaciones humanas y del medio ambiente
amazónico‖ (UNAMAZ, 1987).

Desde su creación la UNAMAZ se constituyó en el centro catalizador de una serie


de acciones que han permitido a las Universidades de la Región, colectiva y de
forma multidisciplinaria, analizar críticamente la realidad amazónica y ofrecer
alternativas que contribuyan a la solución de los grandes problemas que afectan el
desarrollo de la Amazonia como un todo.

La Asociación de Universidades Amazónicas representa la culminación de una


serie de intentos de cooperación en la búsqueda de acciones conjuntas y
concretas que llevasen al reconocimiento papel de las instituciones amazónicas en
el proceso de desarrollo sostenible de la región y de la producción científica
regional. La función catalizadora de la UNAMAZ tuvo efectos inmediatos
recibiendo apoyo técnico de diferentes organismos internacionales para la
implementación de sus proyectos y para la obtención de recursos indispensables
para iniciar sus trabajos.

La Asociación se inspiró en seis principios fundamentales:

 El principio de la Amazoneidad, que enfatiza el carácter amazónico de la


UNAMAZ, orientando las acciones para el beneficio de las instituciones
amazónicas y de la región.

 El principio de la Continentalidad, en el sentido de que las acciones y


beneficios de la asociación cubran la región como un todo, esto es abarcando
todos los países amazónicos.

31
 El principio de la individualidad, que conduzca al respeto de las
peculiaridades e idiosincrasias nacionales, regionales e institucionales de los
miembros.

 El principio de la igualdad, por medio de la cual los miembros recibirán


tratamiento igualitario, equitativo y proporcional a sus necesidades y
potencialidades, independientemente de la dimensión de las Amazonias
Nacionales.

 El principio de la espontaneidad, o sea que ningún miembro se sienta


compelido adherir o a renunciar de la UNAMAZ.

 El principio de la Unicidad, mediante el cual se evitará duplicar iniciativas


innecesarias.

La Asociación de Universidades Amazónicas se ha venido fortaleciendo a nivel


internacional y desde la tercera Reunión de Cancilleres del Tratado de
Cooperación Amazónica, celebrada en Quito en marzo de 1989, se reconoce
oficialmente al interior del Tratado, la importancia de la UNAMAZ y se recomienda
a los gobiernos de los países miembros la incorporación de la Asociación a la
discusión y toma de decisiones en lo concerniente a las respectivas problemáticas
amazónicas, así como la consideración y apoyo a los programas y proyectos
propuestos y adelantados por la UNAMAZ especialmente con lo relacionado en la
formación de recursos humanos y el desarrollo científico y tecnológico
(Declaración de Santiago de Quito, 1989).

El Parlamento Amazónico reunido en Cartagena de Indias (Colombia), en febrero


de 1990, emitió una declaración donde reconoce la importancia de la asociación,
incentiva y apoya la ejecución del Programa Interuniversitario de Cooperación
Amazónica - PROGRAMAZ y acoge la ―Declaración de Belém del Pará‖ aprobada
en la segunda asamblea general de la UNAMAZ.

Así mismo durante la IV Reunión Ordinaria del Consejo de Cooperación


Amazónica, Celebrada en Bogotá en mayo de 1990, se emite una resolución en el
sentido de reconocer en la UNAMAZ, un instrumento especial del Tratado para
desarrollar actividades de investigación, estudios, formación de personal, práctica
y experimentación, transferencia de conocimientos y tecnologías, para la puesta
en marcha del Sistema de Información Científica, Tecnológica y Cultural de la
Amazonia (SIAMAZ).

3. CONSORCIO INICIATIVA AMAZÓNICA – IA

En sintonía con el marco político de la Organización del Tratado de Cooperación


Amazónica (OTCA) una nueva propuesta fue lanzada en octubre de 2004 para

32
prevenir, reducir y recuperar áreas degradadas, contribuyendo a mejorar las
condiciones de vida en la región. El Consorcio Iniciativa Amazónica para la
Conservación y uso Sostenible de los Recursos Naturales (IA) busca elaborar
e implementar programas colaborativos que identifiquen y promuevan sistemas
sostenibles de uso de la tierra. Las Instituciones Promotoras de la IA son seis
institutos de investigación agrícola de los países amazónicos, cuatro centros del
Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) y la
Asociación de Universidades Amazónicas (UNAMAZ).

El concepto inicial de una ―Iniciativa Amazónica‖ nació en el 2001 como una


posibilidad para un Programa Reto Global (GCP) propuesto por el Centro
Internacional de Agricultura Tropical - CIAT y la Empresa Brasilera de
Investigación Agropecuaria - EMBRAPA, con la participación del Centro Mundial
Agroforestal – ICRAF y el Centro Internacional de Investigación Forestal - CIFOR,
al cual se unieron los Institutos Nacionales de Investigación Agrícola de los países
amazónicos, que son actualmente socios fundadores de la Iniciativa Amazónica.

Aunque la Iniciativa Amazónica no tuvo éxito como una propuesta del Programa
Reto Global GCP, el Grupo Consultivo Internacional de Investigación Agrícola -
CGIAR y el Banco Mundial vieron a la Iniciativa Amazónica como una idea
promisoria y estimularon su continuidad. La idea de la Iniciativa Amazónica
maduró durante el 2002 y el 2003.

En junio del 2003, EMBRAPA, CIAT, ICRAF y CIFOR establecieron el equipo


gerencial pro-tempore de la Iniciativa Amazónica, con sede en el centro de
investigación de EMBRAPA en Belém, Estado de Pará, Brasil (EMBRAPA
Amazonia Oriental), y desde entonces se han implementado varias actividades,
tendientes al desarrollo técnico-institucional de la Iniciativa Amazónica.

En dicha reunión, entre otras deliberaciones técnicas, institucionales y políticas,


los representantes de los centros agrícolas nacionales e internacionales, lo mismo
que los de IICA/Procitrópicos, acordaron que EMBRAPA sería la institución
coordinadora de la Iniciativa Amazónica durante su fase inicial de organización y
estructuración.

CIAT e ICRAF contrataron conjuntamente en junio 2003 al agrónomo-antropólogo


Roberto Porro como científico social principal para ocupar la Secretaría Ejecutiva
de la Iniciativa. A finales de noviembre del 2003, con el apoyo de CORPOICA, se
realizó la primera reunión del (todavía interino) Comité Directivo de la Iniciativa
Amazónica en Bogotá, Colombia, como se había acordado previamente durante la
Reunión Anual del CGIAR en Nairobi, Kenia, cuando fue presentado el Consorcio

A fines del 2003, EMBRAPA nominó al investigador principal de EMBRAPA


Amazonia Oriental, Adilson Serrão como Coordinador de la Iniciativa Amazónica,
representando la entidad en la unidad coordinadora (Equipo de Gestión).

33
Los 11 miembros fundadores decidieron hacer oficial el Consorcio en noviembre
del 2004 en la Ciudad de México, mediante la firma del Acuerdo de Cooperación
Iniciativa Amazónica durante la Reunión Anual del CGIAR de ese año.

Misión de Iniciativa Amazónica. "Promover sistemas sostenibles de uso de los


recursos naturales que revierten y previenen la degradación de los recursos
naturales y sus impactos ambientales globales, resultando en el desarrollo
sostenible para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones amazónicas
vulnerables a través de la cooperación interinstitucional para la investigación
Panamazónica".

Objetivos de Iniciativa Amazónica. Los siguientes son los objetivos:

 PREVENIR, REDUCIR y REVERTIR la degradación ambiental en la región


amazónica;

 RECUPERAR áreas degradadas;

 PRESERVAR los recursos naturales para las próximas generaciones;

 CONTRIBUIR para mejorar las condiciones de vida de los pueblos tradicionales


y de los pequeños productores rurales en la región.

Estructura de Iniciativa Amazónica. La Iniciativa Amazónica está estructurada


de la siguiente forma:

Comité Directivo. El Comité Directivo está formado por representantes de cada


institución fundadora y es responsable por las definiciones de los temas y
acciones prioritarias y por el direccionamiento estratégico del Consorcio.

Comité Técnico. El Comité Técnico está compuesto por especialistas indicados


por las instituciones fundadoras y por las instituciones asociadas de cada país. El
Comité Técnico orienta las actividades técnicas promovidas por la Iniciativa
Amazónica, como proyectos de colaboración de investigación y eventos de
capacitación y entrenamiento.

Equipo de Gestión (Secretaría). El Equipo de Gestión es responsable por la


coordinación ejecutiva, por la articulación técnico-institucional y contribuye para la
definición de atribuciones y responsabilidades entre las instituciones e
investigadores de la Iniciativa Amazónica. Asimismo, apoya el trabajo de
colaboración entre los participantes de las Redes de la Iniciativa Amazónica,
facilita la comunicación entre los miembros del Consorcio y promueve las
actividades del mismo en el ámbito externo.

34
Figura 8. Agenda Científica de Iniciativa Amazónica

FUENTE: Iniciativa Amazónica, 2004

35
CAPITULO SEXTO
LOS MITOS DE LA AMAZONIA

Desde la llegada de los conquistadores la Amazonia ha sido el objeto de una


interpretación mitológica que se ha alimentado del desconocimiento y del miedo,
de verdades a medias y de generalizaciones o extrapolaciones falsas. Esos mitos
han sido, con demasiada frecuencia, los principales motivadores de las
concepciones para la ocupación y desarrollo de la Amazonia. Su influencia
negativa en el pensamiento y la acción, especialmente en el campo político,
continúa en la actualidad.

La Amazonia nació de mitos. Su propio nombre se deriva de mujeres míticas,


consideradas los seres más fuertes y feroces que se haya conocido. Lo que estas
mujeres imaginarias ofrecían a los pueblos antiguos es lo que la Amazonia todavía
parece proporcionar a muchos; un caudal de malentendidos y sueños, un objeto
de deseos y verdades a medias. En síntesis, una seductora tierra de mitos.

Los malentendidos del hombre moderno acerca de la Amazonia son


comprensibles, porque la Amazonia encarna superlativos de resonancia mítica: el
río más grande y caudaloso del planeta, el mayor número de plantas y animales,
el bosque tropical húmedo más extenso. Quizá los mitos que aprendimos
contribuyeron a engendrar las falsedades que confrontamos como adultos: los
mitos de una Amazonia singular, la Amazonia virgen y vacía, la Amazonia rica, la
Amazonia pobre y frágil, el indígena amazónico como obstáculo para el progreso.

Para lograr un enfoque objetivo de la problemática y de las alternativas para un


desarrollo sostenible de la región amazónica es fundamental tener en cuenta las
verdaderas posibilidades que ofrece el ambiente y las severas limitaciones que
impone. Ello implica explicar, interpretar y, cuando resulte necesario, destruir los
mitos existentes.

1. EL MITO DE LA HOMOGENEIDAD

Con demasiada frecuencia se cree que la Amazonia es un solo manto verde,


enorme y uniforme, interrumpido por grandes ríos sinuosos. Ninguna visión de la
Amazonia es tan irreal como esa. La Amazonia contiene una tremenda diversidad
tanto natural como política y social. Se puede afirmar, sin lugar a dudas, que
dentro de la cuenca amazónica existen muchas amazonias o muchas facetas
geográficas y ecológicas de la misma. La visión del inmenso bosque denso y
húmedo, donde el explorador tenía que luchar contra el calor, las lluvias, los
indígenas, los mosquitos y las pirañas, se ha traducido en la denominación de

36
―Infierno Verde". Esta concepción de la Amazonia uniforme, homogénea, se puede
considerar como la madre de todos los demás mitos.

Figura 9. Río y selva amazónica

La gran heterogeneidad de tipos de climas, de formaciones geológicas y de


altitudes sobre el nivel del mar, conforma una gran diversidad de paisajes, a la
cual corresponde una gran heterogeneidad de tipos de suelo, deformaciones
vegetales y de biodiversidad. Esta es la demostración más palpable que la
Amazonia no es homogénea.

También es evidente la heterogeneidad política, social y económica de la región.


Ocho países tienen jurisdicción sobre la misma: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador,
Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, además del territorio de la Guayana
Francesa. Cada uno tiene su estilo de gobierno y sus propias políticas y leyes para
la región, las que no siempre toman en cuenta todos los convenios bilaterales o
regionales existentes. El desarrollo económico de cada parte de la Amazonia es
diferente y sus potencialidades también lo son, en función de los recursos
naturales disponibles y de las estrategias económicas que cada país adopta. Muy
diferentes grupos humanos pueblan la región: pueblos indígenas no contactados o
contactados en diferentes grados; habitantes de villorios y de ciudades grandes y
pequeñas; sociedades del bosque de carácter extractivista, e inmigrantes de todo
origen.

37
El cambio del enfoque de la homogeneidad por el de la heterogeneidad es
fundamental para establecer estrategias adecuadas para cada uno de los
espacios y realidades amazónicas. Ya en el pasado la heterogeneidad de factores
ecológicos ha tenido influencia en el origen de culturas, asentamientos y
tecnologías nativas. En tiempos más recientes y ante el patético fracaso de
costosos programas de desarrollo, los países de la región y los organismos
financieros internacionales han comenzado a interesarse en el ordenamiento
territorial con base en la diversidad de recursos y de condicionantes ambientales.

2. EL MITO DEL "VACÍO AMAZÓNICO"

Es común referirse a la Amazonia como a una "de las últimas fronteras de la


humanidad" y a que es un Inmenso ―espacio vacío" que es necesario ocupar.
Algunos llegan al punto de creer que se trata de una ―región virgen". Estas ideas
son comunes tanto en los países extrarregionales, especialmente los del
hemisferio norte, como en los de la misma región. Los primeros centran su
preocupación en conservar intacta la Amazonia como una reserva natural para
toda la humanidad, olvidando que hay gente que vive en la región y que necesita
prosperar. En cambio, algunas de las naciones bajo cuya jurisdicción se encuentra
la Amazonia, la han considerado y la consideran como una de las grandes
posibilidades de explotar riquezas naturales, extenderla frontera agrícola y
descongestionar las zonas periféricas volcando poblaciones hacia ella, ignorando
asimismo que allí ya hay habitantes y que estos, también tienen derechos.

Figura 10. Pueblos indígenas de la Amazonia

La Amazonia ni es virgen ni es un espacio vacío, donde la naturaleza yace en


estado prístino e intacto. Tampoco constituye un inmenso laboratorio donde las
fuerzas de la naturaleza actúan sin la intervención humana. En verdad, la región

38
tiene una larga historia de ocupación humana, de más de 20.000 años, que,
aunque poco investigada, es una realidad. Fue objeto de migraciones internas
precolombinas y los pueblos indígenas en sus sucesivos desplazamientos, han
ocupado y abandonado alternativamente gran parte de su territorio. En la
actualidad es difícil establecer a cuánto llega la población de los pueblos
indígenas, pero se cree que alcanza a aproximadamente un millón, sin incluir los
de las zonas periféricas, especialmente andinas.

3. LOS MITOS DE LA RIQUEZA Y DE LA POBREZA

La exuberante vegetación tropical Amazónica ha hecho creer que el suelo que la


sustenta es rico. Por otra parte, el desconocimiento de la forma de vida y de
producción de los pueblos indígenas indujo a creer que los trópicos húmedos son
una suerte de paraíso terrenal, donde el entorno provee todo lo necesario para
vivir, simplemente extendiendo la mano para cosechar. Aún hoy en día prevalece
en diversos grupos de la sociedad el mito de esa riqueza. Así, se habla de las
"ubérrimas tierra‖ de la Amazonia, que constituyen un "emporio de riqueza", cuya
explotación ―llenaría la despensa" de los países del área.

En el proceso histórico de la ocupación moderna de la Amazonia, el mito de la


riqueza alentó el descubrimiento del no Amazonas, en busca de El Dorado y de la
tierra de la canela, y también la era de la explotación del caucho. En el siglo
pasado (siglo XX) no sólo alentó los grandes proyectos de desarrollo y de
construcción de vías impulsados por los países, sino que de él también
participaron los organismos que financiaron tales proyectos.

Figura 11. Procesos extractivos en la Amazonia

Sin embargo, la verdad es muy distinta. Después de cuatro siglos de ocupación


foránea de la Amazonia y de cinco decenas de grandes proyectos de desarrollo
con base en patrones externos, la Amazonia ya no ha demostrado ser rica como
se creía y millones de hectáreas de tierra abandonada son la prueba de esa
realidad. Se han invertido miles de millones de dólares en colonizar la Amazonia;

39
se han talado cerca de 1.000.000 km2 de bosques para transformarlos en pastos y
tierras de cultivo; se ha promovido el traslado masivo de colonos y mineros a la
región, y los resultados han sido poco halagadores o, los proyectos simplemente,
han fracasado.

Como reacción al mito de la riqueza amazónica se ha venido desarrollando, en


ciertos círculos, el mito de la "pobreza amazónica", es decir, la tesis de que la
región carece de riquezas y debe dejarse de lado cualquier posibilidad de
desarrollo. Esta creencia es propugnada por muchos proteccionistas como
reacción ante los desarrollistas. Mientras los primeros enarbolan la bandera de
una riqueza amazónica, paradisíaca, los segundos agitan el argumento de la
pobreza, exagerando y presentando la verdad a medias, en defensa de sus
posiciones.

4. EL MITO DEL “PULMÓN DE LA TIERRA”

Los que buscan argumentos de gran efecto apelan inclusive a tonos apocalípticos
para ―defender‖ la Amazonia, propagando datos alarmantes sobre lo que
significaría la destrucción a gran escala de los bosques amazónicos a nivel global
y afirmando que se destruiría uno de los "pulmones de la Tierra". En muchos
casos se sigue esgrimiendo el argumento de que la Amazonia produciría el 80 por
ciento del oxígeno del mundo. Esto es falso.

Cuando se afirma que la Amazonia produce un alto porcentaje del oxígeno del
planeta se desconoce la extensión e importancia de los mares en este sentido; se
parcializa la importancia de una región tropical sobre todos los trópicos, y se olvida
que el bosque maduro tiene un balance casi perfecto entre producción de oxígeno
y fijación de CO2 (Dióxido de Carbono). Durante el día el bosque fija por
fotosíntesis en promedio 2,8 kg de carbono/ha/hora, mientras una cantidad
semejante sería consumida a través de la respiración de la biota del suelo (1,8 kg
de carbono/ha/hora) y la respiración de los árboles, estimada en cerca de 1,0 kg
de carbono/ha/hora (Wofsy et al., 1988). Otros calculan que cerca de 36x10(-3)
GT (giga toneladas) de carbono orgánico son transportadas por año por el río
Amazonas (Richey et al., 1990). Este dato, normalizado para el área total de la
cuenca (640 millones de ha), indicaría una exportación de cerca de 0,15 kg de
carbono/ha/día. Si se admite que la Amazonia es un ecosistema clímax, y que las
pérdidas por el río no son debidas a una disminución natural del stock de carbono
del sistema o la acción antrópica, esta cifra representaría el potencial máximo de
fijación líquida de carbono por la fotosíntesis para la cuenca. Asumiendo que la
Amazonia es un sumidero de 36x10(-3) GT de carbono, y que para cada 12 gr de
carbono fijados por la fotosíntesis son producidos 32 gr de oxígeno, la producción
total de este último en la cuenca sería de aproximadamente de 96x 0(3) GT, que
representa solamente 8x10(-6) por ciento de la masa de oxígeno de la atmósfera.

40
En consecuencia, es improbable que la Amazonia, estando en equilibrio, sea el
"pulmón de la Tierra" o un sumidero significativo de CO 2 (Victoria et al., 1991). Por
otra parte los bosques maduros mantienen cautiva una gran cantidad de carbono,
que se libera en forma de CO2 al quemarlos. Aquí existe un problema real, pues
con la quema de los bosques amazónicos se liberan cantidades importantes de
CO2 a la atmósfera, contribuyendo al efecto invernadero y al calentamiento
climático global.

5. EL MITO DEL “INDÍGENA, FRENO PARA EL DESARROLLO”

El desconocimiento a nivel nacional e internacional respecto a los pueblos


indígenas amazónicos ha llevado a dos conceptos de influencia negativa: el
primero referido al indígena como obstáculo para el desarrollo, y, el segundo, el
del valor casi excluyente de los modelos indígenas para el desarrollo.

Especialmente en los países de la cuenca, los pueblos indígenas han sido y son
considerados como un obstáculo para el desarrollo, la conquista y la colonización
de la Amazonia. La razón está en las tierras que ocupan desde tiempos remotos,
en su forma de utilizar los recursos y en su cultura.

Recién durante los últimos decenios del presente siglo se logró introducir en la
normatividad jurídica de los países de la cuenca algunas reglas que garantizan el
derecho a la tierra de los pueblos indígenas y esto, apenas en forma parcial. El
reconocimiento de sus territorios ancestrales y del uso de los recursos naturales
con fines de autoabastecimiento se ha logrado también sólo en parte. Entre los
colonos ansiosos de ocupar esas tierras y los que preconizan teorías
desarrollistas, sigue prevaleciendo el concepto que los pueblos indígenas tienen
"demasiadas tierras" y que "no producen para el desarrollo del país". Tampoco ha
sido esclarecido, conceptual y legalmente, el derecho de los indígenas a la tierra y
a territorios más extensos para garantizar la cultura y la organización de los
pueblos indígenas y su libertad de vivir según sus patrones propios y ancestrales.

Con el avance de las investigaciones antropológicas y de sistemas de manejo de


recursos naturales en la Amazonia, la civilización occidental ha descubierto
también los modelos nativos. Este modelo, desarrollado a través de milenios de
adaptación a la heterogénea y compleja situación ecológica de la Amazonia,
ofrece contribuciones muy interesantes para un desarrollo sostenible.

Los pueblos indígenas conocen el ambiente y los recursos del bosque y de las
aguas; han desarrollado tecnologías adecuadas para los cultivos; han
domesticado plantas y animales; conocen y saben aprovechar las propiedades de
miles de plantas silvestres, y, en fin, son capaces de contribuir realmente a
mejorar los sistemas de producción para la región.

41
6. EL MITO DE LA AMAZONIA COMO SOLUCIÓN DE PROBLEMAS
PERIFÉRICOS

Durante el siglo XX, especialmente después de los años cincuenta, la Amazonia


ha sido objeto de un intenso proceso de colonización cuyo propósito fue expandir
la frontera agrícola y de establecer fronteras vivas u ocupar el denominado
"hinterland". Esto se ha hecho siempre con apoyo directo o indirecto de programas
estatales de los países de la cuenca. Esta colonización ha sido intensa en Brasil,
Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia, y muy escasa o inexistente en Surinam,
Guyana y Venezuela.

Los países andinos tienen problemas sociales y económicos muy agudos en las
tierras altas, mientras que Brasil los tiene principalmente en el Nordeste, semiárido
y pobre, y en el Sur, donde el éxodo de la mano de obra rural ha sido intenso
debido a la ausencia de oportunidades de empleo o de procesos de reforma
agraria, entre otros problemas, y por el progresivo proceso de modernización de la
agricultura. Para solucionar estos problemas iniciaron importantes programas de
colonización de la porción amazónica de sus territorios, inducidos por los mitos del
vacío amazónico y de la feracidad de las tierras. Las colonizaciones fueron
acompañadas de programas viales, la reubicación de pobladores de las áreas
periféricas deprimidas, y la construcción de infraestructura urbana y de
abastecimiento de energía.

El balance de más 60 años de colonización es negativo, porque no se han resuelto


los problemas de las zonas periféricas deprimidas y se han generado nuevos
problemas en la región amazónica. En efecto, las regiones andinas, nordestina y
del sur del Brasil, continúan en la misma situación o han empeorado. En la
Amazonia, la pobreza ha crecido y la calidad de vida ha disminuido, y el futuro
está más comprometido a consecuencia del desperdicio masivo de recursos
naturales.

7. EL MITO DE LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA AMAZONIA

Desde su independencia, los países amazónicos han debido asumir la defensa de


la Amazonia ante agresiones de carácter económico provenientes de fuera de la
región. Durante la década de los años 60 se hablaba con frecuencia de que la
Amazonia era considerada como un refugio eventual en caso de guerra nuclear.
De hecho, organizaciones militares de algunos de esos países financiaron
investigaciones científicas en la región. Previamente, los países amazónicos
debieron reaccionar enérgicamente contra iniciativas tales como las del Hudson
Institute, que propuso crear inmensos lagos artificiales en la cuenca, lo que habría
tenido incalculables impactos ambientales y sociales negativos.

Cuando en el decenio de los años 70 se inventó el mito de la Amazonia como


"pulmón de la Tierra" hubo, especialmente en los propios países amazónicos,

42
quienes pensaron que eso podría ser otro pretexto para agredir la Amazonia y es
entonces que apareció el mito de la internacionalización de la Amazonia". En
verdad, la idea de que la Amazonia podría ser internacional izada, no ha sido
planteada jamás por ninguna nación en el mundo. La idea en sí misma es
absurda, pues la Amazonia por importante que sea, no es de ningún modo la
única región que tiene importancia ecológica mundial.

43
Piedra del Cocuy

Atardecer en Puerto Inírida

44
CAPÍTULO PRIMERO
CARACTERIZACIÓN ESPACIAL

1. DEFINICIONES DE LA AMAZONIA COLOMBIANA

En Colombia, el concepto de Amazonia, al igual que para la Amazonia Continental


o Panamazonia, depende del criterio con el que se le defina. Por tanto, existen las
siguientes definiciones: Cuenca Amazónica o Amazonia Hidrográfica, Selva
Amazónica o Amazónica Selvática, Región del Tratado de Cooperación
Amazónica o Amazonia Legal y Dominio Amazónico o Región Amazónica
Colombiana.

1.1 CUENCA AMAZÓNICA O AMAZONIA HIDROGRÁFICA

La cuenca amazónica colombiana corresponde al territorio de nuestro país que


hace parte de la cuenca hidrográfica del río Amazonas. Sus límites se extienden
hasta las divisorias de agua con las cuencas adyacentes de los ríos Orinoco al
norte, Magdalena al noroccidente y la vertiente del Pacífico al suroccidente,
cubriendo totalmente los departamentos de Amazonas, Caquetá y Putumayo y
parcialmente, los departamentos del Guainía, Guaviare, Vaupés, Cauca y Nariño.

Los principales ríos tributarios del Amazonas que nacen en Colombia, son: el
Putumayo (río Içá en Brasil), el Caquetá (río Japurá en Brasil) y el Guainía (río
Negro en Brasil). Su área es de 339.505 km2 aproximadamente, según Gutiérrez,
Acosta y Salazar, 2004.

45
Mapa 9. Cuenca amazónica colombiana

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004

1.2 SELVA AMAZÓNICA O AMAZONIA SELVÁTICA

La selva amazónica se refiere a los bosques tropicales húmedos del suroriente del
país que tienen su continuidad en Venezuela, Brasil y Perú. La selva sobrepasa
los límites de la cuenca amazónica en el norte cubriendo el sur de los
departamentos del Vichada y el Meta, que pertenecen a la cuenca hidrográfica del
río Orinoco. En la región Andino-Amazónica de la cordillera Oriental se extiende
hasta los 1.000 msnm aproximadamente. Hacia el suroccidente cubre el extremo
suroriental del departamento del Cauca (la denominada Bota Caucana). Su
superficie es de aproximadamente 406.639 km2, según Gutiérrez, Acosta y
Salazar, 2004.

Se debe tener en cuenta que no toda la región de la Cuenca Hidrográfica del río
Amazonas en Colombia al igual que en otros países amazónicos, está cubierta de
selva sino que hay otras coberturas diferentes como sabanas, praderas,
estructuras rocosas y cuerpos de agua.

46
Mapa 10. Selva amazónica colombiana

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004

1.3 REGIÓN DEL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA O AMAZONIA


LEGAL

Colombia suscribió el Tratado de Cooperación Amazónica – TCA (hoy


Organización del Tratado de Cooperación Amazónica – OTCA) en el año de 1978,
junto con otros siete países amazónicos (Bolivia, Brasil, Ecuador, Guyana, Perú,
Surinam y Venezuela) y para efectos de delimitación de la Amazonia Legal dentro
del TCA se estableció un criterio político-administrativo cubriendo el área
correspondiente a seis departamentos (Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare,
Putumayo y Vaupés) que asciende a 403.348 km2.

De esta manera, estos seis departamentos son los que oficialmente se les
considera como amazónicos, no obstante haya áreas de otros departamentos que
pertenecen a la Cuenca amazónica o tienen presencia de Selva amazónica.

47
Mapa 11. Amazonia Legal

1.4 DOMINIO AMAZÓNICO O REGIÓN AMAZÓNICA COLOMBIANA

Tal vez uno de los aspectos en los que se presenta mayor imprecisión sobre el
territorio amazónico nacional, o mejor donde empiezan sus conflictos y las
diferencias de opinión es en su delimitación. De esta manera, algunos se refieren
a la Amazonia Hidrográfica para hacer alusión a la Cuenca amazónica; otros
toman como criterio la cobertura vegetal para definir la Selva amazónica o
Amazonia selvática y para efectos del Tratado de Cooperación Amazónica, se ha
establecido la noción de la Amazonia legal. También en los diferentes ejercicios de
regionalización del país y de zonificación y delimitación de la Amazonia se han
utilizado criterios de orden político y administrativo, dejando por fuera extensiones
y ecosistemas de gran importancia en la dinámica ecológica y ambiental de la
región.

Hoy en día, y para efectos del Ordenamiento Territorial de la Amazonia, resulta


indispensable concebir la Amazonia Colombiana con la totalidad de sus
ecosistemas y unidades de paisaje, bajo criterios biogeográficos y de la ecología
del paisaje, sin perder de vista su interrelación con las áreas y ecosistemas
vecinos, lo que se podría denominar el ―Dominio Amazónico‖, y así garantizar la
adecuada gestión ambiental de la región.

De esta manera, los límites artificiales de los departamentos escapan no sólo a la


dinámica ecológica de la región y a los patrones biogeográficos, sino también a la

48
dinámica, territorialidad y movilidad en el espacio de los grupos indígenas
amazónicos, conformando una región que cubre todas las anteriores definiciones
denominada el Dominio Amazónico, lo que realmente corresponde a la Región
Amazónica Colombiana.

Vista la Amazonia Colombiana desde esta perspectiva, el Dominio Amazónico o la


Región Amazónica Colombiana compre diez departamentos del país, seis
departamentos completos: Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y
Vaupés, y cuatro parcialmente: Vichada, Meta, Cauca y Nariño, cubriendo una
extensión aproximada de 477.274 km2 (Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004).

Cuadro 5. Departamentos de la Región Amazónica colombiana

EXTENSIÓN POBLACIÓN DENSIDAD


DEPARTAMENTOS % CAPITAL MUNICIPIOS
(km2) (Año 2011) (hab/km2)

AMAZONAS 109.665 22,98 72.887 0,66 Leticia 2

CAQUETÁ 88.965 18,64 453.562 510 Florencia 16

Puerto
GUAINÍA 72.238 15,14 38.949 0,54 1
Inírida

GUAVIARE 53.460 11,20 104.890 1,96 San José 4

PUTUMAYO 24.885 5,21 329.598 13,24 Mocoa 13

VAUPÉS 54.135 11,34 41.965 0,78 Mitú 3

CAUCA 4.224 0,89 11.351 2,69 - 3

META 32.024 6,71 55.663 1,74 - 9

NARIÑO 2.454 0,51 43.823 17,86 - 6

VICHADA 35.224 7,38 4.265 0,12 - 1

TOTAL 477.274 100.00 1.156.953 2,42 58


FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004 y ajustado Rincón, 2011

49
Mapa 12. Región amazónica colombiana

FUENTE: Gutiérrez, Acosta y Salazar, 2004

Los departamentos con mayor participación en el área de la Región Amazónica


colombiana son en su orden: Amazonas, Caquetá, Guainía y los de menor
participación: Nariño, Cauca y Putumayo.

2. REGIONALIZACIÓN

De acuerdo con el proceso de ocupación de la región ésta presenta dos regiones


diferentes por sus características económicas, sociales y ambientales (Es
importante tener en cuenta que los límites actuales de estas regiones se trazan de
acuerdo con las evidencias de procesos de ocupación y consolidación de la
actividad antrópica y variarán a medida que los procesos de intervención se
desplacen). Una, la Amazonia Occidental, abarca los departamentos de
Guaviare, Putumayo y la parte occidental del Caquetá y constituye el área de la
Amazonia con mayor grado de intervención, denominada ―frontera agropecuaria‖.
Se caracteriza por una mayor densidad demográfica y un poblamiento continuo a
lo largo de vías y ríos principales (Putumayo, alto Caquetá, Orteguaza, Caquán y
alto Guaviare) extendiéndose hacia la planicie amazónica, sin embargo, en los
últimos años se ha producido un notable avance hacia la zona cordillerana que

50
tiende a unirse con el avance desde los departamentos de Nariño, Cauca y Huila.
La mayor parte de la población se concentra en el área urbana de las capitales
departamentales (Florencia, Mocoa y San José del Guaviare) y otras cabeceras
municipales (San Vicente del Caguán, Puerto Rico y Puerto Asís), el área rural
está constituida por campesinos y colonos.

La expansión de formas territoriales nacionales para esta región se dio en dos


grandes vertientes. La primera, conformada por las migraciones hacia el
departamento del Caquetá como parte de la expansión huilense, y la segunda,
desde los departamentos de Nariño y Cauca hacia el departamento del Putumayo,
por colonos que transformaron su paisaje, adecuándolo para la práctica de
actividades agropecuarias extensivas y la explotación de hidrocarburos. Esta
última vertiente estimuló la creación de nuevas áreas de ocupación, así como la
formación de cinturones de miseria alrededor de los pueblos y ciudades, afectando
en mayor o menor grado la vida de los habitantes de la zona y los ecosistemas
naturales, el desplazamiento de población indígena, contaminación ambiental,
nuevos usos del suelo y unja mayor presión sobre recursos como el agua, el suelo
y los bosques, entre otros.

Esta región presenta graves problemas ambientales, como la deforestación de sus


selvas ecuatoriales húmedas, contaminación de sus aguas por los desechos de
las ciudades y pueblos y de los provenientes del procesamiento de los cultivos
ilícitos. Al Putumayo hay que agregarle la contaminación generada por la
extracción petrolera. Predomina el sector terciario en las ciudades y centros
poblados (comercio y servicios) y el sector primario en el campo, en donde
sobresale el sistema ganadero extensivo de doble propósito con baja tecnología,
asociado con pequeñas áreas de cultivos de subsistencia, caucho y piscicultura.

Por el dominio de su territorio se presentan intensos conflictos protagonizados por


sectores y actores sociales al margen de la ley como la guerrilla, el narcotráfico y
los paramilitares, lo que ha afectado su estabilidad social, económica y política.

En esta región existen algunas áreas protegidas que hacen parte del sistema
nacional de parques naturales como los parques La Paya y Serranía de los
Churumbelos, en el departamento del Putumayo; el Alto Fragua Indi Wasi y una
parte de Los Picachos en el Caquetá y el área de la Reserva Forestal de la
Amazonia a partir de la cota 1000 msnm en el Caquetá y Putumayo.

La otra región, la Amazonia Oriental, está conformada por los departamentos de


Amazonas, Guainía y Vaupés y la parte oriental del departamento del Caquetá.
Esta región constituye la ―frontera de recursos‖ de la Amazonia colombiana y se
caracteriza por su baja densidad demográfica, predominio de la población rural
dispersa, específicamente de indígenas y grandes extensiones de selvas
ecuatoriales húmedas sin intervenir. Leticia, capital del departamento de
Amazonas concentra la mayoría de la población urbana de la región.

51
La permanente extracción de recursos naturales desde la colonia hasta la
actualidad ha predominado, con la generación de un muy bajo valor agregado que
se materialice en infraestructura, proyectos productivos y retención de excedentes
económicos.

La mayor parte de su superficie permanece bajo un sistema de manejo protegido


ya sea en forma de resguardos (189 en total) y 8 reservas indígenas, siete
parques naturales nacionales: Amacayacu, Cahunarí y Puré, en el Amazonas; La
Paya, en el Putumayo; Chiribiquete, que comprende territorios de Caquetá y de
Guaviare; las reservas naturales nacionales: Puinawi, en el Guanía y Nukak, en el
Guaviare y, el área correspondiente a la Reserva Forestal de la Amazonia (Ley 2
de 1959), lo cual ha favorecido su poca intervención y conservación.

Con la declaración de áreas de parques y reservas naturales nacionales y de


reservas forestales se intenta proteger, conservar y manejar los recursos del
medio ambiente. Las zonas de reserva forestal son destinadas al establecimiento,
mantenimiento y utilización racional de recursos forestales. A pesar de que los
bosques existentes en ellas sólo se pueden aprovechar racionalmente para
garantizar su recuperación y la supervivencia de estas reservas forestales, se
extrae madera indiscriminada e ilegalmente.

A su vez, los parques y reservas naturales son zonas a las que, por la riqueza de
sus recursos naturales, su fauna y su flora, se les establece un tratamiento
especial para su conservación y mantenimiento. En estas áreas se prevé el
desarrollo de actividades de conservación, investigación, educación, cultura,
recreación, recuperación y control.

Sin embargo, los parques y reservas naturales y, la reserva forestal de la


Amazonia se hallan intervenidos por los siguientes factores:

 Población indígena o colonos asentados allí en el momento de su creación.


 Colonos que entran como resultado de la expansión de la frontera
agropecuaria y el avance de las puntas de colonización
 Presencia de grupos armados fuera de la ley.
 Extracción de recursos naturales, tales como madera, fauna y oro.
 Cultivo, recolección y procesamiento de la hoja de coca o actividades de
prestación de servicios alrededor de esta actividad económica.

La organización histórica de esta región oriental se ha dado a través de las vías de


comunicación naturales que constituyen los grandes ríos amazónicos y sus
principales tributarios. Allí, la presencia del Estado se hace notoria a partir de 1928
con un proceso de colonización dirigida, mediante el núcleo de Leticia. Hacia los
años 40 se dan tres procesos principales de doblamiento: el primero, formado por
individuos desplazados del interior del país que poco a poco se dirigen hacia el

52
interior de la Amazonia buscando tierras; el segundo, por militares y policías que
llegan a medida que se refuerzan las bases militares de La Pedrera y Araracuara y
la creación de nuevos puestos de control sobre el río Caquetá y ríos secundarios,
que posteriormente abandonan para ir en busca de tierras; y por último, el
conformado por aquellos que son atraídos por un segundo auge relativo del
caucho y de pieles finas provenientes del norte hacia el Vaupés y que poco a poco
a la cuenca del medio y bajo Caquetá pro trochas y cursos de agua que conectan
los ríos Vaupés, Apaporis, Mirití y Caquetá.

Figura 9. Regiones de la Amazonia colombiana

FUENTE: Instituto SINCHI, 2003.

53
5. ORDENAMIENTO DEL TERRITORIO

En la región amazónica colombiana confluyen y se cruzan el ordenamiento


tradicional del territorio de los pueblos indígenas, con los ejercicios de planificación
y ordenamiento, que a partir de siglo pasado, buscan desde la acción pública,
regular la administración local regional, normalizar la tenencia de la tierra, proteger
algunos recursos o áreas para evitar su uso inadecuado, dedicar otras a un fin
especial o moderar los flujos económicos y de doblamiento, entre otros. Estos
procesos de ordenamiento, en algunos casos, han generado conflictos por la
superposición de áreas de influencia y competencias de los entes públicos, o no
han tenido el efecto deseado.

En términos generales, el establecimiento de asentamientos en la Amazonia


colombiana ha reflejado debilidades en las políticas y la acción pública para el
manejo y uso sostenible de la biodiversidad. Estos asentamientos son en parte,
resultado de la migración de campesinos que buscando explorar ciertas zonas con
relativo potencial agropecuario, han afectado los ecosistemas terrestres y
acuáticos de la región, y por tanto, a las comunidades nativas dependientes de los
mismos. Adicionalmente, el crecimiento acelerado e inesperado de centros
poblados sin un modelo de planeación previo y concertado, han llevado a daños
ambientales asociados a la construcción de infraestructura económica y de
servicios. Las políticas públicas son con frecuencia contradictorias, generando
conflictos: por una parte se impulsa infraestructura para hacer más competitiva la
región mientras que por el otro, se fomenta la conservación de áreas protegidas,
zonas intangibles y territorios indígenas. La ambigüedad genera choque de
visiones e intereses, sin lograr hasta el momento un punto de equilibrio o de
consenso.

Actualmente no se cuenta con una estadística de las familias que se encuentran


ubicadas en áreas que están bajo alguna figura legal de tenencia y manejo. Se
considera que hay un impacto negativo que afecta fundamentalmente la zona de
la cordillera Oriental donde se pueden identificar seis zonas críticas: el área de
influencia de las vías Florencia – Suaza; San Vicente del Caguán – Balsillas –
Neiva; Garzón – San Guillermo – Florencia; Belén de los Andaquíes – Los Ángeles
– Trocha Acevedo; el camino real entre Mocoa y San Francisco, que afecta la
Reserva Forestal Protectora de la cuenca del río Mocoa, y el camino trocha entre
Colón y Santafé (Nariño) por Runduyaco. A éstos se debe adicionar el frente de
colonización al norte de Leticia, en la cuenca del río Calderón.

La violencia vivida, las constantes amenazas a la población por parte de los


grupos alzados en armas, el reclutamiento forzado de menores y la fumigación de
cultivos de uso ilícito, entre otros, han contribuido al fenómeno del desplazamiento
masivo a nivel intrarregional, interregional y transfronterizo. Los nuevos habitantes
ocupan (invaden) predios suburbanos generando presiones por servicios sociales,
lo cual se ha evidenciado en ciudades como Florencia, El Doncello, San Vicente

54
del Caguán, Puerto Asís, Mocoa, Villagarzón, San José del Guaviare, entre otros.
Esta situación se agudiza cuando los grupos de desplazados se ubican en
territorios ancestrales de pueblos indígenas y otros grupos, dificultando procesos
de saneamiento de esos territorios.

Dentro de los grupos étnicos desplazados hacia la región amazónica, provenientes


de la región andina y del pacífico, están los Embera-Catios (Valle del Cauca),
Embera (Chocó), Pastos, Quillacingas y Awá (Nariño) y Paeces (Cauca). En este
mismo sentido, el desplazamiento afecta la calidad de vida de los asentamientos
humanos por cuanto desborda la capacidad de las administraciones públicas para
proveer a la población de infraestructura y de servicios públicos.

Desde el punto de vista del ordenamiento ambiental del territorio, la región está
configurada por resguardos y reservas indígenas, parques nacionales naturales y
reservas, reservas forestales, distritos de conservación de suelos y drenajes,
reservas campesinas, entres otros.

Cuadro 5. Figuras de ordenamiento del territorio

FIGURA JURÍDICA ÁREA (ha)


Resguardos indígenas 23.314.361
Reservas indígenas 122.024
Reserva Forestal de la Amazonia. Ley 2 de 1959 16.062.836
Sustracciones a la Reserva Forestal de la Amazonia 6.369.251
Reservas Forestales (Cuenca Alta Río Mocoa y Puerto Solano) 51.573
Parques Nacionales Naturales 3.472.854
Reservas Nacionales Naturales 1.952.500
Distritos de Conservación de Suelos y de Drenaje (Caquetá y Valle de 3.080
Sibundoy
Reservas Campesinas 167.908
FUENTE. PAT CORPOAMAZONIA 2007-2009 y PAT CDA 2007-2009

6. ÁREAS PROTEGIDAS

El gobierno nacional dentro de sus estrategias para la conservación in situ de la


diversidad biológica, ha declarado desde la década de los 60 áreas protegidas con
diversas categorías y formas de administración, para garantizar así la
preservación los recursos naturales. En la legislación ambiental actual existen
categorías de áreas protegidas que se clasifican en nacionales, regionales y
locales, éstas son de carácter público y administradas por entidades del Estado.

55
6.1 PARQUES Y RESERVAS NACIONALES NATURALES

En la Amazonia colombiana el gobierno ha creado hasta el momento ocho


parques y dos reservas nacionales naturales, con una superficie de 5.992.224
hectáreas. El cuadro siguiente muestra la ubicación y el área de cada uno de ellos.
Los Parques Nacionales: Amacayacu, Río Puré, Cahuinarí, Alto Fragua Indi Wasi
y La Paya y las Reservas Nacionales: Puinawi y Nukak, se encuentran ubicados
en su totalidad en la región amazónica mientras que los Parques Nacionales:
Serranía de Chiribiquete, Cordillera de Los Picachos y la Serranía de los
Churumbelos se encuentran parcialmente.

En estas áreas, las principales amenazas están relacionadas con la ocupación de


tierras dentro de ellas y la transformación de ecosistemas complejos a sistemas de
estructuras más sencillas (mono cultivos y paraderas, acompañados de la
introducción de especies foráneas). Dentro de estos monocultivos, la implantación
de cultivos de uso ilícito y su posterior erradicación por fumigación, son causas de
la destrucción tanto de los ecosistemas naturales como de la vocación de los
suelos.

Cuadro 6. Parques y Reservas Nacionales Naturales

Parque Nacional Resolución y fecha de Extensión


Departamento Localización
Natural creación (ha)
Acuerdo No. 40 de 30-09- Trapecio Amazónico
1975, aprobado con colombiano en
Resolución Ejecutiva 0283 jurisdicción de los
de octubre de 1975 declara municipios de Leticia
170.000 ha como parque. (por los sectores sur y
AMACAYACU Acuerdo No. 92 de 15-12- 293.500 oriental), Puerto
1987 aprobado con Nariño (al occidente) y
Resolución Ejecutiva 92 de el corregimiento
11-02-1989 a su extensión departamental de
actual Tarapacá (por el norte)
AMAZONAS Resolución Ejecutiva 190 Jurisdicción del
del 19 de octubre de 1987 municipio de Leticia,
CAHUINARÍ 575.5000 corregimiento
departamental La
Pedrera
Resolución No. 0764 del 5 Jurisdicción de los
de agosto de 2002 del corregimientos
RÍO PURÉ Ministerio de Ambiente 999.880 departamentales de La
Pedrera, Tarapacá y
Arica
Resolución No. 198 de Jurisdicción de los
2002 del Ministerio de municipios de San
ALTO FRAGUA Ambiente 77.336 José del Fragua y
INDI WASI Belén de los
Andaquíes
Acuerdo No. 045 del 21- Caquetá: municipio de
CAQUETÁ 09-1989 del INDERENA, Solano
aprobado con Resolución Guaviare: municipio de
SERRANÍA DE Ejecutiva 120 de 21-09- 1.280.000 Calamar
CHIRIBIQUETE 1989 de
MINAGRICULTURA

CAQUETÁ CORDILLERA Acuerdo No. 018 del 02- 294.319 Límites de los

56
DE LOS 05-1977 del INDERENA, departamentos del
aprobado con Resolución Huila, Meta y Caquetá
PICACHOS Ejecutiva 157 del 02-06- en la Cordillera
1977 de Oriental. Jurisdicción
MINAGRICULTURA de los municipios de
La Uribe (Meta) y San
Vicente del Caguán
(Caquetá)
Acuerdo No. 015 de 25-04- Municipio de Puerto
1984 del INDERENA, Leguízamo
aprobado con Resolución
LA PAYA Ejecutiva 160 del 24—08- 422.000
1984 de
MINAGRICULTURA
Resolución 1311 del 23 de Caquetá: municipio de
PUTUMAYO julio de 2007 del Ministerio San José del Fragua
de Ambiente, Vivienda y Cauca: Municipios de
SERRANÍA DE Desarrollo Territorial Piamonte y Santa
LOS 97.189 Rosa
CHURUMBELOS Huila: Municipios de
Acevedo y Palestina
Putumayo: municipio
de Mocoa
Reserva Nacional
Natural
Acuerdo No. 27 de Municipio de San José
GUAVIARE NUKAK septiembre de 1989 860.000 del Guaviare
Municipio de Puerto
Inárida, corregimientos
Resolución 123 de de Morichal, Pana-
GUAINIA PUINAWI septiembre de 1989 1.092.500 Pana y Puerto
Colombia, Serranía de
Caranacoa
TOTAL 5.992.224
FUENTE. Unidad Administrativa Especial de Parques Nacionales Naturales, 2005

6.2 RESERVA FORESTAL DE LA AMAZONIA

La Reserva Forestal de la Amazonia fue creada por la Ley 2 de 1959 para el


desarrollo de la economía forestal y la protección de los suelos, las aguas y la vida
silvestre. La superficie de la Reserva inicialmente fue de 43.959.737 hectáreas de
las cuáles se han sustraído 6.115.213 ha (equivalente al 13,9%
aproximadamente), quedando actualmente una superficie de Reserva de
37'844.524 ha.

57
Cuadro 7. Áreas de sustracción de la Reserva Forestal de la Amazonia

OBJETO DE LA SUSTRACCIÓN ÁREA (ha) LOCALIZACIÓN


Colonización Militar 121.840 Putumayo (Puerto Leguízamo)
Asentamiento de Colonos 53.000 Amazonas (Leticia)
Asentamiento de Colonos 3.645.000 Putumayo y Caquetá
Colonización Militar 17.300 Caquetá (Solano)
Reservas indígenas y asentamiento de 1.500.000 Caquetá y Amazonas
colonos
Asentamiento de colonos Pato-Balsillas 64.400 Caquetá (San Vicente del
Caguán)
Asentamientos de colonos del Caguán 367.500 Caquetá (San Vicente del
Caguán)
Asentamientos de colonos 126.405 Guainía (Barrancominas e Inírida)
Reservas indígenas 473.566 Guaviare (Calamar, El Retorno y
del Guaviare)
TOTAL ÁREA SUSTRAÍDA 6.369.011
FUENTE: PAT CORPOAMAZONIA 2007-2009 y PAT CDA 2007-2009

La Reserva Forestal de la Amazonia alberga una variedad de ecosistemas que


van desde el piso basal hasta el piso andino, con una topografía variada, desde
zonas ligeramente planas y disectadas hasta las formas montañosas de la
vertiente oriental de las cordilleras Centro-Oriental y Oriental. En la Reserva se
encuentra una importante extensión bajo cobertura boscosa aún sin intervenir
sobre 31.028.944 Ha, que constituyen mas del 80% de la Reserva Forestal donde
se resguarda una de las mayores muestras de la rica biodiversidad del país.

Cerca del 76% de la Reserva se encuentra el bosque basal amazónico cubriendo


28.243.639 Ha.

58
CAPITULO SEGUNDO
CARACTERIZACIÓN SOCIOECONÓMICA

1. LA POBLACIÓN

Dos tipos de población predominan en la región amazónica: la población indígena


con 74.720 habitantes y la población no indígena, que alcanza los 968.255
habitantes (según el Censo de población del DANE de 2005).

1.1 POBLACIÓN INDÍGENA

La Amazonia colombiana ha sido el hábitat tradicional de numerosos pueblos


indígenas, los cuales han ocupado esta selva húmeda desde hace por lo menos
8.000 años.

Por esta razón se puede afirmar que la cultura amazónica es milenaria y


multiétnica. En su cosmovisión se encuentran desarrollados innumerables
conocimientos sobre su entorno y sistemas elaborados de uso y manejo de los
recursos naturales de manera apropiada para la subsistencia e intercambio
comunitario, pero no adaptados a sistemas económicos orientados a la
acumulación de capital y generación de excedentes de producción.

En la Amazonia el concepto de territorio es el eje fundamental para la


comprensión de la relación entre los pueblos indígenas y la naturaleza, basada en
el conocimiento mítico y tradicional indígena que no sólo implica el desarrollo de
modelos cosmológicos propios, sino que también involucra una particular
sabiduría en relación con la conservación y el manejo de la biodiversidad, y la
aplicación tanto de técnicas tradicionales como de adaptaciones y creaciones
producto de la experiencia contemporánea. Este conocimiento se torna vital para
la sobrevivencia y el desarrollo de los pueblos indígenas, a través de la aplicación
de estrategias culturales adaptativas.

Desde comienzos del siglo pasado (siglo XX), los pueblos indígenas amazónicos
han vivido procesos diferenciales de conservación y reproducción cultural, así
como la violencia, desestructuración social, territorial y cultural, como producto
tanto de coyunturas económicas (por ejemplo, ciclos extractivos o bonanzas)
como ideológicas (por ejemplo, procesos de evangelización), e igualmente
resultantes de diversos procesos de articulación a intereses geopolíticos
nacionales e internacionales. Ante estos procesos que han determinado la relación
de los pueblos indígenas con el resto de la nación colombiana, la propuesta de los
indígenas ha sido la construcción social y la recuperación cultural. Este proceso se
ha acentuado en los últimos años, expresándose en movimientos de

59
recomposición y revitalización étnica. Los pueblos indígenas han asumido también
expresiones organizativas regionales y zonales, producto de movimientos sociales
indígenas que han surgido para dar cuenta de sus características socio-culturales
y políticas particulares.

Ante las grandes transformaciones de la humanidad fundamentalmente con


relación a las culturas y la base natural de recursos, es creciente el interés
internacional por el presente y futuro de los pueblos indígenas de la Amazonia; por
conocer y reconocer su diversidad cultural en lo relacionado con los diferentes
hábitats, de manera que la humanidad, en general, gane en perspectiva frente al
uso y manejo de los recursos naturales. Ello ha implicado el paulatino
reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a sus territorios, a su
cultura, a la autogestión de proyectos de desarrollo.

Alrededor de 56 pueblos indígenas habitan actualmente en la Amazonia,


distribuidos por toda la región. Su presencia y su dinámica poblacional es
desigual, dependiendo de los procesos de articulación con la sociedad nacional,
así como de sus propias dinámicas culturales.

Los departamentos con mayor presencia de población indígena corresponden a la


región de la Amazonia Oriental, es decir, Amazonas, Guainía y Vaupés, donde
gran parte del territorio está configurado bajo la estructura de resguardos
indígenas. En ellos se encuentra distribuida espacialmente la mayor parte de estos
pueblos.

En total son 10 las familias lingüísticas en que se agrupan estos pueblos:


Cuadro 8 y Figura 10. Familias lingüísticas
FAMILIA %
Arawak 15.97
Bora 3.63 3,63 0,29
14,24 15,97
Caribe 0.29 0,67
Chocó 0.67 9,08
33,56
Guahíbo 9.08 10,13

Makú-Puinave 5.83 5,83


5,07
Quechua 5.07 1,53
Witoto 10.13
Sáliba-Piaroa 1.53
Tucano 33.56 Arawak Bora Caribe Chocó
Independientes 14.24 Guahíbo Makú-Puinave Quechua Witoto

Sáliba-Piaroa Tucano Independientes


FUENTE: Atlas cultural de la Amazonia colombiana, 1998.

En tiempos precolombinos estas poblaciones ocupaban densamente los territorios


amazónicos, y mantenían diversos intercambios y comercio entre muchas de sus
etnias. Las áreas de intercambio se extendían también hacia la región andina y las
tierras bajas de la Amazonia. Las poblaciones indígenas se vieron fraccionadas y

60
reducidas a ―islas‖ o ―archipiélagos‖ a partir de la conquista; persisten sin
embargo, algunas relaciones interétnicas entre los grupos supervivientes.

1.1.1 Patrones de Asentamiento: las poblaciones indígenas actualmente


existentes en la Amazonia Colombiana, en mayor o menor grado de contacto con
la sociedad nacional, se encuentran dispersas en el territorio amazónico, con
patrones de asentamientos propios o impuestos por la población blanca.

Los indígenas de la Amazonia, expresan varios modelos de asentamiento,


característicos de esta región.

Aunque en el pasado, durante varios milenios las bandas de recolectores y


cazadores abundaron, hoy en día sólo existe la familia Makú-Puinave que
mantiene el nomadismo en bandas, como patrón. Desde hace unos tres milenios,
la pauta general es la habitación semi-sedentaria, propia del ecotipo del sistema
de tala y quema en las culturas de la selva húmeda tropical, lo cual, generalmente,
no permite asentamientos sedentarios permanentes, nucleados y de más de unas
500 a 1.000 personas. Los suelos ácidos y pobres en nutrientes de gran parte de
la Amazonia Colombiana, sólo permitieron en el pasado y permiten en el presente,
un uso itinerante de siembra y rastrojo, con asentamientos estacionarios en torno
a un gran territorio que posibilita una corta utilización de las tierras de algunas
áreas, mientras que la otra parte, se deja descansar para regenerar los nutrientes,
la flora y la fauna, para ser reutilizadas tan pronto ofrezcan las condiciones para
hacerlo.

Los actuales asentamientos forman familias extensas y no propiamente


poblaciones porque sus formas económicas no producen para un mercado y más
bien tienden a guardar un equilibrio del medio. El influjo de colonos, campesinos y
terratenientes, ha obligado a las comunidades a desplazamientos forzosos a
regiones donde el Estado les ha asignado un territorio bajo la modalidad de
Resguardo y Reservas Indígenas para poder garantizar su supervivencia. A pesar
de ello la población indígena está diminuyendo especialmente por el proceso de
aculturación.

1.1.2 Tenencia de la Tierra: en la Amazonia Colombiana existen cinco formas


indígenas de tenencia de la tierra plenamente identificadas: Los Resguardos, Las
Reservas, las Comunidades Indígenas Civiles, Territorios Comunales y
Posesiones Individuales.

Los Resguardos y las Reservas son las modalidades de tenencia de la tierra más
importantes y numerosas y es donde se encuentra la mayor parte la población
indígena de la Amazonia. En la actualidad, existen 188 resguardos en la región
Amazónica.

61
Cuadro 9. Dominio territorial indígena

DEPARTAMENTO POBLACIÓN PARTICIPACIÓN NÚMERO DE SUPERFICIE PARTICIPACIÓN


INDÍGENA EN LA RESGUARDOS RESGUARDOS TOTAL
AMAZONIA (%) (ha) AMAZONIA (%)
AMAZONAS 16.495 23.4 26 9.266.686 76.6
CAQUETÁ 4.267 1.0 46 414.613 6.7
GUAINÍA 12.970 34.9 29 7.146.701 96.8
GUAVIARE 4.003 3.4 23 1.587.542 18.4
PUTUMAYO 18.441 5.5 61 238.574 4.1
VAUPÉS 18.544 61.9 3 4.660.245 55.4
TOTAL 74.720 7.4 188 23.314.361 50.8
FUENTE: ARANGO, R. y SÁNCHEZ, E. Los pueblos indígenas de Colombia. 1998; PAT
CORPOAMAZONIA 2007-2009 y PAT CDA 2007-2009

Figura 7. Población indígena por Figura 8. Área de Resguardos por


departam entos Departamento
16. 495
18. 544

AMAZONAS AMAZONAS
CAQUETÁ 20% CAQUETÁ
4. 267
1% 39%
GUAINÍA 7% GUAINÍA
GUAVIARE
GUAVIARE
12. 970 31% 2% PUTUMAYO
18. 441
PUTUMAYO
4. 003
VAUPÉS
VAUPÉS

La reglamentación de las Entidades Territoriales Indígenas – ETIs - creadas en la


Constitución de 1991, se constituye para los pueblos indígenas en uno de sus
proyectos históricos más importantes. Para ellos, la autonomía política y
administrativa que la Constitución Política les delegó les permite redefinir sus
relaciones con el Estado y construir conjuntamente la región con propósitos
comunes que garanticen el mejoramiento de la calidad de vida de todas las
poblaciones, sean indígenas o mestizas.

1.2 POBLACIÓN NO INDÍGENA

La población no indígena de la Amazonia Colombiana está representada por los


inmigrantes del interior del país que en diferentes oleadas llegaron a la región,
motivados algunos por la abundancia de recursos naturales y otros, por escapar a
los problemas de la violencia, desempleo y carencia de tierras o porque fueron
desplazados por la descomposición de la economía campesina generada en el
proceso de concentración y especulación fundiaria y en la modernización de
agricultura; también está constituida por las generaciones de población nacida en
la misma región, hijos de migrantes y colonizadores.

62
La gran mayoría de la población no indígena vive en asentamientos humanos
nucleados (ciudades, centros poblados, caseríos), ubicados principalmente a lo
largo de la carretera Marginal de la Selva, los cuales albergan aproximadamente la
mitad de la población amazónica.

1.2.1 La Colonización. La dinámica poblacional y de ocupación de la Amazonia


Colombiana se ha caracterizado por sucesivos procesos de colonización, iniciados
a partir de la década de los treinta y específicamente en 1932, cuando el conflicto
con el Perú define la suerte de la colonización lenta y esporádica que hasta ese
año se venía presentando en la región. La construcción de las carreteras Pasto-
Mocoa y Altamira-Florencia, abrieron las puertas de la Amazonia al resto del país
por su sector occidental: la vertiente oriental de la cordillera Oriental.

La intensidad de la colonización fue progresiva hasta tornarse en una avalancha a


partir de 1950 debido a la violencia política del interior del país.

Desde esa década, la colonización se fomentó por parte del Estado como válvula
de escape a los conflictos sociales del interior del país (en 1959 se realizó la
colonización dirigida promovida por la Caja Agraria y en 1961 retomada por el
INCORA), especialmente hacia el Caquetá, privilegiando la explotación ganadera,
con el resultado de una notable descomposición social y un grave deterioro del
sistema ecológico.

En los años sesenta el descubrimiento de campos petrolíferos en el putumayo,


desplazó una gran masa de población hacia ese sector de la Amazonia,
acompañado de nuevos asentamientos. Finalmente en los setenta en el Ariari,
San José del Guaviare y Guainía y en general en toda la Amazonia se generó un
proceso de expansión a partir de la bonanza de la coca que terminó a mediados
de los años ochenta. Adicionalmente, en diversas áreas de la región Amazónica
se han presentado distintas colonizaciones de enclave, generadas por las
bonanzas transitorias de extracción incontrolada de algunos recursos naturales.

La colonización de la Amazonia ha promovido siempre la deforestación, con el


consecuente deterioro de la diversidad biológica, propagación de plagas y
enfermedades, pérdida y empobrecimiento de los suelos, desequilibrio
hidrológico, incendios forestales e invasión y ocupación de territorios indígenas.

En la Amazonia intervenida (Amazonia Occidental) opera un proceso de


diferenciación espacial que básicamente genera tres áreas bien definidas física,
social, económica y políticamente: el área de colonización consolidada, el área
transicional, y los frentes de colonización.

 La Colonización consolidada: comprende las áreas de poblamiento y


ocupación más antiguas, localizadas sobre el eje de la carretera Marginal de la
Selva en los departamentos de Caquetá y Putumayo y en zonas aledañas a

63
San José del Guaviare y Leticia (Amazonas). Esta área se caracteriza por una
casi completa praderización, dedicándose sus tierras a la ganadería extensiva
principalmente. A la vez que es el área más antigua, presenta mayor
vinculación al mercado regional y nacional, precisamente porque está dotada,
proporcionalmente, de una mayor infraestructura y equipamiento técnico,
productivo y financiero. Empero, la consolidación de la colonización no está
asociada exclusivamente con la mayor acumulación de capital y/o valorización
de las tierras, sino también a la mayor cohesión social y, sobretodo, a la mayor
capacidad de representación política respecto de las otras áreas de la
colonización.

Sin embargo, la presión continuada sobre estas áreas de colonización, genera


al mismo tiempo algunos frentes dinámicos de migración y poblamiento como
los de San Vicente del Caguán hacia las zonas del Lozada y el Yarí, de Curillo
hacia la Bota Caucana, El Paujil y El Doncello hacia Unión Peneya y Rionegro,
Mocoa hacia los valles de Sibundoy y del Guamuez, San José del Guaviare
hacia Calamar y El Retorno, y Leticia hacia Tarapacá.

Esta área concentra los mayores asentamientos urbanos, aglutinando de igual


forma, la infraestructura vial y de servicios. Estos asentamientos se encuentran
localizados en parte de las zonas denominadas ―sustracciones a la reserva
forestal de la ley 2 de 1.959‖ en un área de 6.115.213 hectáreas,
aproximadamente.

Las principales ciudades, como Florencia, San Vicente de Caguán, Puerto


Rico, Cartagena del Chairá, Mocoa, Puerto Asís, San José del Guaviare y
Leticia, se caracterizan por tener migraciones campo-ciudad que generan
fenómenos de marginalidad urbana (en Florencia se realizó en la década de
los ochenta, una de las invasiones más grandes de la historia del país
localizada en el actual barrio las Malvinas), concentración de la propiedad
rural, afianzamiento de estructuras productivas de ganadería extensiva y lenta
penetración de cultivos mecanizados.

 Área de transición: son zonas de transición entre la colonización consolidada


y los frentes de colonización. Predominan en estas áreas la pequeña
ganadería y algunas actividades agrícolas de algún rendimiento comercial.
Dada la relativa acumulación de capital y la consiguiente valoración de los
predios, alcanzada gracias al trabajo del colono fundador o los pobladores
primarios. Estas áreas soportan la mayor presión por parte de los demás
actores del proceso de ocupación, poblamiento y explotación del espacio
amazónico. En particular, los ganaderos, bien sea individualmente o mediante
la acción de los llamados ―Fondos Ganaderos‖ o ―Comités de Ganaderos‖,
estimulan en el área los procesos de praderización en busca de pastos para su
creciente ganadería extensiva. Al cabo de algún tiempo estas áreas se
incorporan al mercado de tierras, pastos y ganado, característico de las zonas

64
consolidadas, pero sus habitantes primarios, mayoritariamente se han
desplazado, bien a las puntas de colonización en procura de la tierra perdida
por el mecanismo de consolidación de la colonización misma o bien se han
marchado a engrosar las zonas subnormales de los principales centros
urbanos de las áreas consolidadas.

 Los frentes de colonización: son zonas de penetración hacia la Amazonia


Oriental localizados sobre las riberas de los principales ríos o de sus afluentes
y sobre las trochas y carreteables en construcción, conformando una
colonización de tipo longitudinal. Presentan un activo movimiento poblacional y
una agricultura básicamente de subsistencia. Se originan en la estructura de la
propiedad rural y los conflictos sucesivos, primero en las áreas centrales del
país (región andina) y luego en las propias áreas consolidadas de las zonas de
colonización que reproducen el patrón de estructuración espacial rural
excluyente. Socialmente estos frentes de colonización son activados
permanentemente por la masa de población más pobre del país o de la misma
región amazónica.

Los principales frentes de colonización están localizados en los departamentos


de la Amazonia Occidental (Caquetá, Guaviare y Putumayo), así: en el
Caquetá, en la zona norte, sobre el río Losada y sus afluentes, con su eje
poblacional constituido por San Juan del Losada, y en el alto Caguán, en
dirección hacia el Yarí y el Guayabero; en la misma zona pero en dirección
suroriental hacia los caños Los Lobo y Guayabo, surge Puerto Betania del
Caguán como eje del proceso de ocupación hacia el Yarí. En la zona
suroccidente en dirección hacia la Bota Caucana y la parte alta del río
Caquetá, y en dirección suroriente sobre los valles interfluviales del Orteguaza,
Peneya y Caguán en su parte media y baja. En el Guaviare, a lo largo de los
ríos Guayabero-Guaviare (teniendo como punto central a San José del
Guaviare), Caño Grande-Inírida (como punto estratégico El Retorno), Unilla-
Itilla-Vaupés (como centros Calamar, Barranquilla y Miraflores); hacia las
sabanas de La Fuga y por la vía San José del Guaviare-El Retorno-Calamar.
En el Putumayo, hacia los Valles del Guamuez y Sibundoy.

La mayoría de estos asentamientos se encuentran ubicados en zonas de


reserva forestal (en algunos casos en Parque Naturales y Resguardos como
en el Guaviare y Putumayo) causando deterioro del sistema ecológico y
entrando en conflicto con las poblaciones indígenas allí ubicadas. Del total del
área ocupada por estas poblaciones, se han substraído de la reserva forestal
hasta la fecha 6.369.011 ha.

Estos frentes estuvieron afectados por la bonanza de la coca, que desplazó la


frontera agrícola hacia el oriente del territorio amazónico. Sin embargo, las
acciones militares y los conflictos de orden público generan grandes
migraciones hacia las zonas de colonización consolidadas.

65
Las poblaciones (exceptuando la colonización de la región del Guaviare) están
aisladas y la mayoría carece de dinámica migracional. Su subsistencia
depende de la venta de pasta de coca, madera y de pequeños excedentes
agrícolas en los mercados locales y fronterizos. Su frágil articulación con los
mercados nacionales está basada en excedentes de las actividades extractivas
como la madera y la pesca; ésta última actúa como carga de compensación
del transporte aéreo.

Los asentamientos urbanos conservan funciones de puertos de colonización,


caracterizados por su alta dependencia de los grandes centros nacionales para
su sostenimiento, así como de las bonanzas.

1.2.2 Tenencia de la Tierra. Desde 1935 con la instalación en el Caquetá de la


gran hacienda de Larandia, se inicia en la Amazonia un proceso de concentración
fundiaria con variaciones espacio-temporales: lo cual ha promovido la continuación
de la deforestación de la selva o la expansión de los asentamientos urbanos
marginales y de invasión en muchos casos, pues la concentración es un factor de
expulsión poblacional. Las dos únicas alternativas de los colonos son: continuar
abriendo las parcelas a costa de la destrucción del bosque amazónico, o la de
migrar hacia las ciudades.

En la región amazónica se reproduce el modelo nacional de latifundio-minifundio,


el latifundio predomina en los paisajes de piedemonte, lomerío, valle aluvial y
planicie, mientras que el minifundio es característico en paisajes montañosos. En
algunos departamentos este esquema de estructura agraria no es tan
contradictorio dado el avance permanente de la frontera agropecuaria que provee
de nuevas tierras a los colonos.

Con relación al tamaño de las propiedades, existen tres modalidades


predominantes: las pequeñas propiedades, con parcelas de menos de 50
hectáreas, con cultivos de subsistencia y técnicas rudimentarias de explotación
agrícola; las medianas propiedades, con terrenos entre 50 y 200 hectáreas, donde
combinan los cultivos agrícolas con la ganadería; y las grandes explotaciones, que
comprenden los predios de más de 200 hectáreas, con subutilización de la tierra,
especialmente dedicados a la ganadería extensiva.

66
2. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN

La Amazonia colombiana ha venido sufriendo un cambio acelerado en la


distribución de la población en los sectores rural y urbano, lo que ha conducido a
un proceso permanente y rápido de concentración urbana en los últimos treinta
años. Así por ejemplo, en el período comprendido entre 1973 y 1985, el sector
rural presentó un importante decrecimiento de la dinámica poblacional y las
cabeceras municipales recibieron gran parte esta población, creciendo a una tasa
cinco veces mayor que el campo. Mientras que la tasa rural anual fue de 1.3%, las
cabeceras crecieron 6.7% anual. Esta tendencia se mantuvo en el período
intercensal 1985-1993, especialmente en las capitales departamentales que vieron
incrementada su población en un alto porcentaje por la migración campo-ciudad.
Para 1993 el 37% de la población vivía en ciudades y centros poblados y en
algunos departamentos como Amazonas y Caquetá, el 50% de los habitantes son
citadinos.

Esta situación ha sido más crítica en los últimos años debido a la gran cantidad de
desplazados provenientes del campo que llegan a la ciudad en busca de refugio,
seguridad, oportunidades de empleo y servicios básicos, quienes se han visto
obligados a salir de sus tierras por las amenazas de los grupos al margen de la
ley, bien sea guerrilla o paramilitares, originando una serie de barrios de invasión y
por consiguiente, una diversidad de problemas sociales, económicos y
ambientales.

De esta manera, las ciudades amazónicas han experimentado un notable


crecimiento urbano no planificado, con una alta presión sobre el suelo y demanda
de servicios públicos que con sus escasos recursos y baja capacidad de gestión
no pueden satisfacer.

El mayor problema ambiental en la Amazonia no es la deforestación, es la


urbanización masiva sin contar con la infraestructura ni la preparación técnica para
encauzarla.

1. ANÁLISIS DEMOGRÁFICO

Como se ha señalado, el proceso de poblamiento en la Amazonia colombiana


durante el siglo XX ha estado ligado al fenómeno de la colonización,
fundamentalmente en los departamentos de Caquetá, Putumayo y Guaviare. Es
así como en el período comprendido de 1938 a 1985, se observa un proceso
sostenido de aumento poblacional con una tasa promedio anual del 4.6% (ver
cuadro 7).

En este lapso, el período más dinámico fue de 1951-1964 con una tasa de
crecimiento anual del 5.9%, lo que se explica, por las continuas migraciones de

67
colonos en el Caquetá, departamento con un crecimiento del 6.5% anual y del 6%
en el período de 1964 a 1973.

En el período comprendido entre 1973 y 1985, es importante destacar que el


decrecimiento de la dinámica poblacional ocurrió solamente en el campo, y que las
cabeceras municipales debieron recibir gran parte de la migración rural, pues los
núcleos urbanos crecieron a una tasa cinco veces mayor que el resto de cada
municipio. Mientras que la tasa rural anual fue de 1.3%, las cabeceras crecieron
6.7% anual.

En los últimos 67 años la población pasó de 50.783 habitantes en 1938 a 968.255


en 2005, lo cual indica que de una densidad de 0.1 habitante por kilómetro
cuadrado, se incrementó a 2.4 habitantes. Igualmente la participación regional en
la población colombiana ha pasado de 0.59% a 2.3% en el mismo período.

En el censo de 2005, la distribución de la población por departamento indica que


el Caquetá, con una población de 420.337 habitantes, representa el 43.4% de la
población de la región amazónica, descendiendo casi 6 puntos con respecto al
censo de 1993, cuando alcanzó el 49%. Putumayo representa el 32%,
manteniéndose estable con relación a 1993. Guaviare participa con el 9.9%,
teniendo un incremento del 1.9% respecto a 1993. Amazonas representa el 7%,
con un incremento del 1%, mientras el Vaupés alcanza apenas el 4%,
aumentando el 1% con relación al 93. Por último, el Guainía muestra tan sólo el
3.6% de la población regional, incrementando su participación en 1.6% en el
período.

En cuanto a la dinámica poblacional entre las denominadas Amazonia Occidental


y Oriental, en relación con el último censo, la Amazonia Occidental concentró el
85.3%, en tanto que la Oriental sólo el 14.7%, ganando el 4% en el período
intercensal 1993-2005, lo cual significa que la dinámica de colonización y
poblamiento de la Amazonia Oriental fue más activa. La distribución entre
población urbana y rural tampoco presenta una variación significativa, pues del
total de la población amazónica el 59.2% es rural y el 40.8% está ubicada en las
cabeceras municipales, proporción muy similar en la Amazonia Occidental y
Oriental (del total de la población urbana de la Amazonia, la del Caquetá
representa el 54.5% y de la población rural, el 44.2%).

En el período intercensal (1993-2005), el departamento de Vaupés presentó el


más alto incremento porcentual de población (53%), seguido de Amazonas
(44.2%), Guaviare (39.4%) y Guianía con un 38.2%. Los departamentos más
consolidados como Caquetá y Putumayo presentaron los porcentajes menores de
incremento poblacional.

De acuerdo con el Censo de población del DANE de 2005, en el período 1993-


2005, la población de la Amazonia experimentó un incremento del 33,6%,

68
equivalente a 325.108 habitantes. El departamento del Caquetá continúa teniendo
el mayor peso poblacional con un 43,4% de la población total de la región (casi la
mitad de la población de la Amazonia colobmiana). De otra parte, el Putumayo
concentra una población equivalente al 32%, lo que indica que estos dos
departamentos tienen una participación del 75,4 de toda la población de la
Amazonia colombiana. Por tanto, los otros cuatro departamentos solo participan
con sólo un 24,6%.

Cuadro 7. Evolución histórica de la población


DEPARTAMENTO 1938 1951 1964 1973 1985 1993 2005
AMAZONAS 6.414 7.619 12.962 15.677 30.327 37.764 67.726
CAQUETÁ 20.914 40.950 103.718 180.297 214.473 311.464 420.337
GUAINÍA 1.725 2.036 3.602 6.637 9.214 13.491 35.230
GUAVIARE - - 2.950 14.452 35.305 57.884 95.551
PUTUMAYO 15.688 28.105 56284 67.336 119.815 204.309 310.132
VAUPÉS 7.767 9.169 10.454 8.798 18.935 18.235 39.279
TOTAL 50.783 85.843 189.971 293.197 428.069 643.147 968.255
FUENTE: Atlas cultural de la Amazonia colombiana, 1998 y DANE. Censos de Población

Figura 13. Distribución espacial y temporal de la población por departamento (1938-2005)

1.200.000

1.000.000

800.000
HABITANTES

600.000

400.000

200.000

0
1938 1951 1964 1973 1985 1993 2000
2005
AÑOS

AMAZONAS CAQUETÁ GUAINÍA GUAVIARE


PUTUMAYO VAUPÉS TOTAL

2. CARACTERIZACIÓN SOCIAL

La población de la Amazonia Colombiana refleja deficientes condiciones


socioambientales. De acuerdo con el índice de necesidades básicas insatisfechas
para 1993 los niveles de pobreza en todas las localidades de la región son
superiores al promedio nacional (el 62% de la población de la Amazonia se
encuentra con necesidades básicas insatisfechas y el 29% están en miseria). Para
la población dispersa la situación aún es más grave, ya que el 82% está con
necesidades básicas insatisfechas y el 44% está en condiciones de miseria.

69
En el sector Educativo, los niveles de escolaridad se encuentran por debajo del
promedio nacional, siendo especialmente precaria la educación primaria, con una
cobertura del 73% con respecto al 85% nacional y la secundaria, cuya tasa no
supera el 30%, frente al 46% del país. A nivel de educación Universitaria la
Universidad de la Amazonia con sede en Florencia y subsedes en Mocoa, Leticia y
San José del Guaviare viene preparando profesionalmente a un buen porcentaje
de sus habitantes. Así mismo, las tasas de analfabetismo, son con excepción de
cuatro localidades, mayores al promedio nacional, superando el 20%.
Adicionalmente, la calidad de la educación es muy baja en algunos departamentos
con promedios ubicados por debajo del nivel nacional, de acuerdo con las pruebas
del ICFES.

La educación indígena se ha caracterizado por la débil integración y


reconocimiento de las formas tradicionales de socialización y transmisión de
saberes por parte del sistema educativo formal. La cobertura educativa de este
sector de la población es baja dadas las condiciones de dispersión de los
asentamientos.

Algunos parámetros educativos de la población indígena muestran que, la


población mayor de siete años tiene un índice de analfabetismo del 44%, los
alfabetos están discriminados en 41% en español, 6% bilingües y en lengua
propia el 0.7% (este bajísimo porcentaje podría ser explicado, en parte, debido a la
importancia que tiene la tradición oral frente a la capacidad para aprender a leer y
a escribir). Un poco más de la mitad de la población tiene algún nivel educativo,
distribuyéndose en 4% con algún nivel de primaria, 3% con estudios en secundaria
y una mínima parte con educación universitaria o la están adelantando, en buena
parte debido al programa de Licenciatura en Lingüística y Educación Indígena de
la Universidad de la Amazonia en Florencia y Mocoa.

Respecto a la salud, la Amazonia presenta la mayor mortalidad infantil por


desnutrición en el país y retrasos marcados en la talla y peso de los niños. Por
otra parte se presentan serios problemas a causa de enfermedades tropicales,
especialmente la malaria, ya que en la zona se encuentra el 18% de la población
del país con riesgo de contagiarse.

Sin embargo, la principal causa de mortalidad en la región son los homicidios y las
lesiones personales, seguida en orden de importancia, las enfermedades virales,
como la diarrea aguda y los problemas respiratorios (según el Ministerio de Salud).
En cuanto a saneamiento básico los niveles de cobertura de acueductos son
desiguales, presentando zonas con baja existencia del servicio; además de la
calidad en su prestación también es deficiente: 30 de los 34 acueductos existentes
no tiene planta de tratamiento, así mismo no existe disposición adecuada y
sanitaria de excretas, ni de desechos líquidos y sólidos.

70
Estas condiciones sociales adversas, se constituyen en un factor coadyuvante de
la agudización de los diversos conflictos (interétnicos, políticos, institucionales,
culturales, socioeconómicos, entre otros); algunos de los cuales se expresan en
términos de violencia armada e ilegalidad, y por no tener su causalidad en lo
exclusivamente regional, exigen ampliar su ámbito de resolución a los niveles
nacional e internacional.

3. CARACTERIZACIÓN ECONÓMICA

La economía de la región está basada en actividades tan diversas como


heterogénea es su población.

La economía de la población indígena está basada en el sistema de chagras


rotacionales y uso sostenible del bosque, orientada básicamente hacia la
reproducción de las unidades familiares.

Para las comunidades indígenas altamente integradas a la economía de mercado


(Amazonia Occidental), su sistema productivo tradicional poco a poco ha sido
reemplazado por actividades agrícolas y/o pecuarias orientadas hacia los
mercados locales esencialmente. La inserción de estas comunidades a la
economía de mercado ha dado como resultado un drástico descenso en su
calidad de vida, representado por pobreza, jornadas más largas de trabajo y
mayor esfuerzo físico, deterioro de la salud, desorden social, descontento,
discriminación, hacinamiento, deterioro ambiental, todo ello asociado con la
destrucción de la cultura tradicional. Esta incorporación ha desconocido que estas
comunidades de la selva, adaptadas durante milenios a la convivencia con la
naturaleza, mantuvieron un nivel de vida apropiado y autosuficiente, cuando no
estaban incorporadas a la economía capitalista.

La economía de la población no indígena, se basa tanto en actividades


extractivas como en productivas.

Las principales actividades extractivas son la maderera, la petrolera y la aurífera,


y en menor medida, pero no por ello menos significativa, la pesca ornamental y de
consumo, y la fauna silvestre.

La actividad maderera se concentra en los departamentos de Putumayo, Caquetá


y Amazonas, este recurso está representado en ciento treinta especies de valor
comercial, cuyo consumo es extrarregional. La actividad petrolera se localiza en el
departamento de Putumayo, representando una importante fuente de ingresos
fiscales por concepto de regalías. Sin embargo, esta actividad genera efectos
ambientales negativos e induce a procesos migratorios y otros efectos que
impactan la economía regional.

71
La producción de oro en la región, aunque es incipiente, ha generado una serie de
alteraciones ambientales y producido conflictos de carácter internacional e
interétnico, se localiza en los departamentos de Amazonas, Vaupés, Guainía,
Caquetá y Putumayo.

Respecto a la actividad pesquera, ésta predomina en los departamentos de


Amazonas, Caquetá y Putumayo, y se caracteriza por la falta de control sobre la
extracción del recurso, debido al desconocimiento de las dinámicas de las
poblaciones ícticas y su potencial pesquero, y para el caso particular de los peces
ornamentales la sobreexplotación ha causado el agotamiento de algunas
especies.

Las actividades productivas de tipo agropecuario, están representadas por el


sistema ganadero de tipo extensivo, la agricultura tradicional de subsistencia, la
piscicultura y el cultivo del caucho y frutales amazónicos. La ganadería es el
reglón económico más importante de la Amazonia Occidental (Caquetá, Putumayo
y Guaviare); ésta no ha desarrollado una tecnología apropiada a las
características ambientales de la región y ha generado grandes impactos
ambientales de todos los órdenes. Actualmente, esta actividad se constituye en la
mejor oportunidad legal para el proceso de acumulación de capital y representa
para la población un símbolo de estatus social que refuerza este comportamiento.
Esta actividad ha evolucionado hacia el doble propósito y hacia la especialización
lechera, lo cual ha incrementado la producción de leche, especialmente en el
Caquetá y Putumayo, en donde generan excedentes comerciales en mercados
extrarregionales.

La agricultura no tiene mayor importancia en la economía de la región, pero si


para el autoconsumo y para la comercialización de algunos excedentes en los
mercados locales, especialmente el maíz, el plátano, la yuca y la caña panelera.
Estas especies tradicionales presentan poca competitividad y baja rentabilidad
económica, problemas causados principalmente porque las especies utilizadas no
son las más adecuadas para el medio amazónico, hecho que se manifiesta en la
alta presencia de plagas y enfermedades, en altos costos para su manejo, en
bajos rendimientos y bajo margen de rentabilidad, lo que se ve acentuado por los
altos costos de producción y transporte.

En los últimos años se ha venido promoviendo las actividades productivas no


convencionales, como la piscicultura, el cultivo del caucho, chontaduro y la
agroforestería con énfasis en frutales amazónicos y maderables nativos, sin
embargo, aún está por determinarse el verdadero impacto de estos procesos en el
desarrollo sostenible de la región amazónica.

En los centros urbanos, las actividades del sector terciario de la economía son
las predominantes, tales como comercio y servicios (públicos y privados), con una

72
incipiente base del sector secundario representado por pequeñas industrias
manufactureras.

En los últimos años, en la Amazonia colombiana se ha venido consolidando un


modelo económico basado en el cultivo y procesamiento de la hoja de coca,
actividad que permeó la mayor parte de la economía de la región y que ante la
decisión del gobierno central de erradicarla y de controlar los insumos, ha
generado conflictos de grandes proporciones en la actividad social, económica y
política de la región.

La introducción de este cultivo ilícito determinó cambios en los sistemas


productivos, en los patrones de inversión de capital y en las relaciones de
producción. El procesamiento hecho por el colono le da valor agregado al producto
y facilita su comercialización, reduciendo los costos de transporte.

La demanda de insumos agrícolas y otros productos para el cultivo de la coca, al


igual que el aumento en el consumo de bienes duraderos y no duraderos por parte
de los productores, dinamizaron el comercio y la función de los centros urbanos
como proveedores de bienes y servicios. Sin embargo, después del derroche en
las primeras bonanzas, los productores comenzaron a reinvertir los excedentes
generados en las bonanzas posteriores, con lo que se vivió un proceso de auge en
la construcción de vivienda en los centros urbanos, inversión en medios de
transporte (terrestre y fluvial), compra de haciendas e instalación de praderas y
adquisición de ganado, entre otros.

Este fenómeno de los cultivos ilícitos ha involucrado a diferentes actores sociales,


dadas sus especiales características, desde los que participan directamente en el
proceso productivo y comercial, hasta los grupos armados, paramilitares y
guerrilla, lo que hace más compleja la situación.

La confrontación armada entre los grupos al margen de la ley por el dominio y


control de las zonas cocaleras ha generado el desplazamiento forzoso de grandes
masas de población hacia las ciudades y poblados en busca de seguridad y
refugio, creando situaciones sociales muy difíciles de solucionar a corto plazo.

En resumen, se puede afirmar que la economía de la región amazónica se basa


fundamentalmente en el sector primario en el área rural y en el sector terciario en
los centros urbanos. A nivel rural se destacan las actividades productivas
tradicionales de las comunidades indígenas basadas en el sistema de agricultura
itinerante de chagras y en el uso y manejo de los recursos naturales orientados
hacia la subsistencia; por su parte, la población no indígena basa su economía en
sistemas de producción y de extracción, tales como la extracción maderera, la
petrolera, la aurífera, la pesca, los cultivos ilícitos y los sistemas agropecuarios,
siendo la ganadería la que ocupa el primer renglón. En los centros urbanos, el

73
comercio, servicios, el sector público y pequeñas industrias son las actividades
más sobresalientes.

La escasa articulación de la economía regional con los mercados nacionales e


internacionales y su marginalización con respecto a la oferta y a la gestión de los
servicios públicos han facilitado el arraigo de la producción y comercialización de
los cultivos ilícitos y de la actividad subversiva de la guerrilla y de otros grupos
armados por fuera de la ley.

74
CAPITULO TERCERO
CARACTERIZACIÓN BIOFÍSICA

1. GEOLOGÍA

La conformación geológica de la Amazonia es bastante compleja, allí se


encuentran rocas constituidas desde el precámbrico hasta el reciente formando un
mosaico muy variado. Para entender esta distribución litológica es necesario
analizar el proceso de evolución geológica de la región.

1.1 HISTORIA GEOLÓGICA

El río Amazonas y sus afluentes bañan grandes extensiones de tierras bajas que
se remontan a la era paleozoica. Esto es, hace cerca de 420 millones de años.

Esa cuenca sedimentaria está limitada, al norte por el escudo o macizo de las
Guayanas al sur, por el escudo
brasilero, formados por la era
Precámbrica. Hace cerca de 600
millones de años esos escudos,
representan probablemente, la corteza
inicial del planeta. Su origen se remonta
a cuando la superficie terrestre,
constituía un único continente, el
pangea. Este gran supercontinente se
fue fraccionando a finales de la era
paleozoica, período Carbonífero,

hasta dividirse en dos bloques


continentales de gran tamaño, el
Gondwana (África y Suramérica
unidas) y Laurasia (Norteamérica y
Euroasia unidas). Posteriormente,
hace unos 100 millones de años (en el
Cretáceo) Africa y Suramérica
comenzaron a separarse, lo cual
permite suponer que durante 500
millones de años (desde hace un poco
más de 600 millones de años, hasta hace unos 100 millones de años), los factores
climáticos e hidrológicos erosionaron la superficie de los escudos Guayanés y
Brasilero, depositando los sedimentos al occidente de estas formaciones, ya que

75
los ríos drenaban hacia el Océano Pacífico. Este intenso proceso de
sedimentación extendió la masa continental y potenció el retiro gradual de mar
(que penetraba hasta el piedemonte de los escudos) creando así la superficie
sedimentaria que actualmente constituye gran parte de la Amazonia.

Al constituirse la cuenca sedimentaria amazónica, sobre una depresión inicial de la


tierra, los continentes Suramericano y Africano aún estaban unidos y la cordillera
de los Andes no existía. El Proto - Amazonas y sus afluentes corrían en sentido
contrario al actual: desembocaban en el Océano Pacífico.

Por tres veces, por lo menos esas tierras fueron cubiertas por el mar, alcanzando,
tal vez el Perú y a Bolivia. De esta forma, se puede decir, que la actual Amazonia
era un mar conectado directamente con el Océano Pacífico y separado del
Atlántico por los escudos Guayanés y Brasilero, los cuales se encontraban unidos,
formando una barrera continental continua.

La era Mesozoica, que duró cerca de 150 millones de años, es documentada


geológicamente en la cuenca amazónica por la presencia de sedimentos fluviales
y lacustres, algunos de ellos, datados del periodo Cretáceo, aún pueden ser
encontrados hoy en capas profundas de la isla de Marajó (Brasil). En el final de
esa era, se separa el continente Suramericano del Africano.

En la era Cenozoica, en el inicio del


periodo Terciario, hace cerca de 70
millones de años, comienza a surgir la
cordillera Andina, que orienta el drenaje
de las aguas del sistema fluvial
amazónico en dirección este.

Por una actividad de drenaje y


depositación en forma permanente de
sedimentos se fue convirtiendo este
lago de agua dulce en tierra firme. Se
forma a partir de entonces, la cobertura
sedimentaria de la Amazonia tal como
es hoy conocida con sedimentos que formaron una capa de más de 2.000 metros
de profundidad en algunos sectores. En el Pleistoceno (primera época del periodo
Cuaternario, hace aproximadamente 2 millones de años) la unión oriental entre el
macizo Guayanés y el Brasilero ya estaba tan desgastada que no pudo impedir
una ruptura. El lago se abrió así paso, formando un nuevo curso de agua: el río
Amazonas y cambiando el patrón de drenaje hacia el Océano Atlántico. En los
milenios siguientes, el sistema de escurrimiento de la cuenca amazónica, fue
asumiendo gradualmente, su presente forma. Durante este proceso de
configuración de la actual Amazonia, jugó un papel importante la situación
ambiental del Pleistoceno, caracterizada por las continuas y alternadas

76
glaciaciones (períodos fríos y secos,
en ocasiones casi desérticos) e
interglaciaciones (períodos de climas
húmedos, con inundaciones).

De tal evolución geológica


caracterizada por cambios drásticos y
permanentes, resultó una región
extraordinariamente plana y de una
inmensa diversidad biológica.

1.2 GEOLOGÍA ACTUAL

El Macizo de las Guayanas y el Macizo Central Brasilero constituyen dos de las


más antiguas áreas cratónicas del mundo, remontando su origen al Precámbrico.
El primero se sitúa al norte del río Amazonas, en una amplia faja muy desigual,
que se extiende hacia el norte hasta el río Orinoco y de oriente a occidente, desde
la costa atlántica (en Guyana, Surinam y Guayana Francesa) hasta el pie de los
Andes en Colombia. El macizo Brasilero se ubica al sur del Amazonas, cubriendo
la parte central y centro - oriental del Brasil, con alturas mucho menores que las
del escudo de las Guayanas.

Entre ambos Macizos se encuentra el propio valle del Amazonas, constituido por
una inmensa fosa tectónica colmada de sedimentos, especialmente del Paleozoico
y del Cenozoico. El valle tiene una forma de copa, cuya base es la profunda fosa
de Marajó y la región deltáica y la parte superior es la gran apertura norte-sur de la
faja de sedimentos cenozoicos entre los Andes y los Macizos guayanés y
Brasilero. En Colombia, el valle penetra en la región del sur del Caquetá,
cubriendo los interfluvios Caquetá-Putumayo y el trapecio amazónico para luego
ampliarse hacia el norte, siguiendo el curso del Caguán y el piedemonte Andino,
hasta unirse con los llanos orientales al sureste de la Macarena, en un área cuya
Geología y tectónica parecen haber sufrido grandes transformaciones.

77
Figura 14. Mapa geológico de la Amazonia

Al norte del río Guaviare se encuentra la inmensa planicie sedimentario-cenozoica,


cubierta en su mayor parte por las gramíneas de los llanos orientales.

A continuación se presenta un Cuadro donde se resume el aspecto geológico de


la Amazonia Colombiana:

78
Cuadro 11. Eras, eventos y formaciones geológicas de la Amazonia colombiana

ERAS EVENTOS FORMACIONES


1. Sedimentación y vulcanismo, seguidos por Complejo Migmatítico de
metamorfismo, que parece corresponder al evento Mitú.
transamazónico.

2. Neisificación y emplazamientos graníticos 1.560-1.450 m.a.


PRECÁMBRICA

3. Metamorfismo y magmatismo granítico Milonitas, neiss y granitos


1350-1250 m.a.
4. Fallamientos normales N-S con magmatismo básico. 1200 m.a.
Diques diabásicos.

5. Depositación de areniscas, conglomerados y pelitas, Formaciones la Pedrera y


acompañado por vulcanismo ácido: intrusión de Roraima, formaciones
granófiros de composición variable. Piraparaná. Granófiro del
tijereto, 920 m.a.
Sedimentación de areniscas en ambiente costero e Formación Araracuara.
intrusión de sienitas nefelínicas. Sienita de San José del
PALEOZOIC Guaviare y del cerro
A Cumare.

MESOZOIC DESCONOCIDA DESCONOCIDA


A
TERCIARIO
6. Depositación de arcillas marinas en el sur Terciario inferior amazónico.
CENOZOICA

7. Depositación de areniscas y conglomerados Terciario superior


continentales. amazónico

CUATERNARIO
Depositación de arenas blancas cuarzosas terrazas y
aluviones.
FUENTE: PRORRADAM, 1979.

2. GEOMORFOLOGÍA

En la Amazonia colombiana se pueden distinguir seis Grandes Paisajes


geomorfológicas: Montaña, Piedemonte, Lomerío, Valle aluvial, Planicie o llanura
amazónica y Superficie de aplanamiento.

2.1 GRAN PAISAJE DE MONTAÑA

Corresponde a una parte del flanco oriental de la cordillera Oriental de Colombia


que se extiende por la parte noroccidental de la Amazonia colombiana en los
departamentos del Putumayo y el Caquetá.

Esta cordillera constituye el principal sistema montañoso del país. Se sabe que
comenzó su solevantamiento a fines del Cretáceo y se terminó de conformar a

79
finales del Terciario en el Mio-Plioceno. En este sector oriental perteneciente a la
cuenca amazónica se han encontrado neisses, asociados con rocas ígneas y los
afloramientos del macizo de Garzón.

Esta configuración estructural hace pensar que el antiguo geosinclinal que le dio
origen, fue comprimido entre dos masas rígidas, la masa continental del Escudo
de las Guayanas al Este y la cordillera Central al Oeste.

Este gran paisaje de montaña se caracteriza por su relieve abrupto y escarpado.


Con vertientes angulares quebradas y de alineaciones desiguales en sus crestas o
divorcios de aguas.

Los torrentes de erosión rápida han creado cañones profundos con paredes
empinadas y espolones en las laderas de los valles de los principales ríos que
tienen su origen en este sector montañoso.

Debido a la velocidad del desgaste de las masas rocosas en estas vertientes


empinadas, la capa de alterita es muy delgada y pedregosa. La superficie de estas
vertientes montañosas es muy deleznable y sobre ellas los movimientos de masas
juegan un papel importante: la trituración del material rocoso, la frecuencia de las
alteraciones de origen climático o hidrotermal, las sacudidas sísmicas y las
fisuraciones superficiales que los acompañan.

Se encuentran en este Gran Paisaje toda clase de movimientos en masa, siendo


los más frecuentes la solifluxión y los golpes de cuchara; los primeros se atribuyen
al efecto de sobrepasar el límite de plasticidad de los suelos favorecido por la
infiltración del agua en la masa arcillosa; se han encontrado además, esquistos
alterados que suministra el material arcilloso favorable a la solifluxión; los golpes
de cuchara son movimientos de suelo de algunos metros de envergadura,
provocados por la superación rápida del límite de liquidez de los suelos en aquella
masa del material en cuyo interior se logra acumular una bolsa o volumen de
agua; estos golpes de cuchara se encuentran principalmente en las vertientes
cultivadas donde no se realiza ninguna práctica Agroecológica.

Estos procesos de erosión son comunes en este Gran Paisaje montañoso,


caracterizado por las largas vertientes sometidas a la acción de las abundantes
lluvias y particularmente porque la relación superficie-volumen montañoso, es muy
elevada, generando permanentemente deslizamientos generalizados.

Los principales paisajes que conforman este Gran Paisaje de Montaña son:
paisaje de vigas y filas; paisaje de depresión tectónica; paisaje de crestones y,
paisaje de hogbacks o espinazos.

Las vigas y filas constituyen un paisaje que se localiza en diferentes climas, con
relieve escarpado a muy escarpado, con laderas largas y cimas agudas, con

80
pendientes que van de 12 a 75% y se presentan en alturas de 500 metros en
adelante.

La depresión tectónica corresponde a los valles intermontanos rellenados con


materiales coluvio – fluvio – lacustres, ubicada en la región de Balsillas en el
Caquetá y Sibundoy en el Putumayo. En el sector coluvial dominan los sedimentos
finos que alternan con materiales gruesos y pendientes menores de 12%, mientras
que, en el sector fluvio-lacustre abundan materiales orgánicos y pendientes
menores del 3%.

Los crestones son paisajes que forman cordones o serranías localizados en los
sectores más bajos de la Montaña y están constituidos por una ladera estructural
de buzamiento alargada y pendientes entre el 7 y 25%, con relieve de ondulado a
quebrado y, una ladera en la contrapendiente de tipo erosional o escarpe, con
relieve escarpado a muy escarpado y pendientes mayores a 50%. Presentan
disección fuerte con profundos cañones, tienen piedras superficiales y
afloramientos rocosos sectorizados; los fenómenos erosivos más comunes son los
escurrimientos difusos generalizados y patas de vaca.

Los hogbacks son paisajes que alternan con los crestones en las partes más
bajas del Gran Paisaje de Montaña, forman serranías redondeadas con laderas
cortas y pendientes entre 25 y 75%, con relieve fuertemente quebrado a
escarpado. Presentan procesos de erosión generalizada, deslizamientos,
desprendimientos y afloramientos rocosos (calveras) en algunos sectores.

2.2 GRAN PAISAJE DE PIEDEMONTE

Este Gran Paisaje se localiza en la base de la Montaña, formando áreas


relativamente pequeñas e intermitente (no constituye una franja continua), su
relieve de aspecto ondulado a plano disectado es el resultado de vertientes
convexas correspondientes a conos torrenciales; los materiales subyacentes son,
por lo general, bloques, grava y clastos de mayor diámetro, heterogéneos y
angulosos, embebidos en una matriz de limos finos y arcilla en la base de los
conos.

La capacidad de los conos torrenciales para absorber y almacenar agua, convierte


este paisaje en una de las formas de relieve más útiles especialmente para la
agricultura y ganadería. El agua percola en el material grueso de la vertiente radial
por el ápice del cono y se cuela a través de los aluviones hasta que queda
detenida por un material fino próximo a su base; el agua soterrada es utilizada
para regar los aluviones más finos de las partes bajas del cono aluvial, que se
facilita gracias a la gravedad.

Este Gran Paisaje está conformado por los siguientes paisajes: abanicos, glacís
de explayamiento y vallecitos.

81
Los abanicos son áreas planas y ligeramente onduladas a onduladas, con
pendientes generalmente inferiores a 12% y surcados por cañones poco
profundos. Pueden tener sectores disectados y se aprecia una ligera erosión
laminar y para de vaca por sobrepastoreo. Son ligeramente más bajos que el
lomerío y más altos que los vallecitos que los circundan. En algunos sectores
presentan coalescencia con otros abanicos.

Los glacís de explayamiento ocupan un área más pequeña y se han formado por
avalanchas provenientes de la cordillera Oriental y se extienden por entre las
colinas del lomerío amazónico. Son ligeramente planos y plano cóncavos, con
pendientes inferiores a 3%.

Los vallecitos son muy importantes dentro de este Gran Paisaje de Piedemonte
debido a su uso agropecuario, se pueden encontrar en la base de dos laderas de
paisajes de montaña o en medio de dos colinas del lomerío cercano a la cordillera
y siempre están atravesados por corrientes de agua. Presentan pendientes
dominantes de 0-3%.

2.3 GRAN PAISAJE DE LOMERÍO AMAZÓNICO (ALTIPLANICIE ONDULADA)

Es el Gran Paisaje que ocupa la mayor extensión de la Amazonia colombiana, se


extiende desde el piedemonte hasta la planicie amazónica interrumpido por los
valles aluviales de los grandes ríos.

Está conformado por paisajes de colinas o lomas suaves y densamente


onduladas, vallecitos y mesas.

Las lomas ocupan la mayor parte de este Gran Paisaje y se pueden clasificar en
lomas bajas, medias y altas de acuerdo con su altura y pendiente. Su relieve varía
de acuerdo al grado de disección y va desde ondulado con pendientes de 7-12%,
quebrado con pendientes de 12-25% hasta fuertemente quebrado con pendientes
de 25-50%. Presentan en forma generalizada problemas de erosión por
escurrimiento difuso, patas de vaca (terracetas), solifluxión, reptación y pequeños
hundimientos (subsidencias).
Los vallecitos corresponden a los fondos de la red de drenaje natural del lomerío
amazónico, constituyen un reservorio de agua para las fincas y algunos aún
conservan su vegetación natural (palma canangucha, Mauritia flexuosa). El relieve
de este paisaje de vallecitos de lomerío es plano cóncavo y pendientes menores
de 3%. En el Caquetá son conocidos como cananguchales y en otras áreas como
chuquias o chucuas.

Las mesas son un tipo de paisaje de altiplanicie. Son planos de disección de


origen sedimentario, su relieve varía de plano a ligeramente ondulado, con
pendientes predominantes de 0-3%, 3-7% y ocasionalmente de 7-12%, presentan

82
erosión laminar y pequeños deslizamientos localizados. se encuentran en la parte
central de la Amazonia, alternando con las Serranías y están compuestas por
areniscas cuarzosas bien estratificadas de forma en general horizontal,
correspondiente a rocas paleozoicas de la formación Araracuara. Ejemplo:
Araracuara, Iguaje, entre otras.

2.4 GRAN PAISAJE DE VALLE ALUVIAL

Este Gran Paisaje corresponde a una porción de espacio alargada, relativamente


plana y estrecha, intercalada entre dos áreas de relieve más alto y que tiene como
eje a un curso de agua. El relieve encajante puede estar constituido por montañas,
piedemontes, lomeríos, o altiplanicies, a través de los cuales puede recortarse
sucesivamente un valle aluvial. En la Amazonia está conformado por todas las
áreas dominadas por sedimentos aluviales y está caracterizado por formas típicas
de una deposición diferencial. Está asociado a las corrientes de agua de gran
caudal como ríos y quebradas grandes que recorren la región y son originados por
la actividad sedimentaria de éstos, dándoles gran dinámica por la variedad de
materiales depositados. El proceso de acumulación ha originado un relieve plano a
ligeramente ondulado, con pendientes menores de 12%, predominando las de 0-
3%.

De acuerdo con los diferentes tipo de relieve y con la edad de sus materiales,
existen los siguientes paisajes: terrazas y llanura aluvial de desborde.

Las terrazas se clasifican según su altura con relación a los ríos y la edad de los
depósitos aluviales en terrazas altas, medias y bajas (subpaisajes) altas son
.antiguas planicies entalladas por los ríos y separadas por taludes altos, que luego
se disectaron para originar las terrazas actuales, de relieve plano a ligeramente
ondulado, con disecciones y pendientes dominantes de 0-3%. Existen sectores
con pendientes de 3-7 y 7-12% en menor proporción. Limita con las terrazas
medias en forma abrupta y con el lomerío en forma gradual y a veces difusa. Las
terrazas medias ocupan la posición adyacente a las terrazas bajas situadas en
las márgenes de los ríos principales; tienen relieve plano a ligeramente plano y
pendientes de 0-3%. Muestran huellas de cauces abandonados y en algunos
sectores se observa un microrrelieve de bajos y bancos. Las terrazas bajas
corresponden al nivel más bajo de las terrazas aluviales, encontrándose en ellas
meandros abandonados, diques antiguos y basines, a veces se confunden con la
llanura de desborde pero sin estar sujetas a inundaciones periódicas, aunque
sufren encharcamientos por aguas lluvias. Presentan relieve plano a ligeramente
plano, con pendientes de 0-3%. Los materiales son generalmente moderadamente
finos y finos, con plintita en profundidad.

La llanura aluvial de desborde se encuentra situada a ambos lados de los ríos y


a poca altura de su nivel, por lo tanto, las inundaciones son frecuentes y el aporte
de sedimentos abundante. De acuerdo con la forma del terreno y el drenaje de los

83
suelos, se diferencian dos subpaisajes: uno moderadamente a imperfectamente
drenado, con inundaciones cortas, que corresponde a los diques, pequeñas
terrazas muy bajas, vegas y napas de desborde y otro, muy mal drenado, que
corresponde a los basines.

2.5 GRAN PAISAJE DE PLANICIE O LLANURA AMAZÓNICA

Este Gran Paisaje hace referencia a la llanura aluvial abierta, localizada a


considerable distancia de la cordillera Oriental al lado derecho del río Caquetá
cubriendo el interfluvio con el río Putumayo y prologándose hacia el Perú y Brasil.

Estos ríos transcurren por la llanura, con pendientes de longitud muy suave inferior
a 1% (aproximadamente de 1:500), lo cual hace que se desarrolle un proceso
intenso de meandrificación, predominado la sedimentación en la orilla interna
sobre la erosión en la orilla externa de cada meandro.

El caudal de los ríos fluctúa ampliamente con los períodos de lluvias y secas, al
punto de inundar periódicamente la planicie por desbordamiento lateral, formando
las denominadas várzeas.

Durante los períodos de estiaje y de transición climática, cuando el nivel de las


aguas permanece a baja o mediana altura, las corrientes tienden a desarrollar el
proceso de meandrificación ya descrito, quedando algunos meandros
abandonados formando un sistema léntico o madres viejas.

Dos paisajes importantes se encuentra en la llanura amazónica: el plano inundable


y las terrazas.

El plano inundable o várzeas corresponde al paisaje más joven de la Amazonia,


de edad actual a subactual, sujeto a inundaciones periódicas anuales. Comprende
los subpaisajes: albardón o dique natural, napa o manto de desborde y, basín.

Cuando la corriente rebosa sus orillas durante los períodos lluviosos o de crecidas,
láminas de agua de diferente altura abandonan el cauce y se extienden
lateralmente hacia la llanura produciendo una sedimentación diferencial de su
carga en suspensión, como resultado de la repentina reducción en su velocidad y
poder de transporte. Los aluviones más gruesos (arenas finas y muy finas) se
depositan primero cerca del río originando los albardones o diques naturales
(son las partes más altas del plano inundable y la que primero se seca pasada una
inundación, se localiza al lado y lado de la corriente como una franja estrecha y
alargada, de forma convexa a plano convexa, forma que adquiere debido a las
partículas mayores que allí se han depositado, ocupando un mayor volumen en
comparación con las más finas de otros subpaisajes), luego, los sedimentos
medianos (limos) que dan lugar a una franja transicional denominada napa o
manto de desborde (zona de transición, entre el dique natural y el basín, no

84
siempre tan definida como esas unidades, formada por la acumulación de
sedimentos de granulometría mediana en los que tienden a prevalcer los limos. La
pendiente es recta y casi plana a ligeramente inclinada, en ocasiones cruzada por
una fina red de líneas de drenaje que se pierden en dirección al basín), y a mayor
distancia los materiales más finos (arcillas) que se extienden y decantan sobre la
porción más amplia y cóncava de la llanura, conocida como basín o zona de
estancamiento de aguas (es el subpaisaje más amplio del plano de inundación,
localizado atrás del dique natural, con extensión hacia los taludes de las terrazas o
hacia las márgenes externas de la llanura. Su topografía plano cóncava favorece
el estancamiento tanto de las aguas de desborde como de las aportadas por
pequeños tributarios intermitentes y las de las mismas lluvias, lo cual facilita a su
vez la decantación de las partículas más finas).

Las terrazas aluviales se presentan principalmente en la parte sur de la


Amazonia, a lo largo de los ríos Amazonas, Caquetá, Apaporis y algunos de sus
afluentes principales. El drenaje es muy incipiente, con corrientes principales
sinuosas que originan una disección muy pobre. Se caracterizan además por la
presencia de canales que conforman complejos orillares.

2.6 GRAN PAISAJE DE SUPERFICIE DE APLANAMIENTO

Gran Paisaje resultante del proceso de aplanamiento relativo de anteriores


cordilleras o serranías, determinado por un trabajo prolongado y con frecuencia
policíclico de diferentes agentes degradacionales. En la Amazonia colombiana
corresponde a los territorios pertenecientes al macizo guayanés, los cuales han
sido sometidos a fuertes y prolongados procesos de denudación que convirtieron a
esta geoestructura en una superficie aplanada conservando aún algunos sectores
de relieve residual en forma de serranías, tepuyes o montes islas. Uno de los
factores que más ha incidido en este proceso de aplanamiento fue las glaciaciones
e interglaciaciones del Pleistoceno, donde alternaron épocas muy secas con
épocas muy lluviosas.

Los paisajes que se clasifican en este Gran Paisaje son: las serranías, los montes
islas y, la penillanura nororiental.

Las serranías se encuentran localizadas en la parte central de la región y


corresponde a la secuencia sedimentaria-precámbrica de la formación Roraima.
Se caracteriza por la presencia de una topografía montañosa alargada,
fuertemente disectada y plegada conformando amplias estructuras rocosas de
núcleos erodados cuyos flancos están limitados por fallas o alineamientos
fotogeológicos (que podían estar indicando fallas) paralelos al rumbo de estas
estructuras, las cuales pueden alcanzar hasta los 900 metros. Ejemplo: Serranía
de Chiribiquete, en los departamentos del Caquetá y Guaviare y La Macarena en
el Meta.

85
Los montes islas tienen una distribución muy irregular, se caracteriza por la
presencia de cerros aislados, con alturas que varían de 100 a 300 metros con
terminales subredondeados de aspectos apapelonados y por lo general carentes
de vegetación. Están compuestos por rocas cristalinas precámbricas de textura
granítica.

Los montes islas se clasifican en: Inselberg y monadnock, los inselbergs son los
cerros aislados remanentes de una erosión producida durante períodos secos
(Pediplanización); por lo tanto, es solamente aplicable a los cerros que resistieron
a la destrucción, durante los paleoclimas secos producidos allí durante el
Pleistoceno del período Cuaternario, como los cerros ubicados al sur de Mitú. Los
monadnocks, son los cerros aislados residuales de procesos denudativos durante
prolongados períodos húmedos (Peniplanización). Ejemplo: La Piedra del Cocuy,
los montes de Mavecure.

La penillanura nororiental corresponde casi en su totalidad a depósitos arenosos


terciarios- cuaternarios de origen eólico, que conforman grandes sabanas con
suaves ondulaciones conocidas como áreas de ―Caatingas‖, debido que allí se
desarrolla una vegetación baja, compuesta por hierbas y arbustos e interrumpidas
hacia las márgenes de la red fluvial por un denso desarrollo de árboles. El resto
del paisaje está constituido por sedimentos arcillo-arenosos recientes, originando
un drenaje de tipo rectangular.

86
3. CLIMA

El clima en Colombia está determinado principalmente por el hecho de hallarse la


totalidad de su territorio dentro de la franja de desplazamiento de la zona de
Convergencia Intertropical (ZCIT).

La Convergencia Intertropical es una zona de baja presión relativa en la que


confluyen dos masas de aire (masa ecuatorial del norte-MEN y masa ecuatorial
atlántica MEA) con pocas diferencias en sus propiedades que las caracterizan
(temperatura y humedad) pero de gran variabilidad en sus condiciones de
estabilidad, es aproximadamente paralela al Ecuador y está situada entre dos
núcleos de alta presión ubicados en las zonas subtropicales del planeta. La ZCIT y
las masas de aire se desplazan con respecto al Ecuador siguiendo el movimiento
aparente del sol entre los trópicos (norte-sur-norte) con un retraso de 5 a 6
semanas y una amplitud latitudinal aproximada de 10 °C.

Las diferencias de presión entre los núcleos de altas presiones subtropicales y la


zona de convergencia intertropical, dan origen a movimientos superficiales del aire
(vientos) desde los subtrópicos hacia el Ecuador, que se desvían por el
movimiento de rotación de la tierra (Efecto de Coriolis) y soplan, finalmente, desde
el noreste (alisios del noreste) y del sureste (alisios del sureste).

De esta manera, los regímenes pluviométricos generales del país se explican por
el desplazamiento de la ZCIT: el paso de ésta produce el ―tiempo ciclónico‖
lluvioso y con mayor nubosidad en contraposición al ―tiempo anticiclónico‖ que
antecede o sigue los pasos de la ZCIT y se caracteriza por una menor
pluviosidad.

3.1 DINÁMICA DEL CLIMA EN AL AMAZONIA

El paso del sol dos veces al año por la zona intertropical conduce a la
conformación de masas de bajas presiones que se van a mover hacia el norte o
hacia el sur de acuerdo con las estaciones, expandiéndose conforme a las
influencias oceánicas y la morfología continental.

El hecho de que la línea ecuatorial corte en dos la selva amazónica colombiana,


da como resultado que ella se encuentre influenciada por las masas de aire que se
mueven en ambos hemisferios, conformando así períodos de lluvia y de secas
muy diferentes, especialmente para los extremos norte y sur del área.

Sobre ambos hemisferios se van a recibir en la Amazonia, especialmente, las


influencias de las masas ecuatoriales: Masa ecuatorial del norte-MEN, Masa
Ecuatorial Continental-MEC, Masa Ecuatorial Pacífica-MEP y la Masa Ecuatorial
Atlántica- MEA.

87
La Masa Ecuatorial del Norte tiene su origen en el centro anticiclonal del Atlántico
Subtropical norteño y su influencia en la parte norte de la Amazonia, se hace sentir
al máximo a fines y principios de año, cuando el sol se encuentra en la posición
más meridional, o sea, hacia el trópico de Capricornio (verano del hemisferio sur).
Es la acción de los vientos alisios del Noreste que logran penetrar casi hasta el
Ecuador durante este período.

Los Alisios son vientos de carácter estable, debido a que hay inversión de
temperatura en su masa; por ello conllevan buen tiempo, excepto al llegar a la
vaguada ecuatorial de baja presión donde van a perder su estabilidad y ascender,
produciendo lluvias (para esta época la vaguada ecuatorial se ubica más o menos
a 2° al sur del Ecuador).

La masa ecuatorial atlántica logra invadir el continente durante el invierno del


hemisferio sur (junio-septiembre) produciendo buen tiempo en la Amazonia
Colombiana. Durante el resto del año está confinada al Océano Atlántico y región
nororiental del Brasil. Es una masa de mayor presión de tipo anticiclonal desde la
cual soplan vientos Alisios del sureste. Durante el invierno del hemisferio sur el
frente polar invade desde la Antártica dividiéndose en varias ramas que penetran
al continente. La rama central alcanza a invadir toda la Cuenca Amazónica,
penetrando por el Chaco y siguiendo hacia el norte por el corredor ubicado entre
los Andes y el planalto Brasileño hasta sobrepasar la línea ecuatorial causando
descensos de temperatura, nieblas y lluvias leves y permanentes ya sobre
territorio colombiano (es el denominado "Arú" por los indígenas del Vaupés y ―a
friagem‖ por los brasileños). Este frente polar antártico puede hacer descender
hasta 15° o 17° centígrados la temperatura, lo cual es perjudicial para la fauna, la
flora y el mismo hombre, pues debido a la alta humedad produce fríos biológicos
sumamente fuertes. El efecto puede durar hasta cinco días. Estos se presentan
en general, durante el mes de julio, en años de inviernos drásticos en el sur del
continente (en 1981 se registró en Leticia un descenso en la temperatura hasta los
13.4 °C).

La Masa Ecuatorial Continental es un resultado de la mayor verticalidad del sol en


cualquiera de los dos hemisferios donde se concentre su paso normal. Esto
produce áreas de mayor calentamiento y por lo tanto, una depresión donde se
presentan nubosidad espesa y lluvias colectivas intensas; en otras palabras, es la
época de lluvias para la zona intertropical.

88
Durante el verano del hemisferio sur (diciembre-marzo), la Masa Ecuatorial
Continental cubre gran parte de la cuenca amazónica teniendo su centro hacia
los 10° sur. Este máximo desplazamiento austral conlleva un desplazamiento en
el mismo sentido de la faja ecuatorial de baja presión y con ella de la ZCIT. El
desplazamiento hacia el sur de la MEC y de la ZCIT llega, en la Amazonia
Colombiana, hasta
aproximadamente 2°
sur, siendo época de
lluvia únicamente
para el departamento
de Amazonas y el
s.ur de Caquetá. El
resto de la Amazonia
colombiana queda
bajo los efectos de
los alisios del noreste
provenientes de la
MEN; por tanto se
inicia un período de
seca (buen tiempo)
que coincide con el
invierno estacional
del hemisferio norte
(ver mapa).

El período de seca
varía en su duración
de acuerdo con la Figura 15. Masas de aire en enero
ubicación latitudinal.
Para el extremo
norte, especialmente
ríos Vichada,
Guaviare e Inírida, el
período seco se inicia a principios de diciembre y dura hasta fines de marzo.

A medida que el sitio se ubica más cerca del Ecuador el período seco se va
haciendo cada vez más corto hasta que desaparece sobre la línea equinoccial,
dándose solamente un descenso notable de la lluviosidad que se presenta más
espaciada.

Al sur de la línea ecuatorial, especialmente a partir de los 2° sur, el régimen


climático es influenciado por las lluvias de la MEC que se encuentra estacionada
en el hemisferio sur, el cual se halla en la estación de verano. Por eso, el régimen
de Leticia (4° 13' sur) presenta máximo pluviométrico entre diciembre y enero.

89
Hacia el mes de julio (ver mapa) durante el verano estacional del hemisferio norte
la MEC y la ZCIT cubren toda la Orinoquia y la Amazonia Colombiana con
excepción del Trapecio Amazónico.

El centro de esta
depresión se sitúa
en la frontera
Colombo-
Venezolana
(Orinoco, Guaviare,
río Negro) y allí se
concentran las
lluvias con máxima
intensidad,
especialmente en
julio y agosto. El
período de lluvias se
inicia en con toda su
intensidad a partir de
abril hasta fines de
noviembre,
quedando el año
partido en dos ciclos:
diciembre hasta
marzo, periodo de
Figura 16. Masas de aire en julio seca, y de abril a
noviembre, período
de lluvia (régimen
monomodal o
tropical).

La región propiamente ecuatorial entre las latitudes 2° norte y 2° sur no presenta


un período de seca definido, puesto que las lluviosidades nunca son inferiores, en
promedio mensual, a los 100 mm; esto se debe a que la zona nunca se ve
realmente libre de la influencia de la ZCIT. Sin embargo, se hace notar un doble
período, en el cual descienden las lluvias: un primer período hacia enero y febrero,
cuando, además del volumen de lluvia, disminuyen los días con lluvia, y un
segundo período, hacia mediados de año, bien en julio o en agosto, se presenta
un corto período con descenso de lluvias, que en algunos años queda anulado por
completo con lluvias intempestivas. La existencia de estos dos períodos menos
lluviosos intercalados con dos períodos de mayores lluvias (régimen bimodal o
ecuatorial) se debe a la influencia de los alisios del Noreste y Sureste que
alcanzan a llegar muy debilitados hasta el Ecuador hacia principios del año y la
mitad alternativamente.

90
Pasando los 2° sur hay un notable descenso de las lluvias entre junio y
septiembre, sin presentarse meses con menos de 100 mm de precipitación.
Aunque las mayores lluvias se inician a partir de septiembre, durante la segunda
mitad del año son fuertes pero espaciadas, haciéndose más continuas en la
primera mitad del año.

3.2 FAJA ECUATORIAL

Las máximas precipitaciones se presentan en la propia faja ecuatorial entre los 2°


norte y los 2° sur, especialmente al pie de la cordillera donde se encuentra un
máximo de lluvias sobre la línea equinoccial. Este hecho tiene explicación en dos
factores que se refuerzan mutuamente: primero, la convergencia de los Alisios,
desestabilizados sobre esta faja, que son empujados por el Efecto Coriolis, hacia
el extremo occidental y, segundo, la influencia de la orografía que aumenta
paulatinamente la lluviosidad por efecto de ascenso del relieve, lo cual produce
enfriamiento adiabático de las masas de aire ascendentes.

3.3 CLASIFICACIÓN CLIMÁTICA

En la Amazonia Colombiana se presentan tres tipos de clima de acuerdo a la


clasificación de Köeppen: Am, Af y Aw.

El clima Af ecuatorial siempre húmedo, sin estación seca, se presenta en la


mayor parte de la región amazónica. En el extremo oriental cubre desde los 4° sur
hasta 3.5° norte. A medida que nos acercamos a la región Andina, la faja de selva
húmeda se acerca más y más al ecuador, hasta que en los 75° de longitud
occidental se encuentra a 1° norte, de allí se encausa nuevamente al norte hasta
dar con la cordillera.

La característica del clima Af es su lluviosidad constante durante todo el año,


careciendo de un período verdaderamente seco, y su alta humedad relativa que
para la zona siempre es superior al 80%. Este factor permite el desarrollo de la
verdadera selva ecuatorial, con una vegetación alta y espesa compuesta por
grandes árboles con troncos de notable diámetro. En estado natural este bosque
carece de sub-bosque inferior espeso (sotobosque), excepto a la orilla de los ríos
y caños.

El clima Am, caliente y húmedo de monzones, ocupa un área transicional entre la


propia selva y los Llanos Orientales, en un ancho, promedio de 1,5° de latitud.
Prácticamente, abarca toda la región de bosques que se encuentran dentro de la
cuenca del Orinoco, al norte de la cuenca que drena al Amazonas; exceptuando a
la región noroccidental que coincide con la cuña climática que se introduce hasta
las cabeceras de varios afluentes del Caquetá (Apaporis, Yarí y Caguán).

91
El clima Am se caracteriza por fuerte lluviosidad, pero se ve atemperado por la
existencia de un período verdaderamente seco; lo cual relacionado con una
temperatura relativamente alta (25° a 27° centígrados) para la zona, tiene un
efecto muy notorio para la morfología vegetal. Aquí la selva es baja y de troncos
delgados (20 a 30 cm en promedio); la vegetación es más espaciada y menos
frondosa, lo cual permite mayor penetración de la luz hacia el suelo. Como
resultado de la mayor iluminación, surge un bosque inferior (sotobosque) dentro
de la selva prístina, mucho más espeso que el existente en el sombrío suelo de la
selva siempre lluviosa.

El hecho de que el período de lluvias se presente durante el verano estacional del


hemisferio norte (junio a septiembre), nos permite clasificar más exactamente esta
zona transicional como Amw, o sea con secas de invierno, y lluvias de verano.

El clima Aw, tropical húmedo de sabana, con una temporada seca prolongada
que se desarrolla durante el verano estacional del hemisferio norte (julio-
septiembre). La mayor parte de estas sabanas se encuentran fuera del área
considerada amazónica, o sea al norte del río Vichada y al oriente y al nororiente
de los ríos Guéjar y Ariari. Sin embargo, en la región noroccidental, al sur de la
serranía de la Macarena, se encuentran las sabanas de la Macarena -Tunia y Yarí,
con una superficie aproximada de 364.000 hectáreas. Ellas están enclavadas en
medio de una selva baja (caatinga) y tienen una morfología vegetal típica de
sabana muy diferente a la selva aledaña.

Aunque es casi seguro que el origen secundario de este paisaje se debió a la


acción humana, se debe considerar que allí existe un enclave climático de
temporada seca prolongada que, debido a la deforestación, se hará cada vez más
seco por la acción cada vez más fuerte y desecante de los vientos que ahora
recorren libremente la llanura.

4. VEGETACIÓN

La Amazonia Colombiana es la mayor reserva forestal del país, de un valor


ecológico incalculable. La mayor parte está cubierta por una vegetación de tipo
arbóreo (selva tropical lluviosa o bosque húmedo tropical), caracterizada por su
abundante y muy heterogénea composición florística. Los bosques amazónicos
constituyen un poco más del 70% del área total de bosques naturales existentes
en el país. Tales recursos forestales tienen múltiples posibilidades de utilización:

 Como productores de biomasa: la Amazonia conforma uno de los


ecosistemas más eficientes para captar, transformar y almacenar la energía
solar (en forma de biomasa); por lo tanto, constituye el primer eslabón de las
complejas cadenas tróficas animales (incluida la abundante fauna
hidrobilógica) y vegetales que existen en la región.

92
 Como protectores: en este aspecto cabe anotar el efecto regulador y
restaurador de la frágil fertilidad de los suelos de la región (reciclaje de
nutrientes) y de los ríos, considerando estos últimos en su triple función de
productores de agua para consumo o para energía, de medios naturales de
transporte y de fuente de recursos hidrobiológicos de gran diversidad y
abundancia. Igualmente, los bosques amazónicos son la base necesaria para
preservar ambientes esenciales que garanticen la supervivencia de especies
animales.

 Como productores directos: cabe destacar la diversidad de recursos


vegetales y genéticos que pueden proporcionar los bosques naturales de la
región amazónica. Tales recursos se traducen en información genética para el
mejoramiento de especies, para el consumo humano y animal, materias primas
para la industria, la medicina y maderas finas.

Los bosques están conformados por varios estratos principales que establecen
doseles espesos, lo que dificulta la radiación solar hacia niveles inferiores. En
consecuencia, bajo un régimen de alta precipitación pluvial y elevadas
temperaturas como el que soporta en general esta región, se mantiene una alta
humedad, no sólo del medio ambiente interboscoso, sino también del suelo
constantemente sombreado.

Tal situación ha propiciado además, la proliferación de diferentes especies de


arbustos y trepadoras leñosas que, unidas al alto grado de epifitismo que soporta
la masa forestal principal, están favoreciendo aún más la complejidad estructural
de este tipo de bosque.

Variaciones locales de clima y, sobre todo cambios topográficos y de suelo, son


responsables por el desarrollo de diferentes tipos de bosques y hasta así mismo
de vegetación no forestal que, en manchas de tamaño variado, se extienden por la
región, las cuales se pueden agrupar en las siguientes formaciones vegetales:
formaciones de la planicie terciaria; formaciones de piedemonte y montaña;
formaciones del Macizo de las Guayanas (superficie de aplanamiento);
formaciones de las vegas aluviales; formaciones de la Serranía de la Macarena, y
formaciones de la región transicional del norte.

4.1 FORMACIONES DE LA PLANICIE TERCIARIA

En esta región de relieve formado por terrazas antiguas (terrazas altas) y


superficies de erosión de topografía ondulada en forma de lomeríos (tierra firme).
Se desarrolla una selva densa y exuberante (la propia selva ecuatorial lluviosa).
Especialmente en los grandes interfluvios de los ríos Amazonas, Putumayo,
Caquetá y Apaporis.

93
La vegetación está compuesta en mayor grado por bosque en estado de climax,
con gran profusión de parásitas y epífitas; los árboles emergentes pueden superar
los 40 metros de altura y tener diámetros superiores a 50 cm. Pocas veces los
individuos de una misma especie se encuentran formando grupos homogéneos,
siendo ésta una característica de toda la selva amazónica. La composición
florística del bosque la constituyen especies como el cabo de hacha, laurel
amarillo, comino real, sangretoro, guamo, carguero, siringa, cedro, etc, que
alternan con un número increíble de palmas y bejucos. Sin embargo el piso es
limpio y se puede transitar fácilmente entre los árboles.

4.2 FORMACIONES DE PIEDEMONTE Y MONTAÑA

Sobre los abanicos, glacis y vallecitos que conforman el piedemonte andino-


amazónico y la parte baja de la cordillera Oriental (montaña baja) hasta unos 950
msnm aproximadamente, se desarrolla una selva densa y muy alta, en estado
natural, correspondiente al piso basal de selva ecuatorial lluviosa semejante a la
selva de la planicie terciaria (actualmente sólo quedan pequeños relictos de esta
selva). A medida que aumenta la altura y disminuye la temperatura en el sector
cordillerano (gran paisaje de montaña) va apareciendo un nuevo tipo de bosque, el
bosque subandino y posteriormente el andino. Se considera que esta región
piedemontana y de montaña es una de las más diversas biológicamente de la
Amazonia, por la distribución no sólo horizontal sino vertical de la vegetación y por
cuanto, se cree que perteneció a uno de los refugios pleistocénicos más
importantes de la región (el refugio de Florencia).

Los árboles muy altos y de tronco grueso, presentan un alto índice de maderas
útiles, como es el caso del cedro, el laurel, el amarillo, entre otros.

4.3 FORMACIONES DEL MACIZO DE LAS GUAYANAS (SUPERFICIE DE


APLANAMIENTO)

Las formaciones vegetales del Macizo de las Guayanas se caracterizan por ser
bosques o matorrales bajos con una vegetación leñosa, dispersa y de poco
diámetro. Las ramas de estos árboles y arbustos, tienden a ser retorcidas con
pocas hojas, de características xerofíticas-escleróticas. Esta conformación del
bosque permite un excelente paso de la luz solar que trae como consecuencia un
sotobosque denso de difícil tránsito. En el cual se encuentran muchas especies
endémicas.

Sin embargo, existen marcadas diferencias en este tipo de bosques,


especialmente por las características del suelo, la altitud y la humedad.

Dependiendo del contenido de arcillas y limos que tengan los suelos arenosos, se
forman bosques, arrabales y sabanas (las llamadas caatingas altas, medias y
bajas).

94
El bosque o ―caatinga alta‖ se produce sobre los suelos arenosos que contienen
arcilla en buena proporción y, a veces, algo de limos, los cuales les da un poco de
fertilidad. Además, que no estén sujetos a inundaciones prolongadas o niveles
freáticos altos o a una infiltración acelerada de las aguas que produzca una rápida
sequedad edáfica.

Es decir, que tanto el exceso de humedad en el suelo como su sequedad, tienen


efectos negativos sobre crecimiento de este tipo de plantas.

La estructura general de la ―caatinga alta‖ está conformada por árboles rectos y


delgados que no sobrepasan los 25 cm de diámetro y en su gran mayoría y con
alturas promedios entre 15 y 20 metros. La separación entre los troncos es
bastante amplia y las copas poco frondosas, lo cual permite la penetración de
bastante luz hacia el suelo.

El Arrabal o ―caatinga media‖ es el tipo de formación florística predominante en


Guainía, pues cubre la mayor parte de las tierras interiores que se encuentran
desde Inírida hasta el Isana y la parte occidental de las tierras interiores entre el
Guaviare y el Inírida. Allí predominan los arbustos y pequeños árboles, con altura
entre 8 y 12 metros y diámetros entre 10 y 15 centímetros.

Los suelos de esta formación son muy arenosos, con una capa delgada de
materia orgánica que, en algunos sitios, puede alcanzar varios centímetros.
Parece que la causa de la pobreza de esta vegetación que presenta xeromorfismo
y esclerosis se debe al exceso de aguas ácidas.

Como forma extrema, presentando fuertes endemismos, se presentan las sabanas


o ―Caatinga baja‖. Son grandes parches de vegetación baja, en su mayor parte
herbácea, salpicados a grandes trechos por pequeñas plantas leñosas. Algunas
de estas sabanas alcanzan a tener cientos de kilómetros cuadrados como en la
cercanía del Atabapo y en otros casos, son pequeños enclaves de algunas
hectáreas. Aunque el término de sabana se aplica indistintamente, hay que hacer
la distinción entre las sabana del tipo llanos orientales, compuesta en su mayor
parte por gramíneas, y las sabanas o ―Caatingas bajas‖ del alto río Negro, donde
predominan las ciperáceas.

Este tipo de "caatinga baja" sólo se produce en las planicies cuyos suelos son
arenas totalmente lavadas, sujetas a una fuerte y prolongada inundación anual,
esto exige una drástica selección de las especies, en cuanto deben ser hidrofíticas
estacionales, muy exigentes en cuanto a nutrientes y con una alta resistencia a la
acidez.
Hay que considerar como formaciones diferentes a las caatingas bajas las que se
encuentran sobre los cerros y serranías del área. Aunque estas comparten varias
especies con las caatingas bajas de planicie, sin embargo presentan sus

95
endemismos propias de plantas litófilas, que prácticamente se desarrollan sobre la
roca pura: el caso más interesante es el de las Vellozias que son muy antiguas y
solamente se encuentran sobre los relictos precambrianos del antiguo continente
de Gondwana.

Las palmas, sin lugar a dudas constituyen la planta más numerosa, variada e
importante de la región en cuanto a flora silvestre y la segunda en importancia
económica, después de la yuca. El hábitat de sus numerosas especies fluctúa,
desde los bajos permanentemente inundados (palmas hidrofíticas) hasta las rocas
estériles de los cerros (palmas litofíticas), conviviendo varias especies juntas en un
mismo tipo de hábitat.

4.4 FORMACIONES DE LA LLANURA AMAZÓNICA (PLANICIE


CUATERNARIA) Y VALLES ALUVIALES

La vegetación de la llanura amazónica y valles aluviales periódicamente


inundados (zonas de várzeas), se diferencia de la selva de la planicie terciaria por
presentar un número menor de especies y por la menor altura de sus árboles en
los estratos más elevados. No habiendo excesiva disminución de agua en el suelo
en cualquier época del año ella se mantiene siempre verde. La várzea es
anualmente abonada con los sedimentos que descienden de los Andes y de la
región pre-Andina durante las llenas de los ríos, por tanto sus suelos son más
ricos que los de la selva de tierra firme.

Raramente los árboles del estrato más elevado sobrepasan los 25 metros de
altura. Poseen troncos rectos con ramificación apenas en la parte superior, con
diámetros que casi nunca sobrepasan los 60 centímetros. No obstante, la
vegetación posea en los estratos inferiores menos especies que la de tierra firme,
es a veces, casi impenetrable, con una enorme profusión de ramas espinosas que
se entrelazan.

A diferencia de las várzeas ubicadas sobre vegas inundables periódicamente de


ríos de aguas blancas, los igapós se encuentran en las márgenes de los ríos de
aguas negras y se mantienen permanentemente inundados. Se caracterizan por la
baja fertilidad y gran variedad de especies. Los árboles que crecen en el igapó
resisten la inundación, como por ejemplo la palma yavarí cuyo fruto es muy
apetecido por las cachamas.

Grandes áreas de inundación, temporal o permanente, sólo existen en el bajo


Putumayo, donde pueden cubrirse hasta 20 kilómetros de tierra adentro en cada
orilla del río. De resto, hay pequeños trechos o puntos de inundación, en el el bajo
Caquetá, el Guaviare, río Negro y otros ríos de menor caudal que también
presentan vegas de inundación.

96
4.5 FORMACIONES DE LA REGIÓN DE LA MACARENA

Debido a su conformación geológica-geomorfológica tan compleja y a su situación


de confluencia de los Andes, Llanos Orientales y Planicie Amazónica, la serranía
de la Macarena es un mosaico de regiones fitogeográficas. Son de anotar las
formaciones xerofíticas que se encuentran sobre la roca expuesta de la serranía
en su extremo sur. Allí, lo mismo que en la Guayana Colombiana, se presentan
los Velloziales, con una especie propia que es la Vellozia macareniensis. Hay
grandes trechos donde esta planta litófila aparece en forma única, homogénea y
otros donde alterna con diversas clusias y pajonales. Igualmente, hay parches de
sabanas naturales al sur, compuesta de pajonales. Estas marcan el inicio norte de
una cadena de sabanas inclusas (de enclave) conocidas genéricamente como
sabanas del Yarí.

El bosque ecuatorial se encuentra en gran parte de la sierra llegando hasta los


1.200 msnm para dar paso luego al bosque de tipo subandino.

4.6 FORMACIONES DE SELVA TRANSICIONAL NORTE

Entre los ríos Guaviare y Vichada se encuentra una selva muy baja, excepto en
las vegas de los ríos. Esta selva contiene, entremezclados, elementos florísticos
de la propia Amazonia con formas caducifolias del Orinoco.

Entremezclados con la selva aparecen grandes parches de sabana verdadera,


compuestos de gramíneas y con inclusión de chaparrales. Es decir, se nota cierta
penetración de los Llanos Orientales hacia el área. Sin embargo, cerca al Orinoco
se presentan algunas sabanas de ciperáceas y caatingas bajas.

5. SUELOS

5.1 GENERALIDADES

La Amazonia presenta un mosaico de suelos que van desde los mal drenados de
las várzeas y los valles aluviales de los grandes ríos y sus tributarios hasta
aquellos con drenaje excesivo de los paisajes de piedemonte, montaña, lomeríos
o de las estructuras rocosas (superficie de aplanamiento); gran parte del área
posee suelos de texturas finas y medias pero hay sectores importantes
particularmente en el sector nororiental, en donde predominan los materiales
arenosos en los perfiles de los suelos; desde el punto de vista del relieve suelos
completamente planos, plano-cóncavos, ondulados y quebrados. Los suelos bien
desarrollados en paisajes ondulados (lomeríos) por procesos de disección son los
más importantes por sus extensiones dentro de la región amazónica.

Algunas estructuras rocosas se levantan en medio de la ―llanura verde‖ rompiendo


la monotonía del paisaje, con formas variadas y complejas, unas veces simulando

97
mesas altas, otras colinas encadenadas de perfiles complejos o cerros aislados de
tipo ―inselberg‖. En estas estructuras hay cerros superficiales que comparten el
área con afloramientos rocosos de diferente naturaleza. La heterogeneidad en el.
patrón de distribución de los suelos de la Amazonia se refleja igualmente en su
grado de desarrollo aunque dominan los suelos evolucionados y muy
evolucionados, los hay también de escaso desarrollo como sucede en los paisajes
de origen aluvial, en los depósitos arenosos de Guainía y Vaupés y en las
serranías y cerros aislados.

A pesar de las variaciones mencionadas los suelos amazónicos presentan algunas


propiedades que los señalan como suelos diferentes en su constitución,
características y lógicamente en su capacidad de utilización o en los
requerimientos de prácticas de manejo, en comparación de las tierras de los
ecosistemas andinos o de las áreas costeras. Los estudios realizados hasta la
fecha, han demostrado que los suelos amazónicos se caracterizan por un nivel de
fertilidad muy bajo en la fase mineral. Aquí es necesario explicar que la mayoría
de los suelos están constituidos por materiales minerales y orgánicos, igualmente
importantes para el sostenimiento de la vegetación. La pobreza de la parte mineral
de los suelos amazónicos la demuestra el alto grado de acidez, la saturación de
gases muy baja, la ausencia de calcio, magnesio y potasio intercambiables, o la
presencia de contenidos totalmente insuficientes para suplir las necesidades de
las plantas, la marcada pobreza en fósforo aprovechable y los altos contenidos de
aluminio de cambio.

Los análisis mineralógicos de la fracción arena demuestran que el cuarzo, que no


ofrece elementos nutrientes para las plantas, existe en porcentajes superiores al
95% en la mayoría de los suelos que se han estudiado, mientras que los minerales
fácilmente intemperizables y ricos en nutrientes no existen o se presentan en
cantidades insignificantes: la arcilla dominante, por otra parte, es la caolinita y hay
notable deficiencia de materia orgánica en todo el perfil con excepción de los
primeros 5 o 10 centímetros. Esta situación lejos de mejorar, empeora hacia el
oriente, en el departamento del Guainía por ejemplo, en donde se presentan
extensas zonas de suelos derivados de los depósitos arenosos cuarcíticos tan
pobres que sólo permiten el crecimiento de una vegetación arbustiva raquítica
denominada ―caatinga‖.

Esta situación indica que la nutrición vegetal en la Amazonia depende


principalmente de la fase orgánica del suelo, a diferencia de lo que ocurre en la
región andina, en la que las plantas se nutren de las sustancias almacenadas en
la fase orgánico-mineral.

5.2 FORMACIÓN DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS

El suelo es el producto de la interacción de factores formadores tales como el


clima, la vegetación y los microorganismos asociados, el relieve, el material

98
parental derivado de la roca madre, el hombre y el tiempo. El efecto de estos
factores formadores induce procesos de formación de suelos (meteorización,
lixiviación y la actividad biológica) que paulatinamente van imprimiendo sus
huellas en los perfiles de los suelos hasta desarrollar en ellos características
particulares que sirven como elementos de diagnóstico para su clasificación y para
definir su capacidad de utilización y manejo. Estos son procesos que pueden ser
ganancias o pérdidas de diferentes sustancias y materiales, alteraciones o
transformaciones y transferencias o translocaciones de los componentes
orgánicos y minerales del suelo. El estudio de los factores y de los procesos de
formación es fundamental para entender la naturaleza del suelo. Su vocación y el
papel que desempeña en los ecosistemas.

En el caso de los suelos de la región amazónica el material parental y el clima son,


en general, los factores que han jugado el papel más importante en su formación,
y las transformaciones y las pérdidas, los procesos que han dejado las marcas
más notorias en su perfil. Los sedimentos, a partir de los cuales han evolucionado
la mayor parte de los suelos amazónicos, sufrieron antes de su depositación final
una serie de procesos de meteorización, erosión y sedimentación a los que sólo
pudieron resistir minerales como el cuarzo y la caolinita: como consecuencia de
esto, los minerales presentes en los suelos se encuentran en un estado de
intemperismo más avanzado del que realmente podría esperarse. Por este hecho
se afirma que el material parental es el factor de mayor incidencia en la etapa de
evolución en que se encuentran la mayoría de los suelos amazónicos.

Durante el proceso pedogénico el clima solo ha complementado el proceso a


través de la acción intempérica y la lixiviación. El predominio de la precipitación
sobre la evapotranspiración y las altas temperaturas acelera la transformación de
los componentes de la fase sólida del suelo. Además la gran cantidad de agua
percolante remueve el perfil de los productos resultantes de la alteración,
especialmente los solubles, dando como resultado suelos ácidos y pobres.

Localmente otros factores de formación cobran importancia, en los suelos


piedemontanos, cordilleranos, de los valles aluviales y en aquellos de las
estructuras rocosas quebradas y escarpadas, el desarrollo está condicionado por
el efecto de la topografía más que por el clima o cualquier otro factor. La evolución
progresiva de los suelos es interrumpida o atrasada por el aporte periódico de
sedimentos o por las condiciones reductoras creadas por las inundaciones y el
nivel freático alto, en los suelos de paisajes aluviales y en los de piedemonte y
estructuras rocosas, por la remoción de los materiales edáficos a causa de
severos procesos erosivos.
La vegetación desempeña un papel importante en la génesis y evolución de los
suelos amazónicos, bien sea mediante aporte de residuos orgánicos o como
cobertura de protección del suelo frente a la intensa radiación solar y los procesos
erosivos. La fauna que es muy variada y abundante desarrolla una acción
gigantesca en todos sus niveles (micro, meso y macrofauna) ayudando a la

99
alteración y a la traslocación de los materiales minerales y orgánicos del suelo. El
hombre está ejerciendo una acción cada vez mayor en la evolución de los suelos,
pero los resultados de su actividad son casi siempre negativos y conducen a
fenómenos del deterioro del recurso edáfico.

Es difícil evaluar la acción de los suelos amazónicos principalmente en aquellos


paisajes en los cuales la naturaleza del material parental señala un grado de
alteración mayor que el que podría esperarse en igual tiempo, en otras
condiciones, sin embargo, es notoria la presencia de suelos de diferentes edades
relativas reflejadas en diversos grados de evolución de los minerales presentes en
los materiales edáficos y en el desarrollo alcanzado por los perfiles del suelo.

5.3 TIPOS DE SUELOS AMAZÓNICOS

Los suelos que conforman la Amazonia se dividen en seis grupos de acuerdo al


Gran Paisaje en que se encuentran:

 Suelos de montaña
 Suelos de piedemonte
 Suelos de lomerío amazónico
 Suelos de valles aluviales
 Suelos de planicie amazónica
 Suelos de superficies de aplanamiento

5.3.1 Suelos de Montaña. Los suelos de montaña esta localizados sobre la


vertiente amazónica de la cordillera Oriental. Sus características están definidas
fundamentalmente por el paisaje y el tipo clima donde se ubican. Estos suelos se
han desarrollado sobre un relieve montañoso estructural-erosional, quebrado a
muy escarpado, con pendientes entre 12 y 75% y en algunos casos más del 75%
y sobre los siguientes tipos de relieve (paisajes): vigas y filas, depresiones
tectónicas, crestones y hogbacks. Estos suelos se han desarrollado en climas que
van desde el frío muy húmedo hasta el cálido húmedo; ello conlleva a que se
presenten suelos con diferentes propiedades físicas, químicas y biológicas. Es así
como, en la montaña con clima frío muy húmedo, los suelos presentan texturas
gruesas (FA, AF), no han desarrollado estructura (grano suelto), tienen
consistencia friable y presentan drenaje externo muy rápido, mientras que el
drenaje interno es lento a medio.

En los climas medio muy húmedo y cálido húmedo, los suelos presentan texturas
más finas (Far, FarL y Ar), lo cual repercute en otras propiedades físicas como es
la de presentar una mejor estructura; en general la consistencia es friable y
ligeramente pegajosa y drenaje interno lento a medio.

100
Debido a la velocidad del desgaste de las masas rocosas en las vertientes
empinadas, la capa de alterita es muy delgada y rocosa. Los suelos de estos
paisajes de montaña son muy deleznables y los movimientos en masa juegan un
papel importante, siendo los más frecuentes la solifluxión y los golpes de cuchara.

Los suelos de vigas y filas de clima frío muy húmedo se localizan en alturas
entre 2.000 y 2.800 msnm. Se han desarrollado, en su mayoría, a partir de granitos
y en menor proporción de neiss; se caracterizan por ser bien drenados y
moderadamente profundos, limitados por presencia de roca en estado avanzado de
meteorización. Presentan reacción ácida y baja fertilidad.

Los suelos de vigas y filas de climas medio y cálido muy húmedos se ubican
en las partes medias y bajas de la cordillera Oriental, cuya altitud varía entre 500 y
2.000 m, y en algunos sectores hasta los 2.200 m. Estos suelos son producto de la
alteración de granitos y gnesiss; se caracterizan por ser muy superficiales a
moderadamente profundos, limitados por roca o fragmentos de roca cerca de la
superficie y son bien drenados. Presentan reacción ácida y baja fertilidad.

Los suelos de vigas y filas de clima medio muy húmedo se localizan entre los
1.000 y 1.200 msnm. Son el producto de la alteración de areniscas, neiss y granitos;
moderadamente profundos a superficiales, limitados por cascajo, gravilla y piedra.
La pedregosidad en superficie es notoria, especialmente y en mayor cantidad en las
parte cóncavas y cerca de los arroyos. Presentan fuerte acidez, alto contenido de
aluminio y baja fertilidad.

Los suelos de vigas y filas de clima cálido húmedo se encuentran ubicados en


alturas que varían de 500 a 1.100 msnm. Se han desarrollado a partir de materiales
ígneos (granitos) y metamórficos (neiss), con intrusiones de areniscas y arcillolitas,
en estado avanzado de meteorización; la profundidad efectiva varía desde profunda
hasta muy superficial, limitada por la presencia de arcilla, roca y piedra; las texturas
son contrastantes, muy ácidos con contenido de aluminio intercambiable y la
fertilidad es baja.

Los suelos de depresiones tectónicas se han desarrollado a partir de materiales


coluvio-aluviales depositados al pie de las laderas y en algunos sectores el material
parental está formado por acumulaciones de sedimentos aluviales minerales con
alguna mezcla de materiales orgánicos. Las heladas frecuentes y las altas
precipitaciones, constituyen serias limitaciones para la agricultura, no obstante ser
suelos de moderada fertilidad.
Los suelos de crestones están ubicados entre 300 y 1.200 msnm. Son suelos bien
drenados, moderadamente profundos, limitados por arcillolitas; presentan texturas
FarAAr, son bajos en bases totales y en saturación total de bases; muy pobres en
fósforo, altos en aluminio intercambiable y de muy baja fertilidad.

101
Los suelos de hogbaks se ubican entre 300 y 1.200 msnnm. Son bien a
excesivamente drenados, moderadamente profundos a muy superficiales y texturas
moderadamente finas y finas; extremadamente ácidos a fuertemente ácidos, de
mediana capacidad catiónica de cambio, altos en saturación de aluminio y de muy
baja fertilidad.

5.3.2 Suelos de piedemonte. El piedemonte aparece en forma muy intermitente al


pie de la montaña sin formar una franja continua como se cree popularmente. El
paisaje está caracterizado por abanicos coalescentes, glacís de explayamiento y
vallecitos que se adentran en el sistema de lomerío amazónico. Los materiales
parentales de estos suelos están constituidos por sedimentos aluviales y
coluviales recientes y arcillas del Terciario, provenientes de la cordillera.

Los suelos son de fertilidad baja, bien drenados con profundidad efectiva radicular
variable, a veces limitada por la presencia de bloques rocosos. La mayor parte de
estas tierras se dedican a la ganadería extensiva, con deficientes prácticas de
manejo, lo cual ha ocasionado la erosión ligera laminar y en ―pata de vaca‖,
asociadas con reptación.

Los suelos de abanicos se localizan al pie de la cordillera en altitudes variables,


en clima cálido húmedo. Los materiales parentales de estos suelos están
constituidos por sedimentos coluviales y aluviales recientes y arcillas del terciario,
provenientes de la cordillera. Se presentan por sectores, en superficie y en el
perfil, capas delgadas de gravilla cuarzosa de forma angulosa y semiredondeada.
En el ápice de los abanicos, en la superficie y dentro del suelo se encuentran
arenas, gravilla, piedra y bloques grandes. Los suelos son profundos, bien
drenados, bajos en bases totales y en saturación total; pobres en fósforo
aprovechable y baja fertilidad.

Los suelos de glacís de explayamiento son derivados de materiales parentales


constituidos por sedimentos aluvio-coluviales moderadamente finos y finos, a
veces con gravilla que descansan sobre arcillas plintíticas, capas de piedra, cantos
redondeados y gravas de diferente naturaleza. Algunos de estos suelos sufren
encharcamientos e inundaciones.

Los suelos de vallecitos presentan materiales parentales constituidos por


depósitos aluviales y coluvio-aluviales heterométricos, presentan un ligero
desarrollo pedogenético, son bien a imperfectamente drenados, con algunas áreas
pobremente drenadas, y una distribución granulométrica de gruesa a media.
5.3.3 Suelos de lomerío amazónico. Cada uno de los suelos asociados a los
diferentes paisajes de lomerío presentan características diferentes, así:

Los suelos de lomas se localizan en clima cálido húmedo y muy húmedo y son
moderadamente profundos y profundos aunque restringidos para uso
agropecuario por su alto contenido de aluminio y baja fertilidad, son bien

102
drenados. En zonas bajas con fluctuaciones del nivel freático hay suelos con
presencia de plintita.

Los suelos de los vallecitos están constituidos por sedimentos recientes coluvio-
aluviales que dan origen a suelos poco desarrollados, gleizados, mal drenados, de
texturas francas y franca arcillosas, aunque en algunos sectores se pueden
encontrar suelos con predominio de texturas francas. Son muy ácidos, con alto
contenido de aluminio y baja fertilidad.

Los suelos de las mesas se encuentran en clima cálido húmedo y muy húmedo.
Están constituidos por materiales franco finos, muy meteorizados del Pleistoceno,
ricos en caolinita con fragmentos petroférricos y gravas cuarcíferas; son bien
drenados y con alta saturación de aluminio.

5.3.4 Suelos de los valles aluviales. Los suelos de los valles aluviales
corresponden a zonas localizadas al lado y lado de los ríos principales y por tanto,
son originados por la actividad sedimentaria; en estos valles se pueden diferenciar
suelos de terrazas y suelos de llanura aluvial de desborde.

Los suelos de las terrazas presentan diferenciación de acuerdo con el tipo de


terrazas. Las terrazas altas presentan suelos evolucionados, más que los del
lomerío amazónico, posiblemente debido a que los materiales han permanecido
más estables, mientras que los suelos del lomerío ha sido sometidos a fuertes
procesos de erosión y disección. Son suelos con acumulación de sexquióxidos de
hierro y aluminio, de texturas moderadamente finas, profundos a moderamente
profundos, bien drenados, muy ácidos y de baja fertilidad. Las terrazas medias
presentan suelos bien a imperfectamente drenados, con presencia de niveles
agua en épocas lluviosas, alto porcentaje de aluminio, muy ácidos, de baja
feriliddad y bien estructurados. Las terrazas bajas contienen sedimentos
moderadamente finos y finos, con plintita en profundidad. Estos suelos están
sujetos a encharcamientos e inundaciones esporádicas, son ligeramente ácidos y
fertilidad moderada.

Los suelos de la llanura de desborde presentan a nivel general texturas variadas


y la profundidad efectiva depende de la fluctuación del nivel freático o de la
presencia de capas arenosas. En los basines los suelos son gleizados,
pobremente drenados, de difícil acceso y tiene vegetación hidrófila.

5.3.5 Suelos de la planicie amazónica. Estos suelos están compuestos de


sedimentos sueltos arcillosos y limo-arcillosos de origen principalmente aluvial, la
textura es fina y lisa sin ningún tipo de fracturamiento. Son pobremente drenados,
de alto contenido en aluminio intercambiable, ácidos, moderada fertilidad,
superficiales y limitados por el nivel freático alto y presencia de plintita. Se
encuentran en su mayor parte cubiertos por la selva amazónica, aunque existen
pequeñas áreas con cultivos y pastizales.

103
5.3.6 Suelos de la superficie de aplanamiento. Estos suelos presentan grandes
diferencias que están en función con el tipo de paisaje al que pertenecen.

Los suelos de las serranías (estructuras rocosas) corresponden a suelos


desarrollados sobre areniscas compactas que se localizan en la parte central de
la Amazonia; el relieve puede ser tabular, es decir con cimas planas que semejan
mesetas e incisiones profundas, a veces con ondulaciones complejas y ligeras en
formas de colinas o cerros quebrados, con topografía irregular, incisión fuerte y
fallas con posible influencia tectónica. Los suelos son en general, superficiales por
la presencia de rocas, susceptibles a la erosión, de texturas gruesas y medias y
bien a excesivamente drenados, aunque hay sectores en la zona plana con
drenaje imperfecto a pobre. La vegetación es generalmente raquítica de arbustos
y gramíneas de sabanas. En algunos sitios aflora la roca.

Al pie de las formaciones rocosas hay coluvios de relieve ligeramente plano cuyos
suelos se han desarrollado a partir de materiales coluviales, sedimentarios finos y
medios.

Los suelos de los montes islas en su mayoría están constituidos por rocas
graníticas, granodioríticas, migmatitas y neisess del precámbrico. Se localizan en
áreas adyacentes a los ríos Caquetá (parte baja), Apaporis y Vaupés. Los suelos
derivados de estos materiales del escudo Guayanés son superficiales, muy
susceptibles a la erosión y presentan un drenaje natural que fluctúa de bueno a
excesivo. Las texturas que predominan en el perfil varían de finas a medias y el
nivel de fertilidad en todos los casos es muy bajo.

También en esta unidad, ocurren áreas de coluvios al pie de los cerros. Son áreas
de relieve plano inclinado o ligeramente ondulado, cuyos suelos son bien
drenados y profundos o superficiales de acuerdo a la presencia de material
petroférrico en el perfil. Están cubiertos por bosque primario y sabanas arbustivas.

Los suelos de la penillanura nororiental se localizan en territorios de los


departamentos del Guainía y del Vaupés en una extensión relativamente pequeña
de relieve casi plano, en donde afloran las rocas del escudo Guayanés.

Los suelos se caracterizan por ser de textura arenosa, muy ácidos y de fertilidad
tan baja que solamente pueden mantener una vegetación raquítica de tipo
arbustivo, denominada ―caatinga‖ o sabanas con frecuentes parches sin
vegetación o ―calveras‖.

El drenaje natural de los suelos varía desde pobre hasta excesivo dependiendo de
la posición que ocupen en el paisaje y de la textura dominante. La profundidad
efectiva radicular está limitada por capas de gravilla o arena gruesa y por la
fluctuación del nivel freático.

104
Las superficies de origen ígneo-metamórfico, a diferencia de las de origen
sedimentario se caracterizan por el relieve plano o ligeramente disectado. Además
de los suelos totalmente arenosos, hay otros con contenidos mayores de arcilla
pero, todos sin excepción, presentan un nivel de fertilidad bajo.

5.4 TAXONOMÍA DE LOS SUELOS AMAZÓNICOS

Los estudios llevados a cabo en la Amazonia, particularmente el efectuado por


PRORADAM (1979) y el proyecto INPA 1 y 2, indican que en esta región
aparecen, de acuerdo a su importancia los siguientes órdenes:

Inceptisoles: Agrupa los suelos que tienen un desarrollo genético incipiente, en


los cuales se aprecian hirozontes diagnósticos de formación como epipedones
úmbrico y ócrico y un endopedón cámbico.

Oxisoles: Son suelos muy evolucionados que se caracterizan por presentar un


horizonte (óxico y/o kándico) en estado muy avanzado de alteración y lavado, con
una concentración residual de sesquióxidos y una capacidad catiónica de cambio
muy baja.

Entisoles: Son suelos jóvenes, que no han alcanzado a desarrollar horizontes


genéticos.

Histosoles: Son suelos que generalmente se forman bajo condiciones de


saturación continua de agua e insuficiente circulación de oxígeno, lo cual
determina una lenta descomposición de la materia orgánica y permite su
acumulación.

Ultisoles: Son suelos poco comunes, con presencia de un horizonte argílico o


kándico y la saturación de bases inferior al 35%.

105
6. AGUAS

La región Amazónica, lo mismo que el resto del país, es privilegiada desde el


punto de vista hidrográfico; cuenta con abundante cantidad de cursos de agua en
forma de ríos, quebradas y caños, la mayor parte de los cuales son tributarios de
los afluentes del Amazonas; una cantidad menor, en particular los cursos de
aguas localizados en el sector norte y nororiental de la región hacen parte de la
Cuenca del Orinoco.

Por el hecho de presentar la región topográficamente un declive natural hacia el


Este, esto es, de la cordillera Oriental hacia el oriente, las numerosas corrientes
fluviales que atraviesan la región presentan cursos que en general llevan esta
misma dirección.

Dentro de la cuenca Amazónica propiamente dicha, se destacan por caudal los


ríos Putumayo, Caquetá, Vaupés, Guainía-río Negro, los cuales confluyen en el
Amazonas fuera del territorio colombiano.
Durante el periodo de lluvias los sistemas hidrográficos de la Amazonia y la
Orinoquia, se intercomunican por medio del caño Casiquiare, ubicado en territorio
Venezolano, corriente fluvial que particularmente conecta el río Siapa, afluente del
río Negro, con el río Orinoco.

Las corrientes fluviales de segunda importancia son numerosas; sus cauces y


recorridos forman una red hidrográfica bastante compleja, más aún, si se tiene en
consideración los sistemas lénticos formados por lagos, lagunas, ciénagas,
pantanales y en general, todo tipo de aguas estancadas muy abundantes en la
región.

6.1 CLASIFICACIÓN DE LAS AGUAS

A nivel general, la Amazonia Colombiana cuenta con tres tipos principales de


aguas de acuerdo al lugar de origen y a sus características físico-químicas:

Las aguas Andinas, que pueden ser claras, si se trata de arroyos cordilleranos, o
barrosas, si se trata de ríos de cierto caudal (generalmente se les conoce como
ríos de aguas blancas). Los ríos de aguas blancas nacen de la región Andina y
Pre-Andina donde los procesos de erosión son intensos produciendo una carga de
sedimentos que el río transporta en suspensión. Estas regiones están constituidas
en gran parte por sedimentos cretáceos, alcalinos, relativamente ricos en
minerales que al ser acarreados por el río contrastan la acidez, que se refleja en la
composición química del agua que es casi neutra (pH 6.5 a 7.0). Estos ríos
constituyen ecosistemas lóticos apropiados para el desarrollo de una vida orgánica
numerosa y variada, como la que se encuentra en los ríos Caquetá, Putumayo,
Guaviare, Caguán, Orteguaza, etc.

106
Las aguas de la Planicie, que generalmente son de color oscuro (ríos de aguas
negras) si se generan en la propia selva amazónica, o que por excepción son
barrosas (como los cursos altos de los ríos Apaporis, Vaupés e Inírida) si
transcurren por complejos colinares arcillosos. Los ríos de aguas negras, al
contrario de los aguas blancas no transportan material en suspensión en grandes
cantidades, debido a que se originan en áreas selváticas donde la vegetación
logra controlar los efectos de la erosión y arrastre de sedimentos. Su coloración se
debe a la presencia de ácidos húmicos, provenientes de la descomposición de
materiales orgánicos derivados de la vegetación selvática, que provocan el color
oscuro del agua en grandes cantidades. Por esta razón, los ríos de aguas negras
se caracterizan por su extrema acidez (pH 3.8 a 4.9), su pobreza en nutrientes y
un alto contenido de iones inorgánicos que los convierten prácticamente en agua
destilada; consecuentemente la vida orgánica es muy escasa.. El Río Negro es el
prototipo de las aguas oscuras, lo mismo que al Atabapo, el Guainía, el Isana, el
Mesay y el Apaporis en su curso bajo.

También existen ríos de aguas claras o cristalinas cuando se originan en la


peniplanicie o penillanura guayanense, una de las regiones más antiguas de la
tierra. En esta región la roca cristalina precambriana no da lugar al acarreo de
elementos libres que puedan enriquecer las aguas de sedimentos, además
recorren terrenos fuertemente meteorizados, que al ser lixiviados solo quedan
arenas cuarcíticas, por tanto, sus aguas son totalmente cristalinas. La mayoría de
estos ríos al entrar a la planicie amazónica van cambiando su colaración hasta
convertirse en ríos de aguas negras.

Las aguas estancadas (lagos, lagunas, pantanos y ciénagas), bien sea


constituidas de aguas de ríos barrosos (ríos de aguas blancas) o de aguas
oscuras (ríos de aguas negras). En general, los ecosistemas lénticos (aguas
estancadas) conectados a los ríos de aguas blancas originan una cadena trófica
completa desde el plancton hasta los seres acuáticos tropicales de mayor tamaño;
y los ecosistemas lénticos conectados a ríos de aguas negras generan una
variada fauna camuflada de pequeño tamaño.

Cada una de estas aguas posee sus propias características físicas y químicas y
por lo mismo una hidrofauna específica.

La calidad o naturaleza de las aguas está ligada fundamentalmente a su origen:


material parental, suelos, vegetación, relieve y clima y se ve afectada por el ciclo
hidrológico en forma notable.

Desde el punto de vista de penetración de la luz solar en los diversos tipos de


aguas, se plantean tres situaciones:

107
 En las aguas turbias o balancas se presenta la menor penetración de la luz;
empieza a disminuir aproximadamente a los treinta centímetros de
profundidad.

 En las aguas negras la penetración de la luz empieza a disminuir hacia un


metro de profundidad aproximadamente.

 En las aguas claras no hay un efecto fotosintético limitante.

6.2 EL CICLO HIDROLÓGICO

Los ríos de la Zona Ecuatorial (ubicada entre los 2° norte y los 2° sur del Ecuador)
no presentan contrastes tan agudos entre la llena (creciente) y el estiaje (bajante).
Ríos de tanto volumen (caudal) como el Caquetá y el Putumayo, sólo alcanzan
una diferencia de nivel medio entre 7 y 8 metros. Esto se debe a la inexistencia
de un período de secas que haga descender fuertemente el caudal y a que la
lluvias se distribuyen cíclicamente a través de todo el año sin que se produzcan
concentraciones muy grandes en un determinado período. En otras palabras el
volumen de las aguas es grande pero relativamente constante.

Las variaciones del caudal presentan el siguiente ciclo: a partir de abril los ríos
empiezan a crecer hasta llegar a una máxima anual hacia el mes de junio o
principios de julio; este crecimiento puede ser variado por súbitos descensos o
estabilizaciones del nivel, de acuerdo a como se presenten las lluvias durante el
período. En julio y en agosto hay un descenso moderado de las aguas que, en
algunos años, no alcanza a ser efectivo debido a fuertes lluvias en las cabeceras.
Entre septiembre y noviembre ocurren las grandes crecidas que, sin embargo,
coinciden con un descenso para la planicie o con un modesto período lluvioso. En
realidad, la creciente se debe al enorme aumento de las lluvias en la cordillera,
llegando los ríos ya desbordados a la planicie. Hay que hacer énfasis en que este
crecimiento no se ve influenciado por deshielos, pues ninguno de los ríos de la
selva amazónica colombiana nace en región nival. Por último, hacia fines de
noviembre empieza un descenso notable del río que se extiende hasta mediados
de marzo; no obstante, aún en lo más crudo de la época de sequía los cauces
conservan un gran volumen de agua que permite su navegación por
embarcaciones pequeñas. Cabe anotar que debido al acelerado proceso de
deforestación en la zona cordillerana donde nacen los principales ríos y afluentes
de la Amazonia colombiana, se está presentando gradual y progresivamente la
sedimentación y colmatación de estos ríos, lo cual hace que se desborden más
fácilmente y la diferencia de caudal sea más notable entre la llena y el estiaje.

Durante las crecientes, el río inunda anualmente las vegas bajas a una y otra
orilla; son los denominados bajos y rebalses; conocidos más comúnmente como
várzeas. Estas franjas tienen un ancho muy variable que fluctúa, entre unos

108
pocos metros y 10 o 15 kilómetros, dependiendo de la altura de las tierras
interiores. Cuando la orilla es alta (terrazas), estas tierras son escogidas como
sitios de vivienda y construcción de poblaciones, denominándoseles
genéricamente como puertos. Durante las crecientes estos sitios llegan a ser
verdaderas islas, puesto que, los bajos del interior se inundan totalmente, dejando
los altos aislados de las tierras firmes.

En el trapecio amazónico los ríos empiezan a subir hacia la segunda mitad de


diciembre por estar influenciado por el hemisferio climático sur. Excepto el propio
río Amazonas que se adelanta un poco por recorrer las aguas de Ucayalí y
Marañón, que provienen de los Andes peruanos a más de 14° sur, donde la
temporada de lluvias se inicia en octubre. El comienzo de la creciente alcanza a
Leticia en noviembre, cuando las aguas se levantan poco a poco. En febrero las
aguas invaden los bajos (várzeas) llegando así a su máximo crecimiento. Las
inundaciones se mantienen sin mayores variaciones hasta junio o julio cuando las
aguas empiezan a bajar con inusitada rapidez, hasta alcanzar el mínimo en el mes
de septiembre, cuando ha descendido en término medio hasta unos ocho metros,
con respecto al máximo normal de las aguas. Una de las crecidas más grandes
de los últimos años del río Amazonas se registró en el mes de abril de 1992,
cuando las aguas subieron más de 15 metros en la propia Leticia , inundando
todos los caseríos ribereños y cultivos.

6.3 CICLO BIOLÓGICO DE LOS PECES

El ciclo biológico de los peces y en general de la hidrofauna está controlado por el


ciclo hidrológico de los principales ríos de la Amazonia.

6.3.1 Aspectos Migratorios: simultáneamente con el descenso de las aguas


durante la tendencia seca, se realiza el movimiento de los peces desde los
rebalses y zonas inundadas hacia los cauces (más profundos) de los ríos; en
particular gran número de carácidos (y sus predadores detrás) migran río arriba
(bocachicos, sardinas, arencas, tolombas) y son los mismos que oviponen casi
repentinamente con el comienzo de las lluvias y al presentarse la primera
creciente de las aguas.

Cuando estas migraciones cubren largas distancias, los peces alcanzan a llegar a
tributarios altos en los que las aguas pueden estar más frescas actuando como
estimulante.

En general el período de descenso de las aguas hace que muchas especies


tengan que realizar migraciones, que pueden ser clasificadas en tres tipos
básicos:

 Migraciones motivadas por el cambio en el nivel de las aguas: estas


migraciones, generalmente movimientos cortos en un espacio de centenares

109
de metros a unos pocos kilómetros, son realizados por todas las especies que
colonizan las várzeas. Ellas son ocasionadas por los cambios del nivel de las
aguas que permiten o facilitan el acceso a lugares de alimentación o protección
en el período de creciente, y de salida de estos lugares durante el descenso.

 Migraciones motivadas por fines reproductivos: estas migraciones son


realizadas por muchos peces y ocurren, generalmente, en el inicio de la
creciente. Aunque en algunos casos las migraciones para desove ocurren
solamente entre los lagos de várzea y los ríos, en otros casos ellas pueden
ser, realizadas río arriba hasta las cabeceras o, más comúnmente, río abajo,
siendo en este último caso, más frecuentemente que las migraciones se den
desde los ríos de aguas claras y negras hacia los ríos de aguas blancas.
Muchas de las principales especies capturadas para la alimentación humana
utilizan grandes trechos de un mismo río, o de ríos diferentes para emprender
estas migraciones, como el tambaquí, las sardinas, los bocachicos, entre otros.
Varias especies de bagres (Familia Pimelodidae: picalón, guacamayo, dorado
o plateado, lechero, pintadillo) también realizan migraciones para el desove,
sólo que, al contrario de los characiformes (cardenal, piraña, palometa,
gamitana, sábalo), ellos generalmente suben los ríos para desovar.

 Migraciones motivadas por fines tróficos: prácticamente todas las especies


que realizan migraciones reproductivas también efectúan migraciones tróficas.
En general ellas son direccionadas río arriba, tal vez para compensar las
pérdidas de los huevos, larvas y jóvenes, ocasionadas por el movimiento río
abajo. Migraciones tróficas son realizadas por varios bagres y también por
peces de escamas.

El pico de estiaje marca la muerte de un número grande de hidrofauna que por


alguna razón no migran de ciénagas y pantanos someros hacia los cauces de los
ríos.

6.3.2 Aspectos tróficos: durante el período de tendencia húmeda se manifiesta el


otro grande efecto del ciclo hidrológico en la alimentación de la fauna acuática; el
nivel de las aguas puede subir hasta doce metros por encima de los más bajos
niveles de estiaje, poniendo al alcance de los peces enormes extensiones,
coincidiendo con la maduración de los frutos de especies arbóreas silvestres. De
ahí la gran importancia de conservar intactas aquellas zonas que en el período
lluvioso constituyen fuentes alimenticias para los peces: es decir, aquellas que se
comportan como base de la cadena trófica: ciénagas, pantanos, rebalses,
orillales, etc.

Los peces de la Amazonia obtienen su alimento de todas las fuentes disponibles,


desde invertebrados inferiores, como esponjas y briozoarios hasta peces y frutos.
La selva inundada (igapó) suministra gran parte de la alimentación de los peces y

110
en alguno ríos, como los de aguas negras, ella es la base de toda la cadena
trófica. Muchas especies de peces dependen totalmente de semillas y frutos de la
selva inundada para su alimentación. En algunos igapós y riachuelos de tierra
firme los alimentos de origen alóctono, como frutos y artrópodos (que caen de los
árboles) son la base de la alimentación de los peces.

Entre otras fuentes alimentarias se pueden destacar los propios peces, ya que
muchas especies son piscívoras, como el tucunaré, el pirarucú y algunas pirañas.
Varias especies se alimentan de insectos tanto en la fase larva como adulta; otras
consumen algas, hojas y raíces de macrófitas acuáticas.

Gran número de especies consumen materia orgánica semi-descompuesta, que


está disponible en grandes cantidades en las várzeas.

De modo general, pocas especies presentan una especialización en la


alimentación; la mayoría aprovecha todos los alimentos disponibles en las
diferentes épocas del año, siendo por tanto consideradas omnívoras. Las únicas
especies que pueden ser llamadas especialistas son las piscívoras y así mismo,
éstas no se alimentan de una única especie de presa. La no existencia de
especies con hábitos alimentarios especializados debe ser considerada como una
estrategia para sobrevivir a los cambios ambientales que ocurren cíclicamente en
el ambiente acuático amazónico, que cambian drásticamente de alimentos.

Debe resaltarse también, el pequeño número de peces planctívoros existentes en


la Amazonia, al contrario de lo que ocurre en otras regiones donde el plancton es
la base de la alimentación de muchas especies. Esto, todavía, no excluye la
importancia del plancton como alimento para las formas jóvenes, ya que este es
de hecho una fuente fundamental de la alimentación en esta fase de la vida.

Además de la habilidad de cambiar de dieta, algunas especies presentan otras


estrategias para resistir la época de baja oferta de alimento (período de
descenso), siendo la más conocida la acumulación de grasa en los músculos,
hígado o cavidad abdominal.

Para la mayoría de las especies la época de llena es el período de abundancia de


alimentos, ocasión en que ellas acumulan grasa: durante el descenso, una vez
que con la reducción del volumen del agua ocurre una concentración de las
presas.

65.3.3 Aspectos reproductivos: la mayoría de las especies con hábitos


migratorios han desarrollado estrategias de desove total, esto es, lanzan sus
productos gonadales en gran cantidad de una sola vez, en medio del agua donde
ocurre la fecundación. Una vez fecundados, los huevos y posteriormente, las
larvas, son conducidos por la corriente hacia áreas inundadas y los lagos situados
en las márgenes aguas abajo de donde se presenta el desove. De esta manera,

111
estos cuerpos de agua que presentan una alta productividad biológica se
constituyen en verdaderas cunas de cría de peces.

Los estudios realizados sobre los hábitos reproductivos muestran que la


reproducción de la mayoría de las especies de peces de la Amazonia sucede en el
inicio de la creciente, de noviembre a marzo. Se supone que la época de desove
está posicionada en el tiempo de tal manera que los alevinos aprovechen al
máximo el periodo de creciente, que es aquel donde la oferta de alimento es
mayor.

6.4 CICLO BIOLÓGICO DE LAS TORTUGAS Y OTROS REPTILES

Con la tendencia a la baja, descenso o salida de aguas a partir de agosto, se inicia


el proceso de oviposición de las tortugas y otros reptiles, animales éstos que
ocupan lugar importante en la alimentación regional: el tiempo de oviposición está
señalado de la siguiente manera:

Octubre: La mata-mata, que pone de 9 a 18 huevos.

Noviembre: el cabezón, con 12 a 20 huevos, el cachirre, con 40 huevos.

Diciembre: el chipiro, con 8 a 12 huevos, el morrocoy con 12 a 20 huevos.

Enero: el terecay, con 15 a 36 huevos, la iguana con 40 a 60 huevos.

En el alto Caquetá, las tortugas tanto charapa como terecay, prácticamente han
desaparecido ya; algo similar podría decirse del río Putumayo y sus afluentes
arriba de Puerto Asís.

Los niveles del agua descienden rápidamente a partir de agosto en tal forma que
se produce la aparición de grandes playas, donde el fenómeno más importante (de
octubre a enero) es la salida de las tortugas a oviponer.

Este fenómeno de las tortugas a fines de año es de los más vitales en la selva
(tanto como el pepeo a mitad de año) porque provee de masivas cantidades de
carne y grasa (la carne de las hembras cazadas y la grasa de los huevos). Por eso
las poblaciones humanas se trasladan temporalmente en éstas épocas a las
playas de los ríos blancos a cazar tortugas.

112
7. FAUNA

En toda la región tropical lluviosa del mundo se desarrolla una abundante variedad
de especies faunísticas silvestres que, por el hecho de vivir en áreas que en
muchos casos aún están inexploradas, son poco estudiadas y por la misma razón,
poco conocidas.

A pesar de que en Colombia no se han realizado estudios faunísticos sistemáticos,


se dispone de un conocimiento global de este recurso, lo que permite considerar la
fauna Colombiana como una de las más ricas del mundo, como corresponde a un
país de selvas húmedas que se desarrollan desde el nivel del mar hasta los
elevados páramos de los Andes. En Colombia se han encontrado la quinta parte
de las aves del mundo, mientras Norte-América y Europa suman juntas 1.000
especies conocidas de aves, en Colombia se han clasificado 2.680.

Particularmente en áreas tropicales lluviosas, como la Amazonia Colombiana, es


donde por el mismo efecto climático característico, se desarrolla una vegetación
exuberante constituida en su mayor parte por bosques espesos, y por la existencia
de corrientes permanentes de agua de abundante caudal, los animales que aquí
se desarrollan encuentran un hábitat perfecto para vivir, toda vez que la Amazonia
se convierte en la región de mayor productividad biológica continental; en
consecuencia se logra una alta diversidad de especies animales silvestres. De
otra parte la ubicación tan especial de la Amazonia, como área transicional y de
contacto entre una variedad de regiones geológicas, geomorfológicas, climáticas,
hidrológicas y botánicas, produce una notable variedad en su fauna. Se ha podido
comprobar que existe una superposición de géneros y especies, tanto del área de
las Guayanas, como del Amazonas y Orinoco, que se encuentran indistintamente
ubicados en el territorio en numerosos casos. No existe un criterio definido para
separar, con base en conceptos fisiográficos, la Amazonia de la Orinoquia.
Aunque en la primera región predomina la selva higrofítica y subhigrofítica y en la
segunda las sabanas abiertas. Estas áreas se mantienen parcialmente
comunicadas con bosques de galería (bosques riparios); por otra parte existen
también considerables enclaves de sabana dentro de la Amazonia Colombiana,
condicionadas por factores edáficos y climáticos locales. Igualmente ocurre en la
vertiente cordillerana (ladera oriental de la cordillera Oriental) donde se combinan
una serie de asociaciones vegetales comunes a la Amazonia y a los Andes y en
donde tiene origen los ríos principales que vierten sus aguas al Amazonas y que a
su vez presentan hábitats apropiados para asentamientos y proliferación de una
gran variedad y cantidad de especie de fauna acuática.

Se ha calculado que la fauna de la Amazonia Colombiana representa


aproximadamente el 54% de la fauna total del país así:

Mamíferos : 70%

113
Aves : 35%
Reptiles : 51%
Anfibios : 40%
Peces continentales : 70%

El total de especies de vertebrados de nuestra Amazonia fácilmente puede llegar a


1.800 especies.

Se debe destacar que la fauna amazónica se ha desarrollado y habita en dos


ambientes de vida particulares, apropiados para el desarrollo de las especies
animales:
 Ambientes Acuáticos: a los que pertenecen las especies que viven en los
ecosistemas lóticos (ríos, quebradas, arroyos, caños), y en los ecosistemas
lénticos (lagunas, lagos, ciénagas, cochas, pantanos), es decir, la fauna
acuática.

 Ambientes Terrestres: a los que pertenece la fauna que vive en lugares tales
como cavernas, bosques, rocas, playas, barrancos, sabanas, etc. En este
ambiente se encuentra la avifauna, la fauna arborícola, la fauna terrestre
propiamente dicha (donde sobresalen los mamíferos) y la fauna de hábitos
subterráneos.

7.1 FAUNA ACUÁTICA

La Amazonia es fundamentalmente una región acuática; la mayor diversidad de


animales vertebrados se da en los diferentes tipos de aguas.

Por sus aguas alóctonas ricas en sedimentos, los ríos Guaviare, Caquetá,
Putumayo, Caguán, Yarí, Orteguaza y Amazonas, presentan la mayor riqueza
ictiológica y de fauna acuática en general de toda la región. Tanto el lecho de los
ríos como las áreas aledañas inundadas periódicamente, contienen alimentos
suficientes como para generar complejas cadenas alimenticias que dan sustento a
una fauna increíblemente variada en especies, pero que muestra la característica
pobreza amazónica en la cantidad de individuos pertenecientes a una misma
especie. Esto parece obedecer a una necesaria interdependencia en la
alimentación que surge de patrones sumamente complejos en la transformación y
asimilación de los alimentos. Cada especie cumple un importante papel dentro de
esa cadena y es vital para todo el conjunto. Consume determinado tipo de
alimento y lo transforma para que, a su vez pueda ser asimilado por otra especie
que lo necesite y que realiza otro tipo de transformaciones necesarias para otros
organismos.

Entre los peces de cuero de los ríos blancos se destacan por su tamaño el delfín,
el Valentón, el bagre tigre o rayado, el bagre amarillo, el cajaro, el paletón, el

114
plateado, el lechero, el pintadillo, el picalón, el baboso, el siete babas y el
guacamayo, de la familia Pimelodidae, el mapará de la familia Hypophthalmidae,
el chancleto de la familia Ageneiosidae y el bocón de la familia Auchenipteridae.
Dentro de los peces de escamas tienen aplastante predominancia las especies de
la familia Characidae que, a su vez, son los más numerosos en toda la Amazonia,
el mayor pez de esta familia y el más importante económicamente es la cachama
o gamitana, también están las pirañas, el cardenal, la palometa, el paco, el sábalo,
el jibao, etc. El pirarucú (Arapaima gigas) de la familia Arapaimidae y la arawana
(Osteoglossum) de la familia Osteoglossidae, son los dos únicos géneros
existentes en América del Sur.
La mayoría de los peces ornamentales que se pescan actualmente en los ríos del
área pertenecen también a los Characidae como por ejemplo los cardenales y de
la familia Cichlidae como el oscar, el botellito, el escalar y el disco.

En el campo de las tortugas, la más importante culturalmente es la terecay, la


tortuga gigante o Arrau de los ríos de agua blanca, el cabezudo de las aguas
negras, la mata-mata y el morrocoy son otras especies abundantes en la región.

Los saurios como el enorme y casi extinguido caimán negro, la babilla y la iguana
sobresalen, junto con los ofidios como la boa y la anaconda cazadoras de peces y
mamíferos. Mamíferos como el manatí, el capibara o chigüiro (el roedor más
grande del mundo), el delfín amazónico, las nutrias y la danta, componen el
cuadro más importante de la fauna acuática de la Amazonia.

7.2 AVIFAUNA

Las regiones del Napo-Putumayo-Caquetá y del


alto Orinoco y río Negro aparecen como una zona
de contacto secundario, donde ocurrieron
numerosas hibridaciones durante la expansión de
las nuevas especies desarrolladas en los refugios
selváticos del pleistoceno.

Otra fuente de enriquecimiento temporal de la


avifauna de la Amazonia, es el paso de numerosas
migraciones estacionales provenientes de latitudes
templadas americanas, tanto del norte como del
sur, y según parece, del mismo trópico, siguiendo los ciclos de las lluvias y secas
al norte y sur del Ecuador.

Por supuesto, son las aves la clase de animales más dependientes de las copas
de los árboles. Aunque algunas tienen hábitos rastreros (como la gallineta y el
tente) que se alimentan de los animalitos de la hojarasca y de los frutos caídos, la
mayoría habitan los estratos superiores del bosque.

115
Algunos grupos de aves son
particularmente sobresalientes: tucanes,
colibríes, loros, papagayos, araras y
cotorras. Hay aves frugívoras,
insectívoras, necrófagas, piscívoras y
rapaces, haciendo de la fauna de aves una
de las más numerosa, diversa e importante
de la región.
7.3 MAMÍFEROS

A diferencia de las aves y peces, la Amazonia es muy pobre en cuanto a población


de mamíferos terrestres. Aunque existe una enorme cantidad de familias, géneros
y especies, cada especie posee una densidad de individuos por kilómetro
cuadrado extremadamente baja. Con contadas excepciones cada mamífero es un
solitario que ―administra‖ para su alimentación una gran zona y sólo en las épocas
de celo la comparte con otro miembro de su especie. Los mamíferos sociales son
muy escasos, limitándose en su mayoría a los micos, fuera de ellos el caso más
notables es de los picaríes, conocidos como cafuches, cerrillo o zaino, los cuales
andan en manadas, a veces muy grandes, siendo esto una defensa grupal que les
permite protegerse. Entre los roedores existe un tercer ejemplo de mamífero
social que es el chigüiro, el cual se reúne en manadas alrededor de lagunas y
sitios inundables, pero no en grandes manadas características de los Llanos
Orientales durante la época de sequía, sino en grupos pequeños.

La predominancia del individuo solitario sobre


la manada parece tener explicación en la
escasez de alimento específico para cada
especie. Debido a la gran diversidad del
componente vegetal de la selva que es el
origen de las cadenas alimenticias, se hace
necesario que un animal recorra distancias
muy grandes para obtener cantidades
suficientes de un mismo tipo de alimento, bien
sea de una planta dada o de fitófagos que
viven de ella. En los pocos casos de
mamíferos que conforman manadas, estos se
ven forzados a desplazarse continuamente y a
convertirse en omnívoros pues no pueden
darse el lujo de seleccionar demasiado su
alimento.

Los habitantes de la selva no sólo se encuentran zonificados horizontalmente sino


que también se estratifican verticalmente. Las frecuentes inundaciones o lo muy

116
húmedo del suelo bajo la selva condujo a que los animales se adaptasen a morar
sobre los árboles en su gran mayoría y otra considerable a adquirir hábitos
anfibios, permaneciendo muy pocos de ellos como verdaderos terrestres puros.

Sobre la copa de los árboles y sobre las ramas y troncos se desarrolla la mayor
parte de la vida silvícola y casi todos los mamíferos arborícolas neotropicales han
sufrido transformaciones adaptativas para esa vida aérea. Algunos de los monos
(platirrinos) poseen un quinto miembro que es la cola prensil (los micos
americanos son los únicos en el mundo que han desarrollado cola prensil), el cual
es un formidable instrumento para andar sobre las ramas de los árboles.

Compartiendo el hábitat arbóreo con los micos se encuentran mamíferos de todos


los órdenes, varios de los cuales poseen cola prensil. El perro de monte de hábito
nocturno es un extraño carnívoro de cola prensil y de aspecto muy parecido al
mono. El cuzumbo bastante conocido y domesticado también posee esta
característica. Otros animales mamíferos de la selva amazónica son: el tigre
mariposo o jaguar, el tigre gris o león, el ocelote, el gato montés, entre los félidos
ocupando una posición intermedia entre arbórea y terrestre.

En el estrato del suelo son pocos los mamíferos que viven en forma exclusiva: el
venado, el oso hormiguero y algunos raros cánidos como el perrito zorrito y el
perrito venadero, los cerrillo y cafuches, etc.
Un tercer estrato en el que tienen su morada algunos mamíferos es el
subterráneo, allí viven pero no tienen su sustento, algunos roedores excavadores
y varios géneros de armadillos que si lo obtienen parcialmente al consumir
lombrices e insectos de la tierra. El picure o acure, la lapa o boruga, el tintín y
otros roedores también comparten ocasionalmente estas moradas.

Un cuarto estrato de los mamíferos es el acuático. Allí se dan las más


extraordinarias adaptaciones y convivencias imaginables. El más grande
mamífero de Suramérica es la Danta o Tapir y el mayor roedor del mundo es el
Chigüiro, son una transición entre el mundo terrestre y el acuático. Una adaptación
más perfecta al medio acuático es la del perro del agua o lobón y la nutria.

7.4 INSECTOS

El mundo más variado y populoso de la selva amazónica es el de los insectos, los


cuales se constituyen en el eslabón más importante de la cadena alimenticia y son
los animales que en mayor grado dependen de la vegetación, tanto para su
alimentación como para su habitación y refugio (ellos son los principales fitófagos
y descomponedores de la selva y a la vez son la base alimenticia de los zoófagos
de primer orden dentro de la organización sociológica dentro de la selva pluvial
tropical). Pero esa dependencia es de doble vía porque los insectos (junto con
otros animales, en especial aves, roedores, maurciélagos y peces) aseguran la

117
reproducción de la mayoría de las plantas, polinizando flores, y transportando y
dispersando semillas.
Para cazar y evitar ser cazados la mayor parte de los insectos ha desarrollado
estrategias como el mimetismo, verdadero arte del camuflaje.

Los comejenes (termitas) y los innumerables géneros de las hormigas,


especialmente la arrieras, se cuentan por millones en cada kilómetro cuadrado y
su labor descomponedora es vital para el bosque, lo mismo que para los cientos
de aves y otros animales que se alimentan de ellos. Su beneficio es vital para la
sobrevivencia de todo el ecosistema.

Existe un sinnúmero de abejas, mariposas, coleópteros, arañas, mosquitos,


avispas, etc., aún desconocidos.

118
119
CAPITULO PRIMERO
DINÁMICA DEL ECOSISTEMA AMAZÓNICO

1. EL FLUJO DE LA ENERGIA EN EL ECOSISTEMA AMAZÓNICO

La Amazonia es algo más que un conjunto de árboles. Para comprender cómo la


selva se mantiene, cómo ella se renueva constantemente, cómo ella se modifica
bajo diversas condiciones, se hace necesario considerarla como un ecosistema,
del cual los árboles constituyen apenas una parte al lado de muchas otras partes.

Cuando se camina en la selva de tierra firme, por ejemplo a cada paso se pisa en
promedio cerca de 1.500 pequeños animales, pertenecientes a centenas de
diferentes especies: son minúsculos insectos, hormigas, caracoles, arañas,
ácaros, crustáceos, larvas, lombrices, protozoarios, en fin, sin que se sepa se
tiene un verdadero ―tratado de zoología‖ bajo los pies. Esto sin considerar los
innumerables hongos y bacterias que están sobre la misma área. Estos
microorganismos del suelo realizan una función esencial para la existencia de la
selva, al descomponer las hojas, las ramas y troncos muertos, los cadáveres y
excrementos de los animales mayores, reciclando así los nutrientes minerales
indispensables para el crecimiento de la vegetación.

Los factores del ambiente físico constituyen partes igualmente importante del
ecosistema amazónico.

Las características físicas y químicas de los suelos y las condiciones climáticas


(fuerte radiación solar, altas y uniformes temperaturas durante todo el año,
cambios diarios drásticos de temperatura, altas precipitaciones pluviales, alta
humedad relativa, etc.) determinan la distribución de los tipos de vegetación de la
Amazonia. Estos factores abióticos están directa o indirectamente relacionados
con la fotosíntesis, que es el proceso mediante el cual las plantas captan la
energía solar esencial para mantener el funcionamiento de todo el ecosistema.

La Amazonia presenta, en general, condiciones óptimas para la fotosíntesis, o


sea, la producción de carbohidratos por las plantas a partir del agua y del dióxido
de carbono (gas carbónico), usando como energía la luz solar. Estos ingredientes
son abundantes en la región, donde las temperaturas también son favorables al
proceso durante todo el año. Hay por tanto un potencial elevado de producción de
materia orgánica en la región, situada arriba de las ocho toneladas de carbono
fijado por hectárea al año (equivalente a 20 toneladas de materia seca por
hectárea por año).

120
La biomasa de la selva, esto es, la masa de materia viva presente en un área
determinada, en un momento dado, es también muy grande, del orden de las 500
toneladas por hectárea; expresada en peso seco, es equivalente a 200 toneladas
de carbono por hectárea. Esta biomasa está constituida casi en su totalidad por
las plantas, especialmente por los árboles y plantas leñosas. La biomasa animal
representa una fracción muy pequeña de la biomasa total, siendo del orden de
algunas decenas de kg/ha (peso fresco) para los vertebrados y de algunas
centenas de kg/ha (peso fresco) para invertebrados, sobretodo insectos.

Figura 17. Utilización de la energía solar

121
UTILIZACIÓN DE LA ENERGÍA SOLAR

La vida en la tierra se basa en la energía proporcionada por la radiación solar. La


misma energía radiactiva que puede quemar la piel humana o derretir un glaciar, es
aprovechada por las plantas y utilizada para producir glucosa. En una compleja
reacción química conocida como fotosíntesis, la planta combina el dióxido de carbono
(CO2), extraído del aire por sus hojas, con agua (H2O) succionada por sus raíces del
suelo. Seis átomos de carbono se unen en una cadena para formar una molécula de
glucosa (C6H12O6) y el oxígeno sobrante se devuelve a la atmósfera. Las cadenas de
carbono de este tipo son la base de la diversidad química de la vida. A pesar de estar
bajo cielo nuboso, el bosque húmedo ecuatorial (selva amazónica) recibe una amplia
radiación solar, por estar en la zona ecuatorial de la tierra. La combinación de altas
temperaturas y grandes cantidades de agua estimula el crecimiento de árboles y
plantas. La productividad de la selva amazónica es colosal. Crea alrededor de 25-30
toneladas anuales de nuevas plantas por hectárea, dos veces más que un bosque
templado de robles, y más de tres veces que el bosque de coníferas del norte. Un árbol
grande de la selva puede producir más de 1,5 kg de glucosa por día. De ésta, el 60%
se rompe de nuevo con la respiración del árbol, liberando la energía necesaria para el
proceso vital de la planta. El 40% restante se transforma en diversas sustancias, como
proteínas o celulosa.

Los animales que se alimentan de las plantas (herbívoros) absorben e estas moléculas,
las alteran para cubrir sus propias necesidades y las utilizan para desarrollar sus
organismos. Los carnívoros utilizan el mismo proceso con los cuerpos de los animales
que consumen.

Las complejas moléculas de carbono que la planta desarrolla pasan de una etapa a otra
en la cadena alimenticia. El 10% de estas complejas moléculas son reorganizadas
químicamente, pero no rotas. El resto se descompone con la respiración del animal o
de la planta para liberar la energía que contienen. Las moléculas de carbono que
permanecen en las hojas o en los árboles caídos, en los excrementos de los animales
o en sus cuerpos muertos producen alimentos para los hongos, las bacterias y otros
organismos que las descomponen. Con este último paso, la energía invertida por el Sol
se disipa, y las cadenas de carbono resultantes son desmanteladas. Gran parte del
carbono retorna al aire en forma de dióxido de carbono. Pero donde se produce la
descomposición subacuática, como en las várzeas, igapós, cananguchales y en general,
los humedales de la Amazonia, tiene lugar un proceso diferente. No hay oxígeno para
formar dióxido de carbono, y en su lugar se libera metano (CH4). El mismo proceso de
ruptura ocurre en los intestinos de las termitas, que son los insectos que descomponen
mayor cantidad de materia orgánica en la Amazonia.

122
Estos hechos han sido motivo de especulaciones optimistas relacionadas con el
potencial agrícola de la región, o más recientemente, con relación a la utilización
de los recursos madereros y a la conversión de las inmensas reservas de biomasa
en energía.
Paradójicamente, la Amazonia ha representado un verdadero desafío agrícola,
permaneciendo hasta hoy entre las regiones más atrasadas del mundo en
términos de desarrollo de la agricultura. Abstrayéndose los factores históricos,
sociales y económicos que indudablemente son relevantes para la comprensión
global del problema, se puede decir que, desde el punto de vista ecológico ya se
dispone de informaciones para la explicación científica de esta situación.

2. EL CICLO DE LOS NUTRIENTES

Al lado del flujo de la energía, el reciclaje de materiales, especialmente nutrientes


minerales esenciales para el crecimiento de las plantas, es una de las funciones
básicas del ecosistema. Estos ciclos biogeoquímicos como son llamados,
presentan características muy diferentes entre sí, dependiendo de los elementos o
sustancias involucradas.

Los factores que contribuyen para el elevado potencial de productividad primaria


en la Amazonia: agua, gas carbónico y energía radiante, son abundantes y de
cierta forma externos al sistema. El agua y el gas carbónico tienen ciclos
biogeoquímicos de tipo gaseoso, esto es, la atmósfera o la hidrosfera representan
grandes reservorios de estas sustancias, que circulan libremente bajo la forma
gaseosa. Lo mismo sucede con el nitrógeno, el principal elemento de la
composición de las proteínas, y que constituye el 78% de la atmósfera. El
nitrógeno gaseoso de la atmósfera es incorporado a la biomasa a través de la
fijación biológica realizada por diversas bacterias del suelo, algunas en simbiosis
con raíces de plantas o por algas cianofíceas y también a través de las lluvias, en
forma de amoníaco y nitrato, que es asimilable por las plantas. El nitrato puede
perderse para el sistema por lixiviación y erosión del suelo, o bajo condiciones
anaeróbicas, el puede ser reducido a nitrógeno gaseoso por diversas bacterias en
el proceso de desnitrificación.

Al contrario, la clase de elementos esenciales a la vida, que existen en cantidades


relativamente pequeñas en la composición de los seres vivos, tales como el
fósforo, el potasio, el calcio, el magnesio, entre los más importantes, tienen ciclos
biogeoquímicos de tipo sedimentario, es decir, las rocas y los sedimentos son el
reservorio principal.

Estos elementos pueden ser considerados como factores internos al sistema, pues
existen en cantidades más o menos limitadas, resultantes de circunstancias muy
anteriores al estado actual del sistema, y tienden siempre a perderse para el
sistema por los procesos de erosión y lixiviación de los suelos, siendo llevados por
los ríos en dirección de los océanos.

123
Un elemento intermediario es el azufre, importante constituyente de algunos
aminoácidos y vitaminas. Él es absorbido por las plantas en la forma de sulfato.
El sulfato tiende a perderse del sistema por erosión y lixiviación del suelo.

El retorno de los nutrientes del ciclo sedimentario es hecho, en la escala del


tiempo histórico, en cantidades muy pequeñas, a través de cenizas volcánicas,
aerosoles, polvo, etc., que se precipitan sobre los bosques directamente o, más
frecuentemente, disueltos en el agua lluvia. Apenas en la escala del tiempo
geológico, a través de los procesos orogenéticos, ocurre el retorno de estos
nutrientes en cantidades apreciables. Estas relaciones son bien ejemplificadas en
la Amazonia. Los terrenos antiguos del escudo cristalino de las Guayanas se
encuentran casi totalmente erosionados y profundamente lixiviados, lo mismo
acontece con los terrenos de la planicie amazónica, formados por la
sedimentación de detritos provenientes de los escudos. Lo cual da como
resultado, unos suelos químicamente pobres (en su fase mineral) en estos
terrenos. Al contrario, las várzeas fértiles son el resultados de un ciclo de erosión
en los andes geológicamente reciente y de depositación en las planicies de
inundación de la depresión amazónica, lo que constituye un proceso geológico
muy activo actualmente.

Si la mayor parte de los suelos de la Amazonia son de fertilidad tan baja, ¿cómo
pueden soportar una vegetación tan exuberante? en esto radica la mayor paradoja
amazónica.

Uno de los aspectos relevantes para la solución de esta paradoja es el reciclaje


orgánico de los nutrientes minerales. Anualmente caen al suelo cerca de 8 t/ha,
peso seco, de hojas muertas, ramas, flores, y frutos, que al descomponerse sus
minerales son absorbidos por las raíces de los árboles y reincorporados al ciclo de
los nutrientes (la tabla siguiente muestra las cantidades de algunos minerales que
retornan al suelo por esta vía), en comparación con las cantidades existentes en
las partes aéreas de la vegetación y en el suelo.

Cuadro 12. Transferencia de nutrientes minerales de la vegetación hacia el suelo a través de


la caída de hojas y otros detritos finos, en relación con las cantidades de estos nutrientes en
el suelo y en las partes aéreas de la vegetación, en la selva alta de tierra firme, en Manaos
(Brasil).
COMPONENTE P K Na Ca Mg
Transferencia: vegetación/suelo* 2.2 12.7 5.0 18.4 12.6
Suelo hasta 1 m de profundidad* 147.0 58.0 193.0 0.0 23.0
Vegetación (kg/ha) 59.0 434.0 50.0 424.0 202.0
% en relación al suelo 1.5 21.9 2.6 ----- 54.8
% en relación a la vegetación 3.7 2.9 10.0 4.3 6.2
FUENTE: SALATI, 1985. *Kg/Ha

124
Además de eso, hay un aporte de minerales al suelo a través, de una cantidad aún
desconocida de troncos muertos y a través del agua que lava las hojas y los tallos.
El aporte de minerales al suelo por la descomposición de los detritos orgánicos es
bastante considerable en relación con las cantidades existentes en el suelo. Por
otro lado, las cantidades de minerales almacenados en la biomasa son también
muy significativos en comparación con las reservas del suelo.

Como la biomasa da la selva no está disminuyendo con el tiempo, es de


concluirse que la selva está absorbiendo todos estos nutrientes minerales,
cerrando así el ciclo. Esta conclusión es confirmada por los análisis de aguas de
la mayoría de los riachuelos e inclusive del río negro. Son aguas muy puras
químicamente, parecidas al agua destilada. De hecho, un cálculo reveló que la
cantidad de minerales que sale de cuenca del río Negro a través de sus aguas es
igual a la cantidad que llega a la misma área con las lluvias.

Por esta razón, la Amazonia representa un ecosistema muy frágil, pues sus
reservas de nutrientes son mantenidos por un proceso de reciclaje
extremadamente eficiente, basado en la complejidad estructural de sus
comunidades biológicas. Las pequeñas pérdidas de nutrientes,
termodinámicamente inevitables, son compensadas por los pocos cantidades de
nutrientes que entran con las lluvias y por lo que aún puede existir en el suelo.
Por eso se dice que en la Amazonia la selva no vive del suelo, pero sí sobre él.
Realmente, ella vive de sí misma.

3. ESTRUCTURA DE LA SELVA AMAZÓNICA

De todas las regiones del mundo la Amazonia, es tal vez, la que recibe en
promedio más luz solar en un año, pero sólo un 1 o 2% llega al suelo de la selva.
En consecuencia, la competitividad por la luz es la fuerza motriz detrás de la
estructura de la selva amazónica. Las plantas tienden a formar capas o estratos
de follaje en diferentes niveles sobre el suelo, cada uno de los cuales filtra la luz,
reduciendo sucesivamente la cantidad de luz y la temperatura e incrementando a
la vez la humedad del nivel anterior. Por tanto, cada uno de los niveles tiene su
propio microclima.

En la selva clímax de la Amazonia se pueden encontrar cinco estratos bien


diferenciados de acuerdo con las diferentes alturas de su vegetación. Cada uno de
esos estratos contiene una enorme variedad de formas de vida, la cual se ha
adaptado para vivir en determinados espacios del bosque sin necesidad de
sobrepasar su respectivo hábitat estratificado. Estos cinco estratos son:
emergente, dosel, subdosel, arbustivo o sotobosque y herbáceo (ver figura de la
página siguiente)

125
Árboles emergentes: Son los árboles más
altos que sobrepasan el dosel (especies con
más de 35 metros), éstos son muy pocos.

Dosel: Es el techo del bosque. Reciben la luz


solar en forma completa. El follaje de éstos
árboles puede absorber y difundir más de la
mitad de la luz solar disponible. Alcanzan
hasta 35 metros y forman una cobertura
cerrada y continua.
Herbáceo
Subdosel: Son árboles menos altos que los
del dosel, alcanzando alturas entre 10 y 25
metros. Éstos árboles prefieren disponer de
cierta cantidad de sombra.

Arbustivo o sotobosque: Arbustos que


reciben solamente cerca del 10% de la luz del
sol que se ha filtrado a través del dosel y del
subdosel. Alcanzan hasta 10 metros.

Herbáceo: Son las hierbas, helechos y


musgos, los cuales necesitan muy poca luz
para existir. Estas plantas son muy pequeñas,
Figura 18. Estratos del bosque por lo que no sobrepasan el metro de altura.

Esta estratificación no es estática sino dinámica, pues algunas especies vegetales


ocupan transitoriamente un estrato dependiendo de la etapa sucesional en que se
encuentre.

4. INTERACCIONES ECOLOGICAS

La estructura de la comunidad biológica que compone el ecosistema forestal de


tierra firme es extraordinariamente compleja, siendo caracterizada por una gran
heterogeneidad de flora y de fauna. Evidentemente, la fisionomía de la comunidad
es determinada por los árboles; existen además de los árboles, toda una gama de
otras formas de vida vegetal ecológicamente adaptadas, tales como lianas,
bejucos, herbáceas, arbustos ascendentes, palmeras, epífitas, sobre todo de las
familias de las Bromelias y de las Orquídeas. Los líquenes y musgos que crecen
sobre las hojas y tallos de los árboles y arbustos, plantas parásitas, saprófagas
(además de los hongos descomponedores), etc.

Además de esta heterogeneidad estructural de la vegetación, se verifica también


una notable diversidad taxonómica; una hectárea de selva alta de tierra firme

126
contiene entre 200 y 300 especies de árboles con diámetro de tallo igual o mayor
a 5 cm (DAP).

No obstante los animales en general, no sean tan conspicuos en la selva, ellos


existen también en gran número de especies. Otro grupo importante de organismo
en la selva son los insectos y los microorganismos.

Tal vez existan en algunas decenas de hectáreas de la selva amazónica más


especies que en todos los bosques templados del Hemisferio Norte. Una de las
consecuencias de esa diversidad es la gran rareza de la mayoría de las especies
(bajo número de individuos por unidad de área); para encontrar un segundo árbol
de determinada especie es necesario caminar muchos metros (100 o 200) por la
selva.

La simple descripción y enumeración de las diferentes especies de organismos,


por importante que sea, no conduce a la comprensión del funcionamiento del
ecosistema. Por eso, es necesario considerar, en toda su complejidad, las
interrelaciones entre esos organismos, como también entre ellos y el ambiente
físico. Las plantas, animales y microorganismos de una comunidad biológica se
adaptan unos a otros en sus necesidades a través del proceso de evolución por
selección natural. Como resultado de este proceso, la comunidad biológica que se
observa hoy, no es un producto acabado, estático, pero si, representa un equilibrio
dinámico que se ajusta constantemente a las modificaciones del ambiente.

Los organismos de una comunidad biológica ejercen presiones e influencias unos


sobre los otros a través de diversos procesos ecológicos, tales como interacciones
intraespecíficas (entre individuos de la misma especie) tanto armónicas (colonias,
sociedades) como desarmónicas (competencia), y relaciones interespecíficas
(entre individuos de especies diferentes) ya sea armónicas (mutualismo o
simbiosis, comensalismo) como desarmónicas (parasitismo, predatismo).

Individuos de la misma especie o de especies diferentes pueden competir por


recursos escasos del ambiente. A la luz necesaria para la fotosíntesis no siempre
tienen fácil acceso las plantas del sotobosque de la selva, sombreados por los
árboles más altos. En el transcurso del proceso evolutivo estas plantas
desarrollaron adaptaciones fisiológicas o comportamentales que les permite
sobrevivir a lo largo del tiempo con poca luz, o crecer rápidamente cuando un
claro natural, resultante de la caída de árboles, permite la entrada de luz
suficiente. Muchos bejucos acumulan energía lentamente en tubérculos
subterráneos, para crecer rápidamente, usando esa energía, hasta alcanzar el
dosel soleado de la selva. El crecimiento rápido representa una estrategia para
proteger los tejidos jóvenes, muy palatables y nutritivos, del ataque de insectos
herbívoros. Los tejidos más viejos, sobre todo las hojas, acumulan sustancias
químicas tóxicas, que repelen de varios modos los herbívoros, especialmente en
situaciones donde una hoja representa una ―inversión energética elevada‖ para la

127
planta, como es el caso de las plantas del sotobosque, ya mencionadas, o que
crecen en suelos oligotróficos (muy pobres).

Otros recursos muchas veces escasos son los nutrientes del suelo, haciendo que
ocurra una competencia a nivel de las raíces de diferentes plantas, lo mismo
sucede entre las raíces y los hongos e invertebrados descomponedores de las
hojas muertas. En los casos de suelos muy pobres, las raíces desarrollan
relaciones mutualistas con ciertos hongos, los llamados micorrizas. Los hongos
extraen con gran eficiencia los nutrientes minerales de las hojas muertas (nitratos),
pasándolos en parte a las raíces con las que están asociados y reciben de éstas
sustancias ricas en carbohidratos como fuente energética, producto de la
fotosíntesis de la luz solar a la cual los hongos no tienen acceso.

Las relaciones mutualistas son caracterizadas por el hecho de que los individuos o
las poblaciones participantes, cuando están asociados, tienen más oportunidades
de sobrevivencia y reproducción que las que tendrían cada uno de ellos
aisladamente. Además de las micorrizas ya mencionadas, existen asociaciones
entre raíces de ciertas plantas (especialmente de la familia de las leguminosas) y
bacterias fijadoras de nitrógeno del aire, relaciones de plantas con hormigas que
las defienden del ataque de herbívoros, entre las plantas y diversos animales,
sobre todo insectos, que efectúan la polinización de las flores o la dispersión de
semillas, para citar los ejemplos más familiares.

Sin duda alguna son las relaciones tróficas que, permeando toda la comunidad
biológica, ejercen el mayor impacto en su estructura y funcionamiento.

Toda la energía que mantiene el ecosistema, en funcionamiento proviene del sol;


en particular, la energía química que mantiene el metabolismo de plantas,
animales y microorganismos es continuamente generada por la actividad
fotosintética de las plantas verdes. Así, todos los animales dependen directa o
indirectamente de las plantas. Por esto, se estima que en un ecosistema forestal
no más del 10% de toda la energía almacenada por las plantas sea consumida a
través de la cadena alimentaria constituida por los animales herbívoros y sus
predadores. El 90% restante sería disipados por la cadena alimentaria de los
componedores, formada por los invertebrados y microorganismos del suelo.

Estos herbívoros y sus predadores tienen, no obstante, una importancia cualitativa


muy grande sobre el ecosistema, influenciando las poblaciones de plantas en su
variabilidad genética, a través de la polinización cruzada, o en sus características
demográficas, a través de la dispersión de semillas. La propia heterogeneidad de
las plantas parece estar relacionada con la interacción de los herbívoros y de los
microorganismos patogénicos con las plantas.

Del punto de vista de los herbívoros, las plantas no son apenas verdes, pues
además de la clorofila, las hojas y otros tejidos de las diferentes especies, pueden

128
contener una gamma de ―compuestos secundarios‖, bajo la forma de taninos,
resinas, glicosídeos, cianogénicos, oxalato de calcio, alcaloides diversos, como
cafeína, estricnina, morfina, la rotenona, etc., que protegen más o menos
eficientemente las plantas de los ataques de los herbívoros. Entre tanto como los
herbívoros, especialmente los insectos, tienen muchas generaciones en el tiempo
de la generación de un árbol, ellos pueden desarrollar resistencia a éstos tóxicos
más rápidamente de lo que la planta produce estas defensas. También los tejidos
jóvenes, en crecimiento, son relativamente libres de estas estrategias defensivas,
siendo vulnerables al ataque de herbívoros. Resulta de esta corrida armamentista
que todas las plantas tienen un conjunto de insectos predadores y
microorganismos patogénicos más o menos específicos, que consiguen en fases
críticas del ciclo vegetativo vencer las defensas de la planta.

Cuando un árbol produce semillas, ocurre una concentración poblacional


localizada de esta especie: estas semillas serán dispersadas por diversos
agentes, incluyendo desde el viento y el agua hasta diversos animales, como
aves, murciélago, micos, roedores, hasta peces en el caso de los bosques
periódica o permanentemente inundados (várzeas o Igapós). Producto de esta
dispersión es una mayor concentración de semillas y posteriormente plántulas, en
las proximidades de la planta madre y un menor número de semillas o plántulas a
distancias mayores de la matriz. Como los herbívoros se orientan por la matriz,
encuentran una gran concentración de plántulas bajo la misma, que serán
entonces completamente diezmadas. Aunque eso no suceda, las oportunidades
de sobrevivir de estas plántulas o de alcanzar el dosel de la selva son mínimas,
pues encuentran la competencia del propio árbol madre, que les roba la luz y los
nutrientes. Son aquellas pocas semillas llevadas a otros lugares lejanos por algún
animal o por el viento, las que tienen alguna oportunidad de escapar del ataque de
los herbívoros o de enfermedades, y germinando en algún lugar favorable cuando
las condiciones de luz y del suelo, le permitan alcanzar el dosel superior.

La competencia, la predación por los herbívoros y las enfermedades crean un


vacío en torno de un árbol, que puede entonces ser ocupado por otras especies.
Cuanto más eficientes sean los predatorios, tanto en su movilidad en el espacio
como en el tiempo entre diferentes árboles que estén produciendo semillas, en
cuanto a su capacidad de destruir las plántulas que están creciendo juntas,
mayores serán las distancias esperadas entre los individuos de una especie y
mayor número de especies deberán haber en la región.

Cualquier perturbación natural o humana, que crea un nuevo hábitat o que altere
significativamente el existente, origina una serie fija de composición de las
especies, que se llama sucesión. Por ejemplo, las primeras plantas existentes en
una zona se benefician de la escasa competencia por la luz y por los nutrientes, y
quizá ésa sea la única oportunidad de que un 75 por ciento de las especies
arbóreas del bosque alcancen la madurez. Al mismo tiempo, muchos

129
invertebrados y vertebrados dependen de la sucesión para sus ciclos vitales: una
especie, cuando es joven, puede requerir hospedadores en la vegetación
sucesional, mientras que en estado adulto puede vivir en un bosque clímax. Dicho
de otro modo, las áreas sucesionales son indispensables para una saludable
regeneración forestal, así como para la supervivencia de numerosas especies
animales.

Los datos disponibles sugieren que la interacción entre poblaciones tiene mayor
significación en la regulación de la estructura y función de las comunidades en las
selvas amazónicas que en las regiones templadas. El papel de los murciélagos,
aves, insectos y otros animales que se alimentan de semillas en los claros de los
bosques son ejemplos de este fenómeno. El árbol de la nuez del Brasil
(Bertholletia excelsa) depende de ciertas abejas de la familia de las Meliponidae
para su polinización, y sus semillas deben pasar necesariamente por el tracto
digestivo de ciertos roedores para poder germinar. Cuando ese árbol no está en
flor, las abejas dependen de las flores de otros árboles pequeños, que si son
eliminados, provocarán indirectamente dificultades a la fertilización del árbol de la
nuez del Brasil.

Otro ejemplo de interdependencia es el de las hormigas cortadoras de hojas o


arrieras (Atta). Estas son afectadas por la sucesión vegetal, siendo sus nidos más
numerosos en las primeras etapas de la sucesión y mucho menos en los bosques
clímax. Pero las hormigas, a su vez, también influyen sobre la sucesión vegetal a
través de su uso selectivo de las especies vegetales y por su aporte de nutrientes
depositados.

130
CAPÍTULO SEGUNDO
CARACTERIZACIÓN ECOSISTÉMICA

1. LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA

La diversidad biológica o biodiversidad no es sólo el número de especies de un


área en particular sino más bien, la variedad total de ascendencias genéticas, de
especies y ecosistemas que existen en la naturaleza. Por razones prácticas, la
biodiversidad suele subdividirse en tres categorías jerárquicas importantes: la
diversidad genética que incorpora la información contenida en los genes y arreglos
genéticos de las especies y poblaciones; la diversidad de especies o específica,
que se refiere al número y proporción de las diferentes especies de una zona de
terminada, usualmente relacionada con los diferentes grados de adaptabilidad que
presentan que presentan los organismos en relación con los diferentes hábitats o
ecosistemas existentes; y en la diversidad de ecosistemas o ecosistémica, que
incluye la variedad de hábitats comunidades biológicas y procesos ecológicos.

La diversidad biológica no se refiere únicamente a los árboles, aves y mamíferos,


sino también a todos los grupos de organismos. Siendo la mayoría de estos
invertebrados y microorganismos que, aunque menos visibles, pueden en algunos
casos, ser esenciales para el funcionamiento y producción de un ecosistema.

Cerca de 1.400.000 especies de organismos han sido descritos hasta hoy sobre la
tierra, entre plantas, animales y microorganismos, terrestres y acuáticos. En
números redondos, estas especies se distribuyen entre los principales grupos
taxonómicos de la siguiente forma:

Cuadro 13. Especies de la tierra

GRUPOS TAXONÓMICOS NÚMERO DE ESPECIES


Insectos y otros artrópodos 875.000
Plantas superiores 250.000
Invertebrados y no artrópodos 117.000
Plantas inferiores 74.000
Microorganismos 37.000
Peces 10.000
Aves 9.000
Reptiles y anfibios 9.000
Mamíferos 4.000
FUENTE: ANDRADE, Germán I. Biodiversidad y conservación, 1992.

Se estima cautelosamente que el número total de especies de la tierra se sitúa en


torno de 5 millones, sin embargo estudios recientes sobre la fauna de insectos de

131
la copa de los árboles en las selvas tropicales de América del Sur y Central han
producido el estimativo de 30 millones de especies apenas de insectos, en su
mayoría tropicales.

Colombia es reconocida como país megadiverso por poseer el 10% de la


biodiversidad terrestre mundial en el 0.7% del área. Se calcula que alrededor del
50% de los seres vivos del país están representados en la Amazonia.

La selva amazónica ostenta cerca de 30 mil especies de plantas superiores contra


cerca de 10 mil especies en toda América del Sur de clima templado.

La diversidad biológica es pues, una de las características más importantes de la


Amazonia.

Esta región, alberga ciertamente una gran proporción de las especies y de las
variedades genéticas de la flora, fauna y microorganismos del mundo. Para tener
una mayor claridad de la megabiodiversidad de la Amazonia, podemos decir, que
una hectárea de ésta contiene más especies que el Canadá, por ejemplo.

Una hectárea de tierra firme próxima a Manaos (Brasil) contenía 179 especies de
árboles con más de 15 centímetros de diámetro a la altura del pecho (DAP) y 236
especies con más de 5 centímetros DAP. Comparativamente, la misma área de un
bosque en Nueva Inglaterra (América del Norte) contiene 5 o 6 especies de
árboles; lo que de inmediato, torna aparente el enorme contraste entre la
estructura y composición de bosques templados y tropicales.

La alta biodiversidad en un mismo lugar y la gran diferenciación de las especies


entre lugares, son los dos factores biológicos más sobresalientes de la Amazonia.

De otra parte, la diversidad biológica de la región amazónica no representa


únicamente algunos extremos esotéricos de diversificación evolutiva. La alta
biodiversidad está correlacionada con una variedad excepcional de especies
útiles. Más de 2.000 de plantas han sido ya identificadas como útiles, la mayoría
de ellas conocidas por los pueblos indígenas, por sus propiedades farmacológicas,
alimenticias e industriales, y cerca de 4.000 especies son maderables.

Estas características de megabiodiversidad amazónica, llevan a preguntarnos: por


qué los procesos de diversificación de especies han sido tan intensos en la
Amazonia? Cómo surgió y cómo se mantiene esa diversidad?

132
1.1 ARGUMENTOS QUE EXPLICAN LA BIODIVERSIDAD

Explicar los interrogantes anteriores ha sido uno de los mayores dilemas de los
científicos. En términos generales, las líneas de explicación que se han planteado
son básicamente las siguientes:

1.1.1 Los Refugios pleistocénicos: esta teoría tiene que ver con las variaciones
climáticas (glaciaciones) que afectaron a la tierra durante el pleistoceno (último
millón de años) y que produjeron en la Amazonia descensos importantes de
temperatura, tornando el clima más seco. Por tanto la selva tuvo que refugiarse
en áreas relativamente reducidas y aisladas que ofrecían condiciones mínimas
para su supervivencia. En cada una de ellas, las plantas, animales y
microorganismos evolucionaron de manera diferente, de manera tal que cuando la
humedad se recuperó y los bolsones de selva se reunificaron las poblaciones de
organismos volvieron a encontrarse pero ya no pudieron cruzarse, generándose
así una gran especiación a partir de cada especie original.

1.1.2 La radiación solar: este argumento establece que en la Amazonia la gran


disponibilidad de energía solar redunda en una mayor productividad biológica, lo
cual favorece una mayor diversificación y especialización de las especies dentro
de la estructura y dinámica de los ecosistemas.

1.1.3 El aislamiento geográfico: la formación de especies en condiciones de


aislamiento geográfico (especiación alopátrica) constituye el argumento más
utilizado para explicar la aparición de nuevas especies en la Amazonia.

La explicación parte de la premisa que dos especies se diferencian gradualmente


si se interrumpe el flujo genético entre las poblaciones, por la presencia o
aparición de barreras geográficas como por ejemplo, la separación de los
continentes, el surgimiento de cordilleras, los cambios en el drenaje de los ríos,
(muy frecuentemente en la región), etc. Una vez aisladas, las poblaciones siguen
un patrón evolutivo distinto, de acuerdo con las fuerzas selectivas que imperan
localmente, lo cual puede desembocar finalmente en especies diferentes.

1.1.4 La diferencia de hábitats: de acuerdo con esta teoría, la interrupción del


flujo de genes a lo largo de un gradiente de hábitats diferentes puede explicar la
separación de especies en grupos taxonómicamente diferenciables (especiación
parapátrica). Por ejemplo, la especialización edáfica de especies vegetales
(especies restringidas a uno u otro tipo de suelo) es un fenómeno bastante
frecuente en la Amazonia debido a la presencia de un complejo mosaicos en esta
región.

1.1.5 La especiación en el mismo lugar: sin discontinuidad geográfica en la


distribución de las especies (especiación simpátrica), obedece a una
diferenciación a muy pequeña escala (microgeográfica) sobre la Amazonia, que ha

133
estado en permanente remodelación desde finales del terciario hasta el tiempo
presente. La complejidad paisajística de la región favoreció la diferenciación de
especies, ocupando cada una un nicho distinto.

1.1.6 La inexistencia de un factor limitante único: en la Amazonia no existen


factores limitantes únicos, como por ejemplo, el frío o la sequía, propios de otros
ecosistemas. Por lo tanto, las especies pueden desarrollar estrategias de
adaptación que priorizan uno de los múltiples factores presentes: cantidad de luz,
disponibilidad de agua y de nutrientes, etc. Según esta explicación, este hecho
tendría un efecto multiplicador, puesto que la diversidad de organismos es, a su
vez, multiplicador de las posibles estrategias de subsistencia.

Esa gran diversidad de la Amazonia ha llamado la atención mundial, dado que la


deforestación mundial está generando pérdida rápida y constante de la riqueza
biológica y que aún no se cuenta con estrategias adecuadas para conservarla y al
mismo tiempo aprovecharla sustentablemente. Por lo tanto, la biodiversidad debe
convertirse en el eje central del desarrollo sostenible de la Amazonia.

La preservación y el manejo de los recursos genéticos, las especies y los


ecosistemas amazónicos es de importancia vital, pero primero debemos saber qué
son, dónde están, cómo varían, cómo se mantienen y cómo se deben manejar y
preservar sustentablemente.

1.2 IMPORTANCIA DE LA BIODIVERSIDAD

Es indudable que en la Amazonia, desde la perspectiva de la biodiversidad, tiene


un gran valor a nivel planetario. En primer lugar, se puede afirmar que en la
Amazonia tiene un valor ecológico y social inestimable, que no ha sido
considerado en los análisis de costos y beneficios tradicionales. En segundo
lugar, la Amazonia tiene un valor económico directo, como fuente de materia prima
y productos, o indirecto, como fuente de informaciones tecnológicamente
importantes, aún mal apreciadas por la sociedad.

1.2.1 Valor ecológico y social: la selva tiene funciones vitales para la


manutención de las condiciones ecológicas de la producción agropecuaria, de la
pesca y hasta de la misma generación de hidroelectricidad, además de constituir
una fuente de subsistencia para poblaciones humanas indígenas, campesinas y
colonas.

Entre las principales funciones ecológicas deben ser consideradas:


 Preservación de recursos genéticos y fitoquímicos y de interacciones
ecológicas co-evolucionadas entre plantas y animales, garantizando la
continuidad del proceso de evolución sobre la tierra.

134
 Interacciones entre la selva y la química de la atmósfera (con posibles efectos
globales)

 Regulación del ciclo hidrológico local y regional, garantizando una mejor


distribución de las lluvias y mayor estabilidad en el régimen de los ríos.

 Interacciones entre la selva y el balance energético de la atmósfera (con


posibles efectos globales).

 Protección de los suelos contra la erosión, evitando la sedimentación de ríos y


pérdida de nutrientes minerales.

1.2.2 Valor económico directo: la selva tradicionalmente, es una fuente de


productos y de materias primas para el consumo local. Para la artesanía y la
industria y para la exportación: frutas, plantas medicinales, aceites, castañas,
resinas, tinturantes, pieles de animales, maderas, taninos, etc.

1.2.3 Valor económico indirecto: las selvas tropicales húmedas representan un


fantástico banco de informaciones genéticas, químicas y ecológicas que, con los
avances de la biotecnología, de la bioquímica, y de la ingeniería genética,
constituyen la base de lo que se puede llamar ―Tecnología del Futuro‖.

 Informaciones genéticas: la increíble diversidad biológica encontrada en la


Amazonia constituye una fuente de nuevas plantas útiles y de genes
imprescindibles para el mejoramiento genético de plantas cultivadas.

 Informaciones químicas: las plantas de las selvas tropicales exhiben una


enorme diversidad de moléculas orgánicas, muchas de ellas ya con reconocido
valor farmacológico o insecticida.

 Informaciones ecológicas: las interacciones ecológicas co-evolucionadas


entre plantas, animales y microorganismos presentan un gran potencial de
aplicaciones, como por ejemplo, en el combate biológico de plagas,
polinización, fijación biológica del nitrógeno, micorrizas, degradación
bioquímica de poluentes y otros productos refractarios, fermentaciones,
hidrólisis de la madera, etc.

Como casi la mitad de las especies de organismos que se estima existen en la


tierra se encuentran en las selvas tropicales húmedas, las cuales cubren apenas
el 7% de la superficie de los continentes e islas, y como las selvas tropicales
húmedas están siendo destruidas a tasas aceleradas en todo el mundo,
aniquilando los hábitats naturales de millones de especies, se puede decir que una
nueva era de extinción en masa, en escala sin precedentes en la historia
geológica del planeta, ya está en curso.

135
El hombre se está comportando en relación a las selvas tropicales como los
bárbaros que quemaban bibliotecas por no saber qué contenían los libros.

2. REGENERACIÓN NATURAL DE LA SELVA

Una de las características más interesantes y atrayentes del desarrollo sucesional


de la vegetación en la Amazonia, es la de la intervención en el proceso sucesional
de un conjunto de árboles pioneros o (regeneradores), que no forman parte de la
vegetación madura, presentan un crecimiento extraordinariamente rápido,
alcanzan la madurez en pocos años, producen numerosos propágulos latentes y
tienen una vida muy corta en comparación con otras especies arbóreas de etapas
serales posteriores. Estos árboles al establecerse generan condiciones
ambientales (edáficas y microclimáticas) peculiares que permiten el crecimiento de
otras plantas características de etapas sucesionales más tardías en zonas
perturbadas.

La abundancia de árboles pioneros en un área selvática depende de la frecuencia


con la que la cobertura vegetal pierde su continuidad y la luz directa del sol llega al
suelo durante períodos largos de día. En áreas inalteradas de selva primaria
estos árboles se desarrollan solamente en claros grandes producidos por la caída
de árboles y pueden ser más abundante a las orillas de los ríos y en suelos
rocosos y en pendientes en los que la caída de árboles es más frecuente debido a
las crecidas o al viento. Estas clareras naturales, evidentemente tienen una
importancia muy grande en el proceso de renovación de la selva. Ellas
representan una modificación localizada, bastante drástica, en el ambiente
forestal. En primer lugar, ocurre una gran penetración de luz hasta el nivel del
suelo; en segundo lugar, la mayor insolación modifica el microclima durante el día;
por último, la disminución de la competencia de raíces de los árboles muertos y la
descomposición de los troncos y hojas de los mismos aumentan temporalmente la
disponibilidad de nutrientes minerales.

Estas condiciones propician el desarrollo rápido de una serie de plantas, tanto


pioneras como futuros árboles emergentes de la selva madura. Generalmente son
plantas que tienen sus semillas dispersadas por pájaros o murciélagos, sus
plántulas son muy dependientes de la luz y presentan un crecimiento muy rápido.
Entre las plantas pioneras, o sea, características de los primeros estadios
sucesionales de regeneración de la selva, las más conocidas son los yarumos del
género Cecropia.

Los árboles de la selva madura que dependen de los claros para su regeneración
son caracterizadas por una aparente falta de regeneración en el sotobosque, sólo
existen individuos de la misma altura, emergentes, independientemente de los
diámetros del tronco, que pueden ser variables.

136
El tipo de especies que colonizan un determinado claro dependen de varios
factores, entre los cuales la existencia de un árbol portador de semillas a una
distancia tal que permita, al mismo tiempo, la dispersión de semillas hasta el claro
y el escape de los predadores y parásitas. El hecho de que la ocurrencia de
claros sea completamente aleatoria en el tiempo y en espacio constituye así un
factor más de manutención de la heterogeneidad de la selva, pues ninguna de las
especies dependientes de claros tienen la posibilidad de prever su ocurrencia,
de tal modo que pudiesen adaptar correspondientemente su época de frutificación
en detrimento de las demás especies. De todas maneras los claros se producen
con bastante regularidad como para permitir la supervivencia de los árboles
pioneros en forma exclusivamente nómada, en la selva madura, colonizando y
reproduciéndose en los claros grandes y actuando como especies cicatrizantes de
las aperturas del dosel.

Es sorprendente la rapidez con la que los árboles pioneros aparecen en los


claros que por causas naturales se originan en la selva, esto se debe
indudablemente a que las semillas se encuentran latentes en el suelo y germinan
respondiendo a estímulos ambientales producidos por los cambios
microclimáticos que ocurren al desaparecer la cubierta vegetal del sitio en que se
originan, ya que estas son pequeñas y presentan muy eficientes mecanismos de
dispersión. De los mecanismos que mantienen latentes las semillas en el suelo,
probablemente el más frecuente es la latencia exógena impuesta por calidades o
intensidades inadecuadas de luz; esta latencia persiste hasta que la cobertura
vegetal se abre y la luz solar directa incide sobre el suelo durante largos períodos
del día.

Cuando la multitud de plantas germina simultáneamente a consecuencia de un


cambio microclimático en el suelo de la selva, la supervivencia y el tipo de árboles
pioneros que se establezcan estarán en gran medida determinados por la
composición del banco de semillas del suelo en el momento de la perturbación y
por la competencia con especies herbáceas y malezas.

El crecimiento de los árboles requiere de un suministro adecuado de agua y


nutrientes, por lo que indudablemente la época del año en la que la perturbación
ocurre y la competencia por nutrientes deben tener un impacto directo en el
establecimiento. La disponibilidad de nutrientes en el suelo pueden ser de
particular importancia en determinar si el tamaño de un claro natural es lo
suficientemente grande como para propiciar el establecimiento de un árbol pionero
en una selva madura. Cuando los claros son de tamaño pequeño, con frecuencia
no se establecen árboles pioneros y en su lugar se ecelera el crecimiento de las
plántulas de otros árboles de la comunidad madura que ya se encontraban
establecidos en el suelo.

En los claros pequeños, la densa trama de raíces y micorrizas superficiales de la


comunidad madura permanece cerrada y sólo las plántulas cuyas raíces están ya

137
integradas a dicha trama podrán crecer; en tanto que, en los claros grandes la
muerte y caída de uno o varios árboles grandes disminuye la competencia de las
raíces siendo que entonces posible que se establezcan plantas que obtienen los
nutrientes fundamentalmente en forma de iones libres.

Las selvas secundarias formadas por árboles pioneros ejercen en el medio tres
diferentes efectos que son extraordinariamente importantes para el desarrollo de
la vegetación en el proceso sucesional, estos son: transferencia de los nutrientes
libres del suelo a la comunidad biológica, reduciéndose en consecuencia su
pérdida; mejoramiento de la estructura edáfica por la producción de gran cantidad
de materia orgánica en forma de liter, y modificación del microclima que produce la
fluctuación térmica y aumenta la humedad relativa de la atmósfera. Estos cambios
permiten el establecimiento de plantas de etapas serales posteriores que después
sustituirán a los árboles pioneros en la comunidad.

3. RESUMEN DE LA DINÁMICA DE LOS ECOSISTEMAS AMAZÓNICOS

La dinámica de los ecosistemas amazónicos y de sus especies puede resumirse


en los siguientes aspectos:

3.1 ESPECIFICIDAD

Los elementos vegetales y animales han desarrollado diversidad de mecanismos


reproductivos y de formas de asociación y de competencia intra e interespecífica;
cada especie se ha adaptado a un hábitat ecológico específico (hay especies
vegetales adaptadas a suelos inundables; especies del dosel; especies del
sotobosque: epifitismo; especies colonizadoras de playas y lagos sedimentados;
especies de sucesión primaria; especies de sucesión secundaria; polinizadores
específicos de una especie; dispersores de semillas específicos de una especie;
insectos fitófagos específicos de un huésped, etc.).

3.2 ESTRATIFICACIÓN

En general los bosques amazónicos de tierra firme se organizan en cinco estratos:


emergente (especies de más de 35 m), dosel (especies que alcanzan los 35 m y
forman una cobertura continua y cerrada), subdosel (especies que alcanzan entre
15 y 25 m, adaptadas a la poca luz que se filtra a través del dosel), arbustivo o
sotobosque (especies arbustivas que alcanzan hasta 15 m) y herbáceo (pequeñas
hierbas y plantas de no más de un metro de altura). Pero no se trata de una
estratificación estática sino dinámica, donde las diferentes especies ocupan
diferentes estratos, dependiendo de la fase de regeneración en la que se
encuentran.

138
3.3 REGENERACIÓN

Los bosques húmedos tropicales, entre ellos las selvas amazónicas, son
altamente dinámicos. Según cálculos realizados por Hartshorn en 1978, con base
en la creación de claros naturales o chagras de viento (aperturas en la selva
debido a la caída de árboles), la tasa de renovación de la selva se encuentra entre
los 60 y 120 años. Un 80% de las especies necesitan claros naturales en alguna
fase de su ciclo vital, ya sea para la germinación o crecimiento como juvenil; por
eso se les denomina especies heliófilas. Los claros naturales son el motor de la
selva.

Cualquier proceso de intervención humana retrasa el proceso de regeneración. Si


los procesos de degradación del bosque son muy intensivos, se pone en
entredicho la capacidad de regeneración del mismo (o sea la resiliencia del
sistema), ya que hay pérdida de fuentes de semillas, de polinizadores,
dispersores, degradación de suelos, etc., y el sistema no puede recomponerse.

3.4 LEJANÍA O DISTANCIA ENTRE LOS INDIVIDUOS DE LA MISMA ESPECIE

En la mayoría de los levantamientos florísticos realizados en la selva, no se han


encontrado más de dos a tres individuos de una misma especie en una hectárea.
Esto ha sido interpretado, en parte, como una estrategia para escapar de
herbívoros, fitófagos y depredadores de semillas.

3.5 POLINIZACIÓN

La mayoría de las especies de la selva no son polinizadas por el viento, sino


principalmente por aves, murciélagos e insectos.

3.6 DISPERSIÓN DE SEMILLAS

El viento tampoco es importante como dispersor, esta función la cumplen las aves,
murciélagos, roedores, peces y algunos primates.

3.7 RECICLAJE DE NUTRIENTES

Dada la pobreza intrínseca de los suelos amazónicos en nutrientes, el bosque ha


desarrollado sofisticados mecanismos de almacenamiento y reciclaje de
nutrientes. El material vegetal cae sobre un denso tapete de raicillas. La rica fauna
del suelo y los hongos (micorrizas) allí presentes capturan los nutrientes y los
liberan directamente a las raicillas de las plantas. Estudios realizados estiman que
más del 99% de los nutrientes nunca llegan al suelo. Este eficiente sistema explica
la pobreza de las aguas que drenan las selvas amazónicas.

139
3.8 CICLO HIDROLÓGICO

En promedio un 50% de la precipitación pluvial en cualquier lugar de la cuenca


amazónica está compuesta por agua que viene directamente del océano y otro
50% por agua que ha sido devuelta a la atmósfera por la misma selva
(evapotranspiración). Esta dinámica ocurre a manera de espiral desde la costa
atlántica, hacia el interior de la Amazonia, hasta la cordillera, como un continiuum:
los vientos transportan las masas de aire cargadas de agua (humedad), ésta se
precipita, los bosques la evapotranspiran devuelta a la atmósfera, y el ciclo se
repite.

3.9 ESTACIONALIDAD

La precipitación y el nivel de los ríos determinan, en gran medida, los ciclos de


floración, frutificación, reproducción y alimentación de las especies. Las múltiples
estrategias de floración y frutificación (desde varias floraciones y frutificaciones al
año, a una vez cada dos años o más, o unas que sólo florecen y frutifican una vez
en su ciclo vital) determinan una estacionalidad en la oferta ambiental. Igualmente,
el nivel de los ríos cambia a lo largo del año, creando diferentes hábitats. En su
período de máxima creciente pueden penetrar hasta varios kilómetros al interior de
la selva, creando fuentes de alimentación para la fauna acuática, áreas de
reproducción para peces y otros vertebrados.

3.10 HETEROGENEIDAD ESPACIAL

La diversidad amazónica no sólo es cuestión de número de especies, sino también


de multiplicidad de unidades de paisaje, de ecosistemas y de hábitats. La
variabilidad de los suelos, la distribución biogeográfica y el patrón de crecimiento
de las especies en baja densidad espacial, las diferentes fases de regeneración de
la selva, los diferentes patrones de inundabilidad de las selvas y el tipo de aguas
que los inundan, la dinámica meándrica e hidrogeomorfológica de los ríos, los
procesos permanentes de erosión y sedimentación y la presencia de afloramientos
rocosos, resultan de una diversidad y mosaica de hábitats.

140
141
CAPÍTULO PRIMERO
LA AMAZONIA Y LOS PROBLEMAS AMBIENTALES
GLOBALES

LA AMAZONIA Y EL CLIMA DE LA TIERRA

La Amazonia representa la mayor extensión del planeta cubierta de bosques


tropicales húmedos en forma continua. No hay duda que, con su vasta extensión
territorial cubierta de selva ecuatorial húmeda, la Amazonia es una región
importante en la regulación del clima del mundo: el vapor de agua que se
desprende de estos bosques controla el balance energético y los límites de la
evapotranspiración y determina en un gran porcentaje las precipitaciones en la
región y fuera de ella.

La radiación solar prácticamente no es absorbida cuando pasa a través de la


atmósfera terrestre. Con excepción de una parcela de cerca del 30%, que es
reflejada hacia el espacio exterior por las moléculas que componen el aire y por la
cobertura de nubes, el resto llega a la superficie, donde siendo ésta forestada, la
mayor parte es absorbida. La energía es utilizada principalmente para evaporar
agua (calor latente) y calentar el aire (calor sensible).

Estudios micrometeorológicos realizados en la Amazonia Central indican que


cerca del 75% de la energía disponible en la superficie es utilizada para la
evapotranspiración (evaporación más transpiración de las plantas) y el restante
para calentar el aire. Sobre la selva de tierra firme, el flujo de agua evaporada
esta básicamente constituido de agua retenida por la vegetación (cerca del 40%) y
la transpiración de las plantas (60%). La evaporación directa del suelo no
contribuye significativamente para este flujo, en la media anual, la evaporación en
la Amazonia es de cerca del 50% del total de su precipitación pluviométrica, lo que
equivale a decir que, considerando el clima estable a largo plazo, el 50% de la
precipitación proviene de la evapotranspiración local y el restante es traído del
océano Atlántico por los vientos Alisios.

142
Figura 19. Reciclaje de las lluvias en la Amazonia

Vapor de agua: 24x1011 m3 Lluvia: 12x1012 m3/año

Transpiración: 65x1012 m3/año

Descarga del río Amazonas:


55x1012 m3/año

FUENTE: Salati, 1985. Arreglos autor del módulo.

Esta contribución a la precipitación es considerada alta, pues se estima que, en


latitudes templadas, la evaporación local colabora con apenas el 10% de la
precipitación local. El aire sobre la selva, humedecido por el agua evaporada y
calentado por el calor sensible, se vuelve menos denso, más leve, adquiere
fluctuabilidad y sube. Al subir, encuentra presiones más bajas y se expande,
disminuyendo su temperatura. Cuando eso ocurre el calor latente, contenido en el
vapor de agua, es liberado y calienta la atmósfera. A medida que la nube se
desarrolla verticalmente (cúmulonimbo) va convirtiendo más vapor en agua
líquida, liberando calor latente y calentando la columna atmosférica en toda su
extensión. El calentamiento a través de la liberación de calor latente es más
eficiente que por calor sensible, que, además de ser una tercera parte del latente,
es liberado a la superficie y necesita ser transportado para arriba por la turbulencia
atmosférica. El aire húmedo que sube es repuesto por el aire proveniente de los
océanos en los niveles próximos a la superficie (convergencia) y, después de

143
perder la humedad, es transportado hacia fuera de la región (divergencia) en los
niveles altos de la troposfera, a cerca de 10 km de altitud, descendiendo
posteriormente sobre los océanos adyacentes.

De esta forma, los procesos de evaporación y condensación, a demás de controlar


el flujo del agua son un sistema de regulación de la temperatura. El agua que se
evapora en la Amazonia absorbe calor que es devuelto a la atmósfera en el
momento de la condensación. Esto permite, por una parte, refrigerar los terrenos
ecuatoriales Amazónicos y, por otra, llevar calor hacia las capas superiores de la
atmósfera cuya circulación lo traslada hasta las regiones polares.

A lo largo del cinturón ecuatorial hay cuatro regiones donde se presenta ascenso
del aire: Indonesia, Norte de Australia, la cuenca del Congo y la cuenca de la
Amazonia. Estas regiones funcionan como fuentes de calor para la circulación
general de la atmósfera. En esas regiones existen movimientos ascendentes de
aire, formación de una banda de nubes y consecuentemente, liberación de calor
latente hacia la atmósfera.

La Amazonia es por tanto, una de las más importantes fuentes de calor para la
manutención de la circulación atmosférica. El calor liberado por ésta y otras
fuentes es transportado hacia las regiones fuera de los trópicos que tienen déficit
de energía por recibir menos cantidad de radiación solar que las regiones
tropicales. De esta forma, el clima de la tierra permanece estable, no obstante
presente fluctuaciones anuales probablemente asociadas a las variaciones de
potencias de las fuentes.

Una deforestación a gran escala de la Amazonia reduciría la evapotranspiración


local, lo cual ocasionaría la reducción de la precipitación en la región. El resultado
sería una cantidad menor de calor liberado hacia la troposfera Amazónica y así,
menos calor disponible para ser transportado a las regiones extratropicales con
sus consiguientes efectos sobre el clima mundial.

2. LA AMAZONIA Y EL EFECTO DE INVERNADERO

Se denomina efecto de invernadero al aumento de temperatura bajo la atmósfera


terrestre como consecuencia de una progresiva concentración de gases
termoactivos y sustancias residuales.

Este aumento de la temperatura en la tierra esta relacionado al aumento de la


concentración de gases atmosféricos como el Dióxido de Carbono (CO 2), Metano
(CH4), Oxido Nitroso (N2O) y Clorofluorcarbonos (CFCs). Tales gases son, en
mayor o menor grado capaces de absorber radiaciones de onda larga reflejadas
por la superficie terrestre, con el consiguiente calentamiento de la atmósfera,
ocasionando en llamado efecto de invernadero.

144
Se estima que la tasa actual de calentamiento del planeta se sitúa entre 0.2 a 0.5
°C por década: de esta manera, el aumento de temperatura acumulado hasta el
final del siglo pasado sería de magnitud suficiente para provocar alteraciones en el
clima de la tierra. Dentro de esas alteraciones, la elevación del nivel de los mares,
sin duda, causa fundamentalmente mayor temor.

En este escenario, del total de gases de invernadero emitido hacia la atmósfera, el


Dióxido de Carbono (CO2) contribuye con cerca del 50%. Es también el que tiene
las fuentes de origen más bien definidas y estudiadas. Del total de CO2 emitido,
cerca del 80% proviene de la quema de combustibles fósiles y el 20% restante de
la quema de bosques, principalmente de los bosques tropicales de los países en
desarrollo.

Aquí le cabe a la destrucción de la Amazonia parte de la responsabilidad. Pero


cuánta es la contribución real de la Amazonia al efecto de invernadero?

La deforestación produce un desequilibrio en el balance global del ciclo del


carbono ya que las plantas son fundamentalmente acumuladoras de carbono y los
bosques almacena entre 20 y 100 veces más carbono que las áreas de cultivo, lo
cual tiene una directa incidencia en lo que se conoce como efecto de invernadero.
En efecto, cuando el bosque es destruido el carbono de la materia orgánica se
incorpora en la atmósfera en forma de Dióxido de Carbono (CO2) y Metano (CH4),
haciendo que ésta retenga más calor contribuyendo de esta manera al
calentamiento global de la atmósfera.

En realidad la destrucción del bosque tropical contribuye con cantidades


equivalentes entre una décima y tercera parte de lo que se emite por uso de
combustibles fósiles (5.5 y 7 millones de toneladas al año de CO2). Lo grabe de
este proceso es que, mientras en los países desarrollados, la generación de
Dióxido de Carbono permite la obtención de grandes beneficios en los países
subdesarrollados, el beneficio es mínimo.

La emisión de CO2 debido a la quema de bosques es reciente y, en el caso


específico de la Amazonia, solamente a partir de la década de los setenta fue que
comenzaron a surgir con ímpetu las grandes quemadas. La contribución relativa
de la deforestación de la Amazonia al efecto invernadero se ha establecido de la
siguiente manera: a partir de 1970 la tasa anual de deforestación ha sido
alrededor de 25 millones de hectáreas al año. De esta área talada, se estima que
un 70% ha sido convertida en pastos (17.5 millones de hectáreas). Asumiendo un
valor máximo de 300 toneladas de biomasa, entonces 5.2 millones de toneladas
habrían sido quemadas en el proceso. Teniendo en cuenta que durante la quema
la combustión en el bosque es del 30% y que el resto que no se quema se
descompone en un período de 10 años, y suponiendo una liberación de un 50%
del CO2 de la biomasa, se tiene que cerca de 2.6 millones de toneladas de CO 2
habrían sido liberados en la formación de pastos en la Amazonia durante el lapso

145
considerado. Si los pastos acumulan 10 toneladas por hectárea de biomasa al
año, entonces podría haber ocurrido una emisión neta de 2.4 mil millones de
toneladas de CO2 en el proceso.

Además, si se tiene en cuenta que en los últimos 20 años la emisión global de


CO2 ha sido de 1 a 3 mil millones de toneladas al año, cerca de 40 mil millones
(asumiendo un promedio de 2 mil millones) han sido liberadas globalmente. Esto
significaría que el 6% de las emisiones globales se deben a la conversión de la
selva en pastos. De éstas, cerca del 1% se habría liberado con la deforestación de
la Amazonia colombiana.

3. LA AMAZONIA Y LA DEFORESTACIÓN

En las últimas décadas del siglo pasado (siglo XX) aumentó considerablemente la
preocupación mundial por los efectos globales de la deforestación de la Amazonia.
Se trata de un cambio que puede afectar la seguridad ambiental del planeta, ya
que la deforestación es un proceso que transforma radicalmente el ecosistema
forestal, alterando su estructura y funcionamiento: tales como la diversidad
biológica, el ciclo del agua, el ciclo de los nutrientes y la formación del suelo, las
cadenas tróficas y la productividad del ecosistema.

El impacto global de la deforestación de la Amazonia, tiene que ver especialmente


con el posible cambio climático que se derivaría por el incremento del efecto de
invernadero y por el impacto sobre el ciclo del agua, problemas que ya se han
analizado anteriormente, pero también tiene que ver con la extinción de la
diversidad biológica, la cual es de importancia mundial para el futuro alimentario y
el desarrollo de la humanidad.

4. EXTINCIÓN DE LA BIODIVERSIDAD

La extinción, así como el nacimiento de las especies, es un proceso natural. Sin


embargo, entre los años 1.600 y 1975, las tasas de extinción de mamíferos y aves
crecieron cinco y cincuenta veces por encima del nivel prevaleciente durante los
millones de años, debido a la acción de humana. Además, durante las próximas
décadas se prevé el aumento de esta tasa en 40 y 400 veces más. La gran
cantidad de especies que podrían verse afectadas lleva a considerar la extinción
como un fenómeno masivo que, además de la pérdida de especies, conlleva la
desaparición de gran parte del potencial evolutivo de la Tierra.
Este fenómeno es particularmente crítico en las zonas de bosque tropical, dado
que en este tipo de ecosistemas la acción humana produce un efecto mayor. La
riqueza biológica del bosque tropical húmedo se encuentra seriamente
amenazada por la deforestación. Los estimativos de la FAO sobre la deforestación
muestran que de los 10 millones de km 2 de bosques tropicales que existían en el
mundo en 1980, se han talado anualmente entre 75 y 90 mil km 2 y 100 mil más
han sido severamente perturbados. En 1985 los bosques tropicales alcanzaban

146
aún una extensión de 8.5 millones de km 2, pero con la tasa anual de deforestación
que sobrepasa en total el 2%, actualmente (año 2000) el 52% de los bosques de
Sudamérica ya han sido destruidos.

No se conoce la cantidad de especies que ya se han extinguido debido a la


deforestación y en el caso de la Amazonia tiende a subestimarse, pero en realidad
debe ser muy grande dada las características de la región, más aún cuando las
especies del bosque tropical y en particular las de la Amazonia presentan una alta
susceptibilidad a la extinción, por los siguientes factores ya conocidos:
endemismo, estrecha dependencia de la mayoría de especies frente al hábitat,
baja densidad de las poblaciones, etc.

5. EL CICLO DEL AGUA

La distribución de los grandes tipos de vegetación en el mundo coinciden con las


variaciones de las condiciones climáticas sobre la superficie de la tierra a nivel
global, regional y local. De esta manera, la alteración de la vegetación en grandes
magnitudes ha comenzado a considerarse como un posible factor de cambio
climático (en el tema sobre la "Amazonia y el Clima de la Tierra" de este mismo
capítulo, se analiza la incidencia de la vegetación de esta región sobre el clima del
mundo).

La vegetación de la Amazonia recicla en promedio la mitad del agua existente en


la región a través de la evapotranspiración y la otra mitad entra al sistema
transportada por los vientos alisios del sureste procedente del océano Atlántico.
De no existir el bosque, el 50% del agua se perdería por escorrentía y no se
reinvertiría en la circulación atmosférica local, lo cual implicaría de inmediato que
la disponibilidad de agua en la Amazonia decaería dramáticamente hacia el
occidente, incluso impidiendo por déficit hídrico, la existencia del bosque tropical
húmedo en el centro de la Amazonia.

El rompimiento del balance hídrico de la Amazonia transformaría de una manera


impredecible el escenario ecológico futuro. El resultado sería un aumento de la
estacionalidad de la lluvia, una disminución de la precipitación y el clima tendería a
parecerse al tipo monzónico.

147
Figura 20. Balance Hidrológico en la Amazonia

Lluvia 100%

Transpiración
48.5%
Evapotranspiración total 74.1%
Evaporación del suelo dentro de
la selva 0.0%

Evaporación por captación


25.6%

Selva de tierra firme


Flujo del río
Infiltración 25.9%

FUENTE: Salati, 1985. Arreglos autor del módulo

En este sentido, si las posibilidades de manejo del creciente deterioro ecológico


han sido limitadas, no es concebible que la recuperación de las condiciones
ecológicas regionales sean una tarea factible en el futuro.

6. LOS SUELOS Y EL CICLO DE LOS NUTRIENTES

La eliminación de la cobertura forestal de la Amazonia tiene un efecto directo


sobre el suelo. No se trata solamente de los problemas físicos y de erosión que
se presentan en las cordilleras andinas, en las que el bosque juega un papel
importantísimo en la protección del suelo, sino que se refiere fundamentalmente a
la disponibilidad y flujo de los nutrientes.

En la Amazonia el concepto de suelo desde el punto de vista agronómico y


forestal se halla íntimamente ligado al fenómeno del ciclo de los nutrientes del
ecosistema forestal. De tal manera, más que un suelo en el sentido tradicional, lo
que existe en esta región es un ecosistema, que a través de las estrategias
adaptativas de las especies vegetales que lo componen se ha desarrollado en
condiciones de gran pobreza en los suelos (suelos oligotróficos). Estas
estrategias se refieren a la absorción, mantenimiento y reciclaje de los nutrientes,
que se suceden en condiciones de productividad primaria y tasa de
descomposición altas, en las que la materia orgánica no se acumula en el suelo y

148
la gran pluviosidad y elevadas temperaturas determinan una susceptibilidad
igualmente alta a la perdida de nutrientes por lavado y volatilización. La respuesta
adaptativa de las especies que conforman el ecosistema se basa en el predominio
de numerosas situaciones como: alta biomasa radicular, concentración de raíces
aéreas, asociaciones con micorrizas, una comunidad de descomponedores muy
grande, gran longevidad de las especies forestales y de las hojas (perennifolias),
tolerancia a suelos ácidos, alelopatía, traslocación de nutrientes de la hoja al tallo
antes de la absorción y alto nivel de epifitismo y relaciones de mutualismo en
general. Todas estas situaciones en conjunto maximizan el contenido de
nutrientes en el bosque.

Los demás efectos sobre el suelo, tales como la compactación o la acentuación de


fenómenos erosivos, cobran especial importancia una vez que el ecosistema
forestal ha sido transformado y por lo tanto pueden calificarse como una forma
avanzada de degradación.

La implicación más importante que se desprende de las anteriores


consideraciones sobre los suelos amazónicos es que en esta región existen dos
escenarios futuros completamente diferentes, según sea la disponibilidad de
nutrientes. Por un lado, la Amazonia forestal presenta disponibilidad de nutrientes
a través del uso forestal. Por otro, la destrucción del bosque disminuye
severamente la disponibilidad de nutrientes y por tanto limita enormemente su uso.

7. LAS CADENAS TRÓFICAS

La transformación en la Amazonia forestada por una no forestal surte un efecto


contundente sobre la mayoría de los elementos que el sistema soporta. La
deforestación significa localmente la ruptura de un flujo de energía especializado
en el cursos de la evolución, a través de la fauna y la flora del bosque, y un
reemplazo por una cadena alimentaria más corta que pretende ir directamente
hacia el hombre a través de unas pocas plantas y animales.

Un aspecto muy importante dentro de las cadenas alimentarias en la Amazonia y


que se ve seriamente amenazado con la deforestación es la presencia de
especies que actúan como uniones móviles entre elementos del ecosistema, tales
como polinizadores y dispersores de semillas. Estas uniones móviles se dan entre
plantas muy diversas y en ocasiones con relaciones especializadas, conformando
cadenas coadaptadas cuya ruptura local acarrea efectos sobre la organización del
ecosistema. Igualmente existen plantas que soportan temporalmente gran parte
de la uniones móviles, en épocas de escasez generalizada de alimento en el
bosque; se trata de árboles que fructifican en épocas diferentes a las de la
mayoría del bosque o de plantas que mantienen flores cuando el bosque no se
halla en floración. Estas especies denominadas piedras angulares mutualistas,
son los eslabones más frágiles de la cadena trófica y de su existencia depende
gran parte de la organización del bosque amazónico. Un aspecto muy importante

149
es que estas especies no se encuentran necesariamente en el bosque, sino que
frecuentemente son típicas de crecimiento secundario o de hábitats marginales, lo
cual eleva la distribución del bosque a un nivel de complejidad que se deriva del
mosaico creado por las condiciones físicas, los tipos de vegetación y el régimen
natural de perturbación y regeneración.

150
CAPÍTULO SEGUNDO
LA AMAZONIA Y LOS PROBLEMAS AMBIENTALES
REGIONALES

1. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN FORESTAL

El extractivismo forestal ha sido una de las constantes en el aprovechamiento de


este inmenso pero no inagotable recurso de la selva Amazónica. Primero fueron
la quina y el caucho y ahora las maderas finas, sin contar con la extracción de
otros productos que a menor escala suministra el bosque: aceites, frutas, semillas.

La explotación de la madera ha sido, pasado el llamado "boom" del caucho, la


actividad que mayor y más rápido crecimiento a tenido como producto comercial
de la Amazonia. La actividad maderera acompañó y aún acompaña al proceso de
colonización de una manera desordenada e incontrolada, haciéndose más intensa
con la apertura de las vías de comunicación.

La explotación de las maderas con fines comerciales se reduce a unas pocas


especies: las llamadas maderas finas (entre las más valiosas se cuentan: el cedro
rosado, el laurel, el roble, amarillo, granadillo, pino y barbasco), las cuales cada
día son más escasas por su extracción irracional e imprevista. Pero las maderas
nobles no son las únicas perjudicadas con la extracción; toda la vegetación en
torno al árbol derribado también es destruida. Las técnicas utilizadas en el corte
del árbol y la aserrada no tienen en cuenta ni el más mínimo cuidado con el medio
ambiente y el desperdicio de madera es enorme, toda vez que la motosierra ocupa
un espacio aproximadamente de una pulgada entre bloque y bloque.

En general, la extracción de madera es parte del proceso colonizador que se


orienta a destruir la selva para plantar, primero, una agricultura transitoria de maíz,
arroz y plátano y luego, una vez agotada la fertilidad del suelo, establecer potreros
y ganadería extensiva. Este proceso da lugar a una tala indiscriminada, de la cual
tan sólo se aprovechan, las maderas finas antes mencionadas, que constituye
alrededor del 5% del bosque. La masa forestal: restante se destruye mediante el
fuego.

La mayoría de los aprovechamientos los hacen los colonos de una manera


rudimentaria: el corte de los árboles y la preparación de las piezas se hace con
motosierra, perdiéndose alrededor del 50% de la biomasa. Debido a que no
existen winches para la extracción y transporte de las piezas, parte de éstas se
pierden y se deterioran antes de llegar a los aserríos.

151
Cuando la extracción es selectiva se presentan problemas por la perturbación de
la estabilidad biológica y ecosistémica del bosque. En un bosque natural, la luz
del sol normalmente llega al suelo en un porcentaje de 10 al 20 por ciento. En un
bosque perturbado por la extracción de madera, la luz llega hasta en un 60%, lo
cual hace que la vegetación sea invadida por especies heliófilas (amantes de la
luz), de crecimiento rápido y sin ningún valor comercial: son las ortigas, las
trepadoras y bejucos, quedando la composición florística de la vegetación
perturbada por varios decenios mientras que el proceso sucesional de
regeneración renueve el claro producido, sin garantizar que individuos de las
mismas especies extraídas lo vuelvan a repoblar. De esta manera, la extracción
selectiva de árboles de madera noble va descapitalizando el bosque.

2. PROBLEMAS DE LA EXTRACCIÓN MINERA

La explotación minera en la Amazonia es de dos tipos: la gran minería y la


pequeña minería. La primera se orienta a la explotación del petróleo (Orito,
Putumayo), mientras la segunda se limita a los lavaderos de oro (Serranía de
Naquén, Guainía y río Traira, en la frontera con el Brasil).

La explotación de hidrocarburos es una actividad cada vez más importante en la


región y cuyo impacto ambiental puede aumentar considerablemente. Si bien el
sector petrolero es uno de los más activos en la economía del país, puesto que
sus explotaciones originan un importante ingreso económico su actividad genera
una serie de necesidades que se traducen en la apertura de nuevas vías, en
aumento del consumo de agua, en deforestación, en construcción de
infraestructura, etc.

Dentro de los efectos ambientales más importantes se cuentan los siguientes:


Contaminación superficial de los suelos y salinización. Contaminación de especies
vegetales valiosas, deforestación y aumento de la presión sobre el bosque,
contaminación del agua y efectos ambientales serios sobre los ambientes lóticos y
lénticos, alejamiento y/o perdida de especies valiosas de animales, desaparición
de especies ícticas, desplazamiento de las zonas de caza y pesca tradicionales de
los indígenas, migración permanente de colonos a lo largo de las vías petroleras,
formación de asentamientos humanos carentes de los mínimos servicios, etc.

La actividad de los buscadores de oro por su parte, presenta también


consecuencias ambientales preocupantes: contaminación de los ríos por
sedimentos, mercurio, y aceite, entre otros; destrucción de las cuencas y terrenos
forestales; aumento de la deforestación, caza y pesca e invasión de territorios
indígenas.

La contaminación de los ríos por sedimentos es muy impactante. Para obtener


dos gramos de oro se debe remover un metro cúbico de tierra, lo que sólo para
Brasil, donde la actividad está más extendida, significa la remoción anual de 50 mil

152
millones de metros cúbicos que van a las aguas de los ríos. Estos sedimentos
tienen impacto negativos como aumento de la turbidez del agua; cambios en los
recursos hidrobiológicos; modificación del lecho de los ríos; obstaculización de la
navegación y reducción de la calidad del agua.

La contaminación por mercurio es otro problema muy serio. El mercurio se utiliza


para separar el oro de los últimos materiales finos, después de la centrifugación y
concentración, y forma una amalgama. El mercurio se volatiliza por calentamiento
y queda el oro puro. Para producir un kilogramo de oro se necesita cerca de 1.32
kilogramos de mercurio. Esto significa que la cantidad de mercurio introducido en
las aguas amazónicas es elevada. En el proceso de separación del oro los
vapores de mercurio generan una contaminación directa a las personas, que por lo
general no toman las medidas necesarias; igualmente, las aguas se contaminan y
a través de las cadenas tróficas, la población que consume pescado.

La contaminación por aceites de las máquinas empleadas (tractores de oruga,


motores, dragas, motobombas y otros equipos) es también importante. El aceite
tiene efectos sobre el ciclo de los nutrientes en las aguas. Otras formas de
contaminación originadas por lavadores de oro se desprenden del empleo de
químicos (cianuro de sodio, detergentes, etc.) y de los desechos inorgánicos
arrojados directamente a los ríos.

La destrucción de las cuencas y la pérdida de suelos es otro efecto. En ciertas


zonas la destrucción de los cursos de agua es total por el empleo de tractores con
los que se excava no sólo el lecho del río sino también los sedimentos de las
orillas. La destrucción de toda la vegetación en las orillas de los ríos tiene un
impacto directo sobre la reproducción y alimentación de los peces y otras especies
acuáticas, como el Manatí por ejemplo, que se alimenta del gramalote que
solamente se da en las orillas de los ríos.

3. PROBLEMAS DE LA GANADERIZACIÓN

En los últimos treinta años, la expansión de la ganadería ha puesto en peligro la


supervivencia de los bosques húmedos tropicales de la Amazonia, sustituyendo la
vegetación primaria por pastos, como consecuencia de la invasión humana
resultante de las presiones socioeconómicas y políticas del interior del país. La
deforestación de vastas zonas boscosas ha gozado de ventajosas exenciones de
impuestos, adjudicación de terrenos baldíos o levantamiento de reservas
forestales, concesiones de créditos de fomento, apertura de vías y construcción
de escuelas, concedidos por los gobiernos de los países amazónicos con la
financiación del Banco Mundial.

La ganadería representa generalmente la tercera y última fase de la degradación


forestal, de la tala y de los intentos de los colonos sin tierras de implantar un
cultivo transitorio. Pero incluso la ganadería que inicialmente parecía la solución a

153
los problemas económicos de la región, también presenta problemas de
productividad y los pastos se degradan rápidamente.

La baja capacidad de carga de menos de un animal por hectárea hace que se


utilicen grandes extensiones para que la ganadería sea medianamente rentable.
Con la tecnología tradicional usada por los productores, los pastos pueden
realmente tornarse una amenaza para el ecosistema, principalmente debido a la
baja longevidad productiva (la estabilidad productiva de un agrosistema suelo-
pasto-animal depende, en gran medida, de la cantidad de nutrientes y de la
eficiencia en el reciclaje de los mismos) y la alta inestabilidad biológica, lo cual
hace que se degraden rápidamente en las condiciones de alta acidez, baja
fertilidad típica de los suelos amazónicos y de las altas presiones bióticas (plagas,
enfermedades, malezas, etc) predominantes en la región. Como consecuencia, a
fin de mantener el proceso productivo, nuevos segmentos de la selva son
tumbados para la formación de nuevos pastos.

En el proceso tradicional, con la tumba y quema de biomasa del bosque para la


formación de pastos, se presenta un aumento en el suelo de los principales
nutrientes (Potasio, Calcio, Magnesio, Fósforo) y del pH, así como una reducción
del aluminio intercambiable. Esta condición favorece temporalmente la
implantación de pastos, pero después de algunos años debido a las altas
precipitaciones y elevadas temperaturas, son lavados gradualmente dada la
incapacidad del suelo para retener los nutrientes, produciéndose la degradación
paulatina de los pastos. Los ganaderos más pudientes abonan los pastos con
fertilizantes, pero el resultado final es el mismo: la fertilidad del suelo decrece y los
pastos son invadidos por malezas (plantas invasoras). Bajo las huellas de las
pisadas de los animales, la tierra se compacta y es fuertemente erosionada. Los
pastos sembrados en muchas zonas de la región amazónica pierden su fertilidad
después de cinco años de actividad ganadera, ya que la cantidad de fósforo de la
tierra, importante nutriente para mantener los pastos sanos, disminuye
rápidamente con la erosión.

De otra parte, el desarrollo de la ganadería extensiva ni tiene en el hombre el


centro de sus consideraciones. No se puede decir que su objeto es emplear mano
de obra, porque es una ocupación con baja demanda de trabajo humano. No se
puede decir que busca la ocupación de áreas que no tienen capacidad agrícola,
porque las grandes haciendas están en las mejores tierras de la región,
especialmente en las llanuras aluviales de mayor fertilidad y con alguna vocación
agrícola. En realidad la ganadería es una actividad que se ha venido expandiendo
por las mejores tierras del país en detrimento de la agricultura y actualmente
ocupa casi todos los terrenos aptos o no, por su facilidad y bajo costo de
instalación y porque va siempre acompañando la ampliación de la frontera
económica como una forma de valorizar los territorios recién creados.

4. PROBLEMAS DE LOS CULTIVOS ILÍCITOS

154
Los cultivos ilícitos en Colombia se han convertido en los últimos veinte años en
una de las expresiones más dramáticas de la crisis que vive la sociedad,
particularmente el sector rural.

Figura 21. Distribución espacial de los cultivos ilícitos

FUENTE: Policía Nacional. Antinarcóticos, 2001.

La dinámica acelerada y creciente que ha adquirido este tipo de actividad


productiva está explicada por la estructura del modelo de desarrollo rural que ha
seguido el país en las últimas décadas y en la estructura del modelo de desarrollo
económico y social general.

Las zonas afectadas por estos cultivos se han constituido en el resultado de


graves y viejos problemas que inciden en toda la sociedad, y que por diversas
razones de orden económico, social, político y ambiental se expresan en aquellas
áreas más vulnerables o de mayor riesgo para su descomposición, como es el
caso de la región amazónica.

155
En la Amazonia se han creado estratos poblacionales muy claramente
diferenciados de acuerdo con la historia colonizadora y la naturaleza de la
economía de cultivos ilícitos.

Diferentes niveles de arraigo y estructuras familiares se presentan entre la


población de cultivadores de coca en la región. Los cerca de los 100 mil
productores son altamente heterogéneos y de sus diferencias depende
fuertemente la viabilidad de las políticas aplicadas para su reconversión.

Estimativas disponibles indican que no más del 30% son colonos arraigados, con
tiempo de residencia mayor de 25 años, producto de la colonización de mitad de
siglo y de programas estatales de reforma agraria. Este grupo ha hecho una
verdadera reconversión productiva de cultivos tradicionales hacia cultivos ilícitos.
Entre 25 y 7 años de residencia se encuentra el 30%, de los cuales se calcula que
cerca del 60% llegaron con la intención de cultivar coca, dentro de un proceso
expansivo muy atractivo como alternativa a los procesos de descomposición de
las condiciones productivas en las zonas expulsoras al interior de la frontera
agrícola.

El restante 40% tiene menos de 7 años de presencia en la región y en su casi


totalidad llegó con la intención de sembrar coca. La estructura productiva de la
coca explica las diferentes formas de relación de los productores con la actividad
de producción de coca.

De un lado se encuentran los propietarios de tierras que reconvirtieron su


producción hacia el cultivo de la coca, que residen con su familia, forman parte de
la estructura social tradicional de las comunidades y encuentran un alto costo de
oportunidad en su permanencia en la región. Son productores que contratan mano
de obra para labores de labranza y procesamiento. Los otros grupos de
productores, particularmente los que tuvieron como motivación para la migración
o el incentivo de los cultivos ilícitos, tienen expectativas menos claras en relación
con su posibilidad de integrarse a una comunidad y a una zona de grandes
dificultades para la realización de sus productos.

Otros grupos importantes de población vinculada a la actividad forman estratos de


trabajadores asalariados que venden su fuerza de trabajo en diferentes
actividades de la producción.

Alrededor de este conjunto de actividades productivas agrarias se desarrolla un


conjunto de sectores económicos de comercio y servicios que se nutre de la alta
liquidez generada por la forma de comercialización y que ha implicado el avance
de asentamientos humanos, de comercio suntuario, sitios de esparcimiento y
prostitución. Esto ha creado la presencia de una alta población flotante, marginal y
lumperizada que fluctúa de acuerdo con el comportamiento del negocio.

156
La comercialización y financiamiento de la producción corre por cuenta de una
estructura de compradores de la producción, íntimamente ligada a las
organizaciones delictivas mayores. Se trata de comerciantes que imponen
sistemas de financiamiento, compra anticipada, acopio del producto, distribución
del dinero y, en algunos casos de asistencia técnica a los productores. Son los
que garantizan el flujo permanente del negocio y apoyan las necesidades de los
productores, generando compromisos y solidaridades muy importantes para la
estabilidad de la producción. Este grupo de población está formado por forasteros
que gozan de un estatus destacado en la comunidad.

Adicional a esta compleja malla social se encuentra la presencia permanente de


los alzados en armas que, independiente de la actividad productiva, mantienen un
importante control militar, social y económico en la región. Sustituyen
frecuentemente la institucionalidad pública y controlan la actividad, por la cual
cobran un impuesto, el gramaje, sobre la producción, el tráfico de insumos y el
tráfico.

El cultivo ocasiona graves consecuencias en el medio ambiente. Para entender la


situación real, debemos diferenciar los efectos ambientales del cultivo y de la
producción de la droga, y los efectos de la lucha anti-drogas realizada por las
autoridades estatales.

La siembra de coca y la producción de cocaína, tiene unos efectos desastrosos en


términos ambientales. Primero que todo, se tala y quema muchísima selva
primaria. Se estima que para sembrar una hectárea de coca hay que tumbar tres o
cuatro hectáreas de bosque.

Igual de preocupante es la contaminación generada por las sustancias


(precursores) químicos, utilizados para producir la pasta de coca, y por el uso
masivo de fertilizantes y plaguicidas en los cultivos.

El daño causado por las fumigaciones es otro aspecto a tener en cuenta, por
ejemplo, el Glifosato o el Tibuthiurón, que son herbicidas no selectivos que atacan
indistintamente a cualquier vegetal y contaminan las aguas, atentando contra la
biodiversidad de la región y contra la salud de las poblaciones.

Ahora se está proponiendo la utilización del hongo Fusarium oxysporum, para


eliminar los cultivos de coca en la región amazónica, convirtiéndose en una
verdadera guerra biológica no sólo contra esta planta, sino que existen
posibilidades que este hongo ataque a otras plantas atentando contra la inmensa
biodiversidad amazónica. Ni que decir de las posibilidades de ataque a las
poblaciones humanas y se convierta en un nuevo elemento de muerte en esta
región tan martirizada. En palabras del ministro del Medio Ambiente (Juan Mayr)
―se trata de un agente externo a nuestros ecosistemas, que puede poner en riesgo
la integridad del medio ambiente y la salud humana‖.

157
Tampoco se puede garantizar que no existan
efectos secundarios de la aplicación masiva del
hongo en los suelos, el agua, la flora y la fauna
de la región. Igualmente nadie puede asegurar
que no se extienda el patógeno a otras
regiones del país por efecto del traslado por el
viento, el agua e incluso a través de la ropa de
los operarios.

El problema de la producción, tráfico y consumo de drogas no está en la planta de


la coca, que es una especie más en el concierto de la megabiodiversidad
amazónica, sino en el corazón de los hombres que la utilizan para fines diferentes
de los que tiene en el ecosistema.

Pero el problema no se limita a la siembra de los cultivos ilícitos. En el ámbito


nacional abarca toda una cadena de actividades que incluye, además de la tala
indiscriminada de bosques, la destrucción de ecosistemas, el uso de cerca de 28
diferentes precursores químicos de la más alta toxicidad para el procesamiento de
la cocaína, que terminan en ríos y quebradas; la aplicación de agroquímicos para
una mayor producción y el control de plagas de los cultivos de coca, así como la
construcción de infraestructura sin criterios de sostenibilidad, destinada a la
producción y transporte de narcóticos. Y al final de la cadena, aparecen los
impactos causados por las actividades de erradicación mediante la fumigación con
glifosato.
El 6 de abril de 1999, en respuesta a una oferta para comenzar un proyecto
dirigido a destruir cultivos de marihuana en Florida (EEUU), David Struhs,
secretario del Departamento de Protección Medioambiental de dicho Estado,
escribió: "Las especies de Fusarium son capaces de desarrollarse rápidamente.
La mutación del material genético es el factor más preocupante de su posible uso
como micoherbicida. Es difícil, si no imposible, controlar la movilidad de las
especies Fusarium. Los hongos transformados pueden causar enfermedades en
una gran cantidad de cultivos, incluyendo a tomates, pimientas, flores, maíz y
viñas, y normalmente son considerados una amenaza para los campesinos, una
peste antes que un pesticida. Las especies Fusarium son más activas en suelos
calientes y pueden permanecer en el suelo durante años. Bajo las condiciones de
Florida (esto puede) resultar en un mayor riesgo de mutación‖ (Jelsma, 2000, 10).

5. PROBLEMAS DE LA URBANIZACIÓN

La Amazonia colombiana viene presenciando, desde las últimas tres décadas, un


proceso acelerado y desordenado de urbanización producida por movimientos
demográficos generados al interior del mismo territorio amazónico (migraciones
intrarregionales por desplazamientos masivos), inducidos por varios factores de
expulsión, tales como la concentración de la tierra, los problemas de orden público,

158
la descomposición del campesinado y el bajo nivel de prestación de servicios
públicos en las áreas rurales, y en menor proporción, las migraciones provenientes
de departamentos ubicados en el interior del país, fenómeno que caracterizó el
poblamiento rural de la Amazonia en los años cincuenta y sesenta.

Las ciudades y centros poblados de la Amazonia no estaban preparados para


recibir una población tan numerosa en tan poco tiempo. Los problemas de vivienda
y de servicios públicos, fueron los primeros en manifestarse. Dada la carencia de
terrenos públicos de propiedad de los municipios que garantizaran la expansión
urbana y la falta de planificación de su desarrollo, motivó la proliferación de
invasiones, muchas de ellas en áreas de alto riesgo, ya que los arriendos subieron
exageradamente, los precios del suelo se dispararon y el déficit de vivienda se
acrecentó.

Este proceso de densificación acelerado y desordenado de las ciudades y centros


poblados, ha venido generando y agravando permanentemente, la situación
ambiental, lo cual está sobrepasando el límite de sostenibilidad de los frágiles
ecosistemas amazónicos, aspecto que se manifiesta en problemas de la salud y
bienestar originados por diversos tipos de contaminación y saneamiento ambiental
en amplias capas de la población más humilde (debido al hacinamiento, carencia y
baja calidad de agua potable, de alcantarillado, de recolección de basuras,
convivencia con animales domésticos, afectación por roedores y otras plagas),
deterioro e invasión del espacio público, deficiencia en el servicio del transporte y
congestión vehicular, especialmente en las horas pico, degradación del entorno,
ubicación de asentamientos en zonas de riesgo y marginalidad.

Uno de los aspectos que desempeña un papel importante en la calidad ambiental y


por tanto, en la calidad de vida de los asentamientos es el espacio público urbano.
Prácticamente no existen espacios públicos bien definidos y conservados,
especialmente, los que tienen que ver con espacios recreativos y deportivos y con
espacios abiertos de circulación peatonal y vehicular y de convivencia ciudadana.
Esto debido a que históricamente el espacio público no se ha considerado como un
factor prioritario de desarrollo urbano y de mejoramiento de la calidad de la vida
urbana.

Los asentamientos urbanos de la Amazonia presentan impactos que afectan no sólo


la base de recursos naturales de su medio ecosistémico sino que atentan contra la
salud y el bienestar de la población, tanto en su espacio territorial urbano como en
el de su área de influencia.

En conclusión, la problemática ambiental urbana de la Amazonia colombiana se


manifiesta en los siguientes eventos:

 Contaminación de fuentes hídricas por vertimientos de aguas servidas y


residuos sólidos, tanto residenciales, hospitalarios como industriales, muchos de

159
ellos de alta peligrosidad, lo cual está disminuyendo la calidad de las aguas con
graves consecuencias para la salud de la población, sobre la calidad del entorno
y en la destrucción de la vida acuática. El 100% de los asentamientos urbanos
de la Amazonia no realizan tratamiento de aguas residuales.

 Uso inadecuado (conflictivo) del suelo, problema percibido especialmente en la


proliferación de asentamientos en zonas de medio y alto riesgo, lo cual pone en
peligro a los habitantes de estos sectores, que por lo general son gente muy
pobre.

 Disgregación urbana e invasión de viviendas en áreas que por su naturaleza


deben ser de preservación y protección ambiental, tales como rondas,
pendientes mayores del 45%, zonas inundables, etc.

 Aumento de la marginalidad y la pobreza urbana, debido a la inmigración de


sectores campesinos desplazados por la violencia, el narcotráfico, y la falta de
políticas de desarrollo rural.

 Deficiencia en el abastecimiento de agua potable para la mayor parte de la


población, por la creciente demanda y por la rápida reducción de caudales
debido a la deforestación incontrolada de las cuencas hidrográficas
abastecedoras de agua para la ciudad.

 Manejo inadecuado de los residuos sólidos y semisólidos y de los desechos


peligrosos de origen hospitalario e industrial. Se presentan botaderos de basuras
a cielo abierto en diferentes partes de la ciudad y no existen suficientes
recolectores en las calles para depositar residuos, lo cual origina malos olores,
proliferación de vectores y roedores y mal aspecto de la ciudad. Existe
deficiencia en la recolección, transporte y disposición final de los residuos
sólidos.

 Invasión y deterioro del espacio público y del paisaje urbano, lo cual disminuye la
calidad de vida de la población por la perturbación del tránsito peatonal,
deterioro de áreas verdes y contaminación visual (avisos, vallas, edificaciones,
muros de cerramiento, propaganda comercial y política, etc.).

 Congestión y caos vehicular, y altos niveles de contaminación auditiva. Mal


estado de las calles y vías de acceso, falta de delimitación de áreas de parqueo
y zonas de cargue y descargue.

 Procesos erosivos por deforestación de bosque protectores y por urbanización


en zonas de altas pendientes sin planes de mitigación y manejo ambiental.

160
 Igualmente, la problemática ambiental está relacionada con el nivel cultural y
educativo y con el comportamiento sicosocial de la población, sin cuyo
mejoramiento se hace difícil pensar en el cumplimiento de un acuerdo social que
permita la ordenación del espacio urbano. También se relaciona con el nivel de
participación de la sociedad civil y otros grupos de interés, con el sector privado
y con la actitud que asuman las autoridades y entidades competentes en los
diversos niveles administrativos y políticos de las ciudades.

 En términos generales, se puede afirmar que la crisis ambiental urbana de la


Amazonia colombiana tiene como base una crisis cultural, producto de una
precaria relación del hombre y su proyecto social, con el medio natural.

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