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TERCER CAPITULO Para interpretar Mundo vivido y mundo interpretado. El encuentro con el texto La hermenéutica plantea el tema de la comprensién, no en términos de ver- dadero y falso, sino como elaboracién en constante camino, que hay que perfec- cionar y en la que hay que profundizar. No existe una interpretacién por excelencia que sca definitiva. La interpre- tacidn es siempre un pensamiento en el que la emocién y la légica estén estrecha- mente conectadas. Es la voluntad, que se ha hecho explicita, de atenerse a reglas que conduzcan al lector hasta la comprensién de un texto, con el fin de evitar equivocos que pue- den nacer también del recurso acritico al buen sentido superficial, cargado de dis- cursos banales y que se dan por supuestos, no gobernados por el esfuerzo y el tra- bajo del andlisis. Comprender es tener consciencia de. A través de la teflexién se enfoca el objeto de la comprensién, que se determina mejor a medida que se aclaran los horizon- tes de la pre-comprensién en la que el intérprete se mueve. Se va en busca de lo explicito, de lo dicho claramente para descubrir lo implicito y lo oscuro que sub- yace al texto y en esta relacién de implicacién y de distanciamiento del lector con el texto se experimentan grados de empatia, de consonancia y de acuerdo y se reco- nocen elementos de proyeccién tales como posibles identificaciones con las situa- ciones, roles, contextos y acciones. Se redescubren asi las propias teorias de refe- rencia utilizadas al asumir los datos y al comprobar los vinculos, incluso contradictorios, de suposicién, de relacién, de expectativas y de deseos confir- mados. El acto de conocer es siempre de alguien respecto a algo y ¢s el resultado de una trama de relaciones reconocidas o de variables individuales y sociales que fil- tran elementos simbélicos del clima cultural de pertenencia, Es importante hallar el objeto que da que pensar, que pone en marcha el pensamiento hacia el nivel sim- bolico de multiples significados posibles y hacia conquistas Iégico-intelectuales que orientan para definis, para distinguir, para diferenciar. © narcea, s. a, de ediciones 48 INTERPRETAR Se va en busca de sentido reconociendo las intencionalidades explicitas o implicitas y se construyen certezas progresivas como grados de verdad dictados por la evidencia Traduzcamos todo esto en palabras, porque la palabra ordena el mundo en una jerarquia de valores y en una organizacién de acontecimientos y de hechos legi- bles, segtin conceptos ya experimentados o segtin nuevas asociaciones légicas que toman vida a través de la palabra en los contextos. La palabra, a la hora de definir el umbral y las caracteristicas del acto de cono- cer, nos hace percibir los confines de nuestro mundo vivido e interpretado. Texto y contexto Buisqueda de evidencia y de sentido que se da ;por parte de quiém? Originada ya partir de qué? En la convencionalidad del lenguaje se han codificado, histéricamente, las comprensiones-interpretaciones del mundo elaboradas por individuos o por comu- nidades enteras. Se han petrificado en textos, representaciones de figuras y repre- sentaciones verbales. Aqui nos ocuparemos del texto verbal como del objeto emblematic que ha condensado en la palabra visiones y justificaciones del mundo. Visiones, suefios, intuiciones: la palabra va en busca de un contacto inter- personal para compartir emociones, pensamientos y sentimientos. Justificaciones, explicaciones: la palabra quiere dar cuenta de las motivacio- nes con las que se ha buscado, a qué contextos y contenidos puede aplicarse, qué nexos causales se han planteado, qué conceptos se han empleado, a qué acciones ha dado lugar. Diferentes intenciones de una misma accién pueden dar lugar a las mismas elecciones linglifsticas y pata lograr captar cl significado conferido por el autor ser necesario reconstruir el contexto en el que se ha originado la expresién y el obje- tivo que el autor querfa alcanzar con esa accién lingiifstica. Se trata de captar lo que ‘Austin denomina «la fuerza ilocutoria» del acto, su fuerza intencional. Pongamos un ejemplo: «La pista, en aquella curva, se ha congelado». Supon- gamos que la frase la ha pronunciado un esquiador a un amigo con el que comparte el placer del descenso, o entre dos técnicos de las instalaciones, 0 por el guarda de las pistas, que lo ha dicho por el megifono antes de la apertura de las instalaciones 0 por un espectador que, simplemente, goza del espectaculo de los esquiadores en la pista. La expresidn es la misma y tiene el mismo objeto de referencia, cambian los actores que pronuncian el texto y los interlocutores a los que el texto se ditige, prin cipalmente. Seals a cidebeees Para interpretar 49 Entre los dos amigos podrfa expresar algo derivado de experiencias compar- tidas y por tanto tener el significado implicito de ser prudentes o de descender siguiendo una trayectoria que excluya la curva congelada. Pronunciada por los dos técnicos quizds exprese la preocupacién por las consecuencias que se podrian deri- var para los esquiadores y plantearse como una necesidad de clausura 0 de modi- ficacién del trazado de descenso por la pista. ‘Anunciada oficialmente por el guarda de las pistas, la comunicacién se con- vierte en una advertencia para todos los esquiadores de los posibles peligros que entrafia. Cuando es un espectador quien se lo dice a si mismo podria ser una cons- tatacién por inferencia derivada de la observacién de las dificultades que tienen todos los esquiadores en ese punto, independientemente de sus competencias, y por tanto comporta la atribucién como causa de las cafdas o de la pérdida de un esqui por parte del esquiador. Desde el momento que conocemos solo las variaciones del contexto y no podemos comunicarnos con los interlocutores en ese contexto, debemos confiar en la redescripcidn interpretativa que hemos dado para explicar la misma eleccién para diferentes intenciones. Un suplemento de informacién o los testimonios de los actores en el contexto podrian verificar la exactitud de las interpretaciones pro- puestas y enriquecerse con detalles de tipo explicativo. Consideremos ahora otro caso, en el que no se explicita la ambientacién y se debe, por tanto, reconstruir. 2A qué actores y a qué situaciones de contexto podria atribuirse la expresién textual «Bebe siempre un poco de vino en una copa»? Tratemos de enumerar algu- nos actores y de dar una explicacién para la accién: Un sommelier, como rutina de tipo profesional. — Alguien que frecuenta los bares o las bodegas, como costumbre y forma de vida consolidada. Un invitado, como expresién de agradecimiento en relacién a la hospita- lidad de los duefios de la casa. Un alcohélico, como necesidad fisiolégica para obviar una patologia. Un endlogo, como prueba técnica para definir la calidad del vino. = Un sacerdote, como ritual religioso en las ceremonias de culto. Un actor, como imagen publicitaria de un anuncio. Una ver definido el contexto, el significado atribuido por el intérprete a la accién del sujeto puede ser muy variado y reflejar, segtin el intérprete, connotaciones de juicio interpretative muy diferentes: ehh 50 _ INTERPRETAR — Complacencia y admiracién por el sommelier — Amistad y hospitalidad en relacién con el invitado. Conmiseracién, desprecio 0 compasién por el alcohélico. Resultados econémicos 0 comerciales para el endlogo. Participacién y comunién para el sacerdote. Curiosidad, rechazo 0 adhesién empatica para el actor. Las implicaciones de significado son continuas y constantes; incluso en los actos mds simples y en la seleccién misma de las palabras subyace un mds 0 menos consciente 0 advertido control de las intenciones que se quieren vehicular. Es distinto decir de alguien que «se propone tal cosa» 0 decir «trata de»; con Ja primera expresién se reconoce la intencionalidad, la voluntad de alcanzar un obje- tivo preciso ¢ implica que lo logrard, en la segunda expresidn se pone, quizas incons- cientemente, en duda que la accién obtenga un resultado satisfactorio. Hallar los simbolos del texto El texto nace de una necesidad de comunicar ¢ incluso en las elecciones for- males de los constructos y de las palabras va a la buisqueda de formas y términos que vehiculen significados mds alld del sentido literal de base. ‘A menudo nos valemos del lenguaje figurado o lo estructuramos en modali- dades que crean ambigiiedad 0 dan pie a posibilidades plurales de interpretacio- nes que hay que dirimir, organizar o dirigir. Encontrarse con un texto es hallar los simbolos. «El simbolo da que pensar», dijo Ricoeur. Es el simbolo, en el texto, que se plantea y que da sentido, y sobre ese sentido dado es necesario pararse a pensar. La exégesis biblica, al llevar a cabo el ejercicio concreto de interpretacién de Ios textos, ha mostrado cémo los simbolos duran en el tiempo y nos invitan a la reflexién para no olvidarse de sf mismos, para no caer en el olvido del hombre como parte de lo sagrado, para reencontrarnos con la plenitud del lenguaje, de la pala- bra que nos interpela. El texto biblico se abre a la hermenéutica como metodolo- gia de indagacién a la que se puede atender en mayor medida para la preparacién para la comprensién y la transmisién del mensaje religioso de las Sagradas Escri- turas. Precisamente por el cardcter alegérico del texto biblico el ejercicio lingiifs- tico se vale de la contribucién de muchas ciencias: la filologfa, la arqueologfa, la historia de las religiones, las ciencias naturales, las ciencias humanas, con el fin de que en el texto se puedan captar, respetando y valorando los datos informativos cada dees: Merete Para interpretar 51 vez mejor indagados, los significados que hay que someter al tamiz de la critica tex- tual, literaria ¢ histérica. Puesto que la palabra de Dios habla con continuidad en el tiempo, debe ser respetada segiin las necesidades de comprensién del tiempo, dando relevancia espe- cifica a los temas y a las probleméticas que caracterizan ese tiempo. Se trata de cap- tar el mensaje en su actualidad para el hombre de hoy, revelando el sentido oculto 0 ambigtio que se esconde tras el lenguaje figurativo. El simbolo es signo y tiene una doble intencionalidad como signo natural y convencional, Haberse manchado puede querer decir haberse ensuciado con algo, pero haberse manchado con una culpa significa haber adquirido algo impuro, que permanece en el sujeto como una mancha de suciedad, no fisica, sino espiritual. El primer sentido, el literal, prevé un segundo sentido, que se da solo a tra- vés del primero. Los signos simbélicos son opacos y por tanto profundos e inago- tables porque se valen de un lenguaje convencional y porque proponen intencio- nalidades que hay que reconocer ¢ interpretar. Dice Ricoeur que «el simbolo precede a la hermenéutica», mientras que «la alegorfa es ya hermenéutica» (Ricoeur, 2002: 19) porque «el simbolo da su sentido en la lengua y no por traduccién». «Los simbolos son significaciones analégicas que se forman y se dan espontaneamente. Por ejemplo, el sentido del agua como ame- naza en el diluvio y como purificacién en el bautismo». 3Cémo acceder a la comprensién de los simbolos si estos preexisten en rela- Gién a la hermenéutica y cémo asegurar la autonom{a de pensamiento en esta via de acceso? De nuevo Ricoeur sostiene que el simbolo esté ligado a la inmediatez con la que el pensamiento lo ha creado y al mismo tiempo, para captar todas las poten- cialidades de significado que lleva en su seno, necesita de la mediacién del pensa- miento. El simbolo, por si mismo, provoca comprensién a través de la interpreta- cién. Se trata de encontrar las vias que vayan «hacia un pensamiento que sea un pensar a partir de los simbolos» (Ricoeur, 2002: 24). Ricoeur indica tres vias: — La via fenomenolégica: Los simbolos nos pertenecen, vivimos cotidiana- mente con ellos, pero debemos también distanciarnos de ellos para man- tener dindmica la coherencia y la autonomfa de nuestro pensamiento. No debemos dejarnos seducir por los simbolos. Precisamente porque los ama- mos, nos distanciamos de ellos y respetamos las reciprocas autonomias, tanto de los simbolos como las nuestras: ‘ielo * Comprender los simbolos en el sistema de los simbolos (ejempl como significado de orden y de trascendencia). © narcea, a. de ediciones 52 INTERPRETAR * Atribuirle a un mismo simbolo més valencias 0 comprender un simbolo a través de otro simbolo (ejemplo: montafia, torre, cielo que hay que entender como altura, simbolo de ascensién). + Acercarse al simbolo a través de los ritos (ejemplo: el agua purificadora con simbolos gestuales de inmersién, aspersién y marcar con agua). * Dar unidad en un mayor niimero de niveles de experiencia o de repre- sentacién (ejemplo: vegetacién, simbolo del morir y del renacet). — La via hermenéutica: Interpretando los simbolos podemos entender de nuevo. El simbolo se da y la hermenéutica lo interpreta porque el pensa- miento se despliega alli donde se halla una problematica que exige dialo- gar con el texto. Podemos creer si comprendemos ¢ interpretamos. — La via del pensamiento simbélico: Promover una btisqueda de sentido, sobre la base de interpretaciones criticas que se van renovando y adecua- das a la reflexidn filosdfica sobre los problemas del ser humano. El simbolo lleva a ver con una nueva mirada y con una interpretacién creativa la rea- lidad, porque es capaz de contribuir a buscar y a poner orden en la expe- riencia humana en sus componentes fundamentales. El simbolo nos habla de un hombre que existe no solo en su singularidad y en su subjetividad, sino como expresién y pertenencia a la cotalidad de la humanitas. En la hermenéutica del texto, esta modalidad de pensamiento se acenttia y se ve como capacidad de distanciamiento respecto a los posibles significantes del texto y de las intenciones de su autor. Pero no es posible distanciarse sin haber antes comprendido. La atencién se dirige a la comprensién del mundo que el texto, a través de sus simbolos, desvela o esconde, Este desvelamiento y este acercamiento progresivo son posibles gracias al anélisis y a la interpretacién textual. Si dejamos hablar a los simbolos y si, tras haberlos cotejado con atencién, les damos las «palabras justas» hallaremos la atribucién de sentido, en ese momento, para nosotros. Este proceso de acceso a los textos y de didlogo con los significados es inagotable y siempre rico en novedades. El encuentro con los simbolos en la cotidianidad Gadamer elabora algunas reflexiones que propone casi como confidencias sobre su modo de pensar y de ser: «Siempre he envidiado un poco a los nifios de tres afios por la riqueza de fantasfa que posee su lenguaje y por la capacidad, tipica de esta edad, de crear nuevas palabras». El mundo de la vida y la relacién reciproca de los hombres presenta otros rasgos respecto a la certeza de la ciencia o al tener © narcea, $a. de ediciones Para interpretar = 53. tazén en la argumentaciény (Gadamer, 2002: 62-63). Hay otras formas para mostrar a los demés «chabacanamente las contradicciones en las que estan engan- chados. Existe la posibilidad de decir algo en voz baja» y de «comportarse con tacto». «Siempre es necesario, en la relacién con los demés, comportarse de forma sensata y oportuna y mantenerse abiertos a la comprensién miitua. «La voluntad humana de saber y de querer tener razén puede darse cuenta de sus propios limi- tes». La invitacién de Gadamer es la de aprender a ver, a ofr, es més: a indagar para captar los tonos subyacentes a los valores del saber e incluso a obedecer, para apren- der a pensar por cuenta propia. La hermenéutica, entendida como penetracién filoséfica del comprender (Gadamer, 2002: 194) pone en practica el «intento de alcanzar lo que no se entiende» (ibidem: 155) teniendo como finalidad alcanzar la verdad, que no hay que entender como una objetividad del juicio, que serfa imposible, y tampoco como una objetividad del conocimiento, sino como manifestacién € incremento del sentido. Y esto sucede a través y en el uso de la palabra a la que le confiamos la fuerza expresiva, superando y modificando la huella usual para creat, precisamente como los nifios, sentidos enunciativos completamente nuevos porque, como Wittgens- tein sostenfa, el juego lingiifstico es algo imprevisible, infundado, no razonable. Una situacién comunicativa, un texto, tienen una intencién unitaria, pero la palabra, inesperadamente, puede romper esa unidad originaria y proponer algo impensable que nos sorprende, nos provoca y nos enriquece en tanto que nos llama a descifrar lo inesperado, lo imprevisto, lo no programado. Lo acostumbrado, lo previsto y lo calculado, pueden percibirse como ele- mentos que nos aportan una razonable tranquilidad, un alejamiento del riesgo. En la sociedad actual, en la que estamos sumergidos en las informaciones, tener ele- mentos de referencia seguros puede ayudarnos, puede mantenernos en una cémoda adaptacién a las situaciones, sin el esfuerzo de tener que escoger cada vez. Pero en esta adaptacidn reside el escaso cuidado de nuestra capacidad de reflexién y la inade- cuada propensién a ejercitarla en las diversas situaciones de vida, abdicando asf de nuestra peculiaridad fundamental, que es la de vivir y producir cultura con un sen- tido de pertenencia y reciprocidad. Reproducimos gestos y expresiones que, pre- cisamente por la redundancia que las acompafia y por la falta de andlisis del sen- tido implicito del que son portadoras, se convierten en elementos andnimos de una cultura de masas. Umberto Eco afirma que la cultura de masas, que se puede definir como «una cultura ejercida a nivel de todos los ciudadanos» no es, sin embargo, una «cultura producida por las masas» porque es una forma de creacién colectiva «mediatizada por personalidades més dotadas que se erigen en intérpretes de una sensibilidad de la comunidad en la que viven» (Eco, 1994: 51). © narcea, s.. de ediciones 54 INTERPRETAR Ambigliedad, redundancia y difusion de los mensajes La ambigtiedad, como resultado de una violacién del cédigo, sorprende. La obviedad, como repeticién irreflexiva, genera automatismos que pueden incluso molestar y resultar insoportables. iQué decir del saludo «Buenas tardes», pronunciado con la acostumbrada y alegre ligereza a un anciano solo, enfermo, quizds deseoso de unas pocas y since- ras palabras de cercanfa? Ciertamente se viola el sentimiento que serfa adecuado a ese contexto y podria interpretarse como indiferente, superficial y de escasa arencién. Las elecciones se vuelven persuasivas y se hacen penetrantes, redundantes y ambiguas cuanto més calibrada sea la relacién entre los medios y los fines. Lo pode- mos observar muy bien en los anuncios publicitarios en los que las intenciones suti- les y refinadas se presentan a través de personajes y comportamientos que nos encontramos, de manera andloga, en la vida cotidiana. Una sefiora entra en un comercio y con seguridad y aplomo pide «doscientos gramos de jamén cocido» a un imperturbable charcuteto que la ignora y sigue aten- diendo a la siguiente clienta que le pide «Jamén cocido de Parman, porque, después se leerd: «No es jamén cocido, es jamén de Parma». La escena resalta la calidad del producto a través de la competencia y la eleccién especifica, no anénima, del com- prador. Se sobreentiende que el verdadero buen jamén cocido es solo el de Parma y es un producto para paladares refinados y entendidos. En el anuncio de una conocida empresa automovilistica con una larga tra- dicién, la invitacién a mandar al desguace el coche viejo, en funcidn de la compra de uno nuevo, se juega mediante asonancias lingiiisticas y la equivalencia de estructuras sintdcticas: «Nos habiamos envejecido tanto... Atin te amo, pero debo desguazartes, que resulta que es una sustitucién de la conocida frase «Vas hablamos amado tanto... Ain te.amo, pero debo dejartey', que permanece en el fondo de la memoria de los menos jévenes. Seguramente, los objetivos de cualquier anuncio son claros: incrementar la venta de coches, a través del incentivo de la entrega del coche viejo o que com- premos una determinada marca de jamén. Pero la persuasividad de los mensajes puede instituir nuevas formas de sentir y de ver y las expresiones lingiifsticas de los * Conocida frase en Italia (Ceramo tanto amati) que dio ticulo a una famosa pelicula de Ettore Scola —del popular subgénero de la época, conocido como «comedia a la italiana»—, en 1974 IN. de la trad.). ae Para interpretar 55 anuncios se repetirdn en numerosas situaciones de la vida cotidiana, hasta perder la vitalidad de la imagen de partida, para configurarse como algo estereotipado, repetido una y otra vez. Esto no disminuye la importancia de reflexionar sobre el valor de la ambigiiedad de los textos y sobre la potencialidad que comporta la des- ambiguacién y requiere, en el proceso, identificar lo que se oculta tras las image- nes y las palabras. Se comprende casi de forma intermitente y esa comprensidn es como «encender una luz en la oscuridad». Tenemos que estar atentos y velar la noche, como el sabio genio de la lampara. De hecho, «comprender es también siem- pre un no comprender» (Gadamer, 2000: 25). La comprensién literal y la comprensi6n simbdlica La constante presencia del elemento simbdlico respecto al literal impone inda- gar en la fisonomia de los textos en su globalidad y, solo en un segundo momento, el adentrarse en sus distintas partes a la biisqueda de nexos, relaciones y referen- cias. Si bien no se puede atribuir una cientificidad a los procesos de comprensién ¢ interpretacién subjetivos y por tanto plurales, s{ se le debe reconocer a la pala- bra su dimensién antropoldgica y ontoldgica. El esfuerzo consiste en iluminar los uusos equiivocos del lenguaje en la cotidianidad de los actos y de los acontecimien- tos, porque si no fuera asf, estarfan vacios, privados de aquella iluminacién que des- vela y que renueva la relacién entre la palabra y el acontecimiento. El acto de hablar nos permite modificar la relacién con los interlocutores. La comunicacién es una operacién compleja, rica, flexible y ligada al contexto, a los conocimientos de los interlocutores, a variables relacionadas con el objetivo y con las intenciones explicitas 0 implicitas. Se completa con observaciones, declaracio- nes, confirmaciones, dudas, propuestas, permisos, desafios, peticiones e, incluso en ituaciones muy simples, requiere una competencia seméntica de tipo pragmatico. «Hace mucho calor» puede ser una simple constatacién, pero también una invi- tacién implicita a abrir las ventanas y encender el aire acondicionado, una propuesta de salir a pasear para disfrutar de la buena temperatura o a buscar un lugar donde haya sombra, a gozar de un bafo refrescante o incluso, irénicamente, por antite- sis, para decir que la temperatura es baja 0, metaféricamente, que la atmésfera de trabajo esté «sobrecargada» de tensiones. Las reglas de cortesia y de estilo nos guian para escoger, segiin las intencio- nes, el rol o el estatus que queremos reconocer: «Pase», «Pase, por favor», «Tenga la ‘amabilidad de pasar», «;Quiere pasar?», :Querria pasar», «Decidase a pasar», Claro que puede pasarl», «No se quede en la puerta, pase». Cualquier comunicacién podria en 56 INTERPRETAR atribuirse a una pluralidad de referentes en distintos contextos y, segtin de cudl se trate y del rol y del estatus de los interlocutores, habré una expresién mas apropiada que otra. Pero queda claro que advertimos, en algunos enunciados, ciertas con- notaciones de significado y que las estrategias comunicativas son distinta — Ghdenen pememactse. — Ordenes mitigadas por formas de cortesfa positiva. — Peticiones perentorias mitigadas por formas de cortesia negativa. — Invitaciones que, segtin sea la entonacién global con la que se pronuncian, pueden sonar como una forma de atencién y de cortesia 0 como formas de hostilidad y de negacién, En los textos literarios pero no tinicamente— en los que la complejidad del discurso es muy alta, nos encontraremos con que tenemos que decidir cudles son las incenciones de los personajes a la hora de presentarse y relacionarse, qué objetivos quieren alcanzar mediante esas formas expresivo-comunicativas y por qué su lenguaje se connota con esa particular eleccién de palabras y de constructos lingiiisticos. Cada intérprete tendré conocimientos en su haber respecto al grado de familiaridad y de contenidos expresados, partiendo de su experiencia general y de su capacidad de for- mular hipétesis y de asociar los datos a través de inferencias correctas. Para Grice (1993) una inferencia que contribuye a la interpretacién debe basarse en el principio de pertinencia a partir de la que se elaboran cuatro aspec- tos, cuatro mdéximas; = Maxima de la cantidad: la informacién debe corresponderse con la demanda, y no ir més allé. ~ Mésxima de la calidad: \a informacién debe brindarse de un modo verda- dero. — Maxima de modo: \a informacién debe brindarse de forma clara. — Maxima de relacién: lo que se dice debe ser pertinente. ‘Todo razonamiento por inferencia no comporta solo un esfuerzo de recons- truccién cognitivo, sino que puede ser la ocasién para una reformulacién de las pro- pias representaciones del mundo y de validacién de las propias creencias. El recurso a las inferencias y a la analogfa A través de los procesos de inferencia se persiguen los efectos descados y se considera que se han obtenido cuando se logra dar una interpretacién satisfacto- eee Para interpretar = 57. ria en tanto que sea coherente con los datos informativos que se tienen a disposi- cién y que sea coherente también con las implicaciones de significado que se han lefdo. Las modalidades con las que las palabras se combinan y toman vida reflejan operaciones cognitivas, historicidades vividas, imaginacién y fantasfa asociativa, seleccién de vocablos, gusto por los constructos y las formas lingiiisticas, emocio- nes y sentimientos, intensidad comunicativa y ese cardcter misterioso que se pro- duce. Como dice Eugene Ionesco: «con la ayuda de las palabras nunca se ha podido expresar todo lo que las palabras esconden». «Si hay puente iré a la oficina de correos». No se trata de esperar la inaugura- cién de un puente de tréfico entre zonas no comunicadas. Hay que pensar en el «puente> como una expresién del lenguaje figurado que significa la clausura de algu- nas actividades de trabajo en dfas laborables y que coinciden con alguna festividad. De la expresién se puede inferir que el hablante tendré tiempo para ir a la ofi- cina de correos precisamente con ocasién del puente y que prefiere esta oportuni- dad en tanto que piensa que habré menos puiblico esperando. En general, de hecho, las personas durante los «puentes» se van de vacaciones en vez de dedicarse al des- empefio de sus obligaciones habituales. Ademds la expresién sefiala en el hablante casi una certeza de que pueda haber un «puente» y, en cualquier caso, si lo hubiere, estd convencido del hecho que las oficinas de correos estaran abiertas, en tanto que este tipo de establecimientos normalmente se aseguran la apertura incluso durante los «puentes» y no han informado de que vayan a cerrar. Las inferencias para la comprensién, por tanto, se activan sobre todo en rela- cién a conocimientos comunes. La llamada telefénica de un amigo «lré contigo, pero solo si pones las cadenas» serfa incomprensible si no se supiera que los dos amigos adoran ir juntos a la mon- tafia a esquiar y que las carreteras, por la reciente nevada, podrfan ser impractica- bles y peligrosas sin las cadenas para la nieve. Cuando la inferencia presupone la omisién de datos informativos y la caren- cia de una explicitacién de los nexos causales, una modalidad lingtiistica que sirve para desvelar u ocultar al mismo tiempo es la analogia. Si digo «EI Po, para mi, es Holanda», sabemos que Po y Holanda son referentes distintos, alejados entre sf en el plano de las condiciones de las verdades intuitivas. Qué pueden tener en comiin? ;Qué significado subyace al enunciado? Podria ser un paisaje plano, extenso, a menudo rodeado de niebla, de la Planicie Padana o del Mar del Norte. Sensacién de tristeza, de desolacién 0 en cambio de tranquilidad, de paz, de calma y de misterio. Compete a los intérpretes la adhesién a una u otra interpretacién. Una adhesién puramente ldgica o incluso emotiva. ~~ www eeeee eee ee 58 INTERPRETAR La palabra y el texto nos interpelan y nos advierten de las insidias en las que podemos incurrir si no se ponen en marcha espacios de reflexién adecuada para detenerse en los nudos criticos del texto, que hay que deshacer para una correcta comprensién légica y semantica. A modo de despedida Estamos en el 4 de Enero del 2008, que cayé en viernes. Lo habfan anunciado. en la previsién metereolégica: «La esperdbamos. Ha Ilegado». El tréfico en el Norte, dicen en el telediario, es dificil. En Napoles explota la enésima protesta por Ja basura, La alcaldesa Jervolino declara que est sola, El Gobernador de Campa- nia, Bassolino, proclama que no dimitiré. El Presidente, Napolitano, dice que no es que esté preocupado por la situacién de Népoles, sino que esté alarmado. Los ciudadanos de Népoles incendian pilas de basura, producen tanto dié: xido de carbono que alarman a toda Europa e incencian también mufiecos que representan a Jervolino y a Bassolino, colgados de los &rboles. Superviso lo que tiro a la basura, separo la basura y la coloco en los conte- nedores adecuados. El servicio de limpieza urbana vendré a recoger la basura en los dfas sefialados para tal fin. Pago mis impuestos por este servicio. En América, un fornido joven negro, Barack Obama, con un gran consenso de votos y atin estando como un outsider en las primarias de Iowa, se va situando para la nominacién, Podrfa ser el primer presidente negro americano, Lo han vorado sobre todo los blancos y las mujeres jévenes. En el mundo los fragores de la guerra continian. El precio del petroleo se ha disparado y ha hecho que se precipiten todas las Bolsas. En Francia, un ingeniero ha puesto a punto un coche con una autonomia de doscientos quilémetros. Funciona con aire. Esta dotado de un compresor y no tardard en comercializarse. En el concurso italiano de la «Herencia», un concursante no ha hallado la pala- bra que podia casar como elemento en el grupo de vocablos pinataliniciolavintunt- dadieorazén, La palabra era «ataque>. Para facilitarles a todos la comprensién, el pre- sentador aclara que «ataque/inicio» se refieren al director de una orquesta. En la televisién italiana también aparece el presentador Frizzi, con su pro- grama «ldentidades ocultas». Los concursantes deben estar atentos a utilizar el indi- ‘0 verbal en el momento justo. Se interpetan como indicios rasgos, modos, atuendos, gestos y fisonomias. No hay que dejarse desviar por estereotipos culeu- rales, Las mujeres suelen desempefiar actividades que se consideran impropias del rol femenino y pueden llevar a engafto. Para interpretar 59 La Rai, la televisi6n italiana, promueve y financia la educacién nacional, que ha empeorado un poco. Cada escuela, a través de sus participantes, recibira impor- tantes contribuciones financieras. EI periédico local recoge una encuesta sobre los «jévenes y el tabaco». Hay entrevistas y muchas fotografias. En el texto que lo comenta figuran dos citas de Achille Campanile: «;Le molesta si no fiamo?» y «Vendo perro pastor alemén, come de todo, le gustan los niios». También, en este caso es una cuestién cuya interpretacién, depende del uso de las comas. En un barrio de la ciudad, frente a la vitrina de una tienda de marcos, un car- tel que pone: «Prohibido beber frente a la tienda». Las crénicas locales se habian refe- rido, en los tiltimos dias, a las peleas entre extranjeros con alguna cerveza de més en el cuerpo y con alguna botella de més en la mano. ¢Pero qué tiene que ver todo esto con la interpretacién de pequefios frag- entos de la vida cotidiana que nos rodea? ;Son fragmentos que pueden formar arte de un todo, en una unidad organizada? Qué orden imponerles? ;De prio- idad, de importancia, de complejidad, de relevancia? ;Desde qué perspectiva leer 1s? ;Qué conceptos, creencias y juicios pueden ayudarnos a entenderlos? :Debemos educarnos para plantear preguntas sobre los fragmentos de vida 0 una pura locura? ;Otorgar dignidad a los textos que cada dia producimos es com- render para interpretar? ;Es posible distanciarse de la propia historicidad ponién- Joles a las palabras el traje adecuado para hacer que emerjan nuestras ideas y poder allar las de los demas? Conscientes de no poder dar unas respuestas concluyentes y satisfactorias es decisive formular cada vez mejor las preguntas. Abrazar la hermenéutica no es entonces solo un tema que atafie a la com- prensién y que tenga que ver con un preguntarse infinito, sino que tambign es, y quizds sobre todo, un esfuerzo para dar testimonio de lo que hemos compren- dido. La palabra dice y, cuando dice, funda nuestro estar en el mundo, confir- mando el impulso y el deseo personal «como primer motor para la accién» (Dewey, 1965: 61). Dado que buena parte de esta apropiacién simbdlica a tra- vés de los textos se da en un ambiente escolar, es importante que los escolares/los alumnos se encuentren con buenos textos y que se les ofrezca la oportunidad de gjercitarse en la interiorizacidn de algunas cualidades que presupone el encuen- tro con el texto: despersonalizacién, delimitacién, reflexién consciente y siste- maticidad. Pero también que se acostumbren a convertirse en unos oyentes atentos y en lectores de la cotidianidad que nos rodea que, casi sin que nos demos cuenta, puede ahogar la autonomfa de nuestra reflexién y puede homologarnos en procesos pre- establecidos y actiticos. 60 _INTERPRETAR Aprendamos a interpretar El acto de interpretar debe cultivarse como cualquier otra habilidad intelec- tual, conscientes de que no hay metodologias seguras para alcanzar una mejor inter petacién, bien porque sea mds rigurosa, bien porque sea més significativa 0 por- que sea distinta a las producidas por los dems. Interpretar es fruto de la intuicién y de la reflexién, de recuerdos incluso no evidentes, de emociones del sentir y de sensibilidades a la hora de ver mds all 0 de escuchar otra cosa, seleccionando acontecimientos, no solo en sentido crono- égico sino, como dirfa Ricoeur: «en un tiempo humanamente relevante>. Utilizamos el término «aprender» y lo colocamos en una situacién familiar y escolar, desde la mds tierna edad. Se aprende a interpretar estando con los demas, actuando en relacién alos demés para compartir buena parte de nuestra mismidad. Largos afios de ensefianza, de formacién y de experimentacién con los pro- fesores de varios niveles educativos, nos han convencido de que las situaciones més prometedoras para dar inicio a procesos de dominio textual no son las més estruc- turadas, sino aquellas en las que se crea, en la clase o en el grupo, un intenso e inter- subjetivo clima comunicativo. Para interpretar hay que estar dispuestos a descubrirse, a decirse, con sinceri- dad y con deseo de empatia. El gozo del encuentro de pensamiento y palabras, emociones y reflexiones es una conquista extenuante pero satisfactoria que necesita de un trabajo asiduo y decidido.

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