UNIVERSIDAD YACAMBÚ

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
PROGRAMA: MAESTRÍA EN CIENCIAS AMBIENTALES
ÁREA: DESARROLLO SUSTENTABLE

DIMENSIONES DEL DESARROLLO SUSTENTABLE

Autor:
Ing. Leandro Brito Alvarado
CI V-17.422.020
El desarrollo sustentable desde el surgimiento de este término en 1987, ha
sido interpretado, definido y redefinido por un gran número de autores
quienes han generado un numero también importante de artículos que sirven
como referencia bibliográfica para su revisión y análisis.

Para la mejor comprensión de este artículo adoptaremos un concepto

que se estructuro en el Simposio sobre desarrollo sustentable celebrado en
Bogotá-Colombia, sustentabilidad se funda en el reconocimiento de los
límites y potenciales de la naturaleza, así como la complejidad ambiental,
inspirando una nueva visión del mundo para enfrentar los desafíos de la
humanidad. El concepto de sustentabilidad promueve una nueva alianza
naturaleza-cultura, una nueva economía, reorientando los potenciales de la
ciencia y la tecnología, y una nueva cultura política fundada en una ética de
la sustentabilidad, en valores, creencias, sentimientos y saberes, que
renuevan los sentidos existenciales y las formas de habitar el planeta Tierra.

El desarrollo sustentable ha sido seccionado en tres grandes

dimensiones o al menos estas han sido las más mencionadas, dimensión
económica, dimensión social, dimensión ecológica.

En teoría se plantea estas tres dimensiones como elementos que se

integran y tienen como epicentro el equilibrio de la actividad humana y el
medio ambiente, pero la realidad-experiencia nos muestra otro panorama
desalentador. Aunque el uso del término y su aparición cada vez en más
planes, en particular de estado venezolano, por lo que pudiera decirse que
hoy esta más de moda que nunca el desarrollo sustentable, no ha sido más
que letra muerta, pues conocer que estas tres dimensiones son punto clave
para el cumplimiento del desarrollo sustentable y no procurar sus integración
y cumplimiento ha ocasionado el fracaso de la evolución del desarrollo
sustentable en el caso de Venezuela; por lo que es fundamental incorporar la
dimensión ecológica en la toma de decisiones políticas y, asimismo, es
necesario examinar las consecuencias ambientales de la apropiación de los
recursos naturales que cada sociedad promueve en las distintas etapas
históricas, se debe entonces, advertir que si bien la abundancia de recursos
naturales no garantiza el carácter endógeno del desarrollo sustentable, como
lo demuestra la circunstancia de tantos países subdesarrollados que poseen
una importante dotación de recursos hídricos, minerales o energéticos.

Para que la sociedad sea capaz de comprender esta importancia o el

impacto de la dimisión ecológica y lo que llevaría a la comprensión e
integración de las dimensiones social y económica es necesario cumplir con
lo que han planteado otros expertos y es la dimensión cultural, pues
resultaría ilógico por ejemplo querer enseñar ecología a quien no pueda al
menos reconocer las características básicas de su entorno en el medio
ambiente. La evolución de la sociedad hacia estilos de producción y
consumo sustentables implica un cambio en el modelo de civilización hoy
dominante, particularmente en lo que se refiere a los patrones culturales de
relación sociedad-naturaleza.

La adecuada comprensión de la crisis supone pues el reconocimiento

de que ésta se refiere al agotamiento de un estilo de desarrollo
ecológicamente depredador, socialmente perverso, políticamente injusto,
culturalmente alienado y éticamente repulsivo. Lo que está en juego es la
superación de los paradigmas de la modernidad que han estado definiendo
la orientación del proceso de desarrollo. En ese sentido, quizás la
modernidad emergente de este nuevo siglo debe ser la modernidad de la
sustentabilidad, en donde el ser humano vuelva a ser parte de la naturaleza.
 La sustentabilidad no sólo debería promover la productividad de la
base de los recursos y la integridad de los sistemas ecológicos, sino también
los patrones culturales y la diversidad cultural de los pueblos.

Su relación con el entorno se fundamenta en la idea de la apropiación

de la naturaleza como una inagotable fuente de recursos. La sustentabilidad
cultural comprende la situación de equidad que promueve que los miembros
de una comunidad o país, tengan acceso igual a oportunidades de educación
y aprendizaje de valores congruentes con un mundo crecientemente
multicultural y multilingüe y de una noción de respeto y solidaridad en
términos de sus modos de vida y formas de relación con la naturaleza, desde
ésta perspectiva, la cultura occidental contemporánea es insustentable.

Otra dimensión a tomar en cuenta para el desarrollo sustentable deje

de ser una teoría o un termino de moda y pase a ser una realidad, es la
geográfica, también denominada territorial, aunque se pudiera asociar con
las dimensión social, separarla de esta prepara mejor el camino para el
objetivo pues esta dimensión en partículas constituye uno de los principales
desafíos en cuanto a las políticas públicas contemporáneas de ordenamiento
y planificación ambiental, que requiere territorializar la sustentabilidad
ambiental y social del desarrollo y, a la vez, sustentabilizar el desarrollo de
las regiones, es decir, garantizar que las actividades productivas de las
distintas economías regionales promuevan la calidad de vida de la población
y protejan el patrimonio natural para resguardarlos para las generaciones
venideras.