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Universidad
Nacional de Mar del Plata. 2015.
¿Qué puede hacer el profesor para que el alumno alcance una competencia
gramatical en español adecuada? ¿Enseñar reglas gramaticales explícitas, como sugieren
los métodos que proponen hacer foco en la forma, u ofrecer una cantidad de input
significativo suficiente para lograr la incorporación de ese conocimiento sin hacerlo
explícito?
Cuando nos preguntamos qué competencia gramatical debe alcanzar el alumno
de lengua extranjera como meta y cómo podemos ayudarlo a alcanzarla, estamos
preguntando por la meta y por el método: dónde queremos que llegue el alumno y
cómo lo llevamos o lo ayudamos a llegar hasta ese lugar.
Estas preguntas no se presuponen mutuamente. Uno puede definir adónde quiere
llegar sin que eso signifique ninguna opción concreta sobre qué camino tomar: podemos
elegir el camino más corto, el más largo o el que más nos guste.
Cuando nos centramos en las propiedades de la meta que queremos alcanzar,
describimos los elementos de la competencia gramatical del español que esperamos que
un alumno de español logre. Hablamos de los objetivos gramaticales: desarrollar la
competencia gramatical.
Cuando hablamos de los caminos para llegar hasta allá, hablamos de método.
La descripción y el conocimiento del lugar al que queremos llegar nos darán
algunas pistas sobre cuál es la mejor manera de llegar. Si quisiéramos llegar a una isla
no invertiríamos en comprarnos un auto sino una lancha. Pero si la isla fuera una
península o un itsmo, y ya tuviéramos el auto, querríamos encontrar el terreno que nos
permita llegar.
Lo cierto es que las investigaciones en lingüística aplicada no están tan
avanzadas como para poder garantizar que tal método es claramente superior a tal otro
La competencia gramatical en la enseñanza de español como lengua segunda y extranjera. Andrea Menegotto. Universidad
Nacional de Mar del Plata. 2015.
Los enfoques comunicativos nos han demostrado que algunos alumnos logran
competencia gramatical sin ninguna reflexión consciente, y sin saber por qué…
simplemente, lo logran. Si el alumno no se equivoca, si produce los textos formalmente
apropiados para decir lo que quiere decir y entiende sin problemas los textos que
escucha o lee, ¿para qué enseñarle gramática explícitamente? Si llega nadando, no
necesita ni la lancha ni la 4x4.
Sin embargo, existe un grupo de alumnos demasiado nutrido que, sin orientación
ni reflexión gramatical, no superan jamás el nivel pre intermedio. No llegan nunca.
Necesitan que alguien que los lleve.
Hay quienes sostienen que el bote y los remos necesarios son la reflexión
gramatical explícita, y quienes sostienen que si les damos a nuestros alumnos muestras
variadas y con la suficiente frecuencia de lo que hay en la meta, podrán armar su propio
vehículo y llegar solos. La posición en este punto determinará crucialmente el tipo de
actividades que se le propondrán al alumno.
Cualquiera sea la posición metodológica adoptada, está claro que los profesores
y quienes diseñan los cursos y los materiales didácticos sí deben saber explícitamente
cuáles son las reglas y estructuras gramaticales que deben estar presentes en los textos
que se le ofrecen al alumno. Que para el alumno las reglas gramaticales puedan ser
implícitas no significa que el profesor pueda ignorarlas. Si un profesor de español no
conoce las propiedades gramaticales fundamentales y específicas del español y es
incapaz de describirlas no podrá ofrecerles a sus alumnos textos adecuados a su nivel de
competencia, ni podrá responder las preguntas por la gramática que, más temprano que
tarde, le harán sus alumnos. Más grave aún, un profesor de español que no tenga una
buena formación gramatical no sabrá mostrarle al alumno la diferencia entre un texto
gramaticalmente ambiguo y uno que no lo es.
En mi opinión, lo mejor es que compremos una 4x4 con buen acoplado y
carguemos la lancha, acercándonos por el firme terreno del foco en la forma mientras
podamos y lanzándonos a las turbulentas aguas del significado una vez que estemos
seguros de que el alumno sabe manejar la 4x4… Claro que si alguien encuentra un
anfibio que realmente funcione, no vamos a negarnos a subir.
El peligro, obviamente, es que el alumno repita como loro sin saber qué está
diciendo, además del aburrimiento y del tedio que produce hacer actividades repetitivas
siempre, especialmente si la técnica es considerada método y toda la clase se reduce a
eso. Durante muchos años, el drill fue utilizado rígidamente como método absoluto, lo
que dejó fuera del foco de atención todos los temas relacionados con el significado.
El drill tradicional es un tipo de actividad efectiva solo para incorporar en la
competencia gramatical las propiedades para las que el emisor no tiene opción y cuya
reacción debe ser automática: particularmente, la concordancia de género, número y
persona (1 y 2).
Resulta fundamental prestar atención a la automatización de la respuesta Yo-
vos, vos-yo, ustedes-nosotros. Si alguien me pregunta ¿y vos?, la respuesta automática
es en 1ª persona: Yo también, yo sí, yo no, yo tampoco. El ejercicio 1 se focaliza,
precisamente, en acostumbrarse a reconocer el referente pronominal de manera
automática y acompañarlo con el verbo en la forma correspondiente.
problema el problema
sistema __________
dilema __________
esquema __________
La competencia gramatical en la enseñanza de español como lengua segunda y extranjera. Andrea Menegotto. Universidad
Nacional de Mar del Plata. 2015.
tema __________
emblema __________
Debe quedar claro que este tipo de actividades no puede convertirse en un método. Es
solo una técnica que puede aplicarse solamente en aquellos aspectos que requieren
automatización de la respuesta.