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EL SER PERUANO

Para adentrarse en la problemática de nuestro país es indispensable intentar


comprender el ser del peruano en un abordaje multidisciplinario, desde todas las
perspectivas posibles. Mi contribución corresponde a mi identidad psicoanalítica
y a mi ideología inconsciente y consciente; lo que significa para mí ser peruano;
mi observación y vivencias del desarrollo de nuestra idiosincrasia, historia y
cultura.

Es una tarea sumamente difícil por las diferencias que van desde lo ambiental y
lo geográfico por un lado, hasta lo racial, lo histórico y lo lingüístico, por otro.
Sierra, Costa y Selva traducen experiencias distintas, así como brechas enormes
entre las diversas clases socioeconómicas y educacionales, sin desconocer las
posibilidades de aspectos comunes.

La pobreza y la miseria, incompatibles con la dignidad humana, conducen a un


considerable número de personas a un déficit afectivo, espiritual, psíquico, ético
e intelectual y a un evidente riesgo de caer en la corrupción, el narcotráfico, la
delincuencia, el contrabando, el terrorismo, etcétera, y hay quienes no estando
en esta situación, lamentablemente, también caen en estas sociopatías.

El peruano proviene fundamentalmente de una dualidad física, psíquica y


cultural, de polaridades. Dentro de estas se encuentra el instinto de vida, Eros,
frente al instinto de muerte, Tánatos; la creatividad y la destructividad, el amor y
el odio, lo autóctono y lo foráneo, la pobreza y la riqueza, la libertad y la
esclavitud, procesos de identificación y de contra identificación.

Habría que entender al peruano, con las diferencias que se han anotado antes,
en términos de su realidad inconsciente, de su infancia y de su constelación
edípica; es decir, de su relación con su madre y su padre, de las relaciones de
ellos con él y de la relación que ha percibido entre éstos. Para comprender mejor
su identidad es necesario ver las influencias familiares, ambientales, nutritivas,
educativas, socioeconómicas, culturales y políticas; su desarrollo psicoafectivo,
sexual, emocional, laboral, de realización personal y las expresiones filosóficas,
ideológicas, éticas y religiosas; sus defensas primordiales, sus relaciones
actuales y la importancia de lo transferencial.

Interesante el contraste. Virtualmente todo lo que nos avergüenza es la falta de


institucionalidad. Nos sentimos mal porque a falta de reglas la delincuencia
campea (de los primeros 4 rubros tres son delitos y uno la incapacidad de
enfrentarlos). Nos avergüenza nuestra incapacidad de crear un orden justo,
donde los derechos sean respetados, donde haya reglas. Nos avergüenza que
no tenemos un Estado de derecho. Aquí la mención al modo de ser de la gente
parecería referirse a la criollada y la viveza. Y por supuesto el fútbol no podía
pasar desapercibido luego de más de tres décadas de no poder ir a un Mundial.

Ello contrasta con lo que ocurre en encuestas similares en países desarrollados.


Los alemanes están orgullosos de su capacidad de inventar, del sentido del
deber y la eficacia en el trabajo. El 91% cree que las reglas y el orden son
características de su país.
El balance: tenemos un lindo país en el que se come rico (del que nos sentimos
orgullosos), pero sin instituciones, sin reglas de juego que garanticen la
convivencia (de lo que nos avergonzamos).

A cinco años del bicentenario, tener un resultado distinto en la misma encuesta


es la meta. Le aseguro que usted está más orgulloso de un cebiche que de su
policía y ni qué decir de nuestro Parlamento, que es fácilmente superado por
una causa de pollo. Un imponente paisaje en el valle del Colca es más
inspirador de lo peruano que el cumplimiento de la ley o nuestro sistema de
justicia. Se siente más peruano apreciando el arte mochica que mirando la
historia republicana reciente.
Las instituciones son precisamente las reglas de juego. Son normas que se
cumplen y valores sociales y culturales que aseguran una conducta leal, justa y
correcta. Se mide con cosas tan sencillas como el respeto que nos inspira un
juez o un policía. Convierten en sostenibles el desarrollo y el bienestar.
El día en que ser puntuales, respetuosos de la palabra empeñada, cumplidores
de las normas y correctos nos genere más orgullo que nuestra maravillosa
comida, mereceremos realmente ser un país con 200 años de vida. Tendremos
el auténtico orgullo de ser peruano y ser feliz.
Es que el peruano de a pie, solo sabe hacer algo de la nada; el ingenio la
creatividad y la destreza para idear algo y no morirse de hambre es característica
del peruano; sin caer en el egocentrismo, el peruano esta caracterizado por crear
cosas para beneficio de si, y consecuentemente para salir del problema en el
que se encuentra; es así como el peruano resulta, una suerte de su propio
remedio; y es que su suerte a través de la historia no fue nadad fácil.

Si nos inclinamos a ver su pasado, la vida del peruano se caracteriza por la lucha
constante, por ingerencias internas y externas, la desconfianza hacia quienes
atentaban contra su libertad o intentaban arrebatarle su felicidad.

Primero la expansión del imperio incaico, dominios que se extendían por la costa
occidental de Sudamérica, abarcaban más de 4.000 Km. la lucha constante por
el afán expansionista del Inca; después la terrible masacre causada por la
llegada de, Francisco Pizarro, y su conquista militar, llevaba a cabo el desarrollo
del asentamiento colonial en el área dominada hasta ese momento por el Imperio
inca. Y así hasta la formación de personajes que en camino de su lucha
emancipadora murieron.

Consecuentemente sobrevino la era republicana con los constantes golpes de


estado y accidentado caminar político, paralelo a eso se inicio una fase de
violencia y sangrienta lucha, padecida por los peruanos; el terrorismo nos cogió
desprevenidos y nos dio el más duro golpe causado por un sendero que no se
apaga todavía.

Finalmente el monstruo de la pobreza nos coge del cuello y nos hace sufrir mas
todavía restregándonos en la cara una realidad que desde ya, nos es inverosímil
ni cruda, sin contar con el clásico panorama político en el que el peruano tiene
que lidiar para salir adelante.

Por un lado este proceso en el que la población sufrió mas que nadie, trajo
consigo una serie de resultados que hasta hoy se sienten; verbigracia: el
terrorismo causo un movimiento estructural en el sur del país el cual trajo
consigo, emigrantes sureños a la provincia de Lima, así también como la
población de la selva y cierta parte de la costa; esto originó discriminación y
exclusión social, algo con lo cual se padece y marca a las personas como
ciudadanos no gratos para la gran capital.

Es que nuestro problema, es que somos diferentes y a la vez iguales, la idea de


una sociedad multicultural, donde se encuentran todas las razas de una nación,
con diferentes idiomas y diferente forma de pensar nos hace más que diferentes
ante una sociedad elitista, globalizada y devorada por la modernidad.

Ser peruano es más que una nacionalidad, es un privilegio. El haber nacido en


un país con tanta historia y culturas, una patria con tantas posibilidades de
desarrollo, con una población tan diversa y única, con tantos contrastes, es
motivo de suerte.

Ser peruano es un honor, es un sello, es una vida en si misma. Ser peruano


significa rescatar la esencia de este terruño llamado Perú, tan vilipendiado, tan
despreciado por algunos; con sus costumbres, bailes, comidas, con sus paisajes,
con su variedad rica de lenguas, culturas, costumbres, razas y colores.. ? Es
vernos con otros peruanos y reconocernos entre sí como parte de una misma
nación, con nuestras mismas costumbres.....

"La vida del peruano, no es pedestre, es aventurera, llena de luz, de perspectiva


y de lucha; la vida del peruano, es la vida del mochilero que recorre la vida, sin
dejar su huaynito, su marinera y su comida; sueña con el futuro sin olvidar su
pasado."

La identidad es una necesidad básica de todo individuo. La peruanidad tiene que


ver con nuestra historia de vida y es influida por el concepto de mundo que
manejamos y por el concepto de mundo que predomina en la época y lugar en
que vivimos. La identidad peruana está vinculada a la tradición del indígena del
antiguo mundo andino, de las comunidades amazónicas, la tradición africana, la
tradición china-cantonesa, como la tradición española y occidental son partes
inseparables de la peruanidad.
El asunto de la identidad y la peruanidad ha sido sumamente conflictivo en la
historia social del Perú. Ciertamente desde la "independencia" del Perú una de
las características constantes del pensamiento y de los proyectos políticos
peruanos fue la negación del pasado y de las tradiciones de Perú como
una nación multiétnica en vistas a instaurar nuevos modelos de sociedad.
Sostener que el incario resume la historia del antiguo Perú. Es reducir siglos de
ricas culturas y sociedades pre incas, (cimientos básicos de nuestra identidad
nacional) a su último período, es una idealización arbitraria, deforma la propia
valía del incario como gran sociedad avanzada y es asimismo desconocer que
hay otros pueblos, como las comunidades amazónicas que no se reconocen
como sus herederos y que tienen otra génesis, es pensar con mente imperial o
tratar de entubar la historia, a la doctrina.
Ahora bien, en el contexto de las migraciones y la globalización estas
identificaciones regionales, razas, etnias e identidad constituyen espacios
simbólicos susceptibles de ser modelados en sus dimensiones y fronteras.
La tradición del indígena del antiguo mundo andino como la tradición española y
occidental son partes inseparables de la peruanidad. En este contexto se pone
en juego expectativas que tiene el emigrante peruano sobre la sociedad de
acogida, los Estados Unidos moviéndose las personas de un sentido al nuevo
contexto social.
En la reconstrucción del concepto "peruanidad" e "identidad nacional" en la
diáspora se presenta como una red de identidades posibles y "virtuales". La
"identidad peruana" pierde su centralidad y se des-localiza. Entonces
encontramos que las categorías identidad étnica nacionales relacionadas con
componentes: "afro-peruano" "indio." "andino", "amazónico" "mestizo" y la raza
"cobriza" se diluye.
Tanto el componente "andino" como el componente "afro-peruano" trascienden
los límites nacionales peruanos, extendiéndose simbólicamente a un proceso de
transculturación y el concepto peruanidad se redefine. La peruanidad en la
diáspora revaloriza la tradicional "andina" "afro-peruana" con la tradición
española y occidental como parte indispensable a de la identidad peruana y de
la peruanidad. A su vez, los diversos géneros de música producen múltiples
efectos y retroalimentan las construcciones de identidad de la diáspora peruana.
Estas expresiones se reflejan en la diversidad de las asociaciones étnico-
culturales, organizaciones deportivas, organizaciones culturales, grupos de
folklor, música afro-peruana, organizaciones religiosas, asociaciones
departamentales- regionales, asociaciones de solidaridad y asistenciales crean
identidades fluidas y múltiples, profundamente apoyadas tanto en la sociedad de
origen como en la de destino.
Los flujos migratorios de la comunidad peruana se caracterizan por la
configuración de redes sociales, así como actividades y patrones que vinculan la
sociedad de origen con la receptora. El transnacionalismo es uno de estos
marcos, herederos de la globalización, que nos permite explicar las
características de la redefinición del concepto peruanidad en el entorno de la
globalización de la cultura: el ser peruano en la diáspora, que no es lo mismo
que ser peruano en el Perú.

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