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GUANDO
LA MUERTE
LLE GA A
LA CIUDAD..
un episodio de peste
en la v ito r ia de finales del si<jlo xvi
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primeras eí 8 e n e r o d e 1597 ‘jo b ie r n o
municipal de Vitoria recibe con inquietud
noticias que hablan de la presencia de
noticias. peste en ciertos puertos cántabros. La
cercanía y las fluidas relaciones comercia
les con estos lugares obligan a tomar me
Recelo Y didas inmediatas de control: "En este
ayuntamiento Los dhos señores Justicia y
tada sólo a la noche. Debemos tener en vecinos y moradores" bajo pena de 5.000
cuenta que la mayoría de habitantes tie maravedíes "por tenerlo como abogado
nen huertas fuera de las murallas. La in de la enfermedad contagiosa de la peste".
dustria también se localiza en los Aún así, el primer día de septiembre
arrabales: molinos, tenerías, batanes, te los vitorianos reciben con escalofrío una
jerías... Por resumir, todos los recursos de noticia: Madrid ha vedado la entrada en
primera necesidad llegan del exterior. la Villa y Corte a las personas que proce
Una ciudad aislada no puede sobrevivir den de Burgos “diciendo ay enfermedad
mucho tiempo. en aquella ciudad y tanbien se dize que
No obstante, la calma dura apenas entierran los difuntos sin tocar canpanas
tres semanas: nuevos brotes aparecen en y que se ban saliendo de la dha ciudad
Tierra de Campos y se vuelven a clausurar algunas personas de temor de la enfer
las puertas. Esta vez se dejan abiertas la medad y que conbenia saber y entender
del Rey, Santa Clara, Arriaga y Aldabe, lo que pasa para que esta ciudad este con
aproximadamente una en cada punto rrecato... se enbie una persona a la dha
cardinal Se busca asimismo la protección ciudad de burgos que con toda disimula
del cielo y así la fiesta de San Roque, en
agosto, debe ser guardada por "todos los
ción bea y se informe bien de lo que en
ella pasa". I
LQ peste se LQ in fección a v a n z a sin p ie d a d .
Ya ha entrado en Portugalete. Se cierra la
puerta de Aldabe -hacia el Norte- y la co
acerca. municación con el exterior se limita hasta
la asfixia. Se mandan tapiar todas las
e1miedo
huertas que dan al arroyo Zapardiel -lími
te occidental de la ciudad- y las puertas
traseras de las casas que dan a la corriente
decreta
que los
médicos y
cirujanos de la
ciudad deben
estar siempre dis
ponibles: a todas horas
y todos los días.
Asimismo, los botica
rios deben tener a pun
to los suministros
necesarios. Queda estric
tamente prohibido acumu los arrabales en tor
lar basura en la calle y las labores de no a Vitoria. Todos ellos son abandonados
limpieza se intensifican en los espacios a su suerte, pues la única premisa es que
públicos y privados. La suciedad, el olor y la infección no traspase los muros.
la "corrupción del aire” facilitarán la in Los representantes políticos y econó
troducción y propagación de la enferme micos “forasteros" son conminados a
dad. Incluso se sacan todos los pescados abandonar la ciudad. Los comerciantes
fuera de la ciudad. Los mayorales -espe son “excusados" -obligados- a no acudir
cie de alcaldes de barrio- deben hacer a las ferias mercantiles de localidades
listados de todos los vecinos de Vitoria vecinas. La ciudad agoniza en su deses
que se encuentran fuera, indicando dón peranza: el 3 de octubre de 1597 se su
de están. Se recomienda a los gasteizta- prime el oficio femenino de corredoras
rras que viven en las huertas extramuros -vendedoras a pequeña escala-, no pu-
que entren a la ciudad en tos dos días si diendo vender por las calles mercancías
guientes o que se marchen a sitio segu “sopeña de dos años de destierro".
ro. Algunos vecinos protestan alegando Ese mismo día se ordena a todas las
que si abandonan sus casas y haciendas personas que viven fuera de la ciudad
morirán de hambre y además sufrirán el que deben dormir dentro del recinto
pillaje de oportunistas desalmados. amurallado. Las noticias no pueden ser
Sin embargo, ciertas infraestructuras peores y cada vez se tiene noticia de
que se consideran necesarias deben se nuevos sitios y contagios: San Sebastián,
guir funcionando: molineros y pastores Bilbao, Oñati, Legazpi, Lekeitio... La pre
del ganado común pueden seguir habi vención llega a límites insospechados. El
tando en sus casas, bajo su responsabili
dad, así como los numerosos vecinos de
5 de diciembre se prohíbe recibir cartas
procedentes de lugares infectados. i
R E P R E S E N T A C IÓ N D E U N E N T E R R A M IE N T O . E N L A S P IN T U R A S M U R A L E S M E D IE V A L E S D E L
Queda patente que el principal peligro El mismo celo que mantuvo Vitoria
de contagio es la cercanía, el contacto. El con los lugares de su entorno, rompien
último día del año 1597 entran en la ciu do todos los contactos comerciales y
dad dos carros cargados de enebro con la personales, comienza a ser ahora padeci
intención de repartirlos por las vecinda do. En sesión de gobierno municipal del
des y quemar la planta en las calles. Las 10 de agosto del año 1598, los represen
medidas “sanitarias” se alternan con las tantes exponen que los molineros de
espirituales, como un todo. Se realizan Treviño no quieren tratos con el grano de
tado del ayuntamiento acompañado por villas comunican que no recibirán nada
un médico trata de solucionar el asunto proveniente de Vitoria. Ante lo que se
en vano. Como represalia. Vitoria prohíbe avecina, los “ pobres forasteros" que esta
la entrada en la ciudad de vecinos del ban recogidos en el Hospital de Santiago
Condado "por razón de la fama en que a son examinados y “enviados a sus tie
esta ciudad hablan puesto". Inútil gesto rras" bajo el pretexto de que ya hay sufi
provocado por el despecho. Nadie quiere cientes pobres autóctonos. La verdadera
ya acercarse a la peste. Pese a los enor razón es que la ciudad va a necesitar
mes esfuerzos por aparentar normalidad, para sus vecinos todo el espacio y asis
en los meses siguientes otras ciudades y tencia posible.
LQ muerte e 1 27 d e a g o s t o d e l a ñ o 1598
se reconoce por primera vez la presencia
de enfermos dentro de la jurisdicción vi-
a las toriana, en las aldeas de Elorriaga,
Askartza y Betoño. Ese mismo día, ago
biado por los ingentes gastos extraordi
puertas. narios que soporta el municipio, se debe
pedir "dinero a censo" y también se acu
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vivir. Ermitas,
iglesias, hos
pitales son in
suficientes para
albergar enfermos.
Se construyen a marchas forzadas nue
vos camastros de madera y "arcas" o
necesidad an benido a enfernnar de con ataúdes para llevar a enterrar a las nu
tagio y si no se probee de sustento ben- merosas víctimas. Llegan cirujanos y bar
dran a enfermar de la mesma contagion beros -encargados de realizar las
y se destruirá la ciudad totalmente". Es sangrías- de Madrid, en ocasiones para
imposible mantener el orden:"... en algu suplir a médicos contagiados: hemos do
nas casas de esta ciudad que de noche an cumentado la muerte de al menos dos
entrado en ellas y tomado y rrobado de médicos y varios barberos y cirujanos,
los bienes que habia de arina, tocino, nada extraño al descubrir que las medi
vino, ropa, calzado y otras cosas, y entre das de seguridad que utilizaban se limi
ellas algunas contagiosas que estaban ce taban a paños con vinagre o esencias
rradas". Esto se debe, entre otras cosas, a para la cara y delantales de "bocací" -
que los miembros del gobierno municipal tela de hilo más grueso que lo habitual-
y otros cargos públicos también han sali para el cuerpo. Las calles se llenan de
do de la ciudad: "que los regidores de la hogueras donde arden ropas, muebles y
ciudad y otras personas del ayuntamien esencias para intentar frenar lo inevita
to della por la falta que en ella hay de sa ble. Las casas se limpian con hogueras,
lud se an salido e ydo a otras partes - “ahumando con enebro" - y lavando
teniendo la obligación por sus oficios de con vinagre. Como curiosidad apunta
no desamparar la ciudad. Se ordena que mos que en la carnicería municipal se
vuelvan bajo amenaza de perder su ofi desollaban las reses menores "soplando
cio". con el aliento de la piel": ahora en cam
Todos los recursos son escasos y el bio, se compran barquines -especie de
día a día se ve reducido a intentar sobre fuelles- para realizar tal tarea. Las tradi-
clónales visitas de mojones de jurisdic desamparados, sin familia, aumenta du
ción se suspenden. También los rante estas fechas hasta límites insoste
banquetes comunitarios de las vecinda nibles. Multitud de personas sospechosas
des con motivo de las navidades: “por de padecer peste son recluidas en sus ca
que es costumbre en esta ciudad de q en sas, obligadas a no salir. Las autoridades
semejantes dias [...] vecinos de cada ve municipales procuran alimentos en casos
cindad della se juntan en sus vecindades de urgencia o extrema necesidad, pero
y por q este presente año rrespecto del durante un cierto tiempo florece un ne
mal contagioso de peste q ha abido en gocio que podemos calificar cuanto me
ella no convenia óblese comunicación de nos de poco ético: algunas personas
gente...". El dinero previsto se repartirá procuran alimentos a los aislados a cam
entre los pobres. NI siquiera hay quien bio de una cantidad de dinero. Por el
administre los últimos sacramentos a los contrario, muchas casas están vacías por
moribundos en Olarizu. Incluso hemos que sus habitantes están enfermos, en
advertido por estas fechas un cambio en cuarentena, se han marchado o, simple
la grafía del propio escribano, que podría mente, han muerto. Eso facilita la labor
Indicar una sustitución por muerte o hui de ladrones necesitados y miserables; las
da del anterior. El Concejo y Regimiento, quejas de algunos habitantes se dirigen
reunido -los escasos miembros que que hacia los propios enterradores: “por rapi
dan dentro- el 13 de octubre del año ñas que habian echo en las casas de los
1599 reconoce que ya sólo están en ma enfermos muertos y de cohechos y exce
nos de Dios: "avlendose tratado del re sivos dineros que habian llevado...".
medio de la enfermedad de peste que al Muchos vecinos convalecientes se
presente corre en esta ciudad y para q han quedado sin nada, ni siquiera vesti
cese no se aliaba otro remedio sino pedir dos, fruto de hurtos o pasto de
con muchas veras a dios". las llamas que quieren
La vida en Vitoria durante acabar con la pes
esos meses se puede re te. Bien es cier
sumir a través de te to que,
rribles experiencias norm alm ente,
personales. El 24 de la ropa se apila
septiembre de 1599, en el portal de
la viuda del cirujano Urbina -una de
Francisco de la Cruz las entradas de
protesta ante el la ciudad- don
Ayuntamiento la de se limpia
parte del salarlo para luego ser
que se le debe a su devuelta a los due
marido. Necesita el dinero ños. Si nadie reclama se dis
porque cuando murió su mari tribuye entre los pobres. La
do ella fue conducida y aislada en la er limpieza es concienzuda: primero se lava
mita de Santa Lucía. Aunque se le dio de en una corriente Importante como el
comer a costa del erario público, su casa Zadorra -no es fácil encontrar lavande
fue literalmente arrasada al contener los ras que quieran desempeñar el trabajo,
"aires putrefactos de la peste". Todos sus suele ser gente pobra, desesperada- para
enseres fueron quemados y en las habi luego pasar por las tintorerías, donde ‘‘se
taciones se encendieron hogueras con cuecen" en las calderas. Tras aprobar un
hierbas. Hay situaciones peores. El núme
ro de niños/as expósitos/as que aparecen
examen visual del Concejo pueden vol
ver a utilizarse. i
LQ e p i d e m i a v a r e m itie n d o
paulatinamente en los primeros meses
del año 1600. Las gentes que han tenido
la suerte de irse a tiempo regresan a me
dida que la situación se hace más segura.
Muchos de ellos han estado vagando sin
domicilio fijo, incapaces de encontrar co
bijo en las aldeas cercanas. Buena parte
de los que se quedaron han muerto y la
mayoría ha perdido algo o a alguien,
cuando no todo y a todos. El ayunta
miento impone una limosna a lös que en
tran de nuevo, para sufragar en parte los
altísimos costes de la peste. En términos
económicos, los efectos se notarán du
rante varios años pues se han tenido que
pedir créditos y el perdón de impuestos
reales como las alcabalas. Los médicos
emiten informes favorables que funcio
narios hacen llegar a distintos puntos con
lazos comerciales, para tratar de reactivar
las relaciones habituales. En poco tiempo,
las preocupaciones reflejadas en las actas
y acuerdos municipales volverán a ser las
E p í l o g o de siempre: ni una sola mención a una
enfermedad que, durante más de dos
años, golpeó a los habitantes de Vitoria y
su jurisdicción, cambiando de una mane
ra traumática sus modos de vida. Parecen
empeñados en esconder y olvidar la crisis,
aunque por desgracia muchos de los per
sonajes deberán vivir de nuevo la expe
riencia en años posteriores.
Lo relatado es un pequeño episodio
dentro de la dilatada historia de la ciu
dad, que hemos gustado de presentar en
formato de obra teatral, tal vez porque al
escribirlo nos hemos identificado con al
gunos héroes y hemos reprobado la acti
tud de otros villanos. Hicimos nuestro el
miedo, la esperanza, el horror o la fe de
todos y cada uno de los protagonistas.
Nos dimos cuenta de que los convencio
nalismos, la estructura social no funciona
cuando el caos aparece. Ante la muerte,
sólo la vida merece la pena.
m i RDDRÍBUEZ
Historiador y arqueólogo