You are on page 1of 22

ELEMENTOS BASICOS DE PSICOMOTRICIDAD

Psicomotricidad es el proceso pedagógico que permite


la interacción adecuada y pertinente entre la acción
motriz (movimiento) y el desarrollo cognitivo del Ser
Humano (esquema mental, intelecto del movimiento)

Bases de la Psicomotricidad Humana


 Sensomotricidad
 Desarrollo Motor
 La Percepción

Componentes de la Psicomotricidad
 Esquema Corporal
 Lateralidad
 Equilibrio
 Coordinación
 Espacio - tiempo
 Ritmo
 Motricidad: Fina y Gruesa

Esquema Corporal.
Es el reconocimiento y conocimiento del propio cuerpo
y el esquema mental que cada individuo representa de
este.
El desarrollo del Esquema Corporal proporciona el
reconocimiento de las partes del cuerpo, la
funcionalidad, las interacciones que tienen entre las
estructuras.
El cuerpo es el medio de expresión. Desde aquí se
trabajan conceptos o nociones arriba, abajo, adelante,
atrás, adentro – afuera, las cuales deben tener directa
injerencia en el propio cuerpo.

Lateralidad.
Es el conocimiento de los lados del cuerpo (derecho,
izquierdo). Tiene estrecha conexión con la
Dominancia, la cual se da a nivel cerebral. Esta referida
a que se tienen pares e individualidades, pero que todo
debe ser desarrollado motrizmente, en igual de
condiciones.
A partir del trabajo de este elemento el niño o niña
identificará las nociones de derecha – izquierda,
iniciando por el reconocimiento en su propio cuerpo. La
lateralidad contribuye con el proceso lecto-escritor.

Equilibrio.
Es la capacidad que posee el Ser Humano para
mantener el cuerpo en una posición o adoptar diferentes
posiciones. También se puede definir como esa
capacidad de conservar o mantener estabilidad corporal
en la ejecución de ciertas tareas motrices.

Coordinación.
Es la capacidad del Ser Humano de combinar en una
estructura única varias acciones de manera fluida,
armónica, eficiente y eficaz.

Espacio - Tiempo
Es la capacidad de ubicar las partes del cuerpo en
relación con los objetos y los objetos en relación al
cuerpo, en un espacio y un tiempo. Además es el
manejo segmentario de las partes del cuerpo. Es la
conciencia del movimiento por unos espacios de tiempo

Ritmo.
Es el manejo del pulso y el acento que se hace en la
ejecución de las actividades motrices. Es la capacidad
que tiene el organismo de alterar fluidamente las
tensiones y distensiones de los músculos por la
capacidad de la conciencia.

Motricidad.
Es el manejo que se hace del propio cuerpo. Esta se
divide en:
 Motricidad Fina: Son movimientos que comprometen
pocas estructuras corporales. Por lo general son las
actividades motrices donde están comprometidas las
vistas y las manos. Implica movimientos económicos,
precisos y funcionales como: rasgar, recortar, pintar,
colorear, punzar.
 Motricidad Gruesa: Esta hace alusión a las
totalidades, a los movimientos que comprometen un
número amplio de estructuras corporales. Implica
movimientos amplios, como: reptar, gatear, caminar,
saltar, correr, lanzar, rodar, patear.

Sabiduría Que Ayuda: En el estado de México viven 4 353


914 niños y niñas de 0 a 14 años, que representan el 29% de
la población de esa entidad- INEGI
Los padres las pueden utilizar para guiarse y tomar conciencia de lo que sucede en una
etapa determinada en su desarrollo, tomando en cuenta que el comportamiento del niño
puede ser normal, aunque es importante mantener la disciplina por el propio bien del niño y
de los padres. Estas son las características de los niños de 1 a 5 años.

Características de los niños de 1 a 5 años


Niños de 1 a 2 años de edad

 Explora y se sube a las cosas


 Duerme mucho
 Juega por periodos cortos de tiempo
 Explora su cuerpo

Niños de 2 a 3 años de edad

 Corre, sube y baja, es muy activo


 Se cae y puede presentar algunos golpes en sus piernas
 Come solo, usa la cuchara, los dedos y el vaso
 Logra quitarse alguna prenda al desvestirse
 Explora sus genitales
 Duerme menos y se despierta más fácilmente
 Le gusta la rutina
 Llora al separarse de mamá
 Desea hacer las cosas por su propia cuenta
 Protesta y es indeciso, cambia de opinión fácilmente
 Tiene rabietas y cambios de humor
 Imita a los adultos
 Juega cerca de los niños de su edad, pero no con ellos
 Le cuesta compartir, esperar su turno y ceder
 Le gusta jugar en el agua
 Prolonga las "buenas noches"
 Usa palabras sencillas y frases cortas
 Aprendió a decir "no" y usa mucho esta palabra
 Entiende más de lo que puede expresar

Niños de 3 a 4 años de edad

 Trepa en algunos lugares, corre y salta


 Come solo y bebe fácilmente de un vaso
 Logra levar algunas cosas sin derramar nada
 Ayuda a vestirse y desvestirse
 Deja de dormir la siesta y juega con tranquilidad
 Busca la aprobación de los adultos
 Es sensible a las expresiones de desaprobación
 Coopera y hace recados sencillos
 Dice "yo también" porque desea ser incluido
 Tiene mucha curiosidad
 Imagina y tiene miedo a la oscuridad y a los animales
 Podría tener un compañero imaginario
 Habla mucho usando frases cortas
 Ya es capaz de esperar su turno
 Es capaz de aceptar una responsabilidad como guardar sus juguetes
 El juego en grupo puede resultarle agitado
 Se encuentra unido al padre del sexo opuesto
 Es celoso, sobre todo cuando hay un recién nacido
 Experimenta sentimientos de culpabilidad
 Libera inseguridad emocional cuando gime, llora y pide muestras de cariño
 Libera tensión chupándose el dedo y mordiéndose las uñas

Niños de 4 a 5 años de edad

 Continúa ganando coordinación


 Come y duerme bien
 Es activo
 Comienza a hacer cosas, aunque no las termina
 Es mandón y presumido
 Juega con los demás, pero es autosuficiente
 Tiene pequeñas riñas
 Habla claramente y es muy parlanchín
 Exagera con sus historias
 Ríe a carcajadas
 Pierde el tiempo
 Se baña cuando se lo piden
 Hace muchas preguntas de "¿cómo?" y "¿por qué?
 Depende de hermanos y compañeros

Características de los niños de 6 años

Las transformaciones fisiológicas y psíquicas propias


de esta etapa están en el origen del cambio de
comportamiento de los niños. Hemos de interpretar
sus reacciones como síntomas de su crecimiento, que
tendremos que orientar acertadamente.
 Desarrollo y cambios físicos: Físicamente, el niño
sigue creciendo y aumentando en peso y volumen de
forma gradual. Algunos pierden definitivamente las
redondeces de la primera infancia al estirarse y
adelgazar. Su desarrollo muscular y óseo les capacita
para desempeñar infinidad de movimientos con un
buen grado de coordinación, agilidad y precisión. Su
gran destreza manual y su necesidad insaciable de
experimentar le pueden llevar, por ejemplo, a
desarmar juguetes para verlos por dentro. Corregir al
niño en este afán investigador es contraproducente.
 Su resistencia física es admirable: parece que no
se cansan nunca cuando están realizando actividades
de su agrado. A estas edades suelen ser muy activos
e imprudentes, porque el niño, confiado en sus
capacidades, tiene la seguridad de que a él no le va a
ocurrir nada. Dada su incesante actividad, es un buen
momento para iniciarles en la práctica sistemática de
algún deporte. También podemos utilizar esta
predisposición natural para afianzar la lateralidad.
Ejercicios físicos que favorecen su definición son:
natación, ciclismo, patinaje, tenis, ping-pong,
baloncesto…
 La madurez cerebral: cabe considerar los 6 años
como una frontera a partir de la cual una determinada
dificultad debe recibir una consideración diferente. La
incapacidad para controlar la orina por la noche, las
dificultades en la lecto-escritura o la incorrecta
pronunciación, deben valorarse de manera más
detallada, dado que el cerebro ya ha alcanzado, en lo
fundamental, su grado de desarrollo.
 Desarrollo de la inteligencia: Siempre se ha
considerado que el niño a partir de los 6 años empieza
una nueva fase de la vida porque “empieza a razonar”.
Los estudios científicos avalan el inicio de un cambio
intelectual, que durará hasta los 11-12 años, y que
Piaget denominó “periodo de las operaciones
concretas”. En los años previos, el razonamiento del
niño era más intuitivo, y presentaba un carácter
cambiante y subjetivo. A partir de ahora, va aplicando
las leyes lógicas a lo concreto.
 Su lenguaje es ya muy desarrollado: tienden a
hacer preguntas de forma incesante.El diálogo padre-
hijo es fundamental para favorecer el desarrollo de su
capacidad de reflexión. Sus preguntas deben ser
contestadas y debemos razonar lo que decimos. De lo
contrario, se dará cuenta de nuestra falta de juicio (o
de nuestra injusticia, si se da el caso de que nuestra
respuesta ha sido injusta) y podemos perder la
confianza que tiene puesta en nosotros. Le encantará
que le prestemos atención a todo lo que
espontáneamente nos cuenta y, a su vez, puede
generar rechazo el afán paterno de estar
continuamente informado: “¿Qué has hecho?¿A qué
has jugado? ¿Qué has comido?”. Una pauta general
aconsejable es estar disponible para hablar cuando él
quiera hacerlo. Las preguntas generales y abiertas
resultan más eficaces para el diálogo que las
reiterativas. Pero tendremos que tener la delicadeza
suficiente para respetar sus secretos y su deseo de
intimidad.
 Su capacidad de concentración todavía es
pequeña: debido a su inconstancia. Por ello, para que
no rechace el estudio, éste debe suspenderse en la
fase del precansancio. Los deberes para realizar en
casa deben ser algo ligero y placentero. Lo realmente
importante a esta edad es iniciar un sistema de trabajo
con el fin de crear hábitos, pero no podemos someterle
a exigencias que puedan predisponerle negativamente
para futuros estudios. En esta línea, deberemos seguir
presentando el estudio como un juego, porque todavía
el niño no distingue totalmente lo uno de lo otro. Hay
que evitar comentarios que puedan resultar negativos,
incluso de soslayo: hablar mal del profesor o del
colegio, o comentar que este año tiene que estudiar
mucho porque Primaria es muy difícil. Tampoco son
buenos los comentarios de aspecto positivo que
minusvaloran la actividad educativa (el consabido,
“¡qué bien que mañana no hay cole!”, de los viernes).
Cosa bien distinta será que el niño, junto con su
padre/madre riegue un tiesto o plante una lenteja, si en
el colegio han trabajado ese tema. De esta manera
damos una continuidad a su aprendizaje sin generar
“islotes”. El niño es el primero que quiere unir el mundo
escolar con su vida familiar: disfruta enseñando en
casa los trabajos que realiza, le gusta que padres y
tutores hablen, etc. Uno de los objetivos importantes
que han de lograrse en los dos primeros cursos de
Primaria es que el niño adquiera una buena fluidez de
lectura, que ésta sea comprensiva y que sienta gusto
por practicarla. Es algo tan importante que merece la
pena hacer todo lo posible por conseguir que para
ellos sea un placer. Leer con papá o con mamá como
premio, y siempre cortando antes de llegar a cansarse,
es el mejor camino.
 A los seis años empieza a distinguir el mundo real
de la ficción: Es conveniente que le ayudemos a
diferenciar estas situaciones.
 Desarrollo afectivo y social: Decíamos antes que el
niño de 6 años es capaz de emitir juicios propios, que
no tienen por qué coincidir con los de sus adultos de
referencia. Puede comentar: “dices que es bonito este
dibujo pero no lo es, porque no está bien coloreado”.
Hay que tener en cuenta que empieza a configurarse
un triángulo social con tres vértices de influencia: la
familia, el colegio y los amigos.
 Los amigos adquieren gran importancia y por eso
prefieren los juegos de grupo a los individuales.
Aceptan las reglas en los juegos pero tienen (sobre
todo los chicos) un gran afán por competir: juegan para
ganar, por el puro placer de la victoria. Desde este
punto de vista, el juego va a cumplir una importante
función de superación de retos, autocontrol y
aceptación de uno mismo. También los padres
podemos ayudarles mediante el juego a que controlen
sus emociones.
 Son tremendamente inestables: porque su
seguridad personal no está afianzada. Su conducta
puede parecer bipolar: pasan de la risa al llanto, de la
mansedumbre a una explosión violenta, del amor al
desdén, pero no son capaces de decidirse por ninguna
opción en concreto. Reaccionan bruscamente si se
sienten frustrados o impotentes ante algo. Casi todo es
desproporcionado en sus reacciones: corre, entra,
sale, pega a su hermano, lo colma de besos… No son
capaces de modular sus reacciones ni dominar sus
impulsos. Esta dificultad en el manejo de ideas
opuestas es propia de la edad, y la irá superando con
su progresiva madurez y nuestro cariño permanente.
Podremos ayudarle explicándole los pros y contras de
cada opción, o sugiriéndole –sin imponerle, salvo que
se trate de alguna cuestión esencial- la más adecuada.
Podremos decirle: “Yo, en tu caso, escogería…”
 Las vivencias en el colegio condicionan su
afectividad: Los resultados de los trabajos, la relación
con los amigos y con el profesor, le afectarán mucho
para bien o para mal. Esta sensibilidad extrema tiene
aspectos positivos y puede dar muestras de gran
corazón, pero también puede llevarle al desánimo por
pequeñas cosas. Siguen siendo muy dependientes de
papá y mamá, aunque en esta etapa la balanza
emocional se inclina hacia papá: la niña lo adora y el
niño busca camaradería. Conviene que el padre
aproveche esta situación para colaborar más
activamente en la educación y para prestigiar a la
madre.
 Toma de conciencia de sí mismo: que está
experimentando le llevará a pavonearse e influir en los
demás. Por esta razón, suele despreciar y abusar de
su hermano menor, mientras que por el mayor siente
admiración y deseo de confiarse a él. Podemos
aprovechar esta predisposición para su formación si el
mayor nos sirve de estímulo, al tiempo que tratamos
de inculcarle la responsabilidad por el hermano más
pequeño. También esta nueva conciencia de sí, le
lleva a hacerse respetar; es éste un rasgo positivo, que
debemos potenciar y en el que deberemos guiarles,
porque no siempre saben cómo hacer valer sus
derechos. En ocasiones tratará de monopolizar la
atención, y puede presentar una actitud desafiante, no
aceptando la autoridad.
Fuente: Padres Liceo Sorolla B

La importancia y los beneficios de la


psicomotricidad
1. Sirve para canalizar las emociones de los niños. Es una especie de “termómetro” de
emociones y sentimientos.

2. Permite al niño que tome conciencia de su cuerpo, de su fuerza y, progresivamente, regule


la misma.

3. Estimula la coordinación de su cuerpo, el equilibrio y la postura corporal.

4. Sitúa al niño en tiempo y espacio en relación a su entorno.

5. Promueve las relaciones espaciales como cerca-lejos; arriba-abajo; adentro-afuera.

6. Permite una integración social con el resto de los compañeros.

7. Ayuda al niño a superar miedos puesto que el niño no solo aprende a controlar y coordinar
su cuerpo sino que también tiene un efecto en su psiquis.

Eleva su autoestima.
PROPUESTA DE JUEGOS PARA
TRABAJAR EN PSICOMOTRICIDAD

El juego constituye la principal actividad del niño, a través del cual se desarrolla y aprende, por
eso es muy importante utilizarlo como un recurso que nos facilita nuestra tarea docente.

El juego debe permitir el desarrollo global del niño, mientras este se divierte. Este desarrollo
debe entenderse bajo la doble perspectiva corporal y de la personalidad.

Debe constituir una vía de aprendizaje del comportamiento cooperativo. Es necesario evitar que
en los juegos destaquen siempre por su habilidad los mismos niños, para lo cual, diversificaremos
los mismos, y daremos más importancia al proceso que al resultado final.

Por otra parte, es imprescindible favorecer la máxima participación, y, sobre todo, se evitará
eliminar a los niños durante el desarrollo del juego, buscando siempre alternativas ante esta
situación.

Dichas estas premisas generales sobre el juego, a continuación os dejo un pequeño listado de
juegos que podéis proponer a vuestros alumnos.

Propuesta de juegos para los más pequeños (primer año de vida).

– Durante este primer año, el niño es cuando más necesita del contacto corporal con el adulto,
por lo que los juegos con el educador serán del tipo:

– llevarlo en brazos de un lugar a otro

– balancearlo al ritmo de canciones

– acariciarlo

– distraerlo con juegos de faldas ( son aquellos con los que el bebé descubre el mundo
de las sensaciones, imaginación, además de fomentar el contacto directo y lúdico con su entorno
familiar. A los pequeños les encanta el ritmo y la música que tienen, y sobre todo por que hay
una interacción directa con el adulto. Algunos de ellos son “Cinco lobitos tenía la loba…”, “Date,
date, date. Date en la mochita…”, “Aserrín aserrán”.., etc)

– Otro tipo de juegos son aquellos en los que los pequeños interactúan más con
objetos. Esconder cosas, que aparezcan y desaparezcan, proporcionarles materiales para
manipular, instrumentos que produzcan sonidos, etc. Todos ellos constituyen juegos muy
interesantes que captarán la atención de los niños.

Propuesta de juegos para niños de 1 a 2 años:

En este segundo año de vida, los dos protagonistas son la marcha ( el niño aprende a caminar y
le fascina esta posibilidad de desplazarse) y la manipulación de objetos (sus manitas son cada
vez más hábiles).

– Actividades como empujar carritos, ruedas, etc, puede convertirse en un juego apasionante.

En cuanto a la manipulación de objetos:

– Llenar y vaciar cestos con materiales diferentes( la caja o el cesto de los tesoros)

– El juego heurístico (similar al anterior)

– Apilar cubitos, piezas, potecitos, etc.

Es muy importante introducir juegos con agua, y aquellos en los que el niño puede entretenerse
con cajas de música o instrumentos de percusión.

Propuesta de juegos para niños de 2 a 3 años:

En este momento de su desarrollo, el niño es capaz de correr, saltar, lanzar una pelota, chutarla,
etc. Sin embargo, todavía no es el momento de proponerle juegos elaborados, de los que no podría
seguir las normas.

Aprovechamos que es la época en la que el niño se complace en imitar para proponerle los gestos
más dispares. Poco a poco, él solo irá probando movimientos nuevos.

Es también una etapa de especial sensibilidad hacia la música con lo que serán muy adecuados
los juegos rítmicos (en corro o libremente distribuidos).

Propuesta de juegos para niños de 3 a 6 años:

A esta edad ya si podemos introducir a los niños en los juegos reglados, de órdenes sencillas, que
pueden seguir sin dificultad. A continuación se ofrecen varios juegos, algunos de ellos son más
competitivos y otros más cooperativos, algunos se basan más en la habilidad, y otros en la
expresividad, algunos son más adecuados para los niños de tres años y otros para los de cinco o
seis. Es función del educador modificar algún aspecto o introducir alguna variante en los distintos
juegos, para que éstos se adapten a su grupo de alumnos.

– La pareja.

Organización inicial: los niños se distribuyen por todo el espacio por parejas.

Desarrollo: a la señal, las parejas se separan. Todos los niños corren por el espacio ocupándolo
por completo. A una nueva señal los niños de cada pareja deben buscarse, encontrarse, y sentarse
juntos en el suelo.

– La locomotora.

Organización inicial: se distribuyen aros por todo el espacio. En cada aro hay un niño. el niño
que no tiene aro es la locomotora. El maestro es el jefe de estación.

Material: Tantos aros como niños, menos uno.

Desarrollo: el niño elegido como locomotora, se desplaza entre los aros y va tocando la cabeza
de alguno de sus compañeros. Cuando les tocan la cabeza, se colocan tras la locomotora formando
un tren. Cuando la locomotora toca el silbato, todos los niños que forman el tren deben ir a
ocupar un aro vacío (el que hace de locomotora también). El niño que se quede sin aro pasará a
ser la locomotora en la siguiente ronda.

Cuando es el jefe de estación el que toca el silbato (procurad que sea un sonido diferente, para
diferenciarlos sin problemas), todos los niños cambian de aro, al tiempo que los que forman el
tren buscan también un aro vacío.

– Zorros y lobos.

Organización inicial: los niños se sientan en el suelo, por parejas, espalda contra espalda. Uno es
el zorro y el otro es el lobo.

Desarrollo: El maestro nombra al zorro o al lobo. Si dice zorro, el niño que hace zorro se escapa
y el que hace de lobo ha de perseguirlo. Si dice lobo es el lobo el que escapa y el zorro el
perseguidor.

Cuando un niño coge a otro, ambos se sientan en el suelo, dispuestos a empezar de nuevo. El
maestro da una señal al cabo de pocos instantes, para que se sienten también aquellos que no
hayan sido cogidos, junto con sus perseguidores.

– El collar de perlas.

Organización inicial: los niños forman un corro, cogidos por las manos. Representan un colar de
perlas. Dos de los niños son el broche.
Desarrollo: El collar de perlas gira. Los dos niños que forman el broche se separan y hacen mover
el collar sin que se rompa. El collar se puede enrollar en torno a uno de los broches. También
puede enredarse si uno de los broches para por debajo de los brazos de una pareja de niños.

– Guiar al burrito ciego.

Organización inicial: los niños se colocan por parejas, uno delante, con los ojos tapados, y el otro
detrás.

Desarrollo: el niño de detrás guía al de delante hasta llegar al lugar designado (meta) utilizando
un código. Por ejemplo: tocar la cabeza es caminar para adelante, tocar la oreja izquierda es girar
a la izquierda, tocar la oreja derecha es girar hacia la derecha, etc.

– Sin manos.

Organización inicial: los niños se colocan por parejas, cada una de ellas tiene una pelota.

Material: una pelota por cada dos niños.

Desarrollo: Cada pareja debe desplazarse por el aula sujetando la pelota con el tronco. La pareja
a la que se le caiga debe quedar inmóvil. Puede entonces solicitar a otra pareja que le ayude a
recuperarla. La pareja solicitada podrá coger el balón de los compañeros con las manos, siempre
que no toque la suya propia a excepción de con el tronco.

En próximas entradas seguiré ampliando el listado con nuevas propuestas.

1. Haz contacto visual, siempre

Este es un consejo básico. El contacto visual, incluso por razones


evolutivas, se recibe como símbolo de fortaleza y seguridad por parte de
la persona que lo sostiene. ¿Cómo vas a convencer a otros sin seguridad
en ti mismo?

2. Que tu postura sea firme

Saca el pecho, endereza tu columna, abre un poco tu compás. En pocas


palabras, mantente en pie y firme. Todo esto con naturalidad, sin que
parezcas un militar acartonado y solemne. No fijo ni tieso, sino fuerte y
seguro. Aunque camines o te sientes, tu postura firme puede conservarse,
porque no es sino expresión de tu propia seguridad interior. El ejercicio,
por cierto, ayuda: realiza ejercicios para los músculos de tu espalda, los
de tus hombros y los de tu abdomen.

3. Sonríe

Las emociones también son importantes, y una enseñanza tan vieja como
Esopo asegura que se atraen más moscas con miel que con vinagre.

4. Gesticula

¡Contagia tu entusiasmo! Gestos faciales, ademanes y todo lo que puedas


hacer con tu cuerpo es otro recurso para generar empatía con quien te
escucha y, de esa manera, hacer que crea en tu idea y la acepte.

La voz y las palabras

5. En general, aumenta la velocidad con la que hablas

Hablar con fluidez hace que los otros te perciban como experto y confiable.
La famosa “facilidad de palabra”, sin embargo, no se obtiene
gratuitamente, ni es innata, sino que, como otras cualidades, se cultiva y
se ejercita. Lee, escucha programas de radio o podcasts en los que
predominen el debate y la conversación; también puedes imaginar que te
encuentras en un escenario en el que tienes prohibido quedarte callado.
Sigue el hilo de tus pensamientos, seguramente tienes mucho que decir.

6. Y sé consciente de ciertas inflexiones

Intenta no tener un tono de voz plano. Cuando sea necesario, eleva el


volumen; si haces una pregunta, remárcala, y lo mismo si recurres a una
expresión admirativa. Si quieres cautivar la atención de quien te escucha,
haz que tu voz se convierta en el camino inesperado por donde va a
pasear.

7. Recurre al silencio con inteligencia

Como en la música, el silencio es en el discurso un elemento que puedes


utilizar a favor de tu expresividad. Después de lanzar una pregunta, un
silencio breve da a la otra persona la sensación de sentirse apelada y por
lo tanto incluida, aunque seas tú quien va a dar la respuesta. El silencio
también da la impresión de sabiduría, de reflexión e incluso de complejidad
de mente.

8. Utiliza las palabras en función del efecto que buscas

Las palabras tienen un peso específico, como sucede con la materia física,
en buena medida porque las comprendemos únicamente en su relación
con las demás. Hay palabras que nos hacen sentir bien, otras nos
recuerdan situaciones dolorosas, otras más pueden asustarnos o incluso
enfurecernos. ¿Qué efectos quieres provocar en tu audiencia y qué
palabras vas a elegir para conseguirlo?
El comportamiento

9. Utiliza algunos objetos

Ciertos objetos pueden inducir inconscientemente una impresión en tu


auditorio. Una pluma, por ejemplo, usada a manera de batuta, puede
generar la idea de que como los directores de orquesta, estás en control
de la situación. Fumar un cigarro mientras hablas puede imponer cierta
aura de experiencia sobre lo que dices. Juguetear con unos lentes puede
darte la seriedad que a históricamente se le atribuye a estos accesorios,
por asociación con las personas dedicadas al estudio.

10. Asiente más

Esta sencillísima conducta contribuye a crear una atmósfera de confianza


con tu audiencia. Pero úsala con moderación y sutileza, pues el exceso
puede hacer creer a la otra persona que sólo la estás adulando.

11. Intenta deshacerte de tus tics nerviosos

La inseguridad emocional llega a expresarse de formas muy concretas:


hay quien se frota las orejas, otros se tocan la cara, algunos comienzan a
mover sus piernas con desesperación, y más. Toma conciencia de qué
haces tú cuando te pones nervioso/a y, cuando se presente ese tic, evítalo.

12. Relájate, pero no tanto


En cierto punto del proceso de convencimiento puede ayudar que te
muestres relajado. Estira un poco las piernas, respira hondo, sonríe con
tranquilidad. Sin embargo, tampoco te excedas, pues podría parecer que
ha dejado de importarte lo que dices o la persona que te escucha.

13. Acércate, pero sólo lo suficiente

El acercamiento físico también es simbólico. Cuando nos acercamos a


alguien para decirle algo se crea la sensación de que le estamos revelando
algo que nadie más sabe, que confiamos en esa persona, pero al mismo
tiempo puede llegar a percibirse como una amenaza, como el deseo de
imponer un dominio.

14. Haz contacto físico

También usado con cautela, el contacto físico puede consolidar la


impresión de confianza y cercanía. Algunos gestos, además, como los
abrazos o tomar de la mano a una persona, generan la idea de protección,
cuidado o preocupación por el otro. Cabe acotar que recurrir a estos, sin
embargo, depende mucho del tipo de relación que tienes con la persona
con quien estás.

15. Muévete

Este puede ser un buen recurso para fortalecer la impresión de que sabes
de lo que hablas. La inquietud del cuerpo puede hacer creer en la inquietud
de tu mente. Si vas de un lado a otro es porque lo vivo de tu idea no te
deja quedarte en un solo lugar.
El estado anímico

16. Evita los aires de superioridad o el suelo de la autocompasión

Existen por lo menos dos modos de comportarse que son una garantía
casi infalible de jamás poder persuadir a otra persona nada. Uno, la rigidez
excesiva, esa soberbia desde la cual algunos miran a los demás,
instalados en lo alto de su columna de marfil. El otro, el pantano de la nula
autoestima, en el cual ni siquiera quien habla cree realmente en lo que
dice.

17. Relájate

Parece que este punto se repite, pero en realidad no es así. En este caso
se trata de una relajación mucho más profunda y general. Mostrarse
relajado genera la impresión de seguridad en uno mismo y confianza.

18. No exageres

Borges, Wilde y otros escritores sabían que, en literatura, el énfasis tiene


el efecto paradójico de debilitar una expresión creativa. Habla fuerte y
seguro de ti mismo, pero tampoco tanto como para que parezcas un líder
fascista arengando a las masas; muévete y gesticula, pero sin llegar a los
extremos de los mimos y los payasos; mira a la gente a los ojos, pero sin
que los tuyos lloren y te duelen porque al fijarlos tanto te olvidaste de
parpadear. Sé persuasivo, pero sin que parezca que esa es tu única meta
en la vida o lo único que te define como persona.
19. Sé sincero

Finalmente, sé sincero. Nada convence más que hablar con el corazón,


por así decirlo. Y, en el mismo sentido, nada ahuyenta más que notar la
mentira en las palabras de quien nos habla. Respeta a tu interlocutor
hablándole con verdad: verás que sabrá agradecerlo.

¿Qué te parece? ¿Agregarías alguna estrategia? No dejes de darnos tu


opinión en la sección de comentarios de esta nota.

También en Pijama Surf: Este truco de un filósofo de hace 350 años ha


sido comprobado como el mejor para hacer cambiar de parecer a alguien

Te podría interesar:

You might also like