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Componentes de la Psicomotricidad
Esquema Corporal
Lateralidad
Equilibrio
Coordinación
Espacio - tiempo
Ritmo
Motricidad: Fina y Gruesa
Esquema Corporal.
Es el reconocimiento y conocimiento del propio cuerpo
y el esquema mental que cada individuo representa de
este.
El desarrollo del Esquema Corporal proporciona el
reconocimiento de las partes del cuerpo, la
funcionalidad, las interacciones que tienen entre las
estructuras.
El cuerpo es el medio de expresión. Desde aquí se
trabajan conceptos o nociones arriba, abajo, adelante,
atrás, adentro – afuera, las cuales deben tener directa
injerencia en el propio cuerpo.
Lateralidad.
Es el conocimiento de los lados del cuerpo (derecho,
izquierdo). Tiene estrecha conexión con la
Dominancia, la cual se da a nivel cerebral. Esta referida
a que se tienen pares e individualidades, pero que todo
debe ser desarrollado motrizmente, en igual de
condiciones.
A partir del trabajo de este elemento el niño o niña
identificará las nociones de derecha – izquierda,
iniciando por el reconocimiento en su propio cuerpo. La
lateralidad contribuye con el proceso lecto-escritor.
Equilibrio.
Es la capacidad que posee el Ser Humano para
mantener el cuerpo en una posición o adoptar diferentes
posiciones. También se puede definir como esa
capacidad de conservar o mantener estabilidad corporal
en la ejecución de ciertas tareas motrices.
Coordinación.
Es la capacidad del Ser Humano de combinar en una
estructura única varias acciones de manera fluida,
armónica, eficiente y eficaz.
Espacio - Tiempo
Es la capacidad de ubicar las partes del cuerpo en
relación con los objetos y los objetos en relación al
cuerpo, en un espacio y un tiempo. Además es el
manejo segmentario de las partes del cuerpo. Es la
conciencia del movimiento por unos espacios de tiempo
Ritmo.
Es el manejo del pulso y el acento que se hace en la
ejecución de las actividades motrices. Es la capacidad
que tiene el organismo de alterar fluidamente las
tensiones y distensiones de los músculos por la
capacidad de la conciencia.
Motricidad.
Es el manejo que se hace del propio cuerpo. Esta se
divide en:
Motricidad Fina: Son movimientos que comprometen
pocas estructuras corporales. Por lo general son las
actividades motrices donde están comprometidas las
vistas y las manos. Implica movimientos económicos,
precisos y funcionales como: rasgar, recortar, pintar,
colorear, punzar.
Motricidad Gruesa: Esta hace alusión a las
totalidades, a los movimientos que comprometen un
número amplio de estructuras corporales. Implica
movimientos amplios, como: reptar, gatear, caminar,
saltar, correr, lanzar, rodar, patear.
7. Ayuda al niño a superar miedos puesto que el niño no solo aprende a controlar y coordinar
su cuerpo sino que también tiene un efecto en su psiquis.
Eleva su autoestima.
PROPUESTA DE JUEGOS PARA
TRABAJAR EN PSICOMOTRICIDAD
El juego constituye la principal actividad del niño, a través del cual se desarrolla y aprende, por
eso es muy importante utilizarlo como un recurso que nos facilita nuestra tarea docente.
El juego debe permitir el desarrollo global del niño, mientras este se divierte. Este desarrollo
debe entenderse bajo la doble perspectiva corporal y de la personalidad.
Debe constituir una vía de aprendizaje del comportamiento cooperativo. Es necesario evitar que
en los juegos destaquen siempre por su habilidad los mismos niños, para lo cual, diversificaremos
los mismos, y daremos más importancia al proceso que al resultado final.
Por otra parte, es imprescindible favorecer la máxima participación, y, sobre todo, se evitará
eliminar a los niños durante el desarrollo del juego, buscando siempre alternativas ante esta
situación.
Dichas estas premisas generales sobre el juego, a continuación os dejo un pequeño listado de
juegos que podéis proponer a vuestros alumnos.
– Durante este primer año, el niño es cuando más necesita del contacto corporal con el adulto,
por lo que los juegos con el educador serán del tipo:
– acariciarlo
– distraerlo con juegos de faldas ( son aquellos con los que el bebé descubre el mundo
de las sensaciones, imaginación, además de fomentar el contacto directo y lúdico con su entorno
familiar. A los pequeños les encanta el ritmo y la música que tienen, y sobre todo por que hay
una interacción directa con el adulto. Algunos de ellos son “Cinco lobitos tenía la loba…”, “Date,
date, date. Date en la mochita…”, “Aserrín aserrán”.., etc)
– Otro tipo de juegos son aquellos en los que los pequeños interactúan más con
objetos. Esconder cosas, que aparezcan y desaparezcan, proporcionarles materiales para
manipular, instrumentos que produzcan sonidos, etc. Todos ellos constituyen juegos muy
interesantes que captarán la atención de los niños.
En este segundo año de vida, los dos protagonistas son la marcha ( el niño aprende a caminar y
le fascina esta posibilidad de desplazarse) y la manipulación de objetos (sus manitas son cada
vez más hábiles).
– Actividades como empujar carritos, ruedas, etc, puede convertirse en un juego apasionante.
– Llenar y vaciar cestos con materiales diferentes( la caja o el cesto de los tesoros)
Es muy importante introducir juegos con agua, y aquellos en los que el niño puede entretenerse
con cajas de música o instrumentos de percusión.
En este momento de su desarrollo, el niño es capaz de correr, saltar, lanzar una pelota, chutarla,
etc. Sin embargo, todavía no es el momento de proponerle juegos elaborados, de los que no podría
seguir las normas.
Aprovechamos que es la época en la que el niño se complace en imitar para proponerle los gestos
más dispares. Poco a poco, él solo irá probando movimientos nuevos.
Es también una etapa de especial sensibilidad hacia la música con lo que serán muy adecuados
los juegos rítmicos (en corro o libremente distribuidos).
A esta edad ya si podemos introducir a los niños en los juegos reglados, de órdenes sencillas, que
pueden seguir sin dificultad. A continuación se ofrecen varios juegos, algunos de ellos son más
competitivos y otros más cooperativos, algunos se basan más en la habilidad, y otros en la
expresividad, algunos son más adecuados para los niños de tres años y otros para los de cinco o
seis. Es función del educador modificar algún aspecto o introducir alguna variante en los distintos
juegos, para que éstos se adapten a su grupo de alumnos.
– La pareja.
Organización inicial: los niños se distribuyen por todo el espacio por parejas.
Desarrollo: a la señal, las parejas se separan. Todos los niños corren por el espacio ocupándolo
por completo. A una nueva señal los niños de cada pareja deben buscarse, encontrarse, y sentarse
juntos en el suelo.
– La locomotora.
Organización inicial: se distribuyen aros por todo el espacio. En cada aro hay un niño. el niño
que no tiene aro es la locomotora. El maestro es el jefe de estación.
Desarrollo: el niño elegido como locomotora, se desplaza entre los aros y va tocando la cabeza
de alguno de sus compañeros. Cuando les tocan la cabeza, se colocan tras la locomotora formando
un tren. Cuando la locomotora toca el silbato, todos los niños que forman el tren deben ir a
ocupar un aro vacío (el que hace de locomotora también). El niño que se quede sin aro pasará a
ser la locomotora en la siguiente ronda.
Cuando es el jefe de estación el que toca el silbato (procurad que sea un sonido diferente, para
diferenciarlos sin problemas), todos los niños cambian de aro, al tiempo que los que forman el
tren buscan también un aro vacío.
– Zorros y lobos.
Organización inicial: los niños se sientan en el suelo, por parejas, espalda contra espalda. Uno es
el zorro y el otro es el lobo.
Desarrollo: El maestro nombra al zorro o al lobo. Si dice zorro, el niño que hace zorro se escapa
y el que hace de lobo ha de perseguirlo. Si dice lobo es el lobo el que escapa y el zorro el
perseguidor.
Cuando un niño coge a otro, ambos se sientan en el suelo, dispuestos a empezar de nuevo. El
maestro da una señal al cabo de pocos instantes, para que se sienten también aquellos que no
hayan sido cogidos, junto con sus perseguidores.
– El collar de perlas.
Organización inicial: los niños forman un corro, cogidos por las manos. Representan un colar de
perlas. Dos de los niños son el broche.
Desarrollo: El collar de perlas gira. Los dos niños que forman el broche se separan y hacen mover
el collar sin que se rompa. El collar se puede enrollar en torno a uno de los broches. También
puede enredarse si uno de los broches para por debajo de los brazos de una pareja de niños.
Organización inicial: los niños se colocan por parejas, uno delante, con los ojos tapados, y el otro
detrás.
Desarrollo: el niño de detrás guía al de delante hasta llegar al lugar designado (meta) utilizando
un código. Por ejemplo: tocar la cabeza es caminar para adelante, tocar la oreja izquierda es girar
a la izquierda, tocar la oreja derecha es girar hacia la derecha, etc.
– Sin manos.
Organización inicial: los niños se colocan por parejas, cada una de ellas tiene una pelota.
Desarrollo: Cada pareja debe desplazarse por el aula sujetando la pelota con el tronco. La pareja
a la que se le caiga debe quedar inmóvil. Puede entonces solicitar a otra pareja que le ayude a
recuperarla. La pareja solicitada podrá coger el balón de los compañeros con las manos, siempre
que no toque la suya propia a excepción de con el tronco.
3. Sonríe
Las emociones también son importantes, y una enseñanza tan vieja como
Esopo asegura que se atraen más moscas con miel que con vinagre.
4. Gesticula
Hablar con fluidez hace que los otros te perciban como experto y confiable.
La famosa “facilidad de palabra”, sin embargo, no se obtiene
gratuitamente, ni es innata, sino que, como otras cualidades, se cultiva y
se ejercita. Lee, escucha programas de radio o podcasts en los que
predominen el debate y la conversación; también puedes imaginar que te
encuentras en un escenario en el que tienes prohibido quedarte callado.
Sigue el hilo de tus pensamientos, seguramente tienes mucho que decir.
Las palabras tienen un peso específico, como sucede con la materia física,
en buena medida porque las comprendemos únicamente en su relación
con las demás. Hay palabras que nos hacen sentir bien, otras nos
recuerdan situaciones dolorosas, otras más pueden asustarnos o incluso
enfurecernos. ¿Qué efectos quieres provocar en tu audiencia y qué
palabras vas a elegir para conseguirlo?
El comportamiento
15. Muévete
Este puede ser un buen recurso para fortalecer la impresión de que sabes
de lo que hablas. La inquietud del cuerpo puede hacer creer en la inquietud
de tu mente. Si vas de un lado a otro es porque lo vivo de tu idea no te
deja quedarte en un solo lugar.
El estado anímico
Existen por lo menos dos modos de comportarse que son una garantía
casi infalible de jamás poder persuadir a otra persona nada. Uno, la rigidez
excesiva, esa soberbia desde la cual algunos miran a los demás,
instalados en lo alto de su columna de marfil. El otro, el pantano de la nula
autoestima, en el cual ni siquiera quien habla cree realmente en lo que
dice.
17. Relájate
Parece que este punto se repite, pero en realidad no es así. En este caso
se trata de una relajación mucho más profunda y general. Mostrarse
relajado genera la impresión de seguridad en uno mismo y confianza.
18. No exageres
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