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El sol emite luz, calor y radiación solar. Las radiaciones solares incluyen tres
componentes: los rayos ultravioleta, la luz visible y los rayos infrarrojos. Los
rayos ultravioleta actúan principalmente sobre la piel, induciendo pigmentación,
quemaduras y, en casos prolongados, lesiones del ácido desoxirribonucleico
(ADN) que pueden promover neoplasias cutáneas. Todos estamos expuestos a
la radiación UV procedente del sol y de numerosas fuentes artificiales utilizadas
en la industria, el comercio y durante el tiempo libre.
Cuando la luz solar atraviesa la atmósfera, el ozono, el vapor de agua, el
oxígeno y el dióxido de carbono absorben toda la radiación UVC y
aproximadamente el 90% de la radiación UVB. La atmósfera absorbe la
radiación UVA en menor medida. En consecuencia, la radiación UV que
alcanza la superficie terrestre se compone en su mayor parte de rayos UVA,
con una pequeña parte de rayos UVB.
EL ÍNDICE UV SOLAR MUNDIAL (IUV)
Es una medida de la intensidad de la radiación UV solar en la superficie
terrestre. El índice se expresa como un valor superior a cero, y cuanto más
alto, mayor es la probabilidad de lesiones cutáneas y oculares y menos tardan
en producirse esas lesiones (OMS, 2003).
La latitud: Cuanto más cerca del ecuador, más intensa es la radiación UV. LA
NUBOSIDAD La intensidad de la radiación UV es máxima cuando no hay
nubes, pero puede ser alta incluso con nubes. La dispersión puede producir el
mismo efecto que la reflexión por diferentes superficies, aumentando la
intensidad total de la radiación UV.
Lámparas de «luz negra»: Poseen filtros que absorben la luz visible. Pueden
ser de cristal de fosfato oscurecido o de cristal de óxido de níquel. Permiten la
observación de fluorescencia inducida por UV. Se emplean en el diagnóstico de
determinados trastornos de la piel y el ojo.
Bibliografía
Portero, F. S. (10 de junio de 2018). RADIACIÓN ULTRAVIOLETA. Obtenido de
http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-fis/ultravioleta-morrillo.pdf