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Pontificia Universidad Católica de Chile


Facultad de Letras
Departamento de Letras

Cátedra: Taller Introducción a la Literatura


Profesora: Srta Florencia Hernríquez
Alumna: Silvana Sotelo Gómez
Fecha de entrega: Viernes 27 de Marzo de 2009
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Sin duda alguna “Madre Coraje” de Bertolt Brecht es una obra interesante, no solo por el
contexto en el que acaece y el tema que desarrolla (la Guerra de los Treinta años), sino que
también por los personajes que aparecen en ella, los cuales son atractivos, por decirlo de alguna
manera, en especial el de Ana Fierling, más conocida como “Madre Coraje”, una mujer valiente y
un tanto atípica, que en ocasiones desconcierta, pero en otras encanta, ese es justamente el tema
que se tratará, como Brecht muestra una mujer fuerte, con ideales firmes, pero a la vez una mujer
sensible muy maternal, en definitiva se quiere demostrar la dualidad que presenta Ana, en otras
palabras demostrar su fortaleza y valentía versus su sensibilidad maternal

Desde un primer momento, desde que se comienza a leer la obra queda de manifiesto la valentía
de esta mujer, de igual manera se explica el por qué del sobrenombre, o mejor dicho ella misma
lo menciona: “Me llaman Coraje porque en una ocasión temiendo perder todo lo que tenía, partí
de Riga y atravesé el fuego de la artillería con cincuenta panes en la carreta. Ya estaban criando
moho, el tiempo apremiaba y no me quedaba otra alternativa” (Brecht 133)
En relación a lo anteriormente citado no quedan dudas de la personalidad de esta mujer, de hecho
basta con pensar en el tipo de vida que ella llevaba y la manera en que se la ganaba, recorriendo
los caminos con una carreta en plena guerra, además logran evidenciar, o al menos se es posible
inferir lo que esta mujer es capaz de hacer y, un hecho que para la época en la que esta obra se
ambienta (en pleno siglo XVII) es inusual e impensado, en donde la mujer debía estar en su casa,
cuidar de sus hijos, ser una buena esposa, sin embargo Madre Coraje es lo contrario y sus
actitudes dan cuenta de su fortaleza, lo mismo puede decirse de sus ideas y planteamientos acerca
de la contingencia de la época, es una mujer con opinión “¿Qué son los vencidos?, las victorias y
las derrotas no siempre coinciden con las de los pobres. Hasta se han visto derrotas que
terminaban por beneficiar a los de abajo. ¡Nada se ha perdido salvo el honor!” (Brecht 160)
Otro aspecto importante de mencionar es el hecho de que ha criado a sola a sus hijos, por ende es
ella quien los ha mantenido y su trabajo es el sustento de ellos, esto, de alguna manera, explica su
deseo de impedir el reclutamiento de sus dos hijos varones al ejército y la manera en que se
enfrenta al Sargento y al reclutador: "Ven conmigo a pescar, le dijo el pescador al gusano (a
Requesón). Te vas corriendo y gritas a voz en cuello que nos quieren robar a tu hermano (saca un
cuchillo) ¡atrévanse a llevarlo! ¡Los voy a acuchillar canallas! Ya les enseñaré a hacer la guerra
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con mis hijos. Nosotros vendemos honestamente telas y jamones. Somos gente pacífica” (Brecht
136)

Lo anterior hace pensar que si bien “Madre Coraje” es una mujer valiente y audaz, al menos para
su época, tiene un punto débil, y es en definitiva ese punto el que le da esa sensibilidad a la que se
hacía referencia al principio: sus hijos, a quienes dedica toda su preocupación, lo cual manifiesta
que no es el trabajo la prioridad principal en la vida de esta mujer, sino que son sus hijos, por
quienes trabaja duramente y a quienes quiere mucho, pero a su manera y en definitiva no duda en
defenderlos al precio que sea. Claro ejemplo de ello es cuando su hijo Requesón es tomado
prisionero por los católicos a fin de quitarle la caja con dinero que él poseía en su calidad de
tesorero y ante la negativa de éste interviene a su favor, desgraciadamente sin éxito “si supiera
algo se lo diría. No es tan tonto. ¡Tenga cuidado! Le va a arrancar un brazo (Brecht 164). Ante
esta complicada situación no duda en empeñar su carreta a fin de conseguir el dinero para pagar
el rescate, el cual finalmente no se concreta y desgraciadamente Requesón es asesinado y ella no
puede sepultarlo.
Se podría pensar que el caso de Catalina, la hija muda, es distinto debido a que el trato con ella
era diferente, tal vez debido a su problema, ejemplo de ello es “Ahora faltas tu. Tenerte es ya una
cruz” (Brecht 139), sin embargo ella era la única capaz de entenderla y en el fondo se preocupaba
mucho de ella, ejemplo de ello es cuando hieren a Catalina en la frente, hecho que coincide con el
entierro del mariscal y es considerado como histórico, ella niega la historicidad del hecho, para
ella el momento histórico radica en que hayan herido a su hija “Han herido a mi hija en el rostro.
Para mi, este es el momento histórico. Me la han desfigurado, no podrá en encontrar marido, no
podrá tener hijos, ella que se vuelve loca por los niños. También su mudez debe agradecércela a
la guerra; de pequeña, un soldado le metió bosta en la boca. A Requesón no lo veré nunca más y
Eilif, Dios sabe donde está. ¡Maldita sea la guerra!” (Brecht 188) o cuando rechaza al Capellán
en términos amorosos “¿No comprende que lo único que deseo es sobrevivir, yo y mis hijos con
esta carreta que ni siquiera es mia? Mi cabeza no está para romances” (Brecht 187) y lo que
podría considerarse como el ejemplo más clarificador de todo ese cariño que Madre Coraje sentía
por sus hijos cuando una vez que Catalina es asesinada, le canta una canción para que se duerma,
“Tal vez se duerma, (canta) se quedó dormida” (Brecht 217) para resignarse o tal vez para aceptar
de mejor manera esta pérdida irreparable.
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Indudablemente “Madre Coraje” es mucho más que una mujer valiente que se sacrifica, es una
madre que se sacrifica, de ahí el título de la obra “Madre Coraje” todas sus acciones van dirigidas
hacia sus hijos, hacia ser madre, ella es madre y se empeña por serlo (a su manera claro está)
porque podría haber sido perfectamente valiente, sacrificada y tozuda, sin estar preocupada de ser
madre, es en definitiva ese deseo de que sus hijos estén mejor el que la impulsa a tener esa
valentía, esa fortaleza tan característica de ella. Aquella dualidad a la que se hizo referencia en un
principio es en definitiva la que configura a esta mujer, se apoya en su fuerza para ser una buena
madre y todo su accionar se dirige en esa dirección, consciente o inconscientemente, porque en
el fondo lo que ella más desea es darle lo mejor a sus hijos, lucha por ello incansablemente y así
queda de manifiesto en la frase que le expresa al cocinero “si encontrara un rinconcito donde no
hubieran tiros ni cañones me gustaría quedarme allí con los hijos que me quedan y vivir en paz
un año o dos” nunca lo logra, ya que sus tres hijos mueren, sin que ella logre su objetivo, sin
embargo ella sigue trabajando, porque piensa que aún tiene un hijo vivo, sigue luchando y siendo
Madre Coraje, a pesar de que ya no tiene por quien ser Madre.

Bibliografía
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• Brecht Bertlot, Madre Coraje, Buenos Aires, Editorial Nueva Visión, 1967

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