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EUGENESIA Y CONTROL SOCIAL * Raquel Alvarez Peldez Con este trabajo intentaremos dar una visidn global del papel que jugaron, o quisieron jugar, la eugenesia y sus defensores en el analisis y en las medidas practicas tomadas en el dmbito fatino- americano para enfrentar, solucionar, controlar el llamado «pro- blema social» o Ja «cuestién social» y la comtin preocupacién de todos los paises de la zona por la cantidad y calidad de su pobla- cién, debido a su general despoblacién y a su necesidad casi inevi- table de inmigrantes para lograr un desarrollo capitalista. Herencia y eugenesia La teoria elaborada por Galton a lo largo de la segunda mitad del siglo xrx sobre la heredabilidad del talento fue plasmandose, hacia finales de este siglo y comienzos del siguiente, gracias a co- laboradores del estudioso inglés, en una investigacién sobre las caracteristicas fisicas y mentales de la poblacién inglesa. La euge- nesia se convirtié asf, en los primeros afios del siglo xx, en el estu- dio de los factores capaces de modificar las cualidades raciales de las generaciones futuras a fin de conseguir el perfeccionamiento biolégico de la especie humana (1). Pero, ademas de la actividad de estudio de la poblacién, desarrollada en Londres por Karl Pear- son y sus colaboradores en el Eugenics Laboratory de Londres y por Charles B. Davenport en su laboratorié de Cold Spring Harbor, Long Island, y por algunos otros centros, se bused la forma de poner en practica medidas tendentes; desde ese momento, a dete- ner el proceso de degeneracién de la raza, que, en la mayoria de cos Trabajo realizado dentro del proyecto de la CICYT num. PB87-0462- 5-01. 29 Asclepio, XL-1988-2 los paises, se consideraba que se estaba produciendo. Y a poner en marcha medidas que hicieran posible la regeneracién de las razas, de hecho la raza humana, amenazadas. Le organizacion de sociedades de eugenesia en diversos paises, fundamentalmente eu- ropeos y en Estados Unidos de Norteamérica, 0 de institutos bio- tipolégicos o de medicina social, parecia buscar tales fines, Debemos preguntarnos, en primer lugar, a qué se debia esa sensacion generalizada de que la raza estaba degenerando. Y se- fialar ademas que esta constatacién o consideracién se produce a Jo largo de un periodo bastante prolongado, por lo menos casi un siglo, abarcando gran parte del siglo xIx y también gran parte del Xx, no siendo sincrénica en todos los pafses. En algunos tal consideracién es temprana, incluso a veces anterior a mediados del x1x. En otros se produce ya bastante avanzado el siglo xx. Precisaremos més las fechas cuado nos refiramos més concreta- mente a ciertos paises cruciales para el desarrollo de la eugenesia, y al referirnos al caso que nos ocupa, el Latinoamericano, el mas tardio en esas concepciones de degeneracién de la raza por claras razones histéricas y de formacién de su poblacién. En Imeas generales podemos decir que en Europa, o mejor dicho, en los paises europeos més avanzados, el desarrollo indus- irial, con todo el proceso de desplazamiento de poblacién del cam- po a concentraciones urbanas o incluso simplemente fabriles, las condiciones de vida del trabajador industrial, dependiente de un salario que a lo largo del siglo va, en general y a pesar del enri- quecimiento de las naciones, disminuyendo, hacinado en malas viviendas sin condiciones, y todas las circunstancias ampliamente conocidas que acompafiaron el proceso de proletarizacién durante el siglo x1x, son causa de esa sensacién de degeneracién. Desde el punto de vista médico hay un desarrollo paralelo de la preocupacién por las condiciones de vida y salubridad. Aparecen estudios sobre esas condiciones de vida, y libros de higiene, en los que se hace hincapié en la necesidad de buscar soluciones para esa situaci6n de miseria que provoca la existencia de una serie de fac- tores considerados, ya en la segunda mitad del siglo, como los condicionantes de esa situacion de degeneracién de la raza. Enfer- medades como la tuberculosis y Ja sifilis, intoxicaciones como el alcoholismo, condiciones de mala alimentacidn, etc., son conside- radas por Valentin Magnan, seguidor pero modernizador de la teo- ria de Morel sobre la degeneracién, como «causas degeneratri- 30 ces» (2), Y es interesante anotar desde ahora, considerando Ia in- fluencia que la medicina francesa tuvo sobre Ja Jatinoamericana, la gran difusién y repercusién del degeneracionismo de Morel y de Magnan sobre la propia medicina francesa y mas que nada sobre Ja psiquiatria. “fambién-creemos: importante sefialar que e! degeneracionismo de Magnan, aunque considerando la transmisién hereditaria como factor fundamental en Ia alteracién patolégica constitucional, con- sideraba que esa alteracién que luego se transmitia hereditaria- mente comenzaba.con una agresién del medio —enfermedad, into- xicacion, etc— sobre el’ organismo. Veamos sus propias palabras: «Es imposible enumerar las causas de la degeneracién: toda accion suficientemente enérgica y suficientemente duradera para retar- dar y sobre todo, para detener el movimiento evolutivo de las especies es una causa degeneratriz.» Y también, «es necesario re- conocer en los degenerados hereditarios un origen primero que se confunde evidentemenie con las influencias de orden acciden- tal» (3). Concluye el capitulo diciendo: «Asi pues, en la produccion de estos estados morbosos que son calificados de degeneracién intervienen factores de dos érdenes diferentes: primero las influen- cias hereditarias, cuantas el hombre puede portar al nacer; segun- do, las influencias adquiridas por el hombre en el transcurso de su vida.» (4). Este tipo de concepeiones, mas o menos modificadas por nue- vos conocimientos y por la lenta asimilacién de la teoria mende- liana de la herencia, se seguirdn encontrando en las opiniones de los médicos sobre los mecanismos hereditarios, En los afios treinta y cuarenta dei siglo xx seguimos observando, en multitud de pu- blicaciones, mezclas de herencia mendeliana con ideas de constitu. cionalismo y degeneracionismo. Se sigue pensando, y la Medicina Social y la Eugenesia latinoamericana y espafiola asi lo entende- rdn, que e] medio es un factor agresivo que puede alterar las células germinales, y por lo tanto crear taras transmisibles hereditaria- mente (5), Un ejemplo muy tfpico de la forma en que los médicos conside- raban la herencia es la que expresa Arturo R. Rossi, médico, direc tor general de la Asociacién Argentina de Biolipologia, Eugenesia y Medicina Social, en su articulo de 1933 «Herencia Y¥_ constitu- cién» (6). Se refiere Rossi en primer lugar a Mendel, y dice que la genética es la madre de la eugenesia, que es la verdadera ciencia 3h de la herencia. A continuacién explica que los caracteres heredita- rios de Mendel pueden ser <1. Dominantes, 2. Receptivos» (sic), y que hay tres leyes genéticas, leyes que intenta explicar en forma simplificada. Inmediatamente dice que a éstas hay que agregar las leyes enunciadas por Galton y que se Haman leyes de Eugenesia —recordemos que ha dicho que. la eugenesia es la verdadera cien- cia de la herencia—, leyes que explica, y que serian: 1. La ley de regresion, 2. La Ley de la herencia atavica. Y también se refiere, para explicar la transmision hereditaria, al plasma germinativo de Weismann, Para él las influencias «blastoftéricas y blastoftéxicas» son capaces de influir sobre el genotipo, alterando el plasma ger- minativo de Weismann. Es éste uno de los mtiltiples ejemplos que podriamos utilizar de la forma en que los médicos de los paises latinoamericanos, y también espafioles, solian comprender el problema de la herencia patolégica. Aunque citen a Mendel, puesto que sus ideas son las «modernas», no lo comprenden, y para los problemas de la heren- cia morbosa siguen utilizando los antiguos conceptos decimonéni- cos, y de forma importante las ideas del degeneracionismo francés. La existencia de un trasfondo lamarckiano implicito no indica que Jos médicos asumieran el lamarckismo frente al mendelismo. Este era para ellos un problema fundamentalmente bioldgico y no mé dico. ¥ en medicina, de hecho, lo que se utiliza es el concepto de constitucién, y de alteraciones de esa constitucién que son trasmi- sibles hereditariamente, como son hereditarias una serie de enfer- medades. Pero es la accién agresiva del medio.o de los téxicos, o de enfermedades que en si no son hereditarias, como la tuberculo- sis, la que altera de alguna manera la constitucién, y esta alteracién se transmite hereditariamente. Este proceso repercutiria en la ra- za, haciendo que degenere. La eugenesia seria la encargada de evitar ese proceso de degeneracién, que, visto asi, debe actuar sobre los individuos transmisores de taras, pero también sobre un medio creador de alteraciones constitucionales, de taras hereditarias. Ese es el trasfondo de la eugenesia que veremos en los paises latinos, en gran medida semejante a la concepcién que hemos observado en el caso espafiol (7). En el /* Congres Latin d'Eugénique, congreso de la Fédération Internationale Latine des Sociétés d’Eugénique, celebrado en Pa- ris en 1937, y en el que participaban siete paises europeos y cuatro Jatinoamericanos (8), tres de los siete apartados o grandes temas 32, del congreso se refieren a la cuestién a la que nos hemos referido: e] tema IV tiene. por titulo «Las enfermedades del plasma germina- tivo y su curacién», el V «Tipo constitucional y Eugenesia» y el VI «La influencia de la edad de los procreadores, de! ntimero de hijos y del orden de su nacimiento sobre Jos caracteres de la pro- genitura».. Esto-nos-da-idea de la preocupacién que existfa por la cuestién, no sdélo de la transmisién de jas alteraciones constitucio- nales, sino por los mecanismos de su creacién. En el congreso antes citado, Eugéne Apert, cabeza en esos mo- mentos de la eugenesia francesa y presidente entrante de la Fede- racién, dice en su discuiso de apertura refiriéndose a ia cuestion de la herencia: «Después de los primeros estudios de Réaumur, de Sageret y de Naudin, puramente cualitativos, las observaciones de Mendel han permitido cifrar esas leyes desde el punto de vista cuantitativo, y, desde la divulgacién de esas leyes de Naudin-Mendel completadas por M. Cuénot, podemos decir matemdticamente en qué proporciones se encontraran los caracteres genéticos de los ascendentes en los descendentes.» Y después continiia: «Pero nues- tro campo de aplicacién no se detiene en Jos caracteres llarmados genéticos, que se transmiten inmutables, fijados a los cromosomas, y presentes o ausentes segtin que el cromosoma que los lleva con- sigo esta él mismo presente o ausente. Contrariamente a los carac- teres genéticos inmutables, los caracteres somaticos, modificacio- nes temporales debidas a las circunstancias de la vida, tienen ten- dencia, en tanto que se transmiten, a atenuarse en la sucesién de generaciones, y la accién eugénica puede, o ayudar un poco a su persistencia si se trata de cualidades, o favorecer su eliminacién. si se trata de defectos. Es posible volver al estado normal a los vastagos de aquellos que tienen los gérmenes podridos por la sifi- lis y el alcoholisme, Empleo con intencién el término podrido co- mo traduccién fiel de la palabra blastofieria, podredumbre del germen, propuesta por Forel para designar esos nefastos estados adquiridos que afectan solamente al soma y en absoluto al germen, por oposicién a los estados Ilamados gendiicos, que residen en los mismos cromosomas. En los estados adquiridos, a menudo trata- dos como estados de degeneracidn, esta indicado no pronunciarse en exclusiva de forma absoluta y si-poner en marcha todos los procedimientos de la higiene y de la medicina para regenerar la linea» (9). La italiana Levi Della Vida, seguidora del cabeza de la eugene- 33 sia italiana Corrado Gini —presidente saliente de la Federacién Latina—, explica en su comunicacién al Congreso de la Federa- cién (10) que, a partir de las nuevas teorias hereditarias —pasadas de moda las viejas teorias de tomar las clases sociales como razas, desarrolladas por Ammon y Vacher de Lapouge— han surgido dos posturas con respecto a la cuestién del «metabolismo social», o sea, del trasvase de personas de las clases inferiores a las superio- res y viceversa. Una, defendida por Karl Pearson (11), mantenta que ese trasvase, provocado por el mayor indice de natalidad de las clases inferiores, llevaba a Ja decadencia de la especie, puesto que esas clases tenian peores caracteristicas que las superiores, que se suponia eran las mejor dotadas, La otra, sostenida por Co- rrado Gini, consideraba que el paso de individuos de. las clases inferiores a las superiores era un factor, por el contrario, de rege- neracién. Serfa en realidad un sistema de seleccién natural, ya que los que ascienden tienen que tener grandes capacidades. Lo que Pearson dice, sefiala Gini, «seria verdad si los caracteres de los individuos estuvieran determinados exclusivamente por la heren- cia». Pero, indica, «es muy dificil, por no decir imposible, distin- guir qué parte, en los parecidos, se debe a la herencia bioldgica y qué parte, por el contrario, a la comunidad de medio y de género de vida, o también a Ja comunidad de induccién, que como sabe- mos puede actuar durante varias generaciones» (12). Estas posturas, que sefialan la importancia del medio en la etio- logia de la degeneracién, postura que podriamos lamar «latina», contrasta con la mds generalizada entre los eugenistas anglosajo- nes —y mas ortodoxa en cuanto a las ideas de Galton—; la de considerar més importante lo innato, lo heredado, que fo adqui- rido, la famosa y equivocada polémica nature-nurture. Esta polé- mica, que ya habia enfrentado a finales del siglo x1x a Galton con Alphonse de Candolle (13), hizo que se adoptaran posiciones extre- mas, con defensas a ultranza de la importancia fundamental de la hherencia en la formacién de la personalidad y en Ja determinacién de la capacidad de los individuos, actitud que siguié afirmandose en los genetistas seguidores de Mendel, que se sintieron respalda- dos por la fuerza de sus leyes cientificas y por el desarrollo pos- terior de la genética animal. : Falsa polémica la de enfrentar nature-nurture, innato y adqui- rido, postura que se ha mantenido hasta hace poco y que atin se mantiene en algunos sectores 0 grupos que siguen defendiendo la 34 imporiancia de la dotacién genética como determinante de Ja atin no definida inteligencia. Falso enfrentamiento de dos aspectos de un mismo proceso, en que no puede hacerse una valoracién cuan- titativa en porcentajes de Ia influencia de uno u otro «factor» de forma independiente (14). Esa mayor valoracién de lo heredado, de“eséplasma” transmitido “sin alteraciones de padres a hijos, en relacién con la posible influencia del medio ambiente sobre los individuos y sus capacidades, era, de hecho, el apoyo fundamental de la teoria de la «selecién artificial» —la eugenesia— como me- canismo a desarrollar por el hombre, puesto que el hombre mismo y la sociedad por él organizada contribufa a alterar y a hacer ine- ficaz el mecanismo de Ia selecién natural. Los eugenistas mds ortodoxos consideraban que las medidas de beneficencia y de proteccién de los ms débiles ‘y menos aptos, de los «snfit», destruian la accién de la seleccién natural. Por eso Jos «verdaderos» eugenistas se pronunciaban en contra de todas esas medidas —como lo habia hecho Malthus en su dia—~, aunque por otro lado hubiera también eugenistas anglosajones no tan extre- mistas. La «selecién artificial» tenia, pues, como elementos esenciales el control de los matrimonios y el estudio detallado de cada uno de los cényuges, tanto en cuanto a sus enfermedades actuales co- mo en refacién con su historia familiar. Se consideraba necesario, eso era eugenesia prdctica, hacer historiales familiares, hacer la ficha de cada sujeto desde el nacimiento a ser posible, establecer un certificado médico prenupcial obligatorio y, en los casos de dege- neracién muy evidente —debilidad mental, enfermedad grave tipo tuberculosis 0 sifilis, 0 estado de «wagabundez» permanente, etc— buscar Ia forma de esterilizar legalmente, voluntaria u obligatoria- mente, para evitar la transmisién de esas graves taras. Estas eran las medidas esenciales —ademés de los aspectos de proteccién a la maternidad y al cuidado del nifio— de la eugenesia, medidas todas ampliamente discutidas entre los propios eugenistas en cuan- to a su valor y su forma de aplicacién. De hecho, eran mds impor- tantes para los anglosajones —no para todos, por supuesio, sino fundamentalmente para los que llamamos eugenistas ortodoxos— puesto que la herencia lo era practicamiente todo en la produccién de degenerados; importantes pero menos esenciales, y con muchos aspectos negativos, para los eugenistas latinos, mds inclinados a considerar al medio social como creador de taras, y mucho menos 35 seguros de la eficacia de tales medidas para regenerar la raza mientras el medio siguiera produciendo degenerados. El movimiento eugénico Antes de analizar los aspectos racistas de Ja eugenesia, quere- mos hacer algunas consideraciones sobre el movimiento eugénico en general, fundamentalmente sobre Ja diferente evolucién tempo- ral en unos y otros paises. Como hemos dicho, Galton fue el pri- mero en organizar una doctrina alrededor de su convencimiento de la transmisién hereditaria de todos los caracteres humanos, ha- ciendo hincapié en la herencia de las capacidades mentales, yen Ja importancia de que el hombre tomara en sus manos las riendas de la reproduccién humana para realizar una verdadera «seleccién artificial».” Aunque Ja idea se desarrolla durante la segunda mitad del si- glo x1x, no consigue difundirla y que exista una institucién y un laboratorio hasta comienzos del siglo xx. En Alemania existfa tam- bién, a finales de siglo y comienzos del actual, la preocupacion por la «raza», y, posiblemente, por razones similares a las que existian en Inglaterra —donde la preocupacién fundamental no era, en rea- lidad, la raza, sino las clases sociales y su «calidad»—, razones ba- sadas en la necesidad de sanear y mejorar las condiciones de la poblacion trabajadora, y de controlar tanto a ésta como a fos ine- vitables grupos marginales. En los afios treinta, con el ascenso del nazismo, la carga ideolégica de! concepto de «raza» y su compleji- dad se harian atin mayores, pero mas adelante trataremos sobre el asunto. Lo cierto es que en Alemania, creadora del sistema de seguri- dad social con Bismarck, surgié tempranamente, en 1905, una So- ciedad para la Higiene de la Raza, después de que Alfred Ploetz fundara el Archiv fiir Rassen und‘ Gesellschaftsbiologie. Ploetz tuvo relacién con Galton, a quien consulté sobre estos problemas de la raza, También en Estados Unidos los movimientos eugénicos son de comienzos de siglo. Sin embargo, el lanzamiento internacional de la eugenesia parece haberse apoyado, fundamentalmente, en. el congreso organizado por la Eugenics Education Society de Lon- dres, y desarrollado en esta misma ciudad en 1912. A partir de este momento comenzaron a organizarse diversas’ sociedades en los 36 paises de Europa y en algunos de Asia, subsidiarios del Imperio Britanico. En Espafia, asi como en los paises Latinoamericanos, aunque se comenzaba a conocer la eugenesia, y en algunos casos habia intentos de difusién e incluso algun participante en el con- greso de 1912, no Ilegé a organizarse ninguna agrupacién en torno ardarideasswen ncn ~ La Primera Guerra, la guerra del catorce, significé un gran freno para el movimiento eugénico europeo, y no se realizé ningin congreso internacional hasta 1921, y éste ya organizado en Nueva York, Los norteamericanos, menos afectados por la guerra, preo- cupados por la cantidad de inmigrantes ya existentes y por los que ahora Iegaban de Europa, y por la existencia de una abundante poblacién negra, seguian desarrollando sus medidas y técnicas eu- génicas —leyes de esterilizacién no voluntaria de anormales y en- fermos, tests de inteligencia, etc.—, asi como la investigacién de la poblacién, como la realizada por el centro de Davenport en Cold Spring Harbor. Por otra parte, sabemos la importancia fundamen- tal que tuvo la investigacién desarrollada en Estados Unidos para la evolucién de la genética. La preeminencia en el movimiento eu- génico internacional pas6, pues, a manos de esta nacién, que tam- bién organizé el tercer congreso internacional de eugenesia en 1932. Durante los afios veinte hubo un nuevo impulso de estas ideas eugénicas, aunque ya se comenzaban a percihir diferencias, tanto entre eugenistas de un mismo pais como entre los movimientos de los diversos paises. Hay diferencias en las diversas concepciones que sobre la influencia de la herencia en contraposicién con la me- dio-ambiental se tiene, sobre la importancia e incluso la definicion de raza, sobre la importancia del conocimiento genético y su deter- minacién o no de las posibles medidas practicas a tomar con las poblaciones, etc. Hay que tener en cuenta que, en realidad, los huevos conocimientos genéticos no apoyaban el postulado basico de Ja eugenesia ortodoxa. Si algunas enfermedades estaban deter- minadas por genes unicos, lo que permitia seguir, por medio de las leyes de Mendel, su posible transmisién, esto era en casos contados y no sucedia en casos tan complejos como el comportamiento hu- mano. Muchos paises europeos vuelveh a desarrollar sus instituciones y movimientos eugénicos y se agregan algunos nuevos. Los patses nordicos y Alemania, asi como algunos centroeuropeos, refuerzan su eugenesia, y en los congresos se presentan trabajos de estudios 37 de la poblacién como, quiz4, elemento fundamental de la actividad que esos grupos desarrollan. En Espafia también alcanzan por es- tas fechas, hacia finales de los afios veinte, gran difusién los temas de sexualidad, matrimonio, maternidad, etc., todos ellos ligados a la eugenesia, y en 1928 se realiza en Madrid ef Primer Curso Eugé- nico Espaftol. La guera civil y el ascenso de Franco parecen haber casi terminado con Ja eugenesia, aunque durante la guerra hubo dos tendencias eugénicas opuestas, una defendiendo la «higiene de la raza» a través del exterminio de Jos rojos y marxistas (15), y otra intentando la proteccién de la maternidad, sobre todo obrera, es iableciendo consultorios y medidas sanitarias diversas, representa- da fundamentalmente por Marti Ibéfiez y los médicos anarquistas ¢ izquierdistas del momento (16). En Latinoamérica se comienzan a formar grupos de, fundamen- talmente, médicos preocupados por los problemas de poblacién, por las condiciones de poblaciones de alta mortalidad infantil y adulta, de terribles condiciones higiénicas y sanitarias, con enfer- medades endémicas y epidémicas diezmando pueblos heterogéneos en su composicion y, ademas, escasos para los enormes territorios de que se trataba y para el desarrollo de esos paises. Las primeras sociedades, en Brasil y Argentina, surgen en esos afios y la Primera Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura se realiza en 1927, en La Habana, promovida por los «homicultores» cubanos, en primer lugar por Domingo F. Ramos, y seguramente con el im- pulso de los eugenistas norteamericanos —Davenport, Laughlin— a los que estaba muy ligado Ramos. La siguiente conferencia se realizé en Buenos Aires, en 1934. La programada para 1938, en Bo- gota, no se realizé porque la Conferencia Panamericana, que en la prdctica habia sido la promotora original de estas reuniones, de- cidié que se integrara al Congreso Panamericano del nifio, hecho ya de por sf significativo, porque indica una determinada valora- cidn de los problemas eugénicos. . Los afios del desarrollo de la eugenesia en los paises de Latino- américa son los afios treinta, e incluso los cuarenta. Si el ascenso de Hitler al poder y el Tercer Reich fueron un nuevo freno para la eugenesia europea y norteamericana, que culminé con Ja segunda guerra mundial, no sucedid lo mismo en América Latina, en donde Jos movimientos perduraron, por lo menos en los paises en que se habian organizado con més fuerza, como Argentina y México, hasta los afios cincuenta, sesenta y en Argentina hasta los setenta. Y es 38 importante tener en cuenta estas diferencias temporales, porque en muchos casos. condicionan, aunque slo sea parcialmente, el tipo de eugenesia que se desarrolla y mantiene en los diferentes paises. En los afios treinta y cuarenta hay nuevos conocimientos médicos, genéticos y antropelégicos que permiten no caer en cier- tas.concepciones.sobre-la-raza o la herencia patolégica. Eso no quie- ve decir que en algunos casos no persistieran, coexistiendo con nuevos conocimientos sobre genética, viejas ideas sobre la trans- misién hereditaria, como siguen persistiendo hoy en dia en casos como el del famoso banco de esperma de premios Nobel y notables que se prestan para producir nuevos genios, con sede en California. También hay que tener en cuenta, y lo veremos en su momento, las diferencias en los condicionantes sociales y politicos que inciden en los aspectos ideoldgicos, y también cientificos —por ejemplo, en la consideracién de la raza y el mestizaje— de la forma en que se concibe y se quiere utilizar Ja eugenesia, en tanto en cuanto for- ma practica de sanear y regenerar una sociedad, y de controlarla y ordenarla. Raza y eugenesia La cuestién de la raza, tan en boga durante el siglo xix —tam- bién en la primera mitad del xx, como veremos—, fue el centro de Jas grandes polémicas antropoldgicas, como es bien sabido y no yamos a recordar aqui (17). En realidad el ambiguo y confuso con- cepto de raza fue —y en muchos casos sigue siendo, recordemos como ejemplo extremo el caso de Sud Africa— una forma de esta- blecer diferencias entre unos y otros grupos humanos —pueblos, naciones, clases sociales—, y a partir de las diferencias, jerarquias. ¥, a partir de un orden jerarquico de valores «raciales», se puede afirmar la importancia para Ja civilizacién del propio grupo y su derecho a conquistar, «civilizar> 0 controlar a otros grupos hu- manos. Esta forma de clasificar a los seres humanos contribufa a des- arrollar los sentimientos colonialistas y nacionalistas que con tan- ta fuerza se manifestaron en la segunda mitad del siglo xix, y tam- bién los sentimientos de superioridad de unas clases sobre otras; sobre unas clases inferiores a las que era necesario sanear, educar y moralizar. 39 En Europa se producen, a Jo largo del xix, diversos intentos de clasificar a los grupos humanos, atribuyéndoles, claro esté, dife- rentes «valores». Para Gobinau, el grado de valor o superioridad se basaba en el grado de «civilizacién» alcanzado, concepto, el de civilizacién, que él mismo define, poniendo asf el baremo que le interesa. Vemos, ademas, que considera razas a los distintos gru- pos dentro de una nacién —por ejemplo, en el caso de Francia, a Bretones, Normandos, Gascones, etc.— e insinia raépidamente- una diferencia de clase. Asi dice: «Lo que hay que sefialar es que, mien- tras en Ja China, en el Tibet y en la India las nociones més esencia- les para el mantenimiento de la civilizacién son familiares a todas las clases, entre nosotros no ocurre absolutamente nada de eso. El primero, el mds elemental de nuestros (18) conocimientos, el mas asequible de cllos, resulta un misterio nada atrayente para la masa de nuestra poblacién rural; pues muy generalmente no sabe leer, ni escribir, ni concede a esto ninguna importancia, debido a que no se le alcanza Ja utilidad ni Ia aplicacién de ello» (19). Pero no se crea que con educacién puede solucionarse el problema de las diferencias, pues, dice: «tan pronto como esos individuos poseen los primeros elementos de Ja ensefianza qué hacen? Se dedican a cosechar ideas hostiles al orden social». Todas estas apreciaciones, que argumenta largamente, no se aplican sdlo a Francia, sino a to- da Europa. Lo cierto es que Gobineau hace en su obra, con toda ligereza, el tipo de transposicién que se seguira dando incluso a lo largo del siglo xx, la de raza a clase. Los antropdlogos ingleses, ya en plena efervescencia de} «Indice cefalico» (20) como método fundamental para diferenciar razas, mi- dieron los créneos de los distintos componentes de la Gran Breta- fia, comprobande que Irlandeses y Galeses presentaban las carac- teristicas de las razas inferiores: predominio de los tipos braqui- céfalos y morenos. Incluso hubo alguno que intenté directamente el estudio de las clases sociales, buscando la comprobacién de qué las clases elevadas tenfan predominio de los tipos raciales superio- res, dolicocéfalos y rubios. De todas maneras, el racismo no se atenia sélo a las caracteris- ticas fisicas, y cuando éstas fallaban —lo que sucedia con mucha frecuencia— se apelaba a otras caracteristicas: capacidades, habi- lidades, comportamiento, Esta actitud puede constatarse en el li- bro del propio Gobineau, cuya obra se basa realmente en la histo- ria de las civilizaciones y en lo que él considera como costumbres, 40 hechos, acciones valiosas de los grupos humanos europeos, y en sus consecuencias; lo mismo que Galton hacia a nivel individual y de grupos sociales o de las clases sociales inglesas, Gobineau lo plantea para los grandes grupos sociales. Y situados ya en el si- glo xx, vemos que cuando Hitler explica en Mein Kampf como des- cubrié:el-peligro'que'significaban los judios, dice que al comienzo no veia diferencia entre ellos y los alemanes. Los coisideraba ale- manes con diferente religién. Pero después descubrié las conexio- nes de los judfos con el Partido Social Demécrata, y también se dio cuenta de que periodistas que trabajaban en publicaciones que él, Hitler, rechazaba, y artistas y creadores de obras que él desprecia- ba porque consideraba que iban contra la cultura alemana, o las esencias alemanas, eran judios. Fue entonces, dice en su libro, cuan- do Ilegé a la conclusién de que los judios eran de otra raza, no eran verdaderos alemanes. Eran de una raza inferior que lo que hacfa era provocar Ja degeneracién de la pura raza germana (21). Por esos tiempos el mito de Ja raza «aria», «ndrdica» o «teuténica» ya circulaba hacia afios por Europa (22). En Latinoamérica la cuestién racial era mds compleja, en tanto en cuanto existian grupos indigenas mas o menos importantes, ne- gros, en muchos casos de antigua procedencia, y blancos. Los blan- cos, también en unos casos de antigua procedencia, desde la con- quista y colonizacién, o pertenecientes a mas cercanas inmigracio- nes, que se fueron produciendo a Jo largo del siglo xx. En algunos casos se agregaban también grupos inmigrantes de raza amarilla de bastante importancia. La antigiiedad de las poblaciones indigena, blanca y negra, hizo que, ademés, existieran grandes —a veces predo- minantes en mimero— sectores de la poblacién con un mestizaje totalmente establecido, como es el caso evidente de México. En otros casos Ia situacién era tan compleja como la representada por Brasif, con abundante poblacién negra como gran sustrato (23). A pesar de esta complejidad, también en Latinoamérica podia realizarse con facilidad la asimilacién entre raza y clase. Las cla- ses superiores estaban formadas, en su gran mayoria, por indivi- duos de raza blanca, y Jas inferiores por todas las otras razas, con excepcidén de algunos casos de grupos inmigrantes que adquirieron cierta preponderancia, o en que el mestizaje era realmente muy poderoso y los blancos pures muy minoritarios, Otra de las cuestiones importantes de la época, a la que se ligaba 41 estrechamente el racismo, y la eugenesia como instrumento préc- tico de control de la raza, era el nacionalismo. En algtinos casos esta cuestién estaba ya muy resuelta, y se trataba sélo de quitar algunos elementos mds o menos contaminantes 0 nocivos para una nacién. En otros casos el nacionalismo estaba atin por resolver y establecer con toda Ja fuerza que los sectores politicos y econdémi- cos mds poderosos consideraban necesario. Creemos que es el caso de Alemania durante la segunda mitad del siglo pasado, y la res- puesta, el movimiento pangermanista que se desarrollé en el xx. Podemos citar también a Hitler en algunos cortos parrafos signifi- cativos: «La comunidad de sangre exige Ia nacionalidad comtn»; «En el norte como en el sur, la ponzofia de extrafias razas rofa el cuerpo de nuestra nacionalidad...» (24). En América Latina, como es comprensible, es también muy im- portante la creacién y consolidacién de nacionalidades tan jévenes. Y no sélo por razones politicas, sino también por esa complejidad de grupos étnicos y culturales que van conformando las naciones. La despoblacién, en algunos casos enorme, que impedia el desarro- Ilo econémico, y por lo tanto la necesidad perentoria de poblar, hacfan mas dificil la situacién (25). La necesidad de recibir inmi- grantes hace que los problemas de recepcién de nuevas «razas» sean candentes, asi como los de creacién de una «raza» nacional. En México se considera que la raza que se recibe debe ser bue- na para aclimatarse y mezclarse, y los eugenisias piensan que Ja raza espajiola es la deseable, pues ha demostrado poseer ambas cualidades. Ingenieros, en Argentina, se planiea la necesidad de formar una «raza argentina», Y dice en «La formacion de una raza Argentina», en el apartado «Nacionalidades y razas»: «Hablamos de ‘raza’ para caracterizar una sociedad homogénea cuyas costum- bres e ideales permiten diferenciarla de otras que coexisten con ella en el tiempo y la limitan en el espacio» (26), Muchos eugenis- tas argentinos utilizaron el concepto de raza expresado por Inge- neros, y practicamente todos estaban de acuerdo en la necesidad del control estricto de inmigrantés, papel que debfa jugar, justa- mente, la eugenesia (27). La inmigracién, aunque viene a llenar una necesidad imperiosa, crea a su vez problemas sociales: delincuen- cia, vagancia, alcoholismo, enfermedad mental (28). Frecuentemen- te se atribuye al origen étnico del inmigrante, o a su extraccién social y sus antecedentes, el hecho de su «propensién» a la enfer- medad mental, alcoholismo o delincuencia. 42 Era necesario, pues, controlar a los inmigrantes, tanto a nivel de procedencia nacional o cultural, como a nivel individual. En este caso, la eugenesia es el arma ideal de control, pues no sélo considerardé las caracteristicas «raciales» 0 nacionales del individuo inmigrante, sino sus caracteristicas personales y familiares, Los . Nerteamericanos fucron.Jos primeros en poner en practica medidas de control de inmigracién, teniendo en cuenta ambos tipos de fac- tores, y los eugenistas contribuyeron claramente-a la elaboracién de sus leyes de control de inmigracién (29). El tema de la inmigra- cién serd ampliamente discutido por Jos eugenistas latinoamerica- nos —en general tendentes a dar mas valor al aspecto individual, pero también preocupados por controlar la Hegada de ciertos gru- pos de inmigrantes que no se consideraban idéneos para la mezcla de razas, v.g., los pueblos de raza amarilla— como puede compro- barse tanto en las publicaciones eugénicas de cada pais, como en las Conferencias Panamericanas de Eugenesia y Homicultura, de 1927 y 1932. Si en el siglo x1x se produjo el auge de las mediciones fisicas, el gran desarrollo de Ja antropologfa fisica, que permitia detectar las caracteristicas de inferioridad y superioridad, de normalidad o anormalidad, de criminalidad —recordemos los trabajos de Lom- broso y su creencia en la existencia de un «criminal nato» con unas ciertas caracteristicas fisicas (30)—, el siglo xx fue el siglo del des- arrollo de los test mentales. Una vez se hubo conseguido condensar las «capacidades» y «habilidades» en un solo concepto, el de «inte- ligencia», fos cientificos se dedicaron a medir esa inteligencia, y a utilizar estas mediciones para clasificar a los individuos. Galton habia dedicado todo su esfuerzo a conseguir mediciones adecuadas de los individuos, de manera de poder diferenciar antropométrica- mente a criminales de honrados, a enfermos o degenerados de sa- nos, y a inteligentes de tontos. Galton no consiguié lo que deseaba, a pesar de la diversidad de métodos utilizados —desde las fotogra- fias compuestas hasta las mediciones combinadas de varias zonas corporales—, pero algunos de sus sucesores, los que siguieron la linea del estudio y medicién psicolégica, llegarian un dia a conse- guir un {ndice de inteligencia (31). Lo cierto es que, se utilice el método que se utilice —en el si- glo xvi las descripciones y valoraciones del «otro» se basaban, mas gue en caracteristicas ffsicas, en formas culturales y sociales—, en realidad siempre se esta valorando comportamientos. Se califica 43 o descalifica a grupos o a individuos aislados porque son capaces de ciertos logros, porque se ajustan mas o menos a Ja norma que el «calificador» estima como correcta o valida, porque entran, pues, dentro de un comportamiento «normal». La busqueda de diferen- tes formas de reconocer estos comportamientos «normales» o «anormales» —por si o por estigmas o marcas que los revelen inclu- so antes de que.se manifiesten— ha dependido de Ja época, del momento histérico, de la necesidad mayor o menor de tener bare- mos para justificar actitudes 0 medidas de control, y del desarro- No cientifico alcanzado en ese momento histéricc. E] desarrollo de la antropologia fisica, el concepto de unidad del ser humano, de unificacién entre la mente y el cuerpo —como la concebia a principios del xix Erasmus Darwin, y como la desarro- llaron los frendlogos—, hizo que se buscaran signos de identifica- cién de los posibles comportamientos antisociales, registrando ca- racteristicag fisicas —llegando a extremos como el de Lombroso en cuanto a la identificacién de individuos, o al de Vacher de La- pougge en cuanto a las caracteristicas «raciales»—, pero siempre, insistimos, como forma de valorar una conducta resistente a la norma, o incluso de predecir una posible conducta de ese tipo. Esta asimilacién entre rasgos fisicos y maneras de ser y compor- tarse fue, por lo menos aparentemente, diluyéndose con el tiempo —aunque perdura en el fondo de todos nosotros— y fueron sur- giendo formas més sutiles de deteccién de la «anormalidad», des- arrolladas fundamentalmente por la psicologia. La idea de degeneracién de Ja raza que se manifiesta con tanta fuerza en el xix, la patologizacién de la sociedad en todos su ambi- tos, que lleva a la busqueda de soluciones médicas no sélo para las epidemias y para la mortalidad infantil, sino para toda la «cuestién social», permite el desarrollo de la eugenesia. La eugenesia busca una valoracidn y clasificacion de clases y razas, pero a través de_ una valoracién individual que, segtin sus fundamentos, permitird segregar a los elementos mds negativos y facilitar la proliferacién de los positives. Su establecimiento exige un control individual, considerando al sujeto no sélo por sus propias caracteristicas per- sonales —se elaboran cartillas personales biopatologicas—, sino también por su historia familiar —se hacen much{simos estudios familiares—. Y, claro est4, exige también el estudio de la insercién del sujeto en un grupo racial —trabajos sobre las caracteristicas del hombre de los Andes, por ejemplo, ademas de los clasicos so- 44 bre diferencias entre razas negra, amarilla y blanca—. Los eugenis- tas consideran que-este tipo de estudios, fundamentalmente fos in- dividuales, los deberfan Ilevar, preferentemente, el médico y el maestro, La eugenesia, pues, permitiria establecer un control per- fecto de la salud y caracteristicas de las poblaciones, y de sus com- ~portainientos, “Antecedentes de pobreza, de vagabundez o resisten- cia al trabajo, de rebeldia o de enfermedad que impida ser um buen soldado o un buen productor, serfan suficientes para tomar medi- das con respecto a un individuo: esierilizacién, impedimentos para e] matrimonio, segregacién. La eugenesia podia ser un instrumento muy flexible de control social, cumpliendo, ademas, con uma im. portantisima labor de medicina social y preventiva (32). La eugenesia en Latinoamérica Las primeras manifestaciones eugenésicas —nos referimos a expresiones en las que ya se hace mencién al movimiento eugenési- co organizado por Galton en Inglaterra, y no a contenidos que, por ejemplo, podian encontrarse también en obras de higiene o pueti- cultura— se observan, en los diversos paises latinoamericanos, du. rante Ia segunda década del siglo xx, frecuentemente como mani festacidn posterior a la realizacion del Primer Congreso Internacio. nal de Fugenesia de 1912. A su estimulo respondié, segin palabras del autor, el primer trabajo sobre eugenesia realizado por Renato Kehl, la figura seiiera del eugenismo brasilefio, en 1913 (33). En Argentina, y a instancias del Eugenics Record Office, se designa en 1915, una comisién destinada a representar a Ia nacién en el Segundo Congreso Internacional de Eugenesia, que se queria rea- lizar en 1916, y que fue suspendido por la guerra. En el afio dice séis comienzan las actividades de Victor Delfino, gran propagandis- ta de la eugenesia, aunque no Ilegara a plasmar sus intentos prac- ticos de organizar una Sociedad Argentina de Bugenesia. Después de una primera reunién preliminar en 1918, de la redaccién de un folleto de propaganda y de multiples reuniones a lo largo de 1919 el Proyecto quedé en eso, en proyecto. En este primer intento de institucionalizar la eugenesia participé también Gregorio Araoz Al- faro, que serfa miembro destacado de Ja si activa Asoviacién Argen- tina de Biotipologia, Bugenesia y Medicina Soci eG. g x licina Social, fundada en 45 Otras manifestaciones tempranas del conocimiento del tema en Latinoamérica, y de la imporiancia que comenzaba a adquirir, son Jas obras de la pediatra uruguaya Paulina Luisi, que publica en 1916 Algunas ideas sobre eugenesia, y diversos trabajos mas sobre edu- cacién sexual y prostitucién en los afios diecinueve y veinte. Mas Ilamativa atin es la carta a Victor Delfino que en 1919 pu- blica el peruano Enrique Paz Soldan, titulada «La eugenizacién, de América». Esta carta, publicada originalmente en el periédico La Republica de Buenos Aires, fue reproducida en Ja revista espafiola La Medicina Social Espafiola, fundada por esos afios como intento preliminar de agrupar a los profesionales espafioles preocupados por la medicina social y la eugenesia. El Instituto de Medicina So- cial, de los aiios veinte, fue el primer esfuerzo serio por crear en Espafia una institucién eugénica, del que no estuvo ausente tampo- co Victor Delfino (35). En su carta dice Paz Soldan, entre otras cosas: «Estoy cada dia més convencido de que, después de la guerra, no habra instrumen- to mas eficaz para la reconstruccién del mundo y de sus socieda- des que Ja Eugénica.» Considera que este nuevo movimiento ya se nota, en Europa, por la creacién, o intentos de creacién, de minis- terios de sanidad ptiblica —es importante notar esto, para que se tenga en cuenta la temprana y estrecha relacién que se establecia entre eugenesia, sanidad y medicina social—; en Norteamérica, por Jas transformaciones en la medicina, y en América Latina, por: «la labor apostdlica de la ‘Liga prosaneamiento do Brasil’, a cuyo fren- te esta Belisario Penna, para redimir el sertao brasilefio de sus seculares causas de degradacién biosocial; la no menos activa cam- pafia de la Sociedad de Eugenia de Sao Paulo, con Kehl, Vieira de Carvalho y otros a su frente; la activa labor que usted y un grupo de argentinos patriotas y videntes realiza para formar la Sociedad Eugénica Argentina». Pero considera Paz Sold4n que hay que hacer atin més, unir a todos los eugenistas americanos en una confederacién intelectual. Y dice: «Esta confederacién internacional de los eugenistas, de los médicos sociélogos, de los que saben de la evolucién racial y del modo de obtenerla sin violentar las leyes preestablecidas que rigen al mundo y sus sociedades, podria nacer facilmente si todos los que, como usted, estén dotados de la rara aptitud de coordinar voluntades se ponen a la obra» (36). : ; ‘A pesar de todos estos antecedentes, la realidad es que las mas 46 poderosas instituciones. eugenésicas no comenzaron a funcionar asta finales de los afios veinte. La mas Precozmente activa, la for- mada por Renato Kehl, tuvo una vida muy efimera al comienzo publicando escasos mimeros de su revista Anais i Kehl se traslads después a Rio de Janeiro, y alli publiee a moka de-Eugenia partir deb aiio 1929, afio, ademds, del Congreso Brash leiro de Eugenia, y después formo una comisién, privada, la Co. missao Central Brasileira de Eugenta, en 1931. El fue realraente ol motor principal de una eugenesia, podriamos decir, ortodoxa, que rane casi solamente en su figura y en algun otro colabora- _ Las instituciones eugénicas mds importantes, la argentina Aso- ciacin Argentina de Biotipologta, Fugenesia y Medicina Social Ja mexicana Sociedad Mexicana de Eugenesia, datan, respectiva, mente, de 1932 y 1931, y el Instituto de Medicina Social de Lima fundado por Paz Soldan, de 1927. , Sin poderlo asegurar, podriamos si indicar que quizas exista una relacién —entre otros factores locales— entre el aumento de la preocupacién por la «cuestién social» y las situaciones —mnovil. zaciones obreras, et¢— que se crearon durante los ailos de posgue. rra del catorce y revolucién rusa, por un lado —finales de le se, gunda década del veinte—, y durante los aiios posteriares a la crisis mundial del veintinueve. Lo cierto es que en los afios treinta ha en términos generales, ana cierta crisis o detencidn en la expansion capitalista, que, con altibajos, se habia ido desarrollando en los paises latinoamericanos. Los problemas de poblacién, tanto en cuanto a su mimero come a las condiciones de ésta para desarro. Nar el trabajo agricola y también industrial, aunque en menor me- dida, habian sido siempre problemas cruciales en América Latins dadas las caracteristicas ¢ historia de la composicién y namero de su poblacién, numero siempre escaso, composicién siempre hetero- génea en grado sumo. Esto explica la importancia que adquirié este problema —por otra parte mundial— en las actividades de ls eugenesia latinoamericana. Los contenidos fundamentales de las discusiones y planteamien- tos de la eugenesia latinoamericana son, Por una parte, comunes a los de toda la eugenesia: problemas de control del matrimonio de la procreacién, cuidado de la madre y del producto de la concep. cién, incluyendo, ademés, una enorme preocupacién por el control del desarrollo —y, mas atin, de la supervivencia— del nifio, preocu- 47 pacién légica en paises en los que los indices de mortalidad infan- til eran elevadisimos. Esta preocupacién se refleja incluso en el nombre de muchos congresos y reuniones —Conferencia de Euge- nesia y Homicultura— 0 de asociaciones 0 sociedades en las que se habla de ortogénesis y otras variedades de anexos a la puericul- tura. Muchos eugenistas se consideran deudores de Pinard, médico francés «creador» de la puericultura, asi como de toda la eugenesia francesa, con su carga ambientalista. También se manifiesta la preocupacién por la degeneracién de la poblacién, siendo en este caso la cuestién de las causas de la degeneracién atm més compleja gue en el caso curopeo, por la enorme mezcla de razas y la presencia de razas consideradas, ex- plicita o implicitamente, inferiores. El problema de la degeneracién lleva a la discusién de las medidas de esterilizacién como forma de control de la reproduccién. Pero en paises que sufren por la des- poblacién, y al mismo tiempo con una carga religiosa muy grande, con gran influencia catdlica, este tipo de medidas no son bien acogidas, y menos por integrantes de la burguesia media, que aun- que progresistas en cuanto a ciertos aspectos sociales, no lo eran en aspectos morales. En gran medida su lucha era no sdlo por es- tablecer una poblacién sana y trabajadora, sino que esta condicién debia ir ligada inexorablemente a una conducta moral, de respeto a la norma y a las buenas costumbres. Aunque Ja eugenesia europea, pero més que nada Ja norteame- ricana, se preocupd por las razas, en el caso latinoamericano esta cuestién fue muy importante. La composicién racial de la mayoria de los paises era compleja, y no se trataba de mezcla de «razas» blancas, més 0 menos homogéneas en sus caracteristicas —aunque algunos antropélogos se dedicaran a sefialar con fuerza jas dife- yentes caracteristicas de las diferentes razas blancas, nérdica, alpi- na, mediterrénea, en cuanto a su posible papel en el desarrollo de la civilizacion y en el «progreso»,de la humanidad—, sino de razas, grupos culturales, étnicos, tan profundamente diferentes como los diversos indfgenas, desde los amazénicos hasta los mayas, los di- versos grupos de negros, la variedad de blancos, las colonias de chinos y japoneses y el abundante y, en la mayoria de los casos, antiguo mestizaje. Podriamos centrar el problema racial que los eugenistas —y no eugenisias, politicos, socidlogos, ete.— latinoamericanos se plan- 48 teaban diciendo que habia una gran preocupacién por, de alguna manera, desarrollar, por encima de las otras, una raza blanca, En algunos casos —Argentina, México, Peri— se consideraba también que era necesario desarrollar o hacer evolucionar, dentro claro esta de su propio nivel, que nunca seria el de la raza blanca, a-los-grupos-indigenas-que tan exitosa y util labor podian realizar en el campo y en las minas (39). Unos y otros hacen grandes elogios de estos grupos indigenas, que en algt caso son éstudiados con detenimiento, aunque lo que se quiere es que permanezcan como grupos independientes, sin cruzarse, pero adquiriendo un nivel sa- nitario y de educacién que les permita ser honrados trabajadores y padres de familia. La raza blanca era, de todas maneras, y por més panegiricos que se hicieran de las razas aborigenes, o inchiso en algunos casos, de los mestizos, la raza superior, fa raza esencialmente portadora de los mas elevados valores —aunque en algunos casos tuviera ejemplares poco recomendables, que también era preciso contro- lar— y por esa razén era necesario recibir inmigrantes que contr buyeran a desarrollar el pais y, en casos como el de Brasil, México © Pert, a cblanquear» la «raza» de cada uno de esos patses, La inmigracién blanca era, pues, imprescindible (40). Pero no todas las razas blancas eran igual de deseables, puesto que era importante, y asi lo manifestaban muchos eugenistas, que fueran razas bien adaptables al medio, y posibles de una buena cruza_ con los mestizos existentes. Asi, los eugenistas mexicanos consideran que la raza idénea para blanquear el mestizaje de su tierra es la espafiola. Aunque no es la mejor de las razas europeas —la nérdica o aria— es, dicen, la que a lo largo de la historia ha demostrado mezclarse mejor y adaptarse mejor al medio, También los argentinos manifiestan opinién semejante con respecto a italia. nos y espafioles, aunque a sabiendas de que Jas razas latinas tie- nen aspectos muy negativos, como, por ejemplo, el alto indice de criminalidad (41). Sin embargo, todos reconocen la necesidad del contro! no sélo de la nacién de origen, sino individual, de los inmi- grantes. Y mds después de la guerra, en que se considera que los mejores hombres han muerto, y sélo viene la escoria. Las Conferencias Panamericanas de Fugenesia y Homicultura, Ja primera celebrada en La Habana en 1927 y la segunda en Buenos Aires en 1934, contienen amplios capitulos dedicados a la inmigra- cién. En el caso de la primera conferencia, la delegacién cubana, 49 dirigida por el eugenista Domingo F. Ramos —uno de los eugenis- tas latinoamericanos de la escuela més «ortodoxa» y extremista, junto con Renato Kehl, del Brasil—, presenta un Proyecto de Co- digo Panamericano de Eugenesia y Homicultura (42). Con este pro- yecto se quiere contribuir al «mejoramiento de América», dice Ra- mos, ya que «hay que reconocer que la obra de América constituye la prueba histérica mayor de la pujanza y espiritu de progreso de Ja raza blanca» (43). Después de grandes alabanzas a la raza blanca concluye Ramos que hay dos maneras para lograr ese mejoramiento de América: una, por medio de una politica migratoria semejante a la adoptada por los Estados Unidos de Norieamérica; otra, sa- neando los «gérmenes» existentes por medio de la profilaxis ma- trimonial. Recordemos que la ley de inmigracién norteamericana de 1924, en que se establecian cuotas de inmigracién para los distintos gru- pos europeos, fue una ley muy inspirada por los eugenistas, y en cuya redaccién fue elemento fundamental el eugenista Henry H. Laughlin, el gran amigo de Ramos. Por otra parte, la comunicacién a este congreso de Charles B. Davenport, el eugenista de Cold Spring Harbor, se titulaba ¢ insistia en que «nuestros hermanos de América» sigan el ejemplo del gran hermano del Norte, estableciendo una legislacién bajo principios eugenésicos. En el articulo 12 del Cédigo que Cuba presentaba a discusién, se decfa: «Las Naciones de América dictardn y aplicarén leyes de Inmigracién que les defienda de Ja entrada en su territorio de in- dividuos somaticamente irresponsables y de condiciones germina- les malas, 0 procedentes de Naciones que no hayan aceptado o no cumplan con los preceptos de este Codigo» (44). El Proyecto de Cédigo fue muy contestado y discutido, levando el peso de las criticas y objeciones a los presupuestos que sobre razas e inmi. grantes contenia el documento, Enrique Paz Soldén, representante del Pert. “ Debemos decir que la mayoria de representantes de los diferen- tes paises eran diplomaticos destinados ex Cuba, y no verdaderos eugenistas, y que la realizacién de esta Conferencia de Eugenesia y Homicultura habia sido un mandato o recomendacién de la Quin- ta Conferencia Panamericana, La carga politica era, pues, muy gran- de. Paz Soldan critica, pues, los principios en que se basa el Cédigo, y dice entre otras muchas cosas: «Yo estimo que a pesar de todo 50 Jo que se habla de razas, a pesar de todo cuanto se diga con res- pecto a este particular, no podemos decir que haya una raza deter- minada.» Y que, «una legislacién sobre este particular, a pesar de muestras mejores intenciones, lo unico que traeria seria resucitar el espiritu racial, y traeria también, como consecuencia, lo mas gtave de todo: ‘el imiperialismo, los conflictos politicos, las luchas enconadas» (45). Ramos sigue insistiendo en las bondades de la politica nortea- mericana sobre inmigracién, estudiando al individuo desde un pun- to de vista biolégico, eugénico. Y agrega, muy significativamente: «Si nosotros no aclaramos este extremo, resultaré que los Estados Unidos, siguiendo una politica sobre esta materia, Hegaran a fijar cuota para el ingreso en su pais, a los individuos procedentes de naciones americanas como ahora fo hacen con los procedentes de Europa.» A lo que responde Paz Soldan, refiriéndose a la poca base biolégica de estas consideraciones, y resaltando el aspecto politico de todo este juego: «La cuota al inmigrante en los Estados Unidos es mds que nada una solucién econémica con el concurso de la ciencia, pero no una solucién bioldgica, porque no tendria funda- mento» (46). En esta conferencia de La Habana se estaba jugando, pues, entre otras cosas, la politica norteamericana de expansién de los afios veinte. En organizaciones panamericanas en aparente pie de igualdad entre todos Jos «hermanos americanos», pero intentan- do obtener leyes y controles convenientes para sus intereses, En este caso la oposicién fue fuerte, tampoco Ja presién del her- mano del norte fue muy grande, y el Proyecto de Cédigo quedé estancado. Sin embargo, en la Segunda Conferencia de Bugenesia y Homicultura, celebrada en Buenos Aires en 1934, Ramos seguird insistiendo en el tema de la inmigracién! En este congreso se for- ma una comisién para que estudie esta cuestidn, puesto que habia posiciones encontradas. Son afios malos, inmediatos a la gran crisis mundial del vein- tinueve, y la cuestién del desarrollo y de la mana de obra necesa- ria para impulsarlo es nuevamente candente, Ademés, la inmigra- cién ha decafdo significativamente. El tema es importante, y la comisién, formada por el inevitable Ramos, un representante de México —pais con graves problemas de emigracién hacia Estados Unidos, que ya habia manifestado objeciones a la politica de este pais con respecto a la inmigracién latino americana— y otro de Argentina, presenta a la asamblea una Ley Modelo de inmigracion 51 para las Reptiblicas Americanas, Condiciones eugénicas exigibles al inmigrante (47). En esencia, la ley manifiesta el derecho de Jos estados a esta- blecer condiciones de entrada y residencia, la necesidad de que se realice un estudio del inmigrante en su pais de origen —se plantea el control individual mas que por razas o naciones— y el derecho de todo estado a controlar la entrada de inmigrantes procedentes de otro continente. Los representantes de Estados Unidos no se manifiestan muy conformes con el resultado, por la generalidad de Jas consideraciones. Lo cierto es que, ya en este afio 1934, los eu- genistas estan menos preocupados por la raza —si algunos, los pueblos del Pacifico como Pert, que no desean recibir inmigrantes amarillos— que por las caracteristicas culturales, por un lado, y de salud, por otra, de los inmigrantes. Pero las opiniones no son undnimes y podemos encontrar manifestaciones que van desde un extremado‘racismo hasta las que se preocupan fundamentalmente por Ios elementos ambientales, sanitarios y también econdmicos, sefialando la importancia de la estabilidad en el empleo y de un buen salario para que el inmigrante, y la poblacién en general, man- tengan el buen estado de Ja nacién, de la «raza». Como ya hemos mencionado, uno de los aspectos importantes para algunas de las naciones, Brasil por ejemplo, era la cuestion de como «blanquear» el pais. Para algunos esa era la solucién, cru- ces que permitieran «blanguear» al mestizo y la progresiva des- aparicién, por otro lado, de las razas inferiores, indigenas y negros. Pero Ia forma de actuacién no era clara, y las opiniones encontra- das (48). Se propone repetidamente, incluso a lo largo de los afios cuarenta, el estudio de la evolucién de la poblacién de los pafses americanos como base para organizar la mejor manera de lograr su mejora y progreso, siempre basada, claro estd, en su desarrollo como raza blanca. A pesar de lo dicho, y sin entrar en contradiccidén con tales ac titudes, se desarrolla en latinoamérica, por encima de todo, una politica de higiene, sanidad y medicina social. Las realizaciones practicas, tanto desde el punto de vista de la legislacién como del punto de vista de la organizacién de servicios médicos y sanitarios, se relaciona con la maternidad y el cuidado de la infancia. La legis- lacién sobre el control de matrimonios se lleva a la practica en un numero infimo de pafses como forma cohercitiva u obligatoria. La mayoria de medidas que se toman van por el camino del consejo 52 matrimonial, la oportunidad dei examen médico, las medidas de proteccién a la infancia, de las que fue pais pionero el Uruguay, que concurrié a Ia segunda conferencia de eugenesia con una legis. lacion, el Cédigo del Nifio, ya elaborada y en funcionamiento. La vertiente médica, proteccionista y ambientalista, fue. por lo tanito; Ia predominianité en’ América Latina, quizé porque, en defini- tiva, se demostré més préctica para el control de las clases traba- jadores urbanas, y también de las escasas poblaciones agricolas, Las otras medidas de control también se tomaron, pero con menor rigidez y dureza que-las tomadas en Estados Unidos, probablemen- te porque la avalancha inmigratoria no tuvo las mismas caracter(s- ticas, ni fue tan fuerte, puesto que el problema de poblacién seguia existiendo, dependiendo en gran medida de una estructura econdé- mica inadecuada. Los problemas raciales, hoy aparentemente me- nos evidentes, también siguen presentes, siendo relegados los gru- pos considerados inferiores desde el punto de vista racial, a los grupos inferiores desde el punto de vista social. El racismo depen- de, en definitiva, de la situacién econémica y social de los distintos grupos. Y los sectores situados en el poder utilizan todas las armas para controlar a los sectores que no tienen tal poder, yalos que es necesario obligar a ser productivos, convenciéndoles, ademas, de lo importante que es responder a unos ciertos patrones para cumplir con una realizacién personal. Lo grave hoy en dia es que, como siempre, no son sélo clases o grupos sociales los considerados inferiores, sino que naciones en- teras siguen siendo consideradas inferiores, aunque no se hable explicitamente de razas inferiores ni de eugenesia. La inmigracién sigue siendo controlada de la misma manera, 0 quizd de una mane- ra mas sutil, pero sigue siendo controlada como antafio. Los pai- ses poderosos, aunque vivan a costa de los demas, de los paises pobres, siguen impidiendo la libre circulacién de personas —aun- que demuestren estar sanas de cuerpo y mente— para defender su propio estatus, mantenido gracias a la explotacién de esos grupos rechazados. Quiz la diferencia est4 en que ahora no es necesario invocar ninguna ley biolégica. Se puede invocar descarnadamente el interés nacional. 53 SAE Pemeteeng tte ties tier erieeeetes NOTAS (1) Si se quiere ampliar el conocimiento sobre este tema, puede consul- tarse, en castellano, las obras de Raque} ALvaREZ PeLtez (1985), Sir Francis Gal- fon, padre de la eugenesia, Madrid; “Introduccion al estudio de la eugene sia'espafiola (1900-1936)”, en Quépu, ‘vol. 2, ntim. 1, 1985, pp. 95-122, y Brancis GALTON, con introduccion y notas de R.” AtvareZ (1988), Herencia y eugenesia, seleccién de textos de diversas obras del autor, Madrid, (2) Monet, B, A, (1857), Traité des dégénérescences physiques, intellec- iuelles et morales de Vespéce humaine et des causes gui produisent ces va- riétés maladives, Paris, Morel escribe su obra preocupado por la abundancia de enfermos mentales que observa durante el desarrollo de su actividad pro- fesional. Y considera que una serie de factores, hereditarios fundamental. mente, estan condicionando ese aumento de enférmos mentales, de degene- rados, de personas con una anormal constitucién orgdnica que se transmite de padres a hijos. Magnan, aunque en muchos aspectos esta de acuerdo con Jo expuesto por Morel, plantea sin embargo algunas diferencias. Para Morel la degeneracién era un estado “regresivo®, una vuelta atréy hacia estadios anteriores del hombre, uma detencin en la evolucién. Para Magnan Ja dege- neracién es un estado “pataldgico”, no un estado regresivo, que podria ser considerado retrasado pero normal, Magnan comienza a preocuparse por este tema en sus estudios sobre el alcoholismo, pero da una definicién Jo que es la degeneracién en su obra, escrita ‘con Legrain Les Dégénérés (Etat. mental et syndromes. épisodiqués), Paris, 1893. Bn su capitulo TT, pp. 7585, dice: “La degeneraci6n es el estado patolégice del ser que, com- parativamente a sus progeniiores mas inmediatos, ¢s constitucionalmente inferior en su resistencia psicofisica y no redme més que incompletamente las condiciones bioldgicas de Ia lucha hereditaria por le vida, Esta inferio- ridad, que se traduce en estigmas permanentes, ¢s esencialmente progresiva, salvo’ regeneracién intercurrente; pero fuera de esta excepcidn aboca mas © menos rapidamente al aniquilamiento de la especie.” ‘Texto tomado del articulo de Rafael Horrt4s (1985), “Valentin Magnan y la teoria de la degene- racién”, Rev, Asoc, Esp, Neuropsiquiatria, vol. V, num, 14. Para un conocimien- to més amplio del interesante tema del degeneracionismo francés, pueden consultarse las siguientes obras; Huertas, R. (1985), “Medicina y ciencia en 1 naturalismo literario de E, Zola”. Tests Doctoral inédita, Madrid, Prser, J. L, (1988), “Del ‘Angel cafdo’ al enfermo mental: sobre el concepto de dege- heracién en las obras de Morel y de Magnan", en Misterio y realidad. Estu- dios sobre la enjermedad humana, Madrid, pp. 215-240. En’ relacion con la situacién sanitaria de Ja poblacién europea en ¢l siglo XIX, es interesante él trabajo de Hugeras, R, y Prsez, J. L. (1987), “Las enfermedades en la Ew- ropa del siglo xix”, en Historia de lq enfermedad, Editor Agustin Albarracin, Madrid, pp. 350-361, Como una vision global de’la situacion de los grupos marginales en el siglo xIx recomendamos ef Hbro de Pestr, J. L. (1983), Cien- cia » marginacion, Madrid. 2 -_ Bebemos decir también gue Valentin Magnan formé parte del movimien- to eugenista, siendo uno de los vicepresidentes del J Congreso Internacional de Eugenesia celebrado en Londres en 1812, punto de partida, puede decirse, del movimiento eugénico internacional, Particips ademas con un trabajo, *Alcoolisme et Dégénérescence, Statistiques du service central d’admission des aliénés de [a ville de Paris, ct du Departement de fa Seine de 1867 a 1912”, @). Hourrmas, R, (1985), “Valentin Magnan y la teoria de la degeneracién”, Rev. Asoc, Esp. Neuropsiguiatria, vol. V, mim. 14, p, 366. (a) Hountns, Re (1985), p. 361, 34 (5) _BeRwarpo ve Quinds (1942), en su li . ) , en Su libro Problemas di i ‘ings; Buengs Aires, analizando las posibles causes de “denataiiecs Safe d , €n cuanto a la influencia bioldgica sobri fe doctring de Corrado Cini principal cugenista ftaliano, muy! conceals , ‘ols Pende, en Argentina—, doctrina que i 1 medio altera las edlulas somaticas, pero tambien lag germinglee nye it ¢ ndticas, pero también ‘las germi do un desgaste de ésias y, asi, la “pérdida de porencia’generaderaer oer very {0)..Rosst, Arturo..R.. 1383), “Herencia y coustitucién”, Anales de Biotipo- logia, Bugenesia y Medicina Social, ai i c icing I abo 1, nim. 3, pp. 13-14. 1 oye hRE R. (1885), “Taneodaceion al eseadior he te cugenesia espaii la Y 1900 86)" Quis, vol! 2, mim. 1, pp, 95-122, “panes § sociedades federadas eran las de Argentina, Brasil, i Pent de America Letina, fas de Belgica, Espana Goccta Cataang oe a, ,, Portugal, ia y Suiza (Romande on AER, Heke (1937), “Ltmportance Sociale dey mtuces Eugeniguee’, Sp, Si génique, Rapport, Paris, pp. 712, Las citas en p. & (10) Levt Denia Vina, G. (1937), “Le métaboli de (ig ghET DE » G. (1937), “Le métabolisme social comme facteur Fees es Ia societé”, I" Congrés Latin d'Eugénique, Rapport, rl Pearson, seguidor y amigo de Galton, fue 5 los rasiodos Sagisticas “aplicados al estudio ge poblacioncs desde somieugs e i 10s trabajos, ditigiendo el Laboratorio di génica de Londres, fundado por Galton, stuionos Ge Be reasia eens, 'uncado por Galton, y se. enfrents can los estudiosos de Ip herencia. de ti , mendelianos, fundamentalmente con Bateson. a casted Garantie era la técnica adecuada para el estudio 12) La “induccién” es definida, en el trabajo i tno "el fenémeno por el cual la influencia que el medio ejerce sobse ios pec r na, US Organismos, y como consecuel i SI dies determina, , y como ncia también en sus clas, ge for nota bioquimicas que se transmiten sucesi- ANDOLLE (1806-[893}, boténico suizo, hijo del famoso ‘aude fhtphonse DE! dneustig Pyramus Candle Pyblicd cn 1873 su obra Hisioire des Sciences Sredke oo ais, depuis deut sidcles, haciendo bineapié en la imaportancia de! nedic 2 io para que llegara a ser bi cientifico, Galton, que en Hereditary Genus habit “demostrar lo conirario, la poca importaneia del metio trenie & ia enone wee ae J herencia para el surgimiento de grandes figures ae ei por anca ae re le grandes figuras de todos los ambi escribié como respuesta al botdnico suiz Bh tense. bre pa. 2 0 res : ‘0 English Men of Si i _ blcado gu 1874, gue basandose cn cusstlonarios Tespondidos por Gs famotos f Postura favorable al peso de la herencii minante de la capacidad o habilidad. A parti icacion de eetes minante, de la ca . A partir de la publicacién de estas cone lores mantuvieron, hasta los afios noventa, una abundante ‘obre este tema de la posible fi ificaci ( ; la alsedad de la 6 aplicada, Gf interesante ol capitulo 2, “Las twampas’ del numgro® dot eo , La ciencia éuna amenaza?, Buenos Aires, Curiosamente, en este capi ti "como demosingnéa dei , ipitulo el autor se refiere, i mal uso de la cuantificacién, al libro L ise, det doctor Rene Mest ab gee og a cuantificacién, al Nbro La race francaise, del doctor René Mar- . u n tas _participantes de ja Federacién Latina de Sociedades de Hugchesa al gue te cos ee dele Pederacion Lating les de Eugenesia al que nos venimgs re- firiendo, cidn a este congreso se titulaba “Metissage et Immi- (48) ‘Vs ie ie mg) ee Nacera, A. (1973), Eugenesia de la Raza. Regeneracin de la 55 (16). Marri IniSez, F. (1937), “Sanidad, asistencia social y eugenesia en la revolucion social espaiiola”, Estudios, nam, 160, (17) De todos son bien conocidas Las polémicas entre defensores de la inferioridad de todas las razas, y sobre todo la negra, con respecto a Ja raza blanca (cualquiera fuera ef mimero de razas a considerar), y, fundamental- mente, las duras discusiones entre monogenistas y poligeniséas. El creer on un origea nico de todos fos humanos no queria decir creer en la inexisten- cia de las razas, ni dejar de pensar que existian diferencias entre ellas, ha- ciendo a unas superiores a las otras. Pero en general, y sobre todo el’ mo- nogenismo evolutivo, permitia adoptar una actitud menos duramente “racis- ta” en el sentido de despreciar algunas razas como si de animales inferiores se tratara. Muchas publicaciones tratan sobre este tema, Indicaremos solo alguna: Peser, J. L, (1983), Ciencia y Marginacién; Serax, N. (1982), The Idea of Race in Science: Great Britain 1800-1950, Londres. (18) Con este “nuestros” sdlo puede referirse Gobineau a su propia cla- se social, (19) Gopixzau, Conde de (1973), Ensayo sobre ia Desigualdad de las Ra~ zas Humanas, Barcelona, p, 84 (la primera edicién es de 1854), (20) El “Indice cefalico", que parece se debe a Reizius, establece una relacién porcentual entre el 'ancho 'y largo de la cabeza. Si ésa relacion era Ge 75 0 menos, el individuo era dolicocéfalo, que se suponfa era el tipo superior, el que respondia al Ario, a la raza més pura y con mejores cuali- dades potenciales segin el propio Gobineau. Si el indice era superior a 75, correspondia a un braquicefalo. En realidad se terminaron estableciendo tres parejas de opuestos, con tin elemento bueno o superior en cada una, y uno malo o inferior: dolicocéfalo-braquicéfalo, rubiomoreno, ortognato-prog- nato, siendo el primer elemento el positivo. (QL) Hrrter, Adolfo (1984), Mi lucha, Madrid. (22) Con respecto a esa pura raza germana, “aria”, defendida por los nazis y propuesia por Gobineau como la potencialmente mas rica, dicen Huxley y Haddon: “Hagamos un cuadro compuesto de un teutén tipica con Jos mas destacados exponenies de esa opinion. Hagamos que este tipo sea yubio como Hitler, dolicocéfalo coma Rosemberg, alto como Goebbels, es- bbelto como Goering y varonil como Streicher, ¢Hfasta qué punto se parece: rfa un tipo asi al ideal germano?” En Huxtey, J.’S. y A.C. Happow (1951), Los problemas raciates, Buenos Aires, p. 2 : (23) Stepan, Nancy Leys (1985), “Eugenesia, genética y Salud Publica: E{ movimiento cugenésico brasileno y mundial*, Quip, vol. 2, nim. 3, Mé xico, pp. 351-384. Muy interesante trabajo sobre la eugenesia brasilefia, en el que se trata ampliamente el problema ‘de Jas razas en este pais. . (24) Hirer, A. (1984), obra citada, paginas 9 y 11. Raza, sangre, linaje, y también nacién, se usaban también muchas veces indistintamente. (25) Puede verse sobre Alberdi y ia politica poblacionista argentina el . articulo, publicado en este mismo volumen, de Horacio Vazquez Rial. (26) INGENIEROS, José (1957), Sociologia argentina, Buenos Aires, p. 307. Este escrito es de 1915, Esta obra, que se compone de trabajos redactados a comienzos de este siglo, contiene una primera parte, La evolucién sociold- gica argentina, de la que queremos sefidlar la enorme carga biologizante y evolucionista que contiene, El primer capitulo se titula “De la sociologta como ciencia natural", en la misma linea de los trabajos publicados en Es- pafia por el eugenista’catalén Nicolés Amador en los afos diez, (27) No solamente los argentinos tienen estos concepios eugénicos, En Jas It Jornadas Peruanas de Eugenesia, celebradas en 1943, el colombiano Guillermo Urine Cvatta dice, en-su comunicacién titulada “Aleunos proble- mas graves de Eugenesia (Inmigracién, Feminismo moderno)”, refiriéndose 56 a Ja inmigracién en esos momentos y a la que puede producirse después de Ja guerra en curso: “que si existen pueblos donde hay escascz de habitantes por su extenso tertitorio, y que necesitan de una escogida inmigracién, no pueden descuidar el probléma, sino estudiarlo cientificamente y si fuese po- sible establecer sobre ei particular una legislacién uniforme, que, controie el posible éxodo de individuos indeseables y, en cambio, facilite el intercambio Gon un personal sano, preparado y en buenas condiciones para beneficiar las.-poblaciones.,autéctonas...”,.en Segunda Jornada Peruana de Eugenesia (1943), Lima, ‘pp. 232233. (28) A este tema se refieren muchos cugenistas argentinos desde los ais treinta hasta los cincuenta. También se pueden consultar algunas obras de Rafael Husrras, BI delincuente y su patologia, Medicina, crimen y socie- dad en ta Remiblica Argentina, inédito, y también “El aleoholismo como problema socio-médico en el positivisme argentino”, publicado en Asclepio, XXXIX, 1, 1987, En este mismo volumen puede verse, de Eduardo Batso, "El manicomio en el alienismo argentino” (09) Harly Hamilton Laughlin (1880-1943), muy importante figura de la eugenesia norteamericana y, como veremos, muy rélacionado con los euge- nistas cubanos y con la promocién de la eugenesia y el control de inmigrs- cid, en Latinoamérica, fue, a su vez, uno de los promotores de la ley de inmigracién norteamericana de 1924, el Johason Act 0 Immigration Restric- tion Aci, Argument contra el flujo de inmigrantes, especialmente de los provenientes de la Europa del, sur y de Ja central, ‘explicando los efectos negativos que su presencia tenfa para el vigor moral y fisico de la. sangre “americana”, Su testimonio ante la House Comiitice on Immigration and Naturalization fue fundamental para la aprobacién de la ley @ que nos refe- rimos, que establecia cuotas de inmigrantes segin su procedencia, Para mas detalles ver: Bren, R, D. y AuLeN, G, (1981), “The JHB. Archive Report, The Papers of Harry Hamilton Laughlin, Bugenicist”, Journal of the History of Biology, 14, nam, 2, pp. 339-353; LupMERER, K. (1972}, Genetics and American Society, Baltimore. (0) Para un mayor conocimiento de la obra de Lombroso, consultar, de José Luis y Mariano Peser (1975), Lontbroso y la escuela positivista ita liana, Madrid. Gl) Cyril Burt_y después Spearman fueron seguidores de los trabajos psicométricos de Galton, Este tiltimo Ilegd a elaborar el indice de inteligencia. 32). En un articulo’de fa revista El Hospital Argentino, en su, ntimero dedicado a la creacién de la Asociacién Argentina de Biotipologia, Eugenesia y Medicina Social, dice el Dr. Julio M. Escobar Séenz, refiriéndose a la evo- lucion de la Republica Argentina a partir de la Constizucién de 1853, esta- Dlecidas las formas e instituciones democrdticas: “Los resultados efectivos del funcionamiento de esta tan ensalzada construccién institucional van siendo demasiado mezquinos en relacién a Io que previeron los organizado- res de lo que se dio en llamar . 276, Ver en el Apéndice el punto 20 de las resoluciones y votos de Ja Conferencia, (48) Stepan, N. L, (1985), opdsculo citado. 60 APENDICE I ACTA FINAL DE LA PRIMERA CONFERENCIA PAN AMERICANA DE EUGENESIA Y HOMICULTURA La Primera Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura inicio sus trabajos en la Ciudad de La Habana, el dia 21 de diciembre de 1927, con un acto solemne presidido por el Honorable Sr, Secretario de Estado de la Reptiblica de Cuba, en el cual el propio Sr. Secretario, Dn, Rafael Martinez Ortiz, pronuncié ef discurso inaugural, El Sr, Presidente de la Conferencia, Dr. Francisco Marfa Fernandez, y el Secretario General de la Conferencia, Dr. Domingo F, Ramos, pronunciaron discursos. E] Dr. Rafael Santamarina, Delegado de Mexico, pronuncid, en nombre de los Sefiores Delegados de las Reptiblicas representadas, un discurso de salutacién, que aparece, como los anteriores, incorporado al Diario de Sesiones de la Conferencia, La sesién pretiminar de la Conferencia se celebré el dia 21 de diciembre de 1927 por la mafiana, bajo la presidencia del Dr. Francisco M. Fernéndez, Presidente de la Comisién Organizadora de Ia Conferencia. De acuerdo con el Reglamento, se procedié a elegir al Presidente defini- tivo de la Conferencia, siendo designado a propuesta de la Delegacién Mexi- cana, y por unanimidad, el Dr. Francisco M, Fernandez, EI orden de las Delegaciones quedé determinado de conformidad con el orden alfabético castellano, como se expresa a continuacién: Argentina Estados Unidos de América Bolivia Guatemala Chile Honduras Colombia México Costa Rica Panama Cuba Pert Dominicana (Repiblica) Uruguay El Salvador Venezuela La Conferencia aprobé ef nombramiento del Dr. José Enrique de San- doval como Secretario General Adjunto de la Conferencia, y Traductor Ofi- cial de Ja misma, actuando con ese doble cardcter. La Conferencia acordé por unanimidad designar Presidente de Honor de ella, a los Jefes de Estado de las Naciones representadas en la misma. La Conferencia tomé el acuerdo, por unanimidad, de nombrar Miembro de Honor de ella a los sefiores que aparecen en la lista correspondiente. 61 La Primera Conferencia Pan Americana de Eugenesia y Homicultura aprobé las Bases que a continuacién se transcriben: En cumplimiento de una resolucién adoptada por la Quinta Conferencia Internacional Americana, celebrada en Santiago de Chile, la Primera Confe- rencia Pan Americana de Eugenesia y Homicultura recomienda Jas siguien- tes bases para el desarrollo de la Eugenesia y Homicultura en el Continente Americano: Primera: Designar la ciudad de La Habana para la Sede de la Oficina Pan-Americana de Eugenesia y Homicultura a que se refiere el inciso 4° del acuerdo de la Quinta Conferencia Internacional Americana, designandose como miembros provisionales a los componentes de la Delegacién Cubana a la Primera Conferencia Pan Americana de Eugenesia y Homicultura, has- ta tanto la Sexta Conferencia Pan Americana resuelva lo conveniente. Segunda: Se recomienda a los Gobiernos Americanos, la fundacién de Institutos de Antropologia y Homicultura, preferentemente conectados con una Universidad © Instituto de Investigacion Cientifica y también de Ofici- nas de Eugenesia, que tendrén por funcién conservar los Archivos relacio- nados con los datos eugénicos individuales, y ocuparse de las cuestiones conexas con Ia herencia, el matrimonio, la esterilizacion, la raza, etc., desde el punto de vista eugénico, Tercera: Se realizaré por cada Gobierno Americano una intensa obra de educacién en relacién con Ia Eugenesia y la Homicultura. Se facilitardn las ensefianzas adecuadas sobre problemas sexuales, bien por medio de confe- rencias, publicaciones 0 consultorios debidamente apoyados y dirigidos. Cuarta: La Oficina Cental Pan Americana de Eugenesia _y Homicultura podré gestionar el establecimiento de Agencias de Informacidn y de estudio de estas materias, en aquellas Naciones Americanas que asi lo estimaren conveniente. Esias Agencias iendrin entre sus funciones, la de certificar o inspeccio- nar por si, 0 por medio de sus representantes debidamente autorizados, todos los Archivos, ya sean Nacionales o estatales, etc., asi como los trabajos que se realicen por los Institutos y Oficinas, Quinta: Se recomienda que por la Oficina Central Pan Americana de Eugenesia y Homicultura se estudien y preparen temas para ser sometidos a la prositna Conferencia sobre los criterios de clasificacién antropolégica del hombre americano, desde el punto de vista de la Eugenesia y Homi- cultura, Sexta: Los individuos clasificados como biolégicamente sanos, poseeran migracidn libre con las reservas derivadas de las disposiciones que cada Gobierno expida en uso de su soberania, Séptima: Cualguier Nacidn tiene derecho a la investigacién biolégica completa (somdtica y germinal) de los individuos que deseen residir en su territorio o a impedir o limitar esa residencia a los naturales de la Nacién que no desee admitir dicha investigacién, lo mismo que aquelios individuos que por Ja citada investigacidén se compruebe que puedan transmitir cual- quiera cualidad indeseable. : Octava: Se recomienda a las Naciones de América la expedicién de Leyes que Jas defienden de la entrada en su territorio de individuos clasificados biolégicamente como no sanos, somatica y germinalmente. Novena: Las Naciones de América diclarin y aplicarén Leyes de Inmi- 62 gracién destinadas a impedir el ingreso en sus territorios de representantes de razas cuya asociacién se considera biolégicamente indescabie, _ Décima: Las Autoridades encargadas de los contratos matrimoniales exi- girén de cada uno de los cényuges un certificado médico que se expedira previo el reconocimiento oportuno y con vista de la historia biolégica de los interesados. Las Autoridades técnicas quedan autorizadas para practicar las Pruebas. que.estimen gportunas, para la comprobacién de estos certificados, Décima Primera: La alienacién mental, la criminalidad, la sifilis no trata. da, ei alcoholismo crénico, con evidentes manifestaciones, y las narcomanias comprobadas después del matrimonio o en individuos que vivan-en apare. Jamiento voluntario, seran motivo de anulacién del contrato en el primer caso y en éste, y en el segundo, de las penas que sefialen los cédigos nacio- nales. Esta comprobacién podré realizarse no solo por el otro cényuge, sino por las Autoridades competentes. Décima Segunda: En vista del creciente aumento de las psicopattas y de Ja delincuencia, se recomienda a las Naciones de América la creacién y or ganizacién de Ligas de Profilaxis e Higiene Mental, _Décima Tercera: La mujer embarazada esté obligada a seguir las pres- cripciones médicas que tengan por finalidad la curacién 0 profilaxis del pro- ducto de concepeién, Décima Cuarta: La mujer embarazada tiene derecho a reposo por Jo menos un mes antes y después del parto, cualquiera que sea su condicin social en relacién con su situacién econémica, y a la proteccién oficial. Décima Quinta: Los Cédigos Nacionales establecerin sanciones para los culpables de infraccién de las bases décima tercera y décima cuarta, Décima Sexta: Los Gobiernos favorecerdn de todas las maneras posibles Ja creacién de seguros de maternidad, Décima Séptima: La madre nodriza tiene el deber y el derecho a poder amamantar a su hijo durante un afio. Décimo Octava: El nifio tiene derecho natural al seno de su madre du: rante los ocho primeros meses de su vida y solo sera retirado del mismo por prescripcién médica, Décima Novena: El nifio de pecho que no pueda ser amamantado por el seno de su madre, se le debe facilitar leche en buenas condiciones higiénicas, Vigésima: Las Naciones proveerin lo necesario para el cumplimiento de las bases décima sexta, décima séptima y décima novena, Vigésima Primera: Las Escuelas y otros establecimientos donde concu- rran, vivan, permanezcan o trabajen’nifios, lo mismo que las casas de fa milia, tienen que reunir condiciones apropiadas, y han de existir en las clu. dades, lugares donde puedan realizarse ejercicios fisicos con profesores que Jos dirijan, asi como hospitales, asilos y dispensarios donde puedan ser asistidos los enfermos y dirigida ta salud de los sanos. Vigésima Segunda: Las Naciones estan obligadas a dirigir el cultivo fist co y la cultura mental de sus habitantes previo estudio de las condiciones de cada sujeto por medio de pruebas ffsicas y mentales apropiadas, aproba- das por la Oficina Central Pan Americana de-Eugenesia y Homicultura. Este estudio y cultivo ha de comprender no sélo q la Infancia y a la Juventud, sino Ja edad adulta y la vejez, a cuyo efecto se dictardn leyes que demanden la cooperacién de determinadas instituciones como escueias, uni versidades, clubs, iglesias, etc. . 63 Vigésima Tercera: Se recomienda a los gobiernos la adopcién de medi- das tendentes a: 19 Establecer la prdctica obligatoria de ejercicios de gimnasia sueca en todas las escuelas primarias; 22 Que sea obligatoria en las Escuelas Secundarias y Superiores la En- sefianza Técnica de Ja Gimnasia y Ia Cultura Fisica a cargo de Técnicos Especializados; 3° Que sea obligatoria ia ensefianza de Bugenesia y Homicultura en t dos los Centros de Ensedanza secundaria y superiores, (Republica Domini cana). Vigésima Cuarta: En las Naciones se establecerd la ensefianza popular de la Eugenesia y de Ia Homicultura conectada con la Sanidad, Vigésima Quinta: Se estableceré en todas Jas Escuelas Superiores de Va- rones y de Sefioritas la ensefianza obligatoria de la Eugenesia y la Puericul- tura (México). Vigésima Sexta: En la carrera de Medicina y en todas aquellas que se crea oportuno, se estableceré obligatoria o discrecional ia ensefanza de Ja Eugenesia y de la Homicultura, precedida 9 conectada de aquellas materias que le son indispensabies tales como Genética, Embriologia Humana, o me jor Antropogenia, Maternologla y Antropologia, ademas de las de Biologia, Obsietricia, Ginecologia y Pediatria. Vigésima Septima: La Oficina Central Pan Americana de Bugenesia y Homicultura tendré relaciones estrechas con la Oficina Sanitaria Pan Ame ricana, as cuales sean estudiadas por ambas organizaciones y sometidas a Ia aprobacion de la Unién Pan Americana. Vigésima Octava: La Oficina de Eugenesia y Homicultura estudiaré Ia manera —para presentarla a la consideracién de la Unidn Pan Americana © de las Conferencias Pan Americanas— de que los territories Americanos cuyos Gobiernos no formen parte de la UniGn Pan Americana puedan incluir- se en los trabajos de Eugenesia y Homicultura. Del mismo modo se estudiardn las conexiones posibles con las organiza: ciones Nacionales Americanas y con las Internacionales Mundiales. La Coaferencia, en la sesién dei dia 23 de diciembre, procedié a designar Ja Sede de la Segunda Conferencia Pan Americana de Eugenesia y Homicul tura, habiéndose designado la Ciudad de Buenos Aires, Republica Argentina, y que esa reunién se efecttie en fecha préxima a la IX Conferencia Sanita- Ta Panamericana, La Conferencia designé Presidente de la Comisién Organizadora de la Segunda Conferencia Pan Americana de Eugenesia y Homicultura al Dr. Raul Cibils Aguirre, Delegado de la Repablica Argentina. La sesidn de clausura de la Conferencia tuvo efecto Ia tarde del dia veinte y tres de diciembre. En dicho acto hicieron uso de la palabra los Dres. José Antonio Lépez del Valle, Presidente de la Delegacién Cubana, y Ratil Cibils Aguirre, Delegado Argentino, quedando incluidos en e1 Diario ‘de Sesiones os discursos pronunciados. Redactada y firmada en la Ciudad de la Habana a los veinte y tres dias del mes de diciembre Ge 1927 y depositada en Ja Secretaria de Estado de la Republica de Cuba, a fin de que se saquen copias certificadas para enviarlas por Ia via diplomatica a cada una de las Reptiblicas de América y a fa Unién Pan Americana, 64 PROYECTO DE CODIGO PANAMERICANO DE EVANTROPIA {BUGENESIA Y HOMICULTURA) Los Gobiernos de las Potencias se comprometen a tomar -las medidas. legislativas y de otra indole que fueren nece- sarias pata que se cumplan los principios contenides en el siguiente: CODIGO PANAMERICANO DE EUGENESIA Y HOMICULTURA Catroto 1 PRINCIPIOS GENERALES Articulo 1—Las Naciones, Jos Dominios, las Colonias, los Estados, las Provincias, las Municipalidades, las Familias y los Individuos se_distingui- ran, segiin observen 0 no Jos principios contenidos en este Cédigo, a los efectos de la Eugenesia y la Homicultura, en: A.—Clasificados, B.—No clasificados. Articulo 2—Cada nacién, etc. que desee acogerse a las ventajas de este Cédigo estableceré un Archivo propio de Eugenesia que contendra los datos necesarios referentes a cada individuo; y fundara Institutos de Antropologia y Homicultura preferentemente conectados con una Universidad u otra Ins- titucién de Investigacién cientifica, _ Articulo 3.-Se establecerd una Oficina Central Panamericana de Eugene- sia y Homicultura, dependiente de un Consejo Directivo con Estaciones en Jos siguientes lugares: a sete see . Oficina y Estaciones que tendrén entre sus funciones las de certificar ¢ inspeccionar por si o por medio de sus representantes debidamente autorizados todos ios archivos ya sean nacionales, estatales, etc., asi como Ja supervisién y normalizacién Ge los trabajos de fos Institutos, Las Estaciones de la Costa estarén conectadas con los Departamentos de Inmigracidn de las regiones cercanas comprendiendo entre todas el conjun- to de costas americanas. Para la instalacién de la Oficina Central y de las Estaciones se consignaré la cantidad de... ... y para sus gastos se proveeré anualmente la cantidad . +» Cuyas cantidades se recaudarén en la forma siguiente: , fee cee ces ste vat one see Ademés, tanto la Oficina Central como las Estaciones, los Archivos y 10s Institutos tendran personalidad suficiente ‘para poder recibir y aplicar los legados que por instituctones 0 personalidades se deseare concederles, ‘La Oficina ser organizada y dependerd de la Union Panamericana y una vez, constituida redactaré un Reglamento para la aplicacién de este Cédigo, la instalacién y funcionamiento propio de las Estaciones y para la Super 65 visién y Normalizacion de Jos Archivos ¢ Institutos Nacionales, Reglamento que someterd al estudio y aprobacién de la Union Panamericana, CapiruLo II DE LAS CONDICIONES BIOLOGICAS DE LOS INDIVIDUOS Articulo 4—Todo individuo est obligado a contribuir, cuando ello fuere necesario, al esclarecimiento de su. condicién biolégica tanto somdtica como germinal, De igual manera Jo estén la pacidn, sfc, a que el individuo pertenece. Articulo 5—Las condiciones germinales de un individuo después de estu- diadas adecuadamente, se clasificarén con respecto a los conocimientos cien- tificos aceptados para cada unidad de caracteres en: A—Buena; B—Du. dosa; C.—Mala. Somaticamente serdn clasificados los individuos en relacién con su de- recho a la libertad de accion en: Responsables ¢ Irresponsables Son responsables (Se estudiard por la Oficina Central de Euegenesia y Homicultura y se sometera a Ja aprobacién de la Unién Panamericana), Son irresponsables (Id. 1d.) Son germinalmente buenas las condiciones siguientes: (Id, Id.) Son germinalmente dudosas las condiciones siguientes: (Id. Id) Son germinalmente malas las condiciones siguientes: (Id. Id.) Los individuos etc. una vez clasificados somatica y germinalmente debe- ran seguir las indicaciones que se les sefiale. Articulo 6—Los individuos sométicamente responsables portadores de condiciones germinales buenas podrén dirigir su vida procreativa cuidando de las condiciones de sus cényuges. Articulo 7—A los individuos portadores de condiciones germinales malas © dudosas, si somdticamente son responsables, se les permitira, previa ense- fianza, dirigir su vida sexual, bajo la reglamentacién que se Jes indique por autoridades de Eugenesia y Homicultura. Articulo 8—A los individuos portadores de condiciones germinales malas 0 dudosas, si somaticamente son irresponsables, se les someterd al aisle miento o segregacién o a la esterilizacién. Articulo 9.—Los infractores de Jos articulos anteriores seréa_declarados sométicamente irresponsables 0 sacados del grupo de clasificados, Carfruto ILL MIGRACION Articulo 10Los individuos declarados sométicamente responsables y germinalmente buenos, poseeran migracién libre. desde el punto de vista bioldgico, 66 Articulo 11—Cualguier nacién tiene derecho a la investigacién biolégica completa (somética y germinal) de Jos individuos que deseen residir en su territorio o a impedir o Himitar esa residencia a los naturales de la nacién que no desee adiitir dicha investigacin, la misma que a aguellos individuos que por la citada investigacién se compruebe que pueden transmitir cual- quier cualidad indeseable, “Articulo"12Las'naciones-de-América dictarén y aplicarén Jeyes de inmi- gracién que les defienda de a entrada en su territorio de individuos soma- ticamente irresponsables o de condiciones germinales malas, o procedentes de maciones ue 0 hayan aceptado 0 no cumplan Jos precepios de este igo. CariruLo TV RAZAS Articulo 13—Los individuos de una raza determinada tienen el derecho en cualquier nacién de establecer las medidas sociales, pacificas y respetuo- S38, que estimen oportunas para conservar la pureza racial de ‘su descen: iencia. Axticulo 14—Toda nacién tiene derecho a elegir Jas nuevas razas que ingresen a formar parte de su poblacién, Capiru.o V MATRIMONIOS Articulo 13—Las autoridades encargadas de los contratos matrimoniales exigirén a cada uno de los cényuges su historia biolégica, la que pondran a Ja disposicién del otro cOnyuge 0 del Jefe de familia, si este fuere menor de edad, con el tiempo de prelacién necesario para que esas historias puedan estudiarse debidamente por los interesados, quienes podriin asesorarse de las autoridades que deseen. Articulo 16—Cualguier falta probada en el Articulo 15 constituird motivo legal suficiente para la anulacién del matrimonio sin perjuicio de la indem- nizacién correspondiente y de la pena que se indique en cada Cédigo Nacional, Se realizaré por cada Gobierno una intensa obra de divulgacién higignica, en relacién con Ja eugenesia y Ja homicultura, Se facilitarén las ensesianzas adecuadas sobre problemas sexuales, bien por medio de conferencias, publi- caciones 0 consultorios debidamente apoyados y dirigidos, Articulo 17—La locura, el crimen, Ja sifilis no tratada, el alcoholisme y la narcomia comprobados después del matrimonio o en un individuo que viva en aparejamiento voluntario seréa motivos de anulacién del contrato en el primer caso y en este y en el segundo de las penas que se sefialen en los Cédigos Nacionales, Esa comprobacién podra realizarse no s6lo por el otro cényuge, sino por autoridad competente, 67 Capiruto VE EMBARAZO 4 obli ir Jas prescrip- Articulo 18—La mujer embarazada est4 obligada a seguir las ciones médicas que tengan por finalidad la curaciéa o profilaxis del pro- to de concepcion, see ta mujer embarazada tiene el derecho a reposo durante el iltimo mes de embarazo, a tratamiento. médico cualguicra que sea su con dicién social, en relacién con su situacién econémica, y a la proteccién icial. ; : on eioulo 20—Los Cédigos nacionales establecerén sanciones para Jos cul- ‘bles de infraccién de los Articulos 18 y 19. . PevAriiculo 21--Los Gobiemnos favoreceran de todas las maneras posibles a creacién de seguros de maternidad. CaptroLo VIL LACTANCIA Articulo 22.—La madre nodriza tiene derecho a poder amamantar a su hijo durante un aio, “Qrtioulo 23-—El nifio tiene derecho natural al seno de su madre durante Jos ocho primeros meses de su vida y sdlo sera retirado del mismo por rescripcién_ médica. PiWarticulo 24--Al nifio de pecho que no puede ser amamantado al seno de su madre, se le debe facilitar leche en buenas condiciones higiénicas, Articulo 25—Las naciones proveerdn to necesario para el cumplimiento de los articulos 22, 23 y 24. Cariruvo VIIT CRECIMIENTO Y EDUCACION FISICA Y MENTAL fe —Las escuclas y otros establecimientos donde concurran, vi- want pennancroan 0 trabajen Rios, lo mismo que las casas de familias, te nen’ que reunir condiciones apropiadss, y han de existir en las cindades lugares donde puedan realizatse ejercicios fisicos eon profesores que los a nijan, asf como Hospitales y Dispensarlos donde puetan ser asistidos To irigida la salud de los sanos. oe OM Teds Totlae aaclones, cic, estan obligades a divigir cieatiieamente el cultivo y Ja cultura mental de sus habitantes. previo estudio de Jas con diciones de cada sujeto por medio de pruebas fisicas y mentales apropiadas, aprobadas por Ia Oficina Central Panamericana de Eugenesia v Homicultura. Este estudio y cultivo ha de comprender no sélo a Ta Snfancia y & juventud, sino ala edad adulta y la vejez, a cuyo efecto se dictarén leyes que demanden Ia cooperacién de’ determinadas instituciones como Escuelas, Universidades, Clubs, Iglesias, ete, 68 Captruvo IX RELACIONES DE LA EUGENESIA Y HOMICULTURA CON LA SANIDAD Articulo 28—La Oficina Central Panamericana de Eugenesia y Homicul- Jura, tendré relaciones.estrechas con Ja Oficina Sanitaria Panamericana, las cuales ‘serin estudiadas por ambas organizaciones y sometidas a la aproba- cién de la Unién Panamericai Articulo 28.—En cada nacién, etc, donde exista una organizacién sanita- ria o posteriormente se estabiezca, se completard ésta con otra de Engene- sia_y Homicultura que estara conectada con aquella de manera que todas trabajen bajo un mismo plan de mejoramiento biolégico del hombre. Capiruto X ENSENANZA DE LA EUGENESIA Y HOMICULTURA Arifculo 30.—En Ja carrera de medicina y en todas aquellas que se crea oportuno se establecerd, obligatoria o discrecional, la Ensefianza de la Eugenesia y Homicultura, precedida o conectada de aquellas materias que Je son indispensables, tales como Genética, Embriologia Humana 0, mejor, Antropogenia, Maternologia y Antropologia, ademas de las de Biologia, Obsietricia, Ginecologia y Pediatria, Articulo 31—En jas naciones, ete., se estableceré la ensefianza popular de Ja Bugenesia y Homicultura conectada con Ja de la Sanidad, TRANSITORIA A—Este Cédigo estard en vigor para cada una de las partes contratantes cierto tiempo después de la ratificacién de la presente Convencion, Dicho tempo ser fijado por cada parte en el momento de la ratificacién y no podrd exceder de diez afios, excepto el Articulo 3, que se estimard en vigor desde la ratificaciéa, y aquellos otros que se delerminare o indicare el tiempo, Be—Las modificaciones y aplicaciones de este Cédigo se realizaraén por Jas Conferencias Panamericanas a propuesta de la Oficina Central Paname- ricana de Eugenesia y Homicultura, previo estudio por las Conferencias Panamericanas de Eugenesia y Homicultura, C—La Oficina Sanitaria PanAmericana y Ia -Oficina Central de Euge- nesia y Homicultura o ef organismo que de ellas resulte, estudiara la ma nera —para presentarla a Ja consideracién de la Unién Pan-Americana o de Jas Conferencias Pan-Americanas— de que los territorios americanos cuyos gobiernos no formen parte de la Unidn Pan-Americana, puedan incluirse en Jos trabajos sanitarios y de Eugenesia y Homicultura. Del mismo modo se estudiardn las conexiones posibles con las organiza: ciones nacionales americanas y con Jas internacionales mundiales, 69 APENDICE IT ACTA FINAL DE LA SEGUNDA CONFERENCIA PANAMERICANA DE EUGENESIA Y HOMICULTURA La II Conferencia Panamericana de Eugenesia » Homicultura inicié sus funciones en Ia ciudad de Buenos Aires el 12 de noviembre de 1934, en acto solemne presidido por el Excmo. sefior Presidente de la Nacién Argentina, General Agustin P. Justo, en unién de los Excmos. sefiores Ministros del Interior y de Relaciones Exteriores y Culto, Dres. Leopoide Melo y Carlos Saavedra Lainas, conjuntamente con la Novena Conferencia Sanitaria Pan- americana, Pronuncié el discurso de circunstancias el Dr. Raul Cibils Agui- rre, Presidente de la Comision Organizadora, La sesién preliminar de la Conferencia se verificé el 23 de noviembre de 1934, a las 9% horas, en un saléa del Concejo Deliberante y bajo la Direccién del Dr, Ratil Cibils Aguirre, Presidente de la Comision Organizadora de la misma y Secretarios de la Comision Organizadora, Dres. Saul J, Bettinotti y Jorge Figueroa Gacitda, Aprobadas las credenciales de los Delegados, de acuerdo con el reglamen- to se procedié a elegir Presidente definitivo de Ia Conferencia, siendo desig- nado por aclamacién el Dr, Rati Cibils Aguirre. El resto de la mesa, por igual procedimiento, quedé integrada por los Dres, Satil I, Bettinotti y Jorge Figueroa Gacitua, Las Delegaciones acreditadas a Ja Conferencia fueron: de la Argentina: Dr. Ratil Cibils Aguirre, Dr, Gregorio Ardoz Alfaro, Dr. Mamerto Acuiia, Dr. Alberto Peralta Ramos, Dr, Luis A. Podesté Costa, Dr. Alberio Zwanck, Dr. Josué Beruti y Dr, Alejandro Raimondi; de Bolivia: Dr. Casto Rojas; del Brasil: Dr. Sérvuio Lima y Dr. Orlando Rocas; de Colombia: Dr. Jorge Beja- rano y Dr, Lucio Garcia; de Costa Rica: Dr, Solén Nifiez; de Cuba: Dr. Do-- mingo Ramos; de Chile: Dr. Victor Grossi y Dr, Waldemar Coutts; de Et Salvador: Dr. José Villegas Muiioz; de Estados Unidos de América: Dr, Hugh S, Cumming, Dr, Bolivar Lloyd y Dr, Kendall Emerson; de Guatemala: Dr. Manuel Arroyo; del Ecuador: Dr, Tuan José Samaniego; de Haiti: Dr, Ho- racio Rubio; de Honduras: Dr. Manuel F. Rodriguez; de México: Dr. Francis- co de P. Miranda y Dr, Francisco Vazquez Pérez; ‘de Nicaragua: Dr, Rubén Dario; de Panamd: Dr. Pablo B. Oscamou; del Paraguay: Dr, Cayetano Masi y Dr, Andrés Gubetich; def Pert: Dr, Carlos Monge, Dr. Carlos Enrique Paz Soldan y Dr. Luis Vargas Prada; de la Republica Dominicana: Dr. Max Hen- riguez Urefia y Dr, Osvaldo Loudet; del Uruguay: Dr. Roberto Berro y 70 Dr, Victor Escardé y Anaya; de Venezuela: Dr. Carlos Diez del Ciervo; Re presentante de la Oficina Sanitaria Panamericana, Dr. John D, Long; Repre- sentante de la Oficina de Higiene Publica (Paris), Dr, M. T. Morgan, y Re- presentante de la Organizacién de Higiene de la Sociedad de Jas Naciones, el Dr. Franck Boudreau, La Conferencia acordé, por unanimidad, rendir homenaje a los ilustres muertos Dres. Miguel Couto, Aristides Agramonte, Eusebio Hernandez y Adolfo Pinard." Fueron designados presidentes honorarios los Dres, Leonard Darwin, H. 0. Osborn y Charles B, Davenport, presidentes de los Congresos Internacio- nales de Eugenesia, celebrados hasta la fecha, Se resolvié, ademds, conservar el mismo orden numérico de las delega- cions correspondiente al sorteo efectuado con motivo de la reunién de la Novena Conferencia Sanitaria Panamericana. Ese orden aumérico, con el fin de establecer la precedencia de su colocacién y turno de las Delegaciones, quedé establecido como sigue: ie Brasil, 12° Nicaragua, 2° Uruguay. 13° Ecuador, 3°. Argentina, 14° Perd, 4° Venezuela, 15° Panamé, 5° Estados Unidos, 16.° Chile, 6° Costa Rica, 17° Guatemala. 7s Paraguay, 18° México, 8° EI Salvador, 19° Reptiblica Dominicana, 9° Honduras. 20° Colombia. 10° Haiti. 21° Bol 11° Cuba, __A proposicién de la mesa directiva se designaron las siguientes comi- siones: a) Comision de Resotuciones y Votos: Formada por los Doctores Do- mingo Ramos, de Cuba; Carlos E. Paz Solddn, de Peri; Solén Nuifiez, de Costa Rica; Waldemar Coutts, de Chile, y Sérvulo Lima, de Brasil. b) Comisién de Estudio de Proyecto de Poblacién’ (H. H, Laughlin): Formada por los Doctores Waldemar Coutts, de Chile; Carlos Enrique Paz Soldan, de Perd; Carlos Monge, de Peri, y Domingo Ramos, de Cuba. c) Comisidn de Educacién Sexual: Formada por los Doctores Jorge Be- jarano, de Colombia; Bolivar Lloyd, de Estados Unidos de América; Walde- mar Coutts, de Chile; Domingo Ramos, de Cuba; Josué Beruti, de Argentina, y Victor Escardé y Anaya, del Uruguay. E| programa de los asuntos sometidos-a estudio de 1a Conferencia quedé, definitivamente, redactado en Ia siguiente forma: 1° Informe de la Oficina Panamericana de Eugenesia y Homicultura, sobre su trabajo y en relacién con el III Congreso Internacional de Euge- nesia, 7A 2° Informe de las Delegeciones sobre Eugenesia y Homicultura, en ca da una de las Reptiblicas Americanas. . 32 Valor comparativo de las medidas eugénicas, 4° La Eugenesia Americana y sus posibilidades, ; 52 Estudios de poblacién en relacién a un proyecto para la investiga- cién cientifica de Ja historia de la poblacton Americana, del Dr, H. H. Laughlin. 6° La raza andina, Caracteristicas biolégicas del hombre de los Andes. 7 Ley modelo de inmigracién para las Reptblicas Americanas. Con- Giciones exigibles al inmigrante, 8° Examen médico prenupcial. 9° ugenesia y Maternidad. 10° Eugenesia e infancia. Cédigo del_nifio, | 11° El lactario como institucién médicosocial de previsién, 12° Prevencién de la tuberculosis, 13° Esterilizaciéa cugénica, | | 14° Relaciones de la Oficina Panamericana de Eugenesia y Homicultu- ra con Ja Oficina Sanitaria Panamericana. Constitucion permanente y regla- mentacin, (Resolucién de la Sexta Conferencia Internacional de las Rept blicas Americanas.) ; | 15° Relaciones de Ja Oficina Panamericana de Eugenesia y Homicultu- ra con la Federacién Internacional de Organizaciones de Eugenesia, La II Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura discutio y aprobé las mociones, resoluciones y votos que a continuacién se expresan: (Ne 1) La II Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura conside- rando: 12 Que la Eugenesia debe propender a una educacién amplia y despro- vista de prejuicios en el sentido bioldgico, estima que e] conocimiento de los fenémenos intimamente ligados a Ia conservacién de Ja especie deben _ iniciarse en el hogar y continuarse en la escuela, de acuerdo con las doctri- nas en que en cada uno de los paises se inspiran la educacién de Ja juventud. 2° Considera, ademas, necesario incluir el tema de la educacién sexual en Ia proxima Conferencia de Eugenesia y Homicultura, 3° Propender por todos los medios educacionales a formar en los pa- dres una conciencia. cientifica sobre estos asuntos. 4° La creaci6n de un consultorio especializado de. Eugenesia en cada es- tablecimiento maternal, dentro de cuyo ambiente’ médicosocial, verdadero centro de investigacién tedrica y de accién préctica, surgirdn paulatinamente Jas directrices mas firmes, mds sanas y més sablas aplicables al mejora- miento de la raza. : 72 (Ne 2) Considerando la posibilidad del traslado de personas de un pais a otro del Continente Americano, la I Conjerencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura recomienda a los gobiernos de América que, Ilegado el caso, deberdn, tener presentes las siguientes disposiciones adoptadas en ia IV Con- “ferencia Internacional Americana, reuaida en la ciudad de la Habana: Articulo 1° de Ja Convencién sobre condicion de los extranjeros, que dice: “Los Estados tienen el derecho de establecer por medio de leyes las condi- ciones de entrada y residencia de los extranjeros en sus territorfos.” Articu- Io 28 de la Resolucion de 3 de febrero de 1928, que dice: “Encarecer que las Republicas Americanas que no posean. representaciones técnicas para el es tudio del inmigrante en el pais de origen, asi como las que las posean cn niimero insuficiente, aprovechen los servicios de aquellas que las tengan en ntimero suficiente y cuyos funcionarios podrin ser destinados para este fin como representantes ex-oficio de la Oficina Sanitaria Panamericana, sin que esto exchiya el derecho que tienen los mismos paises de someter al propio inmigrante a las investigaciones que estimen necesarias para resolver sobre su admisién definitiva, de acuerdo con las conveniencias nacionales.” Ar- ticulo 3° de la Resolucién dei 15 de febrero de 1928, el cual dice: “Que los Estados americanos se reserven el derecho de examinar las ventajas de Ia entrada de la corriente inmigratoria en sus territorios, provenientes de otros continentes, ajustando su modo de proceder a sus’ intereses econdmicos, politicos y sociales.” (Ne 3) Considerando que el Cédigo del Nific, recientemente promulgado por la Republica del Uruguay, cuyos principios, después de haber sido comentados ante esta Conferencia por la Delegacién de dicho pais y discutido en dis- tintas sesiones, han merecido un justo voto de aplauso de la Conferencia, ésta_resuelve: Encargar a la Oficina Panamericana de Fugenesia y Homicultura que, en colaboracién con fos autores del Cédigo ‘del Nifo del Uruguay, estudie Jos principios contenidos en el mismo, que pueden ser aplicados a otros 0 todos los paises americanos y que asi mismo trate de presentar un estudio completo de todas las medidas que permitan, considerando el referido Cédi- go del Nifio como nucleo, se extiendan hasta comprender fo que pudiera He- marse Cédigo biolégico del Hombre, aplicable como medida legal a. los paises americanos. (Ne 4) La II Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura recomien- da a los gobiernos el estudio cuidadeso del régimen alimenticio ideal que debe seguir la madre durante el embarazo, y la lactancia del nifio, hasta Ja época del destete, para asegurer a éste su mejor desarrollo fisico y psiquico. 73 (Ne 5) La II Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homucultura recomien- da a todos los paises americanos 1a organizacién’ de Lactarios en el tipo médico-social, ideado y realizado por ei doctor Bettinotti, en el Servicio del “Profesor Acnfia”, (Ne 6). Considerando que el Exemo, Sefior Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la Repiblica Argentina, incluyé en el proyecto de Ley sobre Ia Asistencia Social, enviado al Congreso Argentino, temas que tocan de cerca a Ja Eugenesia y a la Homicultura y teniendo igualmente en cuenta que en Ja Conferencia Nacional de Asistencia Social, celebrada dltimamente en Bue- nos Aires, se consideraron tdpicos de Eugenesia y Homicultura, La I! Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicuttura, RESUELVE! Formular un yoto de aplauso por tales iniciativas que evidencian una orientacién de gobierno, concordante con los fines que ella persigue, (Ne 7) La II Conjerencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura aconseja propender a la formacién de asociaciones de padres de familias como un medio de contribuir 2 la educacién fisica y moral de los nifios, (Ne 8) La II Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura ha visto con gran complacencia la defensa que el Codigo def Nifio del Uruguay hace de la familia, y desea expresar, al acordar un voto de aplauso para tan be- neficiosa gestién de Eugenesia y Homicultura, la recomendacién a todas las naciones de América, de intensificar cada vez mas la defensa de la fa- milia como unidad de la raza. : (Ne 8, a) La Conferencia, considerando que una de las bases de la organizacién de Ia familia y de su formacién es la parte econémica'o de salario, somete a la consideracién de los gobiernos 1a conveniencia de adoptar leyes que garan- ticen la estabilidad de los padres de familias en sus empleos; la preferencia de ellos para adjudicarlos y la oportunidad de legislaciones tendientes a es- 74 tablecer el salario minimo, donde esta medida no exista, y a asegurar el ahorro. (Ne 8, b) jq-}eas Delegaciones del Brasil y Cuba desean que la Segunda Conferencia de ‘Bugenesia y Homictiltura sugicra a los gobiernos la conveniencia de estudiar y adoptar la organizacién de villas de obreros, con las cuales se resuelven aspectos que tienen intimas relaciones con la eugenesia y Ia. homicultura, (Ne 9) La IL Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura, interesada en la preservacién de las generaciones venideras, aconseja a todos los go- biernos y municipios que establezcan Consultorios especiales para el examen médico pre-nupcial, con todas las garantias posibles respecto de la capaci- dad y las condiciones morales de quienes los dirijan, Y que se haga la mayor propaganda posible para que todos voluntariamente se sometan a dicho examen y presenten el documento respectivo, (Ne 10) Siendo la vacuna Calmette inocua y resultando eficaz cuando, ante todo, se la aplica en nifios no infectados atin y que deben vivir en ambiente iafec- tante, la II Conferencia Panamericana de Bugenesia y Homicultura acon- seja a los Gobiernos de América, preferentemente, su utilizacién bajo estas condiciones, sin perjuicio de las medidas sanitarias antituberculosas esta- blecidas por cada pais. (Ne if} La II Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura conside- rando los derroteros que se ofrecen a la investigacién biomédica con los trabajos iniciados por el Profesor Carlos Monge, sobre las condiciones fisio- patoldgicas de los habitantes que residen en las altas mesetas de los Andes, acuerda atribuirle un voto de aplauso por tos resultados ya conseguidos y cree cumplir un acto de significacién para el futuro desenvolvimiento de estas investigaciones, recomendando 1a prosecucién de los trabajos con Ios medios més adecuados y concordantes con este estudio de importancia cien- tifica, social y eugénica, (Ne 12) La II Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura aconseja a todos los gobiernos la conveniencia de la creacion de Maternidades 0 75 secciones en las ya existentes, destinadas a’ Ja asistencia exclusiva de tu perculosas, con el fin de realizar el debido tratamiento de la madre y la jnmediata ‘separacién del hijo, evitando, de esa manera, la principal causa del contagio postnatal, de origen familiar. (Ne 13) La I! Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura, conside- rando que las cualidades propias de cada nacién y las generales de América estén condicionadas por las caracteristicas y el estado social y sobre todo biolégico de su masa pobladora, y que el conocimiento de estas cualidades es esencial para el presente y sobre todo para el porvenir del Continente, RESUELVE: 1° Que se solicite de la Unién Panamericana, en Ia forma més respetuo- sa, que proceda a organizar y mantener en su “Oficina Principal un Instituto de Investigaciones de la Poblacién americana”, que se dedicaré a dicho estudio en sus aspectos histdricos, geograficos, antropoldgico, estadistico, econémicos, culturaies y engenésicos. 2° Que se solicife a todos los gobiernos americanos que organicen, igualmente, museos, laboratorios e institutos nacionales para la adquisicion y esiudio de los antecedentes de poblacida, para su propio pais, y que tales institutos nacionales colaboren en el trabajo general del propuesto Instituto de Investigaciones de la Union Panamericana, 32 Que al hacer, en el futuro, los censos de poblacién, los diversos go- Diernos americanos deben procurar establecer registros uniformes en rela- cién con cl lugar, sexo, edad, raza, nacimiento, casamiento, datos geneald- gicos (0 de linaje), ocupacién, estado econémico, estado cultural, idioma, religion y que cada pais debe investigar, tanto en Europa como en América, cuando fuera posible, de los antecedentes de origen de su poblacién respec- tiva_y de su crecimiento por generacién, Eh caso de establecerse ¢l Instituto proyectado, se propone el siguiente programa de trabajo: ‘A) Coleceién y obtencién de libros, crdnica, expedientes, manuscritos, tablas, cuadros, mapas y cualesquicra ofros datos existentes, al hacerse los, primeros andlisis de las actividades. de la poblacién y de los problemas respectivos, y al clasificarse, tabularse y hacerse los indices de tales datos © materias bajo las siguientes categoria; a) Crénica o registro de la poblacién por pats, y otras secciones geo eraficas por fecha, raza, sexo, edad, religida, idioma, ocupacidn, nivel eco- nomico, estado cultural y capacidad del linaje de la familia. ‘b) Procesos primarios que determinan las condiciones geograficas, ¢) Migracién de los diversos patses, I. Inmigracién al hemisferio Occidental por fecha, pais, origen, Ingar de establecimiento, raza, sexo, edad, religién, idioma, ocupacidn, nivel eco- némico, estado cultural y capacidad del linaje de 1a familia, IL Emigracién del hemisferio Occidental, por fecha, origen geografico, 76 pais, destino, raza, sexo, religidn, idioma, ocupaciéa, nivel econémico, estado cultural y capacidad del linaje de familia. Til, Migracién interamericana, migraciones de una seccién americana a la otra, por fecha, pats, seccién geogréfica det origen, pafs o seccién geo- grafica de destino, raza, sexo, edad, religién; idioma, ocupaciéa, nivel eco- némico, estado cultural y capacidad del linaje de la familia, .-d).-Seleccign.matrimonial.en cada pais americano: 1° Crace de raza, Por raza, seccién geografica, nivel econémico, estado cultural, capacidad de linaje de familia, fecha, direccién del sexo, religion, idioma, ‘ocupacién, alcance, fecundidad, cualidad del primogénito, 22 Casamiento y reproduccién deniro y entre las diferentes clases de Ja misma raza. Por seccién geogréfica, nivel econémico, estado cultural, ca- pacidad de linaje de familia, direccién del sexo, religién, idioma, ocupacién, alcance, fecundidad, cualidad dei primogénito (Hi c) Fecundidad diferencial, Tamafio en poblaciones panamericanas por seccién geogréfica, fecha, edad de los padrés, raza, religién, idioma, oct cidn, nivel econémico, estado cultural y capacidad de linaje de la famil £) Aquellos aspectos de las siguientes fuerzas que influyen en la migra cién, seleccién matrimonial y tamatio de familia, 1° Estado econémico, 2° Nivel econdmico, 3° Ocupaciéa, © Religién, 5° Idioma 6° Estabilidad gubernamental y politica, 2 Abasto de alimento. 8° Guerra y conquista, 9° Enfermedades. 10° Facilidades en los transportes, 11° Leyes estatuidas que regulan: a) Migracién, b) Casamiento, c) Distribucién de tierra, d) Controi de los jornales, ¢) Impuesto preferencial y subsidio, f) El control de los nacimientos y esterilizaciones, 122 Tradiciones y costumbres nacionales. 13° Constituciéa’hereditaria, 14° Educacién. 15° Grupos sanguineos. 16° Otras fuerzas, B) Andlisis—E1 estudio de las materias compiladas 0 coleccionadas ten- dran por base u objeto: a) El establecer la historia de 1a poblacién por cada pais y seccién geo- gréfica de América por generaciones desde su descubrimiento. Dicha historia seré investigada desde su origen, por ntimero, raza, linaje de familia, cualidad y nivel cultural, 77 b) Para saber en cada pais americano y seccién geogréfica las tenden- cias de la poblaciéa corriente en clase y niimero, ©) Determinar las causas y efectos de los cambios especiales remontén- dose a su origen y de generacién en generaciéa. d) Formular jas leyes que rigea el cambio de poblacién en clase y nt mero, e) Descubrir el mecanismo o 1a técnica por medio del cual los paises y las comunidades puedan controlar sus futuras poblaciones en relacién a nie meros, razas y cualidad del linaje de la familia, C) | Publicacién—Los resultados de tales compilaciones y estudios debén ser publicados de tiempo en tiempo, apropiadamente por cada pais ameri- cand individualmente, en tal forma que se comprometa a obtener una ade- cuada presentacién y coordinacién de los descubrimientos y de asegurar Ja viabilidad general dei trabajo, D) La diferencia climatofisiolégica del hombre en América, en relacion con la altitud, sera objeto de especial estudio, no sdio en lo relacionado con los datos estadisticos de poblacién, sino en su andlisis bioclinico, conti- nuando en esto lo iniciado por el Pert. Se aplicaré el mismo concepto a las diferencias climaticas de todo origen, (Ne 14) La Jf Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homticultura emite un voto de admiracién por los trabajos relacionados con Ja poblacién america- na, presentados por los Dres, H. H, Laughlin, de Estados Unidos, y C. Mon- ge, del Per, (Ne 15) La II Conjerencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura deja cons- tancia de su aplauso a la obra realizada por el Dr. Raimondi, en la lucha antituberculosa en defensa del nifio, aplauso que la IZ Conferencia Panarme- ricana de Eugenesia y Homicultura hace extensivo a quienes lo han apoyado y secundado ea tan ‘trascendental y bella obra, (Ne 16) La II Conferencia Panamerica de Eugenesia y Homicultura expresa un voto de aplauso al distinguido Presidente de la-Conferencia, Dr, Ratil Cibiis Aguirre, que con singular acierto ha organizado y dirigido este certamen, siendo el factor mas decisive de su éxito. (Ne 17) La IT Conferencia Panamericana de Eugenesia y Homicultura expresa un voto de caluroso aplauso a stt Secretario General, Dr, Alberto Zwanck, en 78 anérito de su inteligente y activa actuacién durante todo el desarrollo de la Conferencia, (Ne 18) _.LaH.Conferencia, Panamericana de Eugenesia y Homicultura otorga un yoto de“caluroso aplauso a la Prensa Argentina, por la forma amplia en que bizo Ja informacién de las noticias relativas a la Conferencia, PROXIMA CONFERENCIA Fue elegida la Sede de la préxima Conferencia, que resulté, por aclama- cién, Ja ciudad de Bogota (Colombia), Se realizar en el afio 1938, habiéndose nombrado presidente de la Comi- sién Organizadora, al Dr, Jorge Bejarano, Se celebrarén las reuniones, a continuacién de las de la X Conferencia Sanitaria Panamericana, CONSTITUCION Y NOMINA DE LA OFICINA CENTRAL PANAMERICANA DE EUGENESIA Y HOMICULTURA Directores de honor: Dr, Rati! Cibils Aguirre (Argentina) Dr. Gregorio Aréoz Alfaro (Argentina) Director: Dr. Rafael Lorié, Secretario de’ Sanidad y Beneficencia (Habana, Cuba) Vice-Director: Dr, Carlos E. Paz Soldan (Pert) Secretarios; Dr. Alberto Zwanck (Argentina) Dr. Justo Gonzélez (Uruguay) 79 Vice-Secretario: Dr. José E. Sandoval (Cuba) Vocaies: Dr, Waldemar Coutts (Chile) Dr. Jorge Bejarano (Colombia) Dr, Solon Nufiez (Costa Rica) Dr. Francisco de P, Miranda (México) Dr, Carlos Diez del Ciervo (Venezuela) Directores Generales: Dr. H. H, Laughlin, Eugenjes Record Office (Cold Spring Harbor Long Island N. York) Prof. Bernardo Houssay (Buenos Aires) Instituto de Fisiologia Prof, Carlos Monge (Pert) Prof. Domingo F, Ramos (Cuba). La sesién de clausura de la Conferencia, se efecttia el dia 25 de noviembre de 1934. Habiendo hecho uso de la palabra el Presidente, Dr. Rati Cibils Aguirre, Fl Delegado por Colombia, Doctor Jorge Bejarano. El Secretario General, Dr, Alberto Zwanck, El delegado de los Estados Unidos, Dr. Bo- livar Lloyd. ‘La asamblea resolvié que el acta fuera suscripta por el Presidente, Se- cretario General y Prosecretarios, debiéndola hacer llegar a los gobiernos respectivos con su sola firma. Ciudad de Buenos Aires, Repiblica Argentina, a 25 dias del mes de no- viembre de 1934. ALBERTO ZWANCK, “ Rati CiBILS AGUIRRE, Secretario General Presidente Sati. I. Berrinorry, JoRGE Frueroa Gacitua, Prosecretario Prosecretario 80

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