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Cipicalo 1 El socialismo uxépico Rafael del Aprile 1. TTRODUCKION Revolta curioto que el séxino socialiemo ardpico hays temminado por imponcese pate desigoar a un coo: tuadictorio y diverso grupo de peasadores seformistas ‘que vivieon y-eseribiero entre Ios sigios XIN y XIX. Y fe curioso porque, en mis de un cato, mantavieron _Posiciones que parece dif asimilar con planteamieneos ‘socilistas en el sentido euro» (Saint Simon o Fouslet, orejemplo, tenian ane no disimolada simpatia port pervivencia de cesta desigualdades sociales). Por otzo Jado, este gropo de tedrcor dificiimente hublera toler: doc ealifictivo de utdpicos exando en sa gean mayoria czcln ea la ceatificidad de sus andlisis sociales y 2a realismo de sus propuestas politias (un detlle que es algo més que usa anéedota: Saint Simon, pos ejemplo, fo cita a Moro o Pltén en apoyo de sus toris, sino x ‘A. Smith o J. B. $29) ‘Si fueron socialists lo fueron en Ia Vines dela primers « i ociliono wsiico o aptricion del término que, como e+ bide, se aculé en el periodico saintsimontano Ls Globe en 1952 para desig- nar las altenativas politicas opuestas al individualismno liberal y preocupedas por resaltar el aspecto social, cooperative y comunal de ss rclaciones humanas. Si fueroa ut6picos lo fueron porque reivindicazon Ia pos! bilidad de transformar la sociedad de su epoce y de convertrla en mis juste y armonicsa a través de ln reflesign tebrien y la experimentacién peictica Lo cierto es que los sfgumentos que bastz muy reciestemente se han manejado para designarles como socialise atépicos ce deben primordialmente ala vision {gue Marx y Engels han oftecido de ellos como precurso- ‘8. En efecto, segt Jos fundadoxes del marxismo vene- mos en sus teofias, al tiempo, cierts intwiciones y ciertos plenteamientos profundamente acertados, pero también algunos errores de bulto: el deseuido de i lucha Ae clases, 1a falta de anilisis historieo-concreto de las contradieciones del captalismo, la propuesta de solucio- nes idilieas de colaboracién entre class, la superzci6n teal» de antagonizmos reales, la apicacibn de solucio- nes abstractase idealistas, et. También se considera una sngenuidad utopia la aversion hacia los métodos revolu~ cionatios que gran parte de ellos mosteacon y su idea de {goe wn sistema que suzge de la lucha, ls imposicion y Ia Yiolencia tiene que set fundamentalmentefalso ya que si respondiera verdaderamente # los deseos ¢ intereses de Jos seres humanos se aceptaria por éstos de manera pontiac. Sin embargo, hay en exe aniliss de pensadores como Saint Simon, Fourier y Owen algo profundameate injus- to, Sus soluciones son tachadas de ve6picns alli donde conteadicen ls ofrecidas por el nuevo wocalismo clenti= fico», alli donde no se adaptan a Ia nueva versiGa de la historia y su désenvolvimiento, alli dande sus métodos, teéricos © prictions, no coinciden con los promovidos « afl det Ale por las nuevas versiones semadusas» del socialism, Como precursores, son reivindicados donde revultan set sntecedentes ce las props ccoriae marxis ycritcados donde no te dejan fubrumir en el avevo corpus docte ral. Puede que exista an alguien que opine que est Ctitetio sigue sendo vilido, pero encuadrat a avestos tutores dentro de a tradicign socalistaexcusivamente& través de ft considersion del mantis como corons- tion dima del pensamiento socal, sobre cayo fondo fe proyeets la imagen de loe wtpigs, ce cuando menor Uatiateral en los empos que corten. Los utépicos mere cen, quis, un poco de interés por Io que dicen y 10 Geicamente como antecedente de lo que ottos han dicho com porteorided “Y esto, caso, mis necesaio boy de lo que anes lo ha sido. Paroce que nos halls en un bus momento pitt replatentse lo que es wtapica y la que exelent fo» en ia tadicin del soclismo. En efeeo, hs wopias se stformion por lograr modelos de snl cientiico, tmoxtearon ua’ alto grado de realismo téerico ea aplicccioa de algunss de sus soluciones, trtaron de cambiar ch partcigna de reflenia sobre los asunton Politicos prevaleciente ea su tiempo (Goodwin, 1978, 203), puslron sobre el tapte la idea de que e asevs Bipo de sociedad no sera consecuencia de aaa sevoli- ‘ibn, sino que deberi ser el resultado de un acuerdo en tems cave por pare de los grupos socilesbisioos, ce. Por lo demir, muchas de sus recomendacioncs ban sido incorporadsr alas prictcas del Erido soca! contempo- tinco (edistibucion, imitaeiones a la propiedad, iter. ‘eaioaismo evtatal, corsccioa de deigusldade, ete) om mis éxito que algunos consejos procedentes de le padtesfundadores de! marxismo o sus seguidores, En 10 fue hace, pes, a ralsmo cabe preguntas si ce mae Sdemado el pronéstico market sobre el paulaino inere- rmento del atagonitmo de cases en el capitalise des Bivens ince o srolldo, sobre lt revolucion como tupmusa inevitable para las estructaras de dominio 0, en otros casos, sobre la dictadurs del proleatiado como inserumenta de eman= cipacicn y libertad. ‘Con todo, zungue el mérodo cientiico eae centro de fgravedad de las teorias de Saint Simon 0 de Owen, aunque Saint Simoa y Fourier admiraton los hallaxgos de Newton y su ley de gravitacién univeral ¢ intentaron ‘rasponetla al analisis socal y politico, aunque la convic- cién de que el descubrimiento de las leyes que subyacen ala evolucién ela clave de Ia mejora en las condiciones Sociales, aunque sus soluciones prieticas se formulscon ‘como alterativa politics concteta (y no como un sue utépico), pese a todo ello, hay en sus teorias sasgos que foe siguen paseciendo hoy exencialmente utépicos. Las descripciones de sus sociedades ideales son fuertemente tendentes a exclu el condlito y a subrayat la armonia exencial del everpo politico. Este es, posiblemente, ua clemento de sus obras que diflelmemte podelamos hoy considera realists. Pero conviene contextualizarhistori- camente sus apelaciones & la armoni En efecto, tae procedien, en primet lugar, de la Jmportancia que concedieron a ls wendencias asociativas de los trabajadores que a principios del XIX buscaban coneresar ¢ teavés suyo ciestos derechos y objetivos econémicos y sociales, Por otta lado, los lvoe de fdenti- ded comunitaria y patticularista teniin también una imporancia esencial en In praxis conereta de Ia clase obrers de ls poca. Finalmente, ls coopenciéa (in- Clayendo, aaturalmence, la cooperacion interclasita) era por aquel entonces tun modelo que estaba funcionands fen las pricticas sociales expecifias como modelo alern tivo al del capitlismo emengente (hay que recordae ach del mismo modo 4 las cgperaive scien 0 las suites de sours mail, etc). De hecho, todos estos elementos configuraban una presuncién favorable a la sociabilidad ~ Raf del Agua natural y la dependencia mutus de los humanos que te ‘oponia radicalmente a las visiones liberales en bogs. Si resaliaron la armonia, acaso en exceso, fue porgue ereye= ron que ésa exe la consecuencis inevitable de la sustita- cian del egeismo privado y particulavista pot la soidari- did asada en ls cooperacion, Pese a todo, e¢ tambidn verdad que ous plantetmien- tos de transformaciéa socal flan en demasia en la bucna voluntad de les poderosos o en la infinita perfectbilidad de los seres homanos. Que sus esquemas pormenorin dos del fururo nos suenan ingenvos (Owen, par ejem- plo, ewe aecesatioreferitee en sas escritor a cémo deben ‘ventilasse apropiadamente las casas de los arménicos), En este sentido, el calificativo que Alexandrian seses- -va alos socialists romintices parece encajar aqui: som, cen efecto, lot apoctar de Is economia poliican (1979, . 10). Pero, por otto lado, esto no debe cegar las posi= bilidades de’ concemplar sus teorias como «us grito de angustia colecsivan (Durkheim, 1981, p. 104), que tes pondia en forma coherente tanto al fracaso de la Revolu- cién Francesa en eae Formas mis radicales como ¢ una slwwacién de desorden y dislocacién social y_ politica creada por el desarrollo del capitalismo indastiat sobre todo entre las capas menos favorecidas (obreros, campe- sinos, artesinos, et). Y, en este segundo sentido, sas teorias resulean mucho menos ingenuas y mucho mse reveladorss de Jo gue en un principio pudiera parecer 1.os dilemas estratépiens (pid. Taylor, 1982; Goodwin y Taylor, 1982; Ansart, 1976, ex.) pot los que atravesa~ ron dan idea, por lo demis, del momento en que sus ‘eorias fueron formaladss. Asi, e mueven entre el recur- s0 del pasado preeapitalsts, la seivindicacion de lo local ¥ comunizato, la defensa de la artesinia o el agrarismo, fa religion como elemento de cobesion social, ee, POF tun lado, mientras por otto promueven at negiciOn Bi seialoo wépico n moderna de! capitalismo a tavés de la sujeci6n s contro- tes de ln propiedad privada o bien de su abotiién, Ta racionalizacin del industrialismo, la secularizacién y el dessrrollo centifico, ee. ‘No encontraremos acuerdo entie ellos, pero af una ciera cercania de planteamientos, en temas como le democricia, libertad, el cstatismo, la paricipacién politica, los mecanismos de teansformacibn social, ete Por ejemplo, ua cuando (con la excepeién de Owen), It idea de democracia raremente aparece en las recomenda- ciones de los socialstas utépicos, coaviene no olvidar due alli donde surge lo hace en conexién con expetien- clas concresas y experimentos reales de cubs y asociacio- nes obreras. Del mismo modo, si es cierto que nunca ‘mostraron simpatia por el coneepto de libertad negativa de cato liberal, igualmente lo es que propugnason la idea de libertad positiva haciéndola paralela a ln auto- trealzacin ¥ vinculandola con el tetbajo, les expacida- des crestvas o la satisfaccién de las pasiones. Tampoeo ceeyeroa que Is naturaleza humana se realizar en el campo de la participaciéa politica. Edueseién y raciona- lidad, sasfaeein y ibertad, eran conceptos aplicados @ contextos comunitaios no-poliicos (ei trabajo, el entee- tenimiento, le formacin, lx vida socal), pero no a le estructura politica de sus utopias. En ells hay mucho de hallzzgo defintivo (Ceatifco) de soluciones que no sequicten de mayor discusin politica para pecfeccionas- se, sino, precisamente, de menos 0 de ninguna "Peto 'veamos con tn poco de detalle sus opiniones Aifereacadss al rexpecto 2. CLAUDE-HENRI DE SAINY SIMON Saint Simos nace en Berry el 17 de octubre de 1760, hijo de una familia aistocraica que aseguraba descendet 2 Rafe det Asie de Carlomagno. Desde muy joven entra en contacto con preceptores y amigos familiares de la tlla de DAlam- bert y dedica buena parte de su tiempo a la leerura y el studio, La censacion de que su destino seria importante Je pessigue desde no. Se cuenta que por las mafanat el smayordomo le despertaba diciéndole: «Levintere, sefor vizconde, hoy tiene grandes cosas que hacer.» A les dieciocho aftos ingresa en la carrera militar, eso exta experienc, Ijor de fomentar en él que era posible logiar en las clencias sociales tn nivel de certesn y seguridad similar al que crea percibir en las clencias narutales. Siempre mantavo, siguiendo una linea de pensimiento may en bogs en le Francia de la época, que los fonémenos sociales tenian mucho en comin con los biologicos o los fisiolOgieos y que eu nueva Gene, I fisiologia socal, no era, después de todo, mis gue una rima de aquellas ciencis. La ® Raf del Agila sociedad, pues, se asemejaba a un cuespo orginico go- bbernado por clertas leyes que Je eran naturales y que ppodian ser descubiewas por la mirada cienifica. De abi ‘que pueda afirmar en De le riogosisaton de lo roid curepienne que el mézodo de les clencias de la observe- ‘da debe ser aplicado a la polities» y que es de ex ‘peracién de donde «toda clencia extrae st certidun bes. Pero la certeza del saber tiene en Saint Simon una inmediata reversion hacia la prictica polisica. Una vee la ‘causa de los problemas sociles haya sido debidamente sdescubiett, a promocién de una sociedad justa y de la ejot focma de oigenizacion social posible, consteuye ‘una simple aplicacion técnica de aquel saber. De este ‘modo, las observaciones centficar te convierten en el fandamento de una nueva ciencia del progreso social. La Fristoria es un procero determinade del que ex posible cextacrlas.claves bisieas, por lo que predecie los desa- rrollos futuros e intervenir en sa creacion no es una ropuesta politica urépica, sino una consecvencia del Aniliss ciemifico. Sivaqui bay wtopia, se trata, por primera Vez en nuestta historia intelectual, de una utopia Gentficamente furdamentada, Cuando esesibe que «el ino de las uees se aproximay (Lettres dn habitat de Goris) 0 ests expresando un deseo, sno afirmando una seguridad. El método adecuado en cl saber genesa la prdctica correc en el obrary la transformacin necest- a en lo cea Por lo demis, cada crisis se resuelve en un escaléa aseendente de perfeccion social $ moral, porque «et parte de la naturalesa humana mejorar cl orden politica indefinidamente» (L’Organatear), sun cuando el cambio lene un ful El sistema industrial es aquello a lo que desde siempre te ha dirgide la humanidads (Dw Syetime Industrie). Tgual que Turgot 0 Condoree, euyo bosquejo Jnfluyd decisivamente en él, Saint Simon ceeia en la 1 vecatno aniico » cexistencia clerta del progteso humano. En una ocasi6n exeribié: uNuestra inenci6n es explicar y fomentar lo Jncritable»» También: «La edad de oro del género hma- ‘no no esti detrs de nogottos, 2 nosotros corresponde allanare el camino» (Dede rirgersation..). Bien es cierto ‘que nuestra tarea es también modesta porque su concep- ida del tema es fiertemente determinista: La superior ley del cde espicina humane lo seeatea y lo domina todo; pasa ella los hombres no son sino instru- smentass (LOrganittear, “lay agui en germen una lecture ansimetafisia que es tembién necesatio explicta. Saint Simon, que recordabe periectamente la desmesura revolucionarie que e produ: ce en Francia de 1789 en adelante, crefa que sus fallidos intentor de eatablecer un auevo sistema exan desde el principio inadecuados, y2 que se basaban en uac serie de {ideas mesafsieas de nuevo cufo (los derechos del hor- lire ete) y a0 en propwettas de aniliss centfico de la realidad, Tnelaso los valores morales necessrios al buen desarrollo. del orden politico debian ser establecidos tmedianie la ereacién de va nuevo cédigo batado en la acionalidad cientifica que susticuyera a los antiguos cbdigor revelados en cualquiera de sos formas. Muchat e las piginas que dedica 2 la enuevay religién deben fentenderse en este contexto, sin dejarse atrastrat daica- ‘mente en su interpretaci6a por algunas exageraciones posteriores de sus diselpulos. Extremadamente conscien- te de la exteche vinculacioa entre ls insttociones socia- Jes ls ideas morales, sus intentos de renovacién en este ‘ampo no fueron guitdor por reflexiones trascendentes, sing por impulses peicticos de transformacin politica, Bn efecto, el poder espistual, en su opinion, deberia ‘teaspasatse en el facuro a los hombres ilusrados (cient. ficos y artistas). Siempre tavo dudes, sin embargo, de si ‘st actuacion deberia dirigirse al logro de una mejor ‘edueacion del pueblo (inculcarle aquellos valozes de » ate dl Agile mayor importancia pars el mantenimiento del orden social), si deberian constiair usa dice religiosa con iglesia organizada y ritos propios, exc. Sbemos, en todo aso, que criticd duramente a Comte por asignar Ia supremacia politica al poder espirizua sobre el temporal cen Ia epoca del industralimo. La, supecioridad en ba sociedad! Futura de las clases produectivas era para él un Pero ceutles eran los integrantes de ems clases? En un principio, Saint Simon distingui6 entre clases producti- vas ——compuestas por los tabajadores, empresarios, agricuktores, cientieos, ete-—, y las improductivas noblest, cero, te. A’los primeros los designa como industrials (industriel) de ellos afiema que s6lo tienen ‘une necesidad: la Hbertad, «Es decir, no verse molesta- dos en el trabajo, no verse perturbados en el disrate de lo que ellos han producidos (Lndutrie. Le parecia que ororgar el primer grado de estima socal a la ociosidad, ‘como ers el caso en su épocs, convertia ala organizacion social en eradicalmente viciosa» (De Ja Piysolgie Soiie. Por lo demis, otorgatlo alos industrales exa apenas tual: sa partido acuenta con la fuerza moral, que es la primera de todas [..] con la fuerza del razonamicnto [J con la fuerza de la imaginacidns (Le Politgae). Hacia 1820, sin embargo, cambia ligersmente el sentido del término. Empicza'a usuelo solo para referise a les clases prictcas» (trabsjadores, comerciantes, banque- os, empresariog, ete.) y excluye clentificos y artistas, sun enando sigue manteniendo su importancia como stzabajadores tebricom» ‘Su concepcién de Is historia, en todo caso, es clara: se trata de un coaflieto entre productivos y ao producti- vos. Aunque apreciaba diferencias entre directores empresarios, por un lado, y empleados y obretos, por ‘otro, siempre mantuvo que sus intereses eran comune sus felaciones cooperativas. No hay en su teoria nocién Bl sociatono wepko st slguna de antagonismo entre ambos grupos. Sila coope- racién entre clases le parecia tan evident era, entre ota rizones, porque arrumbadas las clases improductivas del hhorizonte del poder politico y econdmieo, 20 existria base alguna para el conflicto interno de las productivas, ni ocasion para la hostilidad mutva, ai manera previsible fn ae tina de ella invadiera el etetrtorion de la otra, El gobierno del furweo debia tratae de detarollar de la mejor manera posible el trabajo productive, y esto inchuia su organizacion cientifica y, consecventemente, justa. Los potibles problemas politicos son reducidos aqui al hallasgo de solucionés sécnicas a través del ‘decasdo uso de Is ciencia como instrumento del saber. a tendencia teenocritica presente en lo que anteeede se veuerza cuando Saint Simon se enfrenta al anilsis de Ja politica de su tiempo y le contrapone sus propias soluciones. Siempre desconfié profundamente del «po- ppulacho» y del principio de igualdad, que considesa ‘como un gobiemno de la ignoraacia sobre el saber. ‘Littres dsm hobitant ds Gane se refers 2 las espantosas atrocidadess 2 las que conduce la implancacion de la igualdad, a cémo el lamamiento a todos los miembros dde ls cociedad para que cumplan fenciones deliberantes tha cesultsdo ua fracaso alli donde se ha intentado, y, ‘otros Ingares, eseibe también sobre este tema, con’ un cierto desprecio, denominando a Ia igualdad promovida por algunos socalistas como galt regu "Tampoco cus idess sobre ln libertad encajan en et peradigma entonces en boga. Ep efecto, el orden como condieiéa de t organizacion social cientifica le preocupa ‘mas que la felicidad o lx Uibertad individuales. O, mejor, libertad y felicidad pueden ser consecuenciss de la or- igenizacién social adccuada, pero desde luego 0 sus ‘ausas, Como sefala ex Du Syitime Indtril: «El mant fimiento de Ide ibertades individuales no puede coasti- twitse en ningiin caso como el fin del contrao social. La e Rafael dl Aguile libertad constéerada bajo su auténtico aspecto, e¢ wna consecuencia de la cvilizacién, progresiva como ella, pero nunca su fin. No nos asociamos para ser libres. Los Salvajes se asocian para cazar, para hacer la guerra, 10 pura procucarse In liberad, ya que bajo ese aspeco haclan mejor en permanecer aislados» YY redo ello es coherente con sa concepcidn genensl de la politica. La politica ex, nos dice, ela ciencis de la produccion, a cencia que tene por fin el orden de ensas nis fayoruble a todos los génezos de produccién» (L' dasfrie). Dor ello, puede también afirmar que wcuando la politica haya alcanzado el rango de las ciencias de la observacién el caltivo de la mitma teri confide a wna clase especial de sabios que impondci silencio a Ia palabresizn (Du Syurime Industriel. La politica considera- da como diflogo, conflict y pluralidad se ve sustiruida gui por Ia certeza centifca y las soluciones téenicas a problemas de orden social y éconémico. ‘Naturalmente esta concepeién afecta 2 ottor concep: tos clave. La discusién sobre la soberania del pueblo es agoi extremadamente interesante. El Unico sentido que puede atribuirsele a esta expresion, ea opinion de aues- tro autor, es el de soberania por Ia voluntad del pueblo, pues «el pueblo comprende muy bien, excepto en mo- ‘mentos de delirio de muy corta durscibn, que no tiene la pposibilided de ser scheranon. Pero la toberania por la ‘oluntad del pueblo, de hecho, slo significa la solicitud, de su consentimiento, y esto, a su vez, no es més que una critica ala idea del Antiguo Régimen de que la soberania, procede de Dios y que, por tanto, no se requiere el ‘consentimiearo popular para cjercer autoridad, En exte sentido, ambor son «dos dogmas antagénicoo», «real duos dé Ia larga lochs metaisca que rove lugar en toda Europe occidentals, Una abstraccién Ia provocado, pues, otra abstraccign, ela metafisica de clero ha desen- ‘cadenado la metaisica de lor legists destinada 2 luchat 5 oceo wp s conte la anterior, pero hoy dia ess lucha ba teetninadon (Du Stine Indus En este contexto de critica a ciettos conceptos que consideraba metaisicos se encuentra también su reivin~ dicacion de la unidad europea, de la que fue pionero. La reorganizacioa de I sociedad del Viejo Contineate, que culminaris en una federacién de estudos bajo formas insttucionales parlamentaria, deberia superar Ios nacio- aalismos estérils, los egoiemor, pariculasiamos y fana- tismos, para estableser un equllibeio de poder que, inceativando el progreto y ls edocacin, seciaa la lege beneficioto para todo el mundo. La superaciéa de Ie _metaisica desembora en la desapaicion de los coaflietos tbsolutamente innccesarios que sepsean 2 las clases y 2 Jas naciones. La tsenocracia, la cenciay el desarrollo de intereses comiznes surititin a los politicos profesiona- les; las Iuchas intestiaus y la pessecuciéa insolidaria de inereses particulates. En defintiva, Hacia 1823, Sainc Simon prevela ls existeacin de tree ipos de cuespos de dlte en su nueva Sociedad: Jos cientificos, los industriales y los lideres teligiosoe, Se aecesitabs «lor primeros para descabri as leyes que regian el desenvolvimiento de la realidad politica y socal, a los segundos por ser les cases produc. ‘vas que generaban toda la tiqueza social, a los terceros por constinut Ios mejores vehiculos de extension de las ‘ideas y valores Gtles al buen desarrollo de lz nueva sociedad. Todas las necesidades de la humanidad (eacio- naljcientifics, administeativo|manuales y moral/eligio- 5) se unian en su idea! social en un todo coherent. Por cllo, le diferencissfuncionales de los grupos sociales, 1a, jeraeqaia social y In desigualdad orgénica eran compo- rentes de eo utopfa: Se tataba de recoger In variedad y la diversidad y conjugacls en un todo orginico capex de producir la aniionis de lo diferente. ¥ todo eso, 20 kay (que olvidasio, en contraste agudo con el aslamiento, el a Raf det Apu egoismo particularista y In competencia salvaje que se fgenersban en le sociedad de su pocs. Por ese taza desarvolla en L'lndwtrie la idea de rnecesidad de obediencia de los trabajadores 4 aus «fee naturales, a sus superiores de clase, Después de todo, segin esctibe en las Lettres, eos propietarios mandan sobre los no propietarios no porque posean propiedades, Sloo que poseen propiedades y mandan porque, conside™ :idos en Su conjunto, tienen una superioridad de conoci- mieotos sobre los no propictatios». Ademis, dado que todo hombre siente wen mayor © menor grado el deseo de dominar a todos los dems (..] por el bien general a ddominacisn debe ser dstribuida de acuerdo con Is pro- porcién de conocimientoss. El pader meritoeritico 7 el poder del saber encuentran en su teoria una de ls primeras formulaciones coherentes, No obstante, se poder tiene mucho de reconocimien- to racional de ls euperiotidad y no estar vineulado en. forma alguna con Ins pasiones o la fuerza y It imposi- én. Las decisiones que afectren al everpo politico serfan estipoladas por el rezonamiento cientiico y 12 argumenticion sidependiente de voluntad humana al- una» (L’Orgensater, Sila sociedad actual eth gober- ‘ada por hombres, la sociedad del futuro estati gobetna- ‘ci por princpios’y la sumision a ellos sera reconoci- ‘miento de la nccesidad y mo arbteaciedad. En este sentido, el gobiemo tenderd a desaparccer, ya que est ‘bacado en la constriceién y en la sociedad four la chve Ia expontaneided. Los anevos poderesintervendrin tan poco como sea posible en la sociedad y lz economia que, dotadas de la ofganizacin correc, podrin desenvolverse por si is- ‘mat. El gobierno de ls cosas reemplazari al dominio sobre los hombres y las diferencias y desigusldader cexistentes servirin al provecho general. Como teaala ea sus Ves ar la propist tla legislation, ela propiedad debe ecm wpa cs constitsiree de tal manesa que su poseedot sex estimula- ‘do. haceels lo mi produetiva posibes, lo que redunda- ten benefcio de Ia colecividad Si ex cierto que Saint Simon con al obrexo utopizd tambien al empresario (Block), no lo es menos que su Aspiraion dltima eta convert a los proletarios en socie~ tarios (Alexandrian), Después de todo la meta de su docttina no era otra Que peemitir al conjunto de los miembros de la sociedad el desutrclo pleno de sis facutades 3. CHARLES FountER Frangois Marie Chatles Fourier mace en Besingon el 7 de abr de 1772, hijo de un comercante adinerdo. A lamueree de sa ade hereda la naa desprecable sua de BDGOD feancos y, a epafadione, seve oblgido ‘Vsjr a Lyon pat insteuie en el eomercio. De echo, epi se cuects, 4 los cinco aos haba realizdo un joramentasolemteenel estilo de Anibal, pero contra Jos romanos, sino conta el comerci. Vial durante cuatro alos por distin cadades fan esas y rogiesa a hacerse cargo del negocio en Lyon ea 1783, Por aquel entones se produce e Lyon un levan- tamiento conta la Convencion y, tas lt caprara de Ia ciadad por las foeras gubernamentales, corre un serio tieago de perder sus propiedadce #0 vice, Finalmente {odo te slda con una breve estanea enlace. ‘Se formacion intelectual fue mis bien heterodosa Sentia un profundo desprecio por el estado de la flo. toflay ls oral. Si hay que creer + los Manvel (1979, 685), soe conacimientos en estos campos procedian de Js inspec, In comoncacon ory Te letra de peviddios Bso le permit, qui, una iberad de espa {que ae conerets en a negicit de todas las ilosois del 6 tal de Agus pasado, La bautin’ como tart abral, En este sentido, Sus conexiones con Nietsche, Rimbuub o los sasrelis: fa ton claas ‘Tras 1 comienzo de siglo empieza a colaborar en diversas revitas 7 en 1608 tetmina su Thiorie des quate moments ot des destinies ginbrales. En. ella se establecen cuatro esferas de actividad y movimiento (la socal, la ‘aimal, la osginies j la material) gobernadas por lever matemitiess y abieras 4 la investigacion cientiica. En relaciéa con esas esferas aparece wna division temporal fn fases, La primera (6.000 fos) conduce desde paraiso hasta los umbrales de nuestea civilizaci6n. La Segunda y terczrafases (con usa duracién de 7.000 alo#) constituyen el proceso de consecucion de la verdadera armonia social. La eoartt (ciftnda igualmente en 5.000, sos) producisé el proceso de deterioro de la condicién, humana y la desaparicign de Ia Terr. No bay aqui ‘stro alguno de una idea como la de progrero, que, por Jo demas, desagradaba a Fourier profundamente. Y no sélo porgue al final de esa fases espera a la humanidad sa extincién, sino porque consideradas desde una pers- pectivs eprogressts, las segunda y trcera fuses carocen de signiteado temporal, Tanto da hablar de siete mil afios como de cien millones en términot humanos. eso su falta de simpatia por la idea de progreso eo paralela 1 su posicionsmiento respecto de otros concep- tos en boga: la ilustracioa, el industealismo, ete. De hecho, Is civliacién no era contemplads por aveste> sautor como un triunfo de la humanidad y so reforma le parecia excremadamente eagefoss, Sélo la rupcurs, Is estruccion dela civilizacion, era uns alteativa politicn fective, ‘Tras la muerte de su madre (1812) provigue sus studios y como resultsdo publica afos despues su Traté 1s Fessscition domustgue agree. Aunque esta obra conta: been principio nade menos que con ocho volimenes, 2 i socio utpico e final slo se publican dos. Y buena parte del recorte se debe a que la pradencia aconsejaba deja de lado cloreas teorias sexusies demasiado hetexodoxas que quedaron ea smanuscsto. En él se explica igualmente eémo podsla humanidad crganizarse en pequediss comunidades as0- clativas (les falanges 0 falansterios) de acuerdo con principior cientificos de ssociacién humana que nuestro tutor pretendia haber descubierto. Pese a sa base cleati- fics, a propuesta fourieriana no aspire a ninguna cert- ombre ni en la realizaciOn ni en la duracion de esas comunidades, dnicamente apunta su postbilidad y su Sesesbilided. La bisqueda, que ya nunca abandonacé, de fan rico patton dispuesto a financiar su experimento stpico, ai como el esfuerzo por conseguir apoyo entre Jos eientificos, periodisas, politicos, ec. sefialan igual ‘mente la fragiidad en la que la cealizacion de su utopia, esti hasad. “Teabaia como librezo y en 1829 aparece una edicién sreviada de algunos de sus escetos bajo al tielo de Le oaven monde industriel et seciteire. De naevo se esfuerea por conseguir alguna atencién para sus ideas y, en est Tinea, erata de establecer relaciones con los sxintsimoaia~ fos j los owenitas, aunque mis bien intentaba atractlos ‘can causa que hacerse purticipe de la de ellos. Ea vista de su esesso éxito y de la clare oposicién entre sos teotlas y Ia de Jos otros movimientos en temas tan ‘cruciales como la religibn o la natursleze humana, redac- ta tun ataque contra ambas secucla: Piles ef cbarltonicms des dws scar de Saint Simos o¢ Owes. ‘En 1832 aparece la primera revista semanal del fourie- rismo, que dugn dieeiocho meses. Durante exos aos da jgualmente conferencins y mitines mienteas prepara el aque tert su aleimo libro: Le Fane Jndastri. Hace en él, tuna, ver més, ana peticn par que algén patron le layade a etablécer su primer falansterio. Igual que sus anteriores intentos con los Rothtchilds, el zar de Rusia 0 # acl et Aguila ley de Francia no habfan prosperado, tampoco lo hace <1 postrero. Su salud habia sido mala desde 1831. Muese en 1837. La clave de su pensamiento eri en el tratamiento que reali de las pasiones humanas, a hs que considera ‘como fucate del comportamiento social y politico. Dis- tingue doce, divididas en tres eategorias. La primers, las cinco pasiones sensuales (gusto, oido, olfato, tacto 7 vita), La segunda, coatro pasiones afeetivas que mueven 4a relacion con ottos (amistad, amor, familia y ambi-

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