Desafios de un desarrollo humano: individualizacién y capital social* Lechnor, N: Obes Excogidas 2 Samtrage EAL — lohumano ea que una 1998: las paradojas de la vulnerada pone en idad que sea complementario al avance modernizador, Asumiendo el actual impulso a ‘dualizacién, el problema parece radicar en la idad colectiva” capaz de inci temas funcionales. En las imagenes de “lo social” imp sy presenta, por otra, una ref recomposici6n de tna desenvolvimiento de | El desarrollo de Chile en la campo econémico como en el soci ima década ha sido muy exitoso tanto en el La transformacién de la estructura pro- impido del producto bruto las remu id y educacién, A esto se agregala modernizacién del indicadores de sa * En Kiksberg. By L Tomassini (comp). Capital Socal y Cultura: Claves Estratégicas pera el Deserroa, Buenos Altes, Banco Ineramericano de Desarrollo /FCE de Argent na, pp. 101-127.a se ai pvense souorDze stl sapeuosiadsoqur souorejas se] ua ezueyuoosap Eun upIqurE, soypmaso soy & s2u0128 80] 9p —miovermerarodyep ss evolu cane aasixe onuena sod soe ore so seurmyss so] uo vzueyUO.sep msq ‘SOU up sepemun>*e a ees “3|!Hp 50] 9p €150eur v] 40d wueypnos ezeusure eun ou09 uptain 9 uote ee er eee ee -n[X0v] ‘opens [2 40d sesoiqno aivouisussaue e>oqus uprsex8sauH oeunopsuen ep & eamannso asnle pp sisqpue ° 2 owworaioowo794 ap sepuetap sexs aoe}sMes Ou Ope>tot fyb HH -wdnoos soKeuonsepussoqnyeu wane empty OU OH “Prue wepoogiaresemed sn uesonea epuoteducskoeprany epeptanelqns e] xesued ow9D? 2p sou sono opeosout ap exstfended eyusou039 wun 2p Seon se] sod sepepouaied os seiustadxo se], “upt>omordsap & pepinba 2p sonuotumuas so1zanj v20s0rd easy “sor214395 sof v oaneaMbs os9200 uun vemfose sousu! oyanut tu upioeyqod x] epoa e uasqna iu anbsod s1usYap os s9[euOIDUTY seUIDIsIs sory “wINeNIQTE 59 OU UoInda>Iad ePIC “oayduus { ug!oe2npe ap souruas9a uo sped fap oljassesap fo 40d sep -vpuuq epepiumodo se sey nude sopod uo tyuodosoduley,eptat ‘sonpput sors eawe|d 2profurzet jas sponospe epponend eun acre 3] uoistaard 2ovene Sepepoioy souonvanuos & U0! 2p poyes ap seurnsi so] anb ap eins rs90u ava e ‘sounguoaa0.o0s Se ee Te jaeapses wo sande saieAopom | Blopenputsspozoduncptongppssod evapimnar copencey ( “sieanyd un 9p eu > Us Tenpratput, pra apopauas, un ses0qep ap sopeatnoyjp se] u22239 “opraytusts axsary ns wapiord (uorzeu ‘esoadtu> “eyo “uy sopenngey souso12}22 50] anb wo epspaus rw u9p20 | a :P updeinp ap Heda soro4 lun 9p wifey ey ‘oxmny jap o1varwuaueasap Jo 40d epemmsze #9 ‘Opes -nd op eHOUIOUE | ezijemoe anb ‘Joxto9s9p ap eraUaLIAdKo ey>!C] “OO i} -ge3 osoo01d un oui0s [e100 epta vy eNsante (peptarsasse ‘ugHoIpeHosp: Se ea eee eC suopearunosu 2 pepo 9p U9!> -vsuas ey ezipne sapeata sersustiadxo owoo pepatresaid vy 2p & puptan ‘pepranstqns v] voo uppepps ua vo}ezturapou e] ap seIousHix9 se] 49u0d sioketn oyesap un sand earuryd ayo vo ouewny oyossesap UN sesBO"] “sopeprumizodo seaanu se 2p wireroyaUDq v9 1useppedse sns t ezuEAe a2ozed 1b ugrsezansapow eun ap oralns [2 59 ou anb aqiorad awa ey “stsoMUS UA souquay son ainSunsip vorunad sooujdurs sowuapozorue sor] -seanalgns & seanatgo sou -o701 v vaytuiay se}suayiadxe sng “oxquinpns90ut 9 pepranSasur ap sovuatu i “pas uesaidxa ‘squsumeauy nung ‘soueuiny soyaoz9p sns to soperadsar 395 2p & 21qurey sesed ou ap peprinas ej wauon souapiyp soy ‘esp us kopy “sapep ~tsnSosur 9 sopeptaniios ea2jju09 uoroeziusapoury] anb sowoges -ugior|qod £1 © pepuniias ap omuantwnuas un aiuoureuesa9ou eputg ou ssperoosos9eUL &so0}tuguo22012eUl sosopeatpur soy ap ouadurasop ang J3‘wot2verKLopote yy i 2p solopond 0] 9661 "2914.9 Uo ouvueny ofo4sesecq ope|mn3 CAIN PP 210} ur p eansanur upag ‘JeIDos seasaqeur OsMyIp UN aIsIx9 YorDeZTUIOpOW e] ap -naduioD ef 9p upiseztso1s92N4 e ‘opearout fap viouante vy & syed [2p | sours s2\qniou 80] 409 own elopesed eun ‘oSrequa ms eruosoad syed | jpuayadxe agunen e| 2p emnpon sony so # open p using Soe er ep ~po yen mun poems? 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El citado informe del PNUD tiene el méritodeinstalar una nueva mirada: la subjetividad importa, Quedéasiplantea- da una interrogante de fondo: cexiste una relacién entre el proceso de mode zacion y dichos sintomas de malestar? Pods afirmarse que,a pesarde un avance delamodernizacién, existen sentimientos de desazén. inseguridad, obien, ala inversa, que ellos surgen precisamentea vate de esa estrategia de modernizacién, Del debate suscitado por el estudio se desprenden tres lineas de interpretacién: 1) Lacxplicacién ms obvia dela asintonia diagnosticada remite a laceleridad yeelcarécter impositivo con que la dictadura inicié la actual moderniza- cidn. En efecto, mientras en Europa el proceso avanza paulatinamente alo largo de muchas décadas, amortiguado por formas tradicionales de ocia. bilidad, en Chile ocurre una profunda reestructuracién en tan sblo diez, quince aos, que vuelve sibitamente obsoletaslas experiencia practicasy disposiciones mentale de gran parte dela poblacién. El malestarreflejanta l desconcierto de una gente que se encuentra de pronto arrojada a un ‘mundo desconocido, En ausencia de herramientas adecuadasa las nuevas ‘condiciones de vida, su orfandad darfa lugar a una visién nostilgica que afiora os tiempos pasados. Decaraaestecultural gap, estimacién inevitable «n todo proceso de modernizacién, se proponen diversas estrategia Germani (1966) hablé del “tradicionalismo ideol6gico”, propio de las viejas elites, que busca limitar la modernizacién al Ambito econémicoa la vez que reforzar la socializacién de los valores tradicionales a través de la familia y la escuela. Tal tradicionalismo representa tina estrategia viable para los grupos de nivel socioeconémico alto. Pero no es una op- cin para la mayorfa della poblacion que sufre la sobrecarga de la familia tradicional y de la enseftanza pablica. La alternativa es “dacle tiempo. tiempo"ses decir, apostar a una adaptacién gradual de los valores y habi- tos. La propia modernizacién generaria procesos de aprendizaje rela vamenteacelerados, permitiendo interiorizar las nuevas exigencias. Peco entre tanto, 2qué respuesta damos al individuo agobiado por la disgre- ‘gacién de la vida social? La preocupacién actual por la moral y las vietu- des tiende a olvidar que las transformaciones en curso abarcan igual- ‘mente ese dmbito. Resulta pues ingenuo invocar sin mésa la moral como el “cemento della sociedad” 436 2) 3) Desafios de un desarvollo humano:individualizacion y capital social Vinculada a la a anterior, otra interpretacin entiende el malestar como resultado de una “inflacién de expectativas” que no logran ser satisfechas. La modernizacién crearia un incremento de las demandas de bienes y servicios mucho mis rapido que las capacidades de satist cién, Dicho de otro mado, el descontento reflejaria una disonancia entre !as promesas del crecimiento econémico y las potencialidades efectivas, El problema radicarfa nocn el actual estilo de moclernizacién, sinoen su alcance limitado. En consecuencia, a estrategia apropiada consistiria en acelerar el proceso iniciado: “més de lo mismo, pero més répido”. Esta interpretacién equipara el malestar a un desequilibrio entre deman- day oferta enel mercado. Cabe sospechar, empero, que las expectativas de 4a gente (al menos, algunas) y los resultados de los sistemas funcional operan en registros diferentes. Probablemente el miedo a la exclusién tiene que ver,en una parte importante, con demandas de proteccién, reco- ‘nocimientointegracién;o sca, con una dimensidn simbélica que el mer- «ado, por eficiente que sea, nologra satisfacer, Por un lado, la reforma del Estado altera no tantosu capacidad reguladora como su papel de inst garante dela comunidad; no slo se desvanecelaidea de que—por medio del Estado— “nos hacemos de la sociedad”. Ademés, por otto lado, la combinacién de régimen militar y mercado ilimitado produce un debili- ‘tamiento material delo social. Los individuos pierden aquel enraizamniento en el tejido social que les permite explictar y codificar las relaciones de Feconocimiento reciproco y construir lazos de integracién social Desde un punto de vista més general, cl malestar es visto como una ex- ica de la modernidad que, como lo atestigua el propio desa- rrollo de las ciencias sociales, acompafa todas sus fases. En un orden social que ya no descansa sobre un fundamento externo inamovible, sustrafdo a toda critica laincertidumbre debe ser considerada ua fend ‘meno normal. Esta premisa correcta suele dar pie a dos conclusiones erréneas. La primera transforma un proceso hist6rico-social en un he- cho natural. Tiene lugar una Snaturalizacién” de la modernizacién de medo que su rumbo y su ritmo parecen estar fuera del alcance de la voluntad humana. Esta debe adaptarse al proceso como se adapta al soly alalluvia. Por ende, las personas no serian sino agentes o mascaras de una Jegica impersonal superior. Para esta vision histrica, la preocupacién a7ny], ‘SEUIDISS so| wos o] ovaduue 1H 919, “eoppotu awauyei01 so pepranalqns iN “oonbo|q un Ze20n03d ap eudd os oper -adsau sos ap ey anb p atgadso wun ‘uo}srzzusopour e]exed ,oony9 aru, un sand exuasoidoy vanyyno e21U98 e] 2p (seaiBojodoniue sopepss>20u) ‘svans9ye souoneanout { seantuBoo auopsodns ‘seausg|ea souOIDIpEN se] ap ope -Bosdust vaso uoiaezi{euot2e4 2p 0522034 opoy,‘pepa!20s e] ap saqerm]N> s9seq se] uo> eziuowuys onb uo epipau e] us a1uoumey0s wsapeanp Keprgss9 vs UID -eziusopout e] 2p eos peprpqeuarsns ef :igzex es99301 Cun v ONUIDS O2syf ‘e01d}201 ug.aepps ns 2p vos29 peprsrxoyas Eun we|orsesap soralns $0] 01409 (cesar 2ua souadxa‘seonsypenso a1verpou) sewast so|oIuEy,peparreiuaULopdiu0> py ‘oiuowensy2 souaw je ‘uoumnse sosaz0sd soquie ‘peprye2s Ug “U9I> -e2}uzopous e] 3p seaysdadsa seuoy se] 1od opeuoroypu0> ours ‘ooueauods9 059 ‘oxd uns o2oduaea poptanatqns p‘esspatne] y so[ey908sos2aa1u 2 sas0yes 10d sepeapjour‘sepeztjeuioy seanopid uog ‘ousomua ns sayqeauusadust‘soonye0y -nv sosa9oid uos ou Safeuorouny seurorss 807] [P}20s-02tgN5ty os920%d UN OUD ‘uo}se2tusapout p] ap eiuano ep pepayreausur|duod ey YeBn] opunis uy ‘seuroists so} ap atvepa3 eytuouorne r] woo eymouome ap serauasrxa seidoud se] ‘sand ‘sezyy)qneduios ap wep so[euo1ouny seworsts so] ease UT e139] v| wea -adso1 1s fes0s ofjo1sesep p sENpueD uesBo]o[9g sowoUpane atoueUD|d vos soro{ns oj oo0dures ozad ‘oUusiLy Js U9 UY un s9 ou UO!EZIUAspour eT “seUOSIad se] 2p o1stazas je enuanoua a5 uoTseZIUAapOUE ap 0522030 [9 opuENd oUELLINY jo1sesap un 2s1K9 “eannodssad wis9 e apsosy ‘sopeptunusodo sns ap o1se1> fouag f ojfoxses9p Jap ore{ns ow09 evOssad x] v vue anb oaneUsOU OSI tun v apuodsos anboyus pp ‘ren sauud ug -pepianstqns £ uproeztus2pour nud pepaueuouejdwoo vy x ugpusre reasoad uelasuose ssuozes see ‘ouewnny ojjo1zesap un ap sopeprumrsodo sey exw ‘oxue of 30d “ sevossad sey 2p pepranafqns ] exouns upHeztus9pow ty e epepso. uid ej‘ouaj1yp ose> fo uo souna unos ‘pepryemae ei -Opeisy Pp orpou Jod peparsenuauraydiuo> vy aXnzsuos erexs9uapyer20s ojapoufa‘pepranalqns & up! “ezqusopou anu2 esuriuodse peparentourayduo> eun eeasonde o2ruguew19p owsij21aqy] je anb sentuaryy “ootgasty opotsad epes eapsoze ofauew ns ap off9 psianey opiqpp ey euZ9pow Pepa!ros epoy ‘pepaureiuaurs|duro> ns U9 v>IpeL yesap jp ‘ayqesadnsut uotsua eum v3 ns & ug}oeztMapou 25149 uopepar tse oud “sequ 2nuD uoIsua F] UE eBoMdsop 36 & uorse2tus9poUN & retoos feudeo A uotonarrenp pul ‘ousuny oyoueSSp un sp soqesaq eer pepranalqns oniua ajdosesop jap 2ovu peprusspou: e :auouesnywonbsa {Kn o4ptqy“somuawout soqure eqojfus anb osa90ud un owoo peprusspou e| sod eprna|qes9 so upperpad sy ‘pepransigns & uorsezsusopowy seuOIe|23 1 -wsan0U 89 [e908 Vap0 owo> pepryeay [ap epessanu Uoista uN soUDIgO weg (0861 ‘RoIPIMog) ePDUDrstso1 0 o¥fngos ap oy>U un seuade eiuosoados pepranalgns ef jeno je aiuosy ‘oonyouow { oongwoine send osa2ord un sod osano ua ugrzezyqeqofs | weuiOr ,oolUn owuaruresuad, [> ‘uepunyap ssuamb osnppuy *(Z661 “Ueynoyy) feamson2Ns9 orx>2U09 042m fo LOO pepianatqns e] 2p esu2yap ns zejn2uta uesZo] ou ‘oased ns 10d ‘sopundos sor] (g661 s94uNag) peprqeusogoH ap eusajqoxd un v epionpas ‘pepranatqns e] _e peptanoso e] uo elap oad ‘oauoyuseuorouny ns ap serouaixa sv] & PUD worBo, e| arg eurumy sossunad so] 3p eistPEIMoN.NS9 anboxU [a “SUIIUED © op “opus sod ‘( exarejtun ugista bun wauan ‘osa20ad [2 eputiq anbsapep runtiodo se] sesopisuo. uts‘sepejjadone sopepnuaprse] ua 91desuny uapey sour -sinb owo> 2] qea}Aou 02509 Un owtod JeIsopeUL [2 opuaTUINSE “uorDeZTUZapOLL y| sod auatuepipisap ueisonde anb soyjanbe owe “3s 21u9 soxouo3ut ‘sowoUD) -ne s0s9203d sop ouroo pepranaiqns: wyepow annua worstos9 run 2190s Uuesueosop :tintuo> sopeurmouap un uation upr>eiasdsaau ap seauy| sani se] peptanielqns 4 ugroeznmepour aque peporrenrowrstduzo ey ‘vo}peziuapour yy 9p oruartueuonsan un ¥ ape ? naN9 021393814 Os9203d fp any anb 0] uoD (exmdnu ns ‘owprp solauI 0) 4 ns epeaourN2s9 epanb ‘aiueurwopaid erBorenso v] eprwuas sod ‘orquies Ug “a1vasoud p euomipuo> epesed eiouayiadxo ef peur raed eq ‘seauoistY ssuoTIpen seAupsIp sis ap aiuauresto2ud uopuard -sap as anb sepussayip S904 nua serDuas9ytp Se] pprajo ‘syed wpes ap sazeynoa ~red souorsrpuo2 se] eptayo anb eongwBop epsopouo eaanu eun e1usWiO} Tesoqqyoat owuaruesuad [q uoDeZnUapoN ap eins epeuTUZa.9p Jvznnjosqe 340149 opunas umn us anu2wI]Dyy eALZap UoIsN}>u0D EYRIG, ‘esOpeasasuoD0aU Upfa9ea1 Cun exuasoidoy ‘S9peID08 so|naUIA sns 9p ‘ugysoa9 v| od ‘21498 op sojayue & sopartu so] 40d “pepianalqns vy sod -tnbo eiBavenso eypip e eanyso zomnbjens‘a1uaqnfisuos og pepames v9 xp! FeUySOT HequON / SoM sp UpWORIEgSeleccién de articulos / Norbert Lechner que restringe la capacidad de disposicién. El debate sobre I desar a pugna por determinar dichos es en buena parte enambos sentidos, Vistas ast, s politicas de desarrollo conciernen fundamentalmente al ma: nejo de la complementariedad entre modernizacién y subjetividad. Ese manejo depende de las megatendencias de la época y de -sespecificas de tuna sociedad. Debemos referirnos al nuevo contexto si queremos visualizar los retos actuales. Dicho sintéticamente, este cambio de época se caracter finde la“modernidad organizada” (Wagner, 1997). Entre 1930 y 1971 dad mode re acotacel espa- Ly el horizonte temporal de tegracién de los diferentes actores. Este se agot6 y apenas se vislumbra el pert Entre sus rasgos, dos tendencias parecen tener esp is interacciones soci idad social. La diferenciacién ional de la sociedad contemporanea incrementa la contingencia de ina coordinaci amente politica por via del Estado res tainsuficiente. Peroel mercado por s{solo tampoco genera ni asegur cién de relevancia 1 proteccién que brindaban es y normas sociales. Conviene mirar de cerca este fendmeno utores (Beck, 1997; Giddens, 1997; Touraine, 10s puede ofrecer una clave para comprender el proceso actual. 10 sefialan varios stad de elecciéa no séla términos de elegir con pues, las opciones de laciones de pertenenciae ados a disefiar y realizar Entonces, desprendido de Hoy por hoy, los individuos tienen una mayor cen el consumo de bienes y servi quines quieren convivir y con qu clegir los principios morale: ide sus planes de vida sin referen sus lazos naturales, el individuo apa “robinsonada” que repiten la icaci6n. De hecho, los individuos se ven ol al marco “0 smano' individualizacién y capital social metodolbgico del rational choice. Los individuos aparecen en escena dotados de tuna existencia presocial y la sociedad aparece como una realidad derivada de ellos. Tal concepcién de “homo clausu os hombres contraen Es imposible la co Jogra tomar conciencia de su individual Otro. Dicho sucintamente: su autonomia exigeelreconocimientointersubjetivo. ¢5, por lo tanto, algo externo y posterior al Yo, sino una dimensién intrinseca ala persos no solamente un ani 1 El vincuto soci que sélo puede individualizarse en la sociedad” (Marx, 1971: 4). No hay persona sin sociedad. Mas esta socialidad se encuentra amenazada por la disgregacién de in afecta una de recomposicién de nuevas formas. gcuil es la vida en comin acorde al actual proceso de individualizacién? ualia nal sin interrogarnos acerca de su complemento necesari: jedio de un “Otro generalizado” —un imaginario y una experiencia de "sociedad" —que la persona afirma su autonomia individual. La persona se sabe y se siente participe de una comut a vez que es reconocida por ella forma de unidad colectiva que No podemos asumir la indi por inte en sus derechos y responsabilidades. Cu ¢ Habermas (1987: 173), imagi- lad individual en formato grande; nbas no existe analogia j6n de complementariedad. Se- xin vimos, la conformacién y nde las identidades indi yarno pueden descansar sobre las formas anteriores de lo colectivos nila rel gi6n, nilas tradiciones o la nacién ofrecen un valor compartido y por encima de toda sospecha. Tampoco el “patriotismo constitucional” propugnado iduales “1aa ‘ uousesortxe exado o2ttupuo39 PUIDSS|9‘OURITY> Ose9 [> U9 OULD ‘aNb UD YpIpauL bug “tonguiomne send uo!resodo ns ua aitautesisaid voupes seuUDrsts $0] 2p. oivaqureuoruny wong jp anb ewe 2s-sytu un “[ep9s josnuoD fe 27ed wuanNq, ‘ua eprensns aoasede pepiye>! v| 21ua8 yp soloso] y “eaneusaaqe xpor sesnsu9> ‘e ses09 se] ap auarsixo Uapuo pp Te|2Bu0> ¢ apuian ‘opeazau [ap U9BEZENIOSGE { vopezsqemeu wun ap sparn v ‘anb yeaqgjoau Sioqo>t jap ajqistaur sued so easy ‘oondyj oj 9p eanewniou e2sany y] 598 asamed ARETE S UOZES ERO) ‘ouans opo1 s¥|22ueo ape spur eyipesad uo uoreursojsues 9s sopesed sousns so] owiozy ‘ormany je asreiv0Xosd exed ezuE\guodoane ey eyes aT TEPID DA]INA 3S enpiarpur eruzouome v|‘ourstur 0] 10g “oauotesT20UED9s L>sMq 35 TU 3394}095 ON “exon wun ouio9 eytata eapuon sond ‘ono p vod uorDe}>s wf auzetAsod eHOWIU ‘eq “OIDIU [p n> opeppUds ‘ono Je parte Je s92qes sms vyD9 MbY “erTBUOD |e ‘opotur un (opne opour ap ‘saooa sexpnus ‘s) eauginoqns ezauew ap awstsiad “ope ‘ono 104 “atuas2id ja epanb ojgs ‘ouryd osmury un & o12ea opesed uA waR) “Ug!D -eurSeuut Avy ou euowow vig ‘ormany fe aszeiv0Kosd exed seannaye sejBs9u9 se] piquiea ueutum 2s opesed 2 opucurumta ‘uo1zeandure eun s9 o1UdTIs ap O[24 oso ‘offzequi2 utg ‘oJe230q 291d “uaig save Sopesed of seprozes osaInb ou anb ‘esorsua|is euoWour eun SoUaU e*, oprafo [op eHOWDUE, eum Key fopE] UN 10d ‘piuasisiod eumnen pe opesesqns ey, 1aqpoug aurnf, 1g "eausgasty wow e| “pnp uis‘s9 9x49 2p ose [uo a1uatjesauqos uozes eur] sajqisod souoze: seunit reppe 9qeo sisaigdiy ap opour y goanboig oy>tp seiaxdimur OUI? neou uo afew eun Key ‘sexgesBon0y se U2 otIOD ‘uaIg sp KsOu -ans so} ap vanisod uoipejnuus0y ein s9qcy ajans ou “eas C)-sauorsestdse se weg do os mosip [ap ofadesiuo> e auaUTEpOs §9 J “OPEasaP PSP ‘ouanb osniny un wos o1uesuasep fp uaig 0 ‘a]q1soduuy opesaprstio> oyans UN a1UE Uuptovuiitsos ef aoojenorg 'ezuesadsasap bun oms ezuvsads2 eun so ou aureduso> aruouyjeuy odnad un anb o] ‘opour ars9 acy “eptSo2e 59 ou orad “ugroestdse run snreduros exasinb opewstxanua ava ey owatumiuanse4y sppy s2uodx9 azainb as ou anb ownuy 8} ou1o> epesapisuo> uppendse eungpe mieduro> {sewsoyuew 9p sopnd jap siezen apand ‘oared wg “oonboyg ap worsemuts eun vurwioparg ‘20213 “ogenuos v oj9s ua2asede sauotsestdse sr spusop so] ua o29 tn awawsepides wen -voniou & pepi}ae] wea uoo uo4nysefanb sey anb senuasyy souans sms 2ejnt40j aed epersinaniue a1uo8 v| ap perjnoyp e| uorruare ey eum ses 1owEd Uy, soyans soy ap oanbord 1F retoos ude A uoioeaenpuspur oueuny opaLesop un ap sogesaq ow sozeununyasd sopeyynsax sop wapuaidsop 2s 245 > GANA [> v2yfe>4 anb oipmass pq souoertdse se{ 2p soptuonuo» so] se21]eue aq epinosuy “(pepyess be] eepuarapor urs) serserue, sep A (so|quuods4p sauorndo ap vasa0e) seIouaIogoud se] 9p ‘Saqqeqoxd soamans v seprrayox) seaneisodxo sesoutr se] 2p ‘sofous osmany une op sezuesodsa ouro> ‘o1us8 e] ap ssuorrentdse se] smSunsip 2ustavory -uoisnosip ap sodas sossouup uo sepejmuusoy souorestdse se] ap asuq vf s1qos eastuorsaadwr upr> -eurxorde wun v own] 9p [Pepo!20s ef uo epeussoRIp UOLDR] nom ns { savo}pequasaada so[ea seproqe ‘oaseu 2189 ua ‘a]qisod so ou O19 U -expno> peprqeizes e] ws sopesoqeja sapemnyyna so1onposd solajduzoo sond wos souopeadse ser] “orminy [a ua ,qisod of, 2p eos900 sousSpum sey K opesed Jap sepojnumnse setustsodx> se 5 as anb upipenyeaa {pees epta vj euorsuny ow9> 9p UpPeDo:de eun 21qos ues -ueosoq ‘ommsurow opeuruszorap ua vanoadso1 pepyjeas ns aqos ayua8 e] 27ey 2 anb seans9]09 souorseruasoidor se] u> woquDsut 2s o1quse> 9p soasop S07] emise eu: nuDts s6314y $0] sod vpeuorarpuos wnronau9 ‘onr109I09 of ap sousiyun se] wa uorDeSepur ap o1uade [2 auod —yerD0s 0] ap up!o2nzsuoIBI Eun ax9INbEd OsIND UD UO!D -ezijenpiarpur ej— swsaigdiy ensonyy gsouopyp soj usuon souorsendse pub? ‘a8 e| 2p souans 0] 9p eazane asrenuniaid sa1souaus 59 orquue> 9p 0359p UN EA -aj|uo> ugzesap v] anb opuaruodng ‘seaneuzayje ap epanbsoq eum ou0> ‘Sau -vauyajnuns \{seso9 se] ap opease [ap (epezl{eqioa ou) ext>x1 eanp!9 bun OOD opyo| sas apond seasopeus fa ‘on29yo Ug '591q -21 vun eoonosd anb tia eprpows e] u: {© exoyRIONGy UoTNgHUOD wun 9901} seanvusane se] ap eoia38 uoRay owses9p 9p of9poUL, [Pp UoIsnostp 00s seIs9[eur [pp Oonsouslesp [y orqures ep soasep soy uo}peuoysues e} & souapy> so] 2p souans so 014) eqwaigua anb sauo1sainsa1 se] K sopepruniodo se p1¥20]U9 ‘ug!>eNUNUOD W gqepos ojnouys [p weztye24 K uoqiouo> seuosiad se opow gnb ap? “saouowrg “eure rougUNY Uo [euoppensod pepnuspr op ajquia ugindo vun aas soared sewssoqey] 40d JoUysOT HEGION / soMAH Bp UgDoOIESSeleccién de articulos / Norbert Lechner la facticidad de lo dado adquiere fuerza normativa. Cualquier duda acerca de los criterios dl “éxito” parece fuera de lugar. El hecho de que, en proporcio. a gente estima que su voto incide (49%) 0 no incide (45%) en 0 de las cosas (Latinobarémetro, 1996) sugiere que no existe Sn colectiva, Fse poder de lo fictico esacentuado por los “poderes ficticos" (empresarios, Fuerzas Armadas), percibidos como fuerzas que de tablecida, Una vez que la gente interioriza que su entorno obedece ms a equi- librios espontineos que a regulaciones sociales, la preocupacién por el futuro sc vuelve irrelevante, Dicho de otra manera: un orden social que se proc! independi subjetividad no da lugar aaspiraciones. Como mucho, la preemi a marcha de las cosas al margen de la normatividad es- ‘ogica del sistema” ofrece espacio a esteategias individua. les de acomodeo. proceso de lo privado, contribuye al bloqueo de los suefios, Estos no son simple producto de a imaginacién i los por la insercién del individuo en determinada socieda condicio condiciones histérico-sociales en que |: ran y seleccionan las aspiraciones. En consecuencia, podemos ver en el fené: lar al malestar diagnosticado en el informe del PNUD de 1998) el resultado de un proceso de privatizacién que dificulta la comuni: cacién social. Retraidos a la familia y al hogar, los individuos disponen de menos posibilidades de verbal compartir sus miedos y sus anhelos. Faltan oportunidades de “codificar A meno (de manera gue suele elaborarse en la conversacién e privatizacién podria tener ut Mis alla de la privatizacién de los servicios piblicos y priv de riesgos y responsabilidades, la sociedad cl por una privatiz; Desaffos de un desarrollo hus indvidualizacion y capital social La ausencia de proyectos colectivos Los contenidos de las aspiraciones revelan una relacién ambivalente con la la como carencia (queja) oa negarla(fan- tasfas de fuga). En general, as aspiraciones se refieren pri Ambito ividuos entrevistados. En cambio, la manifestacién de suetios colectivoses débil yk sociedad se encuentra muy desdibujada personal dellos rsonas ticnden a expresar aspiraciones referidas de sup vs plena. Concordante con Chile conoce un nifestaciones masi. ‘Afloran deseos de promocién soc estar y bisqueda de seni pias, dediversos grupos de apoyo y den se trata de “cambii 3s sesenta, sino de “cambiar de vida", sea porque es lo mis significativo, sea porque parece ser lo tinico que se puede cambiar. Fre- cuentemente, dichas aspiraciones son enunciadas a partir de la queja; hay un jento de carencia que duda poder ser satisfecho. La carencia se expresa, mediante la constatacién dela discriminaci ra el suefio de bienestar. Por otra parte, prevale cen manifestaciones de desencanto; las experiencias de vacio y saciedad pare. cen no poder ser superadas en el las personas entrevistadas no formulan sueiio 0. Ladesesperanza, “el sistem nes emergen solo en neg: calidad de la vida social son los ben todo vuelo, Las. serd, La igualdad, la loresque se echa de sin mayor esperanza de verlos concretados. En realidad, personas mis jovenes naturaleza; un entorno no contaminado en contraste con la contamina ambier relaciones francas ytransparentes, de las ciudades y también como an el sentido de “5 eeeun aiuaureanwnnsns voyrpow ‘a]qndaaiad seuade ‘vanidg ¥] 9p oawarwureeid sop 2189 ‘poplfesos ns ouyap anb ,jeb0s onprapur, [> emey ezeyds9p as pep -ajenpistput v] 3p uproypuor owod ,osn29I0> 04224 0s -s20id 9189 Ug eDOS O]NOUTA Pp sH3i7 A eanema ausUTENST Up!seIMIIN SIE ‘wun ap ied pj © soxanu { sofata sonata] ap sajiagur & sajgyxoy souorseutg o> aueipottiog [pp upptsodwooos ¥]v opuonsise soures> s1U2UuD|qeGON > ua siseyup sorraiue 208 o}, 9 WO!OU e] EIDE fENdO] {L661 PW) OX FP pepnusp? ej 2p & peprnur r| 2p ugemz0ysuUn en EaaqUCD UOIDEZ! ‘ap 2, ‘SouoUwopasoLomIpeNuod & sdnypue wa asrensauatesy stuouseasondns‘0X ns Uda sors x ‘sonptsiput sordord soj 10d sepefouew & sep -easdsowur'sepenaiap 198 uaqap soe —| jury ej 10d oprsojqeas9 oozeu p> wos opsonse 3p sepiprap uoumue anb seoyys8 -o1g setausjeaiqun— sezeuoure se] { sapeplumodo st] ‘pepoto0s K onpiatpur AINSI ag “,OAND3IO9 OYPoH, OF ap wasypeulUOU UoISI>s9 EI -alosed soasn8 & sojoquutssouorsoura ¢ ous 9 awvouronuor sepeSouRe ,snqin,, ap peprordaynus eun suodssqos.s"sososo1ut uo sepeseg “ope190s ose Se] "SEA “noajoa sopepnuop! sv] ap soorjoquas A sojeayeUt soutaz9j21 So] BEAL DOS s2fEI208 { ugne2qeqoiS vjanb auuaptas aajona 25 Sop] 190s epta ey ap owarwseuopao pvIquie2 apsooe Uren nb soyesmmjND souo!>on -su09 os ‘odsequa ug ‘opep Jod euro 95 —, jean & yeuus0%, 398 od— anb 0} 2p aured 49s uopons (feuorses { ouougine onprssput) euustu Js ap euossad ef seman.nso se] ap uoseDURsa}Ip UY age 9s nb uodewu otH09 (ojdat> sod ‘eysa00 9p seuttoW) s2ye120s SUOHD se] uafiy onb sauorousxtio sey one, “euossad &] ap seaisyg spur seisuatsods sey ‘uepaye sand ‘sorquivo soya ap eisuDtouo reu01 [>¥j SON “Puosrad ews Bap, oun seuossodionun souorsep sy] ap owe orquie> un amuouietseseDau ue>n|dun ‘eusapour pepoizos ey ap souarzeurroysue se|anb ap eaps ee as132ey anb KET g9]090], ap ¥as920 auatUEplURap spur TEUOIXDY>? ¥eBYgO wOTDUNSIP 29]09 503294034 so] ou osad “[e}2es ojnous [9 ezReUAIN a1e8 | Dep 2p pepije> solauu eun ap epuewp vy oquadekqns vypojaur oun ruanses 008 b| anqos sefanb 0] U9 euossad sesaualq jap eouspe souopendse se] uo Ouse “euaze> ou & pia vun ap seqseauey sej u> owoo aquaistxs siusueas pt retpos feds f upioezyenplarpur oueumy opezsesap un 2p sogesoc vpouasne sod eos onbune ‘ouuosasd gio [eos ojnauya fy -edesap ey e>qjdutt ou soans2j09 soyons so] 9p peprytg>P P| anuopenmbo un openuoous wey ou seuestousvounyy sapeparzos sey end p> esed & soadosna sasjed so] vxed ed -o3ng 2p topt¥] Eusduasop anb jaded jo $3 “[e90s pepiszoaip vf awuaurEANeD39 sw89jdsap exed ajqesuadstput asozed oamany jo viouar9jas vy “829p aye, suo -endse sowuaz2jip se] seynonaze & seavosyuo> ‘Sxpaur exed (auaumeuostaoad axd -wiats) epep ,epipaus, etn ow0)—9|qrasop [e1D0s oans{go un ap 0z0qs2— ,o1 -sakoad,, apodn unde uatixa ,seasiiqisod, & soyenpesS sorqures so uny ‘ses09 sv] e[So118 ou ‘orodura ‘ouminy pp fenioe up}oesodead e7|‘uoHensnsy UDI -1su09 e] o> ‘ez3[e—1 ap sajqisodu souoraiquue ‘opua sod osnany ap ,e>1H -p]o9p1 uopeyuT, eum ‘or2249 U9 ‘9!Dou9D UOHOH ey 'Sopyparsap saxtans sal amb, opunoay spur aivaweuy (ueunpsnty unas) ,omsrqisod,, un exed sopepra -mnyodo 220140 o1nang [ap ug.>>e2101 e| —seuea sesausosd ap operqofe wer orm -ny jop auoUNUOD, a89— euNE rouPW U9 anb ELuWNELE osnUES JoIAeL idse sey ap santa so1293059 so] weurusZo%9p ‘opersmbuo> ey 2s onb oy tred sezeuauure st] 9p v| owso> jseSeusaiss so] ap seous.aypp se] 2p wo!adadsad anguuy 219 uy ‘sIuase1d 9 CUES “eARIUyap U9 eponb oN “oxmany op epnsed wo vapr eunge te10qe [YIP 39e4 38 seIs19AONNUOD se] OpUE]|EDe A peprss94 1p &| opueau ‘uarq sang “ouciue ap sormrgu0> so] aassumesanu vaqe UoIsMOsIp nis anb awa satay ‘esz9aonu09 vun ‘Ue o[ 4od ‘{ ousarqe sa osnany ja anb ‘opeqy“oxniarytio> sensor epond anb eur somnbpen> ap arvqap jo opuarquyut _aisisiad opesed pp sauorstatp sepunjoad se] ap euowow e|‘epersuap's nbuny. ‘CINPEDIP t] ap OoAyHIMEN opesed fp :opeuDsos vA 30190) UN wBa1Be 98 “BY ap ose [p ug “omuoTUTEUDpIO ns svapjow ap zede> oamDaI09 ora{ns OLD pLp 21008 ap euNstUs Up}DOU | ap emusTUTEUONSOND fp (¢{ “e1OpejAsos eroUEIsU OOD eonyjod e] ap o1arureneqap a1uainfisuo> > { oprosow [ap a8ne pp (¢ {ugIDez -tusopour e] sod , sopeatsqey soBsau, so] ap votaoe peprjiqysuas a1ua!za19 eun Kos -2sfloxd jp u29j¢] ap onvorareuosoussap [9 (| seouapuar sessOaIp UapIoU! 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Se trata, en efecto, de formas de organizacién demasia- do rigidas y pesadas que no responden a las exigencias de una individualidad de perfil abierto. En cambio, pueden estar emergiendo nuevas formas dk colectivo", mas flexibles,livianas y fugaces. En esta perspectiva, presentaréen la parte final un posible enfoque del capital social -mpo, entonces s6lo constataremos Las capacidades de cambio: el capital social El proceso de individualizacin brinda grandes oportunidades para un desarrollo humanoen el que la persona sea el sujeto efectivo del proceso. Masa idad de la la autonomia del sujeto exige el reconocimiento del otro y, por consi- guiente, no se despliega efect persona se individualiza s6lo en sociedad, la calidad del desarr define en las formas de vinculo soci Cuandola organizacin de a sociedad se flexi individuode ‘sus lazos habit ;cudles son las nuevas formas del vinculo social? Conocer «30s vinculos sociales emergentes significa ala vez conocer las formas de ind amente sino en ese vinculo social. Dado que la aci6n subyacente tras el desarrollo humano nos la ofrece elconceptode capi ntendido como la trama de confianza y coopera i6n desarrollada para el logeo de bienes piiblicos. 48 Desaffos de un desarrollo humano: indvidualizacién y capital social Acerca del concepto La nocién de capital social ha sido conocida principalmentea tr: laobra de Robert D. Putnam, posterior a as formmulaciones de Bourdieu (1980) y Coleman (1990), Me refiero sobre todo a sus trabajos porque plantean el término en rela- social aquellos “rasgos de la organizacién social como confianza, normas y redes que pueden ‘mejorar la eficiencia de la sociedad facilitando acciones coordinadas” (1993: 167). loacercade las razones que expl nuestre un desempeno is Esta as son preservadas dile- resulta de un proceso hist6rico, cuyas tradiciones asoc ‘mediante el capital social. Dicha forma de organizacién permite evitar ‘mas de laaccién colectivaa través de lazos de confianza social. Las elac -gania generar unaconfiansa social oconfianza generalizada {entre anénimos) cuando prevalecen normas de reciprocidad y redes de compromizo ivieo. Estos tres elementos circunscriben el capital social La obra de Putnam confianza perso Ferrazzi y Schryer, 1998) permite visualizar diversas lineas de reflexi6n que convergen —y se confunden—en Laausencia de un marco teérico desemboca en problemas metodolégicos valoraetual vos" (1990: 300). Estudios post de Putnam para cuantificar el capital social en los Estados Unidos 1996) corren el peligro de enfocar el tema més bien a partir de los dat nibles que de una reflexién sobre su significado. Sobresalen, en concreto, tres dif ta de indicadores. Aceptando rnormas y confianza social que fa factibilidad operacional? Segundo, es preciso dist capital social. Putnam se refiere a Ambitos infornst -a]qeuozes ozeyd un uo fetoos jeides [> sanayeasoy {sax v soauarpuar seanayod seprpau eanusoutsop weuing ap ss91 FT (ERI :¢661 “WeAEIng) ,oonsjod oxqUED ap eiBavenso vun oWo> euo!mpsur PUIZ0;>4 ¢] Usa souaINb exed aquouTdep Uuopearasgo wun 89 offs “seat9ISY soores sepuTyosd auaH LoIAPD peprunwo? 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Dos hipétesis motiv proyectos de desarrollo; segundo, se puede es tal social mediante acerca de sus eves ansformaciones. :Aca form: istoricamente? El capital social como relacién No csajenoal eco suscitado el hecho de que los lazos de confi 10. Qui social un capital? El —como toda forma de capital— expresa una relacién: conereta- inza y cooperacién civica. Comencemos pues por mente, relaciones de c precisar relaciones, Su relevancia para el desarrollo econémi que neoinstitucio cambio econémico cesultantes de lain- terpretacién subjetiva dela informacién, asi como del monitoreo y |: de los acuerdos establecidos, hay que prestar particular atencié ‘onal del mercado (Granoverter, 1985; Nort dela ortodoxia neo! uevamente algo sabido desde Adam § de la economia capi truccién so soci demercado. El mercado no Joes una cons- sino que opera med Bagnasco, 1988) Enesta perspectiva, la nocién de capital social, similar a la relacién de capi permite corregir la 10 simple del mercado como competencia entre individuos aislados, El enraizamiento (embeddedness) de las relaciones econémicas en las relaciones sociales encuentra en el capital social un modo de reducir los costos de transaccién. Las relaciones de confianza y coop cién ayudan a superar problemas de informacién y transparen inte relaciones social do la ejecuci6n de acuerdos. 482 Si el capital social no es una relacién exterior y posterior entre individuos atomizados, capital social. Al laciones de reconocimiento las personas afirman su identidad. ¢Cémo cambia 1 y compromiso civico? La distincién que hace Putnam tonces el proceso de inclividualizacién afe cambiar la indivi proco mediante las la relaci6n de cont entre lazos fuertes y débiles ofrece una aproximacién. Mientras que un vinculo fuerteincrementalacohesién del in-group yla exclusion ut-group, un vinculo débil logra relacionar grupos diferentes. “Irénicamente,como sefial6 Granovetter, Jazos interperso fi importantes que lazos compart Jaaccién colectiva” (como parentesco.o amistad: 148) son menos reconocidos yla membresfa 2s) para sostener la cohesi6n comuni fa al capital, podemos distin- objetivado en asociaciones formales,y un capital social variable, que se despliega a través de vinculos informales (Salazar, 1998) guirun capi Parece que en general —y particularmente en el caso de Chile—tiene gar in desplazamicnto desde vinculos sociales fuertes y duraderos ha: s. En el proceso de individualizacién, las personas “salen” de nes indiscutidas y una identidad asentada, ytienden aestablecer relaciones de confianza y coope ‘adeterminados ambitos y plazos. Visto 2a social y compromiso civico no sélo pueden adoptar diferentes formas de acuerdo con los diversos contextos, sino que tam- raduacién distinta, Mientras que Putnam admit mos la posibilidad de grados, res de confianza y compromiso que puede ser més 0 bano-rural; capi no representan un stock sino un “fl nos intenso, Tales diferen s pueden ser geogrificas ero y edad, estrato 0, nivel educacio habrfa una disponibilidad dife renciada de capital social. Como veremos enseguida, se trata de von paises de fuertes desigualdades como los nuestros. provincia) 0 soci tema decisi 43ss saouome vf Sopeuosiad Sopf20u09 2p ojno1} o4pazs> [9P FIT SPU 9 seus 89] penpinput qe “epezsqesau® jesour eun Yoo woPDBINALHO> Uo O19S SHAE ‘syfeur 4 seuang sauo}20 0s anb o] 2p e2122e opsnl ns werzedtoo sousruoMTE ap odnuf ordue un anb ua seyuoo uapand seuoszad su ‘separedisoo sayexous seus0u soe Uaasixo ab uo eppau e| UA ‘sepeztio91ul eanpudD ap SeULOU SP opnuos po ,epratyesousd feous, ap auaugure un uos2inbos sep anb sauodns age “[05-ontIR8IY O1xDIU09 Ja 2721jo anb souoppoHSas se] & sopeprumodo su ap vapuiadap seuosiod sey ueyossesap anb ezeyuo> 2p s9U0 Pes SET jpepo}20s wy ua sansa oojap ostuosdato> 2p & peprzosdioa ap seuzou se ‘used eno 10d popranersose ap & epezsyessuai vzueyuod ap ssuoPe ps so] waurenun(uo> sezqeur ap troy ew elexUDASOp wun 52 "YeDOs offosses9P pp osseus&o22rus surgi so 21142 Buys jemuene owo> oxyarns so 2nb or sist ap sofparu sayua.9gip soj wo pisos oxdaauo> [ap PeYNYIP EO [einos yeyideo yap jenyxejuoo o2zeU [FZ x9os peidea jap sopmass So] uo epeumsoqns 398 Jans “euan22sU09 Ug (OK -auwa ap soasop soy 2p osodoxdv souuya up os) ayqisuaypade sousus vorsuoumP bun ap ‘oftequis ms“ien ag ,os0N] 9p sau Ul, souO}EP se] 2p 10TEA PP EE = por fouosraduu spus pepatpos eum ap oxdauustuanpe jk yeuot1pen peprEge? 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En distintos rasgos del mporanea —i ismo, narci sismno, hedonismo— estar va bes les augurios, no hay anomia. La convivencia cotidiana le fuir por los cauces establecidos y previsibles. Mas que un debilitamiento de tuna pérdida d dividual, © sca, juicio y la determinacién estrictamente personales acerca de las reglas que conducta en cada situacién. Dichas reglas siguen siendo amplia- mente compartidas. La aceptacién de los derechos humanos como un referente er nes de las que han sido ‘objeto, existe un reconocimiento basico de las normas de reciprocidad. Su apli- «caciOn practica, empe! de sentido” y un “ocaso del No obstante Jas normas morales, idez. Crece la autonom indica que, a pesar de las reiteradas v fe severasrestricciones. U cimiento dela diversidad, En diciembre de 199% €164% de los entrevistados estimé que los cl nas que tienen otras ideas politicas. Elanverso de deacuerdo les (PLACSO) de 1997, alrededor del 58% de los chi {que no se puede hablar de lo que se piensa. Ambas cifras sugieren un enorme id social yen definitiva, de capital. La limitacién princi- I de las normas abstractas de reciprocidad parece se tativo, y la baja cred 10s no son tolerantes con perso- ntolerancia es la autacensura; -n0s entrevistados afirmé de que gozan los empress Desatios de un desarrollo human: indivieualizack n y capital social 1 generales, de contribuir al bien comin es favo- que se forma la gente acerca del orden soc Probablemente las personas estén mas dispuestasa establecer lazos de confian- zay cooperacién entre fen la medida en que tienen confianza en las institucio- ‘es pablicas y, concretamente, en la capacidad del Poder Judicial de sancionar con rapidez y eficacia eventuales transgresiones. Al ser la confianza cipacién arriesgada” (Luhmann, 1996) acerca de la conducta prev otro, hay que acotar los riesgos de un abuso de confianza. De modo si cooperacién en beneficio de un biea ve favorecida por la credi dad de las instituciones paiblicas de estar cumpliendo ade ciones. En cambio, es posible que las personas descrean de cualquier jolucramiento civico en la medida en que desconfien de la institucional iguales para todos. \damente sus fu Jes y los riesgos que brinda el contexto cultades que enfrenta sefialo tres aspectos para el caso de Chi distintas encuestas de opi En primer lugs ‘ones. De acuerdo con ,suelen ser bien evaluuados los medios de comu- ny la Iglesia catélica y mal evaluados el P a Justicia y espe- za hacia la efec- ismo. Ello seve ra cado,en segundlo lugar, por la percepcién mayoritaria de que no existe igual dad ante la ley. Segiin el Latinobarémetro de 1996, sélo uno de cada cinco chilenos estima que reina la igualdad de derechos. Este antecedente es tanto mas preocupante por cu yla tradicién de Estado de dere cho podrian ser considerados un momento del “capital social constante” e Chile. Por tltimo, preocupa igualmente la relativa indiferencia respecto del orden democritico, Para el 23% de los encuesta mencio- da (contra el 7% de los encuestados en Espaia) resulta indiferente que democracia o un gobie lament istados en ncuesta Qué Pasa-Feedback, re de 1998) se declara poco o nada satisfecho con el proceso de retor- di no a la democracia. En resumen, Chile no parece ofrecer un entorno muy favorable para desarrollar el capi social.or seno vied vapou £ souopse seundje seupoes exed es sos apond e90s jeude2 9p epep euoy eun anb s1n;>U09 Sourapod s9[es0usH sourNLEDD UG auoo Pun uaN OM 109 10d Kode f9n2U9 9s (Oax[oquU) yeI90s [eade> foanb > un wouzon w2 opesmaons pepitsour eun aisixs, ‘odures ono va eierpourar u peo ap eayssodsa eoi89j uf eope ejeuas norpanog ‘2[quaysuesiut 9 034530089 08) b ua eprpow vy v9 epei ‘ourpepnis jap vonys9 pepinrxoypa v] ap eidoud wzuey -uoasep 2p sisop vun spuurape orad ‘ezueyuos axainbas ‘294 ns & “easy “(L661 ypzang) et2es20Wop v] esed upiqure soo] opestaus jp exed oang so and: ou ‘eas 0) “eonPIDOWp Ug!DEDOA eseasD 2p o1ad ‘SoaTUUOUON® SOUNEIIA Uo ses -osopod s1vatwerreurpsornxe ope -nansut oa1uigu0as ojfosresop sepeansoade sauorsnppuos reuao sond auaiuory (L661 S3}2Y Ke) v1 uugivesodoo2 P| { yeuosiad sau e2ueyyi09 e] wo> ys 010d ‘oarwiguOI® ouadwasp [p uo> epevorse|a1 yns9 ou pepranemost:e] anb aknppuo> opnass o2n0 ‘saatop -apaie sowisttu so} ap 38eq ¥| 2440$ (/27 L661 “EYP{SU]) owsaHENTI239 ap suse smipe & peprarrersose ap sesea sexe 22149 wor2e]22109 jou faxing sane Po, Yoo opson2e 2p ‘oxqure> wy (61 L661 EYRIBUD ,2Iqee wOeIIOUDP ‘v0 epevo19e}2ss09 aUaUtOIIaN} YIs9 SELEAUNIOR souOIDEIDOse V9 ¥IsouqUIDKE eq, ‘epenowap v] ap onadsos weya{Suy ap [euoPeusuEN uorreredwoD P] od epepryea apared up.seusayye e]-sonquay soszantp $0 9 198 apand Dep 5H (ZL S661 s9par s9qe4 apang| "swo_B!IOUNNp SouOID sd vsosquuattv ou So] anb soasondsp seus oysnus UpAs9 sauoIDEDOSE 2p souquiattu,, anb apuosdsap 2s soprup, sopeisy Soy U2 fer20s peardea [2 21q0s ugtaensoqut ns 9¢]"seanps9oWp sauormninsMt se] ap oyaduiasep [2 UD {O21 -9u099 ofjousesap p ua adn gut anb yero0s entde> un uvasD sauor>eOse Ua sepIP auasde auony “pep 21 ey ono vONqUIY Un 3 Jour ns wayesoa 9s ‘osan9as OUIO> [E1208 ‘eune’] eoupUTY Ua cauNsIp vas anb ered souozes ODA OU K "(L661 “equ2,a) soptup, sopeisy So] uo eartgUos>0}20s pepinbaut sausuepunjosd upiso je0102[2 ugtoed [ua seattuguoss sopepfensisap se] 9p eouspiour ey ueay yerves rexdeo A uppoezttenpuaiput oubumy opersesep um ap sopesecT ssp sozomne S00 (8661 jou Se] 9p omuoran 1X909 apand oanUgLOND OTfouTESSp o1 un “ferpunyy ooueg op o1u¥auo0p un 220u0224 unses ‘seAUaNo sepminsas Uy (G66 240°] ost959 opuats ysmnas fepos prude> ap sopos se] e seuqod saz01: 9p 050028 [2 pepjenlisop [el —a1onpas ap z94 u>— axva8e seoyygnd & sepeat sefonase aniua eypasg e] ap ompows sod aquauapetsadso"yeuorDear > eprpaus e| ug] -Je90s eurde> pp pendisop ws vy 0d epersuaiod 19829 -ared —vune'] eau9ty epor ua 91339 ow0>— ugoronpe f sosouut ap uoLDeN -ua2uo9 a1any ef ‘o1zes2U09 j2 10g “WH90s fended Ppp omuan!29]euI04 uN eINBase (0110]05 30d o>tt9uoD9 onuDHUNIDS59 [29M “os913ur 2 uorseampo ap s2faa sas0eus uo> ovun| pe}90s peideo jp opuERUDWINE ‘soortuguez20.20s sodna8 unas jepos ende> [ap jen8isop uorongzasip vun wesodso un op solo7]“noIpinog ap wor Jopod ap eunioj eun viuasaidas ) voqyqnd owo3 epeatid ones uonsa8 xy e uomedionsed ¥] ap worsnginuos ef essa ud ‘eiuasosdag opeisy fe 2024), 1419 peparsos,, U[ ap sepuewap ap ugireziueBs0 ey auaupenst ezyjeues 0134 “soorqnd $019 seianesise saiuai2yip ap oszew [2 ua opeyparoade 39s apand anb of 59 jenos ended jp anb ‘ope| un sod ‘eayuBis ossn2o4 un 2p se}qeE] “e2e3s9p au2tauo9 anb seoueaydaun sea! auan ‘oonu9HO2> ojjorsesop pp exed attzeaapas aiuounejnonsed ‘owadse aisa uo gideaury 109044 angas ap jaded ns e&eaqns reude> oo jer0s ojnouy eur ey osingaz outoo jeto0s reyrdeo 1g Jempoy HeqIoN / somapre sp upHoo0IgSeleccién de articulos / Norbert Lechner (Coleman, 1990: 302). Ademés, hay que tener presente las tendencias contra- mente, existe un capital social que favorece el desempeiio econémico mediante redes de cooperacién (pooling de si6n del mercado descoloca las identidades les descansa el capital social (Messner, 1998). La historicidad del capital social Esel momento relaciones de confianza y compromiso civico son una tradiciéa histdrica dada (oausente) yen qué medida pueden ser generadasa t as? Putnam resalta el desarrollo historico del capital clas pautas de conducta social volver sobre la dimensién temporal. ¢ determinismo cultura preferencias o predil ciones individuales de los norteamericanos y lati- les histricamente constituidos que les presentan un marco diferente de oportunidades e incentivos” (Putnam, 1993: 179). Tomandoel capital social por ua stack acumulade lentamente, zisalo largo de siglos, seria imposible su c sino en os contextos s ausencia de tradiciones civicas, prevalecen rel tas, y mientras predominen tales conductas, no se genera Jeralasdiver- npo. Ademés, {esis es conceptualmente errénea pues noc as que puede adoptar el 1oce el mismo Putnam, es p social a través del icamente frustrante, \demos las instituciones (morales, econémicas, pol marco dentro del cual las personas deciden sus act les y relaciones, es da faltado incentivos para la accién colecti reconocer queen Améri va. Tantoel ituida de lo soci tivas y solidaridades soci go, barrer I social plenament paca su desarrollo, A partir de la experiencia guatemalteca, John Durston (1998) nstituido, siempre se encuentran las bases +60 Desafios de tn desarrollo humane: Adualizacion y capital social paz. de rescatar sus raices tidades culturales) remporalmente enters recuperacién no depende s6lo de os lentas cambios cultur resultado combinado de cambios estructurales y estrategias deliberadas de los actores. Al crearse un entorno favorable, se pueden construir relaciones de cooperacién y compromiso efvico en pocos afios. las oreprimidas. Su sys mas bien el ‘Veamos ahora lo que ha sido el centrod crosién del capital social ural de antafio. Pero no faltan motivos para tomar en serio el nna Posiblemente la “destrucci6n creativa” de anza social que los que ha gene- impresién de que ha disminuido la asociatividad plo més ilust actual debate norteamericano: la excel interés refleje cierto romanticismo nostal- haberse debilitado con el advenimiento de la democ datos fiables acerca de la cantidad de chilenos asociados antafioa las miltiples, las populares, coope- No disponemos de “organizaciones informales de base (centeos de empleo, rativas, ete). U tca) de encuestas “pre 73” con resul- tados “pos 90” arroja una tasa similar —entre el 40 y el 50%—de participacién en organizaciones (Gran Santiago). De ser asi, el cambio que apreciamos a prin social. Probablemente, estamos ante la teridercia ya sefalada a vida asocia vinculadaa orga cos, pero bio, aumenta |: icarfa una erasi ra vista no im| sino una transformacién del capital \ciones formales tea n centros de madres y ju as de vecinos) disminuye y,en cam- ‘on fines especificos y objetivos se cardcter mas expresivo, nacida entre 1910 y 1940) y el efecto de la rmiento en el uso del tiempo libre). Aunqu del fendmeno como una erosi levisin (y el consiguiente desplaza- laintexpretacién que oftece Putnam parece errénea, las dosoor “piuatpuad epanb and ‘opuoy ap vurayqosd jo u98 229sed aasy Zeuepepnio uorare ap peprrede> wo [P1208 ended pp seunoysuen ajqisod sq? “euepepn upiere ef e ezyoizese> ‘ose tugrseztuispout & peptanalqns ap uorsoesouut esq "seuua1sIs So] ap sayeuOIIUNy sepuaina se ajduroiued ‘sepueurop setdord sej uo> oaual ‘onb pepytxoyo tun sond eaydust on ‘seoyjoadso souomenipuiares v ousar v9 0 oraes3e opeurusiaiap € wo!22e22 ouo> assezzu¥i0 ajans eanojo> woe FT “evEPEP =nip ug}>e esos0fta eun ‘ousteuiseofexo wox[gad uonsad e| ap eanD2y> UOIDEZ!| “enuansop t°[ (9¢e ‘S8es]) 2609 2p SO]eID0s spay se] UD souo!IMASU! 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Las feministas chilenas aluden fre- cuente yacertadamentea esa relacin;a mientender, sin embargo, todavia nos deben una reflexién explicit. Tomen mis notas como una invitacién Como saben, una de las controversias fern istas concierne a la nocién de ciudadania, {Qué significa que las mujeres reivindiquen ser ciudadanas en tanto mujer? Tal reivindicacién poneen marcha un proceso de redefiniciGn de Ja ciudadania, La teoria clésica de la democraciadistingue entre ciudadano y hombre, persona publica cindividuo privado, Esta distinci6n sirve para resal, tarla igualdad ciudadana, haciendo abstraccién de los atributos diferenciados delosindividuos. La ciudadanta exige dejar de lado las diferencias caracterf cas de cada persona; precisamente porque las desigualdades sociales son enor. ‘mes, hay que situar la participacin politica en otto plano. Una persona, un voto. La igualdad subyace al principio constitucional de la no-discriminacién ion. Ha de ser estrictamente indiferente que la persona lanca o negra, catélica oevangélica. Son estas caracteristicas individuales que no afectan a la ciudadania como estatuto jurfdico coméin a todos los miembros de una comunidad determinada, Aun més: slo dejando ateis esas condiciones individuales se puede llegara “ser sfmismo", Puesto que s6lo podemos individualizarnos en sociedad, s6lo podemos desplegar lo auténticamente humano en la unién con otros, Vale decir la persona alcanca la verdad profunda de su individualidad solamente cuando —superando su e5- trecho mundo privado— se hace parte de la universalidad de la ciudadant Por cierto, la teria clisica no ignora que los ciudadanos tienen sus raicesen ‘experiencias individuales y mundos privados. Sin embargo, la hora de delibe- rar y decidir acerca de asuntos piiblicos, se suponta que los ciudadanos aetiian como parte de un cuerpo colectivo—la comunidad— y nocomo representantes de algiin interés particular. Tenfan que dejar atras su “interés de clase” paca poder discernir acerca del Esta concepci6n es cuestionadaen el momento en que la mujer reclama y ejerce su ciudadania en nombre desu. iddentidad de mujer. Ahora ya nose llega a ser “sf mismo” como parte del conjunto dela sociedad sino precisamente por contraste con lo colectivo. Soy “yo mismo” en base amis. legaba a ser “yo mismo” en tanto me constituia como ciudadano, ahora el camino es el inverso. Para ser ciudadano derechos privados, Si antes solament 468 Feminismo afin de sigio debo ser “yo mismo" y s6lo soy “yo mismo” en base a mi identidad individual. Es decir, la ciudadania ya no consiste en compartir la universalidad comtin a todos, sino en asumir mis condiciones especificas de género, raza, religién, etcétera. El acento se desplaza a la apropiacién subjetiva de las condiciones objetivas. Me defino ciudadano a partir de mis condiciones espectficas, Emerge ‘una ciudadanfa basada en la identidad. La consecuencia ¢s un cambio de la propia subjetividad. Ella desborda el mbito privado y permea al espacio paiblico. La subjetividad ya no pertenece a ‘un mundo privado que debe ser defendido de la mirada piblica sino que se constituye en asunto piblico. La subjetividad descansa ahora en la reivindi- caci6n de la pertenencia religiosa, étnica o sexual, Cada cual tiene miiltiples pertenenciasy, por ende, cada cual ha de elegir su identidad. Cada cual diseiia y construye su identidad, una identidad flexible y mévil acorde a cada contexto, Segéin la situacién, la persona se definira como mujer, como porteiia, como izacién conlleva una transformacién. En ‘evangélica, como chilena. Esta flexi lugar de una unidad colectiva —cuerpo igualitario de todos quienes somos parte de la comunidad—ahora “la socieda archipidlago de minorfas, méltiples grupos de perfil variable. Laidentidad se constituye y afianza por medio del reconocimiento. Sélo por intermedio del Otro existe el Yo. No hay Yo sin Ti, sin un Ellos, sin un Noso- tros. El ferninismo no es una identidad en sf; exige el reconocimiento de los dems, Es decir, una ciudadanta constituida en base ala identidad es una ciuda- dania en demanda de reconocimiento, El tema de la ciudadania se desplaza hacia tun debate acerca del reconocimiento. ¥ el referente principal por medio del cual todos nos reconocemos entre nosotros es el Estado. El Estado brinda el reconoci- ‘miento pablico. Esl espacio pablico en el cual las identidades se presentan. Es el espacio de la representaci6n de las vivencias de identidad. Entonces adquiere visibilidad la identidad femenina, la vivencia de lo que significa ser mujer. Peroesta conquista de reconocimiento y de viibilidad tiene un precio. Al mis- ‘mo tiempo que las identidades particulares salen ala luz piblica lo colectivo parece diluirse cn la penumbra, En concreto, se afirma la identidad feminista en el mo- ‘mento mismo en que surge la duda acerca de lo que nos une, de lo que nos es comiin, de lo que nos hace vivir juntos. En suma, de lo que significa la vida en sociedad. {No radica aqui un desaflo pendiente del movimiento feministachileno? +9tu sob dd ‘eqge rage-czsew 1 Pepabos aren esti ue epeoqe (e002 ©P OF—US ‘9p 11 000% Odila, ueesOdOD) TeMy =TUD je Ue OuSaLBoxg jp soyEse. OLE {o te seine (2p UO}DUOATENN et op epetolaus uoson wun e epuodsarico exoueUod Sg ‘ang 2p peptsianun ‘eBoqo"205 2p oxtat seeded “12-11 “dd “s002 ‘seuoiaypg OT ‘OBeNUES SconpsDOUeP soyesep somseON 1uSis ou ey [esM|N9 UoIsUOUTP uN, ovzieqops ey “oun Io, eun ‘osodua > 'soniojoura soormguon sosavosd so] esonp2s a8 ou epeztroprenur ugroeareqor6 eu seyemyMo sorqureg, ‘eatsnjoxo popysqesuodsos yuu 9p uos s uum o][o1s0s9q] Pp 24gos auL20jUt [op sopr 1y aud v] Uy “SonosoN Un ap soLTeUIF LAU So] ap ugIsO3> Ly (¢ & YonndDye orenresop ap. seungije sauodxo (2 ‘sgndsop ‘vzed soanoayoo soreurSeust so] & seuvipnios serpuatsadxa se] uo sorqures sounSye xepsozas 30d gsvzuawo 9 un ensanuu onbsod ‘siuesoyaiu ost un sod v[eaed sorqure> soypip ap wopuasdsap 2s \uoo etpp ap soursaey sou anb sauasipuat 2 jasoada1 se] otto sowun sats ap seongad seouEt sey ome) opuerquse no o1quaes opidgs & opunyoud un opuotata sousease anb atuapraa so oun{ stata 9p seraueU, se] souapuonua eamyn> sod 1g unsq, ‘eosoup ap pep our “serouaz9yip sv] ap snued e epuantauon ap souorsepas OUIeIS9 sostD soquUE UO SOWIE & euEpepNy ,owsIE 9p sols] opesoqurassp ay anb uess> ou f ounusay. amunsuosos & sopew -n19j ap s9pm OWE [ap uoEIMULZOJDs EL NUL Z04 eye “{ sepemsoussap seaneizadxa ton souolaejo1 se] 1e3se204905 » : -oduraito9 souoripuo> se] © 2pu0ds23309 01 ‘uo opuruog “21ppj omowEsrew un aun} ou aUDta;qeqord oonUpUIOS JOLIE A vansage ugpezttenprarput 2p uorseurquioa e] anb ours apy “oadwiats exed Azan vunap spuropr PP ers[yisou -oxd o epersueisip spur ugiodaau03 wun aftzourg, un sod eztroxene> 2s anb peporsos ‘ournuy o[ 9p Uptorauesbicos easnu Lun axDInb94 36 o2ynd ontmNse UN BUD!A2p x98 pp anb uo eprpaw v] ug sopezedas sourtues sod asseaydsap v uezuatto soquie owpoy ap ‘iowre { ox2s opuejnouta wits eyo osunosip jp anbuny “e121 -uadejd spur epia eun ap opsyauag uo & eps [p“ua289[0pe ozen ‘sopenxas souorsepaz se] & ueapos anb sonqea soy 303 1uo> 4 epentd 138 p elapanb euoszod epi ep upistounp eun sa‘osoduo pep “yenx2s v7] sauotsepps seaod sey ‘wo oKeu eanpaye efse9 eun oBuod —eraig>19‘onows ap ouensn “eprtio> ap 20p exdo9 osajord ‘onsodxo— jeuotouny jos un o(dusno anvourejos seueyproo suor2epu sia ap aused vuong uo anbod stuaurest>o1q “sestuoqUt Spas UaUIARp Seivenp souope[ss sese2s9 se] ‘oustut of sod ‘4 soumugue annua soyeuosrodun {weoy danas as open jemnse e2od v] uo sowe fap o ‘ea03 oI, e2us0 ane ap eassjndwio3 seo peprsa2au ey & 0959p [2 u0> duo owi93? uptuo> u> epia eun sapey {3s anuo sopuadap }290u sourwny s919s $0] a2eY anb oj sod undlaud vuuste ef 59 s0ure |p od eunBo1d ef yoods2 eurs0y eun witosouda1 aisg_ owe p‘ojdwiola og seonpewopgoad 0} soureuesjua oureip Wy “seu gadse sono uo a1uasasd atustuendr ers os94 "eRRepepNI>-ap ugIoIpLIOD p spur ensanw 2s opearid o} & ooxjqnd 0] 3p uorstuyjapor e-] saq] ‘sauozes seuang sores: san v SoUeDF99 sput ‘onn22[09 uapso jap sured ouwso> owisiururay [a reuors>4J93 9p tpepapos ©] 9p uoresSaruy ej woo xed e] e salnear 9p pepnuopr v| sesuad ap oyyesap [3 sempoT HeGION / 5 ne op uoBeIaS,Seleccitn de articulos / Norbert Lechner por mucho que la profusién mundial de ciertos productos y marcas haga pen- sar en una homogeneizacién que aplana las particularidades nacionales. En realidad, cada sociedad procesa, combina y rearticula de una manera espectfica tos elementos que circulan a nivel mundial. Esta apropiacién y “nacionaliza- cién" de los procesos globales afecta no s6lo los lazos y habitos sociales, sino también los esquemas mentales que nos eran familiares. Tiene lugar una redefinicién de los limites espaciales (interno/externo) y la compresién de los horizontes temporales (antes/después). Desde luego que la sociedad nacional sigue siendo el universo habitual de la vida cotidiana. Sin embargo, se vuelve mis dificil hacerse una idea de ella. :Dénde termina el pais y donde comienza cl mundo? Tienden a desdibujarse las lineas de inclusign y exclusién que con- figuran los limites de un orden social. Tenemos pafses, pero “la sociedad” ha dejado de ser un hecho evidente. Un acelerado proceso de individualizacion Uno de los cambios ms importantes —considerando la tradicién comunita- ria de América Latina—es la creciente individualizacién. El individuo se des- pega de los vinculos y habitos tradicionales que, a la vez, lo encerraban y lo Drotegian. Esta “slida al mundo” hace parte de un proceso de emancipacién que permite al individuo ampliar su horizonte de experiencias, incrementar sus capacidades de participar en la vida social y desarrollar sus opciones de autorrealizacién, La expansién de la libertad individual es notoria por doquier, especialmente entre los j6venes. Sin embargo, no todos alcanzan a disfrutar las ‘oportunidades. Considerando que no hay individuo al margen dela sociedad, la individualizacion depende de las opciones y los recursos que ofrece la sociedad endeterminada época hist6rica (por ejemplo, nivel de educacién y manejode las herramientas de informacién y conocimiento). En tanto nuestra sociedad se vuelve cada vez mas compleja ydiferenciada,crecen las posibilidades, pero tam- bin las dificultades para la autodeterminacién del individuo. En lugar de las pocas clases y fuerzas sociales de antaiio, ahora una multi tuna variedad de sistemas de valores y creencias amy acién de actores y inclabanico de lo posib Al mismo tiempo, empero, esa pluralizacién de los referentes normativos y la competencia entre esquemas interpretativos dificultan la claboracién de un marco de referencias colectivas. Una vez despojado de sus anclajes en la tradicidn, se ha vuelto dificil que el hombre pueda apropiarse de su condicién hist6rica m Los desafios politicos del cambio cukural De ahf que muchos individuos vivan la construccién de “si mismo” y la bais- queda de un Yo auténtico como una presién angustiante. EI proceso de individualizacién que en Europa avanzé lentamente, com pensado por la persistencia de fuertes lazos comunitarios durante largo tiem- po, adquirié entre nosotros una velocidad dramética, Las politicas neoliberales {mbito econdmico, entregando al indivi- it por st propia cuenta y riesgo su futuro. De ahora en adelante, cada persona ¢s libre de clegir su situaci previsin social, seguro médico y educacién de los hijos. Esa “libertad de ele~ amplia las opciones para muchos individuos, al mismo tiempo que signi- fica para muchos otros a pérdida de la protecci6n que ofrecta el Estado de cara ala incertidumbre y los infortunios de la vida. En estos casos, la inseguridad existencial empuja ala gente a refugiarse en la familia en términos de Las muy desiguales oportunidades de individualizacién pueden apreciarse en el débil sentido de eficiencia personal. Muchos individuos perciben que el rumbo de sus vidas ha dependido més de circunstancias externas que de las decisiones propias. En especial, las personas de estrato bajo se encuentran en la ade no vivir su vida. Ellas suelen carecer de redes sociales y ‘de “capital social” que les ayude a hacer frente a una realidad aparentemente todopoderosa, Impotentes, muchas personasse ven impulsadas a replegarse al mundo privado. En este contexto tiende a producirse una individualizaci6n asocial.[lustrativo del “individualismo negativo” seria la consigna “andando lo que pasa en el pais tiene poca importancia”. Quiero subrayar que dicha “privatizacién” no es un asunto privado: esl resultado de bien las cosas en cas tuna determinada manera de organizar la convivencia social, Una sociedad de mercado La expansién del mercado es més que una politica econémica. Transfor- marlon el principio organizativo de la vida social implica un proyecto culeu- ral, en la medida en que propone un cambio deliberado de las pricticas y repre- sentaciones de la convivencia, Ja responsabilidad y una flexi tas formas de “vivir juntos". La “libertad de elegir” del consumidor no esta restringida a la eleccién de bienes y servicios; ella se encuentra incorporada mercado forenta una “individualizaci6n” de izacién del vinculo social que modifican nues-sur ownsuoo fo'epeiso oad wots] vo> uoiae|a1 us eduon pp uoHreaypvE|d Eun aT “omnbas ofequan ja anb owes wy “pepyesod we esn0 22nponutoumsuo> [3 (91%? “oduon aaznoy fo aknp as anb zane eseds> syuo 71.04 J eNduE ag [e402 “usaa uorpeaiqn ns 40d sopexteany ueaso ou anb sopeasoduut 2 s2|euo!SeU ‘SUH ap olny fo uo os101uUT 59 “orquit> uD “soprusnsuo> fq ‘searoa[o> serpuatadxe exjory [eo] afeppue 259 PepLiepyos ap soze] reporsep exed fepos K 0215) omedso un ayspeq “sez9penp so[eos SOuOI2E|a4 UD ousastt ‘pud 0d ‘K oly srusweanepps senyun e ope isa sopeleqes pTeursnput pepa}oose| Ug Te “edso a1uo7{204 fp vayrpoU oUuINsuo> [a (¢ 21u98 bap SoatTUBoD sede sO] 2p ugtsox9 vy enavade oulnsuo> fap o¥eULFeUN fp spUI9Po| 14 PEEP LO2HP [pp opunus jp ze9|dsop 9p exouruy pun vyi9s ‘olseNU0> > on io Sopeleqen jap peptssofqns ej ap (opeualeus) oprpursse ‘opeaniatgo opunas un aera aoc sty ore soeme hoe 2p nh pepoagnd MIP Spt usin 9s sojedos sot snutSeus soj‘pepaqenaaee] uo (p‘snb ap oysay PapATE off sopeteqen jap tela, peprn3s e] anb souayg sof 20d wprosola uoprene ‘Gugnonpos vy sp ewuan9*, uota>9pp ap peUogy, Bop seat Uy YopyuunsuoD jpp pruaqt|»| woo uo}pep va ouepundas ouryd un e weed ooygped waxg owes tbofeqen pop worsonio1d ej anb eaux up!reyaBossp v7 yexoqey wo}reNAas P| ap ugrrezyiqexay o](¢eBaaie os off V 98e>2p sopepauaps sense st] 2p PEP “ssuop vy wis eanewuaa eonsiren esau un ap ox9d sapepnuspy sand "ews rojuog sono ecrnedsos vorzeouat2yip & vp!oeaya apr wzsjoqusys 9nb [Epos ore tun so suuunsuog “eann9|09 P| 94qos z0d z92ayeaoud 2Jans enpysypuL PEpRYEPE yj (zepuareyanrome eso eope|nau“TEN> ype>.p ajanb jeuossad woPHUEPP P| unos fenpratpul out [9 wps98 awuersodut | esowy “oumsuo> [pp e21dn fenp “tarpur ofowenso e] eontzonpoxd opunus ye vidoxd *ear29}0> upH>e Hap osed [pus eapes ysorou spun eonsyso.seaeae7 (| Sona} sossaaip so rep 2948 v yoo e¥aAtnuo9 9p so]s9 $0] 21qos OuNstIOD [p 9uaH anb ormedu j2 OPEC, _ pagod 18, voyis anb 0] uouyep seigad soustus so] “e9ds9 ua ‘& sevossad se] anb ua opous jp azqos arueutus “sarap esau 2p ang ons pp eam ey pepnp wes e|apeUEAts el ‘opuasnyput'soanisodsip sono { peproy gad v‘upisaperx] 3 s9xeN Vy "Pz0890 pus Jeamajno oases onrstoap wajnso4 ‘ane sU09 JO, pe suquiou ep as ‘pepotos tod eptuyap uomemas wun outs‘oanotqoorep un s9 ou ep wz>1q08 yeas anb jetareun Att 30g ‘soos so] 2p auede eamayro wun vorts ou sougod ug -ouinsuoo ap exmjn> eun —sod sepequa2exo os f—w9 wep 3s remyno or [ap soomod SORESEP 87 te sopepyensisap se] osn)>uy “oumsuo> > wo opesiuad JeDos oxseuLSeu UN ap 2011 -a1ut fropeaytuSis ap exqures osad ‘oasondis sod ‘soosedesop ou ofeqean fg ',OW! 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Ella tiene un cfectoambiguo. La estética amplia la autorrepresentacién del Yo, pero tiende a contradecir la autenticidad proclamada por la individualizacién, La mediatizacién de la comunicacién social Las nuevas tecnologias de informacién y la preeminencia del mundo audiovisual son otro ejemplo del cambio en los “mapas cognitives” que usan los individuos para clasificar y ordenar la realidad social, Basta recordar el rotagonismo de la televisi6n en la vida cotidiana, Por un lado, tiene lugar una ‘expansi6n informatica del espacio que multiplica las posibilidades de comuni- carsea distancia, Las nuevas modalidades de comunicacién modifican no sélo las pautas de sociabilidad, sino también la nocién del espacio pablico. Por el otro, ocurre una fragmentacién del tiempo social. La historia se deshace en una icidad de cédigos ‘dad con que circulan informaciones y simbolos acele- ran la obsolescencia de las experiencias pasadas ¢ instalan una especie de pre- sente autista,secuencia de actos sin relacién histérica entre ellos secuencia de episodios autosuficientes, La multi interpretativos yla vel En este contexto se propaga una desmaterializacién de la realidad social Puede ser una tendencia menos visible que las anteriores, perosus efectos sobre a cultura son notorios. Un ejemplo ilustrativo proviene de una esfera que fue, por antonomasia, el campo de la produccién material: la economia, Esa mate- lad pasa a un segundo plano con la preeminencia de un valor intangible como es la marca, Diversos reportajes muestran que muchas de las empresas importantes (como Coca Cola, Nike 0 Disney) se dedican a “fabricar” y comercializar unaimagen de marca més que bienes materiales. Mientras que los ‘objetos “reales” son producidos en la trastienda, en la calle reinan las promesas 6 Los desafios politicos del cambio cultural imagenes dela vida “ideal”. El trabajos elegado.a una funci6n secundaria, al mismo tiempo que el consumo de estlos de vida y de suefios va generando una cextrafa “levedad del ser”, De aqui nace la estecha relacién (mediante patroci- ios y auspicios) entre ef mundo empresarial yel cultural. En la misma di cién apuntan otros cambios del proceso econémico, como cierta“virtualizas deldineroa través de las transferencias electr6nicas. La expansién del “dinero Virtual” indica el mayor grado de abstraccién que comienzan a tener las rela- ciones sociales. Inhetentea la mediatizacion de la comunicacién social, comienza a prevale- ceruna “cultura dela imagen”, En parte, el protagonismo de la imagen restrin- gela preeminencia anterior de la palabra, alterando el tipo de conversaciones sociales y de argumentos propios a la deliberacién ciudadana. En parte, pone ‘en entredicho la construccién social dela realidad, Las posibilidades de produ- cir una realidad virtual tienden a diluir el imite entre lo real y lo imaginario. En la “construccién visual de la realidad” (Jesiis Martin-Barbero) lega a disol- verse el “sentido comiin” relativamente compartido y duradero en el tiempo queesté condensadoen|o real. ¥ en la medida en quela significacién de o real se vuelve mas liviana (o sea, sujetaa la interpretacién personal que pueda darle cada cual), la realidad seria menos social Resumiendo mi primera tesis, sostengo que nos encontramos en medio de profundos cambios culturales. Subrayo dos tendencias. Por una parte, han cambiado las experiencias que tiene la gente dela convivencia social. Bla tiende a establecer relaciones sociales més flexibles en su quehacer cotidiano, Por lo tanto, a trama social se vuelve més tenue y fragil. Por otra parte, han cambiado las representaciones que la gente suele hacerse dela sociedad. Parece més dificil hhacerse una idea de la vida social en su totalidad. Sin ese marco de referencia, ‘empero, era también més dificil sentirse parte de un sujeto colectivo. Aumenta la autonomfa del individuo para definirse a "si mismo”, al mismo tiempo que parecen disminuir las experiencias y los imaginarios de sociedad, Como sefia- Jara Zygmunt Bauman, el incremento de libertad individual tiende a coincidir con el incremento de la impotencia colectiva. oneur “sjeunboyos soureai51 us orpicy soptpuatussorque soe pepyigiiyuutoprode ‘uesoxqmyy anb seanerosdioio soxep & suquuou sep opiqes aqey ou aT Ue jus y “sony sisay van ward wep somIpulso] -prow9p x] 9p woes: LO: -epta ap opou [9 U9 014 uo un ap 91998 wotsnylsap wun vo opesads> enxunguons seasauDTg [eowsadsor supensniy seanveizadx9 & sopuodso1 euipod uproesuas e7|"aunstp eanaiqns v9 vtouods wun opeangineur ezqey ou rany290Wop uolatsueN e| anbsod opawss opuemuosua uejseso s9[ oN “seuosiod se] ap wuerpno> epi v] U9 wo}DeayTUBIS nb a9] mmpeBso8u9 1 sorqusea so] anb enuisur ,sopensr uaniisses0>: souai euezue3} ‘ual vy ap vanalans viouasta ef opeizea Jaqry ou expod 022 ap uo!oetisojsuesi run oqes & uoxExa|] anb 9p ypnp 2IpeN TeWaUaxg 10K bun & igerormp Py ood 'sojepno seismbuo opezueye wey UpIDEIEIuOS, 2d] 9p sousoigo sory zens an8is opesque> sagey vs2iqep 20? 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Por medio dela democra craciachilena La debilidad de los imaginarios colectivos Mi tercer argumento sostiene que las dificu social como algo “nuestro” esa isdebilidades del Nosotros para Formulado en positivo, la presunci6n tiene una doble cara. Por un lado, las personas tequieren de un imaginario del Nosotros para llegar a experimentar los procesos de cambio como el resultado de su propia acci6n. Por el ot io colectivoa partir de sus algunos indi- les para asumir el proceso. ser sujeto del desarrol la siguiente premisa: toda sociedad se recon medio de un imaginario social. Como expusiera Castori instancia proyectada fuera de si que la sociedad se const imaginario-sint ad imagin: can formas materiales, sino que representan ig bilicas del Nosotros. a sf misma por s, €5 mediante esa ye en tanto orden -arnado por diversas formas de “comuai jor ende, tan parte de la realidad social como el desempleo ola calidad de la educacién. Mejor dicho, estas expe- personas acerca del orden social. 480 Los desafies polices del cambio Ahora bien, parecer istimosa un debi ginarios sociales. La precaria experiencia de sociedad, que se manifiesta en la del Nosoteos ativos sugieren un vaciamiento de lo nacional imiento general de os ima- desafecci6n antes resefiada, parece asociada aun dé Losestudios cuantitativos y cu: yuna notoria precariedad del imaginario democrdtico, ginat Nosotros los chilenos cextrafa levedad del Nosotros que se manifiesta en cierto desvanecimiento de “lo chileno”. Seis de cada diez entrevistados seria dificil decir que es lo chileno o que no se puede hablar de una mayoria de personas no sent Ello no implica que esas person les destaco dos. ria colectiva. Para primer lugar, podria atribuirse ala precariedad de la memo- idarnos de los dolores del pasado, no h divisiones impuestas por la dictadura. Por lo tanto, tampoco podemos asumir los dafios que ha suftido la idea de lo lames de las no como un retornoa la democrat ibleci6 cierto consenso basico, pero riode “nosotros ls chilenos”, Es dable afiemar que el miedo la regeneracién de un Nosotros, De hecho, dos tercios de las personas encuestadas opina queen Chile “es més lo que nos separa” que lo que nos une. Por cierto, todas las sociedades temen revivir el derrumbe di nal. Y,en consecuen struccién suele ser un trabajo de genera- 10 podremos recurrir ala imagen del Nosotros nacional por un buen rato, salvo en oposicién a los Otros extranjeros. la comunidad |, Ure ciones. Visto En segundo lugar, el perfil de ana de muchosch 3s desigualdades sociales y, por ende, por exper a de un Nosotros. No es chileno” se desdibuja porque pierde su -nos. Una cotidianidad mar- ias muy di personas de los leno, Ademis, las visiones e 481 nlesr di peunjon e|eopyensns ,,eanned vapzo,, 9p apads9 eun owte> peperos ej soneurdeut ono ap auredeniuoo v{ ours e2s ou eypes ou vf ap usu 1nq90 e1 anb oyqisod 59 vag exoyy’pepaz0s w| 2s1290U0221 epand fen [> U> outs‘yeuoronansut ovat foanngo[0> ouseurSeuut ouo> euesadout ns H91q “yuorsuny [eu Un (o1uey ou) 019s ou ses91dx9 elapod poprte2azqod ng “upto: by u2 ees20uep P| ap uorpepesop yemae e| eurUsN e}spod evEpYeR ET sono woo suvdto> pond onb eivariodxo wun ouioo (76 ered oxneoyruBis oe owoo s2[205 soxquse>soj inte e(7 apne] anb ,uintuo2 opnuds, un e)pesnoutap v] u2oPUER -yoous eyis9 ou ‘ouepepni> jap aized ap ois, ‘sorqusta so] 9p onnD2I09 01245 owio2 ounpepnin fe ekmansut anb oanosjoo ouueunt un sezueye esed sopey = jroyrp sns eotpul ‘oanps20urep os220xd yap wsta 9p o1und pp apsaqr"ewsondord sisoi bap ea 2fqop Bf v aay PY>DIG ese “TENnuqey & a|qaIAaUH eIDUMASIP eT ap yyjesyeu mapared anb *eyuq eun asqe as eoerourop ef ouerp 32284 9M P ‘v9 panalgns ersuauodse ns snug ‘ounsap ns 289[9 9p sosqy souEpepnm!> OW109 asnqped uappns ou seuossod seqjnyy open oanoazeo8yess6 un exzpUuDT ee ourap bap o1zeueun |p anb apuasdsap 28 sopeyeuns satuapan21ue 50] 2, syed pp vypseus vj 21q08 aprout 9p zedeo sonoson, un ap axed ow09 weynqpod 2s so[f2 019 “opuo, fp wa “ean29]09 v9Hae ap vULO} PUN EID oop rua tan souepepnis So] ap pests e| seuade‘ojnBug ono apsap o1 “iq ejuepepnio ap onnajo> opsosaf0 un wo sedan sed aququ so] oonyfod ‘ovreurBeut ns ‘orsenuod fp 40g ‘SONOsoN] Un o> vIIeI0WN9p e] OPuED -ynuapr oy1eiso ou wasttunsti0> & easy UO!Stn nso UO 52 _savau anb o[ toes oun vpe> apuop opeasouisadns un, o1N09 E9s soood { ueon| soujsnuu apuop svze ap oBan{ un, owsoa vas ‘epes20u>p ‘[ euiSeuu 9s soperstnanua so] ap peanas e7 "eesBOWINp U] 2p SOLID rus b| ua aptsaz oaneoyrudis o1p O11) soupnur uavey 2s anb wade! suauurS9s fop pepreuarla] x] a2qos ourago8 jap uo!renyeno eeu sun ‘gun anb ‘uoiSor ef ua atuan204j uer‘oySeito> pp ves 2s OU EIS C) LOD egosde epygs bun op esezof oua1go8 jap oysdurasep p onsen sod on -equpiy spun ou s9 o2ep 2g "souEpepm> so|sopor sod opnsedaso> ,omnp oapanu, un ‘sond ‘ueprewasaidas ou —seysoutus se| sod ord jo eset JP] -ndod vyuesaqos 2] apsop—visex20Wp e| ap sasojea sor] syed ppoonsjod emia ofequeo fap sooutod soyeSap SOT vouny89s je o1uos991pur eaeppap as 01191 un sE>‘oxqure> Ug “ono saINbjen> ojquiajoid usuniizs un ap exen 9s anb auonsos sopeastnonus soua|q> s0] 2p peut vj erambis rj -oonys20u9p usta: ja euisidsap anb uoIs -aype uperunt ej 9 ouepepn sonoson PP PepmgPp eL ap ommpurong, q ‘ovrepunsas sv8ny un wpsedn2o sorry -vo9 rena[| ap epezt[euoromnsur exs0} eun owo> ePres>0WNDp F] 2p o1eU -Beurt ja anb asaifins opor aiqos sog soraqyuon zelaueun>p sapeprede> sis ua opueyuo9 uejIs9 ou seuosiad se] anb e>Iput oj9s Ou vIDUEpUAL sq ‘o2DI[JUo> je oparus auzonJ UN eUqLY ‘sID9p a[eA ¢,s9x0KeU & Uased ‘ou sesoo sey anb vsed sorsgju02 so] se11n2, uaqop 2s anb wesepap soperst annua za4p epe> ap aiais anb souaus epeny“oULipno9 o] uo wise 20N9p ef ap esuanta jiqgp vf 28 wxspod onraiqe ozeysox as9 anb ancl spy, epeU ered onus ou ibaod epand ows sejasagjoareanb aus0 fend pes, anb euuye soperstaanus oneno eped 2p ou) "eansjod pra e 2p ugPosearas eum arstxa e198 ep e] 9p epemar eye seprung ‘eansjod uo! -s2yesop wumn sod upiquiea ours “fexoD>Ip UODoeAIO4 LUN Lod 0}9s OU uP -{Suynsos enuanuo as onb euepepnn ugizedionied ejasoyoomIpuun (e seunSy[ somrevodun uepoide 2s ‘o8requio wig “seu. -ostod se] 9p erseip eisuoatauos ej uo oftesse ovato ueBuan ,souepepnioap pep -runtos,, 2] ueuT > anb sordrounad so} anb ‘spurope ‘onsesadou sq ‘squats uo}rptos wun s2 ow o1ag ‘soInpDOUIap somatupesoxd so] A suoTIMASUT se] ap owarmreuomuny wang |p opraneasas ey wso1nKa UpHO|SUEN eu] “openiqeP aoarede sos10s0N fap on Seu opunfias a1s9 ‘epes0wp ns 10d souD|I4> s0] oueiure wesqryx9 anb oj|n820 p uo> opesedurog °, souepepnt> so] sonosou,, ap p59 ,SOUdTItp So] sonosou,, 9p omustuTeUGap PP ow aUeLOduUN VEL solrepepnto soy Soj0SoN ‘anual e[ ap o1terp sapeqanb jp ta uptaesadooo & wzureyuos 2p soze| 50] 2p wo! -ansisuo> ¢| 3q14U",SOUDRLYD So] SonosoN,, jap opearysop oLreuLBeUT Un :ess9AUT Uptoepas ej oumsiuuse appa org “uoLseU eun ap ayred asinuas wzed oxnow wesIp -ua1 ou ‘omany 9p so1ozH0y 9p f s9qEB0s so|naUJA ap uwad2sU9 soudINb ‘sa1U9 -oduit sopeuopuege uaiuais as souomb ‘pepryeos ug soxquues so] uo ueDyRUap! 29s sour anb sejjanbe 438 uappns ouayry> | ap eoroae seondgoso spur seuossod sey syed ap sorquies soy enyeaa sua x] owo> esouet v] 10d sepeuorstpuio> FeUyseT UEGION 7 so|NOIUE op udID.aIagSeleccién de artic 's_ / Norbert Lechner La politica como trabajo cultural ¢Qué conclusiones se desprenden de los procesos seiialados p: a? Hemos visto cémo los cambios culturales est naginarios colectivos delos chilenos. los esquemas con los cuales interpretamos la realidad so de tales cécligos interpretativos es un proceso complejo en el c junto con otros elementos, la politica, Pero la politica en Ena parte final quiero respectoalla “alta ‘industria cultural). La dimensién cultural politico de la convivencia social. No concier sistema politico, sino cons- de lo social. ‘ensién cultural de a politica hace referencia a la experiencia subjet va del Nosotros y de nuestras capacidades para organizar las formas en que queremos convivir. Tare ‘no podemos concel quella noexis into mas apremianteen la actualidad, por cuanto ya la sociedad” comoun émbito dado de antemano. Noes sino que ha dejado de ser una “estructura” autoevidente que estaria representada por orden que d in y exclusi6n, pero no hay n lad. Hoy eal vivir juntos bajo las nuevas ico que englobe a la vida social en su total \diciones. ¥ hace partede lo p pluralidad de intereses y opiniones. “sentido comtin” que integra A continuaci6n, voy a bosquejarla cha politica actual. Aludo no a la pugna entre posiciones programiticas, ‘las coordenadas que enmarcan el campo de lo politico. Es la lucha cultur: imensién cultural que te cuatro “Feentes de batalla’, por asi deci. Combatir la naturalizacién de lo social Una caracteristica sobresaliente de nuestra época ts social. Andlogoa la naturaleza, la sociedad obedece hombres pueden conocer pero no objetivo y abstracto que se desarr magen, las personas podrian aprovechar dicha racionalidad instrumental, pero no pueden someterla a sus necesidades y de- se0s. Por asi decir, pueden usar se adapta al sol ylalluvia, sin poder modificar el rumbo de las nubes ica del mercado como qu miento, cada sistema autorregulado acorde a su lgica espectfica, es una necesidad de la vida social Peroars ven un mundo ajeno y de los sistemas resul sireducela convivencia asus imperativos. El nalidad espect turalizac -a consiste precisamente en pon ites a las exigenc sistemas funcionales y subjetividad social. Mas exacto, la susten desarrollo supone una complementariedad entre k ion sisté nde las légicas es, la integracién social la convivencia y le otor- generar esosacuerdos norma- tivos que ponen 485 Neen eee en naceLas sed up souneuodstp anb uss ‘yeu jp uo apis yung seunaasts| arp ONG, sowsstueaauu spit ap “Of soy ap peptlajdusoo v] 9p opesajaoe oaau94 ‘oonyaz0urap u9pso ppp peprusnday ey engose ou oppssourop pepH{euorsmansut ¥] ap eouary> ty sDap sq aued uo opps 2onposd ‘euistur 21 anb —Jebos up!>eaoqut 9 soanewsou sopon2e— sowsondns op apuadap ep wrsex20wop x] 9p eloprzed e] ueIsuaAta souepepns> soy ‘opeatad Couony je epeSafax epanb pepranolqns x] ap aired opuena “uarg exoyy “oonyjod oniquay fp (1enxos‘eo}un9“esoxBt]91) soye10s sopeprauapy sv] Jes|ndxo 9p opo.d |p soiuarunpazead sns ap yess9A1un zapyyes ef K sopor ap peprentt ej ezueye plovioowp ey souepepad so] 9p peplanalgns kv vane!DoWP PrpyTeUOD -nansut v] 9p pepiyiqeatusadurt vy eas oup, “feuowuny vaio] & exnalqns vpustiodxs vpnouts anb ugistin ap odn p sensnt exed sotf2 2p sop ouo!sUSW -spjeuornuny seworsis& pepranalqns anuo seipaus ap sazedeo wos anb so12yyu0a sojjanbe a1ueipow opesmaninso jyiod un asomnbpe ejoure up!prpUarapp sg eos pepranalgns e] 3p uorserauasayip a1uarpe19 eun souseAs29qq °S920]ER2P pepianuioa un ap [euorsIpe ojnss [e epiqpaui09 128 apand ou easy “e1205 wo!> Cexfoqut e|e vouvagjo1 baonu wun weBs010 sexauooUt seis ap oBepardrpHe uN us epenuows3exj pepa20s run ap sofsaus so|‘peprfempe e| Uy ZSorgey { sax0]eA ssos0ise op prpisizaip vj ezed ,untio> va ese2,, tun smaisuoD sowapod? 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Este desfase no s6lo disminuye nuestro mane: jode los sistemas, sino que aumenta asimismo la brecha entre quienes poseen y quienes carecen de et creencias y preferencias d funcionales. lo social chocan y se 3s normativos de los indi 108 a los lenguajes de los sistemas funcionales. El hecho de que las recientes reformas del Estado hayan debilitado esta segunda funcién de “traducci6n”, no es ajeno a las actuales dificultades de articular la diversidad social Combatir Ia retraccién asocial Nuestra experiencia subjetiva leva la impronta de un: sociedad de merca. idad del mercado, la prioridad del interés protagonismo del consumo t yautorrepresentacién del Yo comoen k do! privado y, porconsiguiente toenlaautodeter- nera de establecer las rela as de interaccién social es, segiin la encuesta mencionada, que dos tercios de los entrevistados conciben sus telaciones con los dems como carreras de competeacia, donde se trata de ganar menos, de no quedar atrés. No hay duda de que la raci (competitividad, rental introduce una dinmica inédita ala con. des quedan al margen del mercado. Por k ciones sociales. Un dato ilustrativo de las nuevas fort lidad merca Fora que expulsa a quien no sabe adaptarse. Enfrentadoa.sa "l6gica lidad para poder aprovechar las oportunidades. No todos lo logran; muchos tratan de sobrevivira los cambios aceleradlos refus imbito privado, Para quienes el mundo social care- ‘ce de significacién y, més bien, provoca profunda desconfianz: incipal oexclusivo n modo, el vinculo social es ito donde buscar un sentido de vida, De este ido de contenido a la vez que la vida famili 438 Los desatios pol el cambio cultural a colapsar porla sobrecarga de exigencias. El hog para transformarse en una fuente més de tensio de ser un refugio \n cierta frecuenci configurar lo que los antrop6logos denom Se trata de conductas que se ema: “lo nico que importa es satisfacer las necesidades suas y de ", Se trata de un fenémeno lo suficientemente amplio como para hablar de una “sociedad de dos tercios”. Dos tercios dela poblacién participar de la vida social,a veces en malas condiciones, mientras que un tercio quedai ido. Exclusin no sélo (no tanto) del bienestar econ las redes sociales, sino ante todo excl que un asunto de pobreza mater cierne nuestra manera de vivir j la reteaccién “pri tos. Latendencia ala “privatizacién’” seializa w ylo priv ymbios son tan profundos y an pococon ‘maci6n sugerente brinda Albert Hirsck rmientos ciclicos donde las personas se desplazan de u gueactual ala actividad py nes que sufre el ciud: dano en el foro piiblico. Tales desengafios no son raros. Pueden provenir de las ilusiones previas y expectativas desmesuradas acerca del cambio radical que parecfa prometer a accién politica. Pueden ser provocadas por un compromiso excesivo, que subestima los costos (tiempo, energia) d asuntos pablicos. O, por el conte tratarse dela decep haber cuando se descubre lain da queeella suele brindar. As ciudadanos que se d porque el quehacer diario de la politica tiende a ser bastante mAs “sucio” que los ideales ” que motivaron la entrada a la arena justficarfala retirada en busca de la decepeiones pr 0, Pocos: ada obedeces a. La mezqui idad privada. Es posible que estas y otras inembargo, notiven una retraccién dela ac de "lo piiblico No es facil esbozar siquiera cémo esté el espacio pablico. Me limito a recordar la influencia de la industria cultural y,en especial, la audiovisual Sobre todola television redefine los dos criterios habituales: un espacio de acce- solibre para todos y la discusi6n de los asuntos de interés general. Mientras que todos los hogares suelen accedera los programas de televisién, podria objetarse 489 eensr ozone soizakosd ap { sowtua, apuop apsop so1afen ap uorpejaIsti09 Eun OLH09 sOnosoN ap euoIiy e| sesseU 9p exoUEUL B59 eansodssod v9 ayy 42U0q -epeasap uo}22011p ¥] Ua ouFWHED assLIgE ap praunjoa ¢[ woo osmany 9p 39 -uozyoy un ezesy,“vange outs ‘eane|duroido> epemu eum so ony oamany jeeps jod sourunsp1 u2—eanoadsiad py smusuen ppp anb sonosou ap woSeuntome vod & eroUrsus e200 epeuor> -1puoo yaso wp ferzeniqae s9 ou rondo wypicy sepeurasop wepanb sopepriqisod ‘nb &sajqisia uaapon 3s soanalqo ap adn anb apuadap easta ap o3tmnd acy eprU “runiaiap upestun eun ap snsed v adnsu09 9s eanzadsiad epoy. “ersta ap o1und un ‘opungas ‘susinboy‘s2jqisod seaneusaype se] uasqnosap 95 “eanzodssod uo aruosaad jp opuatvod ‘se o]9g eBiny ap onsnd ns 22d2jqeas9 ua8is0 ns ainNsuOD “os voqgiidis eandadssod eum sel} “omerpournT of ap vorseUIIsej ee asz9eNSNS anb Key opoa uly “etauersip seuv01‘osoustsd ‘souneyysaoau eontjod vanvadssod tun ap souseiop exed “uaig song “s>1q HOY So] 2p ePesaqtap UIE E] 9p UO!D -isodsip v epanb siuasoid [> anb oanoasty odurou un op sovso1ut pe sy “oman {opesed ua atepue ns opusta|qessas ‘odusan [a sesoppaesap e epnse eps sore soduran ap pepipunjosd e] vos exerpowut pepress ey ap viauaBin ej rasoas -enuoo vanoodsrod vy eamadssad ua svs09 sey sated ye oduson aonposd ey, eanayno uossuoumtp ns us eonyjod e] efeqesa anb ey eonifod e] 2p odwion jp seaxpuraras 9p e104 s: -121p pepryeuorsuatut eun ‘0599221 ‘98x —s sq-oaminy [pp worsannsuo> rustruasoad,, fe S1UIL Zopepo] 2p eaneuOme upronyona vy sidumnssa308 9p pep -pedeo vy ue ommny oduton jap sesousord sey upze21pes oN? “orseNUOD Te U9LG ‘osa20sd ppp ,sau0papsad, so] psezuezadso exsode ou oduron yop osed 2jduns > ‘nb eiou81 o1ad “uy is osos80d un ap 2yqeataaut 02809 j2 0110 yempe eUOsTU _y]eoynsn uoronjon> e] 9p epI090 Eup, “ses09 2p Operse jeMde pp oanejmUNde Os -aafoad jo 120s eueweUs [y “21Ua:991p osmY UN ap uoP.InZIsUED e] YorUDHa IM soriamo sowelpuay o2odurr ‘ousle orvarusizjns jap EoUIsU UIg “ouNIRy 9p ‘uaBeuit ensonu eisaye opesed jap epipigd eso x “erreasty e| 2p ,s210p>ps9d, so] 2p ojop fpauspuos.nb savor>eoy “nyjno, eum eriqey ou *212py ap seaqeyed uy soasnur so] Easztanpas a2azed UTD pen ey -opesed [op oiuatuoueasop pe 2knqinuo> auasaid yap orsadwus [Vy _ouisnuasaid, 9p a190ds9 wun ua oduran [2 syuntsdioo v apuat oLeIp EptA ap un fap esoutins24 uorses9]poe eu “uy Ug, OnIA Ua, pepryeos eA souasewT remo orci fap soomod somesep so Nee ast epuas2yaus0;ne yf ‘uo}eziqeqops x] ap [exoduia1 ugisaidww0d e|‘opeazotu Jap our -eurdeuit p eatsnpx2 uorsuaunp owo> azuasaud [p se210J91 ¢ uapuodosd seta -uopurr seize, ‘oduran pe oui01 ua rypn] eye uorsnpe an93q un ‘OWT Jog ,ourspuasard, (9 1yequioy Sostostp soy & sersuazoyip see pepiqista sep X sopronov 302 ~uouuoy e“Yetd0s uoDes19,U09 | seIsuoIod v Uapnév anb sauoranansut 10d opin -oword 4 opipuayop 1359p vy ,oonjqnd of, upiqurey, Jenpso1 oxquuy un oWl09 ©2K]qnd 0] opuelap ‘e389 0] ap santuny So| 3999}94259 & opeatad o} ap esuazap ey sezeN vaseq ON *(fe189 OU) UoDEINFOs euN —oprosws ja anb ent je— ‘eatso9au as ‘soaygnd so1seds» so] ap pepransaya e] reznuesv vied x [E1208 u91> -eotunu03 ap sorsedss sns onpraipur ye semnfase anb Avy ‘tgsezsqenpea | 2999/2140} sowuazanb 1g “o>1}gnd aeqep Jap OnuDXUIeUOIDUNy UaNg ja eed vo1sesrunto2 ap soIpaus so] ap vioueagpa e] ouustunse ensny ofdwsal> 1g | Sa|e190s soyquse> soj uo ‘oes ue wo!29pes9p e] 24G05 IP Of EpsboD1 seg “ouPEPMID [ap oueIP soaeyanb [2 ezed uose2qtults ns s94 ua2el{Sey[9 59290 Seog ‘sear|qnd seanyjod se] ap ezaiqod ey easa e] ¢ tapes yse 398 9¢]ouepepnid jap eueIpno> eisuatiodxe 1 uo uorpeipaur pedroutad ey 98 w auata 2p oueuifieun > ooyoquits ‘onsadse jp ‘vacant o] ap eamyjn9 enonu e] ap zzes y “TesMpND UpIsuaUNp ey OLY -toud se8nj un opuep *,xonypod eat8oy,, e] ue>yrpow uoraeotunWo> 4 uo!setH ~10}U1 ap seyBoyous0 seaonu se] owgD vayrdula uosstA9pp e| ap faded Fy ‘oana9ye ostunosduso> zambpeno ap opelodsap * opeuraye2sap,, ooxjqnd otpedsa un exrog “soiuasoytp sauonuydo wo9 uorsrauozyuo9 ¥| uamtaa & ,oun owoD ‘e ueutsisa1 as sauorpeszoato9 se|anb ajquqosd sq ‘sowunse soysip 2190s ‘euepepnia worsesaqiap Uf J2ua epond anb sor2pse> J U9 apiso# euss|qord OQ, esouad sproqut ap sowunst,, soy ueys9s anb 0] 2p ugpesoqeps e] ua edonaed seu -adde sopensadso-ourepepnn 1q , 0011494 0}, 9p uorUgap e| 21906 o>ygnd fop wD -waproutjiggp t] ausa_u09 up, ‘seu2]qoxd ap riuax9 ou anbune “uoIsIA2|01¥| ap ‘opus sod o211qnd o1zedse jap up}oewoysuen vu} wun sand “euqepy sopewuas -aid soqunse so} 21qos souorzessaquio9 ueou$ “spurape yeuomeU BiouaIpNLa-A aiuenzodwur vn ap e208 o[9s ou seuresfosd soypic] “sozetsnou so] 2p spacn © sountuo9 seuia) ap epuatie un euss0jU00 as onb ‘oraduo ‘sowogeg “oprsed -tuo2 o1reua1 Un ap Up eINByUOD yf apudi s0>11qnd so] ap uo >eatrowsas ef anb reuypor HeqION / solno;Uw ap uSpOATESSelaccién de articulos / Norbert Lechner de lo que queremos I a ser. Poner el desarrollo del cen perspectiva es oar la contingencia, donde tado parece posible e im- a perspectiva es recuperar memorias ¢ imaginac irun tiempo hist6rico donde l ‘en la duracién de un orden colectivo. Es, me parece, la manera de contarnos lo que tiene el cai recorrido y los d esquemas de un orden ineli realidad soci iluyendoa la democracia, que Esa historia establece el ilidad y, ala vez, el horizonte de decisiones estratégicas. Ahor: tos se narra en m adhesi 58 des 8 de Bibliografia Bauman, ZYGMUNT (1999), En busca de la politica. Buenos Aires: PCE. Casrortanis, CorneLius (1997). El avance de la Hapernias, JORGEN (1981). Th Frankfurt: Subrkamp, HINKELAMMERT, FRANZ (1996), Cultura de lg speran: Costa Rica: DEI. = HinscHstan, AtbeRr (1980). Accin privadae interés piblico. México: FCE. Merz, JOHANN Barrist (1999), Para una cultu Anthropos. PNUD — Procrana be Naciones U) © (2002). De- sarrollo Humano.en Chile 2002. 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