Viviendas ecológicas: Una casa ecológica es autosustentable, es decir, todo su
consumo energético depende de fuentes naturales, por lo que su huella de
carbono es mínima o inexistente. Por ejemplo, la forma principal de conseguir energía es la energía solar. Tanto para iluminar como para calefaccionar la casa, el sol es un agente esencial. Los electrodomésticos son de bajo consumo para no acentuar el gasto energético global de la casa y se utilizan paneles solares.
Deben ser autosuficientes y autorreguladas, con un mantenimiento barato que no
dependan de fuentes no locales de energía (electricidad, gas, carbón o leña). La energía debe proceder mayoritariamente de fuentes naturales gratuitas. Energía fotovoltaica: transforma de manera directa la luz solar en electricidad empleando una tecnología basada en el efecto fotovoltaico. Al incidir la radiación del sol sobre una de las caras de una célula fotoeléctrica (que conforman los paneles) se produce una diferencia de potencial eléctrico entre ambas caras que hace que los electrones salten de un lugar a otro, generando así corriente eléctrica. La energía eléctrica generada mediante paneles solares fotovoltaicos es inagotable y no contamina, por lo que contribuye al desarrollo sostenible, además de favorecer el desarrollo del empleo local. Asimismo, puede aprovecharse de dos formas diferentes: puede venderse a la red eléctrica o puede ser consumida en lugares aislados donde no existe una red eléctrica convencional.
Nanotecnología: se define como las propiedades ópticas de los nanocables
individuales pueden concentrar hasta 15 veces más la intensidad de la luz solar normal. Este hallazgo se basa en los excelentes resultados obtenidos por los investigadores, al demostrar la extraordinaria capacidad de absorción de la luz del micro-célula solar equivalente a una superficie similar a ocho veces su tamaño físico, abriendo una vía para el desarrollo de un nuevo tipo de células solares de alta eficiencia.
Obtener comunicación inalámbrica de alta calidad
con nanoenlaces o microantenas para mejorar la capacidad computacional. En esta ocasión, los investigadores han descubierto la forma peculiar con la que las nanoestructuras interactúan con la luz cuando estas son más estrechas que las propias longitudes de onda de la radiación solar.