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24 de agosto

Cinco pasos para crecer: El servicio

Propósito del programa


Conocer los 5 pasos que nos ayudarán a crecer y a acercamos a Dios, a fin de que po-
damos experimentar una relación viva al lado de nuestro Creador. El tercero es: El ser-
vicio.

Al director
Este programa se puede realizar con entradas y salidas, o con una plataforma tradi-
cional.

Recomendaciones
 Puede colocar una persona que represente una planta, y simular que se le echa agua
a medida que pasan los participantes que y que esta vaya creciendo hasta llegar a
una gran estatura. Luego sale alguien representando un ser celestial, que la abraza y
se van juntos al final de los 5 programas.
 Al pasar cada programa, debe colocarse el letrero del subtítulo en lugar visible o
bien podría ser en el árbol o persona que irá creciendo.
 Invitar a un cantante especial.
 Coloque citas bíblicas especiales e imágenes a manera de decoración donde se mo-
tive a los hermanos a servir y ayudar a otros.
 Tomar un momento en el programa para testificar sobre el servicio, y como este
puede cambiar la vida de las personas.

«Como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido,


sino para servir y para dar su vida en rescate por todos»
Mateo 20:28

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Sábado 8 – Cinco pasos para crecer: El servicio • 153

Introducción
Las cinco acciones que estamos viendo en estos programas son todos regalos de gracia. Son instrumentos que
Dios usa para fortalecernos y cuidarnos a medida que crecemos conforme a Cristo.
No siempre pensamos en el servicio como una herramienta de crecimiento espiritual, pero sí lo es. Cuanto más
sirvamos a nuestros semejantes, a nuestro prójimo, más semejantes seremos a Jesús.
Reciban hoy bendiciones al poner en práctica las sugerencias que les ofrecemos en esta hermosa mañana. Per-
mítale a Dios enseñarle cómo crecer espiritualmente a través del servicio.
(Coloca el letrero que diga: «El servicio» debajo del título «Cinco pasos para crecer».)

1er Participante (Lectura bíblica)


Hemos escuchado ya varias veces la frase que reza: «El que no vive para servir, no sirve para vivir» y pensa-
mos, ¿es real? ¿Qué sentido tiene nuestra vida si durante nuestro paso por este mundo, nunca ayudamos a al-
guien, ni le servimos a los necesitados?
El mismo Jesús vino a este mundo a servir y es ese el legado que quiso dejar en nosotros.
«Como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos»
(Mateo 20: 28).

2do Participante (Himno)


Hay muchos sinónimos para la palabra servir: Atender, asistir, ayudar, ejercer, desempeñar, trabajar, militar,
apoyar, favorecer, valer, ser útil, (servirse), emplear, dignarse, condescender. Todos estos sinónimos muestran
las características de un buen seguidor de Cristo, pues todos describen a Cristo.
La hermana White nos dice lo siguiente:
«Muchos están tristes y desanimados, débiles en fe y confianza. Hagan algo para ayudar a alguien
más necesitado que ustedes mismos y llegarán a ser fuertes en el poder de Dios» (The Review and He-
rald, 7 de enero de 1903).
Cantemos con mucha alegría el himno N° 558 (Nº 368 del himnario antiguo).

3er Participante (Oración)


El mundo define la grandeza en términos de poder, posesiones, prestigio y posición. En nuestra cultura siem-
pre se trata primero de mí; por tanto, pensar en ser un servidor, no es un concepto muy popular y que quizás
no nos agrade.
Jesús, sin embargo, midió la grandeza en términos de servicio, no de estatus. Dios determina tu grandeza por
tu capacidad de servir a los demás.
Oremos para que Dios despierte en nosotros ese espíritu de servicio, que hubo en su hijo Jesucristo.

4to Participante (Bienvenida y parte especial)


(Esta parte puede ser dramatizada, si así lo desea el director del programa.)
Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar su escuela, encontró que
solo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y tenía hambre. Decidió que pediría comida en la pró-
xima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. En
lugar de comida pidió un vaso de agua. Ella pensó que el joven parecía hambriento así que le trajo un gran va-

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154 • PROGRAMAS PARA LA ESCUELA SABÁTICA

so de leche. Él lo bebió despacio, y entonces le preguntó: «¿Cuánto le debo?». «No me debes nada», contesto
ella. «Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una caridad». Él dijo... «Entonces, te lo
agradezco de todo corazón». Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no sólo se sintió físicamente más fuerte,
sino que también su fe en Dios y en los hombres era más fuerte. Él habla estado listo para rendirse y dejar to-
do. Años después, esa joven mujer enfermó gravemente. Los doctores locales estaban confundidos. Finalmen-
te, la enviaron a la gran ciudad, donde llamaron a especialistas para estudiar su rara enfermedad. Se llamó al
Dr. Howard Kelly para consultarle, y cuando él oyó el nombre del pueblo de donde ella vino, una extraña luz
llenó sus ojos. Inmediatamente subió del vestíbulo del hospital al cuarto de la señora. Vestido con su bata de
doctor entró a verla. La reconoció enseguida. Regresó al cuarto de observación, determinado a hacer todo lo
posible para salvarle la vida.
Desde ese día prestó atención especial al caso. Después de una larga lucha, ganó la batalla. El Dr. Kelly pidió a
la administración del hospital que le enviaran la factura total de los gastos para aprobarla. Él la revisó, y en-
tonces escribió algo en el borde y le envió la factura al cuarto de la paciente. Ella temía abrirla, porque sabía
que le tomaría el resto de su vida pagar todos los gastos. Finalmente, la abrió, y algo llamó su atención en el
borde de la factura. Leyó estas palabras: «Pagado por completo hace muchos años, con un vaso de leche - (fir-
mado) Dr. Howard Kelly».
Lágrimas de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así: «Gracias Dios, porque tu amor se ha mani-
festado en las manos y los corazones humanos».
Cuando servimos podemos cambiar la vida de alguien y quizás nuestra propia vida.
Sean bienvenidos a la casa de Dios, escuchemos una hermosa alabanza en labios de: ___________________

5to Participante (Misión)


«Fue un gozo para Cristo ayudar a los que necesitaban apoyo, buscar a los perdidos, rescatar a quienes
perecían, levantar a los agobiados, sanar a los enfermos, hablar con simpatía y consuelo a los afligidos y
desconsolados. Cuanto más plenamente estemos imbuidos con su Espíritu, más fervorosamente trabaja-
remos por quienes nos rodean; cuanto más hagamos por los demás, mayor será nuestro amor por el tra-
bajo, y mayor nuestra delicia en seguir al Maestro. Nuestros corazones estarán llenos del amor de Dios; y
con fervor y poder convincente hablaremos del Salvador crucificado». (El colportor evangélico, p. 48)
Nuestro Misionero de hoy nos llega desde: __________________________________

6to Participante (Marcando el Rumbo)


«El gozo de nuestro Salvador se cifraba en levantar y redimir a los hombres caídos. Para lograr este fin no
consideró su vida como cosa preciosa, sino que sufrió la cruz y menospreció la ignominia. Así también
los ángeles se dedican siempre a trabajar por la felicidad de otros. Esto constituye su gozo. Lo que los co-
razones egoístas considerarían ocupación degradante: servir a los desafortunados y en todo sentido infe-
riores a ellos mismos en carácter y jerarquía, es la obra de los ángeles exentos de pecado. El espíritu de
amor y abnegación que manifiesta Cristo es el espíritu que llena los cielos, y es la misma esencia de su
gloria. Es el espíritu que poseerán los discípulos de Cristo, la obra que harán». (El camino a Cristo, p. 77)
El Marcando el Rumbo en esta mañana nos habla...

7mo Participante (División en clases)


En Juan 13 se relata la historia del lavamiento de píes. Jesús, dice la Biblia, conociendo que venía de Dios
y que se acercaba la hora de concretar su misión de salvar a la humanidad, tomó una toalla, se inclinó y
comenzó a lavar los pies a sus discípulos. En el mundo antiguo gentil, esa tarea lo realizaban los escla-
vos; en el judaísmo lo realizaba el miembro menor de la familia. Que maravilloso acto de humildad. El
Rey de Gloria estaba manifestando el corazón de siervo a sus discípulos, y luego les dice: El discípulo no

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es mayor que su maestro, así que ustedes hagan lo mismo.


En este momento el Espíritu Santo nos invita a tener corazones de siervos, que usemos esos dones en beneficio
de los demás, y que sirvamos como lo hizo nuestro Señor.
Les pedimos a los maestros ponerse en pie, para orar por la división de clases.

Conclusión
Como cristianos debemos aprovechar y valorar cada oportunidad de servicio que tengamos.
 Estamos llamados a servir a nuestra iglesia y a nuestra sociedad.
 Dios nos capacitó para el servicio cristiano, nos dio dones y talentos, debemos utilizarlos en bien de
los demás.
 Dios promete que no pasará por alto ni olvidará nuestro servicio (Hebreos 6: 10; Colosenses 3: 24).
Elena White dijo:
«Hoy hay hombres y mujeres que son héroes morales; que practican vidas de nobleza y abnegación. No
ambicionan fama mundanal. Su voluntad está subordinada a la voluntad de Dios y el amor de Dios ins-
pira su ministerio. El más alto ideal que tienen es hacer el bien y servir al prójimo» (Dios nos cuida, p.
341).
Ojalá que todos nosotros podamos ser esos hombres y mujeres de los que ella habla.
El próximo sábado continuaremos con el quinto y último paso para crecer: La mayordomía.

Himno final
Cantemos con mucha alegría el himno N° 558 (Nº 368 del himnario antiguo).

Material facilitado por RECURSOS ESCUELA SABATICA ©


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