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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA

ESCUELA ACADEMICA PROFESIONAL DE INGENIERIA


AGROINDUSTRIAL

“Resistencia de los envases metálicos


frente a los ácidos”

CURSO:

Envase, embalaje y almacenamiento de productos


agroindustriales

DOCENTE:

Dra. Elsa Aguirre Vargas

INTEGRANTES:

 Alegria Rodriguez Rony


 Caballero Zopán Jhonny
 Palma Pucutay Fernando

NUEVO CHIMBOTE - PERÚ

2018
I. INTRODUCCION

Un envase metálico se define en términos generales como un recipiente rígido a


base de metal, para contener productos líquidos y sólidos, que puede además
cerrarse herméticamente. La amplia difusión de los envases metálicos es
atribuible a la gran versatilidad y excelentes cualidades para el envasado de todo
tipo de productos. Algunas de estas cualidades son:

 Resistencia mecánica y capacidad de deformación


 Ligereza
 Estanqueidad y hermeticidad
 Opacidad a la luz y radiaciones
 Buena adherencia a barnices y litografías
 Conductividad térmica
 Inercia química relativa
 Reciclabilidad
 Adecuación para la distribución comercial
 Capacidad de innovación y evolución tecnológica

En la conserva de alimentos cuando guardamos durante mucho tiempo,


podemos tener la sorpresa de encontrarlo con un hinchamiento anormal, de tal
manera que la desechamos. Esta deformación abombada es debida a la
acumulación de gas hidrógeno y es una manifestación extrema de la corrosión,
esto significa el final de la vida útil de la conserva y ocurre tras un prolongado
período de almacenamiento.

Una de las consecuencias de la corrosión, que afectan tanto al envase como al


producto envasado, inciden más o menos desfavorablemente sobre la calidad
de la conserva, como: En los cambios de los atributos sensoriales (color, olor,
sabor), y características nutritivas del producto envasado; (desestañado de la
hojalata con pérdida de su aspecto brillante, o bien un desestañado intenso
localizado en los envases barnizados, que puede originar el rechazo del
consumidor por presentación inadecuada); (incorporación de iones metálicos,
como estaño (SN+2), hierro (Fe+2) y plomo Pb+2), al producto envasado).
Los materiales de uso más frecuente en la fabricación de los envases son el
aluminio, hojalata lata cromadas, aunque la hojalata sigue siendo el material de
mayor utilización.

II. OBJETIVOS
 evaluar la corrosión en las diferentes muestras de envase

III. MARCO TEORICO

Al hablar de envases metálicos hay que distinguir entre envases ligeros y


envases pesados. Los envases metálicos ligeros son aquellos cuyo
espesor es inferior a 0.49 mm y tienen una capacidad inferior a 40 litros.
Los envases pesados hacen referencia a los envases metálicos con un
espesor superior o igual a 0.50 mm y una capacidad que oscila entre 30 y
220 l. Esta distinción no es arbitraria, sino que corresponde a las
diferentes materias primas y técnicas utilizadas en la obtención de los
diferentes tipos de envases.

El grupo de envases metálicos ligeros se puede dividir en cuatro grandes


grupos:

 Envases alimentarios
 Envases de bebidas
 Envases industriales (bidones)
 Aerosoles
Los envases metálicos se construyen principalmente a partir de dos
metales: acero y aluminio, siendo el primero más común por razones de
coste principalmente. Se puede distinguir además entre los materiales
ferrosos: hojalata, chapa cromada y chapa negra, y los materiales no
ferrosos: aluminio. Para cualquiera de las tres formas de los materiales
ferrosos la composición típica del acero es prácticamente la misma, se
trata de un acero dulce (bajo contenido en carbono).

Pueden clasificarse atendiendo a diversos criterios:


según su forma:

 cilíndrico
 rectangular: prisma con base rectangular
 tipo sardina: prisma recto, pero de base elipsoidal
 tipo estuche

según su sección transversal:

 Redondo: sección transversal circular.


 Rectangular: sección transversal cuadrada o rectangular, con
esquinas redondeadas.
 Oblongo: sección transversal formada por dos paralelas unidas
por semicírculos.
 Ovalado: sección transversal elíptica.
 Trapezoidal: sección trapezoidal con las esquinas
redondeadas.

según sus características especiales:

 Acuellado: una o las dos extremidades tienen una reducción o


varias, que permiten el uso de fondos más pequeños.
 Ensanchado: el extremo superior es más ancho que el inferior.
 Acordonado: se caracteriza por tener cordones en su pared
lateral, lo que le da mayor resistencia al colapso.
 Soldado: recipiente de tres piezas, al cual se le han soldado los
extremos con las tapas correspondientes. Presentan una
pequeña perforación en la superficie de la tapa para ser
llenados con sistema de aguja.

La principal materia prima para la fabricación de los envases de conserva


es la hojalata electrolítica, hoja delgada de acero dulce revestida
electrolíticamente con una capa de estaño puro por sus dos caras. Un
producto derivado, el hierro cromado, ocupa, desde hace algún tiempo,
un lugar importante, representando del 20 al 25 % de los materiales de
envasado (OTHENIN y PELLETIER, 1995).
En la actualidad, de entre la amplia gama de medios de que dispone la
industria para acondicionar y presentar los alimentos conservados por
calor, el envase de hojalata es, sin duda, del uso mas generalizado,
estimándose su consumo entre el 80 al 90 por ciento de los envases
utilizados en la industria conservera (PRIMO, 1987). ZUMELZU et al.
(1996), sostienen que este predominio es consecuencia de un conjunto
de propiedades que no reúnen otros tipos de envases. La hojalata ofrece
una favorable y única combinación de características tales como rigidez,
formabilidad, buena conductividad térmica y resistencia al choque térmico,
conferidas por la base del acero, así como aspecto brillante y atractivo,
obtenido del abrillantamiento por la capa aleada de hierro y estaño

Los envases son de extrema utilidad para proteger los alimentos durante
la comercialización y distribución de los alimentos. Así, en la actualidad
los consumidores reciben productos en condiciones mas frescas, con mas
vida potencial en las estanterías y un mayor atractivo y comodidad,
gracias a los progresos en el envase.

FIGURA 1. Formas de alteración de los alimentos enlatados.

FUENTE: VERA (2000).


TIPOS DE ENVASES METÁLICOS

En general los envases metálicos están constituidos por dos o tres piezas. Los
primeros constan de un tubo-fondo constituido en una sola pieza, además de
una tapa suelta que posteriormente se
une al extremo abierto. Es el caso de las
latas de bebida donde no se aprecia la
costura lateral.

Los envases de tres piezas constan de un


tubo soldado por una de sus generatrices,
más dos tapas unidas a sus extremos. Por
su geometría pueden ser de sección
circular, cuadrada, rectangular,
trapezoidal, oval, etc. Es el caso de la
mayoría de las latas de conserva, donde
se observa la costura lateral formada por
la unión de los bordes del tubo metálico.
imagen 1: características del envase metálico
Envases de tres piezas

El proceso de fabricación de los envases de tres piezas parte de bobinas


de hojalata y consta de las siguientes etapas:

 Corte de las bobinas en hojas rectangulares de tamaño apropiado


al formato a fabricar.
 Aplicación de decoración externa (si procede)
 Aplicación de barnices interiores y/o exteriores
 Corte longitudinal de las hojas, en bandas (corte primario) y corte
transversal de las bandas en porciones unitarias rectangulares
(corte secundario).
 Conformación de un cilindro.
 Soldadura eléctrica de su generatriz (hilo de cobre)
 Rebarnizado interior y exterior de a la costura lateral.
 Acordonado: formación de anillos transversales (nervaduras) en el
cuerpo para darle mayor resistencia radial.
 Formación de pestañas en ambos extremos del cilindro
(indispensable para la posterior colocación de las tapas).
 Colocación de tapas mediante el sistema de doble cierre.

figura 2 : partes de una lata de tres piezas. Fuente : Canadian Fod Inspection Agency

Envases de dos piezas:

La fabricación de envases de dos piezas, obtenidos por simple embutición


(1 solo golpe), es antigua y se viene empleando para muchos productos
en envases de poca altura (relación altura/diámetro < 0.6). Para envases
de mayor relación altura/diámetro se han desarrollado dos técnicas
básicas de fabricación: embutición-reembutición (DRD) y embutición
estirado (DWI).

Envases embutidos-reembutidos (DRD):

Son aquellos cuya altura es igual o mayor que la mitad del


diámetro. La embutición se hace en varias operaciones y la
conformación del envase se realiza mediante
reembuticiones sucesivas. Esta técnica supone un elevado
costo del equipo, lo que hace que este tipo de envases no
se haya extendido tanto como otro tipo de envases.
figura 3: envase embutido reembutido (DRD)

Envases embutidos-estirados (DWI):

Son envases de pared muy delgada, utilizados para


productos envasados bajo presión (bebidas carbonatadas).
Se obtienen a partir de un disco metálico sin barniz de
espesor relativamente elevado (0.30-0.33 mm), mediante las
siguientes etapas:

 Prensa de copas: embutición simple a mayor diámetro


que el diámetro nominal del futuro envase.
 Reembutición: reducción del diámetro a su dimensión
nominal.
 Tras diversos estiramientos se produce el alargamiento
progresivo de las paredes, con reducción de su espesor,
a diámetro constante.
 Formación del domo por estampación, sin reducción de
espesor.
 Recorte del extremo superior no uniforme por
alargamiento irregular.
 Entallado: reducción del diámetro de la boca
Los envases DWI por su
concepción y características
son particularmente adecuados
para cervezas y bebidas
carbónicas. Se ha intentado su
utilización para productos
alimenticios esterilizados y
bebidas no carbónicas, pero
existen grandes diferencias en
las exigencias técnicas de estos
productos, por las diferentes
tensiones mecánicas que deben
soportar. En las bebidas
carbonatadas, las presiones
existentes refuerzan las
paredes del envase, incluso las
más finas.

figura 4 : envases embutido-estirados (DWI)

CIERRE DE LOS ENVASES METÁLICOS

Para el cierre de los envases metálicos se emplea actualmente el


denominado doble cierre. El objetivo de esta operación es adaptar un
fondo metálico, previamente engomado, al cuerpo del envase,
entrelazando adecuadamente los ganchos para que formen un sellado
hermético.

Dada la susceptibilidad de los productos alimenticios a la alteración


microbiológica, estos requieren un cierre hermético. También lo requieren
otros tipos de

productos que, por ejemplo, necesitan retener la presión interna (cerveza,


bebidas, etc.) y evitar fugas en general.
Para realizar el cierre se realizan dos operaciones que emplean piezas
giratorias circulares, la primera de las cuales, denominada rulina de 1ª
operación, riza y enrolla el borde del fondo con el borde del cuerpo,
mientras se presiona al conjunto cuerpo-fondo contra un yunque giratorio
denominado mandril de cierre. En la segunda operación, otra pieza
circular giratoria, denominada rulina de 2ª operación, aprieta el cierre
incompleto que se acaba de formar, comprimiéndolo lateralmente contra
el mandril. Un compuesto sellante semejante al caucho, previamente
colocado sobre la periferia de la tapa, actúa como junta comprimida de
seguridad contra las fugas.

figura 5 : medidas de cierre de envase

TAPAS DE FÁCIL APERTURA

Desde la aparición de la tapa de fácil apertura en aluminio, ha tenido lugar


una continua evolución tecnológica, apareciendo numerosos tipos y
modelos. Se ha prestado gran atención al desarrollo de tapas de apertura
completa de hojalata para envases de conservas. Se ha conseguido un
cierre hermético, suficientemente seguro sobre el acero, que permite la
fácil apertura manual, todo ello compatible con bajos costos del producto.
Están completamente introducidas en la industria conservera las tapas
rectangulares y ovales para conservas de pescado, así como las tapas
redondas de hasta 1000 mm de diámetro para otros productos.

En tapas para bebidas, se ha generalizado el cierre no desprendible-


ecológico en aluminio, como alternativa al cierre con anilla de apertura
(ring-pull).

PROPIEDADES DE LA HOJALATA

Este material de envasado posee un conjunto de características propias


que lo convierten en uno de los mas apropiados para la fabricación de
envases conserveros. Entre los atributos de la hojalata y sus envases
merecen especial mención los siguientes:

1. Resistencia mecánica, ligereza de peso e inquebrabilidad de los


envases, que los hace muy apropiados para ser manipulados y
transportados, hasta el lugar de venta, asegurando su contenido,
contra pérdidas posibles de ocurrir por golpes, movimientos
bruscos o caídas;
2. .Son inviolables, garantizando así su contenido y peso exacto;
3. Es una excelente barrera entre el contenido y el medio externo,
evitando, de esta manera, la contaminación por factores extraños
y la exposición a la luz solar que pudiera dañar el producto.
Además, permiten conservar el aroma y humedad propias del
producto envasado.
4. Pueden ser litografiados o etiquetados, ofreciendo una grata
apariencia;
5. Para el caso específico de las conservas, los envases de hojalata
resisten la acción del calor durante la esterilización comercial de la
conserva.
6. Son especialmente apropiados para envasar los productos en
líneas automáticas, que aseguran tanto la cantidad envasada como
la higiene del producto (CHILE, FUNDACION CHILE, 1979).
Los alimentos enlatados son microbiologicamente estables, pero pueden
sufrir algunos cambios físicos y químicos durante el almacenamiento,
como consecuencia de la acción de componentes propios de los
alimentos susceptibles de alteración, que son mostrados en la FIGURA 1.
Esta acción no se detiene incluso con la protección que brinda el
envasado y por otra parte, en los envases hay siempre una actividad físico
– química continua en la interfase envase – alimento, como consecuencia
de la cual, éste queda expuesto a ciertos cambios químicos que se
traducen, en algunos casos, en alteraciones sustanciales de sus
características sensoriales y nutritivas, siempre indeseables, e incluso en
la pérdida del alimento para su consumo (CATALA, 1985).

Las distintas capas constituyentes de la hojalata presentan siempre una


estructura discontinua, en mayor o menor grado, como consecuencia de
la porosidad propia o natural (porosidad primaria) y de los daños o
defectos mecánicos (porosidad secundaria) derivados de las
manipulaciones a que se ve sometido el material (CATALA, 1979).

LLANOS (1995), señala que conjuntamente con la hojalata suelen


emplearse recubrimientos protectores (barnices sanitarios) basándose en
compuestos orgánicos. El mismo autor sostiene que la utilización de un
producto determinado como barniz sanitario, depende del alimento que va
a ser envasado, y su empleo persigue básicamente aumentar la
resistencia a la acción corrosiva de estos alimentos y a la producción de
sulfuro ferroso por parte de alimentos ricos en proteínas (carnes,
pescados, guisantes, coles, maíz)

BARNICES DE PROTECCIÓN PARA ENVASES METÁLICOS

Los barnices son revestimientos protectores de los envases metálicos.


Presentan características que se detallan a continuación.

Estructura de los revestimientos.

Los revestimientos orgánicos empleados en el envase metálico


competen a la química macromolecular de polímeros y se
benefician de las propiedades físico – químicas de los compuestos
obtenidos a partir de la unión de un gran número de estructuras
atómicas idénticas, constituidas ellas mismas por un número
restringido de elementos, principalmente carbono, hidrógeno y
oxígeno. El encadenamiento se lleva a cabo mediante la acción
intermedia de centros reactivos (dobles enlaces o agrupamiento de
átomos), según dos formas principales:

 Polimerización o unión sencilla de monómeros, que


conducen a un polímero de composición centesimal
invariable.
 Policondensación, donde la macromolécula se obtiene por
reacciones químicas de uno o varios monómeros con
eliminación de otra sustancia, casi siempre agua.

Campo de aplicación y funciones esenciales.

Aunque algunos alimentos de carne blanca, como peras,


melocotones, piña, champiñones, espárragos, se prefieren envasar
en latas metálicas de hojalata desnuda para beneficiarse, desde el
punto de vista organoléptico de un cierto grado de corrosión del
revestimiento de estaño en posición de ánodo soluble (efecto
reductor de los iones de estaño y por lo tanto protector frente a la
oxidación), actualmente en la mayoría de los casos se recurren al
uso de revestimientos orgánicos para limitar y suprimir los
fenómenos de corrosión. A esta exigencia se añade con frecuencia
el deseo de mejorar el aspecto del embalaje metálico (decoración).

Dependiendo de las exigencias de protección del producto, los


diversos revestimientos orgánicos utilizados, principalmente en
forma de barniz, deben satisfacer todas las presiones mecánicas y
ataques químicos que pueden presentarse en las etapas de
fabricación y utilización de embalajes.

La función esencial de los barnices es la de minimizar las


interacciones de los metales del embalaje con los productos
acondicionados y el medio exterior. Igualmente pueden facilitar el
moldeo del metal y jugar un papel importante en la presentación en
el momento de la apertura.

En el exterior, los revestimientos orgánicos deben asegurar


simultáneamente la función de protección y decoración (MULTON,
1995).

Propiedades de los revestimientos.

Para asegurar su papel protector, los barnices deben responder a


un cierto número de criterios definidos en función del tipo de bote,
del producto acondicionado y de la durabilidad deseada. Estas
características esenciales pueden clasificarse de la siguiente
forma:

 Aptitud para la alimentación. Su composición debe incluir


materias primas de inocuidad reconocida, apoyándose
especialmente en las listas positivas establecidas por el FDA
(Food and Drugs Administration). En tanto, la legislación
Chilena cita a través del título 2, artículo 125 del Reglamento
Sanitario de los Alimentos, los límites máximos permisibles
para elementos metálicos y monómeros residuales
 Características mecánicas de los barnices. Los
revestimientos orgánicos deben tener buena adherencia al
metal; aptitud para el deslizamiento del contenido interior y
flexibilidad del revestimiento para soportar el adecuado
moldeo en la superficie metálica
 Inercia química. Se espera de los revestimientos que posean
una reactividad nula o mínima con el contenido, para evitar
alteraciones no deseadas en la calidad organoléptica del
producto.

BARNIZ VERSUS CORROSIÓN

Hipótesis de fabricación

Los revestimientos orgánicos, barnices sanitarios aplicados sobre la


hojalata, proporcionan en general, una adecuada protección del envase
frente al producto envasado. Su eficacia protectora viene determinada
tanto por las características físico – químicas del propio barniz, como por
las condiciones de aplicación sobre el soporte metálico .

La aplicación de recubrimientos orgánicos o barnices que actúan


como barrera aislando la superficie metálica de la agresividad del
medio es el recurso más ampliamente utilizado para la prevención
o reducción de la corrosión. En los envases metálicos se ha
generalizado el empleo de barnices por la razón de las ventajas
que ofrece tanto en la protección como en la decoración y
presentación comercial. Actualmente mas del 70% de los envases
metálicos están barnizados.

Hipótesis de desempeño.

Cualquier imperfección en la continuidad y adherencia de la capa


orgánica, produciría el no cumplimiento del desempeño esperado,
es decir, la aislación total del metal respecto al medio agresivo
como porosidad, permeabilidad y falta de adherencia en la
aplicación del barniz, hacen que no se cumpla la hipótesis de
fabricación, en la cual la película de barniz, actúa como aislante
perfecto entre la hojalata y el medio.

Este incumplimiento de dichas propiedades, facilita la acción


corrosiva del medio, presentando como mecanismo de acción más
característico, la corrosión por picaduras, facilitada por la
discontinuidad de la película, y la presencia de poros en la
superficie, que acentúan el efecto localizado del medio electrolítico.

Es esperable para el caso de la hojalata colaminada, que la


aplicación de multicapas poliméricas como recubrimientos
protectores otorguen propiedades mecánicas de sellado,
resistencia a la abrasión, barreras internas, que permitan una
buena resistencia a la degradación por productos alimenticios.
MECANISMO DE CORROSIÓN DE LA HOJALATA

Los metales no nobles pueden reaccionar con los ácidos presentes en los
alimentos como frutas y verduras, con formación de hidrógeno gaseoso e
iones metálicos, proceso denominado corrosión. La reacción
electroquímica es de la forma:

La corrosión puede manifestarse cuando los metales están en contacto


con soluciones conductoras, lo que ocurre con los productos alimentarios
húmedos que contiene sales minerales y ácidos orgánicos.

Por otra parte, hoy en día la hojalata por sus aplicaciones se ha constituido
en un material con “un mayor valor agregado”, puesto que cada vez es
más dependiente de la información, la tecnología y por sus características
estructurales, tiene una intensiva aplicación en la ingeniería (ZUMELZU y
CABEZAS, 1995).

La hojalata al interaccionar con el producto alimenticio sufre procesos de


alteración físico químicos, los cuales, a su vez, provocan cambios en las
características sensoriales vinculadas a la calidad del alimento envasado.
Esta situación no deseada debe ser estudiada y evaluada a fin de
establecer criterios prácticos y válidos, que aseguren su adecuado control.

De forma simplificada se puede decir que la corrosión es un fenómeno


electroquímico en el que se conjugan una reacción anódica, disolución del
metal en forma de iones positivos y liberación de cargas negativas, y una
reacción catódica, reducción del oxígeno o de los protones. La corrosión
propiamente dicha se produce por el lado anódico (OTHENIN y
PELLETIER, 1995).

Para el caso de envases barnizados pueden existir dos tipos de corrosión:


Corrosión bajo la película del barniz

En la pila estaño - hierro (hojalata estañada), el estaño constituye


el ánodo de sacrificio y el hierro se beneficia de la protección
catódica, ilustrado en la FIGURA 6a.

Corrosión por picado

El ataque por picado es una forma de corrosión muy localizada. Se


presenta como un ataque muy intenso en áreas muy pequeñas, en
tanto que el resto del metal permanece pasivo. El principal
responsable de la magnitud de este tipo de corrosión está dado por
la porosidad que presente el recubrimiento de la hojalata

La velocidad de ataque por la picadura puede ser de 30.000 a un


millón de veces mayor que el resto de la superficie. Se ha
observado, dentro de las picaduras, densidades de corriente de 0,1
a 10 A/cm2, en tanto que en la superficie pasiva, en el exterior de
la picadura, la densidad de corriente es del orden de 10-6 A/cm2.

En la pila cromo – hierro (hojalata cromada), el hierro es siempre


anódico con respecto al cromo, por lo que al estar expuesto a la
corrosión, es él quien se disuelve, como se muestra en la FIGURA
6b, formando picaduras que pueden desembocar en la perforación
del envase; por consiguiente, los materiales cromados deben
beneficiarse siempre de una protección orgánica reforzada con
respecto a la de la hojalata estañada (BUREAU y MULTON,1995)

Cuando los riesgos de corrosión pueden afectar a la lata metálica,


se recurre cada vez más a un doble barnizado interior con el fin de
obtener la inercia química necesaria, debido al envasado de
productos altamente ácidos, donde el grado de interacción es
mucho mayor.

.
figura 6 : formas de corrosion

LA CORROSIÓN DE LOS BOTES BARNIZADOS

Los barnices no siempre se utilizan por su papel de pantalla inerte entre


la lata y su contenido, ya que a menudo la mejora del aspecto interior de
la lata en el momento de su apertura tiene prioridad sobre la resistencia a
la corrosión.

Con respecto a los barnices corrientes, el grosor habitual de 5 um no


siempre es suficiente y los arañazos del barniz, consecutivos al montaje
de la lata, producen el contacto directo entre el soporte metálico y el
alimento, pudiendo dar lugar a zonas de corrosión.

En el sistema hierro – cromo, el hierro es siempre anódico con respecto


al cromo, por lo que al estar expuestos simultáneamente a la corrosión, el
elemento en estado sólido que posee mayor tendencia a oxidarse es el
Fe, según los potenciales de reducción de los elementos a condiciones
estándar, ya que el Fe(s) tiene un potencial de reducción menor que el
Cr(s). Debido a esta característica, en la superficie metálica de acero base
se formarán picaduras que pueden desembocar en la perforación; por
consiguiente, los materiales cromados deben beneficiarse siempre con
una protección orgánica reforzada con respecto a la de la hojalata.
Cuando los riesgos de corrosión pueden afectar a la lata metálica, se
recurre cada vez más a un doble barnizado interior con el fin de obtener
la inercia química necesaria

IV. MATERIALES Y METODOS


 Materiales
 Latas de diferentes variedades
 Ácido cítrico a concentraciones de 2.5, 5 y 7,5%
 Accesorios para cortar latas,

 Procedimiento
 Separar las latas según el contenido de producto que contengan y
acondicionarlas para poder añadir los acidos

 Enumerar y etiquetar cada lata según el contenido de producto


 Añadir acido sulfúrico y acido cítrico de diferentes
concentraciones ( 2.5 % , 5 % y 7.5 % ) a las latas

 Dejar por un tiempo de 15 dias las latas con los acidos y


verificar diariamente y anotar el dia en que ocurre corrosión o
si observa algún cambio en la lata
V. RESULTADOS

Durante el desarrollo de la práctica se tuvo que evaluar cómo iba reaccionando


los ácidos a diferentes concentraciones durante un periodo de dos semanas, los
resultados se muestran a continuación.

EVALUACION PARA EL DIA 1

ACIDO CITRICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 1. Latas evaluadas en ácido cítrico a diferentes concentraciones


ACIDO SULFURICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 2. Latas evaluadas con ácido sulfúrico a diferentes concentraciones


EVALUACIONES EN EL DIA 3

ACIDO CITRICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 3. Latas evaluadas en ácido cítrico a diferentes concentraciones.


ACIDO SULFURICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 4. Latas evaluadas con ácido sulfúrico a diferentes concentraciones


EVALUACIONES EN EL DIA 7

ACIDO CITRICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 5. Evaluación de latas con ácido cítrico a diferentes concentraciones


ACIDO SULFURICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 6. Evaluación de latas con ácido sulfúrico a diferentes concentraciones


EVALUACIONES EN EL DIA 8

ACIDO CITRICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 7. Latas evaluadas en ácido cítrico a diferentes concentraciones


ACIDO SULFURICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 8. Latas evaluadas en ácido sulfúrico a diferentes concentraciones


EVALUACIONES EN EL DIA 10

ACIDO CITRICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 9. Latas evaluadas en ácido cítrico a diferentes concentraciones


ACIDO SULFURICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 10. Latas evaluadas en ácido sulfúrico a diferentes concentraciones


EVALUACIONES EN EL DIA 13

ACIDO CITRICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 11. Latas evaluadas en ácido cítrico a diferentes concentraciones


ACIDO SULFURICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 12. Latas evaluadas en ácido sulfúrico a diferentes concentraciones


EVALUACIONES EN EL DIA 14

ACIDO CITRICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 13. Latas evaluadas en ácido cítrico a diferentes concentraciones


ACIDO SULFURICO

2.5 % 5% 7.5 %

Ilustración 14. Latas evaluadas en ácido sulfúrico a diferentes concentraciones


Durante la evaluación al inicio todas las latas estaban en iguales condiciones, al
finalizar el estudio, las muestras que estaban a condiciones normales de
ambientes se encontraban de la siguiente manera.

Ilustración 15. Evaluación de


latas a condiciones ambientales
VI. DISCUSIONES

“Los envases de metal para envasar alimentos o artículos de uso doméstico


son principalmente los envases de hojalata y aluminio como, por ejemplo: latas,
botellas y cajas. Para evitar la interacción entre el producto y el envase, en su
interior se aplican lacas y recubrimientos. El aluminio es otro de los metales
utilizados en la conformación de envases y de estructuras de protección de
alimentos; utilizados especialmente para la distribución de bebidas”. En este
caso en la práctica se evaluaron los envases de hojalata (leche y conserva de
pescado) y envase de aluminio (gaseosa guaraná). (INSTITUTO NACIONAL DE
TECNOLOGIA INDUSTRIAL, 201).

Se dice que el foil de aluminio es unos de los materiales más usados para
envases de lata para alimentos, esto debido a que es totalmente impermeable,
evitando la oxidación, el shock térmico y otros factores que contribuyen al
deterioro del producto. “El foil de aluminio es compatible con la mayoría de los
alimentos, drogas, productos químicos, mercaderías duras y blandas. Pocos
productos podrían corroer este material ya que dispone de una amplia variedad
de recubrimientos y laminados de plástico o papel. (Ministerio de Comercio
Exterior y Turismo, 2009).

Lo anterior mencionado tiene mucha relación con la práctica realizada,


basándonos en el envase de gaseosa guaraná, que es un envase fabricado a
partir de aluminio y lo cual, durante la evaluación con los ácidos a diferentes
concentraciones, fue el envase que menos daño pudo mostrar.

“La hojalata electrolítica obtenida por procesos de colada y recocido continuo es


un importante material utilizado como envases metálicos en la industria
alimenticia, por sus características de dureza, resistencia al choque térmico,
buena conductividad térmica, impermeabilidad a gases y radiaciones. Sin
embargo, se ha detectado que la hojalata en determinadas circunstancias,
reacciona con alimentos envasados en mayor o menor grado, dependiendo del
tipo de alimento, la utilización de barnices sanitarios, condiciones de los procesos
y características de la hojalata propiamente tal”. Los envases de hojalatas
(leches y conserva de atún) evaluadas son las que mayor daño sufrieron y que
la corrosión de este se empezó a visualizar durante el día 8 con pequeñas
manchas marrones dentro del envase. (E. SUMELZU, 2001). Los factores
determinantes que afectan la corrosión o degradación pueden resumirse como:
composición y estructura del acero base; estructura y continuidad de la capa
intermetálica Fe Sn2; espesor, uniformidad y continuidad del recubrimiento de
estaño; tratamientos de pasivación, naturaleza y caracterización de la película
de barniz.

“El ácido sulfúrico es un ácido no oxidante que destruye rápidamente los metales
aún en ausencia de oxígeno. Su máximo grado de corrosión ocurre a
concentraciones de 60 a 70%. A mayor concentración es menos corrosivo
porque se reduce la carga eléctrica de sus partículas y además porque al
reaccionar con los metales forma sales (sulfatos) que actúan como capas
protectoras. Con el calor la actividad del ácido sulfúrico aumenta
proporcionalmente A comparación del ácido cítrico que es muy utilizado en la
industria de alimentos, su actividad corrosiva es baja, pero que aumenta a
temperaturas elevadas”. SIDNEY H.). En la práctica donde se evaluaron los dos
ácidos (sulfúrico y cítrico) en diferentes tipos de envases (Hojalata y aluminio) se
presenta una mayor actividad corrosiva en los envases de hojalata donde
contiene el ácido sulfúrico al 5% y en el envase de aluminio el ácido sulfúrico no
afecto mucho, esto debido a que este envase esta hecho de algún material
resistente que tiene poca reacción con este acido.

Las evaluaciones a los envases con ácido cítrico no presentaron ninguna


corrosión a excepto de algunas manchas en el fondo del envase. Lo cual se
podría afirmar lo que dice el autor Sidney.

Debe prestarse atención especial al pH del alimento y a la adición de ácidos de


los alimentos. Se debe reconocer que la corrosión depende del pH y que una
caída demasiado grande del pH puede dar lugar a un cambio importante en el
comportamiento corrosivo y en la absorción de estaño. Los distintos ácidos de
los alimentos, como, por ejemplo, el cítrico, el málico y el acético, se comportan
de forma diferente en relación con la corrosión interna y todo cambio de
ingredientes de un tipo de ácido a otro debe someterse a prueba detalladamente
(FAO)
En estos tipos de estudios se debe de tener muy en cuenta, el tipo de producto
envasado ya que posee determinadas características que influyen en la
degradación de la hojalata. Lo más importante son el grado de acidez y pH;
debido a que los productos ácidos son los más agresivos El tipo de ácido influye
en forma muy específica, así por ejemplo el cítrico acompleja al estaño facilitando
el desestañado y el acético, en cambio, facilita la perforación de los sustratos
metálicos de la hojalata.

VII. CONCLUSIONES
- De la practica desarrollada se concluye que la concentración de ácidos es
un factor muy influyente a la corrosión de los envases metálicos, ya que
mayor concentración es menos corrosiva porque se reduce la carga
eléctrica de sus partículas y además porque al reaccionar con los metales
forma sales (sulfatos) que actúan como capas protectoras. Con el calor la
actividad del ácido sulfúrico aumenta proporcionalmente.
- El ácido con mayor grado de corrosividad es el ácido sulfúrico, esto
también dependerá del tipo de material que se a fabricado el envase y la
composición de este.
- La corrosión interna en envases de hojalata durante el almacenamiento,
tiene su origen en la interacción entre el contenedor (bote) y el contenido.
Esto puede dar lugar a dos fenómenos: la disolución o la migración del
estaño en el producto o el mismo efecto con hierro.

VIII. CUESTIONARIO
1) Investigar acerca del tipo de resinas para envases de latas
A medida que ha transcurrido el tiempo se ha ido innovando diferentes
tipos de envases de latas para cada variedad de alimento y para ello es
necesario que el mercado logre desarrollar una amplia gama de barnices
para diferentes utilizaciones. Todos ellos parten de un tipo de resina base
de la que reciben su nombre genérico, las resinas base que intervienen
en la composición de los diferentes barnices más usuales son:
- Naturales
 Oleorresinosas
- Sintéticas
 Fenólicas
 Epoxidicas
 Vinílicas
 Acrílicas
 Poliéster
 Organosoles

Oleorresinosos:

Se obtienen a partir de una mezcla de resinas naturales como; gomas


naturales y un aceite secante por ejemplo ricino. Se secan por oxidación
y polimerización térmica, simultáneamente. Son los más económicos. Son
flexibles y resistentes a los ácidos, pero permeables al ion sulfuro.
Carecen de resistencia frente al proceso y presentan unas pobres
características de color. Son uno de los grupos de barnices más antiguos.
Su utilización es prácticamente nula en Europa, pero continúa usándose
algo en Estados Unidos. En su versión normal se emplean para frutas
ácidas o vegetales bajo el nombre de barnices tipo R y pigmentados con
pasta de óxido de zinc (Ozn); para enmascarar la sulfuración para
alimentos que contienen cantidades importantes de proteínas y este caso
reciben en nombre de barnices tipo C

Fenólicos

Son obtenido a partir de resinas sintéticas tras una condensación de


fenoles sustituidos con aldehídos. Tienen una buena impermeabilidad y
resistencia química a los ataques del contenido. Por el contrario,
presentan escasa flexibilidad, por lo que su resistencia a la deformación.
Por ejemplo, en envases embutidos no es buena, por ello suelen aplicarse
con poco espesor de película. Pueden comunicar sabor al producto. A
diferencia de los oleorresinosos, presentan una gran densidad de
reticulación que los hace impermeables a los iones sulfurosos, por lo
tanto, están aconsejados para carnes, vegetales y pescados que son
productos sulfurantes.

Epoxidico

Las resinas epoxi, derivadas de la reacción de condensación entre la


epiclorhidrina y el bifenol A (difenol propano), forman la base de una
amplia variedad de materiales de protección y decorativos. Existen
diversos tipos de combinación de resinas epoxi. Los cuatro más
importantes son:

Con diferencia las de más utilización son las primeras y por lo tanto las de
más interés en nuestro caso.

Los barnices epoxi-fenolicos son los más universales en cuanto a uso. La


resina fenólica aporta las propiedades de resistencia química, mecánicas
y de adherencia y presenta una tonalidad dorada. El mercado ofrece una
gran variedad de barnices epoxi-fenólicos con distintas relaciones de
ambas resinas. En general, tienen una excelente adhesión y flexibilidad,
por lo que son adecuados para envases embutidos.

Presentan una buena resistencia a la agresividad de la mayor parte de


alimentos. Su resistencia a la sulfuración aunque buena, es inferior a la
de los barnices fenólicos pero tienen mejor resistencia que estos a la
acción de los polifosfatos y otros aditivos empleados en la conserva de
cárnicos. Para estos productos sulfurantes se le añaden aditivos como
polvo de aluminio (Al) o de óxido de zinc (OZn). El primero de ellos
enmascara el fenómeno de la sulfuración, mientras que el OZn absorbe el
ion sulfuro formado como consecuencia de la degradación de las
proteínas por el calor de la autoclave, formando sulfuro de zinc que es
blanco, no alterando apenas el aspecto final del envase.

Son utilizados para casi todo tipo de conserva, como carne, pescado,
zumos, frutas, verduras, etc, También se aplican en el caso de cervezas
y bebidas refrescantes pero debido a que pueden trasmitir sabor al
producto, requieren un segundo barnizado vinílico sobre ellos.
Algunas conservas sólidas o pastosas se adhieren a estos barnices
dificultando su extracción. Para mejorar la misma existe una variante de
este tipo de epoxi-fenolicos que son los pigmentados anteriormente
citados con Al o OZn, que además contienen un aditivo deslizante que
permite extraer con facilidad los productos sólidos; jamón cocido,
mortadelas, “chopped-pork” y otros. Esta variante recibe el apelativo de
barnices con “meat reléase”. El aditivo es una disolución de ceras
sanitarias que en el proceso de horneado emerge a la superficie exterior.

Los barnices epoxi-aminas resultan a partir de resinas epoxi con resinas


amino tales como los formaldehídos de urea o de melanina, también se
les conoce como barnices epoxi-urea. Tienen elevada resistencia química
y son casi incoloros. Se usan para fines decorativos y como “enganches”.

Los epoxi-éster se obtienen de resinas epoxi esterificadas con ácidos


grasos. Son barnices de excelente flexibilidad e incoloros. Su uso principal
es para exteriores (barnices de acabado).

Los barnices epoxi-modificados usados en los sistemas interiores. son


una de las posibilidades adecuadamente pigmentados de los barnices
blancos; porcelánico o porcelanizádos; como alternativa a los organosoles
y poliésteres blancos. Además, como incoloros pueden usarse como
barnices de enganche o simplemente como barnices incoloros exteriores.

Vinílicos

Se formulan a base de resinas vinílicas obtenidas por copolimerización de


cloruro y acetato de vinilo, se caracterizan por su buena adhesión, su alta
flexibilidad y su nula transmisión de sabor, pero tienen una escasa
resistencia al vapor y a la esterilización. Consecuencia de ello es su poca
utilización en conservas procesadas, pero son muy empleados como
segundo pase “top coat” en cervezas y bebidas carbónicas fabricados con
tecnología DWI. También pueden usarse como barnices de acabado
exterior. No son válidos para envases tres piezas de cualquier utilización
ya que no soportan carbonizándose el calor generado en la costura lateral
de los cuerpos dada su baja temperatura de secado.

Acrílicos

Las resinas de los mismos están formadas por ésteres del ácido poli-
acrílico. Su empleo inicialmente bajo se ha ido poco a poco ampliándose
por el excelente aspecto que presentan, asociado a una buena sanidad y
limpieza. Legumbres, verduras y frutas blancas son sus aplicaciones más
comunes cuando se usan en sistemas interiores. Son menos
aconsejables para productos muy ricos en pigmentos tomate, frutas rojas,
etc. Pues toman su color, y la presentación de los mismos se empobrece.
No obstante, sus principales campos de aplicación son en sistemas
exteriores como esmaltes blancos y barnices de acabado en versiones
incoloras. Presentan buenas cualidades en cuento a resistencia química
y sus propiedades mecánicas son también excelentes: Resisten bien
elevadas temperaturas, la embutición profunda, el plegado, etc.

Poliéster

Sus resinas basadas en ácido isoftálico, no reaccionan con los aceites y


presentan aceptable flexibilidad, buena resistencia a los ácidos y baja
resistencia a sulfuros. Una de sus principales aplicaciones es como
barnizado interior de envases de bebida. En general se emplean también
frecuentemente en sistemas interiores como incoloros o dorados y
pigmentados como porcelánicos y, en sistemas exteriores como barniz de
enganche ó esmalte blanco, este último también pigmentado.

Organosoles

Realmente forman parte de la familia de los vinílicos pero dada su


creciente importancia forman un subgrupo propio. Son dispersiones de
resinas de cloruro de polivinilo (PVC) de alto peso molecular disueltos en
solventes hidrocarbonados más un plastificante. Estos recubrimientos
constituyen una de las mejores alternativas a los epoxi-fenolicos.
Frecuentemente se emplean como primer pase de trabajos de barnizado
aplicados en dos capas para utilizaciones de mucha seguridad. Su uso
principal es en tapas, ya que presentan una excelente adhesión con los
compuestos y plastisoles usados
en los cierres. Son los barnices
ideales para las tapas de fácil
apertura, ejemplo especifico de
dos pases de barniz ya que a la
ventaja anterior se une su buena
flexibilidad y por tanto soportan bastante bien el daño sufrido en la
operación de troquelado de la incisión de desgarre y de la formación del
remache de fijación de la anilla de apertura. Por circunstancias parecidas
también se comportan muy bien en envases embutidos. Presentan
ausencia de sabor y una resistencia química razonable.

2) Investigar acerca de la corrosión electroquímica

La corrosión electroquímica o galvánica es la que se produce cuando dos


metales de diferente electronegatividad se encuentran en contacto. El
metal con mayor electronegatividad se oxida (ánodo), dando lugar a su
progresivo deterioro y desprendimiento desde la superficie metálica, en
presencia del segundo (cátodo). Este tipo de reacción es un caso
particular de unos sistemas químicos conocidos como pila galvánica.

La pila galvánica está formada por una zona anódica, que es la que se va
a corroer, y una zona catódica, que es la que se va a reducir. Los metales
de cada zona son distintos y poseen electronegatividades diferentes.
Ambas zonas están en contacto eléctrico a través de un medio que
permite la transmisión de los electrones llamado electrolito. Por ejemplo:
el agua condensada de la atmósfera o el agua del mar.

Al establecer el contacto eléctrico se observa que el metal más


electronegativo actúa como ánodo, oxidándose, y el menos
electronegativo se reduce. Aparece así un flujo de electrones desde el
ánodo al cátodo y se crea la pila.
Los procesos de corrosión son procesos electroquímicos produciéndose
en la superficie del metal “micropilas galvánicas”, en las cuales la
humedad actúa como electrolito y el metal es el ánodo (polo positivo) que
se disuelve. Todos los metales presentan una tendencia a oxidarse
(perder electrones) que se cuantifica por medio de este potencial de
oxidación o electronegatividad; cuanto más alto sea este valor, más noble
es el metal, es decir, se oxida con mayor dificultad. La tabla en la que se
representan estos valores se conoce como serie galvánica, y es de gran
utilidad a la hora de seleccionar un material para una aplicación
específica. Los metales menos electronegativos actúan como cátodos,
mientras que los más electronegativos se comportan como ánodos,
corroyéndose. El efecto corrosivo es tanto mayor cuanto más separados
se encuentren los dos metales en la tabla de electronegatividad.

La corrosión electroquímica o galvánica puede clasificarse en los


siguientes tipos:

1. Corrosión por metales líquidos. - es la degradación de los metales en


presencia de ciertos metales líquidos como el zinc, mercurio, cadmio. Es
el caso de ataque a las disoluciones químicas, o de las aleaciones entre
metales.

2. Corrosión por altas temperaturas. - algunos metales expuestos a gases


oxidantes en condiciones de muy altas temperaturas, pueden reaccionar
directamente con ellos sin la necesaria presencia de un electrolito.
También se llama empañamiento y puede incluir otros tipos de corrosión
como la oxidación, la sulfatación, la carburación.

3. Corrosión localizada. - se caracteriza por que la degradación del metal


en áreas concretas o localizadas. Al igual que la general/uniforme, la
corrosión localizada se subdivide en otros tipos de corrosión, siendo los
más destacados.

4. Corrosión por fisuras (crevice). - se produce en pequeñas cavidades o


grietas formadas en las zonas de contacto entre una pieza de metal y otra
igual o diferente a la primera, o entre un metal y un elemento no metálico.
En las fisuras de ambos metales se acumula la solución que provoca la
corrosión de la pieza. También se le llama de ánodo estancado.

5. Corrosión por picadura (pitting). - ocurre como un proceso de disolución


anódica local donde la pérdida de metal se acelera debido a la presencia
de un ánodo de pequeño tamaño y un cátodo mucho mayor, y produce
pequeños cráteres en las piezas afectadas. Está muy localizada

3) Que reacciones se producen durante la corrosión

La corrosión electroquímica es un proceso espontáneo que denota


siempre la existencia de una zona anódica (la que sufre la corrosión),
una zona catódica y un electrolito, y es imprescindible la existencia de
estos tres elementos, además de una buena unión eléctrica entre
ánodos y cátodos, para que este tipo de corrosión pueda tener lugar.
La corrosión más frecuente siempre es de naturaleza electroquímica
y resulta de la formación sobre la superficie metálica de multitud de
zonas anódicas y catódicas; el electrolito es, en caso de no estar
sumergido o enterrado el metal, el agua condensada de la atmósfera,
para lo que la humedad relativa deberá ser del 70%.

El proceso de disolución de un metal en un ácido es igualmente un


proceso electroquímico. La infinidad de burbujas que aparecen sobre
la superficie metálica revela la existencia de infinitos cátodos,
mientras que en los ánodos se va disolviendo el metal. A simple vista
es imposible distinguir entre una zona anódica y una catódica, dada
la naturaleza microscópica de las mismas (micropilas galvánicas). Al
cambiar continuamente de posición las zonas anódicas y catódicas,
llega un momento en que el metal se disuelve totalmente.
Las reacciones que tienen lugar en las zonas anódicas y catódicas
son las siguientes:

Ya que la corrosión de los metales en ambientes húmedos es de


naturaleza electroquímica, una aproximación lógica para intentar
parar la corrosión sería mediante métodos electroquímicos. Los
métodos electroquímicos para la protección contra la corrosión
requieren de un cambio en el potencial del metal para prevenir o al
menos disminuir su disolución.

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Caracterización y comportamiento electroquímico de envases
abombados con salsa de tomates. Alimentaria: 57 - 60

X. ANEXOS

TABLA 1 Detalles de las películas poliméricas

Rango de
Tipo de Detalles de capas Rango de
espesor Color Tipo
Película aleadas tolerancia (μm)
(μm)

Polietileno Fundido,
Claro y 2 - 5μm de PET
Tereftalato 15 – 30 biaxialmente ±2
blanco amorfo
(PET) orientado

Para películas <


Claro, 10% de profundidad 40 ± 2
Polipropileno Fundido, no
20 – 200 blanco y consistente de ácido-
(PP) orientado Para películas
dorado modificado
>40 ± 10

Parte superior
Polipropileno\ Claro y Fundido, no requiere una capa
40 ±2
Nylon (PP/N) blanco orientado aleada adicional entre
PP y N
TABLA 2 Clasificación de productos alimenticios por corrosividad.

Clase I Clase II Clase III

Muy corrosivo Moderadamente corrosivo Levemente corrosivo

Cerezas Manzanas Arvejas

Bayas Duraznos Maíz

Jugo manzanas Peras Carnes

ALIMENTOS Ciruelas Piña Pescados

Damascos Cítricos

Encurtidos

Chucrut

FUENTE: Organización Mundial de la Salud y FAO.

Límites permisibles de metales en conservas.

TABLA 3 Cantidad de contaminante permitidos en conservas (OMS)

Límites máximo
Contaminantes Productos
del producto final

Hierro, cobre, Conservas de mariscos y pescados 2,0 mg/kg


zinc

Estaño Conservas de mariscos y pescados 250 mg/kg

Hortalizas en conservas 1-2 mg/kg

Zumos de frutas y bebidas 0,3-0,5 mg/kg


Plomo
Conservas de mariscos y pescados al 0,31 ppm
natural

Mercurio Conservas de mariscos y pescados 1,0 mg/kg

Cadmio Conservas de mariscos y pescados 0,15 ppm

Arsénico Moluscos, crustáceos y gastrópodos 2,0 mg/kg

FUENTE: FAO/OMS, citado por Zumelzu Y CABEZAS (1994).


Ilustración 16 Latas DRD

TABLA 4 CARACTERISTICAS DE BARNICES

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