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El agua es un compuesto químico muy estable, formado por átomos de hidrogeno y oxigeno,
de formula H2O. El agua es inodora, insípida e incolora, y su enorme presencia en la Tierra (el
71% de ésta se encuentra cubierta de agua) determina en buena parte la existencia de vida en
nuestro planeta. El agua es la única sustancia que existe a temperaturas ordinarias en los tres
estados de la materia. Existe en estado sólido como hielo, encontrándose en los glaciares y
casquetes polares, y en forma de nieve, granizo y escarcha. Como líquido se halla en las nubes
de lluvia formadas por gotas de agua, en forma de rocío en la vegetación, y en océanos, mares,
lagos, ríos, etc. Como gas, o vapor de agua, existe en forma de niebla, vapor y nubes.
La ausencia de agua siempre ha estado asociada con la desaparición de los seres vivos, es por
eso que se dice que el agua es indispensable para la vida del ser humano. Es el principal agente
termorregulador del organismo, permite conseguir un equilibrio de temperaturas en todo el
cuerpo. Nuestro organismo, y de cualquier otro ser vivo, necesita agua para funcionar
normalmente, puesto que tanto las reacciones bioquímicas como el transporte adecuado de
las sustancias tienen lugar en solución acuosa. Además, el agua constituye al menos dos
terceras partes del cuerpo humano.
La sociedades humanas destinan el agua disponible para el riego de los campos y sembradíos,
para la limpieza y preparación de alimentos, para la higiene personal, la industria la utiliza
como refrigerante y disolvente de muchas sustancias, etc.; también existen otros usos que no
suponen su consumo. Por ejemplo, la obtención de energía eléctrica mediante centrales
hidroeléctricas, el uso recreativo de los mares, lagos, embalses y ríos, y la navegación. El agua
que se utiliza como consumo humano debe ser potable. Ésta es potable cuando tiene disueltas
una porción determinada de aire y algunas sales y además, carece de sustancias nocivas para
la salud.
Factores internos
Hábitos de higiene: El deterioro en la calidad del agua dentro del domicilio se debe al
inadecuado manejo del agua y los malos hábitos de higiene
Cultura de pago: Baja cultura de pago que se refleja en morosidad y bajas tarifas que dificultan
el adecuado manejo de los sistemas
Nivel educativo: Bajo nivel educativo que influye en el manejo del agua. A menor nivel
educativo mayor deficiencias en el manejo del agua.
Factores externos
Desinfección del agua: La venta de desinfectante está regulada y es poco accesible a las
comunidades rurales Seguimiento Limitaciones en el seguimiento posterior a la
implementación de los sistemas de abastecimiento de agua
En la mayoría de los países, los principales riesgos asociados al consumo de agua están
relacionados a los microorganismos. El riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el
agua aumenta con el grado de presencia de microorganismos patógenos. Sin embargo, la
relación no necesariamente es simple y depende de otros factores tales como la dosis
infecciosa y la susceptibilidad del huésped. El agua para consumo humano es sólo uno de los
vehículos de transmisión de enfermedades. A causa de la multiplicidad de las vías de
transmisión, no sólo el mejoramiento de la calidad y la disponibilidad de agua, sino también la
disposición sanitaria de excretas y la aplicación de adecuadas reglas de higiene, son factores
importantes en la reducción de la morbilidad y la mortalidad causada por diarreas.
Independientemente de los agentes que afectan la calidad del agua para consumo humano, es
necesario tener en cuenta los riesgos causados por la pobre protección de las fuentes de agua,
el inadecuado manejo del agua durante el proceso de tratamiento y la mala conservación de
su calidad a nivel de las redes de distribución e intradomiciliario. Sin embargo, la ausencia de
enfermedades en comunidades abastecidas con agua de mala o dudosa calidad no significa
que la población no esté sujeta a riesgos que puedan desencadenar una epidemia.
Las enfermedades transmitidas por el agua son producidas por la contaminación con desechos
humanos, animales o químicos. Son enfermedades transmitidas por el agua: el cólera, la fiebre
tifoidea, la disentería, la poliomielitis, la meningitis y las hepatitis A y B. Los lugares que
carecen de instalaciones de saneamiento apropiadas favorecen la rápida propagación de estas
enfermedades debido a que las heces expuestas “a cielo abierto” contienen organismos
infecciosos que contaminan el agua y los alimentos.
La mayoría de estas enfermedades se pueden prevenir con la mejora del saneamiento público,
la provisión de agua limpia y medidas simples de higiene, como lavarse las manos después de
ir al baño o antes de preparar la comida. La construcción de letrinas sanitarias y el tratamiento
de las aguas servidas para permitir la biodegradación de los desechos humanos ayudarán a
contener las enfermedades causadas por la contaminación.
Para prevenir estos males, es preciso eliminar los insectos que los originan, pero hay que tener
cuidado con el tipo de plaguicida que se emplee, porque se pueden contaminar las fuentes de
agua y generar riesgos a la vida y a la salud humana. Es importante emplear métodos
biológicos de control como depredadores naturales, evitar la presencia de charcos y dormir
bajo mosquiteros.
Son enfermedades causadas por organismos acuáticos que pasan una parte de su ciclo vital en
el agua y otra parte como parásitos de animales. Los causantes de estos males son una
variedad de gusanos, tenias, lombrices intestinales y nematodos del tejido, denominados
colectivamente helmintos, que infectan al hombre. Algunas de estas enfermedades son la
esquistosomiasis y la dracunculosis, que impiden a las personas llevar una vida normal y
disminuyen su capacidad para trabajar, aunque normalmente no son mortales.
Para prevenir estos males, es necesario lavar bien las verduras con agua limpia, cocinar bien
los alimentos y no ingresar a ríos o lagunas infectados.
Muchas enfermedades como el tracoma, lepra, tuberculosis, tos ferina, tétanos y difteria
prosperan en condiciones de escasez de agua y saneamiento e higiene deficientes.
Estas enfermedades pueden controlarse eficazmente con una mejor higiene y con el lavado de
manos, para lo cual es imprescindible disponer de suministros adecuados de agua potable y
saneamiento.
Pasos de cuidados
Localice todos los pozos en su propiedad, activos e inactivos. Asegúrese de tapar sus pozos de
forma segura con tapas prefabricadas o soldadas para evitar que contaminación y objetos
caigan a su pozo.
Utilice menos agua – No solo su sistema séptico funciona mejor con menos agua, sino también
el bombear más agua de su pozo puede atraer contaminación cercana hacia su hogar.
Instale válvulas preventivas de reflujo – en todas sus llaves de agua fuera de la casa. A veces,
el agua puede sifonar de regreso a través de una manguera y hacia su pozo. Tenga cuidado
cuando conecte rociadores de químicos a su manguera.