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SISTEMA EXCRETOR

LOS RIÑONES
Órganos que intervienen en la formación de orina

EL
HÍGADO
Sistema Excretor Humano: Partes y Funciones
Por
Milena Wetto

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El sistema excretor es aquel que se encarga de eliminar de nuestro cuerpo todos los
desechos metabólicos producidos por la actividad celular, tales como sustancias
químicas, dióxido de carbono y el excedente de agua y calor. Este sistema consiste en
estructuras especializadas y redes de capilares que participan en el proceso excretor.

Las células del cuerpo humano hacen uso de la comida y la bebida que se ingieren para
poder cumplir con sus funciones vitales. En este proceso se produce una serie de
transformaciones de la materia y la energía, que generan sales, compuestos
nitrogenados, dióxido de carbono, agua y calor, excedentes que el cuerpo no requiere.

Riñones y otros órganos del cuerpo humano


En resumen, toda una cantidad de desechos que tienen que ser eliminados para poder
mantener la salubridad de todo el sistema. Ningún ser vivo, ni los organismos
unicelulares ni los pluricelulares puede vivir mucho tiempo si acumula sus propios
productos de desecho, de forma que estos son eliminados de las células pasando al
fluido que la rodea y de ahí, a la sangre.

La sangre luego transporta estos productos de desecho hasta los órganos de nuestro
aparato excretor, para eliminarlos de nuestro cuerpo.

Índice

 1 Partes principales del sistema excretor y sus funciones

o 1.1 Los riñones

o 1.2 La piel

o 1.3 Los pulmones

o 1.4 El hígado

 2 Formación de la orina

 3 Órganos que intervienen en la formación de orina

o 3.1 Uréter

o 3.2 La vejiga urinaria

o 3.3 Uretra

 4 Enfermedades más comunes del sistema excretor

o 4.1 Nefritis

o 4.2 Nefrosis

o 4.3 Cálculo renal

o 4.4 Cistitis

o 4.5 Cáncer de vejiga

o 4.6 Uretritis

o 4.7 Prostatitis

o 4.8 Hepatitis

o 4.9 Estenosis uretral


o 4.10 Uremia

o 4.11 Anhidrosis

 5 Referencias

Partes principales del sistema excretor y sus funciones


En el sistema excretor humano intervienen principalmente, los siguientes órganos:

Los riñones

Son los órganos principales del aparto excretor. Eliminan cerca de las tres cuartas partes
de los desechos de nuestra sangre y los concentra en la orina que es excretada.

Los riñones son dos, tienen forma de judía y tienen el tamaño aproximado de nuestro
puño, ligeramente más pequeños que el corazón. Se encuentran en la parte supero
posterior de la cavidad abdominal, uno a cada lado de la columna vertebral.

Dos grandes arterias que se ramifican directamente de la aorta, la arteria principal del
cuerpo, transportan mucha cantidad de sangre constantemente hasta los riñones
(aproximadamente unas 20 veces cada hora).

El proceso de excreción lo hacen los dos riñones por igual; la arteria renal que
transporta la sangre al riñón, se ramifica en vasos cada vez más pequeños; estos
capilares se llaman glomérulos, y logran penetrar en estructuras microscópicas llamadas
nefronas.

Hay cerca de un millón de nefronas en cada riñón, cada una formada por diminutos
conductos llamados túbulos que miden en total, unos 80 kilómetros. Estas diminutas
nefronas son las unidades funcionales y estructurales de los riñones.
Más de la mitad de la sangre es plasma, que es casi en su totalidad, agua. Cerca de una
quinta parte del plasma de la sangre atraviesa por presión las paredes de los capilares al
interior de los riñones.

En el plasma viajan tanto las sustancias de desecho como las vitales. Gradualmente, las
sustancias químicas vitales regresan a los capilares y se reintegran a la sangre, quedando
en las nefronas el exceso de agua y las sustancias de desecho de las actividades
celulares. Esto es, la orina.

La orina fluye por canales cada vez más grandes que finalmente llegan a la cavidad
central de cada riñón que conecta con unos conductos llamados uréteres para transportar
la orina fuera de los riñones hasta la vejiga, un órgano muscular hueco que se dilata a
medida que se llena.

Desde allí la orina se elimina del cuerpo periódicamente a través del conducto llamado
uretra. Los músculos esfínteres son los que controlan la apertura y cierre de la uretra.

La piel

A medida que la sangre circula por la piel, las glándulas sudoríparas eliminan desechos.
La transpiración es la excreción de productos de desecho a través de los poros de la piel.

La transpiración es, en un 99% agua en la que están disueltas sustancias de desecho


similares a las de la orina.

Las glándulas sudoríparas funcionan absorbiendo agua de la sangre y haciéndola salir a


la superficie de la piel.

Esta excreción de agua y sustancias químicas forman parte del proceso a través del cual
el organismo se deshace del exceso de calor. Este calor es también un producto de
desecho.
Cuando la temperatura de la sangre se eleva, las glándulas sudoríparas excretan más
agua de la sangre.

Cuando la transpiración se evapora, el cuerpo se enfría y las sustancias de desecho que


estaban disueltas en el agua de la sangre quedan sobre la piel.

Esto no es más que una consecuencia de la función de la piel como regulador de la


temperatura del cuerpo.

Los pulmones

Los desechos celulares que no son eliminados por los riñones ni por la piel, llegan hasta
los pulmones transportados por la sangre.

La respiración libera agua del cuerpo, al igual que la piel, porque los pulmones tienen
que estar húmedos para poder eliminar el dióxido de carbono del cuerpo, una de las
principales funciones pulmonares.
La sangre que llega a los pulmones desde el corazón a través de la arteria pulmonar, es
rica en dióxido de carbono.

Esta arteria se divide en vasos cada vez más pequeños, hasta que los capilares, de
paredes muy finas, entran en contacto con los alvéolos, diminutos sacos que componen
los pulmones. El dióxido de carbono atraviesa de esta forma las finas paredes de los
capilares hasta los alvéolos pulmonares.

Con la expiración, el aire viaja a través de los conductos bronquiales hasta la tráquea y
de allí a la nariz y la boca para salir al exterior. Así, otro producto de desecho es
excretado de nuestro cuerpo.

El hígado

Entre las sustancias químicas producidas por las células del cuerpo se encuentra el
amoniaco, que es altamente venenoso.

El hígado sirve como órgano de excreción, realizando la transformación del amoníaco


en urea, que es una sustancia menos dañina. La urea pasa a la sangre y es excretada por
los riñones junto con el resto de las sustancias de desecho.

Pero no todas las sustancias que se excretan son productos de desecho de las reacciones
celulares; algunas son el producto del desgaste de las células.
Cuando los glóbulos rojos de la sangre mueren, el hígado descompone la hemoglobina
que hay en ellos para su reutilización, mientras que los glóbulos muertos son
reemplazados constantemente por nuevas células fabricadas por la médula ósea.

Las sustancias químicas que fabrica el hígado durante este proceso de ruptura de la
hemoglobina se eliminan a través de los intestinos.

Sin embargo, la mayoría de las sustancias que atraviesan los intestinos no son productos
de desechos de reacciones celulares, sino materiales que no son aprovechables por el
organismo. Su eliminación la lleva a cabo en realidad el aparato digestivo.

Para mantener el cuerpo sano, el funcionamiento de nuestros órganos excretores debe


estar coordinado con las necesidades cambiantes del organismo.

Ciertas glándulas controlan estas necesidades, por ejemplo, la glándula pituitaria, que
regula la cantidad de agua que requiere nuestro cuerpo y cuanta debe ser excretada en
cada momento determinado.

De esta manera, respondiendo a las necesidades cambiantes del cuerpo, los órganos
excretores mantienen la cantidad de desechos celulares en niveles muy bajos.

Trabajando juntos, los principales órganos del sistema excretor eliminan continuamente
los desechos de las células, manteniendo el cuerpo en perfecto equilibrio.

Formación de la orina
La formación de la orina es un proceso complejo del ser humano que consta de tres
fases: filtración, reabsorción y secreción tubular.

Se trata del líquido amarillo que el cuerpo expulsa de manera natural varias veces al día
y que está compuesto en su mayoría por agua y otras sustancias, como urea, ácido úrico,
creatinina, entre otros.

De acuerdo con especialistas, la orina es de vital importancia dado que dependiendo de


sus características se pueden diagnosticar ciertas enfermedades o patologías.

Por ejemplo, si es de color rosado o rojo, puede indicar presencia de sangre. Si es de


color marrón, puede significar una fistula vesicointestinal, lo que sugiere una conexión
entre la vejiga y el intestino.

Es por esto que al asistir a consulta médica una de las preguntas obligadas es sobre la
micción; es decir, el acto de orinar. Incluso hay estudios que indican que aguantar las
ganas de ir al baño es perjudicial para la salud y colabora al contagio de enfermedades.

Órganos que intervienen en la formación de orina


Como se mencionó anteriormente, hay tres órganos que influyen directamente en el
proceso de producción de orina. A continuación se describen sus características más
importantes:

Uréter

El uréter es el canal por el que se trasporta la orina desde los riñones hasta la vejiga a
través de movimientos peristálticos. Son dos conductos que empiezan en la pelvis renal
y culminan en la vejiga.

Una de las patologías más comunes que influye en esta parte del cuerpo es el llamado
cólico nefrítico y sucede cuando estos conductos se obstruyen por un cálculo (litiasis).
Por ende, el uréter aumenta sus movimientos peristálticos.

El uréter posee una pared muscular gruesa y revestida, lo que se llama epitelio
transicional. La combinación de esto más los pliegues longitudinales permiten la
distensión del uréter.

Los dos tercios superiores del uréter tienen dos capas de músculo liso: una capa interna
longitudinal y la externa, que es circular. Estas características hacen que los pliegues del
músculo liso del uréter sean menos demarcados que las del intestino.
Asimismo, la zona más externa se llama adventicia y está compuesta por tejido
conectivo fibroelástico con vasos sanguíneos, linfáticos y nervios.

El recorrido de los uréteres por todo el cuerpo se evidencia en cuatro porciones:

– Abdominal

El uréter es un órgano que se encuentra en el retroperitoneo. Nace a la altura de la


tercera vértebra lumbar (L3) y se distribuye a los cuerpos vertebrales L3, L4 y L5.

Por delante se encuentra el duodeno, por dentro la vena cava y la arteria aorta, y por los
lados están los dos riñones.

– Sacroilíaca

El uréter pasa por la aleta sacra y la sínfisis sacroilíaca antes de llegar a los vasos
ilíacos.

– Pélvica

En el caso del hombre, pasa por detrás de las vesículas seminales y el conducto
deferente. En cuanto a la mujer, el uréter está debajo de los ovarios, del ligamento ancho
y va al cuello del útero y los fondos de la vagina.

– Vesical

Atraviesa la pared posterior de la vejiga de manera oblicua por varios centímetros. La


propia contracción de los músculos de la vejiga cierra el meato ureteral y el flujo de la
orina hacia los uréteres.

La vejiga urinaria

La vejiga es un órgano hueco cuyo propósito es almacenar la orina hasta su expulsión.


Está situada en la pelvis justo después del pubis.

En el nacimiento de la vejiga está el trigono, una base posterior en forma de triángulo


donde se introducen los dos uréteres y en cuyo vértice se localiza la entrada de la uretra.

La vejiga es un saco, por lo que está integrada de tres capas de músculo liso. En
comparación con los uréteres, la pared no marca mucha diferencia.

La primera capa es la serosa y se trata del peritoneo parietal que recubre la vejiga en la
parte superior, posterior y laterales cuando está llena.

La segunda capa está formada por músculo liso con tres cubiertas más. La capa externa
o superficial, formada por fibras musculares longitudinales; la capa del medio,
compuesta también por fibras musculares pero esta vez circulares; y la interna o
profunda, integrada por fibras musculares longitudinales.
Estas tres cubiertas originan el músculo detrusor, el cual cuando se contrae expulsa la
orina y tiene como antagonistas los esfínteres de la uretra.

Este órgano está revestido por epitelio transicional y, producto del depósito de orina, la
distensión de sus paredes permite que se acomode por aplanamiento de los pliegues de
la mucosa y la expansión del epitelio transicional.

Uretra

Lo primero que hay que aclarar es que la uretra no es lo mismo que el uréter. La uretra
es el conducto tubular por donde la vejiga expulsa la orina al exterior a través de la
micción, denominación que se le da al acto propio de orinar.

La uretra va desde la vejiga hasta el meato urinario externo. En el caso de las mujeres,
tiene una longitud que va aproximadamente desde 2,5 a 4 centímetros y su meato está
en el vestíbulo de la vulva, justo delante de la apertura vaginal.

En el hombre la uretra es más larga, ya que su recorrido es más amplio dado que pasa
por la próstata hasta llegar al pene, y su meato está en la punta del glande.

Tanto el uréter como la uretra cumplen la función de transportar orina, la diferencia


entre ambos es el recorrido que hacen.

Enfermedades más comunes del sistema excretor


Algunas de las enfermedades más comunes del sistema excretor son:

Nefritis

Trastorno renal en el cual se inflaman los espacios entre los túbulos renales. Esto puede
dañar el funcionamiento de los riñones.

La nefritis puede ser una enfermedad leve o aguda y a veces poco sintomática. Sin
embargo, en algunas ocasiones puede ser fatal y causar daño irreversible en los riñones.

Las causas son múltiples y su tratamiento dependerá del diagnóstico.

Nefrosis

Es una afectación degenerativa de la nefrona. A diferencia de la nefritis, no hay una


inflación como tal de estos órganos. Sin embargo, se puede presentar un cuadro de un
paciente que sufre de nefritis y nefrosis al mismo tiempo.

De acuerdo con estudios, la causa más frecuente de nefrosis es la diabetes mellitus de


larga duración, lo que causa nefropatía diabética.

En cuanto al diagnóstico hay varios indicadores, como hinchazón en las piernas o el


escape de albumina en la orina.
Cálculo renal

Una piedra en los riñones es una pieza sólida que se forma en el riñón a causa de
sustancias presentes en la orina. El tamaño de las piedras variará de acuerdo a cada
persona, y esto influye a la hora de eliminarlas del cuerpo.

Si son pequeñas, muchas veces las piedras se eliminan solas sin ayuda médica. Sin
embargo, dependiendo de su volumen pueden atorarse en las vías urinarias y causar un
gran dolor.

La forma más fácil de diagnosticar esta condición es a través de la orina, de sangre y de


exámenes de imagen.

Cistitis

Es la inflación de la vejiga. En la mayoría de los casos se debe a una infección


bacteriana, lo que se denomina infección del tracto urinario.

A veces la condición también puede ser consecuencia de otra enfermedad o en reacción


a otros fármacos o elementos irritantes, como geles espermicidas o uso prolongado de
un catéter.

El tratamiento habitual por excelencia para esto consiste en antibióticos; no obstante,


puede variar dependiendo de la causa del trastorno.

Cáncer de vejiga

El aumento incontrolado de las células de la vejiga hasta convertirse en tumor se conoce


como cáncer de vejiga.

No se ha determinado una causa precisa del cáncer. A pesar de eso se han identificado
ciertos factores de peligro como el tabaquismo, la radiación, la infección parasitaria y la
exposición a sustancias carcinógenas.

Los pacientes afirman que los síntomas más comunes son ardor al orinar, dolor de
espalda y en la región pélvica, ganas de orinar frecuente sin presencia de orina, micción
habitual y sangre en la orina.

El tratamiento para esta enfermedad no es distinto a otro tipo de cáncer; esto incluye
radioterapia, quimioterapia y hasta cirugía.

Uretritis

Es la inflamación de la uretra. También es conocida bajo el nombre de síndrome uretral.


Es una infección que afecta los conductos que conectan los riñones con la vejiga.
De acuerdo con investigaciones, es producto de la prolongación de una infección
urinaria. También puede originarse por retrasos en el flujo de la orina ocasionada por
fallas en el funcionamiento del uréter.

Por ser una infección, la receta de los médicos incluye la toma de antibióticos.

Prostatitis

La prostatitis es la hinchazón de la glándula prostática. El tejido prostático se inflama a


menudo por una infección bacteriana en esta glándula.

Los pacientes con esta patología indican que vienen a consulta por presentarse
trastornos miccionales, sexuales y perineales.

La prostatitis se debe calmar con medicamentos y cambios menores en su dieta y


comportamiento.

Hepatitis

La Organización Mundial para la Salud define la hepatitis como una inflamación en el


hígado. Esto pudiera solventarse con tratamiento o pudiera evolucionar hacia una
fibrosis, una cirrosis o cáncer de hígado.

Los virus de la hepatitis son la causa más frecuente de este padecimiento. Sin embargo,
se han determinado factores de riesgo como otras infecciones, enfermedades
autoinmunitarias o el consumo de sustancias tóxicas como alcohol y drogas.

Existen varios tipos de hepatitis. En primer lugar, se encuentra la A y la E, las cuales son
producto de consumo de agua o alimentos contaminados.

Las hepatitis B, C y D son generadas por contacto corporal con agentes infectados. Esto
pudo haber ocurrido por transfusión de sangre contaminada y procedimientos médicos
invasivos con material contaminado.

En el caso específico de la hepatitis B, a la lista de contagio se le agregan la transmisión


de madre a hijo en el parto y el contacto sexual.

Dentro de los síntomas más comunes está la coloración amarilla en la piel y ojos,
conocida como ictericia; también se observa orina oscura, fatiga intensa, náuseas,
vómitos y dolor abdominal.

Estenosis uretral

Es el estrechamiento de la uretra, lo que ocasiona una cicatrización dentro de este


órgano. Esta condición bloquea el paso de la orina, causando dolor.

Usualmente es más común en mujeres que en hombres. Las razones más frecuentes son
la infección del tracto urinario y lesiones por fractura de pelvis.
Los principales síntomas son dolor al orinar, reducción del flujo de orina, retención de
orina en la vejiga, necesidad de más tiempo para orinar, sensación de nunca vaciar la
vejiga y sangre en la orina.

En muchos casos, este trastorno se cura de forma natural. En otros, el tratamiento de


este trastorno consiste en el corte a través de un láser y la reconstrucción de la zona
afectada.

Uremia

Es la acumulación de sustancias tóxicas en el flujo sanguíneo. La principal causa es la


falta de uno de los dos riñones en el proceso de expulsión de sustancias por medio de la
orina, por lo que el motivo puede ser cualquier condición que disminuya la función
renal.

Además, esta patología puede ser consecuencia de otra como cálculos renales o
prostatitis.

La fatiga, la falta de concentración, picazón, espasmos musculares y piel seca,


amarillenta y escamosa son algunos de los síntomas. A eso se le agrega un sabor de boca
a metal y un aliento típico de esta enfermedad.

El avance de la uremia ocasiona edema, hipertensión, convulsiones, insuficiencia


cardíaca e incluso la muerte.

En etapa avanzada, el paciente debe someterse a diálisis e incluso un trasplante de riñón.

Anhidrosis

La anhidrosis, también conocida como hipohidrosis, se caracteriza por exceso de sudor,


lo que impide la expulsión de toxinas de forma natural.

La transpiración es la forma nativa del cuerpo para regular su temperatura, por lo que su
alteración provoca un golpe de calor que puede llegar a ser mortal.

Lesiones en la piel, reacciones alérgicas o enfermedades como la diabetes pueden causar


esta patología. Las personas con anhidrosis sufren de mareos, calambres musculares,
debilidad, enrojecimiento y sensación de calor.

Muchas veces esta alteración se presenta en zonas localizadas del cuerpo, lo cual en la
mayoría de los casos se regula solo. Sin embargo, si la anhidrosis es generalizada se
debe recibir atención médica.

Referencias
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eduteka.icesi.edu.co.

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15. “Uretritis”. Recuperado de ecured.cu

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