You are on page 1of 2

TINO SANTANDER

El alcoholismo, pandemia peruana


Se propaga a vista y paciencia de todos

En una asamblea de padres de familia en Villa María del Triunfo, el psicólogo


Javier Del Río me dijo: “El Perú sufre una pandemia gravísima: el alcoholismo que
atraviesa todos los sectores sociales sin distinción económica o social. Son
aproximadamente más de dos millones de peruanos alcohólicos, y la mayoría de
ellos no lo reconoce. El alcoholismo es una enfermedad que se propaga a vista y
paciencia de todos y nadie hace nada para evitar que se generalice en la juventud. A
pesar de los esfuerzos del Ministerio de Salud y otras instituciones el alcoholismo
sigue creciendo por el desconocimiento de la población y, muchas veces, por la
permisividad de las autoridades”.
Del Río me propuso recorrer desde el Boulevard de Asia hasta los cerros del
Agustino para comprobar in situ que sus afirmaciones no son exageraciones de un
abstemio, sino la realidad de un país enfermo que no ve uno de los graves
problemas de su sociedad. Fue un viaje dramático, porque a nuestro paso solo
encontramos miles de hombres y mujeres de todas las edades ebrios, utilizando las
calles y parques como baños públicos; gritos, peleas, locales de diversión
abarrotados de gente sin ningún control que bebían y se drogaban como si el mundo
se fuese acabar al día siguiente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala: “El síndrome de dependencia
alcohólica es un estado psíquico y habitualmente también físico resultado del
consumo de alcohol, caracterizado por una conducta compulsiva en la manera de
beber alcohol de forma continuada” y el Ministerio de Salud dice: “El alcohol es un
depresor del sistema nervioso y produce cambios en la conducta humana. Sus
efectos van desde la pérdida de las inhibiciones y sentimientos de relajación hasta
alteraciones en el comportamiento que derivan en conductas agresivas y
violentas”*.
Al margen del Estado —señala Del Río—, existen instituciones como Alcohólicos
Anónimos que se definen como “una comunidad de hombres y mujeres que
comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema
común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo”. Para ser miembro de AA no
se pagan cuotas, solo cuenta el deseo de dejar de beber. Los AA afirman que “el
alcoholismo se caracteriza por la obsesión mental y la compulsión de beber que
destruye al hombre. Es una enfermedad progresiva, incurable y si no se trata a
tiempo es mortal”**. Los AA han salvado millones de vidas en todo el mundo y las
han recuperado para sus familias y la sociedad.
Esta enfermedad —dice Del Río—, produce violencia familiar, deserción escolar,
baja productividad laboral, irresponsabilidad, disfunción familiar, accidentes de
tránsito, crímenes, violaciones, problemas cardiovasculares, cáncer al hígado,
problemas respiratorios y baja autoestima. Además, lo más grave es que nadie que
tiene los síntomas quiere reconocer que es alcohólico por los prejuicios que se tiene
de la enfermedad. Solo los AA y un especialista en el tema los pueden ayudar.
Algunos antropólogos afirman que el consumo de alcohol desmedido en el Perú
tiene raíces culturales. Otros señalan que el alcoholismo es promovido por intereses
comerciales; incluso muchas compañías cerveceras son patrocinadores del deporte,
promoviendo sutilmente el consumo de alcohol como algo natural y sano. Sin
embargo, la realidad es otra. El Perú debe afrontar este problema e iniciar un debate
serio sobre las políticas públicas para combatir esta pandemia que amenaza la vida
de millones de peruanos.

* Plan Nacional de Lucha Contra el Consumo Nocivo de Alcohol. Ministerio de


salud. Oficina de comunicaciones 2008.
** Ver Alcohólicos Anónimos https://aaosgp.wixsite.com/aaosg

You might also like