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¿QUÉ ES EL GRAFENO?
Para poder hacernos una idea de en cuántos campos distintos puede aplicarse el grafeno, es
necesario echar un vistazo a nuestro alrededor y ver todo lo que nos rodea. Ordenadores,
coches, teléfonos móviles y equipos de música son, por mencionar sólo algunos de ellos, cosas
que encontramos frecuentemente en nuestra vida cotidiana en las que el grafeno se podría
llegar a aplicar.
Por sus propiedades, el grafeno puede servir como material en la fabricación de aviones,
satélites espaciales o automóviles, haciéndolos más seguros. También en la construcción de
edificios, pues los convertiría en más resistentes.
Pero, sobre todo, destacan sus aplicaciones en el campo de la electrónica, donde a través de
su capacidad para almacenar energía puede dotar a las baterías de una mayor duración y un
menor tiempo de carga, establecer conexiones más rápidas e incluso contribuir a mejorar el
medio ambiente sustituyendo a materiales contaminantes que hoy en día nos vemos obligados
a utilizar.
No hay que olvidar su relevancia en el ámbito de la salud. Las prótesis de grafeno podrían
sustituir a las actuales, de diversos materiales. O incluso se podría aplicar para mejorar el
tratamiento de algunas enfermedades.
Por todo esto, no es de extrañar que se diga que su utilidad es prácticamente ilimitada y que las
barreras a su aplicación únicamente son las de la imaginación humana.
El grafeno es un material que combina una gran cantidad de propiedades que no se dan juntas
en cualquier otro compuesto. ¿Qué significa esto? Que es capaz de mejorar por completo las
condiciones de cualquier superficie donde se aplique.
Y es que es un material muy duro, resistente, flexible y muy ligero; lo que permite moldearlo
según las necesidades de cada caso. Conduce muy bien tanto el calor como la electricidad; y
permanece en condiciones muy estables cuando se le somete a grandes presiones.
Su futuro en terrenos como la medicina se presenta realmente prometedor. ¿Un ejemplo de en
qué se podría usar? En las máquinas con las que se realizan las radiografías. Éstas funcionan
mediante radiaciones ionizantes, unas formas de energía que hacen que los materiales que se
encuentran a su alrededor se desgasten muy pronto. Pues bien, el grafeno ofrecería una
duración casi infinita, por lo que la inversión que habría que realizar en la adquisición del
material sería, a la larga, mucho menor.
Pero además, el grafeno es capaz de generar electricidad a través de la energía solar, lo que le
convierte en un material muy prometedor en el campo de las energías limpias. Para que te hagas
una idea de su potencial, si se construyeran con grafeno las placas solares, podrían generar
varias veces más energía por hora que las actuales. ¿Será este material una de las herramientas
necesarias para superar la crisis energética que previsiblemente se desatará cuando se agoten
las reservas de petróleo?
Llegados a este punto, seguramente te preguntarás por qué, si el grafeno tiene tantas cualidades
y ofrece tantos beneficios, no se emplea para mejorar nuestra calidad de vida.
La respuesta es sencilla. Para que conserve todas sus propiedades, el mineral ha de ser de la
mayor calidad posible. Con el método tradicional de obtención a base de deshojar el grafito con
cinta adhesiva, se consigue grafeno de muy alta calidad, pero la cantidad producida es mínima
y resulta insuficiente para su uso industrial.
Por otro lado, los empleos de otros métodos para su obtención enfocados en aumentar la
cantidad producida no consiguen un producto con la calidad suficiente.
Actualmente, se comercializa el grafeno bajo dos formas: En lámina y en polvo. ¿En qué se
diferencian?
• Grafeno en lámina: es de alta calidad y se emplea en campos como la electrónica, la
informática o incluso la aeronáutica, donde se requiere un material muy resistente. Su
producción es actualmente muy costosa.
• Grafeno en polvo: se usa en aquellos ámbitos que no requieren de un material de alta calidad.
Su proceso de obtención es más barato y permite una mayor producción del producto, pero
renunciando a parte de sus propiedades.
El siguiente gran reto en la historia de este mineral es la búsqueda de un método de obtención
que supere esta barrera. Diversos equipos de científicos en todo el mundo dedican sus esfuerzos
a este fin y aunque los resultados obtenidos son prometedores, aún queda camino por recorrer.