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(ESQUEMAS Y COMENTARIOS)
Materia: Lingüística - Comisión: Augusto M. Trombetta
Textos de referencia
Halliday, Michael A. K. 1975. Estructura y función del lenguaje (1970). En John Lyons, ed., Nuevos horizontes de la
lingüística. Madrid: Alianza. 145-174.
———. 1982. El lenguaje como semiótica social: La interpretación social del lenguaje y del significado. México: Fondo de
Cultura Económica. Capítulo 1. [Original: 1972].
———. 1988. An introduction to functional grammar. Londres: Edward Arnold, 1985. Reimpresión, Londres: Edward
Arnold.
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No sé si me explico, si alguien entiende algo, cuál es su opinión...
Suerte, Jorge.
-- Mensaje Original --
De: gtoscano@ciudad.com.ar
Para: linguistica@equipo-imca.com;
Tema: Pregunta
Un poroto para el programa: las preguntas, respuestas y comentarios iniciales acerca de Halliday nos mandaron para el lado de
la relación con Chomsky, en particular hacia la cuestión del análisis de las perspectivas para explicar la adquisición o
desarrollo del lenguaje.
Mando otra pregunta, para pensar y contestar ahora o en algún momento de la vida. (Se me ocurre, sin embargo, que no
hay una única respuesta o que, al menos, responder implica, necesariamente, argumentar.) La cosa es así: ¿las diferencias entre
Chomsky y Halliday son de perspectiva o de principios? Quiero decir: ¿ambas teorías se excluyen? ¿O recortan problemas y
perspectivas diferentes?
Con Augusto, para empezar, no nos ponemos de acuerdo sobre el asunto. A ustedes, ¿qué les parece?
Cariños, Guille
[Nota mental: en Halliday, el tema de la adquisición/desarrollo del lenguaje resulta interpretable desde las perspectivas
señaladas, intra-organismos e inter-organismos, pero él se va a centrar en una de ellas; en cuanto a Vigotsky, tal vez se lo
pueda incluir dentro de una de las perspectivas intra-organismos, la de tipo ambientista (de cualquier manera no es un punto
central en este momento; su señalamiento, no obstante, resulta de interés para pensar vinculaciones).]
Tal vez no debería perderse de vista que, desde la perspectiva de Halliday, los papeles sociales son múltiples pero no infinitos.
En este sentido, la inquietud de Julieta tendría una respuesta dentro de la propia teoría: la lengua, el instrumento privilegiado
en la constitución del hombre social, sería relativamente homogénea en tanto funciona para socializar al individuo en un
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número acotado de papeles sociales (algunos de ellos muy básicos y generalizados, se puede agregar, si se tienen en cuenta las
observaciones iniciales acerca de las funciones en EFL). Mirado de otro modo, la subjetividad y la relatividad de la
experiencia del individuo en su configuración como ser social (personalidad) estarían limitadas por la tendencia a la
estabilidad de las relaciones sociales (sociedad). La alusión a Durkheim (p. 24) puede ayudar a pensar en estos términos.
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los tres sistemas semánticos (transitividad, modo y temático-informativo) en que se codifican las funciones del lenguaje, el
siguiente esquema representa de manera clara las principales relaciones que se establecen en esta teoría [tomado del texto de
Menéndez y otros, que reformulan el esquema de Hasan que ella denomina irónicamente «ataúd» funcionalista]:
Función Postura del Aspecto del Sistema significativo que se La cláusula Tipo de sujeto en la
hablante contexto proyecta en la cláusula vista como... cláusula
Ideativa Observador Campo Transitividad Representación Lógico [actor]
[experimental + lógica]
Interpersonal Participante Tenor Modo Intercambio Gramatical
Textual Organizador Modo Estructura temática Mensaje Psicológico 1 [tema]
Distribución informativa Psicológico 2 [dado]
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Leyendo el texto («El lenguaje como semiótica social») encontré la respuesta a la pregunta sobre la adquisición del lenguaje
en la teoría sistémico-funcional. Aquí van fragmentos explicativos para quien se haya quedado con la duda. [... pág. 27 en
adelante ...] Algunos comentarios míos:
1. Halliday parece tomar una posición un tanto «ambientista», aunque despojada de la idea de Estímulos y Respuestas.
2. Deja picando la posibilidad de considerar una facultad innata, aunque no en los términos chomskianos (= no organizada
por reglas, no como exclusiva del lenguaje). En Halliday sonaría a algo así como la «facultad de significar».
3. Con respecto a que «las opciones son muy reducidas pero aumentan rápidamente a medida que el potencial funcional del
sistema se ve reforzado por el éxito», ¿se basa en la idea de ensayo y error?
Son sólo algunas ideas que me pasaron por la cabeza leyendo el texto. Cada uno sacará sus conclusiones, aunque la última
palabra la tendrán Augusto y Guillermo.
Cecilia.
Según lo señalado en la parte anterior, la primera observación de Cecilia parece apropiada: la postura de Halliday resulta
compatible con una dinámica ambientista (aunque él se declare prescindente en este punto); al mismo tiempo, ambientismo no
implica conductismo, posición que rechaza implícitamente (ver el apunte formulado más arriba, en la primera página). De la
segunda observación, se podría tomar más distancia: lo del innatismo es aplicable a Chomsky en los términos de una tradición
filosófica que reivindica (ver, a propósito de este punto, algunas cuestiones desarrolladas en el texto correspondiente al
racionalismo chomskiano y al positivismo saussureano), pero no es esto lo que ocurre con Halliday (para él la facultad del
lenguaje no parece ser objeto de investigación). En cuanto a la tercera observación de Cecilia hay que convenir en que la idea
general es la de ensayo y error (este mismo mecanismo de contrastación de hipótesis es el que aparece en Chomsky). Igual, no
es la última palabra, es para pensar.
• Pasando a la propuesta propiamente gramatical de Halliday, conviene hacer algunas puntualizaciones acerca de los
problemas interpretativos que se generan en el análisis. Soledad mandó un correo privado donde plantea algunas inquietudes
generales:
En primer lugar, la explicación ergativa es una forma de análisis alternativa a la que proporciona la transitividad. En
términos del sistema de transitividad, los procesos se dividen en distintas clases (tres tipos principales: materiales, mentales y
de relación; tres tipos mixtos: de conducta, verbales y existenciales) cada una de ellas asociada a un número particular y
definido de papeles participantes o inherentes (actor, meta, instrumento y beneficiario; procesador y fenómeno; atributo,
identificador o posesivo; conductor; diciente y reporte; existente) y a un número variable de papeles circunstanciales. Si, en
cambio, el análisis de los procesos se adopta desde el punto de vista ergativo, se está suponiendo que todo proceso tiene un
causante o instigador (en términos de Fillmore, un agentivo o agente): de acuerdo con la propuesta ergativa, la estructura de la
cláusula sería homogénea para cualquiera de sus distintas clases, con un papel participante afectado obligatorio y un papel
participante causante optativo (como se puede ver, el análisis de la cláusula en términos de ergatividad es más general que el
que permite el sistema de transitividad ya que habría un punto donde actor, procesador y demás papeles participantes de
procesos específicos se igualan en su consideración como afectados de un proceso ergativo). En rigor, finalmente, la
explicación ergativa no está exigida ni exige nada del proceso; es una propuesta de análisis.
En cuanto al tema de una cláusula puede ser un proceso, si está en primer lugar. La distinción entre tema y rema se apoya
en la forma en que se distribuye el texto en la cláusula: la unidad que va antes es el tema, el rema es lo que va después.
[Información adicional poco importante. Halliday distingue distintos tipos de temas: textual, tópico, interpersonal y
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desplazado. Solo para aclarar, muchas veces una parte del tema está ocupada por un elemento de enlace entre cláusulas: ese es
el tema textual, marcado en el análisis para que todo quede parejo.]
Tema y sujeto psicológico son la misma cosa, en términos de Halliday. En suma, lo que se encuentre en posición temática
va a ser el sujeto psicológico de la cláusula. No hay que interpretar, sin embargo, esta variedad de sujeto semántico en
términos del sujeto del análisis sintáctico: el correlato entre los dos estratos (semántica y sintaxis) no es exacto ni tiene por qué
serlo. Según lo dicho, entonces, si el tema coincide con un proceso, el sujeto psicológico será el mismo proceso (no solo su
flexión).
Una información adicional. La idea de los tres sujetos que desarrolla Halliday es relativamente tradicional (= no
estructuralista); por ejemplo, en el ámbito de nuestra lengua, se la puede leer en el capítulo inicial del Curso superior de
sintaxis de Samuel Gili Gaya. Pero, y aquí es donde se debe marcar una diferencia importante entre Halliday y las doctrinas
tradicionales, es en el autor británico donde esa observación adquiere un verdadero sentido, ya que aparece integrada de
manera consistente dentro de una teoría general de la gramática. En contraste, Gili no proyecta esa cuestión dentro de una
explicación más amplia y generalizada del hecho lingüístico.
Por el lado de la relación del funcionalismo al estilo Halliday también hubo un correo privado de Cecilia:
En principio, el análisis sintáctico que se ve en la escuela secundaria es de orientación estructural. Las categorías
analíticas utilizadas (= funciones sintácticas como núcleo, modificador, objeto directo, etcétera), con sus matices, son
relativamente tradicionales y aceptadas. El análisis chomskiano, cuyas categorías analíticas no son funcionales (= categorías
gramaticales como sintagma nominal, sintagma verbal, sintagma preposicional, etcétera), sería la postura sintáctica más ajena a
esta perspectiva.
El funcionalismo hallidiano, por su parte, adopta una postura semántica (= la sintaxis se explica a partir de los
significados: el estrato semántico se codifica en el estrato léxico-gramatical). Pero no hay un rechazo de las categorías
analíticas sintácticas, en todo caso, son subsidiarias ya que se trata de elementos dependientes de las estructuras semánticas
(proceso + papeles inherentes + papeles circunstantes; modal + resto; tema + rema) que explican la cláusula.
Un comentario adicional: hay muchas formas de funcionalismo. La Escuela de Praga (Troubetzkoy) es funcionalista; la
Escuela de Copenhague (Hjelmslev) también lo es. Y ambas escuelas son estructuralistas: en el caso de los praguenses, la
perspectiva funcional se relaciona con la función comunicativa del lenguaje; en el caso de los daneses, la perspectiva funcional
se relaciona, ante todo, con las relaciones lógicas que contraen los elementos dentro del sintagma. Si se entiende bien lo
anterior, Halliday enfoca la perspectiva funcional desde un punto de vista semántico (deja de lado el punto de vista formal).
Y a propósito de Hjelmslev se puede volver sobre una pregunta de Virginia a la lista
<BocaditosChompsky@egroups.com>, cuando escribió:
Hjelmslev se propone llevar hasta sus últimas consecuencias el programa de Saussure, quien en el Curso... señala que la
lengua es forma y no sustancia. ¿Qué significa esto? Para Hjelmslev, la forma de resolver esta pregunta es mostrando que en
cada plano del signo lingüístico (contenido y expresión, significado y significante) hay forma y sustancia; el lingüista, dirá el
autor danés, se interesa por la forma. En un ejemplo adaptado de Hjelmslev, si tenemos:
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en términos de contenido (= plano del significado, para Saussure), las tres frases tienen el mismo sentido (comparten una parte
de la sustancia del contenido, la correspondiente a 'yo no sé'). Lo que en cada caso es diferente es la forma:
La sustancia del contenido es común todas las lenguas (tal vez estoy sobreinterpretando aquí a Hjelmslev), lo que cambia
es la forma del contenido.
Otro tanto pasa en el plano de la expresión (= significante, para Saussure). Si, por ejemplo, pensamos en la zona de las
oclusivas dentales sordas (para nosotros /t/) en lenguas derivadas del sánscrito, en la India, se encuentra junto a nuestra [t] una
variante retrofleja. La zona de las dentales es la misma (el sentido es el mismo, es decir, una misma parte de la sustancia de la
expresión), lo que cambia es que en una lengua esa sustancia tiene forma de /t/ y en otra de /t/ y de /t/ retrofleja.
Las observaciones previas dieron pie a un comentario que puede ser retomado como cierre de un punto importante del
programa de Lingüística, la oposición entre teorías gramaticales de cuño formal y una teoría gramatical de orientación
funcional. Escribió «Sir Gawain» a ambas listas:
Aun cuando el comentario de «Sir Gawain» pueda ser pensado en distintos sentidos, apunta a un aspecto, el análisis
formal y el funcional, que se puede relacionar de manera directa con lo que Halliday mismo señala en sus textos. Su punto de
partida para el análisis lingüístico, según lo manifiesta, es funcional: «[...] el modo de interpretación adoptado aquí es
funcional, donde la estructura gramatical se explica por referencia al significado» (IFG, 21). Por este camino se puede
comenzar a marcar un fuerte contraste con autores como Hockett y Chomsky (no solo con Hjelmslev).
En efecto, antes de desarrollar su propuesta analítica, Halliday (IFG, 22-4) va a rechazar el análisis en constituyentes
inmediatos (= encorchetamiento máximo). Y este rechazo deriva, en última instancia, de su punto de partida. El argumento que
desarrolla arranca con el señalamiento de la lógica que subyace al análisis en constituyentes inmediatos:
«El encorchetamiento máximo significa imponer la máxima cantidad de estructura [...] Este principio se conoce en lingüística
como análisis en constituyentes inmediatos (CI). Llevado hasta sus límites lógicos significa no permitir nunca que haya más de
dos elementos en un corchete [...] La idea que está detrás del análisis en CI es que siempre hay un orden lógico en el que se
combinan los elementos de cualquier cadena».
En el sentido aquí destacado (el de la lógica binaria) operan tanto Hockett como Chomsky.
Al análisis en constituyentes inmediatos opone Halliday el análisis en constituyentes ordenados («ranked constituent
analysis») o de encorchetamiento mínimo, que muestra estructuras más planas (menor cantidad de nodos por árbol, pero mayor
cantidad de ramas por nodo). Ejemplifica gráficamente las diferencias entre ambas formas de análisis:
los tigres trepan árboles los tigres trepan árboles los tigres trepan árboles
A) Constituyentes ordenados B) Constituyentes inmediatos C) Constituyentes inmediatos
Para Halliday, las diferentes estructuras derivadas de los análisis A, B y C quedan justificadas cuando se piensa en la cláusula
como unidad informativa; en este sentido, la forma A resulta más neutra (informativamente) que cualquiera de las otras dos:
«[...] la versión B los tigres trepan + árboles sugiere una respuesta a la pregunta "¿qué trepan los tigres?", mientras que la
versión C los tigres + trepan árboles sugiere una respuesta a "¿qué hacen los tigres?" [...] La versión A los tigres + trepan +
árboles es más neutra y solamente sugiere una respuesta a "¿qué tiene usted para decirme?"».
El argumento de Halliday queda completo al volver sobre sus principios y señalar que esa mayor neutralidad de A es
compatible con una perspectiva funcional, donde queda disminuido el factor estructural (i. e., la estructura de constituyentes
inmediatos) como explicación de la gramática:
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«En este libro usaremos el encorchetamiento mínimo ya que la orientación que hemos adoptado es funcional [...] Pero debe
quedar claro desde ahora que la diferencia entre ambos [análisis] es una diferencia de tipo, antes que solo de grado. Si usamos
el encorchetamiento máximo, estamos tomando el concepto de encorchetamiento como un poderoso dispositivo explicativo; es
decir, estamos intentando explicar cuanto podamos de la gramática en términos de la estructura de constituyentes: el concepto
de constituyente está desarrollando un gran trabajo. Si usamos el encorchetamiento mínimo, estamos relegando el concepto de
encorchetamiento a un papel menos importante, requiriendo que la noción de constituyente nos brinde una vía limitada en la
explicación de la gramática [...] Esto significa, desde luego, que debemos brindar otros conceptos para dar cuenta de la
interpretación [...] Los conceptos en cuestión son, en primera instancia, funcionales».
En suma, una explicación formal de la gramática parte de la estructura sintáctica (tanto en Hockett como en Chomsky, la
estructura de constituyentes inmediatos). Halliday, en cambio, pone el factor funcional (codificado semánticamente) como
variable explicativa de la gramática: la estructura sintáctica, en consecuencia, pierde buena parte de su valor explicativo.
Lo señalado hasta aquí también sirve para revisar el concepto que da vueltas alrededor de las distintas propuestas
gramaticales incluidas en el programa: la noción de estructura. Melina escribió a la lista
<BocaditosChompsky@egroups.com> lo siguiente:
Para entender la significación del comentario de Melina conviene preguntarse en qué concepto de estructura puede estar
pensando Halliday. El propio autor lo aclara (IFG, 26-30) al definir estructura como «un todo orgánico donde los elementos
cumplen diferentes papeles». El etiquetado, por ejemplo en términos de modificador y núcleo, es la forma de indicar los
papeles asignados a los elementos. Más adelante va a quedar precisada la noción de estructura como «cualquier configuración
posible de funciones, como la de ACTOR-PROCESO-META» (p. 32). Es decir, las estructuras en las que piensa Halliday son
funcionales (de significados); no son estructuras formales (sintácticas).
A diferencia de una cláusula, un texto no es una unidad estructural ya que no responde a la idea central que maneja
Halliday: un texto no puede ser interpretado como una «configuración de funciones»; en contraste, una cláusula es una unidad
del estrato léxico-gramatical donde confluyen tres estructuras semántico-funcionales, cada una de ellas con su propia
«configuración de funciones» (actor-proceso-meta; modal-resto; tema-rema). Además, un texto no puede ser pensado como la
realización sintagmática (= una determinada configuración funcional) de opciones paradigmáticas (= todas las configuraciones
funcionales posibles de una lengua).
De acuerdo con lo señalado en el párrafo anterior, aparece bien marcada la diferencia entre cláusula y texto. Pero las
cláusulas constituyen los textos y por el lado de la relación entre cláusula y texto es por donde aparecen cuestiones
interesantes. En primer lugar, la observación de Gustavo, quien escribió a ambas listas lo siguiente:
La cláusula constituye el centro del análisis de Halliday; toda su gramática funcional está armada a partir de ese concepto:
la cláusula (= la unidad de análisis, i. e. aquello que va a ser explicado desde una perspectiva funcional, no sintáctica, según
tres sistemas diferentes, estructura temática, sistema modal y sistema de transitividad), por debajo de la cláusula (= las
unidades menores, i. e. las frases), por encima de la cláusula (= las unidades mayores, i. e. las oraciones), al lado de la cláusula
(el ritmo y la entonación), alrededor de la cláusula (el discurso, el texto), más allá de la cláusula (la metáfora y las figuras
retóricas). En muchos casos, la interpretación de la cláusula (típicamente, cuando se debe analizar la naturaleza del proceso
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involucrado) puede ser metafórica según se decida tener en cuenta el texto en el que aparece; es decir, el carácter metafórico
de una cláusula puede ser recuperado de manera legítima dentro del análisis que propone Halliday porque se estaría
atendiendo no solo a la cláusula sino al texto como unidad.
En segundo lugar, es lícito preguntarse en virtud de qué se relacionan las cláusulas que forman un texto. El texto, señalan
Halliday y Hasan, es coherente tanto interna como externamente: la coherencia interna (= cohesión) es la relación que se da
entre las cláusulas que lo forman; la coherencia externa (= consistencia en registro) es la adecuación del texto a su contexto
(esquematizado en campo, tenor y modo). La coherencia interna de una cláusula está asegurada por las relaciones
estructurales que le dan forma; por ejemplo, en la cláusula <Juan lleva todos los días a su hermano al colegio (que queda en
la otra cuadra de su casa)> los adjetivos posesivos «su» pueden ser interpretados (su = 'de Juan') gracias a la propia estructura
clausal.
Pero no hay relaciones estructurales que vinculen entre sí las cláusulas de un texto (= texto como unidad no estructural).
La coherencia interna de un texto está dada por las relaciones cohesivas que le dan continuidad: son las relaciones no
estructurales que se presentan entre sus cláusulas principales. Por ejemplo, entre las cláusulas <Juan trabaja en la fábrica> y
<su hermano estudia en el colegio (que queda en la otra cuadra de su casa)> los adjetivos posesivos «su» pueden ser
interpretados (su = 'de Juan') gracias la relación de referencia (anafórica) que establecen con el nombre propio; al mismo
tiempo, el conector y marca una relación de conjunción (aditiva) entre las cláusulas coordinadas en el texto.
Las relaciones cohesivas pueden ser de base gramatical (conjunción, referencia, elipsis y sustitución) o de base léxica
(reiteración y colocación). En la cohesión gramatical se toman recursos gramaticalizados: el uso de conectores, pronombres y
artículos (forman clases léxicas cerradas, no tienen contenido semántico inherente) y la posibilidad de omitir o de sustituir
algunos elementos por proformas. En cambio, en la cohesión léxica se apela a recursos vocabulares: repetir palabras,
incorporar sinónimos y otras palabras semánticamente relacionadas, o colocar lexemas relacionados contextualmente.
El programa, en efecto tiene esos dos grandes ejes: teorías gramaticales y teorías del lenguaje. Halliday, si bien parece
estar a mitad de camino, se encuentra entre los autores del primer grupo. En primer lugar, Halliday construye una gramática,
de manera que por ese motivo ya merece estar allí (su gramática es no formal, pero no deja de ser una gramática). El punto de
vista social que adopta para su análisis, sin embargo, lo aproxima a los enfoques considerados como teorías del lenguaje
(sociolingüística, etnografía del habla, pragmática), donde se alude a teorías que piensan el lenguaje no para construir
gramáticas sino para enfocar cuestiones que pueden tener tratamientos distintos, si acaso los tuvieran, de los que se aportan
desde perspectivas gramaticales. No conviene perder de vista, sin embargo, la diferencia que se puede plantear entre una
gramática sistémico-funcional y un análisis sociolingüístico: en un caso se construye un sistema gramatical; en el otro, no.
• Sobre la violación de las máximas de Grice y la cancelabilidad de las implicaturas vinieron algunas preguntas. Por ejemplo,
las de Cecilia, que escribió:
En términos de las máximas conversacionales, habría que pensar que donde hay dos preguntas distintas no puede haber
una única respuesta. En el caso de la anciana y el test de HIV: 1) una cosa es la respuesta a la pregunta, no formulada, por el
estado civil (viuda) y 2) otra cosa es la respuesta a la pregunta, formulada, acerca de si se hizo el test de HIV (no). Dar a la
segunda pregunta, que pide una información de tipo sí/no, la respuesta de la primera es dar una información distinta de la
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solicitada y, en consecuencia, violar una máxima (cantidad) para producir una implicatura conversacional.
En cuanto a la cancelabilidad de las implicaturas, en principio corresponde al hablante: el mismo que realiza la
implicatura porque sus intenciones comunicativas son X, cancela esa implicatura para ratificar, por ejemplo, X. En el caso de
la señora: «Soy viuda [respuesta implicada: no]; en realidad nunca me lo hice [cancela la implicatura anterior al hacer explícita
su intención comunicativa]».
1) Hola! Tengo una duda que me surgió leyendo a Grice, y es que no me cierra del todo cómo una implicatura
conversacional generalizada no depende de la forma en que está enunciada la proposición según el principio de la no
separabilidad.
2) Ah!, y de paso pregunto otra cosa: ¿por qué Vidal considera a María tiene tres hijos como una implicatura conversacional
y no como una convencional?
3) Y ¿qué es una implicación lógica y qué una presuposición?
En primer lugar, la observación de Grice es que, si la implicatura no se basa en la violación de la máxima de modo (es
decir, de la forma en que se expresó la proposición), esa implicatura va a depender del contenido proposicional: va a depender
de lo que se dice, no de cómo se lo dice; en este sentido, la implicatura es no separable del contenido (no de la forma). Si es
una implicatura generalizada que depende de una locución familiar, añade Grice, va a tener un alto grado de no separabilidad
(la locución ya está dada con ese contenido).
En segundo lugar, Escandell pone María tiene tres hijos para sacar una inferencia lógica (María tiene hijos) y separar esta
clase de significado inferido de lo que es una implicatura conversacional: la inferencia lógica, a diferencia de la implicatura,
no puede ser cancelada.
Finalmente, la implicación lógica es la inferencia que se deduce de un enunciado: si decimos María tiene tres hijos,
podemos inferir que María tiene hijos; la presuposición es un conocimiento inferido a partir de cierta palabra clave.
• Por su lado, Carolina se refirió a la polémica Searle-Grice cuando escribió a la lista <linguistica@equipo-imca.com> lo
siguiente:
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