You are on page 1of 14

SISTEMA CORPORATIVO

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE SANTIAGO


(UTESA)
Recinto Santo Domingo de Guzmán

Presentado por
Cristi María Polanco Paulino 1-05-7371
Carina Rosario 1-15-4519

Tema
Revolución Industrial

Asignatura
Economía Política

Profesor
Mario Javier

Sección
106

Santo Domingo, D.N.


23 de Junio 2018
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

I. Con base a las características propias de cada una de las etapas que se
describen en las siguientes casillas del cuadro, explique los factores que condicionaron
o determinaron los cambios operados históricamente, desde la sociedad preindustrial,
pasando por la revolución industrial hasta la sociedad industrializada.

La Primera Revolución Industrial. Factores que la propiciaron


Los primeros signos de cambio que llevaron a la Revolución Industrial comenzaron en el
último tercio del siglo XVIII en Inglaterra.

Una serie de factores intervinieron en el proceso:


1. Transformaciones en sector agrario: permitieron incrementar los excedentes
alimentarios y disminuir la mortalidad catastrófica.
2. Transformaciones demográficas: implicaron un constante incremento de la
población y la emigración del campo a la ciudad.
3. Transformaciones en la industria: ésta pasó de ser artesanal a concentrarse en
fábricas que utilizaban máquinas y nuevas técnicas, lo que redundó en una producción
masiva.
4. Transformaciones en el comercio: los intercambios internacionales se intensificaron
y se creó un mercado nacional interno gracias al desarrollo de las comunicaciones y los
transportes.

Los sectores pioneros de la industrialización fueron el textil y el siderúrgico.

Factores de tipo endógeno


La revolución industrial tiene lugar gracias a una serie de factores que tienen que ver
exclusivamente con cambios en la propia industria, y en la economía, que es emplea en su
impulso. Estos son: el progreso tecnológico, la acumulación de capital y la política
empresarial.
El progreso tecnológico
Durante el periodo que se conoce como revolución industrial se multiplican las
innovaciones técnicas que se pueden aplicar en la industria. Este es un factor decisivo para
el proceso de revolución industrial, y condición indispensable para su desarrollo. Pero no
sólo se producen innovaciones tecnológicas, sino que, además, se aplican en el sistema
productivo, con lo que se consiguen reducir los costes unitarios.

La aparición de maquinaria en el trabajo, que era capaz de realizar las tareas que estaban
haciendo los obreros, supone un cambio en las relaciones entre el empresario y el
trabajador, y en las condiciones de compra y venta de la fuerza de trabajo; no sólo porque
las máquinas hagan la tarea de los obreros con mayor eficacia, sino, también, porque estos
deben hacer otro tipo de tareas, como el manejo de la máquina, y no el trabajo de
producción directo.

La acumulación de capital
Para que sea posible el uso de maquinaria en la industria, una condición previa es que los
empresarios que van a utilizarla tengan el capital suficiente como para desembolsar las
grandes cantidades de dinero inicial que cuestan las máquinas. Es necesario, pues, una
acumulación previa de capital. Esta acumulación se produce gracias al aumento de la tasa
de ahorro en la agricultura.

El desarrollo de estas instituciones financieras de préstamo está vinculado al negocio


mercantil, ya que en muchas ocasiones, para financiar una gran empresa comercial con el
extranjero era necesario el concurso de muchos empresarios dispuestos a invertir: de
compañías de seguros y de empresas de capital anónimo y por acciones.

La política empresarial
Además de la disponibilidad de tecnología y de capitales, fue necesaria una política
empresarial que estuviese dispuesta a aplicar esos avances en sus fábricas, y a pedir el
dinero necesario para comprar las nuevas máquinas.
La moral protestante utilitaria, y la ideología liberal que estaba surgiendo en la época,
favorecieron la asunción de riesgos económicos por el deseo de acumular riqueza. La
riqueza se había convertido en el nuevo modo de diferenciación social, que pronto sería
más importante que el nacimiento o la pertenencia a la nobleza o el clero.

Factores exógenos
Además de las circunstancias internas que favorecieron la revolución industrial, se dieron
otros factores externos que ayudaron a su implantación y difusión, como la situación en el
campo, el incremento demográfico, y el comercio internacional y nacional.

La contribución del campo


El campo proporciona a la industria emergente no sólo los capitales, sino, también, la
fuerza de trabajo sobrante en el campo, y las mercancías necesarias para alimentar a una
población que ya no vive del campo, y que por lo tanto debe comprar en el mercado los
productos necesarios para su alimentación.

El incremento demográfico
El aumento de población que se da gracias a que (o como consecuencia de) la revolución
industrial supone la ampliación del mercado de la fuerza de trabajo, lo que influye en sus
condiciones de contratación. Pero, además, el aumento de población también supone un
incremento de la demanda interna de productos, tanto agrícolas como industriales. Esta
emigración, que en principio afecta a los excedentes de población, pronto influyen también
a toda la población del campo, generando así un auténtico éxodo hacia la ciudad que dejará
despobladas amplias zonas rurales.

El comercio internacional
Sin embargo, y a pesar de todos los factores anteriores, la revolución industrial no hubiese
podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las
mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.
Esta es, también, la época del desarrollo del comercio y de los sistemas de transporte, se
crea una nueva tecnología de transportes, en la que el ferrocarril y el barco de vapor son los
reyes, ya que pueden transportar grandes cantidades de mercancía a una velocidad que
ningún otro sistema de transporte de la época es capaz de alcanzar. Además, la tecnología
del transporte demanda productos industriales, con lo que impulsa la revolución industrial.

Estos nuevos transportes se hacen necesarios no sólo en el comercio interior, sino también
en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados
nacionales e internacionales, en los que las mercancías pueden viajar libremente por el país
sin necesidad de pagar aduanas. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el
Tratado de Utrecht (1713), que liberaliza las relaciones comerciales de Inglaterra, y otros
países europeos, con la América española. Se termina con las compañías privilegiadas y
con el proteccionismo económico; y se aboga por una política imperialista y la eliminación
de los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y
comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de
propiedad.

II. El progreso y la prosperidad de los países dependen de la abundancia de


capital humano y físico y de la tecnología, pero estas son causas inmediatas. Resuma
las causas fundamentales que influyen en el progreso económico y social de los países.

Entre los resultados obtenidos cabe destacar, en primer lugar, que no se debe confundir
desarrollo económico con desarrollo humano, ya que una mayor renta per cápita no
garantiza un mayor bienestar social.

A este respecto, la desigualdad en la distribución de la renta también supone un obstáculo


para el desarrollo, aunque el mayor problema al que se enfrentan todos los países, no
solamente los menos avanzados, es la pobreza. Por ello, una de las prioridades en las
políticas económicas de los países y en los objetivos de las ayudas al desarrollo debe ser la
reducción de la pobreza.
La influencia más significativa sobre la economía del desarrollo procede, sin duda, de la
teoría del crecimiento económico, aunque se debe reconocer que el crecimiento económico
es un elemento necesario pero no suficiente del proceso de desarrollo debido a que éste es
un proceso multidisciplinar, que traspasa la esfera económica, integrando las dimensiones
social, cultural ambiental y política, entre otras. El combate de la pobreza pasa por la
generación de riqueza a partir de dicho crecimiento y por la aplicación de medidas de
política económica de creación de empleo y de redistribución del ingreso. Por tanto, debido
a la relevancia del crecimiento dentro de las economías, resulta conveniente exponer
brevemente las diferentes teorías y modelos que tratan de explicarlo.

Los economistas clásicos, estudian el tema del crecimiento e introducen conceptos


fundamentales como el de rendimientos decrecientes y su relación con la acumulación de
capital físico o humano, la relación entre el progreso tecnológico y la especialización del
trabajo o el enfoque competitivo como instrumento de análisis de equilibrio dinámico.

Pero desarrollo humano implica no sólo avances en ingresos, salud y educación, sino que
implica otras oportunidades que implican capacidad y libertad política, influir en las
decisiones políticas y compartir conocimientos. En este sentido, la revolución tecnológica,
junto con la globalización, ha permitido la mayor disponibilidad de información y la
posibilidad de expresar opiniones.

En general, hay indicios de mayor empoderamiento, tanto en términos de la capacidad para


expresar opiniones y actuar acorde a los propios valores como en cuanto a las instituciones
que permiten el ejercicio del poder. La mayoría de la población vive hoy en Estados
democráticos y la descentralización se ha expandido rápidamente, sobre todo en India y en
América Latina y el Caribe. Sin embargo, siguen existiendo grandes dificultades para la
participación y, pese a la democratización y la descentralización, el avance en la protección
de los derechos humanos ha encontrado obstáculos. Por todo lo visto hasta el momento, se
puede afirmar que, a pesar de las mejoras en el desarrollo económico y social de las
distintas regiones del mundo, se mantienen profundas desigualdades; la brecha que separa a
los países desarrollados de aquellos en desarrollo todavía es enorme y algunos aspectos
clave no muestran señales de convergencia. Además, y tras producirse la peor crisis
financiera que ha afectado al mundo en varias décadas, se ha puesto de manifiesto la
inestabilidad de muchos de los logros obtenidos en materia de desarrollo.

La economía clásica desarrolló la clasificación tripartita de los “factores de la producción”:


tierra, trabajo y capital. (A veces se incluía un cuarto factor, el empresarial, entendido como
el esfuerzo e ingenio necesarios para combinar u organizar los otros tres). En un momento
dado, y sujeto a ciertos supuestos, se determina el producto total de una economía por la
cantidad de factores de producción empleados. Esta clasificación y las diversas fórmulas
que de ella pueden derivarse, como, por ejemplo, la famosa ley de rendimientos
decrecientes, son indispensables para el análisis económico moderno. Sin embargo, como
marco para el análisis del desarrollo económico, esta clasificación es excesivamente
limitada. Presupone que los gustos, la tecnología y las instituciones sociales están dados y
son fijos, o bien lo que lleva a la misma conclusión, que no tienen nada que ver con el
proceso productivo. Ni que decir tiene que en la realidad histórica todos ellos están
estrechamente relacionados con el proceso productivo y todos están sujetos a
modificaciones. De hecho, los cambios tecnológicos e institucionales son la fuente de
cambio más dinámica de toda la economía. Son, por tanto, el manantial más profundo de
desarrollo económico.

Dicho de otro modo, al analizar la economía en un momento dado, o incluso en momentos


sucesivos, siempre que los intervalos no sean grandes, es permisible considerar factores
como los gustos, la tecnología y las instituciones sociales, parámetros, es decir, constantes,
de un sistema dentro del cual las cantidades y los precios de los factores convencionales de
la producción son las variables principales, sin embargo, cuando pasamos del análisis
económico a corto plazo al estudio del desarrollo económico, los parámetros se convierten
en las variables más importantes. Por lo tanto, para analizar el cambio económico en la
historia, es necesaria una clasificación más amplia de los factores determinantes del
producto.
La libertad económica ha sido la característica institucional que mayor grado de consenso
ha generado entre los investigadores, obteniendo un impacto favorable y significativo de la
misma sobre el crecimiento económico y la renta per cápita. Los investigadores suelen
evaluar el entorno político a través de variables como la estabilidad política y el grado de
democracia. En la forma más básica, la estabilidad política se reduciría la incertidumbre,
fomentando la inversión y, finalmente, la promoción del crecimiento económico.

La relación entre el crecimiento demográfico y económico ha atraído mucho interés sobre


todo en los últimos años. De las variables más utilizadas en los trabajos nos encontramos
con el crecimiento demográfico, la densidad de población, composición de la población y la
migración que parecen desempeñar un papel preponderante en el crecimiento económico.
Asimismo, la inestabilidad política supone un obstáculo para el desarrollo.

En cambio, el signo negativo del índice de control de la corrupción, aunque sólo afecta a la
renta per cápita, muestra que la corrupción favorece el desarrollo económico aunque no el
humano. Este resultado no entra en contradicción con el comentado anteriormente sobre el
índice de percepción de la corrupción, ya que según este indicador, el desarrollo humano
mejora cuando se reduce la corrupción, mientras que el indicador que elabora el Banco
Mundial sugiere que el desarrollo económico aumenta cuando hay más corrupción.

El desarrollo humano, fundamentalmente en su vertiente económica, ha despertado gran


interés entre los economistas. De esta forma, muchas han sido las teorías que se ha
elaborado en torno al desarrollo y, de hecho, las principales escuelas económicas han
tratado de elaborar su propia teoría explicativa sobre el desarrollo y el subdesarrollo.

A través de este trabajo hemos tratado de determinar cuáles son los factores que inciden en
el desarrollo, no sólo económico, sino también humano y social. Para ello se han utilizado
cuatro variables dependientes, el índice de desarrollo humano, el PIB por habitante, la
esperanza de vida y la tasa de alfabetización.
SOCIEDAD REVOLUCIÓN SOCIEDAD
PREINDUSTRIAL INDUSTRIAL INDUSTRIALIZADA
Mentalidad de tradición Transformación de la Mentalidad e innovación
mentalidad
Estabilidad productiva Despegue productivo Crecimiento económico
Demografía equilibrada Transición demográfica Demografía en expansión
Predomino productivo de la Revolución agrícola Predominio productivo de la
agricultura industria
Poblamiento rural Urbanización Poblamiento urbano
dominante dominante
Movilidad geográfica y Éxodo rural y revolución de Movilidad geográfica y
social y reducidas los transportes social constantes
Estructura social cerrada y Proceso de reemplazo Estructura social abierta y
rígida flexible
Analfabetismo general Fase de transición Alfabetización general
Manufacturas y Proceso de reemplazo Industria y maquinas
herramientas
Talleres artesanales Fase de transición Fabricas mecanizadas
Artesanos y gremios Etapa de coexistencia Proletariado industrial y
sindicatos
Pobreza material general Introducción de mejoras Bienestar material creciente

SOCIEDAD PREINDUSTRIAL

Estabilidad productiva
Se refiere a toda situación caracterizada por la ausencia de grandes variaciones en el nivel
de producción, renta y empleo, junto con poca o nula inflación (variación de precios).

Demografía equilibrada
Es aquella población que posee un crecimiento cero de la población. Podemos decir que
una población en cero o nula es aquella población en la que al menos durante dos tiempos o
momentos distintos la diferencia neta entre los nacimientos, las muertes y la migración es
cero. Las tasas de mortalidad eran muy elevadas, aunque se compensaban con altas tasas de
natalidad.

Predominio productivo de la agricultura


La principal fuente de riqueza provenía de la agricultura y la ganadería. La industria tenía
poca importancia y era de carácter artesanal. Los excedentes alimentarios eran escasos.

Poblamiento rural dominante


El desarrollo urbano era escaso. Predominaba el hábitat rural y las ciudades grandes y
medias eran poco numerosas.

Movilidad geográfica y social y reducida


Los intercambios comerciales eran limitados, predominando los realizados a larga
distancia, por barco. Las comunicaciones terrestres eran malas y escasas. Los medios de
transportes lentos y primitivos.
Manufacturas y herramientas
Era una actividad poco productiva, por cuanto se utilizaban técnicas bastante primitivas.
Todas las faenas se hacían a mano, con el concurso de la fuerza animal (mulos, asnos).
Además una buena parte de las tierras se dejaban en barbecho, es decir, no se cultivaban, a
fin de darles tiempo a recuperarse tras varias siembras.

Talleres artesanales, Artesanos y gremios


La industria era de tipo artesanal, no empleaba máquinas, sus operarios estaban
encuadrados en los gremios.

Pobreza material general


La falta de alimentos, las enfermedades epidémicas y la ausencia de una medicina efectiva,
provocaban auténticas catástrofes demográficas.
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Transformación de la mentalidad
Complejidad creciente de las sociedades abiertas de clases.

Despegue productivo
Aparición y extensión del industrialismo o capitalismo industrial.

Transición demográfica
Implicaron un constante incremento de la población y la emigración del campo a la ciudad.

Revolución agrícola
Permitieron incrementar los excedentes alimentarios y disminuir la mortalidad catastrófica.

Urbanización
El aumento de población que se da gracias a que (o como consecuencia de) la revolución
industrial supone la ampliación del mercado de la fuerza de trabajo, lo que influye en sus
condiciones de contratación. Pero, además, el aumento de población también supone un
incremento de la demanda interna de productos, tanto agrícolas como industriales.

El aumento de población supone una carga para las familias jornaleras y los pequeños
propietarios del campo, por lo que se comienza una emigración del campo a la ciudad en
busca de nuevas oportunidades. Esta emigración, que en principio afecta a los excedentes
de población, pronto influye también a toda la población del campo, generando así un
auténtico éxodo hacia la ciudad que dejará despobladas amplias zonas rurales.

Éxodo rural y revolución de los transportes


Como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo
de campesinos hacia las ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. La
ciudad industrial aumentó su población como consecuencia del crecimiento natural de sus
habitantes y por el arribo de este nuevo contingente humano. La carencia de habitaciones
fue el primer problema que sufrió esta población socialmente marginada; debía vivir en
espacios reducidos sin comodidades mínimas y carentes de higiene. A ello se sumaban
jornadas de trabajo, que llegaban a más de catorce horas diarias, en las que participaban
hombres, mujeres y niños con salarios miserables, y carentes de protección legal frente a la
arbitrariedad de los dueños de las fábricas o centros de producción. Este conjunto de males
que afectaba al proletariado urbano se llamó la Cuestión social, haciendo alusión a las
insuficiencias materiales y espirituales que les afectaban.

Sin embargo, y a pesar de todos los factores anteriores, la Revolución industrial no hubiese
podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las
mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.

Estos nuevos transportes se hacen necesarios no solo en el comercio interior, sino también
en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados
nacionales e internacionales. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el
Tratado de Utrecht (1713) que liberaliza las relaciones comerciales de Inglaterra, y otros
países europeos, con la América española.

Se termina con las compañías privilegiadas y con el proteccionismo económico; y se aboga


por una política imperialista y la eliminación de los privilegios gremiales. Además, se
desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y comunales, para poner en el mercado
nuevas tierras y crear un nuevo concepto de propiedad. La Revolución industrial generó
también un ensanchamiento de los mercados extranjeros y una nueva división internacional
del trabajo (DIT). Los nuevos mercados se conquistaron mediante el abaratamiento de los
productos hechos con la máquina, por los nuevos sistemas de transporte y la apertura de
vías de comunicación, así como también, mediante una política expansionista.

Introducción de mejoras
El desarrollo de nuevas tecnologías, como ciencias aplicadas, en un receptivo clima social,
es el momento y el sitio para una revolución industrial de innovaciones en cadena, como un
proceso acumulativo de tecnología, que crea bienes y servicios, mejorando el nivel y la
calidad de vida. Son básicos un capitalismo incipiente, un sistema educativo y espíritu
emprendedor. La no adecuación o correspondencia entre unos y otros crea desequilibrios o
injusticias. Parece ser que este desequilibrio en los procesos de industrialización, siempre
socialmente muy inestables, es en la práctica inevitable, pero mensurable para poder
construir modelos mejorados.

SOCIEDAD INDUSTRIALIZADA

Mentalidad e innovación
Destacó el químico, gracias al cual se obtuvieron productos como el caucho, colorantes
sintéticos, explosivos (dinamita) o fibras artificiales como el nailon. Otro relevante sector
puntero fue el alimentario (latas de conserva, frigoríficos industriales, etc.). El sector
siderúrgico siguió conservando su importancia. El ferrocarril demandaba gran cantidad de
componentes industriales. El Convertidor Bessemer permitió la elaboración de acero de
calidad. La industria de armamentos creció significativamente.

Crecimiento económico
Una de las características más importantes de la sociedad industrial es la transformación de
las estructuras económicas y sociales que supuso. La burguesía, que había aparecido con
los gremios artesanos y la acumulación de riqueza, pasó ahora a ser propietaria de las
fábricas. Se convirtieron en una de las capas más económicamente favorecidas de la
población, lo que les llevó también a ocupar poder político.

Al mismo tiempo, los antiguos campesinos que emigraron a la ciudad acabaron trabajando
en las fábricas, la mayoría de las veces en condiciones lamentables. Esto les llevó a
organizarse, con lo que aparecieron los primeros movimientos obreros.

Predominio productivo de la industria


La necesidad de materias primas hizo que los países buscaran apoderarse de territorios con
objeto de conseguirlas lo más baratas posibles, dando lugar al fenómeno del imperialismo.
Por otro lado, en su deseo de vender sus productos manufacturados, entraron en
competencia con otras potencias, originando tensiones políticas y militares que
desembocaron en la Primera Guerra Mundial.

Poblamiento urbano dominante


El crecimiento de las ciudades no fue acompañado de una planificación urbana, de ahí la
carencia de servicios básicos: agua corriente, alcantarillado, etc. La falta de higiene era
absoluta

Estructura social abierta y flexible


La Rev. Industrial alteró la estructura social, reafirmando la sociedad de clases, dando
primacía a la burguesía.

Industria y maquinas
La producción se concentró en fábricas que utilizaron máquinas y nuevas técnicas.

Proletariado industrial y sindicatos


La palabra proletario deriva de “Prole”, es decir, familia, descendencia, su única posesión.
Es otra forma de designar fundamentalmente a los obreros industriales que vivían en las
ciudades. Su número fue incrementándose a medida que el proceso de industrialización
eliminaba a la agricultura como elemento esencial de riqueza.

En los inicios de la revolución industrial las condiciones de vida de los obreros fueron muy
difíciles. Sometidos a extenuantes jornadas de trabajo en fábricas, sin condiciones de
higiene y seguridad, percibiendo bajos salarios, carecían de derechos laborales y de seguros
de jubilación o paro.

Constantemente estaban expuestos a caer en la mendicidad. Vivían hacinados en barrios


miserables junto a las fábricas y minas. Fueron discriminados salarialmente por razón de
sexo y edad, siendo las mujeres y niños los peor remunerados. A lo largo del siglo XIX
fueron organizándose en sindicatos y partidos políticos, tomaron conciencia de su situación
y lograron mejorar sus condiciones de vida.

You might also like