Professional Documents
Culture Documents
La doctora cree que “el no contar con los recursos en los centros de salud
pública, sumado a la alta presión –que además limita el poder acceder a
una actualización permanente-, hacen que en la medida en que el
profesional adquiera otras necesidades de tipo económicas, como lo son
formación de una familia, acceso a una buena educación para los hijos,
etc., -aspiraciones todas, que cualquier profesional tiene el derecho
anhelar-, pero que lamentablemente, para un gran número de médicos,
éstas sólo se lograrán desempeñándose en una institución de tipo
privada.
Sin embargo, esto último es cada día más difícil porque las instituciones
privadas exigen cada vez más, el contar con la especialización, lo que
prolonga los estudios de medicina como mínimo a un total de 10 a 12
años, pero con lo que el médico tendrá mayores oportunidades de
trabajar eficientemente en un ambiente más grato y menos tensionado, lo
que contribuye a su calidad de vida personal. Por eso es altamente
probable que de no cambiar las cosas, cada día se hará más difícil
encontrar médicos que tengan la intención de dedicarse a horario
completo y en forma exclusiva a trabajar en el sistema de salud pública. A
pesar de todo, nosotros, como Universidad de Chile, no perdemos la
esperanza que las cosas mejoren y continuamos manteniendo nuestro
sentimiento y vocación de servicio público, teniendo como meta formar
profesionales de calidad, con espíritu de crítica positiva, pero que a la vez
sean capaces de eficientemente contribuir a mejorar las condiciones de
salud del país”.
La principal crítica realizada por quienes hacen uso de los centros de salud
pública es la carencia de profesionales que participan en los centros de
atención primaria. Pero ¿cómo se puede explicar que haya una falta de
médicos cuando el número de matriculados y de egresados de las
universidades, en los últimos cinco años, se ha mantenido?
La doctora Sanhueza, en tanto, estima que también “existe una muy baja
disponibilidad de becas de formación pagadas por instituciones por
empresas privadas o por el Estado, y aunque los egresados tengan el
interés por especializarse, para quien ha estado siete años estudiando,
continuar, por ejemplo, por tres años más es difícil, porque implica
muchas veces un autofinanciamiento con un costo familiar y económico
muy importante, y para muchos una condición de muy alta exigencia, ya
que junto con rendir bien en lo que son los requerimientos propios de la
beca, en forma paralela deben trabajar para sustentarse, haciendo turnos
de noche o de reemplazo o en sistemas de rescate, lo cual resulta bastante
cansador y estresante”.
¿Soluciones?
Hoy urge una verdadera refundación del sistema sanitario chileno. Hablamos de una
reforma tan profunda a las bases del sistema como la que se requiere en educación.
Entre los muchos cambios que deben llevarse a cabo, hay cuatro temas de fondo que nos
parecen fundamentales. Cualquier reforma que se haga sin abordar estos puntos
resultará cosmética o, peor aún, se traducirá en mayores ganancias para los privados,
como ha pasado con los cambios introducidos hasta ahora.
Otro aspecto fundamental que debe incluir cualquier reforma estructural al Sistema de
Salud chileno es una nueva relación con los trabajadores. El recurso humano es el motor
del sistema y en Chile, desde hace 30 años, ha habido una sistemática precarización
laboral en el sistema público, lo que ha provocado la actual carencia de profesionales,
sobre todo médicos, tanto especialistas como generales, enfermera/os y matronas, debido
a su migración al sistema privado.
Parte del fortalecimiento del sistema pasa también por asegurar estabilidad laboral,
carrera funcionaria, condiciones adecuadas para el desempeño de la profesión y opción
de capacitación y formación permanente, en todos los niveles, desde la atención primaria
hasta los hospitales de alta complejidad.
3. FINANCIAMIENTO SOLIDARIO
La lógica de financiamiento de la salud en Chile ha generado gran desigualdad y
segregación, dado que la distribución del gasto sanitario privilegia al sector privado. A eso
se agrega el hecho de que la mayor fuente de financiamiento en salud (37% del total)
proviene directamente del bolsillo de las familias. Esto es sumamente negativo pues se
trata de un gasto regresivo que, en casos de enfermedades catastróficas, pueden llevar a
las familias a la pobreza.
El sistema privado, al que se destina el 57% de los recursos que el país gasta en salud,
beneficia a la población con mayores ingresos, más joven y sana. Mientras, el sistema de
Salud Pública, desfinanciado, debe cubrir las necesidades de más de 13 millones de
habitantes, de menores ingresos, de mayor edad y por ende, con mayores factores de
riesgo de enfermar.
Lograr un cambio que termine con los graves problemas del Sistema de Salud implica
realizar una reforma profunda a la manera cómo éste se financia. Una forma es avanzar a
un esquema basado en impuestos generales (modelo inglés). Esto implica reconstruir el
sistema en torno a una lógica solidaria, dado que los que tienen más recursos deberán
aportar más.
Pero si los recursos provienen de impuestos que recauda el Fisco, estos no pueden
terminar en el actual sistema de aseguramiento privado con fines de lucro. Como lo
hicimos notar en nuestra primera columna, ese sistema produce segregación y gran
desigualdad. ¿Qué hacer con las Isapres entonces? Por lo pronto, no deben seguir
administrando el 7% legal que se saca de los ingresos de los chilenos y que funciona
como un impuesto para la seguridad social. Estos recursos deben ser destinados para
asegurar la salud de todos.
No nos oponemos, a priori, a la existencia de prestadores de salud privados. Y se puede
pensar en el aseguramiento privado para el ámbito de seguros complementarios. Sin
embargo, consideramos que la salud no puede ser un terreno de enriquecimiento, dado
que esto niega la calidad de la salud como derecho humano. En este sentido, de existir
prestadores y clínicas estás tendrán que ser sin fines de lucro.
4. DEMOCRATIZACION Y PARTICIPACION
Actualmente nuestro Sistema de Salud es sumamente jerarquizado y con nula
participación de la comunidad. La participación se ha entendido solamente desde una
perspectiva consultiva. Las recomendaciones de los últimos 30 años de organismos
internacionales, como la Organización Panamericana de la Salud, define que la
participación social es uno de los puntos básicos de los procesos de modernización y
reforma de la gestión pública.
Involucrar a los propios trabajadores del sector salud en la generación de las políticas
públicas en el área, así como también generar modelos de gestión participativa de las
instituciones, es un paso necesario para alcanzar un sistema sanitario de calidad.
También es necesario alcanzar mayor involucramiento de la comunidad principalmente a
nivel de la atención primaria.
Las reformas enunciadas aquí no son fáciles de implementar. Requieren revertir una
forma de ver la política pública que ha regido por varias décadas, sostenida por
colectividades políticas que, más allá de lo que piensen sobre el rol del Estado, han
dejado que la Salud Pública sea desmantelada.
Es poco probable que sean esas colectividades con sus candidatos, las que de motu
proprio rectifiquen lo hecho por años. Siguiendo el ejemplo de los estudiantes -y como
ellos han logrado producir una discusión inédita en la educación-, los cambios en
salud requieren de un movimiento social empoderado que impulse transformaciones, que
desnaturalice el actual estatus quo del sistema, cuestionando sus pilares estructurales. De
lo contrario, continuaremos con soluciones parche que sólo empeoran la situación.
LA SOLUCIÓN DE PROBLEMAS EN SALUD PÚBLICA
Es la disciplina encargada de la protección de la salud a nivel poblacional. Tiene como
objetivo mejorar la salud de la población, así como el control y la erradicación de las
enfermedades.
QUE ES SALUD PÚBLICA?
CUALES SON LAS FUNCIONES DE LA SALUD PUBLICA?
Hacer seguimiento, evaluación y análisis de la situación de salud.
Hacer vigilancia, investigación, control de riesgos y daños en salud pública.
Hacer promoción de la salud y participación de los ciudadanos en la salud.
Desarrollar políticas y capacidad institucional de planificación, y gestión en materia de
salud pública.
Fortalecer la capacidad institucional de regulación, y fiscalización en materia de salud
pública.
Hacer evaluación y promoción del acceso equitativo a los servicios de salud necesarios.
Desarrollar recursos humanos y capacitación en salud pública.
Realizar y garantizar el mejoramiento de la calidad de los servicios de salud individuales
y colectivos.
Reducción del impacto de las emergencias y desastres en la salud.
HISTORIA
La salud pública como ciencia apenas tiene poco más de un siglo de existencia, pero
manifestaciones del instinto de conservación de la salud de los pueblos existe desde los
comienzos de la historia de la humanidad. Sin embargo la inclusión de la restauración de la
salud es una adquisición relativamente reciente.
Los egipcios, según Heródoto, eran el más higiénico de los pueblos. Practicaban la higiene
personal, conocían gran número de fórmulas farmacéuticas, construían depósitos de arcilla
para las aguas de bebida y canales de desagüe para las aguas residuales.
La civilización griega presta más atención a la limpieza personal, al ejercicio físico y a las
dietas alimenticias que a los problemas del saneamiento del medio.
El imperio romano es famoso por sus actividades en los campos de la higiene personal con
la construcción de baños públicos y de la ingeniería sanitaria con la construcción de
acueductos.
20. Nombrar en los más altos cargos a personas con gran experiencia,
probidad e indiscutible liderazgo gerencial. Los problemas por resolver
son tan complejos que se necesita el concurso de los mejores. Además,
debe generarse un plan de capacitación para nuevos directores de
clínicas y hospitales y para administradores.
https://www.elquintopoder.cl/salud/13-cosas-de-la-crisis-de-la-salud-
publica-en-chile-que-probablemente-usted-ni-el-ministro-manalich-
conocen/