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4) ¿ A qué se dedica ¿
Ángel de antonio
Cecilia Christiansen, la Mejor Matemática de Suecia en 2011, es partidaria del poco y bien,
y de aprender a pensar
--Depende. Si me pregunta en Finlandia, le contesto que sí, que muy bien. Si me pregunta
en Singapur, le digo que sí, que muy bien. Si me pregunta en Suecia, pues depende del
colegio. Y si me pregunta en Madrid, contestaría que depende del colegio, también.
-Sí. Exactamente.
--¿Es verdad que los hombres son mejores matemáticos que la mujeres?
--Tendría que decir no, pero sí. Bueno, es distinto. Porque los hombres tienen mucha más
facilidad para lo abstracto. Yo, la diferencia que veo entre chicos y chicas, porque trabajo
con los dos, es que los chicos quieren hacer mucho aunque no entiendan, y luego entienden
haciendo, en cambio las chicas quieren primero entender y luego hacer. Claro, la primera
impresión que se produce es que las chicas no saben, porque no hacen, pero quieren
entender. Sin embargo, parece que el chico sabe mucho, pero no entiende nada, solo hace, y
luego entiende. O sea, a la larga, los dos entienden, pero la manera de llegar allí es
completamente distinta.
-Lo que sí es una realidad es que los grandes matemáticos han sido hombres.
--¿Hay que tener una capacidad especial, muy alta, un coeficiente intelectual
considerable, para estudiar Matemáticas en la universidad?
--No. Pienso que mejor no. Porque los que tienen un coeficiente intelectual muy alto casi ni
necesitan ir a la universidad, los normales van, y van aprendiendo poniendo como piezas,
como un lego. Van construyendo, poco a poco, haciendo un cuerpo matemático.
--Sí y no. Sí, porque las Matemáticas tienen una parte abstracta que la lectura no tiene, por
ejemplo, o en la Ciencia no se da de la misma manera. Las Matemáticas son el idioma de lo
abstracto, para expresar realidades que no se tienen enfrente. Yo diría que lo más
importante no son las Matemáticas en sí, sino el saber pensar. Y las Matemáticas son como
un arma para aprender a pensar. Pero si me dice: elige entre Idiomas y Matemáticas,
contesto que no son intercambiables, las dos cosas se complementan.
-PISA examina en Ciencias, Comprensión Lectora y Matemáticas. ¿Por qué no, por
ejemplo, en Música, Latín y Griego clásico?
--Yo también he estado pensando mucho sobre eso, aunque no con la Música ni en el
Griego Clásico, en realidad. Porque la Música me parece muy difícil de medir. La Música
queda descartada porque globalmente es difícil medirla.
-Sí, pero la recolección de datos es más difícil. PISA no mide la capacidad colaborativa, no
mide la capacidad de comunicar, no mide la capacidad de hacer un razonamiento, sino que
mide cosas muy específicas.
--¿Qué es lo que hace que una escuela sea realmente una buena escuela, una escuela
de calidad?
--En primer lugar, profesores que sean profesores de vocación, profesores de verdad,
profesores que tengan conocimientos de su materia específica, mucho y muy bien, que se
apasionen con lo que hacen, que disfruten viendo la mirada del alumno que aprende algo,
que esa mirada les haga vibrar, que tengan capacidad de transmitir lo que saben y que les
importe el alumno. Con un profesorado así, con ánimo de compartir también con otros
profesores... Bueno, en este momento hay que saber también de tecnología, saber cómo se
manejan en este punto los alumnos. Con profesores de este calibre, no he visto un colegio
que no funcione.
--Me parece importante. Cuando vienen los chicos, con cinco o seis años, ya se ve: este
niño va a tener problemas, a ese niño le va a ir muy bien, este niño sabe colaborar. La
familia tiene un papel superimportante sobre todo entre los dos y los seis años,
fundamental. Y luego, porque en casa se apoya lo que hace el colegio. Pero en el colegio,
claro, lo que yo veo es el profesorado.
--La enseñanza secundaria en España tiene un alto grado de fracaso escolar y los
resultados globales son pobres. Usted conoce nuestro sistema. ¿Dónde piensa que está
el punto clave para que mejoremos, para revertir esa situación?
--En aprender a pensar. Enseñar a los alumnos a aprender. No solamente rellenar, sino
impulsar a tener hambre de aprender. A formar alumnos que quieran aprender, que tengan
curiosidad y que puedan desarrollar su creatividad. A mí me parece que se hacen
demasiados ejercicios de copia, lo que mata la creatividad del alumno. Hay que dejar
puertas abiertas para poder resolver problemas de distintas maneras, y luego que haya más
colaboración entre los alumnos.
--Sin embargo, usted, es una enamorada de las nuevas tecnologías, sobre todo de la
pizarra digital.
--Pero eso es el resultado de un proceso bastante largo. El proceso comenzó con que, cada
año, en Suecia, tenemos una reunión con la directora del colegio en el que decimos cuál es
la meta para el próximo año, una meta personal. Hace unos seis o siete años, mi meta
personal era demostrar al mundo que las pizarras digitales no sirven. Y lo dije a la directora
y estaba muy contenta. Iba a ser un estudio profundo y sistemático para demostrar que las
pizarras digitales no funcionan. Me pareció que le gustó porque sabía que, si se demostraba,
se ahorraba mucho dinero en el colegio. Y comencé a investigar. Descubrí que la pizarra
ayudaba a generalizar de una manera más fácil, ayudaba a pasar de lo concreto a lo
numérico y de ahí a lo abstracto, y ayudaba a discutir en clase sobre un mismo tema. Y eso
es muy importante. Con la pizarra, había sorpresas didácticas, pedagógicas, nuevos modos
de explicar un contenido que era difícil de explicar y de entender de otra manera, o nuevas
formas para que un alumno entendiera.
--Están muy de moda, como sabe, los cursos online. ¿Pueden sustituir a los cursos
presenciales?
-Sí. Yo he hecho cinco cursos online en universidades de Suecia, que hubiera sido
imposible realizarlos de otra manera. Siendo online, son a la hora que puedo, si la profesora
va muy lenta puedo acelerar, puedo saltarme cosas que me parece que no hacen falta. Y
siempre hay la posibilidad de entregar trabajos, discutirlos en equipo, etc.
--Puede que sí. Pienso que sí. Antes pensaba que no. Ahora pienso que es muy posible,
porque es mucho más práctico.
--No sé lo que pasará dentro de dos años, pero en este momento pienso que los colegios se
convertirán en reuniones como hacían los antiguos griegos, para intercambiar ideas. Quizá
los alumnos vengan al colegio, intercambiarán ideas, el profesor verá cómo va cada
alumno, y le dirigirá para que se mantenga en la ruta que le va a llevar a la meta que el
alumno mismo quiere. Pero acaso no haya que sentarse todos los días en una silla dura.
--He tenido la impresión, al leer su biografía, que no le gustan los libros de texto. No sé
si es una impresión falsa.
--Más que no me gusten los libros de texto es que no me gustan los libros de texto de hoy.
Al menos los de Matemáticas, y en Suecia (no he analizado textos de España), son cada vez
más fáciles porque los alumnos leen peor. Se quita texto, se ponen más imágenes y los
ejercicios se hacen más fáciles. De modo que el profesor no necesite ayudar tanto al
alumno. Con lo que se ha conseguido que todo el país sea un poco más torpe.
-En utilizar cajas, y cerillas de fósforos, para hacer visible la variable equis. Es un método
solo para el colegio, claro, hasta los 16 años. A partir de entonces, a las ecuaciones ya las
consideraríamos salvadas, habría que seguir trabajando. Esto es manipulativo para pasar de
lo concreto a lo algrebraico, y luego seguir con lo general en cursos superiores.