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REVISTA ELECTRÓNICA DE CIENCIA, TECNOLOGÍA, SOCIEDAD Y CULTURA. ISSN 2174-6850. Divulgando conocimiento desde 1988. Búsqueda  

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La Teoría de campo de la Física explica la


creatividad y la sincronicidad
Estos fenómenos serían dos manifestaciones del campo cuerpo-mente, en el primer caso, y
del campo organismo-entorno en el segundo

El ser humano se halla inmerso en dos dualidades existenciales de la máxima importancia en su


desarrollo. La primera es la dualidad cuerpo‐mente, cuya integración le lleva a un desarrollo
máximo de la consciencia personal. La otra es la dualidad individuo‐sociedad, cuya integración lleva
al ser humano por el camino del desarrollo transpersonal. Ambos aspectos de la existencia humana
se pueden tratar desde la Teoría de campo. La creatividad y la sincronicidad son dos
manifestaciones de ese campo unificado. Del campo cuerpo‐mente en el primer caso y del campo
organismo‐entorno en el segundo. Por Sinesio Madrona.

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Gestalt es una palabra alemana que se puede


traducir por totalidad, completitud, estructura,
forma, configuración..., pero cuyo significado es
más amplio y complejo, por lo que se ha dejado sin
traducción en la mayoría de los idiomas (en todos
de los que tengo noticia).
 
La teoría gestalt de campo en la terapia gestalt de
Perls , Hefferline y Goodman (1951) tiene sus raíces
por una parte en la psicología gestalt [1] Gmail for Work
(Wertheimer , Köhler y Koffka ) y por otra en las
Ahora puedes verte más profesional
teorías de campo de la sociología, sobre todo de
con un e-mail personalizado.
Kurt Lewin (1951), y también en las biológicas:
“teoría organísmica ” de Goldstein. Es asimismo
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importante la influencia de los pragmatistas
americanos James, Dewey y Mead.
 
Esta teoría gestalt de campo, como mostré en un
artículo previo de Tendencias21, es Tweets por ​@Tendencias21
Imagen: Robert Delaunay, Le Premier Disque. Fuente: Wikimedia estructuralmente homóloga (Bertalanffy, 1968,
Commons. teoría de sistemas), en el marco humano, a la
Tendencias21
Teoría de campo de la Física. Así, introduce en la
​@Tendencias21
psicología y la psicoterapia el concepto de campo organismo-entorno (individuo-sociedad).
  ¿#SabíasQue Los bebés comunican sus dudas de
forma no verbal? bit.ly/1RBvZye
En una contribución personal a esta teoría de campo, y para resolver con una teoría integrativa distintas
posiciones que se dan en la terapia gestalt, desarrollé la teoría de “los tres campos ”. En ella también considero
4h
que el continuo cuerpo-mente, al que llamo ‘campo organísmico’, se puede integrar en esta visión de una
realidad que trasciende las categorías. El campo del continuo cuerpo-mente está anidado en el continuo
organismo-entorno. Tendencias21
​@Tendencias21
Esta manera de concebir la relación individuo-sociedad va, a mi entender, más allá de lo que Bartra llama una Insertar Ver en Twitter
“prótesis cultural del cerebro ” e implica una experiencia más compleja y más total. Más en el sentido de: “la
realidad [...] es que formamos un continuo con el entorno y con la sociedad en el que todos somos un uno
indivisible...”, como ha escrito Eduardo Martínez de la Fe en Tendencias21. Un campo como decimos en terapia DESTACADOS EN MEGATENDENCIAS
gestalt. Y sigue E. Martínez: “El continuo individuo-sociedad es similar al espacio-tiempo de Einstein o al continuo
sujeto-objeto derivado de la ciencia del conocimiento: una realidad no puede explicarse sin la otra.” Es decir, si
estamos en un campo no podemos prescindir de uno de sus polos, carece de sentido pensarlo así. 

Intercambio de partículas... y de información

La Teoría del campo unificado de la física implica que: “...las fuerzas entre los objetos pueden describirse por los
Las partículas son entes imaginarios
efectos de los “campos” [...] los campos pueden describirse en términos de intercambio de partículas que
transfieren el momento y la energía entre los objetos”. Si nos basamos en la teoría de Vlatko Vedral
(Tendencias21) y otros (Tendencias21) podemos sugerir que ese intercambio de partículas es, al fin y al cabo, un
intercambio de información.
 
En base al planteamiento de la teoría de sistemas (Bertalanffy, 1968), concebimos la homología de las
estructuras en diferentes niveles de la realidad (físico, químico, biológico, psicológico, social...). Así, si
trasladamos la teoría del campo unificado de la física al terreno macroscópico, podemos entender que esas La materia es la forma en que la realidad se
“fuerzas entre los objetos” pueden referirse perfectamente a las tensiones e intercambios que se producen entre dibuja a sí misma
dos polos diferenciados cualesquiera.
 
En el ser humano, esas tensiones e intercambios se producirían entre el cuerpo y la mente -en un nivel de la
realidad humana- y entre su organismo y su entorno, en otro de los niveles. Por tanto, podríamos concebir que
entre el cuerpo y la mente y entre el organismo y su entorno se da un intercambio recursivo de información. Por
tanto, la interacción humana se puede concebir como un “campo unificado ” (Parlett, 1991) y lo mismo ocurre
con la intro-acción.
 
El self como función de campo
 
El resultado del campo que constituyen dos polaridades está más allá del significado de cada uno de los polos
que lo forman (Tendencias21 ). Así, el campo organísmico es ‘algo más’ que cuerpo y mente. Es otra cosa. Por
ejemplo, el agua es y no es oxigeno e hidrógeno; es agua sin dejar de ser, al mismo tiempo, sus componentes. Así
el cuerpo-mente es ¡otra cosa!, más allá del cuerpo y de la mente, aunque no sea ‘más que’ cuerpo y mente. Traemos más diseño a tu vida
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Lo mismo ocurre con el campo organismo-entorno, es más que la experiencia de la interacción del individuo con
el entorno. La experiencia integrada de ambos campos trasciende las divisiones mentales. Ese traspasar las
divisiones mentales implica experimentar el “instante revelador” del que hablo en otro artículo de Tendencias21.
 
A la función que une el campo organismo-entorno y fluye como “fuerza entre los objetos”, la terapia gestalt la
denomina self (sin traducir). Añado que en terapia gestalt el ‘entorno’ es normalmente otra persona. Así
hablamos del self de una relación interpersonal. El self, al ser una función del campo, una propiedad del mismo,
no ‘pertenece’ ni al individuo, ni al entorno; a ninguno de los individuos de la relación interpersonal. Es algo que
se activa entre ambos en un momento dado. Como en el electroimán, en el que se produce el campo al activar la
corriente eléctrica [2].

La voluntad del campo de fuerzas


Artículos relacionados  
Para entender la manifestación del self deberíamos entender
La consciencia como espiral matemática primero el comportamiento del campo en una de sus
manifestaciones más sencillas, como ocurre en Física. En el
El Yo es un concepto con fecha de campo electromagnético, no podemos decir que su
caducidad manifestación sea responsabilidad de un polo o del contrario.
De la misma manera, el campo gravitatorio no es
La paradoja como medio de comprensión: ‘responsabilidad’ de un cuerpo en particular (por ejemplo,
¿nueva fase de la conciencia humana? hablar de la fuerza de gravedad en la Tierra, como si fuera algo
exclusivo del planeta), sino de toda la masa del Universo.
La paradoja de la subjetividad: para
 
conocer, el sentimiento también es
Pero podemos ir más allá con el ejemplo del imán. Las
necesario
limaduras de hierro normalmente se aglomeran en los polos.
Pero si ponemos una hoja de papel, vemos cómo se forman
El conocimiento de la creatividad
unas líneas de fuerza que revelan  la existencia de un fenómeno
evoluciona en conciencia y complejidad
que antes no veíamos.
 
Esta imagen del papel es fructífera para entender lo que ocurre con el campo organismo-entorno. Si no ponemos
el ‘papel’ de un conocimiento que nos diga ‘donde mirar’ no podremos ver. La tendencia natural de nuestro yo,
con su visión parcial, monocular, es sumarse a un polo (aglomerarse en un polo). Inclinados así por el yo, no
llegamos a percibir el campo que existe cuando consideramos la totalidad. Esto nos lo dijo ya Kuhn (1962)
cuando nos contó que para observar un hecho hay que disponer de un paradigma que nos diga donde mirar.
 
Así en ese self ‘ocurren cosas’ que no son ‘voluntad’ de ninguna de las personas que intervienen en él por
separado. Podríamos decir que es ‘voluntad’ del campo, si es que eso se pudiera entender así [3]. El fenómeno es
una propiedad del campo. Así como el magnetismo y la gravedad son propiedades de un campo, así es el self,
propiedad del campo organismo-entorno.
 
Un ejemplo puede aclarar algo esta cuestión: dos personas pueden llegar a una conclusión, idea, propuesta...
nueva al mismo tiempo, algo que no estaba en su relación momentos antes. Actualmente, hay pruebas objetivas
de este fenómeno. Por ejemplo, un intercambio simultáneo de correos electrónicos sobre una cuestión nueva
surgida al mismo tiempo en ambas personas. Es un fenómeno que se percibe como más allá de la voluntad
individual de cada una de las personas y resulta una experiencia fascinante (Delacroix, 2006). En el campo se
produce una interacción sinérgica de ambos polos, de ahí su amplitud expresiva.
 
Muchas parejas, no necesariamente matrimoniales, pues pueden ser de trabajo o tener algún otro vínculo
familiar, conocen esta experiencia: les habrá ocurrido alguna vez mencionar una misma palabra, idea,
propuesta, recuerdo... en el mismo momento. Ahora podemos entender este hecho como un fenómeno de
campo. Lo que ocurre en un campo sucede simultáneamente en todo él (Laszlo, 1993). Según este autor, no hay
límites a la velocidad de trasmisión ondulatoria porque es un fenómeno que no depende de la materia-energía,
sino de la información-forma.
 
Por tanto, en un campo organismo-entorno suceden cosas que no podemos explicar con la epistemología lineal
cartesiano-newtoniana, pues no es una cuestión de causa-efecto, sino de simultaneidad (aunque ésta no sea la
palabra exacta para calificar el hecho). Algo que nuestro paradigma lineal no puede entender.
 
Como el campo se extiende más allá de la interacción directa entre dos personas, podemos también atribuir a
este fenómeno el que dos o más personas, sin conexión entre ellas, lleguen a soluciones parecidas en momentos
muy próximos en el tiempo (relativamente frecuente y documentado en descubrimientos científicos [4].

Esto podría relacionarse –a nivel macroscópico– con la no localidad de la física cuántica en el microscópico. Este
efecto ya no estaría sustentado por el campo organismo-entorno, sino por el “metacampo” y estaría asimismo
relacionado con el fenómeno de la sincronicidad, lo que explico en otro lugar también como efecto de campo.

¿Por qué la física nos recuerda a la mística?


 
Lo mismo ocurre con el self cuerpo-mente, no es ni cuerpo ni mente, es ambas cosas y está más allá de la
percepción común separada (parcial) de ambos polos. En este terreno ocurre a veces que la solución o la acción,
que puede haber sido pensada y sentida antes, y durante mucho tiempo incluso, sucede en un momento que no
es ni cuerpo ni mente, sino que está más allá de una percepción parcial de ambos.

Ese tipo de percepción-intuición-inspiración (a veces tras un sueño), que no es exclusivamente mental, y


tampoco corporal, pertenece a la expresión de ese campo unificado cuerpo-mente. Como he dicho arriba, es algo
que también está documentado en fenómenos de descubrimiento científico (Fox Keller , 1985).
 
Para acceder a esta percepción de la realidad hay que dejar de lado, en nuestra cultura, el dominio polar que
ejerce la mente sobre la interpretación de la realidad, como muestro en un artículo [5]. Este acceso es el que
preconizan las religiones, las prácticas místicas de distintos orígenes, la psicoterapia gestalt y la psicología
transpersonal. Ahora podemos pensarlo como la manifestación de un campo unificado.
 
Así pues, la sensación que se experimenta tras una ‘experiencia cumbre’ o mística puede interpretarse como la
experiencia de la unidad del campo en el ámbito de la consciencia humana. La iluminación, el satori, el Ser o la
presencia (como lo menciona Eckhart Tolle, 1997) son los nombres que recibe una experiencia, de campo, cuya
vía regia para acceder a ella ‘sólo’ implica ‘parar la mente’, como dice Tolle. Ese parar la mente –actividad tan
intensa en nuestra especie que impide cualquier otra percepción– posibilita una aprehensión más total de sí
mismo y del entorno. Una inmersión en el mundo real.
 
Esta experiencia del ser humano nos indica cómo se ve-experimenta el campo desde la consciencia. No es, pues,
imposible que la misma nos dé una visión de cómo puede ser el campo en la física, clásica o cuántica, o en
cualquier otra modalidad del mismo. Así es inteligible que ciertos escritos místicos nos recuerden los de los
físicos en muchos aspectos como bien nos hace saber Fritjof Capra (1975) en El tao de la física .
 
La evolución del campo en el ser humano

Hemos visto el concepto de campo y su importancia para interpretar las cuestiones humanas. El campo implica
una concepción de la realidad humana más allá de la visión tradicional de las cosas y de la visión materialista
que concibe las circunstancias de la consciencia humana como producto del cerebro. Hecho esto nos vamos a
ocupar ahora de la evolución del campo en el ser humano. Esto tendrá lugar describiendo las polaridades que
constituyen el campo a lo largo del desarrollo humano.
 
Como hemos visto en otro artículo, el ser humano es originariamente unidad en el seno materno. Unidad cuerpo-
mente y unidad organismo-entorno. Su desarrollo implica la separación de ambas unidades. Sólo separando,
distinguiendo, definiendo, una cosa de la otra, frente a la otra, se puede desarrollar la consciencia.
 
La separación con el entorno tiene lugar en el propio nacimiento; aunque no llega a la consciencia hasta los 9-10
años. La separación cuerpo-mente se inicia hacia los 2-3 años. Evolutivamente, hasta adquirir la consciencia de
campo, el desarrollo humano implica primero la posterior unión del cuerpo y la mente y más tarde del organismo
(individuo) y el entorno (incluidas las otras personas).
 
La unión cuerpo-mente, a la que Wilber (1997, 1980) llama “Centauro”, es el último estadio del desarrollo de la
consciencia personal y, por lo tanto, el umbral de acceso a la espiritualidad. Espiritualidad que aquí definimos
como un estado avanzado o posterior de lo que se inicia en la integración organismo-entorno.
 
Así pues, podemos decir que la dualidad presente en toda la realidad desde su nivel cuántico (el conocido yin-
yang de la filosofía oriental) aparece en la naturaleza humana en un nivel como cuerpo y mente. El cuerpo se
asemeja más a la partícula y la mente a la onda. En otro nivel, se presenta como organismo y entorno. El
organismo está definido, el entorno no.

Este entorno es, a veces, otra persona, a veces un evento... El entorno fluctúa ante nuestra atención y es nuestra
observación sobre ese entorno indefinido lo que lo fija en un momento y espacio dado (como, a nivel
microscópico sucede con el colapso de la función de onda). Otra forma de verlo es mediante el concepto figura-
fondo [6] de la psicología gestalt.
 
De esta manera, establecemos la secuencia que nos lleva en nuestro desarrollo desde la inicial identificación del
neonato con la materia , al descubrimiento primero del cuerpo y luego de la mente, para después integrar ambos
y posteriormente acceder a una nueva ‘identificación consciente con la materia’ [7], que es la base de las
experiencias superiores de la consciencia o espiritualidad. Así, la dialéctica de los opuestos está siempre
presente en el desarrollo humano.
 
Tal como describo en un artículo , la tensión entre los polos del cuerpo y de la mente formaría el campo que
llamo organísmico. La tensión existente entre este organismo y el entorno forma, entonces, el campo postulado
por la terapia gestalt como campo organismo-entorno (Perls, Hefferline y Goodman, 1951).

Así tenemos entonces dos dialécticas que resumen el proceso de autoorganización y desarrollo de la consciencia
humana. El campo organísmico que, formado por la tensión cuerpo-mente, da acceso a la consciencia personal;
y el campo organismo-entorno que, formado por la tensión entre el organismo y el entorno (individuo y entorno,
humano incluido) da lugar, en el transcurso del desarrollo, a la consciencia transpersonal. Ambas consciencias se
definen aquí, pues, como emergentes de la naturaleza del campo unificado, como propiedades del mismo.

Creatividad y sincronicidad

Por último voy a desarrollar una especulación que


resulta difícil de aceptar desde una perspectiva
cartesiano-newtoniana; pero tiene la ventaja de
que unifica dos fenómenos aparentemente ajenos,
como son la creatividad y la sincronicidad, en una
misma explicación. Ambos fenómenos serían una
expresión del campo unificado en dos distintos
niveles de su manifestación.
 
La creatividad, la inspiración y la imaginación
serían el resultado de una actuación conjunta –
unificada– del campo cuerpo-mente
(simultaneidad interna);  y los fenómenos de Foto: sxu license. Fuente: Everystockphoto.
sincronicidad, una manifestación del campo
unificado organismo-entorno (simultaneidad externa).
 
Según esta hipótesis, la creatividad es una gestalt emergente que resulta de la integración de las polaridades
opuestas mente y cuerpo, y que se manifiesta con las características de un campo unificado. Digamos que la
creatividad es una simultaneidad del organismo cuando se expresa integralmente como campo unificado
cuerpo-mente [8].

Es decir, como describo más arriba, cuando se produce una respuesta que está más allá del cuerpo y de la mente,
pues implica la aparición de un fenómeno de ‘líneas de fuerza’ (símil del imán) que no eran perceptibles antes.
Un fenómeno que sólo es posible cuando los opuestos revelan lo que hay ‘escondido’ en ellos al manifestarse
conjuntamente (Tendencias21). 

De la misma manera, la simultaneidad de eventos –personales, sociales, científicos u otros– sería un aspecto
‘creativo’ del campo organismo-entorno.  Quizá expresar estos hechos en un código que está más cerca del
lenguaje científico que del humanista haga más accesible su naturaleza a determinados modos de pensar de
nuestra cultura y nos permita comprender toda la realidad desde una perspectiva unificada. Esta perspectiva
unificada implica que humanismo y cientificismo son, al fin y al cabo, dos formas de ver-describir una misma
realidad única.
 
La fenomenología de campo nos puede explicar manifestaciones y sucesos atribuidos tradicionalmente a causas
que están más allá de la naturaleza humana. Con la teoría de campo podemos justificar estos hechos atribuidos
al inconsciente, a la inspiración (a las ‘musas’), a los dioses, o a cualesquier otro concepto abstracto o mítico.
Asimismo tampoco las causas cerebrales de la creatividad explican realmente el asunto. El pensamiento lineal
sólo nos da cuenta de un aspecto parcial del hecho.
 
Precisamente un artículo de Tendencias21 relaciona la bipolaridad y la esquizofrenia con la creatividad.
Normalmente, la polaridad en la que todos estamos inmersos en nuestra cultura se contiene por el acatamiento
de las normas imperantes (Hearn y Madrona, 2015). En ocasiones, en algunos individuos esa polaridad es más
acusada y necesitaría de un salto hacia delante para integrar los opuestos en una percepción más global que es
la que nos da la experiencia-pensamiento de campo.
 
Pero esa percepción no es respaldada por la cultura y deja, por lo tanto, a muchos individuos sin respuestas y sin
orientación, sumidos en un conflicto y definidos por una patología (Grof, 1985). Esa polaridad se hace evidente
en situaciones más agudas en las que el individuo no puede integrar esos opuestos polares. Sin embargo, esas
personas, como nos cuenta Grof (1985), están más próximas a una experiencia transpersonal (de campo) que
puede integrar su dualidad, y podrían tener un diagnóstico mucho más promisorio si la cultura supiera enfocar y
tratar esas situaciones. Si tan siquiera abriera su mente a un paradigma alternativo que sí es capaz de
explicarlas.
 
Asimismo la postulación del fenómeno de la sincroniciad, es una explicación que lo describe todo sin decir nada
acerca de la naturaleza del fenómeno mismo. De hecho, según la hipótesis mantenida aquí, la sincronicidad –una
simultaneidad psique-entorno, según la define originalmente Jung–, no sería la única simultaneidad posible en
el Universo. Como hemos visto, se puede dar sincronicidad también entre sucesos que no tienen ninguna
conexión psíquica entre sí.
 
Comprendo que sea difícil de entender, para hacerlo es necesario cambiar de paradigma; es decir, desarrollar la
percepción de campo (o transpersonal y espiritual como se llama en otros entornos). Es, por lo tanto, algo difícil
–por no decir imposible– de entender y aceptar desde el racionalismo imperante del paradigma cartesiano-
newtoniano: “Es simplemente imposible describir con clari​dad una epistemología alternativa en los términos
convencionales...” (Keeney, 1983, pág. 29).
 
Sin embargo, postulada de esta manera, como manifestación o propiedad de un campo, nos permite concebir el
fenómeno como algo más próximo al paradigma científico. Quizá por ejemplo, apunto, el fenómeno del colapso
de la función de onda no sea por ‘causa’ de la medición del observador (interpretación lineal clásica) sino un
fenómeno de la sincronicidad (simultaneidad) del campo organismo-entorno. Una manera diferente de
interpretar el mismo fenómeno, como ya nos enseñó Kuhn (1962) a apreciar.
 
Sería cuestión de pensarlo de otra manera. Al fin y al cabo sobre el fenómeno hay múltiples interpretaciones. Una
cosa son las matemáticas que describen el fenómeno y las predicciones que son su consecuencia, y otra muy
diferente lo que los físicos entienden que están viendo, pues ven cosas muy diferentes dependiendo del
paradigma al que estén adscritos (Interpretaciones de la mecánica cuántica, Zohar, 1990; Peat, 1987). Y
tratándose de una fenomenología de campo que se extiende más allá de los fenómenos puramente materiales,
los físicos no tienen la única palabra.

Conclusión
 
En un mundo en el que predomina el individualismo egoísta y las metas parciales es necesario potenciar la
consciencia (Laszlo, Grof y Russell, 2000). En un primer momento la consciencia nace de la separación y la
individuación; pero necesita a continuación volver a la unidad originaria para completar el desarrollo.
 
Nuestra cultura, sobre todo la occidental, ha desarrollado la individuación a lo largo de milenios y ha enseñado a
nuestros hijos que ésa es la mejor manera de enfrentarse a la vida [9]. Como sociedad estamos anclados (fijados ,
que diría Freud) en esa visión parcial de la realidad y no somos capaces de ver la necesidad imperiosa de
completar el ciclo.
 
La creatividad es una respuesta de campo e implica una actitud íntegra y abierta ante la realidad, una respuesta
total. De la misma manera, las diversas manifestaciones de la sincronicidad son una respuesta de campo que
implica la consciencia de que existe una relación más compleja entre el ser humano y el ‘mundo’. Como dice
Moore (1992): “...nuestra alma es inseparable del alma del mundo, y ... se las encuentra a las dos en la
multiplicidad de las cosas de que se componen la naturaleza y la cultura” (p. 26).

Bibliografía:

Bertalanffy L. von. (1968, ec. 1979): Perspectivas en la teoría general de sistemas. Ed. Alianza. Madrid.
Capra, F. (1975, ec. 1996). El tao de la Física. Ed. Sirio. Barcelona.
Delacroix,  J-M. (2006 ec. 2008). Encuentro con la Psicoterapia. Ed.Cuatro Vientos, Santiago de Chile
Fox Keller, E. (1985 ec. 1991) Reflexiones sobre Género y Ciencia. Ed. Alfons el Magnànim. Valencia.
Goleman, D. (1995, ec. 1996) Inteligencia emocional. Ed. Kairós. Barcelona.
Grof, S. (1985, ec. 1988). Psicología transpersonal: nacimiento, muerte y trascendencia en psicoterapia.. Ed.
Kairós. Barcelona.
Hearn, I. F. y Madrona, S. (2015). The Unity of Body-Mind and Culture. Cultural Mannerisms as Introject
Processes. British Gestalt Journal, Vol. 24-1, pp. 25-31. Versión en castellano.
Keeney, B. P. (1983, ec. 1994). Estética del cambio. Ed. Paidós. Barcelona.
Kuhn, T. S. (1962, ec. 1971). La estructura de las revoluciones científicas. Ed. F. C. E.. Madrid.
Kuhn, T. S.  (1977, ec. 1982); Objetividad, juicios de valor y elección de teoría en La tensión esencial. Ed. F. C. E.
Madrid.
Laszlo, E. (1993, ec. 1997). El cosmos creativo. Ed. Kairós. Barcelona.
Laszlo, E, Grof, S. y Russell, P. (1999, ec. 2000). La revolución de la conciencia. Ed. Kairós. Barcelona.
Lewin, K. (1951, ec. 1978). La teoría del campo en las ciencias sociales. Ed. Paidós. Buenos Aires.
Moore, T. (1992, ec. 1993). El cuidado del alma. Ed. Urano. Barcelona.
Parlett, M. (1991) Reflections on Field Theory. The British Gestalt Journal, 1991, 1, 68-91. Versión en castellano.
Peat, D. (1987, ec. 1988). Sincronicidad: puente entre mente y materia. Ed. Kairós. Barcelona.
Perls, Hefferline y Goodman. Terapia Gestalt. Excitación y crecimiento de la personalidad humana. (1951, ec.
2002). Ed. Sociedad de Cultura Valle-Inclán. Los libros del CTP. Madrid.
Tolle, E. (1997-1999, ec. 2007). El poder del ahora. Ed. Gaia. Madrid.
Wilber, K. (1977, ec. 1990, ). El espectro de la conciencia. Barcelona. Ed. Kairós.
Wilber, K. (1980, ec. 1989). El proyecto Atman. Barcelona. Ed. Kairós.
Zohar, D. (1990, ec. 1990). La conciencia cuántica. Ed. Plaza y Janés & Muy Interesante. Barcelona.

Notas:

[1] La psicología gestalt  y la terapia gestalt no son exactamente lo mismo, tienen incluso orígenes diferentes,
pero no son completamente ajenas. Coinciden totalmente en algunos de sus conceptos básicos. Como, por
ejemplo, el propio concepto de gestalt.
[2] Aquí habría que distinguir entre un campo permanente como en el imán y un campo activado como en el
electroimán; pero esta cuestión ya sería tema para otro momento.
[3] Y es por este camino que llegamos tan lejos como para afirmar que es voluntad de Dios, del Destino –así
con mayúscula– o de cualquier otra reificación de una fuerza natural. Algo que, imbuidos por la necesidad de
control de nuestro yo no identificamos como propio, pues pertenece a la manifestación de campo, lo
atribuimos a fuerzas imaginadas para contrarrestar nuestros miedos, como en la antigüedad atribuíamos a
los dioses fuerzas cuya naturaleza conocemos hoy perfectamente. El caso es que las manifestaciones del
campo son una explicación de la fenomenología religiosa. Y todas las formaciones religiosas y espirituales se
encaminan a percibir el campo; aunque no lo llamen de esta manera.
[4] El descubrimiento de la teoría de la evolución por Charles Darwin y Alfred Russel Wallace ; el desarrollo del
cálculo hecho independientemente por Newton y Leibniz. Y otros descubrimientos en los que se ven
implicados campos diferentes como el arte y la ciencia, según nos explica David Peat (1987, pp. 43 y 44).
[5] Es interesante a este respecto el libro El poder del ahora de Eckhart Tolle (1997).
[6] Este concepto, aplicado por la terapia gestalt, implica que el ser humano siempre elige de un fondo
multidiverso una figura que destaca a su atención.
[7] Aquí hemos de añadir que la “identificación con la materia” es una simplificación conceptual. Como he
dicho en otros artículos podemos concebir estos niveles de la realidad como formados por materia-
energía/información-forma. Pero para las necesidades de este artículo no es necesario ‘enredarnos’ en este
tema.
[8] Hay un concepto antiguo que se acerca al que aquí propongo, el del alma. Según Thomas Moore (1992): “Lo
que necesitamos [...] es el alma, en el medio, manteniendo la unión de mente y cuerpo...”. Lo que nos indica
que muchos de los conceptos que actualmente podemos desarrollar con un lenguaje actual, más acorde con
el científico, ya han sido percibidos anteriormente y descritos con el lenguaje que existía en ese momento.
“Alma” sería el nombre que recibió la percepción de campo cuando aún no se tenía noción del mismo.
[9] Es interesante el caso que expone Moore (1992) al respecto. Se trata de una mujer que sufre por no ser
suficientemente independiente como le dictan las normas de su cultura. Después de darle, mediante el
diálogo, una vuelta de 180º a su planteamiento original haciéndola consciente de los aspectos positivos de la
dependencia, unidad e intimidad con los demás, Moore nos describe: “Tuve la sensación de que aquella
mujer, como pasa a menudo, evitaba la intimidad y la amistad convirtiéndolas en una caricatura de una
dependencia excesiva.” (p. 30). Como digo en otro artículo la sombra que implica esa valoración radical de la
independencia y de la autonomía, del “hombre que se hace a sí mismo”, tan querida en ciertas culturas, es tan
masiva y extrema que no son, para mí, nada extraños sus magnificados comportamientos autodestructores,
su insensibilidad social nacida de su radical aislamiento personal, su consecuencia paranoica y su
prepotencia compensatoria. Como ya dije en el artículo mencionado la mayor virtud (que no niego) lleva
consigo la sombra más radical, absoluta y ciega.

 
Sinesio Madrona es licenciado en psicología. Formado en terapia psicoanalítica, rogeriana y gestáltica. Es autor
de una teoría  matemático-geométrica, basada en el ritmo, la armonía y la simetría, que describe el crecimiento
humano y el desarrollo de la consciencia como un proceso evolutivo de autoorganización de creciente
complejidad.
 

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Viernes, 11 de Diciembre 2015


Sinesio Madrona
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1.Publicado por Henry Lopez el 15/02/2016 20:47


Interesante lo que plantea en magatendencias.
http://www.hehulo.worldgn.com

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Martes, 8 de Marzo 2016 - 12:00 Lunes, 29 de Febrero 2016 - 18:10


Las partículas son entes imaginarios La materia es la forma en que la realidad se
dibuja a sí misma

   
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