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MANUAL DE TRADUCCIÓN
Manual de traducción
P e te r N e w m a r k
Manual de traducción
SEXTA EDICIÓN
CATEDRA
LINGÜÍSTICA
Título original de la obra:
A Textbook o f Translation
I a edición, 1992
6a edición, 2010
9
a sus estudiantes ingleses, cuya lengua terminal evidentemente es el
inglés), procurando, claro, traducir el ejemplo original y no el termi
nal, ya que, recordando a Walter Benjamin, no se puede traducir la
traducción. De vez en cuando he transferido también alguno, dando
por sentado que el entendido lector de la versión española conoce
otras lenguas, además de la suya. Y en segundo lugar ha sido un reto
por la terminología personal que emplea el autor —véase Glosario—,
que algunas veces, antes que traducir, he tenido que recrear en caste
llano.
No he querido agobiar al lector con notas, porque, como dice mi
colega y amigo Anthony Pym, son una “señal de derrota” (a confes
sion o f defeat) por parte del traductor. Las pocas que hay tienen una
doble función: la de ayudar al lector a entender el texto de la lengua
original y la de suplir la referencia bibliográfica exacta del texto, que
el autor, que se tacha de “no intelectual” y de no formar parte de nin
guna corriente traductológica, olvida de dar. Y ésta es la razón por la
que aparece en la versión castellana un doble sistema de referencias
bibliográficas: al final del libro encontraráñ las usadas por el autor y a
pie de página las utilizadas por mí.
Quiero dejar aquí estampada la expresión de mi agradecimiento al
editor, Gustavo Domínguez, sin cuya colaboración la obra no hubiera
visto la luz española, a Anthony Pym, que se prestó en todo momen
to a aclararme los problemas planteados por el original, y a Virginia
R. Rochette, que tras “entretenerse” leyendo la versión ha conseguido
que el resultado sea menos imperfecto.
Marzo 1992
Virgilio Moya
10
P r ó lo g o
li
lation, anterior a él, aunque muchos aspectos de los allí tratados
están aquí corregidos y ampliados. Otros, como la traducción de tér
minos institucionales y el metalenguaje, reciben un tratamiento más
amplio en el primero.
He reproducido íntegro el artículo sobre la gramática de casos
porque no me gusta repetirme ni hablando ni escribiendo, y porque
sé, además, que no es fácil encontrarlo. En realidad tampoco tengo
ahora mucho más que decir sobre el tema.
El libro no está escrito por un erudito, ni mucho menos. Una vez
escribí una obra polémica sobre el Horacio de Corneille en French
Studies, y me animaron a doctorarme, pero era tanto lo que había
que hacer que me dejó de interesar el tema y lo abandoné. Por otra
parte, un profesor alemán se negó a revisar el manuscrito de Ap
proaches porque había demasiados fallos en la bibliografía. (Luego,
se le pidió que los señalara, pero se volvió a negar, aunque más tarde
cambió de idea y lo corrigió.) Lo cual es lamentable, pero los detalles
académicos no son el fuerte ni de aquel libro ni de éste.
Soy un tanto “literalista”: estoy por la verdad y la exactitud. Creo
que tanto las palabras, como las oraciones y los textos, tienen signifi
cado, y que uno sólo se debe apartar de la traducción literal si tiene
buenas razones semánticas y pragmáticas para ello, lo cual ocurre la
mayor parte de las veces, excepto en los textos poco o nada brillan
tes. Pero eso no significa que, como ha apuntado Alex Brotherton
despectivamente y sin ninguna prueba, yo crea en la “primacía abso
luta de la palabra”. En traducción no hay absolutos: todo es condicio
nal. Todo principio (por ejemplo, el de la exactitud) puede estar en
oposición a otro (el de la economía, por ejemplo) o al menos puede
haber tensión entre ellos.
Aunque muchas veces desearía liberarme de las dos obsesiones
de la traducción: la del viejo y querido contexto y la del viejo y queri
do lector. Pero no hay manera. A lo más lejos que puedo llegar es a
decir que unas palabras están más condicionadas por el contexto que
otras; y que algunos lectores —piensen, por ejemplo, en los prospec
tos, donde el lector constituye su razón de ser— son más importantes
que otros, como en el caso de un poema lírico, donde el poeta y su
traductor tal vez sólo escriban para sí mismos.
Por otra parte, cuando Halliday, tirando por tierra las funciones
expresiva y apelativa del lenguaje de Bühler y fundiéndolas en la fun
ción interpersonal porque no hay ninguna distinción entre ellas,
escribe que el lenguaje es íntegramente un fenómeno social, lo único
que puedo decir es que eso es cosa de creencias o filosofías y que no
estoy de acuerdo. Aunque todo esto es hasta cierto punto cuestión de
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énfasis (y reacción) antes que de oposición (diametral). La palabra
aislada queda anegada en el discurso y el individuo en el grueso de la
sociedad... Yo estoy tratando de poner a ambos en su sitio, de resta
blecer el equilibrio. Si la gente se autoexpresa individualmente en
cierto tipo de texto, los traductores se deben autoexpresar también
individualmente, hasta en el caso de que se les diga que lo único que
hacen es reaccionar y por tanto conformarse con las convenciones
sociales del discurso de la época.
Soy consciente de que escribir un libro sobre traducción forma
parte de una profesión nueva, aunque la práctica es antigua, y que el
acervo del saber y de las supuestos translatorios es de carácter provi
sional, y a veces polémico y fluctuante.
Este libro trata de ser razonablemente exhaustivo, o sea, de estu
diar la mayoría de los asuntos y problemas que surgen en traducción.
(En esto, por lo menos, el libro es original.) A pesar de lo controverti
do de varios de sus capítulos, está ideado como una especie de libro
de consulta para los traductores. Sin embargo, algunos de los peque
ños apartados del capítulo XVIII son inadecuados y sólo les pueden
ofrecer a ustedes unas cuantas pistas. Espero ampliar el libro —el últi
mo* que escribo sobre traducción— en una segunda edición, por tan
to estaré abierto a todo tipo de sugerencias que puedan contribuir a
su mejoramiento.
A gradecimientos
13
PARTE I
Principios
I n tr o d u c c ió n
17
“truenos” y la “tempestad”, que son conjurados con un arte des
criptivo atrevido y naturalista en cuanto al sonido, inaudito en
aquella época.
(De la solapa de un disco)
18
vuelvan bien con textos, oraciones y otras unidades del lenguaje.
A veces, hablaré también de la relación entre significado, lengua, cul
tura y traducción. Y todo ello estará salpicado de un montón de ejem
plos, con la esperanza de que les den la práctica necesaria para ser
mejores traductores.
Lector en la LT
Normas de la LT
Cultura de la LT
Marco y tradición
de la LT
19
1. El estilo individual o idiolecte del autor de la LO. ¿Cuándo de
beríamos a) conservarlo, b) normalizarlo?
2. El uso convencional de la gramática y el léxico en ese tipo de
texto, según el tema y la situación.
3. Los items de contenido referidos específicamente a la cultera
de la LO, o a la de una tercera lengua (o sea, ni a la LO ni a
la LT).
4. El formato típico de un texto dentro de un libro, periódico,
revista, etc., en cuanto que está influido por la tradición del
momento.
5. Las expectativas del supuesto lector, teniendo en cuenta su
hipotético conocimiento del tema y el estilo de lenguaje que
usa, expresados en términos del máximo común denominador,
ya que no se debería traducir por debajo —ni por encima—
del nivel del lector.
6. 7 y 8. Lo dicho en el 2, 3, y 4 respectivamente, pero en rela
ción con la LT.
9. Lo que se describe o relata, averigua o verifica da verdad refe-
rencial), independientemente —donde sea posible— del texto
de la LO y de las expectativas del lector.
10. Los puntos de vista y prejuicios del traductor, posiblemente
personales o subjetivos, o sociales y culturales, incluido su “fac
tor de lealtad al grupo”, que tal vez refleje sus suposiciones na
cionales, políticas, étnicas, religiosas, su clase social, sexo, etc.
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ciedades anónimas y agendas de traducción empezó hace tan sólo
treinta años; e incluso hoy todavía no está ampliamente reconocida la
idea de que todas las lenguas —cuatro mil— tienen el mismo valor e
importancia, y de que todo el mundo tiene derecho a hablar y escri
bir su propio idioma, ya sea nacional o sólo minoritario (la mayoría
de los países son al menos “bilingües”). La traducción profesional se
tiene que ver como un proceso de colaboración entre traductores,
correctores, terminólogos y, muchas veces, escritores y clientes (las
obras literarias deben ser revisadas por un corrector nativo de la LT y
sería de desear también que por un hablante nativo de la LO), proce
so que va lentamente hacia un consenso general. No obstante, sólo
una persona puede ser la responsable de la traducción de una obra o
fragmento, ya que ésta debe tener el sello inconfundible de un único
estilo. El principio del que parte este libro es que todo sin excepción
es traducible; el traductor no puede permitirse el lujo de decir que
algo no se puede traducir.
Danica Seleskovitch, brillante intérprete y escritora, ha dicho:
“todo lo que se dice en un idioma se puede expresar en otro, a condi
ción de que los dos pertenezcan a culturas con un grado semejante
de desarrollo”. Pero la condición que pone es falsa y engañosa. La
traducción es un instrumento de educación y de la verdad precisa
mente porque tiene que llegar a lectores cuyo nivel cultural y educati
vo es diferente y, a menudo, “inferior” o más primitivo que el de los
lectores del original. Pensemos, si no, en la tecnología informática
para la tribu de los xosas. Las comunidades “extranjeras” tienen cada
una su propia estructura lingüística y su propia cultura, los “extranje
ros” tienen su propia forma de pensar y, por ende, de expresarse,
pero esas estructuras se pueden explicar y en último caso la explica
ción es la traducción. No hay lengua ni cultura por “primitiva” que
sea que no pueda adaptar los conceptos de la tecnología informática,
por ejemplo, o del gregoriano. Pero una traducción así es un proceso
más largo si se hace hacia una lengua que no incluye la tecnología
informática. Y, si va a abarcar todos los puntos del texto de la LO,
necesitará un espacio mayor en el texto de la LT. Por tanto, aunque la
traducción sea siempre posible, es fácil por varias razones que no
produzca el mismo impacto que el texto original.
La traducción tiene su propia emoción, su propio interés. Y siem
pre será posible una traducción satisfactoria, aunque un buen traduc
tor no está nunca contento con su versión. Por lo general, siempre se
puede mejorar. No existe una traducción perfecta, ideal o “correcta”.
Un traductor siempre está ampliando sus conocimientos y mejorando
su manera de expresarse; está siempre persiguiendo hechos y pala-
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bras. Y trabaja en cuatro niveles diferentes: la traducción es, antes
que nada, una ciencia que implica el conocimiento y verificación de
los hechos y del lenguaje que los describe (aquí se puede identificar
lo incorrecto, los errores contra la verdad); es, en segundo lugar, una
técnica que requiere un lenguaje apropiado y aceptable; luego, es un
arte que distingue entre lo que está bien escrito y lo mediocre (éste
sería el nivel creativo, intuitivo, a veces el de la inspiración); y final
mente es cuestión de gustos, donde no tienen nada que hacer los
argumentos, donde se expresan las preferencias, donde las diferen
cias individuales se reflejan en la variedad de traducciones meri
torias.
Aunque admito que sólo hay unos cuantos traductores buenos
que sean “naturales” —lo mismo se podría decir de los actores—, me
atrevo a sugerir que, como la demanda real de traductores es tan
grande y el tema está todavía tan encubierto con argumentos inútiles
acerca de su viabilidad, un curso basado en una amplia gama de tex
tos y ejemplos sería de gran provecho para estudiantes de traducción
y aspirantes a traductores. Este libro, que pretende ser útil —no esen
cial—, lo que intenta es establecer un marco de referencia para una
actividad que sirve de medio de comunicación, de transmisor de cul
tura, de técnica —si se usa con discreción: hay muchas otras— de
aprendizaje de idiomas y de fuente de goce personal.
Como medio de comunicación, la traducción se usa en carteles y
letreros multilingües, que por fin aparecen de forma más clara en
sitios públicos; en instrucciones que emiten las empresas de exporta
ción; en anuncios que con demasiada frecuencia y por una cuestión
de orgullo nacional están hechos por nativos en una lengua que no
es la suya; se usa, además, en documentos oficiales, tales como tra
tados y contratos; en informes, trabajos de investigación, artículos,
correspondencia, manuales que transmiten información, consejos y
recomendaciones para cada rama del saber... El volumen de estas tra
ducciones ha aumentado con el auge de los medios de comunica
ción, el incremento del número de países independientes y el reco
nocimiento cada vez mayor de la importancia de las minorías lingüís
ticas en todos los países del mundo. Su importancia ha sido puesta de
relieve por la mala traducción del telegrama japonés que se envió a
Washington justo antes de lanzarse la primera bomba atómica en
Hiroshima (la traducción que se recibió allí de la palabra mokasutu
fue ignore, “hacer caso omiso”, cuando lo que quería decir era que la
respuesta “se consideraría”) y por la ambigüedad de la resolución 242
de la ONU, donde the withdrawal from occupied territories da en
francés le retrait des territoires occupés (“retirada de los territorios
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ocupados”) y les permite así a los árabes interpretar que no basta con
una retirada parcial, sino de todos los territorios ocupados en el 1967
(ni que decir tiene que los judíos por el texto inglés interpretan que
basta con una retirada parcial).
Desde que países e idiomas entraron en contacto, la traducción ha
sido el instrumento transmisor de la cultura, en ocasiones bajo condi
ciones desiguales causantes a su vez de traducciones distorsionadas y
parciales. Los romanos, por ejemplo, “saquearon” la cultura griega, la
Escuela de Traductores de Toledo pasó a Europa el saber árabe y
griego, y hasta el siglo xtx la cultura europea se estuvo inspirando en
las traducciones latinas y griegas. En el siglo xix, la cultura alemana
asimilaba a Shakespeare. Y en el siglo xx hemos asistido a la apari
ción de una literatura universal centrífuga, que comprende la obra de
un pequeño número de escritores “internacionales” (Greene, Bellow,
Solzhenitsin, Bòli, Grass, Moravia, Murdoch, Lessing, y algo antes,
Mann, Brecht, Kafka, Galdós, Mauriac, Valéry, etc.) y que ha sido tra
ducida a la mayoría de las lenguas nacionales y a muchas regionales.
Es de lamentar que no exista otro movimiento cultural centrípeto de
autores “regionales” o periféricos.
Pero la traducción no es sólo un mero transmisor de cultura, sino
también un transmisor de la verdad, una fuerza de progreso. Para
comprobarlo basta con ver, por un lado, la resistencia con que ha
contado la traducción de la Biblia a lo largo de la historia y, por
otro, la conservación del latín como una lengua superior, sólo de
unos cuantos elegidos, lo que ha obstaculizado el traducir entre otras
lenguas.
Como técnica de aprendizaje de idiomas extranjeros, la traducción
es un instrumento de doble vertiente que tiene el objetivo especial de
demostrar los conocimientos de idioma extranjero del estudiante,
bien como una forma de control, bien para ejercitar su inteligencia a
fin de desarrollar su competencia. Este es su punto fuerte en las cla
ses de idiomas, punto que debe claramente distinguirse del que se le
suele dar como transmisora de significados y mensajes. La traducción
en la enseñanza media, que como disciplina se da desgraciadamente
por sabida y de la que apenas se habla, fomenta a menudo versiones
absurdas y afectadas, particularmente de pasajes coloquiales, nom
bres propios y términos institucionales (los diccionarios contribuyen
también negativamente con traducciones tan equivocadas como las
inglesas de Giacopo por James, y Staatsrat por Privy Councillor). In
cluso una frase como ésta:
23
Q u ’u n e m atite sautât parfois à ce tissu de perfection auquel Bri
gitte P ian travaillait avec u n e vigilance de toutes les secondes,
c ’était dans l ’ordre et elle s ’en consolait pou rvu que ce f û t sans
témoin.
(Mauriac, La fariseo)
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búsqueda de la palabra exacta que se tiene justo en la punta de la
lengua, tal atracción en ese vacío semántico existente entre dos len
guas, que uno es capaz de “peinar” un tesoro lexicográfico para lle
narlo. El alivio de encontrarla, la “sonrisa de satisfacción” que produ
ce el acertar con la palabra exacta, cuando los demás (traductores)
están todavía indecisos, es una honda recompensa que, aunque más
concreta, no guarda proporción ni relación con la satisfacción de
solucionar el enigma entero. El grado de placer es un reflejo de la
tensión constante entre oración y palabra.
Es probable que hayan oído hablar de una asignatura universitaria
relativamente reciente llamada Teoría de la Traducción o Traductolo-
gía (Translatology en Canadá y Übersetzungswissenschaft en los paí
ses de habla alemana). Bien, pues el libro está pensado para que les
sirva de introducción a esa materia.
En un sentido estricto, la teoría de la traducción se ocupa del
método de traducción adecuado para cierto tipo de texto y depende,
por tanto, de una teoría funcional del lenguaje. Sin embargo, en un
sentido más amplio, la teoría de la traducción es la parte esencial de
lo que conocemos acerca del traducir, que abarca desde los princi
pios generales a los preceptos, sugerencias y consejos. (La única regla
que conozco es la de igualdad de frecuencia, a saber, que las pala
bras con correspondencia, cuando ésta se da —metáforas, colocacio
nes, locuciones, proposiciones, oraciones, orden de palabras, refra
nes, etc.—, deberían tener aproximadamente la misma frecuencia en
la LO y LT, teniendo en cuenta el tema y el registro.) La teoría de la
traducción lo mismo se ocupa de nimiedades (significados del punto
y coma, letra cursiva, erratas) que de generalidades (presentación,
hilo del pensamiento que recorre una obra), y ambos puntos son
igualmente importantes en el contexto.
La teoría de la traducción en acto, la teoría de la traducción usada
operativamente con el fin de revisar todas las opciones —sobre
todo, para sensibilizar al traductor hacia aquéllas que no conocía— y
después tomar decisiones —el alma de la teoría— es un marco de re
ferencia para la traducción y para la crítica de la traducción, en rela
ción en primer lugar con los textos completos, que es donde más
nos tiene que decir, y luego, bajando de nivel, con los párrafos, ora
ciones, cláusulas, locuciones (colocaciones, sobre todo), palabras
(variantes del habla familiar, términos culturales e institucionales,
nombres propios, “palabras no equivalentes”, neologismos y térmi
nos conceptuales clave), morfemas y signos de puntuación. Tengan
en cuenta que la metáfora, el problema de traducción tal vez más
significativo, se puede dar en todos los niveles, desde el de la pala-
25
bra hasta el del texto, nivel en que se convierte en alegoría o fantasía.
Lo que la teoría de la traducción hace es en primer lugar identifi
car y definir un problema de traducción (sin problemas no hay teo
ría); luego, indicar todos los factores que se deben tener en cuenta
para resolver el problema; en tercer lugar, enumerar los procedimien
tos de traducción posibles; y finalmente recomendar el procedimiento
y la traducción más adecuados.
La teoría de la traducción es inútil y estéril si no proviene de los
problemas de la práctica de la traducción, de la necesidad de retroce
der y reflexionar, de considerar todos los factores, dentro y fuera del
texto, antes de llegar a una decisión.
Quiero terminar el capítulo enumerando las nuevas ideas actual
mente en vigor en el campo de la traducción, que, dicho sea de paso,
no se parecen en nada a las que corrían a principios de siglo:
En resumen, todo hace pensar que nos hallamos ante una nueva
disciplina, una nueva profesión, una vieja actividad con nuevos enfo
ques.
26
Capítulo il
A n á lisis d e u n te x to
27
palabras dentro y fuera de contexto. En principio, se ha de mirar en
el diccionario todo lo que no tenga sentido dentro de su contexto:
palabras comunes, como snake, para asegurarse uno de que no están
empleadas ni en sentido figurado (traidor, enemigo), ni en sentido
técnico (serpiente monetaria), ni en sentido coloquial; neologismos,
que probablemente encontrarán en grandes cantidades si traducen
una publicación reciente (véase palabras “no equivalentes”, pági
na 165); acrónimos, para encontrar sus equivalentes —si los hay— en
la LT (procuren no inventarlos nunca, incluso si notan que el autor de
la LO los ha inventado); cifras y medidas, para convertirlas en unida
des de la LT o del SI; nombres de personas o ciudades y casi todas las
palabras que comiencen por mayúscula (las palabras pertenecientes a
la “enciclopedia” son tan importantes como las que pertenecen
al “diccionario”: la distinción es borrosa). (Palabras como “siempre”,
“nunca”, “todo”, “debe” no tienen cabida cuando se habla de traduc
ción: siempre hay excepciones.) La actividad traductora la pueden
comparar con un iceberg, donde la punta sería la traducción, lo que
se ve, lo que figura escrito en la página, y la actividad el iceberg, todo
el trabajo que el traductor realiza —aunque la mayor parte de él no la
utilice—, que a menudo es diez veces superior al que se ve.
28
escribe, como es el caso, Clémente, notre justice répressiveP, ¿quiere
decir que el sistema judicial represivo está lejos de ser indulgente o es
un truco, mejor una tontería, para hacer reír? Averiguarlo puede ser un
trabajo de “iceberg”, porque el tono tal vez se pueda ver en una tra
ducción literal, pero el traductor tiene que saber lo que está haciendo.
Por otra parte, la intención del autor en un artículo detallado, aun
que confuso, sobre reconocimientos médicos a pacientes de avanza
da edad que tal vez tengan que someterse a un tratamiento de qui
mioterapia, sea demostrar que los pacientes deben pasar un recono
cimiento físico a fondo antes de empezar una cura de medicamentos:
si desaparecen primero los problemas físicos es posible que se eviten
los problemas sicológicos.
Un resumen así, que sólo usa unas cuantas palabras clave del ori
ginal, parece no tener nada que ver con la lengua y demostrar senci
llamente lo que ocurre en la vida real, pero es indispensable para el
traductor. Sin embargo, aún deberá “volver” al texto porque está
todavía sin traducir y su deber es traducirlo, hasta en el caso de que
tuviera que simplificarlo, reordenarlo, clarificarlo, limar la redundan
cia, reducirlo.
ESTILOS DE TEXTO
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2. Descripción, que es estática, con énfasis en los verbos copulativos,
adjetivos y nombres adjetivales.
3. Argumentación-, tratamiento de ideas donde se resaltan los nom
bres abstractos (conceptos), verbos de pensamiento y actividad
mental (“considero”, “sostengo”, etc.), argumentos lógicos y co
nectivos.
4. Diálogo, donde se enfatiza lo coloquial y fático.
E l LECTOR
E scalas estilísticas
30
Oficial: “Está prohibido el consumo de alimentos”.
Formal: “Se ruega no consumir comida en este establecimiento”.
Neutral: “No está permitido comer aquí”.
Informal: “Por favor, no coman aquí”.
Coloquial: “Aquí no se puede papear”.
Argot: “Dejen de jalar”.
Tabú: “Coño, Dejen de jalar”.
Simple: “El suelo del mar está cubierto por hileras de grandes monta
ñas y grandes hoyos”.
Popular: “El suelo de los océanos está cubierto por grandes cadenas
de montañas y profundas fosas”.
Neutral (usa sólo vocabulario básico): “La corteza terrestre es un ce
menterio de restos de animales y plantas”.
Educado: “El último paso en la evolución de los vertebrados fue el
hombre fabricante de herramientas”.
Técnico: “Aparentemente las alzas están relacionadas con el buen
comportamiento del sector químico que podría ser objeto del inte
rés inversor por parte de las compañías de seguros alemanes”.
Opacamente técnico: (comprensible sólo para expertos): “El síndro
me de eosinofilia mialgia viene producido por la ingestión de un
aminoácido (Le-triptófano) en complejos vitamínicos”.
31
sión del italiano y el español, la formalidad, estiramiento y rigidez del
alemán y del ruso, la impersonalidad del francés y la informalidad e
infravaloración del inglés.
A ctitud
M arco
32
si lo que traducen es un poema o una importante manifestación auto-
ritativa, no deberían tener en cuenta para nada al lector de la LT,
aparte de ofrecer algunos “recortes” culturales o hacer alguna con
cesión para ayudarle algo (por ejemplo, traducir a half-holiday por
“una tarde libre”).
La calidad d e la escritura
33
sonales se traduzcan con exactitud, emulando la escritura —buena o
mala— del original. Los textos informativos, los enunciados relacio
nados ante todo con la verdad, con la realidad de los hechos, se
deben traducir con el mejor estilo con que el traductor pueda ajustar
se al estilo del original.
C o nnotaciones y denotaciones
La última lectura
34
fuera del contexto para establecer sus campos semánticos, sus fron
teras: normalmente no se puede hacer — a diferencia de Humpty—
que una palabra signifique lo que uno quiera, porque el significado
de las palabras suele tener límites. Y ésta es la labor de los dicciona
rios, indicar los campos semánticos de las palabras y, por medio de
colocaciones, sus principales sentidos o acepciones.
Debería añadir aquí que, aunque el significado de una palabra
determinada completamente por el contexto esté aparentemente lejos
de su significado no contextual (núcleo), siempre hay algún vínculo
entre los dos significados. Así, podría parecer ilógico que la palabra
francesa communication signifique quizá “fístula” en medicina, pero
no lo es si la fístula es un canal de comunicación entre la aorta y la
arteria pulmonar. A veces ese vínculo es un código secreto.
Pero no pretendo que con todos los fragmentos del texto se haga
este análisis: en algún texto en concreto el análisis se realiza en gran
parte de forma intuitiva o es innecesario. Subrayen sólo aquellos pun
tos donde vean un problema de traducción y tengan presente que
muchas veces conviene estudiar dichos puntos primero en el contex
to, luego aisladamente, como si fuera un artículo del diccionario o de
la enciclopedia sólo, y por fin dentro del contexto una vez más.
C onclusión
35
C apìtolo III
El p r o c e s o d e trad u cir
I n tro du cció n
36
escalonado, según el caso; este procedimiento equivale a la mitad, al
menos, de todo el proceso.
37
i
Práctica de la traducción
Una traducción es algo que hay que discutir. Sin embargo, hay
demasiadas escuelas y universidades donde la traducción todavía se
exige como un ejercicio de estilo, sin tener para nada en cuenta las
imperfecciones del original, y donde el profesor impone su versión
en limpio, “modelo” por otra parte de su propio lenguaje, en lugar de
proponer una versión para que sea discutida y criticada por los estu
diantes, algunos de los cuales son más brillantes que él.
La traducción debe someterse a discusión. Ahora bien, tiene un
factor invariable, en su aspecto referencial y pragmático, que no se
puede definir con precisión: depende de los requisitos y coacciones
que el original impone. Todo lo que uno puede hacer es presentar un
argumento y reforzarlo con ejemplos de traducción. No hay nada
puramente objetivo o subjetivo. No hay reglas férreas tampoco. Todo
es más o menos. Detrás de cada principio bien establecido hay un
hipotético “normalmente”, “corrientemente”. Como he afirmado an
tes, calificativos tales como “siempre”, “nunca”, están de más-, no hay
absolutos.
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Hechas estas advertencias, vanaos, no obstante, a revisar juntos mi
proceso de traducir, de carácter provisional por el momento.
Para mí, hay dos maneras —y muchas soluciones intermedias—
de abordar la traducción: a) empezar el primer párrafo o capítulo,
oración por oración, para cogerle el tino y el tono al texto y, luego,
tomárselo con tranquilidad, revisar la postura adoptada y leer el resto
del texto en la LO; b) leer todo el texto dos o tres veces y ver cuál es
su intención, registro y tono, señalar los pasajes y palabras difíciles y
empezar a traducir sólo después de haber fijado su rumbo.
La elección de uno u otro método dependerá del temperamento
de ustedes o de la confianza que tengan en su intuición —si escogen
el primero— o en su capacidad de análisis en el caso del segundo.
Por otra parte, se podría pensar que el primer método se adecúa me
jor a un texto literario y el segundo a uno técnico o institucional. El
peligro del primer método es que tal vez haya que corregir demasia
do en la primera parte y por tanto les parezca una pérdida de tiempo.
En cambio, el segundo, que es el que se suele escoger, puede resultar
algo mecánico; un análisis textual translatorio es útil, como punto de
referencia, pero no debería coartar el vuelo de su intuición. Otra solu
ción sería escoger la primera vía para un texto relativamente fácil y la
segunda para uno más difícil.
Desde el punto de vista del traductor, cualquier investigación
científica, tanto estadística como diagramática (para algunos lingüis
tas y teóricos de la traducción, los diagramas, esquemas y modelos
son verdaderos fetiches), de lo que pasa por el cerebro —¿tal vez,
mente, nervios, células?— durante el proceso de traducir es poco pro
bable y, hoy por hoy, especulativa. La contribución de los psicoana
listas a la traducción se limita al efecto pragmático (positivo, neutral o
negativo) de una palabra: befremden, affect, pretentious, vaunt, bru
tal, drame, comedie, extraordinaire, p o n tif hauteur, “bestial”, “im
ponente”, “monstruo”, “odisea”... La obra de Osgood, por ejemplo,
sobre los diferenciales semánticos puede ser de gran ayuda en este
campo, ya que la diferencia entre “positivo” y “negativo” —o sea,
entre lo que un escritor aprueba o desaprueba— es decisiva para la
interpretación de un texto. El alma de la teoría de la traducción son
los problemas de traducción, admitiendo que lo que es un problema
para un traductor puede no serlo para otro; en un sentido amplio, la
teoría de la traducción consiste en un buen número de generalizacio
nes sobre problemas de traducción, y así se podría definir. Los pro
blemas del traductor son ajenos a una exposición teórica de la filoso
fía y psicología de la traducción. Y da lo mismo que presenten un
estudio estadístico de lo que cien traductores creen que pasa por su
39
cabeza cuando traducen, o que sigan los pasos de los sufrimientos de
éstos al traducir, etapa mental tras etapa mental. No veo que eso les
pueda servir a otros, a no ser como una rectificación de métodos estra
falarios o ideas tales como la de fiarse por completo de diccionarios
bilingües, sustituir descripciones enciclopédicas por definiciones de
diccionario, usar los sinónimos que mejor suenen en la traducción lite
raria, trasferir todas las palabras grecolatinas, parafrasear continuamen
te, etc. Pero no tiene nunca sentido probar científicamente lo obvio.
E l NIVEL TEXTUAL
E l nivel referencial
40
nomène s ’avère; ce phénomène, exact pour cellules etfibres, que a lo
que en realidad está haciendo referencia es a un tumor que de tanto
crecer comprime el parénquima inmediato. Por lo general, es desea
ble que en la traducción aparezca una referencia más específica: la
expansión del tumor, el deterioro, etc. Así pues, la traducción resultan
te es una especie de solución intermedia entre el texto y los hechos.
En cada frase que no esté clara, que sea ambigua, abstracta o de
sentido figurado, deben preguntarse: ¿qué es lo que está pasando
realmente?, ¿y por qué?, ¿por qué razón, causa, motivo?, ¿lo puedo ver
en mi mente?, ¿lo puedo imaginar? Si no pueden, tienen que “comple
mentar” el nivel lingüístico, el nivel del texto con el nivel referencial,
el nivel de los hechos con la información adicional necesaria —no
más— sacada de este nivel de la realidad, con la pura verdad. ¿Cuál
es el entorno o situación en la vida real?, ¿quiénes los actores?, ¿cuál
el propósito? Es posible —tal vez no—que todo esto les aparte mo
mentáneamente de las palabras del texto, pero resulta demasiado fá
cil sumergirse en el lenguaje y apartarse de la realidad, real o imagi
naria, que se está describiendo. Es mucho más fácil que ustedes se
den perfecta cuenta del horrible abismo que media entre las palabras
y los objetos, las oraciones y las acciones (o procesos), la gramática y
los modos (o actitudes), que los escritores, que sólo tienen que bre
gar con un idioma. Deben recobrar perspectiva (distacco, recul), ale
jarse del lenguaje y tener una imagen de la realidad extratextual, una
realidad de la que ustedes, y no el autor —a no ser que se trate de un
texto expresivo o autoritative)—, son responsables, por la que son
“procesables”.
El nivel referencial va en consonancia con el textual. Todos los
idiomas tienen palabras polisémicas y estructuras que para despejar
el problema que presentan requieren acudir como último recurso al
nivel referencial, palabras que van desde preposiciones y conjuncio
nes sobrecargadas de valores hasta palabras generales pasando por
ciertos gerundios (“Leyendo el periódico, el perro pegó un fuerte la
drido”). El nivel referencial, que es donde uno mentalmente corrige
el texto, se basa en la aclaración de todas las dificultades lingüísticas
y, allí donde convenga, en la información complementaria extraída
de la “enciclopedia”, símbolo para mí de cualquier obra de consulta o
manual. (En pour le passage de Flore, por ejemplo, averiguamos que
Flora era la diosa romana de la vegetación y, como se trata de Paul
Claudel, traducimos “para que pase la diosa Flora”: el resto que lo
haga el lector.) Cuando uno transforma el texto original en el texto
terminal, crea en su mente la imagen referencial; y, si se trata de un
profesional, él es el responsable de la verdad de esa imagen.
41
¿Significa esto que, como pretende Seleskovitch, “las palabras
(LO) desaparecen” o que “desverbalizamos los conceptos” (Delisle)?
De ningún modo: ustedes trabajan continuamente en dos niveles, el
real y el lingüístico, el de la vida y el lenguaje, el de la referencia y el
sentido, pero escriben, “componen”, en el nivel lingüístico, y su labor
consiste en lograr referencial y pragmáticamente la mayor correspon
dencia posible con las palabras y oraciones del texto original. Por
tentador que sea permanecer en ese nivel —más simple, y por lo
general simplificado— de la realidad (el mensaje y su función) del
profano en la materia, tienen que obligarse a volver, en tanto en
cuanto el lector pueda soportarlo, a las peculiaridades del sentido de
la lengua original.
E l nivel de co h esió n
42
como potentate y ruler. Las diferencias muchas veces son delicadas,
sobre todo cuando nos hallamos en el medio de los dos polos, donde
todas las lenguas tienen palabras como “mediano”, “regular”, fair,
moderate, “pasable", massig, assez bon, cuyo valor no siempre se
puede determinar por el contexto.
Mi tercer nivel, este intento de seguir el hilo del pensamiento por
los conectivos y el tono emotivo, de seguir la emoción por medio de
expresiones positivas y neutras, tiene sólo carácter provisional —hay
que reconocerlo—, pero tal vez determine la diferencia entre una tra
ducción vulgar o engañosa y una buena. El nivel cohesivo es un
regulador que garantiza la coherencia y gradúa el énfasis. En este
nivel es donde uno reconsidera la longitud de los párrafos y oracio
nes, la formulación del título, el tono de la conclusión, el carácter
apropiado, por ejemplo, de à tout prendre, en définitive, en tout état
de cause, para resumir un argumento al principio o fin de una ora
ción... Aquí es donde tienen cabida los hallazgos del análisis del dis
curso.
E l nivel de naturalidad
43
Y luego por lo que a la naturalidad respecta, tengo que decir que
todo dependerá del grado de formalidad (véase pág. 30) que hayan
decidido darle a todo el texto.
A propósito de la “naturalidad”, hay que señalar que la traducción,
por ejemplo, de un texto serio e innovador (Rabelais, Shakespeare,
Thomas Mann, Hegel, Kant, posiblemente cualquier autoridad) pue
de no parecemos natural, no ser natural; pero, si es bueno, es pro
bable que cuanto más se lea más natural parezca. Veamos a conti
nuación dos textos, traducción y original, de La montaña mágica de
T. Mann. Quizá los encuentren poco naturales, pero, si eso fue lo que
escribió T. Mann, no podemos cambiarlo:
44
rría el prado era para gozar de su perfecta plenitud verde, o para en
contrar ideas”.
En la misma línea estaría también son visage était mauve, cuyos
equivalentes, prácticamente exactos, de traducción serían bis face
was mauve, “tenía la cara malva”, sein Gesicht war mauve, el malva
es uno de los pocos colores secundarios sin connotaciones. Sí, por
que, aunque en Francia signifique luto, dicho color únicamente se
asocia con la ropa (“un vestido malva”). Comparen, si no, un “viejo
malva” o un “viejo violeta” con un “viejo verde”. Por tanto, en el cita
do ejemplo, una desviación del afectado “malva” al natural “amorata
do” sólo tendría justificación si el texto en la LO fuera “anónimo” y
estuviera mal escrito.
Deben tener presente que el nivel de naturalidad del uso natural
es tanto gramatical como léxico, y que se puede extender a todo el
texto por medio de conectivos oracionales apropiados.
La “naturalidad” es esencial en toda traducción “comunicativa”, y
da lo mismo que estén traduciendo un texto informativo que un letre
ro o anuncio. Por eso no podrán traducir correctamente si la LT no es
el idioma en el que habitualmente se desenvuelven. Ésta es la razón
también por la que muchas veces se deben alejar mentalmente del
texto de la LO y por la que, si tienen tiempo, tendrían que volver
sobre su propia versión después de una interrupción. Se deberían
preguntar a sí mismos o a otras personas: ¿se vería esto alguna vez en
el ABC, El País, o en El Europeo, o en alguna revista médica?, ¿apare
cería este texto en algún bono de garantía de unos chocolates, en
algún prospecto, o en algún manual de instrucciones, o en un libro
infantil?, ¿se usa esto?, ¿se usa en este tipo de texto?, etc. Pero no se
pregunten nunca si es o no español, porque el español no es uno,
como piensan patriotas, puristas y chovinistas.
La naturalidad es fácÜ de definir, pero muy difícil de concretar. El
uso natural comprende una variedad de modismos, estilos o registros,
determinados en primer lugar por el “marco” del texto, o sea, el
medio donde se publica normalmente, y luego por el autor, el tema,
el lector, los cuales dependen por lo general del “marco”.
Debemos, pues, distinguir entre el uso natural, el “lenguaje co
rriente” (el idioma sencillo y nada técnico utilizado por los filósofos
en sus explicaciones) y el lenguaje “básico”, que se encuentra a me
dio camino entre el formal y el informal, constituye el núcleo de un
lenguaje producido naturalmente, se entiende con facilidad y se
construye con las palabras y estructuras sintácticas más frecuentes.
Las tres variedades (natural, corriente y básica) están formadas exclu
sivamente por lenguaje moderno. Sin embargo, la traducción carente
45
1
46
She relieved nature. “Ella exoneró el vientre”.
She must be alert and wide awake. “Ella no debe dormirse en
las pajas”.
47
1
(avant tout)
a) ante todo
b) antes que nada
c) en primer lugar
d) en un decir Jesús
é) principalmente
(automatically)
a) automáticamente
b) inmediatamente
c) directamente
48
d) desde este momento
e) a la fuerza
O mecánicamente
g) instintivamente
h) como un robot, autómata, papagayo.
49
Por paradójico que resulte, es en la etapa “natural” del proceso de
traducir —por tanto en la fase final— y no en la “real” donde la exac
titud es lo más importante. Cuando —¡a regañadientes!— uno cae en
la cuenta de que una traducción literal no procede, es poco natural o
está fuera de lugar, existe la gran tentación de realizar una variación
elegante sólo por el hecho de sonar natural o bonita.
Es verdad que a excepción de los términos técnicos y de las pala
bras bien utilizadas para denominar objetos y acciones familiares cul
turalmente neutros, o sea, propios de varias culturas, la exactitud en
traducción depende de ciertos límites lingüísticos. Aquí la palabra
“preciso” está de más. Aquí no vale eso de “es esta palabra y no otra”.
Aquí no hay un absoluto —en traducción no existen los absolutos.
Así pues, la exactitud representa el grado máximo de corresponden
cia, tanto referencial como pragmática, entre el texto visto como un
todo y sus diversas unidades de traducción, por una parte, y la “reali
dad” extralingüística, que puede ser el mundo real o el de la mente,
por otra. Hay que reconocer que es más difícil reconocer lo que es
exacto que lo que es inexacto. La traducción es como el amor: yo no
sé lo que es pero creo que sé lo que no es. En fin, siempre nos queda
el rappel à l’ordre para hacerles volver a la traducción ajustada al ori
ginal y, si no, al menos para mostrarles que hay un límite más allá del
cual no se puede ir.
50
aparente del pensamiento —llamado despectivamente transcodage
por la ESIT de París—) no son adecuados. Después, viene el con
flicto entre las palabras en la LO: unas veces será una palabra como
sleazy o una colocación como dark horse, otras una estructura como
“el miedo de los enemigos” (¿quién tiene miedo a quién?), y, final
mente otras, un problema referencial, cultural o idiolectal. En cual
quier caso, queda desatado el conflicto entre las palabras de la LO y
el pensamiento de la LT. ¿Cómo encauzar esa lucha? Lo más pro
bable es que si son intérpretes, comunicadores natos —lo digo con
poco entusiasmo—, traten de olvidar las palabras de la LO, de ,des-
verbalizar, de crear un pensamiento independiente, de captar el
mensaje primero y luego emitir las palabras en la LT. Pero, si son
como yo, no olvidarán nunca las palabras de la LO, porque son
siempre el punto de partida. Uno crea, interpreta, fundándose siem
pre en esas palabras.
¿Cuándo hay que abandonar el texto original o, si quieren, la tra
ducción literal, que aquí, con fines argumentativos, la vinculo con las
transposiciones y cambios de orden obligatorios o prácticamente
obligatorios? Pues única y exclusivamente cuando por la utilización
de dicho procedimiento la traducción sea inexacta, referencial y prag
máticamente, cuando carezca de naturalidad, cuando no funcione.
Saben por experiencia que la traducción literal funciona probable
mente más y mejor cuando el lenguaje es escrito, prosaico, semifor-
mal, no literario, y también cuando el lenguaje es innovador, y que
sin embargo con el lenguaje oral corriente e idiomàtico funciona peor
y en un número menor de casos. Es más, es un método que se usa
con mayor frecuencia y eficacia de lo que inducen a pensar la mayo
ría de los teóricos de la traducción, desde Cicerón a Neubert —pero
no Wilss— pasando por Nida.
Al ser la oración la unidad básica de pensamiento, por medio de
la cual se introduce un objeto y lo que éste hace o es, o le afecta,
debe ser también la unidad básica de traducción, aun cuando es posi
ble que encuentren más tarde muchas correspondencias entre la LO y
la LT dentro de esa oración. Ante todo, traduzcan oración por ora
ción, y en cada una de ellas averigüen en primer lugar cuál es el obje
to y qué es lo que le sucede a éste. Además, si ya se ha mencionado
el sujeto antes o es el tema principal, colóquenlo al principio de la
oración, en tanto que la información nueva sepan que debe ir al final,
donde normalmente el énfasis es mayor:
D ie Vignette hatte Thorwaldsen 1805 in Rom entw orfen.
51
The vignette was designed by Thorwaldsen in 1805 in Rome.
52
porque no las entienden o porque las encuentran difíciles de traducir.
Si no entienden una palabra, puede ser por no conocer todos sus
posibles significados o porque su significado está determinado por
una colocación poco frecuente o por una referencia incrustada en
otro lugar del texto.
Deben tener en cuenta que muchos nombres comunes tienen cua
tro tipos de significado: a) físico o material, b) figurado, c) técnico, y
d) coloquial, como se puede apreciar en el siguiente cuadro:
53
palabra, más contagiosos y accesibles serán estos sentidos. En “Aquel
jardín era el amor de su vida”, por ejemplo, el jardín puede simbolizar
la intimidad, la belleza, la fertilidad, el trabajo simplemente físico, la
dicha sexual, etc.
Este “problema de la palabra” puede tener otras posibles solucio
nes: que la palabra tenga un sentido arcaico o regional (consulten los
diccionarios apropiados), que esté usada irónicamente, o en un senti
do peculiar o particular de tal o cual escritor (idiolecte), o que tenga
un error tipográfico.
Pero tengan por seguro una cosa: el escritor cuando escribía
tenía que saber lo que decía y nunca hubiera dejado caer una gota
de sin sentido en un mar de sentido. Así que deben encontrar ese
sentido por el pensamiento lateral (o vía imaginativa) que tal vez
apunte hacia una errata de imprenta, un error del copista (“paz” y
no “faz”; anatomie y no autonomie), un desacierto lingüístico o téc
nico del autor, un lapsus calami (por ejemplo, prostate craniale-.
como craniale no existe, tal vez sea crânienne, pero ¿qué tiene que
ver la próstata con el cráneo?; cráneo, cabeza, parte superior... ¿no
será próstata alta o superior?). Tienen que arrancarle a la palabra
—casi siempre es una palabra— el sentido, aunque sea “violándola”.
Tienen, en último término, que autoconvencerse de que no hay
otras alternativas razonables, y deben escribir una nota a pie de
página admitiendo que se trata a la fuerza de un lucus a non lucen-
do, de una luz —en realidad, lucus es un bosque— a falta de otra
luz, de una reducción al absurdo, y de ahí la etiqueta de “inencon-
trable”.
Hasta ahora he venido suponiendo que la palabra es más o menos
contextualmente neutra, y de verdad creo que hay muchas más pala
bras en esta situación de lo que la mayoría de la gente piensa. Sin
embargo, el significado de muchas palabras viene determinado por
sus colocaciones, ya aparezcan en nombres compuestos (maison
centrale: “prisión”; maison close: “burdel”; maison de rapport: “casa
de vecindad”; maison de maître: “mansión familiar”; maison de pas
se: “casa de citas”; Portuguese man-of-war: “medusa”; booby hatch:
“manicomio”, etc.), ya lo hagan en modismos o sean un elemento de
un conjunto léxico (por ejemplo, “raíz”, root, racine, Stamm, en un
texto de lingüística). Pero muy rara vez un párrafo, contiguo o no,
nos saca de dudas: cualquier objeto misterioso complementado con
el artículo determinado les puede llevar muy lejos de la oración en
cuestión.
Otro aspecto general sobre el traducir es que, en principio, como
las palabras con correspondencia en las dos lenguas, la LO y la LT, no
54
suelen tener precisamente el mismo campo semántico, aunque hay
muchas que sí lo tienen en lenguas afines, uno casi siempre está o
sobretraduciendo o infratraduciendo —más bien lo segundo que lo
primero. De hecho, como en la mayoría de los textos están ustedes
más preocupados por el mensaje (función) que por la riqueza de la
descripción, y como el contexto limita los significados de todas las
palabras menos las técnicas, la correspondencia en traducción es por
lo general prácticamente exacta. Sin embargo, no estaría mal recordar
que un buen número de palabras en un idioma incluye y solapa en
variados grados de significado a sus equivalentes aparentemente más
obvios en la otra lengua. Así, las palabras “bélico”, “debate”, “hostili
dades”, Silhouette, phénomène, évolution, son mucho más corrientes
y tienen un campo semántico más amplio que sus cognados en in
glés, y por tanto la mayoría de las veces se traducen por varias pala
bras diferentes más específicas. Esto ilustra uno de los principales
problemas en traducción, la transposición obligada de unidädes
genéricas por específicas, o viceversa, debido muchas veces al Sola-
pamiento o inclusión de significados, y, otras, a los enormes vacíos
léxicos en una de las dos lenguas, la cual puede carecer de un térmi
no genérico para objetos o procesos (aménagement) o de términos
específicos corrientes para partes del cuerpo también corrientes
(“nuca”, toé). Es sabido que hay vacíos léxicos y duplicaciones virtua
les sorprendentes (visage, figure, Meer, Seè) en todas las lengu&s y
que éstas agrupan los objetos de mañera diferente (un fauteuil nó es
une chaisé)... Se necesita un traductor para descubrir el aparente éaos
lingüístico que reina en otra lengua (nipote es nieto, nieta, nieto y
nieta, sobrino, sobrina). El inglés, supuestamente la lengua más rica
del mundo, tiene que acudir a falta de algo mejor a palabras cómo
bank, funny, plane, etc. para designar referentes muy distintos. (Por
otra parte, sus numerosos monosílabos la convierten en la lengua
europea más propensa a los juegos de palabras.) Sin embargó, si
están sensibilizados hacia estos hechos léxicos, nunca tendrán Uste
des problemas con ellos, a no ser que su uso sea metalingüístico.
Un último detalle. Examinemos, por ejemplo, el significado preci
so de Höhenvergleichtafel: ¿qué es un “panorama”?, ¿es lo mismó en
alemán?, ¿puede ser un Kupferstich?, ¿cuál es la diferencia entré un
aguafuerte y un grabado, entre gravieren y einschnitzen? En tödos
estos casos, si no cuentan con un informante, pueden perder más
tiempo que en las diez o doce páginas siguientes, y deben estar pre
parados para darles todo ese tiempo —pero no en un examen. En la
vida real, tienen que estar preparados para emplear más tiempo en la
consulta de una cifra, en la búsqueda de un acrónimo, en el rastreo
55
de una palabra “inencontrable”, que en la traducción relativamente
fácil y aburrida del texto íntegro que les sirve de marco.
56
vos tipos indicadores de electrodos”). Si lo que están buscando no es
una palabra, sino un hecho, un dato —las bajas, por ejemplo, que
hubo en la ciudad italiana de Cassino—, investiguen en los distintos
libros de consulta o recurran a su memoria. Con esto no estoy negan
do —nunca más lejos de mí— los procesos neurolingüísticos y psico-
lingüísticos de la traducción. Estoy simplemente diciendo que no
podemos generalizarlos ni esquematizarlos: son algo inconsciente,
parte de la imaginación. Con un poco de suerte, si cavilan persisten
temente, tal vez aflore de pronto la solución.
R evisión
57
¿Por qué se empeñan en cambiar un texto, si eso es lo que escri
bió el autor? Evidentemente, eso es lo que hubiera escrito en la len
gua extranjera de haber podido. ¿Por qué creen que se decidió por
cicogne, para que ustedes vengan y lo traduzcan por “ave emigrante”?
¿Por que no escribió entonces oiseau migratoire? ¡No será porque les
ha diado por la lingüística del texto o porque les piden este cambio
las estrategias textuales generales de esa ciencia, las estructuras pro-
totípicas, las superestructuras globales, o las nuevas y estimulantes
tendencias en el amplio campo interdisciplinario de la ciencia del
conocimiento? No lo creo.
Muchos traductores dicen que no se debería nunca traducir pala
bras, sino oraciones, ideas o mensajes. Yo creo que cuando dicen eso
se están engañando a sí mismos. Los textos en la LO constan de pala
bras y lo que hay sobre la página no es otra cosa que palabras. Luego
al fin y al cabo, lo único que tienen que traducir son palabras, y
deben responder de todas y cada una de ellas en alguna parte de su
texto terminal, unas veces dejándolas de traducir deliberadamente
(por ejemplo, schon, can, déjà) y otras compensándolas, porque si
las tradujeran sin pensar lo que producirían inevitablemente sería una
sobretraducción.
En el capítulo XIX refiero detalladamente los distintos aspectos en
que deben reparar a la hora de corregir. La corrección es también una
técnica que se adquiere. Les sugiero que se pasen corrigiendo entre
el 50 y el 70% del tiempo que dedicaron a la traducción, según sea la
dificultad del texto, claro. Si tienen tiempo, hagan una segunda co
rrección uno o dos días después. Es difícil resistirse a hacer continuas
“mejoras” en el área del gusto, y no es peligroso con tal de que se
aseguren de que cada detalle revisado no daña la oración o la cohe
sión del texto. Y, cuando convenga, la piedra de toque final debería
ser la. naturalidad: lean en alto la traducción.
CONCIUSIÓN
58
aburridas. Dichos textos presentarían un leve desafío sólo si estuvieran
mal escritos, o si ustedes tuvieran que falsear el lector, esto es, tradu
cir para consumidores con distinto nivel —normalmente más bajo—
de lengua y/o conocimientos sobre el tema. Muchos traductores de
plantilla se quejan de la tediosa monotonía y del estilo aburrido, entre
neutral e informal, saturado de datos, pobre en descripciones y al
borde del estereotipo que ofrecen los textos. A estos traductores,
pues, mis consideraciones del proceso translatorio les parecerán cier
tamente harto irrelevantes. Lo que tienen que hacer los traductores
con iniciativa es acudir a los departamentos de investigación de sus
empresas en busca de textos más interesantes o recomendar, por
cuenta propia, la traducción de publicaciones extranjeras importantes
dentro de su misma especialidad. Otros se pasan de la administración
general, por ejemplo, al Departamento de Derechos Humanos del
mismo organismo internacional donde trabajan para encontrar algo
que merezca la pena hacer.
Paradójicamente, una vez más, un buen número de textos, lejos
de ser “imposibles” de traducir, como creen todavía muchos lingüistas
y hombres de letras —aunque es un punto en el que no se ponen de
acuerdo—, son de hecho fáciles, tediosos y apropiados para la TAO e
incluso para la TO, pero siguen siendo esenciales y vitales, en tanto
que hay otros textos que se pueden considerar como material exclu
sivo de eruditos, investigadores y artistas.
Creo que, académicamente, la traducción puede ser considerada
como erudición si:
1) El texto en la LO es exigente y desafiante, por ejemplo, si está en
relación con las fronteras del conocimiento (ciencia, tecnología,
ciencias sociales), o si es un texto literario o filosófico escrito en
un lenguaje innovador, oscuro, difícil o antiguo.
2) El texto requiere evidentemente alguna interpretación, cosa que
debería indicar el traductor en un prólogo.
3) El texto requiere una explicación adicional en breves notas a pie
de página.
Y creo que la traducción reuniría las condiciones necesarias para
poderla etiquetar de investigación, si:
1) Exige una importante investigación académica.
2) Requiere un prólogo de una extensión considerable donde se den
pruebas de esa investigación y se establezca el enfoque que el tra
ductor ha hecho del original. (Tengan en cuenta que todos los
libros traducidos deberían llevar un prólogo del traductor.)
59
3) El texto traducido va a acompañado de notas, glosario y biblio
grafía.
60
C apítulo IV
F u n c io n e s d e l le n g u a je , c a te g o ría s y tip o s d e te x to
La fu n ció n expresiva
61
cia un numerosísimo auditorio, que, en traducción y en lo que a
las expresiones culturales se refiere, tiene derecho a que se le ayu
de en cierto modo dándole claves culturales más próximas.
2. Las manifestaciones o textos autoritativos. Aquí cabe todo tipo de
textos que reciba su autoridad del alto estatus o de la fiabilidad y
competencia lingüística de sus autores, textos que, a pesar de no
ser connotativos sino denotativos, suelen llevar el “sello” personal
de sus autores. Son manifestaciones típicamente autoritativas los
discursos y documentos políticos de ministros o líderes de parti
dos, los estatutos y documentos legales y los escritos científicos,
filosóficos y “académicos” de autoridades reconocidas.
3. Las autobiografías, ensayos y correspondencia personal. Estos tex
tos son expresivos cuando se trata de efusiones de tipo personal,
cuando los lectores quedan en un último plano.
Otras áreas de
conocimiento
o sucesos
62
y modismos estereotipados, colocaciones corrientes, sintaxis normal,
expresiones y “faticismos” coloquiales: el cauce por donde discurre ha
bitualmente el lenguaje. Los componentes personales constituyen
—aunque son sólo una parte— el elemento “expresivo” de un texto ex
presivo, y un traductor no los debería normalizar nunca en una traduc
ción. (Como ejemplo de texto expresivo, véase Parte II, texto núm. 3.)
La fu n ció n informativa
63
n ò r d i c o , f r a n c é s , c lá s i c o ) y h a e s t a d o e n c o n t a c t o í n t i m o c o n g r a n
v a r i e d a d d e l e n g u a s : n o h a y q u e o l v i d a r q u e s e h a “l l e v a d o ” a c a s i
t o d a s l a s p a r t e s d e l m u n d o y e s e l p r i n c i p a l t r a n s m i s o r d e la t e c n o l o
g ía , y q u e n o h a e s t a d o s o m e t i d o , e x c e p t o e n u n p e q u e ñ o p e r í o d o
d e l s i g l o XVIII, a c a s i n i n g u n a p r e s i ó n p o r p a r t e d e a u t o r i d a d e s a c a d é
m ic a s .
Sin embargo, quisiera destacar dos aspectos: primero, que los tex
tos “informativos” constituyen la mayor parte del trabajo de un tra
ductor en nómina de organismos oficiales, multinacionales, empresas
privadas y agencias de traducción; y segundo, que una gran parte de
estos textos carecen a veces de exactitud y están mal escritos, y es el
traductor generalmente el que tiene que “corregir” los datos o los
hechos y el estilo (véase Capítulo XVIII). Así que, a pesar de los viejos
dichos (“la traducción es imposible”, etc.), la mayoría de las traduc
ciones actuales son mejores que sus originales..., o al menos, debe
rían serlo.
64
tricas o simétricas, las de poder o igualdad, las de mandato, petición
o persuasión.
El segundo factor es que estos textos deben estar escritos en un
lenguaje de pronta comprensión para el lector. Y por lo que a la tra
ducción respecta, hay que decir que debemos repasar el nivel lin
güístico y cultural del texto en la LO antes de asignarle un impacto
pragmático. Simple y llanamente, Gardez-vous d ’une blessure narcis
sique.
Casi ningún texto es meramente expresivo, informativo o vocati
vo. La mayoría abarca las tres funciones, aunque sea una sola la que
resalte. Sin embargo, la función expresiva, hablando en sentido es
tricto, no tiene lugar en un texto vocativo o informativo..., si está allí
es solo inconscientemente, como “infravida”. La mayor parte de los
textos informativos o tienen un hilo vocativo que los recorre —es vital
para el traductor coger ese hilo— o la función vocativa se reduce a
una sección particular de recomendación, opinión o juicio de valor;
es difícil que un texto sea meramente informativo, esto es, objetivo.
Un texto expresivo, por otra parte, llevará siempre alguna carga de
información y un componente vocativo, que variará (sigue siendo
tema de debate entre críticos y traductores), según —al menos en par
te— el porcentaje de sus componentes “universales” y “culturales”.
Así pues, “expresivo”, “informativo” y “vocativo” son epítetos que se
usan únicamente para mostrar el énfasis o el “empuje” (Schwerpunkt)
de un texto.
Hasta aquí lo único que he hecho ha sido proponer tres principa
les tipos de texto. En el capítulo siguiente hablaremos de los métodos
de traducción que precisan, y ahora consideraremos las funciones del
lenguaje según Jakobson: la estética —llamada por Jakobson “poéti
ca”—, la fática y la metalingüística.
Esta función está ideada por el lenguaje para agradar a los senti
dos, primero por su sonido real o imaginario y luego por sus metáfo
ras. Claro que también contribuyen de forma importante el ritmo, el
equilibrio y contraste entre las oraciones, las cláusulas y las palabras.
Los efectos sonoros son los inventariados por la estilística: onomato-
peyas, aliteraciones, asonancia, rima, metro, entonación, acento, etc.
Algunos de ellos desempeñan un papel importante en la mayoría de
los tipos de texto, papel que se convierte en importantísimo en poe-
65
sia, versos macarrónicos, canciones infantiles y publicidad (sobre
todo en los anuncios rimados de la televisión: “A mí, plin: yo duermo
en Pikolin”). En muchos casos es imposible “traducir” los efectos so
noros, a no ser que uno transfiera las unidades lingüísticas pertinen
tes : siempre es posible recurrir a cierto tipo de compensación. En la
traducción de textos expresivos —en especial, la poesía—, están
muchas veces en pugna la función expresiva y la estética, la “verdad”
y la “belleza”..., la fealdad de la traducción literal y la hermosura de la
traducción libre.
Los verbos descriptivos de movimiento y acción, como describen
una modalidad, son ricos en efectos sonoros (“musitar”, “susurrar”,
“galopar”, etc.), pero no son difíciles de traducir, a menos que “falte”
la palabra en la otra lengua, o lo que es lo mismo, que exista un vacío
léxico, que puede ocurrir ya que ésta es una característica universal
de las lenguas.
En los versos macarrónicos y trabalenguas (“Donde digo digo no
digo digo, sino que digo Diego”. Ein Wiesel sass a u f einem Kiesel in
mitten einem Bachgeriesel. A ferret nibbling a carrot in a garret) el
efecto sonoro es más importante que el sentido. Asimismo, en la can
ción infantil (“El cocherito, leré / me dijo anoche, leré...”) y en la li
teratura parnasiana del arte por el arte (véase Levy 1969) de finales
del XK (Gautier, Verlaine, Swinburne, J. M. de Heredia, Dowson,
etc.), la “belleza” eufónica está por encima de la “verdad”. En otros
textos la función expresiva prima sobre la función estética, pero una
traducción “fea” puede anular el objetivo del texto.
La metáfora es el nexo de unión entre la función expresiva y la
estética, y, gracias a las imágenes que evoca, es además el único vín
culo entre el lenguaje y cuatro de los cinco sentidos corporales: con
la producción de símbolos olorosos (“rosa”), gustátiles (“comida”),
tactiles (“piel”) y visuales (todas las imágenes), además de los sono
ros (“pájaro”, “campana”), materia de que está hecho el lenguaje, la
metáfora conecta por la vía del lenguaje la realidad extralingüística
con el mundo de la mente. Lo que quiere decir que la metáfora origi
nal, al ser un componente tanto expresivo como estético, se debe
mantener intacta en traducción.
En tanto que las cuatro funciones que acabamos de ver están rela
cionadas con el texto en su totalidad, las dos siguientes, la fática y la
metalingüística, sólo suelen afectar a una parte del texto.
66
La f u n c ió n f á t ic a
La fu n c ió n metalingüística
67
1
68
C a p ít u l o V
M é to d o s d e tr a d u cc ió n
I ntro du cció n
69
El diagrama que a continuación propongo en forma de V abierta
puede arrojar cierta luz sobre el asunto:
Énfasis en la LO Énfasis en la LT
Traducción palabra por palabra Adaptación
Traducción literal Traducción libre
Traducción fiel Traducción idiomàtica
Traducción semántica Traducción comunicativa
L O S M ÉTO D OS
La traducción literal
La traducción fiel
70
La tradu cción sem án tica
La adaptación
La traducción libre
71
La traducción idiom àtica
La traducción comunicativa
72
culturalmente neutros, y en textos vocativos se reemplazan por equi
valentes culturales. Los pasajes escritos mal y/o imprecisamente de
ben quedar así en la traducción cuando el texto es “expresivo”, aun
que el traductor, si lo estima oportuno, debería hacer un comentario
sobre cualquier equivocación o desacierto que vaya contra la verdad
moral o la verdad de los hechos. En cambio, en una traducción co
municativa, los pasajes escritos mal y/o imprecisamente se deben
“corregir”. Por otra parte, a los textos “expresivos” los llamo también
“sagrados”, y, a los “informativos” y “vocativos”, “anónimos” (siguien
do a Jean Delisle), ya que el estatus de sus autores no es importante.
(Esta distinción, como cualquier otro aspecto de la traducción, tiene
flecos oscuros o algo borrosos.)
Hasta aquí sólo nos hemos fijado en los detalles de estos dos mé
todos de traducción, pero tanto uno como otro se pueden también
considerar globalmente, como un todo. La traducción semántica es
personal e individual, sigue los procesos del pensamiento del autor,
tiende a sobretraducir y persigue los matices del significado, pero va
en pos de la concisión para reproducir el impacto pragmático. La tra
ducción comunicativa, en cambio, es social, se concentra en el men
saje y en la fuerza principal del texto, tiende a la infratraducción, a la
simplicidad, claridad y brevedad, y está siempre escrita en un estilo
natural e ingenioso. Una traducción semántica es normalmente infe
rior al original, ya que en el paso a la otra lengua hay una pérdida
cognitiva y pragmática —la traducción que hace Baudelaire de Poe es
por lo visto una excepción—; la comunicativa, en cambio, supera a
menudo al original. En caso de necesidad, una traducción semántica
tendrá que interpretar y una comunicativa explicar.
En teoría, el traductor no tiene por qué permitirse más libertades
en una traducción comunicativa que en una semántica. Pero de
hecho lo hace: el traductor está al servicio de unos lectores supuesta
mente numerosos y no bien definidos. En una traducción semántica,
por el contrario, el traductor sigue a una autoridad única y bien defi
nida, o sea, al autor del texto de la LO.
E l efecto equivalente
73
A mi entender, el “efecto equivalente” sería el resultado deseable de
toda traducción, pero no la finalidad, con la particularidad de que
ese resultado es difícil de conseguir cuando el propósito del texto ori
ginal es influir de alguna forma y el de la traducción informar —o
viceversa—, o cuando existe un notable vacío cultural entre el texto
de la LO y el de la LT.
Sin embargo, en la traducción comunicativa de textos vocativos, el
efecto equivalente no es sólo deseable, sino vital, ya que será el crite
rio para evaluar la eficacia y, por ende, el valor de la traducción de
letreros y carteles, instrucciones, publicidad, propaganda, escritos
persuasivos o eurísticos y tal vez de la literatura de quiosco. Se podría
incluso cuantiflcar en porcentajes la respuesta del lector (no pisar el
césped, comprar el detergente, asociarse al Partido, montar el apara
to) y evaluar así el éxito de la traducción.
En textos informativos, el efecto equivalente es deseable sólo res
pecto al teóricamente insignificante impacto emocional de dicho tex
to, e imposible de conseguir cuando la cultura de la LO resulte com
pletamente extraña a la cultura de la LT, ya que por lo general se ten
drán que explicar aspectos culturales con términos culturalmente
neutros o genéricos, simplificar el contenido del tema y aclarar las
dificultades de la LO. Es de esperar que el lector de la LT lea el texto
con el mismo grado de interés que el de la LO, aunque el impacto sea
diferente. Sin embargo, se ha de intentar reproducir el hilo vocativo
(persuasivo) de la mayoría de los textos informativos con la mira
puesta en el lector, o sea, con el propósito de conseguir un efecto
equivalente.
En la traducción semántica de la literatura imaginativa seria, el pri
mer problema que se plantea es que no se puede hablar del lector en
general sino de lectores individuales. El segundo es que el traductor,
aunque no se olvide por completo del lector, tratará básicamente de
reproducir el efecto que el texto original le cause a él mismo (de
identificarse, de empatizar con el autor) y no el que le pueda causar a
un hipotético lector. De lo que no cabe duda es de que cuanto más
universal sea un texto —miren si no, to be or not to be—, mayor es la
posibilidad de conseguir un efecto equivalente generalizado, ya que
los ideales del original transcienden las fronteras culturales. Por otra
parte y debido a que la LT tiene un sistema de sonidos diferente, es
poco probable que los efectos sonoros metalingüísticos que el tra
ductor intenta reproducir afecten al lector de la traducción. En cual
quier caso, la reacción es individual antes que cultural o universal.
Sin embargo, cuanto más cultural (más local, más alejado en el
tiempo y en el espacio) es un texto, menor —yo diría que inconcebi
74
ble— es el efecto equivalente, a no ser que el lector sea imaginativo y
sensible y esté empapado de la cultura de la LO. No hay necesidad de
volver otra vez sobre si es correcto o no “transformar” el verso de
Shakespeare Shall I compare thee to a summer’s day? para pasarlo a
idiomas de países con otoños y veranos desagradables. Las concesio
nes culturales (por ejemplo, una transposición a un término genérico)
se pueden hacer cuando el término cultural es marginal, o poco
importante para el colorido local, y no tiene un significado pertinen
temente connotativo o simbólico. Así, en un texto de Bazin no es
apropiado traducir II est le plus pélican des pères por “Es el más entre
gado de los padres” o “Es un símbolo del amor paternal, un pelíca
no”. Una versión contemporizadora, que retuviera el elemento cultu
ral pélican, podría ser “Está tan entregado a sus retoños como un pe
lícano”. En cuanto a los textos autoritativos, hay que decir que si
están escritos en un lenguaje “público”, deberían producir un efecto
equivalente por ir dirigidas al lector en general antes que a lectores
individuales: Pericles, Jeferson, Lincoln, Churchill, De Gaulle... son
nombres que inspiran un atractivo universal que está pidiendo una
acogida fuerte y moderna en traducción.
La traducción comunicativa, al basarse en el lenguaje y los conoci
mientos del lector, tiene más posibilidades de crear un efecto equiva
lente que la traducción semántica, hecha con el punto de mira en el
escritor; pero un texto de hace cien años da al lector de la traducción
ventaja sobre el lector del original: su traducción a un idioma moder
no, forzosamente simplificada e infratraducida, puede muy bien pro
ducir mayor impacto que el original. De aquí el “unser (nuestro) Sha
kespeare” de los alemanes, que era como la gente cultivada de dicho
país conocía la obra del autor inglés en los albores de este siglo.
El efecto equivalente es un importante principio intuitivo que se
podría comprobar a base de investigación, pero, como suele ocurrir
muchas veces, el esfuerzo sería inútil. Sin embargo, puede ser útil si
se aplica para discutir razonablemente cuestiones del área de la
“habilidad” lingüística (en cuanto que se opone a las de la “verdad”,
el “arte” y el “gusto”). Si tuviéramos que traducir I haven’t the foggiest
idea, ¿cómo se produciría el efecto equivalente más cercano con “No
tengo la más remota idea” o con “No tengo la menor idea”? (Una
traducción es preferentemente un asunto de discusión y no un fiat.
No obstante, todavía se sigue imponiendo con demasiada frecuencia
el modelo o la “copia en limpio” del profesor. De hecho, la oración
más simple podría ser traducida por una docena de expertos en otras
tantas lenguas de forma distinta, se tenga o no en cuenta el con
texto.)
75
He tratado con amplitud el principio de “efecto equivalente” por
que es un concepto de gran relevancia en traducción, que tiene el
mismo grado de aplicación —aunque no de importancia—para cual
quier tipo de texto.
M ét o d o s y categorías d e textos
76
embargo, los tópicos, sean del tipo y longitud que sean, se deben tra
ducir por sus equivalentes terminales, por muy mal parado que que
de el autor.
Tengan en cuenta que, aunque los textos informativos y vocativos
tengan en común el ser los más indicados para traducirlos “comuni
cativamente”, presentan algunas diferencias.
Los textos informativos, a no ser que estén mal escritos y/o con
tengan inexactitudes, hay que traducirlos de forma más ajustada al
original que los vocativos. En principio —¡y sólo en principio!—, los
textos informativos, al estar en relación con la realidad extralingüísti
ca, se distinguen por las oraciones en tercera persona, los pasados y
un estilo no emotivo. Dentro de estos textos, es más probable que la
traducción de los fragmentos narrativos sea más ajustada y rigurosa
que la de los descriptivos, que requiere la percepción mental de adje
tivos e imágenes.
La traducción de textos vocativos arranca ya de entrada con el
problema de la segunda persona, factor social que varía en su reflejo
gramatical y léxico de una lengua a otra. Los textos vocativos, ade
más, ilustran los dos extremos de la traducción comunicativa: la tra
ducción, por una parte, a base de fórmulas y locuciones estandariza
das, usada principalmente en letreros y rótulos (transit lounge, “sala
de tránsito”, Transithalle), y la traducción “recreativa”, que en princi
pio puede ser la más apropiada para textos publicitarios y propagan
dísticos, donde la situación es más importante que el lenguaje. En
realidad, y si no existe un vacío cultural, este tipo de lenguaje persua
sivo escrito con tanta habilidad se ve muchas veces traducido casi
literalmente.
Examinando los numerosos prospectos publicitarios que corren
hoy día por ahí, escritos en varias lenguas, he podido observar: a)
que es casi imposible decir cuál es el texto original; b) que las traduc
ciones están muy cerca unas de otras; c) que cuanto más emotivo es
su lenguaje, más se diferencian las traducciones; y d) que las varian
tes parecen justificadas. Por ejemplo:
77
poésie. A virile scent, both sim ple a n d com plex, expresses a new
dim ension o f m an, strong a n d poetic.
C ómo traducir
78
Hoy día, las nuevas investigaciones se centran en cómo traduce la
gente, pero hay quizá muchos factores (estado anímico, límite de
tiempo, necesidad de un cambio de método) que no se tienen en
cuenta. A través de todo el proceso de pretraducción, uno se hace
una imagen clara de lo que realmente está pasando, aunque sólo sea
como una premisa que se ha de enmendar continuamente. Y esto sir
ve lo mismo en poesía que en una traducción técnica. Por ejemplo, es
posible que los versos Le soleil, sur le sable, ô lutteuse endormie En
l’or de tes cheveux chauffe un bain langoureux (Mallarmé, Tristesse
d ’été) evoquen la imagen de un sol espléndido que baña los cabellos
dorados de una muchacha dormida lánguidamente sobre la arena y
en lucha contra no se sabe qué, y ésta es la imagen que hay que man
tener en constante paralelo con la versión oblicua y elíptica produci
da por la lengua.
O tros m éto d os
79
males de la LT y reduciendo por lo general el lenguaje figurado a
lenguaje literal. ¿Hasta qué punto es éste un concepto principal
mente teórico o práctico? Pues no lo sé, pero como procedimiento
de pretraducción es conveniente con un fragmento difícil, compli
cado. Si al método le añadimos un componente pragmático, ten
dremos una traducción semántica o comunicativa.
5. La traducción académica. Este tipo de traducción, practicado en
algunas universidades, consiste en reducir un texto original a una
versión en la LT “elegante”, idiomàtica, culta y con un registro lite
rario (inexistente). Se trata de allanar la expresividad de un escri
tor con coloquialismos sumamente modernos: La Notre-Dame
avança: “La Notre-Dame se abría paso”; La pluie brouilla les ob
jets: “La lluvia obscurecía todo”.
80
C a p ít u l o VI
I ntro du cció n
81
determinar la longitud de la UT, expresado sucintamente por W. Hass
(“lo más pequeña posible y tan grande como sea necesaria”), es un
reflejo concreto del secular conflicto entre traducción libre y traduc
ción literal: cuanto más libre sea la traducción más larga será la UT y,
por el contrario, cuanto más literal, más corta la UT, más se ceñirá a la
palabra, o al morfema si es poesía. La traducción libre ha preferido
siempre la oración (hoy, con el auge de la lingüística del texto, prefie
re el texto completo), y, la traducción literal, la palabra.
El argumento es de poco peso y validez, aunque tiene algo de ver
dad en cuanto que refleja crudamente dos actitudes hacia la traduc
ción totalmente opuestas. En los últimos 15 años el argumento ha
vuelto a cobrar fuerza gracias a los que mantienen que la única y ver
dadera UT es el texto íntegro. Este punto de vista está respaldado por
la gran cantidad de trabajos realizados en el campo del análisis del
discurso ( o lingüística del texto) que ven el texto como un todo, en
sus relaciones y cohesión, superior a la oración.
Lo que está claro es que el texto no puede ser la UT en un sentido
tan “restringido” como el que defienden Vinay y Darbelnet. Eso sería
el caos. La mayor parte de la traducción de un texto se realiza en el
plano de la palabra, la unidad léxica, la colocación, la locución, la
cláusula, la oración —pero rara vez en el del párrafo y nunca en el
del texto— y probablemente en ese orden. El texto se podría definir,
más bien, como el tribunal de apelación último: todos los segmentos
lingüísticos, a cualquier nivel de la traducción, deben ajustarse a la
unidad del texto, a sus propiedades integradoras, a lo que Delisle
llama “organicidad textual”, si es que ésta existe —que a menudo ni
existe.
Las propiedades generales de un texto ya se han descrito muchas
veces, y son el tono, la intención textual, la intención del traductor, el
tipo de texto, la calidad de lo escrito, las características permanentes
del escritor (dialecto, sociolecto, época, sexo, edad, etc.), la situación
en relación con el lector, el grado de formalidad, generalidad o tecni-
cidad, el tono emotivo..., en una palabra, el registro y los rasgos prag
máticos. Y los tres lectores típicos son: a) el experto (en la cultura del
texto original y/o en el tema del discurso); b) el profano en la materia
pero cultivado; y c) el que ignora la cultura y/o el tema, por no decir
nada de su grado de interés en la materia.
Mi visión personal de los textos proviene de la teoría funcional del
lenguaje de Bühler, y los clasifico en expresivos, informativos o voca
tivos, y su traducción exigiría una lealtad básica al escritor de la LO, a
la “verdad” (o realidad de los hechos) o a los lectores respectivamen
te. Las funciones lo que representan es un énfasis dominante, no un
82
contenido total; por ejemplo, un texto informativo puede terminar
siendo vocativo por sus consejos, y, si es “anónimo” en el sentido de
Delisle, el traductor puede eliminar su componente expresivo (todos
los textos tienen elementos expresivos): L’advantage de ces médica
ments est pourtant obéré par ses inconvénients: “Los inconvenientes
de estos medicamentos pesan más, sin embargo, que sus ventajas”.
Los textos expresivos —que yo denomino “sagrados”— se tradu
cen como norma situándose en el plano del autor, y los informativos
y vocativos con la mira puesta en el lector.
Los demás aspectos de la lingüística del texto que afectan a la tra
ducción son: a) el nocional; b) el léxico y gramatical; y c) el de la
puntuación.
C oherencia
83
más de 1.800 versos, divididos en cinco actos más o menos iguales;
un tono serio y un final, por lo general —no siempre—, marcado por
una muerte seguida de un breve epílogo explicativo que devuelve la
normalidad a los supervivientes, como en Hamlet o Don Giovanni.
Si nos ponemos ahora a considerar la estructura del texto, vere
mos que ésta consta teóricamente de: tesis, antítesis y síntesis; intro
ducción, toma de contacto con el tema, aspectos y ejemplos, y con
clusión; marco, complicación, solución y evaluación; definición del
contenido del título, pros y contras, y conclusión; aproximación al clí
max por partes, clímax y desenlace; retrospección, exposición y ex
pectativas. Para un traductor puede ser de gran utilidad reparar en las
desviaciones de estas u otras estructuras estándar. Además, la estruc
tura viene marcada concretamente por ciertos indicadores, como por
ejemplo los capítulos, los títulos, los subtítulos, la extensión de los
párrafos, etc., y uno debería considerar si éstos van a ser los más
apropiados en la composición de la traducción y si van a adecuarse al
libro de estilo de la casa en la LT.
T ítulos
84
ratura imaginativa seria, creo que los títulos descriptivos deberían
mantenerse “literalmente” (Madame Bovary no podía ser otra cosa
que Madame Bovary). En cambio, un título alusivo se podría traducir
literal o —si es necesario— imaginativamente, como se hizo con los
títulos antes citados de Proust en español e inglés respectivamente. Es
una pena que a la obra de Grillparzer, Des Meeres und der Liebe
Wellen, se le haya dado en español el título descriptivo de Hero y
Leandro y no el de Olas de amor y mar. Pero no es la única: Crome
Yellow, de A. Huxley, se tradujo por Los escándalos de Crome, y no
por “Amarillo cromo”, y Cakes and Ale, de S. Maugham, por Cautiva
de amor, etc.
En el caso de textos no literarios, siempre hay razones para reem
plazar un título alusivo por uno descriptivo, sobre todo si aquel es
idiomàtico o está marcado culturalmente. Así, por ejemplo, “Corren
malos tiempos para la lírica” (El País, 8.12.90) y “Mambrú se fue a la
guerra”(aparecido en un periódico de Las Palmas) se podrían sustituir
por “La Izquierda Europea bajo mínimos” y “Participación española
en la Guerra del Golfo” respectivamente.
C o h e sió n del d iá l o g o
85
Would you mind “Le importaría”
I wonder if you “Yo no sé si tú”
See if you can “Mira a ver si puedes”
P untuación
86
La puntuación es un aspecto esencial del análisis del discurso
—también llamado ciencia del texto—, ya que ofrece una indicación
semántica de la relación entre oraciones y cláusulas, relación que
puede variar según las lenguas: los puntos suspensivos, por ejemplo,
indican en español pausa inesperada, conclusión vaga, omisión o
que el lector ya conoce lo que sigue, y en cambio en inglés suelen
indicar omisión de algún pasaje; los signos de exclamación se usan
en alemán para atraer la atención, producir efectos emotivos, enfati
zar, titular letreros —ya no se emplean en el “Querida Mary” de las
cartas—; el francés tiende a usar comas en lugar de conjunciones,
etcétera.
E fectos sonoros
C o hesió n
* “Granadas, vapores de gas y flotillas de tanques: cosas que nos aplastan, nos
devoran y nos matan. (...) cosas que nos ahogan, nos quedan y nos matan". (E. M.
Remarque, Obras selectas I, pág. 212, Barcelona, Planeta, I960. La traducción es de
Aurelio Garzón. [N. del T.J
87
tretanto”, “no obstante”), par contre (“por otra parte”, “sin embargo”),
d ’ailleurs (“además”, “sin embargo”), finally (“finalmente”, “al fin y al
cabo”), still (“con todo”, “sin embargo”), why (“con qué razón”, “con
qué objeto”), etc.
El alemán echa mano con mucha frecuencia de conjunciones
modales (mots-charnières) tales como aber, denn, also, doch, eben,
einfach, etwa, gerade, halt, ja, mal, nun, schon, bitte, etc., conjun
ciones que, según Helbig, se usan en conversación tres veces más
que en la prensa y seis más que en la “literatura”. Y por lo general, la
única forma de pasarlas a otra lengua es sobretraduciéndolas, por lo
que se tiende a omitirlas deliberadamente y con razón: su función es
en cierto modo fatica, o sea, que se usan en parte para mantener el
interés del lector u oyente, y casi siempre con la particularidad de
que la información concomitante sirve de recordatorio de lo que tan
to el uno como el otro deberían conocer.
Obsérvese, además, que el español tiene tendencia a subordinar
lo que en otras lenguas, como en inglés, se coordina: You can walk
but I ’ll rum “Si tú caminas, yo corro”.
S inónim os referenciales
88
killed 185, 000 soldiers. A t dawn the next day, there they lay, all
dead.
Tengan en cuenta que la palabra “tal” itale y tel en italiano y fran
cés) se usa también como sinónimo pronominal, y finalmente que
para unir oraciones se pueden emplear palabras de tipo general, des
de las típicamente generales (“cosa”, “objeto”, “caso”, “asunto”, affair,
thing, business, machin, truc, élément) hasta nombres propios, apo
dos, variantes del habla familiar, pronombres, pasando por hiperóni-
mos (“caballo”) e hipónimos (‘potro”).
En muchos casos, los tres tipos de sinónimos referenciales se usan
para evitar la repetición, antes que para añadir información, informa
ción que en cualquier caso sería accidental, temática, y no formaría
nunca parte del mensaje de la oración. Si, por el contrario, el traduc
tor tuviera que dar una información nueva, no debería tener miedo
de la repetición, sobre todo de repetir el término más específico o el
nombre propio con el fin de evitar cualquier ambigüedad.
E numeradores
O tro s conectivos
89
redundante, aunque enfatiza el progreso (social) en contraste con la
primera, que denota carácter progresista académico, y que Sprach
wissenschaft tiene en este contexto —no siempre— idéntico significa
do que Linguistik y se podría traducir por “la materia” o “la discipli
na”. (Fuera de contexto y en un doblete sinonímico alemán como el
anterior, el miembro “clásico” es el más “moderno” y elegante, en pri
mer lugar por estar más cerca del francés y del inglés y luego por ir
contra la antigua pedantería purista.)
Se usan también como conectivos palabras que de una manera
más o menos vaga expresan analogía, como “de un modo parecido”,
“asimismo”, également, “también”, de même, “así”, “igualmente”, etc.
Es de sobra conocido que également significa casi siempre “también”,
pero lo difícil para el traductor es muchas veces establecer el grado
de analogía.
90
fonéticos, léxicogramaticales y de puntuación (letra cursiva o comi
llas) para destacar la información importante: cualquier cambio inu
sual en el orden de las palabras, vocablos como eben, “precisamen
te”, “de hecho”, “verdaderamente”, only, just, trully. Y el énfasis, sea
del tipo o lengua que sea, se puede mudar a cualquier lugar de la fra
se. En una oración corriente (sujeto + verbo + complemento, o tema
+ rema), el DC estará en las últimas palabras. Pero, si colocamos al
principio de la frase, de modo “anormal”, uno de sus componentes,
éste llevará una fuerte carga de DC como parte del rema que se apro
pia de un lugar del tema. Este es un procedimiento afectivo que se
tendrá que dejar ver en la traducción.
El “dinamismo comunicativo” de Firbas lo que denota es la impor
tancia que tiene el retener correctamente el énfasis en traducción.
Siempre hay al menos una razón para mantener el orden tema-rema o
rema-tema en sacrificio de la sintaxis o incluso del vocabulario. El tra
ductor debe conciliar los aspectos funcionales, semánticos (cogpiti-
vos y estilísticos) y sintácticos de cada oración. Si examinan, ípor
ejemplo, la oración He was then allowed to leave y la traducen al
francés, tendrán las siguientes posibilidades:
91
y sintácticos de la oración, es probable que el traductor tenga que
contraponer los objetivos funcionales del escritor al orden tendente
— no preceptivo— de las palabras en la LT.
Una de las agudezas más importantes de Firbas ha sido observar
que la nominalización del verbo ha avanzado más en inglés que en
otras lenguas. (Yo creo que es una tendencia general y que se debe a
la cosificación y al materialismo, y al énfasis en los objetos y no en las
actividades...) Concretamente, cuando aparece un verbo remático en
español es muy probable que se traduzca al inglés con un verbo
semánticamente vacío más un nombre verbal (“Ella lo vislumbró”:
She caught a glimpse o f it; “él la visitó”: He paid her a visit) para mar
car lo que Nida (1975) llama un suceso particularizado. Sin embargo,
el traductor de un texto informativo, a no ser que se trate además de
un texto autoritativo donde se tiene que pasar también la forma —o
sea, de un texto “sagrado”—, debe oponerse a la tendencia a usar
nombres verbales como jerga. Un ejemplo que puede ilustrar esa ten
dencia, que ha ido muy lejos en alemán e inglés, es el de Kenneth
Hudson (1979), The conversion operation is o f limited duration,
cuando lo que quiere decir es “que no se tarda mucho en adaptar el
equipo”. Por esta razón, en la traducción al inglés de la frase sacada
de Guillemin-Flescher (1981), La cuisine française apprécie depuis
longtemps la saveur délicate de Técrevisse (“La cocina francesa lleva
mucho tiempo apreciando el delicado sabor del cangrejo de río”),
puede haber una tensión entre la actualización (verbal), el énfasis y la
jerga:
92
“punto culminate” se puede conseguir por medio de transposiciones
del tiempo verbal (de pasado a presente histórico, por ejemplo),
fenòmeno éste más coniente en español y francés que en inglés, o
con el paso del estilo indirecto al directo (probablemente común a
muchas lenguas).
La presencia de una “cadena de expectación” (“El lo mató, cocinó
y “El esperaba tener éxito pero...”) ayuda más al intérprete que al
traductor, a no ser que el hueco esté ocupado por un neologismo y
entonces puede resultar más fácil descifrarlo.
C ontrastes
93
puede ser tanto absoluto como relativo (grösserer puede significar
“bastante grande” y “más grande que algo antes mencionado”), y que
en inglés puede haber comparaciones implícitas (the larger towns).
Los comparativos, superlativos y “análogos” (“asimismo”, “exacta
mente”, “respectivamente”, “semejante”, “comparable”, etc.) se usan
de vez en cuando como mecanismos de cohesión y, en ocasiones,
son tan obscuros que posiblemente tengan ustedes que buscar sus
objetos de referencia en algún párrafo anterior. Todos estos mecanis
mos son “anafóricos” (señalan hacia atrás). Los mecanismos “catafó-
ricos” (señalan hacia adelante) son más raros Qos dos puntos, “ver
bigracia”, “esto es”, “el siguiente”, later, as undermentioned, dans le
chapitre qui suit) y a veces son difíciles de traducir de un modo
natural.
Las preguntas retóricas son anafóricas o catafóricas, ya que a
menudo se utilizan para resumir una idea o introducir un tema nuevo
( o dar relieve a una afirmación), y aparecen con mayor frecuencia en
las lenguas romances que en inglés, lo que quiere decir que frases
enunciativas inglesas podrían pasar a veces al español como pregun
tas retóricas: In no sense are we implying that this drug is chemically
more effective than the remainder o f the group: “¿Quiere decirse que
este medicamento es químicamente más eficaz que los demás? Nada
menos cierto”.
Tengan en cuenta que comparativos implícitos tales como “ma
yor”, “menor”, etc., incluso “próximo” y “lejano”, pueden funcionar
como conectivos anafóricos, en cuyo caso tal vez necesiten en tra
ducción algún complemento casual. Aquí es donde el análisis del dis
curso está vinculado a la gramática de casos.
Las oraciones se unen entre sí por medio de sustituciones combi
nadas con elipsis, pero éstas son mecánicas y constituyen por tanto
un aspecto de la lingüística comparada y no de la teoría de la traduc
ción.
Hay palabras de tipo general (organisation, list, catalogue, “siste
ma”, “estructura”) que también se pueden usar para unir oraciones.
Hasta aquí lo que hemos intentado ha sido mostrar hasta qué pun
to un texto completo puede ser considerado como unidad de traduc
ción y qué indicaciones más o menos prácticas puede un traductor
sacar de esta idea. Dichas indicaciones creo que son importantes
pero escasas. La mayor parte de los traductores echan mano del texto
como unidad de traducción sólo cuando tienen problemas claramen
te insuperables en el plano de la colocación, cláusula y oración. Si lo
tuviéramos que describir con una metáfora, diríamos que ésta es una
teoría ondulatoria de la traducción. El texto como UT ha empezado
94
“naturalmente” a cobrar importancia por la relevancia actual de la
competencia y el lenguaje comunicativos, donde las unidades de tra
ducción se vuelven más largas, como en los letreros e instrucciones.
Pero la mayor parte de lo que se escribe es probablemente descrip
tivo, donde el énfasis en la comunicación es menor y las UTs más
pequeñas.
95
1. Se tienen dificultades con los conectivos. El texto Quelques-uns,
vers la fin , endormirent et ronflèrent. Mais, au café, tout se
ranime (Madame Bovary), el traductor inglés Gerard Hopkins lo
traduce por When the feast was nearing its end, some o f them fell
asleep and snored, though they woke up again, when the coffee
appeared, y en cambio el traductor español lo hace así*: “Algunos,
hacia el final, se quedaron dormidos y roncaron. Pero a la hora
del café todo se reanimó”. Las dos traducciones gozan de bastante
exactitud, léxicamente hablando, lo que ocurre es que en la ingle
sa la fuerza del conectivo se debilita algo al fusionar el traductor
las dos oraciones. Pero ambas traducciones son buenas. El hecho,
por otra parte, de rellenar los vacíos casuales de café en español
(“hora del café”) y en inglés los de caféy fin están justificados.
2. No se está contento con la oración como unidad.
3. Se empieza a revisar la traducción.
Dentro de la oración, tenemos cinco subunidades de traducción.
Está en primer lugar el morfema (la unidad más pequeña cargada de
significado), que no debemos tomar en serio, a no ser que se trate de
prefijos (“post-”, “inter-”) o sufijos ( “-ismo”) y éstos no tengan un
equivalente directo en la LT en el contexto de la palabra (pero véase
Catford, 1975, pág. 76). Y, después, hay dos subunidades, la cláusula y
la locución, que son gramaticales, y otras dos, la colocación y la pala
bra (aquí tendrían cabida también el modismo y el compuesto, que es
una colocación congelada) que son léxicas. Cuando uno traduce,
debe ocuparse al mismo tiempo de lo gramatical (tiempo, modo,
espacio, lógica, concordancia) y de lo léxico (detalles), y asegurarse
de mantener la PFO allí donde sea importante. No se puede dar prio
ridad a ninguna de las subunidades en concreto, ya que debemos
tener en cuenta cada una de ellas, en caso de que se den todas. (Una
oración puede ser una cláusula que conste sólo de palabras y no
tenga ningún sintagma o colocación.) Cuanto más expresivo o “sagra
do” sea el texto, más atención tendrán que prestarle al significado
contextual preciso de cada una de las palabras, aunque sea en detri
mento del mensaje o del valor comunicativo de dicho texto. Lo que
quiere decir que cuanto más autoritativo sea un texto, más pequeña
es la unidad de traducción. Y por el contrario, cuando un segmento
lingüístico se estandariza, éste se convierte en UT, aunque sea tan lar
go como un refrán (Pierre qui roule n ’amasse pas mousse: Wer rastet,
96
der rostet; A rolling stone gathers no moss; “Piedra movediza nunca
moho la cobija”) o tan corto como una colocación (“gol de pañuelo”;
“no hay color”; “hacer la luna”). Observen que las colocaciones más
frecuentes son: a) verbo más complemento, como las mencionadas;
b) nombre más adjetivo; y c) adverbio más adjetivo.
Hay maneras muy conocidas de traducir o “transponer” cláusulas
y locuciones gramaticales que aparecen clasificadas en las gramáticas
monolingües y mejoradas en las gramáticas contrastivas y libros de
traducción. Muchas de ellas sugieren la posibilidad de convertir
la gramática en léxico (un verbo, por ejemplo, pasa a ser nombre
o adverbio) o una cláusula en locución o incluso palabra (Dès son
lever: “tan pronto como se levanta”; by the time we got there, “antes
de nuestra llegada”). Para un traductor es muy útil tener todas estas
transposiciones clasificadas en manuales, aunque hay que decir que
casi siempre tienen varias traducciones. La gramática admite siempre
más opciones que el léxico, es mucho más flexible, lo mismo que las
palabras más generales (“cosa”, “cualidad”, “asunto”) tienen más sinó
nimos que las más específicas (oxygen-freezing mixture: “mezcla
congelante de oxígeno”). Aunque las posibilidades se reducen cuan
do una cláusula, por ejemplo, con sus constituyentes léxicos se colo
ca dentro de un texto, ya que entonces ésta queda determinada por
una situación, que a su vez puede abrir nuevas posibilidades. Así, por
ejemplo, Les ciseaux à la main, l ’a ir mal assuré una vez contextuali-
zada se podría convertir en II était debout, les ciseaux à la main,
l’a ir mal assuré. (El ejemplo no sólo ilustra la conocida “indetermina
ción de la traducción” de Quine, sino la indeterminación semántica
de gran parte de la lengua.)
C onclusión
97
traducción. He pretendido demostrar también que en un texto expre
sivo o autoritativo las palabras tienen un acento especial, mientras
que en uno informativo ese acento va en las colocaciones y locucio
nes (o sintagmas), y en una sección textual vocativa o pragmática
(esa parte del texto que intenta provocar una respuesta en el lector)
en la oración y el texto íntegro. Finalmente, y aunque la mayor parte
del capítulo está dedicada al texto como UT, tengo que decir que en
mi opinión escritores como Wilss, Holmes, Delisle y Neubert le han
hado recientemente a esta idea una importancia desorbitada sin ape
nas mencionar sus aplicaciones prácticas —Delisle sí lo ha hecho.
Para mí la unidad de traducción es una escala móvil, sensible a otros
factores variables, que en el fondo (todavía) deja algo que desear.
98
C apítulo VII
La tr a d u c c ió n litera l
I ntro du cció n
99
Mr. Yeltsin fe lt it necessary to close dow n newspapers. His action
is arbitrary, anti-dem ocratic a n d m ust be strongly condem ned.
100
V a k ie d a d e s d e t r a d u c c i ó n c e r c a n a a l t e x t o
101
auflieben, einstellen, Anlage, no tienen traducción literal. Aquí, como
en muchos otros casos, mis definiciones son “operativas”, propias
del debate —que no teoría— de la traducción, y no “rigurosas” o
“exhaustivas”, como serían las de la lingüística.
Creo que la traducción literal es el primordial procedimiento de
traducción, tanto en la traducción comunicativa como en la semánti
ca, en el sentido de que es el punto de partida de la traducción. Sin
embargo, cuando se sobrepasa el nivel de la palabra, la traducción
literal se hace más y más difícil, y, si surge cualquier tipo de problema
translatorio, es por lo general —no siempre— imposible. La traduc
ción literal es aquello de lo que uno trata de escapar y, sin embargo, a
veces no tenemos más remedio que volver a ella, en cierto modo por
que nos hemos acostumbrado al sonido de lo que al principio parecía
tan extraño y antinatural. Pero hay que tener cuidado con eso. Une
tentation cuisante ¿es una tentación “dolorosa” o “intensa”? ¿Se po
dría uno acercar más? La traducción más cercana es “una tentación
aguda”, pero no es literal. O, por ejemplo, “una reacción desaforada”:
aunque la traducción más cercana en inglés sea a lawless reaction,
habrá que traducirlo por a violent (or outrageous) reaction. En un
nivel superior al de la palabra, la traducción literal es el único proce
dimiento correcto si hay una correspondencia entre el significado de
la LO y el de la LT, o si es la más cercana; eso significa que el referen
te y el efecto pragmático son equivalentes, esto es, que las palabras
no sólo se refieren a la misma “cosa”, sino que tienen asociaciones
parecidas (mum: “mamá”; the prof: “el profe”) y la misma frecuencia,
al parecer, en este tipo de texto; quiere decir, además, que el contex
to no afecta al significado de la unidad de la LO tanto como para que
no se corresponda con el significado de la unidad de la LT. Normal
mente, cuanto más específica o técnica es una palabra, menor es su
probabilidad de verse condicionada por el contexto. Por otra parte,
un objeto corriente tendrá por lo general una traducción literal uno-
por-uno si hay un solapamiento entre la cultura de la LO y la de la LT,
aunque la mayoría de las lenguas presentan vacíos léxicos bastante
extraños (en inglés, por ejemplo, “nuca”, “juanetes”). A veces, térmi
nos referidos a objetos corrientes tienen otros significados corrientes
(“banco”, “banda”)..., de tal forma que la lengua —sobre todo el
inglés con sus monosílabos— parece ineficaz.
102
La t r a d u c c i ó n d e la p o e s ía
103
Horch, teure! horch! die nacht die leise schreitet! (George)
Vernim m vernim m sie doch die süsse Nacht die schreitet (Benjam in)
Entends, m a chère, entends la douce N uit qui m arche (Baudelaire)
104
co). La traducción de objetos y movimientos suele ser más literal que
la de cualidades y maneras de moverse. Muchos adjetivos corrientes
que denotan sensación seccionan el significado a su manera, de tal
modo que no podemos fiarnos de una traducción transparente de
“sincero”, “leal”, “trivial”, “importante”, “brutal”; sólo uno o dos, como
“excelente” y “maravilloso”, son generalmente transparentes. Y por
otra parte, las palabras más generales y abstractas (“fenómeno”, “ele
mento”, “asunto”) admiten las dos posibilidades, tanto la de traducir
las transparentemente como la de dejar de hacerlo; en ese nivel abs
tracto, se suele dar muchas veces una transposición ( “cualidad” por
property), pero, aún así, la traducción sigue siendo uno-por-uno. Por
lo general, se puede decir que hay más amigos fieles que fa u x amis,
y no debemos vacilar en usarlos: cualquier otra traducción es casi
siempre errónea. Esto presupone que, dentro de un contexto, los lec
tores originales y los terminales tienen un nivel de interés y de lengua
similar. De otra forma, la traducción podría muy bien ser diferente.
Muchos teóricos creen que la traducción es más un proceso de
explicación, interpretación y reformulación de ideas que una trans
formación de palabras; que el papel del lenguaje es secundario, que
es un simple vector o portador de ideas. En consecuencia, todo es
traducible y no tiene por qué haber dificultades lingüísticas. Dicha
actitud, que de algún modo caricaturiza a la escuela de Seleskovitch
(la ESIT de París), es la opuesta a aquélla otra que afirma que la tra
ducción es imposible porque todas o la mayor parte de las palabras
tienen siginificados diferentes en lenguas diferentes, esto es, todas las
palabras son específicas de una cultura y, para colmo, cada lengua
tiene su peculiar gramática. Mi postura es que todo es traducible has
ta cierto punto, pero que muchas veces las dificultades (lingüísticas)
son enormes.
L as palabras y el contexto
105
debemos dar con la palabra precisa. Y éstas sólo se deben forzar, si el
pensamiento se ve amenazado.
No quiero que se interprete lo anterior como una defensa a ultran
za de la traducción literal o uno-por-uno, ya que si ésta se puede
tachar de “translacionismo” —y hay muchísimas publicadas que pe
can de eso— es mala. Lo que ocurre es que muchas veces se exagera
la parte re-creativa de la traducción y se subestima la parte literal,
sobre todo en la traducción literaria, pero no sólo ahí, sino en otros ti
pos de textos lingüísticamente correctos y escritos adecuadamente.
Examinemos los siguientes fragmentos de un anuncio de Bendicks,
texto donde cabría esperar las mayores divergencias translatorias:
(2A) Blended together they provide a very distinctive and widely ap
preciated example o f the chocolatier’s art.
(2B) Ce mélange est l’exemple très distingué et largement apprécié de
l’a rt du chocolatier.
(2C) La loro fusione è un perfetto esempio dell’arte distintiva e vasta
mente apprezzata del cioccolatiere.
(2D) “Esta mezcla es un ejemplo perfecto y mundialmente apreciado
del arte del chocolatero”.
(2E) -ein ausgezeichnetes und weithin geschätztes Beispiel fachli
chen Könnens.
106
más, un juego de palabras de gran efectividad (nachgeahmt, nachge
macht), que altera y mejora el sentido del inglés. (El juego de pala
bras está en que nachmachen significa “fabricar” e “imitar”, significa
do éste último que comparte con nachahmen.)
V ariaciones elegantes
La prueba d e la retrotraducción
107
ra bien, la prueba de la retrotraducción no es válida cuando existe un
vacío léxico en la LO o en la LT: así, si traducimos a murky street por
“una calle oscura” y luego volvemos a traducir este sintagma terminal
al inglés, nos daría a dark street, lo cual no quiere decir que “calle
oscura” no sea una traducción aceptable, sino que en español existe
un vacío léxico para poder verter murky correctamente.
Observen además que el componente figurado del lenguaje es un
argumento en contra de la traducción literal cuando se trata de una
metáfora cultural o estándar, pero es un argumento a favor de la mis
ma si se trata de una metáfora universal y/u original.
La traducción aceptada
108
la plaine, que al parecer tiene casi siempre la misma frecuencia y
campo semántico que en español “el llano” se traducirá siempre
como “llano”, a no ser que sea una variante ortográfica de la plane
(“plana”).
Si una unidad de la LO perfectamente natural da una traducción
literal chapucera (por ejemplo que he was overcome by grief, nos die
ra “él fue vencido por el dolor” en lugar de “estaba postrado de
dolor”), la traducción será forzosamente errónea, por muy expresivo
que sea el resto del texto original.
El “lenguaje corriente” —en inglés, descriptivo y neutral, pero no
coloquial— es tan propio de la lengua oral como de la escrita, se
caracteriza por las variantes léxicas del habla familiar (bloke, kids,
cash, job, make love), verbos’Vacíos”, nombres verbales (make his
way to), etc., y resulta casi imposible traducirlo literalmente.
La traducción natural
109
Observen que cuando se topa uno con palabras generales de la
LO que no tienen una traducción uno-por-uno “satisfactoria”, aun
que en ese momento estemos sobretraduciendo, es a veces aconse
jable apartarse de la traducción literal. Así, Darstellungen es más
común y concreto que “representaciones”, y, dentro de un contex
to, se podría muy bien traducir por “cuadros”, “diagramas” o “grá
ficos”.
Finalmente, se puede decir que, desde una perspectiva humana,
todos los objetos son símbolos, y todas las palabras representaciones
o símbolos de los objetos. En este sentido, la traducción literal se
puede mover en cualquiera de estas dos direcciones. Por lo general,
“atropínico” puede significar “hecho de atropina” (literalmente) o
“como (o parecido a) la atropina”, y, burn, “quemadura”, “abrasa
miento” o “una sensación ardiente o abrasadora”. No es tan corriente
en cambio que Die Apfelsine fä llt m ir ein pueda significar literalmen
te “La naranja” (antes mencionada) o “Me viene a la mente la idea de
la naranja”.
La traducción re-creativa
110
dad, antes de afrontar pasajes largos, les tiene que gustar primero
bregar con las palabras.
En estos últimos años, Londres se ha convertido en una ciudad tri
lingüe —muchas veces cuatrilingüe, si añadimos el holandés— , en lo
que a letreros y anuncios se refiere. El British Transport Board (De
partamento de Transportes británico), al que se le han abierto los ojos
bastante tarde, ha sacado provecho de los errores de los demás y ha
actuado bien. Y una de las cosas que más me ha sorprendido de los
anuncios es lo cerca que están unas traducciones de otras, tanto que
casi rayan con la traducción literal:
Q ue ce soit votre prem ière ou votre cinquantièm e visite en
Grande-Bretagne, parions que, ava n t la f i n de la journée, vous
n ’a u re z p a s m anqué de rem arquer mille curiosités nouvelles,
typiques d u p a ys et de ses habitants.
La traducción literaria
111
E l SUBTEXTO
112
puede necesitar cinco líneas para decir lo que el novelista en toda
una página, como le dijo Terence Rattigan a Meyer.
La palabra “subtexto” es otra forma útil de denominar la función o
intención de un texto, el tenue hilo que el traductor debe perseguir a
través de su obra. Pero el concepto se vuelve peligroso y engañoso
cuando el subtexto empieza a extenderse por el texto, o, puesto en
términos diferentes, cuando la descripción o el texto superficial se ve
reemplazado parcial o totalmente por la función, por la estructura
profunda del texto, cuando el símbolo se ve reemplazado por su sig
nificado, y así sucesivamente. Normalmente, uno no puede traducir
When his father died his mother couldn’t afford to send him to Eton
any more por “Cuando murió su padre, su madre no podía seguir
permitiéndose el lujo de enviar a su hijo a una de las escuelas priva
das caras”, como hacen Hónig y Kussmaul (1982) en su versión ale
mana. Con esto no quiero dar a entender que al lector medio, alemán
o español, le sirva una traducción literal de este texto —transfiriendo
Eton sin indicar su función—, aunque sí que sería válida para un lec
tor culto. Pero Eton es un elemento esencial en esta traducción y su
función (la escuela más prestigiosa del Reino Unido) no se explicita
de forma adecuada. Así que el subtexto como motivo para adornar el
original no se puede mantener en pie. El que alguien diga una cosa
queriendo en realidad decir otra distinta es un rasgo sicológico que
debe quedar transparente en la traducción, que debe quedar igual de
disimulado u oculto que en el original, porque el hecho de que se
induzca o no culturalmente es algo que no puede afectar, ni debe
alterar, la traducción en el plano lingüístico.
La n o c ió n de palabra “n o equivalente ”
113
pasando Fausto, dubitativa y subjetivamente, de Wort (“palabra”),
Sinn (“sentido”, “significado”, “idea”), Kraß (“vigor”, “fuerza”, “po
der”), a Tat (“hazaña”, “hecho”, “acción”, “actividad”) y cómo hace
sus propios comentarios completamente independientes del griego o
de la verdad referencial*, veremos en todo ello el ejemplo ilustrativo
de su doloroso bregar con cuatro palabras clave, una de las cuales,
Kraß, está condicionada, según Gadamer (1976), no por su contexto
en la obra o en el Nuevo Testamento, sino por su pasado..., por su
conexión con la física de Newton y su posterior desarrollo (integra
ción) en la conciencia pública alemana gracias a la labor de Ottinger
y Herder, “el concepto de fuerza se hizo comprensible partiendo de
la base de la experiencia vital de la fuerza. Mientras tenía lugar esta
integración, se desarrolló el concepto técnico de la palabra Kraft en
el idioma alemán y se individualizó hasta el punto de llegar a ser
intraducibie”.
Calificar de “intraducibie” una palabra cuyo significado no se pue
da verter literal y precisamente por otra palabra es absurdo, sobre
todo cuando se podría al menos describir mejor por medio de cuatro
o cinco palabras, gracias al análisis componenda!; ahora bien, nunca
en el texto de la obra, sino en una nota al pié de página. Tomando la
traducción en un sentido ideal, Gadamer ha señalado que “ninguna
traducción puede reemplazar al original..., la tarea del traductor no es
en ningún caso copiar lo que se dice, sino situarse en la dirección de
lo que se dice (esto es, en su sentido) para transferir lo que se ha de
decir a la dirección de su propio decir”. Una vez más, esta dependen
cia del vouloir-dire y de la transcendencia de lo que el texto de la LO
dejó deliberadamente sin decir puede resultar peligrosa y vale sólo
para los textos más difíciles, donde es vital algún tipo de interpreta
ción y hermenéutica por parte del traductor, si es que éste, como par
te activa, “quiere convertirse de nuevo en el encargado de decir el
texto”. Aquí, la importancia del período histórico y la época , además
de la personalidad del traductor, los juicios que se ha formado en el
* Esta es la traducción que José Roviralta hace del texto alemán: “Escrito está: ‘En
el principio era la Palabra’ ... Aquí me detengo yo perplejo. ¿Quién me ayuda a prose
guir? No puedo en manera alguna dar un valor tan elevado a la palabra; debo traducir
esto de otro modo si estoy bien iluminado por el Espíritu. —Escrito está: ‘En el princi
pio era el sentido’...Medita bien la primera línea; que tu pluma no se precipite, ¿es el
pensamiento el que todo lo obra y crea?... Debiera estar así: ‘En el principio era la Fuer
za’ ... Pero también esta vez, en tanto que esto consigno por escrito, algo me advierte
que no me atenga a ello. El espíritu acude en mi auxilio. De improviso veo la solución,
y escribo confiado: ‘En el principio era la Acción’. (Goethe, El F austo, Madrid, Cátedra,
1987, págs 141-142.) [N. del TJ
114
transcurso de su desarrollo emocional e intelectual, los pre-juicios°
(Vorurteile) y las ideas preconcebidas con que se enfrenta a un pro
blema particular (un año después traducirá el texto de forma diferen
te: ¿se llama a esto casualidad o cambio personal?)... Todo esto es im
portante cuando el traductor, que debe bregar con la gramática, con
las palabras y con los matices modales (verbos modales), temporales
(tiempo) y durativos (aspecto), se plantea traducir textos que parecen
estar en la línea fronteriza entre el lenguaje y el pensamiento.
Pero, en la inmensa mayoría de los casos, la ayuda de Gadamer es
prácticamente nula para el traductor, y su afirmación de que “ninguna
traducción es tan comprensible como el original” es errónea: muchas
traducciones han sido y son una introducción buena y sencilla al ori
ginal, sobre todo traducciones de lenguas como el alemán con un
orden de palabras artificial impuesto por sus amanuenses, sus ofici
nistas, esto es, lenguas que no siguen de hecho el orden SVO (sujeto-
verbo-objeto), que dejan para el final de la cláusula los elementos
léxicos de los verbos. Sin embargo, Gadamer utiliza su enunciado, “el
significado más inclusivo de lo que se dice llega al lenguaje sólo en la
frase original, pero luego se va esfumando en lo que se dice y habla
posteriormente”, como un argumento en contra de la traducción lite
ral. “De aquí que la tarea del traductor no esté nunca en copiar lo que
se dice”, otra de sus afirmaciones que me parece peligrosa si sugiere
que el traductor tiene que anticiparse a futuros cambios en el signifi
cado del lenguaje. De hecho, Kant, Hegel, Heidegger y Gadamer se
comprenden inicilamente mejor leyendo sus textos traducidos que
los originales.
Sin embargo, cuando Gadamer hace una crítica constructiva sana
es cuando insiste sobre la personalidad del traductor, sobre su estado
de conciencia y lucidez, sobre las limitaciones de los tipos normal
mente reconocidos de contexto.
115
escritor innova deliberadamente, el traductor no tiene más remedio
que seguirlo y olvidarse del contexto.
Un traductor situado en el plano del lector es probable que in-
fratraduzca, que use palabras más generales por mor de la claridad,
simplicidad, y, por ende, que “omita” por entero el traducir palabras.
(Los traductores deben dar cuenta de cada una de las palabras de la
LO, lo que no quiere decir que las traduzcan todas.) La infratraduc-
ción está, en cambio, justificada cuando el texto informativo no resul
ta lo suficientemente claro, pero no cuando es innecesaria y se practi
ca simplemente por alejarse de la traducción literal. Uno no debe
nunca bajar el nivel de su versión por culpa de sus lectores (para que
lo entienda el lector).
Una buena traducción literal debe ser eficaz por derecho propio y,
si en ella aparecen interferencias del original, tiene que ser por deci
sión consciente del traductor. Algunas traducciones literales insignifi
cantes —claros casos de “traslacionismo”— de folletos turísticos, que
mantienen el colorido local de una palabra trasferida, tienen su
encanto. “Bienvenido al servicio del taxi”: Welcome to the taxi servi
ce*. La culpa de las interferencias de la LO siempre la tiene el traduc
tor inconsciente. Cuanto menos dependan del contexto las palabras
(listas, términos técnicos, metáforas originales, colocaciones “inacep
tables”, etc.), mayor su probabilidad de ser traducidas literalmente.
Y al contrario, cuanto más estereotipadas sean las colocaciones, colo-
quialismos, idiotismos, metáforas, menos probabilidad tienen de ser
traducidas literalmente. De todas todas, el procedimiento de la tra
ducción literal tiene un sitio propio en todas las buenas traducciones.
La mitad de los conceptos erróneos que circulan sobre traducción
se deben al hecho de que haya tantos profesores que aconsejen a sus
alumnos evitar traducir, siempre que sea posible, una palabra de la
LO por otra de aspecto semejante en la LT. Con lo cual lo que se con
sigue es que los alumnos amplíen su vocabulario en la LT, pero tam
bién que falseen las traducciones.
116
C a p ít u l o V ili
L os d e m á s p r o c e d im ie n to s d e tr a d u c c ió n
L a TRANSFERENCIA
117
se Capítulo EX), lo que suele hacer el traductor es complementarlo
con un segundo procedimiento de traducción, y a los dos juntos es a
lo que llamamos “doblete” (couplet). Por regla general, sólo se debe
rían transferir “objetos” culturales o conceptos relacionados con un
pequeño grupo o secta. Esa moda, en cambio, de transferir las llama
das “características nacionales” (dolce vita, “machismo”) debería
desaparecer. Está de más decir que, en principio, los nombres de
objetos de la LO, inventos, aparatos y procesos que se tengan que
importar, por parte de la comunidad de la LT, se deberían traducir de
forma creativa y preferiblemente “autoritativa”, si son neologismos,
aunque los nombres de marcas se deben transferir: no es tarea del
traductor fomentar los intereses económicos, nacionales o de presti
gio personal del anunciante en la LO. Al mismo tiempo, tampoco
podemos ser inflexibles y dogmáticos: los medios de comunicación,
los expertos, siempre van a transferir palabras, les guste o no a los
traductores. Quizá transfieran muchas menos cuando se dignifique la
profesión del traductor.
¿Qué es lo que se transfiere? Pues se suelen transferir los nombres
de las personas vivas (excepto el del Papa y el de los miembros de las
familias reales) y de la mayor parte de las muertas, los nombres geo
gráficos y topográficos, incluidos los de los países que acaban de
estrenar independencia (Malaui, Zimbabue), a no ser que tengan ya
traducciones reconocidas (véase el apartado siguiente), los nombres
de revistas y periódicos, los títulos de piezas literarias, obras de teatro
y películas que están todavía por traducir, los nombres de institucio
nes y empresas privadas, los de instituciones públicas o nacionaliza
das, a no ser que tengan una traducción reconocida, los nombres de
calles, direcciones, etc. (rue Thaibaut: “la Rue Thaibaut”).
En todos los casos anteriores hemos contado con un tipo de lector
similar, pero allí donde se considere oportuno se debería añadir un
tercer término culturalmente neutro en la LT, o lo que es lo mismo,
un equivalente funcional.
Muchas veces, en la traducción de novelas y ensayos con sabor
regional (y en anuncios: jeans, boccato di cardinali), se transfieren
las palabras culturales para dar a la obra colorido local, para atraer al
lector, para causar una sensación de intimidad entre el texto, y el lec
tor... A veces el sonido o la imagen evocada resultan atractivos. Sin
embargo, estas mismas palabras se deberían definitivamente traducir
cuando se trata de textos no literarios (por ejemplo, sobre agricultura,
vivienda) y existen probabilidades de que permanezcan en la cultura
de la LT y/o en la lengua terminal.
A menudo, los problemas vienen con la traducción de palabras
118
“semiculturales”, o lo que es lo mismo, palabras mentales abstractas
asociadas con una época, país o individuo, como “maximalismo”,
“Ilustración”, la “nada” de Sartre (néant) o el Dasein de Heidegger.
En principio, lo que se debería hacer con dichas palabras es en pri
mer lugar traducirlas y, si fuera necesario, dar además la palabra
transferida y el equivalente funcional entre paréntesis, por lo menos
hasta que estemos seguros de que nuestros lectores conocen y en
tienden el término. Pero desgraciadamente muchas veces se transfie
ren y además por esnobismo: porque se lleva lo extranjero. Estas
palabras podrán ser intraducibies, pero el papel del traductor no es
desconcertar al lector con palabras de moda, sino lograr que la gente
entienda las ideas Oos objetos no son tan importantes). Porque quizá
los términos clave difíciles de Freud se hayan traducido mal, pero al
menos fueron traducidos. La transferencia tiene un argumento en pro
y es la muestra de respeto por la cultura del país de la LO; pero tiene
también un argumento en contra, que cuando se transfiere no se ex
plica, y la tarea del traductor es justamente traducir, explicar.
La naturalización
E l equivalente cultural
119
vez en cuando es posible que estos equivalentes sean puramente fun
cionales en lugar de descriptivos, como cuando cricket o baseball
dan “el fútbol” en español o le cyclisme en francés, y tea-break, “la
hora del café”. Estos equivalentes culturales funcionales tienen un
uso en traducción mucho más restringido aún, pero de vez en cuan
do se pueden utilizar, sobre todo si la palabra no tiene mucha impor
tancia y aparece en un artículo de vulgarización o en una obra litera
ria del gusto del vulgo. En el teatro son importantes porque pueden
crear un efecto inmediato: He met her in the pub: “La encontró en el
bar”; twenty yards behind him: “veinte metros detrás de él”. Sin em
bargo, el objetivo principal de este procedimiento es servir de sopor
te o suplemento de otro procedimiento de traducción en un doblete.
E l EQUIVALENTE FUNCIONAL
120
El e q u i v a l e n t e d e s c r i p t i v o
L a SINONIMIA
121
dad, prefiero el término through-translation porque es mucho más
transparente.
Teóricamente, un traductor no debería nunca “iniciar” una traduc
ción directa. Pero, a decir verdad, las traducciones transparentes en
culturas contiguas son útiles a veces para llenar lagunas y, quizá, ya
vaya siendo hora de que expresiones como good appetite, leading
motive (y no leitmotiv), birthday child, “pinchadiscos”, “operador tu
rístico”, “cheques de viaje”, entren a formar parte del inglés y del espa
ñol familiares. Los ejemplos más obvios de traducciones directas los
tenemos en los nombres de organizaciones y organismos internaciona
les, que muchas veces constan de palabras “universales” transparentes
—posiblemente— para las lenguas romances y el inglés, y motivadas
semánticamente para el germánico y el eslavo (EEC: “Comunidad Eco
nómica Europea”, Europäische Wirtschaftsgemeinschaft; working par
ty: “comisión investigadora”, comission d ’enquête, Arbeitsausschuss.
Las organizaciones internacionales son conocidas a menudo por
sus siglas, que en algunos casos puede ser que sigan en inglés (FAO,
UNESCO) o francés (FIT, siglas de Federación Internacional de Tra
ductores), pero lo más frecuente es que cambien según la lengua:
“OMS”: WHO (ing.), OMS (fr.), WGO (al.); “OTAN”: NATO (ing.),
OTAN (ir), NATO (al.).
En las traducciones de folletos, guías y material turístico es donde
más probabilidad hay de que pululen las traducciones directas inco
rrectas: “en caso de incendio abandone su habitación cerrando la
puerta”.
En general, sólo se debería hacer uso de traducciones directas
cuando son términos ya reconocidos.
T ransposiciones ( o shifts)
122
is interesting, the interesting thing is, it’s interesting o the interest o f
the matter is. El gerundio inglés (working with you is a pleasure)
ofrece asimismo varias opciones: “el trabajar”, “el trabajo”, etc. A pro
pósito, creo que el gerundio es la transposición más descuidada por
los traductores. Estarían en este grupo también el verbo auxiliar do
(do come), “acabar de” más infinitivo, la construcción francesa venir
de más infinitivo —tanto una como otra se traducen al inglés por
recently o just—, infinitivos italianos y españoles, y participios pasa
dos españoles como “el enlatado”, “el barnizado”, etc.
El tercero es un tipo de transposición en que, gramaticalmente
hablando, se puede dar una traducción literal, pero tal vez choque
con el uso natural de la lengua terminal. Aquí, el libro de Vinay y
Darbelnet, pioneros en este campo, y un sinnúmero de seguidores
suyos dan la traducción que más les gusta, pero cometen el error
muchas veces de no enumerar otras alternativas que se podrían ade
cuar mejor a otros contextos o, posiblemente, al gusto del traductor.
(Al ser la gramática más flexible y general que el léxico, se puede por
lo general trabajar con ella de forma más libre.)
Entraría aquí también el cambio de un verbo en la LO por un
adverbio en la LT: Il ne tardera pas à rentrer: “El volverá pronto”.
En otras ocasiones y en algunas ellas de forma bastante arbitraria,
Vinay y Darbelnet ofrecen únicamente una de las múltiples traduccio
nes posibles, y no está mal, sólo que deberían haber mencionado de
antemano que existen otras alternativas. En fin, todos conocemos los
prejuicios de Vinay y Darbelnet en contra de la traducción literal
(punto éste tratado admirablemente por Wilss, 1982) y la influencia
tan nefasta que ha tenido esto en la enseñanza de la traducción y,
posiblemente, en las mismas traducciones.
El hecho de que no sea posible estandarizar rigurosamente las
transposiciones al estilo de Vinay y Darbelnet, ya que son tantas las
que se solapan y lexicalizan (es lo que Catford llama “transposiciones
de nivel” o level-shifts: “tras su muerte”: after she had died), no es ra
zón para restar mérito a su utilidad, y el estudiante de traducción se
debería concienciar de las grandes posibilidades que ofrecen.
Hay, además, un gran número de transposiciones estandarizadas
del inglés al español, que merece la pena resaltar, aunque todas ten
gan más de una traducción:
123
3. Adverbio en la LO---- > construcción adverbial en la LT: gruffly:
“de manera brusca".
4. Nombre más nombre en la LO---- > nombre más adjetivo de sus
tancia en la LT: nerve cell: “célula nerviosa”.
5. Verbo descriptivo más preposición en la LO---- > verbo de movi
miento más gerundio en la LT (Vinay y Darbelnet la llaman criss
cross}. he crawled to the window: “ganó la ventana gateando”.
6. Verbo copulativo más nombre en la LO---- > verbo en la LT: He
gave a laugh: “El se rió”.
7. Nombre más preposición más nombre en la LO (o lo que yo llamo
“construcción casa-en-la-colina”, house on the hill construction)
---- > nombre más participio pasado o subordinada adjetiva más
nombre en la LT: the plot against him: “el complot urdido contra
él”; the tower on the hill: “la torre que se erguía en la colina”.
8. Oración subordinada o, a veces, sintagma adverbial en la LO----->
construcción de participio en la LT: when the time comes (at the
right time) I ’ll be ready: “llegado el momento, estaré listo”.
El cuarto tipo de transposición consiste en llenar un vacío léxico
virtual con una estructura gramatical: “a la salida del teatro”: as we
came out o f the theatre.
Ciertas transposiciones parece ser que van más allá de las diferen
cias lingüísticas y se podrían considerar como opciones generales
dignas de una consideración estilística, por ejemplo la transformación
de oraciones coordinadas inglesas en subordinadas españolas. Todos
sabemos que las lenguas romances tienden a subordinar, en tanto
que el inglés (influenciado, según algunos, por la Biblia en versión de
King James, y en último término por el hebreo) prefiere las oraciones
simples o coordinadas.
Asimismo da la impresión de que muchas lenguas tienen el capri
cho de convertir verbos activos en nombres animados: Il boit seo. “Es
un bebedor empedernido”.
He aquí una serie de transposiciones que giran en torno al sujeto
de las lenguas romances:
1. “Una vez elegido, Lázaro Carreter...”: Once (when) he. had been
elected, Mr Lázaro...
2. “Pepe, alegre, se fue”: Pepe, who was happy, left.
3- “El hombre que estaba junto a la puerta...”: the man standing at
the door...
4. “Mi hermano, crédulo, se las tragó como ruedas de molino”: My
brother, who was credulous, swallowed it hook, line and sinker.
124
Quiero mencionar finalmente que las transposiciones ilustran una
tensión frecuente entre gramática y énfasis. Pongamos un ejemplo:
¿traducirían ustedes Seine Aussage ist schlechthin unzutreffend por
“Su afirmación es completamente falsa” o por “No hay absolutamente
nada de verdad en su afirmación”? Lo único que quiero decir es que
con demasiada frecuencia se altera el orden de las palabras innecesa
riamente y que a veces sería más apropiada una traducción con un
sinónimo léxico, conservando el orden de las palabras y renunciando
a la transposición, para mantener el énfasis.
La transposición es el único procedimiento de traducción que tie
ne que ver con la gramática, un procedimiento que la mayoría de los
traductores realiza intuitivamente. Sin embargo, es probable que la
investigación en el campo de la lingüística comparada y el análisis de
corpus de textos y de sus traducciones descubran muchas más trans
posiciones de gran utilidad para nosotros.
La m odulación
125
za del doble negativo depende del tono de voz, de donde se sigue
que la conveniencia de esta modulación dependerá de su formula
ción y del contexto.
En los contados casos en que se da un vacío léxico en una oposi
ción (shallow: “poco profundo”), esta modulación es prácticamente
obligatoria. En todas las demás oraciones, siempre cabe la posibilidad
de usar este procedimiento, pero sólo se debería usar cuando gracias
a él la traducción quedara natural. Así, minor en colocación, por
ejemplo, con detail parece estar pidiendo que lo traduzcan por “sin
importancia” o por unbedeutend, contando siempre con que “peque
ño”, klein, etc., podrían ser otras opciones. Y, tal vez, la mejor traduc
ción de tí unii not seem unlikely that sea “es muy probable que”. En
otros casos, este procedimiento es una opción más: Men will not
always die quietly (J.M. Keynes): “Los hombres no van a morir siem
pre sin quejarse”; no mean performer on the violin: “él toca el violín
extraordinariamente”.
El segundo tipo de modulación de Vinay y Darbelnet, “la parte
por el todo”, está descrito de tal forma que puede resultar engañoso,
y consiste en lo que yo llamo variantes del habla familiar: l’homme
du 18 ju in (De Gaulle}, “la Ciudad Condal” (Barcelona).
Los demás procedimientos de modulación son:
126
dulación de Vinay y Darbeinet es poco convincente, sus abundantes
ejemplos son siempre un estímulo.
La traducción reconocida
La etiqueta de traducción
La compensación
127
El a n á l i s i s COMPONENCIAL (véase Capítulo XI)
R e d u c c ió n y e x p a n s ió n
La PARÁFRASIS
128
2. La adaptación, o el uso de un equivalente reconocido entre dos
situaciones, es un procedimiento como la equivalencia cultural:
Dear Sir: “Muy señor mío”; Yours faithfully: “Le saluda atenta
mente”.
D obletes (Couplets)
129
tica (explicación del uso irregular de los vocablos), y depende, a dife
rencia del original, de las exigencias de sus lectores. Cuando se trata
de textos expresivos, esta información sólo se puede dar fuera de la
versión, aunque a veces no estaría mal hacer una breve “concesión”
al lector en relación con detalles culturales sin importancia, por ejem
plo, at Handley’s (Hemingway) podría quedar así: “en el bar Hand-
ley”, o dans le bar Handley o der Handley Bar en francés y alemán
respectivamente. Si los textos son vocativos, la información de la LT
tiende a reemplazar, y no a complementar, la información de la LO.
Así, en la oración you can pay fo r ceramic tiles under a convenient
credit purchase scheme, el último término se puede traducir por algo
como “facilidades de pago a largo plazo”, que es más preciso.
La información adicional en la traducción puede ser de varias
formas:
130
donai dentro del texto, ya que de esta forma no se interrumpe la
atendón de los lectores. Sin embargo, el método tiene una desven
taja y es que puede dar lugar a confundir el texto con las contribu
ciones del traductor. Por lo tanto, no se debe usar para adiciones
extensas.
Los tres últimos métodos (2-4) están puestos por orden de prefe
rencia, pero las notas a pie de página son un fastidio si son extensas y
numerosas. Las notas al final del libro deben estar encabezadas por
los números de las páginas del libro pertinentes: son demasiadas las
veces que me he encontrado leyendo una nota que pertenecía a otro
capítulo. Y las notas al final del capítulo irritan con frecuencia a los
lectores porque, cuando los capítulos son largos, les lleva mucho
tiempo encontrarlas.
Normalmente, la información que encierran los libros de consulta
no la deberían usar para reemplazar un enunciado o segmento del
texto (a no ser que éste no se corresponda con la realidad), sino para
complementar únicamente aquellos pasajes que los lectores puedan
encontrar inadecuados, incompletos u oscuros. Así pues, creo que se
ría desencaminado traducir, por ejemplo, La drépanocytose s ’indivi
dualise par une anomalie particulière de l’hémoglobine, por “La de-
pranocitosis se caracteriza por la sustitución de un aminoácido en las
cadenas replegadas de la hemoglobina”. Se pierde, pues, el énfasis
del sintagma anomalie particulière. Además, toda esa nueva informa
ción —por otra parte, exacta— resulta innecesaria porque aparece
más adelante en el texto original. Es cierto que los artículos enciclo
pédicos dan a menudo información que suena como una paráfrasis
del texto técnico que traducimos, pero no se deberían “piratear” ora
ciones enteras allí contenidas, sino sólo las palabras clave que se co
rrespondan en una y otra lengua. Asimismo, si consultan con un ex
perto, no le permitan que en un alarde de profesionalidad les re
formule de nuevo todo el texto, aunque quedara mejor que el de
ustedes. Las explicaciones e interpretaciones de ese experto tienen
que estar relacionadas al menos con una traducción muy cercana al
texto original, si no supeditadas a ella en el sentido literal de la pa
labra.
Si tuvieran entre manos la traducción de un libro importante, no
deberían dudar en escribir un prólogo y notas para hablar del uso y
131
significado de los términos que emplea el autor, especialmente en
esos pasajes en que estando en juego la exactitud y la economía del
texto tuvieron que sacrificar la primera en favor de la segunda, o en
caso de ambigüedad. Si lo que traducen es una obra académica, no
hay ninguna razón para que el lector no se entere de la ayuda presta
da por el traductor con sus informaciones, tanto dentro del texto
como en comentarios: la ilusión artística de que el traductor no existe
es innecesaria.
132
C apítulo IX
T r a d u c ció n y cultu ra
D efiniciones
133
Austria, y Beamter se usa en Austria, Suiza y Alemania, pero no en la
antigua República Democrática Alemana. Sin embargo, las palabras
dialectales no son palabras culturales Qoch, moors) si designan uni
versales, como tampoco lo son términos tan conocidos como “pan”,
“vino”, Gemütlichkeit, privacy, insouciance, que están —de todos es
sabido— sobrecargadas de connotaciones culturales. Cuando una
comunidad lingüística centra la atención en un tema particular —se le
suele llamar “foco cultural”— genera una plétora de palabras para
designar su lenguaje o terminología especiales: los españoles, por
ejemplo, lo han hecho en tauromaquia (“tener un buen trapío”,
“entrar al trapo”, “estar para el arrastre”, “dar la puntilla”); los france
ses, en quesos y vinos; los ingleses, en deportes, particularmente en
criquet; los alemanes, en salchichas; los árabes, en camellos; los
inuits*, obviamente, en nieve; los españoles y los franceses —y
muchos otros países, sobre todo fronterizos—, en la recriminación
mutua en cuestiones de sexo... Muchas culturas tienen sus propias
palabras para licores baratos, licores de pobres y necesitados: “vod
ka”, grappa, sake, slivovitz, Schnaps, gin (que también comenzó así,
aunque ahora esté muy cara), etc. Cuando existe un foco cultural,
suele haber un problema de traducción debido al “vacío” o “distan
cia” cultural entre las lenguas de partida y de llegada.
Observen que operativamente yo no considero el lenguaje como
un componente o rasgo cultural. Si así fuera, la traducción sería
imposible. Lo que sí es cierto, sin embargo, es que el lenguaje contie
ne todo tipo de sedimentos culturales en la gramática (géneros de los
nombres inanimados), fórmulas de tratamiento (“usted”, Sie), el léxi
co (“el sol sale”)..., que escapan a la lógica de los universales, tanto
en la conciencia del hablante como en la del traductor. Por otra parte,
cuanto más específico se vuelve el lenguaje en el terreno de los fenó
menos naturales (en el de la flora y la fauna, por ejemplo), más fijado
queda en los rasgos culturales, y acarrea consiguientemente proble
mas de traducción. Lo cual es preocupante, ya que es sabido que la
traducción de los términos más generales (amor, templanza, justo,
injusto), sobre todo si están en relación con la moral y los sentimien
tos (como observara Tytler en 1970), es más difícil normalmente que
la de las palabras específicas.
La mayor parte de las palabras “culturales” resultan fáciles de
* He traducido eskimo por in u it por respeto a este pueblo, pues muchos inuits se
sienten maltratados con la palabra “esquimal” porque durante mucho tiempo se asoció
a este grupo con los comedores de carne cruda. [N. del T.J
134
identificar por estar asociadas con un lenguaje particular, y no se pue
den traducir literalmente, pero existen muchas costumbres culturales
descritas en un lenguaje corriente (mud in your eye, que en español
da “salud y pesetas”) cuya traducción debería incluir un equivalente
descriptivo-funcional adecuado, ya que una traducción literal falsea
ría el sentido. Los objetos culturales pueden ser referidos con un tér
mino genérico o clasificador casi culturalmente neutro (por ejemplo,
“té”), complementado además de diversas formas según las culturas,
y ustedes deben dar cuenta de ese material adicional (“—té— con
ron “con limón”, “con pastas”, “con leche”, etc.) que puede apare
cer a lo largo del texto de la LO.
C ategorías culturales
1) Ecología
Flora, fauna, vientos, llanuras, colinas: “siroco”, “tundra”, “taiga”,
tabuleiros, “sabana”, “pampa”, “selva”.
2) Cultura material (objetos, productos, artefactos)
a) Comida y bebida: sake, gaipiriña, “cuscús”.
b) Ropa: p a rka , “anorak”, “tanga”, ku fia , “chilaba”, dhoti (India).
c) Casas y ciudades: “chalet”, “bungalow”, “patio”, jaima.
d) Transporte: “cabriolet”, “tílburi”.
3) Cultura social-, trabajo y recreo
“rock”, m izm ar (especie de trompetilla en árabe), reggae.
4) Organizaciones, costumbres, actividades, procedimientos, con
ceptos
a) Políticos y administrativos
b) Religiosos: karma, “templo”.
c) Artísticos
5) Gestos y hábitos
“escupir”, “hacer burla de uno con la mano”.
135
C o n s id e r a c io n e s generales
E cología
136
les” para las llanuras (prairies, “tundras”, “pampas”, “sabanas”, “lla
nos”, “campos”, “páramos”, bush, veld), todas con fuertes tonos de
colorido local. Su familiaridad está en función de la importancia y de
la proximidad geográfica o política de sus países. Lo que se suele
hacer con estas palabras es transferirlas y añadirles además un tercer
término breve y culturalmente neutro si el texto lo requiere. Todo
esto es válido también para el “tecnicismo” tabuleiros (submeseta bra
sileña), porque uno debe suponer que el escritor no las mencionaría
si no las considerara importantes.
Los mismos criterios son aplicables para otras características eco
lógicas, a menos que sean importantes comercialmente al integrarse
en el léxico de la lengua terminal “importadora” (“pomelo”,’’guaya
ba”, “aguacate”, “mango”) y entonces puede haber tendencia a natu
ralizarlas: “aguacate” da en francés e inglés avocat y avocado; y “ta
marindo”, tamarin y tamarind.
Nida ha señalado que ciertos rasgos distintivos ecológicos (esta
ciones, lluvia, colinas —palabras culturales: “duna”, kop—), cuando
son raros o desconocidos, tal vez no se entiendan ni denotativa ni fi
guradamente en traducción. Sin embargo, en este campo la televisión
será pronto una fuerza mundialmente esclarecedora.
C ultura material
137
les hemos naturalizado “macarrones”, “canelones”, “ravioles”, “tallari
nes”, Sin embargo habrá que explicar muchos otros platos italianos o
griegos. En general, se puede decir que estos términos se suelen
transferir (añadiéndoles un término neutro), aunque el español y el
francés se están continuamente esforzando por naturalizarlos.
Tradicionalmente, los términos relativos a la ropa de hombres y
mujeres de la clase alta son ingleses y franceses respectivamente
(“blazer”, “esmoquin”, el hoy en desuso slip; “corsé”, déshabillé, bou
doir), pero los trajes nacionales cuando son característicos de un pue
blo no se suelen traducir: “sari”, “quimono”, “caftán”, jeans (interna
cionalismo —y símbolo— tan americano como la coca-cola, aunque
en español se utiliza “vaqueros”).
Cuando una palabra relativa a la ropa es un término cultural, tal
vez convenga aclararla más para un lector medio de la LT añadiéndo
le un nombre genérico o clasificador ( ‘‘pantalones bombachos”),
pero es más, si la palabra específica carece de interés, la genérica la
puede sustituir sin más ni más. Sin embargo, se ha de tener en cuenta
que la función de los términos genéricos de ropa es casi constante
(suele indicar la parte del cuerpo que se cubre con la prenda en cues
tión) y que la decripción varía según el clima y el material de que está
hecha.
Por otra parte, muchas comunidades lingüísticas tienen una casa
típica que, por motivos generales, no se traduce: palazzo (casa gran
de); hôtel (casa grande); “chalé”, bungalow, “hacienda”, “pensión”,
“posada”. El español, lo mismo que el francés y el italiano, tienen un
vocabulario abundante (lo que se diría un foco cultural) relativo a
pueblos y ciudades que es muy difícil de traducir a otras lenguas
(“ciudad”, “villa”, “pueblo”, “burgo”, “aldea”, “caserío”): hace 50 ó 60
años éstos países estaban compuestos de pequeños pueblos.
Los medios de transporte están dominados por el inglés america
no y el automóvil (“coche”, “tartana” o “bólido”), símbolo sagrado en
muchos países donde la propiedad privada es también sagrada. En
inglés americano hay 26 palabras para automóvil. El sistema ha gene
rado nuevos rasgos característicos con sus neologismos: lay-by, fly
over. Existen, por otra parte, en este campo muchas palabras de moda
debido no sólo a las innovaciones sino a la jerga de los vendedores
de coches, y muchos anglicismos además. En el género novelístico,
se usan diversos nombres de carruajes para dar una pincelada de
colorido local y para connotar prestigio (“cabriolé”, “tílburi”, “landò”,
“cupé”, “troica”, “faetón”). Si se trata de manuales sobre el transporte
en general, el traductor debería añadir a la palabra transferida una
descripción exacta y precisa del carruaje en cuestión. Modernamente,
138
los nombres de aviones y automóviles son casi internacionalismos
para los lectores cultos (?): “747”, “727”, “DC-10”, “Ford”, “BMW”,
“Volvo”.
Se sabe perfectamente que las especies de flora y fauna son loca
les y culturales, y no se traducen a no ser que se den en el entorno de
la LO y en el de la LT (red admiral: vulcain, “vanesa roja”). En los
textos técnicos se pueden usar como lenguaje internacional las clasifi
caciones latinas botánicas y zoológicas: common snail: hélix aspersa.
C ultura social
139
fábrica. Los pobres son hoy esa minoría de parados. Estos términos
políticos han sido reemplazados por “las bases”, la base, die Basis,
the rank andfile, the grass roots...
Las palabras culturales obvias que denotan modos de ocupar el
tiempo libre son, en Europa, los deportes nacionales con sus respecti
vas series léxicas (“toros”, cricket, pétanque, hockey), a los que se
debe añadir toda una gama de juegos individuales como el tenis,
billar, squash, badminton, y un gran número de juegos de cartas y de
envite con sus respectivas series léxicas, que en el casino suelen ser
francesas.
140
malmente por un equivalente cultural, que en el caso anterior queda
rían así: “Departamento Británico de Comercio y Exportación” y “Ser
vicio Francés de Correos”.
Cuando el organismo u organización públicos tienen un nombre
“opaco” (Maison de la Culture, British Council, Goethe-Institut, “Ins
tituto Cervantes”), el traductor deberá primero determinar si existe ya
una traducción reconocida y, luego, si el lector la va a entender y
si resultará apropiada en ese marco; si no fuera así y se tratara de
un texto informativo formal, se debería transferir el nombre y dar un
equivalente funcional culturalmente neutro, equivalente que en algu
nos casos podría ser algo más extenso: National Trust, “organización
encargada de la conservación de monumentos y parques nacionales
(británicos)”; en otros casos, puede valer un equivalente cultural
(Goethe-Institut: British Council, “Instituto Cervantes”), pero en caso
de duda es preferible el equivalente funcional, por ejemplo, “órgano
para la enseñanza y promoción del castellano”, si tuviéramos que tra
ducir “Instituto Cervantes”; otros detalles adicionales, como la com
posición del organismo, etc., sólo se darían por exigencias de los lec
tores, pero siempre hay que evitar dar un traducción literal o crear un
neologismo. Si el texto informativo es informal o coloquial, tal vez no
sea necesario transferir el nombre del organismo; con dar el equiva
lente cultural —y, si éste no existe, el funcional— puede bastar. Por
razones de impacto y elegancia, pero nunca por exactitud, un equiva
lente cultural en la LT de un término cultural en la LO es siempre más
eficaz que un equivalente funcional culturalmente neutro, pero
podría resultar especialmente engañoso con términos legales. La tra
ducción al inglés de “selectividad” por A ’ level tiene todo el calor de
una metáfora, pero uno y otro son muy diferentes.
Uno da por sentado que las instituciones y puestos gubernamen
tales de carácter local se deberían transferir si los términos que hacen
referencia a ellos son insólitos (département, arrondissement, can
ton) y lo exige la consistencia del texto. “Alcalde” se traduce por may
or, maire, Bürgermeister, sindaco, aunque cada uno tenga distintas
funciones. Es irónico que lo de tomar precauciones con los fa u x
amis valga sólo para las palabras de “diccionario” y no para los térmi
nos “enciclopédicos”. Así pues, secretary y Conseil d ’E tat se traducen
a sí mismas, aunque sus funciones sean diferentes.
La intertraductibilidad de palabras simples con morfemas grecola-
tinos va desde los partidos hasta los conceptos políticos. Sin salimos
de la derecha, el centro y la izquierda, existen aproximadamente una
veintena de palabras que componen la mayoría de los partidos políti
cos de Europa, tanto la del Este como la Occidental. Conceptos como
141
“liberalismo” y “radicalismo” tienen cada uno de ellos un núcleo co
mún de significado vago e impreciso, pero están, sin embargo, influi
dos fuertemente por la tradición política de sus países, por no men
cionar la confusión de ideas que identifica u opone el socialismo y el
comunismo. Aquí, la labor del traductor está en explicar estas gran
des diferencias conceptuales (por ejemplo, “el Partido Liberal Italiano
es de derechas”, “el Inglés pertenece al centro-izquierda”; “la derecha
francesa es liberal”)
En general, se puede decir que cuanto más serios y expertos son
los lectores, especialmente los de manuales, informes y publicaciones
académicas, más inevitable se hace el procedimiento de la transferen
cia, pero no sólo de términos culturales e institucionales, sino de títu
los, tratamientos, señas y palabras en un sentido especial. En casos
así, el traductor debería tener en cuenta que los lectores pueden estar
más o menos familiarizados con la lengua original, que tal vez lean la
traducción porque no tienen acceso al original, que posiblemente lo
que anden buscando es ponerse en contacto con el autor del texto
original para consultar el resto de sus trabajos, para escribir al editor...
Dentro de los límites de la comprensión, cuanto más transfiera un tra
ductor, menos traducirá, por supuesto, y más cerca del sentido del
original podrá llevar a los lectores. Esta es precisamente la razón por
la que cuando una palabra importante de un texto serio está usada en
un sentido especial o delicado, un traductor serio añade, tras intentar
traducirla, la palabra original entre paréntesis, dando a entender su
poca habilidad para encontrar la palabra correcta en la LT e invitando
así al lector a que se forme una idea del vacío existente (por ejemplo,
en cualquier traducción de Heidegger, Husserl, Gramsci). No me
extraña que Mounin escribiera que lo único lamentable de una tra
ducción es que no es el original. La tarea fundamental de un traduc
tor consiste en traducir y, luego, si ve que su traducción es deficiente,
en ayudar al lector a aproximarse un poco más al significado.
Términos históricos
142
académico o culto, se suelen trasferir (procedimiento que se emplea
con todos los términos citados antes menos con Siècle des Lumières,
“Siglo de las Luces”), añadiéndoles un término funcional o descripti
vo, según convenga, que dé tantos detalles descriptivos como sean
precisos. Si el texto es popular, en cambio, la palabra transferida se
puede reemplazar por el término funcional o descriptivo.
Términos internacionales
Términos religiosos
143
han ocupado y preocupado de la connotación cultural debido a la
traducción de símiles frutales y agrícolas a lenguas donde éstos resul
taban inapropiados.
Términos artísticos
G estos y hábitos
En este apartado hay que señalar que existe una diferencia entre
dar la descripción y dar la función del gesto o hábito, y que la últi
ma habrá que darla por razones de ambigüedad: por ejemplo, si la
gente sonríe ligeramente cuando alguien se muere, si se da un
pequeño toque en el sombrero en señal de reconocimiento, si escu
pe en señal de aprobación, si inclina la cabeza para disentir o la
mueve de un lado a otro para asentir, si se besa la punta de los
dedos para saludar o elogiar a alguien, si pone los pulgares en alto
para decir que algo va bien..., gestos que en unas culturas se dan y
en otras no.
Resumiendo la traducción de palabras culturales y términos insti
tucionales, propongo que aquí, más que en cualquier otro problema
144
de traducción, la solución más apropiada depende no tanto de las
colocaciones o del contexto lingüístico o situacional —aunque tienen
también su importancia—, sino del tipo de lector (cada uno de ellos
—experto, dotado de cultura general y desinformado— exigirá por lo
general una traducción diferente) y del marco. A continuación trataré
de apuntar estas posibilidades.
A.- Cultura
1) Ecología
Animales, plantas, vientos locales, montañas, llanuras, hielo, etc.
2) Cultura material (objetos, productos, artefactos)
Comida, ropa, vivienda, transporte y comunicaciones
3) Cultura social : trabajo y tiempo libre
4) Organizaciones, costumbres, ideas :
Políticas, sociales, legales, religiosas, artísticas
5) Gestos y hábitos (descritos a menudo en lenguaje “no cultural”)
Factores contextúales
145
Procedimientos de traducción
1) Transferencia
2) Equivalente cultural
3) Neutralización (o sea, equivalente cultural o descriptivo)
4) Traducción literal
5) Etiqueta
6) Naturalización
7) Análisis componencial
8) Supresión (de cadenas lingüísticas redundantes en textos no
autoritativos, particularmente metáforas e intensifìcadores)
9) Doblete
10) Traducción estándar aceptada
11) Paráfrasis, glosas, notas, etc.
12) Sustantivo clasificador
146
C apítulo X
La tr a d u c c ió n d e la s m e tá fo r a s
D efiniciones
147
dismo popular, en una obra cuya finalidad sea el arte por el arte, en
una canción popular: Those stars make towers on vowels (Saxophone
song, de Kate Bush): “torres sobre voces”, tours sur foules, Turm a u f
Spur (?). Conviene, pues, que tengan esto en cuenta a la hora de
optar por el sentido o por la imagen de la metáfora. La metáfora, ten
ga una finalidad u otra, siempre implica engaño, decepción, como la
mentira de aquel que pretende ser alguien que no es, y muchas veces
se usa para ocultar una intención (“las sensibilidades políticas no son
hoy diferentes de las que había cuatro años antes entre los miembros
del Gabinete...”)
Observen que la metáfora muestra incidentalmente un parecido,
un área semántica común entre dos —más o menos— cosas semejan
tes: la imagen y el objeto. Este fenómeno es para mí principalmente
un proceso y no, como se ha dicho muchas veces, una función. Hay
que señalar, por otra parte, que el reconocimiento de un parecido en
dicho proceso no es su propósito, aunque puede ser el resultado de
una metáfora sorprendente: por ejemplo, “rebajas verdes”-, ¿ecológi
cas, pornográficas, primeras, de verduras, de tierras de regadío?; o a
papery’ cheek: ¿fino, blanco, frágil, débil, endeble, cobarde?
148
crático, lo cual es menos probable. Aquí, hablando en términos gene
rales, el traductor tiene varias posibilidades: a) traducirlo literalmente
y dejar en manos del lector (culto) la responsabilidad de la compren
sión; b) transferir “Metternich” y añadir la interpretación más proba
ble, o sea, “un estadista con la habilidad de Metternich”; o c) traducir
lo simplemente por “un hábil estadista”, para lectores que no saben
nada de Metternich.
149
La t r a d u c c i ó n d e las m etá fo ra s
T ipo s d e metáfora
Metáforas muertas
150
resisten a una traducción literal, y por tanto se pueden traducir de
varias maneras. Así, la palabra field, en la frase in the field o f human
knowledge, se puede traducir en español por “esfera”, “dominio”,
“campo”, “ramo”; en francés, por domaine o sphère; en alemán, por
Bereich o Gebiet; en mso, por oblast. Objetos sencillos, como “puen
te”, “cadena”, etc., actúan también como metáforas muertas en al
gunos contextos y tienen con frecuencia una traducción literal. Fi
nalmente, algunas palabras corrientes, como “árbol”, “aleta”, “gato”,
jack, dog, arbre, plage, métier, Mutter, pueden adquirir un estricto
sentido técnico en ciertos contextos. Estas palabras resultan igual de
sorprendentes en cualquier lengua, y se vuelven particularmente insi
diosas e irritantes cuando, usadas en su acepción primera, sólo tienen
sentido a medias. Recuerden el consejo de Belloc, consejo que, aun
que encierre algo de verdad, uno no puede tomar en serio: hay que
mirar todas y cada una de las palabras en el diccionario, en especial
aquéllas que creen que conocen... A lo que yo añadiría: primero en
un diccionario enciclopédico monolingüe y, luego, en uno bilingüe,
sin olvidar que hay una tendencia bastante generalizada en muchas
lenguas a “descapitalizar” (quitar las letras capitales o mayúsculas) los
términos institucionales.
Observen que, al menos, en inglés hay metáforas muertas que
pueden cobrar vida —a veces, como metonimias— convirtiéndolas
en palabras frasales (drop out, weigh up) y que debe quedar reflejado
en la traducción (“marginal”, “pesar los pros y los contras”).
Para mí, las metáforas tópicas son metáforas que tal vez hayan
hecho olvidar de momento su utilidad, que se usan —muchas veces,
emotivamente— como sustituto de una idea clara, pero que no guar
dan relación con la realidad de los hechos. Veamos el siguiente pasaje:
The C ounty School w ill in effect becom e n o t a backw ater b u t a
break through in ed u ca tio n a l developm ent w hich w ill set trends
fo r the fu tu r e . In this its traditions w ill help a n d it m a y w ell be
com e a jewel in the crow n o f th e co u n ty’s education.
c i
mientos de traducción serían válidos también si el texto fuera parte
de un discurso político o de un texto autoritativo.
Sin embargo, un traductor debería dejar a un lado los tópicos
—tanto colocaciones como metáforas— cuando traduce un texto
anónimo, esto es, un texto informativo donde sólo los hechos o las
teorías son sagrados, o, si se pone de acuerdo con el autor, cuando
traduce carteles o letreros públicos, prospectos, propaganda o publi
cidad, en cuyo caso de lo que se trata es de que el traductor consiga
la mejor respuesta posible de los lectores. En estos casos, siempre
existe la posibilidad de pasar sólo el sentido de la metáfora gastada o
de reemplazarla por otra menos gastada (a politician who has made
his mark: “un político que se ha distinguido...”, “que se ha hecho un
nombre...”). Si se encuentran con expresiones tales como use up
every ounce o f energy, at the end o f the day, not in a month o f Sun
days, pueden echar mano de múltiples soluciones, sin excluir por
supuesto reproducir simple y eficazmente el sentido de la metáfora
(“gastar las últimas energías”, “al fin y al cabo”, “nunca”); pero hay
que tener en cuenta el tipo de texto y que debe imperar el sentido de
la economía lingüística. Tengan presente que es más probable que un
equivalente cultural, si es bien entendido, tenga mayor impacto emo
cional que un equivalente funcional culturalmente neutro. En caso de
duda, yo doy siempre el sentido de la metáfora gastada o símil, o, al
menos, los reduzco a una metáfora muerta: rapier-like wit: “espíritu
mordaz, acerado”.
Existe un solapamiento entre las metáforas desgastadas y las este
reotipadas o estándar, y de ustedes depende el distinguirlas o no, dis
tinción que en textos informativos —que son la mayoría— puede ser
importante. Piensen que muchas decisiones translatorias, tomadas sin
tener para nada en cuenta un principio como éste, son probablemen
te intuitivas. La distinción entre una metáfora “gastada” y una “estereo
tipada” puede incluso estar en el contexto lingüístico de la misma
metáfora.
152
nés estereotipadas, faticismos, pero tengo que admitir que mantienen
engrasados los ejes de la “carreta” del mundo y de la sociedad.)
Las metáforas estereotipadas son a veces difíciles de traducir, ya
que sus equivalentes aparentes pueden estar obsoletos o alterados, o
ser usados por una clase social o grupo generacional diferentes. No
deberían utilizar una metáfora estereotipada que no les salga de for
ma natural. Yo, personalmente, no usaría las siguientes: he’s in a giv
ing humour (“le ha dado la vena de la generosidad”); he’s a man o f
good appearance (“es bien parecido”); he’s on the eve o f getting mar
ried (“él está en vísperas de casarse”). Metáforas que aparecen en el
diccionario Harrap, pero que no tienen para mí “las implicaciones de
enunciado” (J. R. Firth); ahora bien, si las tienen para ustedes, úsenlas.
El primer procedimiento —y el más satisfactorio— para traducir
una metáfora estereotipada es el de reproducir la misma imagen en la
LT, si su frecuencia de uso y su curso son parecidos en el registro
apropiado de la LT, por ejemplo: pull the chestnuts out o f the fire:
“sacar las castañas del fuego” (ayudar o sacar de un apuro a alguien);
“arrojar luz sobre”: throw light on, jetter un jour nouveau sur. Este es
un procedimiento que no se usa apenas con las metáforas prolonga
das (se da probablemente más del inglés al alemán que del inglés al
español o francés), pero sí con las metáforas “universales” monover-
bales: iron unii: “voluntad férrea”; rise, drop in prices-, “subida y ba
jada de precios”, la montée, la baisse de prix, die Preissteigerung,
-rückgang.
Los símbolos o metonimias no ofrecerán ningún problema para
reproducir la misma imagen en la LT si existe un solapamiento cultu
ral: hawks and doves: "halcones y palomas”, faucons et colombes,
Falken und Tauben; esto es válido también para muchos otros ani
males, aunque la correspondencia no sea perfecta: el dragón es malé
fico en Occidente y benéfico en el extremo Oriente. Los cinco senti
dos corporales están simbolizados por sus respectivos órganos, apar
te del paladar (palate, palais, der Gaumen) que también simboliza al
gusto. También se pueden transferir las imágenes de los proverbios
no culturales: “no es oro todo lo que reluce”: all that glitters isn’t
gold, tout ce qui brille n ’estpas or, alles ist nicht Gold was glänzt.
Pero para traducir metáforas estereotipadas hay un procedimiento
más corriente que consiste en reemplazar la imagen de la LO por otra
imagen en la LT ya reconocida, si es que hay una con la misma fre
cuencia de uso dentro de ese registro. El cambio de una imagen por
otra es raro que se dé en las metáforas univerbales, aunque spice (en
the spice o f Ufe) es “sal” en español. Donde es más frecuente que se
produzca dicho cambio es en las metáforas prolongadas, en especial
153
en las encerradas en los proverbios, que por lo general son cultu
rales: that upset the applecart: “echó todo a rodar”, ça a tout fichu
par terre, das hat alles über den Haufen geworfen. Ejemplos así son
además típicos en este tipo de traducción, porque la equivalencia
está muy lejos de ser exacta: el ejemplo inglés denota una alteración
del equilibrio y la armonía, y está entre lo informal y lo coloquial; el
español y el francés hacen hincapié en el desorden en general y, al
ser más coloquiales, producen un impacto emocional más fuerte; el
alemán tiene el mismo sentido que el francés y el español, pero en
comparación con éstos es indiferente y frío.
Cuando las metáforas provienen del mismo tema, la equivalencia
es más cercana: “tener los triunfos en la mano”: alle Trümpfe in der
Hand halten, avoir tous les atouts dans son jeu, hold all the cards.
Observen que las versiones española, alemana y francesa son más
fuertes que la inglesa y mantienen la misma imagen: “triunfos”. Por
otra parte, el alemán y el español están más cerca porque ambos
hablan de “triunfos” y de “mano”.
El criquet es tal vez la fuente típica cultural de la metáfora inglesa:
that’s not cricket; I ’m stumped; field a question. Observen que todas
estas metáforas son bastante suaves y propias de la clase media culta,
y no deben caer en la tentación de traducirlas de forma muy colo
quial y cargada. Fair play ha pasado a muchas lenguas europeas, lo
cual es un punto débil de los traductores. Y algunas lenguas, como el
alemán y el checo, también han trasferido fair, pero, en principio, los
términos no culturales, como los que denotan cualidades, no se
deberían transferir.
Una metáfora estereotipada sólo se puede traducir con exactitud
si se reproduce la misma imagen en la LT y queda, además, dentro de
una colocación igualmente aceptable y reconocida (“perder el hilo”,
lose the thread). Ahora bien, si reproducen una nueva imagen en la
LT, por aceptable que sea la metáfora en esta lengua, siempre habrá
un mínimo de cambio de significado y normalmente de tono. Por
ejemplo, des tas de nourriture puede ser un equivalente exacto de
“una pila de alimentos”; claro que también podría traducir adecuada
mente a “un montón de alimentos” o “toneladas de alimentos”; pero
“toneladas” es más pesado que “montón” y éste más que “pila”. (La
selección de uno u otro término está, en gran parte, en función del
tono de voz imaginado.) Así pues, como estos componentes adicio
nales no pueden ser trasladados económicamente dentro de esa colo
cación francesa (tampoco serviría grand tas, ya que no existe un cri
terio de referencia para grand), tendrán que escoger entre la com
pensación en otro lugar del contexto lingüístico y la infratraducción.
154
Cuando uno traduce existe siempre el peligro de ir demasiado lejos
en la persecución de un detalle, de añadir significados superfluos, lo
que equivale a que todo el conjunto se desequilibre. Pero todo es
posible, incluso la reproducción de los efectos sonoros, aunque siem
pre en detrimento del principio de economía.
La misma advertencia es válida para un tercer procedimiento de
traducción de metáforas estereotipadas que salta a la vista y que con
siste en reducirlas única y exclusivamente al sentido o al lenguaje lite
ral, con lo cual los componentes semánticos no sólo se perderán, o
añadirán, sino que el impacto emotivo o pragmático quedará merma
do o desaparecerá. Así, si examinamos, por ejemplo, la metáfora /
can read him like a book, comprobaremos que tiene una inmediatez
tal que falta incluso en ich kann ihn wie in einem Buch lesen, donde
la mitad de la metáfora se ve debilitada por un símil (la metáfora ale
mana dice “como en un libro” y la inglesa “como un libro”). Los equi
valentes españoles y franceses (“adivino sus pensamientos”, je sais, je
devine tout ce qu’il pense) generalizan sencillamente el significado
(además, deben ir precedidas de “en su aspecto”, “en su expresión”),
y el énfasis pasa del carácter completo y perfecto de la lectura a la
globalidad del conocimiento. Aunque la metáfora inglesa sea están
dar, posee sin embargo el elemento sorprendente de una buena
metáfora y no tiene comparación con las prosaicas versiones españo
la y francesa. Algo similar ocurre con a sunny smile, que se podría
traducir por “una sonrisa radiante” o un sourire radieux —casi otra
metáfora—, aunque ninguna de las dos tiene el calor, la luminosidad
y el atractivo de la metáfora inglesa. La “delicadeza” y profundidad de
los detalles que entran en el análisis componencial de una metáfora
estereotipada dependerán de la importancia que ustedes le den en el
contexto. A veces, posiblemente baste con un sinónimo: “No es nues
tro objetivo hacer de Polonia un foco de conflictos”. Aquí, “foco”
podría pasar al inglés como centre o source. O imaginen que se en
cuentran con una metáfora como ésta, “Y se vio envuelto en esa tela
de araña que nos envuelve a todos: el matrimonio”, y que se trata de
un texto informativo. Pues no tendría nada de extraño que, encon
trándola recargada y llena de fiorituras, la tradujeran al inglés así: He
had no alternative but to get married. En fin, que lo que hagan esté
en función de la exactitud referencial o de la economía pragmática.
Por otra parte, deben tener en cuenta que trasladar sólo el sentido
de una metáfora estereotipada a la LT puede esclarecer, desmitiflcar,
volver honesta una afirmación algo tendenciosa. A veces, cuando la
LT no tiene un equivalente metafórico para un eufemismo político de
la LO, hasta se puede hacer de una manera natural: In spite o f many
155
redundancies, the industry continues to flourish: “A pesar de los mu
chos despidos, esta industria sigue prosperando”. Las metáforas este
reotipadas son lo contrario de ese lenguaje llano que se emplea al
hablar de cualquier tema controvertido o tabú en una cultura particu
lar. Y se aglutinan en tomo a la muerte, el sexo, la escatologia, la gue
rra, el desempleo... Son el medio más práctico de maquillar la reali
dad de los hechos: una metáfora estereotipada, como “si yo desapa
reciera”, se vuelve inevitablemente más cmel si pasamos a la LT única
y exclusivamente su sentido ( if l were to die).
A veces es posible traducir las metáforas culturales estereotipadas
manteniendo la metáfora —o convirtiéndola en un símil— y añadién
dole el sentido. Este es un procedimiento contemporizador: por una
parte conserva algo del efecto emotivo y cultural de la metáfora para
el lector “experto”, y por otra da una explicación para el posible lec
tor que no entienda la metáfora. Por ejemplo, “él tiene una memoria
de elefante”: he neverforgets — like an elephant. O esta otra: il a l’es
prit rabelaisien: “él tiene un ingenio cínico y grosero, rabelesiano”.
Este procedimiento —conocido a veces como “método de Mozart” por
intentar satisfacer tanto las exigencias del experto como las del lego
en la materia— es el más apropiado para la traducción de las metáfo
ras epónimas, estereotipadas u originales, por ejemplo un adjectif
hugolesque: “un adjetivo rimbombante —o “lúgubre”, en otro contex
to—, como los de Victor Hugo”. Cuando una metáfora epónima es
demasiado rebuscada, o su imagen, por clásica, resulta poco conoci
da para una generación culta más joven, se puede pasar a la LT sólo
el sentido (“victoria pírrica”: ruinous victory; “es un Creso”: a wealthy
man; “el benjamín”: the joungest son), pero todo depende de la im
portancia de la imagen en la LO e igualmente del contexto de la LT.
Las metáforas estereotipadas se pueden también omitir en un tex
to “anónimo” si resultan redundantes en la LT. No veo razón alguna
para que “espíritu mordaz” dé en inglés sharp, razor-edge wit.
La traducción del sentido de una sección del texto por medio de
una metáfora estereotipada es más corriente —pero injustificada— en
los textos literarios que en los no literarios, textos éstos donde el proce
dimiento esté tal vez justificado, en especial en el paso de una variedad
lingüística bastante formal a otra menos formal, o cuando lo que se
pretende es dar vida al estilo de un texto informativo. Así, expresiones
como the detail ended a day, o he considered it closed, podrían dar en
español “el detalle selló una jomada...” o “dio carpetazo al asunto”.
Este procedimiento puede tener más aplicación con verbos que
con nombres o adjetivos, ya que sus variantes metafóricas son mu
chas veces menos llamativas que otros tipos de metáforas.
156
Metáforas adaptadas
Metáforas recientes
157
recomendaría que se descomercializara y se tradujera, a poder ser,
por “transistor portátil”.
Metáforas originales
158
metáforas en todo el texto. Tanto éstas, como otras metáforas típicas
de los editoriales de The Guardian, por ejemplo,
Good Faith amid the Frothings; y and on the second day, the
squealing (sic) of brakes was loud in the land... The National
Coal Board had gone about asfar as it could go,
159
C a p ít u l o X I
El u s o d e l a n á lisis c o m p o n e n c ia l e n tr a d u c c ió n
I n tro du cció n
160
Los componentes de significado de una unidad léxica pueden ser
referenciales y/o pragmáticos. En términos globales, una palabra de
la LO se puede distinguir de una de la LT, en primer lugar, por la
composición, configuración, tamaño y función de su referente, y, lue
go, por su contexto, connotaciones culturales, curso, época, por la
clase social que la usa, por su grado de formalidad, tono emotivo, ge
neralidad o tecnicalidad y, finalmente, por el efecto pragmático de su
composición sonora (onomatopeyas, grupos consonánticos simbóli
camente sugerentes, etc.).
Una palabra como “silla” (chair; chaise, Stuhl) tiene sólo compo
nentes referenciales, al ser pragmáticamente neutra; pero jolly en
jolly good es un término sobre todo pragmático, un ligero intensifica-
dor propio de la clase media, que en español y francés sólo se puede
sobretraducir (“estupendamente”, drôlement), y en alemán infratra
ducir (ganz; vielleicht)-, en las tres lenguas desaparece la connotación
de clase social.
A los componentes de significado se les ha llamado “rasgos
semánticos” o “semas”. (Pero no confundan un sema con un sentido
completo de una palabra, al que le pueden llamar “semema”, si quie
ren.) Toda pareja de palabras que se pongan a analizar, tanto de la
LO como de la LT, mostrará unos componentes comunes y otros dife
renciales o distintivos. Muchas palabras tienen, además, componentes
adicionales, figurados o técnicos, que pueden llegar a ser distintivos
en ciertos contextos. Por ejemplo, en el caso de “mula”: “terco”, “obs
tinado”. En “máquina de hilar”, el componente técnico reemplaza a
los demás. Los componentes más comunes se ponen a veces en con
traste de forma escalar: por ejemplo “± joven”, “± largo”, “± sonoro”...
Luego se agrupan en la categoría “dimensión”, por ejemplo, “edad”,
“longitud”, “sonido”..., o, de manera algo artificial: “± con patas”, “±
hecho de lana”... En traducción, la distinción polar “±” sólo nos es útil
cuando estamos distinguiendo un conjunto léxico de la LO por medio
del AC:
velvet + , ---
plush + + +
velours + +
l6 l
En el AC, cada uno de los diversos sememas de una palabra
se debe analizar por separado, aunque suelen estar relacionados en
tre sí.
Tal vez el traductor encuentre útil hacer un análisis componencial
extracontextual, bien porque la palabra pertinente de la LO es más o
menos neutra contextualmente, bien para establecer los límites
semánticos de una palabra de la LO (fastueux se expandirá, quizá,
hacia “lujoso”, pero no hacia “profuso”), aunque es más corriente que
analice una palabra contextualmente y que se tenga que ocupar sólo
de una acepción de la misma, con lo cual se reducen sus componen
tes de significado en la LT. Normalmente, el traductor sólo lleva a
cabo un análisis componencial cuando se encuentra con una palabra
de cierta importancia en el texto de la LO que no se puede pasar ade
cuadamente a la LT con una traducción uno-por-uno. Y, si la palabra
no es relevante, pues lo regular es que se las arregle con un sinónimo
(por ejemplo, kind: “amable”, gentil, gütig, etc.).
Los análisis componenciales se suelen presentar en lingüística en
forma de diagrama, que puede ser arbóreo, para palabras aisladas,
matriz o escalonado. En traducción, el diagrama matriz se usa con los
conjuntos léxicos de la LO y el escalonado con las series léxicas de la
LO, pero la mayoría de los análisis componenciales se pueden pre
sentar en forma de ecuación, como la de arriba, o realizar mental
mente. Los diagramas arbóreos paralelos son muy útiles para mostrar
las lagunas léxicas. (Véanse Figuras 5-8.)
Si uno ve la traducción como un reordenamiento disciplinado de
componentes de significado comunes a dos comunidades lingüísti
cas, definición difícil de poner en tela de juicio, entonces está claro el
valor del AC como medio identifícador de tales componentes. Por
otra parte, el AC intenta ir más allá de los diccionarios bilingües:
todos los análisis componenciales están basados en diccionarios
monolingües, en el testimonio de informantes de la LO y en la com
prensión del traductor de su propia lengua. El único objetivo del AC
en traducción es lograr la mayor exactitud posible, aun a expensas
de la economía. Sin embargo, es una técnica más precisa y restrictiva
que la paráfrasis o la definición. En la práctica, uno selecciona las
características por orden de importancia.
162
Inglés Alemán Francés
hillock coteau
Hügel
hill colline
Berg
mountain montagne
tone ton
Ton
Laut
sound son
Schall
Klang
163
Ton = sonido ( ± humano, — vibración, — fuerte, — largo)
Laut = sonido ( + humano, — vibración, — fuerte, — largo)
Schall = sonido ( — humano, + vibración, + fuerte, + largo)
Klang = sonido ( — humano, + vibración, + fuerte, + largo)
(Pottier)
Semas distintivos
para sentarse con patas para 1 con con de madera
persona respaldo brazos o metal
canapé + + — + + +
fauteuil + + + + + +
chaise + + + + — +
tabouret + + + — — +
siège + + ± ± ± +
(térm. genérico)
pouf + — + — — —
(E) periódico
(I) periodical
(F) périodique
(A) Zeitschrift
164
P a l a b r a s l é x ic a s
165
Para ver el uso principal del AC he escogido en primer lugar como
ejemplos las palabras blafard, mise au point y murky, que en algu
nos contextos no tienen una traducción uno-por-uno adecuada.
Blafard se traduce al inglés normalmente por pale (o por pallid o
ivan en contextos “refinados”), y suele ir en estrechas colocaciones
con teint, teinte, couleur y aube. Sus componentes adicionales son
los siguientes: a) “pálido”; b) “descolorido”; c) “poco agradable”; y d)
“insípido”. Si la palabra es significativa en el texto, una traducción
adecuada podría ser pale, fa in t o unpleasantly pale.
Mise au point tiene un alcance semántico más amplio (“enfoque”,
“rectificación”, “perfección”, “explicación”, “puesta a punto”, “termi
nación”, “ajuste”, “arreglo”, etc.), pero su acepción más corriente no
parece ser otra que “producción”, por ejemplo en mise au point d ’un
produit, d ’un procédé, d ’une invention. Sin embargo, en una oración
como il annonça la mise au point d ’un procédé, permettant de pro
duire le virus en quantités importantes, el valor de mise au point
podía quedar reflejado así en inglés: he stated that a process fo r m an
ufacturing the virus in large quantities had been finally developed.
Con lo cual se consigue resaltar las fases de manufacturación y pro
ducción final que encierra la locución mise au point.
Muchos diccionarios —incluso los mejores—, tanto monolingües
como bilingües, tienen tendencia a enumerar los sinónimos en lugar
de determinar los componentes semánticos de una palabra. Si miran,
por ejemplo, en los diccionarios Collins el significado de eringe, se
encontrarán con “agacharse”, “reptar” (en sentido figurado); ramper,
s ’humilier; kriechen, katzbuckeln; pero eringe implica un comporta
miento (“retroceder”,’’inclinarse”) y una emoción (“servilismo”, “co
bardía”, “timidez”) que siempre es negativa..., por tanto no vienen al
caso traducciones neutras como “retroceder”, reculer, schaudern.
Muchas palabras denotadoras de cualidad o descripción parecen
tener fuera de contexto dos componentes separados de forma bastan
te pareja: réche (“áspero” y “amargo”); épanoui (“radiante” y “sere
no”); bunt (“brillante”, o “claro”, y “polícromo”); düster (“oscuro” y
“siniestro”)..., aunque, dentro de un contexto, es probable que predo
mine uno de los dos componentes; así que el dar o no los dos signifi
cados dependerá de la relevancia de la palabra en el texto. .
El componente pragmático de muchas palabras consiste princi
palmente en sus connotaciones positivas o negativas. Por tanto, la tra
ducción de palabras como maigre, paperasserie, befremden, ent
fremden, “soberbio”, “brutal” debe mostrar el elemento negativo. Son
positivos el verbo inglés favour, promouvoir y Jorden. En cambio
favoriser es neutro. Por otra parte, systématique es negativo en fran
166
cés (“dogmático”), y “sistemático” y systematic son en cambio positi
vos en español e inglés respectivamente. Otro tanto ocurre con “con
descendiente”, que es positivo en español; mientras que condescend
ing es negativo en inglés.
Los grados de formalidad se pueden considerar como componen
tes pragmáticos cuando no tienen equivalentes en la LT: frangin
(coloquial); (tiny) tot (familiar).
Pasemos, finalmente, a analizar murky; mi último ejemplo de
palabra “intraducibie”. Sus componentes —siempre con una clara
connotación negativa— son, fuera de contexto, los siguientes: “oscu
ro”, “nublado”, “borroso”, “lluvioso”, “poco claro”, “impenetrable”,
“espeso”, “pesado”, lóbrego”. (Hell is murky, se lee en Macbeth, V. I.
38.) Dentro del contexto de un texto, murky va bien con “cielo” (“cie
lo encapotado y oscuro”; ciel brouillé et sombre; dunkler finsterer
Himmel)-, “callejón” (“callejón oscuro y tenebroso”; melle sale et noir;
schmutzige, dunkle, Gasse}, “agua” (“agua turbia y sucia”; eau trou
ble et salie}, “pasado” (“pasado oscuro y turbio”; passé obscur et téné
breux) “niebla” (“niebla impenetrable, lóbrega”). Los componentes
españoles, franceses y alemanes tómenlos simplemente como una
sugerencia: los he escogido no por el significado pragmático y refe-
rencial del texto en su totalidad, que casi nunca suele alterar una
colocación ya reconocida, sino por razones de eufonía y por evitar la
repetición. Por otra parte, como el significado de murky pertenece en
parte al área del gusto y la palabra está por encima de cualquier prue
ba de retrotraducción, es posible que los traductores escojan distintos
componentes de traducción.
P alabras culturales
167
kraker: “miembro de un movimiento de ocupación de viviendas vací
as”; “Instituto Cervantes”: “órgano para la enseñanza y promoción de
la lengua castellana en el extranjero”; lobby: “grupo de presión en Es
tados Unidos”.
Por otra parte, los componentes de cada ejemplo son en principio
recursivos e ilimitados, aunque en un orden increíblemente descen
dente de importancia, y esto vale tanto para las metáforas estereotipa
das como para las originales; así, si analizamos la metáfora worn-out
(“gastado”), nos da lo siguiente: “prolongado en cuanto al tiempo,
usado frecuentemente y anticuado”, amén de los componentes adi
cionales de “banal, aburrido, hecho de palabras corrientes, usado por
hablantes vulgares” y así sucesivamente; en Zeit ist Geld (“el tiempo
es oro”), los componentes de “dinero” son infinitos pero decreciente
mente significativos: a) precioso; b) concreto; c) mensurable; d) deva
luable.
S in ón im os
168
ciar”), etc., a pesar de que dicha distinción encierre un gran porcenta
je de subjetividad:
appreciate + + + _, _ _
value + + + — —
asses — — + + +
evaluate — — + + —
esteem — + + — —
p rize + + — — —
baguette + __ __ __
ficelle (+) = — —
flû te + — — —
gros ++ + + —
m iche + + — +
boule + — + (ejército)
169
r
T érminos conceptuales
170
tiem po clase área contenido
breakfast
‘G reat B ritish ’ hasta las 9-30 CO RU té,café,cereales
bacon y huevos
C ontinental hasta las 9.30 CM RU té, café, tostadas
coffee break
(elevenses) 10-11 todas RU café, galletas
CM: clase media; CMA: clase m edia alta; CO: clase obrera.
Tengan en cuenta tam bién que: brekkers significa “niños”; brakky, “australia
n o ”; dindins, “alm uerzo d e los niños” ( CMA); p lo u g h m a n ’s lunch, “almuerzo
de pub consistente en pan, queso, cerveza y encurtidos”; fo r k lunch, “comida
fría que se tom a de pie”; w edding breakfast, “alm uerzo d e gala con cham pa
ña el día de la bo d a”; harvest supper, “com ida que se hace en la sacristía al
term inar la siega”; fu n e ra l meal, o w ake en angloirlandés, “comida qu e se
hace en el velatorio”; Christm as d in n e r, “com ida que se hace el día de Navi
dad, de 1 a 3 de la tarde, consistente tradicionalmente en pavo y pudin de
ciruelas, pasas y otras frutas.
Otras versiones com ponenciales de términos en relación con las comidas,
pero jamaicanos y estadounidenses, se p ueden encontrar en el libro de Rob
bins Burling, M a n ’s M any V oices.
171
N e o l o g is m o s
172
Gasset y Paul Valéry hablaban de la “imposibilidad” de traducir pain
por bread, o “vino” por wine, eran conscientes del vacío de sensacio
nes y connotaciones que se abría entre la palabra de la LO y la de la
LT, vacío —según ellos— imposible de llenar. Pero, de hecho, expli
car es ya traducir. Lo que hace aquí el AC no es proporcionar dos
definiciones separadas de dos palabras, sino dar ordenada cuenta de
la diferencia cultural que existe entre esas dos palabras con el mismo
referente y distintos componentes pragmáticos. Así, el traductor que
se enfrente, pongamos por caso, con las diferentes definiciones que
dan las ediciones inglesa y soviética del diccionario Oxford (Student’s
Dictionary o f Current English) de la palabra “capitalismo”, lo primero
que haga sea, tal vez, percatarse del componente descriptivo común
(“propiedad privada de los medios de producción”) y, luego, de los
componentes funcionales diferenciales (R. U.: “base de un sistema
social que da libertad para administrar la propiedad y obtener benefi
cios en condiciones competitivas”; URSS: “base de la explotación del
hombre por el hombre”).
De hecho, no hay nada específicamente inglés o soviético en estas
definiciones, perfectamente “legitimas”, del internacionalismo “capi
talismo”, pero es deber del traductor, allí donde lo considere oportu
no, mostrar qué sentido tienen dichas palabras en el texto de la LO, y
es precisamente el AC el que ofrece el método exhaustivo más perti
nente, económico y necesario de hacer dicha distinción.
C onclusión
173
C apítulo XII
I n tro du cció n
174
en ese orden se usa por razones de énfasis, efecto que se puede con
seguir también por medio del léxico, con palabras, por ejemplo, como
“precisamente”, “indudablemente”, “incluso”, con los superlativos y
con la puntuación (cursiva, mayúsculas, comillas).
Como traductores, nos interesa la gramática únicamente en cuanto
que es transmisora de significado. Por tanto, apenas nos sirve la gra
mática bloomfieldiana o “estructuralista”, corriente que incluye tam
bién a Zellig Harris. La razón es porque excluye el significado. Como
tampoco nos son de gran ayuda las gramáticas de Saussure y Choms
ky. Estos tratan de la langue y de la competence y no de la parole y la
performance respectivamente, o lo que es lo mismo, de los principios
del lenguaje y no de los textos en sí. Uno puede construir una teoría
sobre la transición de una estructura superficial de la LO a otra super
ficial de la LT pasando por una estructura profunda universal, pero
esto muchas veces se convierte en un ejercicio puramente académi
co. Sin embargo, la brillante aplicación que hace Nida de la gramática
transformacional en su libro Exploring Semantic Structures, no sólo
impulsa las buenas traducciones, sino que aclara lúcidamente las suti
lezas del inglés. Desde Chomsky, la lingüística, con su énfasis en el
análisis del discurso y en la sociolingüística, se ha aproximado más a
los enunciados “reales”, y algunos lingüistas han “semanticalizado” o
dado significados frescos y más precisos a muchos conceptos grama
ticales, como, por ejemplo, a los casos. Sin embargo, la mayor parte
de los que escriben sobre traducción y utilizan la gramática de casos
están sólo interesados en la secuencia normal, por ejemplo, de parti
cipantes, proceso y circunstancias, en cada idioma, y lo que hacen es
contrastar las diferentes valencias en cada caso, v. gr.:
175
útil al traductor y, por ende, que forma parte de la teoría de la traduc
ción. Y, como la gramática de casos se centra en la relación del verbo
con sus satélites o participantes, hablaré en primer lugar de la traduc
ción de los verbos, en especial de los verbos elípticos. Luego, enume
raré los participantes casuales relacionados íntimamente con el verbo;
y, por último, trataré de las relaciones semánticas asociadas “libre
mente” con el verbo, y, por tanto, llamadas muchas veces “circuns
tanciales”.
176
(Observen que el traductor español intenta expresar la viveza de ese
estilo con verbos.)
Las tres primeras palabras también se podrían traducir por “Pero Die
derich le estaba esperando” o “De repente, sin embargo, apareció
Diederich”, etc.
ia
nías a que adopten un comportamiento que...”, ilustra la necesidad
de proporcionar un participante casual en la LT.
Si dejamos los verbos “elípticos” y pasamos a las locuciones, cláu
sulas, oraciones, vemos que cláusulas tales como It’ s my hope, my
belief, a matterfo r regret that piden claramente en español, francés y
alemán un verbo: “espero que”, “creo que”, “siento” o “es lamenta
ble”. Y al contrario: Die Schüsse a u f den amerikanischen Preisiden
ten Reagan requiere un verbo tanto en español, como en francés e
inglés: “Los disparos efectuados contra el presidente Reagan”. Pero es
mucho más frecuente que la construcción inglesa nombre + preposi
ción + sintagma nominal o nombre (the house on the hill) requiera un
verbo en español y francés, en tanto que la construcción alemana
objeto indirecto + adjetivo + sintagma nominal (der ihnen frem de
Staatsmann) pide en español, francés e inglés una subordinada adje
tiva (“a quien ellos no conocen” o “que les es desconocido”). Final
mente, la traducción de una locución, como l’effort des hommes sur
le monde extérieur, pide un infinitivo en español e inglés (“el intento
de los hombres por influir en el mundo exterior”) o un verbo más
nombre (“dejar sus huellas”), pero las palabras añadidas estarían
semánticamente limitadas por el resto de la oración. Observen tam
bién que el inglés normativo requiere el uso del verbo, al contrario
que el inglés no normativo y alemán normativo, que no lo requieren.
En francés, el efecto tan sorprendente que puede producir un ver
bo elíptico que conecta el caso agente (o agentivo) con el comple
mento, como en el caso del infinitivo histórico (Et lui de partir), es
difícil de conseguir en traducción. Como es difícil también conseguir
el efecto dramático que puede producir el inicial “otro” u autre. “Otra
decisión cuyos motivos...”: The following is another decision where
the motives... Pero es más corriente que en inglés se “reponga” un ver
bo que no figura en el texto pero que se puede inferir por el contexto
y los participantes de caso: “Y unas líneas después ...”: A few lines
later, he stated... Los puntos suspensivos son también más frecuentes
en español y francés que en inglés, de donde se deduce que a veces
el inglés los traduce por un verbo. Otro signo de puntuación que
encierra un valor semántico, y que a veces exige una construcción
nominal o verbal, es esta pequeña flecha horizontal, ‘— “y como
resultado”, “lo cual significa que”, “lo que da por resultado”.*
Hay que señalar que no es difícil “inferir” por los enunciados la
existencia de verbos elípticos: el número de verbos básicos —al con-
178
trario que el de los nombres— es limitado. El número de nombres (o
sea, de objetos) es infinito, pero un nuevo verbo sólo se puede crear
combinando unas cuantas acciones humanas fundamentales con
objetos nuevos. La inmensa mayoría de verbos consta de uno o más
componentes de significado (“primitivos semánticos”), entresacados
de unos cuantos, como “causar” o “motivar”, “llegar a ser”, “cambiar”,
“usar”, “proporcionar”, en combinación con un objeto o cualidad. Un
traductor, por ejemplo, no tendría muchas dificultades en dar con los
verbos elípticos, dentro de un contexto, en una oración como la si
guiente: First a flower, then a rose, then a dog rose. (Observen tam
bién que en tanto que unos idiomas carecen de verbos corrientes que
designen posesión inanimada, otros o suplen el sentido con el caso
genitivo o con un verbo más formal; así, conditions fo r the lots and
graves in the cemetery puede dar “las condiciones para la concesión
de terrenos y fosas del cementerio”, les conditions de concession des
lots etfosses que détient le cimetière.)
Todos estos ejemplos representan para mí el aspecto más impor
tante de la aplicación de la gramática de casos: la suplencia de un ver
bo por parte del traductor. Pero es obvio que cuando traduzca “comu
nicativamente” lo hará con mayor facilidad que cuando traduzca “se
mánticamente”, aunque si no se puede reproducir en la LT el efecto
estilístico que supone la omisión de un verbo, como en el ejemplo de
Heinrich Mann, tendrá que echar mano del metodo “semántico”.
179
material o por falta de adaptación a la economía“. Aquí no se trata
de si he llenado o no correctamente los lugares vacíos de la LO, sino
de que la mayoría de los traductores —o el lector medio— verían con
buenos ojos el que al menos algunos de estos lugares no estuvieran
vacíos. Aceptado lo cual, pasaré a hablar en primer lugar del grado
de importancia de tales vacíos y, luego, de su esencia.
Inspirándome en los tres participantes de caso (obligatorios,
opcionales y de “libres indicaciones” —-freie Angaben—) de Helbig
( 1969) y ampliándolos, yo divido los vacíos de caso en cuatro catego
rías principales, con la particularidad de que se producirán solapa-
mientos entre ellos: 1) obligatorios; 2) implícitos; 3) opcionales; y 4)
suplementarios.
Los vacíos de caso implícitos son los más importantes para el tra
ductor. Se trata, en el fondo, de una categoría semántica, aunque mu
chas veces exista una obligación sintáctica de rellenar ese vacío. Así,
palabras de la LO, por una parte, tales como “crecimiento”, “reivindi
cación”, “distribución”, “inversión”, aluden de manera clara, aunque
implícita, a la economía, los salarios, la riqueza y el capital respecti
vamente, pero tal vez resulte innecesario rellenarlas. Sin embargo,
quizá tengamos que aclarar un texto médico o geológico: Les défauts
180
d ’apport et les troubles d ’absorption es probable que haga referencia
a una admisión deficiente y a las dificultades para absorber proteínas;
exagération des fuites et des dégradations digestives hace referencia
al aumento de la pérdida y degradación de albúmina en el canal
digestivo...
Los verbos “suceder” y “comportarse” se asocian con dos tipos ais
lados de categorías implícitas: “suceder” implica normalmente tiempo
y/o lugar, y los traductores tendrían que proporcionar este detalle si
faltara en el texto de la LO; y “comportarse” implica una manera parti
cular de comportamiento, que si no se especifica en el texto de la LO
(por ejemplo, “¿Te comportaste?”: Did you behave?') se tendrá que aña
dir en el texto de la LT: Tu t’es bien comporté? o Tu t’es bien conduit?
Los verbos de duración (vivir, permanecer, sentarse, estar de pie,
existir y poner) forman una categoría similar: implican todos ellos
lugar; aquí el participante casual es prácticamente obligatorio. He
went on and on requiere una expresión adicional de tiempo en la LT.
Hay otras dos relaciones de caso que no pocas veces se hallan
implícitas, relaciones que la gramática de casos no suele explicar y
que la gramática tradicional explicaba mediante el caso genitivo: a)
“la cresta”, en inglés the ridge crest, donde el vacío casual representa
el todo al que hace referencia el término mencionado; b) “la organi
zación” (en “la organización tenía claro que hacer un espectáculo de
nivel...”, “organización” no se puede traducir, por ejemplo, al inglés
sin completarlo en este caso por concert), o le groupe, (“grupo de
estudiantes” en español), donde el compañero elíptico es más especí
fico que el término explícito, que es un nombre colectivo o genérico.
La relación existente entre los dos nombres es “ecuativa” (“consta
de”, “pertenece a”); pero este tipo de verbo no parece desempeñar
ningún papel en Tesniére (1965), Fillmore (1968) o Halliday (1973),
lingüistas que no intentan “semanticalizar” el caso genitivo. Sin
embargo, el traductor debe explicar la relación (por ejemplo, en
“padre, “presidente”, “lugar”).
Muchas de las gramáticas de casos no se ocupan del caso genitivo
o posesivo, ni de sus múltiples variantes, las cuales intercambian sig
nificados de dicho caso o de la preposición “de”, si se quiere: subjeti
vo, objetivo, asociativo (“la empresa de mi hermano”), cuantitativo
(“litro de leche”), constitutivo (“vara de hierro”), ecuativo (“la ciudad
de Londres”). La teoría de la valencia, por ejemplo, no incluye el
valor semántico del genitivo porque postula la dependencia de todos
los casos del verbo y este caso depende “gramaticalmente” de su
nombre; sin embargo, en la estructura profunda deja de ser genitivo y
también depende de un verbo (“la casa del arquitecto” = “la casa que
181
construyó/compró/mencionó el arquitecto”). Las observaciones que
acabamos de hacer son válidas además para los compuestos mono- o
multinominales, que en lenguas como el alemán e inglés sustituyen a
la construcción “nombre + de + nombre” en muchas combinaciones.
Obviamente, lo que al traductor le interesa de verdad son los vací
os del caso genitivo en la LO. Así pues, deberán ustedes añadir con
frecuencia un nombre detrás de nombres colectivos tales como “gru
po”, “sector”, “partido”, “número”, “variedad”, etc. Por otra parte, ex
presiones de textos médicos franceses del tipo de les séries, le fibri
nogène, la paroi, une chaleur locale quedan mejor traducidas am
pliándolas: “grupos de pacientes”, “el método fibrinógeno”, “la pared
del vaso”, “un área de calor localizada”.
182
che, limón o ron, con tarta, etc.). Aunque tal información suplementa
ria no tiene por qué darse en forma de “caso”.
183
sean pertinentes en el contexto de la LT tanto la ubicación y tiempo
de la compra como el valor del dinero. (En la terminología de Tesnié-
re, estos componentes son “circunstanciales” y no “actantes”.)
Finalmente, en un grupo de verbos de “hospitalidad”, “invitar”,
“acoger”, “ofrecer”, etc., el lector debe saber quién invita a quién y a
qué lo invita (lo último no tiene por qué facilitarlo el texto original
“sintácticamente” dentro de la oración: lo puede hacer en otro lugar
del párrafo), y probablemente tiene derecho también a conocer cuán
do y dónde, y, si la ocasión es extraordinaria, por qué: por tanto
habrá que rellenar dos vacíos casuales obligatorios, uno implícito y
dos o tres opcionales.
Para mí es esencial el “quién hace qué a quién y con qué motivo”,
donde el motivo es el nexo de unión entre la oración pertinente y la
anterior a ésta y posterior, y el traductor tal vez tenga que añadirlo si
falta en el texto de la LO. Los lugares vacíos restantes se rellenan por
medio de los “actantes", que, en palabras de Tesniére, son los partici
pantes más importantes. A veces falta el primer actante (siempre ani
mado) o sujeto, como en los siguientes ejemplos:
“Este calor invita a la pereza”: In this w eather I fe e l lazy.
184
marchandises même inutiles: Encouraged by obtrusive advertising,
we buy goods, even unnecessary ones-, Goods that may will be un
necessary are bought (bv people) as a result o f loud and showy ad
vertising.
Sin embargo, el ejemplo más obvio de un objeto implícito u op
cional suele ir precedido de un nombre deverbal. La moda de los
nombres deverbales, fenómeno que incita a usar la jerga, parece favo
recer la omisión de un objeto como si fuera algo que todo el mundo
conociera. Sirva de ejemplo el siguiente pasaje:
’ P lus nos sociétés so n t préoccupées d e bien-être, p lu s elles ten d en t
à projecter l ’aspiration égalitaire... elles réduisent les écarts éco
nom iques... l ’exigence en ce d o m a in e n ’a ja m a is été a ussi ar
dente.
185
dones de sujeto y objeto directo son las dos posiciones básicas
casuales. La tercera, la de objeto indirecto, la ocupa un (animado)
“receptor” (Halliday), y lo mismo aparece expreso que implícito en
un gran número de verbos encabezados por “ofrecer”, “permitir”,
“enseñar”, “preguntar”, “mostrar”...: los verbos trivalentes de Tesniére.
Tengan en cuenta que cuando el verbo está en activa aparece un ter
cer actante con mucha mayor frecuencia que cuando está en pasiva.
186
habrá que añadir el concepto de “renta”, ya que no aparece mencio
nado en la frase anterior:
Indudablem ente esta nueva distribución de la renta en tre los g ru
pos económ icos de la nación pu ed e provocar reacciones violentas
por parte de aquellos que se sienten perjudicados.
puede dar:
El próposito de este estudio comparativo, basado principalmente
en criterios clínicos, es dem ostrar la incidencia d e las trombosis
venosas profundas,
187
consecuencia, etc. Hasta cierto punto los conectores se encargan de
indicar la secuencia, pero observen que los siguientes pueden tener
varios significados, y a veces contrarios: moreover, “además”, “por
otra parte”; enfin; “en efecto”, “en una palabra”, “en fin”, “es decir”,
“por fin”. La secuencia se basa también, en cierta medida, en la si
guiente secuencia oracional hecha a modo de ensayo:
188
cisive, anticipatory, etc. Por lo general, los traductores prefieren aña
dir el participante elíptico.
En segundo lugar tenemos un grupo de adjetivos “ecuativos” que
se usan a menudo con verbos también ecuativos o copulativos y que
apuntan todos hacia un objeto similar o idéntico implícito: “diferen
te”, “igual”, “similar”, “análogo”, “parecido”, “equivalente”... Normal
mente hacen referencia a la oración anterior y, alguna vez, a la
siguiente, por tanto funcionan como conectivos, y el problema estriba
a menudo en saber si la referencia es específica o general.
Quiero mencionar en tercer lugar un tipo de adjetivo cuyo signifi
cado sólo lo aclara el contexto. Así, en Une thrombose veineuse ne
sera symptomatique que, symptomatique podría significar “que pro
duce síntomas” o “que es un síntoma”, pero es lo primero, como se
puede apreciar por esta frase: si les veines profondes sont oblitérées
(“si se obstruyen las venas”). O esta otra, Les symptômes sont varia
bles d ’aspect, que puede significar “Los síntomas varían según el
caso” o “El aspecto de los síntomas varía”.
A continuación vendrían ciertos adjetivos que rigen participantes
de caso implícitos (“glotón”, comida; “ávido”, ganancias; achamé,
lucha), a no ser que se explicite otro distinto. Otros, tales como be
wandert y eingestellt, resultan incompletos sin una relación casual
(por ejemplo, en Geographie y rechts respectivamente). Muchos otros
adjetivos relacionados directa o indirectamente con verbos (“cansa
do”, experienced, múde, ready, worse, better, “culpable”, ledig, bitter)
ofrecen varias alternativas: sin participantes, o bien tienen un sentido
general (un estado de cualidad) o bien llevan un participante de caso
implícito que determina la razón de su condición, razón, y el traduc
tor tal vez se sienta obligado a añadirlo.
Los nombres procedentes de adjetivos (“anchura”, “amplitud”,
etc.) y, más aún si cabe, los nombres que proceden de adjetivos de-
verbales (“incompatibilidad”, translatability, dependability) no sue
len presentar problemas especiales. Lo que suele hacer el traductor
con este último grupo es acudir a la trasposición como procedimiento
rutinario de “desjergalizarlos”, lo que le lleva incidentalmente a repo
ner el compañero de caso: “Su fiabilidad está fuera de toda duda”: We
can certainly rely on him. De donde puede surgir también algún pro
blema es del texto vago o mal escrito. Así, Ainsi le profit n ’estprélevé
sur personne mais seulement sur la masse des inefficacités ambiantes
se podría traducir por “Los beneficios no proceden de nadie en parti
cular sino de los mecanismos ineficaces en un ambiente dado.”
Se debería tener en cuenta que las relaciones casuales sobrepasan
el ámbito de los nombres o pronombres implícitos y llegan hasta las
189
cláusulas, estén intercaladas o no dentro de la oración. Por tanto es
probable que el traductor necesite rellenar segmentos corrientes de
oraciones, tales como Er bestand darauf, il y pensa, etc., con cláusu
las enteras y no con los débiles y poco convincentes “esto”,’’eso”,
ello”, it, this, etc., que en inglés son aún menos precisos que en otras
lenguas más flexivas. De este modo, los conceptos mantendrían una
relación de caso entre sí.
P o d rá p a r e c e r s o r p r e n d e n te q u e , a p e s a r d e m is m ú ltip le s re fe
re n c ia s a T esn iére, n o h a y a h e c h o a p e n a s u s o d e las 40 p á g in a s d e
s u e x c e le n te c a p ítu lo s o b r e la métataxe, u n o d e lo s p rim e ro s e s tu
d io s (1 9 5 9 ) s o b r e la re la c ió n e n tre la g ra m á tic a d e c a so s y la tr a d u c
c ió n (e l g ra m á tic o fra n c é s d e f in e su s métataxes c o m o “tra d u c c io n e s
190
profundas que deben ser repensadas antes que aplicadas mecánica
mente”), pero el hecho es que sus 13 tipos de proceso de traduc
ción no ilustran ningún problema de traducción sino las diferencias
entre las construcciones pertinentes de la LO y la LT. Se trata, por
tanto, de ejemplos que pertenecen a la lingüística contrastiva antes
que a la teoría de la traducción. Además este lingüista, al estilo de
Vinay y Darbelnet y de Malblanc, tiene tendencia a dogmatizar
cuando da las equivalencias e ignora las alternativas. Así, Seien Sie
so gut und geben Sie mir das Buch (“Sea tan amable y déme el
libro”) lo traduce por Ayez la bonté de me donner le livre. Por otra
parte, utiliza un alemán antiguo para probar sus argumentos (Der
ist im Stande und erwürgt mich). Sostiene asimismo, erróneamente
que heraus (dehors) no tiene equivalente en francés, cuando podía
haber acudido a herein (entrez) para probar su idea. A pesar de
todo lo dicho, el capítulo de Tesnière es brillante y sugestivo, y su
principio de traducción regulador de la transición de la parataxis
(orare atque obsecrare) a la hipotaxis (prier ardemment) va más
allá de la lingüística contrastiva y apunta hacia la teoría de la tra
ducción.
C onclusión
191
percepción intuitiva, y que la hipótesis de la gramática de casos junto
con las agudezas de Helbig va a ser un instrumento más práctico para
el traductor que la gramática trasformacional, las configuraciones y
oraciones medulares de Nida —que sin embaigo tratan el genitivo de
forma igualmente útil—, otras teorías gramaticales o cualquier tipo de
reducción al lenguaje lógico.
C a p ít u l o X III
La tr a d u c c ió n d e lo s n e o lo g is m o s
I ntro du cció n
193
La definición de neologismo incluye tanto las unidades léxicas
recientemente acuñadas como las ya existentes que han adquirido un
nuevo sentido. Y a menos que sea oscuro, opaco o posiblemente ca
cofónico (como parapraxis y cathesis de Strachey, traductor de Freud
al inglés, para Fehlleistung y Besetzung), el neologismo suele atraer y
agradar a todo el mundo, a excepción de algún purista anquilosado
que, apegado a las reglas convencionales grecolatinas, lo ve como
una violación de la gramática. Como la mayoría de la gente está por
los neologismos, los medios de comunicación y los intereses comer
ciales explotan ese gusto. Las multinacionales, con su ingeniosa pu
blicidad, hacen verdaderos esfuerzos para convertir sus nombres de
fábrica (Bimbo, Danone, Bic, Schweppes, Tipp-Ex) en epónimos, co
rriente ésta a la que ustedes se deben oponer cuando traduzcan, si les
parece apropiado.
Es mi propósito examinar a continuación doce tipos de neologis
mos (véase Marco de referencia, pág. 206) y “discutir” la traducción
de casos concretos teniendo en cuenta los factores contextúales apro
piados.
194
(my, his, their) que le acompañe. Cualquier otro componente semán
tico de estas palabras sólo nos lo podrá dar el contexto.
El término gay parece que ha sido usado deliberadamente por los
homosexuales para realzar su normalidad. Hoy día ya no se puede
decir que la palabra sea argótica, luego no serían correctas traduccio
nes como “marica”, pédale, schwul, u homo. Posiblemente, cuando la
homosexualidad pierda todas sus connotaciones negativas, se perde
rá también esta nueva acepción del término inglés, pero es muy pro
bable que perdure: se ha transferido al francés, alemán y español (a
este último, sin ningún motivo porque ya teníamos “gayo”, de origen
también latino y que como gay significa “alegre”). En realidad, las
lenguas no dan marcha atrás y un término coloquial no se suele
reemplazar por otro formal.
Veamos ahora el término wet en el sentido de “Tory relativamente
izquierdoso, contrario a la política de la señora Thatcher”. Como lo
más probable es que no perdure ni que sea importante en ninguna
cultura terminal, no sería aconsejable hacer en principio una traduc
ción uno-por-uno. Mejor sería que el traductor seleccionara los com
ponentes semánticos apropiados en la LT, tanto funcionales como
descriptivos, y hacerlo de la forma más económica que le permita el
contexto, añadiendo a ser posible un componente negativo que con
serve la imagen original de wet. Waschlappen, nouille, lavette, “agua
do” (Suramérica) o “descafeinado”. Uno no puede estandarizar la tra
ducción de un neologismo cuando está en duda su futuro.
Dentro de este apartado se podrían tener también en cuenta los
siguientes términos: mouvance: “área de influencia”; sophisticated:
“experto”, “especialista”; langue de bois: “lenguaje vacío y pesado de
la burocracia y la política”; passeur: “traficante de inmigrantes ilega
les”; “rutero” (“repartidor de prensa”); “voto cautivo” (“voto de los
subsidiados por el Presupuesto del Estado”); “dominguero” (“conduc
tor inexperto”), etc.
En suma, las palabras viejas con nuevas acepciones no suelen ser
ni culturales ni técnicas, y por lo general se traducen bien por una
palabra ya existente en la LT, bien por un término breve, funcional o
descriptivo. No olviden que está de moda popularizar términos técni
cos (exponential: “en alza rápida”; parameter: “factor permanente”) y
que muchos de ellos se transfieren rápidamente en la cultura occi
dental. Por otra parte, las colocaciones ya existentes con sentidos
nuevos constituyen una trampa para el traductor: se trata por lo gene
ral de términos descriptivos “normales” que de pronto se convierten
en términos técnicos, con un significado que, a veces, queda inocen
temente enmascarado tras otro más general o figurado. Así: Usted
195
building: “monumento histórico”; sleeping policemen, ralentissent,
“bandas sonoras”; open sbop: “taller franco (que emplea obreros agre
miados y no agremiados)”; token woman: femm e symbolique, “única
representación femenina” o “representación femenina simbólica”; TGV
(train à grande vitesse}. Advanced passenger train, “TAV” (o AVE);
quality control: “control de calidad”.
Las colocaciones ya existentes con sentidos nuevos pueden ser
culturales o no culturales. Normalmente, suele haber una traducción
reconocida o “directa” terminal, sobre todo si existe el referente (con
cepto u objeto) en la LT. Pero cuando no existe el concepto en la LT
(por ejemplo tug-of-love), o los hablantes terminales no lo conocen
todavía, el traductor tendrá que dar un equivalente descriptivo lin
güísticamente económico. Existe también la posibilidad de idear una
nueva colocación Quíte d ’amour parental) y ponerla entre comillas,
que luego con el tiempo se pueden quitar.
Los traductores deben estar también al tanto de la tendencia
opuesta, que consiste en usar colocaciones “técnicas” en sentido ge
neralizado (critical mass, specific gravity, etc.)... Esto lleva al uso de
la jerga, que se puede “corregir” en la traducción de textos informa
tivos.
196
ser que el producto se venda en la cultura de la LT por otro nombre,
o tal vez sustituir por un término funcional o genérico si el nombre
de fábrica no tiene una significación cultural o identifícadora. Así,
Revlon se puede traducir haciendo una selección de varios de sus
componentes (“Revlon”, “barra de labios”, “de moda en América”).
En principio, deberíamos hacer una recreación de cualquier tipo
de neologismo novelístico. Si se trata de una palabra derivada, tendría
mos que sustituirla por morfemas iguales o equivalentes. Si es ade
más fonoestética, se debería tratar de que los fonemas terminales pro
dujeran efectos sonoros análogos, razón por la que, en principio, se
deben re-crear sistemática e ingeniosamente los neologismos de Fin
negan’s Wake o Ulises (tautaulogicalfy: “totalógicamente”; riverrun:
courrive), pero teniendo siempre en cuenta el principio de la natura
lidad equivalente, o morfológica (raíces y inflexión) o sonora (alitera
ción, onomatopeya, asonancia).
Por eso no es fácil traducir al español el neologismo palimony, un
híbrido inglés compuesto de p a l (“compañero”) y alimony (“pensión
alimenticia que se pasa por divorcio o separación”). Más fácil hubiera
sido si en español existiera el término “alimonio”, ya que tenemos
también “alimento” y “matrimonio” del latín, que es precisamente de
donde viene alimony.
P alabras derivadas
197
gazinière, télévidéo, monétique, télématique, conique, el traductor se
debe asegurar primero de que el neologismo no compite con ningún
otro: “bionomía” ha dejado el camino libre a “ecología”, y “ergono
mia” —en su segunda acepción— ha hecho lo propio con “biotecno
logía”. El traductor tiene que consultar el glosario adecuado de la ISO
(siglas inglesas de International Standards Organisation) para averi
guar si existe ya una traducción reconocida, si existe el referente en la
cultura de la LT, y finalmente cuál es su importancia y si merece, por
tanto, la pena “trasplantarlo”. Si el traductor piensa que hay alguna
razón que justifique su “trasplante” (¿tiene él la autoridad necesaria?)
y cree que es el primero en hacerlo, debería entrecomillar el neolo
gismo. Así pues, tenemos que réprographie es importante y perma
nente; gazinière es una variante léxica de uso familiar de fo u r à gaz,
y el español cuenta con “horno de gas”, “horno” y “cocina”; y télévi-
déo parece ser una antigua versión de “vídeo”. Observen, sin embar
go, que la mayoría de estas palabras son casi contextualmente neu
tras, lo que quiere decir que se traducen igual en cualquier contexto.
Monétique es la utilización de las tarjetas de plástico para el pago
de cualquier producto o servicio. La palabra tiene un futuro incierto
en español (¿acabará tal vez imponiéndose “dinero de plástico”?),
aunque se podría trasplantar por “monética”, pero para esto se nece
sitaría la autoridad de un banco antes que la de un traductor particu
lar. Iconique e iconographie —que tiene otros sentidos— han perdi
do terreno ante “iconología”, esto es, el estudio y la interpretación de
las imágenes. Por otra parte télématique y téléinformatique han dado
“telemática” y “teleinformática” respectivamente.
Dentro de los neologismos derivados, creo que el traductor debe
distinguir entre los provenientes del campo de la industria, que son
serios, y los frescos e ingeniosos (híbridos, en particular), creados por
los medios de comunicación y la publicidad, que tal vez sean efí
meros. Entre los últimos, tenemos: oillionnaire, steellionnaire, daffy-
nition (híbrido de crazy y definition), “ecocida”, “ecocidio”, Abküfi
(“manía por los abreviamientos”). Sean o no permanentes estas pala
bras, el traductor deberá considerar su función (¿publicidad?, ¿elegan
cia?, ¿cualidad fonoestética?) antes de decidirse o por re-crearlas en la
TL o por traducir los componentes completos de los híbridos.
Adviertan que muchas veces los neologismos médicos (por ejem
plo, “cronofarmacología”, “somatomedina”, “prostaglandina”), y parti
cularmente los nombres químicos, ya aprobados, de fármacos genéri
cos se pueden reproducir en la LT naturalizando el sufijo (francés -ite,
inglés -itis, español -itis; francés-ine, inglés-m, español-iraz), pero
tengan en cuentan que esto lo practican con mucha mayor facilidad
198
las lenguas romances, ya que se mueven en su terreno, y que a veces
si traducen ustedes al inglés no pueden naturalizar o adoptar estos
sufijos automáticamente: por ejemplo, “bioingeniería” da biological
engineering. Tampoco se puede hacer esto siempre del francés: ana
tomopathologie (I960), por ejemplo, daría “patología anatómica”.
Por otra parte, las lenguas romances suelen combinar dos o más
adjetivos en uno solo (“maxilofacial”, “gastrointestinal”, médico-chi
rurgical, médico-pédagogique, etc.), algo que el inglés no hace y que
ya ridiculizó Shakespeare en Hamlet, II. 2 (pastoral-comical, tragical-
historical, etc.). Así que ténganlo presente cuando se encuentren con
dos adjetivos ingleses de este tipo (medical and surgical, both medi
cal and surgical).
En todas las palabras derivadas, deben distinguir entre términos
con una base referencia! sólida que estarían por derecho propio den
tro de la definición de “internacionalismo”, como es el caso de écoto-
ne, y aquellas otras como “ecocidio”, “ecocida”, ecofreak (fanático de
la ecología) y écotage (sabotaje ecológico), que, sea cual sea su fu
turo, no garantizan por el momento la formación de un neologismo
en la LT.
A breviamientos
199
nos informáticos suelen tener una traducción reconocida, pero, si no
es así y les parecen importantes, deberán transferirlos y añadir ade
más un término descriptivo-funcional: ustedes no tienen autoridad
para crear un neologismo. !
Sexual harassment es un concepto universal, o al menos propio
de toda cultura con gran libertad sexual y un movimiento feminista
fuerte, y no creo que les dé ningún problema: en español se acabará
imponiendo “acoso sexual”, en alemán Sexualschikane y en francés
importunité sexuelle, aunque en este idioma ya existía assiduités
abusives. Lead time, el tiempo que media entre el diseño de un pro
ducto y su producción o el que va desde el pedido hasta la entrega,
lo tendrán que traducir de momento según el contexto textual. Dom
ino effect, que puede ser un universal (político) que valga tanto para
la URSS (hoy, CEI) como para El Salvador o Vietnam, habrá probable
mente que explicarlo, a no ser que el juego del dominó sea conocido
en la cultura de la LT. Jetlag ha dado en francés décalage horaire,
pero es fácil que los alemanes lo transfieran; en español existe vacila
ción por el momento (“desfase horario”, “retraso biológico”, etc.),
aunque posiblemente se acabe imponiendo la primera. Clawback
(devolución fiscal obtenida por desgravación de impuestos) quizá no
perdure. Acid rain, por desgracia un universal, es probable que se
traduzca literalmente en todas partes, dada su “transparencia”. Sun
rise industries (industrias de alta tecnología) es fácil que sea una
colocación efímera, por lo tanto se puede pasar por alto la metáfora o
dar únicamente su sentido. Walkman es un nombre de fábrica (epo
nimo) y por consiguiente no se debería transferir. Machine-readable
posiblemente perdure en español como “lectura automática” y nar
row money como “dinero disponible”.
Este breve tratamiento del tema ilustra incidentalmente la dificul
tad de traducir las colocaciones inglesas, que al parecer yuxtaponen
arbitrariamente nombres con nombres deverbales por ser éstos los
encargados de indicar los dos componentes semánticos más significa
tivos; pero tienen relaciones casuales variadas y a veces misteriosas.
Las lenguas que no tienen la posibilidad de convertir verbos en nom
bres ni, en el caso de las lenguas romances al menos, suprimir prepo
siciones de forma tan cruda como el inglés, no pueden imitar dicho
procedimiento. Por esto es por lo que resulta difícil traducir sucinta
mente las colocaciones inglesas, y sólo aparece una traducción acep
table cuando el referente se ha vuelto tan importante (casi siempre un
universal, aunque a veces puede también tratarse de un rasgo de la
cultura de la LO) que ya no sirve un término descriptivo-funcional
más o menos largo. Tomen nota, como curiosidad, del problema de
200
traducción especial que plantea el término institucional British Coun
cil, al no dar éste ninguna pista de su función o constitución. Con
razón se transfiere muchas veces al alemán y se le añade después una
glosa, que varía según el lector: “Institución estatal para la promo
ción: a) del inglés y de la cultura británica; b) de las relaciones cultu
rales y científicas de este país en el extranjero”. En español hay vaci
lación entre transferirlo o traducirlo por “Instituto Británico”, pero en
los dos casos al lector no llega ni la constitución ni la función de
dicho organismo.
Las colocaciones no inglesas, al no estar estructuradas de forma
tan arbitraria, son más fáciles de traducir, pero tal vez la esencia de
una colocación se base en que uno de sus elementos no está usado
en su sentido primario, sino en uno secundario. Lo cual quiere decir
que la traducción literal no suele funcionar con términos estandari
zados.
201
lo)”. Los nombres de fábrica se deben normalmente traducir con tér
minos denotativos (Tipp-Ex: “Tipp-Ex, líquido corrector”). En general,
el traductor debería controlar el uso de los epónimos sacados de nom
bres de fábrica. Los epónimos de reciente creación provenientes de
topónimos (nombres como el de “biquini”, soso como el pan sin sal,
no se han vuelto a repetir) no suelen abundar, que digamos, cosa que
no se puede decir de los derivados de productos (vinos, quesos, sal
chichas, etc.)... Lo aconsejable para traducir los epónimos es añadir el
término genérico hasta que el producto sea lo suficientemente co
nocido. Por otra parte, como muchos topónimos adquieren con el
tiempo connotaciones (Crichel Down = obstrucción burocrática), se
convierten en epónimos. Y, como éstos son a su vez metonimias que
han perdido su “receptáculo local” (Midsummer Night’s Dream), pier
den también sus “nombres” y por tanto se traducen por el sentido.
P alabras frasales
P alabras transferidas
202
prensa y la radiotelevisión, es posible que sean comunes a varias len
guas, ya se trate de palabras culturales o se solapen culturalmente
(samizdat, nomenklatura, apparatchik, perestroika, glasnost). Aquí
lo que debe hacer el traductor, si traduce para lectores menos cultos
o refinados, es dar un equivalente descriptivo-funcional. Cuando se
trata de productos alimenticios recientemente importados, ropa
(parka, Nike, Adidas, Levi, Wrangler), procesos (zapping), manifes
taciones culturales (raga, kungfu), se suelen traducir como si fueran
una palabra cultural más, o sea, se trasfieren y se les añade al mismo
tiempo un termino genérico, además de los detalles específicos que
el lector y el marco requieran.
Los acrónimos son un rasgo, cada día más corriente, de todos los
textos no literarios. Las razones hay que buscarlas en la brevedad o
eufonía, y a menudo porque dan al referente un prestigio artificial
para incitar a la gente a averiguar lo que se esconde tras esa abre
viatura. En el terreno de la ciencia, esas letras de vez en cuando
aparecen unidas y se convierten en internacionalismos (“láser”,
“máser”), que el traductor sólo tendrá que explicar si el lector de la
LT es poco culto. Son internacionalismos ciertas enzimas (SGOT,
SPGT, —cfr. ACTH y otras sustancias importantes—). Los acrónimos
se crean frecuentemente dentro de campos muy específicos y desig
nan productos, aparatos y procesos, según el grado de importancia
de éstos. Al traducirlos se suele acudir a un término equivalente
estándar o, si no existe todavía, a un término descriptivo. Los acróni
mos que hacen referencia a instituciones y nombres de empresas se
suelen transferir. Pero a veces ocurre que se crean o pasan al lenguaje
corriente para designar referentes que llevan existiendo mucho tiem
po (“UCM”, Universidad Complutense de Madrid; “AA EE”, Ministerio
de Asuntos Exteriores), y entonces lo que se suele hacer en traduc
ción es “descodificarlos”. Por otra parte, el traductor debe estar a la
expectativa para ver o no si el acrónimo se creó sólo con motivo de
un texto —difícil, entonces, de localizar si sólo tiene que traducir un
fragmento. Cuando los acrónimos son tan importantes en la LO como
en la LT, puede que sean diferentes en ambas lenguas (MAOI —mo
noamine oxidase inhibiters— es “IMAO” en francés y español).
Los acrónimos relativos a instituciones internacionales, que están
por lo general traducidos “directa” o literalmente, suelen variar según
ia lengua, pero algunos, como “UNESCO”, “FAO”, “UNICEF”, “OPEC”
203
son internacionalismos, y normalmente no van seguidas de punto.
Cuando una organización política o social, por ejemplo, un partido
político, se vuelve importante, es cada vez más corriente transferir su
acrónimo y traducir su nombre, pero esto tal vez dependa de los inte
reses de los lectores de la LT. Observen que si el nombre de una
organización, y por tanto su acrónimo, resulta opaco (por ejemplo,
CNAA, OU), es más importante señalar su función que descodificar
las iniciales. La lengua árabe repele la mayoría de los acrónimos y por
tanto tiende a explicarlos. Hay que señalar además que los acrónimos
de la LO se conservan muchas veces por conveniencia, o sea, para
poder usarlos en otras partes del texto de la LT.
S eu d oneologism os
La creación de neologism os
204
dea) y es una de esas palabras inencontrables. Pues no tiene ningún
sentido crear un neologismo transfiriendo la palabra, porque es pro
bable que se trate de una marca (lo digo por el sufijo, aunque por
otra parte no está escrita con mayúscula...; otra probabilidad —me
nor— es que sea una palabra local o regional) y el producto ya no se
venda. Como traductores, su trabajo consiste en dar razón de todas
las palabras (lo que no significa traducirlas todas) del texto de la LO,
y por lo tanto tendrán que adivinar el significado de floraline: las
pruebas externas, o sea, los contextos lingüístico y situacional, sugie
ren que el producto está hecho de harina (cfr. fleur de farine: “harina
en flor”). Así pues, podrían traducir la palabra por “preparado de
harina fina” y añadir una nota a pie de página para el cliente: “La
palabra original floraline no aparece en ningún diccionario. Proba
blemente se trata de una marca”.
Terminaré hablando de los derechos del traductor a crear neolo
gismos. En primer lugar, si se trata de textos autoritativos, literarios o
no, el traductor tiene el deber de re-crear cualquier neologismo que
se encuentre, pero basándose en el de la LO. Segundo, si se trata de
un anuncio popular, también lo puede crear (por lo general con un
efecto fonoestético fuerte), pero con la condición de que su neologis
mo siga el sentido del original y sea pragmáticamente eficaz. Tercero,
el traductor puede transferir una palabra cultural de la LO si, por una
u otra razón, piensa que es importante. Si el traductor recrea un neo
logismo de la LO usando los mismos morfemas grecolatinos, se debe
asegurar de : a) que no existe ya otra traducción ; b) que tanto el refe
rente como el neologismo no son triviales y de que lo más probable
es que interesen a los lectores de la LT. Por ejemplo, en informática,
no deberían transferir neologismos del original, ya que o son eviden
temente recientes o han sido creados para ese texto en concreto (pro
giciels). En fin, lo menos que puede hacer el traductor que crea un
neologismo es entrecomillarlo, y tengan en cuenta que cuanto más
formal es la lengua, más conservadores deberían ser a la hora de crear
un neologismo y que, en el campo de la tecnología, no deberían
usurpar su papel al terminólogo, ya que éste por lo general trabaja
con un equipo y está en contacto con la ISO.
Las cuestiones más generales de la traducción de neologismos
dependen de la planificación y política lingüísticas. Dado el dominio
mundial del inglés, la mayoría de los países se enfrentan con dos
tipos de neologismos ingleses: a) los de origen grecolatino; y b) las
colocaciones monosilábicas. Los primeros se suelen naturalizar en la
mayoría de los países, excepto en árabe, japonés y otras lenguas asiá
ticas en que se traducen sus componentes morfemáticos. En otras
205
lenguas, como el francés, hay una resistencia oficial a las colocacio
nes monosilábicas (pipe-line: oléoduc, “oleoducto”). Curiosamente, ni
el alemán (contrario a su antigua costumbre) ni el ruso ofrecen resis
tencia a las formas grecolatinas, y el alemán, por otra parte, ha acep
tado del inglés un gran número tanto de monosílabos como de colo
caciones monosilábicas.
3. N ovedad 4. Naturalización
B. Form as nuevas
4. Frecuencia 5. Traducción recono
cida en la LT
206
10. Internacionalismos 14. Eufonía
15. ¿Está el neologismo
en com pentencia con
otros?
16. ¿Está el neologismo
ling, justificado?
17. ¿Es probable que el
neo. se convierta en
internacionalismo?
18. ¿Se ha creado el neo.
(acrónim o) por razo
nes de prestigio?
19. Entorno
20. Estatus y aceptación del
neologismo en la LT
207
C a p ít u l o XIV
La tr a d u c c ió n té c n ic a
I n troducción
208
pulativos, etc.) se combinan con otras variedades lingüísticas. Su for
mato característico (véase el excelente trabajo de Sager, Dungworth y
McDonald, 1980, sobre la escritura técnica) es el informe técnico,
pero incluye también las instrucciones, los manuales, los letreros, la
publicidad, que ponen mayor énfasis en las fórmulas de tratamiento y
en el uso de la segunda persona.
E l estu o técnico
LOS TÉRMINOS
209
tras comprobar sencillamente que a veces se utilizan fármacos (diuré
ticos) como parte de un tratamiento de cirrosis.
En contra de la creencia popular, hasta los términos estandariza
dos de la BSI (Institución Británica para la Estandarización de térmi
nos) pueden tener más de un significado, lo mismo dentro de un
campo Csort out puede significar “examinar individualmente” o “sepa
rar”), que dentro de dos o más (ply, de papel, “hoja”; ply, de madera
contrachapada, “chapa”). Sin embargo, el objetivo de toda nueva es
tandarización es siempre establecer una relación única de uno-por-
uno entre el referente y su nombre. Y cuanto menos importante sea
el referente, más probabilidades hay de que se mantenga esa rela
ción. Pero tan pronto como aumenta el curso del referente —bien
porque se utiliza con mayor frecuencia, bien porque tiene más im
portancia, etc.— aumenta probablemente también el número de sen
tidos figurados del nombre.
Las palabras conceptuales son muy conocidas por sus diferentes
significados, que cambian según la tecnología: Kraft: “fuerza”, “po
der”, “potencia”, “empuje”; capacité: “capacidad”, “capacitancia”, etc.,
(pueden ver otros ejemplos en Maillot 1969). Otros términos deben
su variedad de sentidos a la colocación donde van: puits de mine:
“pozo de mina”; puits a ciel ouvert: “mina al aire libre”; puits perdu:
“pozo negro”; puits artésien: “pozo artesiano”; puissance fiscale:
“caballos fiscales”; puissance de feu: “potencia de fuego”.
210
3) Popular: Vocabulario del lego en la materia, que puede incluir
variantes léxicas del habla familiar: “paperas”, “anginas”, “garro-
tillo”.
211
las burbujas donde van la radio y el sonar” por On a donné au sous
marin une form e parfaitement hydrodynamique; seuls les ailerons
de plongée, le gouvernail et les dômes longeant la radio et le sonar
fo n t saillie, está innecesariamente traduciendo el término descriptivo
(“superficie lisa”, esto es, surface lisse) por un término técnico (forme
hydrodynamique), y eliminando el contraste lingüístico de la LT en
tre lisse e hydrodynamique. (Véase Delisle 1982.)
Los traductores profesionales técnicos, cuando rechazan el térmi
no descriptivo por uno técnico existente en la LT, están haciendo una
liturgia de su habilidad: los términos técnicos (lenguaje estandariza
do) son siempre más precisos (de un alcance semántico más limitado)
que los descriptivos (lenguaje no estandarizado). Se insiste muchas
veces en que uno sólo debería usar palabras que usaran los mineros,
profesores, agricultores, en sus respectivos frentes... A propósito, esa
liturgia tiende a ignorar cualquier distinción entre el lenguaje hablado
y el escrito, lo cual va en contra de la buena traducción.
¿Pero y si el original utiliza términos descriptivos? Tomemos, por
ejemplo, el siguiente fragmento de un texto sobre funcionamiento de
maquinaria: Dans ce cas il est très rentable d ’utiliser les machines
courantes... sans rien créer mais en prévoyant en détail leur adapta
tion et leur montage. Les machines courantes podríamos traducirlo
por “máquinas de uso general” anticipándonos a leur adaptation et
leur montage, en cuyo caso el término semitécnico “de uso general”
reemplazaría al descriptivo courantes del original. Pero lo más proba
ble es que courantes esté en contraste con sans rien créer y se tra
duzca por los términos descriptivos “estándar”, “normal” o “corriente
mente en uso”.
Aunque el término técnico sea un hallazgo (trouvaille) del traduc
tor y ayude a aclimatar al lector profesional, creo que es un error
optar por ellos sistemáticamente sabiendo que el término descriptivo
de la LO puede tener otros fines comunicativos. Ahora bien, el uso
del término técnico en el texto de la LT es ciertamente preferible en
aquellos casos donde el fragmento es técnico y hay pruebas eviden
tes de que —como suele ocurrir a menudo— quizá se ha usado el
término descriptivo, el término más general y genérico, sólo porque
el término técnico, más restringido, es raro o falta en la LO.
Y a la inversa: cuando un término técnico de la LO no tiene un
equivalente terminal conocido, deberíamos usar un término descripti
vo. ¿Qué hacer, por ejemplo, con dismicrobismo murino? Pues si no
podemos correr el riesgo de traducirlo por “microbismo múrido”, lo
más prudente sería utilizar un término descriptivo: “grave plaga de
microbios debida a las pulgas de las ratas”.
212
P o r d ó n d e d e b e c o m e n z a r l a t r a d u c c ió n t é c n ic a
213
tecnología es el objeto: en técnicas de producción, por ejemplo,
deben ustedes aprender tanto el vocabulario básico como la traduc
ción (“tomo”, “embrague”, “tomillo de ajuste”, “fresadora”, “cigüeñal”,
“eje”, etc.) que aparece en forma de diagramas en algunos dicciona
rios, como el Wüster, el Oxford Illustrated, el Larousse, etc., y obtener
una idea clara del perfil, composición, función y resultado, además
de aprender los verbos de acción que rigen esos nombres: une carne
tourne: “una leva gira”.
M ét o d o d e traducción
214
mor, etc., en varios ejemplos diferentes, está bien, pero un mensaje
“común” siempre se traducirá mejor.
Cuando se acerquen a un texto técnico (les sería muy útil ahora
acudir a la pág. 221), primero léanlo para entenderlo (subrayando las
palabras difíciles) y, luego, para evaluar su naturaleza (proporción
entre persuasión e información), su grado de formalidad lingüística,
su intención (actitud ante el tema), las posibles diferencias culturales
y profesionales entre sus lectores y los originales. Seguidamente,
deberían dar a su traducción la estructura o marco de un libro de esti
lo reconocido, que puede ser o el formato de un informe técnico
adoptado por su cliente, o, si se trata de un artículo o colaboración, el
libro de estilo del periódico o revista.
Deben traducir o transferir o, si no, dar cuenta de todo, de todas las
palabras, figuras, cifras, letras, signos de puntuación... Transfieran
siempre el nombre de la publicación, pero traduzcan la referencia
(“Vol. 1., núm. 5”), la fecha y el encabezamiento general usando las
fórmulas estandarizadas de la publicación española correspondiente
(Mise au point, Rappel Medical, Travaux et Originaux, podrían dar
“La medicina hoy”, “Artículos de revisión” y “Artículos originales”
respectivamente). Con respecto a los autores, reproduzcan sus nom
bres y sus títulos, y transfieran el nombre de su lugar de trabajo
(v. gr., Ecole des Hautes Etudes}. es posible que al lector le interese
escribir al autor. Y por lo que respecta a las partículas von y par que
preceden a la firma de los autores hay que señalar que las revistas
médicas españolas las suelen omitir, como hace el inglés. Sin embar
go, pueden traducir en una nota a pie de página una palabra transfe
rida si el libro de estilo de la casa se lo permite, si ustedes piensan
que puede ser especialmente útil a los clientes o lectores y, sobre
todo, si la palabra no es “transparente”.
E l TÍTULO
215
—o por lo menos igual— saber que la scintillation o “centelleo” (véa
se el apéndice de este capítulo) se usa para detectar la radioactividad
en un órgano u organismo que saber que consiste en diminutos des
tellos de luz emitidos desde un cristal de fósforo y medidos por un
contador de centelleo. Lo que suele hacer coherente y lógico un ar
tículo a los ojos del lector es el recuerdo del objetivo de un funciona
miento antes que la descripción minuciosa de sus etapas.
En general, los títulos españoles y franceses son más largos que
los ingleses. Y hablando del título del fragmento recogido al final del
capítulo, hay que señalar que en biologie (“para sustancias orgáni
cas”) se puede omitir. Por otra parte, con la palabra “general” utilisa
tion se puede hacer una ligera trasposición (con las palabras genera
les es corriente este procedimiento de traducción) y traducirla por
“aplicación”, simplemente porque “utilización” se aplica con mayor
frecuencia a sustancias que a procesos. Intérêt es uno de los múltiples
términos corrientes en medicina (cfr. appareillage, dosage, biologi
que) que tienen al menos dos traducciones posibles en la LT y la
menos probable es la que más se parece al español: así pues, intérêt
es aquí “valor” o “importancia”; appareillage es “preparación”; dosage
es “medida” o “determinación de la cantidad”, no “dosis” (un fa u x
ami}, biologique es muchas veces “orgánico” (en muestras), “de la
boratorio”, antes que “biológico”. El último punto significativo del tí
tulo es que encierra una colocación transparente, scintillation liquide
(cfr. en el texto solution scintillante, locución con una sonoridad tal
que parece sacada de El cementerio marino de Paul Valéry), que
habrá que consultar, aparte de otras que aparecen en el resto del ar
tículo (impulsions erratiques, rayonnements cosmiques et telluriques,
le proche ultra-violet). Todas ellas, a excepción de scintillation, son
afortunadamente traducciones directas y no ofrecen problema algu
no. En el caso de scintillation tampoco hay problema: los títulos bi
bliográficos consultados dan “centelleo”. Les recuerdo que la traduc
ción de los títulos de la bibliografía que aparecen en algunas revistas
médicas bilingües es fiable, algo que no se puede decir de la traduc
ción de los llamados “resúmenes” (o abstracts) que es de risa:
However, there is a classical notion w hich d id n o t change: the %
o f good results decreases as the original a ccid en t becom es older...
W hen treated precociously there is m ore th a n 80% chance o f su c
cess, w hich m a y be spectacular as is still rather rare.
216
casos en que una titulación académica (Dr., Emeritus) tiene un equi
valente común reconocido en la LT (“Doctor”, “Emérito”); b) cuando
el nombre de una ciudad está “naturalizado” (“Maguncia”, Aquis-
grán”) y cuando el nombre de la institución es tan opaco (aunque
motivado: Nervenheilanstalt) que un doblete, esto es, una transferen
cia más una traducción semántica (“hospital para enfermedades ner
viosas”), puede ser de gran utilidad para el lector. Los nombres de los
países también se traducen. Así, el lector profesional, si lo desea, pue
de escribir al autor.
217
4. Verbos como faciliter y permettre de (además de inciter, obliger,
empêcher, pousser) pueden resultar problemáticos en lenguas
como el inglés, donde no abundan las personificaciones que a
menudo implican, pero no en las lenguas romances. Más proble
mas daría en español el pronombre “personal” elle (= “técnica”)
que aparece en el primer párrafo: en estos casos lo mejor que
pueden hacer es repetir el sujeto.
5. “Palabras equívocas” como si (“mientras que”), mesure que no
es precisamente “mesura”, sino “medición”, traitement (“procesa
miento de resultados”), séduisant (atractivo”), etc.
218
del autor original, que no lo es. Sin embargo, con la terminología es
mejor ir a lo seguro: no se arriesguen.
Como traductores técnicos, pueden variar el formato en relación
con el cliente. Si éste quiere una traducción desde la primera hasta la
última pagina, entonces deberían mantener el libro de estilo del ori
ginal. Si traducen para un periódico o revista, deberían adoptar su
libro de estilo y leer cuidadosamente números atrasados para saber
cómo es.
Léxicamente, la principal característica del lenguaje técnico es su
riqueza real y su potencial infinidad: siempre habrá huesos y rocas
por “bautizar”. En muchos campos científicos, a la hora de clasificar
se acude a términos grecolatinos, que en traducción pueden ser útiles
como internacionalismos y usarse como equivalentes funcionales,
cuando un término de la LO con referencia a un objeto natural (existe
un comité internacional de nomenclatura para flora, fauna y minera
les nuevos) falta en la LT, entre otras cosas porque el referente no se
conoce en el entorno natural de esta lengua, por ejemplo: “vanesa
roja” por Vanessa atalanta; “lagarta” por Lymantria dispar (cfr. esca
rabajos, plantas, árboles). Si transfieren los términos estandarizados
latinos y/o griegos, tienen garantizado el mismo nivel de registro de
la LO, lo mismo que si traducen los términos grecolatinos de la LO
por términos grecolatinos hispanizados, a no ser —o hasta— que las
palabras, por el mucho uso, tengan una variante léxica más corriente
(“paperas”, “anginas”, etc.). Tengan también en cuenta que el inglés
tiene un nivel de formalidad más bajo que las lenguas romances y,
sobre todo, que el alemán.
C onclusión
219
mirar. Aunque pienso que es absurdo sostener que la formulación del
texto en la LO es “de importancia relativa, y no es obligatoriamente
exacta si el estilo es pobre”, la afirmación de Folkart —como otras
muchas afirmaciones absurdas— es, sin embargo, una crítica oportu
na a las traducciones superficiales y un estímulo para aportar mayor
explicitud (por ejemplo, rellenando los vacíos casuales) de la que hay
en el original.
Lo último que acabo de exponer es obvio. Al haberse producido
una explosión de la tecnología, que se está extendiendo exponencial
mente y que lo seguirá haciendo, éste es un campo, en la frontera del
conocimiento, donde tienen que estar muy al día. No valdrá nada que
no sean bancos de datos, oficinas terminológicas, informantes, últi
mas ediciones, tanto de libros de texto como de libros de consulta.
Díganle a su cliente/patrón o a su bibliotecario que necesitan tener
todo este material disponible, a ser posible. No duden en telefonear a
las empresas pertinentes o a sus departamentos de información y pre
guntarles por sus investigaciones. Y si tienen oportunidad, sigan —o
insistan en que se den— cursos de actualización, acudan a congresos
de investigación y visiten algunas plantas y fábricas. (Esa historia de
“justo cuando usted traducía ese tema en relación con ese proceso o
aparato se estaba haciendo una demostración de los mismos precisa
mente en la puerta de al lado o en un piso más arriba”, que se suele
contar del traductor técnico, tiene más variantes que la nieve de los
in u its .)
Sin embargo, voy a terminar como empecé. La terminología pue
de constituir del 5 al 10% del texto, pero el resto es “lenguaje”, un
lenguaje la mayor parte de las veces con un estilo natural; y en este
punto es donde uno suele ver que un texto autoritativo aspira a con
seguir este estilo; si no lo consigue, lo que pueden hacer ustedes es
darle amablemente al texto esa naturalidad y elegancia: el escritor se
lo agradecerá. Así que escriban bien.
220
A p é n d ic e : t e x t o d e m u e s t r a
Mise au point
221
C a p ít u l o XV
La tr a d u c c ió n d e la literatu ra ser ia y d e lo s te x to s
( o m a n ife sta c io n e s ) a u to rita tiv o s
I n tro du cció n
222
la forma son en general igual e indisolublemente importantes, revela
dos grandes categorías de texto: la literatura imaginativa seria y los
textos autoritativos, sean del tipo que sean, lo mismo políticos que
científicos, filosóficos o legales.
Las dos categorías presentan diferencias obvias: a) los textos auto
ritativos se dirigen al lector de forma más abierta que la literatura; b)
la literatura es alegórica en cierto modo, en tanto que los textos auto
ritativos tienen a menudo un sentido literal y denotativo y, sólo en
pasajes excepcionales, figurado, como en los llamamientos populares
generales, verdaderos “islotes” en el amplio mar del lenguaje literal:
“El huracán del cambio barre la URSS”; I have nothing to offer but
blood, toil, tears and sweat (Churchill, 13 de mayo de 1940): “Yo no
les puedo ofrecer otra cosa que sangre, sudor, trabajo y lágrimas” (sin
duda, el lenguaje es figurado, pero éstos son símbolos que se han de
entender literal y figuradamente). Por otra parte, la manifestación de
la propia personalidad en los textos autoritativos es sólo incidental;
pero el traductor debe prestar la misma atención a las excentricidades
del idiolecto que les prestaría en la literatura fantástica: La France y
voit un renfort décisif de notre latinité à l’avantage de tous les hom
mes: “Francia lo ve como un refuerzo decisivo de nuestra latinidad en
provecho de todos los hombres” (De Gaulle).
Esta podría ser otra generalización translatoria: la literatura en lí
neas generales se mueve en una escala de cuatro puntos que van des
de la poesía lírica hasta el drama pasando por el cuento y la novela.
La poesía
223
hay que mantener la integridad de las unidades léxicas y los versos,
junto con: a) una correspondencia en la puntuación, la cual reprodu
ce esencialmente el tono del original; y b) una precisión y exactitud
en la traducción de metáforas. Veamos la versión* al español:
Tú de tu m adre eres cristal, y en ti los días
gentiles ella evoca de su flor granada;
tal tú por las ventanas d e tu edad verías,
pese a canas y arrugas, esa edad dorada.
224
para averiguar la verdad del símil, aunque lo cierto es que se nos
revela a medias en el siguiente verso: Thou art more lovely and more
temperater*. Por el contrario, una metáfora cultural (el término técni
co, por ejemplo, del cuarto verso de ese mismo Soneto: (Summer’s)
leased no es tan importante.
El traductor tiene que transferir audazmente la imagen de cual
quier metáfora si es conocida en la cultura de la LT. Ahora bien, tra
ducir literalmente versos como los de Gerardo Diego:
Si su espejo la brisa enfrente brilla,
n o te contem ples —ay, Narcisa— en ella,
que no se m ude esa tu piel doncella,
toda naranja al sol que se te humilla.
(.Giralda )
• García Calvo en la obra citada, pág. 73, los traduce así: “¿A un día de verano ha
bré de compararte?/ Tú eres más dulce y temperado...” /N. del TJ
225
explicaciones, alusiones, etc. No obstante, los europeos deben saber
que en la cultura china el jade no es de color jade sino blanco (“nieve
jade”, “luna jade”), que las comparaciones con las cejas supone que
existe la costumbre de que las mujeres se pinten de verde las cejas,
que el fénix no es el ave mítica de la resurrección, que los dragones
no son animales malos y extraños, que los cipreses sugieren cemente
rios como en la cultura occidental (véase Graham, Poems o f the Late
Tang).
Indudablemente, resulta más difícil pasar la cultura china a la cul
tura de las lenguas romances que a la inglesa, ya que aquí el lector
está familiarizado con las imágenes antes mencionadas, aunque tam
bién tendría problemas con flores y hierbas locales usadas como me
táforas.
Tengo mis dudas acerca de la idea de que un traductor de poesía
sea primordialmente un comunicador..., de que sea (para sus lectores
según la definición convencional de traducción comunicativa)
alguien que intenta crear en los lectores de la LT el mismo efecto que
creó el poeta en sus propios lectores: su principal empeño es “tradu
cir” el efecto que en él mismo causó el poema. Un traductor difícil
mente puede conseguir siquiera un efecto análogo en poesía: las dos
lenguas son como el día y la noche por ser éste un medio donde
—como en ningún otro, literario o no literario— utilizan éstas todos
sus recursos. Hay una pugna entre la sintaxis, el léxico, el sonido y la
cultura —no la imagen—. Valéry escribió:
Mi m eta no es literaria. No es tanto producir un efecto en los
dem ás com o en mí mismo..., la mismidad e n tanto en cuanto pu e
de ser tratada com o u n trabajo... de la mente. No m e interesa
escribir poesía sin una visión d e su función.
226
blanco, etc.) lo más cercana posible a la forma de la LO. Aunque la
combinación de rimas es parte de la forma, tal vez tenga que sacrifi
car el orden exacto. En segundo lugar, reproducirá el lenguaje figura
do, las imágenes concretas del poema. Y finalmente, durante las últi
mas etapas en que se vuelve a escribir de nuevo el texto, tendrá que
meterse de lleno con el marco, las palabras conceptuales y muchas
veces con las diversas técnicas de efectos sonoros encargadas de pro
ducir el impacto individual que he mencionado (como ha dicho
Beaugrande en su brillante traducción de Rilke). Emocionalmente,
sonidos diferentes producen diferentes significados, diferencia que se
basa no en los sonidos de la naturaleza, ni en los seductores ruidos
de arroyos y bosques, sino en los sonidos corrientes de la garganta
humana: Sein oder nicht sein — das ist hier die Frage encierra al pa
recer un tono de confianza y desafío que no va con el personaje de
Hamlet —¿no será por la repetición del sonido eíi—, lo cual reaviva
el tema del simbolismo de los universales. Todo esa vibración, esa
franqueza, no aparece en To be or not to be — that is the question,
traducido al alemán casi palabra por palabra, aunque tal vez sea el
vocablo hier, “he aquí”, el que subraye el desafío que no hay en
Shakespeare. El hecho es que, por buena que sea una traducción, su
significado diferirá en muchos aspectos del original, será, en palabras
de Borrow, un simple reflejo del original —y no a través del cristal de
Gogol— y tendrá una fuerza independiente propia. Un poema bien
traducido es siempre otro poema.
Que un traductor dé prioridad al contenido o a la forma, y, dentro
de la forma (metro, rima, sonido, estructura) a un aspecto u otro,
dependerá no sólo de los valores del poema en concreto, sino tam
bién de la teoría poética del traductor. Por tanto, es imposible una
teoría general de la traducción poética, de modo que lo único que
puede hacer un teórico de la traducción es llamar la atención sobre la
variedad de posibilidades y apuntar hacia la práctica (translatoria)
exitosa, a menos que quiera imprudentemente incorporar su teoría
de la traducción a su propia teoría de la poesía. Deliberada o intuiti
vamente, el traductor tiene que decidir qué función del lenguaje, si la
expresiva o la estética, es la más importante en un poema o en un
punto del poema. Esto sencillamente reaviva la polémica suscitada
por Keats acerca de la Verdad y la Belleza (“la Belleza es la Verdad y
la Verdad Belleza: eso es todo lo que saben, y todo lo que necesitan
saber”), donde mantiene que se definen mutuamente y son equiva
lentes entre sí, al margen del posterior debate entre los defensores del
arte como crítica de la vida (Matthew Arnold) y los defensores del
arte por el arte (Théophile Gautier), idea que caracterizó a dos movi
227
mientos poéticos franceses y a gran parte de la literatura de fin de
siglo... “Todo arte es inútil”, escribió Oscar Wilde, afirmación que se
ría desmentida por su propio arte. Por supuesto que Keats, que no
pensaba para nada en la traducción al afirmar lo anterior, simplificó
mucho el argumento. Si, en el lenguaje del traductor, la Verdad repre
senta la traducción literal y la Belleza la versión elegante, resulta que
la Verdad es fea, y la Belleza, siempre una mentira. “Así es la vida”,
dirían muchos. Pero un teórico de la traducción señalaría que tanto el
poema literal como el elegante son por lo general igual de insatisfac
torios como traducciones de un poema o de cualquier otra cosa. Es
necesario, pues, que entre la función expresiva y la función estética
del lenguaje haya cierta fusión, cierta aproximación: en cualquier
caso es probable que el lenguaje personal del poeta, que ya se desvía
de las normas de la LO, se desvíe aún más de las normas de la LT. Así,
Karl Kraus se quejaba de que Stefan George, a base de “violentar” el
sentido de los sonetos de Shakespeare y el uso gramatical y verbal
del alemán, había producido “un raro engendro”. Pero, en mi opi
nión, de todos los traductores George es el que más se ciñe al texto y
el de mayor éxito.
Esta es su traducción del primer cuarteto del Soneto 87:
Farewell! thou art too d ea rfo r m y possessing,
A n d like enough thou kn o w ’s t thy estimate:
The Charter o f thy worth gives thee releasing;
M y bonds in thee are all determinate.
* La traducción que hace García Calvo, op. cit., pág. 211, es la siguiente: “¡Adiós!
Eres muy caro para poseerte;/ tú tus cotizaciones bien al justo cuidas,/ y tu cartera de
valores te hace fuerte;/ mis letras contra ti todas están vencidas”. [N. del T.J
228
Observo que, incluso en una reseña del Times Literary Supple
ment, Erich Segal escribe sobre la “metarofobia” de la mayoría de los
traductores o de esa inquietud que sienten delante de una metáfora.
Pindaro dice que el hombre es el skias onar (“el sueño de una som
bra”), en tanto que Richmond Lattimore invierte los términos y lo deja
en “la sombra de un sueño”, mucho más convencional. Según Esqui
lo, Prometeo robó el anthos/pyros, “el capullo del fuego”, pero según
la mitad de sus traductores lo que hizo en realidad Prometeo fue
“arrancar el capullo”. “Dichten equivale a condensare”, escribió Ezra
Pound en el ABC o f Reading, pensando que dichten tenía algo que
ver con dicht, “denso”, pero afirmando una verdad. La poesia originai
de suyo no encierra redundancias, ni lenguaje fatico, pero el traduc
tor necesita por lo general de un pequeño espacio extra, confía en la
redundancia al sobretraducir venie, por ejemplo, por “fofo” o “débil y
blando”, aunque aquí se ve encorsetado a menudo por el metro. El
maravilloso verso de Racine, Le jour n ’estpas plus pur que lefo n d de
mon coeur, puede dar “El día no es más puro que el fondo de mi
corazón”, pero se pierde la plenitud y la suavidad del original, aparte
de la aliteración, los monosílabos y la repetición del sonido “r”.
Dijimos que las metáforas originales se deben traducir con exac
titud, aun cuando la imagen resulte extraña para la cultura de la LT
y tal vez sólo se adivine el sentido que transmite. En Ln Memoriam
Paul Eluard de Celan, uno de sus versos, Und jener ‘d u ’ zu ihm sag
te träumt mit ihm: Wir, difícilmente se podrá pasar a lenguas donde
no exista el tuteo, como el inglés. Una opción sería acudir a thou,
pero entonces se perderían para el lector de la traducción las conno
taciones de amistad y amor —lo que yo llamaría le plaisir de te tuto
yer-—. Claro que tal vez pronto se perderán también para el lector del
original, en estos días en que la izquierda y los menores de 30 años
han acaparado el íntimo du (“tú”, tu). Le plaisir de te tutoyer casi ha
desaparecido, excepto en la gente mayor, pero felizmente también lo
ha hecho das erste Du stammelte a u f ihren keuschen Lippen.
Los efectos sonoros los debe dejar el traductor para el final, a no
ser que esté traduciendo a un poeta menor como es el caso de Swin
burne. Inevitablemente, el traductor debe tratar de hacer algo al res
pecto y, si no, echar mano de la compensación, bien colocándolos en
otro lugar o sustituyendo un sonido por otro.
No podemos aceptar la afirmación de John Weightman de que la
poesía francesa es intraducibie al inglés: primero porque, con mayor
o menor éxito, se ha traducido gran parte de ella (VÜlon, Rimbaud,
Valéry); y luego, porque existen obviamente algunos contras, como
las diferencias sintácticas, o las diferencias cuantitativas de vocabula-
229
rio a favor del inglés (por ejemplo, para los ingleses humid, damp,
dank, moist, wet, clammy, undried, sólo tiene el francés los genéricos
humide y mouillé), que son tan enormes que hacen del francés una
lengua “abstracta” e intelectual, a diferencia del inglés que es concreto
y real. Hay que decir, sin embargo, que en el caso específico de un
texto, el inglés tiene infinidad de recursos creativos, que tiene disíla
bos y monosílabos y, en fin, que en el siglo xvm se acercó tanto a
todas las llamadas propiedades francesas que —dada la empatia, dada
la simpatía— no hay ninguna razón para que un día incluso Racine
estimara que su traductor inglés no sólo era adecuado sino fascinante.
John Caimcross hace tres consideraciones sobre la traducción de
Racine: a) su traductor debe adoptar el verso blanco de diez sílabas;
b) Racine tiene que traducirse con exactitud y precisión; c) su verso
es particularmente difícil debido a su capacidad de evocación musical
hasta del material menos atractivo (yo podría hacer algunas más).
La confesión de amor (yo no lo llamaría así: es demasiado inquie
to y febril) que hace Hipólito a Arida (Fedra, II. 524-60) es según mu
chos précieuse, esto es, afectada, convencional, demasiado refinada,
sofisticada, de orientación clasista, con demasiadas metáforas estereo
tipadas. Para mí, en cambio, éstos han sido siempre los versos más
bellos de Racine, versos cristalizadores de la obsesión neurótica, abier
tamente mental y nerviosa que es la esencia del personaje de Racine.
Si tomamos, por ejemplo, los decisivos versos que van del 539 al 548,
me da la impresión de que cualquier versión moderna tendrá que
mantener el lenguaje moderno y formal, las oposiciones polares
(fuir, trouver, suivre, éviter, lumière, ombre) y los acentos y las repe
ticiones, además de dejar clara la imagen de animal cazado, y presa
de fantasmas que da Hipólito, y de intentar en cierto modo retener el
lenguaje simple, los suaves sonidos producidos por la aliteración oca
sional.
Las dos traducciones, tanto la John Caimcross como la de George
Dillon, han sacrificado la musicalidad en aras de la exactitud, han op
tado por el verso blanco, mantienen los contrastes y se ciñen mucho
al texto original. En una palabra, son una prueba de la posibilidad de
traducir Racine al inglés. La “imitación” que hace Robert Lowell de
Fedra es otro cantar. La veo poco satisfactoria porque yo, como Hipó
lito, estoy continuamente buscando pero sin lograr encontrar ni
siquiera esas imágenes simplísimas que Lowell no hubiera tenido nin
guna dificultad en retener o recuperar. De hecho, pienso que la ma
yor pérdida en las traducciones de Racine es la resonancia de las tan
sólo 1.800 palabras que usó en sus 12 obras.
230
El c u e n t o y la n o vela
231
por el traductor; pero otras como por ejemplo jagen (“persecución
frenética”) son difíciles de traducir.
Con respecto a las palabras-clave, hay que señalar que los traduc
tores deben evaluar sus textos críticamente. Deben decidir cuáles son
las unidades léxicas centrales que tienen la función más importante y
cuáles las unidades periféricas, de tal forma que las ganancias y pér
didas relativas en una traducción se correspondan con su evaluación.
(Entiendo que muchos traductores aleguen que ya hacen esto intuiti
vamente, por instinto, o por sentido común, y que no necesitan nin
guna teoría de la traducción para hacerles caer en la cuenta de su re
lativa importancia.)
Sobre la traducción de novelas serias no conviene hacer generali
zaciones. Sólo hay que decir que tengan en cuenta los problemas ob
vios que figuran a continuación y que se han de clarificar en cada tex
to: la relativa importancia que para el lector encierran la cultura de la
LO y la intención moral del autor (sirva como ejemplo la traducción
de nombres propios), las convenciones estilísticas de la LO y el idio
lecte del autor, la traducción del dialecto, las normas de la LO, la dis
tinción entre el estilo personal y la convención literaria de la época
y/o corriente.
La importancia señera de la traducción de algunas novelas ha
estado en introducir una nueva visión infusora de un estilo literario
diferente en la cultura de otra lengua. Y cuando uno ve las traduccio
nes de la Weltliteratur en este sentido (estoy pensando en Proust, Ca
mus, Kafka, Mann, Pavese) llega a la conclusion de que los traducto
res muchas veces no han sido audaces, o lo que es lo mismo, no han
sido lo suficientemente literales: son miles los casos en que una tra
ducción literal no es estéticamente inferior a una traducción libre, tra
ducciones éstas últimas que la moda actual justificaría por exigencias
del “subtexto”, y antes por el “espíritu” o el “genio” del lenguaje del
autor.
E l TEATRO
232
paronomasias, ambigüedades o referencias culturales, ni transcribir
palabras para conservar el colorido local: su texto es dramático, con
énfasis en los verbos, y no descriptivo y explicativo. Michael Meyer,
en un artículo publicado en Twentieth Century Studies, que pasó casi
inadvertido, dice —citando a T. Rattigan— que la palabra hablada es
cinco veces más potente que la escrita: lo que diría un novelista en 30
líneas lo debe decir el dramaturgo en 5. La aritmética es imperfecta
—lo mismo que lo es el sentimiento, creo—, pero demuestra que la
traducción de una pieza teatral debe ser concisa, que no debe ser una
sobretraducción.
Meyer hace una distinción entre el texto dramático y el subtexto,
entre el significado literal y el “sentido real”, o sea, aquello que se im
plica pero que no se dice, el significado que hay entre líneas. Él cree
que, si se le pregunta a alguien con sentimientos complejos por un
tema relacionado de algún modo con ellos, éste responderá con eva
sivas y circunloquios. Los personajes de Ibsen, por ejemplo, dicen
una cosa y significan otra distinta. El traductor tiene por tanto que for
mular las oraciones de tal forma que el subtexto quede igual de claro
en español. Desgraciadamente, Meyer no da ejemplos. Uno normal
mente cuenta con que una traducción semántica de una línea, que tal
vez raye con la literal, revele sus implicaciones de forma más clara
que una traducción comunicativa, cuyo único objetivo es darle flui
dez al diálogo. Frases como “¿No tienes frío?” y “Creo que tu marido
te es fiel” posiblemente impliquen evasión y sospecha en cualquier
idioma, suponiendo que haya un solapamiento cultural entre estos
idiomas. (No tendrían por supuesto las mismas implicaciones si el cli
ma o la moralidad sexual fueran considerablemente distintos en las
culturas de la LO y la LT.)
Finalmente, un traductor de teatro en particular debe traducir a un
lenguaje terminal moderno si quiere que sus personajes “pervivan”,
teniendo en cuenta que el lenguaje moderno cubre un período de,
digamos, 70 años, y que si un personaje habla de forma pedante o
anticuada en el original, escrito hace 500 años, debe hablar de la mis
ma forma en la traducción, pero salvando las distancias, o sea, como
lo haría hoy, manteniendo en la traducción las diferencias de registro,
clase social, educación y, sobre todo, de carácter entre un personaje y
otro. Así, el diálogo sigue siendo dramático, y, aunque el traductor no
puede olvidarse de los posibles espectadores, se puede decir que no
les hace concesiones. Y claro que su traducción va a ser inevitable
mente inferior, dado el énfasis en la forma lingüística y dada la sutile
za de la LO, pero también será más simple que el original y una espe
cie de introducción parcial o sesgada a éste. Kant, sin ir más lejos, es
233
más fácil de leer en francés que en alemán, incluso tal vez para un
alemán.
Aunque una gran obra de teatro se puede traducir para que se di
vierta el público lector, para que la analicen los emditos o para que
la represente una compañía en un escenario, el principal objetivo del
traductor tendría que ser siempre éste último (no debería haber dife
rencia entre una versión para ser leída y una para ser representada),
y sólo se tendría que ocupar de los lectores y emditos en las notas.
No obstante, debería amplificar a ser posible las metáforas culturales,
alusiones, nombres propios, en el texto mismo, en lugar de sustituir
la alusión por el sentido.
Cuando se pasa una obra de teatro de la cultura de la LO a la de la
LT ya no es una traducción sino una adaptación.
C onclusión
234
que quiero decir es que el único criterio válido para determinar la
bondad de una traducción en el futuro debe basarse en algún tipo de
exactitud (determinar el género de exactitud dependerá primero del
tipo de texto que se traduce y luego del texto en concreto) y que el
término “subtexto” con sus implicaciones e implicancias griceanas se
puede barajar para cubrir una infinidad de inexactitudes.
235
C a p ít u l o XVI
L os lib ro s d e c o n s u lta y su s u so s; e n b u sc a d e
la p alab ra “in e n c o n tr a b le ”
I n troducción
236
r
P alabras “inencontrables ”
237
den en la búsqueda por parte del traductor del significado de pala
bras inencontrables.
238
11. Arcaísmos en la LO, LT o una tercera lengua.
12. Connotaciones poco familiares y significados simbólicos de pala
bras y nombres propios.
13. Variantes léxicas del habla familiar.
14. Palabras en clave.
15. Palabras corrientes con sentidos culturales específicos de la LO o
de una tercera lengua.
16. Lenguaje personal o manifestaciones de la “infravida” del autor.
(“Infravida” es aquello que da testimonio de las cualidades perso
nales o vida privada del escritor y que se puede deducir indirecta
o tangencialmente de una lectura del texto de la LO.)
17. Palabras “inencontrables” con posible referencia a un objeto o ac
tividad antes mencionada, que puede aparecer o no en el texto de
la LO (referencia exofórica o externa). Así: Razmishlenya prodol-
zhajutsja parece significar “Mis pensamientos están todavía en este
asunto”, pero lo que significa en el contexto es que “las conferen
cias sobre meditación (transcendental) continúan”. Aquí, razmish
lenya (“reflexiones, pensamientos, meditaciones”) es la palabra
que ha escogido el autor para denotar “sinecdóquicamente” las
conferencias sobre meditación transcendental. Por otra parte, la
ausencia de artículos definidos/indefínidos complica aún más las
cosas. La proximidad de la referencia previa a las conferencias
hace que se solucione el problema con facilidad, aunque requiere
un enfoque lateral (o imaginativo).
18. Palabras de diccionario o palabras que rara vez se utilizan pero
que ocupan un lugar sagrado en el diccionario, como por ejemplo
“hemoscopia”. Un buen diccionario enviará al lector a una palabra
genérica o clasificador más corriente: “hematoscopia”.
Ejemplo:
D ans la réponse inflamm atoire, les molécules com prennent en
p articulier l ’histam ine, le sérotonine, le système d u complexe,
groupe complexe de n e u f protéines.
239
Procedimiento de búsqueda
240
gismos acertados (astrolobe o astropode por astrolabe; o Kern por
Keim). Es posible que una palabra aparentemente inglesa como auto-
chemist aparezca en un texto original francés como equivalente de
auto-analyseur, cuya única traducción al inglés es la de auto-analy-
ser: lo que demuestra que el traductor no debe suponer que conoce
una palabra, y menos que existe una palabra en su propia lengua por
aparecer en un texto de la LO, a no ser que esté ya familiarizado con
ella. En el caso de erratas o faltas de ortografía, el traductor debe con
tar con que a veces tendrá que echar mano del pensamiento lateral y
del test de Cloze para rellenar las letras que falten.
Vean el problema de Elle avait un uvéakolobrom congénital.
“Uvea” se entiende, pero kolobrom tiene un sufijo no médico poco
probable. “Si la búsqueda no funciona con k, inténtenlo con c”, y les
dará “un coloboma congènito de la ùvea”, o sea, una fisura del iris.
La mayor parte de los neologismos son términos técnicos com
puestos de morfemas basados en el latín y el griego clásicos, cuyo
significado viene enumerado —como también los acrónimos— en el
corpus de los diccionarios modernos. Generalmente, no resulta difícil
elucidar el significado de estos compuestos (“ambiosonido”, “arbori-
cidio”). Los neologismos se suelen crear por analogía (“endorfina”).
Es una pena que en español, inglés o alemán no haya un equivalente
de la publicación periódica francesa La Banque des Mots o el Dic
tionnaire des Mots Contemporains (edición revisada del Dictionnaire
de Mots Nouveaux), totalmente al día en materia de neologismos.
Otros libros parecidos son Le Petit Termophile (editado por Martin
Weston) y Verbatim. Las palabras inencontrables más escurridizas
son muchas veces palabras argóticas monosilábicas que pueden ser
abreviamientos, figurados u onomatopéyicos (zonked)-, pero estas
indicaciones son sólo pistas que requieren de una investigación pos
terior. En materia de neologismos ingleses consúltense los dos Dic
tionaries o f New English de Barnhart, y para la jerga las dos obras
siguientes: Newspeak de J. Green y Dictionary o f Deseased English
de K. Hudson.)
Un conocimiento general histórico de los cambios fonéticos es
muy valioso a la hora de seguir la pista al significado de palabras ar
góticas, hasta en el caso de que el traductor al hacerlo invente sus pro
pias etimologías populares: lizzers (parásitos sociales) (g e y).
Si la lengua del texto original es el francés, deberían consultar los
siguientes diccionarios: Robert, Lexis, Quillet-Flammarion y Larousse.
Los lexicógrafos van poco a poco teniendo en cuenta que los dic
cionarios que se editan en Francia no dan el justo valor al canadiense,
suizo o valón, como tampoco lo hacen los que se editan en España
241
con el que se habla en Suramérica (Cassells decía en 1959 que su dic
cionario bilingüe inglés-español, español-inglés, era el primero que
lo había hecho) o los editados en la extinta RFA con el de la ex RDA,
Austria o Suiza (en todos estos estados la terminología legal es un
foco común de diferencias). Asimismo, los diccionarios ingleses de
berían incluir —aunque esto es discutible— más palabras galesas
(por ejemplo, fawr, Plaid Cymru).
Los nombres compuestos nuevos proliferan en las más recientes
tecnologías, y a menudo habrá que deducir sus significados por el de
sus componentes.
Los híbridos también han hecho su aparición en el campo de la
tecnología. Con frecuencia se trata de internacionalismos, que no dan
problemas de traducción (biostatistics: “bioestadística”); pero, otras,
tal vez convenga separar los componentes (“estaflación”, “ecocidio”).
Muchas palabras dialecto-locales (patois) se empiezan a recoger
ahora en los diccionarios, justo cuando, junto con los negocios e
industrias relacionados con ellas, están a punto de desaparecer. Un
libro que recoge estas palabras inglesas y que deberían consultar es
el de Peter Wright, The Language o f British Industry.
Un traductor debería ser capaz de conjeturar el nuevo sentido de
muchas palabras en circulación teniendo en cuenta la fuerza de la
analogía, que es tanto social (adaptación a un modelo) como sicoló
gica (asociación de imágenes). Así thankfully (“gracia”), basada en
hopefully (“esperanza”), mercifully (“misericordia”)..., es “afortunada
mente” pero con una connotación religiosa a veces (“gracias a Dios”);
y sophisticated va de lo inanimado (“moderno”, “avanzado”) a lo ani
mado para significar “especializado”, “sutil”, “ingenioso”.
Los neologismos efímeros son una pesadilla para el traductor. Para
inferir el significado de wet de hoy día, usado para designar a un par
lamentario conservador, se necesitarán 50 años a partir de ahora para
demostrar, tras mirar en las hemerotecas, que wet, que significa “dé
bil”, “bobo”, “que no se ajusta a un modelo”, se usó para referirse a
un miembro del Partido Conservador británico contrario a la política
monetaria de la señora Thatcher.
Muchas veces las palabras antiguas con sentidos nuevos sólo se
pueden identificar si el traductor tiene la suficiente humildad como
para comprobar casi todas las palabras de su texto (polytechnic,
intercity, playground, morphology, juggernaut, with it, coffee-table
book, militant, activist, high-speed train, meaningful), ya que puede
ocurrir que por el contexto los dos sentidos de la palabra o coloca
ción sean perfectamente válidos, tanto el antiguo o algo figurado
como el nuevo. Los nuevos sentidos “institucionales” de las palabras
242
(listed building) hay que obtenerlos, hablando en términos genera
les, de fuentes oficiales o contrastarlos con ellas. Los sentidos “lin
güísticos” nuevos, en cambio, se consiguen mejor por medio de
informantes versados en los medios de comunicación y en los movi
mientos ultramodernos, en particular en las culturas juveniles.
Los acrónimos formados sólo con la letra inicial de los términos
institucionales a los que sustituyen (o siglas) son más prolíficos que
los abreviamientos (que son estables), los híbridos (reducidos princi
palmente a la economía y electrónica [?]) y los acrónimos formados
con la primera sílaba cuya moda empezó tras la Revolución Rusa
(“sovjós”, “komsomol”, etc.). Como con frecuencia los acrónimos se
crean ad hoc, o sea, sólo para el artículo en que aparecen o para la
escuela de una disciplina particular (PFO, DC, EMT), el traductor
puede perder el tiempo buscándolos. Si bien es cierto que es cada día
mayor el número de diccionarios de acrónimos, generales y especiali
zados, resulta, sin embargo, alentadora la tendencia de los dicciona
rios clásicos a incluirlos (además de abreviamientos y nombres pro
pios, antropónimos y topónimos) en el corpus del libro sin necesidad
de acudir a apéndices.
Los coloquialismos son los neologismos más efímeros y repetidos
y los que más rápidamente cambian, sobre todo hoy día con la gran
afluencia de palabras consideradas hasta ahora tabúes. ¿Cómo puede
el traductor adivinar, por ejemplo en un cuento, que Sod the British
Council quizá signifique “No voy al Instituto Británico porque tengo
algo mejor que hacer”? Aquí lo único que puede hacer el teórico de la
traducción es ponerles sobre aviso.
“Epónimo” para mí (idiosincráticamente: el término ortodoxo es
“antonomasia”) es toda palabra derivada de un nombre propio. Los
epónimos, que siempre han sido corrientes en las lenguas romances
(“joseantoniano”, “cadista”, “zimbabueflo”, “quevedianamente”, “cha-
adaievismo”, “cubanidad”, Giscardisme, limoger, Giralducien) han
empezado a pulular en inglés recientemente (Bennites, Audenesque,
Shavian, Parsonian, Leatñsite). Por lo general, estos epónimos no se
suelen transferir a la LT, razón por la que se reproduce sólo el sentido
(por ejemplo, Bennites: “seguidores del parlamentario izquierdista
del Partido Laboral británico Tony Benn”). Tengan en cuenta, ade
más, que Shavian puede significar “ralativo a Shaw”, “como Shaw”,
“representativo de la filosofía de Shaw”, “agudo”, “irónico”, “endia
blado”.
Es de sobra conocido que las marcas registradas de productos se
convierten en epónimos gracias a la vox populi y a los publicistas des
pabilados, que nada más salir al mercado empiezan a escribirlas con
243
minúscula. Quizá en algunos contextos tenga el traductor que adi
vinar lo que hay tras el nombre de una marca por no haber un tér
mino lingüístico corriente (cellotape, biro). ¿Cómo se puede traducir,
por ejemplo, She swathed her legs in Tubigrips? Las marcas se suelen
transferir en traducción, pero se puede dar el caso de que tengan que
sustituirlas por —o añadir— su equivalente en la LT, si es que lo hay,
en particular en lo referente a medicamentos.
Las variantes léxicas del habla familiar de la LO (“los leones de
San Mamés”, “el viejo profesor”, “la Doncella de Orleans”) son muy
difíciles de localizar en los libros de consulta corrientes. Estas varian
tes léxicas, usadas como alternativas informales del nombre correcto
u oficial del referente, pueden ser sinónimos lingüísticos o referencia-
les, apelativos, antiguos nombres, abreviamientos, coloquialismos...,
aunque en ese uso dichas variantes no suelen tener otras connotacio
nes. Así, por ejemplo, en un momento de crispación de la opinión
pública, como ocurrió hace unos años cuando la independencia de
Zimbabue, “Salisbury” no se podía considerar como una variante fa
miliar o informal de “Harare”, pero “ruso”, hasta 1991, ha sido por lo
general una variante léxica familiar de “soviético”. Para un traductor
no sólo puede resultar difícil “situar” una de estas variantes léxicas
(los libros de consulta prefieren usar términos “correctos”), sino tam
bién determinar si están usadas además connotativamente, connota
ción que puede ser literal (a Gaul) o cargada de significación (“Kö-
nisberg”, nombre anterior de Kaliningrado).
El lenguaje privado, (o “infravida”) de un autor puede ser detecta
do por repeticiones obsesivas, citas y ejemplos ultramodernos e ínti
mos, y así sucesivamente. (Yo una vez leí un artículo —ni que decir
tiene que fue el único— de la revista Fremdsprachen, sobre teoría de
la traducción, donde todos los ejemplos eran al parecer antisoviéti
cos.) A veces difícilmente se puede distinguir entre el lenguaje priva
do y los neologismos no privados, porque ¿quién sabe si los dowly
days de Auden, en contraste con “días buenos”, pertenecen a la infra
vida, al inglés hablado entre los siglos xii y xvi, al dialecto o al len
guaje privado? Esta locución en un texto “expresivo” se podría tradu
cir por un neologismo con una connotación semántica basada en la
forma de las palabras y su contexto. En cambio, esa misma traduc
ción en un texto informativo podría ser tachada de aberrante, lo cual
quiere decir que la deberíamos normalizar.
Un traductor en principio debería averiguar la referencia de todos
los nombres propios y palabras de “diccionario” que aparezcan en el
texto original, incluso en el caso de que no haga uso de sus conoci
mientos en su versión. Para cualquier consulta en relación con nom
244
bres propios y variantes léxicas familiares —si el inglés es la LO—
son de incalculable valor los siguientes diccionarios: Payton’s Proper
Names, Keesing’s Contemporary Archives y el Fontana Dictionary o f
Modern Thought de Bullock y Stallybrass (y su Biographical Com
panion de Bullock y Woodings). (Para palabras clave, véanse el Dic
tionary o f Political Thought de Roger Scruton, Key Words de Raymond
Williams, Word Power de Edward de Bono, el Dictionary o f Phi
losophy de Anthony Flew y Faux Amis and Key Words de P. Thody y
H. Evans.) El alemán se las pinta solo para hacerles las cosas más di
fíciles aún a los traductores con eso de escribir todos los nombres con
mayúscula como si fueran nombres de medicamentos. Así, en un
fragmento sobre Berlín Oeste del Tratado de las Cuatro Potencias se
mencionaba Steinstücken, que se podría muy bien haber traducido
por “cortar piedras” de no ser porque se pudo localizar en un suple
mento de la enciclopedia Grosses Brockhaus como un pequeño en
clave de Berlín Oeste en el Berlín Oriental.
La división entre “palabras” y nombres propios puede ser también
difícil de captar: le Chêne Vert puede ser una granja, un caserío o un
árbol; a Smith puede ser un miembro de la familia Smith o una perso
na parecida a Smith. La tendencia a formar adjetivos o cualidades de
los nombres propios se está extendiendo en inglés por influjo del
francés.
Hay palabras corrientes con sentidos culturales específicos en la
LO que pueden ser generalmente bien conocidas, yo diría que archi-
conocidas, como por ejemplo, sympa, “mañana”, domani, nichevo,
molodets, moshno, etc., (quizá se circunscriban a un tema particular:
“paz”, “fe”, “esperanza”, etc., en escritos religiosos), que podrían tam
bién caber dentro de la categoría de “inencontrables” si sus significa
dos pragmáticos no son fáciles de definir, como ocurre con las alema
nas de la ex RDA, Kollektiv, Aktivist, parteilich, Diversant, Abgren
zung.
Los traductores tienen que andar con pies de plomo: a) con los
fa u x amis, por ejemplo con palabras de la LO o de una tercera lengua
que ahora forman parte de la LT y tienen un sentido primario o secun
dario diferente en esta última lengua (amateur, dilettante)-, b) con los
amis loyaux, que tienen el mismo significado en la LT que en la LO;
c) con palabras de la LT que pueden aparecer en el texto de la LO y
que hoy día tienen un significado diferente en esta última lengua.
Las palabras dialectales (relativas a la región y a la clase social) se
pueden confundir a menudo con neologismos, coloquialismos, tacos,
y mezclarse con la jerga profesional. Quizá no lleven la marca distinti
va de las comillas. En inglés suelen ser monosílabos y se presentan
245
como tenues deformaciones de palabras estándar o como lenguaje
figurado. Para las palabras dialectales inglesas, pueden consultar los
siguientes diccionarios: el OED, el English Dialect Dictionary (1898-
1905) de Wright y el Dictionary o f Slang and Unconventional En
glish de Eric Partridge. La traducción de palabras dialectales aisladas
dependerá de los fines, tanto cognitivos como pragmáticos, con los
que se usaron.
Los inmigrantes están creando nuevas variedades de inglés britá
nico, como la del inglés paquistaní y jamaicano (véase el Dictionary
o f Jamaican English de F. G. Cassidy y R. B. Le Page).
Las connotaciones poco conocidas y significados simbólicos de
palabras o nombres propios en un texto de la LO pueden ser univer
sales (nacimiento, sexo, muerte, alimentación, cobijo), culturales o
personales, o propias del escritor de la LO. Si acaso no aparecieran en
diccionarios como el Collins, pueden consultar el Dictionary o f Sub
jects and Symbols in Art (Murray) de James Hall, la Elustrated Ency
clopaedia o f Traditional Symbols (Thames and Hudson) de J. C. Coo
per, o el Diccionario de símbolos de J. E. Cirlot, las obras de E. Lehner
o Man and his Symbols y otras obras influidas por C. G. Jung. Los
símbolos universales y personales se pueden traducir “tal cual”, pero
los culturales se deberían por lo general interpretar y traducir.
Procedimientos de traducción
246
tipo de lector, etc. (Véase para ello Capítulo XIII y mis Approaches to
Translation, 1981.)
Cuando se trate de una institución nueva o poco importante, o
bien la transfieren explicando su función y estatus o la sustituyen por
un nombre genérico, como “comité”, “organismo”, “compañía”, etc.,
dando además su función.
En el caso de un término “lingüístico” antiguo utilizado con un
nuevo sentido (jogging, kicks) tal vez necesiten hacer un análisis
componencial del mismo antes de traducirlo, lo que quiere decir que
lo tendrán que traducir por dos o más palabras. Si se trata de una pa
labra “institucional” antigua usada en un sentido nuevo (Fachhoch
schule), pueden dar un equivalente cultural aproximado (“Escuela
Técnica”), o, si se trata de un texto más técnico, transferirla y añadir
una breve definición funcional. (La definición funcional explica el
objetivo del referente; en cambio, una definición descriptiva da su
tamaño, color, composición, etc.)
El traductor no puede nunca “dar de lado” a una palabra inencon-
trable: debe suponer siempre, aunque le parezca absurda (o que no
existe, o que, si existe, está fuera de lugar), que está allí por algo y no
se puede pasar por alto. Siguiendo en esta línea, tendrá que hacer
finalmente algún tipo de conjetura sobre esa palabra imposible de en
contrar y quedarse en un término medio entre su significado contex
tual más probable (una vez más, mediante un tipo de técnica como el
test de Cloze) y el sugerido por la morfología o forma de la palabra, si
es que le sugiere alguno. Ni que decir tiene que tendrá que añadir
una nota señalando que no ha podido encontrar la palabra por nin
guna parte y explicar las razones de su interpretación de la misma. Si
acaso sospecha que el copista la ha copiado mal, lo debe decir en
una nota.
Para localizar e interpretar palabras “inencontrables”, el traductor
requiere más sentido común incluso que ingenio, imaginación y
“buenas relaciones”. La persecución de palabras y el repentino alivio
o satisfacción que siente el traductor al encontrarlas es una de las
atracciones más grandes del oficio.
247
C apítulo XVII
La crítica d e tr a d u c c io n e s
I ntro du cció n
Those places look as they d id then, but they are not the same; a n d
as f o r the others, I have the feeling that they still exist...
* “Esta calle, esta plaza, se parecen a la calle y a la plaza de aquel tiempo: no son
las mismas, y, en lo que atañe a las otras, puedo tener la impresión de que todavía
existen...” 0. Borei, La adoración, Barcelona, Plaza y Janés, 1966, pág. 427. Traducción
de A. M. de la Fuente y J. Ferrer) [N. del TJ
248
Lo que importa aquí no es lo buena que sea la traducción o si se
ciñe o no al texto francés (lo podía haber traducido por: This street,
this square are like the street, the square o f those times; they are not
the same, and as fo r those others, I may feel that they still exist),
como lo hace la traducción española por ejemplo, sino por qué Den
ny quiso convertir una afirmación emotiva y dramática en un enun
ciado frío y natural. Así es que la crítica de una traducción tiene
varios aspectos: pueden evaluar la traducción por su nivel de exacti
tud referencial y pragmática, y, si esto resultara inadecuado y algo
fútil por lo mucho que hay que “corregir”, podrían entonces conside
rar las razones que aparentemente llevaron al traductor a trasladar o
cambiar el talante del texto de una manera tan drástica, o si todo tra
ductor tiene derecho a cambiar en même temps immobile et comme
entré... dans une espèce d ’éternité por unchanging and fixed in a
sort o f eternity. ¿Por qué, por ejemplo, où partout... on désire, on
cherche, on voit la Beauté, lo traduce Salinas*, cambiando el orden,
por “cuando en todas partes ve uno a la Belleza, la desea, la busca”?
¿Hasta qué punto está autorizado un traductor a alejarse de las pala
bras para consagrarse al sentido, mensaje o espíritu del texto?
Yo creo que hay valores absolutos, como la exactitud y la econo
mía lingüística, y valores relativos, y que aquéllos —como la traduc
ción— se deben reconsiderar constantemente y volver a debatir en
distintos contextos culturales: no se pueden presuponer. (Esto me
recuerda las pruebas de la existencia de Dios.) Hasta ahora, la traduc
ción ha ido priñcipalmente a favor de la corriente ideológica —a
veces, también de la contracorriente— del momento: en ella se han
visto más o menos reflejados (Niederschlag) el clasicismo (el equili
brio, la noble expresión, Pope), el romanticismo ( la riqueza del len
guaje popular, el colorido local, Tieck y Schlegel), el arte por el arte
(la re-creación, Dowson), el realismo científico (la transferencia,
James Strachey). El reto de la crítica de traducción está en formular
uno sus propios principios categóricamente, pero elucidando al mis
mo tiempo los principios del traductor e incluso los principios contra
los que reacciona (o aquéllos que sigue). En este sentido, se puede
decir que la buena crítica translatoria es histórica, dialéctica, marxista.
Al proponer mis dos métodos de traducción, el “semántico” y el “co
municativo”, me inclino a considerar el primero como absoluto y el
otro como relativo, pero soy (patéticamente) consciente de que tanto
el uno como el otro son hasta cierto punto reacciones a favor o en
249
contra de Nida, Nabokov, Rieu y demás. Sin embargo, creo que la tra
ducción tiene hoy un elemento nuevo, ya que se ha convertido en
profesión. La introducción de un método “científico”, la comproba
ción de cualquier hipótesis o generalización que surja de ejemplos de
traducciones, por una serie de datos adicionales o ejemplos translato-
rios, si no tiende a eliminar sí, al menos, a reducir el abanico de
opciones, a reducir los extremos de la ideología en traducción. En un
nivel muy general, la prueba del “factor de lealtad al grupo”, tan bri
llantemente percibido por Ivars Alksnis en varios números de Pa
rallèles (Ginebra), demuestra las variedades del prejuicio nacionalis
ta y sexista en una gran cantidad de novelas traducidas y volvería
más difíciles, si éste estuviera ampliamente difundido, los extremos
de la ideología, política e incluso literaria. El título del excelente
libro de Nida Towards a Science o f Translating (1964) fue profètico-,
la traducción (y el traducir) no es ni será nunca una ciencia, pero, al
tiempo que avanza la disciplina que se ocupa de ella, será más ge
neral el reconocimiento del marco de referencia científico de la tra
ducción.
La crítica translatoria es un componente esencial en un curso de
traducción; primero, porque mejora sin causar dolor su competencia
como traductores; segundo, porque amplía sus conocimientos y com
prensión, tanto de su propia lengua como de la extranjera, y quizá
también del tema del texto; y tercero porque, al ofrecerles varias
opciones, les ayudará a ordenar sus ideas sobre la traducción. Como
disciplina académica, la crítica translatoria debería ser la piedra angu
lar de todo curso sobre literatura comparada, o de literatura traduci
da, y, como ejercicio de crítica y discusión, un componente de cual
quier curso que se imparta sobre traducción profesional con los tipos
de texto apropiados (por ejemplo, legal, de ingeniería, etc.).
Una traducción puede ser evaluada por varias autoridades (Ins
tanzen)-. a) por el corrector al servicio de la empresa de traducción;
b) por el jefe de la sección o de la empresa (esto podría ser el “con
trol de calidad”, si las traducciones se han muestreado; aunque hoy
día se abusa tanto del término que se ha ampliado su significado); c)
por el cliente; d) por el crítico profesional de una traducción o el pro
fesor que la corrige; e) y finalmente por los lectores de la obra publi
cada. Resulta irónico, como señaló Nabokov, que muchos reseñado-
res de libros traducidos que ni conocen la obra original ni la lengua
en que está escrita evalúen una traducción por la llanura, naturalidad,
soltura, fluidez, legibilidad y ausencia de interferencias, criterios éstos
muchas veces falsos. ¿Por qué no puede una traducción a veces sonar
a traducción, cuando el lector sabe que eso es lo que es? Aquí, sin
250
embargo, yo parto de la base de que la evaluación, ya sea en forma
de crítica o de tarea puntuada, se hace comparando el original con la
traducción. Lo que actualmente están pidiendo muchas de las traduc
ciones que más han influido en las culturas autóctonas es una recon
sideración, pero del estilo de la que, brillantemente, ha llevado a
cabo Bmno Bettelheim en su crítica de la versión autorizada inglesa
de la obra de Freud.
P lanificación de la crítica
Creo que toda crítica exhaustiva de una obra traducida debe abar
car cinco puntos: 1) un breve análisis del texto de la LO, haciendo
hincapié en su intención y en sus aspectos funcionales; 2) la interpre
tación que hizo el traductor del propósito o intención del texto en la
LO, su método translatorio y los probables lectores de la traducción;
3) una comparación detallada y selectiva, pero representativa, de la
traducción con el original; 4) una evaluación de la traducción: a) des
de el punto de vista del traductor, b) desde el punto de vista del críti
co; 5) y allí donde proceda, un enjuiciamiento del probable lugar de
la traducción en la cultura o disciplina de la lengua terminal.
251
El p r o p ó s it o o in t e n c ió n d e l t r a d u c t o r
252
parezca. Si así fuera, su tarea como críticos es la de sugerir las razo
nes. (En un mundo utópico, estas razones las daría el traductor en el
prólogo.) En cualquier caso, deben empatizar aquí con el traductor
y distinguir entre la incompetencia (o conocimiento inadecuado de
la LO y/o del tema) y un método de traducción al parecer consisten
te, a pesar de que para su gusto sea demasiado idiomàtico o aca
démico.
En tercer lugar, hay que ver cómo el traductor ha resuelto los pro
blemas particulares del texto de la LO. No tienen por qué ir punto por
punto: pueden agrupar los problemas selectivamente bajo encabeza
mientos generales: título; estructura, que incluye la división en párra
fos y los conectivos oracionales; transposiciones; metáforas; palabras
culturales; casos de “traslacionismo”; nombres propios; neologismos;
palabras “intraducibies”; ambigüedad; nivel de lenguaje; y, donde
convenga, metalenguaje, paronomasias y efectos sonoros.
Esta tercera sección de la crítica debería consistir en debatir los
problemas de traducción y no en dar recetas tipo píldoras con vistas a
hacer una traducción “correcta” o mejor. ¿Por qué, por ejemplo, para
traducir vivre avec moins d ’acuité dentro de un contexto el traductor
escoge less intensely en. lugar de less acutely o with less intensity? ¿Por
qué prefirió el traductor uncharted territory para terra ignota y no
terra ignota? (El lector español culto está más familiarizado con las
locuciones latinas que el inglés.)
Esta tercera sección es el alma de la crítica; y debe, por lo general,
ser selectiva, ya que en principio cualquier pasaje que se separa de la
traducción literal en cuanto a la gramática, el léxico, o el orden “mar
cado” de la oración (aparte de cualquier efecto sonoro deliberado)
constituye un problema, ofrece alternativas y requiere de ustedes que
justifiquen su solución preferida. ¿Por qué se tradujo “Un historiador
contemporáneo escribía, hace algunos años, que...” por Some years
ago it was remarked by a contemporary historian that..., y no por A
contemporary historian stated, a few years ago, that... Está claro que
el orden de palabras de Some years ago es más natural y está menos
marcado cuando se coloca al principio de la oración que en el medio,
a modo de paréntesis, pero no existe razón aparentemente válida que
explique el cambio de activa a pasiva y el de “escribía” por stated.
253
La e v a l u a c i ó n d e la t r a d u c c ió n
254
El f u t u r o d e l a o b r a t r a d u c id a
255
al fin y al cabo de donde lo ha “copiado” el traductor. Los fallos lin
güísticos, en cambio, revelan la ignorancia que tiene el traductor de
la lengua extranjera, y pueden ser gramaticales o léxicos (palabras,
colocaciones o idiotismos).
Tanto los fallos referenciales como los lingüísticos se puntúan (o
consideran) negativamente..., deduciendo un número de puntos del
valor total de una oración o párrafo, o de un déficit total. En el mun
do real, los fallos referenciales son más importantes y más peligrosos
en potencia que los lingüísticos, aunque, en el sistema educativo (lo
digo por muchos profesores) y entre gente lega, ambos se ignoran o
excusan a menudo: “después de todo, eso es lo que dice el original, y
el trabajo del traductor consiste en reproducirlo fielmente”. Esta es
una postura equivocada. Un día me contó un traductor holandés que
en una ocasión le pagaron tres veces más de lo que cobraba normal
mente por una traducción que ni siquiera llegó a hacer: lo único que
hizo fue decirle a su cliente que el texto (financiero) estaba lleno de
errores peligrosos.
En segundo lugar, la traducción tiene esa parte de habilidad o des
treza que se requiere para seguir o desviarse del uso lingüístico natu
ral y apropiado, uso que debe ser pragmático y persuasivo en textos
vocativos, claro y ordenado en textos informativos, ceñido al estilo
del original en textos expresivos y autoritativos... Debería uno distin
guir el uso lingüístico “apropiado” del uso raro, medir los grados de
aceptablidad dentro de un contexto. Porque se puede decir “atacan al
Gobierno por su falta de sensibilidad para negociar las propuestas
que reiteradamente viene negociando el sector”, y, aunque resulte
difícil o imposible conseguir en otra lengua ese matiz de acción dura
tiva, cercana al presente del que habla, de “viene negociando” y tradu
cir “sector” sin un participante de caso (“minero”, “del transporte”, etc.),
siempre existe la posibilidad de encontrar un equivalente que haga
sus servicios. Sin embargo, en una oración como la que sigue sería
muy fácil identificar los fallos de uso: “acometen/embisten/arreme-
ten/agreden al Gobierno por su falta de tacto/delicadeza/tiento para
tratar/gestionar/comerciar las proposiciones/ofrecimientos/ofertas
que ...” Estos fallos de uso son debidos primero a la incapacidad de
escribir bien, después tal vez al mal uso del diccionario, en tercer
lugar al poco caso prestado a los fa u x amis (falsos cognados), en
cuarto lugar a la persistente búsqueda de equivalentes uno-por-uno,
y en quinto y principal lugar a la falta de sentido común. Cuando la
traducción literal —el caso estaría más dentro del “traslacionisno”—
está escrita por un traductor nativo de la LO, nadie se sorprende. Las
hechas por nativos de la LT suenan también raras y extrañas y son
256
igual de frecuentes, pero aquí los fallos se deben a la falta de aten
ción y a la hipnotización que en ellos ejercen las palabras de la LO en
el plano textual. Esa idea de que los traductores, en particular los de
textos no literarios (textos informativos), tienen el deber de escribir
bien está lejos de ser aceptada de forma general: muchos creen que,
estando por medio los hechos, el estilo pasa a un segundo lugar. Pero
lo cierto es que es el estilo el que garantiza que se presenten los
hechos acertadamente... Recuerden que cuando hablo de estilo no
quiero decir “belleza”, hablo de la lucha contra expresiones y pala
bras de muchos “juntaletras” y “jergotraficantes”: “a nivel de”, “bice-
falización”, “panelar”, “neurotizarse”, “posicionarse”, “editorializar”,
“mamparizar”. Tengo que admitir que hay una cierta “sencillez” (pala
bra que tiene un espacio semántico excepcionalmente amplio:
“honestidad, franqueza, fluidez, simplicidad, llaneza, sin adornos”) en
el buen uso del lenguaje que es difícil valorar positivamente o darle
“puntos” en traducción. Pero a pesar de que los errores no conformes
a la verdad y al lenguaje son más graves que los errores de uso, es el
uso logrado con habilidad y destreza lo que garantiza que la transmi
sión sea todo un éxito.
Hasta ahora, he descrito los dos factores negativos que intervie
nen en la evaluación de una traducción. En cambio, el tercero (la tra
ducción es un arte) es un factor positivo. Es lo que Jean Delisle llama
“re-creación contextual”, donde el traductor con el fin de interpretar
debe traspasar los límites del texto e ir al subtexto, o sea, ir a lo que el
escritor quiere decir y no a lo que dice, o producir una exposición
económica de un fragmento lingüístico con el fin de explicar algo.
Significa traducir Entgleisung, usado en sentido figurado, por “com
plicación”; o Artefakt, en un texto de electrocardiogramas, por el tér
mino técnico “artefacto”, que no es otra cosa que una variación en el
aparato no originada por el corazón, sino por un fallo mecánico, por
ejemplo; o sacar a relucir una deducción o implicación y dejarla más
clara que estaba en el original (dar el significado literal y figurado por
ejemplo en el caso de una metáfora); o traducir referring consultant
por “el médico consultor que envía los pacientes al especialista” por
que falta un participante de caso; o explicar elegantemente una pala
bra cultural {he enjoyed the bananas and meat in his tapadas snack)-,
o compensar en una parte de la oración un efecto sonoro o un colo-
quialismo aparecido en otra (when they get the bit between their
teeth: “cuando se les mete algo entre ceja y ceja”)... Todo esto, aparte
de algún verdadero hallazgo, una solución feliz o elegante, etc., es lo
que podría caber dentro de la llamada traducción creativa, que habi
tualmente implica los siguientes rasgos: a) que es imposible en pri-
257
mer lugar una traducción “superficial”; b) que hay variedad de solu
ciones, y diez buenos traductores no tendrían ninguna dificultad en
producirla; c) que lo que se traduce es lo que el escritor quiso decir y
no lo que en realidad dijo. La solución más cercana al original es la
mejor pragmáticamente, solución que, si se confronta con la exacti
tud referencial, no tiene igual.
Si un libro, por ejemplo, sobre A. von Humboldt empieza con las
palabras Alexander von Humboldt —ja, warum denn?, se podría tra
ducir burdamente por “Por qué escribir un libro sobre Alexander von
Humboldt pudiéndolo escribir de tanta otra gente?” Pero como el esti
lo es más refinado tal vez valiera este intento: “Quizá pareza extraño
escribir un libro sobre Alexander von Humboldt...”, o simplemente:
“Alexander von Humboldt... Sí, pero ¿por qué?” Referencialmente ha
blando, la primera versión se acerca más que la segunda y ésta más
que la primera en el nivel pragmático, pero la más cercana de todas y
la más breve es la tercera. Esta es la traducción creativa.
La cuarta parcela de la traducción, la del gusto, se debe aceptar
como un factor subjetivo, y va desde las preferencias entre varios si
nónimos léxicos hasta oraciones y párrafos que se infratraducen o
sobretraducen en diferentes lugares (por ejemplo en son visage of
fra it l’image vivante du désespoir, uno tienen dos opciones, o “su
rostro era la imagen viva de la desesperación”, o “su rostro ofrecía la
imagen viva de la desesperación”). El crítico, inevitablemente, debe
tener en cuenta su propio gusto, que puede estar a favor o inclinarse
por la traducción “literal” o por la “libre”. El área del gusto, en un
perímetro tan borroso como el de la traducción, cuyo centro está ocu
pado por la ciencia, convierte en desatino el concepto de traducción
ideal, perfecta o correcta, y es en sí misma un concepto esencial en
traducción. Consecuentemente, una evaluación delicada de una tra
ducción es —¡por lo general!— prudente y nada dogmática.
Observarán que, en mi enfoque analítico de la crítica translatoria,
tiendo a dar más importancia a los factores negativos (errores contra
la verdad, la lengua y el uso) que a los positivos Ga traducción creati
va, la versión feliz que convierte una traducción no sólo en exacta
sino también en efectiva, ya se trate de un anuncio publicitario o de
un cuento). Sin embargo, la exactitud se puede evaluar también posi
tivamente, dando puntos por versiones exactas de oraciones o párra
fos y restando por errores. Esto es lo que se llama “corrección positi
va”, sistema que cuenta cada día con más partidarios entre las comi
siones evaluadoras de exámenes. Lo que ocurre es que, aun siendo la
cara opuesta de la corrección negativa, los resultados son los mismos.
Lo paradójico es que probablemente los casos de “traducción creati-
258
va” se valoren menos en la corrección positiva que en la negativa:
si una traducción competente de una oración recibe la puntuación
máxima, ¿qué se puede dar a una traducción “feliz”?
C alidad d e la traducción
259
C apítulo X VIII
O tras c u e s t io n e s m á s su c in ta s
L as palabras y el contexto
260
En segundo lugar tenemos el contexto referencial, que es el que
está en relación con el tema del texto. Muchas veces será sólo el tema
el que fije el significado de miles de palabras técnicas, como stockage
(“almacenamiento”), rechercher (“buscar”), fusionner (“intercalar”),
appel (“llamada”), que casualmente están relacionadas con el proce
samiento electrónico de datos. Sin embargo, el número de estos tér
minos, aun tratándose de un texto “opacamente” técnico (sólo com
prensible para el experto en la materia), está entre el 5 y el 10% y no
suele pasar de ahí.
En tercer lugar está el contexto cultural, o palabras relacionadas
con formas de pensar y modos de comportamiento de una comuni
dad lingüística particular, y palabras que denotan un objeto material
específico de una cultura, que pueden ser culturales (por ejemplo,
kefiya, pañuelo de algodón que llevan los árabes en la cabeza) o uni
versales (“té”).
Finalmente está el contexto individual, el idiolecto del escritor:
todos nosotros usamos algunas palabras y colocaciones que llevan
nuestro propio sello.
Las palabras están todas de alguna forma determinadas por su
contexto en lo que al significado se refiere. Las que menos lo están
son palabras técnicas como “hematología”, que por lo general es con-
textualmente neutra, a menos que sea una palabra en clave. Dichas
palabras llevan sus contextos con ellas.
Por otra parte, la mayoría de las palabras que denotan objetos y
acciones corrientes, cuando no están “marcadas”, son casi contextual-
mente neutras, por ejemplo, “árbol”, “silla”, “mesa”. Sólo dejan de ser
lo en realidad cuando aparecen “marcadas”, o sea, cuando están usa
das técnicamente: arbre (“árbol”, “eje”), chaîne (“cadena de televi
sión”).
Ignorar el contexto suele ser un fallo corriente, pero culpar al con
texto de una traducción inexacta es otro no menos corriente.
Está por lo general aceptado que los géneros literarios que inevi
tablemente experimentan en traducción diversos grados de pérdida
de significado son la poesía, la prosa sonora, los textos con un gran
porcentaje de juegos de palabras o contenido cultural y el dialecto.
Esto no quiere decir que dichos géneros sean inadecuados para la
traducción. La poesía, en concreto, se ha traducido en distintas épo
cas, muchas veces de forma magnífica y muy ceñida al original y
261
otras más libremente, y los resultados han sido una brillante fusión
entre el lenguaje del poeta y el del traductor-poeta y una demostra
ción a menudo de las sugerentes y atinadas técnicas sonoras del tra
ductor:
The expense o f spirit in a w aste o f sham e
Is lust in action; a n d till action, lust
Is perjured, m u rd ’rous, bloody, fu ll o f blame,
Savage, extrem e, rude, cruel, n o t to trust.*
262
Si el dialecto aprarece usado metalingüísticamente, esto es, ejem
plificando un tipo de lenguaje, lo deben transferir, traducir a un len
guaje neutro y aclarar las razones por las que se dio como ejemplo.
El problema es distinto, sin embargo, cuando el dialecto aparece
en el género novelístico o dramático. En mi opinión, no hay ninguna
necesidad de sustituir el dialecto de un minero de Zola por el de un
minero asturiano, por poner un ejemplo, aparte de que esto sólo sería
adecuado si ustedes dominaran dicho dialecto. Como traductores, su
principal tarea consiste en decidir cuáles son las funciones del dialec
to, que habitualmente vienen a ser las siguientes: a) mostrar un uso
argótico del lenguaje; b) subrayar los contrastes sociales clasistas; y
más raramente c), indicar las características culturales locales. Para el
traductor al inglés lo más importante es la habilidad para usar y posi
blemente “neologizar” verbos y nombres frasales, aunque la traduc
ción a cualquiera de los dialectos del inglés británico de hoy día co
rrería el riesgo de quedarse rápidamente anticuada, dado el declinar
de dichos dialectos. En el teatro, con imitar el acento de la clase obre
ra sin recurrir a ningún dialecto bastaría para dar razón de las aparen
tes distorsiones de una frase como ésta: Wenn ich bloss wisste, was
du meenst. Otras veces, lo importante no es comerse unas cuantas
letras (“¿l’ha dicho usté que he venío en taxi?”) para dar a entender
que se trata de un campesino inculto, sino producir con moderación
un habla argótica natural, que a ser posible oculte la clase social y
que insinúe que se trata de un dialecto, “procesando” sólo una pe
queña parte de las palabras dialectales del original.
Con esto no pretendo dar ningún modelo. Lo que intento demos
trar es que algunas de las características lingüísticas (la incorrección
de la gramática, de la pronunciación, de la ortografía) son irrelevantes
en un dialecto, que es una variedad lingüística independiente y no
una desviación del lenguaje estándar. El principal efecto del dialecto
se debe dejar en manos de los actores.
E l traductor y el ordena d or
1. Preedición (¿Taum?).
2. Alimentación de la memoria del ordenador con datos léxicos y gra
maticales pertinentes para después traducir.
263
1
264
2. “Traducción para publicar”, que corre el peligro de ser poco eco
nómica cuando se piensa que también la podían haber hecho
solos.
265
curso de teoría de la traducción. Pero es más probable que trabajen
por lo general en un texto informativo, redactado en un estilo neutro,
que en uno que se dirija específicamente a los lectores (o sea, un tex
to “vocativo”) o que describa un nuevo proceso e incluya términos
nuevos o un uso lingüístico original.
La aparición de la TO en los años cincuenta tuvo que ver con la
fase conductista de la lingüística. Ahora bien, el perfeccionamiento de
la TO dependerá de la investigación lingüística en determinadas va
riedades de lenguaje, sobre todo en la frecuencia y el curso de los
distintos rasgos: estructuras gramaticales, frases hechas, colocaciones,
metáforas y palabras; esta actividad en sí requiere tanto el uso de
ordenadores como la investigación paralela del mejoramiento de sis
temas informáticos interactivos.
En general, la TO se puede aceptar como un tipo de traducción
especial. Tiene indudables ventajas en un texto en concreto de len
guaje para usos específicos. Por otra parte, la “facilidad con que se
pueden cambiar palabras y oraciones y hacer malabarismos con ellas
en la pantalla de un procesador de textos” (comunicación personal
que debo a Robin Trew*), en comparación con la máquina de escribir
o con el folio de papel (aunque esto ilustra la importancia del doble
espacio), es probable que los anime a ser más flexibles y a no sentirse
tan hipnotizados cada vez que realizan una transposición. Tiene tam
bién una clara desventaja, aparentemente endémica, y es el fomento
de la jerga o, lo que es lo mismo, de los compuestos multinominales
y del lenguaje irreflexivo provocado, no por la mente, sino por una
maquina de reacción acelerada que tiene que ser “alimentada” para
justificarse a sí misma.
F u n c ió n y d escripción
266
I
267
La t r a d u c c i ó n d e e p ó n im o s y a c r ó n im o s
Definición
268
Scargillism, “guarismo”, “felipismo”), que con el declive de su fama
declina también el eponimo. Algunos nombres de políticos tienen
más difícil lo de la derivación: Kinnock, “Borrell”, “Lluch”, etc. A veces,
especialmente en francés (gaullien, gaulliste) y muy de vez en cuando
en inglés (Mandan, Manósi), se hace una distinción entre epónimos
valorativamente neutros y epónimos cargados de valor por medio de
los sufijos -iano e -ista respectivamente (“marxiano” aparece también
en el Diccionario actual de la lengua española, Vox, pero no se le
asigna ningún valor). A veces un epónimo, por ejemplo Shakespear
ean, Churchillian, tiene muchos significados en potencia, pero la
colocación y el contexto donde aparecen los suele reducir a uno.
El principal problema de traducción de los epónimos derivados
de nombres de personas está en saber si la palabra transferida se va o
no a entender: así, el nombre o adjetivo Leavisite sirve en inglés para
resumir ciertos principios de crítica literaria, pero no tendría apenas
sentido para la mayoría de las lenguas terminales, a no ser que se
señalaran dichos principios y su relación con F. R. Leavis. Cuando el
epónimo tiene varias connotaciones (agudeza, ironía, crítica social,
en el caso de Shavian, derivado de B. Shaw) es conveniente reflejarlo
en la traducción. En otros casos, cuando el epónimo sólo tiene una
connotación (“Casanova”) y ésta es conocida, se suelen transferir. Y si
el epónimo no se conoce (Quisling, “Poulidor”), tendrán que decidir
ustedes si merece la pena transferir el nombre y añadir —sin recurrir
nunca a las notas a pie de página— el sentido (“un Quisling o colabo
racionista”; “poulidores o eternos segundones”), decisión que depen
derá de su interés cultural y de su probabilidad de recurrencia o per
manencia en la LT. En algunos casos, sólo se dará el sentido contex
tual, por ejemplo cuando el interés del nombre propio es puramente
“local” u ocasional; en otros, se naturalizará el epónimo (Dante, Cer
vantes, Shakespeare, Goethe), aunque la connotación de la LO difiera
algo de la connotación de la LT.
269
1
Nombres geográficos
Acrónimos
270
más importante saber que el RPR pretende ser el verdadero partido
gaullista que saber que el acrónimo sustituye a Ressemblement pour
la République o que se traduce por “Unión por la República”. Para
otros aspectos de la traducción de acrónimos, véase página 203).
271
gos, los timadores, los libertinos, la clase obrera, etc., sino en general
al uso muchas veces cariñoso. Palabras tales como mee, nana,
môme, fric, boulot, bloke, Kerl, Kinder, kids, tart, job, bird, “tío”,
“chaval”, “ligue”, “fulana”, “kilo” (millón), etc., se deben traducir por
términos neutros, si la LT no tiene variantes familiares equivalentes.
En mi opinión, este tipo de palabras (unas 200 aproximadamente en
cada lengua, desde mi punto de vista) se debería enseñar al principio
de los cursos de idiomas extranjeros, pero rara vez se hace. Creo que
son más importantes que los modismos.
Este lenguaje alternativo familiar es corriente en periodismo y hoy
día, superados de manera más superficial que real los tabúes sexuales
y clasistas, ya se usa con mucha mayor frecuencia en variedades más
formales de lenguaje informativo, sobre todo en inglés, español y
francés. Así pues, para un periódico francés local es una señal de
estar “en la onda” usar el término loubard (“marginado”) sin ni si
quiera un soi-disant, cuando se acuñaron no antes de 1973. Al pare
cer, el francés no utiliza tanto las comillas o la cursiva para palabras
nuevas o argóticas con otro registro como el español, el inglés o el
alemán. Este, al ser más formal, es posible que cuente con menos
variantes del habla familiar que las otras lenguas mencionadas, y las
pocas que tienen es más probable que se den en Austria que en Ale
mania.
No siempre resulta fácil distinguir entre el argot y el lenguaje fami
liar alternativo, que es muchas veces lo que antes era el argot, en tan
to que sigue sin tenerse en pie la idea de poner bajo una categoría
separada el lenguaje argótico y el coloquial.
Sería tal vez conveniente que los traductores consideraran cui
dadosamente las razones del uso de una variante familiar antes de
traducirla. Un término, por ejemplo, como “pasta” o “guita” se puede
usar: a) para evitar la repetición innecesariamente enfática; b) para
mostrar simpatía/amistad hacia el lector, esto es, por razones fáticas;
c) para romper con el registro e impresionar al lector; d) para presu
mir, dando a entender que el escritor de la LO tiene unos conoci
mientos especiales, que pertenece a un “grupo excluyente”.
A propósito, saber la razón de su uso puede no influir en la tra
ducción, especialmente si la lengua terminal no tiene unas variantes
familiares equivalentes. La relación entre los conocimientos usados
realmente en una traducción y la cantidad de información previa y de
conocimientos que se requieren para hacerla es a menudo la misma
que hay entre la punta del iceberg y el resto de él. El traductor, por
ejemplo, debe estar enterado de los diversos efectos sonoros —todo
sonido tiene un significado— del texto de la LO (la asonancia, rima
272
interna, efecto rítmico, aliteración, onomatopeya, son mucho más co
rrientes fuera de la poesía y la publicidad de lo que uno piensa), pero
normalmente no hace casi nada al respecto, ya que es una labor que
requeriría adiciones metalingüísticas, que son un procedimiento de
traducción. Muchas veces, lo único que ve el lector es la punta de ese
iceberg de conocimientos que el traductor ha necesitado para hacer
su versión.
El origen de las variantes del habla familiar puede estar en el
argot (habla de germanía, o de delincuentes y marginados sociales);
pero pueden ser también palabras viejas con sentido nuevo (por
ejemplo, helvétique: en los sellos aparece “Helvetia” —¡un nuevo
triunfo del latín!— porque no es ni alemán, ni francés ni italiano); o
metáforas que se convierten en metonimias (“pasta”, “azotea”, grub,
lolly}, o abreviamientos (“mili”, “expo”); o, naturalmente, apodos (por
ejemplo, todas esas variantes increíblemente infantiles que los miem
bros varones de la clase media alta británica ideaban a raíz de apelli
dos e iniciales en sus odiosas escuelas para probar que, después de
todo, también ellos tenían corazón: Dizzy, Smithy, Robbie, Plum,
Rab, Nobby, Sonny} o palabras dialectales regionales; o términos de
la jerga profesional; o, simple y llanamente, sinónimos.
El lenguaje alternativo familiar no se debería confundir con la ten
dencia de la lengua a reemplazar una palabra por otra por las razones
de todos conocidas de cambio de sentido o de palabra (véase Wal
dron 1979); es por ejemplo archiconocido que “comer” reemplazó a
“yantar”, como car hizo lo propio con automobile —un objeto tan
corriente no podía tener un nombre largo— y que por delicadeza los
“paralíticos” y “ciegos” de antaño son los “disminuidos físicos” e “in
videntes” de hogaño, y que “azafata” significaba antes “camarera del
servicio personal”, y que “liberal” era hasta las Cortes de Cádiz “gene
roso”... Todos estos dobletes no son desde mi punto de vista varian
tes léxicas familiares.
Otra fuente de variantes léxicas del habla familiar, sobre todo de
topónimos, son las áreas bilingües tanto de ayer como de hoy. Y con
cretamente en zonas diglósicas (véase Ferguson 1975) su origen está
en la variedad L (o sea, baja), aunque en mis contextos los términos
alternativos familiares no se usan por los motivos que indica Fergu
son (por ejemplo, para dar “instrucciones a sirvientes, camareros,
obreros, oficinistas...”, pero ¿en qué mundo vivía Ferguson?). Cuando
se hace referencia a áreas potencialmente irredentistas (Brünn, Bres
lau, Fiume, Pola, etc.) el traductor debe distinguir cuándo se trata de
un nombre cargado de significado político y cuándo de una variante
familiar. (Incluso hoy día los periódicos de la ex RFA hablan de “Dan-
273
zig”. La explicación, muy benévola por cierto, de esta excentricidad
es que se trata sólo de una variante familiar de Gdansk; pero cuando
un país o ciudad adquiere un nuevo nombre, éste se debería aceptar,
pienso yo, por traductores y no traductores como una palabra transfe
rida, sobre todo si está en una zona sensibilizada políticamente.) Ha
brá también muchos marxistas, conscientes de sí mismos, que incluso
hoy (1988) no acepten que “ruso” es una variante familiar de “soviéti
co”, sino una expresión de hostilidad hacia la URSS. (Este es un tema
amplísimo: para algunas personas las “variantes familiares” son la hoja
de parra sentimental bajo la cual se encubre todo tipo de explotación,
mientras que para otros se trata de la expresión genuina, pero inge
nua, de sentimientos cordiales.) Hablando un día con un historiador
“alemán oriental” —otra variante del habla familiar—, me reprochó,
tras echar yo mano inocentemente de la variante familiar die Tsche-
chei, haber usado un término políticamente reaccionario y nacionalista
y dado a entender que Checoslovaquia era una nación inferior.
Observen que el lenguaje familiar alternativo está lejos de ser sólo
léxico. Mathiot (1979) distingue entre el método normativo (“neutro”)
y el íntimo (o sea, la “variante familiar”) de hacer referencia a objetos
con pronombres reveladores de roles sexuales. Dice hablando del
inglés que lo mismo se puede uno referir a una puerta con she que a
una planta larguirucha con he: todas las cosas, desde los coches hasta
las mujeres desnudas pasando por los helados y las fórmulas mate
máticas, pueden ser upgraded entities —las palabras son de Mathiot,
no mías— o, lo que es lo mismo, pueden alcanzar una categoría su
perior pronominal, en tanto que un ladrón, por ejemplo, puede des
cender a la categoría de tí.
Evidentemente, estamos ante un problema de traducción, pero no
insoluble: no hay ningún problema translatorio insoluble. Aquí el tra
ductor tiene varias opciones: a) mantener el pronombre personaliza
do; b) normalizar la oración no dándole importancia a la “variante
familiar”; c) sustituir el pronombre por un nombre alternativo familiar
(“novia”, por ejemplo, para la moto si el propieatario es “él”; d) aña
dir un comentario metalingüístico a modo de explicación. El contexto
tendrá la última palabra.
Tengo la impresión, por otra parte, de que mucha gente usa va
riantes sintácticas familiares que se apartan un poco de las formas clá
sicas de los puristas: algunos dativos, por ejemplo (“me comí...”; “se
leyó...”); y en el lenguaje oral, el no poner el sujeto detrás del verbo
en las interrogativas.
“Eccema”, “lavativa” y “paperas” son variantes léxicas familiares
de “dermatitis”, “enema” y “parótidas”, y muchas veces se pueden
274
usar por éstas incluso en artículos académicos, aunque dicho uso
tienda a ofender la mística médica. En fin, si éstas y otras variantes se
aceptaran, se ofenderían muchos puristas pero se acabarían también
muchas discusiones lingüísticas triviales. (Si quieren encontrar otros
ejemplos de discusiones que se podrían cerrar con la aceptación del
concepto de variante familiar, pueden consultar Crystal 1981.)
Lo principal, en el tema que nos ocupa de las variantes del habla
familiar, es que no se usen inadecuadamente: hay muchos contextos
en que la mejor equivalencia translatoria sería “leyó el libro”, “derma
titis”, “Norma Jean”, etc., y otros donde la elección es una cuestión
de gustos (ya dijimos que la traducción es, además, ciencia, habilidad
y arte) y resultaría inútil discutir.
El lingüista, ya sea traductor, profesor o lexicógrafo, debe tener en
cuenta que la mayoría de los términos familiares alternativos, aunque
se usen corrientemente como sinónimos perfectos de otras palabras,
tienen además sentidos alternativos que deberían figurar en el diccio
nario. Palabras, por ejemplo, como Stettin, Königsberg, se usan tam
bién por razones políticas. Y, en el extraordinario poema de Erica
Jong (Sylvia Plath is alive in Argentina), “Norma Jean” no es simple
mente “Marilyn Monroe” sino esa pobre niña desgraciada en que se
convirtió Marilyn Monroe por culpa de la separación de sus padres.
Y, finalmente, habrá veces en que se empleen única y exclusivamente
por “fardar”, o por deseos de integrarse en un grupo. Todos estos fac
tores se deberían señalar en un buen diccionario o enciclopedia, que
para mí, dicho sea de paso, son iguales.
Así pues, el lenguaje familiar alternativo tiene aplicación en teoría
de la traducción, aprendizaje de idiomas y lexicografía. Y si bien es
cierto que está sujeto a los caprichos de la moda y está en peligro de
entenebrecer los problemas profundos de las relaciones sociales,
étnicas y sexuales, también es verdad que responde a una continua
necesidad lingüística humana y que representa genuinamente las
relaciones personales. Es, sobre todo en francés y en las variedades
lingüísticas informales, un rasgo cohesivo corriente e impactante.
Cu á n d o y c ó m o mejorar u n texto
275
There w as a stream alongside the road a n d fa r dow n the pa ss he
saw a m ill beside th e stream a n d the fa llin g o f the dam , w hite in
the su m m er sunlight.
La secuencia lógica
* E. Hemingway, Por quién doblan las campanas, Barcelona, Planeta, pág. 9. Tra
ducción de Lola de Aguado. ÍN. del TJ
276
Es obvio que si se evitara la redundancia (“identificación”, “identi
ficados”), se pasara a activa el verbo en pasiva “ser acompañados”
para que su sentido no quedara tan vago y se ordenara la oración se
gún el orden clásico de SVO, el texto y la relación lógica causa/efecto
quedarían más claros para el lector:
Los agentes podrán requerir a quienes n o pudieran ser identifi
cados p o r otro m edio a q u e les acom pañen a dependencias pró-
Y las razones que se podrían aducir son las siguientes: por una
parte, que la mención del “cementerio local” es incidental e interrum-
277
pe el curso del pensamiento en el original, de ahí su posición subor
dinada en la traducción; y por otra, que al haber dos conjuntos inne
cesarios de sinónimos referenciales (Vierge y Mère de Dieu-, chapelle
y bas sanctuaire), se suprimen éstos y se destaca así la capilla. Con
ello indudablemente se mejora a Ladurie, pero queda en pie la pre
gunta de si tiene o no el traductor derecho a mejorarlo.
El idiolecto
278
«fe
idiolecto (les signes et présence d ’un asthmatique attirent vers la
notion d ’allergie microbienne), pero el traductor no tiene por qué
hacer la distinción, sino simplemente normalizar: “Los síntomas su
gieren que el paciente tiene una alergia bacteriana”.
No es difícil, por otra parte, que un especialista haga referencia a
la psicoterapia por medio de la locución une arme à divers volets; al
traductor, en cambio, le bastará con reproducir sólo el sentido de esta
metáfora disparatada aunque ya fosilizada: “un tratamiento que pue
de tener diversas aplicaciones”.
La ambigüedad
La metàfora
279
Gli sceicchi obbediscono a l volere d i A llah. Il volere d i A llah
n o n p u ò essere altro che buono. D unque la stretta n ell’ erogazio
n e d el greggio d a i p o z z i d el Golfo Persico non p u ò essere altro
che u n bene.
280
literal y menos emotiva, en tanto que metáforas grotescas, como se
temper hâtivement dans les eaux baptismales européennes à Stras
bourg, se deberían al menos modificar al pasarlas a otras lenguas.
Las metáforas son particularmente pintoresacas en los deportes,
las artes, la crítica, la música popular, la economía y el periodismo.
Muchas metonimias bursátiles inglesas (bull, bear, gilts, equities,
black, red) se suavizan a menudo con términos menos chocantes al
traducirlas a otras lenguas. En otras áreas, hay periodistas originales
que se distinguen por un estilo “vivo”, “elegante”, “ingenioso”, gene
ralmente basado en la metáfora. Aquí, lo que tal vez tenga que hacer
el traductor es examinar por separado todo el texto para evaluar el
porcentaje, originalidad y fuerza de las imágenes, y considerar si
serán adecuadas o no en el texto terminal. En el campo de la infor
mática y la ingeniería mecánica, las metonimias recurrentes (metáfo
ras fosilizadas) presentan problemas de traducción antes que de teo
ría de la traducción.
Redundancia y tópicos
281
Lapsus, erratas, errores y errores de copia
282
La jerga
283
que la traducción. La jerga en el sentido que yo uso la palabra es el
pensamiento perogrullesco y especioso, pero “revestido” o del len
guaje insípido de la burocracia (tecnocracia, lenguaje oficinesco de
juzgados y oficinas públicas, marxismo) o de la tradición literaria/
nacional de un “pueblo”, por ejemplo, de la oscuridad filosófica ale
mana, o la sensualidad y religiosidad de finales del siglo xrx.
Todo texto se vuelve vulnerable cuando, por una traducción
exacta, se queda sin su coraza protectora local, tanto lingüística como
cultural.
La obra de Charles Morgan, que ha dejado ya de leerse en inglés,
es de una pretensión intelectual tal que suena mejor en francés. Duff
(1980), por otra parte, ha demostrado que a un escritor como al fran
cés R. Barthes se le puede destruir traduciéndolo al inglés:
(Barthes, M ythologies)
* “La ideología burguesa puede por lo tanto cubrir todo ... La burguesía puede sub-
sumir sin resistencia el teatro, el arte, el hombre burgués, bajo sus análogos eternos; en
una palabra, puede desnombrase cuanto quiera, pues no hay más que una sola y mis
ma naturaleza humana”. R. Barthes, Mitologías, Madrid, Siglo XXI, pág. 234. Traducción
de Héctor Schmucler. IN. del TJ
284
Prejuicios)) responsabilidades morales del traductor
Conclusión
Con esto no les quiero decir que en los textos informativos sean
todo lo libres que les venga en gana. Digo simplemente que tienen
derecho en aquellos casos en que el original es un texto sin preten
siones estilísticas o un paradigma del mal escribir a “seleccionar un
estilo personal apropiado, a “armarse” del arte de escribir más claro y
285
sencillo posible”. “Sena de gran ayuda que los autores de los textos
originales observaran siempre el principio de la claridad de pensa
miento. Pero, si no lo hacen, el traductor debe seguir afanándose por
conseguir la excelencia”. Eso es lo que aconseja a los traductores el
Ministerio de Información de Quebec. Es esta una parcela de textos
de traducción donde son de esperar ciertos estilos de lenguaje acep
tables. Cabe esperar, por ejemplo, que se encuentren con textos con
un estilo preciso y estricto que se acerque más al formalismo de los
manuales que a esos artículos periodísticos de lenguaje sumamente
figurado.
Y sigue siendo todavía un hecho que el traductor debe dar cuenta
de todos y cada uno de los vocablos, modismos, estructuras, énfasis,
o lo que es lo mismo, tiene que poder dar una explicación, si se le
cuestiona, de sus trasferencias, traducciones u omisiones directas o
indirectas, etc. No se trata de eliminar al autor o al lector por mor de
una verdad “superior”. El traductor adoptará el registro del autor, a
menos que traduzca para un tipo diferente de lectores en un tipo de
marco diferente, y sólo podrá y deberá justificar sus modificaciones
del texto cuando haya falta de adecuación en los aspectos antes seña
lados.
C olocaciones
286
2. Nombre más preposición más nombre
a) “globo del ojo”, eyeball, globe oculaire, Augapfel
b) “propiedad del estado”, government issue
287
Sin embargo, la sensibilidad hacia el lenguaje colocacional es mu
cho más útil cuando se consideran las colocaciones de la LO y se
relacionan con las colocaciones transparentes de la LT. “Enfermedad
grave” es serious o severe en inglés antes que grave; y grave condi
tion es “estado preocupante “ y no “grave”, porque en realidad no es
tan grave.
La traducción es a veces un continuo bregar por encontrar la colo
cación apropiada, un procedimiento por conectar, primero, los nom
bres apropiados con los verbos y éstos con los nombres; y luego, por
colocar los adjetivos apropiados con los nombres, y los adverbios o
locuciones adverbiales con los verbos; y en tercer lugar, por colocar
las conjunciones o conectivos apropiados (las preposiciones ya que
dan incluidas en las locuciones adverbiales). Si la gramática es la
espina dorsal de un texto, los nervios son las colocaciones ( más suti
les, múltiples y específicas en la denotación del significado), y la car
ne el léxico.
Cuando se trata de una palabra que sólo coaparece regularmente
con un ítem léxico (por ejemplo, los sonidos producidos por anima
les corrientes, instrumentos musicales, utensilios: miauler, aboyer),
las opciones (translatorias) son poquísimas y, por tanto, es un proble
ma de lingüística contrastiva y no de traducción, aunque los sentidos
figurados de dichos sonidos, que suelen ser onomatopéyicos, ofrecen
una interpretación alternativa.
Hay, luego, una serie más pequeña de colocaciones en las que
uno busca una sola unidad de la totalidad encerrada en el nombre
incontable (“pastilla de jabón”: piece o f soap, Stück Seife, pain de sa
von; “terrón de azúcar”, lump o f sugar, morceau de sucre, Stück Zuc
ker) o la totalidad para encerrar varias unidades:
288
ôter, etc.). Coûter vu con cher o peu. Algunas palabras van natural
mente con modismos.
Las colocaciones se deberían distinguir de las palabras de un cam
po semántico (por ejemplo, el de los colores) o del marco de un tema
que, aunque estén al mismo nivel, no coaparecen inmediatamente
juntas.
El único diccionario sistemático de colocaciones —para el inglés
y francés— que conozco es el Dictionary o f English Style (1920) de
A. Reum, que incluye también sinónimos y antónimos y mucha más
información.
Existen, finalmente, varios grados de “colocabilidad”. Algunas pa
labras como bandy y rancid posiblemente sólo tengan en sentido
propio un ítem léxico con el que coaparecer (“piernas”, “mantequi
lla”), mientras que en sentido figurado ofrecen una serie mayor de
posibilidades (aspecto, gusto). Estos grados van siempre vinculados
con la idea de naturalidad y uso, y son sumamente importantes a la
hora de revisar la traducción.
Nombres de personas
Cuando los nombres de pila y apellidos de la gente no tienen con
notaciones en el texto, se suelen transferir, con lo cual se mantiene su
nacionalidad.
Se exceptúan, por ejemplo, los nombres de papas, monarcas,
príncipes y santos, que se traducen si son “transparentes” (algunos
monarcas franceses se transfieren al inglés, Louis, François, etc., ade
más del nombre del monarca español, Juan Carlos, que se transfiere a
casi todas las lenguas europeas); y los nombres de los principales clá
sicos de Grecia ( “Platón”, “Esquilo”, “Sófocles”), Roma (Horace, Livy,
Virgilio”, “Ovidio”, Catulle) y el Renacimiento (“Ariosto, “Lutero”, Le
Grec, Le Tasse), que se naturalizan en las principales lenguas euro
peas. (Otros ejemplos se pueden ver en Newmark 1981.) Las lenguas
romances traducen a menudo los nombres de pila de personajes pro
minentes extranjeros si éstos son transparentes. Personajes relevantes
del Renacimiento y el siglo x v iii adoptaron nombres clásicos que a
veces también se naturalizan: Schwarzerd dio “Melanchton”, o sea,
“tierra negra” en griego; Kopernik: “Copérnico”, Copernic; Von Lin
né: “Linneo”, Linné. En algunas lenguas como el húngaro los apelli
dos preceden a los nombres de pila (por ejemplo, Kádar János). Es
una pena que todavía hoy no haya un sistema estandarizado de trans-
289
1
1. Al ser una novela de poco peso no tiene por qué ser el nombre
propio de uno de sus personajes algo sagrado, intocable.
2. El nombre de Laura es incongruente y se supone que debe provo
car sonrisas o risas.
3. “Harriet” es específicamente inglés y connota un remilgo pasado
de moda; (Este es un rasgo que se debe contrastar con el persona
je de la gallina en la novela.)
4. Esta connotación se perdería en la LT, fuese la que fuese, y por tan
to no está fuera de lugar adoptar un nombre no ligado especial
mente a ninguna cultura y propio de varias, como es el de “Laura”.
5. Es bastante corriente considerar el nombre de Laura —por Petrar
ca— como un nombre romántico, bello e idealizado, o sea, incon
gruente para un gallina.
6. Y por último, que el nombre de Laura no tiene connotaciones es
peciales en sueco. (Pero todos estos pros tienen un contra y es
que la laca de cabello Mist se vendió con éxito en Alemania y sig
nifica allí “estiércol”.)
290
Nombres de objetos
Este apartado se refiere a los nombres de marcas o de propietarios
de esas marcas. Y por lo general se transfieren, aunque hay veces,
cuando por ejemplo el lector de la LT no conoce el nombre, que se
da además un clasificador: Tipp-Ex: “líquido corrector Tipp-Ex”; Tam
pax: “un tampón Tampax”. Pero asegúrense de no terminar siendo
un medio gratis de promoción de los intereses del anunciante y no
conviertan el nombre del producto en un epónimo (a no ser que lo
que traduzcan en ese momento sea el anuncio en cuestión). En el
campo de los fármacos, deben consultar una farmacopedia para com
probar si el fármaco se vende con otro nombre en la LT; siempre es
prudente añadir el nombre genérico.
Términos geográficos
291
Estando como estamos en la era de las erratas, no se fíen de nin
gún nombre propio con el que no estén familiarizados. Un artículo de
Le Monde sitúa una université d ’été (¿una universidad de verano o
una escuela de verano del partido político?) en “Sofia-Antipolis” (Al
pes Marítimos), cuando de hecho se trata de un nuevo complejo
industrial y cultural de Bulgaria que no figura en casi ningún mapa y
que se llama Sophia Antipolis.
Deben distinguir, por último, entre lo que es un topónimo cuando
forma parte de unas señas o dirección, que se transfiere, y lo que es
cuando integra el escenario cultural de un folleto publicitario, en cuyo
caso se pueden traducir clasificadores del tipo de “río”, “montaña”,
“meseta”, “iglesia” e incluso “calle”. En una guía turística, se pueden
combinar los dos procedimientos: es lo que he llamado “doblete”.
292
Los juegos de palabras de poetas “paronomásicos” son más difíci
les de traducir, porque están sujetos a las limitaciones del metro, lo
cual conduce a menudo a sacrificarlos.
Sin embargo, cuando los dos sentidos del juego de palabras son
más importantes que el medio en sí, se pueden a veces traducir re
produciéndolos de manera incongruente; así, dans le panneau, referi
do a un sistema de paneles engañoso introducido en una ciudad (pa
nneau: (a) “panel”, panneau indicateur; (b) “trampa”, tomber dans le
panneau), se podría traducir por “el lío de paneles”.
Finalmente, cuando en un texto de la LO se usa un juego de pala
bras para ilustrar un lenguaje, o un lapsus linguae, o el sentido es
más importante que el “golpe” en sí, se debe transferir, traducir (en
los dos sentidos) y, por lo general, explicar. (Véase Newmark, 1981,
págs. 106-7.)
La traducción de palabras, hay que admitir, tiene una importancia
secundaria, pero es irresistiblemente interesante.
293
dozen o por between thirty and forty, etc., depende de lo que les sue
ne más natural.
Los nombres de monedas se suelen traducir al español (libra, mar
co, dólar, escudo, franco). Quedan dos o tres europeas, como el leu
rumano y el forint húngaro que todavía no tienen adaptación en es
pañol.
LaAMBIGÜEDAD
La ambigüedad gramatical
294
cuitad que a veces encierra la identificación de los referentes de los
pronombres. Los conectivos por lo general tienen también varios sig
nificados diferentes (aber). Y la mayoría de los verbos frasales —no
así los nombres frasales— tienen al menos dos significados.
La ambigüedad léxica
La ambigüedad pragmática
295
una palabra en cursiva siempre nos ayudaría. En el festival de la can
ción de Eurovision de 1985, casi toda la gente, haciendo caso omiso
de la hora del día, interpretó el sentido de Goodnight por “Hola” o
“Adiós”.
La ambigüedad cultural
La ambigüedad idioléctica
296
La ambigüedad referential
La ambigüedad metafórica
!
Si uno se empeña, siempre puede encontrar ambigüedades en la
mayoría de las oraciones: esa es la esencia misma del lenguaje, el
envoltorio inadecuado y holgado del pensamiento. Así que el único
consejo claro que les puedo dar es que traduzcan el sentido más pro
bable y que pongan el menos probable en una nota, si consideran
que este sentido es importante. Por otra parte, conciénciense de las
ambigüedades más corrientes de las lenguas extranjeras que domi
nen: en traducción, rara vez se comete el mismo fallo dos veces,
sobre todo si es grave. No hay nada más instructivo que cometer un
gazapo.
297
C a p ít u l o X IX
S u g e r e n c ia s para revisar u n a tr a d u c c ió n e n c a s o
d e e x á m e n e s y d e tie m p o lim ita d o
298
otro de la LT. Consulten, además, todas las palabras y colocacio
nes técnicas (de la LO y de la LT).
7. Consulten todos los nombres propios. Tal vez convenga “clasifi
car” los términos geográficos e históricos que aparezcan en la tra
ducción. Pero no olviden que esta labor de consulta no es la “pun
ta” del iceberg, sino el “iceberg”.
8. No pierdan demasiado tiempo con palabras que terminen frus
trándolos. Tradúzcanlas provisionalmente por derivación y/o ana
logía. Luego, por el contexto, quédense con el significado que
mayor sentido tenga.
9. Traduzcan primero las oraciones y párrafos más fáciles, incluido
el último párrafo si procede. No dejen el examen a medias.
10. Empleen más tiempo, hablando en términos proporcionales, en
frases que crean que tienen muchas probabilidades de acertar. Así
tienen algo en que basarse para continuar la traducción.
11. Lo que escriban debe tener sentido, al menos no escriban tonte
rías, a no ser que vean que el pasaje es irónico o deliberadamente
irracional. No reproduzcan traducciones de diccionario que por el
contexto vean claramente que son erróneas. No se dejen hipnoti
zar por el texto original.
12. El significado tiene dos articulaciones básicas, la de las palabras y
la de las oraciones. Normalmente, los significados de las palabras
no se pueden forzar más allá de ciertos límites. Pero, cuando dos
culturas contemplan un objeto de diferente forma (white horses:
“palomas”) se reemplaza —y no se traduce— una palabra por
otra. El significado de las oraciones, por otra parte, debe estar liga
do al expresado antes y después de las mismas, luego al del párra
fo y finalmente al del texto.
13. Sus traducciones deben ser exactas y precisas, tanto referencial
como pragmáticamente. Y sólo deberían abandonar la traducción
literal si por cualquiera de estos dos motivos dejan de ser exactos.
14. La gramática es más flexible que el léxico. A veces, para hacer
que una traducción suene natural, basta con echar mano de otra
estructura, con convertir una cláusula en una locución o nominali-
zar un verbo. A veces, cuando no hay una palabra en la LT que
traduzca exactamente a otra de la LO, puede ser una solución tra
ducirla por dos.
15. Empleen todo el tiempo de que dispongan. Si tienen tiempo, revi
sen por separado la exactitud, la naturalidad (o uso), las coloca
ciones, los elementos conectivos oracionales (la lógica), la pun
tuación (si los signos se corresponden o no con el original), el or
den de las palabras, etc.
299
16. Es de vital importancia que lean su version sin mirar el original,
prestando especial atención a las colocaciones nuevas o descono
cidas de nombres y adjetivos.
17. Asimismo, comparen su versión atentamente con el original al
menos para asegurarse de que no han omitido ninguna palabra,
oración o párrafo.. Deben dar cuenta del significado (función) de
cada una de las palabras del original, lo que no quiere decir que
tengan siempre que traducir todas.
18. No se pillen los dedos con la terminología, pero sean atrevidos
con la sintaxis retorcida.
19. No sustituyan el diccionario por la enciclopedia, ni sustituyan/tra-
duzcan las explicaciones o aclaraciones del texto terminal por las
de la enciclopedia de la LT. Asimismo, tampoco deben traducir un
término técnico por uno descriptivo (éstos tienen casi siempre un
sentido más amplio), a no ser que dicho término técnico no exista
en la LT. Y al contrario, no traduzcan un término descriptivo por
uno técnico, aunque esta última práctica está justificada en los
siguientes casos: a) si el término técnico no existe en la LO; b) si el
término descriptivo no está usado para hacer un contraste “lin
güístico”; c) si les asegura un experto en la materia que dicho tér
mino técnico se entendería mejor en la LT.
20. Tengan presente que siempre pueden acudir a los dobletes para
traducir términos institucionales y culturales y metáforas rebusca
das, y así informar a la vez a lectores expertos y desinformados.
(Quizá el lector experto sólo requiera una transferencia, el lector
educado un equivalente funcional y los lectores desinformados un
equivalente cultural.)
21. Cuanto más contextualmente neutra sea un palabra, más probabi
lidades tiene de estar usada en su significado primario (el más fre
cuente).
22. Escriban bien y en un estilo natural, a no ser que el texto original
sea “sagrado”, o lingüísticamente banal o innovador. En ese caso,
produzcan un texto banal o innovador también.
23. Por último, rellenen todos los huecos que encuentren en su ver
sión, guiados siempre por su comprensión contextual de la obra,
y no escriban nunca dos versiones de lo mismo.
24. Por lo general, acudan a las notas del traductor sólo cuando:
a) hayan traducido una palabra que no han localizado en ningún
libro de consulta; pueden etiquetarla de “palabra inencontra-
ble” y, si procede, dar una breve justificación de su traducción;
b) si hay un error de hecho en el texto original y ustedes lo han
subsanado;
30 0
c) y, tal vez, si hay una ambigüedad importante en el texto y una
segunda versión sería casi igual de razonable.
25. Desconfíen de los textos que parezcan fáciles, y tengan sumo cui
dado con ellos. Piensen que los examinadores no son de la misma
opinión, y que una puntuación en función del grado de dificultad
maximiza los errores.
26. Escriban con lápiz primero, a no ser que los detesten, y luego pa
sen con un bolígrafo por lo escrito a lápiz.
27. Recuerden que el que califica tomará nota tanto de los errores de
exactitud, lingüísticos y referenciales, como de los errores de uso.
El uso es casi tan importante como la exactitud.
28. La traducción correcta, perfecta o ideal de un texto arduo no exis
te. Diez traductores de primera línea pueden muy bien producir
otras tantas versiones de una frase complicada, y todas más o me
nos igual de buenas: sigue siendo un hecho que la traducción es
cuestión de gustos, además de ciencia, habilidad y arte. Así es que
¡ánimo!
29. Si trabajan para un empresario o cliente y son ustedes los que fi
jan el tiempo límite de la entrega, cuenten con dos días al menos
de intervalo entre la revisión principal y la última lectura, así po
drán volver sobre su versión y verla con una visión distinta. Tal
vez tengan que perder más tiempo con una palabra que con el
resto del trabajo.
301
C a p ít u l o XX
A m o d o d e c o n c lu s ió n
302
do sea bilingüe o trilingüe, no necesitaremos que ustedes hagan de
mediadores”; “parásitos”; “sustitutos: siempre se acude al traductor
cuando todo el trabajo está ya hecho”.
¿Por qué puede ser tan agradable, divertida y satisfactoria la tra
ducción? En primer lugar, porque al traducir siempre explican algo,
explicación que tal vez vaya destinada a otras gentes, y de ella puede
depender el entendimiento entre los pueblos, la entente, la disten
sión, la salud o educación, o el progreso social. Pero, cuando uno
traduce para uno mismo y no para un lector, puede ser un placer per
sonal el aprender a entender a alguien captando el impacto de una
personalidad a través de las palabras, a perseguir la sutileza de las
ideas, a empatizar con una persona. En segundo lugar, porque es un
continuo andar a la caza —a veces por caminos tortuosos y latera
les— de palabras y hechos, ya que , aunque el factor suerte es impor
tante, todo el éxito depende de uno mismo, y ¡qué alivio! cuando lle
ga: es un deleite encontrar finalmente una palabra en un libro tras
haber pasado horas buscándola por los recovecos de los estantes y
de la mente. En tercer lugar, porque es un trabajo que nunca termina
—siempre se puede mejorar—, porque les proporciona sensibilidad
hacia las palabras y los ritmos de las oraciones leídas en alto para sí
mismos. En cuarto lugar, por lo que encierra de reto, apuesta, aisla
miento: muchas veces escriben en nombre de un autor que no cono
cen y se dirigen a lectores que nunca conocerán, que pueden ser per
sonas cultas o ignorantes, que pueden ser como un robot o tan varia
dos como la humanidad misma. En quinto lugar, por el deleite que
supone el dar felizmente con un fragmento de lenguaje preciso, lo
que se llama un hallazgo, donde tienen la sensación de haber puesto
justo lo que el autor quería decir pero que no hizo. En sexto lugar,
por la sensación, cuando están traduciendo una novela o biografía,
de identificarse no sólo con el autor sino con el protagonista, y de
paso con un ser querido que parece ser un vivo retrato de dicho per
sonaje.
Es lo que Ortega y Gasset, imitando una descripción de Balzac de
las cortesanas, llamó “esplendor y miseria” de la traducción. Esta lu
cha con el texto que hoy puede ser una legislación de CE, o una
patente, y mañana las divagaciones de una mente caprichosa y com
plicada, es, sin embargo, algo esencialmente personal. Lo que está
ahora claro es que, aunque esta lucha siempre lleva consigo algu
nos defectos de poca monta, debe ser sobre todo exitosa: es dema
siado importante como para no serlo (Thomas Mann señaló que la
lectura de los clásicos rusos fue un factor decisivo en su educación,
a pesar de que las traducciones eran muy pobres —citado por Chu-
303
kovsky 1984). Y esta es la razón por la que todas las afirmaciones so
bre la imposibilidad de la traducción (tanto las de Quine retomadas
por Frawley y sus seguidores, como las de Benjamin, retomadas por
Derrida, y las de Derrida mismo, a quien se encarga de seguir Gra
ham, 1985, y su grupo) son estúpidas: lo que están haciendo en reali
dad es descartar la posibilidad de la traducción perfecta. La traduc
ción es agradable y divertida como proceso, no como estado. Esta
dos, sólo hay uno perfecto.
304
PARTE II
Métodos
N o ta in tro d u cto ria
Los ocho textos que vienen a continuación son válidos para cua
tro tipos de ejercicios: a) análisis translatorios de un texto en lengua
original; b) traducciones de un mismo texto para ilustrar los métodos
de traducción “semántico” y “comunicativo”; c) traducciones con co
mentarios; d) y finalmente un ejemplo de crítica de traducciones. Y los
ocho textos ofrecen variedad de temas y de registros.
No hemos intentado tratar todos los textos de un modo uniforme:
es igual hacer los comentarios según el orden en que aparezcan los
problemas que agrupar los ejemplos bajo encabezamientos tales
como la gramática, la metáfora, los nombres propios, etc. Cada texto
presenta tipos de problemas bastante similares, pero su grado de im
portancia y la forma de resolverlos —porque siempre se resuelven—
difieren.
Estos trabajos no hay que verlos, de ninguna manera, como mo
delos, copias en limpio o paradigmas. Son simplemente la forma en
que traté esos problemas hace un año (es posible que si los tratara
dentro de un año lo hiciera de forma ligeramente diferente). Se de
ben ver como indicaciones y sugerencias de métodos de trabajo, tan
to para estudiantes como para profesores, útiles para preparar las cla
ses y los exámenes. El análisis de textos sirve en primer lugar para
que ustedes se sensibilicen ante los problemas (todas las desviacio
nes de la traducción literal suponen por una parte problemas y por
otra opciones translatorias, incluida la vuelta a la traducción literal
tras el abandono de las opciones más suaves o llanas); el dar dos ver
siones, una “comunicativa” y otra “semántica”, es un ejercicio que
puede servir de preparación para escribir en una variedad de registros
estilísticos si lo comparamos con un texto que retiene o toda la ori
307
ginalidad o extravagancia del original o toda su crudeza o banalidad.
Los comentarios y las críticas de traducción son creativos y extrema
damente importantes, y cuando uno critica una solución translatoria
se siente ineludiblemente tentado a producir una solución mejor, in
cluso cuando tiene la sensación de que su idea, su comprensión, es
prisionera de su lengua.
Los textos están deliberadamente mezclados. Los textos 1 (de la
revista The Economist) y 5 (sobre el Partido Socialista Francés) son,
en principio, los “menos” autoritativos: lo que pensaban los autores
no es tan importante como la expresión real de los textos. En los tex
tos médicos, los hechos son vitales y se deben presentar también de
forma persuasiva. Proust, Waugh y De Gaulle son autoritativos y de
ben serles fieles; pero en el caso de Proust, lo que se escucha es una
voz interior, y no creo que haya ningún lector que tenga la importan
cia que ustedes como receptores; De Gaulle, por su parte, se dirige a
los franceses, sus lectores, relación que se debe tener en cuenta tam
bién; y Waugh escribe maravillosamente, pero su actitud y sus temas
son a menudo triviales, así que tal vez convenga que consideren la
posibilidad de hacer concesiones culturales a sus lectores explicando
una costumbre local o de la época, si es que lo pueden hacer con ele
gancia.
Estoy excepcionalmente agradecido al doctor David James por sus
esmerados y expertos comentarios sobre mi borrador de los dos tex
tos médicos (Textos 2 y 7).
308
T exto 1
309
Beirut. The rest o f the multinational force slid, inexorably, into
politics. The French w ere there to dem onstrate that Lebanon was
30 still a French interest. The tiny British unit was there to hold an
American little finger. The American contingent last m onth used
naval gunfire to save the Maronite Christian militia and the Leba
nese arm y from defeat by the Druzes in the hills above Beirut. But
the Americans have also b een trying to persuade the minority
35 Maronites to give u p som e o f the majority o f Lebanese political
pow er they have held since 1943. It is sometimes necessary to
protect a m an w ith one arm w hile removing his trousers w ith the
other, but it is not easy to explain to the people watching o n tele
vision: or to the m an himself.
40 The phrases used by the spokesm en to justify the American
presence in Lebanon — ‘restoring peace’ and ‘re-creating the
Lebanese state’— are bland w ords for com m endable objectives,
b u t only a rough an d ready description of the complexity they
conceal. The Americans need to lean back, rem em ber w hat their
45 interests in the Middle East are, and then apply these interests to
the problem they face in Lebanon.
P roblemas generales
310
Términos geográficos: Falklands; Grenada.
Metáforas:
1. Muertas: core (20); moved in (6); pulled back (22); sailed away
(23).
2. Estereotipadas: flinch (1); knees knock (3); gef into bad; trouble
(5); shambles (21); shot their way into (18); cordon (20); lean
back (44).
3. Originales: slide into politics (28-29); protect with one arm itlhile
removing his trousers with the other (37-38).
4. Oscuras: between the rock and the hard place (8); (metáfora
americana); tiny unit to hold a littlefinger ( 30-31).
C onclusión
311
T exto 2
S ummary a n d conclusions
I n tro d u ctio n
312
2500 examinations are done yearly, w hich represents a consider-
15 able load; thus an examination o f the usefulness or otherwise of the
technique seem ed long overdue, Its value in acute u pper gastroin
testinal haem orrhage has b een assessed but it has not b een eval
uated objectively in other conditions. Thus to determ ine the real
rather than imagined value of endoscopy w e have studied pro-
20 spectively a consecutive series of patients referred for the proce
dure after having undergone a barium-meal examination.
M etho d
N otas
P roblemas generales
313
un instrumento flexible de fibra óptica que permite al médico opera
dor inspeccionar todos los rincones y cavidades de esos órganos. El
estudio intentaba averiguar si era justificable o no el uso de este nue
vo procedimiento tanto en cuanto a resultados como en cuanto a cos
tes. El problema que se planteaba era si la endoscopia produciría la
información importante suficiente como para que se viera afectado el
tratamiento elegido con un grupo de pacientes en los que el sistema
tradicional de rayos X (con papilla de bario) no había podido descu
brir la causa de sus síntomas intestinales. Como resultado de la en
doscopia, a 7 de los 13 pacientes, a quienes antes de esto se les había
pronosticado que deberían pasar una exploración operatoria, se les
aplicó en su lugar un tratamiento menos hostil o agresivo. En los seis
restantes, y en otros cinco a los que antes se les había recomendado
un tratamiento no operatorio, se confirmó la necesidad de una opera
ción. Como estas operaciones cuestan cada una unas 90.000 pesetas y
la endoscopia cuesta en cada caso 3-000 pesetas aproximadamente
(en 1979), el estudio demostró que la endoscopia era rentable.
P roblemas particulares
Papers and originals, etc.: Véase Capítulo XIV, “La traducción técni
ca”. Aquí se deben seguir las convenciones estilísticas del marco
en la lengua terminal.
Título: El énfasis de este título descriptivo en la palabra “endoscopia”
se tendría que conseguir también en la traducción, a pesar de su
longitud. Otra solución podría ser reformularlo de distinta forma,
que muy bien podría ser ésta: “La endoscopia del conducto gas
trointestinal superior y su efecto en el tratamiento general de pa
cientes”.
1 referred: Aquí es un término técnico que hace alusión a pa
cientes enviados por cirujanos de medicina general a una uni
dad especializada en endoscopia. Refer hace alusión normal
mente a un médico que envía un paciente a otro médico, por
lo general a un especialista.
2: barium-meal examination: Antes de pasar por rayos X, se le
pide al paciente que ingiera una cantidad de bario, sustancia
que, por ser opaca a los rayos X, se usa para hacer radiografías
del aparato digestivo. Se podría traducir por “papilla de bario”.
2-3 underwent a change in management: Estilo tosco, pesado. Tal
vez se pudiera traducir por “tuvieron que cambiar de trata
miento”.
314
3-4 a decision on surgery was required: “se decidió operarlos gra
cias a la endoscopia”.
5 referring consultant: “el especialista que los envía”.
7 laparotomy: La apertura quirúrgica del abdomen para ver qué
es lo que falla.
7 unplanned: “en la que no se había pensado antes”.
8 support: “son pruebas a favor de”.
11 cost-effective: Un término económico de moda, asociado con
los gobiernos de la señora Thatcher. Se traduce por “rentable”.
12 flbreoptic (en americano fiberoptic)-. Un endoscopio de fibra
óptica es un haz flexible de fibras sintéticas que transmite una
imagen alrededor de muchos rincones o contorsiones.
13 districts: Hace alusión a los distritos de los cuatro hospitales
que dan trabajo a los autores.
15 usefulness or otherwise: “grado de utilidad”.
16 value in: Se traduce por “valor en casos de”.
19-20 prospectively: Término metodològico que hace referencia a los
nuevos casos en perspectiva.
22 clinicians: Doctores especializados en el tratamiento de pa
cientes directamente antes que en trabajos de laboratorio o in
vestigación.
23 undergraduate: Tradúzcanlo por “estudiantes de los primeros
años”, o “estudiantes”. O tal vez sea mejor omitirlo en este con
texto por redundante.
24 accept: Término descriptivo. Observen que los términos técni
cos admit (“admitir”), discharge (“dar de alta”), in-patient
(“paciente interno”), out-patient (“paciente externo”), hospital
ise (“hospitalizar”), todos deben tener traducciones estándar.
27-28 present with: Término técnico: “presentar”.
33-34 Una pregunta directa es rara en trabajos académicos, pero aquí
está justificada y debería reproducirse en la traducción.
34 check list: “lista de chequeo o verificación”.
36 ase record: “historial médico”, o “historia médica”.
315
T exto 3
Brideshead Revisited
E velyn W au g h
316
30 dam ned their user, and am ong themselves — and often, disconcert
ingly, in public— talked a language m ade u p of them. It was
‘Pont Street’ to w ear a signet ring and to give chocolates at the
theatre; it w as ‘Pont Street’ at a dance to say, ‘Can I forage for you?’
W hatever Rex might be, h e w as definitely not ‘Pont Street’. He had
35 stepped straight from the underw orld into the w orld o f Brenda
Champion w ho w as herself the innnerm ost o f a num ber o f con
centric ivory spheres. Perhaps Julia recognized in Brenda Cham
pion an intimation o f w hat she and her friends might b e in twelve
years’ time; there w as an antagonism betw een the girl and the
40 w om an that w as hard to explain otherwise. Certainly the fact of
his being Brenda Cham pion’s property sharpened Julia’s appetite
for Rex.
Rex and Brenda Champion w ere staying at the next villa on
Cap Ferrât, taken that year by a new spaper m agnate an d frequent-
45 ed by politicians. They w ould not normally have com e within
Lady Rosscomm on’s ambit, but, living so close, the parties min
gled and at once Rex began warily to pay his court.
Problemas generales
Problemas particulares
317
2 villa: Aquí lo más probable es que se se trate de una mansión
cercana al mar. En esta acepción, la palabra se suele transferir
a todas las lenguas europeas.
3 Aliteración deliberada, pero no muy importante en esta traduc
ción.
4 Eustace: Nombre de la clase alta algo cómico, hoy día en desu
so. Se debe transferir.
5 figure o f fun: Sintagma reconocido (metáfora muerta); equiva
le a comic figure.
5-6 interior joke: Colocación poco corriente. Tradúzcanla literal
mente.
6 cross her path: Metáfora estereotipada.
7 wistful: Palabra que no tiene una equivalente en español. Tras
un AC de la misma, y por orden de importancia, significa “tris
te”, “pensativo”, “distraído”, “ansioso”, “desilusionado”. Tal vez
se podría traducir por dos adjetivos (“triste y pensativo”).
7 Life Guards: Se traduce al resto de las lenguas europeas como
“guardia de corps”, garde du corps, Leibwache, etc. Sin embar
go, como no es una referencia cultural importante, se podría
traducir, por un equivalente funcional/descriptivo: “regimien
to (real) de, caballería”. No veo por qué se tenga que transfe
rir aquí el término.
9 moody: No tiene una traducción “directa” al español, como la
tiene al alemán (launish), pero se puede traducir por “voluble”.
No es lo suficiente importante como para hacer un AC de la
misma.
12 gerontophilic: Internacionalismo.
14 Ritz: Hay que transferirlo, ya que se conoce en la cultura termi
nal española; en caso contrario se tendría que añadir “hotel”.
11-20 En la traducción se debería mantener esta larga oración, una
vez hechas las transposiciones normales; se debería, además,
mantener el gran espacio existente entre more (13) y than (19).
15 a thing: Reemplácese por “algo que”, “lo que” o “costumbre
que”.
16 kept the score: metáfora estándar, probablemente del cricket:
“llevaban las cuentas”.
18 roué: Ya no se dice en francés roué; ahora se dice débauché
(“libertino”).
20 bloods: “Galanes”. Ya no se usa en este sentido en inglés, a no
ser irónicamente.
21 starched: starchy, “estirado”, guindé. Connota “camisa almido
nada”.
318
21 seniors: (en desuso): elders.
21 pushful (raro): pushing, pushy, self-assertive.
22 cad: Coloquial, palabra de la clase media alta “sinónima” de
> nasty. Ahora usada principalmente en sentido irónico.
22 chic: Se transfiere al español.
22-23 flavour: Aquí atmosphere.
23 Max: Hace referencia a Max Beerbohm (1872-1956), caricatu
rista inglés de gran ingenio. Yo les sugeriría que dieran el nom
bre completo, y, aparte en un glosario, una información bio
gráfica.
23 F.E.: Hace referencia a F. E. Smith (1870-1930), abogado y ora
dor. Les sugiero que hagan lo mismo que con Max.
23 Prince o f Wales: Se refiere a Eduardo Vili. Úsese la traducción
reconocida.
24 Sporting Club: Transfiérase o traduzcáse como gambling club
y no como sports club.
24 magnum: Tal vez haya que añadir “de champán”.
29 Pont Street: una calle de tiendas entonces de moda, en el lon
dinense barrio de Knightsbridge. Transfiérase y glósese.
33 forage: look fo r food.
36-37 innermost o f a number o f concentric ivory circles: No está cla
ro, a no ser que ivory signifique “remoto” (cfr. “torre de mar
fil”) y spheres “círculos sociales”. En principio, lo pueden tra
ducir literalmente y pasar el problema a los lectores, pero yo
seguiría mi interpretación, ya que creo que no tiene mucha
importancia.
44 Taken: rented.
47 pay his court: Variante de pay court, “hacer la corte”.
47 warily: cautiously, diffindently, posiblemente suspiciously. Si
se usa un solo sinónimo, el resultado forzoso será una infratra-
ducción.
319
T exto 4
T raducción comunicativa
320
Instintivamente, tengo la impresión de que la Providencia la ha crea
do para lograr éxitos rotundos o sufrir fracasos ejemplares. Si, a pesar
de ello, sus hechos rayan en la mediocridad, pensaría que se trata de
una anomalía absurda debida más a las faltas de los franceses que al
genio del país. Por otra parte, estoy convencido de que Francia sólo
alcanza su verdadera altura cuando está en primera línea; de que sólo
las grandes empresas pueden compensar esa semilla de dispersión
que su pueblo lleva dentro; de que nuestro país debe tener alteza de
miras, ser conocido por su honestidad y actuar según su modo de
entender; de no ser así, le costará la vida. En resumen, según mi opi
nión Francia no puede ser Francia a no ser que sea grandiosa.
Comentario
T raducción semántica
321
las vastas empresas pueden compensar los fermentos de dispersión
que su pueblo lleva dentro de sí; de que nuestro país, tal como es, en
medio de los demás, tales como son, debe, so pena de peligro mortal,
apuntar alto y mantenerse erguido. En pocas palabras, a mi entender,
Francia sin grandeza no puede ser Francia.
Comentario
P roblemas particulares
322
T exto 5
Le Parti Socialiste
T raducción semántica
Comentario
323
do las estructuras sintácticas de la LO, pero aún se puede distinguir
entre esta traducción y una literal en la forma de verter, por ejemplo,
certains éléments por “algunos individuos” y no por “ciertos elemen
tos”. Las dos únicas concesiones hechas a los lectores es la traducción
de PS como “Partido Socialista Francés” y la de mot de passe por “san
to y seña del Partido”, lo que la distingue también de una “traducción
fiel”, donde no se permite concesión alguna. Observen que la traduc
ción está hecha desde el punto de vista del autor, sin intentar transfe
rir la cultura de la LO o neutralizarla, y como si fuera la expresión de
ima personalidad individual, aunque de hecho no lo sea.
T raducción comunicativa
Comentario
324
3 manichéisme: No aparece en esta traducción porque creemos
que el significado del término es funcional y no descriptivo:
aquí lo que menos importa es la herejía del sacerdote persa del
siglo tercero, Manes. Su significado funcional es que existen dos
principios del bien y del mal opuestos: “el concepto de la oposi
ción entre el bien y el mal” podría ser otra traducción, pero pa
rece demasiado fuerte. Otras opciones podrían ser “la idea del
bien y del mal” y “el conflicto entre el bien y el mal”.
3 retour du sacré: Estrictamente “retorno de lo sagrado”, pero en
el contexto es más natural “retomo a lo sagrado”. Supongo que
las comillas están usadas aquí como excusándose en parte para
indicar que el autor se ha inventado una colocación, pero puede
ser una cita oscura. Le sacré puede tener una connotación iróni
ca; hace referencia a los textos sagrados del marxismo. Otra tra
ducción podría ser “marxismo puro”.
4 certains éléments: certains la mitad de las veces se traduce por
“algunos”. Y éléments tiene connotaciones negativas sólo en
contextos negativos. Con “miembros del Partido” queda más cla
ro el texto.
5 invités: Usado irónicamente, de ahí las comillas.
5 e premier secrétaire: Cargo principal en algunos partidos socia
listas y comunistas extranjeros. Aunque es transparente, el tér
mino se puede desculturalizar fácilmente o con el de “líder del
Partido” o con el de “Secretario General del Partido”.
6 toujours est-il que: “el hecho es que” no es tan refinado como
“sea como fuere”.
6 fro n t de classe’-. Ya no es tan corriente como hace veinte o trein
ta años, pero “solidaridad de clase” puede ser que se aleje de
masiado del texto.
7 mot de passe: Sólo significa “santo y seña” o “contraseña”, pero se
puede intentar sustituirlo por el término más general “eslogan”.
325
T exto 6
T raducción semántica
326
Comentario
T raducción comunicativa
Comentario
1-2 dépourvu de: Se suele traducir por “sin”, pero la traducción se
mántica da mejor su significado.
2-10 Casi todo el texto terminal está demasiado simplificado. En la
traducción hemos pasado por alto el paralelismo de los tres
327
actos o movimientos sucesivos (desear, buscar, ver) y hemos
personalizado la belleza en lugar de personificarla. El registro
es informal y hemos tratado también de esquivar la segunda
serie de verbos y de introducir algunas palabras sin importan
cia para hacerla más corriente. En una traducción “idiomàtica”,
pressons le pas se podría traducir por “salir como un rayo” y
disparu por “esfumarse”. Cambios así caricaturizan la postura
de traductores y lingüistas que creen que los modismos son la
esencia del lenguaje.
328
T exto 7 T exto 7
Présentation d ’un U n c a s o d e to x o p la s
cas de toxoplaxmose m o s is a s o c ia d o c o n
associée à une mala la e n fe r m e d a d d e
die de Hodgkin* H o d g k in
p a r M M . J. Chauvergne, J. Chauvergne,
C. M enge, Ch. de Joigny C. M enge, Ch. de Joigny
et B. H a em i y B. H œ m i
329
térèt de sa réalisation systématique, se debería realizar de forma rutina
au m em e titre que d’autres ex 20 ria, como cualquier otra explora
plorations sérologiques, chez tout ción serológica, en todo enferm o
m alade porteur d ’u n e m aladie de que padezca la enferm edad de
Hodgkin. Hodgkin.
Ces problèm es diagnostiques Los problem as del juicio diag
déjà assez com plexes peuvent être 25 nóstico, que son ya bastante com
rendus plus difficiles encore quand plejos de por sí, se pueden volver
les deux affections sont associées, más difíciles todavía cuando están
comme dans Pobsevation que nous asociados los dos males, com o en
présentons: la siguiente historia clínica:
N otas
330
ahora no se ha podido atribuir a ningún microbio. Es una forma poco
coniente de cáncer, pero si se diagnóstica en las primeras etapas, se
le puede dar un tratamiento eficaz.
La asociación entre la toxoplasmosis y la enfermedad de Hodgkin
es rara, pero los enfermos que padecen ésta última son especialmen
te propensos a las infecciones. El artículo trata de los factores subya
centes a la asociación de ambas enfermedades.
P roblemas particulares
331
9 permet: Estos verbos (“permitir”, “consentir”, “incitar”, “facili
tar”, “impedir”, “defender”, “dejar”, etc), tanto en francés como
en español, cuando llevan un sujeto no personal, estarían den
tro de lo que llama Halliday “gramática metafórica”.
11-12 ganglion/naire: Dentro del lenguaje médico, éste es uno de
los fa u x amis más importantes. Ganglion (bulto redondeado)
se traduce por “ganglio” cuando se trata de una masa de célu
las nerviosas o de un quiste en un tendón; pero aquí, como
casi siempre, es “nodulo linfático”, “glándula linfática” o “glán
dula” simplemente (“glándulas dilatadas son glándulas linfáti
cas hinchadas”). Las glándulas linfáticas son pequeños cuerpos
del tamaño de un guisante situados en el trayecto de los vasos
linfáticos. La linfa es un líquido transparente, de color amarillo
pálido, drenado por todas las partes del cuerpo, que vuelve a
la sangre por el sistema linfático. Pero la única forma de “adivi
nar” esto es sabiendo que la enfermedad de Hodgkin está en
relación con los nodulos linfáticos y no con los ganglios.
14 lymphogranulomatose: ’’linfogranulomatosis” (“grànulo”, pe
queña partícula; “-orna”, “-osis”, bulto, por lo general proceso
patológico), término genérico que incluye la enfermedad de
Hodgkin: a veces lo utilizan los escritores europeos —a ex
cepción de los ingleses— como sinónimo de la enfermedad
de Hodgkin.
15 détection: Otra variante sería “identificación”.
17 appoint: “Ayuda adicional”.
18-19 il fa u t souligner l’intérêt de sa réalisation systématique: Jerga
pretenciosa y pomposa. Observen que aquí, como casi siem
pre, intérêt significa “valor” o “importancia”.
20 au même titre que: Estilo pesado.
22 porteur: Aquí no significa “portador”, ya que la enfermedad de
Hodgkin no es infecciosa. En otros contextos, porteur puede
significar “portador”, como en “portador del virus del sida”.
25 déjà: Aquí está sobretraducido (“ya de por sí”).
Tl affections: “Males” es la mejor palabra general y la menos com
prometedora, aunque es más popular en español que affection
en francés. Otros sinónimos podrían ser “anomalías”, “desór
denes”. Por otra parte, “afección” se emplea siempre con un
determinativo que la localiza (“afección cardíaca”).
30 observation: “historial clínico”, “historia clínica”. Observen que
en español, lo mismo que en francés, los historiales clínicos se
redactan en presente, con la particularidad de que en español
hay cierta vacilación en lo que al nombre y número del pacien-
332
H
333
T exto 8 T exto 8
L’Adoration La a d o r a c ió n *
Jacques Borei Jacques Borei
Cette rue, cette place ressem Esta calle, esta plaza, se pare
blent à la rue, à la place d ’alors: cen a la calle y a la plaza d e aquel
elles ne sont pas les mêmes, et, les tiempo: no son las mismas, y, en lo
autres, je puis avoir l’impression que atañe a las otras, p uedo tener
q u ’elles existent encore, mais dans 5 la impresión d e que todavía exis
une autre ville q u e j’aurais quittée ten, pero en otra ciudad que aban
il y a longtem ps et où je ne serais doné hace m ucho tiem po y a la
pas revenu depuis. Même, les sou que no volví jamás. Incluso los re
venirs postérieurs à cette époque cuerdos posteriores a esta época
de l’O ccupation, ceux, si proches 10 de la Ocupación, los recuerdos to
encore, de certaines prom enades, davía próximos d e ciertos paseos
de certaines minutes, sem blent se con Aude, d e ciertos minutos pasa
transposer d ’eux-mêmes, et com dos con ella, parecen trasladarse
m e naturellement, à la fois dans le por sí solos, y com o naturalmente,
tem ps et dans ce m êm e espace re- 15 en el tiem po y a la vez en u n espa
connaissable et pourtant autre. cio que, siendo reconocible, es,
Peut-être parce que, depuis, il em pero, diferente...
m ’a semblé vivre avec moins d ’a ¿Se debe, tal vez, a que, a partir
cuité que je vivais alors? Q u’il m e de entonces, m e h a parecido vivir
semble, aussi, y avoir eu dans m a 2 0 con m enos agudeza que com o vi
vie m oins d ’événem ents, et que, du vía a la sazón; a qu e m e parece,
coup, ce tem ps, dont le m ouve también, que hubo en mi vida m e
m ent s’est sensiblem ent accéléré, nos acontecimientos, y que, de
qui s’est écoulé depuis le tem ps pronto, el tiem po sensiblemente
nourri et privilégié o ù j’étais u n 25 acelerado q ue ha transcurrido des-
334
jeune homme, m e paraît n ’avoir été de la época colmada y privilegiada
qu’un m êm e courant uniforme, de mi juventud, no h a sido más
inconsistant et m ou où rien n ’a que una corriente única y unifor
marqué? Peut-être enfin parce que, me, inconsistente y baladí, que por
ma prem ière passion, c’est dans le 3 0 nada ha sido señalada? Puede tam
Paris de l’O ccupation que je l’ai bién deberse, en fin, a que fue en
connue, et que le climat, l’intense el París de la O cupación donde co
isolement de la passion restent liés nocí mi pasión primera, y a que el
pour moi à ces images qui se gra clima, el intenso aislamiento d e la
vaient alors en moi et dans lesque- 35 pasión, perm anecen vinculados a
lies je m ’apparais à moi-même, las imágenes que se grababan a la
penché vers u n visage radieux ou, sazón en mí y en las cuales aparez
seul, longeant à pas pressés les co ante mí mismo inclinado hacia
boîtes fermées des bouquinistes, et un rostro radiante o, simplemente,
en m êm e tem ps immobile et corn- 40 pasando muy deprisa ante los
m e entré, avec ces images mêmes quioscos cerrados de los libreros
dont je fais partie, dans une espèce de lance, y, al propio tiempo, in
d ’éternité. móvil y com o incorporado, con las
propias imágenes de que forma
parte, a una especie d e eternidad.
C rítica translators
335
Comparación del texto de la LT con el original
Conclusión
336
G lo sa r io
337
“sin embargo”, etc. Se llaman también “cópulas” o “conectores”.
•C onstrucción “casa en la colina” ( ‘house-on-the-hill’ construction). Es
tructura inglesa, compuesta de nombre más preposición más
nombre, cuya traducción al español requiere de un verbo semán
ticamente vacío o de una preposición que complementen al nom
bre inglés. Ejemplos de este tipo de construcción se pueden en
contrar en la página 124.
C ultura . Objetos, p r o c e s o s , i n s t i t u c i o n e s , c o s t u m b r e s , i d e a s , e tc ., c a
racterísticos de un g r u p o d e g e n t e .
•C urso (currency). Estatus de una palabra, modismo, o estructura sin
táctica en la época del texto (en la LO o LI), dentro o fuera del
contexto. Aquí se incluye, primero, la frecuencia de uso de la pa
labra, y luego su grado de novedad, validez y caída en desuso.
(Pero véase estatus, que allí se ofrece una visión más completa.)
•E p ó n im o . Toda palabra derivada d e un nombre propio.
E quivalente cultural. Palabra cultural traducida por otra palabra cultu
ral siempre aproximada, por ejemplo A level por “selectividad”.
•E status (de una construcción, modismo o palabra). Término más
global que curso (véase) que incluye frecuencia, aceptación, me
dio, grado de formalidad, tecnicidad, tono emotivo, carácter favo
rable (positivo/negativo), futuro probable..., dentro y fuera del
contexto.
F also amigo o faux a m i . Palabra d e la LO con forma parecida o similar
en la LT, pero con otro significado.
•F aticismo (neologismo). Locución fática estandarizada.
G recolatinismo. Palabra moderna derivada de una combinación del
latín y/o griego clásicos.
H íbrido ( o palabra portemanteau). Fusión de dos palabras en una
(“motel”, “neblumo”, y el lenguaje técnico corriente).
•I ceberg. Doy este nombre a todo el trabajo que el traductor invierte
en la traducción, aunque sólo se vea la “punta” del mismo.
Infratraducción. Término que hace referencia a una traducción que es
más general que el original y da, por tanto, menos detalles. La ma
yor parte de la traducciones que se hacen son infratraducciones.
Hay que señalar, además, que en cada caso el grado de infratra
ducción es demasiado elevado.
•I nfravida (underlife). Cualidades personales y vida privada de un
escritor inferidas tras una lectura minuciosa del texto de la LO.
•I ntensificadores. Adverbios o adjetivos usados normalmente en colo
caciones estereotipadas para intensificar o acentuar el significado
(“totalmente”, “increíble”, “profundamente”), que muchas veces se
omiten en el uso lingüístico natural.
338
I nterferencia. Traducción literal de la LO o de una tercera lengua que
en la LT no tiene el sentido correcto o requerido (vid. traslacio-
nismó).
I nternacionausmo. E s , en sentido estricto, una palabra que mantiene el
mismo significado y la misma forma en muchas lenguas. Se trata,
por tanto, la mayoría de las veces, de un término técnico. (Pala
bras conceptuales, como “liberalismo”, podrían ser consideradas
como “seudointernacionalismos”.)
J erga (jargon). Término que aquí no hace referencia al “lenguaje téc
nico” sino que alude a palabras y locuciones sumamente ampulo
sas y pretenciosas, como pueden ser grecolatinismos con dos o
tres sufijos, o compuestos multinominales usados innecesariamen
te para reemplazar palabras simples.
Lenguaje pático . Se dice así del utilizado, no con un significado refe-
rencial, sino para entablar contacto social y expresar sociabilidad
con los interlocutores o lectores. Toda comunicación tiene un ele
mento fático.
Lenguas romances. Portugués, español (catalán, castellano), francés, ita
liano, rumano, rético.
Léxico. T o ta lid a d d e “p a la b ra s lé x ica s” d e u n a le n g u a.
formato). Convenciones estilísticas de una
‘Libro de estilo de la casa ( o
publicación o editorial (titulares, puntuación, mayúsculas, cursiva,
ortografía, notas a pie de página, extensión de los párrafos, fechas,
ilustraciones, etc.).
LO ( lengua original). Lengua del texto que se va a traducir o ha sido
ya traducido.
Locución (también llamada sintagma). Parte integrante de una cláusu
la u oración. Se pueden dividir, por tanto, en locuciones nomina
les (“un buen tipo”), verbales (“fui a ver”), adverbiales (“suma
mente bien”), preposicionales (“con todo”).
LT ( lengua terminal). Lengua del texto traducido.
•M arco . Término que hace referencia al medio donde aparece el texto
de la LO y a aquél en que es probable que aparezca el texto en la
LT. Incluye nombre del periódico, editor, cliente, etc. El marco es
el que impone el libro de estilo de la casa (véase).
M etáfora. Palabra o locución aplicada, no en el sentido literal, a un
objeto, acción o cualidad para describirlo más exacta o vivida
mente. (Implica, por tanto, un grado de parecido.)
M etalenguaje. Lenguaje que se utiliza para describir o hablar de una
lengua, o para ejemplificar uno de sus rasgos.
•M odulación . Procedimiento de traducción por el que un doble nega
tivo en la LO pasa con sentido positivo a la LT o viceversa (not
339
unm indful — > “consciente”). Este procedimiento se puede usar
con cualquier cláusula, aunque “en principio” (o sea, fuera de
contexto) produce un equivalente en la LT o más fuerte o más
débil.
M o n o sém ico . Se dice de la voz que tiene un sólo sentido. Se llama tam
bién “unívoco” o “monosemàntico”.
M orfema . Elemento significativo más pequeño del enunciado. Abarca
raíces, prefijos, sufijos e inflexiones (o terminaciones).
N aturalizar. Operación que consiste o bien en “convertir al uso natu
ral lingüístico” de la LT un término (o locución) de la LO o en
“convertirlo a la ortografía y pronunciación normales de la lengua
receptora”.
N eo lo g ism o . Palabra de nueva creación o palabra antigua con un sen
tido nuevo.
• N ombre adjetival . Nombre formado a partir de un adjetivo (“amabi
lidad”). „
N ombre verbal ( o “deverbal”). Nombre derivado de un verbo (esta
blishment, “promoción”, “progreso”, cry, laugh) que a menudo va
en colocación con un verbo vacío (véase). Un nombre verbal indi
ca a veces estado o proceso, activo o pasivo, o un objeto concre
to, o sea, que tiene cinco posible significados. Posiblemente, los
nombres verbales animados (eater) no tengan equivalentes uno-
por-uno en otras lenguas.
O paco . Forma d e la LO cuyo significado e n la LT n o queda claro a juz
gar por su morfología, etimología, etc.
P alabra deíctica. Palabra indicadora de tiempo o espacio parecida a un
pronombre: “el”, “mi”, “su”, “aquí”, “allí”.
P alabra general. Todo nombre, verbo o adjetivo de amplio alcance re-
ferencial, por ejemplo “cosa”, “bueno”, development, affair, ele
ment, phénomène.
P alabra gramatical ( o fu n c io n a l). Palabra in d ic a d o r a de relaciones (pre
posiciones, p r o n o m b r e s , conectivos, prenombres (véase), deícticos
(véase). Se trata de un componente de un sistema limitado o “ce
rrado” del lenguaje que incluye o excluye palabras del “área gris”
tales como “en el seno de”, “con respecto a”, dans le cadre de, to
the point that, etc.
P alabra “inencontrable ”. Palabra que no se encuentra en ningún libro
de consulta ni puede identificarse por un informante.
P alabra léxica . Palabras descriptivas que denotan objetos, sucesos, o
cualidades. Se trata normalmente de nombres, verbos, adjetivos o
adverbios. Están dentro de lo que es el sistema “abierto” de una
lengua y, por tanto, su numero es ilimitado.
340
P alabra no equivalente. Palabra original que no tiene un equivalente
claro uno-por-uno en la LT. Suelen ser palabras que no tienen un
cognado en la lengua receptora por haber en ésta un vacío léxico,
y cuya traducción requiere por tanto de dos o más palabras, a las
que se llega mediante el análisis componencial.
•P alabra perteneciente al diccionario . Son palabras que sólo se encuen
tran en los diccionarios — normalmente bilingües—, lo que signi
fica que el traductor las debe evitar.
P articipante casual (case partner). Locución (véase) nominal o pro
nombre dependientes de un verbo, adjetivo o nombre; puede ser
sujeto, objeto directo, objeto indirecto, etc.; puede estar en caso
genitivo o posesivo (“organización del concierto”, “sector del car
bón”), o depender de un adjetivo verbal (véase), como responsi
ble to me. En traducción, a veces se acude a los participantes ca
suales o de caso para llenar vacíos casuales en la LO.
P ragmático. Que afecta al lector. El elemento comunicativo, emotivo,
del lenguaje en cuanto que se opone al elemento referencial,
informativo (cfr. contraste entre “mente” y “realidad”).
•P renombre. Cualquier palabra funcional o gramatical usada para ca
lificar a un nombre (artículos, deícticos y adjetivos posesivos:
“otro”, “alguno”, etc.).
P rueba de la retrotraducción . Este test consiste en volver a traducir a
la LO un segmento o unidad léxica ya traducidos a la LT para
hacer comparaciones y correcciones. Es un test que resulta bas
tante práctico para evaluar el alcance semántico de un pasaje en
la LO. Si la retrotraducción no se corresponde con el original
no quiere decir que el traductor no pueda justificar su versión.
Siempre lo podrá hacer: a) si se demuestra que hay un vacío
léxico en la LO; b) si la mayor amplitud del contexto respalda
una versión que no se corresponde en la otra lengua. Sin em
bargo, si la unidad léxica de la LO tiene un equivalente uno-
por-uno claro en la LT, seria difícil de justificar una versión dife
rente.
R eferente . Objeto, suceso o cualidad que denota una palabra en el
contexto de un enunciado.
R eg istr o . Variedad del lenguaje “social” en un período determinado,
caracterizada por un grado particular de formalidad lingüística,
tono emotivo, dificultad, dialecto y clase social, y, en ocasiones,
por la edad y el sexo.
R egla d e igualdad d e frecuencia . Cualquiera de los rasgos de la LO con
correspondencia en la LT debería tener más o menos la misma fre
cuencia en el registro lingüístico apropiado. Por rasgos entiendo
341
palabras, metáforas, colocaciones, estructura gramatical, orden de
palabras, proverbios, términos institucionales.
S in ón im o lingüístico . Dos o más palabras parecidas en cuanto al signifi
cado (“ilegal”, ilícito”, “prohibido”).
S inónim os referenciales . D os o m ás p a la b ra s q u e h a c e n referen c ia a la
m ism a c o s a o p e rso n a : D israeli, el p rim e r m in istro c o n s e rv a d o r
d el siglo XIX, el p rim e r earl (c o n d e ) d e B eaco n sfield , él, etc.
S obretraducción . Traducción que da más detalles que su correspon
diente unidad en la LO. Muchas veces se trata de una palabra ter
minal más específica.
S u btex to . Término con que hago referencia al pensamiento que corre
bajo el texto, que a veces está en contradicción con lo que allí se
dice. (El término, popularizado por el traductor y biógrafo de
Ibsen y Chejov, Michael Meyer, se debe al parecer a un actor.) Se
trata de un concepto peligroso: a todo traductor le gusta pensar
que en ocasiones ha traducido justamente lo que el autor quería
decir y no lo que de hecho escribió.
’T exto “a n ó n im o ” (término de Delisle, 1981). Texto donde el nombre y
estatus del autor carecen de importancia. Son, por lo general, tex
tos “informativos” corrientes y molientes.
’T exto autoritativo ( o manifestación). Texto oficial, o aquél donde el
estatus del autor implica autoridad.
•T exto “sagrado ”. Texto autoritativo o expresivo donde la forma es tan
importante como el fondo. (Está en contraste con texto “anónimo”.)
T ra ducción comunicativa . Traducción hecha situándose en el nivel del
lector.
• T raducción funcional . Se llama así a la traducción sencillamente
natural que clarifica la intención y significado del pasaje de la LO.
(Vendría a ser una “paráfrasis”, en el mejor sentido de la palabra.)
T raducción semántica . Traducción hecha situándose en el plano del
autor.
T ransferencia (llamada “transcripción” en Newmark 1981). Se dice de
la operación por la que se transfiere un término o unidad léxica
de la LO en el texto de la LT, pero en cuanto que es usada como
procedimiento de traducción.
• T ransparente . Palabra de la LO cuyo significado, debido a su forma,
etimología, etc., se “trasluce” en la LT. Se trata, por lo tanto, de un
“amigo fiel” y no de un fa u x ami. Se predica también de com
puestos de la LO cuyos componentes se traducen literalmente a la
LT, denominados a veces palabras motivadas semánticamente.
T ransposición ( o shift). Cambio gramatical translatorio en el paso de la
LO a la LT.
342
T raslacionismo ( o íranslationese; a veces llamada translatoresè). Tra
ducción literal que no produce el sentido apropiado. Suele ocurrir
por dos motivos, o bien por una interferencia (véase) — si la LT
no es el idioma de uso habitual del traductor—, o bien porque se
aceptan mecánicamente los significados del diccionario.
U nidad de traducción (UT). Segmento lingüístico mínimo de la LO con
posibilidades de ser traducido como un todo, al margen de otros
segmentos. Puede ser una palabra, una colocación o una cláusula.
Y se podría decir que la UT debe ser “lo más pequeña posible y
tan grande como sea necesaria” (esta es mi opinión). Aunque hay
traductores que dirían que ésa es una idea engañosa, ya que la
única unidad de traducción es el texto en su totalidad.
U no -por -u n o . Palabra de la LO cuya traducción no requiere dos o más
palabras en la LT sino una sola.
V acío casual (case gap). Se llama así a la falta de un participante ca
sual (véase).
V erbo ecuativo o ecuacional ( o copulativo). Verbo que expresa equi
valencia o cambio, por ejemplo “resultar”, “parecer”, “llegar a
ser”, “volverse”, etc., y está complementado por un adjetivo o un
nombre.
’V erbo ( semánticamente) vacío. A) Verbos tales como “dar” (una orden),
“tomar” (una decisión), “hacer” (una visita), en colocación con un
nombre verbal al que le dan más fuerza. B) Cualquier verbo que
se pueda omitir en traducción (vid. construcción “casa en la co
lin a ).
343
“ f
T e r m in o lo g ía m é d ic a
a d e n (o )- g lá n d u la
cefalo- cabeza
dia- se p a ra c ió n , in te rp o sic ió n , a trav é s d e
dis- m al, tra sto rn a d o , a n o rm a l
d ro m - co rre r
fem u r- m u slo
fus- d e rra m a r
g n o st- co n o c er, p e rc ib ir
-g ram gráfico
hem o- sa n g re
h e p a t- h íg a d o
h isto - te jid o
h ip e r- e x c esiv o
h ip o - in su ficien te
-lisis d iso lu c ió n
n o c- p erju d icia l
olig- poco
-o m a tu m o r
-osis fo rm a c ió n o a u m e n to d e
-p a tía /p a ta e n fe rm e d a d
p eri- a lre d e d o r
pir- fu eg o , fieb re
p o li- v ario s
re n a l d e lo s riñ o n e s
sal- sal, so d io
sin- con
ten - estirar
te r a p - tr a ta m ie n to
to x ic - venenoso
-u ria o r in a
u r(o )- o rin a
346
A b reviatu ras
AA EE A su n to s E xteriores
AC an álisis c o m p o n e n c ia l
Al. a le m á n
ALPAC Siglas in g le sa s d e A u to m a tic L a n g u a g e P ro cessin g A d
v iso ry C o m m itte e (C o m ité c o n s u ltiv o p a r a el p r o c e
sa m ie n to d e le n g u a je d e d a to s)
AT tra d u c c ió n a u to m á tic a
BUP B a ch illera to U n ificad o P o liv alen te
CE C o m u n id a d E u ro p e a
CEI C o m u n id a d d e E stad o s In d e p e n d ie n te s , a n te s URSS
DC d in a m ism o c o m u n ica tiv o
ESIT E cole S u p érieu re d ’i n te rp ré ta tio n e t d e T ra d u ctio n (Paris)
EMT e x p o n e n te m o d a l y te m p o ra l
FAO O rg a n iz a c ió n p a r a la A g ricu ltu ra y la A lim e n ta ció n ( e n
inglés, F o o d a n d A g ric u ltu re O rg a n iza tio n )
Fr. fra n cé s
ISO siglas ing lesas d e In te r n a tio n a l S ta n d a rd s O rg a n iza tio n
It. italian o
LFE le n g u a je p a ra fin es e sp ec ífico s
LO le n g u a original
LT le n g u a te rm in al
O orig in al
OED O x fo rd E n g lish D ic tio n a ry
ONU O rg a n iz a c ió n d e las N a c io n e s U nidas
OACI O rg a n iz a c ió n d e A viación Civil In te rn a c io n a l
PFO p e rsp e c tiv a fu n c io n a l d e la o ra c ió n
RDA R e p ú b lic a D em o c rátic a A lem an a
347
RFA R e p ú b lic a F ed era l A lem an a
SI S ystèm e In te r n a tio n a l ( d ’U nités)
SVO su je to -v erb o -o b jeto
T tra d u c c ió n
TA tra d u c c ió n au to m ática
TAO tra d u c c ió n asistid a p o r o rd e n a d o r
TO tra d u c c ió n p o r o rd e n a d o r
UT u n id a d d e tra d u c c ió n
348
A rtícu lo s p u b lic a d o s p o r e l a u to r
349
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350
B ib lio g ra fía
(Véase tam bién Capítulo XVI: “Los libros de consulta y sus usos”)
351
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353
Indice d e au tores
356
ín d ice d e m aterias
357
ín d ic e
P arte I
PRINCIPIOS
Introducción ........................................................................................... 36
La relación entre el traducir y la teoría de la traducción ............... 37
■ La aproxim ación al texto ....................................................................... 38
El nivel textual ........................................................................................ 40
359
El nivel referencial ..................................................................................... 40
El nivel de cohesión ................................................................................. 42
El nivel de naturalidad .............................................................................. 43
Cómo combinar los cuatro niveles ........................................................ 49
La unidad del traducir ............................................................................... 50
La traducción del léxico .......................................................................... 52
La traducción de los nombres propios ................................................. 56
Revisión ....................................................................................................... 57
Conclusión ................................................................................................... 58
Introducción ................................................................................................ 69
Los métodos ................................................................................................. 70
Comentarios sobre los métodos ............................................................ 72
El efecto equivalente ................................................................................ 73
Métodos y categorías de textos .............................................................. 76
Cómo traducir ............................................................................................ 78
Otros métodos ............................................................................................ 79
Introducción ................................................................................................ 81
Coherencia ................................................................................................ 83
Títulos .......................................................................................................... 84
Cohesión del diálogo ................................................................................ 85
Puntuación ................................................................................................ 86
Efectos sonoros ........................................................................................... 87
Cohesión ..................................................................................................... 87
Sinónimos referenciales ........................................................................... 88
Enumeradores ............................................................................................ 89
Otros conectivos ......................................................................................... 89
Perspectiva funcional de la oración ...................................................... 90
Contrastes ................................................................................................... 93
Las unidades d e traducción inferiores ................................................. 95
Conclusión ................................................................................................... 97
360
Capítulo VII La traducción literal ......................................................................... 99
Introducción ........................................................................................... 99
Variedades de traducción cercana al texto ....................................... 101
La traducción de la poesía .................................................................... 103
Falsos amigos y amigos fieles .............................................................. 104
Las palabras y el contexto .................................................................... 105
Variaciones elegantes .............................................................................. 107
La prueba de la retrotraducción .......................................................... 107
La traducción aceptada ......................................................................... 108
Limitaciones de la traducción literal ................................................... 108
La traducción natural ............................................................................ 109
La traducción re-creativa ...................................................................... 110
La traducción literaria ........................................................................... 111
El subtexto ............................................................................................ 112
Noción de palabra “no equivalente” ................................. 1
El papel del contexto ............................................................................ 115
361
Cultura material ..................................................................................... 137
Cultura social ............................................................................................ 139
Organización social: política y administrativa ................................. 140
Gestos y hábitos ..................................................................................... 144
Resumen d e procedim ientos ............................................................... 145
362
Epónimos ................................................................................................. 201
Palabras frasales ..................................................................................... 202
Palabras transferidas .............................................................................. 202
Acrónimos .............................................................................................. 203
Seudoneologismos ................................................................................ 204
La creación de neologismos ................................................................ 204
Marco de referencia para la traducción de neologismos ................ 206
363
La evaluación de la traducción ............................................................ 254
El futuro de la obra traducida .............................................................. 255
Calificación de una traducción ............................................................ 255
Calidad de la traducción ....................................................................... 259
Parte II
MÉTODOS
G losario 337
T erminología médica................................................................................................. 345
A breviaturas ................................................................................................. 347
Artículos publicados por el autor ....................................................................... 349
B ibliografía ........................................................................................................... 351
Índice de nombres..................................................................................................... 355
Índice de materias ................................................................................................. 357
364
I