You are on page 1of 5

1. Síndrome o Desgarro de Mallory-Weiss.

El desgarro de Mallory-Weiss se engloba dentro de los traumatismos del esófago. Es más


frecuente en los varones y puede aparecer a cualquier edad. Se han sugerido diversos
factores predisponentes y desencadenantes de la producción de las laceraciones. Así, su
incidencia es mayor en los alcohólicos. También se ha considerado típico que la hemorragia
esté precedida por situaciones que aumentan la presión abdominal: náuseas, vómitos, tos,
convulsiones epilépticas, masaje cardíaco externo, etc. Se ha relacionado además con la
presencia de hernia hiatal y la ingesta aguda de alcohol o de salicilatos. No es raro
encontrar asociadas otras lesiones gastrointestinales que pueden ser las causantes de las
náuseas y los vómitos. Los desgarros pueden ser únicos o múltiples, pequeños o de gran
tamaño (*). Este síndrome se manifiesta habitualmente por hematemesis, que puede ser
desde muy leve a masiva, pero en ocasiones se presenta sólo como melenas. En la
actualidad el síndrome de Mallory-Weiss es la causa del 5 al 10% de las hemorragias
digestivas del tracto superior

El desgarro de Mallory-Weiss ocurre en la membrana mucosa de la parte inferior del


esófago o la parte superior del estómago, cerca de donde estos se juntan. El desgarro puede
sangrar.
Causas
Los desgarros de Mallory-Weiss en su mayoría son causados por vómitos o tos fuertes o
prolongados. También pueden ser causados por convulsiones epilépticas.
Cualquier afección que lleve a que se presenten ataques violentos y prolongados de tos o
vómitos puede causar estos desgarros.

Síntomas
Los síntomas pueden incluir

 Deposiciones con sangre


 Vómito con sangre (de color rojo brillante)
Pruebas y exámenes
Las pruebas pueden incluir:

 Conteo sanguíneo completo que posiblemente muestre un hematocrito bajo.


 Esofagogastroduodenoscopia (EGD) que se realiza muy probablemente cuando hay
un sangrado activo.
Tratamiento
Un desgarro por lo general cicatriza en unos pocos días sin tratamiento. El desgarro
también puede fijarse con pinzas que se colocan durante una EGD. Rara vez se requiere una
cirugía. Se pueden administrar antiácidos (inhibidores de la bomba de protones o
bloqueadores H2), pero no está claro si esto ayuda.
Si la pérdida de sangre ha sido grande, se pueden necesitar transfusiones de sangre. En la
mayoría de los casos, el sangrado se detiene sin tratamiento al cabo de unas pocas horas.

Expectativas (pronóstico)
El sangrado repetitivo es poco frecuente y el desenlace clínico casi siempre es bueno.
La cirrosis del hígado y los problemas con la coagulación de la sangre llevan a que sea más
probable que se presenten futuros episodios de sangrado.

Posibles complicaciones
Hemorragia (pérdida de sangre)

Cuándo contactar a un profesional médico


Consulte con el médico si comienza a presentar vómitos o deposiciones con sangre.

Prevención
Los tratamientos para aliviar el vómito y la tos pueden reducir el riesgo. Evite el consumo
de alcohol en exceso.
Nombres alternativos
Laceraciones mucosas de la unión cardioesofágica

2. Esófago de Barret.

El esófago de Barret es la consecuencia de una irritación en el revestimiento interior del


esófago causada por el reflujo crónico de los contenidos del estómago y del intestino
delgado al esófago. La irritación hace que el revestimiento interior del esófago cambie y se
vuelva similar al revestimiento interior del estómago e intestino.

Causas

Cuando comemos, los alimentos pasan desde la garganta al estómago a través del esófago,
ahí, un anillo de fibras musculares situado en la parte interior del esófago impide que los
contenidos estomacales vayan hacia el esófago. Si estos músculos no se cierran
adecuadamente, se filtra el ácido áspero el esófago, lo que denominamos reflujo
gastroesofágico (ERGE, enfermedad de reflujo gastroesofágico). Si esto sucede de forma
prolongada en el tiempo puede ocasionarse el esófago de Barrett.

Hay algunos factores de riesgo para el desarrollo del esófago de Barrett, que incluyen:

 Obesidad.
 Aumento de la edad.
 Etnia caucásica.
 Género masculino.
 Historial familiar de esófago de Barrett.
Síntomas

Los síntomas de esófago de Barrett son similares a los de la enfermedad de reflujo


gastroesofágico y pueden ser:

 Sensación de quemazón por debajo del pecho.

 Regurgitación de los ácidos estomacales.

 Dificultad para tragar.

Prevención

El diagnóstico y tratamiento del reflujo gastroesofágico puede prevenir el esófago de


Barrett. Es recomendable que consulte a su especialista si tiene o padece alguno de estos
síntomas:

 Cuando la acidez gástrica persista por unos días o si tiene dolor o dificultad para
deglutir.

 Se presenten síntomas de pérdida de peso o problemas para deglutir.

El esófago de Barret es dos veces más común en hombres que en mujeres.

Tipos

No existen tipos.

Diagnóstico

El diagnóstico de esófago de Barrett se puede realizar mediante una endoscopia y la


detección de modificaciones en el revestimiento esofágico, a confirmarse por una biopsia
del tejido. Esto consiste en insertar un tuvo pequeño iluminado (endoscopio) por la
garganta y hasta el esófago para ver si hay un cambio en el recubrimiento interior del
esófago.

Otra forma de evaluarlo sería por cápsulas endoscópicas, en este caso, el paciente debe
tragar una cápsula de vídeo del tamaño de una píldora que circula naturalmente a través de
su tracto digestivo mientras transmite imágenes de vídeo a un grabador de datos sujeto al
cinturón del paciente durante ocho horas aproximadamente. Sin embargo, bajo este método,
el médico no puede tomar muestras de tejidos (biopsia).

Ambas técnicas permitirán al médico observar el extremo del esófago y determinar si se ha


modificado el revestimiento celular de las paredes.
Únicamente una endoscopia superior permitirá al médico tomar muestras de tejido
esofágico para confirmar este diagnóstico, así como también observar las modificaciones de
una displasia que no pueden determinarse por el aspecto endoscópico solamente.

Tratamientos

El tratamiento del esófago de Barrett es parecido al tratamiento del reflujo gastroesofágico


y puede empezar con cambios en el estilo de vida, incluyendo:

 No comer ciertos alimentos.


 No cenar demasiado.
 No fumar.
 Antiácidos después de las comidas y a la hora de acostarse.
 Bloqueadores de los receptores H2 de la histamina.

Es probable que el tratamiento incluya el uso de medicamentos que disminuirán la


producción de ácido del estómago. Todos los pacientes con esófago de Barrett que tengan
buen estado de salud deberán estar bajo vigilancia endoscópica en intervalos de tiempo
apropiados.

El tratamiento más habitual del esófago de Barrett se trata con medicamentos que se
llaman inhibidores de la bomba de protones. Estos medicamentos reducen la cantidad de
ácido en el estómago. Tratamiento en determinados casos puede llevarse a cabo la cirugía
para evitar que el ácido estomacal entre en el esófago.

Aquellos pacientes que se realicen dos endoscopias seguidas y no muestren células


anormales deben hacerse una endoscopia cada 3 a 5 años, sin embargo, aquellos que tienen
células algo alteradas deben hacerse una endoscopia cada año.

Otros datos

¿Qué pacientes tienen más riesgo?

Actualmente no existe consenso entre los expertos respecto a qué tipo de pacientes deben
ser examinados para detectar esta enfermedad. Aún así, el esófago de Barrett es dos veces
más común en los hombres que en las mujeres. Suele presentarse en hombres de
mediana edad que hayan padecido acidez durante muchos años, por ello se recomienda
examinar a pacientes mayores de 50 años.

¿Qué complicaciones se asocian con al esófago de Barrett?

El esófago de Barrett es una enfermedad premaligna (precancerosa) que puede llevar al


desarrollo del cáncer de esófago en un pequeño porcentaje de pacientes. Este tipo de cáncer
se llama adenocarcinoma esofágico.
El cáncer de esófago se desarrolla por medio de una secuencia de cambios en las células del
esófago conocidos como displasia, ésta sólo se puede detectar mediante biopsias
endoscópicas. Los pacientes con esófago de Barret deben realizarse pruebas regularmente
para poder detectar el cáncer en una fase temprana y potencialmente curable.

¿Qué es la displasia?

La displasia es una afección precancesora que los médicos solamente pueden diagnosticar
examinando muestras de tejido bajo el microscopio.

Cuando la displasia puede observarse en una muestra de tejido, generalmente se describe


como de “alto grado” o “indefinido para displasia”.

En la displasia del alto grado, se observan modificaciones anormales en muchas células y


puede existir un patrón de crecimiento anormal de las mismas. La displasia de bajo grado
indica que se observan algunas modificaciones anormales en la muestra de tejido pero éstas
no involucran a la mayoría de las células y el patrón de crecimiento celular aún es
normal. “Indefinido para displasia” simplemente significa que el patólogo no está seguro si
las modificaciones observadas en el tejido son causadas o no por una displasia.

¿Con qué frecuencia debo realizarme una endoscopia para verificar la existencia de
displasia?

La probabilidad de que un paciente con esófago de Barret pueda padecer cáncer de esófago
es bastante baja, aproximadamente de un 0,5 por ciento. Por tanto, el diagnóstico de
esófago de Barrett no debería ser razón para alarmarse. Sin embargo, es aconsejable
someterse a exámenes periódicos de endoscopia superior con biopsia de tejido de Barrett.

Bibliografía:

http://www.iqb.es/digestivo/patologia/mallory.htm
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/digestivas/esofago-de-barrett.html
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000269.htm

You might also like