La sociedad mexicana enfrenta problemas y retos de trascendencia histórica, esto significa
que, hoy más que nunca, los mexicanos debemos ser conscientes de nuestra realidad, esta realidad que se construye con base en la visión de conjunto, misma que es producto del juicio crítico, es decir los alcances y límites de nuestros pensamientos, nuestro lenguaje y actos concretos. Y para tener un referente mayor del quehacer como mexicanos debemos analizar nuestro panorama social, económico y político. En primer lugar partimos del entendimiento del concepto sociedad como un conjunto de tipos de personas que interactúan entre sí, llámese empresarios, trabajadores, gobernantes, religiosos, políticos, campesinos, artesanos, comerciantes. Por otro lado tenemos el concepto cultura que va más allá de lo que hacen las personas; ciencia, arte, religión, costumbres, tradiciones, ritos, se trata del quehacer del pensamiento humano a través de la historia, la historia viva que nos hace ser lo que somos hoy. Ciertamente los conceptos de sociedad y cultura nos remiten necesariamente a la historia, la cual resulta eminente en la comprensión de nuestro mundo, de nuestra realidad como mexicanos, es en este momento donde corresponde dilucidar los enormes problemas de los cuales también somos participes, y esos problemas son la corrupción, la inseguridad, pero pensemos porque pasa eso y vayamos a la esfera económica, donde la sociedad culpa a los gobiernos por no distribuir el recurso de manera equitativa, y es que hay mucha desigualdad social, entonces el problema de la distribución de la economía genera un enorme problema social que se reproduce todos los años que vamos transitando, es decir, si no hay buena distribución de los recursos se genera pobreza económica y social, lo cual impulsa la delincuencia, pero preguntémonos, si hay un reparto equitativo entonces será la solución a la inseguridad, seguramente no porque en los grupos sociales hay una gran pobreza de valores, cultura y ética. Vayamos a la esfera política donde se da la repartición de los recursos económicos a nivel nacional y donde se toman las decisiones sobre el rumbo de nuestros municipios, estados y nuestro país, será que es rentable la política, les dejara un poco de dinero en los bolsillos, ¿Por qué tanto interés de competir y ganar a como dé lugar los puestos políticos? Y entonces ¿es malo participar en la política? Hasta en esa concepción estamos cegados, porque la misma lógica social de la desinformación nos ha hecho creer que la política es mala, cuando lo bueno y lo malo esta en las personas, en el sentido que cada una de ellas quieran dar a sus actos. Comúnmente estamos acostumbrados a que los políticos no reconocen sus errores y culpan a los demás, señores no hagamos lo mismo, no culpemos a los demás por algo que nos toca a nosotros y con esto tocamos la esfera de la educativa, donde normalmente se le encomienda la gran misión de transformar a la sociedad, pero como puede transformarla si se le condiciona, se le controla y manipula, no hay una libertad educativa real, la mayoría del sistema educativo es mera simulación, pero acaso no puede hacerse nada, ¿y nosotros que? ¿Acaso no pensamos y no podemos hacer nada? Está en nuestras manos poder hacer algo por nuestra educación. Entonces ahí están los retos de nuestra sociedad, y para cumplir nuestros propósitos como individuos y como colectividad debemos ver cuáles son los vicios que tenemos, debemos vernos desde lo interior y hasta la relación con los otros. Existen diversas dificultades de todas las esferas y tenemos varias opciones, una de ellas es hacernos de la vista gorda y decir que aquí no pasa nada, tenemos también la opción de justificar nuestros errores culpando a los demás o a las mismas circunstancias, pero aún más, tenemos la opción de reconocer nuestras faltas y reconocer el trabajo de los demás, esta lógica del reconocimiento mutuo y personal puede proyectarnos a una gran solución de conjunto, porque en un primer nivel las soluciones y los retos son de tipo económico- social, pero más que ello la apuesta es la cultura, y con ello nos referimos a la apuesta esencialmente basada en la ética, una ética del reconocimiento, donde podemos darle un giro profundo y trascendente a nuestros pensamiento y actos como seres humanos, porque seremos mejores como sociedad y como seres humanos, en la medida que seamos capaces de valernos por nosotros mismos y poder ayudar a los demás, ahí donde el verdadero sentido humano expresa su valor real.
Decreto Supremo Que Aprueba Procedimientos Administrativos Estandarizados Del Sector Educación Cuya Tramitación Es de Competencia de Los Gobiernos Regionales