You are on page 1of 1

La primera mitad del siglo XIX estará marcada por dos grandes propósitos nacionales:

la Independencia y la puesta en marcha de la república liberal democrática.

Con un gran esfuerzo autodidacta y a partir de una situación cultural muy precaria, la
generación Precursora “abandona las vigencias políticas y científicas de España,
conectándose con el desenvolvimiento cultural europeo, que en sus vertientes centrales
no había llegado a América, por el aislamiento histórico de España” . La invasión
1

napoleónica a España brinda la oportunidad para la creación de una nueva forma política
de Estado en América; los dirigentes de este primer intento libertario en la Nueva
Granada serán fusilados por Morillo en 1816. Será la generación libertadora, encabezada
por Bolívar, la que realiza la independencia y crea la Gran Colombia, cuyo fin coincide
con la muerte de Bolívar: 1830.

La Guerra de Independencia se hace a un alto costo, no sólo en vidas, sino en términos


económicos. Al final de la Colonia, la población de la Nueva Granada era
predominantemente rural; la bonanza relativa procedente de la minería, el comercio y
la acumulación de las grandes haciendas se verá muy deteriorada por la guerra. Los
ejércitos, por ejemplo, consumen gran parte del ganado, que había logrado alcanzar
niveles asombrosos (se calculaba la misma cantidad de cabezas de ganado que de
población), todavía hoy no superados.

La generación de los caudillos planteará la doble tarea de reorganizar económicamente


el país y establecer la estructura jurídica de la república liberal democrática, a través de
las cuatro administraciones básicas que van de 1830 a 1850: la de Santander, la de
Márquez, la de Herrán y la de Mosquera. La guerra de los caudillos del año 40 “mostrará
como uno de sus resultados la cristalización, con ideas y emociones separadas, de los
partidos liberal y conservador, cuyos enfrentamientos y guerras civiles constituyen el
mundo político central de nuestra segunda mitad del siglo XIX”
2

A pesar de las medidas de liberalismo económico como la supresión del estanco de


tabaco, la rebaja de los impuestos de aduana, la desamortización de manos muertas y
la extinción de los privilegios de las comunidades religiosas, la economía del país no
logra sobreponerse al desangre de las continuas guerras civiles. En términos generales
el balance económico del siglo XIX es negativo; Colombia será durante el siglo pasado,
uno de los países más pobres de América.

En estas circunstancias habrá muy poco dinero para construir. Incluso se presenta un
retroceso técnico por la desaparición de maestros, carpinteros y arquitectos españoles.
Para mediados del siglo se habían perdido ya las tradiciones constructivas y artísticas
de finales de la Colonia y es necesario reiniciar este proceso educativo con arquitectos
traídos de fuera. Una de las tareas específicas que se encomendaron en los distintos
contratos a arquitectos era la de entrenar obreros y maestros en el arte de construir. La
arquitectura colonial, en sus técnicas más atrasadas, se prolongará inercialmente por
largas décadas.

You might also like