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Agosto 04 de 2018
Pareciera que solo quienes tienen acceso a estos mercados pueden lograr
su propio desarrollo, lo cual nos plantea muchos interrogantes entre ellos es
posible preguntarse ¿Qué pasa con las comunidades indígenas que aún no
conocen del “desarrollo” capitalista? ¿Es posible pensar que el hecho de su
pobreza obedece a su no participación en la economía capitalista donde
solo el 1% de la elite global domina al 99% de la población mundial
empobrecida?, sin duda alguna nos encontramos ante una realidad poco
realista, es decir en nombre del desarrollo se piensa en destruir la naturaleza
porque es lo que genera ganancia, se piensa que hay que explotar al
máximo los recursos para obtener su máximo beneficio y esto es sinónimo de
riqueza, pero que pasa entonces con la sostenibilidad ambiental, que pasa
con la riqueza cultural en un sistema que solo piensa en producción serial,
que pasa con los “diferentes”.
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Universales en un mundo globalizado.
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Hay dos clases de derechos colectivos, los primarios y los derivados. Estos derechos pueden ejercerse de
forma individual y/o colectiva.
que otras culturas y tradiciones de la dignidad humana le dan la misma
prioridad a los deberes y a los derechos humanos.
Cabe destacar el gran esfuerzo que hace Boaventura por dar una
interpretación de los derechos humanos desde las vivencias reales de los
pueblos, particularmente las comunidades que el tanto ha trabajado, es así
como aborda un tema de suma importancia como lo es el desarrollo y el
derecho a la libre determinación. Este análisis lo hace desde tres “matices
“que son: 1). La tensión relativa al derecho a la salud y a los derechos
ambientales 2). El derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas,
y 3). La tensión relativa a los derechos de los pueblos a liberarse del
neocolonialismo.
Sucede también con los pueblos indígenas que sido despajados de sus
raíces ancestrales, condenado a dispersarse a las ciudades y a sufrir hambre
y necesidades porque su entorno ha sido alterado, en nombre del desarrollo
económico, por los grandes Monopolios. Dando origen a movimientos
indígenas que convocan a grandes marchas y al ejercicio de sus derechos.
Estamos ante las más “insólitas injusticias sociales y el más injusto sufrimiento
humano no parecen ya generar la indignación moral ni la voluntad política
de combatirlos de manera efectiva y de crear una sociedad más justa y
equitativa” (Santos, 2014). Se observa con preocupación como la gran
mayoría de las constituciones latinoamericanas acogen los postulados
universales de los derechos humanos, como consecuencia de la imposición
colonialista, sin embargo, nos encontramos inmersos en las más crudas
injusticias.