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2018
Técnica Dietética: TP9
TRABAJO PRÁCTICO
1.1. Según lo observado en el video, explique las modificaciones físicas y químicas que ocurren en
cada etapa de calentamiento de la sacarosa.
1.2. Solubilizar 204g de sacarosa a 20°C en 100 ml de agua. Aparte solubilizar 238g de sacarosa a
40°C en 100 ml de agua. Dejar enfriar y observar.
Primera experiencia:
En esta prueba se utilizaron 204 grs de sacarosa que se solubilizaron en 100 ml de agua a 20 ºC.
Se dejó enfriar la solución.
Segunda experiencia:
En esta prueba se utilizaron 238 grs de sacarosa que se solubilizaron en 100 ml de agua que se
hallaba a 40 ºC. Se dejó enfriar la solución.
Como conclusión final se puede decir que a una solución de sacarosa, si se aumenta su
temperatura se produce la concentración de la solución.
La sacarosa, por si misma, tiene un alto poder de solubilidad, sirve para elaborar salsas y dulces
de frutas.
Comparada con la glucosa y la galactosa, su poder de solubilidad es menor.
Una solución saturada a alta temperatura, se convierte en una solución sobre saturada cuando
se deja enfriar a la misma, debido a que la solubilidad es directamente proporcional al aumento
de la temperatura. Con la aplicación de calor a las soluciones de azúcares, aumenta la
solubilidad de la sacarosa. En altas concentraciones forman soluciones saturadas sin
modificación de la viscosidad, contrario a lo que ocurre en los almidones. En una solución de
sacarosa al aumentar la temperatura se produce la concentración de la solución.
2. Azúcares reductores.
2.1. De acuerdo a la experiencia realizada por la docente, determinar cuáles son los azúcares
reductores.
El reactivo de Fehling, también conocido como Licor de Fehling, es una disolución descubierta por el
químico alemán Hermann von Fehling y que se utiliza como reactivo para la determinación de
azúcares reductores. El licor de Fehling consiste en dos soluciones acuosas:
Sulfato de cobre cristalizado, 35 g; agua destilada, hasta 1.000 ml.
Sal de Seignette(Tartrato mixto de Potasio y Sodio), 150 g; solución de hidróxido de sodio al
40%, 3; agua, hasta 1.000 ml.
El ensayo con el licor de Fehling se funda en el poder reductor del grupo carbonilo de un aldehído.
Éste se oxida a ácido y reduce la sal de cobre en medio alcalino a óxido de cobre, que forma un
precipitado de color rojo. Un aspecto importante de esta reacción es que la forma aldehído puede
detectarse fácilmente aunque exista en muy pequeña cantidad. Si un azúcar reduce el licor de
Fehling a óxido de cobre rojo, se dice que es un azúcar reductor.
Al reaccionar con monosacáridos, se torna verdoso; si lo hace con disacáridos, toma el color del
ladrillo.
Utensilios:
Los azucares reductores son aquellos que poseen su grupo carbonilo (grupo funcional) intacto,
y que a través del mismo pueden reaccionar como reductores con otras moléculas, como por
ejemplo las sales cúpricas. Para detectarlos, se utilizan los reactivos de Fehling.
Procedimientos:
La docente utilizo 4 soluciones, glucosa, fructosa, leche y sacarosa; cada una en un tubo de
ensayo en una cantidad de 3ml.
A cada solución luego se le agrego 1ml de Reactivos de Fehling A y 1ml de Reactivos de
Fehling B.
Se agito cada tubo de ensayo con el fin de homogeneizar el contenido.
Se calentó cada solución a 80ºC a baño María y se observaron las modificaciones físicas y
químicas de los componentes reactivos.
Observaciones:
modificando en este caso la estructura de las sales cúpricas a sales cuprosas, lo que le
brinda dicho color característico del precipitado.
b) Solución de fructosa: se observa una modificación similar a la ocurrida con la glucosa. Pasa
de ser incolora a tornarse verde luego de añadírsele la solución Fehling A, y cambia a un
color verde azulino al incorporársele solución Fehling B. Podríamos decir que al ser
característica química de los monosacáridos, cuando se le otorga calor por medio de un
baño María de 80ºC, el sulfato cúprico de la solución de Fehling se reduce a oxido cuproso
dando como resultado el color rojo ladrillo. Pero si miramos estructuras, la glucosa
anteriormente mencionada es una hexosa (aldo-hexosa), mientras que la fructosa es una
pentosa (ceto-pentosa) que no posee un grupo aldehído libre para reaccionar de dicha
manera. La explicación se encuentra en que la fructosa puede isomerarse a glucosa, lo que
produce que sea posible esta reacción reductora.
c) Leche: la observamos con su color blanco característico, que se modifica debido al
agregado de las soluciones de Fehling A y B respectivamente, pasando de color verde a un
azul claro. Al calentarla a baño María vemos como se torna de color rojizo o rojo ladrillo.
Esto se debe a la intervención de la glucosa y la galactosa (Lactosa), que son considerados
monosacáridos reductores, por la presencia del hidróxido hemiacetálico, provocando el
cambio de la valencia del cobre (de solución de Fehling), de II a I.
d) Sacarosa: la disolución inicial observada es incolora y al agregársele la solución de Fehling A
y luego la B, cambia a un color azul con la primera, para luego transformarse a un color
verdoso con el agregado de la segunda. Al igual que en las anteriores 3 experiencias al
llevar la solución a baño María, se torna de un color rojo ladrillo. Estructuralmente
hablando de la sacarosa, a simple vista esta reacción no debería ocurrir, pero
químicamente tiene sentido debido a la hidrolisis que efectúa el ácido de los reactivos,
rompiendo el enlace que une la fructosa con la glucosa. Entonces como ya dijimos
anteriormente, la glucosa tiene poder reductor por su grupo aldehído libre, y la fructosa al
isomerarse a glucosa posee las mismas propiedades.
Conclusión:
Por último podemos mencionar que la glucosa, la leche y la fructosa, tienen propiedades
reductoras. Estas soluciones, al disolverse en el reactivo de Fehling y ser calentadas generan
enoles que reducen el ion cúprico (II) a cuproso (I), produciéndose el óxido cuproso de color
rojizo.
Hemos observado que la sacarosa también termino con un color rojo ladrillo, pero esto se
produjo gracias a la ruptura de la unión de fructosa y glucosa provocada por el ácido de la
solución de Fehling y la exposición al calor del baño María (80ºC). Por lo tanto la sacarosa como
molécula no es reductora, pero como ya observamos la fructosa y la glucosa por separado sí.
Ingredientes: 250g de azúcar, 15g de jarabe de maíz o 1/16 parte de cdita de crémor tártaro, 125 ml
de leche, 10g de manteca.
Desarrollo: mezclar el azúcar, el jarabe de maíz o crémor tártaro, manteca y la leche. Cocinar hasta
la formación de bola suave (112°C). Dejar en enfriar y batir cuando llega a 50°C.
Se preparan los utensilios y los ingredientes necesarios para la elaboración del fudge.
Utensilios:
Desarrollo:
A continuación se mezclan los 250 g de azúcar, 15 g de jarabe de maíz (en este caso de utilizó
el de la marca Kero), los 10 g de manteca y los 125 ml de leche, en una cacerola.
Paso seguido se lleva a la fuente calórica, hasta llegar a la temperatura de los 114º C, punto de
bola suave.
Se lo retira del calor, se lo coloca en un recipiente, dejándolo enfriar hasta llegar a los 50º C. Y
se continúa con el batido.
Producto terminado:
Conclusión:
La solución saturada se deja enfriar y de esta forma se sobresatura. Como las moléculas se
mueven con mayor facilidad en un jarabe de baja viscosidad, la solución se deja enfriar
moderadamente para lograr una sobresaturación adecuada. Con el batido se provoca la
cristalización.
El fudge tiene menos proporción de cristales de sacarosa, equilibrados por la viscosidad del
jarabe. Con el batido se incorpora aire que opaca la pasta de azúcar, aclarándola.
Al dejarlo enfriar por más tiempo se observa un producto final, suave, blanquecino, con
consistencia. Se utiliza para coberturas de tortas, rellenos de bombones, galletitas, etc.
El Fondant formado por sacarosa, jarabe de maíz o crémor tártaro y agua tendrá una porción
más alta de cristales de sacarosa respecto del jarabe saturado. En cambio el Fudge se
encuentra constituido por sacarosa, jarabe de maíz, manteca, leche y agua, teniendo menos
proporción de cristales de sacarosa, que se equilibran por la viscosidad del jarabe de maíz
según sea la interferencia.
Tanto en el fondant como en el fudge difieren del azúcar original dado que los cristales de
sacarosa son más pequeños y se recristalizan suspendidos en un jarabe.
El fudge, a diferencia del fondant; contiene leche y los sólidos de la leche hacen al jarabe más
viscoso. Por lo tanto a menor temperatura es más viscoso y llega a la consistencia deseada.
Desarrollo: mezclar el azúcar, el jarabe de maíz, manteca y agua. Cocinar hasta la formación de
jarabe crujiente duro (149°C).
Una vez que se haya derretido la manteca, agregamos el azúcar, el de jarabe de maíz y el agua.
Después revolvemos todo hasta que la azúcar se haya disuelto por completo. Utilizaremos una
cuchara de madera en lugar de una de metal para que no se formen cristales de azúcar.
Una vez que la mezcla empiece a hervir, dejamos de revolverla. El azúcar se puede volver a
cristalizar cuando se revuelve demasiado, lo que termina en un toffee de textura granulada y no
uniforme como pretendemos obtener. Luego dejaremos que el toffee repose, sin revolverlo, hasta
quitarlo del fuego.
Con la ayuda de una pinza, introduce un termómetro de carne en la mezcla y espera hasta que
marque 149 °C (300 °F). Este es la fase del caramelo en la que está "duro para romperse". Esto
quiere decir que cuando se enfríe, el caramelo se romperá en los pedazos duros.
Vierte el toffee con cuidado en la bandeja para hornear. Lo dejarás en ella para que se enfríe y se
endurezca. Después podrás partirlo en pedazos más pequeños.
Conclusiones:
El toffee es un caramelo blando cremoso que tiene como ingrediente diferenciado la manteca o en
su defecto la leche, estos componentes son los que le otorgan la textura blanda y masticable. Para
obtener las características organolépticas del toffee se debe alcanzar unos grados menos que la fase
de bola dura. Por esta razón y por la presencia de manteca en la composición, se alcanza una
consistencia blanda pese a que la temperatura que se obtiene es un poco menor a la fase de bola
dura.
Desarrollo: mezclar el azúcar, el jarabe de maíz y el agua. Cocinar hasta la formación de jarabe
crujiente duro (154°C).
Conclusiones:
- Se puede observar un cambio en el color de la solución debido al pardeamiento no
enzimático de la sacarosa y la miel.
- A medida que se cocina la solución adquiere más elasticidad y viscosidad, que al enfriarse se
cristaliza volviéndose crujiente y duro.
Desarrollo: mezclar el azúcar, el jarabe de maíz y el agua. Cocinar hasta la formación de bola firme
(122°C). Agregar el jarabe a una clara de huevo, mezclando y pasteurizar en baño María a 90°C
durante 4 minutos. Finalizar el batido hasta que tome consistencia.
Previo a todo, se preparan los ingredientes: Se miden 70 ml de agua. Se pesan 250 gramos de
azúcar y 30 gramos de jarabe de maíz. Se prepara una clara.
Se coloca en una cacerola el agua, el azúcar y el jarabe de maíz para realizar el almíbar.
El almíbar debe llegar a la temperatura de 122º C, denominado punto de bola firme. Para ello
se van haciendo controles con termómetro digital.
El proceso continúa con un batido con batidor eléctrico hasta que toma consistencia de una
pasta de color blanco.
Ingredientes: 250g de azúcar, 15g de jarabe de maíz, 15g de gelatina y 70cc de agua.
Desarrollo: mezclar el azúcar, el jarabe de maíz y la gelatina dispersada en el agua. Cocinar hasta la
formación de bola firme (120°C). Batir con batidora en caliente.
Primero ponemos el azúcar en una cacerola grande, seca y limpia de residuo alguno. Encima
vertemos el agua.
Luego comenzamos a batir nuestra gelatina al máximo, hasta que forme un poco de espuma.
Seguido de esto agregamos nuestro almíbar como hilo, despacio, sin dejar de batir en ningún
momento ni bajar la velocidad. Batimos y vemos que nuestra mezcla se esponja y espesa. Puede ser
opcional el agregado de colorante y vainilla (en nuestro caso solo colorante rosa).
Batimos entre 7 y 12 minutos sin detenerse y al ver que tenemos una mezcla similar a un merengue
rosado (debido a la incorporación de aire y la resultante formación de burbujas de aire retenidas
por las proteínas de la gelatina) y muy firme entonces nuestros malvaviscos están listos para ser
moldeados.
En el ante último paso, desmoldamos en una bandeja con azúcar impalpable, lo espolvoreamos con
éste por encima, y utilizando un hilo cortamos cuadrados pequeños. Utilizamos un hilo porque la
mezcla es pegajosa y además se rompe con facilidad.
Por ultimo colocamos los cuadraditos en un plato y espolvoreamos con abundante azúcar
impalpable para que estos no se peguen.
Conclusión:
Los malvaviscos contienen gelatina que permite la incorporación de aire durante el batido y evita
que la sacarosa se recristalice (agente de interferencia). Pueden elaborarse gomas o dulces
semejantes, donde se utiliza almidón o pectinas que convierten el jarabe en gel aportando la
textura característica.