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¿Cómo surge el derecho ambiental?

Surge en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en


Estocolmo en 1972. Entre sus características está su carácter multidisciplinar, ya
que requiere la pericia y el asesoramiento de profesionales ajenos al Derecho
(médicos, biólogos, ambientólogos, físicos, químicos, ingenieros, etc.) y estar en
continuo cambio y actualización, en la misma medida que se producen avances
científicos y técnicos.

¿Defina que es derecho ambiental?


Los Derechos ambientales o de la naturaleza son un sistema de normas jurídicas
que regulan las relaciones de las personas con la naturaleza, con el propósito de
preservar y proteger el medio ambiente en su afán de dejarlo libre de
contaminación, o mejorarlo en caso de estar afectado.

¿Cuál es el objetivo del principio de soberanía estatal sobre los


recursos propios?
Cuando nos refiriéramos a la exploración y explotación de los recursos naturales
(mineros, petroleros, pesquerías, viento, agua, radiación solar, energía hidráulica,
energía geotérmica, productos agrícolas, bosques, etc.) existentes en el ámbito
territorial de un Estado, deberá de considerarse la existencia de un principio de
Derecho Internacional que reconoce la soberanía «permanente» de los Estados
sobre los recursos naturales existentes en su territorio, como elemento básico del
derecho a la libre determinación, siendo un derecho inalienable; por lo tanto, ningún
pueblo podrá ser privado de tales recursos, salvo que se ejerciere en beneficio de
su población; de lo contrario, una vez resuelta la cuestión de su «statu quo», siendo
el caso de haber sido explotada sus riquezas naturales en provecho de terceros
ajenos a los intereses de dichos pueblos se tendrá que indemnizar, por
contravención a dicho principio o norma de «ius cogens» y «erga omnes», con
independencia del tiempo transcurrido, pues resulta una materia de carácter
imprescriptible.
Tal principio, ha sido reconocido mediante la Declaración emitida por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, en la Resolución 1803 (XVII), de 14 de diciembre
de 1962, titulada «Soberanía permanente sobre los recursos naturales»
Conteniendo los pronunciamientos a continuación extractados:
1. El derecho de los pueblos y de las naciones a la soberanía permanente sobre
sus riquezas y recursos naturales debe ejercerse en interés del desarrollo nacional
y del bienestar del pueblo del respectivo Estado.
2. La exploración, el desarrollo y la disposición de tales recursos, así como la
importación de capital extranjero para efectuarlos, deberán conformarse a las reglas
y condiciones que esos pueblos y naciones libremente consideren necesarios o
deseables para autorizar, limitar o prohibir dichas actividades.
3. En los casos en que se otorgue la autorización, el capital introducido y sus
incrementos se regirán por ella, por la ley nacional vigente y por el derecho
internacional. Las utilidades que se obtengan deberán ser compartidas, en la
proporción que se convenga libremente en cada caso, entre los inversionistas y el
Estado que recibe la inversión, cuidando de no restringir por ningún motivo la
soberanía de tal Estado sobre sus riquezas y recursos naturales.
4. La nacionalización, la expropiación o la requisición deberán fundarse en razones
o motivos de utilidad pública, de seguridad o de interés nacional, los cuales se
reconocen como superiores al mero interés particular o privado, tanto nacional como
extranjero. En estos casos se pagará al dueño la indemnización correspondiente,
con arreglo a las normas en vigor en el Estado que adopte estas medidas en
ejercicio de su soberanía y en conformidad con el derecho internacional. En
cualquier caso en que la cuestión de la indemnización dé origen a un litigio, debe
agotarse la jurisdicción nacional del Estado que adopte esas medidas. No obstante,
por acuerdo entre Estados soberanos y otras partes interesadas, el litigio podrá
dirimirse por arbitraje o arreglo judicial internacional.

¿Considera usted, que la costumbre como fuente del derecho,


debe prevalecer en la resolución de casos ambientales en las
comunidades indígenas?
De modo más o menos intuitivo todos tenemos una idea de qué es la Ley, aunque
los juristas entremos en discusiones sobre el sentido formal y el sentido material o
la interpretación del término en sentido estricto o en sentido laxo; sin embargo, el
común de la gente, intuitivamente, tiene un concepto muy aproximado de a qué nos
referimos con dicho término.
Tal vez sea menos conocido qué se entiende por costumbre, y pese a que en la
actualidad su importancia ha decaído, sigue manteniendo vigencia y es
especialmente importante en algunos territorios, como más adelante señalaremos.
Podemos definirla como el modelo de conducta observado reiteradamente en
una comunidad que, de acuerdo con el ambiente social en el que nace y se
desenvuelve, obliga a los miembros de dicha comunidad a cumplirla.
. Se habla, en consecuencia, de la existencia de un elemento material (la
reiteración en el comportamiento) y un elemento espiritual (la elevación de ese
comportamiento a modelo de conducta, de observancia preceptiva); es este
segundo elemento, la obligación en su observancia, lo que distingue la
costumbre jurídica de los meros usos sociales.
La costumbre es una fuente del Derecho cercana a la sociedad, de ahí que
suela responder a las necesidades del grupo adaptándose perfectamente a él, y en
este sentido encajaba a la perfección en épocas pasadas en que los textos legales
eran más escasos, supliendo así la regulación en materias que carecían de ella, de
manera que de acuerdo con su naturaleza es una norma no escrita, sin perjuicio de
que pueda redactarse por escrito.
¿A qué se refiere el principio de prevención?
El Principio de prevención es aquel por el que, ante una situación de riesgo cierto,
deben adoptarse las medidas de vigilancia y previsión necesarias para evitar las
posibles consecuencias negativas.
Este principio se basa en la primera de las virtudes cardinales mencionada por
Aristóteles: la prudencia. Al traducir la phronesis –razón práctica- aristotélica
por prudentia, Cicerón [710 d.C.] la define como “la ciencia de las cosas que es
necesario buscar y de aquellas de las que es necesario huir”(Cicerón, 1980).
Los estoicos habían caracterizado la prudencia como el arte de distinguir “la ciencia
de las cosas que hay que hacer, de aquellas que no hay que hacer y de aquellas
otras que no hay que hacer ni dejar de hacer, o la ciencia de las cosas que son
buenas, de aquellas que son malas y aquellas otras que no son ni buenas ni malas”.
El ejercicio de la prudencia se compone, por lo tanto, de la habilidad del hacer eficaz,
y de ética o el buen hacer.
En el marco del Derecho ambiental, que es el instrumento rector que tiene como
propósito regular, dirigir, prohibir o autorizar actos y hechos derivados de los
hombres, se utilizan los principios de prevención y precaución como sinónimos o
para hacer referencia a la necesidad de tomar medidas anticipadas para evitar
daños al ambiente. Sin embargo, el principio de prevención es el más importante de
todos, a tal punto, aseguran algunos, que si se aplica eficientemente los demás
principios no tendrían razón de ser.
A partir de un breve análisis en la evolución de las normas del Derecho ambiental,
pueden distinguirse varias etapas presididas por diferentes principios:
a) En un primer momento, dichas normas trataban de remediar en lo posible el daño
ya producido, imponiendo al causante el pago de indemnizaciones y, en lo posible,
actuaciones de reparación de los perjuicios causados y restablecimiento del entorno
afectado al estado anterior a ese daño. En esta etapa el principio inspirador del
Derecho ambiental era «quien contamina paga».
b) El desarrollo científico y tecnológico permitió posteriormente predecir ciertos
daños con bastante exactitud, es decir, gracias a la ciencia podía afirmarse con
seguridad que ciertas amenazas derivadas de actuaciones humanas se convertirían
en daños a la naturaleza. En la medida en que tales predicciones eran fiables, el
legislador pudo dictar normas tendentes a la prevención de tales daños. En esta
etapa no se trata pues de remediar un daño ya causado, sino de prevenirlo, surge
así el principio de prevención.
c) Ese principio de prevención que caracterizó la segunda etapa se basaba en la
certeza de la predicción del daño, en definitiva en la seguridad de que, dada cierta
actividad humana, se producirán determinados daños a la naturaleza. Sin embargo
en la tercera etapa se carece de esa certidumbre: dada cierta actividad humana, es
probable que sobrevengan ciertos daños, pero no hay una prueba irrefutable de la
materialización de esa amenaza; ahora bien, la mera posibilidad, basada en
estudios científicos, de que se produzcan ciertos daños, permite al legislador dictar
normas cuya aplicación será sin duda controvertida por esa incertidumbre en el
riesgo. Su principio inspirador no es el de prevención, sino el de cautela, que
aconseja no tomar decisiones arriesgadas, en tanto no se esté científicamente
seguro de las posibles consecuencias .
Lectura de la declaración de la conferencia sobre medio
humano, Estocolmo, 1972
1. El hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea, el cual le da el
sustento material y le brinda la oportunidad de desarrollarse intelectual,
moral, social y espiritualmente. En la larga y tortuosa evolución de la raza
humana en este planeta se ha llegado a una etapa en que, gracias a la rápida
aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de
transformar, de innumerables maneras y en una escala sin precedentes,
cuando lo rodea. Los dos aspectos del medio humano, el natural y el artificial,
son esenciales para el bienestar del hombre y para el goce de los derechos
humanos fundamentales, incluso el derecho a la vida misma.
2. La protección y mejoramiento del medio humano es una cuestión
fundamental que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico
del mundo entero, un deseo urgente de los pueblos de todo el mundo y un
deber de todos los gobiernos.
3. El hombre debe hacer constantemente recapitulación de su experiencia y
continuar descubriendo, inventando, creando y progresando. Hoy en día, la
capacidad del hombre de transformar lo que lo rodea, utilizada con
discernimiento, puede llevar a todos los pueblos los beneficios del desarrollo
y ofrecerles la oportunidad de ennoblecer su existencia. Aplicado errónea o
imprudentemente, el mismo poder puede causar daños incalculables al ser
humano y a su medio. A nuestro alrededor vemos multiplicarse las pruebas
de daño causado por el hombre en muchas regiones de la tierra: niveles
peligrosos de contaminación del agua, el aire, la tierra y los seres vivos,
grandes trastornos del equilibrio ecológico de la biosfera; destrucción y
agotamiento de recursos insustituibles y graves deficiencias, nocivas para la
salud física, mental y social del hombre, en el medio por él creado,
especialmente en aquel en que vive y trabaja.
4. En los países en desarrollo, la mayoría de los problemas ambientales están
motivados por el subdesarrollo. Millones de personas siguen viviendo muy
por debajo de los niveles mínimos necesarios para una existencia humana
decorosa, privadas de alimentación y vestido, de vivienda y educación, de
sanidad e higiene adecuados. Por ello, los países en desarrollo deben dirigir
sus esfuerzos hacia el desarrollo, teniendo presentes sus prioridades y la
necesidad de salvaguardar y mejorar el medio. Con el mismo fin, los países
industrializados deben esforzarse por reducir la distancia que los separa de
los países en desarrollo. En los países industrializados, los problemas
ambientales están generalmente relacionados con la industrialización y el
desarrollo tecnológico.
5. El crecimiento natural de la población plantea continuamente problemas
relativos a la preservación del medio, y se deben adoptar normas y medidas
apropiadas, según proceda, para hacer frente a esos problemas. De cuanto
existe en el mundo, los seres humanos son lo más valioso. Ellos son quienes
promueven el progreso social, crean riqueza social, desarrollan la ciencia y
la tecnología y, con su duro trabajo, transforman continuamente el medio
humano. Con el progreso social y los adelantos de la producción, la ciencia
y la tecnología, la capacidad del hombre para mejorar el medio se acrece
cada día que pasa.
6. Hemos llegado a un momento de la historia en que debemos orientar
nuestros actos en todo el mundo atendiendo con mayor cuidado a las
consecuencias que puedan tener para el medio. Por ignorancia o indiferencia
podemos causar daños inmensos e irreparables al medio terráqueo del que
dependen nuestra vida y nuestro bienestar. Por el contrario, con un
conocimiento más profundo y una acción más prudente, podemos conseguir
para nosotros y para nuestra posteridad unas condiciones de vida mejores
en un medio más en consonancia con las necesidades y aspiraciones del
hombre. Las perspectivas de elevar la calidad del medio y de crear una vida
satisfactoria son grandes. Lo que se necesita es entusiasmo, pero a la vez,
serenidad de ánimo; trabajo afanoso, pero sistemático. Para llegar a la
plenitud de su libertad dentro de la naturaleza, el hombre debe aplicar sus
conocimientos a forjar, en armonía con ella, un medio mejor. La defensa y el
mejoramiento del medio humano para las generaciones presentes y futuras
se ha convertido en meta imperiosa de la humanidad, que ha de perseguirse
al mismo tiempo que las metas fundamentales ya establecidas de la paz y el
desarrollo económico y social en todo el mundo, y de conformidad con ellas.
7. Para llegar a esa meta será menester que ciudadanos y comunidades,
empresas e instituciones, en todos los planos, acepten las responsabilidades
que les incumben y que todos ellos participen equitativamente en la labor
común. Hombres de toda condición y organizaciones de diferente índole
plasmarán, con la aportación de sus propios valores y la suma de sus
actividades, el medio ambiente del futuro. Corresponderá a las
administraciones locales y nacionales, dentro de sus respectivas
jurisdicciones, la mayor parte de la carga en cuanto al establecimiento de
normas y la aplicación de medidas en gran escala sobre el medio. También
se requiere la cooperación internacional con objeto de allegar recursos que
ayuden a los países en desarrollo a cumplir su cometido en esta esfera. Hay
un número cada vez mayor de problemas relativos al medio que, por ser de
alcance regional o mundial o por repercutir en el ámbito internacional común,
requerirán una amplia colaboración entre las naciones y la adopción de
medidas por las organizaciones internacionales en interés de todos. La
conferencia encarece a los gobiernos y a los pueblos que aúnen sus
esfuerzos para preservar y mejorar el medio humano en beneficio del
hombre y de su posteridad.

Lectura y análisis de Noticias Ambientales en medios de


comunicación escrita nacional (periódico)
La comunicación es vital para el hombre, tanto como ser individual o como sujeto
social. El proceso de la comunicación es un intercambio de información, de
mensajes, un diálogo del Hombre consigo mismo y con su Mundo. En los primeros
asentamientos humanos, aparece la escritura como elemento imprescindible en una
estructura urbana que ya no podía ser controlada por mecanismos personales como
la palabra, la memoria o las costumbres.
Durante muchos siglos, el devenir de los pueblos, sus costumbres, ritos, conquistas,
creación literaria o conocimiento técnico fue recopilado y guardado celosamente en
las bibliotecas de los monasterios. Con la invención de la imprenta, la cultura y el
saber salen de ellos. Se elabora por primera vez un producto seriado, repetitivo, de
largo alcance y efectos espectaculares. En el siglo XVI aparecen las primeras
publicaciones mensuales y en el XVII las primeras gacetas semanales, pero la
prensa diaria, barata y accesible, no haría su aparición hasta el siglo XIX,
alcanzando su máximo apogeo en el primer tercio del siglo XX. La prensa se
convierte en el vehículo principal de las opiniones y las noticias, en un medio de
comunicación social que permite la transmisión simultánea de idénticos mensajes
significativos desde el propio medio a una gran cantidad de personas.
Con el avance de la Tecnología aparecen nuevos medios de comunicación con
características propias y muy diferentes a los de la prensa. Primeramente la radio y
después la televisión servirán para informar y debatir las principales cuestiones de
la sociedad y facilitar la relación en una población megaurbana, tecnócrata,
insolidaria e incomunicada, pero incapaz de abandonar todo lo que la ciudad le
ofrece, incluido la existencia mecanizada, el olvido de las tradiciones, el estrés, la
contaminación y la inseguridad ciudadana.
Gracias a los medios de comunicación nos hemos convertido en ciudadanos del
mundo, en individuos planetarios omnipresentes desde nuestro cómodo sillón,
solidarios con nuestros vecinos y copartícipes con su destino, aunque sea en un
breve período de tiempo. Los "Medios" introducen el Mundo en la conciencia del
individuo y ésta en el Mundo y promueven la reflexión de que "todo atañe a todos"
por encima de ideologías políticas, nacionales, sociales o religiosas.
Si la Revolución Industrial originó a principios de siglo profundos cambios
socioeconómicos y ambientales, la Revolución Tecnológica de nuestro tiempo y
sobre todo la Revolución Telemática, mucho más radical que la de Gutenberg, están
destinadas a ser las protagonistas de este último decenio de siglo y comienzos del
siguiente, y ¡Qué duda cabe! producirán importantes innovaciones en la vida social
establecida. El control y acceso a esa información se convierte cada vez más en
instrumento de poder político, económico, tecnológico y social.
Desde la Revolución Industrial se transforma la relación original del equilibrio
armónico del hombre consigo mismo y con su entorno. La eclosión del nuevo
paradigma científico-técnico, incluido en el denominado "sector cuaternario",
posibilitó el crecimiento económico, la utilización ilimitada de recursos naturales, la
explosión demográfica, la revolución urbana, y nos separó cada vez más de nuestro
medio natural acercándonos a las repercusiones negativas que producíamos en la
Biosfera. Con nuestra visión antropocéntrica, creímos poder dominar la Naturaleza
y olvidamos con facilidad que sólo formamos una parte del engranaje de la compleja
máquina que mueve el Planeta Tierra. Crecimiento ilimitado en un Mundo finito,
avances tecnológicos y economía en alza frente al deterioro de la calidad de vida,
progreso de unos países a costa y en contra del de otros, dilatación progresiva de
la brecha Norte-Sur..., perfilan un Nuevo Mundo dominado por la irracional
utilización de la Ciencia y la Técnica. La crisis ambiental, no sólo ecológica sino
también humana, hay que buscarla en nuestra concepción del mundo y de la vida,
así como en la relación estructural y dialéctica entre Hombre-Sociedad-Naturaleza.
Nuestro futuro, condicionado por nuestro comportamiento actual, se encuentra a
caballo entre la lenta destrucción de la Humanidad, o el resurgir de una nueva
Civilización solidaria en el tiempo y en el espacio consigo misma y con el Medio.
La preocupación por el Medio Ambiente aparece con fuerza en la década de los
sesenta en grupos sociales que plantean los graves problemas de la degradación
ambiental y solicitan urgentes medidas gubernamentales y personales para evitar
la crisis. Se percibe ya en esta época la necesidad de un proceso educativo
coherente con la protección del medio.
En el programa sobre el Hombre y la Siosfera (Programa MAS), en la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (1972), en el Seminario
Internacional de Selgrado (1975) y en la Conferencia Intergubernamental de
Educación Ambiental de Tbilisi (1977) se postulan los Objetivos, Principios y
Directrices de la Educación Ambiental para todos los ciudadanos, dentro y fuera del
sistema escolar, con el fin de modificar las actitudes y comportamientos de la
población hacia el Medio. Se reconoce la responsabilidad de los Medios de
Comunicación en esa misión educativa, recomendando fomentar la difusión a través
de la prensa, la radio y la televisión de la protección y mejora del Medio Ambiente
con el fin de interesar al individuo en un proceso activo para resolver los problemas
generados.

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