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LA TRANSFERENCIA.

FREUD
Transferimos: Le damos algo nuestro a otro.
Es el fenómeno que permite la emergencia del inconsciente.
Se sitúa en el campo del amor, es engañoso, se sostiene en el saber.
La transferencia es el motor indispensable y obstáculo de la cura a la vez.
Si se transfiere algo relacionado con el Edipo, el efecto inmediato es la resistencia.
Ese amor se debe a la situación analítica y no a algún atributo del analista.
No tenemos que responder a la demanda de amor con amor.
Ni rechazo ni aceptación. Abstinencia.
Mayor importancia al poder modificar algo clave en la vida del sujeto.
LACAN
La transferencia es un obstáculo indispensable.
Va a ubicar del lado de la transferencia positiva al amor de transferencia.
El lado de la transferencia negativa a la ambivalencia, porque una transferencia negativa pura
no sostiene ningún análisis.
La transferencia estructura la relación entre el analista y el analizante.
El dispositivo analítico es un artificio, estamos en una escena montada que llamamos
encuadre. La escena no hace al análisis, lo que hace al análisis es la relación transferencial.
Todas las cosas que pasen en el dispositivo analítico se piensan desde lo transferencial.
La presencia del analista. Hay que incluir al analista en el concepto de inconsciente. Hay
inconsciente porque hay analista.
1963 - Lacan es expulsado de la IPA por decir “hay que ir mucho más allá de Freud” .
Vira hacia lo real.
“lo inconsciente es algo que se abre para volver a cerrarse en una pulsación temporal.”

Un inconsciente que metaforiza al cuerpo erógeno. El Otro está en juego.


La interpretación.
La cura va a pasar por la interpretación.
La reconstrucción. La opacidad del trauma.
Lo que no puede ser rememorado se repite en la conducta. Esta conducta, para revelar lo que
repite, se ofrece a la reconstrucción del analista.
En Freud pensábamos la cura como el poder rememorar.
Lacan hable de la reconstrucción. La recontrucción es una relectura (la creación de tejido).
“la opacidad del trauma” aquí se va a la segunda versión del trauma de Freud.
Lo traumático no se puede recordar porque no está inscripto.
Si hay algo que no se olvida es el trauma.
Clínicamente, el problema que tiene lo traumático es que no se puede olvidar. Se presentifica
todo el tiempo.
La lógica de la pulsación.
El inconsciente se abre porque está presente el Otro.
Aparece algo en relación a la asociación, que tiene que ver con la regla fundamental.
Cuando aparece lo transferencial el inconsciente se cierra.
Es lo mismo que dice Freud pero en esta nueva dinámica de pulsación temporal.
El analista debe esperar la transferencia para dar su interpretación. Si no sería salvaje, sin efectos.
La interpretación no es de entrada, la interpretación se da cuando se estableció la
transferencia.
Lo transferencial va a cerrar el inconsciente pero también lo va a abrir.
La transferencia es un nudo.
Por un lado cierra el inconsciente y por el otro, permite la interpretación.
Sujeto Supuesto Saber.
Se supone un saber (al analista).
Se supone un sujeto (el inconsciente produce saber sin sujeto por eso decimos que el sujeto
del psicoanálisis es barrado).

SsS = Sujeto supuesto Saber


El amor de transferencia se va a montar sobre el saber (Amor socrático, amor al saber). No es
igual a otro amor.
El analizante “supone” que el analista sabe sobre su padecimiento. Es “supuesto” porque el
analista no sabe sobre lo que le pasa al analizante, porque el saber que se pone en juego es el
saber inconsciente.
El esquema nasa.

En este esquema hay una abertura y en la abertura está escrito “a” minúscula.
Por la abertura van a salir las asociaciones hasta que algo se pone en el hueco y se cierre el
inconsciente.
Este algo es el analista como objeto del amor de transferencia. El objeto a es “causa de deseo”.
El deseo del analista.
Está hablando de una dimensión ética.
El deseo del analista es que el sujeto del inconsciente pueda aparecer.
El deseo del analista es lo que permite vaciar eso que obtura.
La transferencia es la puesta en acto de la realidad del inconsciente.
Se presentifica algo que está en el complejo (Freud). Hay algo que “se pone en acto” de lo que
ocurre a nivel inconsciente.
Imaginarización de la relación analítica.
Esquema Lamda.

El análisis debe mantenerse en la línea simbólica (S/ - A/) y no imaginarizarse (s – a)


La metáfora del amor.
“Amar es dar lo que no se tiene y a quien no lo es”.
Va a trabajar El banquete de Platón.
A Erastés lo podríamos traducir como la posición del amante,
a Eromenós como el lugar del amado y
Agalma como ese brillo que tiene el objeto que lo hace atractivo (adorno; aquí, el saber).
Lo que encontrará al final, el que siga este camino (el del análisis) es esencialmente un saber
sobre la falta, un saber sobre la castración.
¿Cómo es la relación entre el amante y el amado, entre Erastés y Erómenos?
A esta relación la vamos a plantear en relación con el tener.
El amante no tiene (el agalma) y va a buscar al que lo tiene.
Y el amado sí tiene el Agalma, pero no sabe que lo tiene.
Estamos hablando siempre de situaciones de carencia, se desea lo que no se tiene.
En el terreno del amor, nunca hay coincidencias, siempre hay desfasaje.
Basta con amar para estar atrapado en esta hiancia, en esta discordancia.
El amor, en tanto significante, es una metáfora, algo que sustituye a otra cosa.
En análisis:
Primer momento un sujeto está en posición de amante y el analista en posición de amado.
Segundo momento el amado es el analizante.
Finalmente, es la posición de un amado que se comporta como un amante.
Se entrega al milagro de quedar en falta.
EL GRAFO DEL DESEO.
Dónde se sitúa el deseo en relación con un sujeto definido a través de su articulación por el
significante.
Primer piso del grafo. La célula elemental. Barramiento como efecto del significante
Veremos lo que sucede cuando el viviente es tomado por la estructura del lenguaje.
El sujeto va a aparecer entre un significante y otro.
El inconsciente es una cadena de significantes que en algún sitio se repite e insiste para
interferir en los cortes que le ofrece el discurso efectivo.
Grafico 1

En esta primera gráfica se trata del entrecruzamiento de dos líneas con sentido inverso.
S → S’ es la CADENA SIGNIFICANTE.
Toda manifestación del lenguaje esta reglada por:
Una sucesión en el tiempo, una diacronía.
Indica la existencia de una batería significante (sincronía)
Los elementos significantes se sostienen por su oposición a cada uno de los otros elementos.
Permanece permeable a los efectos propiamente significantes de la metáfora y de la
metonimia.
Es a nivel del proceso primario que en psicoanálisis hablamos de metáfora y metonimia y es en
este sentido que decimos que el inconsciente está estructurado como un lenguaje.
El segundo vector va desde el VIVIENTE MÍTICO hasta EL SUJETO BARRADO.
Decimos sujeto mítico de la necesidad porque el ser humano, que es un ser que habla, no
puede acceder al objeto de la necesidad sin tener que pedirlo.
Así, las necesidades se ven forzadas a pasar por el desfiladero del significante.
La necesidad biológica como tal queda perdida.
La necesidad tomada por el lenguaje va a hacer que hablemos de demanda.
Lacan va a partir del sujeto tachado, ya que de entrada se sufre la estructura del lenguaje.
Un sujeto inicia su recorrido a partir de que hay Otro que lo desea.
Gráfico 2

Partimos entonces, de un sujeto afectado por el significante que se va a encontrar con el punto
de intersección
(A) EL LUGAR DEL OTRO. El lugar del tesoro del significante.
El significado está perdido de entrada.
Estructura hecha de sin sentido.
Las significaciones son a producir.
En el cruce de la izquierda,
s (A) EL SIGNIFICADO DEL OTRO.
Para decir algo, el sujeto debe tomar los significantes del Otro y además,
esperar la sanción del Otro para que se constituya un sentido.
La sumisión del sujeto al significante se produce en el circuito que va
del significado del Otro al Otro, para regresar desde el Otro al significado del Otro.
La dirección opuesta de los vectores indica el efecto retroactivo, aprés coup.
Se habla con los significantes del Otro y
no se sabe lo que se dice y además
la única posibilidad de enterarse de lo que se dice es por la sanción del Otro.
Tengo el cuerpo de mi mamá. El Otro responde: ¡Qué problema!
Al final del recorrido del vector nos encontramos con
I (A) EL IDEAL DEL YO.
Es ideal en tanto la primer marca significante (RASGO UNARIO).
El encuentro con el Otro primordial hace de ese grito llamada y
en la omnipotencia de la respuesta quedarán las marcas
Es el significante como trazo de las primeras identificaciones constitutivas del sujeto.
En el medio tenemos

m (moi) es el YO ESPECULAR.
i (a) es LA IMAGEN ESPECULAR (del otro como semejante).
Aquí tenemos el estadio del espejo.
Encontramos la primera identificación en tanto imaginaria.

Segundo piso.
Gráfico 3

El sujeto se va a encontrar con la falta en el Otro. El Otro es deseante.


El Otro materno desea otra cosa más allá del niño.
A partir de que este Otro no siempre puede responder aparece la angustia.
El Fort-Da freudiano es la matriz fantasmática inicial, articula presencia-ausencia.
Muestra la mediatización imaginaria como modo inicial de tratamiento de la angustia.
Ante la opacidad del deseo del Otro
emerge un enigma en forma de pregunta: ¿Che vuoi?, ¿qué me quiere?
Es la pregunta respecto de su valor para el deseo del Otro.
Grafo completo. “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”

El deseo (d) estará sostenido por el fantasma ($◊a).


De la Necesidad a la Demanda, de la Demanda al Deseo.
El viviente debe dirigirse al Otro para satisfacer la necesidad.
Al pasar por el Otro (A) algo de la necesidad queda abolido ya que hay un resto inarticulable
por los significantes. Queda a nivel de la represión primaria.
En el segundo piso del grafo. Lacan sitúa el lugar del amor.
S (A/) El SIGNIFICANTE DEL OTRO BARRADO.
Es lo que significa el deseo del Otro. El Otro desea otra cosa.
El Otro ya no es “el que tiene”.
Responde con “lo que no tiene”, a esto Lacan lo llama amor.
Es el lugar de la angustia. El niño es desalojado del lugar de “Su majestad el bebé”.
En esta posición el sujeto queda inerme.
La inermidad es el fundamento de la experiencia traumática.
“El nombre del padre debe estar en la madre”.
El deseo estará situado entre la demanda al Otro que tiene y la demanda al Otro que no tiene.
El deseo (d)
El deseo es el resto que se produce al restarle a la demanda la necesidad.
Ese pasaje que va de la necesidad a la demanda deja como resultante el deseo.
El padre tendrá la función de articular el deseo a una ley que implica la castración, la cesión del
goce.
El goce quede perdido. Podrá recuperarse fantasmáticamente.
El fantasma.
El fantasma será un montaje subjetivo donde el sujeto va a quedar identificado a ese objeto,
por el cuál recupera la pérdida (...)”.
En el fantasma hay una recuperación del goce perdido al modo de la posición de objeto que
toma el sujeto en el fantasma.
El sujeto recupera el ser perdido en el encuentro con el significante,
identificándose al objeto en el fantasma,
así el sujeto responde a la falta en el Otro con el fantasma.
El sujeto está relacionado con un objeto perdido.
Todos los objetos de satisfacción de la pulsión son parciales, sustitutivos.
¿Cualquier objeto nos da lo mismo?
No. Porque tenemos un objeto fijado que restituye al objeto perdido, pero que es
fantasmático.
El objeto fantasmático es el objeto característico de la neurosis.
Funciona como sombra detrás de la cortina, como un señuelo.
El fantasma sostiene al deseo.
El neurótico vive en el engaño fantasmático. El terreno fundamental de la neurosis es la duda.
El objeto es “por ahí”, siempre es un objeto vacilante el que sostiene nuestro deseo.
Retomando la pregunta enigmática: ¿qué me quiere?
El fantasma va a operar al modo de respuesta diciendo:
“Lo que me demanda”
La respuesta se va a dar por la vía de identificar el deseo del Otro con su demanda.
La demanda del Otro toma función de objeto en su fantasma,
es decir que su fantasma se reduce a la pulsión.
El Ideal del yo: I(A)
La toma del viviente por la estructura del lenguaje produce marcas,
“la intencionalidad fue anulada por el poder de la sanción del Otro”.
El sujeto se identifica inicialmente con la marca del trazo unario,
primera marca del significante que va a formar el Ideal del yo: I(A).
La Pulsión: ($◊D)
“Es lo que adviene de la demanda cuando el sujeto se desvanece en ella.”
La necesidad se aliena en los significantes de la Demanda del Otro.
Los significantes de la demanda dan lugar a la gramática de la pulsión.
La pulsión es un montaje pre-subjetivo, acéfalo, inconstituido.
LA ANGUSTIA
Podemos ubicar la angustia en el lugar del deseo del Otro.
Aparece como una respuesta frente a la castración del Otro.
Freud está pensando la angustia en relación a lo traumático (después de Más allá del principio
del placer). Podríamos pensar lo traumático como lo real de Lacan.
Lo real como lo inasimilable.
Se puede bordear con lo simbólico pero sabemos tiene un punto de irreductible.
La angustia tiene una función estructurante.
En LAS FOBIAS la angustia es pivote para la constitución del síntoma y
el síntoma es esencial para la constitución del sujeto.
Para Lacan la angustia no es sin objeto, porque va a tocar ese objeto perdido.
La angustia en lo cotidiano. Lo siniestro es “lo extraño en lo familiar”. Aparece algo
irreconocible en lo cotidiano.
La angustia tiene que ver con el punto que agujerea el relato.
Con el detalle que no encaja en la imagen.
Ese agujero en lo real, que entronca con sexualidad y muerte, tiene a la angustia de castración
como un modo de inscripción de la muerte.
Es uno de los afectos que no engaña.
Nos remite al orden de la verdad, algo de la verdad del sujeto se pone en juego.
Este postulado tiene mucha importancia en la clínica.
Tiene que ver con una experiencia que es la existencia. La fractura del ser en relación al Otro.
“Es una experiencia frente a la nada”.
El Otro carece del estatuto de garantía, por lo tanto, lo que retorna es vacío.
El Seminario X es bisagra.
Relaciona la angustia con el objeto a.
La angustia está ligada, al momento de construcción del fantasma, al objeto a,
donde el objeto a tiene función de causa de deseo.
La construcción del fantasma se va a producir en tanto ese Otro esté barrado.
Ese Otro que autenticaba a la imagen en el espejo cae y como resto va a caer el objeto a.
Lacan señala que la angustia es la espera de algo que sucederá.
El tiempo de la angustia es la inminencia.
Es algo que se presenta como inminente y que compromete al cuerpo.
El objeto a anuda los tres registros.
En el campo de lo simbólico aparece en términos de falta,
en el campo de lo imaginario aparece como vacío o sustracción y
en el campo de lo real aparece en términos de objeto.
¿Es a través del fantasma como nos podemos acercar al objeto a?
El objeto a en el fantasma viene a representar los objetos parciales,
que sustituyen ese lugar perdido inevitablemente que no retorna.
El síntoma.

Sympthoma: Significa “caer conjuntamente con”.


El síntoma viene a señalar que nos caemos con él. Hay algo del paso en falso.
El psicoanálisis sigue el camino del síntoma.
El síntoma satisface deseos sin placer. Displacer y satisfacción.
La carga y representación que viene del Ello.
La represión o rechazo viene del yo o del superyó.
La envoltura formal del síntoma es su materialidad significante
EL SÍNTOMA EN FREUD
Es una formación del inconsciente de mayor perdurabilidad.
Es un factor de sufrimiento para el sujeto.
Surge como un cuerpo extraño en su vida.
Le aparece un absurdo, como algo que carece de sentido.
El trauma pasa de ser una:
- “representación intolerable” a
- lo que “no tiene representación”.
En el interior del aparato hay un agujero irrepresentable que produjo el trauma.
El Ello aparece así como el síntoma en el interior del Yo.
El Yo intenta evitar advertir ese grano de arena.
Hace lo posible para incorporarlo a su organización. Valoriza al síntoma.
En su segunda teorización Freud afirma que
“toda formación de síntoma es emprendida con el único fin de evitar la angustia”.
Los síntomas ligan la energía psíquica que de otro modo se descargaría en angustia.
En Lacaniano: frente al agujero, al vacío de la castración del Otro, nos ofrecemos.
Ofrecemos el síntoma como modo de tapar el agujero primordial.
LACAN
Lacan traducirá esta formación del inconsciente como metáfora.
La envoltura "formal del síntoma”: lo que importa es “más allá de aquello que dice”, el "cómo"
lo dice.
Goce fálico y significación fálica.
Al síntoma lo situamos a nivel del S(A/).
Es una de las respuestas (recurso) que el sujeto da en su encuentro con el Otro castrado.
Es una potencia, una posibilidad.
Es un recurso de separación del Otro.
De hacer diferencia respecto de él, diferencia que se padece.
Es diferencia gozada, soportada en lo pulsional que allí se satisface.
En este punto queda articulado el síntoma al fantasma.
Vamos a resumir LOS MOMENTOS DEL SÍNTOMA.
Para que se de la transformación de un síntoma orgánico en un síntoma analítico,
tiene que haber una cierta puesta en forma.
Primer momento.
El síntoma no es reconocido como tal por parte de sujeto.
Quizás sea un síntoma para los demás. Podemos decir que es un signo.
Segundo momento.
El síntoma es reconocido como tal pero no sabe por qué le pasa lo que le pasa.
No se reconoce en él, hay una sensación de extrañeza.
Tercer momento.
Articula un pedido a otro, que a lo mejor resulta en una demanda de análisis.
Cuarto momento.
Se inicia un análisis. Decíamos que el inicio de análisis es vía síntoma.
Es un conjunto de síntomas que aparecen bajo transferencia.
El duelo
Las críticas de Allouch a “Duelo y melancolía”.
PRIMERA CRÍTICA:
“la realidad le informa de la inexistencia del ser amado”.
La realidad es una construcción fantasmática
Está sostenida por los objetos amorosos del sujeto
Cuando un objeto amado desaparece la realidad se rasga.
Se rompe el velo de un modo siniestro (lo extraño en lo familiar).
El sujeto ve o escucha al objeto amado de un modo cuasi-alucinatorio.
Aparece una desrealización de la realidad, esto produce mucha angustia.

SEGUNDA CRÍTICA:
El trabajo de duelo.
Consiste en hipercatectizar al objeto que se ha perdido
para ir quitándole las cargas libidinales. El Yo es el que hace este movimiento.
El duelo se termina produciendo en un cierto tiempo.
Lacan va a hablar de acto de duelo.
Para que se efectivice la caída del objeto debe producirse un acto.
La pérdida a nivel psíquico no se anota porque el mundo “diga que el objeto no está”.
El aparato tiene que actuar de modo tal que el objeto no sea ya su referente.
Es la angustia (el llanto) lo que nos confirma que realmente una pérdida se produjo.
Es del orden de una decisión inconsciente, pero ayudada desde el análisis.
En el acto hay que sacrificar un “trozo de sí”, que no es un trozo de mí ni de ti.
Sería como entregarle al muerto uno de nuestros tesoros.
Un gracioso sacrificio.
Allouch habla de una “erótica del duelo”.
El que está de duelo pasa brutalmente a posición de erastés.
Al agalma ahora lo detenta el muerto (eromenós).
A partir del acto de duelo o del gracioso sacrificio las posiciones cambian y
el sujeto puede volver a ser deseante.
TERCERA CRÍTICA:
La sustitución.
Para Freud la operación del duelo es una operación sin resto.
En una carta a Fliess habla de lo que fue la muerte de su hija y nieto y de la imposible
sustitución.
El objeto es irremplazable.
Respecto de un ser amado hay algo que es incurable, hay algo que no termina nunca.
La persona demanda un análisis algunos años después de la desaparición del familiar.
Presenta como síntoma cuestiones nimias.
En el análisis la pérdida empieza a tener su lugar.
Algo que estaba, podríamos decir usando un término freudiano, “fijado” empieza a deslizarse.
El analizante puede tomar las decisiones para colocar en sus lugares a sus muertos y,
finalmente, pasar a algo distinto de sus asuntos con ellos”.
Convivir con nuestros muertos de otra manera.
El análisis de Hamlet.
A partir de que el espectro le da la orden,
Hamlet no puede realizar su acto. ¿por qué?
1. Escena con el fantasma del padre.

Aparece el padre (es neurótico). El mandato superyoico.


El padre aparece sabiendo y ordenándole a Hamlet lo que tiene que hacer.
Está frente a la palabra del Otro sin poder formularle una pregunta.
Él ha sido asesinado por su hermano Claudio el cual,
en ese momento está casado con la madre de Hamlet, Gertrudis,
y le pide que lo vengue.
2. Escena con Ofelia.

Ofelia es el objeto de deseo, es la amada de Hamlet.


El lugar fálico para Hamlet es Ofelia.
Ofelia pierde la dignidad de objeto, en tanto significación fálica.
Pasa a ser la madre, en tanto irrefrenable,
no tomada por la castración sino por el goce.
Le da lo mismo cualquier objeto.
No hay ninguna falta, ningún límite.
Ella sería el encuentro con el objeto amado, con el objeto del fantasma, objeto (a).
Hamlet rechaza a Ofelia.
Lacan lo cita así: tengo horror de la feminidad como tal.
Rechaza el objeto como ocupando el lugar del falo (como paridora de hijos).
Toda la obra va a girar alrededor del duelo respecto del falo.
Desintegración del fantasma: el sujeto va por un lado y el objeto va por el otro.
“…ese suspiro pareció estremecer todo su ser y acabar...”
Hay algo que cruje en el cuerpo de Hamlet.
3. Escena con Gertrudis, su madre.

Una mujer absolutamente genital, una mujer glotona, voraz,


que no es capaz de discernir la diferencia entre un hombre y otro.
Hay algo del duelo que le es totalmente ajeno.
Hamlet intenta, al principio, ponerle alguna ley. ¡Basta, condúcete bien!
También Hamlet dice que en el palacio se hicieron economías.
Con las sobras de la comida del funeral, se hicieron las del banquete.
No tramitación, no espacio que se le dio a la pérdida del padre.
Faltó “lo cómico” del ritual (Allouch) lo absurdo del ritual frente a eso real.
Aparece el espectro del padre -que sólo lo ve Hamlet-
“Bueno, bueno, basta, no sigas así con tu madre”.
En la balanza el padre está en la misma posición que la madre.
El espectro queda sometido a esa mujer.
Hamlet termina cediendo ¡ándate con Claudio!
Y se va pero antes lo mata a Polonio.
Se va planteando el retardo.
Gertrudis está en un lugar de “renegación” de la castración.
Esto es muy complicado para su hijo.
Representación sobre la escena (escena de los comediantes).
Hace representar la escena del crimen de su padre.
Hamlet se pone como tremendamente maníaco.
Ve reflejada su propia posición, de alguien que es capaz de matar a otro, al padre.
Esto le va a restituir algo de esa disolución imaginaria.
Hay algo de la castración de la madre que se “hizo chapuceramente”.
4. Escena del cementerio.

Hamlet vuelve de viaje y están enterrando a Ofelia.


Ella se ha suicidado por la muerte de su padre.
Hamlet ve a Laertes que se arroja en la tumba de Ofelia,
llorando y gritando por la muerte de su hermana.
Hamlet dice: ¿Quién sois vos para llorarla?
Yo soy el que la ama y se nombra a sí mismo: Yo soy Hamlet, el danés.
A través de la identificación con Laertes (con un pequeño otro)
Hamlet vuelve a poder poner a Ofelia como objeto de su deseo.
Vuelve a poner a Ofelia en su fantasma como objeto perdido.
Se rearma el fantasma para Hamlet por:
la imposibilidad de Ofelia, se convirtió en objeto imposible (muerta)
la identificación con i(a) con su amigo Laertes.
Al decir “Soy Hamlet el danés” emerge el sujeto.
Se nombra como descendiente de una saga.
Inscripto en un orden simbólico que es el suyo.
5. Realización del acto, Hamlet mata a Claudio y mueren todos…

Entra Fortimbras a ordenar un nuevo mundo.


Lo alcanza la espada envenenada (o sea, cuando está muerto)
Hamlet puede matar a Claudio. Al final mueren todos.
Todo duelo reactualiza el momento en que “yo era el falo del otro”.
PULSIÓN
«Un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático,
como un representante psíquico de los estímulos que provienen
del interior del cuerpo y alcanzan el alma».
La pulsión es presubjetiva, arcaica, perturbada por el nacimiento.
La pulsión es anómala, acéfala, difícil de controlar.
Los tiempos de la pulsión.
Podemos hablar de uno activo, uno pasivo y un tiempo reflexivo
¿Cuál es la diferencia entre ser visto y hacerse ver?
En el tiempo reflexivo hay una intencionalidad subjetiva.
Hay un enlace entre la pulsión y el sujeto.
El tiempo reflexivo. Compulsión de repetición.
La pulsión no tiene representante (“marca de la marca”)
Los elementos de la pulsión.
El esfuerzo se llama drang. Es perentorio, urgente, imperioso.
Es un esfuerzo constante.
Comienza con la concepción y termina cuando termina la vida.
La fuente. Tiene que ver con el origen, las zonas erógenas.
La meta. Es hacia dónde se dirige la pulsión para satisfacerse.
La pulsión no se satisface totalmente. Satisfacciones parciales.
Por eso es tan caótica. Si no lo logra busca otro camino.
El objeto. No tiene objeto predeterminado, es siempre contingente.

Lo pulsional está en el origen de todo síntoma.


Ritvo: el mundo de las pulsiones es un puro caos.
No se somete al orden genital reproductivo, es siempre parcial.
La pulsión no se satisface, pide satisfacción.
De alguna manera termina enlazada al síntoma.
La pulsión de muerte. Está muy enlazada al concepto de repetición.
Eso que insiste mortíferamente y no sabemos por qué.
Hay una repetición pulsional enigmática
que transgrede el principio de placer.
Siempre que hay repetición hay algo de la pulsión en juego.
Si el neurótico siempre repite, la gran apuesta vía transferencia, es la repetición de diferencias.
PULSIÓN según Lacan.

El ESQUEMA ÓPTICO:
Están representadas por las flores que el jarrón rodea.
A partir de esos bordes o agujeros se construirá el cuerpo.
Articular las pulsiones en el registro de lo imaginario y simbólico.
La repetición no solamente en lo pulsional,
también en la insistencia del significante.

GRAFO DEL DESEO


Es lo que adviene de la demanda

cuando el sujeto se desvanece en ella.


El amor permite la articulación de la pulsión con la cadena significante.

LA TRANSFERENCIA.
“los aspectos pulsionales que la demanda articula”.
La demanda no es lo que el otro pide.
La demanda es inconsciente y como es inconsciente hay que interpretarla.
Los objetos de la demanda son señuelos y
en una interpretación quedan reducidos a lugar de nada respecto del deseo.
Se pide una cosa pero se demanda otra.

LA ANGUSTIA
Cada momento de angustia significa separación,
pero también significa renuncia pulsional.
“la transferencia es la puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente”.
“la única realidad sexual en el inconsciente es la pulsional”.
¿Qué pasa con la pulsión hoy?
Hay una especie de cortocircuito entre el sujeto y el objeto sin pasar por el Otro.
Nos referimos a una relación exclusiva con ese único objeto.
El resto de la vida queda afuera.
Se desdibuja lo placentero, por más que el ingreso haya sido por la vía del placer.
Es un goce que no se refiere ni pasa por los circuitos del Otro,
un goce que no se articula con ningún objeto perdido.

Ritvo.
El aparato psíquico está forzado a buscar la repetición de un estado inicial.
Es una búsqueda vacía. Eso es la perentoriedad.
Es una búsqueda de descarga que no tiene ningún objeto reconocible.
Ese apremio se liga a objetos y allí empieza el circuito del fantasma y del síntoma.
Freud llama a esto energía libre, cuyo destino es ligarse.
Autoerotismo, la pulsión intentando ligarse a sí misma.
¿Qué campo de experiencia abona lo que estamos tratando de transmitir?
El de la angustia.
Revela el modo de articulación del sujeto con el aparato pulsional.
La angustia es causa de represión y la represión instaura el síntoma,
que tiene una función fundamental de ligar lo desligado por la angustia.
LA REPETICIÓN.
Que la repetición es un concepto fundamental y pivote de la cura.
Pregunta habitual del neurótico cuando demanda un análisis:
¿Por qué siempre me pasa lo mismo?
El neurótico no puede dejar de repetir.
La apuesta es una repetición de diferencias.
El destino (neurosis de destino) no viene predestinado.
Escribir o esculpir la propia destinación.
Todo conocimiento es una reminiscencia.
En la repetición, lo que ha existido empieza a existir ahora de nuevo.
El pasado se presentifica lo que aparentemente se perdió.
El tiempo en la repetición es el presente histórico.
Hay una juntura entre lo sincrónico y lo diacrónico.
Su característica es la “potencia”.
El sujeto se cansa de repetir.
No que, no repita. Que repita de otra manera.
En la psicosis la repetición es literal (a = a), en la neurosis a ≠ a.
La repetición no es “solo goce”.
Hay un costado que tiene que ver con la constitución subjetiva.

Tyche y Automatón.
El automaton se sitúa en el lugar del azar en la cadena significante y
tyche a nivel del encuentro fallido con lo real.
“Lo inasimilable" se corresponde con tyche
Lo imprevisible con automaton.
Para que haya azar, lo necesario es que:
Haya un hiato entre serie y serie. Hay hiatos interiores a las series mismas.
La vida cotidiana es un viborear de miles de series que se intersectan.
A nosotros nos interesa la implicancia para el inconsciente de estos accidentes.
El accidente tiene algo que es absolutamente inasimilable,
la vertiente real del acontecimiento.

En psicoanálisis lo que se inscribe no se inscribe.


La muerte no cesa de no inscribirse.
El hecho de que no se inscriba perturba lo que se inscribe.
Hay algo que excede a toda inscripción.
Ese excedente deja su huella en el psiquismo,
este es el punto central de la concepción del azar en psicoanálisis.
El azar se bifurca entre lo que no cesa de no inscribirse, el lado de la tyche y
aquello que se inscribe como su efecto, el automaton.
Azar como automaton y azar como tyche se entrecruzan.
Tyche no es una serie sino la ausencia de serie.
El automaton es el funcionamiento de la cadena significante
interferida por esa función de exterioridad interna propia de lo real.
El accidente es la sustracción que fuerza a la cadena a inventar.
Suplementos significantes, estamos hablando de una red metafórica.
Lacan habla de encuentro fallido con lo real.
ALIENACIÓN Y SEPARACIÓN.
Alienación y separación es un mecanismo.
Alienación: un sujeto habitado por otro.
Tienen un mecanismo fundante.
Se repite a lo largo de la historia del sujeto.
El niño se tiene que alienar (baño de libido) para después separarse.
Alienarse a algo es necesario, y la separación también.
El problema es cuando no hay un deslizamiento.

Alienación-separación – Identificación.
Cualquier identificación es una alienación.
La identificación primaria.
“el enlace afectivo más temprano a otra persona”
La identificación secundaria.
La identificación al rasgo (tomar un rasgo del otro para ser el otro figuradamente)
la identificación a la situación (identificación histérica- infección psíquica).
Tomar un rasgo, implica una separación.
No tomo todos los rasgos (identificación absoluta – psicosis)

Alienación-separación – Fort-da
El niño puede decir “lo tengo cuando yo quiero”.
Cuando empieza a parecer insoportable se separa.

Alienación-separación - Uno mismo.


El problema del sujeto dividido,
es que se tiene que separar de sí mismo también.
Cuando uno ilusoriamente trata de completar la imagen,
no se separa de uno mismo, no se divide.

Alienación-separación - Tiempos del Edipo


La alienación en el primer momento de la constitución subjetiva.
Esta primera alienación es una especie de elección forzada.
Lacan utiliza los Círculos de Eules (oiles).

Lo que constituye al sujeto es la intersección entre los dos conjuntos.


“trozo de mí, el trozo de ti, el trozo de sí”,
donde el trozo de sí, es lo que se pierde.
En el primer círculo ubica el SER y del lado del Otro ubica el SENTIDO.
Tiene que haber un margen de SIN SENTIDO para salvar al SER.
Debe haber un margen para el chiste, el engaño, la equivocación.
En algún momento hay que separarse.
Y ese momento no es cualquiera (la forclusión).
Cuando se puede separar demanda de deseo.
El Otro me dice esto pero ¿qué me quiere decir?

En la alienación el Otro tiene.


Por eso tomo un rasgo y me identifico.

En la separación el Otro no tiene (A barrado).


Y el fantasma viene a tapar la falta del Otro.

Profesora Muzio.
El Seminario XI Alienación Separación y
la noción del objeto “a” como causación del sujeto.
Es un momento de viraje en la teorización de Lacan hacia lo real.
ALIENACIÓN.
Siempre supone algo del orden de “estar fuera de sí”.
El sujeto sólo puede constituirse por marcas que le vienen de afuera,
de un exterior interno.
Hay alguien que pregunta ¿quién soy?
El Otro responde con un sentido.
Ese sentido no alcanza, porque no hay representación absoluta del ser.
Nombre propio = insignia o marca primordial.
El sujeto no es ninguno de los significantes.
Hay un deslizamiento constante.
Para la Alienación operación de reunión.
Los elementos se suman pero con una pérdida estructural.
Algunos elementos se pierden.
Siempre hay algo del sin sentido, del orden de la pérdida,
que es fundante y estructural.

LA SEPARACIÓN

La separación tiene que ver con el encuentro con la castración del Otro.
Allí se superponen dos faltas.
Podemos leer alienación separación también en el rombo del grafo.
Lo que permite la separación es el elemento común,
es el objeto que falta, el objeto “a”,
que marca una distancia entre el ser y el sentido.

La pregunta frente al enigma, ante la falta del Otro es


¿Qué me está diciendo? ¿Qué significo en el deseo del otro?
Hay una posibilidad de separación de esos significantes,
de una construcción (que ya es a cuenta del sujeto) en tanto hay un vacío allí.

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