Professional Documents
Culture Documents
PHILIP A. CANDELA
LABORATORIO DE INVESTIGACIÓN DE DEPÓSITOS MINERALES, DEPARTAMENTO DE GEOLOGÍA,
UNIVERSIDAD DE MARYLAND COLLEGE PARK, COLLEGE PARK, MD 20742-4211, EE.UU.
INTRODUCCIÓN
Los depósitos de mena relacionados con granitos incluyen los depósitos de mena de Pórfidos, el
Skarn, y otros depósitos hidrotermales que están asociados espacial y temporalmente con rocas
graníticas. En este escrito se enfatiza sobre características encontradas en los depósitos de pórfidos
del estilo (Cu- Mo- Au) y algunos sistemas relativos; sin embargo, mi enfoque aquí no es el de cubrir
todo el rango de las rocas graníticas y de la mineralización que se da en los sistemas de mena
relacionados con granitos. La formación de depósitos de mena relacionados con granitos por
procesos ortomagmaticos hidrotermales son dependientes de varios factores magmáticos físicos y
químicos, incluyendo (pero no limitando) la composición y evolución de los magmas asociados, La
rata de ascenso del magma, la profundidad y la geometría del emplazamiento magmático y la
temperatura local asi como los campos de esfuerzos en el lugar donde e magma se emplaza.
Estudios detallados de la asociación de rocas ígneas con depósitos de mena, pueden estar siendo
por lo tanto una información crítica en cuanto al origen de los metales y de los ligantes en la
generación de solución de menas hidrotermales que operan en la formación de las menas
relacionadas con granitos. En este escrito presentaré una serie de información consistente desde
mi punto de vista con un campo predominante y una información experimental sobre la teoría
ortmagmatica hidrotermal para la generación de depósitos de mena relacionados a granitos.
Algunos granitos de alto nivel (aquellos que están emplazados a profundidades de 8km o menos)
representan remanentes de la cristalización de un magma que está asociado con eventos sub
volcánicos, sistemas hidrotermales y generación de menas. Por lo tanto, estudios de granitos
someros ayudan al entendimiento de la evolución magmática y de la fase de exsoluion de volátiles
a niveles someros, son necesarios si queremos entender la génesis de las menas y las condiciones
de profundidad a las que se presentan hoy en dia los sistemas geotermales, así como la evolución
de desastres asociados con manifestaciones volcánicas de estos sistemas. Además, algunos estudios
(Dilles y Einaudi, 1992) sugieren que el magmatismo no es la única fuente de menas metalizas en
algunos Pórfidos, Skarns o depósitos de vena de alta temperatura, de manera que el papel jugado
por algunos procesos ortomagmaticos en la génesis de algunos tipos de depósito falta por ser
dilucidado. En este estudio hare una revisión selecta de resultados de mi pasado trabajo,
clarificando que percibo de algunos problemas relacionados con volátiles en magma y discutiendo
algunos problemas que se mantienen con respecto a volátiles en el magma y menas de metal.
La exsolución volátil puede también ser llevada a cabo isobáricamente: si una mezcla liquida de
volátiles y componentes relativamente no volátiles es enfriada por debajo de su líquido y comienza
a cristalizar fases que son dominantemente anhidras, la fracción molar de los componentes volátiles
en la mezcla y concomitantemente (Que actúa, acompaña o colabora en el mismo sentido que otra
cosa), ∑(Pivapor), incrementará. En este caso, la saturación volátil ocurre durante el enfriamiento
aunque ∑(Pivapor) tiende a disminuir con la reducción de temperatura. Esta segunda forma de
ebullición, la cual está siempre acompañada por cristalización de componentes no volátiles y es
isobárica en el caso idealizado limitante, es llamado segunda ebullición. Como por ejemplo, vamos
a considerar la cristalización de un fundido de vapor sobresaturado con 2 wt % de agua y 400 ppm
CO2 (correspondiente a ~1000 mmol H2O/kg de fundido, y ~10 mmol CO2/kg de fundido
respectivamente) a una presión constante de 200 MPa. Después del 50% de cristalización, las
concentraciones de agua y dióxido de carbono han duplicado, cediendo, como antes ∑(Pivapor) ~200
MPa en ~800-900°C. Bajo estas condiciones, las presiones parciales de ambos agua y dióxido de
carbono están en el orden de 100 MPa (Lowestern, 1994), y por lo tanto las fracciones molares de
agua y dióxido de carbono en la fase de vapor son sub-iguales. Si no estuviera presente el dióxido
de carbono, el fundido no estaría saturado con respecto a la fase volátil hasta que la concentración
del agua haya aumentado a ~6 wt % (a 67% de cristalización del fundido), mostrando que la
saturación volátil ocurre mucho antes que cualquier alícuota dada de fundido debido a una
concentración inicial de dióxido de carbono de sólo 400 ppm. Sin embargo, la cantidad de vapor que
se puede desarrollar a partir de un fundido con solamente 800ppm CO2 es severamente limitado
como <0·1wt % CO2 está presente en el fundido. Debe tenerse en cuenta que la temperatura del
solido no incrementa en la segunda ebullición. De hecho, en un fundido con unos pocos cientos de
ppm de dióxido de carbono, la actividad de agua incrementa con la exsolución progresiva de una
CO2-H2O MVP durante la segunda ebullición, y la temperatura sólida del magma en realidad cae
durante la exsolución volátil. En el caso de la primera ebullición, el fundido podría saturarse con una
fase volátil rica en H2O-CO2 a 200 MPa vs 100 MPa para el sistema libre de CO2.
Dado este antecedente, podemos considerar el siguiente escenario general, el cual establece el
balance del artículo. Un magma insaturado en vapor, ascendiendo en la corteza, se satura con
respecto a una fase volátil por una vaporización primaria. El magma obviamente va a alcanzar la
superficie y va a erupcionar; por otra parte, el rango de ascenso del magma puede ser lento por
esfuerzos externos lejanos o por el incremento de la viscosidad causada por la cristalización o la
generación de burbujas (ver Dingwell (1997)). El cambio en la viscosidad de un magma en ascenso,
como resultado de la cristalización, puede equivaler al rango de cambio en la viscosidad del magma
a medida que cristaliza, las veces en que el radio del rango de cristalización se relaciona con el rango
al cual el fluido está ascendiendo. A medida que el magma asciende lentamente, algo de
cristalización va a ocurrir producto de la irreversible perdida de calor a los alrededores epizonales
fríos del magma y la ex solución de volátiles será impulsada, en incremento, por la cristalización
(segunda vaporización) en vez que por descompresión (primera vaporización); notamos, sin
embargo, que la cristalización adiabática (no hay intercambio de calor entre otros sistemas) que
ocurre en el ascenso, producto de la primera vaporización, también va a promover la ex solución
volátil. La acumulación de magma viscoso en incremento puede ser ayudada por factores tectónicos.
En muchos escenarios compresionales, las dilataciones en pulls-aparts locales proveen el espacio
para una intrusión magmática. No está claro si los factores magmáticos internos (ejemplo: el balance
de flotabilidad vs fuerzas viscosas drag) o los rangos de esfuerzos frágiles de la corteza, son los
controles limitantes en el rango de ascenso del magma; muy probablemente el primero o el segundo
factor va a ser el dominante. En los casos en donde los rangos de esfuerzos de la corteza son los
limitantes, el magma ascenderá solamente tan rápido como la deformación frágil ocurra, y el
ascenso y emplazamiento del magma serán interrumpidos por periodos de cristalización completa
del fluido. Este tipo de plutones serán ensamblados en un periodo de tiempo, y el escenario de la
fase de saturación de volátiles resumido aquí será un proceso casi periódico (Candela y Blevin,
1995), con magmas en ocasiones emplazados en formas concéntricas y en otras ocasiones
emplazado adyacente a pulsos de magma previos (Vigneresse y Bouchez, 1987). Por lo tanto, si un
sistema magmático-hidrotermal es producido como resultado de un solo pulso o múltiples pulsos
de magma, y si los múltiples pulsos de magma producen un solo Plutón o múltiples fases intrusivas,
será una función compleja del rango de generación del magma, de los rangos de esfuerzos supra-
corticales y de las propiedades físicas del magma teniendo en cuenta el tiempo (Hanson y Glazner,
1995). Dependiendo del modo y rango del emplazamiento del magma, un Plutón puede representar
un solo grupo de magmas, o puede representar una cámara, con el magma presente en cualquier
tiempo correspondiendo a una sola pequeña porción del volumen total inferido del pluton. La
geometría de los volátiles expulsados, por lo tanto, en relación con la geometría del pluton actual,
va a depender del rango de esfuerzos del lugar de emplazamiento y del rango de suplemento del
magma.
La Hornblenda es un mineral hidratado que está presente en muchas rocas ígneas granodioriticas a
tonalíticas tipo-I. No es común en granitos (sensu stricto) y los granitos altamente evolucionados y
“especializados” asociados con muchos depósitos de metales litofilos no contienen hornblenda (sin
embargo, ocurre como una fase de fenocristal en algunas riolitas). Por definición, la hornblenda no
está presente en granitos tipo-S (White y Chappell, 1977). Para estos sistemas, estudios de
intrusiones fluidas en fenocristales (Thomas, 1994) o concentraciones de agua en cordierita
(Carrington y Harley, 1996) son resultados prometedores con consideraciones en la estimación de
la concentración del agua al tiempo del entrampamiento de inclusiones y “a la temperatura de cierre
del agua” de la cordierita, respectivamente. Sin embargo, como estas concentraciones de agua
pueden estar relacionados a una etapa en particular de cristalización y evolución del fluido aún debe
ser discutido.
Según experimentos sobre las dacitas del Monte Santa Helena (62 – 64 porcentaje en peso (wt%)
de SiO2) realizados por Rutherford y Devine (1988), la concentración mínima de agua en el fundido
necesaria para estabilizar la hornblenda a T= 850°C, presión parcial del agua igual a la presión total,
y f(O2) = NNO (Óxidos de Niquel-Niquel) + 1, es sobre el orden de 4 a 4.5 wt%, o presiones de vapor
de agua de 100-140 MPa. Esto produce una mínima fugacidad del agua para la estabilidad de
hornblenda en una composición magmática determinada correspondiente a dacitas del Monte
Santa Helena, de aprox 95 MPa (i.e presión parcial de agua de 120 MPa y coeficiente de fugacidad
de aprox 0.8) a 750°C.
A aproximadamente 900°C y una presión total de 220 MPa Rutherford y Devine (1988) reporta que
la hornblenda se desestabilizada en presencia de un vapor de CO2 – H2O a fracciones molares de
agua en vapores menores de aprox 0.6, es decir, la hornblenda se desestabilizó a presiones parciales
de agua por debajo de 220 * 0.6 = 130 MPa, o f (H2O) = 120 MPa, dado un coeficiente de fugacidad
para el agua pura de 0.9 y asumiendo una mezcla ideal en los vapores a estas temperaturas y
presiones.
Podemos considerar un hipotético ejemplo para ver como esos datos pueden ser usados para
estimar la concentración inicial de agua en el magma. La estimación de concentración de agua en
rocas graníticas está llena de muchas dificultades y este ejemplo es probablemente cercano al mejor
de los escenarios. Si una serie de magma, que se cree estar relacionada por cristalización
diferenciada, tiene un granito porfirítico de composición aproximadamente dacítica (para ajustarse
al ejemplo de Rutherford and sus compañeros) con 25% de fenocristales, incluyendo a pequeño
porcentaje de hornblenda, entonces se podría inferir que la hornblenda cristalizó durante el primer
25% de la historia de cristalización del sistema. Esto sugiere que el fundido tenía una concentración
mínima inicial de agua igual a 3 – 3.5 wt% cercano a líquido (produciendo del orden de 4 – 4.6
porcentaje en peso (wt%) del 25 % de la cristalización). Como la temperatura de cristalización de la
hornblenda en este caso puede ser del orden de 900 °C, las más altas cifras para esta concentración
de agua podrían probablemente ser más exactas; i.e la mejor estimación para la concentración
inicial de agua puede ser 4 ± 0.5 wt%. La presencia de hornblenda. Es probablemente el mejor
método, actualmente, para la estimación de concentración inicial de agua en sistemas graníticos.
Que él usa para explicar los efectos del Aluminio en la Hornblenda barométrica. Cabe señalar que
este equilibrio no implica fundido, ni especies volátiles y requiere la presencia de solo cinco
minerales. El equilibrio se resuelve junto con el geotermómetro Anfíbol-Plagioclasa para producir
temperatura y presión. El método de Ague permite presagiar y producir presiones similares a las
previas calibraciones discutidas por Anderson (1996), pero con el beneficio adicional de no requerir
la presencia de algunas fases. Sin embargo, antes de que se pueda usar el barómetro de anfíboles,
algunas cuestiones relacionadas a la estabilidad de la hornblenda necesitan aclararse. La discusión
anterior sobre la estabilidad de la hornblenda como función de la fugacidad del agua ilustra algunos
de los problemas relacionados al bajo límite de presión de la estabilidad de la hornblenda, y la
siguiente discusión considera, cualitativamente, el rango del límite de temperatura sobre el cual la
biotita y hornblenda pueden coexistir.
Como N. L. Bowen anotó en su ahora famosa 'serie de reacción' a principios de este siglo, la
hornblenda puede reaccionar con el fundido para producir biotita. Según Abbott (1981) y Vythnal
et al. (1991), las asociaciones de minerales ferromagnesianos por encima de la curva de solidus
evolucionan, con una temperatura decreciente, de (se muestra esquemáticamente): fundido + hbl,
ha fundido + hbl + bt (una reacción pareja que implica precipitación directa de biotita y hornblenda),
a la extraña reacción (fundido + hbl bt), y finalmente a fundido + bt. Se expresa el equilibrio a
lo largo de la curva de la reacción extraña como
Donde los nombres minerales representan componentes de fase en el fundido o en los minerales
apropiados. Para una actividad dada de SiO2, la hornblenda reacciona con biotita a baja temperatura
(es decir, el agua está en el lado del equilibrio de la tremolita), y la actividad de la relación K-
feldespato/anortita aumenta. La actividad de alúmina en esta expresión representa la actividad de
Al2O3 por encima de la necesaria para describir las variaciones de composición en una masa fundida
subaluminosa con estequiometría de feldespato (Williams et al., 1997); La actividad de Al2O3
aumenta desde cero cuando el índice de saturación de aluminio (ASI) de la masa fundida aumenta
más allá de la unidad. La cristalización de la hornblenda, al menos a bajas presiones, hace que el ASI
de la masa fundida aumente porque la hornblenda de baja presión es baja en aluminio.
Generalmente, la asociación de hornblenda + biotita ocurre solamente sobre una porción del rango
de temperatura entre la temperatura de aparición de hornblenda y el solidus. Las temperaturas y
presiones estimadas a partir de geotermómetros y geobarómetros de hornblenda pueden reflejar
las temperaturas limitadas de coexistencia de las fases pertinentes es decir la temperatura del sólido
saturado con vapor.
Muchos granitos (en sentido amplio) probablemente no tienen hornblenda + biotita coexistiendo
de forma estable en el solidus saturado de agua, a excepción de los fundidos con bajas relaciones
normativas, como las dioritas.
La competencia por los metales de mena (y otros elementos) entre el MVP y la cristalización de la
asociacion mineral magmática durante la cristalización es un control de primer orden sobre la
eficiencia con la que los metales pueden ser removidos del magma en un MVP evolutivo o un ‘metal
fluido’ (Candela & Holland, 1986). Los valores de los correspondientes coeficientes de partición de
la masa fundida cristalina y el fundido MVP, junto con la sincronización de un MVP rico en agua, es
un factor importante para determinar si el MVP o las fases de cristalización ocupan una proporción
más alta de un metal de mena determinado. Mis compañeros de trabajo y yo hemos presentado
cuentas detalladas de la partición de metales de mena en sistemas de cristales de fundidos félsicos
en otros lugares (véase Candela, 1992, Jugo, 1997), y el lector interesado se refiere a éstos y otros
documentos para valores de los correspondientes coeficientes de partición. Aquí, voy a discutir
brevemente los efectos cualitativos de la fugacidad de oxígeno y cristalización en el
comportamiento de los metales de mena en sistemas graníticos.
Basado en asociaciones de campo de depósitos minerales asociadas con granitos tipo I versus tipo
S, Burnham & Ohmoto (1980) sugirieron que la fugacidad de oxígeno puede afectar al tipo de
mineralización asociado con los granitos. Sugirieron que los depósitos de cobre y molibdeno se
asociaron con granitos oxidados, y los depósitos de estaño y tungsteno se asociaron con sistemas
más reducidos. Ishihara (1977) había llegado a conclusiones similares. Candela (1992) resumió los
datos experimentales para la partición del cobre, el molibdeno y el tungsteno en el fundido de
cristales, y mostró que los resultados experimentales son consistentes con los efectos de la
fugacidad magmática del oxígeno.
Esos resultados sugieren que la fugacidad del oxígeno f (O2) dependiente del equilibrio del fundido
de cristales desempeña un papel significativo en la producción de las relaciones observadas.
Similarmente, Lehmann (1990) mostró, sobre la base de datos de campo, que el estaño se comporta
como un elemento compatible a fugas de oxígeno bajas. De los elementos de cobre (lynton et al.,
1993), oro (Jugo, 1997), molibdeno y tungsteno (Candela y Bouton, 1990) y estaño (Lehmann, 1990),
sólo el estaño y el tungsteno no experimentan un particionamiento mejorado a favor de la fase de
fundido con aumento de la fugacidad de oxígeno, bien como efecto directo sobre el coeficiente de
partición (por ejemplo, como en el caso del molibdeno), o por la desestabilización de la fase huésped
(como en el caso del cobre o el oro).
El molibdeno y el tungsteno pueden dividirse en fases accesorias que contienen Ti, como ilmenita,
magnetita, esfena y biotita. Tanto el oro como el cobre se dividen fuertemente en ciertos sulfuros
magmáticos accesorios [que son estables en f (O2) <NNO + 1; Carroll y Rutherford, 1985] y
prolongada cristalización de sulfuros minerales magmáticos, o la exsolución de una fusión de sulfuro
inmiscible a temperaturas más altas, pueden resultar en el fuerte agotamiento del fundido con
respecto al cobre y el oro. Si una cantidad significativa de sulfuro que contiene cobre y oro del
sistema magmático antes de la saturación del fundido con respecto a una fase volátil, se reducirá
significativamente la probabilidad de formación de una mena rica en cobre u oro o protore. En
sistemas de tipo I con fugacidad de oxígeno entre cuarzo-fayalita-magnetita (QFM) y NNO, una
pequeña cantidad de cristalización de pirrotita podría eliminar una cantidad significativa de cobre,
pero no de oro. Para algunos metales, como el cobre y el oro, que poseen altos coeficientes de
partición de fundido MVP (véase Candela et al., 1996), se evita el papel del f (O2) en los casos donde
se produce una fusión primaria caliente con altas concentraciones iniciales de agua emplazado en
los niveles más altos de la corteza terrestre. Bajo estas condiciones, puede ocurrir una exsolución
volátil antes del fraccionamiento significativo de sulfuros, independientemente de la fugacidad del
oxígeno. Sin embargo, la mineralización de cobre suele estar restringida a magmas relativamente
oxidados a niveles poco profundos, ya que incluso pequeñas cantidades de pirrotita pueden eliminar
cantidades significativas de cobre de un fundido de cristalización (Jugo, 1997). Candela y Holland
(1986) sugirieron que los sulfuros magmáticos podrían, en algunos casos, reaccionar fuera de la
asociación mineral hipersolida sobre la saturación de un magma con una fase volátil, ya que el azufre
se elimina del fundido junto con otros volátiles exsolventes. Además, Keith et al. (1997)
argumentaron de manera convincente que los metales aislados en sulfuros pueden ser
redistribuidos en el MVP después de la saturación de la fase volátil, si los sulfuros magmáticos se
cristalizan en el nivel de emplazamiento donde se produce la exsolución volátil. Este proceso
depende de la proporción de metales mena en un sistema magmático que es distribuido en estas
fases durante la cristalización in situ a nivel de emplazamiento vs la proporción de metales mena
que se distribuye en fases de cristalización a profundidades por debajo del nivel de emplazamiento
(Candela & Piccoli, 1995) y permanece en sitios distales a la exsolución de MVP. En este último caso,
los minerales mena ciertamente se pierden del sistema.
En general, la saturación temprana con una fase volátil rica en agua, como se ha sugerido para
depósitos de pórfidos de cobre (Candela y Holland, 1986; Candela, 1989) permite que la fase volátil
magmática evolutiva tenga acceso máximo al cristal o minerales mena compatibles con el sulfuro,
tales como el cobre o el oro, mientras que todavía se disuelven en la fusión. En un magma
relativamente seco que se cristaliza a un nivel relativamente profundo, la exsolución de una fase
volátil magmática rica en agua se producirá tardíamente en el progreso de la cristalización
magmática. Dado que el cobre se comporta generalmente como un elemento compatible, y el
molibdeno y el tungsteno son, en su mayor parte, más incompatibles que el cobre, la cristalización
magmática temprana de fases capaces de aislar grandes proporciones de cobre magmático puede
conducir a una baja eficiencia de extracción de cobre en menas relacionadas con fluidos de
molibdeno y tungsteno (Candela y Holland, 1986, Candela, 1989). La zonación general de depósitos
superficiales de Cu y depósitos más profundos de Mo y W en algunos terrenos apoya esta idea
(Candela, 1992).
Este análisis sugiere que los magmas iniciales poseen baja formación de Al-anfíbol deberían tener
una alta probabilidad de formación de minerales mena (Cu + Au) / (Mo + W). Por el contrario, los
magmas tardíos con alto Al-hornblenda podrían estar asociados con un menor potencial en
formación de menas de (Cu + Au) / (Mo + W).
En resumen, hay dos efectos principales sobre la eficiencia del metal mena extraído de los magmas:
sabiendo que, el aislamiento de los minerales mena dentro de las fases de cristalización magmática,
que está en función tanto de la fugacidad de oxígeno como de la mineralogía asociada del
fraccionamiento (Candela, 1992). ); Y el momento de la saturación volátil relativa a la cristalización
(Candela y Holland, 1986), con una exsolución volátil temprana que permite que los metales mena,
especialmente aquellos que sean compatibles con cristales, estén disponibles para la distribución
en el MVP.
TEXTURAS DE GRANITO
Se reconoció en el estudio de menas relacionadas a granito que las rocas graníticas asociados con
la mineralización pueden tener texturas complejas. Las variaciones en la textura se observan
comúnmente dentro de un Plutón dado, o entre los plutónes de una suite. Las variantes texturales
presentes pueden incluir dominios porfiríticos, aplíticos y pegmatíticos, cavidades miarolíticas,
textura gráfica y micrográfica, y cristales dendríticos, aciculares y / o esqueléticos, además de la
textura granítica normal (es decir, granulosa hipidiomórfica). Las variaciones en la textura y
morfología de los sistemas ígneos son funciones del mineral en cuestión, composición de la fase y
la fusión asociada, historia física de la masa fundida, presencia de límites de fases preexistentes (por
ejemplo núcleos), maduración, deformación post-cristalización y la magnitud del subenfriamiento.
Para una fase dada y una composición de fusión dada, la magnitud del subenfriamiento ejerce una
influencia mayor sobre la cinética de cristalización y la morfología del cristal en el sistema de
cristalización (Swanson, 1977). El subenfriamiento (⌂T) se define como la diferencia entre la
temperatura a la que la masa fundida se satura con respecto a un mineral y la temperatura a la que
el mineral realmente nuclea y crece.
Piccoli et al. (1996) sugirieron provisionalmente que el aumento del sobre-enfriamiento en diques
de Tuolumne Intrusive Suite produjo una secuencia de texturas de dique que van desde la textura
granítica normal, hasta variantes más finas, más alotromórficas, hasta pegmatita-aplita. Piccoli et
al. (1996) también encontraron que la textura gráfica en las pegmatitas y la abundancia de
pegmatita igualmente aumentaron con el sobre-enfriamiento. La textura gráfica o micrográfica se
define como un intercrecimiento celular de cuarzo-feldespato (ver Fig. 2). La textura micrográfica
ocurre comúnmente como un componente de la textura descrita de otra manera como granófila,
grano fino, y / o aplítico. Al parecer, durante el crecimiento del feldespato, una interfase planar de
feldespato se degrada en un intercrecimiento micrográfico celular de cuarzo-feldespato, que a su
vez puede pasar a cuarzo dendrítico en una matriz de feldespato (véase la figura 3). El término
granófilo se usa generalmente para describir los intercrecimientos de cuarzo-feldespato menos
regulares encontrados en aplites y matrices de grano fino; Estas texturas usualmente comprenden,
en parte, cuarzo esquelético, dendritos de cuarzo, parches micrográficos irregulares o plumas de
feldespato. La formación de dendritos-granófilos cuarzo-cuarzo esqueléticas y texturas gráficas o
micrográficas también requieren grados de sobre-enfriamiento más allá del rango que se obtiene
durante la producción de textura de granito normal.
Fig. 1. Un fenocristal de cuarzo esqueletal en el granito Gulgui del Orogeno en nueva Inglaterra,
Australia Oriental. El fenocristal actuó como un núcleo para la dendrita de cuarzo que creció como
parte de la masa de tierra. (El feldespato está en extinción.) La foto fue tomada con Nicoles
cruzado. El campo de visión es de 5 mm de diámetro.
Fig. 2. Grandes cristales de feldespato alcalino en el granito porfídico Gulgui. Los cristales de
feldespato se disponen en una masa cristalina de grano más fino caracterizada por
intercrecimiento micrográficos de cuarzo-feldespato y cuarzo dendrítico y esquetal. La foto fue
tomada con Nicoles cruzado. El campo de visión es de 5 mm de diámetro.
Se puede fácilmente identificar los cristales que han nucleado internamente contra los de
nucleación externa; Sin embargo, si la nucleación interna ha ocurrido de forma heterogénea o
homogénea casi nunca es evidente, y por lo tanto no es un concepto muy útil al examinar las rocas
reales. La nucleación externa es la principal característica de las pegmatitas. Debido a la estrecha
Fig. 3. Cristal de feldespato (cerca de extinción) del granito de Gulgui, con áreas brillantes de
cuarzo. Dentro del cristal de feldespato, un crecimiento micrográfico normal se degrada hacia la
parte superior derecha en una región que contiene cuarzo esqueletal. La foto fue tomada con
Nicoles cruzados. El campo de visión es de 5 mm de diámetro.
Similitud entre la textura pegmatitica y migmatitica, una breve digresión sobre la textura
pegmatitica está en orden. Los pegmatitas son reconocidos por muchos geólogos por el
hecho de que los cristales forman incrustaciones a lo largo de las superficies limitantes del
cuerpo (de nuevo, como en una vena hidrotérmal bien encrustada) más que por el tamaño
del grano; De ahí el término micropegmatita, que creo que es un término adecuado para la
textura externamente nucleada que se encuentra en algunos pequeños diques u otros
cuerpos menores de minerales ígneos externamente nucleados, donde los cristales tienen
una longitud <1 cm.
London et al., (1989) y London, (1992) demostraron experimentalmente que las texturas
pegmatiticas no requieren saturación de agua para su formación, y también señalaron que
otros estudios experimentales (por ejemplo Swanson, 1977), además de los suyos, han
demostrado que Las velocidades de crecimiento del feldespato son menores en saturación
de agua que bajo las condiciones insaturadas de agua. El tamaño medio de los cristales en
una roca es inversamente proporcional al número de cristales en un volumen dado, y es
proporcional a la relación de la tasa de crecimiento a la velocidad de nucleación.
Muchas de las texturas que se han atribuido a la saturación agua o exsolución volátil, tales como
texturas pegmatita-aplita, granofita o grafica o micrográfica han sido producidos
experimentalmente en condiciones volátiles insuficientemente saturadas (Fenn, 1986; Swanson &
Fenn, 1986, Londres, 1992). Como se indica aquí y en otras partes, estas texturas indican que el
magma experimentó grados variables de subenfriamiento, que pueden estar relacionados con la
temperatura de la roca y / o la exsolución de una fase volátil al ascender a niveles más altos en la
corteza. Para magmas de una composición dada, contenido de agua y cristalinidad, emplazados en
la epizona, se producirán subenfriamientos mayores en regiones de menor flujo de calor. Esta puede
ser la razón por la cual muchos plutones relacionados con el pórfido-Mo poseen texturas altamente
variables, con texturas de solidificación unidireccionales (algunos componentes son magmáticos y
poseen componentes dendríticos, esqueléticos o pegmatiticos).
En resumen, la mayor parte de la variabilidad textural encontrada en los granitos de alto nivel y / o
relacionados con el mineral mena es probablemente generada por varios grados de
subenfriamiento. Este subenfriamiento puede resultar en parte de la primera ebullición, de modo
que muchas de las texturas observadas están indirectamente relacionadas con la exsolución volátil.
Sin embargo, muchas de estas texturas se han producido experimentalmente en ausencia de
saturación volátil, por lo que la saturación no es un requisito previo para la formación de pegmatita,
aplita, granófilo o texturas gráficas. Las cavidades miarolíticas, sin embargo, parecen ser una
excepción a la regla. Además, la generación de subenfriamiento por exsolución de una fase volátil
se restringe a la primera ebullición. Las texturas de granito son discutibles con respecto a la
exsolución de la fase volátil producida por la segunda ebullición, ya que este proceso se produce sin
generar ninguna sustancia de subenfriamiento. Las rocas de grano fino que cristalizaron durante el
segundo ebullición deben su textura al subenfriamiento producido por la pérdida de calor
conductiva en niveles poco profundos o la descompresión que puede ser acompañado al segunda
ebullición. Investigaciones adicionales, basadas en los trabajos semanales de Shannon et al. (1982,
Kirkham y Sinclair, 1988), y Lowenstern y Sinclair (1996), para determinar cómo se relacionan estas
texturas de granito con la génesis de depósitos minerales específicos y, más importante aún, cómo
difieren entre los tipos de depósito.
MVP DE SALIDA E INTERCONEXIÓN DE LA TEXTURA MIAROLITICA.
Mientras que el vapor magmatico- salmuera puede eliminar el mineral mena del apical de las
regiones de una intrusión en el que cubre el sistema hidrotermal, el transporte magmático del
mineral de mena a la apical de regiones de la Cámara magmática es esencial que el volumen de la
apical de magma, por su rara vez es suficiente para proporcionar en pleno de los complementos de
los mineral mena a una de la zona mineral. ¿Cómo la fase magmática de los volátiles obtiene la
salida del magma? en gran medida, esto depende de : si el magma está saturado con una fase de
volátiles en ascenso, y si una de vapor, o el vapor de salmuera están presentes, la presión de los
volatiles durante la exsolution, y el volumen proporción de los cristales: liquido silicatado: salmuera:
vapor, la tasa de enfriamiento del magma después de la saturación de volátiles, la tasa de
enfriamiento del magma determinado por la presión y muchos otros factores. Si el magma ya está
saturado con una fase vapor hay emplazamiento y cristalización del magma es baja entonces es
posible un aumento de la burbuja y / o un aumento de la pluma cargada de burbujas (Candela,
1991). De hecho, el ascenso del magma puede considerarse como la elevación de una pluma cargada
de burbujas, con ascenso impulsado en parte por la flotabilidad impartida al magma por las burbujas
de vapor. La flotabilidad de la salmuera es menor en magnitud, pero las salmueras magmáticas
formadas a temperaturas casi sólidas ya 100 MPa tienen densidades del orden de 1000 kg / m
significativamente más bajas que la densidad aparente de las magmas.
El aumento de las burbujas individuales se produce ciertamente en los magmas durante algunas
etapas de la evolución después de la saturación volátil. Sin embargo, a medida que aumenta la
proporción de cristales, la vía de aumento de la burbuja se vuelve tortuosa. Además, las hipótesis
de la subida de burbujas se debe a los volátiles presentes en la exsolución, resultado de una rápida
cristalización o reducción rápida de la presión, probablemente produzca muchas burbujas
pequeñas, en lugar de unas cuantas burbujas grandes. Las burbujas más pequeñas tienen relaciones
con las fuerzas de arrastre a las fuerzas de flotación, y por lo tanto suben más lentamente. Es
probable que ambos factores limiten los modelos que dependen del aumento de la burbuja en
ambientes de mineral superficial, a excepción de las grandes burbujas que se forman durante el
ascenso en el magma pobre en cristales. Además de la aparición de plumas de magma cargadas de
burbujas, Candela (1991). Sugiere que el MTV podría estar interconectado por regiones de una fase
volátil, permite el transporte de fluidos hidrotermal “fluidos de mena” a través del magma.
Shinohara y Kazahaya (1995) han criticado esta hipótesis sugiriendo que el modelo se basa en
“canales” entre las burbujas son inestables respecto a la coalescencia, y el gran canal en sí, se
elevaría debido a que la flotabilidad relegaba este mecanismo a un fenómeno transitorio.
Sin embargo, el modelo fue propuesto como un modelo fenomenológico de “grupo de filtración
fractal” (fractal percolation cluster), no como un detallado modelo físico. En realidad, fusión de
volúmenes del MVP no es un mecanismo irrazonable para la conectividad. Si el grupo de filtración
de los volúmenes de fase volátil aumentan como paquetes discretos o simplemente permanece
abierto, la fase volátil lo atravesaría, dependiendo de la tasa de crecimiento de MVP en relación con
la tasa de crecimiento a la que se produce por exsolución.
Si la expulsión de MVP ocurre en estado continuo, o si ocurre por flujo de pulsos viscosos, está más
allá de lo que se puede probar actualmente. Aunque los investigadores podrían realizar cálculos
simplificados destinados a modelar el complejo proceso de exsolución de MVP, la sugerencia de
geometrías texturales específicas, que pueden ser probadas en el campo por
‘postdicción’(postdicción: deducción sobre algo que ocurrió en el pasado), proporciona un análisis
definitivo de las hipótesis relacionadas con el proceso. Mientras, el modelo de filtración propone
‘regiones interconectadas de MVP’, y porque cavidades miarolíticas son totalmente consistentes
con la hipótesis de filtración del supersolido MVP. Sobre Candela y Blevin (1995b), nosotros hemos
descrito, ilustrado y documentado, microscópicamente y macroscópicamente, la ocurrencia de
cavidades miarolíticas interconectadas en granitos superficiales relacionados con menas (Figura 5,
a-c). Estas texturas han sido descritas en la fase de “Ruby Creek” del Granito de Stanthorpe (Orogeno
de Nueva Inglaterra, Este de Australia), donde ellos proporcionan evidencia de campo fuerte para
la hipótesis de filtración de supersolido MVP. El modelo de filtración MVP también sugiere que la
filtración de supersolido ocurriría únicamente bajo ciertas circunstancias (presiones bajas y
concentraciones altas de agua en el magma inicial); es decir, el proceso es crítico y no se efectúa en
todos los casos, consecuente con la observación la mineralización es menos probable a mayores
profundidades (a pocos kilobars). Las estructuras ígneas que soportan este modelo han sido
encontradas en el Plutón Capitan, Nuevo Mexico. Candela (1991) y Candela & Blevin (1995b)
consideraron este proceso para magmas poco profundos (presiones de aproximadamente 200 MPa
o menos) y húmedos (concentración de agua inicial cerrada a la saturación). Nosotros sugerimos
que este proceso opera durante la segunda ebullición bajo condiciones apropiadas, y algunas veces
está congelado y preservado por plumas de magma, conteniendo canales interconectados,
moviéndose hacia arriba por la flotabilidad. Granitos de alto grado exhibiendo estas texturas
deberían ser considerados ‘prospectivos’ desde un punto de vista de exploración.
Textura Miarolitica en granitos de alto nivel puede dar sugerencia sobre los medios de salida de los
MVPs de plutones cristalizando, y otras texturas en granitos pueden indirectamente, referirse a las
complejas relaciones entre variables tales como presión, concentración de volátiles en el fundido,
tasa de acenso y la estructura local termal de la corteza. La actual concentración de depósitos de
mena, sulfuros, HC, etc., en la MVP que involucra la mena, el protore o el sistema geotermal,
dependen de cómo la evolución magmática ha afectado parámetros críticos tales como: la
concentración de H2O, CO2, HCl y azufre total en el magma; el f(O2) del magma; cuando, con relación
a la saturación volátil, el magma se satura con sulfuros u otras fases capaces de atrapar metales
mena; y donde dichos materiales cristalinos residen en relación con las regiones de exsolucion de
“fluidos mena”.
Afortunadamente, los trabajos experimentales sobre texturas graniticas (London, 1992), metales
mena (Candela, 1992, Williams et al., 1995), fases de equilibrio en sistemas ígneos (Rutherford,
1993), apatito y estimaciones de concentraciones de cloruro en los magmas(Piccoli y Candela ,
1994), geobarometría de granito (véase Anderson, 1996), adquisición de metales en esfeno (Piccoli
et al., 1994), sulfuros y óxidos (véase Whitney, 1985; Stimac y Hickmott 1995, Jugo, 1997) y muchos
otros estudios están empezando a dar, aunque obstinadamente, información sobre muchos de los
parámetros importantes en la determinación de las propiedades químicas y físicas de los sistemas
magmaticos desvolatilizantes y las fases volátiles asociadas que dan lugar a sistemas mena
relacionados con granitos.