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MATERIALISMO DIALÉCTICO /

MATERIALISMO HISTÓRICO
¿MATERIALISMO O IDEALISMO?1

A lo largo de la historia de la filosofía las distintas corrientes filosóficas se han


podido englobar en dos grandes ramas: la idealista y la materialista.

Estas dos grandes ramas se diferencian, básicamente, en que para los idealistas
la materia nace de la idea (para esta corriente no existe aquello que no haya sido
pensado por alguien o por algo), mientras que para los materialistas son las ideas las que
nacen de la materia (según los materialistas, la materia existiría aunque nadie la hubiese
pensado).

Si desarrollamos estos planteamientos tan simplificados nos daremos cuenta de


la importancia que tiene el tomar una u otra postura.

Los idealistas piensan que aquello que no haya sido pensado por algo o alguien
no existe. Según este planteamiento, antes de que existiesen las personas y los animales
debería existir un Dios, que es la idea primigenia, creadora de todo lo demás.

Para los filósofos idealistas, son las ideas las que nos hacen creer en la existencia
de lo que percibimos por nuestros sentidos. Para un idealista, por ejemplo, las manzanas
no existen en realidad, pero en nuestra mente está la idea de la manzana que nos hace
creer que existe, que la podemos tocar, morder y saborear, pero no es más que la
proyección de una idea. Por tanto, para los idealistas nada de lo que nos rodea es real.
Son sólo producto de nuestras ideas.

Los materialistas, sin embargo, piensan que las ideas surgen de percibir la
materia. Por tanto, para los materialistas, la materia existe independientemente de
nuestro pensamiento. Siguiendo el ejemplo anterior, para un materialista, la manzana
existe en la realidad, y es cuando la saboreamos, la vemos, la tocamos, etcétera, cuando
se crea en nuestro cerebro la idea de lo que es una manzana. Los materialistas también
desconfían de los sentidos. Creen que a veces nos engañan nuestros sentidos, por lo que
para evitarlo, recurren a la ciencia.2

Los marxistas nos definimos como materialistas, ya que es la postura filosófica


que persigue dar una respuesta científica a todo; y porque, frente a los idealistas, que
responden a las cuestiones trascendentales acudiendo a Dios en última instancia, los
materialistas explicamos la realidad gracias a la propia realidad, a su observación y
análisis.

1
No confundir el término filosófico “materialismo” con la acepción del término materialista como
sinónimo de consumista, superficial; así mismo no confundir idealismo filosófico de idealismo moral (un
materialista -filosófico- puede perseguir un ideal, y ser idealista –moral-).
2
Podríamos hablar de una tercera corriente, el agnosticismo, que dice que en realidad no podemos saber
si el mundo exterior existe o no existe, si lo que percibimos es la realidad material o el fruto de nuestras
ideas. No se puede considerar en realidad una nueva corriente, ya que si se analiza a fondo, no es más que
una forma de idealismo.

1
¿QUÉ ES LA MATERIA?

Lenin definía la materia como “una realidad objetiva que existe


independientemente de la conciencia humana, y que es reflejada por esta”.

La materia tiene una serie de cualidades. La materia ni se crea ni se destruye,


sólo se transforma. Los átomos que hoy forman parte de un árbol pueden formar parte
mañana de una mesa, y anteriormente haber formado parte de una persona, por ejemplo.

La materia está en constante movimiento. Asimismo, sin materia no existe ni


espacio ni tiempo. El espacio es la forma real, objetiva, de existencia de materia que
expresa la coexistencia entre las cosas, su distancia, su extensión y el orden de una con
respecto a otra.

El tiempo es una forma real, objetiva, de existencia de la materia en movimiento,


que caracteriza la sucesión de los procesos materiales, su duración y su desarrollo. A
diferencia del espacio, el tiempo es unidimensional e irreversible.

LA MATERIA Y EL MOVIMIENTO
Hemos visto ya cómo se percibe la realidad desde el materialismo y desde el
idealismo. Pero el mundo no es estático, el mundo se mueve, y si queremos analizarlo
de forma correcta debemos tener en cuenta cómo se da el movimiento.

A la cuestión de cómo se da el movimiento, a lo largo de la historia de la


filosofía, se le han dado respuestas muy diversas. Estas respuestas van desde los que
creen que nada se mueve, y nos engañan nuestros sentidos (esta postura tuvo muy poca
aceptación y en la actualidad no es defendida), hasta los que creen que todo está en
movimiento (concepción dialéctica del movimiento), pasando por los que creen que
sólo se mueven algunas cosas y otras no (concepción metafísica del movimiento).

La postura más generalizada sobre el movimiento (transformación) es creer que


sólo algunas cosas se mueven (se transforman) y que otras no (concepción metafísica),
pero esta concepción es errónea. Efectivamente, si salimos a la calle veremos personas y
vehículos moviéndose, sin embargo los árboles, las señales de tráfico o las paredes no
se mueven (aparentemente). Pero el que una pared, por ejemplo, no aparente
movimiento externamente, no quiere decir que no se esté dando ese movimiento, ese
cambio constante, en su interior. Por ejemplo, sabemos que una pared nueva es muy
sólida, mientras una con más de 100 años estará agrietada, y una con 1000 años
raramente se tenga en pie. Eso demuestra que sí se ha producido movimiento
(transformación) en esa pared, aunque sea inapreciable a corto plazo.

El marxismo se decanta por el método dialéctico para analizar el movimiento.


Según Engels, la dialéctica es “la ciencia de las leyes generales del movimiento, tanto el
del mundo exterior como el del pensamiento humano”.

2
LA DIALÉCTICA
La dialéctica explica el movimiento como resultado de las contradicciones
internas de la materia. Siguiendo el ejemplo anterior, a los 1000 años la pared ha caído
porque había movimiento en la pared, aunque no se apreciase. Esto ocurre porque en la
materia ha habido una constante lucha (o contradicción) entre las fuerzas que hacen que
la pared se mantenga en pie (como la solidez de los ladrillos o la adhesión del cemento),
y las fuerzas que harán que caiga (como el viento, el deterioro de los materiales, la
humedad…). Cuando a través del tiempo, los efectos producidos por las fuerzas que
hacen que caiga se hayan acumulado en la pared, y las fuerzas que mantienen la pared
no resistan la fuerza en contra, la pared caerá.

Podemos definir algunas características del movimiento de la materia. La


principal sería que nada queda como está, nada permanece como es; es decir, todo está
en un constante movimiento, en un constante cambio. Por ejemplo, la semilla (o, mejor
dicho la materia que forma la semilla) no siempre ha sido una semilla, ni lo será
siempre. Antes formó parte de un fruto y terminará convirtiéndose en árbol, y este en
mesa o en leña, por ejemplo.

En el ejemplo anterior vemos otra característica del movimiento: siempre se da


mediante el encadenamiento de procesos. Es decir, como la materia ni se crea ni se
destruye, vemos como lo que antes era semilla, después será árbol y después mesa, y así
sucesivamente hacia el futuro, de la misma forma que se ha estado constantemente
transformando en el pasado.

Por eso, el marxismo es un antidogma, porque al basarse en una concepción


dialéctica del mundo, llegamos a la conclusión que no pueden darse verdades absolutas
(dogmas), ya que todo está en un cambio permanente. Por ejemplo, no podemos decir
“la Tierra será siempre redonda”, ya que no sabemos si en un futuro lejano cambiará de
forma. Lo más correcto sería decir “la Tierra es redonda, y todo indica que será redonda
durante largo tiempo”.

Otra característica del movimiento es que las cosas se convierten en su contrario.


La semilla se convierte en su contrario, el árbol. Otro ejemplo, el hombre vivo se
convertirá en un hombre muerto. Por eso hablamos de la unidad de los contrarios,
porque en la semilla se encuentra la esencia del árbol y en el árbol se encuentra la
esencia de la semilla. Suele ser difícil comprender esta idea, pero es porque tendemos a
pensarlo de una forma mecánica. No es que en la semilla haya un 99% de semilla y un
1% de árbol. Significa más bien que existen tendencias contradictorias y antagónicas en
todos los fenómenos y procesos de la naturaleza. Por ejemplo, en el hombre vivo se da
una lucha entre las fuerzas que tienden a que siga vivo y las fuerzas que tienden a que
envejezca. Vemos como el hombre vivo contiene su esencia como hombre vivo y su
negación, es decir, esas fuerzas que tienden a hacerle envejecer y morir (ambos
contrarios se encuentran unidos en el hombre).

Otra cualidad del movimiento es que se da mediante cambios en la cantidad que


llevarán a cambios en la calidad. Por ejemplo, el hombre vivo tendrá más y más años
(cambio en la cantidad) hasta que llegue a morir (cambio en la calidad). Otro ejemplo

3
muy gráfico es el que se da al aplicarle calor al agua. Imaginaos que tenemos agua a
13º, esta está en estado líquido; la subimos a 60º, sigue siendo líquida; la subimos a 80º,
continúa siendo líquida; pasamos a 90º, líquida; 99º, aún líquida; 100º el agua se
convierte en vapor. Como se ve un determinado número de pequeños cambios
cuantitativos han desembocado en un gran cambio cualitativo.

¿QUÉ ES EL MATERIALISMO HISTÓRICO?

Marx critica a los filósofos que lo precedieron el que se limitasen a analizar la


realidad3. La Filosofía ha de ser una herramienta para mejorar la vida. Para ello, es
imprescindible estudiar cómo es la vida en sociedad, y analizarla de una forma
dialéctica (cómo ha sido, cómo es y cómo tenderá a ser). Por eso estudia la historia de la
vida en sociedad. El materialismo histórico es la aplicación del materialismo dialéctico
al campo concreto de la Historia.

La sociedad está formada por millones de formas distintas de percibir la


realidad, tantas como personas hay. Pero surge una cuestión: ¿por qué entonces, hay
momentos en los que miles de seres individuales se unen para fines comunes? Por
ejemplo, cuando en la Revolución francesa miles de personas toman la Bastilla,
podemos hablar de una especie de “ser social” (esas miles de personas se unen en un
solo cuerpo social). ¿Por qué pasa esto? Los idealistas dirán que pasa porque un
pensador ha dado esa idea a la masa, que actúa gracias a esa idea.

Los materialistas sabemos que las cosas no funcionan así. Por eso, analicemos
por qué existe ese “ser social”:

1) El sujeto último de la sociedad es el hombre.


2) El hombre se mueve por su propia voluntad.
3) La voluntad viene determinada por las ideas (y nosotros, como materialistas,
pensamos que...)
4) Las ideas las crea la materia, es decir, la realidad objetiva que nos rodea (o
más bien, nuestra forma de percibir esa realidad objetiva) es la que nos hace
tener esas ideas.

Pero, podemos establecer grupos de personas que actúan de forma parecida


dentro de la sociedad. Siguiendo el ejemplo anterior, sabemos que durante la
Revolución francesa había grupos de gente a favor de la monarquía y grupos de gente
en contra. Llamaremos a los grupos de personas que perciben la realidad de forma
distinta dentro de la sociedad “clases sociales”. Por consiguiente...
5) La forma de percibir la realidad social viene determinada por la clase social a
la que se pertenezca.
Pero surge otra cuestión, ¿por qué ocurre esto? Es decir, ¿qué hacía a los
revolucionarios franceses ponerse a favor o en contra de la monarquía? ¿Qué hace a los
hombres percibir su realidad social de una u otra forma? O, lo que es lo mismo, ¿qué
determina fundamentalmente el que pertenezcamos a una u otra clase social?. Pues...
6) La pertenencia a una u otra clase social viene determinada por el lugar que se
ocupe en las relaciones sociales de producción.
3
Dice en las Tesis sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos
el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

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Efectivamente, no ve de la misma forma lo que ocurre en la sociedad un obrero
que su patrón. Es por eso que prestamos una especial atención a la economía política,
porque el modo de producción es lo que va a determinar fundamentalmente cómo
ocurran las cosas en la sociedad.

Llegando a esta conclusión, si los contrarios en la sociedad son las clases y como
dialécticos creemos que las cosas se mueven por las correlaciones de fuerzas, por las
contradicciones que se dan dentro de las cosas, podemos comprender plenamente la
famosa frase “la lucha de clases es el motor de la Historia”.

Además, de cómo sea la estructura económica de una sociedad va a venir


determinada cómo será esa sociedad. La economía será como un esqueleto que
determinará la forma del resto del cuerpo. A ese “resto del cuerpo”, formado por la
estructura ideológica y la estructura jurídico-política la llamaremos superestructura, y
siempre vendrá determinada por la estructura económica. Por ejemplo, Platón
justificaba la existencia de los esclavos, pero esto sucedía porque la estructura
económica en la que vivía, determinaba la estructura ideológica, lo que hacía pensar que
fuese justa la existencia de esclavos. También la estructura jurídico-política venía
determinada por la estructura económica esclavista, ya que por ejemplo, habían deudas
que si no se pagaban, el deudor pasaba a ser esclavo del acreedor.

Podemos distinguir, a grandes rasgos, las siguientes fases en la historia


basándonos en su modo de producción4:

- Sociedad primitiva (o Comunismo primitivo): No hay distinción de clases


porque el escaso desarrollo de las fuerzas productivas y el pequeño tamaño
de las comunidades hace que no sea necesaria la división del trabajo, y por
tanto la relación con los medios de producción se da prácticamente de la
misma forma para todos los miembros de la comunidad. Por la precariedad
de los medios de producción, no se produce excedente.
- Sociedad esclavista: La distinción de clases viene dada por las relaciones de
propiedad sobre el esclavo. El esclavo (y por tanto su fuerza de trabajo)
pertenecía al amo. Lo único que el esclavo obtiene a cambio es su
manutención. Tiene un papel fundamental la estructura jurídica que es la que
permite esta forma de explotación al esclavo (obtenidos por guerras, deudas,
etc).
- Sociedad feudal: Las clases hegemónicas son los señores feudales y los
siervos, quienes estaban adscritos a la tierra y se veían obligados a rendir
tributos a los señores. La estructura ideológica (especialmente las
instituciones religiosas) tiene un papel fundamental en este modo de
producción.
- Sociedad capitalista: El beneficio que la clase capitalista obtiene del
proletariado proviene de la plusvalía. Se produce la división del trabajo en su
máxima expresión.
- Sociedad socialista: Se produce una socialización de los medios de producción.

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Para evitar incurrir en un error, advertimos que estos cinco modos de producción son los más
generalmente reconocidos, pero se mantiene abierto el debate de si en puridad han existido otros modos
de producción en las distintas sociedades históricas. No debe olvidarse tampoco que esta sistematización
se ha hecho a modo de introducción o ejemplo, pero el estudio de los modos de producción reviste más
complejidad.

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