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Instituto de Ciencias y Estudios Superiores de

Tamaulipas.

Título:

Virus, estructura y clasificación

Alumno: Mauricio Emmanuel Umaña Reyes


Carrera: Médico Cirujano
Grado: 4° Semestre
Grupo: ¨B¨
Q.F.B: María Elena Nava Diguero
Introducción

La siguiente investigación se habla acerca de la historia del descubrimiento de los


virus, sin embargo se enfoca principalmente en la estructura y clasificación de los
virus, así como su respectiva replicación.

El documento finaliza con información acerca de 2 de los virus más comunes del
estado del estado de Tamaulipas que además considero son de los más importantes
de conocer ya que estos son transmitidos principalmente por contacto sexual y
abarcan una gran importancia en el ámbito de la medicina.
Historia

Los virus suponen una carga enorme para la población humana y son la causa
individual más significativa de morbimortalidad por enfermedades infecciosas en todo
el mundo. Las enfermedades virales en el ser humano se conocen desde la
antigüedad y han modelado incluso nuestra historia. El estudio científico de los virus
y de las enfermedades que causan no comenzó hasta el siglo xix y permitió la
identificación de enfermedades específicas causadas por virus. Una cuidadosa
observación clínica hizo posible identificar y diferenciar numerosas afecciones virales
(p. ej., la viruela frente a la varicela y el sarampión frente a la rubéola).

Los progresos en la comprensión de las enfermedades a nivel de células y


tejidos, de los que son buena muestra los trabajos pioneros de Virchow, permitieron
definir la anatomía patológica de muchas enfermedades virales. Por último, los
trabajos de Pasteur marcaron el comienzo del uso sistemático de animales de
laboratorio para el estudio de la patogenia de las enfermedades infecciosas,
incluidas las causadas por virus.

Los primeros virus se describieron a finales del siglo xix, cuando Ivanovsky y
Beijerinck identificaron el virus del mosaico del tabaco y Loeffler y Frosch, el de la
fiebre aftosa. A continuación, se descubrió el virus de la fiebre amarilla y aparecieron
los trabajos iniciales sobre la patogenia de ésta, que llevaron a cabo Walter Reed y
la U.S. Army Yellow Fever Commission. A finales de la década de 1930 se habían
identificado ya algunos oncovirus, bacteriófagos, el virus de la gripe, el de la
parotiditis y muchos de los transmitidos por artrópodos.

El proceso de descubrimiento ha continuado con un impulso creciente hasta


nuestros días, con la identificación reciente del poliomavirus de células de Merkel
asociado al cáncer de piel, nuevos arenavirus del Viejo Mundo causantes de
enfermedades mortales, coronavirus respiratorio relacionado con murciélagos y
reovirus; los nuevos virus de la gripe de origen porcino y aviar son algunas de las
incorporaciones más recientes al catálogo de virus causantes de enfermedades
humanas.

En la década de 1940, Delbruck, Luria y otros autores establecieron muchos de


los principios básicos de la genética y de la biología molecular microbianas gracias a
sus trabajos con virus bacteriófagos, al tiempo que identificaron los pasos clave de la
replicación viral.

Los innovadores experimentos de Avery, MacLeod y McCarty sobre la


transformación de los neumococos descubrieron que su material genético era el ADN
y establecieron las bases para los experimentos confirmatorios que posteriormente
realizaron Hershey y Chase usando bacteriófago. A finales de esa misma década,
Enders y cols cultivaron poliovirus en cultivos celulares, lo que permitió el desarrollo
de dos vacunas contra la polio: la inactivada en formol (Salk) y la de virus vivos
atenuados (Sabin). Estos trabajos marcaron el comienzo de la era moderna de la
virología experimental y clínica.

En los últimos años, se han podido visualizar las estructuras de los virus a un
nivel de resolución atómico gracias al uso de la cristalografía de rayos X. En la
actualidad, se conoce la secuencia completa de nucleótidos de la mayoría de los
virus que afectan al ser humano y se han definido los dominios funcionales de
muchas proteínas estructurales y enzimáticas virales. Toda esta información ha
permitido el desarrollo de nuevas técnicas de diagnóstico para las enfermedades
virales y el diseño de nuevos tratamientos más eficaces.

Las técnicas de detección del genoma viral, como la reacción en cadena de la


polimerasa (PCR) y sus derivadas, han demostrado ser mejores que los análisis
serológicos convencionales y las técnicas de cultivo para el diagnóstico de muchas
enfermedades virales. En la actualidad, se usan estrategias basadas en ácidos
nucleicos de forma sistemática para el diagnóstico de infecciones causadas por
enterovirus, virus de la hepatitis B (VHB), virus de la hepatitis C (VHC), virus herpes,
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y, con frecuencia creciente, virus
respiratorios y entéricos.

Además, los rápidos avances en la espectrometría de masas y la tecnología de


secuenciación de nucleótidos están permitiendo la aplicación de estas herramientas
en la detección altamente sensible y específica de virus en muestras clínicas.

Un nuevo avance, quizá aún más prometedor, es la posibilidad de introducir


nuevo material genético en los genomas virales. Existen estrategias para insertar en
el genoma de numerosos virus mutaciones concretas o incluso genes completos,
algo que abre la posibilidad al diseño de nuevas vacunas y al desarrollo de vectores
virales con el fin de introducir determinados genes en las células.

Además, estas poderosas técnicas innovadoras están proporcionando


descubrimientos significativos en los problemas fundamentales de la patogenia viral,
como la naturaleza de las interacciones virus-célula que producen la enfermedad, las
respuestas inmunoprotectora e inmunopatológica del huésped a la infección y los
determinantes de contagio virales y del huésped. Una mejor comprensión de estos
aspectos de la infección viral facilitará nuevos enfoques para la prevención,
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades virales.
Generalidades

Los virus se pueden definir como un grupo único de agentes infecciosos de


estructura subcelular, que se distinguen de otros microorganismos: por su reducido
tamaño (20-400 nm), que les permite atravesar los filtros bacteriológicos; por ser
parásitos intracelulares estrictos, y por estar constituidos por un único tipo de ácido
nucleico, DNA o RNA, rodeado por una cubierta proteica o cápside formado por
subunidades idénticas o capsómeros susceptibles de adoptar una simetría
icosaédrica o helicoidal.

El conjunto de ácido
nucleico y cápside es el
denominado nucleocápside
o core del virus, que, a su
vez, puede estar recubierto
por una envoltura lipídica de
origen celular: son los
denominados virus con
envoltura.

Figura 1. Formas más comunes de un virus.

Para su multiplicación, los virus dependen de la célula del hospedador, que les
suministra no sólo las sustancias básicas, sino también la energía y la mayoría de los
sistemas enzimáticos necesarios para la síntesis de sus propios constituyentes. Así,
los virus no se multiplican por división directa, sino por un mecanismo de replicación,
en virtud del cual su ácido nucleico orienta el metabolismo de la célula hacia la
formación de los diversos componentes del virus, que se sintetizan de forma
independiente y sólo al final del ciclo se integran para dar lugar al virión completo.

Además, la reproducción de los virus tiene lugar mediante el ensamblaje de


componentes individuales en vez de por fisión binaria.

Los virus más sencillos consisten en un genoma de ácido desoxirribonucleico


(ADN) o ácido ribonucleico (ARN) empaquetado en una cubierta protectora y, en
algunos casos, rodeados por una membrana.
Los virus carecen de la capacidad de generar energía o sustratos, no pueden
fabricar sus propias proteínas y no pueden replicar su genoma independientemente
de la célula hospedadora. Para utilizar la maquinaria biosintetica de la célula, el virus
debe adaptarse a las reglas bioquímicas de la célula. El virus debe ser capaz de
transmitirse en medios potencialmente desfavorables, debe poder atravesar la piel u
otras barreras protectoras del hospedador, debe adaptarse a la maquinaria
bioquímica de la célula hospedadora para su replicación y debe evitar la eliminación
debida a la respuesta inmunitaria del hospedador.

El conocimiento de las características estructurales (tamaño y morfología) y


genéticas (tipo y estructura del ácido nucleico) de un virus proporciona información
acerca de cómo el virus se replica, se extiende y causa enfermedad.
Clasificación

La primera clasificación de los virus como entidades distintas de otros


microorganismos se basó en la capacidad de atravesar filtros con poros de tamaño
muy pequeño (agentes filtrables). Las subclasificaciones iniciales se basaron sobre
todo en características anatomopatológicas, como su tropismo por determinados
órganos (p. ej., los virus de la hepatitis), o en aspectos epidemiológicos comunes,
como su transmisión por vectores artrópodos (p. ej., los arbovirus).

El sistema de clasificación actual se basa en los siguientes criterios: 1) el tipo y la


estructura del ácido nucleico del virus, junto con su estrategia de replicación, 2) el
tipo de simetría de la cápside viral (helicoidal frente a icosaédrica) y 3) la presencia o
no de una envoltura lipídica.

Tabla 1. Clasificación de los virus

FAMILIA EJEMPLO TIPO DE TAMAÑ CUBIERT SIMETRÍ


ÁCIDO O DEL A A DE
NUCLEIC GENOM CÁPSIDE
O A (kb o
kpb)
Virus de ARN
Picornaviridae Poliovirus ARN (+) 7-9 No I
MC
Astroviridae Astrovirus ARN (+) 6-7 No I
MC
Caliciviridae Virus Norwalk ARN (+) 7-8 No I
MC
Togaviridae Virus de la ARN (+) 10-12 Sí I
rubéola MC
Flaviviridae Virus de la ARN (+) 10-12 Sí E
fiebre amarilla MC
Coronaviridae Coronavirus ARN (+) 28-31 Sí H
MC
Rhabdoviridae Virus de la ARN (–) 11-15 Sí H
rabia MC
Paramyxoviridae Virus del ARN (–) 13-18 Sí H
sarampión MC
Filoviridae Virus Ébola ARN (–) 19 Sí H
MC
Arenaviridae Virus de la 2 11 Sí E
coriomeningiti segmentos
s linfocítica de ARN
circulares
MC
(ambos
sentidos)
Bunyaviridae Virus de la 3 11-19 Sí H
encefalitis de segmentos
California de ARN
circulares
MC
(ambos
sentidos)
Orthomyxovirida Virus de la 6-8 10-15 Sí H
e gripe segmentos
de ARN (–)
MC *
Reoviridae Rotavirus 10-12 19-32 No I
segmentos
de ARN
BC *

Retroviridae VIH 2 7-13 Sí E


segmentos
de ARN
(+) MC
idénticos
Virus de ADN
Hepadnaviridae Virus de la ADN BC 3-4 Sí I
hepatitis B circular
con
porciones
MC
Parvoviridae Parvovirus ADN (+) o 4-6 No I
humano B19 (–) MC
Polyomaviridae Virus JC ADN 5 No I
circular BC
Papillomaviridae Virus del ADN 7-8 No I
papiloma circular BC
humano
Adenoviridae Adenovirus ADN lineal 26-45 No I
BC
Herpesviridae Virus del ADN lineal 125-240 Sí I
herpes simple BC
Poxviridae Virus vaccinia ADN lineal 130-375 Sí Compleja
BC
Estructura de los viriones

Las unidades de medida del tamaño de los viriones son los nanómetros (nm). El
tamaño de los virus clínicamente importantes varía de 18 nm (parvovirus) a 300 nm
(poxvirus). Los últimos son casi visibles con un microscopio óptico y poseen un
tamaño de aproximadamente un cuarto del de una bacteria estafilocócica. Los
viriones de mayor tamaño pueden contener un genoma mayor que puede codificar
más proteínas, y por lo general son más complejos. El virión (la partícula vírica)
consiste en un genoma de ácido nucleico empaquetado en una cubierta proteica
(cápside) o una membrana (envoltura)).

El virion también puede contener ciertas enzimas esenciales o accesorias u otras


proteínas para facilitar la replicación inicial en la célula. Las proteínas de la cápside o
las proteínas de unión a los ácidos nucleicos pueden asociarse con el genoma para
formar la nucleocápside, que puede ser la misma del virion o estar rodeada por una
cubierta.

El genoma del virus consiste en ADN o ARN. El ADN puede ser monocatenario o
bicatenario, lineal o circular. El ARN puede ser de sentido positivo (+) (como el ARN
mensajero [ARNm]), de sentido negativo (−) (similar a un negativo fotográfico), de
doble cadena (+/ − ) o de doble polaridad (ambisense) (contiene regiones de ARN +
y – unidas por los extremos terminales).

El genoma ARN también puede encontrarse segmentado en trozos, de modo


que cada trozo codifica uno o más genes. Al igual que existen muchos tipos
diferentes de sistemas de memoria en los ordenadores, todas estas formas de
ácidos nucleicos pueden mantener y transmitir la información genética del virus. De
modo parecido, cuanto mayor sea el genoma, mayor información (genes) puede
contener y mayor será la cápside o la estructura de cubierta necesaria para contener
el genoma.

La capa externa del virion es la cápside o envoltura. Estas estructuras son las
encargadas del transporte, la protección y el empaquetado durante la transmisión del
virus de un hospedador a otro y para la extensión dentro del hospedador a la célula
diana. Las estructuras de la superficie de la cápside y la envoltura median en la
interacción entre el virus y la célula diana por medio de una estructura o proteína de
adherencia vírica (PAV).

La eliminación o la alteración de la envoltura externa inactivan el virus. Los


anticuerpos generados frente a los componentes de estas estructuras evitan la
infección vírica.
La cápside es una estructura rígida capaz de soportar condiciones ambientales
adversas. Los virus con cápsides desnudas por lo general son resistentes a la
desecación, los ácidos y los detergentes, incluidos el ácido y la bilis del tracto
enterico. Muchos de estos virus se transmiten mediante la ruta fecal-oral y la
transmisión puede realizarse incluso mediante las aguas residuales.

La envoltura es una membrana compuesta de lípidos, proteínas y glicoproteínas.


La estructura membranosa de la envoltura solo puede mantenerse en soluciones
acuosas. Se altera fácilmente mediante la desecación, las condiciones acidicas, los
detergentes y los disolventes, como el éter, lo que resulta en la inactivación del virus.
Como resultado, los virus con envoltura deben permanecer húmedos y por lo
general se transmiten por medio de fluidos, goticulas respiratorias, sangre y tejido. La
mayoría no pueden sobrevivir en las condiciones desfavorables del tracto
gastrointestinal.

Virus con cápside

La cápside viral se forma a partir de proteínas individuales que se asocian en


unidades progresivamente más grandes.

Todos los componentes de la cápside presentan características químicas que les


permiten unirse y formar una unidad mayor. Las proteínas estructurales individuales
se asocian en que se asocian en protómeros, capsómeros (distinguibles mediante
microscopia electrónica) y por último, en una procápside o cápside reconocible. La
procapside sigue procesandose hasta que termina por formarse la cápside
transmisible. En algunos virus, la cápside se forma alrededor del genoma; en otros,
la cápside se forma como una envoltura vacía (procapside) que será llenada por el
genoma.

Las estructuras virales más sencillas que pueden formarse por pasos son
simétricas e incluyen estructuras helicoidales e icosaédricas. Las estructuras
helicoidales poseen forma de bastones, mientras que el icosaedro es una
aproximación de una esfera formada a partir de subunidades simétricas.

Las cápsides asimétricas poseen formas complejas y se asocian con ciertos


virus bacterianos (fagos).

El ejemplo clásico de un virus con simetría helicoidal es el virus del mosaico del
tabaco, que afecta a las plantas. Sus capsomeros se autoensamblan alrededor del
genoma ARN en bastones que abarcan la longitud del genoma. Los capsomeros
cubren y protegen el ARN. Las nucleocapsides helicoidales se observan en la
cubierta de la mayoría de los virus ARN de cadena negativa.

Los icosaedros simples son utilizados por los virus pequeños, como los
picornavirus y los parvovirus. El icosaedro se compone de 12 capsomeros, cada uno
de los cuales posee una quíntuple simetría (pentámero o pentona). En los
picornavirus, cada pentámero se compone de cinco protomeros, cada uno de los
cuales se compone de tres subunidades de cuatro proteínas separadas. La
cristalografía por rayos X y el análisis de imagen de la microscopia crioelectrónica
han definido la estructura de la cápside de los picornavirus hasta el nivel molecular.

Estos estudios han puesto de manifiesto una hendidura similar a un canon, que
es un sitio de unión para fijarse al receptor de la superficie de la célula diana.

Los viriones con cápsides de mayor tamaño se forman insertando capsomeros


distintos estructuralmente en los vértices entre las pentonas. Estos capsomeros
poseen seis vecinos (hexonas). Esta estructura supera al icosaedro y se denomina
deltaicosaedro, y su tamaño se determina por el número de hexonas insertadas a lo
largo de sus bordes y en el interior de las superficies entre las pentonas. Un balón de
futbol es un deltaicosaedro.

Por ejemplo, la nucleocapside de los virus herpes posee 12 pentonas y 150


hexonas. La nucleocapside de los virus herpes también está rodeada por una
cubierta. La cápside del adenovirus está compuesta por 252 capsomeros con 12
pentonas y 240 hexonas. Cada pentona del adenovirus posee anclada una fibra
larga que sirve como PAV para unirse a las células diana, y también contiene el
antígeno específico de tipo. Los reovirus poseen una cápside doble icosaedrica con
proteínas en forma de fibra que se extienden parcialmente a partir de cada vértice.

La cápside externa protege al virus y favorece su captación en el tracto


gastrointestinal y en las células diana, mientras que la cápside interna contiene
enzimas para la síntesis del ARN.

Virus con envoltura

La cubierta del virion está compuesta por lípidos, proteínas y glicoproteínas.


Posee una estructura membranosa similar a las membranas celulares. Las proteínas
celulares raramente se encuentran en la cubierta viral, incluso aunque dicha cubierta
se obtenga de membranas celulares. La mayoría de los virus con envoltura son
redondos o pleomorficos. Dos excepciones son los poxvirus, que poseen una
estructura interna compleja y una estructura externa a modo de ladrillo, y el
rabdovirus, que tiene forma de bala.

La mayoría de las glicoproteínas virales poseen hidratos de carbono unidos a


asparagina (mediante enlaces N), se extienden a través de la cubierta y se alejan de
la superficie del virion.

En muchos virus pueden observarse como espinas. Algunas glicoproteínas


actúan como PAV, capaces de unirse a estructuras de las células diana. Las PAV
que también se unen a los eritrocitos se denominan hemaglutininas (HA). Algunas
glicoproteínas ejercen otras funciones, como la neuraminidasa (NA) de los
ortomixovirus (virus de la gripe) y los receptores Fc y C3b asociados con las
glicoproteínas del virus del herpes simple (VHS) o las glicoproteínas de fusión de los
paramixovirus. Las glicoproteínas, especialmente la PAV, son también antígenos
principales que inducen la aparición de una reacción inmunitaria protectora.

La cubierta de los togavirus rodea una nucleocapside icosaedrica que contiene


un genoma de ARN de cadena positiva. La cubierta contiene espinas que consisten
en dos o tres subunidades de glicoproteínas unidas a la cápside icosaedrica del
virion. De este modo la cubierta se adhiere con firmeza y se conforma (mediante
contracción y envoltura) en una estructura icosaedrica identificable mediante
microscopia crioelectrónica.

Todos los virus ARN de cadena negativa poseen envoltura. Los componentes de
la ARN polimerasa dependiente del ARN viral se asocian con el genoma ARN (−) de
los ortomixovirus, paramixovirus y rabdovirus para formar nucleocapsides
helicoidales. Estas enzimas son necesarias para iniciar la replicación vírica y su
asociación con el genoma asegura su entrada en la célula. Las proteínas de matriz
que tapizan el interior de la capsula facilitan la unión de la ribonucleocapside en el
virion.

El virus de la gripe A (ortomixovirus) es un ejemplo de un virus ARN (−) con un


genoma segmentado. Su cubierta esta tapizada con proteínas de matriz y posee dos
glicoproteínas: la HA, que es la PAV, y una NA. Los bunyavirus no poseen proteínas
de matriz.

La envoltura de los virus herpes es una estructura con forma de bolsa que rodea
la nucleocapside deltaicosaedrica. Dependiendo del tipo específico de los virus
herpes, la cubierta puede contener hasta 11 glicoproteínas.
El espacio intersticial entre la nucleocapside y la envoltura se denomina
tegumento, y contiene enzimas, otras proteínas e incluso ARN, que facilitan la
infección vírica.

Los poxvirus son virus con envoltura grande, compleja, con forma de ladrillo. La
envoltura rodea a una estructura nucleoide con forma de pesa que contiene ADN; a
cuerpos laterales; fibrillas; y abundantes enzimas y proteínas, como las enzimas y
los factores transcripcionales necesarios para la síntesis del ARNm.

Virus ADN

La replicación del genoma ADN requiere una ADN polimerasa dependiente de


ADN, otras enzimas y desoxirribonucleotidos trifosfato, especialmente timidina.

La transcripción del genoma de los virus ADN (excepto los poxvirus) tiene lugar
en el núcleo, empleando las polimerasas de la célula hospedadora y otras enzimas
para la síntesis de ARNm viral. La transcripción de los genes virales es regulada por
la interacción de proteínas específicas de unión al ADN con elementos facilitadores y
promotores del genoma viral.

El promotor viral y los elementos facilitadores poseen una secuencia similar a la


de la célula hospedadora, lo que permite la unión de los factores de activación de la
transcripción de la célula y la ARN polimerasa dependiente de ADN. Las células de
algunos tejidos no expresan las proteínas de unión al ADN necesarias para activar la
transcripción de los genes virales, por lo que la replicación de los virus en dichas
células es limitada o no tiene lugar.

Diversos virus ADN controlan la duración, la cronología y la cantidad de síntesis


de proteínas y genes virales en formas diferentes. Los virus más complejos codifican
sus propios activadores transcripcionales, que facilitan o regulan la expresión de los
genes virales. Por ejemplo, el VHS codifica muchas proteínas que regulan la cinética
de la expresión de los genes virales, incluida la VMW 65 (proteína a-TIF, VP16). La
VMW 65 es transportada por el virion, se une al complejo activador de la
transcripción (Oct-1) de la célula hospedadora y favorece su capacidad para
estimular la transcripción de los genes tempranos inmediatos del virus.

Los genes pueden transcribirse a partir de cualquiera de las cadenas de ADN del
genoma y en direcciones opuestas. Por ejemplo, los genes tempranos y tardíos del
papovavirus SV40 se encuentran en cadenas de ADN opuestas, no solapadas. Los
genes virales pueden poseer intrones que precisan un procesamiento
postranscripcional del ARNm por la maquinaria nuclear de la célula (empalme).

Los genes tardíos de los papovavirus y adenovirus se transcriben inicialmente


como un ARN de gran tamaño a partir de un solo promotor y a continuación son
procesados para producir diversos ARNm diferentes tras la eliminación de diferentes
secuencias intermedias (intrones).

La replicación del ADN viral sigue las mismas reglas bioquímicas que en el caso
del ADN celular. La replicación se inicia en una secuencia única de ADN denominada
origen (ori). Este es un punto reconocido por factores nucleares virales o celulares y
la ADN polimerasa dependiente de ADN. La síntesis de ADN viral es
semiconservadora, y las ADN polimerasas virales y celulares requieren un cebador
para iniciar la síntesis de la cadena de ADN. Los parvovirus poseen secuencias de
ADN invertidas y repetidas para permitir que el ADN se pliegue e hibride consigo
mismo para proporcionar un cebador.

La replicación del genoma de los adenovirus es cebada por la desoxicitidina


monofosfato unida a una proteína terminal. Una enzima celular (primasa) sintetiza un
cebador de ARN para comenzar la replicación del genoma de los papovavirus,
mientras que los virus herpes codifican una primasa.

La replicación del genoma de los virus ADN simples (p. ej., parvovirus,
papovavirus) emplea las ADN polimerasas dependientes de ADN del hospedador,
mientras que los virus más grandes y complejos (p. ej., adenovirus, virus herpes,
poxvirus) codifican sus propias polimerasas. Las polimerasas virales suelen ser más
rápidas pero menos precisas que las polimerasas de las células hospedadoras, lo
que causa un mayor número de mutaciones en los virus y proporciona una diana
para los análogos de nucleótidos, que sirven de fármacos antivirales.

La replicación de los hepadnavirus es especial, ya que primero se sintetiza una


copia más grande que el genoma ARN de cadena positiva por la ARN polimerasa
dependiente de ADN celular y se vuelve circular. Las proteínas virales rodean el
ARN, una ADN polimerasa dependiente de ARN codificada por el virus (transcriptasa
inversa) sintetiza en este virion un ADN de cadena negativa y a continuación el ARN
es degradado. La síntesis de ADN de cadena positiva es iniciada pero se interrumpe
cuando el genoma y el núcleo presentan envoltura, lo que da lugar a un genoma de
ADN circular parcialmente bicatenario.
Las principales limitaciones para la replicación de un virus ADN son la
disponibilidad de ADN polimerasa y de sustratos desoxirribonucleotidos. La mayoría
de las células en la fase de reposo del crecimiento no sintetizan ADN porque las
enzimas necesarias no se encuentran presentes y las reservas de desoxitimidina son
limitadas. Cuanto más pequeño sea el virus ADN, más dependiente será el virus de
la célula hospedadora para realizar dichas funciones.

Los parvovirus son los virus ADN más pequeños y se replican únicamente en
células en crecimiento, como las células precursoras eritroides o el tejido fetal. La
aceleración del crecimiento de la célula puede aumentar la síntesis de ADN y ARNm
viral. El antígeno T del SV40, el E6 y E7 del papilomavirus y las proteínas E1a y E1b
del adenovirus se unen a las proteínas inhibidoras del crecimiento (p53 y el producto
del gen del retinoblastoma) y alteran su funcionamiento, lo que produce crecimiento
celular, que también favorece la replicación viral.

Los virus ADN de mayor tamaño pueden codificar una ADN polimerasa y otras
proteínas para facilitar la síntesis de ADN y son más independientes. El VHS codifica
una ADN polimerasa y enzimas depuradoras, como la desoxirribonucleasa, la
ribonucleotido reductasa y la timidina cinasa, para generar los sustratos de
desoxirribonucleotidos necesarios para la replicación de su genoma.

Virus ARN

La replicación y la transcripción de los virus ARN son procesos similares, porque


los genomas virales suelen ser un ARNm (ARN de cadena positiva) o un patrón para
el ARNm (ARN de cadena negativa). Durante la replicación y la transcripción, se
forma un ARN bicatenario replicativo intermedio. En las células no infectadas
normalmente no se observa ARN bicatenario, que es un potente inductor de la
protección innata del hospedador.

El genoma de los virus ARN codifica ARN polimerasas dependientes de ARN


(replicasas y transcriptasas) porque la célula carece de medios para replicar el ARN.
Las replicasas y las transcriptasas son generadas mediante la adición de
subunidades o la escisión de una polimerasa del núcleo. Como el ARN se degrada
relativamente rápido, la ARN polimerasa dependiente de ARN debe ser aportada o
sintetizada poco tiempo después de la perdida de la envoltura para generar más
ARN viral, o la infección se verá abortada.
La mayoría de las ARN polimerasas virales funcionan a un ritmo rápido, pero
también cometen errores, que causan mutaciones. La replicación del genoma
proporciona nuevos patrones para la producción de más ARNm y genomas, lo que
amplifica y acelera la replicación de los virus.

Los genomas virales ARN de cadena positiva de los picornavirus, calicivirus,


coronavirus, flavivirus y togavirus actúan como ARNm, se unen a ribosomas y dirigen
la síntesis de proteínas. El genoma viral ARN desnudo de cadena positiva es
suficiente para iniciar la infección por sí mismo.

Después de producir la ARN polimerasa dependiente de ARN codificada por el


virus, se sintetiza un patrón de ARN de cadena negativa (antigenoma).
Posteriormente el patrón puede utilizarse para generar más ARNm y para replicar el
genoma.

En los togavirus, coronavirus y calicivirus el ARN de sentido negativo también se


utiliza como patrón para producir ARNm para sintetizar proteínas estructurales y de
otro tipo (genes tardíos). Los ARNm de los picornavirus carecen de caperuza en el
extremo 59, pero el ARN de otros virus posee caperuzas 59 y colas poliA. La
transcripción y la replicación de los coronavirus comparten muchos de estos
aspectos pero son más complejas.

Los genomas virales ARN de cadena negativa de los rabdovirus, ortomixovirus,


paramixovirus, filovirus y bunyavirus son los patrones para la producción de ARNm.
El genoma ARN de cadena negativa no es infeccioso por sí mismo, y junto al
genoma se debe introducir una polimerasa en el interior celular (asociada con el
genoma, como parte de la nucleocapside) para sintetizar ARNm individuales para las
diferentes proteínas virales. Como resultado, la polimerasa viral también debe
producir un ARN de cadena positiva y longitud completa para que actuara como
patrón para generar más copias del genoma.

El genoma ARN (−) es como el negativo de una pelicula: cada secuencia codifica
una fotografía/ARNm, pero se necesita un positivo de longitud completa para replicar
todo el carrete. Excepto en los virus de la gripe, la transcripción y la replicación de
los virus ARN de cadena negativa tienen lugar en el citoplasma. La transcriptasa del
virus de la gripe requiere un cebador para producir ARNm. Utiliza los extremos 59 del
ARNm celular en el núcleo como cebadores de su polimerasa y, en el proceso,
sustrae la caperuza 59 del ARNm celular. El genoma del virus de la gripe también es
replicado en el núcleo.
Los reovirus poseen un genoma ARN bicatenario segmentado y su transcripción
y replicación son más complejas.

La ARN polimerasa de los reovirus es parte del núcleo de la cápside interna; las
unidades de ARNm se transcriben de cada uno de los 10 o más segmentos del
genoma mientras permanecen en el núcleo. Las cadenas negativas de los
segmentos del genoma se utilizan como patrones para el ARNm de modo similar a
los virus ARN de cadena negativa.

Las enzimas codificadas por los reovirus contenidas en el núcleo de la cápside


interna anaden una caperuza 59 al ARNm viral. El ARNm carece de poliA. Los
ARNm son liberados en el citoplasma, donde dirigen la síntesis de proteínas o son
secuestrados en nuevos núcleos. El ARN de cadena positiva actúa en los nuevos
núcleos como patrón para el ARN de cadena negativa, y la polimerasa del núcleo
produce la progenie de ARN bicatenario.

Los arenavirus posee un genoma de doble polaridad con secuencias (−)


adyacentes a secuencias (+). Los ARNm precoces de los virus se transcriben a partir
de la porción de sentido negativo del genoma, se produce un intermediario
replicativo de longitud completa para generar un nuevo genoma, y los ARNm tardíos
de los virus se transcriben a partir de la región complementaria de las secuencias (+)
en el intermediario replicativo.

Aunque los retrovirus poseen un genoma ARN de cadena positiva, no poseen


métodos para la replicación del ARN en el citoplasma. En su lugar, los retrovirus
poseen en el virion dos copias del genoma, dos moléculas de ARN de transferencia
(ARNt) y una ADN polimerasa dependiente de ARN (transcriptasa inversa). El ARNt
se utiliza como cebador para la síntesis de una copia del genoma ADN circular
complementario (ADNc). El ADNc se sintetiza en el citoplasma, viaja al núcleo y a
continuación se integra en la cromatina de la célula hospedadora. El genoma viral se
transforma en un gen celular.

Los promotores del extremo del genoma viral integrado favorecen la


transcripción de secuencias de ADN viral por parte de la célula. El ARN de longitud
completa transcrito es utilizado como nuevo genoma, y los ARNm individuales son
generados mediante corte y empalme diferencial de este ARN.

Los deltavirus utilizan el método de replicación menos frecuente. Los deltavirus


se parecen a los viroides. El genoma consiste en ARN circular monocatenario con
forma de bastón, muy hibridado consigo mismo. Como excepción, el genoma ARN
de los deltavirus es replicado por la ARN polimerasa II dependiente de ADN en el
núcleo de la célula hospedadora. Una porción del genoma forma una estructura ARN
denominada ribozima, que separa el círculo de ARN para producir ARNm.

Figura 2. Estructura de un virus


Replicación viral

Adsorción

El primer paso en la infección de una célula es la adhesión o fijación a la


superficie celular. Esta adhesión se da vía interacciones iónicas las cuales son
independientes de temperatura. La proteína de adhesión viral reconoce receptores
específicos, los cuales pueden ser proteínas, carbohidratos o lípidos, en el exterior
de la célula. Las células que carecen de los receptores apropiados no son
susceptibles al virus.

Penetración

Los virus penetran las células de maneras diversas dependiendo de la


naturaleza misma del virus.

Virus envueltos

 Entran por fusión con la membrana plasmática. Algunos


virus envueltos se fusionan directamente con la membrana
plasmática. Por lo que los componentes internos del virión son
inmediatamente llevados al citoplasma celular.
 Entada vía endosomas en la superficie celular-

Algunos virus envueltos requieren de un pH ácido para que ocurra la fusión y no


son capaces de fusionarse directamente con la membrana celular. Estos virus
acogidos o tomados mediante invaginación de la membrana en endosomas. A
medida que los endosomas se acidifican la actividad de fusión, hasta ahora latente,
de las proteínas virales se activa, y la membrana del virión se fusiona con la
membrana del endosoma. Esto resulta en el transporte de los componentes internos
del virus hacia el citoplasma de la célula.

Virus no envueltos o desnudos

Los virus no envueltos o desnudos pueden cruzar la membrana plasmática


directamente o pueden ser tomados en endosomas. Si son transportados en
endosomas, luego cruzan (o destruyen) la membrana de dichas estructuras.

Pérdida de la cápsula

El ácido nucleído debe de estar lo suficientemente expuesto como para que la


replicación viral comience en esta fase. Cuando el ácido nucleico es expuesto, las
partículas víricas infecciosas no pueden removerse de las células este es el
comienzo de la fase de eclipse la cual perdura hasta que viriones infecciosos nuevos
sean creados.

Síntesis de ácido nucleico y proteínas virales

Existen diversos mecanismos, algunos serán abarcados en capítulos posteriores.

Ensamblaje/maduración

Nuevas partículas víricas son ensambladas. Puede haber un estadio de


maduración posterior al proceso inicial de ensamblaje.

Liberación o descarga

Los virus pueden ser liberados mediante lisis celular, o, si son envueltos, pueden
yemar de las células. Los virus que yeman no necesariamente destruyen la célula.
Por tanto, algunos de estos virus son capaces de instaurar infecciones persistentes.
No todas las partículas víricas liberadas son infecciosas. La proporción partículas
infecciosas: partículas no-infecciosas varía según el virus y las condiciones de
crecimiento.

Figura 3. Replicación viral.


Ejemplos de virus más comunes en Tamaulipas

Virus de la inmunodeficiencia humana

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es la manifestación clínica


más grave del espectro de enfermedades causadas por la infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH). Se caracteriza por la aparición de infecciones y
neoplasias oportunistas graves y otras manifestaciones clínicas que pueden poner
en peligro la vida del paciente, secundarias a la inmunodepresión progresiva
inducida por VIH.

Los primeros casos de SIDA se detectaron a mediados del año 1981, cuando se
comunicó un número inesperadamente elevado de casos de neumonía por
Pneumocystis jirovecii y sarcoma de Kaposi en varones jóvenes de las ciudades de
Nueva York, Los Ángeles y San Francisco que hasta ese momento se encontraban
sanos.

Poco después, empezaron a aparecer casos entre personas con hemofilia,


receptores de transfusiones sanguíneas y adictos a drogas por vía parenteral
(ADVP) heterosexuales, así como en sus parejas sexuales, lo que llevó a plantear la
hipótesis de que el agente causal de los defectos inmunológicos característicos del
SIDA era un patógeno contagioso. En 1983, 2 años después de los primeros casos
descritos, se consiguió aislar un retrovirus citopático en los pacientes con SIDA y con
enfermedades asociadas, como la linfadenopatía crónica. En 1985, se desarrollaron
y autorizaron las pruebas serológicas para diagnosticar la infección por VIH.

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un lentivirus (un subgrupo


de los retrovirus) que causa la infección por VIH y con el tiempo el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (sida).

El sida es una enfermedad humana que progresa hacia la falla del sistema
inmune, lo que permite que se desarrollen infecciones oportunistas y cánceres
potencialmente mortales. Sin tratamiento, se estima que la sobrevida promedio
después de la infección de VIH es de 9 a 11 años; dependiendo en el subtipo de
VIH. La infección con VIH ocurre por la transferencia de fluidos como sangre, semen,
flujo vaginal, líquido preseminal o leche materna. Dentro de estos fluidos corporales,
el VIH está presente tanto como partículas libres y virus dentro de células inmunes
infectadas.

El VIH infecta células vitales en el sistema inmune humano como las células T
helper (específicamente células CD+), macrófagos y células dendríticas. La infección
por VIH puede llevar a niveles bajos de células T CD+ a través de varios
mecanismos, incluidos la piroptosis de células T infectadas inutilizadas, apoptosis de
células no infectadas próximas, muerte viral directa de las células infectadas y
muerte de las células T CD4+ por los linfocitos citotóxicos CD8 que reconocen a las
células infectadas. Cuando el número de células T CD4+ disminuyen bajo un nivel
crítico, se pierde la inmunidad celular y el organismo se vuelve progresivamente más
susceptible a las infecciones oportunistas.

El virus de la inmunodeficiencia humana forma parte del género Lentivirus. Estos


constituyen un grupo dentro de la familia Retroviridae.

Estructura

El virión contiene información genética bajo la forma de ácido ribonucleico


(ARN), protegido por una envoltura de membrana. Los retrovirus insertan su
información genética en las células hospedadora por acción de la transcriptasa
inversa.

Un virión del VIH tiene una forma aproximadamente esférica con un diámetro de
80-100 nm. Está constituido por tres capas. La exterior es una bicapa lipídica. Posee
72 espículas formadas por las glicoproteínas gp120 y gp41 que actúan en el
momento de la unión del virus a la célula hospedadora. La capa intermedia está
constituida por la nucleocápside icosaédrica.

La capa interior tiene forma de un cono truncado. Está constituida por el ARN
viral y la nucleoproteína. La cadena genética del VIH está constituida por un ARN de
cadena simple compuesto por dos filamentos idénticos. El ARN contiene varios
genes, cada uno de los cuales codifica las diversas proteínas que el VIH necesita
para reproducirse.

Figura 4. Estructura del VIH.


Genoma y composición
.
Los genomas del VIH-1 y VIH-2 son muy similares. Ambos están compuestos por
los tres genes básicos de la familia de los retrovirus. Se trata de los genes gag, pol y
env. Cada uno de estos genes codifica proteínas que ayudan a la reproducción del
virus. El genoma del VIH posee otros seis genes adicionales: tat, vpr, rev, vpu (vpx
en el caso del VIH-2), vif y nef.

Ciclo de vida

Enlace y fusión: El VIH empieza su ciclo de vida cuando se liga a un receptor


CD4 y a uno de dos co-receptores en la superficie de un linfocito T CD4 +. Luego el
virus se fusiona con la célula anfitriona. Después de la fusión, el virus libera el ARN,
su material genético, dentro de la célula anfitriona.

Transcripción inversa: Una enzima del VIH, conocida como transcriptasa


inversa convierte la cadena simple del ARN vírico en cadena doble de ADN vírico.

Integración: El nuevo ADN del VIH que se forma entra al núcleo de la célula
anfitriona, donde una enzima del VIH llamada integrasa "esconde" el ADN vírico
dentro del propio ADN de la célula anfitriona. El ADN del VIH integrado se llama
provirus. El provirus puede permanecer inactivo por varios años sin producir nuevas
copias del VIH o produciendo muy pocas.

Transcripción: Cuando la célula anfitriona recibe señal para volverse activa, el


provirus usa una enzima anfitriona llamada polimerasa del ARN para crear copias del
material genómico del VIH y segmentos más cortos del ARN conocidos como ARN
mensajero (ARNm). El ARNm se utiliza como modelo o patrón para la formación de
cadenas largas de proteínas del VIH.

Ensamblaje: La enzima del VIH llamada proteasa divide las cadenas largas de
proteínas del VIH en pequeñas proteínas individuales. A medida que las proteínas
pequeñas del VIH se unen a las copias del material genético del ARN del VIH, se
ensambla una nueva partícula del virus.

Gemación: El nuevo virus ensamblado "brota" de la célula anfitriona. Durante la


gemación, el nuevo virus acapara parte de la envoltura exterior de la célula. A esta
envoltura, que actúa como recubrimiento, le brotan combinaciones de proteína y
azúcar, conocidas como glucoproteínas del VIH. Estas glucoproteínas del VIH son
necesarias para que el virus se ligue al CD4 y a los co-receptores. Las nuevas
copias del VIH pueden ahora pasar a infectar a otras células.

Ciclo de replicación

Las células que el VIH invade son esencialmente los linfocitos T CD4+, pero
también en menor medida los monocitos/macrófagos, las células dendríticas, las
células de Langerhans y las células de microglía del cerebro. La replicación viral
tiene pues lugar en tejidos diversos (de ganglios linfáticos, intestino, cerebro,
timo,…). Los órganos linfoides, sobre todo los ganglios linfáticos, constituyen la
principal sede de su replicación. El virus está presente en numerosos líquidos del
organismo, en particular la sangre y las secreciones genitales.

La replicación del virus se desarrolla en las siguientes etapas:

La fijación: representa la primera etapa en la invasión de una célula. Se basa en


el reconocimiento mutuo y acoplamiento de proteínas de la envoltura del virión, las
gp120 y gp41, y los receptores de la célula blanca, los CD4. Este reconocimiento no
es posible sin ayuda de correceptores propios de las células susceptibles de ser
invadidas; en el caso de los macrófagos son los CCR5 y en el caso de los LT4, los
CXCR4, que interactúan con la proteína superficial. Macrófagos y LT4 tienen en
común su principal receptor: el receptor CD4. Este reconocimiento es condición
obligada para que el virus llegue a penetrar en la célula y continuar con el proceso
de infección.

La penetración: es el segundo paso, una vez reconocido el virión por los


receptores de superficie, se vacía dentro de la célula fusionándose la envoltura
lipídica del virión con la membrana plasmática de la célula. Protegidos por la cápside
y las nucleocápsides, los dos ARN mensajeros que forman el genoma viral y sus
proteínas asociadas se encuentran ahora en el citoplasma. Luego ocurre la
eliminación de las cubiertas proteicas, cápside y nucleocápsides, quedando el ARN
vírico libre en el citoplasma y listo para ser procesado.

La transcripción inversa del ARN vírico para formar ADNc (ADN


complementario, monocatenario) con la misma información: Cada una de las
dos moléculas de ARN llega desde el virión asociada a una molécula de
transcriptasa inversa que se ocupa del proceso. Las dos moléculas de ADNc se
asocian para formar una molécula de ADN, que es la forma química de guardar la
información que una célula eucariota es capaz de procesar.
Integración del genoma vírico en el genoma de la célula huésped: Para ello
penetra en el núcleo y se inserta en el ADN celular con ayuda de una integrasa, que
procede del virión infectante.

La transcripción del ADN vírico por los mecanismos normales de la célula:


El resultado de la transcripción es un ARNm (ARN mensajero).El ARNm obtenido es
complejo, constituido por una sucesión de intrones (partes no informativas) y exones
(partes informativas). Debe ser procesado por cortes y reempalmes antes de que la
información que contiene pueda servir para fabricar las proteínas correspondientes.
Una vez procesado, el ARNm puede salir del núcleo a través de los poros nucleares.

Traducción: Una vez en el citoplasma el ARNm proporciona la información para


la traducción, es decir, la síntesis de proteínas, que es realizada a través del aparato
molecular correspondiente, del que forman la parte fundamental los ribosomas. El
resultado de la traducción no consiste inmediatamente en proteínas funcionales, sino
en poliproteínas que aún deben ser cortadas en fragmentos.

Por acción de peptidasas específicas del VIH, las poliproteínas producto de la


traducción son procesadas, cortándolas, para formar las proteínas constitutivas del
virus. Las proteínas víricas fabricadas se ensamblan, junto con ARN provirales, para
formar los componentes internos de la estructura del virión, los que constituyen la
cápside y su contenido.

Gemación: El último paso, ocurre cuando los nucleoides víricos se aproximan a


la membrana plasmática y se hacen envolver en una verruga que termina por
desprenderse, formando un nuevo virión o partícula infectante. En cada célula
infectada se ensamblan varios miles de nuevos viriones, aunque muchos son
incompletos y no pueden infectar.
Formas de transmisión

Más de dos décadas después de que se realizaran los primeros estudios para
determinar la forma de transmisión del VIH, los datos epidemiológicos disponibles
hoy en todo el mundo siguen indicando que existen sólo tres formas fundamentales
de transmisión: la sexual, a través de la sangre (especialmente por el consumo de
drogas por vía intravenosa y, en ocasiones, mediante transfusiones) y la transmisión
perinatal de la madre al niño.

Epidemiologia en México

Tabla 2. Casos de VIH positivos 1983 – 2104 en México.


Tabla 3. Casos VIH positivos en México por estados.
Diagnostico

Debido a que no existe ninguna manifestación clínica característica de la


infección de VIH, la prueba para detectar esta enfermedad ha de llevarse a cabo
mediante pruebas de diagnóstico molecular en un laboratorio.

Aunque desde 2002 la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos por


sus siglas en inglés) aprobó el uso de pruebas rápidas para uso por personal
capacitado que brinda un resultado en 20 minutos aproximadamente, que se usan
fuera de laboratorio, que funciona como una Prueba inmunocromatográfica
Cualitativa para la detección de Anticuerpos para los Tipos de Virus de la
inmunodeficiencia humana 1 y 2 (HIV-1 y HIV-2), así como HIV-1 Tipo 0, en Suero o
plasma Humano.

Cada dispositivo de prueba contiene una banda de prueba que consta de una
almohadilla de prueba, una almohadilla dorada impregnada con un conjugado de
proteína HIV y oro coloidal, una tira de nitrocelulosa con proteínas recombinantes
VIH inmovilizadas como línea de Prueba y un reactivo vinculante de anticuerpos
como línea de Control, un material absorbente para facilitar el flujo a través del
dispositivo, dicha prueba se aplica ya sea en saliva, como en sangre (se toma de
igual manera que la glucosa en la yema de algún dedo) y se entrega un resultado
(Reactivo/No reactivo).

Para el caso que el resultado sea REACTIVO; será necesario entonces aplicar la
prueba de laboratorio para descartar un falso positivo. El Dispositivo de Prueba
Rápida de HIV 1&2 es un ensayo de tamizado. Puesto que la producción de
anticuerpos al VIH puede retrasarse después de la exposición inicial, la no
reactividad con esta prueba no debe ser considerado evidencia concluyente hasta
confirmarse el diagnóstico de igual manera un resultado negativo no descarta la
posibilidad de exposición a VIH o infección con el VIH antes de esta prueba solo se
conocía la prueba más habitual para detectar la presencia de VIH es la prueba de
inmunodetección denominada ELISA.

Con esta técnica se pretende detectar los anticuerpos específicos que el


organismo produce como respuesta a la presencia del virus. Cabe destacar que, en
países donde la prevalencia de la enfermedad es baja, ante un resultado positivo
mediante un ELISA, no se debe informar al paciente de la presencia de VIH sin
haber confirmado antes la prueba mediante un western blot. Sin embargo, en países
o determinados grupos sociales donde el VIH presenta una alta prevalencia, no será
necesaria la confirmación con western blot.
Por lo tanto, en la mayoría de los casos la seropositividad frente al VIH se
detecta a partir de una extracción sanguínea del sujeto con la que se realizará la
determinación de anticuerpos anti-VIH por alguna técnica de cribado como la ya
nombrada ELISA u otras parecidas. La prueba diagnóstica dirigida al VIH tiene una
especificidad del 99% y una sensibilidad del 99 %.

Otra prueba para detectar la presencia del VIH es la PCR nested o anidada
(amplificón de un amplicón contenido dentro de otro producto de una amplificación
previa), que posee muy alta especificidad y sensibilidad pero no cuantifica. Para
detectar el virus insertado en el genoma, el ADN proviral, se utiliza una PCR
anidada. Para detectar el ARN viral, se usa RT-PCR anidada.

Existen numerosos fármacos dirigidos a evitar tanto la infección, como la


progresión del ciclo vital del virus. Dichos fármacos se clasifican según la proteína a
la que van dirigidos (esto es, el paso replicativo que inhiben en su uso). En general, y
dada la alta tasa de resistencias, está indicado el uso combinado de fármacos de
diferentes grupos (politerapia), en lo que se viene llamando TARGA: Terapia
Antirretroviral de Gran Actividad.

Tratamiento

Desafortunadamente hasta en la actualidad no existe tratamiento para eliminar el


VIH, sin embargo la terapia que se utiliza busca disminuir la concentración del virus
en el organismo, esto se logra a base de una politerapia, buscando inhibir alguna de
las fases en la replicación del virus y evitando infecciones oportunistas al huésped.

El AZT por sí solo no puede destruir directamente el virus; lo que hace este
fármaco es inhibir la enzima transcriptasa inversa, con lo que impide que el ARN del
Virus se copie hacia ADNc bicatenario y, por consiguiente, evitar que se genere un
provirus (el provirus es el ADNc que se integra al genoma de la célula huésped, en
este caso es el linfocito T CD4+).

Administrado de forma aislada, es decir, sin ser combinado con los otros
medicamentos que componen el TARGA, puede incrementar las mutaciones en el
virus que lo hagan más resistente y agresivo, anulando su eficacia terapéutica y
acelerando el progreso de la enfermedad. Este riesgo disminuye notablemente
cuando se combina con los otros medicamentos de la politerapia. También
disminuye sensiblemente su toxicidad al reducirse y ajustarse con mejor precisión
sus mínimas dosis efectivas en combinación con los otros componentes del TARGA
Prevención de la infección por VIH en la comunidad

La prevención de la infección por VIH debe basarse en estrategias que rompan


la cadena de transmisión del virus a través de las relaciones sexuales, la sangre y en
el período perinatal. Estas estrategias deben basarse en los datos epidemiológicos
disponibles sobre la infección por VIH y de los conocimientos de la antropología,
sociología y psicología. Estas estrategias fundamentadas en conocimientos
científicos son la base para el diseño, ejecución y evaluación de los programas de
intervención.

Se han aplicado y valorado una serie de intervenciones conductuales en


distintos grupos de la población para reducir la frecuencia de las conductas de riesgo
asociadas al VIH. En general, estas intervenciones se han basado en diferentes
planteamientos teóricos y han hecho hincapié en el desarrollo de una serie de
habilidades cognitivas, sociales y técnicas asociadas con hábitos más seguros de
consumo de drogas y sexuales.

Los CDC han elaborado un compendio de las intervenciones basadas en la


evidencia (IBE) sobre conductas relacionadas con el VIH. Estas intervenciones se
han evaluado rigurosamente y han demostrado su eficacia. Las IBE actuales constan
de 74 intervenciones conductuales de reducción del riesgo relacionado con el VIH
para las que existe una evidencia óptima en 44 y una evidencia buena en 30. Sin
embargo, se debe señalar que estas intervenciones han demostrado que reducen las
conductas de riesgo relacionadas con el VIH, pero no la incidencia del virus en
ensayos controlados aleatorizados.

Como se ha demostrado que varias intervenciones biomédicas (en especial, los


fármacos antirretrovirales) son eficaces para la prevención del VIH, ha surgido el
concepto de «prevención combinada», que se define como los programas
comunitarios, basados en derechos y fundamentados en la evidencia que utilizan
una combinación de intervenciones biomédicas, conductuales y estructurales cuya
prioridad es satisfacer las necesidades de prevención del VIH de individuos
particulares y de las comunidades, así como tener el mayor impacto sostenido en la
reducción de nuevas infecciones.

Debido a la eficacia demostrada del TAR y de la disponibilidad de pruebas de


detección rápidas y fiables, los CDC han lanzado recientemente una nueva iniciativa
para la prevención que intenta facilitar más el acceso a las pruebas de detección de
anticuerpos para el VIH y así aumentar el número de personas que reciben
asistencia inmediatamente después de conocer su seropositividad, de tal forma que
puedan beneficiarse de los tratamientos y de las intervenciones de prevención y
disminuir aún más la transmisión perinatal del virus. La preocupación por los
informes que indican que se está produciendo un resurgimiento de las ETS entre las
personas infectadas por VIH ha llevado a la publicación de nuevas directrices para la
incorporación de la prevención del VIH a la atención médica de las personas
infectadas por el virus.
Virus del herpes

El término herpes proviene del griego "herpein" que significa serpentear. La


epidemiología de las infecciones por virus de herpes desconcertó a los clínicos por
muchos años y no fue hasta 1950 cuando Burnet y Budding demostraron que el virus
de herpes simple podía permanecer en forma latente después de la primo infección y
reactivarse ante un estímulo. En 1954, Weller aisló de un mismo paciente el virus de
la varicela y el de zoster; este hallazgo sugirió que un solo virus generaba dos
cuadros clínicos diferentes.

La característica de permanecer persistentemente en el organismo y ser


reactivados es una de las propiedades que comparten los virus pertenecientes a la
familia de herpesviridae.

Los virus de herpes se encuentran ampliamente distribuidos en la naturaleza y la


mayoría de las especies animales son hospederos naturales de más de uno. Se han
aislado y caracterizado más de 100, varios de los cuales afectan al humano: herpes
simple tipo 1 y tipo 2 (VHS-1, VHS-2), varicela zoster (VVZ), citomegalovirus (CMV),
Epstein Barr, (VEB), virus herpes humano 6 (VHH6), virus herpes humano 7 (VHH7),
virus herpes humano 8 (VHH8) y otros.

Figura 5. Familia Herpesviridae.


Varios.

Estructura y clasificación.

La estructura de los viriones de la familia herpesviridae es muy similar y es un


criterio fundamental para definirla. Además de la estructura y su capacidad de
establecer infecciones persistentes, los virus de herpes comparten otras
características como la organización del genoma, estrategia de replicación,
diseminación intracelular en presencia de anticuerpos anti-virales y la participación
de la inmunidad celular para controlar la infección.
El genoma del virión de herpes es DNA bicatenario lineal que varía de 120 a 230
kbp, se localiza en el núcleo, el cual está rodeado por una cápside icosaedrica con
160 capsómeros y ésta a su vez está cubierta por una envoltura lipídica con
glicoproteínas virales. En el espacio entre la envoltura y la cápside se encuentran
enzimas y proteínas virales, a este espacio se le denomina tegumento. El diámetro
del virión es de 180 a 200 nm. El número de proteínas por virión varía, se estima que
es de 30 a 35.

El DNA viral difiere en tamaño y organización de los genes en los diferentes


virus. Sin embargo presenta características comunes y específicas, está compuesto
por dos segmentos, uno largo y otro corto flanqueados por regiones repetidas que
pueden invertirse con respecto a los segmentos, y los segmentos pueden invertirse
con respecto a ellos mismos. El tamaño de los segmentos así como el de las
regiones repetitivas varía entre los diferentes virus.

A pesar de presentar diferencias, los virus de herpes comparten algunas de las


propiedades biológicas, con base en dichas propiedades se han clasificado en tres
sub-familias. Las propiedades biológicas compartidas son:

1. Todos codifican para enzimas involucradas en el metabolismo del ácido


nucleico, síntesis de DNA y posiblemente procesamiento de proteínas. Sin
embargo, la totalidad de las proteínas codificadas por cada virus varía.
2. En el núcleo se sintetiza el DNA y se ensamblan las cápsides, la
envoltura la adquieren las cápsides al atravesar la membrana nuclear.
3. La infección productiva siempre conlleva a la destrucción de la célula
infectada.
4. Todos los virus de herpes establecen infecciones latentes en su
hospedero natural. En la forma latente el genoma viral se encuentra en círculo
cerrado y únicamente se expresa parte del mismo.

Los virus de humanos se encuentran en las tres sub-familias: Alfaherpesvirinae,


a la que pertenecen VHS-1, VHS-2 y VVZ. Las características de esta sub-familia
son: amplio rango de hospedero, ciclo de multiplicación corto, diseminación en
cultivos celulares y destrucción del hospedero, ambas rápidas, y capacidad de
permanecer en forma latente, principalmente en células sensoriales. HHV6, HHV7 y
HHV8, aunque no comparten la totalidad de las características mencionadas, son
incluídos en esta sub-familia.

En la sub-familia Betaherpesvirinae se encuentra el citomegalovirus (CMV); su


rango de hospedero es restringido, su ciclo de multiplicación es largo y en cultivos
celulares se replica con baja eficiencia, las células infectadas presentan citomegalia
(células alargadas), y puede permanecer en forma latente en glándulas secretoras,
células linforeticulares, de riñón y de otros tejidos. La sub-familia
Gammaherpesvirinae se caracteriza por su rango de hospedero restringido al
hospedero natural del virus. Un ejemplo es el virus de Epstein Barr (VEB). Son
específicos para linfocitos T o B, en los cuales la infección es latente o lítica sin
producir progenie infectiva.

Replicación.

La replicación se inicia con la interacción de las glucoproteínas virales con los


receptores celulares originando la fusión de la envoltura del virus con la membrana
plasmática o con las membranas vesiculares dependiendo del tipo de virus, de esa
manera penetra la nucleocápside al citoplasma celular. La nucleocápside se une con
la membrana nuclear y en el núcleo se lleva a cabo la trascripción y replicación del
virus; en estos procesos participan las enzimas y factores de trascripción que se
encuentran en el tegumento vírico.

Herpes simple tipos 1 y 2.

Son los patógenos más importantes de esta familia. El VHS-1 fue el primer virus
de herpes que primero aislado. Ambos virus comparten homología del DNA,
determinantes antigénicos y sintomatología. La respuesta inmune es permanente
pero no es protectora.

Los genes se clasifican en pre-tempranos, tempranos y tardíos. La trascripción


del genoma y la síntesis de proteínas virales se hacen en forma secuencial en tres
fases reguladas en gran parte por proteínas virales.

En la primera fase se expresan los genes pre-tempranos (a), la función de las


proteínas pre-tempranas es unirse al DNA para regular la transcripción del resto del
genoma. En la segunda fase se expresan los genes tempranos (ß) que codifican
por proteínas virales involucradas en la síntesis del DNA, entre ellas está la
polimerasa viral y por factores de trascripción. Finalmente en la tercera fase se
sintetizan las proteínas tardías, que son principalmente estructurales.

La transcripción del genoma viral la hacen las transcriptasas celulares, pero se


regula por factores de transcripción codificados por el virus y por la célula. La
respuesta lítica o latente está regulada por los factores de transcripción y genes
celulares. En la respuesta latente se transcriben únicamente los genes pre-
tempranos, en cambio, para tener una respuesta lítica se requiere la expresión de
genes de las tres diferentes fases. El genoma de los virus de herpes tiene capacidad
para codificar de 40 a 80 proteínas, aunque algunas de ellas no se expresan en
cultivos celulares y están involucradas en el transporte del virus en el organismo.

Patogenia

La patogenia de VHS-1 y VHS-2 es similar, con infección primaria generalmente


asintomática, aunque pueden presentarse lesiones vesiculares. El virus inicia la
infección en las membranas de las mucosas, se replica en las células
mucoepitelilales originando infección lítica y se disemina a las células adyacentes y
neuronas que inervan el sitio donde se inició la infección aguda. La infección latente
en la neurona no produce daño aparente, pero diferentes estímulos la pueden
reactivar.

Una vez reactivado, el virus se multiplica, viaja a lo largo del nervio en forma
centrifuga y ocasiona lesión en la terminal del nervio, por lo tanto todas las recidivas
se producen en el mismo sitio. La expresión del genoma se requiere para la
reactivación, pero no para el establecimiento de la latencia. El mecanismo para su
establecimiento se desconoce, sin embargo, se piensa que para la expresión del
genoma se requiere una proteína celular, tan es así que no en todas las estirpes
celulares establece latencia.

El tipo de infección que resulta depende del estado inmune del individuo; los
sujetos susceptibles desarrollan infección primaria después de la primera exposición
al virus. Sujetos seropositivos pueden ser reinfectados con virus de otro tipo. VHS-1
y VHS-2 se transmiten por diferentes vías e infectan diferentes sitios del cuerpo.
A grandes rasgos se considera que el HSV-1 infecta de la cintura para arriba y el
VHS-2 de la cintura para abajo, sin embargo esta diferenciación no es estricta.

Epidemiología

La infección por VHS-1 es frecuente en sitios hacinados y con condiciones


precarias de higiene se tienen porcentajes de 90% de la población tienen
anticuerpos antivirales. La infección por VHS-2 depende de la actividad sexual.

La infección por VHS-1 puede originar cuadros clínicos de variada severidad,


que oscilan desde la gingovoestomatitis, herpes labial, panadizo herpético,
meningitis, encefalitis con alta mortalidad y queratitis herpética que a su vez puede
originar ceguera.
Figura 6. Lesión por herpes
simplex (HSV1) en labio inferior.

El VHS-1 en ubicación oral se transmite por saliva, besos, por compartir vasos,
cepillos de dientes y en otras partes del cuerpo se debe a contacto del virus con la
piel, se autotransmite con frecuencia, principalmente a los ojos. El VHS-2 se
transmite por secreciones vaginales, contacto sexual y al neonato durante el paso
por el canal de parto infectado.

Figura 8. Herpes genital. Introito


Figura 7. Herpes genital vesículo -
vaginal.
papular primario.

El herpes genital activo en la madre es un factor obvio de riesgo aunque en gran


porcentaje de los niños infectados la causa es herpes asintomático.

La posibilidad de que VHS-1 y VHS-2 establezcan infecciones latentes con


recidivas asintomáticas favorece su transmisión, ya que un individuo infectado puede
ser transmisor durante toda su vida. Los virus infectantes se encuentran en el líquido
de las vesículas.

Diagnóstico.

El diagnóstico de laboratorio económico y rápido se realiza mediante la prueba


de Tzank que consiste en hacer una impronta de las células y teñirlas con el
colorante de Wright o Giemsa, y observar células fusionadas con varios núcleos,
sincitios, así como inclusiones nucleares de Cowdry. No es posible confirmar la
presencia del virus por medio de esta técnica ya que otros virus producen el mismo
efecto en las células, inclusive el VVZ. Actualmente se hace uso de técnicas
inmunoenzimáticas, biológicas, bioquímicas y moleculares para detectar anticuerpos
o antígenos virales.

La detección de anticuerpos solo es de utilidad para detección de la primo


infección y estudios epidemiológicos.

Figura 9. Detección de anticuerpos


(verde). Inmunofluorescencia.

Tratamiento, prevención y control.

Existen antivirales efectivos utilizados en el tratamiento de infecciones por VHS-1


y VHS-2, entre ellos famciclovir, aciclovir, valaciclovir. Los antivirales no eliminan las
partículas virales que se encuentran en ganglios neurales, solo impiden su
replicación, por lo que pueden presentarse reactivaciones. En estos casos, el uso de
dosis mínimas de los fármacos, durante un tiempo prolongado, tratamiento
denominado supresivo, se indica en los pacientes con brotes constantes,
prolongados o intensos, aunque debe contemplarse la posibilidad de resistencias.

Los VHS se transmiten a través de las secreciones de lesiones, por lo es


recomendable evitar contactos durante la lesión activa.
Bibliografía

http://www.microbiologybook.org/spanish-virology/spanish-chapter2.htm. (23 de 04
de 2017).

Universidad nacional autonama de mexico. (23 de 04 de 2017). Obtenido de


http://www.facmed.unam.mx/deptos/microbiologia/virologia/herpes.html

Mandell, d. Y. (2016). Enfermedades infecciosas. Principios y práctica. Elsevier.

Murray. (2013). Microbiología médica. Elsevier.

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