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Eugen Berthold Friedrich Brecht, más conocido como Bertolt Brecht, es uno de los
poetas y dramaturgos más influyentes en la literatura y el teatro del siglo XX. Nació en
Augsburgo, hoy parte de Alemania, el diez de febrero de 1898 en el seno de una familia
pequeñoburguesa protestante: su madre era hija de un funcionario y su padre era dueño de
una pequeña fábrica de papel. Desde temprana edad, destacó por su talento para componer
líricamente, razón por la cual, posteriormente, la crítica llegaría a catalogarlo como una de
las grandes voces poéticas del siglo XX. Como dramaturgo, se desempeñó como director del
Berliner Ensamble, compañía de teatro fundada por Brecht y su compañera y segunda esposa,
la destacada actriz y directora, Helene Weigel, en Berlín Oriental en 1949, donde desarrolló
el ‘teatro épico’, una nueva estética teatral teorizada por él mismo en una serie de ensayos.
La totalidad de su obra, entre poemas, obras teatrales, novelas, diarios, artículos periodísticos
y ensayos, se condensa en veinte volúmenes (Ortega 142). En lo que respecta a la dimensión
política de Brecht, es vital mencionar que sus lecturas de Hegel y Marx lo configuran como
un pensador ligado al marxismo. Su pensamiento político adquiere más fuerza al relacionarse
con sus contemporáneos Walter Benjamin, Karl Korsch y Ernst Bloch, quienes, al igual que
Brecht, profesaban la ideología comunista sin militar en el Partido Comunista Alemán
(KPD).
Pero la guerra aún no estaba lista También iba delante, con el pecho
y así le molestó al Emperador bien sacado, y de frac, un buen señor,
que su soldado se le hubiera muerto: como fiel alemán, exactamente
le parecía precipitación. consciente de su sacra obligación.
En este poema, profundamente irónico, la voz lírica ataca a los miembros de sociedad
alemana que, a sus ojos, son cómplices de la ola nacionalista y beligerante que asola
Alemania. Tanto el emperador, las enfermeras, el burgués de frac, y otros personajes que no
fueron captados en los fragmentos citados, son parte del patriotismo que tanto rechazo le
produce. El hablante, en la primera estrofa, al señalar la “muerte del héroe”, está dando cuenta
de que el patriotismo, sentimiento vacío de significado, provocó que el soldado muriera por
nada, puesto que la muerte, en la poética de Brecht, carece de sentido épico. Detrás de la
muerte del soldado, lejos de haber una epopeya, se encuentra una sociedad burguesa que se
regodea en un patriotismo vacío. Brecht, como un poeta de actitud contestaria contra el
modelo de vida burgués y el nacionalismo, cultivó la creación lírica en forma de canción
popular, principalmente baladas, elemento que es posible hallarlo también en el teatro
brechtiano. Hannah Arendt destaca la vuelta de la poética de Brecht hacia la balada popular
alemana, como una manera de situar en el plano literario a los sujetos ignorados por la historia
oficial que, hasta ese entonces, no eran valorados como actores políticos capaces de provocar
cambios en el devenir histórico (Gortázar 16). De este modo, el trabajo de Brecht como
compositor y recopilador de baladas, más que una labor de carácter antropológico es la forma
en que el poeta se vincula el pueblo alemán, entendido como el depositario de las tradiciones
populares. El uso político que da Brecht a la balada busca desafiar a la autoridad que impone
las prerrogativas de cómo debe ser la creación artística y qué temas debe tratar. En cuanto a
la recuperación de la balada popular, Ewen, indica que el poema “Del pobre B.B”, también
de “Breviario doméstico”, además de utilizar la métrica tradicional de la balada, se expresa
de forma simple e ingenua (Gortázar 16), sin embargo, Benjamin propone que la importancia
del poema, quizá el más relevante en la obra lírica de Brecht, funciona como bisagra entre
un ‘yo’ lírico individualizado, y otro comprometido con la lucha de clases, que abandona,
aunque no totalmente, su individualidad para asumir una responsabilidad con la causa de
construir una sociedad más justa que tan en boga estaba en la época en que Brecht crea
literariamente. La constante rebeldía de Brecht, quien hasta 1933 se desempeñaba como
como dramaturgo y director de teatro, le trajo nefatas consecuencias, pues, acusado de alta
traición, fue añadido a la lista negra de Hitler, jefe del gobierno nacionalsocialista, y un
genocida de una crueldad sin precedentes en la historia. El 28 de febrero de 1933, Bertolt
Brecht, Helene Weigel y su familia, clandestinamente, parten al exilio Dinamarca, donde el
poeta pasó cinco años. Brecht no estaba dispuesto a dejar de criticar a la hegemonía
nacionalista de Alemania, y comienza a crear, como ya adelantamos, desde un ‘yo’ lírico en
comunión con los oprimidos. La presencia de su postura política en contra de la guerra y el
nacionalismo en sus primeros poemas, como “Leyenda del soldado muerto”, durante su exilio
suma un tono social. En este sentido, Brecht se configura como un poeta que dota un profundo
sentido social a su obra. Prueba de ello es que, en 1934, escribe “¿No veis que sois
demasiados?”, poema en que califica a Hitler de ‘Pintor de Brocha Gorda’ por haber
prometido trabajo al pueblo alemán y haberlos llevado a una guerra. En este contexto de
exilio es que Brecht desarrolla un fuerte, aunque poco conocido, compromiso con la causa
republicana en la guerra civil española. La vinculación del poeta con España, trae consigo el
poema “Mi hermano era aviador” y la obra teatral "Los fusiles de la madre Carrar",
presentada en el "II Congreso internacional de escritores en defensa de la cultura" celebrado
en Valencia, y otras ciudades, en 1937. La concepción de la obra “Los fusiles de la madre
Carrar”, se gesta a raíz de la conmoción que generó en Brecht, quien en ese entonces residía
en París, la noticia de la matanza ocurrida el Málaga a manos del bando nacionalista. La obra
cumple con un doble objetivo: homenajear a Federico García Lorca, asesinado en 1936, unos
meses antes del congreso y, por otro lado, testimoniar la brutalidad que tuvo el ejército
franquista durante la toma de Málaga, bastión de las fuerzas republicanas, representando la
huida de miles de malagueños aterrorizados por la feroz represión de la que trágicamente
fueron víctimas. La protagonista de la obra, Teresa Carrar, pescadora que perdió a su marido
en la revolución de Asturias, lucha por mantener a sus hijos lejos del conflicto armado, sin
embargo, la muerte de éstos, mientras pescaban, a manos de los fascistas, arroja a Teresa
Carrar al compromiso con la república y a la lucha armada. Brecht, busca exhortar al pueblo
español a tomar posición en el conflicto, ya que, como lo deja demostrado la obra, es
imposible mantenerse neutral ante una guerra civil que enfrentaba, en la dialéctica de la lucha
de clases, a los que tenían todo y a los desposeídos. Si bien, el poema “Mi hermano era
aviador”, exhibe el compromiso de Brecht con el conflicto español, lo hace desde un punto
de vista diferente. En comparación con “Los fusiles de la madre Carrar”, una obra que aborda
a la guerra civil desde la óptica del pueblo español, el poema que abordamos en esta ocasión
gira en torno al conflicto político de Brecht con el nacionalismo vacío que tiene sumida a
Alemania en el nacionalsocialismo:
Mi hermano es un conquistador
A nuestro pueblo le hace falta espacio
Y suelo y tierra para pelear,
es un antiguo sueño nuestro.
La segunda estrofa del poema utiliza la voz un pueblo alemán convencido de que el
expansionismo beligerante era la respuesta a la solución de su crisis, ocasionada tras la
primera guerra mundial, y a sus anhelos de dar un carácter ario a los territorios conquistados.
El adjetivo “conquistador” da cuenta de la falsa idea que el pueblo alemán tenía de sí mismo,
una suerte de elegidos con la misión de llevar a cabo una eugenesia a nivel mundial.