APUNTES TESIS

JULIETA YELIN: NUEVA IMAGINARIOS, NUEVAS REPRESENTACIONES. LA LETRA

SALVAJE. PP. 99

Berger asocia el proceso de desaparición de los animales con la apertura del comino de los
totalitarismos, no solo porque éstos implicaron una afirmación de identidad muy fuerte, sino
fundamentalmente porque pusieron a una porción de la humanidad en ese lugar vacante. El
sujeto marcado es sometido a un proceso de animalización identificado, desde el inicio de los
tiempos, con una falta, con una idea de una identidad inacabada. La posición animal puede ser
ocupada por cualquier sujeto que no se ajuste al concepto dominante de “hombre”. (PP. 107).

JOHN BERGER: ¿POR QUÉ MIRAMOS A LOS ANIMALES?

WALTER BENJAMIN: EL NARRADOR

Hay dos estirpes de narradores (grupos arcaicos): el campesino sedentario y el marido mercante. El
primero tiene historias que narrar respecto a las tradiciones de su lugar; el segundo, en cambio,
relata acerca de sus lejanos viajes y las experiencias que acarraran consigo. La extensión real del
dominio de las narraciones contemple la complementariedad de estos tipos de narradores arcaicos.

La narración se ha desplazado del habla viva, y no como se cree, por consecuencia de un proceso
moderno, sino que los modos de producción seculares han desplazado a la narración del habla viva y
a la vez centrado la concepción de lo bello en lo que desvanece.

La novela recoge el testimonio de Ramón Mercader a través de su narración –en términos de

Benjamin- a Iván Cárdenas. Mercader cumple con el rol de narrador peregrino y Cárdenas el rol del
narrador sedentario. Lo curioso es que la novela, género al que pertenece el texto, carece de la
épica de la narración, vale decir, no proviene de la tradición oral.

La narración no se desgasta con el tiempo, a diferencia de la información que, al contrario, vive del
instante y se diluye con el paso del tiempo.

El mundo de las criaturas no se profiere tanto con la voz humano, sino con una de las narraciones
más significativas que Benjamin llama <<la voz de la naturaleza>>

MARTIN HEIDEGGER: CARTA SOBRE EL HUMANISMO