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Las costas en el proceso de ejecución

Mª José Achón Bruñén - Doctora en Derecho Procesal

Análisis práctico de un juicio de desahucio por falta de pago (Enero 2007)

Id. vLex: VLEX-464636

http://vlex.com/vid/464636

Resumen

XIX.1. Inaplicación de la limitación de la tercera parte de la cuantía del proceso para Abogados
y demás profesionales no sujetos a arancel . XIX.2. Las costas de la ejecución provisional de
una sentencia de desahucio. XIX.3. Problemas relativos a la reclamación ejecutiva de la
condena en costas .

Texto

XIX 1 Inaplicación de la limitación de la tercera parte de la cuantía del proceso para

tercera parte de la cuantía del proceso
para Abogados y demás profesionales no
sujetos a arancel
XIX 2 Las costas de la ejecución
provisional de una sentencia de
desahucio
XIX 3 Problemas relativos a la reclamación
ejecutiva de la condena en costas
[Página 293]
XIX 1 Inaplicación de la limitación de la
Abogados y demás profesionales no sujetos a
arancel
Conforme a lo previsto en el art. 539 de la
LEC las costas del proceso de ejecución
serán a cargo del ejecutado -en el caso que
nos ocupa del arrendatario- sin necesidad de
especial imposición, sin perjuicio de que el
ejecutante hasta su liquidación deba
satisfacer los gastos y costas que se vayan
produciendo, salvo que correspondan a
actuaciones que se realicen a instancia del
ejecutado o de otros sujetos que deberán ser
pagados por quien haya solicitado la
actuación de que se trate.

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A nuestro juicio -y aunque este criterio no es
pacífico- la limitación de la tercera parte de
la cuantía del proceso en relación a los
Abogados y demás profesionales no
sujetos a arancel[617] no opera en el
proceso de ejecución, habida cuenta que
dicho limite tan sólo se encuentra previsto
para el
[Página 294]
proceso declarativo en el art. 394.3 de la LEC,
pero no en el art. 539 que es la norma que
regula las costas en el proceso de ejecución.
La LECdistingue claramente la fase declarativa
de la ejecutiva hasta el punto de compeler al
actor a interponer una demanda ejecutiva para
abrir esta última, por lo que no procede
aplicar analógicamente las normas sobre
costas previstas para el proceso de
declaración, máxime teniendo en cuenta que
las costas del proceso de ejecución tienen su
propio régimen normativo en el art. 539 de la
LEC y que en el mismo no se contiene
limitación alguna al derecho de reembolso, lo
que obedece a que la ejecución forzosa es
consecuencia de la voluntad renuente del
condenado que con su incumplimiento aboca
al ejecutante a acudir a dicho proceso[618].
Asimismo, aunque en el proceso de ejecución
pudiera considerarse aplicable el art. 394
como norma genérica que regula la condena
en costas procesales, también es verdad que
el apartado tercero in fine de dicho precepto
exceptúa la aplicación del límite de una
tercera parte de la cuantía del proceso para
Abogados y otros profesionales no sujetos a
arancel cuando el condenado en costas
incurriere en temeridad, la que se puede
presumir sin especial dificultad en el ejecutado
que con su actitud reticente y obstaculizadora
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ocasiona un proceso de ejecución que se
podía haber evitado si hubiera cumplido
voluntariamente una obligación documentada
en un título ejecutivo.
De todos modos, en caso de que se suscite en
el proceso de ejecución un incidente
declarativo, como pudiera ser el de oposición
a la ejecución, procede entender que opera la
limitación prevenida en el art. 394.3, pues
aunque bien es cierto que el legislador tan
sólo remite al art. 394 en la regla 1ª del art.
561.1 de la LEC para los casos de
desestimación total de la oposición por
motivos de fondo (olvidando previsión
semejante si la oposición de fondo es
estimada o para el auto resolviendo la
oposición por defectos procesales); sin
embargo, aboga-
[Página 295]
mos por efectuar una interpretación in extenso
de dicho precepto extendiendo su ámbito de
aplicación a cualquier incidente declarativo
que se suscite en el proceso de ejecución.
Por lo demás, y sin perjuicio de lo antedicho,
estimamos que en aquellos casos en que en el
auto despachando ejecución se acuerde un
previo requerimiento al ejecutado[619], de
lege ferenda y a efectos de incentivar el
cumplimiento voluntario, pudiera resultar
oportuno que la ley estableciera expresamente
en el art. 583 en relación con el art. 539 de la
LEC, la aplicación del límite de una tercera
parte de la cuantía del proceso para
Abogados y otros profesionales no sujetos a
arancel cuando el ejecutado pagare en el
propio acto del requerimiento.
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XIX 2 Las costas de la ejecución provisional
de una sentencia de desahucio
Por otro lado, si nos encontramos en el seno
de una ejecución provisional y el ejecutado -
sin oponerse- cumple voluntariamente dentro
de los veinte primeros días siguientes a la
notificación del despacho de ejecución, no se
le deberán imponer las costas de la misma y
en tal sentido se ha pronunciado la Junta de
Magistrados de las Secciones Civiles de la
Audiencia Provincial de Madrid en acuerdo
adoptado el 28 de septiembre de 2006 [620],
siendo esta tesis coherente con el hecho de
que para despachar ejecución provisional en
la práctica del foro -y a pesar de que la ley no
lo especifica- no haya que esperar el plazo de
veinte días desde la notificación de la
sentencia previsto por el art 548 de la LEC.
En otro caso, es decir cuando el ejecutado
provisional no proceda al cumplimiento
voluntario, nada empece a que se le impongan
las costas, resultando incluso posible proceder
a su tasación en la propia ejecución
provisional[621], pues una cosa es que el
pronunciamiento en costas de una sentencia
no se
[Página 296]
pueda ejecutar provisionalmente, según la
opinión mayoritaria[622] y otra que no se
puedan tasar las costas devengadas en la
propia ejecución provisional.
De hecho, el art. 531 de la LECavala esta tesis
en cuanto prescribe que se suspenderá la
ejecución provisional de pronunciamientos al
pago de cantidad de dinero cuando el
ejecutado pusiere a disposición del Juzgado
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la cantidad a que hubiere sido condenado
más los intereses y las costas y aunque en
principio dicha previsión normativa se
encuentra restringida inexplicablemente a los
casos de condenas dinerarias, ningún motivo
existe para no hacerla extensiva a los
supuestos de condenas no dinerarias tal y
como puso de manifiesto la doctrina durante el
iter legislativo de la LEC /a>span class='page'
id='fn_623'>[623]. En estos casos, la razón de
que la ejecución provisional tan sólo se
suspenda y no se sobresea (expresión que se
contenía en el proyecto de la <a
href='/vid/126688' class="strong">LEC)
obedece, a que si la cantidad consignada no
resultara suficiente para cubrir el importe
definitivo de lo que una vez tasadas las costas
y liquidados los intereses resulte, se podrá
proseguir la ejecución por el resto, lo que
explica que se aceptaran las enmiendas del
Grupo Parlamentario Socialista y de Coalición
Canaria y que se modificará la expresión "se
sobreseerá" por "se suspenderá" que denota
un carácter menos definitivo.
[Página 297]
Asimismo, en caso de revocarse la sentencia
tan sólo si la condena tuviere contenido
dinerario y la estimación del recurso fuera
total se prevé reintegrar al que hubiere sido
ejecutado provisionalmente las costas
causadas[624], por lo que consideramos
criticable la ausencia de similar previsión
normativa en caso de revocación de
sentencias no dinerarias -como la de
desahucio- y tampoco alcanzamos a
comprender la razón por la que si la
revocación es parcial (p.ej. si se reduce la
condena al pago de rentas que debe pagar el
arrendatario) no se haya de reintegrar al
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ejecutado cantidad alguna en concepto de
costas sino sólo la diferencia de principal que
proceda más el incremento que resulte de
aplicar anualmente el tipo del interés legal del
dinero, lo que si bien puede ser indiferente si
la cuantía rebajada es pequeña, no resulta
justo si la revocación parcial es de mayor
entidad, máxime teniendo en cuenta que los
honorarios de los Abogados y los derechos de
los Procuradores se habrán fijado en función
de la cuantía del proceso de ejecución
provisional, por lo que estimamos que en estos
casos la ley ampara un abuso de derecho y el
enriquecimiento injusto del ejecutante, pues la
tasación de costas practicada en la ejecución
provisional no obedecerá a la realidad dado
que se habrán tomado como base unas
cuantías que al final resultarán no ser las
correctas con el agravante de que la tasación
de costas de la propia ejecución provisional
puede ya haber devenido firme[625], por lo
que con base en este argumento refutamos la
opinión de parte de la doctrina[626] que
considera que en caso de revocación parcial
de la sentencia justo resulta que no se haya
de reintegrar al ejecutado las costas dado que
las actuaciones ejecutivas, al menos en parte,
fueron debidas.
XIX 3 Problemas relativos a la reclamación
ejecutiva de la condena en costas
Nuestra vigente Ley de Enjuiciamiento Civilno
exige expresamente en sede de tasación de
costas la presentación de demanda ejecutiva
para instar su ejecución forzosa; sin embargo,
y aunque se alzan voces doctrinales en
contra[627], en la praxis -y en tanto que el art.
242.1 de la LECremite para su
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exacción a la vía de apremio- se considera
necesario dicho requisito, habida cuenta que el
art. 549 de la LEC exige la presentación de
demanda ejecutiva para proceder al despacho
de ejecución, por lo que ora se solicite la
exacción de las costas junto con la condena
principal, ora separadamente, dicha
pretensión se debe articular por medio de
demanda ejecutiva, lo que se considera una
complicación absolutamente innecesaria en
absoluto cohonestable con la voluntas
legislatoris de simplificar el procedimiento
civil[628], criterio que suscribimos dado el
inconveniente añadido que supone en el
quehacer diario de nuestros Juzgados registrar
con otra numeración una demanda que no es
sino un mero apéndice del proceso de
declaración cuya sentencia se pretende
ejecutar, lo que, no en pocas ocasiones,
origina retrasos indeseados de localización y
pronta identificación del expediente dado que
lo que en puridad no es sino un mismo asunto
figura registrado con dos números o incluso
con más (cuando se decide ejecutar por
separado tanto la condena principal como los
intereses y las costas), lo que, en suma, tan
sólo coadyuva a inflar las estadísticas
judiciales sin que reporte ningún otro
beneficio.
A estos efectos, lo que consideramos
verdaderamente reprobable es adelantar la
presentación de la demanda ejecutiva al
momento de solicitar la práctica de la
tasación de costas de primera instancia en
vez de demorar dicho trámite al momento de
interesar su exacción por la vía de
apremio[629].
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No obstante, si así se hiciere, estimamos que
para salvar dicha eventualidad, una vez
tasadas las costas se debería efectuar un
previo requerimiento de pago al deudor, pues
aunque el art. 580 de la LECno lo exige en la
ejecución de títulos judiciales tampoco lo
prohíbe, de manera que si pagare en el plazo
concedido, al menos se le debería eximir de
las costas de la ejecución, pues aunque el art.
583.2 prescribe que éstas recaerán en todo
caso sobre el ejecutado aunque atienda el
requerimiento de pago, establece la salvedad
de que éste no haya podido efectuar el pago
antes de que el acreedor promoviera la
ejecución, lo que acontecerá cuando el
condenado en costas no hubiera procedido a
su abono voluntario por no conocer tan
siquiera su concreto importe y verse
sorprendido por una demanda ejecutiva antes
de su propia tasación.
En todo caso, lo que resulta redundante es
presentar otra demanda ejecutiva para el
cobro de las costas originadas en el propio
proceso de ejecución de las costas, ya que al
despachar ejecución por la mismas ya se
habrán previsto, puesto que la cantidad
reclamada como principal se habrá
incrementado en un treinta por ciento
conforme al art. 575 de la LEC, por lo que su
importe aproximado ya se habrá considerado
al iniciarse la ejecución y los embargos
trabados habrán sido practicados atendiendo
a las costas presupuestadas para la propia
ejecución, por lo que si resultaren
insuficientes se habrá de requerir de pago al
ejecutado para que abone la diferencia o, en
otro caso, se deberá proceder a una mejora
de embargo sobre sus bienes en cuantía
suficiente para cubrir el monto definitivo de las
costas de ejecución, sin que consideremos
adecuado despachar ejecución por algo sobre
lo que ya se despachó, pues el porcentaje
previsto en el art. 575 de la LECes desde un
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principio objeto de ejecución<span
class='page' id='fn_630'>[630].
Si se admite -a nuestro juicio indebidamente-
la interposición de una nueva demanda
ejecutiva para cobrar coercitivamente las
costas de un proceso de ejecución, se
deberá de nuevo despachar ejecución por el
principal (es decir, las costas de la ejecución
anterior) más otro porcentaje de un 30% en
calidad de costas e intereses presupuestados
de esa nueva ejecución, que a su vez, cuando
se tasen definitivamente se podrán reclamar
por una nueva demanda
[Página 300]
ejecutiva y así sucesivamente pueden
seguir presentándose nuevas demandas
para cobrar las costas de la ejecución
anterior -que a su vez producirán nuevas
costas- lo que no sólo resulta procesalmente
inadecuado sino que atenta contra el propio
derecho a la tutela judicial efectiva.
--------------------
[617] Cfr. VVAA. Encuesta Jurídica.
"¿Resulta aplicable el límite de un tercio
previsto en el art. 394.3 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil1/2000 a la fase de
ejecución del proceso o tan sólo a la fase
declarativa? Sepín Net Revista. Ley de
Enjuiciamiento Civil. Núm. 65. Julio-
agosto.2006. Págs. 4 y ss. Tres de los
encuestados se decanta por considerar
aplicable el límite de un tercio, dos que no y
uno considera que depende de si existe o no
oposición a la ejecución. Respecto a la
jurisprudencia menor: la SAP de Baleares,
Sección 5ª, de 2 de marzo de 2005 se
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decanta a favor de aplicar el citado límite,
mientras que las SSAP de Málaga, Sección
6ª, de 6 de abril de 2005; Murcia, Sección 5ª,
de 14 de septiembre de 2005; Barcelona,
Sección 1ª, de 31 de octubre de 2005 se
pronuncian en sentido contrario considerando
que deben incluirse en la tasación de costas
del proceso de ejecución todos los honorarios
del Letrado devengados en esta fase. Avila De
Encio, J.M. "Tasación de costas. Medidas
cautelares. Procesos especiales en materia de
protección del crédito cambiario y monitorio".
Estudios Jurídicos. Secretarios Judiciales. I-
2003. Pág. 919. Este autor mantiene que no
rige la limitación establecida en el art. 394.3
de la LEC en las ejecuciones de títulos
judiciales, no judiciales y de laudos arbitrales
porque se trata de procesos no declarativos,
sin perjuicio de que si se suscita oposición
sea aplicable dicha limitación (art 561.1.1ª de
la LEC)
[618] En contra, se puede esgrimir que el
apartado tercero del art. 394 de la LEC tiene
por objeto evitar el abuso de derecho y el
exceso en la minutación de honorarios que
deba pagar el litigante condenado, lo que no
repugna en el proceso de ejecución en donde
la labor del Abogado suele ser menos
complicada que en el proceso de declaración,
máxime cuando aquel proceso no es sino una
consecuencia de éste que sigue sus mismos
criterios en lo relativo a la necesidad de
intervención de Abogado y de Procurador.
Además, ya desde que se inicia el proceso de
ejecución se presupuesta para intereses y
costas el importe de un treinta por ciento del
principal, lo que supone la consideración de
un criterio de limitación de las costas.
[619] Es preceptivo requerimiento de pago
cuando el título sea de naturaleza no judicial
salvo que con la demanda ejecutiva se haya
acompañado acta notarial de requerimiento
de pago con al menos diez días de
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antelación. En los títulos judiciales no es
preceptivo el requerimiento de pago, sin
perjuicio de que si la condena fuere de
naturaleza no dineraria a tenor de lo previsto
en el art. 699 de la LEC se exija un previo
requerimiento al deudor.
[620] En el mismo sentido: SAP de Badajoz,
Sección 2ª, de 19 de octubre de 2006.
[621] Auto de la AP de Zaragoza, Sección 5ª,
de 15 de enero de 2003; Sentencias de las AP
de. Ciudad Real, Sección 1ª, de 27 de mayo
de 2003; Barcelona, Sección 14ª, de 14 de
marzo de 2005.
[622] Sentencias de la AP de Madrid, Sección
18ª, de 7 de febrero de 2001; Murcia, Sección
2ª, de 22 de diciembre de 2001; Auto de la AP
de Madrid, Sección 21ª, de 29 de enero de
2002; Autos de la AP de Zaragoza, Sección
3ª, de marzo de 2002; Sección 5ª, de 15 de
enero de 2003 y de 20 de noviembre de 2003;
Sentencia de la AP de Ciudad Real, Sección
1ª, de 27 de marzo de 2003. Sobre este
particular, véase asimismo: VVAA. "Cuestión
65: ¿Procede la ejecución provisional de la
condena en costas?" Encuentro de profesores
de Derecho Procesal de las Universidades
Españolas. Ley de Enjuiciamiento Civil:
Respuestas a 100 cuestiones polémicas.
Coordinador; Jiménez Conde, F. Ed. Sepín.
Madrid. 2002. Págs 489 y ss. VVAA.
"Ejecución provisional de la condena en
costas. Posibilidad de tasación sin firmeza de
la resolución. Sepín LEC. Forum. Núm. 15.
Enero. 2002. VVAA. Encuesta jurídica: "¿Es
posible la ejecución provisional de la condena
en costas?". Sepín LEC. Forum. Abril. 2002.
Págs. 5 y ss. Arevalo Nieto, P. "La ejecución
provisional de la condena en costas".
Actualidad Civil. 2006-2. Págs. 1657 y ss.
[623] Cfr. Muerza Esparza, J.
"Consideraciones sobre la ejecución
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provisional en el Borrador de Ley de
Enjuiciamiento civil". Jornadas Nacionales
sobre el Anteproyecto de la L.E.C. /a>/i>
Murcia. 1997. Págs. 530, 531. Este autor ya
efectuó dicha apreciación cuando el texto
normativo estaba en fase de Borrador,
estableciendo asimismo que, desde el punto
de vista sistemático, resultaría más
oportuno que el art. <a
href='/vid/126688/node/536'
class="strong">536 (actual art. 531 de la LEC)
pasara a englobar el Capítulo I del Título II
del Libro III relativo a las disposiciones
generales sobre la ejecución provisional.
Desafortunadamente, el legislador ha hecho
caso omiso a dichas apreciaciones, por lo que
las críticas esgrimidas al Borrador en este
punto siguen teniendo virtualidad con el texto
definitivo de la LEC.
[624] Auto de la AP de Barcelona, Sección
16ª, de 4 de marzo de 2003
[625] Cfr. Ávila De Encio, J.M. "Tasación de
costas Medidas cautelares. Procesos
especiales en materia de protección del
crédito: cambiario y monetario". Op. Cit. Pág.
928
[626] Cfr. Gascon Inchausti, F.; Oliva Santos,
A. "Cuestión 68: ¿Procede la devolución de
las costas ocasionadas por la ejecución
provisional en caso de revocación parcial en
segunda instancia?". Encuentro de profesores
de Derecho Procesal de las Universidades
Españolas. Ley de Enjuiciamiento Civil.
Respuestas a 100 cuestiones polémicas.
Coordinador; Jiménez Conde, F. Ed. Sepín.
Madrid. 2002. Pág. 523.
[627] En contra: Vilata Menadas, S. "Solicitud,
práctica e impugnación de la tasación de
cosas". Práctica de Tribunales. Núm. 20.
Octubre. 2005. Pág. 13 y ss. En opinión de
este autor el art. 242 de la LEC regula el
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trámite a seguir para instar la tasación de
costas y no menciona que haya de iniciarse
por demanda ejecutiva sino que se refiere a
una simple solicitud; además, la tasación de
costas o el auto que la aprueba no está
concebido en la LECcomo un título ejecutivo
sino que se considera una verdadera
ejecutoria remitiendo para su efectividad a la
vía de apremio que es una fase posterior a la
de despacho de ejecución. Torres López, A.
"Treinta cuestiones polémicas en materia de
costas". Op. Cit. 2005. Pág. 26. Este autor
considera que para reclamar las costas
procesales no es necesaria demanda ejecutiva
aunque reconoce que en la práctica se ha
impuesto su exigencia.
[628] Cfr. Mantilla Rodríguez, D. "Notas en
torno a una posible reforma de la ejecución en
la Ley 1/2000 , sobre Enjuiciamiento Civil".
Revista del Consejo General de Procuradores.
Num. 52. Octubre. 2004. Pág. 50.
[629] En primer lugar porque, sin razón
alguna, se está otorgando un distinto
tratamiento a las costas de primera instancia
que a las devengadas en segunda instancia o
en los recursos de casación o extraordinario
por infracción procesal, pues en dichos
recursos en todo caso se considera suficiente
con la presentación de un mero escrito
pidiendo la tasación de las costas -dado que
resultaría disonante la presentación de una
demanda ejecutiva ante dichos tribunales sin
competencias de ejecución- por lo que, con
un criterio mucho más correcto, sólo una vez
tasadas las costas por los órganos judiciales
ad quem se interpone una demanda ejecutiva
ante el Juzgado de primera instancia para que
proceda por la vía de apremio. En segundo
lugar, si se adelanta la presentación de la
demanda ejecutiva al momento de solicitar la
propia tasación de costas, no se concede
oportunidad alguna al ejecutado de abonarlas
voluntariamente, pues antes de su tasación y
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aprobación aunque se le hubiere comunicado

extrajudicialmente la cantidad a que
ascienden, ésta se puede considerar excesiva
o estimar que la tasación contiene partidas
indebidas, lo cual deberá ser objeto de
resolución por parte del órgano judicial.

[630] Cfr. García Viñuela, F. "La ejecución

de costas y su ejecución". Revista del
Consejo General de Procuradores. Núm. 51.
Julio 2004. Pág. 50. Mariscal De Gante y
Mirón y Ureña Gutiérrez, P. "¿Es necesaria
demanda ejecutiva para la petición de
práctica de tasación de costas? Tribunales
de Justicia. Núm. 11. Ed. La Ley. Nov. 2001.
Pág. 30.

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